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ÁRBOLES GENEALÓGICOS Y NARRATIVAS FAMILIARES.

José González Monteagudo


Universidad de Sevilla, España

(Artículo  de  revista,  publicado  en:  Revista  de  Novedades  Educativas,  nº  244,  abril  de  2011,  Buenos  Aires,  
Argentina.  ISSN:  0328-­‐3534).  

RESUMEN: En este trabajo presento una propuesta de trabajo pedagógico universitario centrada en las
autobiografías. Discuto específicamente los árboles genealógicos y las narrativas familiares como herramientas
de trabajo para favorecer tanto la investigación de historia oral vinculada a las raíces familiares como una
apropiación y construcción críticas del conocimiento por parte de los estudiantes. Se trata de historiar y teorizar
la experiencia biográfica, familiar y sociocultural. Describo los fundamentos de la propuesta y mi forma de
trabajar los árboles genealógicos y las narrativas familiares, combinando oralidad y escritura, actividades
individuales y de grupo, experiencia subjetiva y enfoques teóricos derivados de las ciencias sociales. Para
ilustrar las posibilidades de esta metodología, presento el caso de narrativa genealógica y generacional de uno
de mis estudiantes. El texto ofrece también algunas informaciones sobre el contexto histórico y generacional de
Andalucía y España, para hacer posible una mejor comprensión de la metodología auto/biográfica propuesta.

PALABRAS-CLAVE: árbol genealógico, historias de vida familiares, microbiografías, formación experiencial,


autobiografía, innovación pedagógica.

Introducción
A lo largo de los últimos diez años he llevado a cabo con mis estudiantes universitarios una actividad de
autobiografía educativa. A partir de esta experiencia, en este trabajo me centro particularmente en el árbol
genealógico y las narrativas familiares como herramientas de trabajo, desde la doble perspectiva de la formación
y de la investigación de la cultura e historia recientes. La autobiografía educativa y el trabajo con árboles
genealógicos se sitúan en la intersección de campos como la Pedagogía, la Antropología cultural, la Sociología,
la Historia oral y la Psicología familiar. Se trata de un ámbito decididamente interdisciplinar. También se trata
de un ámbito en el que se cruzan de manera ineludible la oralidad y la escritura. Con esta actividad intento
promover una innovación docente de calidad y cercana a los intereses del alumnado. Se trata de una actividad
altamente motivadora para los estudiantes, que supone un cuestionamiento de las metodologías tradicionales de
la docencia universitaria en el ámbito de las ciencias socialesi.

El objetivo de este trabajo es ofrecer una información básica y útil sobre el árbol genealógico y las narrativas
familiares como instrumentos de investigación y conocimiento sobre las raíces familiares desde una perspectiva
histórica, cultural y formativa. Espero que este trabajo pueda ser útil a docentes de diferentes niveles educativos,
así como a educadores, formadores y animadores que trabajan en contextos no formales, para que puedan
decidirse a explorar o profundizar, según los casos, las posibilidades de los métodos auto/biográficos en ámbitos
como la formación, las actividades de sensibilización vinculadas a la memoria histórica y la investigación
histórica llevada a cabo por los propios estudiantes.

Métodos auto/biográficos en investigación y formación


El uso de los enfoques autobiográficos en investigación y formación ha ido logrando un progresivo
reconocimiento en los últimos años. Esto ha permitido el desarrollo de metodologías cualitativas centradas en el
punto de vista de los actores sociales, desde una perspectiva subjetiva, experiencial e implicada. La recuperación
del pasado y el trabajo en torno a las experiencias vividas, individuales y colectivas, tienen hoy en día una gran
relevancia. Los debates sobre la memoria y sus funciones históricas, culturales, políticas, simbólicas y
personales son innumerables. A partir de los años 80 del siglo XX los enfoques autobiográficos han
profundizado los componentes interaccionistas, subjetivos y socioculturales. Estas tendencias han coincidido
con el giro narrativo, interpretativo y lingüístico que ha influido el conjunto de las ciencias sociales. En el
ámbito educativo, las metodologías biográficas han hecho posible una mayor integración entre investigación y
formación, un mejor conocimiento de las complejas dinámicas de los aprendizajes formales e informales, y una
mejor comprensión de las relaciones entre sujeto y sistema, agencia y estructura, niveles micro y niveles macro
de los sistemas socioculturales.

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Genealogía y familia
La familia constituye una red de apoyo social y un contexto de encuentro intergeneracional. Desde una
perspectiva sistémica, “la memoria familiar puede ser comprendida como un modo específico de conocimiento,
casi impreso en nuestros cuerpos y conciencias, usado para dar significado así como para explicar y a veces
incluso legitimar nuestro self y nuestra identidad social”ii. Entre los enfoques biográficos de tendencia
genealógica, hay que destacar las aportaciones de Gaulejaciii, psicosociólogo francés creador de una corriente
llamada Novela familiar y trayectoria social. Gaulejac explora en seminarios de formación, a partir de
herramientas verbales y no verbales, la trayectoria personal y la historia familiar de los participantes
combinando la implicación personal con el análisis teórico. Para ello, emplea cuatro técnicas: el árbol
genealógico, el dibujo sobre el proyecto parental, el análisis de las trayectorias sociales y las representaciones
dramáticas.

El trabajo autobiográfico sobre la familia comienza con la exploración de las raíces familiares. El análisis de la
genealogía familiar hace posible situar la historia personal en un contexto más amplio. El análisis tiene dos
grandes dimensiones. Una está relacionada con el contexto social y cultural de las diferentes generaciones. La
comparación diacrónica y sincrónica, incluyendo la búsqueda de diferencias de todo tipo (generacionales,
sociales, económicas, culturales, axiológicas y educativas), es un elemento básico de esta actividad biográfica.
La segunda dimensión analítica se refiere al marco narrativo subjetivo del adulto, mediante la evocación basada
en historias orales y escritas de la experiencia vivida. El trabajo genealógico es una buena manera de saber más
sobre historia contemporánea, cultura, educación e identidad, entendidas como proceso y producto de la
transmisión y del diálogo intergeneracionales.

La investigación sobre el cambio y la transmisión generacionales realizada desde enfoques autobiográficos es


relativamente reciente. El libro editado en 1993 por Bertaux y Thompsoniv, pionero en este ámbito, recoge
trabajos sobre contextos generacionales, familiares y de género en diferentes países, con una pluralidad de
enfoques metodológicos. La monografía de 2002 de Formentiv aborda la construcción de la identidad de género
a través de entrevistas en profundidad a varios miembros de cinco familias diferentes, con un enfoque
hermenéutico y constructivista. Lani-Baylevi ha estudiado en 1997 la transmisión intergeneracional desde un
punto vista simbólico y subjetivo. En una publicación posterior, de 2006, Lani-Bayle y Malletvii han coordinado
una investigación sobre acontecimientos importantes, formación y evolución generacional, con un enfoque
internacional y comparativo. Por su parte, en 2001, Castaignos-Leblondviii se ha centrado en la transmisión
intergeneracional en su propio contexto familiar, estudiando, a partir de las experiencias vividas por su padre,
los traumatismos históricos y su repercusión en el diálogo generacional.

Mi propuesta de trabajo se sitúa al interior del enfoque cualitativo de historias de vida, entendido a partir de los
siguientes rasgos: interpretativo, fenomenológico, constructivista, simbólico, dialógico, abierto, inductivo e
interaccionista. Una de las técnicas principales de este enfoque es la entrevista biográfica o de historia de vida.
También se usan las narrativas escritas por los propios sujetos, incluyendo las autobiografías individuales,
familiares y educativas. En esta perspectiva, un rasgo central consiste en el protagonismo de los sujetos a la hora
de hablar y escribir sobre el pasado, las experiencias familiares y los cambios a lo largo del ciclo vital. De esta
forma, se intenta vincular la implicación personal con el análisis teórico, haciendo posible, como reclamaba
Millsix, la convergencia de historia, estructura social y biografía.

El cambio generacional en el contexto andaluz y español


El cambio generacional experimentado en España y Andalucía a partir de los años 60 del siglo XX ha sido muy
intenso. La modernización, la urbanización y la secularización han influido y moldeado este cambio
generacional. En el caso de las mujeres, los cambios en los roles tradicionales familiares atribuidos a hombres y
mujeres, la progresiva igualdad formal entre ambos sexos, y la mayor presencia de las mujeres en la enseñanza
universitaria, en el mercado de trabajo y en los espacios públicos han favorecido y profundizado esos cambios
generacionales. Los cambios ideológicos, culturales, políticos y económicos de las últimas décadas han
favorecido el relativismo axiológico, la diversidad cultural y unos estilos de vida más libres e individuales, en
clara ruptura con la transmisión generacional tradicional. En el caso de España, este conjunto de cambios se
ubica en el contexto particular de la dictadura del general Franco (1939-1975) y del período democrático
iniciado formalmente con la constitución democrática de 1978. En relación con otros países europeos, en el caso
español, los cambios socioculturales han sido más bruscos e intensos. Además, se trata de cambios más
recientes, que se han concentrado en un corto período temporal. Un factor importante de estos cambios tiene que
ver con las migraciones. Entre 1950 y 1973 se produjo la emigración desde Andalucía de en torno a tres

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millones de personas. Una parte considerable de estos andaluces retornaron a Andalucía. Por otra parte, casi un
millón de personas nacidas fuera de España han llegado a Andalucía a lo largo de los últimos 20 años. Estas
dinámicas migratorias han añadido una mayor complejidad a los cambios generacionales, haciendo más diversa
y compleja la sociedad española y andaluza.

Las narrativas familiares y el trabajo sobre los árboles genealógicos de mis estudiantes son un buen reflejo de
los cambios históricos y sociales vividos en Andalucía y España en las últimas décadas. Estas narrativas
evidencian la disminución de la desigualdad entre hombres y mujeres, en ámbitos como la vida familiar, el
sistema educativo, el grupo de pares, la vida social y el trabajo. Las relaciones intergeneracionales parecen estar
caracterizadas por el diálogo y la resolución no traumática de los conflictos. Técnicas como la rueda del tiempo
(para analizar el uso del tiempo por parte de los sujetos) y la elección de objetos preferidos nos informan de
manera elocuente sobre el cambio social, tanto generacional como en los roles de género. El fuerte contraste
entre la generación de los estudiantes (presentista, con procesos de transición y de crisis más acusados, centrada
en las tecnologías y en el cultivo de las relaciones interpersonales, con oportunidades educativas y un relativo
buen nivel de vida) y la de sus abuelos (más estable a lo largo de todo el ciclo vital, más conservadora en
cuestiones afectivas y sexuales, con una diferenciación de género muy marcada, con mayores dificultades
económicas y menos oportunidades educativas) impresiona por la distancia generacional existente, que se
explica en parte por el período histórico vivido por los abuelos cuando eran jóvenes (la guerra civil española y la
dictadura del general Franco) en comparación con el momento histórico vivido por los jóvenes universitarios a
lo largo de las dos últimas décadas.

Trabajando con autobiografías


Escribir la propia autobiografía habitualmente constituye algo sorprendente y agradable. También suele ser,
paradójicamente, una tarea difícil, que es vivida con miedo, ansiedad e inquietante incertidumbre. El narrador se
enfrenta a la escritura de su propia vida, una tarea que casi siempre emprende por vez primera, sin experiencias
ni ensayos anteriores. La escritura personal no es fácil y provoca un ineludible cuestionamiento existencial, que
rompe con las seguridades y convenciones de la propia existencia. Las actitudes iniciales en relación con la
escritura autobiográfica varían mucho de unas personas a otras. También influye el marco dentro del cual se
realiza la tarea. El autobiógrafo se impone a sí mismo algunas limitaciones, en relación, por ejemplo, con los
potenciales lectores de la narrativa personal, sobre todo en contextos institucionales (formación, reinserción
laboral, validación de competencias, etc.). Al final, el resultado es valorado positivamente, pues el narrador
percibe que se ha des-cubierto a sí mismo, que ha explorado territorios olvidados o ignotos, que ha conseguido
una nueva y más completa comprensión de sí mismo, que ha entendido mejor las poderosas influencias de las
familias, las comunidades y las culturas sobre su historia y su persona. Habitualmente, los narradores concluyen
su tarea valorando la narrativa escrita como un legado, digno de ser transmitido a las personas próximas, incluso
a los futuros hijos; en otros casos, mencionan el carácter inacabado de la autobiografía y hacen propósitos de
continuar escribiendo en el futuro. Hablan de la necesidad de profundizar, de que no hubo tiempo suficiente
para producir un relato más completo, con una mayor dedicación, sin las urgencias del calendario y tareas de los
estudios universitarios. En mi experiencia de los últimos años, me llama poderosamente la atención el poder de
la escritura como herramienta de autoconocimiento, exploración, formación, sensibilización, empatía y
resolución de conflictos. Y además hay que tener en cuenta que se trata de una herramienta de bajo coste (en
realidad, gratuita), de fácil uso, adaptable a contextos muy diferentes, realizable bajo supervisión o de manera
autónoma, de forma presencial y también a distancia o usando las nuevas tecnologías. Se trata de una
herramienta que hace madurar a la persona y favorece una mejor comprensión de los demás. Sin esencializar ni
reificar acríticamente el empleo de las narrativas autobiográficas, la pregunta que se me ocurre es porqué no está
más extendido su uso, y me refiero ahora al contexto español, en donde las metodologías autobiográficas están
teniendo un desarrollo lento y reducido.

La autobiografía hace posible una exploración del pasado y del presente del autobiógrafo, en el marco de la
familia, de la comunidad local y de los contextos institucionales y socioculturales más amplios. Como
instrumento de formación, la autobiografía favorece: el autoconocimiento; la capacidad de análisis del pasado;
el establecimiento de relaciones entre la experiencia vivida, el presente y los proyectos de futuro; y la
identificación de los factores más importantes condicionantes de la evolución personal y educativa de los
autobiógrafos.

Mi propuesta de autobiografía educativa tiene un enfoque guiado. Al tener que desarrollar mis cursos con un
gran número de estudiantes y al no contar con asistentes, he creado esta versión de la autobiografía para hacer

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posible el desarrollo de la actividad a lo largo de un semestre (quince semanas de clases), es decir, en un corto
período de tiempo. Al trabajar durante el semestre en paralelo con cuatro grupos de estudiantes (de unos 60
estudiantes por grupo), y al tener que animar la experiencia en solitario, he dado gran importancia a las
orientaciones escritas. He intentado combinar las sesiones grupales, centradas en el trabajo oral, con el trabajo
autónomo de los estudiantes, consistente en el desarrollo de la historia de vida educativa, familiar y social. Al
final del proceso, cada estudiante habrá producido dos documentos escritos: un relato autobiográfico y un
análisis de ese relato.

Me parece importante señalar que, cuando trabajamos con enfoques autobiográficos en actividades formativas
obligatorias para los estudiantes, es preciso ofrecer otras alternativas de trabajo, de manera que el estudiante o el
adulto en formación siempre tenga la opción de decidir si desea, o no, implicarse en la escritura de su propia
autobiografía. Esto me parece una solución razonable, a medio camino entre estas dos posturas extremas: de una
parte, limitar las experiencias autobiográficas a los seminarios y cursos elegidos libremente; de otra parte,
impedir que los estudiantes se sientan obligados a implicarse en una experiencia formativa con una profunda
dimensión personal y afectiva. Esto forma parte de la problemática ética de las historias de vida en formación.
También es importante garantizar la privacidad, el anonimato y el derecho a la autoría, lo que excluye el uso de
las historias sin el visto bueno de los autores.

La autobiografía educativa es un instrumento idóneo para explorar las raíces profundas de los aprendizajes
realizados a lo largo de la vida. El árbol genealógico, el análisis del grupo familiar, el comentario sobre el medio
local, la línea de vida, el escudo o blasón personal y las narrativas de aprendizaje en diversos contextos (familia
y pareja, escuela, grupo de pares y de amigos, asociacionismo, tecnologías de la información y la comunicación,
ocio, mundo del trabajo) son algunas de las cuestiones propuestas como hilos conductores de la autobiografía
escrita. Estas temáticas se ofrecen como posibilidades de trabajo, nunca como puntos a abordar de manera
necesaria.

A pesar del marco institucional universitario, la experiencia de la autobiografía creo que ha sabido conservar la
espontaneidad, creatividad y libertad inherentes a las actividades formativas profundas y experienciales,
aquellas que hacen posible el progreso en el autoconocimiento y el desarrollo de los participantes. En este
sentido, la autobiografía tiene un formato muy abierto, y esto creo que constituye una razón importante de la
riqueza y de la fuerza de esta actividad formativa. La autobiografía ayuda a los estudiantes a explicitar sus
modelos y paradigmas personales en relación con la cultura, el conocimiento, las representaciones, las
relaciones interpersonales y los valores educativos.

En el trabajo formativo de orientación biográfica el formador asume varios roles: a) facilitación de pautas claras
de realización de la actividad, a partir de la voluntariedad de la misma, para garantizar que la actividad sea una
experiencia gozosa de trabajo creativo, autonomía intelectual y experiencia afectiva profunda; b) motivación del
deseo de búsqueda e investigación, dirigido a recuperar evidencias, experiencias y sentimientos, en diálogo con
familiares, mentores, amigos y educadores; c) acompañamiento del proceso de escritura y facilitación de
estrategias para desbloquear dificultades y alentar los progresos; y d) reducción y alivio de la ansiedad y del
malestar que experimentan algunos estudiantes, que se niegan a abandonar la actividad a pesar de las dificultad
que experimentan. El educador es el garante del secreto y de la confidencialidad, que debe ser respetada también
por los estudiantes cuando se llevan a cabo sesiones orales de intercambio o cuando los estudiantes
intercambian sus autobiografías para leerlas. Considero importante que el educador haya vivido algunas
experiencias de formación autobiográfica, que posea experiencia de investigación con la metodología de historia
oral y autobiográfica, o que haya seguido alguna psicoterapia.

Trabajando con árboles genealógicos y narrativas familiares


El árbol genealógico consiste en una representación gráfica de las raíces familiares, especificando los lazos
biológicos y legales que relacionan a los diferentes miembros de la familia. Normalmente pido a los estudiantes
que trabajen, al menos, con tres generaciones: los abuelos y otros familiares coetáneos; los padres y tíos; y la
propia generación del estudiante y de sus hermanos y primos (en el caso de que los estudiantes tengan hijos o
sobrinos, nos va a aparecer en el árbol otra generación). Cuando resulta posible, por tener datos de generaciones
anteriores a los abuelos, los estudiantes incluyen información sobre bisabuelos y ancestros anteriores.
Habitualmente la memoria familiar se pierde en la generación de los bisabuelos, aunque en algunos casos las
familias de los estudiantes poseen informaciones sobre la genealogía familiar a lo largo de períodos históricos

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bastante amplios. Es curioso constatar que si retrocediéramos diez generaciones, tendríamos que referirnos a
512 ancestros de esa décima generación anterior a la nuestra.

Mi propuesta de trabajo sobre el árbol genealógico familiar se compone de cuatro fases. La primera se refiere a
la identificación y ubicación en el árbol del mayor número posible de parientes de, al menos, las tres
generaciones mencionadas. Se trata de una etapa de indagación y de acumulación de informaciones, sobre las
cuales se trabajará posteriormente, para dar sentido a los datos obtenidos, situándolos en un contexto histórico,
social y cultural más amplio. Entre las informaciones relevantes (demográficas, históricas, culturales, sociales,
económicas, ideológicas y axiológicas) que propongo anexar al árbol, figuran las siguientes (se trata de un
listado amplio; normalmente, los estudiantes no pueden trabajar todas las cuestiones propuestas y tienden a
profundizan más al trabajar sobre los miembros de la propia unidad familiar):
Nombre y apellidos.
Lugar de nacimiento.
Localidades de residencia.
Formación académica, aprendizajes informales relevantes y temas culturales.
Ocupaciones laborales, perfil de clase social, cuestiones económicas y manejo del dinero.
Usos del tiempo, aficiones e intereses personales.
Valores, creencias y espiritualidad, incluyendo actitudes religiosas.
Participación en la comunidad y tendencias ideológicas o políticas.
Salud, enfermedad y temas relativos al cuerpo y a la sexualidad.
Acontecimientos relevantes, ritos de paso y fechas importantes del itinerario vital.
Evolución personal y familiar, incluyendo crisis y transiciones significativas.

Se trata de una propuesta temática amplia, que los estudiantes adaptan en función de las informaciones
recogidas, de las actitudes de los familiares hacia la actividad, del grado de profundidad con el que pueden
trabajar y del tiempo disponible.

La segunda fase consiste en la elaboración de microbiografías de algunos de los familiares, realizadas a partir de
los datos disponibles, en función de los criterios personales del estudiante y de la facilidad de acceso y buena
disposición de los familiares. Las conversaciones informales y las minientrevistas son medios importantes de
recogida de información en esta fase.

La tercera fase aprovecha el trabajo de las dos primeras, para intentar ofrecer una descripción del universo
material y simbólico de las diferentes generaciones trabajadas. En ocasiones, esto puede implicar la realización
de descripciones separadas de la rama paterna y de la rama materna. En esta tercera fase trascendemos el
enfoque predominantemente individual de las dos fases iniciales, y trabajamos las dimensiones culturales,
grupales y relacionales. Estas descripciones representan un reto importante para los estudiantes debido
principalmente, según mi experiencia, a dos razones. Una es la dificultad de tomar distancia respecto de la
propia familia. En el caso de los universitarios más jóvenes (18 ó 19 años), es difícil que adopten una mirada
crítica, distanciada y reflexiva sobre la propia familia. En los estudiantes mayores de 25 años, he observado una
mayor capacidad para el distanciamiento crítico de la familia. La segunda dificultad tiene que con los modelos
de conocimiento que manejan habitualmente los estudiantes. La mayoría de ellos tienden a razonar a partir de
esquemas centrados en el individuo, en el sujeto singular. Tienen limitaciones, por ejemplo, para comprender
que la historia y la cultura tienen que ver, sobre todo, con grupos humanos, con instituciones, con estructuras
complejas, con relaciones sociales. Por eso, les resulta difícil pensar la familia a partir de categorías como la
generación, el género, la clase social, la cultura y la etnicidad. En esta tensión entre la vivencia subjetiva de las
raíces familiares y la demanda que les planteo de una mirada crítica sobre los ancestros radica la potencialidad
formativa del trabajo genealógico.

La cuarta fase consiste en el análisis de la unidad familiar del estudiante (la familia que reside de manera
permanente en la vivienda). El análisis del grupo familiar suele comenzar con el trabajo sobre los elementos
materiales y físicos de la vivienda. Para ello, aconsejo buscar o realizar el plano de la vivienda. De esta manera,
podemos trabajar el uso de los espacios y el significado construido de los espacios, tanto individualmente como
a partir de patrones culturales presentes en las diferentes familias. Posteriormente, trabajamos los niveles
simbólicos y axiológicos que configuran el sistema familiar y las relaciones complejas entre los diferentes
componentes, con especial atención a las diferencias generacionales y de género, las pautas de crianza y

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socialización, los roles familiares, las relaciones de comunicación e influencia recíproca, los usos del tiempo, las
recomposiciones familiares y el cambio familiar.

Además, es importante la labor de documentación, en una doble vertiente. En primer lugar, la documentación
“caliente” y sensible, derivada de las conversaciones y entrevistas con los familiares, y de la consulta de
documentos personales vinculados al legado familiar pasado y actual. En segundo lugar, la documentación
“fría”, objetiva y distanciada de documentos y publicaciones históricos, sociales, económicos culturales, que
permiten captar las estructuras, las tendencias y los patterns que explican, influyen, condicionan y estructuran
las condiciones concretas de las familias y de las comunidades. El trabajo en torno a la memoria familiar se ve
facilitado por las microentrevistas a familiares y por la búsqueda de documentos y vestigios en los archivos
informales de la familia.

Tradicionalmente, las fotografías han sido el principal vestigio material que nos devuelve el pasado familiar. En
las últimas décadas, con la grabadora en audio, el video y las tecnologías digitales, se ha producido una enorme
diversificación de las fuentes documentales relativas a las familias. Las fotografías constituyen un documento de
gran importancia en la autobiografía educativa. La tecnología digital facilita la tarea de revisar, ordenar y
reproducir las imágenes más significativas, seleccionadas por el estudiante con un criterio libre. Los
comentarios escritos sobre las fotografías aportadas por los autobiógrafos desarrollan las capacidades de
observación y descripción, a la vez que conectan de una manera muy natural los diferentes momentos del ciclo
vital.

De las narrativas subjetivas al análisis histórico y sociocultural


Los análisis de documentos autobiográficos y biográficos suelen tener una especial preocupación por explorar la
dialéctica entre las dimensiones personales y las estructuras sociales. En este contexto, encontramos en
diferentes autores un interés común por explicar y comprender las dinámicas que vinculan la subjetividad con la
sociedad y la cultura. Las distinciones entre estructura y agencia (Giddens), sistema y actor (Touraine), y campo
y habitus (Bourdieu), formuladas desde diferentes plataformas teóricas y metodológicas, van todas ellas, sin
embargo, en la misma dirección explicativa. Bertauxx ha manifestado un especial interés por el estudio de las
relaciones intersubjetivas en el marco de grupos, asociaciones, instituciones y ambientes de nivel intermedio
(las relaciones familiares e interpersonales, la experiencia de la escuela y de la formación de los adultos, la
inserción profesional y el empleo). Es aquí donde pueden llegar a captarse las conexiones profundas entre
subjetividad individual y estructuras sociales globales, como la clase social, las relaciones de género, la
generación y la etnicidad. Bertaux también señala la importancia de la comparación de los diferentes relatos
recogidos, a través de un proceso de saturación, que nos indicará el momento en el cual la nueva información
recogida o analizada no llega a añadir un valor significativo a la información ya analizada.

En los últimos años se ha desarrollado bastante la investigación en el campo del estudio de la familia y las
relaciones familiares y generacionales, desde una perspectiva sociológica, cultural e histórica. El estudio de las
experiencias comunes de diferentes cohortes y de patterns demográficos se está realizando a través del análisis
de entrevistas abiertas y otros documentos personales. Este análisis es idóneo para el establecimiento de
tipologías, las cuales hacen posible trabajar de manera comparativa con diferentes casos y contextos. El análisis
implica la transición desde el relato subjetivo y experiencial hasta el comentario sociocultural, que permite
situar las narrativas (individuales, fragmentarios, subjetivas, parciales) en un marco socioestructural más amplio
(naturaleza, territorio, cultura, clase social, género, modernización, cambio social, transmisión generacional,
grupo de pares, crisis de los estilos de vida tradicionales, etc.).

La intensa implicación personal, favorecida por las sesiones grupales centradas en la oralidad, promueve una
apropiación de la experiencia. Esta apropiación se trabaja de manera específica en las fases finales de la
actividad, cuando solicito a los estudiantes que relean el texto autobiográfico producido y emprendan el difícil
trabajo de someterlo a un análisis crítico. Los estudiantes van descubriendo que no sólo son capaces de escribir
su historia de vida –cuestión de la que muchos dudaban al iniciarse la experiencia- sino que, además, pueden
convertirse en hermeneutas de su propia escritura y, por ende, de su propia vida. La transición entre el relato
autobiográfico y el análisis escrito del relato señala el momento auténticamente formativo de la autobiografía.
El análisis de la autobiografía tiene un enfoque básicamente sociocultural, aunque el estudiante puede decidir
los contenidos y los enfoques de su análisis. Con el análisis se pretende que el estudiante sitúe su trayectoria
biográfica en el marco de su contexto genealógico y familiar, de su comunidad local y de las estructuras
socioculturales más amplias. Los estudiantes sitúan mejor su propia historia, entendida como itinerario personal

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y como desarrollo que sólo se puede comprender cabalmente en el marco de los contextos familiares,
educativos, históricos y socioculturales más amplios. Creo que este esfuerzo de comprensión de las relaciones
entre desarrollo individual y contextos del desarrollo promueve la construcción de una teoría por parte de los
educandos. Esta teorización, que resulta muy desigual, en función de las capacidades de los diferentes
estudiantes, intenta aportar una contribución al problema más difícil que se despliega con esta actividad. Me
refiero a la construcción de una teoría personal que dé cuenta de las relaciones entre biografía personal,
contextos de desarrollo de nivel intermedio (familia, escuela y medio comunitario) y ámbitos socioculturales
más amplios. En la intersección de estos tres vértices (biografía como nivel micro; contextos próximos como
nivel meso; y contextos globales como nivel macro) creo que se encuentra el principio formativo y reflexivo
más decisivo de la autobiografía educativa. La teorización que se intenta llevar a cabo se apoya en los debates
grupales, la realización de actividades biográficas en pequeños grupos, la búsqueda de relaciones entre las
lecturas trabajadas y el relato autobiográfico, la búsqueda autónoma de documentación y la escritura analítica y
reflexiva.

La autobiografía entrena las destrezas de observación, investigación y documentación. La recogida de


materiales y documentos biográficos es una tarea apasionante, que tiene los límites que se marcan los propios
estudiantes. Las microentrevistas realizadas a los familiares y educadores cercanos inician en procesos
investigativos breves, sencillos y motivadores. Esto constituye una importante dimensión metodológica de la
actividad. Los estudiantes se hacen más maduros recogiendo, organizando y analizando materiales biográficos.
La iniciación experiencial llevada a cabo con este trabajo de campo en el ámbito familiar y local aumenta el
interés y la comprensión hacia las cuestiones éticas (privacidad, respeto de los informantes, dinámica de los
secretos, fidelidad a los testimonios), los procedimientos del trabajo de campo (diseño de instrumentos,
problemas en la recogida de datos, triangulación de técnicas y de datos) y los problemas hermenéuticos
derivados del análisis de la experiencia vivida (implicación del estudiante que investiga y se documenta,
diversidad de perspectivas, dificultades de la escritura en historias de vida, variedad de audiencias de los relatos
producidos, utilidad del análisis para la construcción de una teoría educativa personal). Por todo ello, la
autobiografía constituye un camino fácil para provocar el debate sobre la cultura, la educación, las nuevas
tecnologías, la identidad personal y colectiva, los valores, los contenidos y los métodos pedagógicos.

El caso de Juan y sus cuatro generaciones familiares: cambios socioculturales y educativos en un contexto
de modernización rural
La autobiografía de Juan (los nombres de personas y lugares son ficticios) fue redactada en 2007, a lo largo de
tres meses. Abarca 25 páginas de texto y consta de dos partes. La primera parte consistió en el relato
autobiográfico propiamente dicho, realizado a partir de algunas orientaciones escritas y de las dinámicas
trabajadas en el aula. El estudiante desarrolló su propio proyecto autobiográfico, dentro del realismo que
imponían los plazos ajustados del semestre universitario y la necesidad de compatibilizar esta actividad con el
resto de tareas académicas de la titulación de Pedagogía. En el caso de Juan, el foco del relato autobiográfico ha
sido doble. Por un lado, el árbol genealógico y la construcción de 35 microbiografías de miembros de su familia.
Por otro lado, sus experiencias de aprendizaje, a lo largo de su ciclo vital, destacando las cuestiones más
importantes de cada etapa educativa. La segunda parte de la actividad consistió en un análisis de la propia
autobiografía. La narrativa de Juan nos ilustra sobre los beneficios formativos de la escritura autobiográfica en
torno a la familia: mejor conocimiento de los ancestros y de las raíces familiares, mejora de los vínculos
intergeneracionales, comprensión más lúcida de la trayectoria biográfica personal en el marco de comunidades
familiares, locales y culturales complejas.

Juan se califica a sí mismo como un joven sincero, sencillo, humilde, rebelde, positivo y alegre. Es diplomado
universitario en Magisterio. Escribió su autobiografía en 2007, mientras cursaba el quinto año de la licenciatura
en Pedagogía y mejoraba sus posibilidades para trabajar como maestro en la red pública de escuelas andaluzas.
En ese momento tenía 24 años. Juan nació en 1983 en Colgo, un pueblo andaluz que tiene en torno a 5.000
habitantes. A los cuatro años fue llevado a una guardería y un año más tarde a la escuela infantil. Realizó
normalmente la escuela primaria y la secundaria obligatoria. Aunque tuvo mayores dificultades con los estudios,
superó los dos cursos de la educación secundaria postobligatoria (Bachillerato), aunque recuerda esta etapa
como la peor de su vida. Posteriormente, entre 2.001 y 2.004, cursó la diplomatura universitaria (titulación de
tres años) de Maestro, especialidad de Educación física. Como la mayor parte de los niños andaluces de ese
período, Juan pasó los ritos de paso del bautismo y de la primera comunión. En su trayectoria, Juan destaca la
importancia del deporte, tutelado sobre todo por su tío, que ha sido deportista semiprofesional. Practicó el
atletismo desde los nueve años, compitiendo en localidades de dos provincias andaluzas y logrando algunos

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premios. Cuatro años más tarde dejó el atletismo y comenzó a jugar al fútbol con el equipo de Colgo, logrando
el campeonato en la liga de cadetes. En 1999 Juan trabajó durante el verano en un bar. En los dos años
siguientes pasó los veranos trabajando como albañil. Y en 2004 fue socorrista en la piscina municipal de su
localidad. Juan ha tenido una breve experiencia como maestro interino en dos escuelas de la provincia de
Sevilla. Ha realizado dos grandes viajes, asociados a su trayectoria educativa. El primero viaje de estudios fue
en 1998, al concluir la educación secundaria obligatoria (visitas a Lisboa y a varias ciudades del centro y norte
de España), fue la mejor semana de su vida. El destino del segundo viaje, con motivo de la conclusión de los
estudios de Magisterio, fue la República Dominicana.

La trayectoria biográfica de Juan aparece como algo estable, que tiene un sentido para su protagonista. Juan
valora la familia, el deporte y la amistad, tres elementos que aparecen en el título de su autobiografía. Juan está
completando su formación y aspira a ser funcionario del sistema educativo público de Andalucía. Hay que
destacar que Juan es el primer titulado universitario de su familia, lo que suele llamarse un estudiante de primera
generación (dos de sus primos habían iniciado estudios universitarios en el momento de redacción de la
autobiografía). Juan piensa que los valores aprendidos en el núcleo familiar (la honradez, el trabajo y la
constancia) son una pieza clave del éxito profesional y personal.

Microbiografías de los miembros de cuatro generaciones: una mirada al siglo XX y a los inicios del siglo
XXI
Juan ha reunido datos en su autobiografía sobre cuatro generaciones (bisabuelos, abuelos, padres y su propia
generación). En su autobiografía presenta unas 35 microbiografías, algunas tienen una página de extensión,
aunque la mayoría tienen entre 4 y 10 líneas de texto. En estas biografías breves aparecen diferentes cuestiones
sobre historia contemporánea, ruralidades, territorios, estructura del empleo, modernización, cambio social y
formación. A continuación ofrezco un comentario sobre las cuatro generaciones trabajadas por Juan e incluyo
algunas microbiografías como ejemplos. Señalo una fecha de referencia para el nacimiento de los miembros de
cada una las cuatro generaciones (1.900; 1925; 1955; 1985). Esta diferencia es de 25 años para la generación de
bisabuelos y de abuelos; y de 30 años en los dos casos restantes.

Generación de los bisabuelos.


Los bisabuelos de Juan nacieron entre 1892 y 1905 (fecha de referencia: 1.900). Los bisabuelos paternos fueron
policía local y peón agrícola (cultivos de arroz y del olivar). Las bisabuelas paternas fueron amas de casa, y
además una de ellas fue costurera. Los bisabuelos y bisabuelas por parte de madre estuvieron vinculados en los
cuatro casos a faenas agrícolas (aceitunas, algodón, matanza de cerdos). Un ejemplo de microbiografía de esta
generación:

A. (padre de mi abuela materna): Este hombre nació en Colgo en el año 1898. Los trabajos en el campo
fueron sus principales tareas, puesto que en la época no había mucha más diversidad de trabajos. Se
casó con su prima hermana en el año 1922. Durante la guerra civil española [1936-1939] se mantuvo
al margen de cualquier ideología política de las que emergieron en el país. La misma posición de
neutralidad conservó en los años del franquismo.

Generación de los abuelos.


Los abuelos, al igual que los bisabuelos, tuvieron una escolaridad breve y ninguno de ellos pasó de la educación
primaria. Todas las abuelas y bisabuelas, además de trabajar, fueron amas de casa. Los abuelos nacieron en
torno a 1920 (fecha de referencia: 1.925). Los abuelos maternos tuvieron un comercio de alimentación y, en el
caso de la abuela materna, también trabajó en una fábrica de dulces de membrillo. La abuela materna trabajó en
la agricultura. Juan recuerda con especial cariño a su abuelo paterno, que fue para Juan un gran mentor y una
referencia ineludible en su trayectoria vital. Juan escribe sobre su abuelo paterno:

Hombre que tuvo infinidad de trabajos relacionados con la agricultura, principalmente, y la ganadería.
En vida realizó todo tipo de trabajos relacionados con el cultivo del olivar. Entre ellos recuerdo que
mencionaba con especial crudeza la excavación de hoyos para la plantación de olivos. Otras de las
múltiples ocupaciones de este hombre fueron la apertura de canales de agua para el riego del arroz, la
crianza de cerdos y otros animales de granja, la recolección de trigo y cebada… Admirado en la
localidad por gran cantidad de personas debido a su pundonor como trabajador incansable y a su
generosidad como persona…

8  
 
Mi abuelo fue una de las personas que, sin duda, ha dejado huella en mí y a la que le debo gran
cantidad de conocimientos acerca del transcurrir de la vida y de la historia, en la época que le tocó
vivir. Murió en 2006, dejando una familia rota y un nieto que, a veces, no puede evitar el llanto y su
recuerdo al observar las estrellas. Como homenaje personal, le escribí una carta a título póstumo que
tengo colgada en Internet, para que todo aquel que quisiera, pudiera conocer un trocito de la vida de
este hombre. Este documento lo reviso de vez en cuando, pues me sirve de ayuda para reconocer mis
valores, dar de lo que, actualmente, poseo y sacar fuerzas de flaqueza.

Generación de los padres y tíos.


Los padres y tíos de Juan nacieron entre 1947 y 1966 (fecha de referencia: 1955). Uno de sus tíos, ya fallecido,
fue peón agrícola y albañil, emigró a Alemania para trabajar en la construcción, fue también concejal del
ayuntamiento de Colgo. Otro de los tíos de Juan trabajó durante muchos años en el sector de la panadería y el
pan de molde. Fue deportista semiprofesional y logró triunfos en carreras de maratón y media maratón en
Sevilla y San Petersburgo. Participó varias veces en la maratón de Nueva York, carrera en la que consiguió
llegar entre los 20 primeros. Juan destaca la influencia de este tío en su iniciación al atletismo y al deporte. En la
generación de los padres y tíos se sigue observando una fuerte dedicación a las labores agrícolas, pero éstas ya
no son el único referente laboral de la familia. Los hombres trabajan en la construcción, el comercio y la
industria, a veces compatibilizando estas ocupaciones con tareas agrícolas y ganaderas (granja avícola, olivar,
etc.). Las mujeres siguen en algunos casos dedicadas a la agricultura, pero se diversifican las opciones y las
trayectorias laborales (celadora de un centro médico, industrias de transformación de alimentos, limpieza,
empleada de comercio), a la vez que se generaliza la búsqueda de un puesto de trabajo. Transcribo dos ejemplos
de microbiografías de una tía y un tío de Juan, en los que se refleja la pérdida de importancia de los trabajos
agrícolas y la influencia de los matrimonios como mecanismo de movilidad social:

M. (tía política de Juan): Su nacimiento se produjo en A. (provincia de Málaga). La cita localidad dista
de Colgo unos 40 kilómetros, lo cual hizo posible el romance con mi tío A. Nació en 1966. En su
currículum cuenta con el título de educación básica. Sus actividades profesionales han sido las de
dependienta de un local dedicado a la venta de ropa, hasta que contrajo matrimonio, y la venta de
productos de alimentación, a partir de entonces, en el local que regenta junto a mi tío. Desde su enlace
matrimonial. Vive en mi localidad natal.
A. (tío político de Juan): Nació en el año 1.949 en una familia con bastantes recursos económicos en
la época. Principalmente ha realizado la profesión de herrero en una empresa de carpintería metálica
formado por el grupo de hermanos. Hace algunos años, la empresa empezó a generar déficits, lo cual
significó el abandono de esta actividad profesional, para dedicarse a tareas agrícolas en sus propios
terrenos y a la construcción y posterior explotación de una granja avícola situada a escasos kilómetros
de Colgo.

El padre de Juan realizó estudios básicos. No pudo realizar su sueño de estudiar formación profesional en el
sector de mecánica, pues en aquella época estos estudios sólo se realizaban en el norte de España, lo que
implicaba un elevado costo. El padre es albañil desde hace 30 años, actividad que ha compaginado con la
recolección de la aceituna. Hace 10 años el padre pudo comprar una pequeña finca de olivos, y desde entonces
compatibiliza su trabajo como albañil y la dedicación a esta finca. En su tiempo libre, se dedica a jugar al
dominó y a la práctica del deporte, especialmente el atletismo. La madre de Juan también realizó estudios
básicos, y comenzó a trabajar pronto. Juan dice que la familia de la madre no veía ninguna utilidad a la
educación. La madre ha trabajado, además de cómo ama de casa, como dependienta en el comercio de sus
padres, en una fábrica de dulce de membrillo, en la recogida de aceituna y en el negocio familiar de joyería y
relojería, que actualmente regenta el hermano de Juan.

La trayectoria de los padres de Juan refleja la progresiva mejora del nivel económico en España. Los padres han
logrado acceder a la propiedad de una pequeña finca rústica y han podido montar una tienda de joyería y
relojería para el hijo mayor. También resulta interesante señalar la reducción del número de hijos a lo largo de
las generaciones. En el caso de los padres y tíos de Juan, el número de hijos oscila entre uno y tres por familia
(hay una pareja con tres hijos, tres parejas con dos hijos, y dos parejas con un hijo). Este factor también está
haciendo posible ofrecer una mejor calidad de vida a los hijos.

Generación de Juan, de su hermano y de sus primos.

9  
 
La generación de Juan y de sus primos ha nacido entre 1.975 y 1.992 (fecha de referencia: 1985). Hasta el
momento, Juan es el único de su generación que ha concluido una titulación universitaria. Aunque pronto no
será el único. Dos de sus primos están cursando estudios universitarios. Esto refleja el cambio de tendencia en la
formación de la nueva generación, en comparación con las generaciones anteriores de padres y abuelos, que
tuvieron muchas más limitaciones para poder acceder a la universidad. El nivel económico ha ido mejorando,
pero también se han creado nuevas universidades a lo largo de las últimas décadas. Esto ha hecho que cursar
estudios universitarios sea más fácil y menos costoso.

Los primos y primas de Juan, y también su único hermano, han dejado de lado las ocupaciones agrícolas, e
intentan abrirse camino en el comercio, la industria y la construcción, en algunos casos como empresarios
autónomos. Ofrezco la transcripción de tres microbiografías, que reflejan tres trayectorias diferentes de dos
primas y un primo de Juan:

R. (prima de Juan): Nace en Colgo en 1975. Entre sus estudios destaca la culminación del título de
Enseñanza General Básica (EGB) y posterior realización de un módulo profesional de auxiliar
administrativo. A renglón seguido, no pudo hacer efectiva [laboralmente] su titulación, teniendo que
conformarse con trabajar en un supermercado. Está casada desde el año 2.000.
M. (prima de Juan): Nació en el año 1.978. En el apartado académico ostenta el título de EGB, el
grado profesional medio y superior de administrativo y, en la actualidad, cursa [el primer año] en la
Universidad de Sevilla. De forma profesional, ha ejercido sus estudios de administrativo en varias
empresas y desde hace 5 años lo viene haciendo en una empresa municipal.
A. (primo de Juan): Nacido en el año 1.978 en la localidad de Colgo. En el plano académico, terminó
los estudios de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y siguió formándose en un módulo
profesional de mecánica. En las prácticas de dicho módulo, trabajó en una empresa dedicada a la
fabricación de remolques y carruajes, en la que sigue actualmente.

En su narrativa autobiográfica, Juan ha sabido establecer una buena conexión entre la subjetividad familiar
derivada de la experiencia vivida y relatada (recordemos que se remite a sus bisabuelos, nacidos en torno a
1.900, es decir, unos 80 años antes de su nacimiento) y los contextos históricos y culturales de las diferentes
generaciones de su familia. Una de las innovaciones que creo aportar con la autobiografía educativa guiada es,
justamente, poner en manos de los propios narradores algunos instrumentos para que ellos mismos puedan
llevar a cabo un primer análisis del propio contexto sociocultural y biográfico. Es evidente que para desarrollar
este análisis, los narradores necesitan dominar la escritura, como primer elemento indispensable para articular
un discurso que pretende relacionar subjetividad vivenciada y marcos socioculturales de nivel meso y macro.

Paso ahora a mencionar algunas aportaciones analíticas de la narrativa de Juan, que él presenta en varios
apartados: contexto cultural y socioeconómico, roles de género y contexto local. Esto me parece que ilustra las
posibilidades de teorización desde la experiencia, vinculando la agencia y la estructura, que vengo indicando
como uno de los rasgos principales de la autobiografía guiada. Sobre la generación de los bisabuelos, escribe:

En la época en que mis bisabuelos deberían haber accedido a la educación, principios del siglo XX, la
educación en España era paupérrima, por no decir inexistente, tanto por la calidad, como por la
calidad… Se calcula que en 1900, alrededor del 65% de los niños de menos de 13 años no sabían leer
ni escribir correctamente, consecuencia de que, aproximadamente, el 50% de los niños no había
asistido nunca a la escuela. Así pues, su formación cultural fue escasa y sus vidas estaban ligadas al
trabajo agrícola y ganadero, en la mayoría de los casos, para ganarse un jornal con el que alimentar a
la familia.

Posteriormente, Juan señala el difícil contexto de la infancia, juventud y adultez de los abuelos, durante el
período de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), la Segunda República española (1931-1936), la guerra
civil (1936-1939) y la dictadura de Franco (1939-1975). La generación de los padres supuso un período de
transición entre la dictadura y la democracia (iniciada en 1977, dos años después de la muerte de Franco, a
través de una transición democrática pacífica), y también entre las graves carencias del período franquista y las
mejores perspectivas económicas de las dos últimas décadas del siglo XX, durante las cuales han ido creciendo
Juan, su hermano y sus primos. Sobre esta etapa, escribe:

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El nivel cultural de los integrantes de mi familia va aumentando progresivamente conforme se
estableció la democracia en nuestro país (1977) y entramos en la Unión Europea (1986), que
impulsaron la educación, ofertaron mayores posibilidades laborales y con ello más competitividad; y
otorga la posibilidad de que estudiantes con menos recursos económicos puedan sufragar sus estudios
en el máximo órgano de formación e ideas, la Universidad.

En cuanto a los temas de género, los comentarios sobre las diferentes generaciones que he mencionado
anteriormente revelan las profundas diferencias entre hombres y mujeres, con ocupaciones, tiempos y espacios
diferentes y desiguales. En definitiva, la narrativa autobiográfica de Juan y de su árbol genealógico nos muestra
los profundos cambios sociales, culturales y educativos de Andalucía y de España, particularmente en el mundo
rural. El caso de la familia de Juan parece representativo de un cierto perfil de familias del ámbito rural, aquellas
que han podido desarrollar un proceso de movilidad social ascendente, tanto en términos de ocupaciones (hay
algunos autónomos, tienen empleos que les permiten estar bien integrados en la sociedad y con pocos riesgos de
exclusión social) como de nivel educativo (Juan ya es titulado universitario y dos de sus primos esperan serlo
pronto). Aunque en este trabajo he presentado el caso familiar de Juan, es evidente que el análisis comparativo
de diferentes casos familiares favorece una comprensión histórica y social más compleja.

Implicaciones y conclusiones
Las narrativas autobiográficas tienen implicaciones tanto en la investigación como en la formación. Como
instrumento de investigación, las narrativas escritas ofrecen materiales biográficos de primera mano sobre la
historia reciente, la sociedad, la cultura, la familia y la educación. Estos materiales hacen posible un
acercamiento a las cuestiones históricas y socioculturales desde la perspectiva subjetiva y experiencial de los
sujetos.

En tanto que instrumento de formación, las narrativas autobiográficas favorecen la producción y apropiación del
conocimiento, facilitan el aprendizaje de técnicas básicas de investigación cualitativa, permiten la aplicación del
conocimiento disciplinar en contextos sociales y personales próximos, y poseen una gran fuerza motivadora. Por
ello, las historias de vida son útiles para la creación de contextos de aprendizaje motivadores, centrados en las
vidas de los estudiantes y favorecedores de una educación integradora de las dimensiones cognitivas,
emocionales y sociales. Estos métodos tienen mucho que aportar en la docencia en materias de ciencias sociales
como la antropología cultural, los estudios culturales, la sociología, la pedagogía, la psicología, el trabajo social
y la comunicación.

ANEXO: ALGUNOS CRITERIOS PARA VALORAR LOS ANÁLISIS DE LAS NARRATIVAS


AUTOBIOGRÁFICAS:
-Se observa profundidad, tiempo, esfuerzo, dedicación. No es un trabajo realizado apresuradamente.
-El trabajo revela capacidad analítica, reflexiva y crítica.
-El trabajo revela un interés por la comparación desde diferentes ángulos, dimensiones y perspectivas.
-El trabajo es original y refleja una manera peculiar y propia de abordar la actividad.
-Se presta atención a las prácticas materiales y a las dimensiones simbólicas (creencias y valores) de las
diferentes generaciones.
-Se trabaja desde un punto de vista comparativo y analítico el uso de los tiempos y de los espacios.
-Se investigan las diferencias sociales, económicas, culturales y de género.
-Se describen los procesos de modernización y los cambios históricos y socioculturales ligados a la evolución de
las generaciones y de los grupos familiares.
-Se evidencia un análisis reflexivo de los contextos geográficos, sociales, históricos.
-Los datos e informaciones consultados están debidamente filtrados y se integran en el trabajo adecuadamente
(esto implica que no existe plagio reiterado de fuentes documentales digitales o en papel).
-Existe un interés por analizar y teorizar los contextos locales, las trayectorias familiares y los itinerarios
biográficos desde las categorías clásicas de la sociología y la antropología (edad y grupos de edad, diferencias
sociales, pertenencias culturales, grupos étnicos y relaciones de género).

José González Monteagudo es doctor en Pedagogía y profesor titular de Teoría de la Educación de la


Universidad de Sevilla (Andalucía, España). Premio Nacional de Investigación Educativa (1986) y Premio
Extraordinario de Doctorado (1996). Fue maestro de enseñanza primaria. Ha publicado diferentes trabajos en
varias lenguas sobre innovación educativa, investigación cualitativa, etnografía, historias de vida, profesorado,

11  
 
educación de adultos y teorías educativas. Es profesor invitado de las universidades de París VIII (Francia),
Warwick (Reino Unido) y Autónoma de Santo Domingo (República Dominicana). Además, ha realizado
diferentes estancias de investigación, organizado congresos y jornadas, impartido seminarios y presentado
papers en diferentes países europeos y americanos. Pertenece a las asociaciones francófona (ASIHVIF),
anglófona (ESREA) y brasileña (Biograph) de investigación sobre historias de vida y educación de adultos.

                                                                                                                       
i

Sobre la metodología biográfica y la autobiografía educativa, remito a mis siguientes publicaciones: González Monteagudo,
J.: Una esperienza di autobiografía all’Università. Tra pensiero ed emozioni, en L. Formenti (Ed.): Dare voce al
cambiamento. La ricerca interroga la vita adulta. Milano: Unicopli, 2006: 201-214; “Historias de vida y Teorías de la
educación: tendiendo puentes”, en Encounters on Education (Canadá), vol 8, Fall, 2007: 85-107; “Approches non
francophones des histoires de vie en Europe (Note de synthèse)”, en Pratiques de formation/Analyses (Universidad de París
8, Francia), nº 55, 2008: 9-83.
ii
Formenti, L.: La familia si racconta. La trasmissione dell’identità di genere tra le generazioni. Cinisello Balsamo (Mi):
San Paolo, 2002: 38.
iii
Gaulejac, V. de: La névrose de classe. Trajectoires sociales et conflicts d’identité. Paris : Hommes et Groupes Éditions,
1987 ; Gaulejac, V. de : L’histoire en héritage. Roman familiale et trajectoire sociale. Paris : Desclée de Brouwer, 1999.
iv
BertauxD.; Thompson, P.: Between Generations: Family Models, Myths & Memories. London: Transational, 2005 (orig.
de 1993).
v
Formenti (op. cit.).
vi
Lani-Bayle, M.: L’histoire de vie généalogique. Paris : L’Harmattan, 1997.
vii
Lani-Bayle, M. ; Mallet, M.-A. : Evénements et formation de la personne. Ecarts internationaux et intergénérationnels.
Paris : L’Harmattan, 2006, 2 volúmenes.
viii
Castaignos-Leblond, F.: Traumatismes historiques et dialogue intergénérationel. Un difficile exercice de mémoire.
Paris : L’Harmattan, 2001.
ix
Mills, C. W.: La imaginación sociológica. México: F.C.E., 1959.
x
Bertaux (op. cit.).

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