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El sarampión es una infección infantil causada por un virus. En una época, el sarampión fue
bastante frecuente, pero en la actualidad se puede prevenir gracias a una vacuna.
El sarampión, o rubéola, se trasmite con facilidad y puede ser grave e incluso mortal para los
niños pequeños. Aunque las tasas de mortalidad se han reducido en todo el mundo a medida
que se administra la vacuna contra el sarampión a más niños, la enfermedad aún mata a más
de 200 000 personas cada año, en su mayoría niños.
Sarpullido de sarampión
Sarampión
El sarampión causa un sarpullido con manchas rojas que suele aparecer primero en la cara y
detrás de las orejas, y luego se extiende hacia abajo al pecho y la espalda, y finalmente a los
pies.
Fiebre
Tos seca
Goteo de la nariz
Dolor de garganta
Ojos inflamados (conjuntivitis)
Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en la
cara interna de la mejilla, también denominados manchas de Koplik
Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre sí
La infección ocurre en etapas en el transcurso de 2 a 3 semanas.
Infección e incubación. Durante los primeros 10 a 14 días de la infección, el virus del sarampión
se propaga por el cuerpo. Durante este período, no se manifiestan síntomas de sarampión.
Signos y síntomas inespecíficos. El sarampión generalmente comienza con fiebre leve a
moderada, a menudo con tos continua, goteo de la nariz, ojos inflamados (conjuntivitis) y dolor
de garganta. Esta enfermedad relativamente leve dura de 2 a 3 días.
Enfermedad aguda y sarpullido. El sarpullido consiste en pequeñas manchas rojas, algunas de
las cuales están levemente elevadas. Los puntos y bultos en grupos estrechos hacen que la
piel se vea manchada y de color rojo. El sarpullido aparece primero en el rostro.
Durante los días siguientes, el sarpullido se esparce por los brazos, el pecho y la espalda, y
luego por los muslos, las pantorrillas y los pies. Al mismo tiempo, la fiebre aumenta
abruptamente y a menudo alcanza de 104 a 105,8 °F (40 a 41 °C).
Recuperación. El sarpullido del sarampión puede durar hasta siete días. El sarpullido disminuye
progresivamente; primero desaparece del rostro y, por último, de los muslos y los pies. Si bien
otros síntomas de la enfermedad desaparecen, la tos y el oscurecimiento o la descamación de
la piel donde estaba el sarpullido pueden durar hasta 10 días.
¿Cuándo una persona puede contagiar el virus del sarampión?
Una persona con sarampión puede trasmitir el virus a otras durante aproximadamente ocho
días; ese período comienza cuatro días antes de que aparezca el sarpullido y finaliza cuando
este ha estado presente durante cuatro días.
Revisa los registros de vacunación de la familia con el médico, especialmente antes de que tus
hijos comiencen la guardería, la escuela primaria o la universidad y antes de viajar al
extranjero.
Las gotitas infectadas también pueden depositarse sobre una superficie, donde pueden
permanecer activas y esparcirse durante varias horas. Si te tocas la boca o la nariz con los
dedos o te refriegas los ojos luego de tocar una superficie infectada, puedes contraer el virus
del sarampión.
El sarampión es muy contagioso desde casi los cuatro días anteriores hasta los cuatro días
posteriores a la aparición del sarpullido. Aproximadamente el 90 % de las personas que no han
tenido sarampión ni se han vacunado contra la enfermedad se infectan cuando se exponen a
alguien con el virus del sarampión.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo para el sarampión, se incluyen los siguientes:
No estar vacunado. Si no te has dado la vacuna contra el sarampión, es mucho más probable
que lo padezcas.
Viajar a otros países. Si viajas a países donde el sarampión es más frecuente, tienes un riesgo
mayor de contraer la enfermedad.
Tener insuficiencia de vitamina A. Si tu alimentación no aporta una cantidad suficiente de
vitamina A, es más probable que tengas síntomas más graves y complicaciones como
consecuencia del sarampión.
Complicaciones
Entre las complicaciones del sarampión se pueden incluir las siguientes:
Diarrea y vómitos. La diarrea y los vómitos pueden provocar que el cuerpo pierda una cantidad
excesiva de agua (deshidratación).
Infección de oído. Una de las complicaciones más frecuentes del sarampión es la infección
bacteriana del oído.
Bronquitis, laringitis o crup. El sarampión puede provocar la irritación e hinchazón (inflamación)
de las vías respiratorias (crup). También puede causar la inflamación de las paredes internas
que alinean las principales vías de paso de aire de los pulmones (bronquitis). Además, el
sarampión puede provocar la inflamación de la laringe (laringitis).
Neumonía. Con frecuencia, el sarampión puede provocar una infección en los pulmones
(neumonía). Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado pueden padecer una
variedad especialmente peligrosa de neumonía que, a veces, puede ser mortal.
Encefalitis. Aproximadamente, 1 de cada 1000 personas con sarampión puede presentar una
complicación llamada "encefalitis". La encefalitis es la irritación e hinchazón (inflamación) del
cerebro. Esta afección puede ser especialmente peligrosa para aquellas personas que tienen el
sistema inmunitario debilitado. La encefalitis puede manifestarse muy poco después de haber
contraído sarampión o después de varios meses. La encefalitis puede causar daño cerebral
permanente.
Problemas durante el embarazo. Si estás embarazada, debes tener mucho cuidado de no
contagiarte sarampión porque esta enfermedad puede provocar un parto prematuro, bajo peso
del bebé al nacer o la muerte del feto.
Prevención
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)
de EE. UU. recomiendan que los niños y adultos reciban la vacuna contra el sarampión para
prevenir la enfermedad.
Ten en cuenta:
Si vas a viajar fuera de los EE. UU. y tu hijo tiene entre 6 y 11 meses, habla con su proveedor
de atención médica sobre la posibilidad de vacunarlo contra el sarampión antes de lo previsto.
Si tu hijo pequeño o adolescente no recibió las dos dosis de la vacuna en los momentos
recomendados, es posible que necesite recibir dos dosis de la vacuna con cuatro semanas de
diferencia.
Los bebés nacidos de mujeres que han recibido la vacuna o que son inmunes porque ya han
tenido sarampión suelen estar protegidos contra el sarampión durante unos 6 meses después
del nacimiento. Si un niño requiere protección contra el sarampión antes de los 12 meses de
edad (por ejemplo, porque debe viajar al exterior), se le puede administrar la vacuna a partir de
los 6 meses de edad. Sin embargo, los niños vacunados de forma temprana igualmente deben
vacunarse al cumplir las edades recomendadas.
Ten en cuenta:
Si vas a viajar fuera de los EE. UU. y tu hijo tiene entre 6 y 11 meses, habla con su proveedor
de atención médica sobre la posibilidad de vacunarlo contra el sarampión antes de lo previsto.
Si tu hijo pequeño o adolescente no recibió las dos dosis de la vacuna en los momentos
recomendados, es posible que necesite recibir dos dosis de la vacuna con cuatro semanas de
diferencia.
Los bebés nacidos de mujeres que han recibido la vacuna o que son inmunes porque ya han
tenido sarampión suelen estar protegidos contra el sarampión durante unos 6 meses después
del nacimiento. Si un niño requiere protección contra el sarampión antes de los 12 meses de
edad (por ejemplo, porque debe viajar al exterior), se le puede administrar la vacuna a partir de
los 6 meses de edad. Sin embargo, los niños vacunados de forma temprana igualmente deben
vacunarse al cumplir las edades recomendadas.
Aislamiento. Dado que el sarampión es muy contagioso desde casi cuatro días antes hasta
cuatro días después de la aparición del sarpullido, las personas con sarampión deben quedarse
en casa y no retomar las actividades en las que interactúen con otras personas durante este
período.
Quienes no estén vacunados, por ejemplo, los hermanos de la persona infectada, deben
mantenerse alejados de esta.
Vacunación. Asegúrate de que todas las personas que estén en riesgo de contraer sarampión y
no tengan el esquema completo de vacunación reciban la vacuna contra el sarampión lo antes
posible. Esto incluye a los bebés mayores de 6 meses y a cualquier persona nacida desde
1957 en adelante que no tenga evidencia de inmunidad.
Prevención del sarampión durante un brote o infección conocida
Si alguien en tu casa tiene sarampión, toma estas precauciones para proteger a tus amigos y
familiares que no tienen inmunidad:
Aislamiento. Dado que el sarampión es muy contagioso desde casi cuatro días antes hasta
cuatro días después de la aparición del sarpullido, las personas con sarampión deben quedarse
en casa y no retomar las actividades en las que interactúen con otras personas durante este
período.
Quienes no estén vacunados, por ejemplo, los hermanos de la persona infectada, deben
mantenerse alejados de esta.
Vacunación. Asegúrate de que todas las personas que estén en riesgo de contraer sarampión y
no tengan el esquema completo de vacunación reciban la vacuna contra el sarampión lo antes
posible. Esto incluye a los bebés mayores de 6 meses y a cualquier persona nacida desde
1957 en adelante que no tenga evidencia de inmunidad.
No existen pruebas de un posible vínculo entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la
rubéola y el autismo
Luego del estudio del sarampión, paperas y rubéola en 1998, se constataron algunos
descensos en la cantidad de vacunas en el Reino Unido y otros países y algunas personas
creyeron que había un posible vínculo. Desde entonces, se han planteado preocupaciones
generalizadas sobre un posible vínculo entre la vacuna contra sarampión, paperas y rubéola y
el autismo. Sin embargo, en los informes exhaustivos de la American Academy of Pediatrics
(Academia Estadounidense de Pediatría), la National Academy of Medicine (Academia
Nacional de Medicina) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC,
por sus siglas en inglés) se llegó a la conclusión de que no existe una relación con evidencia
científica entre la vacuna contra sarampión, paperas y rubéola y el autismo.