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Resumen Sucesiones-1

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UNIDAD I

EL DERECHO DE LAS SUCESIONES EN EL MARCO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL: La


catedra tiene como base la postura del Trialismo Jurídico, es decir, que el derecho son las normas, pero
también lo son la realidad social y los valores en juego de la realidad. Es decir, no solo se tiene en cuenta la
norma jurídica, sino que, se le debe asignar un valor justicia, valorar la conducta y la norma.
No vamos a profundizar el estudio de la materia simplemente como un libro del CCyC, sino como parte de
un derecho dinámico, que nos lleva a las disposiciones de la CN y a los tratados de DDHH. El derecho
sucesorio ocupa un libro propio en el CCyC (2015), es el libro quinto (normas de fondo), también se
encuentra en los códigos de procedimiento locales (normas de forma, adjetivas, el paso a paso del proceso
sucesorio) y en la CN y los tratados de DDHH.
EL DERECHO DE LAS SUCESIONES EN EL NUEVO SISTEMA DE FUENTES DEL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL: El
CCyC en su art. 1º establece: “Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser resueltos
según las leyes que resulten aplicables, conforme con la CN y los tratados de DDHH, en los que la republica
sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuanta la finalidad de la norma. Los usos, practicas y costumbres son
vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente,
siempre que no sean contrarios a derecho”.

En el art. 2 el CCyC determina la “Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus
palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre DDHH, los
principios y valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento”.
PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO:
Art. 8 del CCyC establece el “Principio de Inexcusabilidad” el que reza: la ignorancia de las leyes no sirven
de excusa para su cumplimiento, si la excepción no esta autorizada por el ordenamiento jurídico.

El art. 9 expresa el “Principio de buena fe”, los derechos deben ser ejercidos de buena fe. Supone en las
personas verdad, honradez, justicia, no aprovechamiento ni uso del poder o el engaño.

El art. 10 expresa el “Principio de Abuso del derecho”: El ejercicio regular de un derecho propio o el
cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto.

El art. 11 el “Principio de Abuso de la posición dominante”, como una especie de abuso de derechos para
la producción o intercambio de bienes y servicios, a fin de proteger el interés económico general. La cual
prevé sanciones para quienes constituyan abuso de una posición dominante en un mercado.

El derecho de FamiliaS (con plural) constitucionalizado, que a partir de una concepción inclusiva se
reconoce la diversidad de múltiples formas familiares, y de la realidad social, donde las personas tienen
trayectorias familiares que incluyen la posibilidad de formar mas de una familia simultanea o
sucesivamente, donde es necesario superar la idea de una sola familia tradicional. La Argentina con la
Convención de los Derechos del Niño, posteriormente con la ley 26061 de Protección Integral de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (2005) con su decreto reglamentario 415/06 que pregona que se
entenderá por “familia o núcleo familiar” además de los progenitores, a las personas vinculadas a los niños,
niñas y adolescentes, a través de las líneas de parentesco por consanguinidad o por afinidad, o con otros
miembros de la familia ampliada. Son otros miembros que representan para las niñas, niños o
adolescentes vínculos significativos y afectivos en su historia personal como en su desarrollo, asistencia y
protección.
También la vigencia de la Ley del Matrimonio Igualitario (ley 26618 – 2010), que es en realidad Ley de
Matrimonio Civil (2010) que estableció: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con
independencia de los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.

El Principio inclusivo y no discriminatorio.

Pero seguían quedando sin regular otras formas familiares que en las estadísticas tienen un protagonismo,
las provenientes de las uniones convivenciales, y que fueron incorporadas en el Libro Segundo del Código
Civil y Comercial, aclarando que en nuestra materia propia tiene mayores limitaciones por lo que requiere
el ejercicio pleno en vida del “Principio de la Autonomía de la voluntad”.

El principio de la solidaridad familiar que impone el sistema de la legítima como limite a la autonomía de
la voluntad. Prevé un régimen especial cuando se trata de hijos del causante con discapacidad.

El Principio de la prohibición de pactos sobre herencias futuras: con la excepción del art. 1010 del CCCN
en la sección de los contratos que da la posibilidad de realizar planificación sucesoria cuando se trata de
explotaciones productivas o participaciones societarias para conservar la unidad de la gestión empresarial
o la prevención o solución de conflictos.

INTERPRETACION DE LA LEY Y LOS ACTOS JURIDICOS EN EL MARCO DEL DERECHO SUCESORIO. LEY
APLICABLE A LAS SUCESIONES:
Art. 2 CCCN, Interpretación: La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades,
las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los principios y
los valores jurídicos de modo coherente con todo el ordenamiento.
Los principios y valores también son importantes a la hora de interpretar sobre todo en los casos civiles y
comerciales a nivel general.
El Poder Judicial cuando es llamado a resolver casos debe ejercer un control de constitucionalidad y de
convencionalidad entre las normas internas y tratados de DDHH. Todas las cuestiones se resuelven
aplicando la ley de forma y la ley de fondo siempre teniendo en cuenta la CN y los tratados de DDHH, las
resoluciones que no se basen en dichos motivos, puede ser causales de impugnación.
El art. 2644 del CCyC (Libro VI) establece que el derecho aplicable será el del domicilio del causante al
tiempo de su fallecimiento.

TIPOS DE SUCESORES. HEREDERO/A Y LEGATARIO. HEREDERO/A UNIVERSAL Y DE CUOTA:

SUCESIÓN MORTIS CAUSA: Es la reemplazo de una persona en los bienes y derechos transmisibles, dejado
a su muerte por otra; y por yuxtaposición de sus dos modalidades de sucesión universal y particular,
podríamos definirla como la sustitución de una persona en el conjunto de relaciones jurídicas
transmisibles, que correspondían al tiempo de su muerte, a otra, o en bienes y derechos determinados
dejados por el difunto.
Articulo 2277. Apertura de la sucesión: La muerte real o presunta de una persona causa la apertura de su
sucesión y la transmisión de su herencia a las personas llamadas a sucederle por el testamento o por la ley.
Si el testamento dispone sólo parcialmente de los bienes, el resto de la herencia se defiere por la ley.
La herencia comprende todos los derechos y obligaciones del causante que no se extinguen por su
fallecimiento.

Elementos de la sucesión mortis causa:


1) Sujeto: la persona causante.
2) Causa: muerte real (arts. 93 a 95) o presunta (arts. 79 a 92).
3) Efecto: causa la apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia o sea la titularidad del
patrimonio de la persona causante a los nuevos titulares.
4) Personas herederas: que son las personas llamadas a sucederlo.
5) Fuente de la vocación hereditaria: por testamento o por la ley y el objeto: los derechos y obligaciones
que no se extinguen por su fallecimiento.

CLASES DE SUCESORES: HEREDEROS/AS O LEGATARIOS/AS: El Código Civil y Comercial en el art. 2278


brinda el concepto de heredero/a y legatario/a: “Se denomina heredero a la persona a quien se transmite
la universalidad o una parte indivisa de la herencia, legatario al que recibe un bien particular o un conjunto
de ellos”.
Herederos/as. Según el contenido de la sucesión:
Heredero/a Universal: Persona a la que se le transmite la universalidad de la herencia y sucede al causante
con vocación a todos los bienes de la herencia. Tienen derecho a acrecer, o sea vocación a todos los bienes
de la herencia a los cuales el testador no hubiese dado un destino diferente.
Heredero/a de Cuota: Persona a quien se le transmite una fracción de la herencia y salvo disposición en el
testamento de la persona causante no tiene derecho de acrecer o vocación a todos los bienes de la
herencia.
Herederos/as según el llamamiento o vocación sucesoria:
Herederos/as Legítimos/as: Personas llamadas a suceder por la ley, que presume el afecto de la persona
causante hacia esas personas con las cuales mantiene vínculos más cercanos, tiene esto que ver con la
solidaridad familiar. El CCCN sigue la tradición nacional romanista (ascendientes, descendientes) y agrega
el/la cónyuge. O sea la ley difiere (dice a quienes corresponde suceder) a descendientes, ascendientes,
cónyuge supérstite y a parientes colaterales dentro del cuarto grado en el orden. A falta de herederos/as
los bienes van a corresponder al Estado según la ubicación de los mismos (esto se conocía como herencia
vacante). Entre estos herederos/as llamados por la ley a suceder se distinguen:
• Herederos/as Legitimarios o Forzosos: A quienes no se puede privar de una porción de la herencia: “la
legítima” (como veremos es una porción indisponible para la persona causante), salvo por una causa
excepcional (causas de indignidad). Tienen este lugar: descendientes (hijos/as por naturaleza, por
adopción o por TRHA sin distinción), ascendientes y cónyuge.
• Herederos/as Legítimos no Legitimarios: son los llamados por la ley a falta de herederos/as forzosos o
testamentarios. Tienen este lugar: colaterales hasta el cuarto grado.
• Herederos/as Testamentarios: personas llamadas por el testamento a suceder.

LEGATARIOS/AS: Sucede al causante para un bien particular o un conjunto de bienes particulares, no es


heredero/a y debe pedir la entrega del legado a quienes son herederos/as, al albacea o quien administra la
herencia aun cuando lo tenga en su poder. El legado es un modo de adquisición de un objeto. No continua
ni confunde su patrimonio con el del/la causante y su responsabilidad se encuentra limitada al valor de la
cosa legada. Nunca podrá el acreedor pretender cobrarse sobre los bienes propios del legatario. Agota en
su adquisición todas sus relaciones con el heredero/a o la sucesión.

CAPACIDAD PARA SUCEDER:


Personas que pueden suceder: La capacidad para adquirir una sucesión se debe tener al tiempo de la
apertura, se presume la capacidad con las siguientes precisiones:
• Personas humanas existentes al momento de su muerte.
• Concebidas al momento de la muerte si nacen con vida.
• Nacidas después de la muerte por TRHA conforme 516.
• Personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas por su testamento.
El CCCN aclara desde el inicio que tanto las personas humanas (antes se decía físicas) como las jurídicas
tienen capacidad para suceder, las personas llamadas son sucesores y el llamamiento como hemos dicho
testamentario o legal, universal o particular, al llamamiento se denomina también vocación sucesoria, y
tratándose de herederos/as decimos vocación hereditaria. Las personas existentes vivas al momento de la
muerte de la persona causante no traen ninguna dificultad, en el caso de las concebidas si exige que nazca
con vida, es decir hay aquí una condición resolutoria, si nace y después fallece se debe desarrollar el propio
proceso de sucesión de ese heredero/a, pero si no vive no hereda; con relaciona las Técnicas de
Reproducción Humana Asistida (TRHA) tiene coherencia la disposición con la nueva posibilidad filial, y
como no podía ser de otro modo remite a ese régimen que se estudió en derecho de las familias. Con
relación a las personas jurídicas, la regla es que existan al momento de la muerte, pero la excepción
contemplada es las fundaciones que en el propio testamento ordena crear.

INDIGNIDAD. CAUSALES Y LEGITIMACIÓN. ELIMINACIÓN DEL INSTITUTO DE LA DESHEREDACIÓN:

INDIGNIDAD: es el instituto mediante el cual se resuelven los derechos sucesorios de quien hubiere
ofendido al/a la causante mediante la comisión de los hechos descriptos en la legislación, previa petición
de parte legitimada y con la consecuente pérdida de la vocación hereditaria respecto únicamente de la
herencia de la persona ofendida (relativa). El Código considera que quien realiza las conductas
expresamente detalladas esta en incompatibilidad moral con la persona causante, y habíamos visto que la
vocación hereditaria parte de presumir un vínculo de afecto y solidaridad. No depende como la
desheredación, sino de un proceso judicial promovido por una persona legitimada. Por ende, nadie puede
ser reputado indigno/a aun cuando hubieran existido las conductas si no media acción de persona
interesada y legitimada y con una sentencia condenatoria.

Causas de indignidad: Son indignos de suceder:


• Los autores, cómplices o partícipes de delito doloso contra la persona, el honor, la integridad sexual, la
libertad o la propiedad del causante, o de sus descendientes, ascendientes, cónyuge, conviviente o
hermanos. Esta causa de indignidad no se cubre por la extinción de la acción penal ni por la de la pena.
• Los que hayan maltratado gravemente al causante, u ofendido gravemente su memoria.
• Los que hayan acusado o denunciado al causante por un delito penado con prisión o reclusión, excepto
que la víctima del delito sea el acusador, su cónyuge o conviviente, su descendiente, ascendiente o
hermano, o haya obrado en cumplimiento de un deber legal.
• Los que omiten la denuncia de la muerte dolosa del causante, dentro de un mes de ocurrida, excepto
que antes de ese término la justicia proceda en razón de otra denuncia o de oficio. Esta causa de
indignidad no alcanza a las personas incapaces ni con capacidad restringida, ni a los descendientes,
ascendientes, cónyuge y hermanos del homicida o de su cómplice.
• Los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al causante los alimentos debidos, o no lo hayan
recogido en establecimiento adecuado si no podía valerse por sí mismo.
• El padre extramatrimonial que no haya reconocido voluntariamente al causante durante su menor
edad.
• El padre o la madre del causante que haya sido privado de la responsabilidad parental (el cuidado, la
alimentación, la orientación para una evolución acorde a su edad, entre otras).
• Los que hayan inducido o coartado la voluntad del causante para que otorgue testamento o deje de
hacerlo, o lo modifique, así como los que falsifiquen, alteren, sustraigan, oculten o sustituyan el
testamento.
• Los que hayan incurrido en las demás causales de ingratitud que permiten revocar las donaciones.

En todos los supuestos enunciados, basta la prueba de que al indigno le es imputable el hecho lesivo, sin
necesidad de condena penal. La ley de algún modo presume que la persona causante ha sido menoscabada
o agredida en su libertad, honor o salud y por ello excluye a ese heredero/a, no obstante, otorga la
posibilidad de respetar el perdón a la ofensa.

Perdón de la indignidad: La cual puede ser expresa o tácita. En el caso de ser tácito debe ser objeto de
prueba. Es expreso, cuando la persona causante en el testamento beneficia al indigno, si dicho
instrumento fue realizado con posterioridad a los hechos de indignidad, la excepción a esta hipótesis es
que se pruebe el desconocimiento de tales hechos por el testador.
Los elementos esenciales de la acción son: oportunidad de interposición, legitimados activos y pasivos;
tiempo de interposición de la demanda.

Oportunidad: La exclusión de la persona indigna solo puede ser demandada después de abierta la
sucesión, o sea, después de la muerte de la persona causante. El hecho configurativo de la causal de
indignidad debe existir al tiempo del fallecimiento de la persona causante. Sin embargo, hay supuestos de
excepción en los que los hechos son posteriores al fallecimiento de la persona causante, como la
sustracción del testamento, la falta de denuncia de la muerte dolosa de la persona causante, o la ofensa a
su memoria.

Legitimación activa: Quienes pueden interponer la acción de indignidad son: los parientes a quienes
corresponde suceder en lugar del excluido o en concurrencia con él, el/la cónyuge de la persona causante,
el/la heredero/a instituido y el de cuota; no tienen legitimación los legatarios y acreedores de la persona
causante o de los herederos.
Es decir, por vía de acción: puede interponer la acción de indignidad quien pretende los derechos
atribuidos al indigno; no puede ser demandada por quienes no les corresponde suceder a falta del excluido
de la herencia. Por vía de excepción: puede interponer la acción de indignidad el demandado por
reducción, colación o petición de herencia.

Legitimación pasiva: La acción puede ser dirigida contra los sucesores a título gratuito del indigno,
herederos, herederos instituidos y herederos de cuota. También contra sus sucesores particulares a título
oneroso de mala fe. Se considera de mala fe a quien conoce la existencia de la causa de indignidad.

Caducidad: Se determinó la extinción de la acción por el mero transcurso de un plazo configurado por la
ley como carga para su ejercicio. Con tres supuestos:
• Heredero/a indigno/a: la acción caduca por el transcurso de tres años desde la apertura de la sucesión.
• Legatario/a indigno/a: la acción caduca por el transcurso de tres años desde la entrega del legado.
• Quien fuese demandado/a por el indigno por reducción, colación o petición de herencia: puede invocar
la indignidad en todo tiempo.
Efectos. La sentencia de declaración de indignidad excluye al indigno de la herencia y se considera como si
nunca hubiese sido heredero/a. Debe restituir los bienes recibidos como si fuera un poseedor de mala fe,
es decir debe restituir los frutos percibidos, los naturales devengados no percibidos y los que por su culpa
deja de percibir, los productos que haya obtenido de la cosa, los frutos pendientes corresponden a quien
tiene derecho a la restitución de la cosa, no puede reclamar indemnización por las mejoras de mero
mantenimiento ni las suntuarias. Podrá si reclamar el costo de las mejoras necesarias, excepto que se
hayan originado por su culpa y el pago de las mejoras útiles pero solo hasta el mayor valor adquirido por la
cosa, los acrecimientos naturales en ningún caso son indemnizables.
A su vez quien fuera declarada indigna debe pagar intereses de las sumas de dinero percibidas.

LEY APLICABLE Y COMPETENCIA. CONTENIDO DE LA TRANSMISIÓN HEREDITARIA. RÉGIMEN SUCESORIO


Y APLICACIÓN DE LA LEY EN EL TIEMPO. SUCESIÓN INTERNACIONAL SUCESIONES EXTRANJERAS Y EN EL
EXTRANJERO. COMPETENCIA JUDICIAL:

LEY APLICABLE: Si la sucesión mortis causa es la transmisión de todo o parte del patrimonio, lo que se debe
determinar es que ley aplicar en caso que ese patrimonio este compuesto por bienes en distintos países, lo
cual es muy frecuente por las inversiones en el extranjero y por la movilidad de los ciudadanos que en su
trayectoria de vida pueden tener inmuebles en uno, muebles registrables y/o de valor en otro, y el deceso
se puede producir en otro. La cuestión se definió en el CCCN en el titulo específico de Derecho
Internacional Privado. La sucesión se rige por el derecho del domicilio de la persona causante al tiempo de
su fallecimiento.
Respecto a bienes situados en el país, se aplica el derecho Argentino. Los legisladores optaron por un
sistema mixto que distingue los bienes inmuebles que se rigen por la ley de su ubicación (lex reisitae) y a
los muebles el de la ley del domicilio (o en otros sitios de la nacionalidad).

Competencia: La competencia para entender en el juicio sucesorio corresponde al juez del lugar del último
domicilio del causante. El mismo juez conoce de las acciones de petición de herencia, nulidad de
testamento, los litigios relacionados con la administración de la herencia, disposiciones testamentarias, de
mantenimiento de la indivisión, operaciones de partición, de garantía de los coparticipes y de la reforma y
nulidad de la partición.
El caso del/la heredero/a único/a, permite tramitar en el juez de su propio domicilio cuando sean acciones
personales, no así las reales.

Contenido de la Transmisión Hereditaria: La herencia comprende todos los derechos y obligaciones del
causante que no se extinguen a su fallecimiento, sean patrimoniales (contratos) o extra patrimoniales
(pensiones, seguros de vida).

Sucesión Internacional. Sucesiones extranjeras y en el extranjero: La Constitución Nacional con la reforma


del 1994 ordenó la preeminencia del derecho internacional sobre el nacional al declarar en el art. 75, inc.
22, que los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes. La frontera nacional cede ante
fuentes de producción internacional; de allí que, para afrontar un caso de derecho internacional privado, el
CCCN dispone que la primera consulta sea sobre la vigencia de un tratado que regule la cuestión y, en caso
de no existir, recurrir a normas jurídicas de producción nacional.
El CCCN incluye tres normas de derecho internacional privado:
1. La norma de conflicto o indirecta. Localiza la situación privada internacional al derecho con el cual
posee la conexión más estrecha, para que sea ese ordenamiento quien brinde la solución al caso.
2. La norma material especial o directa. Es aquella que brinda una respuesta inmediata de fondo a la
situación privada internacional y con la característica que el caso no se remite al derecho de otro
Estado.
3. La norma internacionalmente imperativa o de policía, fundada en que hay áreas donde el Estado
considera imprescindible que sea el derecho nacional el que regule la situación por razones sociales,
económicas o de seguridad y, por lo tanto, opta porque ciertos conflictos se solucionen con el
ordenamiento jurídico nacional.

Las causas de la sucesión internacional son el fallecimiento y la movilidad territorial de las personas, de su
patrimonio e inversiones a las que un sistema económico globalizado permite acceder. Los sistemas
sucesorios nacionales se clasifican según atributos que tienen en cuenta:
1. Libertad de testar o por medio de legítimas;
2. Testamento unilateral o pactado;
3. Testamento formal o informal;
4. Capacidad para testar;
5. Transmisión instantánea o intermedia;
6. Personas que pueden heredar.

En cuanto a los sistemas de derecho internacional privado tienen vigencia:


1. Sucesión germánica escisionista (idea económica-política) que entraña soluciones territoriales y
pluralidad de sucesión en bienes inmuebles, porque lo importante son los bienes dejados por la
persona causante y no la persona causante en sí;
2. Sucesión romana - sustitución persona, con respuestas normativas únicas ya que la sucesión se rige por
una sola ley, puesto que se concibe la sucesión como una sustitución de la persona fallecida en otra o
varias personas;
3. Sistema de la professio juris, donde la persona causante puede elegir el derecho conflictual de la
sucesión; está facultado para adoptar la ley aplicable. Es decir, por ejercicio de su autonomía la persona
causante dispone entre las leyes vinculadas a su patrimonio, cuál de ellas regulará la materia sucesoria.

Existiendo bienes hereditarios calificados como “inmuebles” en la república, existe jurisdicción nacional del
juez del lugar de su situación. Ahora bien, si la persona causante con domicilio en el extranjero dejó en el
país inmuebles en diferentes provincias, tiene competencia el juez de cualquiera de las jurisdicciones
donde se encuentren los bienes, sin importar el valor o la cantidad de ellos, a opción de quien promueva el
juicio sucesorio.
Cuando se dispone que respecto de los bienes inmuebles situados en el país se aplique el derecho
argentino, esa regulación funciona como norma internacionalmente imperativa (norma de policía) que
excluye al derecho extranjero al tratarse de una ley unilateral.
Con respecto a las formas de los testamentos la norma de derecho internacional privado es más flexible y
respetuosa del pluralismo jurídico, ya que permite la forma testamentaria si responde a: a) formas exigidas
por la ley del lugar de su otorgamiento; b) por la ley del domicilio, de la residencia habitual, o de la
nacionalidad del testador al momento de testar; o c) por las formas legales argentinas.
El CCCN regula el supuesto de la falta de herederos/as que correspondan a bienes de una persona
fallecida. Mantiene la solución legal que es una cuestión de imperio del estado argentino frente a
herencias vacantes.

ACEPTACIÓN Y RENUNCIA A LA HERENCIA: El CCCN reconoce tanto libertad como oportunidades para
aceptar o renunciar a la herencia, y el legislador expuso las consecuencias del silencio. El titular de la
vocación hereditaria —a partir de la muerte de la persona causante— puede consolidar o resolver la
vocación mediante la aceptación o la renuncia, respectivamente. Es desde el momento de la muerte
cuando se produce la apertura de la sucesión que nace para el titular de la vocación hereditaria la facultad
de aceptar o renunciar a la herencia. Por ende, solamente pueden aceptarse las herencias ya abiertas, pero
no las futuras.
La aceptación no podrá ser parcial, o mejor dicho si así se hacer implica la aceptación del todo, o sea es
indivisible, pura, lisa y llana, porque no puede establecer condiciones, a fin de evitar incertidumbre en
torno al heredero/a. En toda aceptación hay separación de patrimonios y la responsabilidad del/la
heredero/a como regla es limitada intra vires hereditatis.
El/la heredero/a puede aceptar o renunciar a la herencia y tiene libertad para ello, pero se ha regulado que
el derecho de OPCION de aceptar tiene un plazo de caducidad. Es decir, el/la heredero/a que no acepta la
herencia en 10 años, extingue su derecho por no haberlo ejercido, se lo tiene por renunciante y se
computa el plazo para los herederos/as de grado más cercano desde la apertura de la sucesión o sea desde
la muerte de la persona causante, para los herederos/as de grado ulterior desde que el/la heredero/a
preferente es excluido de la sucesión.
No hay que confundir la caducidad del plazo para aceptar que transcurridos los 10 años implica renuncia,
con el silencio después de haber sido intimado porque en este caso significa aceptación. El art. 2289 faculta
a cualquier interesado, acreedores y personas legatarias a intimar al heredero/a judicialmente a aceptar o
renunciar a la herencia en un plazo no menor de un mes ni mayor de tres meses, renovable por una sola
vez por justa causa. Deberá para intimar esperar los 9 días de llanto y luto para peticionar y luego debe
darle al heredero/a entre un mes y tres meses para que defina. Si se trató de un heredero/a instituido bajo
condición suspensiva para intimarlo habrá que esperar que se cumpla la condición. Ese derecho de opción
de aceptar o renunciar en caso de fallecimiento del/la heredero/a se transmite a quienes heredan a esta
última persona, en caso de descuerdo, individualmente podrán ejercer el derecho de opción aceptando
unos y renunciando otros. Es decir junto con el acervo hereditario se transmite la facultad de aceptar o
renunciar.

Efectos de la opción: serán retroactivos al día de la apertura. Si acepta: se produce a) la separación de


patrimonios; o b) la limitación de la responsabilidad. El/la heredero/a una vez pagadas las deudas y cargas
de la sucesión existiendo un remanente puede disponer libremente de él.
Renuncia: si el/la heredero/a renuncia en perjuicio de sus acreedores personales estos pueden pedir
aceptarla si al momento de la renuncia poseen un crédito a su favor.

Formas de la aceptación: Las formas de aceptación de la herencia son expresa o tácita, la primera es
cuando acepta la calidad de heredero/a por un instrumento público o privado, o sea de modo escrito claro,
liso llano e indubitable con firma y fecha cierta por la trascendencia del acto; y la tácita cuando se tratan de
actos que presuponen la voluntad de aceptar la herencia porque si no podría hacerlos.
El art 2294 enumera en siete incisos los actos que implican aceptación tácita :
1. Iniciación del juicio sucesorio o la presentación en un juicio como heredero/a;
2. La disposición a título oneroso o gratuito de bienes no registrables, o si lo fueran la firma del boleto de
compraventa también seria aceptación tácita;
3. La ocupación o habitación de inmuebles de los que el causante era dueño o condominio después de
transcurrido un año del deceso, donde antes no residía;
4. No oponer la falta de aceptación en caso de haber sido demandado como herederos (actuación en
juicio del heredero/a);
5. La cesión de derechos hereditarios sea a título oneroso o gratuita;
6. La renuncia de la herencia a favor de alguno de sus herederos aunque sea gratuita porque es un acto
de disposición;
7. La renuncia de la herencia por un precio a favor de los coherederos/as, siendo al onerosidad el factor
decisivo.

Aceptación forzada: es aquella que resulta de actos del/la heredero/a que merecen una sanción, disponen
para el/la heredero/a que oculte o sustraiga bienes de la herencia la sanción será considerarlo aceptante
con responsabilidad ilimitada, perdiendo incluso el derecho de renuncia, y no tendrá parte de esos bienes
que han sido ocultados o sustraídos del acervo. Quien incurre en estas conductas además deberá restituir
la cosa y si esto no fuera posible, quedara obligado a reintegrar el valor que tenga la cosa al momento de
ser devuelta al acervo, quedaría excluido el caso que el/la heredero/a no proceda con dolo sino que
tuviera buena fe. Habría una excepción a las sanciones de la aceptación forzada si la persona fuera incapaz
o con capacidad restringida, si lo hizo su representante siendo este el responsable.

Renuncia: Si el/la heredero/a renuncia se lo juzga como no habiendo sido nunca heredero/a, como si no
hubiera existido, para ello no tiene que haber mediado acto de aceptación.

Formas: expresamente se requiere escritura pública o acta judicial incorporada al expediente judicial
siempre que el sistema informativo asegure la inalterabilidad del instrumento.

Retractación a la renuncia: subsiste por el plazo de caducidad de la opción para la aceptación de los 10
años para el caso que no medie aceptación de otros co-herederos/as, ni el estado haya entrado en
posesión de los bienes, y no afectara derechos adquiridos por terceros sobre los bienes de la herencia.
UNIDAD 2:
CESIÓN DE DERECHOS HEREDITARIOS: La regulación de la cesión de herencia resulta una novedad
relevante ya que no estaba sistemáticamente incluida en el Código Civil Velezano y ahora lo está en el
Título III, cesión de herencia.
Se regula la cesión de herencia. Aunque se trata de un contrato, se entiende, por razones prácticas, que no
es metodológicamente incorrecto incluirlo entre las normas que regulan el derecho de sucesiones.
La cesión de herencia o de derechos hereditarios ha sido definida como el contrato mediante el cual el
heredero (titular del todo o de una parte alícuota), cedente, transmite a un coheredero o a un tercero,
cesionario, la universalidad jurídica –herencia- o una cuota de ella, sin consideración especial de los
elementos singulares que la componen. Se define el contrato especial “cuando una de las partes transfiere
a la otra un derecho” aclarando que se aplican las reglas de la compraventa, la permuta o la donación
según la contraprestación que se pacte. Es un contrato aleatorio. No se trasmite la calidad de heredero.
El objeto del contrato es de contenido patrimonial. En casos de herederos únicos como no se produce
ningún estado de indivisión y la universalidad está compuesta por cada uno de los bienes que la integran
en este único caso puede ceder sus derechos hereditarios en forma total o sobre un bien particular.

Forma: La cesión de herencia es un contrato formal. El CCyC exige la escritura pública como requisito
formal para la cesión de herencia, deben otorgarse por escritura pública.

Momento a partir del cual produce efectos: Solo pueden cederse los derechos sobre una herencia a partir
de la muerte del causante y en tanto los bienes hereditarios se encuentren indivisos, es decir, hasta el
momento de la partición.
Momento a partir del cual produce efectos:
1. Entre contratantes desde la celebración. Al ser la cesión de herencia un contrato consensual, produce
efectos entre las contratantes, desde su celebración, en escritura pública.
2. Respecto de otros herederos, legatarios y acreedores del cedente, desde que la escritura pública se
incorpora al expediente sucesorio.
3. Respecto al deudor de un crédito de la herencia. La cesión produce efectos desde que se le notifica la
cesión de derechos hereditarios.

Derechos del cesionario. Garantía de evicción: El cesionario adquiere los mismos derechos que le
correspondían al cedente en la herencia.
En la cesión onerosa, el cedente garantiza al cesionario su calidad de heredero y la parte indivisa que le
corresponde en la herencia (por ejemplo, si en lugar de un medio, recibe un tercio), excepto que sus
derechos hayan sido cedidos como litigiosos o dudosos, sin dolo de su parte. No transmite la calidad de
heredero pero la garantiza. No responde por la evicción ni por los vicios de los bienes de la herencia,
excepto pacto en contrario. En lo demás, su responsabilidad se rige por las normas relativas a la cesión de
derechos.
El cedente debe entregar al cesionario los bienes que componen la herencia, en la medida del derecho
cedido. Hay que tener en cuenta que se trata de un contrato aleatorio, cuyo carácter está dado por el
objeto del contrato, ya que no se transmiten bienes específicamente individualizados, sino el derecho
hereditario que puede variar en su extensión. El cedente debe responder por la evicción que excluye su
calidad de heredero y no por la de los bienes de que la herencia se compone. Por ende, si resulta vencido
en una acción de petición de herencia, el cedente debe resarcir los daños y perjuicios ocasionados al
cesionario.
En cambio, si el cedente cede su derecho como “litigioso o dudoso” en ese caso no responde por evicción.
Si se pacta excluir la garantía de evicción y el cedente es de buena fe, este no respondería por daños y
perjuicios pero debería restituir el precio que recibió del cesionario.
Si la cesión es gratuita, el cedente solo responde en los casos en que el donante es responsable. Su
responsabilidad se limita al daño causado de mala fe.
Obligaciones del cesionario: La norma alude a dos clases de obligaciones: a) las deudas y cargas de la
sucesión; y b) las cargas particulares del cedente y tributos que gravan la transmisión hereditaria. La norma
limita la responsabilidad del cesionario a las deudas y cargas de la sucesión, siempre que no excedan del
valor de la porción de la herencia recibida. Respecto a las cargas particulares del cedente y los tributos que
gravan la transmisión hereditaria, están a cargo del cesionario, en caso de no estar satisfechas al tiempo de
la cesión.

La cesión y la extinción del régimen patrimonial matrimonial por muerte: Si el causante era una persona
casada, bajo el régimen de comunidad de ganancias, presente el orden hereditario de los descendientes
y/o de los ascendientes, la apertura de la sucesión da inicio a un estado de indivisión hereditaria.
En el CCyC vigente, la comunidad de ganancias se rige en la disolución, si el cónyuge supérstite cede los
derechos indivisos, ese contrato se rige por las reglas del Título III, de la cesión de herencia.
Podrían presentarse diferentes supuestos en los que siempre se ha debatido el alcance de los derechos
cedidos, distinguiéndose si el cónyuge actualiza solo su vocación hereditaria o si el cónyuge concurre con
descendientes o con ascendientes.
a) El cónyuge solo. Es una situación en la que no opera la indivisión hereditaria. El cónyuge puede celebrar
los contratos que estime pertinentes.
b) El cónyuge concurre con el orden hereditario de los descendientes. El cónyuge supérstite ostenta un
derecho indiviso a la extinción de la comunidad de ganancias que puede ceder. La mitad de gananciales
que correspondan al supérstite pueden cederse, y ese contrato se rige por la cesión de herencia.
c) El cónyuge concurre con el orden hereditario de los ascendientes. El cónyuge supérstite ostenta un
derecho indiviso a la extinción de la comunidad de ganancias que puede ceder. La mitad de gananciales
que correspondan al supérstite pueden cederse, y comprenden la indivisión postcomuntaria del régimen
de comunidad. El contrato por el que cede estos derechos se rige por la cesión de herencia.

Cesión de herencia e indivisión postcomunitaria: La norma contempla la situación en que el cónyuge


supérstite cede los derechos de los que es titular en la indivisión postcomunitaria, acaecida por muerte del
otro. Sin embargo, se ha observado que la norma no zanja la cuestión referida a cómo debe interpretarse
la cesión de derechos hereditarios por el cónyuge, lo que exigirá una tarea de interpretación relevante,
dirigida a distinguir lo que configuran “derechos hereditarios” de “derechos a la indivisión
postcomunitaria”, los derechos indivisos del cónyuge supérstite, postcomunitarios, no son derechos
hereditarios. En todo caso creemos que la expresión de la cesión debe ser clara y expresar que es lo que
realmente se cede.
Esto es importante porque en la práctica es frecuente el error en que se incurre al ceder solo los bienes
hereditarios y no así los indivisos postcomunitarios , o a la inversa y considerar que se ha cedido todo
cuando no es así, a veces en una misma propiedad se dan ambas situaciones, por ejemplo si una cónyuge
sobrevive a su esposo y no tienen hijos, si están vivos sus suegros y la casa es ganancial, ella tiene por un
lado su derecho como miembro de la comunidad al 50% y respecto del resto concurre con los suegros con
un 25% cada uno, en este caso si efectivamente quiso disponer el todo deberá realizar cesión de derechos
de la comunidad y hereditarios.

Cesión de bienes determinados: La cesión de derechos sobre bienes determinados que forman parte de
una herencia no se rige por las reglas del contrato que corresponde, y su eficacia está sujeta a que el bien
sea atribuido al cedente en la partición.
El cesionario adquiere de esa forma la totalidad o la parte alícuota del acervo sucesorio que le corresponde
cuando el cedente integra la comunidad hereditaria con otros coherederos. Es por ello que la norma
expresa claramente cuál es el objeto sobre el que puede recaer la cesión de herencia: una universalidad
jurídica o parte de ella, pero no bienes específicos.
Se transmite una “universalidad”, no puede implementarse la cesión de derechos hereditarios para
transmitir bienes particulares que componen la herencia; si así se hiciera la cesión, la eficacia de este tipo
de transmisiones está sujeta a que el bien sea atribuido al cedente en la partición es decir, entonces si se
cedió el derecho a un bien determinado a cambio de un precio, cuando este resulte adjudicado al cedente
se aplicaran las normas de la venta y solo así el cesionario podrá titularizarlo; si se cedió gratuitamente, y le
corresponde ese bien será aplicable las reglas de la donación.

RESPONSABILIDAD DE LOS HEREDEROS Y LEGATARIOS:

Liquidación del pasivo. Preferencias: En primer lugar es expresa la preferencia de los acreedores por
deudas del causante y por cargas a la sucesión y legatarios tienen sobre los acreedores de los herederos.
La preferencia de los acreedores del causante, o sea por deudas que el contrajo en vida, es diferente, a las
cargas de la sucesión o sea las que se generaron después de la muerte del causante ( por ejemplo los
gastos funerarios, los derivados de la conservación, liquidación y división de la masa partible, etc.).
La liquidación del pasivo, se debe realizar afectando la masa, al pago de las deudas y cargas de la sucesión,
pues el patrimonio hereditario en estado de indivisión es la prenda común de los acreedores, quienes
pueden ejecutar los bienes para cobrarse. Esto significa que mientras subsista la indivisión los acreedores
deben reclamar el cobro de sus créditos a la sucesión.
Por último tienen preferencia los legatarios, si el legado es de una universalidad de bienes y deudas, el
legatario tiene dos alternativas para los acreedores del causante y por las cargas de la sucesión, con
diversos alcances de la responsabilidad: a) la suficiencia de los bienes que integran la universalidad legada;
y b) la insuficiencia de los bienes que integran la universalidad legada. En el primer caso el legatario
responde intra vires (bienes de la herencia) y pro viribus por las deudas comprendidas en la universalidad,
cuando la sucesión sea solvente.
Los acreedores del causante tienen la posibilidad de hacer efectivos sus créditos contra los legatarios. La
responsabilidad de los legatarios se extiende hasta la concurrencia del valor de lo que reciben, porque su
responsabilidad es limitada al valor de los bienes recibidos pro viribus.
El legatario, como regla, soporta la deuda en proporción al legado que recibe.

Extensión de la responsabilidad del heredero a los propios bienes. Eliminación de la figura del beneficio
de inventario. Separación de patrimonios:
Hay una separación de patrimonios de pleno derecho el del heredero y el de la herencia, la responsabilidad
del heredero/a es limitada al valor de los bienes que reciba. Desaparece la terminología de “beneficio de
inventario” no obstante es claro que el principio general será aceptar la herencia con responsabilidad
limitada al valor de ellos.
El heredero queda obligado por las deudas y legados de la sucesión, solo hasta la concurrencia del valor de
los bienes que recibe en la sucesión. El art. 2317 CCyC establece claramente y como principio la
responsabilidad limitada o intra vires del heredero, quien queda obligado por las deudas y legados de la
sucesión solo hasta la concurrencia del valor de los bienes hereditarios recibidos. Ya no se distingue entre
aceptación pura y simple y aceptación beneficiaria; hay una sola aceptación, que trae aparejada la
responsabilidad limitada del heredero.
En caso de existir pluralidad de herederos, estos responden con la masa hereditaria indivisa. La garantía es,
entonces, la totalidad de la masa. Se define la afectación de la masa al pago de las deudas y cargas de la
sucesión, pues el patrimonio hereditario en estado de indivisión es la prenda común de los acreedores,
quienes pueden ejecutar los bienes para cobrarse. Esto significa que mientras subsista la indivisión los
acreedores deben reclamar el cobro de sus créditos a la sucesión.
Una de las excepciones a esta responsabilidad se da cuando el sucesible oculta o sustrae bienes de la
sucesión, situación en la que además se le impone la calidad de aceptante con responsabilidad ilimitada,
pierde la posibilidad de renunciar, no tiene parte alguna en la cosa ocultada o sustraída, debe devolverla y,
si no puede hacerlo adeuda su valor estimado al tiempo de la restitución.
Otra excepción a esta responsabilidad se da cuando el heredero:
1. No hace el inventario en el plazo de tres meses desde que los acreedores o legatarios lo intiman
judicialmente a su realización;
2. Oculta fraudulentamente los bienes de la sucesión omitiendo su inclusión en el inventario;
3. Exagera dolosamente el pasivo sucesorio;
4. Enajena bienes de la sucesión, excepto que el acto sea conveniente y el precio obtenido ingrese a la
masa.

PETICIÓN DE HERENCIA: La acción de petición de herencia es la que tiene un heredero en la sucesión del
causante para desplazar o concurrir con otra persona -que también invoca la calidad de heredero- y
obtener la entrega de los bienes hereditarios, en general.
Es necesario que:
• Los bienes se encuentren en poder de un tercero.
• El reclamante invoque para fundar su acción su título de heredero.
• El detentador de los bienes también invoque el carácter de heredero: si adujere un derecho de
propiedad no derivado de la sucesión no procede la acción de petición de herencia sin la reivindicación.
En la petición de herencia el demandante no está obligado a probar el dominio del causante sobre la cosa,
se limitara a demostrar el título hereditario. Con ello es suficiente, porque el derecho del detentador de las
cosas se funda también en el carácter de heredero.
Procedencia: La petición de herencia procede para obtener la entrega total o parcial de la herencia, sobre
la base del reconocimiento de la calidad del heredero del actor, contra el que está en posesión material de
la herencia, e invoca el título de heredero.
La disputa se centra entre dos o más personas que invocan la calidad de herederos y se resuelve:
1. Haciendo lugar al llamamiento preferente a favor de aquel que tenga un mejor derecho, o
2. Declarando la procedencia del llamamiento concurrente a quienes tienen igual derecho y deberán
compartir la condición de herederos del causante.
La legitimación activa: La legitimación activa corresponde a las personas que tiene igual o mejor derecho
que quien ostenta hasta el momento la calidad de heredero.
La legitimación pasiva: La acción se dirige contra quien se encuentra ostentando la calidad de heredero y
controvierte el derecho del accionante.
La acción puede dirigirse contra:
• Un heredero de grado más remoto
• Un heredero del mismo grado y que no reconoce la calidad de heredero de quien lo pretende.
El trámite de esta acción de petición de herencia es ante el juez competente para el sucesorio o sea el del
último domicilio del causante.
La acción de petición de herencia es IMPRESCRIPCTIBLE, es decir cuando toma conocimiento que otro
heredero está ejerciendo el derecho sobre la cosa puede plantearla independientemente del tiempo
transcurrido pero si se trata de cosas singulares puede confrontarse con la prescripción adquisitiva, por eso
de algún modo los diez (10) años es tiempo importante para peticionar la entrega de bienes.

Heredero Aparente: El heredero aparente es quien, invocando título de heredero, ha estado en posesión
material de la herencia, siendo luego desplazado parcial o totalmente por quien también invoca un
llamamiento hereditario concurrente o preferente —que es el actor en el ejercicio de la acción de petición
de herencia—.
Ante la interposición de la acción de petición de herencia, que pone en discusión la calidad de heredero,
quien resulte vencedor es el heredero real y el vencido el heredero aparente, sea porque este estaba en
posesión de la herencia, porque había obtenido la declaratoria de herederos a su favor o por aprobación
del testamento en razón que se demuestra en el proceso que no es heredero real.
Asimismo, desde la doctrina se plantean otras hipótesis configurativas de procedencia de la acción de
petición de herencia: a) pariente de un orden más próximo contra pariente de un orden más lejano; b)
dentro de un mismo orden hereditario, pariente de un grado más próximo contra pariente de un grado
más lejano; c) dentro de un mismo orden hereditario, pariente de igual grado; d) pariente de un orden
hereditario subsiguiente o grado más lejano, contra pariente de orden preferente o grado más cercano; e)
heredero con llamamiento prioritario contra heredero con llamamiento supletorio; f) heredero
testamentario contra heredero forzoso; g) heredero testamentario posterior contra heredero
testamentario anterior; h) heredero con llamamiento supletorio contra heredero testamentario; i) el
cesionario de derechos hereditarios contra quien resulte legitimado pasivo; j) el heredero del heredero
contra quien devenga posible legitimado pasivo.

Restitución de los bienes: Admitida la petición de herencia, el heredero aparente debe restituir lo que
recibió sin derecho en la sucesión, inclusive las cosas de las que el causante era poseedor y aquellas sobre
las cuales ejercía el derecho de retención. Si no es posible la restitución en especie, debe indemnización de
los daños.
No es solo una restitución de bienes, es la restitución de una situación jurídica que puede ser total o
parcial, según que el heredero que desplaza lo haga en el todo o permanezca como coheredero, es decir
excluya o concurra con el heredero aparente.

Administración y disposición de inmuebles por el heredero/a aparente: El principio general es que son
válidos los actos de administración del heredero aparente realizados hasta la notificación de la demanda
de petición de herencia. La excepción radica en que haya habido mala fe del heredero aparente y del
tercero con quien contrató.
El principio general es que son también válidos los actos de disposición a título oneroso en favor de
terceros. La condición de validez de los actos de disposición es que dichos terceros ignoren la existencia de
herederos de mejor o igual derecho que el heredero aparente, o que los derechos de este están
judicialmente controvertidos.

Buena y mala fe: La buena o mala fe del heredero aparente es determinante en relación al alcance de la
restitución que el vencido deba realizar al heredero real, ya sea que lo excluya o concurra con él.
El heredero aparente de buena fe debe restituir al heredero el precio recibido; por su parte, el heredero
aparente de mala fe debe indemnizar todo perjuicio que le haya causado.

Tercero Adquiriente: La actuación del heredero aparente no solo produce efectos entre coherederos sino
frente a terceros. Respecto a los actos de administración: el heredero real deberá respetar lo que hizo el
heredero aparente hasta la notificación de la demanda de petición de herencia, excepto que haya habido
mala fe suya y del tercero con quien contrato.
Respecto a los actos de disposición: a título gratuito: no tiene validez; a título oneroso : muebles no
registrables validos, salvo que se pruebe mala fe; muebles registrables si están inscripto y tiene
coincidencia entre los elementos identificatorios son válidos sino no son oponibles; y por ultimo si se trata
de inmuebles será válido si el tercero ignoraba la existencia de herederos de mejor o igual derecho, eso no
quiere decir que el heredero aparente no deba restituir el precio recibido.

ADMINISTRACIÓN EXTRAJUDICIAL:
Comunidad hereditaria: Los derechos que se transmiten por causa de muerte no se confunden con los
créditos y deudas del heredero, tampoco este responde por las deudas del causante más que con los
bienes que recibe, hasta delimitar la parte del patrimonio que se debe destinar al pago de deudas y cargas
de la sucesión y lo propio del heredero hay una etapa de indivisión, que requiere el cuidado del
patrimonio.
Se trata de un estado de indivisión dispuesta por ley, transitoria, derivado de la adquisición legal universal,
que evita que los derechos y deberes patrimoniales transmitidos por muerte carezcan de titular.
Comienza cuando existe más de un heredero, la muerte de una persona da lugar a un fenómeno de
indivisión. Esta indivisión hereditaria tendrá su origen a la muerte de una persona desde la apertura de la
sucesión y finalizará con la partición de la herencia, si no hay administrador designado.

Actos conservatorios, de administración y disposición:


La finalidad de la administración de la herencia es mantener una correcta conservación del haber
hereditario, desde la muerte del causante y hasta la adjudicación individual.
Actos de conservación son aquellos dirigidos a preservar y mantener la integridad del patrimonio o acervo
hereditario; los actos de administración tienen como función obtener rentas, utilidades o productos que
correspondieran al destino económico de los bienes y los de disposición son los que importan una
alteración en el acervo.
Actos conservatorios y medidas urgentes: Cualquiera de los herederos puede tomar las medidas
necesarias para la conservación de los bienes indivisos, empleando a tal fin los fondos indivisos que se
encuentran en su poder. A falta de ellos, puede obligar a los coherederos a contribuir al pago de los gastos
necesarios.
Medidas urgentes: Aun antes de la apertura del proceso judicial sucesorio, a pedido de un coheredero, el
juez puede ordenar todas las medidas urgentes que requiere el interés común, entre ellas, autorizar el
ejercicio de derechos derivados de títulos valores, acciones o cuotas societarias, la percepción de fondos
indivisos, o el otorgamiento de actos para los cuales es necesario el consentimiento de los demás
sucesores, si la negativa de éstos pone en peligro el interés común.
Asimismo, puede designar un administrador provisorio, prohibir el desplazamiento de cosas muebles, y
atribuir a uno u otro de los coherederos el uso personal de éstas.
Actos de administración y de disposición: Los actos de administración y de disposición requieren el
consentimiento de todos los coherederos, quienes pueden dar a uno o varios de ellos o a terceros un
mandato general de administración.
Son necesarias facultades expresas para todo acto que excede la explotación normal de los bienes indivisos
y para la contratación y renovación de locaciones.
Si uno de los coherederos toma a su cargo la administración con conocimiento de los otros y sin oposición
de ellos, se considera que hay un mandato tácito para los actos de administración que no requieren
facultades expresas en los términos del párrafo anterior.

Canon locativo por uso exclusivo de bienes sucesorios: Todo heredero tiene derecho a usar y goza de los
bienes indivisos, conforme a su destino y sin generarles deterioros. Si uno lo utiliza en forma exclusiva los
restantes herederos no están obligados a soportar este uso exclusivo sin contraprestación alguna para la
masa hereditaria, corresponderá entonces la fijación de un canon locativo.
El uso privativo de un bien indiviso por uno o varios coherederos no exhibe problemas en orden al
resarcimiento, cuando se registra algún acuerdo entre todos los copartícipes en que el mismo no se exige.
Si no hay tal acuerdo sobre el uso privativo, surge la obligación de indemnizar a los copartícipes, por parte
de quien ejerce el uso y goce de la cosa indivisa.
La doctrina y la jurisprudencia entienden que el uso exclusivo y excluyente de un bien hereditario por parte
de uno de los coherederos exige el pago a los otros de una indemnización, en algunas oportunidades
nominada “compensatoria” por la exclusión que sufren.
Se estima que dicha indemnización equivale al precio de mercado del arrendamiento del bien, y que
comienza a correr desde que el usuario del mismo es intimado formalmente por sus coherederos. Del
monto que se fije en punto a la indemnización, deberá deducirse la parte proporcional que le corresponde
como coheredero a quien usa y goza de la cosa indivisa.

Indivisión forzosa, distintos supuestos: La indivisión como una restricción a la disposición, se llama
indivisión forzosa. Puede ser una decisión del testador o un pacto entre herederos, o disposición del
cónyuge supérstite o a pedido de un heredero.

El testador puede imponer a sus herederos, aun legitimarios, la indivisión de la herencia por un plazo no
mayor de diez años. Puede también disponer que se mantenga indiviso por ese plazo o, en caso de haber
herederos menores de edad, hasta que todos ellos lleguen a la mayoría de edad:
• un bien determinado;
• un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero, o cualquier otro que constituye
una unidad económica;
• las partes sociales, cuotas o acciones de la sociedad de la cual es principal socio o accionista.
El juez puede autorizar la división total o parcial antes de vencer el plazo, a pedido de un coheredero,
cuando concurren circunstancias graves o razones de manifiesta utilidad.
Debemos distinguir dos hipótesis:
1. El testador puede imponer a sus herederos la indivisión por un plazo no mayor de 10 años. En este
supuesto cualquier plazo mayor que se estipulase se entiende reducido a los 10 años.
2. Si existen herederos menores de edad, la indivisión puede extenderse hasta que todos estos herederos
cumplan la mayoría de edad, es decir, que en este supuesto puede exceder los 10 años.

Los herederos pueden convenir que la indivisión entre ellos perdure total o parcialmente por un plazo que
no exceda de diez años, sin perjuicio de la partición provisional de uso y goce de los bienes entre los
copartícipes.
Si hay herederos incapaces o con capacidad restringida, el convenio concluido por sus representantes
legales o con la participación de las personas que los asisten requiere aprobación judicial.
Estos convenios pueden ser renovados por igual plazo al término del anteriormente establecido.
Cualquiera de los coherederos puede pedir la división antes del vencimiento del plazo, siempre que
medien causas justificadas.

Si en el acervo hereditario existe un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero o de


otra índole que constituye una unidad económica, o partes sociales, cuotas o acciones de una sociedad, el
cónyuge supérstite que ha adquirido o constituido en todo o en parte el establecimiento o que es el
principal socio o accionista de la sociedad, puede oponerse a que se incluyan en la partición, excepto que
puedan serle adjudicados en su lote. Tiene el mismo derecho el cónyuge que no adquirió ni constituyó el
establecimiento pero que participa activamente en su explotación.
En estos casos, la indivisión se mantiene hasta diez años a partir de la muerte del causante, pero puede ser
prorrogada judicialmente a pedido del cónyuge sobreviviente hasta su fallecimiento.
Durante la indivisión, la administración del establecimiento, de las partes sociales, cuotas o acciones
corresponde al cónyuge sobreviviente.
A instancia de cualquiera de los herederos, el juez puede autorizar el cese de la indivisión antes del plazo
fijado, si concurren causas graves o de manifiesta utilidad económica que justifican la decisión.
El cónyuge supérstite también puede oponerse a que la vivienda que ha sido residencia habitual de los
cónyuges al tiempo de fallecer el causante y que ha sido adquirida o construida total o parcialmente con
fondos gananciales, con sus muebles, sea incluida en la partición, mientras él sobreviva, excepto que
pueda serle adjudicada en su lote. Los herederos sólo pueden pedir el cese de la indivisión si el cónyuge
supérstite tiene bienes que le permiten procurarse otra vivienda suficiente para sus necesidades.

El heredero se puede oponer a la partición de un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero,


minero o de otra índole que constituye una unidad económica, si ha participado activamente antes de la
muerte del causante en la explotación de la empresa.
UNIDAD 3

PROCESO SUCESORIO: El proceso sucesorio es el ámbito donde se materializa, en lo posible, las


trasmisiones de las relaciones jurídicas del causante, es decir, que la titularidad que correspondía al
causante pasan a aquellos llamados por ley o por el testador a recibir la herencia. De este modo, el proceso
sucesorio constituye el medio realizador del derecho hereditario, cuyo fin es asegurar que la transmisión o
adquisición hereditaria se opere a la persona o personas cuya vocación resulta de la ley o del testamento
valido.
Es decir que el proceso sucesorio es el modo en que tras la muerte o declaración de muerte presunta lo/as
que tienen vocación hereditaria adquieren los bienes que estaban en el patrimonio del causante. Ese
llamamiento puede ser legal o de la ley y testamentario o por la voluntad del causante.
Producida la muerte del causante se producen dos efectos la apertura de la sucesión y la transmisión de su
herencia a las personas que la ley o el testamento llama a suceder. La prueba directa de la muerte es la
partida de defunción otorgada por el Registro de estado Civil, o en caso de que sea una presunción de
fallecimiento, la sentencia que declara dicha presunción y capacidad de las personas.
Desde la muerte y hasta la partición y adjudicación de los bienes del causante el/la heredera/o se
desarrollara un proceso que tiene diferentes etapas:
1. INVESTIDURA DE LA CALIDAD DE HEREDEROS, según sea el caso;
2. DECLARACION DE VALIDEZ DEL TESTAMENTO;
3. DECLARATORIA DE HEREDEROS;
4. INVENTARIO - DENUNCIA DE BIENES;
5. VALUACION;
6. PARTICION; y
7. ADJUDICACION.
En todo ese periodo se produce un estado de indivisión de la masa hereditaria donde hay una
universalidad que es la herencia y no objetos singulares. Esa indivisión forzosa es transitoria pues se origina
con la muerte sin depender de la voluntad de las partes y se extingue con la partición.
En el artículo 2335 del CCCN indica sin lugar a dudas la finalidad del proceso: “tiene por objeto identificar a
los sucesores, determinar el contenido de la herencia, cobrar los créditos, pagar las deudas, legados y
cargas, rendir cuentas y entregar los bienes”.
Caracteres:
• Voluntario: el proceso sucesorio ha sido ubicado entre los procesos de jurisdicción voluntaria, es decir,
como un proceso donde la intervención judicial se requiere no a efectos de dirimir un conflicto litigioso,
sino para legitimar, determinar o constituir ciertas relaciones jurídicas de acuerdo a la ley.
• Universal: Se halla orientado a la liquidación total de un patrimonio.
• Judicial: En caso de existir coparticipes incapaces, con capacidad restringida, o ausentes, se observa un
procedimiento judicial imprescindible a los fines de la determinación de los herederos del causante.

En cuanto a la competencia para entender en el juicio sucesorio será la del último domicilio del causante al
tiempo de su muerte, siendo la excepción el caso del heredero único respecto a las acciones personales
que puede tramitarlo en el de su propio domicilio, y lo relativo al derecho internacional privado.
Si bien en principio se acepta como último domicilio del causante aquel que figura como lugar del deceso
en el acta o partida de defunción, se trata de una afirmación susceptible de ser desvirtuada por prueba en
contrario, pudiendo recurrirse a esos fines a todo género de pruebas, porque la persona pudo haberse
trasladado para su atención medica por ejemplo y esto no supone que fuera el ultimo domicilio.

FUERO DE ATRACCION: los procesos conexos que involucren al causante o a la herencia también irán al
mismo juez del último domicilio de este, en particular los de acciones de petición de herencia, nulidad de
testamento, los demás litigios que tienen lugar con motivo de la administración y liquidación de la
herencia, la ejecución de las disposiciones testamentarias, mantenimiento de la indivisión, las operaciones
de partición, la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y nulidad de la partición. Todo lo
que responde a razones de orden jurídico, economía procesal y seguridad jurídica, principios de inmediatez
con los hechos que implica la relación jurídica hereditaria.
El caso de heredero único da derecho de opción pues pueden dirigirse, ante el juez del último domicilio del
causante o ante el que corresponde a su domicilio. Los acreedores del causante podrán articular sus
acciones personales ante el juez del último domicilio del autor de la sucesión o ante el que corresponde al
domicilio del heredero único.

Para los herederos forzosos (ascendientes, descendientes y cónyuge) los efectos del proceso sucesorio se
inician antes del proceso judicial sucesorio, por eso podrían ellos iniciar demandas especiales por ejemplo
de desalojo, cobro de alquileres, o continuar procesos iniciados o contestar demandas que se entablen en
su carácter de herederos, administrar los bienes hereditarios, ceder sus derechos, disponer de bienes con
la limitación de los registrables de modo muy próximo a la muerte (Investidura de pleno derecho).
En el caso de los herederos colaterales hasta el cuarto grado inclusive y testamentarios, necesitaran la
investidura mediante declaración del juez/a, con la declaratoria los primeros y con la aprobación del
testamento los segundos. Hasta entonces no podrán ejercer las acciones que depende de las sucesiones ni
pueden ser demandados por los acreedores u otros interesados (Investidura judicial).

La vocación hereditaria puede ser actual o eventual. Para eso se tendrá en cuenta a) el orden de prelación
en el llamamiento hereditario; y b) la extensión del llamamiento y el derecho de acrecer.
Los herederos forzosos o legitimarios tienen un llamamiento imperativo, es decir que aun en contra de la
voluntad del causante están llamados a suceder, pero podría no aceptar la herencia. Es decir los herederos
son llamados a heredar pero no están obligados a aceptar la herencia, este derecho se llama de opción.
Y los herederos legítimos no legitimarios gozan de una vocación sucesoria prevista por la ley en defecto de
la voluntad del causante, es decir son llamados, pero su vocación es siempre supletoria si no hay herederos
forzosos ni testamentarios.
Es decir, primero están los de primer orden, que son los descendientes, luego los de segundo orden los
ascendientes y ambos concurren con el cónyuge, con ciertas particularidades que vienen del régimen
matrimonial patrimonial. El tercer grado del orden son los colaterales hasta cuarto grado es decir los
hermanos. Cada orden excluye al siguiente.
En otras palabras, en una sucesión donde hay descendientes no tendrá llamamiento los ascendientes y si
podrán concurrir con el cónyuge, tampoco tendrán llamamiento los del tercer orden o sea los hermanos.
Dentro de cada orden a su vez el pariente más cercano en grado excluye al más remoto, salvo que se ejerza
derecho de representación (en esos caso ocupa el lugar del representado).

SUCESIONES INTESTADAS: Nuestro país sigue la tradición en la sucesión por líneas y grados de parentesco,
a los cuales se suma el consorte sobreviviente. La ley convoca, en primer término, a los descendientes; no
habiéndolos, llama a los ascendientes; ambos órdenes de descendientes y ascendientes concurren con
el/la cónyuge supérstite, quien, a su vez, hereda como único sucesor universal ab intestato cuando no
sobrevivan al causante descendientes ni ascendientes, excluyendo a los colaterales; estos últimos son
llamados solamente en ausencia de descendientes, ascendientes y cónyuge.
El/ la hijo/a adoptivo/a y sus descendientes tienen los mismos derechos hereditarios que el descendientes
por naturaleza y/o mediante las técnicas de reproducción humana asistida; las distinciones de los derechos
hereditarios de los hijos adoptivos —adopción simple— solo se efectúan en la sucesión de los
ascendientes.
El derecho de representación opera en caso de renuncia, indignidad, premoriencia, en el orden de los
descendientes, y limitadamente, en el orden de los colaterales. La preferencia dentro de cada orden
hereditario queda determinada por el principio general de la prioridad de grado.
Debe quedar claro que, cuando los cónyuges están sujetos al régimen patrimonial de separación de bienes,
no se distinguen bienes propios y gananciales.
SUCESIÓN TESTAMENTARIA:
En las sucesiones mortis causa dijimos que el llamamiento puede ser por voluntad de la causante, que
llama a suceder a determinadas personas en un testamento. Este es un acto unilateral y unipersonal
mediante el cual una persona dispone de sus intereses patrimoniales y/o extrapatrimoniales para después
de su muerte.
Esta opción de las personas humanas de disponer libremente de sus bienes para después de su muerte,
tiene un solo límite que es el respeto de las porciones legítimas.
En nuestro sistema legal, cuando existen herederos forzosos (descendientes, ascendientes o cónyuge)
predomina el llamamiento legal y se limita la posibilidad testamentaria a la porción disponible. Por el
contrario, cuando no existen herederos forzosos, la autonomía de la voluntad alcanza su máxima expresión
en el acto jurídico testamentario.
En el art. 2462 CCyC cobra relevancia el principio rector de las sucesiones testamentarias, la autonomía de
la voluntad, y se deja plasmado que las manifestaciones vertidas por el testador pueden tener carácter
patrimonial o extrapatrimonial (por ejemplo, declaraciones sobre el sepelio; la sepultura; la disposición de
órganos, el reconocimiento de hijos, el nombramiento de tutores y curadores y la revocación de otro
testamento anterior; entre otras). Tiene por finalidad adquirir, modificar o extinguir relaciones o
situaciones jurídicas, en consecuencia, le son aplicables los principios generales relativos a los actos
jurídicos; para testar las personas tiene que ser mayores de edad al tiempo del acto.
La voluntad debe ser expresada directa y personalmente por el testador, y no por un tercero, con lo cual
esta facultad es indelegable. Además, las disposiciones testamentarias deben ser autosuficientes, bastarse
a sí mismas, lo cual implica que no exista necesidad de remitirse a otros actos o documentos a los efectos
de determinar su contenido o alcance. Se establece la sanción de invalidez para el testamento que haya
sido otorgado por dos o más personas en forma conjunta.
La ley que rige la validez del testamento es la vigente al momento de la muerte del testador.

INSCRIPCIÓN REGISTRAL: Cuando se inicia un proceso sucesorio se lo registra, para evitar que no haya dos
procesos sucesorios diferentes. Se lo registra en el Registro de Juicios Universales, que depende del Poder
Judicial. Si por ejemplo un hijo inicia un proceso sucesorio, y no sabía que a su vez, la conyugue de su padre
también inicio un proceso, como cada uno va a pedir un informe en el Registro de Juicios Universales, esos
procesos se van a unificar.
También tenemos un registro del Testamento, que lo lleva adelante el colegio de escribanos (Chaco). Se da
en el caso de que por ejemplo una persona inicia un proceso sucesorio como si fuera ab intestato
ignorando que su padre ha dejado un testamento. En esos casos uno de los primeros pasos es pedir
informe y en caso de que haya un testamento, se verifica su validez, y en caso de de ser valido e incluir
todos los temas, el proceso sucesorio va a pasar de ser ab intestato a testamentario. En el caso de que
incluya solo algunos temas, va a ser parcialmente testamentaria y el resto legal.

ADMINISTRACIÓN JUDICIAL: La herencia, en tanto se configura la indivisión hereditaria, exige que se


gestione la masa de bienes desde la muerte del causante hasta la partición definitiva de los bienes y
derechos. La administración de la sucesión constituye un tema central cuando por las circunstancias del
proceso o de las personas que intervienen, la partición no se realiza sino después de transcurrido un
prolongado tiempo, lo que exige pautas para la gestión de la indivisión durante ese período.
Capacidad: Las personas humanas plenamente capaces, y las personas jurídicas autorizadas por la ley o los
estatutos para administrar bienes ajenos, pueden ejercer el cargo de administrador.
Designación del administrador: Los copropietarios de la masa indivisa pueden designar administrador de
la herencia y proveer el modo de reemplazarlo. A falta de mayoría, cualquiera de las partes puede solicitar
judicialmente su designación, la que debe recaer preferentemente, de no haber motivos que justifiquen
otra decisión, sobre el cónyuge sobreviviente y, a falta, renuncia o carencia de idoneidad de éste, en
alguno de los herederos, excepto que haya razones especiales que lo hagan inconveniente, caso en el cual
puede designar a un extraño.
Designación por el testador: El testador puede designar uno o varios administradores y establecer el modo
de su reemplazo. Se considera nombrado administrador a quien el testador haya señalado expresamente
como tal, o lo haya designado como liquidador de la sucesión, albacea, ejecutor testamentario o de otra
manera similar.
Funciones del administrador: El administrador debe realizar los actos conservatorios de los bienes y
continuar el giro normal de los negocios del causante. Puede, por sí solo, enajenar las cosas muebles
susceptibles de perecer, depreciarse rápidamente o cuya conservación es manifiestamente onerosa.
Para la enajenación de otros bienes, necesita acuerdo unánime de los herederos o, en su defecto,
autorización judicial. Además de gestionar los bienes de la herencia, debe promover su realización en la
medida necesaria para el pago de las deudas y legados.
En ningún caso el administrador puede realizar actos que impliquen disponer de los derechos del causante.
Pluralidad de administradores: En caso de pluralidad de administradores, el cargo es ejercido por cada
uno de los nombrados en el orden en que están designados, excepto que en la designación se haya
dispuesto que deben actuar conjuntamente.
En caso de designación conjunta, si media impedimento de alguno de ellos, los otros pueden actuar solos
para los actos conservatorios y urgentes.
Remuneración y gastos: El administrador tiene derecho a que se le reembolsen los gastos necesarios y
útiles realizados en el cumplimiento de su función. También tiene derecho a remuneración. Si no ha sido
fijada por el testador, ni hay acuerdo entre el administrador y los copropietarios de la masa indivisa, debe
ser determinada por el juez.
Medidas urgentes: Si el administrador no ha sido aún designado, rehúsa el cargo, demora en aceptarlo o
debe ser reemplazado, cualquier interesado puede solicitar medidas urgentes tendientes a asegurar sus
derechos, como la facción de inventario, el depósito de bienes, y toda otra medida que el juez considere
conveniente para la seguridad de éstos o la designación de administrador provisional. Los gastos que
ocasionan estas medidas están a cargo de la masa indivisa.
Pago de deudas y legados: Los acreedores hereditarios que no son titulares de garantías reales deben
presentarse a la sucesión y denunciar sus créditos a fin de ser pagados. Los créditos cuyos montos no se
encuentran definitivamente fijados se denuncian a título provisorio sobre la base de una estimación.
Prevé una suerte de verificación judicial de los créditos hereditarios para protegerlos y que sean conocidos
y asumidos por los herederos.
Conclusión de la administración: La indivisión hereditaria suele ser extensa, durante ese periodo actúa el
administrador, más allá de las rendiciones de cuentas trimestrales o por el periodo que se acuerde al
terminar sus funciones, el administrador judicial deberá presentar una cuenta definitiva.

INVESTIDURA DE LA CALIDAD DE HEREDERO:


Investidura de Pleno Derecho: no es judicial sino por la sola existencia del vínculo de ascendiente,
descendiente o cónyuge, el/la heredero/a queda investido como tal, es suficiente y contundente prueba
las actas de defunción o sentencia de declaración de ausencia y las actas de nacimiento y/o matrimonio
para acreditarlo.
Investidura Judicial: para quienes serían herederos legitimarios o sea en caso de ausencia de los forzosos,
o sea los colaterales hasta el cuarto grado, estos deben justificar el fallecimiento y el titulo hereditario
invocado. También se los llama con vocación hereditaria eventual, pues solo les corresponde en caso de
ausencia de herederos forzoso. Lo mismo debe investir el juez en los casos de herederos testamentarios,
solo que en este caso la acción consiste en declarar la validez formal del testamento.
Es decir para la sucesión ab intestato o legal podrá tenerse la investidura de pleno derecho o judicial, y
para la testamentaria requiere la decisión judicial.

INVENTARIO: A través del inventario se establece como está compuesta la herencia. Debe contener la
descripción detallada de los bines hereditarios (tipo de bien, datos registrables, estado del bien, datos
sobre cuentas bancarias, etc.) y las deudas que gravan la herencia.
El inventario debe ser realizado dentro del plazo de tres (3) meses contados desde la intimación judicial a
los herederos para su realización. La intimación debe ser judicial, es decir, dispuesta por el juez
competente ante el cual tramita el proceso sucesorio. Recién podra intimarse a los herederos luego de
aceptada la herencia. El inventario puede ser:
Provisional: cuando se lleva a cabo antes de la declaratoria de herederos o de la aprobación del
testamento.
Definitivo: cuando se lleva a cabo después de la declaratoria de herederos o de la aprobación del
testamento.
El inventario debe realizarse ante un escribano publico nombrado por el juez (si los herederos acordaran
por mayoría proponer algún escribano, el juez nombrara a este, de lo contrario lo designara de oficio).
Debe citarse previamente a los herederos, acreedores y legatarios cuyo domicilio sea conocido, y debe
efectuarse con claridad y precisión los bienes hereditarios y enunciar las deudas que gravan la herencia.
El heredero que no realizo el inventario en el plazo debido, responderá con sus propios bienes por las
deudas del causante y las cargas de la sucesión.
DENUNCIA DE BIENES: La ley contempla la posibilidad de que los herederos puedan sustituir la obligación
de llevar a cabo el inventario realizando la denuncia de bienes de la sucesión. Se deberá acreditar
documentalmente el estado y condiciones de dominio de los mismos. No podrá sustituirse el inventario
con la denuncia de bienes si:
• No hay voluntad unánime de los herederos para hacerlo;
• Los acreedores o legatarios pidieran que se realice el inventario;
• Una ley impusiera que se realice el inventario.

AVALÚO: Una vez individualizados (inventario o denuncia de bienes) deberá valuarse los bienes de la
sucesión. La cual se realiza a través de la tasación o avalúo, es decir, se establece el valor de dichos bienes.
La valuación deberá hacerse por quien designen los copropietarios de la masa indivisa, si están de acuerdo
y todos son plenamente capaces. Si no existe acuerdo en la valuación entre los copropietarios de la masa
indivisa o existen copropietarios incapaces, con capacidad restringida o ausentes, el avalúo deberá ser
realizado por quien designe el juez (perito valuador).
El valor de los bienes que componen el inventario debe fijarse en la época más próxima posible al acto de
partición.
Los copropietarios de la masa indivisa, los acreedores y legatarios pueden impugnar total o parcialmente el
inventario y el avalúo o la denuncia de bienes. Si se demuestra que no es conforme al valor de los bienes,
se ordena la retasa total o parcial de éstos.

DECLARATORIA DE HEREDEROS. AMPLIACIÓN:


La declaratoria de herederos es el pronunciamiento judicial por el cual se reconoce el carácter de heredero
a una persona, por haber acreditado su vocación sucesoria ante el juez, que controlo la legalidad. Su
finalidad es determinar judicialmente las personas llamadas por la ley a recibir determinada sucesión.
Todos los herederos que se presentan en el juico sucesorio ab intestato deben pedirla para transferir
bienes registrables.
Esa declaratoria de herederos es una decisión judicial que luego podría incluso ser modificada, por ejemplo
cuando aparece un nuevo heredero que no había sido incluido o denunciado.
La declaratoria de herederos puede ser ampliada por el juez en cualquier estado del proceso. Se dicta sin
perjuicio de terceros y de cualquier pretendiente que podría impugnarla, pedir su ampliación para ser
incluido, ahora bien entre los herederos que han tramitado conjuntamente el proceso sucesorio la
declaratoria será definitiva y no podrá ser modificada.
Si un heredero fue denunciado en el proceso, se le notifico y no se presentó, no se lo debe incluir en la
declaratoria porque no ha mediado su consentimiento.
Los legitimados (descendientes, ascendientes, cónyuge, parientes colaterales dentro del cuarto grado
inclusive) deberán presentar el pertinente escrito judicial ante el juez competente solicitando la
declaratoria de herederos del causante y manifestando si el derecho que se pretende es exclusivo, o si
concurren otros herederos, en ese caso, procediendo a su denuncia.
Asimismo, deberán justificar el título hereditario invocado y el fallecimiento del causante, acompañando la
documentación que acredite esos extremos (partidas registrales).
Iniciado el trámite, en general, hay que cumplir con lo dispuesto en las respectivas regulaciones
provinciales y comunicar al Registro de Juicios Universales, en el cual deberán inscribirse todos los
procesos de ese tipo que se tramiten en su territorio, a los efectos de la certificación sobre la existencia de
cualquier otro juicio similar con relación al mismo causante.
Una vez justificado el fallecimiento, se debe notificar a los herederos denunciados en el expediente y
disponer la citación de los herederos, acreedores y de todos los que se consideren con derecho a los bienes
dejados por el causante, por medio de edicto publicado por un día (1) en el diario de publicaciones
oficiales, para que lo acrediten dentro de los treinta (30) días.
Vencido el plazo de 30 días, el juez debe dictar la declaratoria de herederos a favor de quienes hubieren
acreditado el vínculo.
La declaratoria de herederos solo puede dictarse a favor de quienes se hayan presentado oportunamente
en el proceso acreditando adecuadamente el vínculo y la consecuente vocación hereditaria o, en su
defecto, hayan sido reconocidos, debiendo por lo tanto excluirse a aquellos que en ningún momento
expresaron su voluntad de ser considerados como herederos, ya que los jueces no pueden suplir de oficio
la inactividad de los interesados.
En tanto el juez se limita a verificar formalmente la calidad hereditaria, la resolución no causa estado ni
adquiere eficacia de cosa juzgada, pues no configura una sentencia que ponga fin a una controversia entre
partes, razón por la cual no descarta la posibilidad de que, con posterioridad a su dictado, se incluyan
nuevos herederos o se excluyan los que ella menciona.

DECLARACIÓN DE VALIDEZ FORMAL DEL TESTAMENTO:


En el caso de que el causante haya dejado testamento por acto público, al promover el proceso sucesorio,
el interesado deberá presentarlo al juez o se deberá indicar el lugar donde se encuentre.
El juez debe dictar sin más trámite y previa vista al representante del Ministerio Público Fiscal, la
providencia de apertura del proceso sucesorio.
En el supuesto de que se trate de un testamento ológrafo, deberá ser presentado judicialmente para que,
previa lectura si estuviese cerrado, se proceda a dejar constancia del estado del documento y de la
comprobación de la autenticidad, tanto de la escritura como de la firma del testador, mediante pericia
caligráfica.
El testamento ológrafo no hace fe de su autenticidad, debiendo por lo tanto ser reconocido, y luego
protocolizado judicialmente. El interesado debe presentar judicialmente la petición, acompañada del
testamento y la partida de defunción del causante a los efectos de acreditar su deceso.
Cumplidos estos trámites, el juez deberá rubricar el principio y fin de cada una de sus páginas y mandará a
protocolizar el testamento ológrafo, lo que equivale a la declaración de su validez en cuanto a sus formas,
debiendo entregar copia certificada del testamento al interesado que lo requiera.
Esta resolución judicial de protocolización del testamento ológrafo equivale a la declaratoria de herederos
que es dictada en una sucesión ab intestato, sin que ello impida a los interesados que aleguen su nulidad o
falsedad al promover la acción contenciosa correspondiente.

MEDIDAS CAUTELARES EN PROTECCIÓN DE LA HERENCIA.


Medidas cautelares. Requisitos: El art 2327 dispone que un coheredero pueda aun antes de la apertura del
proceso judicial inclusive pedir medidas urgentes para el interés común. Y en el art 2352 se reafirma al
decir que si el administrador aún no ha sido designado, re usa al cargo o hay demoras en aceptarlo o deber
ser reemplazado cualquier interesado puede solicitar medidas urgentes tendientes a asegurar sus
derechos.
Los requisitos serán los comunes de todas las medidas cautelares, la acreditación de la verosimilitud del
derecho y el peligro en la demora, pudiendo o no ofrecer contracautela, cada uno de los códigos
procesales provinciales define estas condiciones.
Medidas tendientes a conocer el estado de los bienes que integran la herencia: como sería el inventario
para individualizar y describir todos los bienes con la mayor precisión posible, sobre todo los que pueden
estar a afectados a riesgos ; la constatación es otra medida para acreditar el estado de bienes o inmuebles
y actualmente esto se puede dar incluso con autorización para tomar fotografías.
Deposito: Otras medida podría ser el depósito de bienes para evitar que quien los tiene deteriore o
consuma con el uso, persigue custodiar, cuidar y proteger la existencia de los objetos, de manera tal que
podría resguardarse con un depositario judicial; esto también se aplica a fondos que estuvieran en cuentas
corrientes bancarias para que no pierdan su valor, entonces se podría solicitar la posibilidad de colocar en
plazo fijo.
Secuestro: En otros casos puede solicitarse el secuestro de bienes, es decir si bienes de la masa hereditaria
están en poder de quienes no aseguran su conservación y disponibilidad.
En materia comercial también se han detallado algunas medidas urgentes específicas como la autorización
para el ejercicio de derechos derivados de títulos valores, acciones o cuotas societarias, la percepción de
fondos indivisos o el otorgamiento de actos para los cuales sería necesario el consentimiento de los demás
cuando la negativa ponga en peligro el interés común. Podríamos incluir las intervenciones judiciales
informantes o controladoras, e incluso interventores recaudadores, entre otras muchas.
Medidas preliminares respecto a los testamentos: En el caso de los herederos testamentarios si se trata
de testamentos ológrafos cuya existencia conocen podrán solicitar medidas para asegurar la
disponibilidad, ya que será imprescindible su examen por perito calígrafo. Una vez iniciado el proceso de
validación podrán pedir las mismas medidas cautelares que los herederos ab intestato respecto de los
bienes.
Respecto a los testamentos por acto público, también los instituidos herederos podrán peticionar del
mismo modo acreditado los requisitos de procedencia según la parte de la masa que le correspondería.

CONTRATOS O PACTOS SUCESORIOS. PACTO SOBRE HERENCIA FUTURA EN UNA EMPRESA FAMILIAR:
La norma establece el principio general según el cual no está permitida la realización de contratos sobre
herencia futura o sobre derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares. El fundamento de la
prohibición es doble por un lado, por la inmoralidad de especular sobre la muerte de una persona y por
otra, porque tiende a impedir que se generen convenciones que vulneren el principio democrático de la
división igualitaria entre sucesores y que se realicen estipulaciones usurarias acerca del deceso de una
persona.
Se introducen supuestos de excepción, en los que sí se admite la formulación de pactos exigibles que
involucran futuros derechos hereditarios y se establecen compensaciones entre los legitimarios. Ellos son
los relativos a los pactos celebrados con miras a la conservación de la unidad de gestión empresarial de
una explotación productiva o de participaciones societarias de cualquier tipo, o a la prevención o solución
de conflictos en ese ámbito.
Tales pactos tienen un límite determinado por tres factores:
1. El respeto de la legítima hereditaria;
2. Los derechos del cónyuge; y
3. Los derechos de terceros.
Lo pactos admitidos requieren requisitos:
1. Deben hacerse estando vivos, es decir no habría ninguna sucesión abierta.
2. El objeto del pacto importara en el patrimonio de quien está vivo al momento de su fallecimiento.
3. Ese pacto o contrato, se realiza en miras a un futuro derecho hereditario, es decir que la persona
participe en el contrato como futuro heredero o futuro causante y no a título de crédito u otra clase.
Pactos Permitidos:
1. Pactos relativos a las mejoras por actos entre vivos. Cuando se pacta un plus para un heredero forzoso,
por medio de fideicomisos, o la mejora prevista para descendientes o ascendientes con discapacidad.
2. Partición donación por ascendiente.
3. Pacto de familia. Previsto para prevenir o solucionar conflictos en las empresas de familia, o pequeñas
empresas (producciones productivas o participaciones societarias).
4. Consentimiento en la enajenación.
UNIDAD 4

PRINCIPIOS GENERALES DE LA PARTICION HEREDITARIA:


La partición hereditaria es el negocio jurídico que pone fin al estado de indivisión hereditaria, mediante la
distribución del activo neto hereditario entre los coheredero/as, determinando lo que concretamente
corresponde a cada uno/a.
Cuando acaece la muerte de una persona, surge un estado de indivisión temporaria de su patrimonio en
tanto este se transmite como universalidad al no operar de forma automática el traspaso de los bienes a
sus herederos. Así, cada uno de los herederos tendrá derecho sobre una poción ideal que se materializará
en el proceso de partición. Es decir, los herederos pasarán de tener una porción ideal a detentar la
propiedad de bienes determinados, previa realización de un conjunto de actos -inventario, valuación,
adjudicación e inscripción de las respectivas hijuelas-.

Caracteres de la partición:
1. Es integral: Como principio general, la partición comprende todos los bienes indivisos que componen
la comunidad hereditaria.
2. Es obligatoria. Puede ser pedida en todo tiempo por cualquier persona que tenga en la sucesión algún
derecho reconocido en la norma.
3. Es imprescriptible. El derecho a pedir la partición no se pierde por el transcurso del tiempo, aún
cuando puedan los copartícipes u otros interesados, oponerse a este pedido.
4. Es declarativa. Los bienes que le corresponde a cada heredero reconocen como época de adquisición
el momento mismo de la muerte del causante.

Legitimación: Los supuestos comprendidos en punto a la legitimación para requerir la partición son:
1. Los copropietarios de la masa indivisa. Se trate de herederos legítimos o testamentarios, el heredero
de cuota, el heredero instituido bajo condición suspensiva no puede ejercer la acción de partición, en
tanto no se cumpla la condición; y la situación del heredero instituido bajo condición resolutoria.
2. Los cesionarios de sus derechos. La facultad de peticionar la división de la herencia se funda en que los
cesionarios ocupan el lugar del cedente heredero, con los derechos que este tenía en la indivisión;
3. Por vía de subrogación. Los acreedores de los herederos (siempre que se trate de un heredero remiso
en solicitar la partición, y que esa conducta afecte el derecho de cobro del acreedor); Los beneficiarios
de legados o cargos que pesan sobre uno o varios de los herederos.
4. En caso de muerte o de cesión de derechos a varias personas. El heredero del heredero que muere o
los cesionarios están legitimados a fin de viabilizar la acción de partición, en tanto era un derecho del
causante o del cedente, pero se exige la unificación de la representación. Si todos requieren la partición
debe unificarse la representación.

Oportunidad: La regla general establece que la partición puede ser solicitada en todo tiempo, con un
requisito insoslayable: que estén aprobadas las operaciones de inventario y avalúo. Salvo que se trate de
herederos investidos de pleno derecho y el acervo se encuentre integrado por bienes muebles no
registrables y estén todos de acuerdo y sean capaces y presentes.
El aplazamiento de la partición puede darse en forma total o en forma parcial, y exige algunas condiciones:
• Que la solicite ante el juez cualquier copartícipe;
• El aplazamiento durará un tiempo determinado, que será fijado por el juez;
• Que la realización inmediata de la división pueda redundar en perjuicio del valor de los bienes indivisos.
¿Cómo puede ser esa partición?
a) Partición total de los bienes indivisos: que será la regla.
b) Partición parcial: Si una parte de los bienes no es susceptible de división inmediata, se puede pedir la
partición de los que son actualmente partibles. Se da en los siguientes casos:
• Cuando un bien que se encuentra en estado de indivisión forzosa;
• Cuando la indivisión sea requerida por alguno de los copartícipes o el cónyuge;
• Cuando la indivisión deviene antieconómica y el juez posterga el acto particionario;
• Cuando jurídica o materialmente no es factible la división, como en el caso de un lote de terreno que,
dividido, no alcance las medidas mínimas establecidas por la autoridad local;
• Cuando los herederos lo decidan.

MODOS DE HACER LA PARTICIÓN:


Partición en especie: Cuando los bienes hereditarios se dividen en lotes cuyos valores totales sean
equivalentes a la porción ideal que cada heredero/a tenía asignada; es la regla, por lo que un heredero
puede solicitarla, y solo se podría imponer la venta para dividir el dinero si no es posible hacerlo en especie
o porque esta división física resulte antieconómica
La partición en principio debe hacerse en especie y si no es posible, procederse a la venta y distribución de
los fondos obtenidos; también puede ser parcialmente en especie o sea de algunos bienes y el resto
venderse, ya que las hijuelas pueden compensarse entre sí con dinero.
Partición en dinero: Cuando no es posible por resultar material o jurídicamente imposible, por
antieconómica para las partes o por la necesidad de pagar deudas y cargas se procederá a la venta de
bienes y se distribuirá lo producido entre los coparticipes.

PARTICIÓN PRIVADA: Es aquella que se realiza sin la intervención del juez. Es necesario que se cumplan
ciertos requisitos:
1. Los herederos deben estar presentes. Es decir, que se exprese la conformidad en la partición privada
que se lleva a cabo.
2. Los herederos deben ser capaces.
3. Unanimidad de todos los herederos que otorgan la partición.
Debe recordarse que si existen bienes inmuebles o muebles registrables, se exige la escritura pública.
La partición privada exige que se contemplen los instrumentos que hagan posible, luego, la concreción y la
inscripción de los bienes que corresponden a cada heredero, a su nombre, es decir, garantizando el
derecho pleno de los adjudicatarios.

PARTICIÓN PROVISIONAL:
La partición se considera meramente provisional si los copartícipes sólo han hecho una división del uso y
goce de los bienes de la herencia, dejando indivisa la propiedad. La partición provisional no obsta al
derecho de pedir la partición definitiva.

PARTICIÓN JUDICIAL: Si hay copartícipes incapaces, con capacidad restringida o ausentes; si terceros,
fundándose en un interés legítimo, se oponen a que la partición se haga privadamente; si los copartícipes
son plenamente capaces y no acuerdan en hacer la partición privadamente.
En estos casos la partición judicial se hace por un partidor o por varios que actúan conjuntamente. Es un
delegado del juez, que propone el contenido de la partición, sin estar obligado a hacerla de acuerdo con las
exigencias de los herederos. Más aun, puede llevarla a cabo, en contra de la voluntad expresa de alguno de
ellos, obra de acuerdo con su criterio, aunque su proyecto de división este sometido a las observaciones de
los interesados y, en última instancia, a la aprobación judicial. La partición debe:
1. En lo posible ser en especie;
2. No resultar antieconómica;
3. Conformar la masa partible en la forma señalada por la ley;
4. Tener en cuenta los bienes excluidos de la partición, indivisión forzosa, derecho real de habitación,
fideicomiso, objeto y títulos, sepulcros;
La regla es, si es posible dividirlos y adjudicarlos en especie. La excepción a la partición en especie es la
venta de los bienes y la distribución del producido que se obtiene entre los copartícipes -partición en
dinero-. En este caso, la partición del dinero resulta de una simple operación matemática, adjudicando
cada copartícipe la suma que corresponda con su porción hereditaria. También pueden venderse parte de
los bienes para posibilitar la formación de los lotes, de acuerdo a la porción hereditaria que a cada
heredero le corresponde -partición mixta-.
Composición de la masa partible: La masa partible se integra con:
1. Los bienes del causante que existen al tiempo de la partición;
2. Los que se han subrogado en los bienes que existían al tiempo de la partición;
3. Los acrecimientos de ambos;
4. Los valores que deben ser colacionados;
5. Los bienes sujetos a reducción. Siempre esta masa partible exige que se deduzcan las deudas.

La concreción de la partición de la herencia, es la formación de los lotes (también llamado hijuelas) que
luego corresponderá adjudicar a cada uno de los coherederos, consignando pautas para su realización.
La partición cierra con la asignación de lotes y pone fin a la indivisión.

Licitación: Pueden intervenir en la licitación los “copartícipes” respecto de alguno de los bienes de la
herencia, para que se incorpore a su hijuela, ofreciendo un valor superior al establecido en el avalúo, si los
demás copartícipes no superan la oferta del heredero licitante. Se trata de una especie de subasta privada,
en la que se queda con el bien licitado aquel heredero que ha efectuado la oferta más importante.
La licitación se resuelve a través de la adjudicación por el mayor valor ofrecido, debiendo así computarse
en la formación de la masa partible y en las hijuelas de adjudicación. Puede incluso adjudicarse en
copropiedad de los licitantes si la oferta es efectuada por dos o más copartícipes, el bien se adjudica en
copropiedad a los licitantes, y se imputa proporcionalmente a cada una de sus hijuelas.
Caduca el derecho a requerir la licitación de algún bien pasados treinta (30) días de la aprobación de la
tasación.

Formación de los lotes. Partidor. Cuenta particionaria:


Aprobado el inventario y avaluó, se deberán realizar las siguientes operaciones:
1. Un resumen del expediente;
2. Composición de la masa (individualizar los bienes del activo partible y su valor);
3. Excluir para reservar lo necesario para solventar las deudas del causante, las cargas de la sucesión, los
gastos de legados (hijuela de bajas), y los gastos de la partición misma;
4. Masa partible propiamente dicha los bienes incluyendo los subrogados y deducido el pasivo, agrega los
valores que deben ser colacionados, beneficios, deudas a favor del causante, deudas surgidas durante
la indivisión y bienes sujetos a reducción;
5. División y formación de lotes.
Los lotes serán las alícuotas de cada coheredero y se integran con los bienes, respetando si hubiere
ejercicio de atribución preferencia para el/la cónyuge, o aquello que tenga que ver con el mantenimiento
de unidades económicas útiles.
Si no es posible formar lotes de igual valor por la composición de la masa partible, puede proponerse que
se compensen esas diferencias siempre que no supere la mitad del lote, salvo cuando es por la atribución
preferencial. Por último determinar que lote corresponde a cada coheredero, debe buscarse la
conformidad, y si no se recurre al sorteo.

La atribución preferencial:
Es el derecho a que determinado/s bien/es sean incorporados a la hijuela de quien la invoca que podrá ser
el /la cónyuge supérstite o los herederos.
El cónyuge sobreviviente o un heredero pueden pedir la atribución preferencial en la partición, con cargo
de pagar el saldo si lo hay, del establecimiento agrícola, comercial, industrial, artesanal o de servicios que
constituye una unidad económica, en cuya formación participó. El saldo debe ser pagado al contado,
excepto acuerdo en contrario.
El cónyuge sobreviviente o un heredero pueden pedir también la atribución preferencial:
1. De la propiedad o del derecho a la locación del inmueble que le sirve de habitación, si tenía allí su
residencia al tiempo de la muerte, y de los muebles existentes en él;
2. De la propiedad o del derecho a la locación del local de uso profesional donde ejercía su actividad, y de
los muebles existentes en él;
3. Del conjunto de las cosas muebles necesarias para la explotación de un bien rural realizada por el
causante como arrendatario o aparcero cuando el arrendamiento o aparcería continúa en provecho del
demandante o se contrata un nuevo arrendamiento con éste.

EFECTOS DE LA PARTICIÓN: La partición tiene efecto declarativo y los bienes que cada heredero recibe en
su hijuela los obtuvo directamente del causante y no de los otros herederos.

Garantías entre los coherederos luego de la partición.


Garantía de Evicción: se establece que en caso de evicción o si el adjudicatario experimentara una
turbación en el goce de los bienes que se le adjudico, por una causa anterior a la partición, los otros
herederos tienen que responder también ante el titular de mejor derecho para mantener el equilibrio de la
partición y evitar el perjuicio de uno.
Es una respuesta lógica a la integridad de las hijuelas, y la garantía de evicción es reciproca para todos los
coherederos, si uno de los coherederos fuera insolvente los demás tendrán que soportar la garantía por
evicción de modo proporcional, y no se eximen de ella por más que se hayan desprendido de los bienes.
Se establecen los supuestos de exclusión de la garantía tales como la culpa del heredero afectado, o
cuando se hubiera renunciado de modo particular a esta garantía.
Defectos ocultos: los coherederos se deben recíprocamente garantía de los defectos ocultos de los bienes
adjudicados, con amplitud a cualquier defecto oculto aun cuando el bien resulte afectado en proporción de
poca relevancia.
La norma contempla la responsabilidad por los vicios ocultos que se extiende a estos supuestos: los
defectos no comprendidos en las exclusiones y los vicios redhibitorios, considerándose tales los defectos
que hacen a la cosa impropia para su destino por razones estructurales o funcionales, o que disminuyen su
utilidad que, de haberlos conocido, el adquirente no la habría adquirido o su contraprestación hubiese sido
significativamente menor.
Nulidad y reforma de la partición: La partición puede ser invalidada por las mismas causas que pueden
serlo los actos jurídicos. El perjudicado puede solicitar la nulidad, o que se haga una partición
complementaria o rectificativa, o la atribución de un complemento de su porción.
Se refiere al error, dolo, violencia, lesión, simulación o fraude. La idea es evitar que caiga toda la partición y
reconocerle al coheredero afectado el derecho a salvar el perjuicio particular y recibir un complemento
que restaure las consecuencias el vicio.
Son ejemplos de la necesidad de la reforma de la partición, entre otros, que aparezcan bienes de
propiedad del causante antes desconocidos, la pérdida de alguno de los bienes adjudicados por evicción
cuando los coherederos no satisfacen la garantía, o que no se hayan observado los requerimientos legales
para su realización.

PARTICIÓN POR LOS ASCENDIENTES. DIFERENCIAS CON OTROS INSTITUTOS. PARTICIÓN POR DONACIÓN
Y POR TESTAMENTO:
La partición por ascendientes, es la que realizan los ascendientes a sus descendientes; puede ser por donación o por
testamento. Cuando el ascendiente realice una partición que incluya bienes gananciales por estar bajo el
régimen patrimonial de comunidad de ganancias, solo podrá efectuar tal partición por donación.
No es lo mismo decir donaciones individuales que puede realizar una persona a favor de otra incluso los
ascendientes a favor de sus descendientes, que la partición por donación donde los descendientes
tendrían que participar en la división y aceptar las donaciones; tampoco se debe confundir la partición por
testamento con los legados que el testador puede hacer, porque los legatarios concurren como acreedores
a reclamar el cumplimiento de su legado y la partición testamentaria deber realizarse entre herederos para
poner fin al estado de indivisión y obtener la adjudicación individual del caudal relicto, estos se enteran a la
muerte del causante.
La partición de ascendientes a descendientes puede partir todos los bienes que integran su patrimonio al
momento de otorgarse el actor, o incluir solo algunos y el resto se distribuirá y dividirá según las reglas
generales.
Al hacer partición por donación o por testamento, el ascendiente debe colacionar a la masa el valor de los
bienes que anteriormente haya donado y sean susceptibles de colación para mantener el principio de
igualdad en la partición.
En la partición además el ascendiente puede mejorar a algunos de sus descendientes o al cónyuge dentro
de su porción disponible y es muy conveniente que eso lo exprese de modo claro para evitar problemas
interpretativos.

La partición por donación: es un acto jurídico por el cual el ascendiente dona y parte sus bienes entre sus
descendientes con la aceptación de estos, es un anticipo del dominio para evitar disputas respecto a la
adjudicación, combina las normas de la donación con la de la partición, es decir es irrevocable y traslativa
de dominio.
Si bien participa de la naturaleza jurídica de la donación, se diferencia en que el donante no responde por
evicción sino los donatarios, no puede tener por objeto bienes futuros y puede ser hecha mediante actos
separados si el ascendiente interviene en todos ellos.
Como se trata de un modo de partir debe respetar la legítima, la que está protegida por la acción de
reducción, por ello el ascendiente debe colacionar el valor de los bienes donados y rige la garantía de
evicción entre los coparticipes.
La forma será por escritura pública y solamente será revocable por las causales de revocación de donación
o indignidad.

La partición por testamento: es una acto de disposición mortis causa que unilateralmente afecta el modo
de operarse la transmisión hereditaria a favor de los descendientes, como tal puede ser modificado por el
testador y además al ser un mecanismo dispositivo atributivo se deberá estar al momento de la apertura
de la sucesión, si se acepta la herencia se acepta la partición realizada, aunque queda el remedio de la
reducción contra el heredero beneficiado en exceso.
Cada heredero sucede al causante en los bienes comprendidos en su hijuela, los herederos se deben entre
sí garantía de evicción, la existencia y legitimidad de los derechos transmitidos se juzga al tiempo de la
muerte del causante.

DERECHO DE HABITACIÓN DEL CÓNYUGE SUPÉRSTITE Y DEL CONVIVIENTE: El cónyuge supérstite tiene
derecho real de habitación vitalicio y gratuito de pleno derecho sobre el inmueble de propiedad del
causante, que constituyó el último hogar conyugal, y que a la apertura de la sucesión no se encontraba en
condominio con otras personas. Este derecho es inoponible a los acreedores del causante.
Con esta disposición se impone una indivisión con estas características:
1. No se exige que sea el único inmueble habitable que hubiera dejado el causante sino que sea el último
hogar conyugal;
2. Que la vivienda no esté en condominio a la época de la apertura;
3. Gratuito;
4. No importa el valor del inmueble.
Se extingue:
1. Por renuncia expresa al derecho de habitación;
2. Renuncia a la herencia;
3. Muerte del habitador;
4. Desuso por más de 10 años.
Es más amplio para el cónyuge que para el conviviente:
1. En cuanto al plazo vitalicio o por 2 años;
2. Al primero no importa que haya otro inmueble si fue el último hogar pero al conviviente se le pide no
tener vivienda habitable o bienes suficientes para acceder a una;
3. Que la vivienda no esté en condominio a la época de la apertura;
4. Se extingue si constituye una nueva unión, o contrae matrimonio, o adquiere una vivienda propia
habitable o bienes suficientes no dice nada respecto del cónyuge.
Los coherederos y legatarios no pueden cuestionar al cónyuge que puede quedarse viviendo en el
inmueble donde estuvo asentado el hogar conyugal , siempre que lo haga de modo efectivo y continuo,
este derecho es para sí intransmisible por eso no podría alquilar a otro ni dar en usufructo, sin embargo es
inoponible a los acreedores del causante.

COLACIÓN DE DONACIONES Y DE DEUDAS: Cuando se dona un bien a una persona designada por la ley
para que suceda forzosamente al donante, el ordenamiento legal interpreta que la intención del donante
ha sido adelantar su herencia. Es decir que el donatario disfrute antes de tiempo de los bienes que le
hubieran correspondido por sucesión luego de la muerte del donante. Esto sumado a la igualdad que debe
respetar la partición determina que los legitimarios deben colacionar en la sucesión computando en la
masa de la herencia el valor de los bienes recibidos como anticipo.
Los descendientes del causante y el cónyuge supérstite que concurren a la sucesión intestada deben
colacionar a la masa hereditaria el valor de los bienes que les fueron donados por el causante, excepto
dispensa o cláusula de mejora expresa en el acto de la donación o en el testamento.
Para la fijación del valor de las cosas donadas se determina la época de la partición según el estado del
bien a la época de la donación.
También hay obligación de colacionar en las sucesiones testamentarias si el testador llama a recibir las
mismas porciones que corresponderían al cónyuge o a los descendientes en la sucesión intestada.
El legado hecho al descendiente o al cónyuge se considera realizado a título de mejora, excepto que el
testador haya dispuesto expresamente lo contrario.
Igualmente se aclara que la donación hecha al descendiente o al cónyuge excediendo el valor de la porción
legítima del donatario, más la porción disponible, está sujeta a reducción y no simplemente a colación por
ese exceso.
También se regula expresamente la colación de deudas, eliminándose la duda sobre su existencia o
inexistencia.
La colación busca eliminar, luego de la muerte del donante, el efecto del desequilibrio patrimonial que fue
provocado por las donaciones que el causante hizo en vida a un heredero forzoso que sea descendiente o
cónyuge, existiendo otros herederos forzosos. Con la colación, las donaciones quedan transformadas en
una ventaja de tiempo (anticipación de la cuota), y no en una ventaja de contenido (no hay mayor caudal
para un heredero que para otro).

Legado efectuado al descendiente o al cónyuge:


Este legado se reputa efectuado a título de mejora, salvo que el testador haya expresamente dispuesto lo
contrario. Por lo tanto, tales legados no se colacionan, siempre que no excedan la porción disponible. En el
orden de los descendientes, la porción disponible es de un tercio, y en el orden hereditario del cónyuge, es
de un medio.

Donaciones inoficiosas: La donación hecha a un descendiente o al cónyuge cuyo valor excede la suma de la
porción disponible más la porción legítima del donatario, aunque haya dispensa de colación o mejora, está
sujeta a reducción por el valor del exceso.
Las donaciones inoficiosas dan lugar a la reducción. De las reglas de la colación surge que cuando el valor
de la donación excede la porción de legítima del donatario más la parte de libre disposición, en ese caso se
viola la legítima de otro heredero forzoso y por ello, deja de actuar la colación para entrar a regir la
reducción.

Heredero que no lo era al tiempo de la donación: Otra particularidad que excluye la obligación de colación
es la de los herederos que no lo eran al tiempo de la donación. Se refiere a dos supuestos:
1. Descendiente que no era heredero presuntivo al tiempo de la donación, pero que resulta heredero, no
debe colación. En este supuesto, debe existir otro miembro de la familia con un derecho preferente al
momento de la donación del causante, pero que luego prefallece, renuncia a la herencia o es declarado
indigno.
2. El cónyuge no debe colación cuando la donación se realiza antes del matrimonio.
Donación al descendiente o ascendiente del heredero:
Las donaciones efectuadas por el causante a los descendientes de los herederos, no deben ser
colacionadas por estos. Por el contrario, el donatario que concurre a la sucesión del donante en ejercicio
del derecho de representación y que como representante ocupa el lugar del representado, por lo cual debe
colacionar el valor de las donaciones que el representado hubiere recibido del causante.

Donación al cónyuge del heredero:


Las donaciones hechas al cónyuge del heredero no deben ser colacionadas. Las hechas conjuntamente a
ambos cónyuges deben ser colacionadas por la mitad, por el que resulta heredero.

Beneficios excluidos de la colación:


No se debe colación por los gastos de alimentos; ni por los de asistencia médica por extraordinarios que
sean; ni por los de educación y capacitación profesional o artística de los descendientes, excepto que sean
desproporcionados con la fortuna y condición del causante; ni por los gastos de boda que no exceden de lo
razonable; ni por los presentes de uso; ni por el seguro de vida que corresponde al heredero, pero sí por
las primas pagadas por el causante al asegurador, hasta la concurrencia del premio cobrado por el
asegurado. También se debe por lo empleado para establecer al coheredero o para el pago de sus deudas
No se debe colación por el bien que ha perecido sin culpa del donatario. Pero si éste ha percibido una
indemnización, la debe por su importe.
El heredero obligado a colacionar no debe los frutos de los bienes sujetos a colación, pero debe los
intereses del valor colacionable desde la notificación de la demanda. El donatario es propietario del bien
desde que le fue donado y por ello adquiere los frutos que el mismo produce.

Legitimación: Se encuentran legitimados activamente para interponer la acción de colación coherederos


presuntivos al tiempo de la donación.

Modo de hacer la colación: Sumando el valor de la donación al de la masa hereditaria después de pagadas
las deudas, y atribuyendo ese valor en el lote del donatario.

Colación de deudas: Se colacionan a la masa las deudas de uno de los coherederos en favor del causante
que no fueron pagadas voluntariamente durante la indivisión, aunque sean de plazo no vencido al tiempo
de la partición.
Es bastante frecuente que unos herederos afronten deudas relativas a los bienes indivisos, en este caso, el
coheredero que no pagó se hace deudor hacia los otros que solventaron esos gastos.
El modo de hacer esta colación comprende la imputación de la deuda al lote del coheredero deudor, que
es oponible a sus acreedores, es decir, que los herederos que requieren la colación de deuda tienen mejor
derecho. La colación de deudas se aplica también a las sumas de las cuales un coheredero se hizo deudor
hacia los otros en ocasión de la indivisión.
Se deduce su importe de la porción del deudor. Si la exceden, debe pagarlas en las condiciones y plazos
establecidos para la obligación.
UNIDAD 5

SUCESIONES INTESTADAS: Cuando la ley llama a los sucesores para recibir la herencia. Es decir, cuando
muere una persona la ley indica quiénes son sus sucesores. La sucesión legítima se inicia por:
1. Inexistencia de testamento;
2. Testamento ineficaz por nulo o anulable o por haber sido revocado, o por haberse producido la
caducidad de las disposiciones testamentarias;
3. Testamento en el que no se instituye herederos y se limita a disposiciones patrimoniales particulares a
título de legado u otras;
4. Renuncia a la herencia del o los herederos testamentarios;
5. Disposiciones testamentarias insuficientes, que no alcanzan a la totalidad de los bienes dejados por el
causante.
La ley convoca, en primer término, a los descendientes; no habiéndolos, llama a los ascendientes; ambos
órdenes de descendientes y ascendientes concurren con el cónyuge supérstite, quien, a su vez, hereda
como único sucesor universal ab intestato cuando no sobrevivan al causante descendientes ni
ascendientes, excluyendo a los colaterales; estos últimos son llamados solamente en ausencia de
descendientes, ascendientes y cónyuge.
El/la hijo/a adoptivo/a y sus descendientes tienen los mismos derechos hereditarios que lo/as por filiación
por naturaleza y sus descendientes o mediante las técnicas de reproducción humana asistida; las
distinciones de los derechos hereditarios de los hijos adoptivos —adopción simple— solo se efectúan en la
sucesión de los ascendientes.
El derecho de representación opera en caso de renuncia, indignidad, premoriencia, en el orden de los
descendientes, y limitadamente, en el orden de los colaterales.
La preferencia dentro de cada orden hereditario queda determinada por el principio general de la
prioridad de grado. La regla de la proximidad de grado solo tiene sentido respecto de los parientes de un
mismo orden —por ejemplo, los hijos excluyen a los nietos— o, expresado técnicamente, el primer grado
en línea recta descendente excluye al segundo grado, salvo derecho de representación.
Debe quedar claro que, cuando los cónyuges están sujetos al régimen patrimonial de separación de bienes,
no se distinguen bienes propios y gananciales.
En principio, la distribución de los bienes del causante se realiza con independencia de su naturaleza y
origen. Por ello si el difunto ha dejado bienes -muebles, inmuebles, derecho, etc.- o dichos bienes los ha
habido por la línea de un progenitor o progenitora, su asignación a los herederos no se formula teniendo
en cuenta este origen.
Excepciones:
1. En la sucesión del cónyuge. Cuando los cónyuges estuvieran unidos en el régimen de comunidad de
ganancias, se diferencia según que los bienes sean propios o gananciales. En la sucesión de los
descendientes, el cónyuge hereda como un hijo más sobre los bienes propios del causante, pero no
participa en los bienes gananciales del causante.
2. La sucesión del hijo/a adoptivo/a por adopción simple. El adoptante no tiene derechos sucesorios
sobre los bienes que el hijo recibe de su familia biológica, ni esta hereda los bienes que el adoptado
hubiera recibido a título gratuito de su familia de adopción. Estas exclusiones no operan si, en su
consecuencia, quedan bienes vacantes. En los demás bienes, los adoptantes excluyen a los padres de
origen.

Sucesión de los descendientes:


Los hijos del causante lo heredan por derecho propio y por partes iguales. La porción hereditaria de los
hijos varía si concurren solos a la sucesión del causante o acuden con el cónyuge del causante.
Hijos que acuden solos a la sucesión: los hijos heredan al padre o a la madre –progenitores- por partes
iguales.
Hijos que concurren con el cónyuge del causante: Debemos diferenciar el régimen patrimonial matrimonial
que regía la relación entre el causante y el cónyuge supérstite.
• Cónyuge en comunidad de ganancias: Si el régimen vigente a la muerte es el de comunidad de
ganancias, esta se extingue con el deceso del cónyuge originándose la indivisión postcomunitaria que
se prevé, la que necesariamente debe ser liquidada y partida para que resulte concretada la mitad de
gananciales atribuida a cada cónyuge. La parte de esos bienes gananciales que correspondan al difunto
integra el acervo hereditario, y la otra parte pertenece al cónyuge sobreviviente, a título de disolución
del régimen de comunidad de ganancias.
El viudo o viuda es llamado en concurrencia con descendientes, pero el cónyuge supérstite no tiene
parte alguna en la división de bienes gananciales que corresponden al cónyuge prefallecido.
• Cónyuge en régimen de separación de bienes: Si el régimen patrimonial entre el causante y el cónyuge
sobreviviente fue el de separación de bienes, a la fecha de la muerte cada hijo recibe una parte igual a
la del cónyuge sobre los bienes del causante, es decir sobre todos los bienes, sin calificación alguna.

Sucesión de los demás descendientes: Los demás descendientes heredan por derecho de representación,
sin limitación de grados. Después de los hijos, los demás descendientes heredan por derecho de
representación en todos los grados (nietos, bisnietos, etc.).
El derecho de representación es el que inviste el descendiente o los descendientes (representante/s) para
ocupar el lugar de su o sus ascendientes (representado/s) en la sucesión del causante, recibiendo lo que el
o los representados hubieran recibido de concurrir personalmente a la sucesión de que se trate.
Para que opere el derecho de representación, es necesaria la muerte o el desplazamiento del
representado. En la representación, la sentencia que declare la ausencia con presunción de fallecimiento
se equipara a la muerte real: los descendientes del ausente con presunción de fallecimiento concurren a la
sucesión por representación.
Por otra parte, no solo se puede representar a las personas muertas, sino también cuando vivo, ha sido
desplazado de la herencia por los motivos que señala la ley: a) los descendientes del heredero que ha
renunciado a la herencia; b) los descendientes del indigno, en otras palabras, la representación tiene lugar
cuando el representado no puede o no quiere aceptar la herencia, sea por fallecimiento o por renuncia,
indignidad, muerte.
División por estirpes en una misma sucesión puede representarse a varias personas, subiendo todos los
grados intermedios hasta llegar al causante, siempre que no actualicen su vocación todas las personas que
separan al representante del difunto en la línea correspondiente.
Un ejemplo: muere el causante, pero con anterioridad a él han prefallecido su hijo y su nieto; el bisnieto
puede presentarse a la herencia en representación de su padre y de su abuelo (representa al nieto y al hijo
del difunto). Es una consecuencia clara del principio de que los representantes ocupan el lugar del
representado, que nominamos representación múltiple.

Sucesión de los ascendientes:


Se trata del segundo orden hereditario: los ascendientes son excluidos por los descendientes, y excluyen a
los colaterales, concurriendo con el orden del cónyuge. Los ascendientes heredan a falta de descendientes;
y los ascendientes más próximos en grado al difunto excluyen a los de grado más remoto porque no existe
el derecho de representación en la línea recta ascendente.
Ascendientes que concurren solos a la sucesión: parten la herencia por cabeza o la recibe totalmente el
único ascendiente sobreviviente más próximo.
Ascendientes que concurren con el cónyuge supérstite: los ascendientes que concurren con el cónyuge
comparten con este el haber hereditario por mitades, una para el cónyuge supérstite y otra para los
ascendientes cualquiera sea su número. Es decir que los ascendientes reciben siempre la mitad de la
herencia, en concurrencia con el cónyuge.
Habrá que tener en cuenta los diferentes supuestos en relación al régimen patrimonial matrimonial:
• Separación de bienes: Si el causante llegó a la muerte bajo el régimen de separación de bienes de su
consorte, se transmiten todos aquellos bienes de los que fue propietario. La herencia se encuentra
constituida por todos los bienes del difunto, sin distinción alguna.
• Comunidad de ganancias: Si el causante llegó a la muerte bajo un régimen de comunidad de ganancias,
todos los bienes propios que conforman su patrimonio, y además, todos los bienes gananciales que le
hayan sido adjudicados en la división del régimen patrimonial, el cónyuge supérstite recibe el cincuenta
por ciento de los bienes gananciales por disolución y liquidación del régimen de comunidad.

SUCESIÓN DEL CÓNYUGE:


La/el cónyuge es un/a heredero/a forzoso/a, no pudiendo por voluntad el causantes determinar su
exclusión. Tiene por ende una porción legítima reservada por ley, es un orden atípico en tanto desplaza
solo a los colaterales y concurre con los descendientes y ascendientes.
En relación a la concurrencia con los descendientes está reducida a los bienes propios y hereda como un
hijo mas, es decir que se debe llevar a delante una doble operación primero la masa de bienes propios del
causante y por otro la masa de gananciales, en matrimonio que sigan con el régimen patrimonial de la
comunidad, y la concurrencia se dará solo en la primer masa, respecto de la segunda no hereda sino que
retira por liquidación de la comunidad de pleno derecho el 50%.
Si no tuvieren descendientes concurre con los ascendientes en este caso el viudo/a concurre tanto en los
bienes propios como en los gananciales, correspondiéndole en ambos casos la mitad de ambos tipos de
bienes.
Las causas de exclusión del cónyuge son:
1. Matrimonio in extremis;
2. Separación de hecho y cese de la convivencia resultante de una decisión judicial;
3. Divorcio vincular.
Lo/as cónyuges que no optaron por el régimen de la separación de bienes accederán al 50% una vez
realizadas las cuentas de partición que incluye las recompensas que pudieran reclamarse y las cargas; la
masa común se integra con la suma de los activos gananciales líquidos de uno y otro cónyuge y se divide en
partes iguales.
Los acreedores en el régimen patrimonial de comunidad, podrán cobrar sus créditos sobre sus bienes
propios y /o de la porción que se le adjudico de los gananciales si se trataron de deudas personales y si
fueran de las cargas de la comunidad eso formara parte de lo que se afronta con dinero común. Los que
optaron por el régimen de separación de bienes a falta de acuerdo se utiliza el mismo mecanismo que para
la partición de las herencias.
Matrimonio in extremis: la finalidad de la norma es proteger y evitar el aprovechamiento de una persona
vulnerable por su grave estado de salud, por lo que queda excluido cuando el matrimonio es a los fines de
regularizar una unión convivencial. Quien pretenda por tanto excluir al cónyuge deberá plantear un
incidente de exclusión hereditaria, probando que había una enfermedad preexistente y conocida por el
otro cónyuge al momento de la celebración del matrimonio con el causante y que conforme el desarrollo
esperable de la misma, la muerte sea un desenlace previsible y esta se hubiera producido dentro de los 30
días de la celebración de aquel. El cónyuge deberá emplear como única defensa que fue para regularizar
una unión convivencial, para ello se deben dar todos los requisitos (que ambos sean mayores de edad, que
no tengan vínculo de parentesco, que no tengan impedimento de ligamen y que hayan convivido por lo
menos 2 años).
También quedan excluidos de la herencia los cónyuges que estén divorciados, separados de hecho, o haya
cesado al convivencia por una decisión judicial, la razón es que al no haber comunidad de vida los cónyuges
no tiene vocación hereditaria recíproca. Porque no existe el afecto que es el supuesto por el cual se decidió
incluir al cónyuge como heredero forzoso, y por ende no hay proyecto común ni cooperación. El efecto de
esta situación es que con la muerte del otro, accederá a la parte que le corresponda respecto de los
gananciales sin concurrir con otros descendientes u ascendientes.

SUCESIÓN DE LOS COLATERALES Y HERENCIA VACANTE:


La sucesión de los parientes colaterales está limitada hasta el cuarto grado y opera de modo supletorio.
La vocación hereditaria es conferida por ley: a) los hermanos del causante (2do grado en línea colateral); b)
los sobrinos del causante (3er grado de la línea colateral); c) los sobrinos nietos del causante (4to grado en
línea colateral); d) los tíos abuelos del causante (3er grado en línea colateral) y primos hermanos del
causante (4to grado en línea colateral).
El orden de los colaterales opera ante ausencia de descendientes, ascendientes y cónyuges, en ausencia se
aplica el principio de prelación de grado dentro del orden: los parientes más próximos en grado, por
ejemplo, los hermanos, excluyen a los restantes, en caso de existir un pariente en igualdad de grado, varios
hermanos (hay posibilidad de derecho de representación) o varios tíos cada uno hereda en partes iguales.
Hermanos bilaterales, de doble vínculo y unilaterales de un solo vínculo. Los primeros heredan el doble
que los segundos.
Para tal fin hay que computar doble al hermano bilateral, para después asignarle dos porciones de la masa
como si fueran dos herederos y al unilateral como uno solo. Por ejemplo si hay un hermano bilateral y otro
unilateral, se considera la concurrencia de tres herederos, recibiendo el primero 2/3 y el segundo 1/3 de la
herencia

Derechos del estado:


El juez debe declarar vacante la herencia si se dan los siguientes requisitos:
1. La petición de cualquier interesado o el Ministerio Publico;
2. Falta de herederos aceptantes o de disposición por parte del causante de todos sus bienes a través del
legado.
Procede en los casos en que no hay herederos y existen bienes que no han sido incluidos en disposiciones a
favor de legatarios, en esos casos corresponderá al estado nación o provincial según donde estén los
bienes. En la resolución que se declara la vacancia el juez debe designar un curador de los bienes.
Una vez liquidadas las deudas y legados, el curador deberá rendir cuentas y concluida la misma se hará
entrega al estado de los bienes. Si con posterioridad hubiera una petición de herencia, y prosperara, el
heredero podrá tomar los bienes en la situación que se encuentran.

EXCLUSIÓN HEREDITARIA. DERECHO DE REPRESENTACIÓN:

Derecho de representación: Es el derecho por el cual los hijos de un grado ulterior son colocados en el
grado que ocupaba su padre o madre en la familia del difunto, a fin de suceder juntos en su lugar a la
misma parte de la herencia a la cual el padre o la madre habrían sucedido.
Supuestos:
Se aplica al orden de los descendientes sin limitación de grados. Puede tener lugar por tres supuestos:
1. Premoriencia: se da cuando el representado esta fallecido al momento de la muerte del causante.
2. Conmoriencia: cuando fallecieron al mismo tiempo, puede igualmente mientras el representado no
viva al momento de la apertura de la sucesión.
3. Renuncia: si el ascendiente ha renunciado puede representarlo.
4. Indignidad: El representante debe ser hábil para heredar al causante; es decir, hábil para suceder a
aquel de cuya sucesión se trata. La norma prevé que la indignidad del representante en la sucesión del
representado impide la representación. Se registran así dos hipótesis diferentes: por una parte, impide
la representación, la indignidad en la sucesión del representado; por otro lado, cabe preguntarse si el
representante puede ser declarado indigno en la sucesión del causante.
Es decir, en la indignidad se pueden visualizar dos supuestos:
• Indignidad en relación al representado: La habilidad para suceder supone, en primer término,
tener vocación hereditaria propia y directa respecto del causante; en segundo lugar, no estar
afectado de indignidad en relación al representado. Es decir, no puede invocar el derecho de
representación quien ha sido declarado indigno de suceder al representado.
• Indignidad en relación al causante: quien ha sido declarado indigno de suceder a su padre no
puede representarlo en la sucesión de su abuelo, o quien es nieto declarado indigno de heredar
al abuelo, reciba por representación sus bienes.

Requisitos entre representante y representado:


Representante:
1. El representante tiene que tener capacidad para suceder.
2. El representante no pudo haber sido declarado indigno en la sucesión de su representado.
3. El representante puede representar a su ascendiente a pesar de haber renunciado a la sucesión de este
último.
4. El representante solo puede representar a aquellas personas que habrían sido llamadas a la sucesión
del difunto, por esta razón en línea colateral solo hasta el sobrino nieto.
Representado:
1. Tiene que estar muerto al momento de la sucesión del difunto o haber renunciado o haber sido
declarado indigno.

Exclusión del cónyuge: Supuestos en que se excluye de la herencia:


• Matrimonio in extemis.
• Separación de hecho y cese de la convivencia resultante de una decisión judicial.
• Divorcio vincular.
UNIDAD 6

LA LEGÍTIMA: En el Código Civil de Vélez la limitación a la disponibilidad era mayor y los fundamentos de
los cambios legislativos resaltan la necesidad de relajar las tensiones existentes entre las restricciones a la
libertad de disponer de la propiedad del causante y la protección del interés familiar.
La facultad de testar y de disponer de los bienes a título gratuito que deriva del derecho de propiedad —
art. 17 CN — resulta restringida en virtud de las normas que reservan una porción de los bienes o de la
herencia a favor de personas muy allegadas al causante, quienes quedarán cubiertas frente a las
disposiciones a título gratuito.
En el CCyC, libro Quinto, se legisla la legítima en el Título X, en el que se incluyen las normas que
determinan el llamamiento imperativo en la sucesión del causante al establecer que “tienen una porción
legítima de la que no pueden ser privados por testamento ni por actos entre vivos a título gratuito, los
descendientes, los ascendientes y el cónyuge”.

Los legitimarios en el derecho argentino:


De modo imperativo la ley determina quienes son los herederos forzosos (ascendientes, descendientes y
cónyuge) y por lo tanto en esos casos impone la obligación de respetar la legítima hereditaria, esto significa
que la limita la posibilidad de testar más allá de la porción disponible. Establece una suerte de igualdad
entre los herederos forzosos con una posibilidad de mejorar al más vulnerable.
Se los llama por eso herederos legitimarios o forzosos, para diferenciarlos de los legítimos no legitimarios
que son los llamados de modo supletorio o sea solo ante la falta de los herederos forzosos y si no hay
testamento (colaterales hasta el cuarto grado).

Porción disponible y mejora. Modo de cálculo:


La porción disponible es lo que queda para la libre disposición del causante. Dichas porciones ascienden a
dos tercios (2/3), en el caso de los descendientes, y un medio (1/2) para los ascendientes y el cónyuge
supérstite un medio (1/2).
La Legítima es una institución del derecho sucesorio, cuyas normas imperativas (orden público relativo)
imponen un límite legal y relativo a la libertad de disponer por testamento o donación, reconociendo a los
herederos legitimarios (o forzosos) el derecho a determinada porción de la herencia, de la cual no pueden
ser privados por el causante. El incumplimiento de este deber impuesto por ley otorga a los legitimarios la
facultad de utilizar las vías legales protectoras a fin de asegurar su derecho.
Son límites impuesto al causante sobre dos tipos de actos en general, donaciones y disposiciones
testamentarias, que condiciona el poder de disposición al imponer el deber de respetar las legítimas.
La mejora puede hacerse por legado o por donación. Es indispensable que el causante deje expresado en el
acto de donación o testamento valido, su intención de mejorar la porción hereditaria del heredero. En caso
contrario, no se considera que hubo mejora y se computara como un anticipo de herencia que deberá ser
colacionada por el heredero.

Formación de la masa hereditaria. Activo líquido. Valuación de las donaciones:


Para calcular la masa hereditaria se tendrán en cuenta las donaciones con las que se lesionó la legítima de
los herederos forzosos, los bienes que fueron objeto de donaciones, no obstante haber salido del
patrimonio del donante, por haber excedido la porción disponible se considera que salieron
indebidamente, pues con ello se perjudicaban los derechos de los legitimarios. En tal caso, si conculcan la
legítima, los legitimarios tienen la posibilidad de hacerlos reingresar a la masa hereditaria.
La forma de cálculo de la legítima es que dichas porciones se calculan sobre la suma del valor líquido de la
herencia al tiempo de la muerte del causante más el de los bienes donados computables para cada
legitimario, a la época de la partición, según el estado del bien a la época de la donación.
1. Valor líquido de la herencia: En primer término debe calcularse el valor de los bienes transmitidos por
el causante, al cual debe restarse el valor de las deudas. Respecto a las cargas, un sector estima que las
cargas se deducen de la masa de cálculo de la legítima, y otros estiman que las cargas deben deducirse
de la masa partible.
2. Suma del valor de los bienes donados: Al valor líquido de la herencia se computan el valor de los bienes
donados para cada legitimario.
3. Época de valuación de los bienes: El valor líquido de la herencia se valúa al tiempo de la muerte del
causante; y los bienes donados computables para cada legitimario se valúan a la época de la partición
según el estado del bien a la época de la donación.
Solo se toman en cuenta las donaciones colacionables o reducibles efectuadas a partir de los trescientos
(300) días anteriores al nacimiento de cada legitimario, o en su caso, al nacimiento del ascendiente a quien
representa. En el caso del cónyuge, se computan las donaciones efectuadas después del matrimonio.
Por otra parte, para el cálculo de la legítima, solamente las donaciones que tengan menos de 10 años de
antigüedad a la muerte del causante.

Imputación de las cargas: Las cargas son las obligaciones que nacieron después de la muerte del causante
como los gastos funerarios, aquellos derivados de la conservación, liquidación y división de la masa
partible. Surgen luego de la muerte y la deben asumir proporcionalmente todos los herederos.

Mejora a favor del heredero con discapacidad:


El causante puede mejorar la posición de algún heredero o de un tercero mediante donaciones o
disposiciones testamentarias, para ello utiliza su porción disponible.
El causante puede disponer, por el medio que estime conveniente, incluso mediante un fideicomiso,
además de la porción disponible, de un tercio (1/3) de las porciones legítimas para aplicarlas como mejora
a descendientes o ascendientes con discapacidad.
Para los descendientes con discapacidad: PD 1/3 +1/3.2/3=5/9.
Para los ascendientes con discapacidad: PD 1/2 + 1/3.1/2=2/3.
La mejora procedería, por ejemplo, a través de un legado de bienes determinados o de alimentos, de la
cuota de mejora específicamente contemplada (1/3 de la legítima), determinando el goce de uso, el
usufructo o habitación de ciertos bienes, la indivisión forzosa de un bien, etc.
Esta mejora a favor del heredero con discapacidad es permitida solo a ascendientes y descendientes.
En cuanto al término “discapacidad” empleado, la norma aclara que entiende por tal a toda persona que
padece una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y
medio social implica desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral.

ACCIONES DE PROTECCIÓN DE LA LEGÍTIMA: Si como hemos afirmado la legítima es inviolable, cuando el


causante en vida, omitió algún heredero forzoso, o designo directamente por actos entre vivos al alguno o
por testamento dispuso a favor de uno más de lo disponible, tendremos acciones de protección, la más
frecuente es la de colación esta tiene una impronta es entre los herederos forzosos, pero esta diferenciada
de la reducción por exceso.
Cuando se dona un bien a una persona designada por la ley para que suceda forzosamente al donante, el
ordenamiento legal interpreta que la intención del donante ha sido adelantar su herencia. Es decir que el
donatario disfrute antes de tiempo de los bines que le hubieran correspondido por sucesión luego de la
muerte del donante.
Este punto de partida, sumado a la igualdad que debe respetar la partición determina que los legitimarios
deben colacionar en la sucesión computando en la masa de la herencia el valor de los bienes recibidos
como anticipo.
En el art. 2385 se sintetiza de alguna manera los aspectos centrales de la colación. La obligación de
colacionar se limita a los descendientes y el cónyuge, excluyéndose a los ascendientes. Para la fijación del
valor de las cosas donadas se determina la época de la partición según el estado del bien a la época de la
donación. Se dispone la colación en las sucesiones testamentarias en las que no se altera el orden ni las
porciones de los herederos legítimos.
El Código civil y comercial introduce una innovación: la presunción de mejora en los legados a
descendientes y cónyuge, salvo disposición en contrario del testador (art. 2385 CCyC). Igualmente se aclara
que la donación hecha al descendiente o al cónyuge excediendo el valor de la porción legítima del
donatario, más la porción disponible, está sujeta a reducción y no simplemente a colación por ese exceso
(art. 2386 CCyC).Se sujetan a colación los beneficios hechos al heredero por convenciones con el difunto
que le proporcionaron una ventaja particular (art. 2391 CCyC). También se regula expresamente la colación
de deudas, eliminándose la duda sobre su existencia o inexistencia (arts. 2397 a 2402 CCyC). Se prevén la
nulidad y la reforma de la partición, así como su posible sustitución por una acción de complemento (arts.
2408 a 2410 CCyC).
La colación busca eliminar, luego de la muerte del donante, el efecto del desequilibrio patrimonial que fue
provocado por las donaciones que el causante hizo en vida a un heredero forzoso que sea descendiente o
cónyuge, existiendo otros herederos forzosos. Con la colación, las donaciones quedan transformadas en
una ventaja de tiempo (anticipación de la cuota), y no en una ventaja de contenido (no hay mayor caudal
para un heredero que para otro).
Es una obligación de valor, la obligación de colacionar excepciona frente a la dispensa; y la cláusula de
mejora. El bien pudo haber aumentado o disminuido su valor con posterioridad, en ese caso es de
aplicación el principio que la cosa crece y perece para su dueño. Así, los frutos del bien donado pertenecen
al donatario.
El ascendiente no debe colacionar ni tampoco puede pedir la colación, aun cuando esté instituido en el
testamento.
La acción de reducción es la destinada a reducir actos o disposiciones del causante que implican afectación
a la legitima, en un orden legal establecido ( primero los legados y segundo las donaciones) es necesario
que quien tenga interés peticione a fin que esas disposiciones testamentarias o donaciones se reduzcan
para que se complete lo que falta para cumplir o respeta la porción legitima. Por eso funciona
simultáneamente como complemento
Este legado se reputa efectuado a título de mejora, salvo que el testador haya expresamente dispuesto lo
contrario. Por lo tanto, tales legados no se colacionan, siempre que no excedan la porción disponible. En el
orden de los descendientes, la porción disponible es de un tercio, y en el orden hereditario del cónyuge, es
de un medio.
ARTICULO 2386. Donaciones inoficiosas. La donación hecha a un descendiente o al cónyuge cuyo valor
excede la suma de la porción disponible más la porción legítima del donatario, aunque haya dispensa de
colación o mejora, está sujeta a reducción por el valor del exceso.
Las donaciones inoficiosas dan lugar a la reducción. De las reglas de la colación surge que cuando el valor
de la donación excede la porción de legítima del donatario más la parte de libre disposición, en ese caso se
viola la legítima de otro heredero forzoso y por ello, deja de actuar la colación para entrar a regir la
reducción. Hay que aplicar la reducción para defender la legítima violada del heredero forzoso. Se
diferencia en la norma el instituto de la colación y el de la reducción: en el caso que la donación al
descendiente o al cónyuge supere la porción disponible más la legítima que les corresponde, opera la
reducción por el exceso y no la acción de colación.
En el supuesto en que un descendiente o cónyuge, conserve las donaciones que el causante les ha
realizado, o el legado en que se los ha instituido, a pesar de renunciar a la herencia queda igual sometido a
la exigencia que tal donación o tal legado, no excedan la porción disponible en la sucesión del causante, y
en lo que excedan -la donación o el legado- a la porción disponible, pueden quedar sujetos a la acción de
reducción.
Cabe destacar, que como principio general, en el supuesto de los legados, sea un extraño a la herencia o
sea un heredero renunciante, se puede recibir el legado siempre que no exceda la porción disponible.

Heredero que no lo era al tiempo de la donación.


Otra particularidad que excluye la obligación de colación es la de los herederos que no lo eran al tiempo de
la donación (art. 2388). Se refiere a dos supuestos: a) descendiente que no era heredero presuntivo al
tiempo de la donación, pero que resulta heredero, no debe colación. En este supuesto, debe existir otro
miembro de la familia con un derecho preferente al momento de la donación del causante, pero que luego
prefallece, renuncia a la herencia o es declarado indigno. El que no era heredero presuntivo al tiempo de la
donación, no está obligado a colacionar. b) el cónyuge no debe colación cuando la donación se realiza
antes del matrimonio. Cuando se efectúa una donación a una persona con la que no se tiene vínculo
alguno y luego se contrae matrimonio con esa persona, tampoco debe colación.
Donación al descendiente o ascendiente del heredero.
El artículo 2389 contempla que las donaciones efectuadas por el causante a los descendientes de los
herederos, no deben ser colacionadas por estos. Verbigracia las donaciones efectuadas a un nieto, no
deben ser colacionadas por el hijo que concurre a la sucesión del causante -el progenitor del donatario-.
Por el contrario, la segunda hipótesis, alude al descendiente del donatario que concurre a la sucesión del
donante en ejercicio del derecho de representación y que como representante ocupa el lugar del
representado, por lo cual debe colacionar el valor de las donaciones que el representado hubiere recibido
del causante. Verbigracia, si el nieto es llamado a la sucesión de su abuelo o abuela como representante
del donatario-hijo, se encuentra obligado a colacionar lo que este último hubiese recibido, porque ocupa el
lugar de su representado, y en consecuencia tiene los mismos derechos y debe soportar las mismas cargas.

Donación al cónyuge del heredero.


Las donaciones hechas al cónyuge del heredero no deben ser colacionadas conforme el art. 2390. Las
hechas conjuntamente a ambos cónyuges deben ser colacionadas por la mitad, por el que resulta
heredero.
Son valores colacionables, o sea se trae el valor de los bienes donados, o de las ventajas particulares no los
bienes mismos.
Beneficios excluidos de la colación.
No se debe colación (art. 2392) por los gastos de alimentos; ni por los de asistencia médica por
extraordinarios que sean; ni por los de educación y capacitación profesional o artística de los
descendientes, excepto que sean desproporcionados con la fortuna y condición del causante; ni por los
gastos de boda que no exceden de lo razonable; ni por los presentes de uso; ni por el seguro de vida que
corresponde al heredero, pero sí por las primas pagadas por el causante al asegurador, hasta la
concurrencia del premio cobrado por el asegurado. También se debe por lo empleado para establecer al
coheredero o para el pago de sus deudas.
No se debe colación (art. 2393) por el bien que ha perecido sin culpa del donatario. Pero si éste ha
percibido una indemnización, la debe por su importe.
En materia de colación, los frutos pertenecen al donatario, y la obligación de colacionar se limita al valor
del bien, pero no a sus frutos; y a partir de la notificación de la demanda de colación, quien este obligado a
colacionar debe los intereses que correspondan sobre el valor colacionable.
¿Quiénes pueden pedir colación? Según el art. 2395, se encuentran legitimados activamente para
interponer la acción de colación: coherederos presuntivos al tiempo de la donación, el coheredero no
puede demandar la colación, cuando no existían al momento de la donación otros herederos con mejor
derecho que luego se apartan de la herencia el que resulta heredero después, no debe colación.
Un heredero que no existía a la fecha de la donación, no podrá demandar la colación aunque luego
devenga copartícipe; tampoco podrá hacerlo el heredero que, a la época de la donación, no tenía un
llamamiento vigente frente a la existencia de otros herederos con mejor derecho que luego se apartan de
la herencia, por renuncia o indignidad -siempre quedan a salvo las reglas de la representación.
En todos estos casos, resulta evidente que no puede considerarse perjudicado por la donación quien no
ostentaba la calidad de heredero a la época en que la donación se efectuó. Tampoco puede pedir la
colación el cónyuge cuando la donación se realiza antes del matrimonio.

Modo de hacer la colación.


¿Cómo se hace? Sumando el valor de la donación al de la masa hereditaria después de pagadas las deudas,
y atribuyendo ese valor en el lote del donatario (art. 2396).

Colación de deudas
Este tema se trata por primera vez en la legislación argentina en el nuevo Código Civil y Comercial desde el
art 2397. Se consagra la colación de deudas de uno de los coherederos a favor del causante que no fueron
pagadas voluntariamente durante la indivisión, aunque sean de plazo no vencido al tiempo de la partición.
También resultan colacionables las deudas surgidas durante la indivisión. Es bastante frecuente que unos
herederos afronten deudas relativas a los bienes indivisos, en este caso, el coheredero que no pagó se
hace deudor hacia los otros que solventaron esos gastos.
El doble carácter de acreedor y deudor que asume el coheredero produce la compensación y solo se
colaciona el exceso de su deuda sobre su crédito. En los arts. 2401 y 2402 CCyC, que establecen que el
modo de hacer esta colación comprende la imputación de la deuda al lote del coheredero deudor, que es
oponible a sus acreedores, es decir, que los herederos que requieren la colación de deuda tienen mejor
derecho.
La colación de deudas, conceptualmente, se diferencia sustancialmente de la colación de donaciones,
porque no existe la dispensa.
La colación de deudas se aplica también a las sumas de las cuales un coheredero se hizo deudor hacia los
otros en ocasión de la indivisión.
El art 2402 CCyC regula el modo de hacer la colación de las deudas deduciendo su importe de la porción
del deudor. Si la exceden, debe pagarlas en las condiciones y plazos establecidos para la obligación. La
imputación de la deuda al lote del coheredero deudor es oponible a sus acreedores

Acciones de Complemento y reducción: legitimados y condiciones de procedencia. Acción


reipersecutoria.
En nuestro ordenamiento se regulan como acciones de protección de la legítima hereditaria: a) acción de
entrega de la legítima; b) de complemento; c) de reducción de las disposiciones testamentarias; d) de
reducción de las donaciones; y e) acción reipersecutoria.
En el art. 2445 del CCyC se regula tres aspectos: 1) la mención de los legitimarios y las porciones legítimas,
2) el cálculo de la legítima, y 3) los bienes que se tomarán en cuenta en dicho cálculo.

Los legitimarios y las porciones legítimas.


a) Para los descendientes es de 2/3;
b) Para los ascendientes es 1/2;
c) Para el cónyuge permanece en 1/2.
Correlativamente, la porción disponible por el causante es de un 1/3 en caso de concurrir descendientes, y
es de 1/2 si concurren los ascendientes y/o el cónyuge.
Para el cálculo tendremos en cuenta:
a) Valor líquido de la herencia. Significa que en primer término debe calcularse el valor de los bienes
transmitidos por el causante, al cual debe restarse el valor de las deudas. Respecto a las cargas, la norma
exige calcular la porción sobre la suma del valor líquido de la herencia al tiempo de la muerte, lo que
implica reiterar el debate ya existente: un sector estima que las cargas se deducen de la masa de cálculo de
la legítima, y otros estiman que las cargas deben deducirse de la masa partible.
b) Suma del valor de los bienes donados. Al valor líquido de la herencia se computan el valor de los bienes
donados para cada legitimario.
c) Época de valuación de los bienes. El art. 2445 CCyC instala un doble parámetro, que debe tenerse en
cuenta para la valuación de los bienes: i) el valor líquido de la herencia se valúa al tiempo de la muerte del
causante; y ii) los bienes donados computables para cada legitimario se valúan a la época de la partición
según el estado del bien a la época de la donación. La forma diferente de valuación —bienes y
donaciones— es una novedad que ha adoptado el legislador. Hay que tomar en cuenta que la
determinación del valor al tiempo de la partición de los bienes donados debe realizarse según el estado del
bien cuando se hizo la donación, de forma tal que las variaciones de ese estado para mejor o peor que
pudo sufrir ese bien no se deben tomar en consideración, lo que resulta adecuado.
Se tomarán en cuenta en el cálculo de la legítima las donaciones colacionables o reducibles efectuadas a
partir de los trescientos (300) días anteriores al nacimiento de cada legitimario, o en su caso, al nacimiento
del ascendiente a quien representa. En el caso del cónyuge, se computan las donaciones efectuadas
después del matrimonio. De este modo, al considerar los trescientos (300) días anteriores al nacimiento
del legitimario, se prevé la posibilidad de que esos actos tengan lugar cuando ya se conoce la existencia de
la persona por nacer.
El segundo aspecto a considerar surge de la determinación de los bienes que deben ser computados, los
descendientes pueden recibir distinto según sean las épocas en que el causante hubiere realizado las
donaciones, ya que el cálculo se diferencia para cada legitimario.
Por otra parte, hay que tener presente -a efecto de la reducción- que se deberán considerar, para el
cálculo de la legítima, solamente las donaciones que tengan menos de 10 años de antigüedad a la muerte
del causante, tal como lo dispone el art. 2459.

Concurrencia de legitimarios.
En el art. 2446 se recepta lo que siempre ha sostenido la doctrina con respecto a la
forma de cálculo de la legítima -correlativamente de la porción disponible- en caso de
concurrencia de legitimarios del mismo orden y en el caso de concurrencia de
legitimarios de diverso orden.
Cuando concurren solo ascendientes, el cálculo de la porción disponible será 1/2.
Cuando concurren solo descendientes, la porción disponible será 1/3.
Concurrencia del cónyuge con descendientes si concurre el cónyuge con
descendientes, la porción disponible se calcula según la legítima mayor, o sea la de 1/3.

Notas de las acciones protectorias.


La legítima no puede ser afectada por gravámenes ni condiciones, se preserva la
integridad de las porciones legítimas. Si el causante ha impuesto gravámenes o
condiciones a dichas porciones, se prevé como solución legal que se tendrán por no
escritas, sean estas suspensivas como resolutorias, los plazos ciertos e inciertos y las
cargas posibles y permitidas.
Si deberán respetarse los casos de indivisión forzosa (arts. 2330 a 2334 CCyC); el
derecho real de habitación del cónyuge supérstite (art. 2383 CCyC); la atribución
preferencial (arts. 2380 y 2381 CCyC); y las normas que hacen a la tutela de la vivienda
(art. 244 CCyC y ss.).
En definitiva, al flexibilizar las normas sucesorias, estas reglas que constituyen
excepciones al principio de intangibilidad de la legítima, apuntan a la tutela de los
intereses familiares y de los herederos y a la continuidad de la empresa familiar y
coadyuvan a la seguridad jurídico-económica.
También se deben respetar los pactos negociales y empresariales (art. 1010
CCyC), la indivisión hereditaria forzosa (art. 2330 CCyC y ss.) y la atribución
preferencial regulada en los arts. 2380, 2381 CCyC y ss.).
Otra importante excepción es la mejora a favor de ascendientes y descendientes
con discapacidad (art. 2448 CCyC). Los principios constitucionales y las leyes
especiales conducen a sostener que la persona con discapacidad no debe tener igual
tratamiento que quien goza de sus aptitudes en plenitud, pues un posicionamiento igual
para los desiguales genera desigualdad ante la ley. Mediante la ley 26.378/2008, se
aprobó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), lo
que importó receptar una innovadora visión sobre la discapacidad, en armonía con la
perspectiva de los derechos humanos. Por su parte, la ley 27.044/2014 le otorgó
jerarquía constitucional. De allí que la doctrina consideraba necesario instrumentar la
protección diferenciada de las personas con discapacidad en el marco del derecho
sucesorio argentino.
En materia de legítima se propone la mejora a favor del heredero con discapacidad
(arts. 2448 y 2493 CCyC), la porción disponible se acrecienta en el caso que existan
ascendientes o descendientes con discapacidad habilitando a su favor la mejora (art.
2448 CCyC) “por el medio que estime conveniente, incluso mediante un fideicomiso,
además de la porción disponible, de un tercio (1/3) de las porciones legítimas para
aplicarlas como mejora estricta a descendientes o ascendientes con discapacidad”.
Desde una proyección cualitativa, la norma que comentamos dispensa una tutela
especial a los legitimarios con discapacidad “descendientes” y “ascendientes”. El
cálculo: máximo atribuible al heredero con discapacidad la norma indica en cuánto se
puede mejorar al heredero descendiente o heredero ascendiente, con discapacidad. Es
decir, a lo que a ese heredero con discapacidad le corresponda, la mejora se suma.
En realidad, ejemplos que se consignan para los órdenes hereditarios que pueden
ser mejorados son los siguientes: PD (porción disponible) más 1/3 de las porciones
legítimas correspondientes. Para los descendientes con discapacidad: PD 1/3 + 1/3. 2/3
= 5/9. Para los ascendientes con discapacidad: PD 1/2 + 1/3. 1/2 = 2/3.
La mejora procedería, por ejemplo, a través de un legado de bienes determinados
(art. 2498 CCyC) o de alimentos (art. 2509 CCyC), de la cuota de mejora
específicamente contemplada (1/3 de la legítima), determinando el goce de uso (art.
2154 CCyC), el usufructo (art. 2129 CCyC) o habitación (art. 2158 CCyC) de ciertos
bienes, la indivisión forzosa de un bien (art. 2330 CCyC) y cualquier otro beneficio que,
limitado a la cuota que establece la norma, permita plasmar la voluntad del causante con
el alcance tuitivo de aquella. Solo se permite que el causante mejore a su heredero
ascendiente o descendiente, pero no se contempla al cónyuge. Respecto a este podría
acudirse a medidas de protección relativas al hogar conyugal, derecho de habitación,
etc.
La norma no es aplicable a otros órdenes parentales u otras personas con
discapacidad que pudieran estar a cargo del causante.
Siguiendo con el principio de la intangibilidad de la legítima, el art 2448 CCyC
autoriza una excepción: será válido el fideicomiso testamentario aun cuando el testador,
para formarlo, le haya destinado bienes cuyo valor exceda el límite de la porción
disponible, cuando ese fideicomiso se constituya en beneficio de un heredero forzoso
con discapacidad para mejorar su derecho hereditario.
El fideicomiso -arts. 1666 a 1700- también puede constituirse por testamento y
este contrato podrá utilizarse para exteriorizar la mejora a favor del heredero con
discapacidad (art. 2493 ccyc).

Características comunes de las acciones de protección.


El código civil las regulo con un objeto específico y una finalidad propia: Acción
de entrega de la legítima, acción de complemento, acción de reducciones de las
disposiciones testamentarias y acción reipersecutoria.
Tienen algunos aspectos comunes:
a) Son acciones personales aunque en algunos casos los efectos pueden ser reales.
b) Son de contenido patrimonial.
c) Son divisibles es decir que pueden accionar algunos y otros no.
d) Deben iniciarse siempre después de la muerte del causante, y serán legitimados
pasivos (demandados) los legatarios y donatarios, siendo competente el juez del ultimo
domicilio del causante.

Acción de entrega de la legítima.


El art. 2450 del CCyC refiere a dos hipótesis de acciones de entrega de la
legítima: a) el legitimario preterido, para que se le otorgue su porción legítima, como
heredero de cuota (en la sucesión testamentaria); y b) el legitimario cuando el difunto no
deja bienes pero ha efectuado donaciones (sea sucesión intestada o testamentaria).

Acción de complemento.
La acción de complemento opera solo en la sucesión testamentaria, cuando el
legitimario recibe por cualquier título menos de su porción legítima.
Serían legitimados activos los herederos legitimarios (ascendientes, descendientes
o cónyuge del causante) o sus representantes, que actualicen su vocación hereditaria y
que encuentren conculcada su legítima mediante donaciones o disposiciones
testamentarias del causante. Se aplica el plazo genérico de las prescripciones de 5 años
contados a partir de la apertura de la sucesión, o sea de la muerte del causante (art. 2560
CCyC), no estando contemplado un plazo específico.

Acción de reducciones de las disposiciones testamentarias.


El art. 2452 alude a la reducción de las disposiciones testamentarias en las que se
hayan instituido herederos de cuota o legados que afecten la legítima. Serán objeto de
reducción en primer lugar, las instituciones de herederos de cuota (arts. 2278, 2488
CCyC) y luego se reducirán los legados (arts. 2484, 2490 CCyC y ss.).
En cuanto a la reducción de los legados, el art. 2452 CCyC establece que se
reducen en el mismo orden establecido en el segundo párrafo del art. 2358 CCyC
(primero se cumplen los que tengan preferencia otorgada por el testamento, luego los
legados de cosa cierta y determinada, y finalmente los demás legados, estableciendo que
dentro de la misma categoría se pagan a prorrata.
El orden de la reducción de los legados, previsto en el art. 2452 CCyC, es motivo
de debate: a) la norma es clara al remitir al art. 2358 CCyC, por lo cual los legados se reducen en el orden
expresado en dicha norma; b) otros entienden que la reducción de
los legados debería ser en orden inverso al del cumplimiento de los mismos contenidos
en el art. 2358 CCyC, ya que deberían caer en primer lugar los restantes legados, luego
los de cosa cierta, y finalmente los que tengan preferencia otorgada por el testamento.
En el art. 2453 CCyC se dispone que la reducción de las donaciones solo opera
cuando la reducción de las disposiciones testamentarias no es suficiente para cubrir la
legítima conculcada.
Si con la reducción de las disposiciones testamentarias no se salva la legítima, se
reducen las donaciones en el orden inverso a la fecha en que fueron efectuadas por el
causante, comenzando con la última donación. Se reduce en primer término la última
donación, y luego las demás en orden inverso a sus fechas, hasta salvar el derecho del
reclamante.
Las donaciones de igual fecha se reducen a prorrata. Se aplica a la acción de
reducción el plazo genérico de las prescripciones, el de 5 años contados a partir de la
apertura de la sucesión, o sea de la muerte del causante (art. 2560 CCyC).
Si la reducción es total, la donación queda resuelta. Si la reducción es parcial, los
efectos dependen de si el bien es divisible o no. Cuando el bien resulta ser divisible, se
lo divide entre el legitimario y el donatario. En los casos en los que el bien es
indivisible, la cosa debe quedar para quien le corresponde una porción mayor con un
crédito a favor de la otra parte por el valor de su derecho.
El donatario para conservar el bien puede pagar el importe que corresponda para
salvar la legítima. El donatario es deudor desde la fecha de la notificación de la
demanda, ya sea para deber los frutos de la cosa o adeudar los intereses cuando ha
ejercido la opción de pagar el precio, impidiendo la resolución. El donatario, así, es
deudor de frutos o, en su caso, de intereses, según la actitud asumida desde la
notificación de la demanda.
Perecimiento de las cosas donadas. Hay que distinguir: a) El bien donado perece
por culpa del donatario: el donatario debe su valor; b) El bien donado perece sin culpa
del donatario: en este caso el valor de lo donado no se computa para el cálculo de la
legítima; c) El bien perece parcialmente por culpa del donatario: debe la diferencia de
valor; d) El bien perece parcialmente sin culpa del donatario: se computa el valor
subsistente.

Acción reipersecutoria.
Procede en relación a los bienes transmitidos por el causante a título gratuito
cuando dichas disposiciones han conculcado la legítima, contra terceros adquirentes de
los bienes registrables.
a) El objeto: la acción de reducción tiene efecto reipersecutorio. Los bienes
dispuestos a título gratuito por el causante vuelven a la masa en la medida que hayan
conculcado la legítima; b) Legitimados activos: los herederos legitimarios —o sus
representantes— a los que se haya conculcado la legítima; c) Legitimarios pasivos: el
donatario y el subadquirente; d) Derecho del donatario o subadquirente: desinteresar al
legitimario satisfaciendo en dinero el perjuicio a la cuota legítima.
El art. 2458 CCyC determina que la acción reipersecutoria procede aun contra los
subadquirentes de buena fe y a título oneroso, prevaleciendo así la protección adecuada
de la legítima.
Límite del efecto reipersecutorio: el donatario o subadquirente puede desinteresar
al legitimario el último párrafo de la norma en análisis preceptúa que el donatario y el
subadquirente demandado están facultados para desinteresar al legitimario
compensando en dinero el perjuicio a la cuota legítima. Esto significa que siempre el
donatario o los terceros podrán modificar el efecto reipersecutorio de la acción de
reducción porque estará a su alcance satisfacer en dinero el interés del legitimario.

Prescripción adquisitiva.
La acción de reducción no procede contra el donatario ni contra el subadquiriente
que ha poseído la cosa donada durante diez años computados desde la adquisición de la
posesión art 2459 por remisión al art 1091 CCCN.
Esto quiere decir que si Juan por ejemplo recibió por donación un inmueble, y el
causante falleció 15 años después de haber poseído como donatario el bien, no tendrá
que ser computado como parte de la masa. Tiene que ver con la necesaria seguridad y
las pautas generales de la prescripción.

Transferencia de bienes entre legitimarios por actos entre vivos.


Cuando se trate de usufructos, uso, habitación o renta vitalicia según el art 2460,
los legitimarios pueden optar entre cumplir o entregar al beneficiario la porción
disponible

FRAUDE A LA LEGÍTIMA:
Utilización del régimen societario para perjudicar a alguno de los legitimarios.
Aportes simulados que encubran donaciones del causante.
La disposición de actos onerosos en una sociedad es una facultad de cualquier
ciudadano y no está limitada su disposición, puede comprar y vender acciones o cuotas,
el problema es cuando se recurre a estas figuras simulando actos para perjudicar a
algún/os heredero/s
La simulación a través del uso de sociedades siguiendo a Herrera y Pellegrini se
puede dar: 1) si uno o ambos padres crean con su propio patrimonio sociedades con algunos hijos
excluyendo otros; 2) cuando figuran aportes ficticios por parte de alguno
de los herederos forzosos ; 3) cuando hay una sobrevaluación de los aportes efectuados
por ciertos hijos mediante aumentos de capital que le da más participación a unos y
podría otorgarle mayorías.
Las acciones en realidad seria las de simulación y fraude a la ley de la parte
general, de modo que aquí si se determina que existió se tomaran las pautas de la
donación y procederán las acciones de colación y reducción según el caso. También se
podrá alegar la inoponibilidad de la personalidad jurídica y demanda el reintegro de su
legítima.

Fraude a la ley, pacto sobre herencia futura y simulación. Efectos frente a


terceros, herederos y a la sociedad.
Si se trata de sociedades familiares, recordamos las posibilidades del art 1010
CCCN y las disposiciones del art 2333 respecto a la posibilidad de oponerse al partición
para el heredero y el 2380 para el cónyuge
En estos casos a los que nos referimos precedentemente las excepciones son claras
y no significan convalidar fraudes ni actos simulados.

FIDEICOMISO TESTAMENTARIO:
El fideicomiso es un contrato por el cual el titular de ciertos bienes llamado
fiduciante le transfiere a otra persona llamada fiduciario, para que esta gestione en
beneficio de otro llamados beneficiarios y luego cuando ocurra un determinado hecho el
fiduciario transfiera la propiedad plena a otro llamado fideicomisario .
Si la legítima opera como limite a la disponibilidad que hacemos cuando en un
fideicomiso se invirtió mas de la porción disponible
Debemos recurrir a las normas propias del contrato de fideicomiso (1666), a las de
la porción disponible (24444), porque no es posible desconocer la legítima a criterio de
la Dra. Nora LLoveras, otros autores consideran más flexibles teniendo en cuenta si los
mismos herederos forzosos recibirán esos bienes y si esto se hará en un plazo menor a
10 años.
En el art 2493 CCCN regula el fideicomiso testamentario, como una forma legal
para que sea constituido sin alterar la legítima, estableciendo un plazo hasta de 30 años,
Puede disponer toda la herencia o una parte indivisa, o establecer instrucciones al
heredero o legatario fiduciario.
Si se establecen fideicomisos en afectando al legitima proceden las acciones de
protección.

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