DIGI-0161 Introduccion Condori Mamani-2
DIGI-0161 Introduccion Condori Mamani-2
DIGI-0161 Introduccion Condori Mamani-2
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RICARDO VALDERRAMA FERNANDEZ
CARMEN ESCALANTE GUTIERREZ
Pág.
Prefacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Nota Preliminar ...................... ........ · ... · · V
GREGORIO
1ra. edición: Bilingüe (Castellano-Quechua) Centro de Estudios
Rurales Andinos Bartolomé de las Casas-Cusco, 1977. 1 . . . •. ••. . . . . . . . ••. . . •. . •••. . •. . ••. . . •. . •. . . . . . . 1
11. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
111................... ............. ... . . . . . . . . . . . . 20
2da. edición: Castellano. Centro de Estudios Rurales Andinos IV ...................... ...................... .. 23
Bartolomé de las Casas-Cusco, 1979. V ...................... ...................... ... 30
VI ...................... ...................... .. 37
VIl . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
VIII ...................... ................ · .... ·· 43
IX................... ....................... .... 58
X ...................... ...................... ... 73
XI................... ....................... .... 82
Xll . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
11 ...................... ...................... ... '103
111 ....•................. ...................... .. 111
Reservados los derechos de traducción, reproducción y adaptación. IV ...................... ...................... ... 119
(C} centro de estudios rurales andinos Bartolomé de las Casas, 1979. Glosario ...................... .................... 128
Apartado 477-Cusco
Impreso en el Perú
PREFACIO
Los mitos interpretan, dan sentido a su vida. Comentando las El relato de Gregario hace oír una voz completamente propia
labores agrícolas en los pueblos (la única vez en que describe al de la vida andina. El no se asombra de lo nuevo como el cronista
hombre dentro de su ayllu) cuenta el mito de la vieja rit'i (nieve) del siglo XVI; no trata de identificarse con algo que no es suyo
que esconde por la noche a un viajero en su casa bajo una vasija como el autor indigenista; tampoco analiza y descuartiza el mate-
para protegerle de sus tres hijos terribles, el granizo, el trueno y el rial como el antropólogo. Describir los trabajos agrícolas para él
rayo. Regresan por la noche con su cosecha, robada de las chacras es evocar Pachamama como una realidad viva y cercana; es evo-
de los hombres. Aunque huelen carne humana, no le encuentran. car la lucha épica del arariwa, recién casado, desnudo como al salir
A la mañana siguiente el viajero despierta aliado de una laguna en de la barriga de su madre ( lsu propia madre o Pachamama ?), con
la puna: la casa había sido mamaqocha (madre laguna). Más tarde, kerosene y honda, contra las nubes negras para proteger la cose-
una experiencia parecida le pasa a Gregorio mismo. Viajando a la cha contra el granizo y el rayo. No hace falta enumerar los para-
montaña, se aloja en una casa donde por la noche los hombres re- lelos con ideas Incaicas, pero si queremos comparar en esta des-
gresan con una vaca robada que tratan de asar en una olla. No le cripción su evocación del ayni -que ya no se hace en el Cusco ni
dan nada de comer y él por miedo y por necesidad, tiene que ha- en los Pueblos Jóvenes que son como casa de condenados, donde
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NOTA PRELIMINAR
todo trabajo es por con que evocó otro hombre Andino,
desarraigado como Gregorio, en uno de sus gritos más
emocionados.
es ayudar a trabajar a tus familiares a tus Esta es la historia auténtica de Gregario Condori Mamani y
en ayni, pero eso sí, todo ayn1 tie- de Asunta su mujer, ambos quechuas monolingües que hace más
paisanos
"'"•"'1"'Pr con corazón". "En esto de ayni uno tiene de cuarenta años migraron de sus comunidades de origen hacia la
nes que
si vienen a ayudarte, tienes que atenderlos bien, ciudad del Cusco. Los conocimos por 1968 cuando nos traslada-
que ser
en la casa, pocos vienen a colabora rte ... ". mos a vivir a Coripata; una barriada marginal del Cusco, donde
no se puede olvidarla, la Pachama~a. ellos vivían ya hacía muchos años. Gregario y Asunta habitan ac-
la pachamama se olvida de uno". Ayni tualmente una casucha al lado del basural, en el i(mite de la ba-
"está en te casas, te ayudan en ayni; cuando alguien de tu rriada con la estación del Ferrocarril del Sur. La suya es una de las
familia muere, en el entierro te ayudan por ayni". pocas viviendas que carecen de luz, agua y desagüe; y que no ocu-
pa más de trece metros cuadrados de tierra, sobre los que se alza
858) en el siglo XVI de la "Pulí- una habitación de adobe, que es el dormitorio donde además se
y buena horden al cunado" que los com- crían cuyes. A uno de los costados se le ha anexado otros muros
en el trabajar en otras necicida- que protegen un fogón de barro, donde cocina Asunta, y en el
y en el comer y ueuer y en la fiesta y espacio restante ella cría siete gallinas y dos perros.
en muerte a llorar y despues de muerto y en
mientras que ellos bivieron y despues sus hijos y Cuando los conocimos, Gregorio ya era cargador a tiempo
y se sirvian y guardauan la ley de completo y Asunta realizaba a diario su negocio de comidas.
que cristiandad ci fuese enseñado el evangelio Actualmente Gregorio continúa desempeñándose como cargador,
no tiene esta pulicla en todo el mundo de los com- no así Asunta que ya no realiza ningún negocio. Ella vive recluí-
r,-,.,.,.,.,,,rt en esta los cristianos (! )... ". da enferma en su casa, pues ya se mueve con mucha dificultad.
Durante los años en que fuimos vecinos_, entre nosotros surgió
que para hacer ayni hace falta tener animales una profunda amistad, a través de la que posteriormente em-
pues "los con animales, claro, te ayudan si eres pa- prendimos este trabajo, el que fue iniciado en 1973 cuando
riente o amigo", esto es lo que a él siempre le faltó: de mu- entrevisté como asistente antropológico del film "El Cargador"
chacho cuando por se perdieron los animales que tuvo -corto metraje que se rodó en Cusco bajo la dirección de L. Fi-
que cuidar y tarde cuando trató, como todo sicuaneño, de gueroa- a cargadores de distintas condiciones, temporales y perma-
hacer negocio de ollas en la feria del Señor de Wanka. Allí quería nentes, ancianos y niños; con la finalidad de obtener datos sobre
que sus asnitos tomaran el agua de la mamacha Virgen María y se la situación de ellos en el Cusca. La amistad con Gregorio, su con-
hicieran cristianos, con suerte para cargar los negocios. Los anima- fianza en nosotros y sobre todo su asombrosa capacidad narrativa
les se enfermaron con fiebre "y, caraja, estos cristianos siempre se nos llevaron en 1975 a reanudar las entrevistas con él, dirigidas es-
murieron". Su destino fue cargar en su propia espalda, no en la ta vez a reconstruir su historia de vida. Escogimos temas generales
de los asnos. en base a los que Gregorio -y posteriormente Asunta- pudieran dis-
V
R.T. Zuidema
currir en forma libre. Muchas veces eran ellos quienes elegían los También creemos necesario aclarar que el 1íder aprista a
temas para -hablar, lo que recogimos en cinta magnetofónica empe- quien menciona en su relato como que escapara del Cusco vestido
zando su traducción en junio de 1975. Este proceso fue interrum- de mujer no fue Haya de la Torre; es posible que Gregario lo con-
pido repetidas veces para volver a entrevistarles con el objeto de funda con el General Vargas Dávila, quien evitara de esa manera
que ampliaran aspectos que habían pasado de largo. Gregorio y A- ser linchado por las masas durante la toma de la ciudad del Cusco
sunta saben firmar sus nombres y reconocen -en el caso de Asunta- por los obreros en 1958 (del 6 al12 de abril). Estos hechos se ini-
algunas letras, pero no saben escribir ni leer. Por ello a pesar de ciaron con un paro de protesta por el alza de la gasolina y el kero-
que Gregario posee documentos personales que consignan datos sene.
y fechas importantes en su vida, sin embargo no recuerda fechas
como la de su nacimiento que según su libreta de Conscripción fue Todos estos datos nos sirvieron para confirmar la veracidad
el 6 de julio de 1908 en Acopía, actual distrito de la provincia del relato de Gregario.
de Acomayo, Cusco. Este mismo documento data de 1933, en
donde consta que fue llamado al servicio activo el 31 de agosto En el caso de Asunta es imposible precisar fechas, no
de ese afio, fecha en que también empieza el Gobierno del sólo porque ella carece de documentos personales -a excep-
Genera! Osear R. Benavides. Asimismo es interesante aclarar la Cion de la partida de matrimonio que no pudimos ubicarla- sino
referencia que hace Gregorio sobre la primera vez que llegó el también porque ya no recuerda el nombre de la mina en que tra-
aeroplano a Sicuani, piloteado por Enrique Rondán, el nom- bajaba. Ambos al enterarse de la publicación del relato que nos hi-
bre verdadero corresponde a Enrique Rolandi, piloto italiano que cieran se alegraron mucho y se ofrecieron para volver a contarlo
aterrizó en Sicuani el 7 de junio de 1921 cuando cubría el raid con mayores detalles.
Cusco-Puno. Comprobamos también que Gregario entró a la fá-
brica de tejidos de algodón Huáscar el 1 ro. de octubre de 1943 Tanto los nombres de Gregorío, como los de lugares y
y cesó en este trabajo el 11 de marzo de 1967 por cierre de la personas, instituciones y autoridades, no han sido cam-
fábrica. Aquí él trabajó como barrendero durante 23 ar10s y biados a excepción de los de Asunta y sus familiares.
cinco meses, tiempo que para Gregario es corto, ya que él afir-
ma que "este trabajo no le duró mucho", afirmación debida El hecho de ser el runa simi nuestro idioma mater-
tal vez a su concepción del tiempo y a la necesidad de que este no, ha facilitado que la traducción al castellano resulte lo más cer-
trabajo le asegurase su estabilidad económica por el resto de su cana posible al texto quechua, conservando así la forma muy pe-
vida. Su jornal diario al momento de cesar en el trabajo era de culiar de expresarse de los bilingües andinos de la zona. Las per-
treintiún soles veintiocho centavos, y a partir del 1 ro. de noviem- sonas que lean el texto quechua podrán tener de él su propia in-
bre de 1968 el Seguro Social del Obrero le asignó una pensión terpretación, porque consideramos que nuestra traducción no es
mensual de trecientos cincuentaiocho soles treinta centavos que, la única ni la más perfecta. Asimismo en· la versión castellana con-
aunque no menciona en su relato, sigue percibiendo hasta la actua- servamos palabras en quechua que necesitan nota al margen, por
lidad. Confirmamos también que en efecto la muerte del llder lo que se afiade un glosario.
sindical que él menciona, Emiliano Huamantica, ocurrió en un
accidente de carro mucho antes del cierre de la fábrica, el 7 de Queremos hacer constar nuestro agradecimiento al Dr. Jorge
enero de 1964. Flores y al joven literato Enrique Rosas, ambos de la Universidad
VI VIl
Nacional del Cusco. A los Drs. Franklin Pease y Jürgen Riester, de
la Pontificia Universidad del Perú, por la lectura y suge-
rencias a los primeros manuscrito s de la versión castellana. A Ro-
sario Valdeavelia no por la adaptación del texto quechua al alfabe-
to oficial aprobado el 16 de octubre de 1975. A mí hermano La-
dislao Valderrama y su esposa Dominga Atayupanki por su inva-
lorable ayuda y aliento. Centro de Estudios Rurales Andinos
"Bartolomé de las Casas" y a su Director Dr. Guido Delran por
el constante apoyo que nos brindaron durante la realización del
presente trabajo.
R.V.F. y C.E.G.
GREt~OIUO
VIII
Me llamo Gregario Condori Mamani, soy de Acopía y hace
cuarent a años que llegué de mi pueblo. Vine de mi pueblo porque
no tenía padre ni madre. Era totalme nte pobre y huérfano y esta-
ba en poder de mi madrina. Ella me cortó los cabellos; y un día,
cuando ya era grandecito, me dijo:
-Ahora que ya tienes fuerzas y los huesos duros, tienes que ir
a trabajar. Te haré, pues, tu fi-ambre para que vayas a buscar un
trabajo, a ver si traes plata siquiera para la sal de la lawa que co-
mes. Porque como ya tienes los huesos duros y con fuerza, ya no
puedo tenerte en mi poder, manten iéndote ; maí'íana tendrás mujer
e hijos, y a lo mejor te toca una mujer que no te va a ayudar en na-
da, y me puedes maldecir. Y yo no quiero que después de mi
muerte, alguien me maldiga; porque me puedo volver penante. Así,
será mejor que tú solo, desde ahora, aprendas a tejer tu vida para
que mañana mantengas a tu familia.
Así me habló mi madrin a. Y le dije:
-Bueno, mamá.
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rrancarse los ojos, yo también empecé a gritar como esa seño- mi mal era para esto, porque al día siguiente de nuevo estaba sano.
ra, y en lo que estaba gritando, sentía que en mis ojos había can- Y desde ese rato, solo, en mis adentros empecé a pensar que podía
dela que me estaba quemando el cuerpo. En eso me dijo el peón alcanzarlos a ellos, pero vi que era difícil. Era tiempo de lluvias y
de la señora: no conocía los caminos. Al verme as( empecé a llorar a ocultas de
los dueños de la estancia. Como yo estaba llora y llora, el dueño de
-No seas bruto, indio: bájate el pantalón, amontona harta la estancia me dijo:
nieve y siéntate encima; verás que tu dolor va a pasar.
-Quédate con nosotros, a pastear ovejas.
Hice lo que me dijo, y llorando estaba sentado sobre la nie-
ve, agarrando la mula; era cierto, el dolor de mis ojos bajaba poco ComET1TO\pod(a ir a ningún lugar, me quedé con ellos a pas-
a poco. Pero al día siguiente, mi culo estaba hinchado, todo rojo, tear ovejas; así, al amanecer del tercer d(a que me quedé en la
como si me hubieran quemado con agua hervida, y no podía cami- estancia, estaba junto con ellos apacentando ovejas. Pero el dueño
nar. de la estancia tenía hartos chiquitos que eran unos diablos pen-
dencieros, que quer(aQ pegarme a menudo. Yo no me dejaba. Ellos
Esta mala suerte padecí aquella vez cuando quise llegar al jode y jode, hasta que ya no había paciencia para aguantarles; yo
Cusco a emplearme como sirviente; pero seguro mi estrella no les hacia chillar. Por eso varias veces me fuetearon:
era para llegar al Cusco a trabajar de muchacho, era más bien -Abusivo carajo, habías pegado a mis hijos.
para estar dando vueltas, penando pueblo tras pueblo. Porque esa
vez, mis ojos y mi culo estaban hinchados totalmente, y no podía Como me maltrataban ellos y sus hijos, y hab(a poca comida
caminar al paso de la tropa de mulas. Ellos avanzaban y yo me -en las estancias siempre hay poco que comer- no encontraba el día
quedaba atrás más y más. De esto se dieron cuenta los peones y le para irme a cualquier lugar. En lo que estaba caminando as( tras las
avisaron al patrón; el patrón ordenó a uno de los peones para que ovejas con el corazón puesto ya en otro pueblo, un día pasaron u-
me dejara pagado en una estancia de ovejeros y me curaran de mi nos arrieros con dirección a Acop(a. Yo me fui tras ellos, dejando
mal. El peón me dijo: las ovejas que pasteaba en una lomada.
-Cuando sanes te regresas a tu casa.
Yéndome tras esos arrieros, apared de nuevo en Acopía. As(,
Pero la noche de ese día, en la casa de estos ovejeros, estuve ya en Acopía, no sab(a a dónde entrar, tenía vergüenza de regresar
muy mal, ya para voltear a la otra vida, enfermo con calentura, ya a la casa de mi madrina. Como aqu( en Acop(a no había otro hue-
volteando los ojos. Mi cuerpo era como brasa ardiendo pero la due- co donde meterme, ya de noche regresé a la casa de mi madrina.
ña de la estancia me salvó. Ojalá a esta señora de buen corazón el Estaba entrando a su casa, despacio, caminando con la punta de
Señor la haya hecho sentar a su lado, porque ella es la que me sal- los pies para no hacerme notar con el esposo de mi madrina. Pero
vó de lo que ya estaba caminando a la otra vida. Me curó, haciendo este desalmado siempre me vio: ·
orinar en una vasija grande a todos los de su casa, desde su esposo -Ah icarajo! Este mañoso había regresado; seguro le ha falta-
hasta su hijito menor. Este or(n con harta sallo hizo hervir, y con do tragadera.
este or(n hervido me bañó todo el cuerpo de pies a cabeza y con Ante sus palabras estaba temblando de vergtÜ'JFa y sólo dije:
una bayeta grande que calentó en el fogón, me envolvió. As(, todo -Fui a trabajar.
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En cambio mi madrina, creo, al verme se alegró, porque -lDónde se ha ido?
-¿Lo !levó ei río?
me dijo:
-lLo el cerro?
ibas a trabajar por qué no avisaste? -¿Qué le ha pasado a mi Gregorio?
aquella dorm ( en casa de mi madrina entre miedo As( habría camjnado llorando mi madrina, porque ella me
y vergüenza. Pero al día de nuevo estaba en sus manda- quería. yo, ya caminaba con el por todas
tos. Aunque yo ya no pensando en ir- ovejas. lbamos siempre detrás de las
me sea a trabajar. del andar de estos animalitos. me hacían caminar, me
madrina sufriendo, porque un ; que no daban su ·esa había comida; no era co-
me para un casado, para un soltero o para un ; mo ahora escasa. en una de mis andanzas con estos carniceros,
no sé del todo para me madre, esto sólo sabe un día me había dormido en la pampa de Langui. Esa pampa está
que ahora ya es alma. era muy y no reventaba llena de y q'oya. MieQtras dorm(a, estos carniceros
mi boca ni a mi nombre, mi madre me entregó a mi na que b(an ido, abandonándome~En esta pampa, abandonado, me vi
no tenía hijos. Pero ~-1 de esta mi madrina era muytacaño y solo, solito en la vida. Enlonces empecé a corretear de estancia
me pegaba de todo, a veces sangrarme, de lo que co- en estancia, de arriba-abajo, preguntando por mis compañeros. La
mía. Sólo una vez me dijo que el pueblo donde me a- gente me deda: ·
madre a esta vida es Layo, mi legítimo pueblo donde na- -Hace rato han pasado por aquí.
en esto (de Acopíá para Layo, junto a un carnice- As(, en lo que estaba caminando entre las q'oyas, llorando y
Cusco, que caminaba por comprando ovejas. A penando mi suerte amarga como la sal, una mujer de buen corazón
este carnicero le decían ladrón, porque nunca se alojaba en el me llevó:
pueblo, pues siempre acampaba en un toldo al canto del pueblo. -Ya no llores, hace mucho rato se han ido, -me dijo.
Dentro de este toldo se cocinaba. La noche que fui donde ellos,
hada mucho fr(o; y como hacía mucho frío, me entré dentro del En la casa de esta señora estuve dos meses, pasteando sus ove-
toldo, sin que se dieran cuenta. Ya cuando estaba dentro del toldo jas. Un día ella viajó a Sicuani por harina de trigo que aquella vez
me cogieron riéndose: costaba ochenta centavos la media fanega. vez circulaba sólo la
moneda blanca; ya después Benavides hizo aparecer la moneda
-Había entrado ladrón, -dijeron, y me amarraron los pies y las amarilla de ahora. En ese pueblo la señora me había entregado a u-
manos. Dormí con ellos en el toldo aquella noche. Esto me suce- nos compradores de trigo, que me llevaron a Sicuani montado en
dió cuando era qorito. Mi madrina, cuando se enteró, seguro que burro:
l!orar(a; porque no se sabe nada de mí, desde que salí de Acopía -No podría caminar, -diciendo.
hasta ahora; seguro que lloró siempre, porque de mí no se sabía Así llegué a Sicuani, donde de nuevo, estuve trabajando con
si me había perdido subiendo al cielo, o entrando al ukhu pacha. otro carnicero. _Pero este carnicero también era otro diablo. Me pe-
Seguro que mi madrina siempre me buscó: gaba mucho, mi oreja ya no era oreja. Mi espalda ya no era espal-
-lDónde está mi pobre hijo? -diría. da. Me pegaba demasiado. Allí pasteaba vacas. En lo que pasteaba,
-lDónde está mi Gregorio? como todo chico, me quedaba dormido. Otras veces se me hacía
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tarde. De eso me pegaba, colgándome con soga de un tirante, me bañarme en el Huillcamayo a las cinco de la maiiana, en tiempo de
daba orín fermentado con hoiHn: helada. '
-Toma esto. A ti te gusta, -decía.
Yo tenía que tomar aquello, por miedo a ser castigado, a ser Este carnicero no paraba nunca en su casa, siempre esta via-
azotado en la espalda, hasta sangrar. jando. Yo solo tenía que estar en la casa, pasteando los ganados;
las veces que no iba de viaje, cuidaba su asnito que ten (a la cos-
Así me hacía este cristiano, que ahora seguro ya ha muerto. tumbre de irse a Suyopampa a comer. Un día de ésos el asno desa-
mente cómo estará dando cuenta a Nuestro Dios. pareció definitivamente. Por temor de ser castigado por esta pérdi-
Esto me (a por lo que era huérfano, sin madre. otra ocasión da, ya no volv( a esa casa. Aliado de la casa de este carnicero habí-
me dejó al cuidado de la casa, cuando vivíamos en Acotapam~a, en a un canchón donde se levantaban grandes amontonamientos de
. ese tiempo, había un gran señor hacendado apellidado piedras; all(, en un rinconcito, acurrucado, me oculté. eso ví
Valdivia. Este hacendado tenía tierras por todas partes, y este pasar a mi patrón con un zurriago grande en la mano, resoplando
decía: de cólera. Tuve múcha suerte, seguro que Nuestro Señor me
-Nosotros también seremos Valdivia menor por lo menos. ocultado; pues buscándome, no me vio al pasar por mí lado. En-
Pensando así, compraba terrenitos que en esos tiempos eran tonces para que no me encontrara yo me encomendaba al papacha
baratos. Un d (a cuando todos salieron a hacer tratos sobre compra [ios:
de yo me quedé solito en la casa y no regresaron en va- -Ocúltame, Señor, que este cristiano diablo no me vea .
rios días. Entonces por juguetón, me olvidé de darles pasto a los
cuyes. Como no habían comido en varios d los cuyes murier?n ; Así, me , de noche, de Sicuani con dirección a San Pablo,
y los gatos se comieron. Al retornar luego de tres d , se di~ por el canto del río Huillc-arnayo, no por el camino,por temor de
ron cuenta que faltaban los cuyes. De ese modo empezo a casti- encontrarme con este diablo. En el trayecto me encontré con un
garme: hombre y una mujer que hab(an estado truchando, así de noche.
Creo que ellos se asustaron, aunque yo también me asusté rnucho.
-Habla, mañoso, seguro los has vendido. Si hablas no te voy Entre asustado y asustado, temblando, me acerqué a ellos:
a castigar, -decía.
Entonces, para que no me castigara más hablé mintiendo: -¿Eres de esta vida o de la otra vida7 -me dijo el hombre.
-Sí, los he vendido, -dije. -Soy de esta vida, -contesté.
- Y ¿a cuánto los has vendido? -lQuién eres y a dónde vas? -Me volvió a preguntar.
-Sólo los cambié por cuatro panes. -Así estoy caminando, no tengo padre.
-Conque los has vendido, indio marioso. Ellos eran runas no más, como yo, de buen corazón, porque
Recién vino el verdadero castigo. Me colgó .... , me latigueó me dijeron:
hasta sangrarme la espalda y dejarme todo morado. - lQuisieras irte con nosotros?
Otras veces cuando iba a pastear las ovejas, jugando, me que-
daba dormido y mientras, las ovejas se dañaban, se comían todos Me dieron su fiambre sacando de su atadito. Sólo eso com(.
los papales y trigales que recién brotaban. Por los daños d~ aque- Así regresamos a Sicuani. Yo dije en mis adentros: como ya tengo
llas inocentes ovejas, aquel cristiano, por castigarme, me obligaba a otro patrón, ese diablo no me buscará. De Sicuani nos fuimos con
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yunta, y por eso me querían más. Aunque aquí mi estómago an-
este Gumer~indo Qt:uru -así se llamaba- a la tierra de su rnujer, al
daba bien, mi ropa siempre estaba haraposa como ahora· esas ve-
de Anza. Aqu1 ellos eran de buen y alma !impía. No
ces que trajinaba de chacra en chacra, no sabía todavía t;mar chi-
sé, será mi suerte. Como he andado de casa en casa, desde la
cha ni trago, pero comida me daban en abundancia. A veces me
vez que vi la luz del d (a, haciendo renegar a nuestro ·será así mandaba a trabajar done su compadre, o donde su amigo o fami-
la suerte de los que hemos a este mundo para sufrir. liar, por m in k 'a o ayni. As( estaba en la casa de Don Gumercindo
De esa manera -dice- los curamos heridas Dios que
más de un año. Pero cierto día me pasó mala suerte. cr~o que
está lleno de llagas, y cuando estas heridas cu- la mala suerte está en mi pegada como lunar negro. Esa vez, con
radas, el sufrimiento de este mundo. nos dijo este mi patrón, vinimos a Sicuani en dos asnos cargados de harina
una vez en el cuartel, un cabo que era del lado de Paruro y no- de trigo para vender, y mientras trataba de montar un asno el o-
sotros los soldados le dijimos: tro volteó una esquina, pero cuando fui tras el asno, ya no había.
-Cómo, caraja, cuán grandes son esas heridas que con tan-
Así se desapareció, se hizo noche. Volví con un solo asno:
to sufrimiento, no desaparecen. Ni que fuera mata ' Y
-El otro he dejado en Sicuani, -dije.
él nos respondió:
Después salí a buscar el asno, andaba preguntando en los ca-
-No sean herejes, icarajo! iYa Cuatro últimos formarse.l
minos; esa vez habían muchos asnos; todos caminaban en asnos·
no había carro, ni uno; no se conoc(a. En lo que andaba buscan~
As( fue.
do el asno, cerca a San Pablo me encontré con un misti. Y este
rnisti me dijo:
Ahora, ~ecordando, digo que hay más sufrimiento que
- iChico! ldónde andas?
antes. Esta v1da ya no es para aguantar. Esta vida está más
-Ha desaparecido mi asno y ando buscándolo, -dije-.
pesada que la carg.a en mis, espaldas. Cuando los días y los años pa-
san, .est~ esp~lda Siente mas la carga. Así está la vida. En mi igno- - iQué va a haber tu burro! Lo habrán ocultado. Y ahora la
rancia d1go, SI las llagas de este Dios son causa para tanto sufrimien-· dónde vas a ir?
-Ahora q.ue el asno ha desaparecido corno tragado, ya no voy
to, para cuatro días de vida ... ¿Por qué no se le busca y se le cura?
a regresar a m1 casa, -·contesté.
Así le dije a mi mujer hace años y ella me respondió:
-Vamos conmigo a arrear caballo, -me dijo.
-Dice, para eso, los extranjeros han ido en avión a la Afama
No
Así me fui tras el caballo de este misti. recuerdo su norn-
bre,+porque éste, al día siguiente me entregó a otro misti en Ma-
Killa.
ranganí. Aquí en la casa de este otro misti, esa misma maRana me
dijeron:
Y como para eso, todos esos días, en las calles hablaban de
-Anda a pastear ovejas.
que 1os gr!~gos caminando una semana en avión, habían llegado a
1
la Jhama K1lla. Pero yo creo que eso es habladuría.
As( me convertí de nuevo en ovejero. Yen do a los cerros tras
la_s ovejas, ~rmé amistad con otros chicos ovejeros, con quienes ju-
As( es el sufrimiento. Aquí en el Ayllu de Ariza, este hombre
gabamos m1entras las ovejas comían, haciéndonos bolas de trapo
Gu~ercindo, me ten(a muy estimado, porque yo desde chiquito
para patear, trompos que hacíamos de unos troncos de chacaco-
sabia arar con la yunta. Iba al aporque cargadito rlel yugo de la
10 11
·mo. Yo no sé, hasta ahora no he perdido esa costumbre de dormir
al instante, donde me siento; siempre he sido así desde chico. Bue- wayllares. Pero los dueños, que eran unos hacendados, se ataja-
no, en lo que pasteaba a las ovejitas en los cerros, mientras jugaba ban la leña y la bosta de los cerros. Como yo ya era grandecito y
o mientras dormía, éstas se dañaban o el zorro se las comía. Por e- pendejo, tenía que pelear con esos mayordomos lambes cuando
so un día mi patrón me dijo: me querían quitar la leña o la bosta. Así, cuando un día fui al
wayllar de ese hacendado Zavaleta en Onocora, él mismo me qui~
Tú puedes terminar con mis ovejas. Será mejor que te vayas, tó mi ponchito, por la leña que recogía. De modo que me re-
ya no te necesito. lPara qué voy a necesitar a uno que termina gresé sin nada:
con mis animales?.
-Así me han quitado, -dicienrlo.
La ropa que me puso estaba nueva. Me la quitó y me dio la o':.
tra, toda haraposa, y me dijo: Estando bien en esta casa, yo en mi cabeza de asno pensé y le
-Anda vete. dije a la señora Agueda: ·
Así me botó de su casa a la calle. Ese día, llorando todo el -Mama, iré al Señor de Huanca a vender ollas.
día, caminé por las calles de Maranganí, hasta que al Liltimo, fui Así partí a esta ermita, cargado de ollas en el asno de mi pa-
a la casa de ese misti que me entregó: trona y en otro que fleté. Estas ollas las compré en San Pedro y las
-Esto me ha sucedido, -diciendo. llevé para truequear con maíz de la quebrada. Por una olla me da-
ban maíz; la mitad de la olla. Aunque la olla fuese chiquita o gran-
También en la casa de este misti, pasteaba sus ovejas. Este te- de, era la mitad. Eso era sabido; como también nadie compraba
nía asnos, vacas y ovejas; pero con él ya no iba tras los ganados de con plata, ni había ollas para plata, todo era para truequear con
cerro en cerro; ten(a canchones y wayllares, donde cuidaba los re- víveres.
baños; pero yo no sé cómo, un día, una oveja se perdió, y sin más
compasión me botó: Hará tres o cuatro años que volví a esta ermita con mi mujer.
- iFuera mañoso, caraja! -diciendo. Ahora ya no es como antes, donde la gente venía desde el lago de
Puno, en cientos y cientos de llamas, caballos, asnos. Ahora la er-
. Trajinando por el camino grande, llorando, aparecí en el ayllu mita del Señor de Huanca es para estar asustado o zonzo; todo es
Ttiobamba, más arriba de Maranganí, en la casa de Leandro Cuti- plata y van carros como hormigas.
pa. Este era un paisano; no era misti; allí me quedé nuevamente de
pastor. En esta casa también tenía que cuidar las ovejas. Aquí es- Cuando llegué a la feria de la ermita, el mismo día cambié to-
tuve cerca de un aflo. como ya era grandecito, me enviaban como das las ollas. Los asnos comían junto con los caballos y llamas de
pongo, semanas enteras, a la casa del cura en Marangan(. Antes, a otro ollero que era paisano de Sicuani. Así estando entropados, co-
los curas, en los pueblos de las provincias hab(a que servirles por miendo todo tranquilos los asnitos, yo los separé para hacerles to-
turno. Esto hacían los priostes, , personas que empiezan a hacer mar agua. En el Señor de Huanca, a unos pasos de la capilla, hay
los cargos. Bueno aquí no me convenía,.por eso, calladito, me cuatrb peñas; al pie de estas peñas hay manantes de agua que salen
perdí al pueblo de San Pablo a la casa de fa señora Agueda Palo- de la Pachamama. El agua del primer mananate es de la mamacha
mino, que no ten(a hijos ni ganado. Aquí ya también todos los Virgen María. Cuando se toma su agua, se es más cristiano, y ade-
d(as tenía que ir a traer leria de los cerros y recoger bosta de los más cura la fatiga de los viejos. El agua del segundo manante es de
San Isidro Labrador. Su agua está bendecida y hay que llevar en
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Así, ese mismo día que nos encontramos por casualidad, me
recogió para llevarme a Sicuani. Aquí en Sicuani le serví durante
dos años, como pago por los asnos muertos.
La señora Agueda tenía su hermanita; yo en ese tiempo ya e-
ra jovencito. Esta su hermanita se llamaba Justinacha, con ella con-
versábamos comprometién donos, era ya como mi enamorada, y
a veces ella mededa:
-Uévame.
le
en como dónde?
que estos
la mamacha Virgen María y se
con suerte para cargar los negocios. al poco rato
enfermos con fiebre, eso era anuncio, mal
a ser hombre para andar con í,
curarnos a los asnos, les bañamos y qué no
para qui la muerte. Pero,carajo, estos
se murieron. Por eso, ese fue ei día que se me par-
corazón para el Señor de Huanca, porque dejó morir a mis
asnos a su lado. llorando mi mala con el
me estaba yendo con dirección a Sicuani, cargando la ca-
rona de los asnos muertos y me quedé en Kay-Kay. Como los as-
nos murieron no había maíz. Cómo iba a regresar a mi casa sin
nada, por eso me quedé en Kay-Kay, en la casa de un rnisti pa-
nadero, que hacía pan dos veces a la semana, entonces yo le a-
yudaba a hacer panes. Este misti era buen cristiano, no me pega-
ba; un total tacaño, pero bueno¡ por eso haciendo panes dos veces
a la semana, sólo comí dos o tres panes durante todo e! :tiempo
que estuve en su casa. Pero como por Kay-Kay pasaba el camino
gr~nde de Sicuani a Cusco, un día, mi patrón, el esposo dela
s~~ora Agueda, se encontn) conmigo, cara a cara y de frente me
dijo:
.. ¿Dónde están los burros? lQué los has hecho, so mañoso? -joven, laún sigues sentado?
~
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no era el de mi padre, era el del único t(o de
nombre.
- iAh!, el tayta Doroteo no es alma todavía, é! está en la
cárcel de Yanaoca y es mi compadre. Entonces vamos a casa.
Ya en su casa me enteré que mi tío, tayta Doroteo, con sus Cuando era pollito chico y estaba en el
amigos, había traído llamas del lado de Livitaca, del Totora. aeroplano por alto, que ahora
Seguro no habrían podido voltear a este lado con sus llamas, has- ban antes: en lo sobre el aire, va a caminar el
ta que en la Apacheta de Huamani se hizo alcanzar con pelo. De podríamos ver al hombre caminando en el aire?
eso estaba en la cárcel, mi tío. der ver!. As( como hablan ahora por por icaciones en
Cuando llegué a Acopía, ya era tiempo de cosecha y se nece- periódicos, que ha de o venir o cosas la
sitaba brazos. Primero anduve de chacra en chacra, ayudando a es- antes hablaba de boca en boca: "el hombre va a caminar ' a trote
carbar papas. Por un día de ayuda, el pago no era en dinero; era un sobre el viento". lo que hablaban así, llegó este animal
atado de papas, lisas u ocas. Trabajando todo el tiempo de la cose- con el nombre de aeroplano. Cuando llegó el aeroplano la
cha, reuní h;uta papa como para un troje. Al final de la cosecha un decía: .
paisano me dijo: - iAy señor, qué animal nos ha llegado!
-Quédate en mi casa, sólo me ayudarás a cuidar las ovejas. Y con el orín que se hace fermentar para lavarse los cabellos,
Yo le dije: hacían aspersiones al aire y con el ajo masticado escupían:
-Bueno. - iPhufh, phufh, mal agüero! iQué cristiano es éste! -diciendo
Un día, en tiempo de la era, nosotros estábamos trabajan-
As( estaba de nuevo como ovejero, y al segundo día me fui a do entre doscientos a trescientos hombres, y en eso por
la estancia con las ovejas. Esta estancia era una chodta en las fal- d~i cerro. Silquincha, apareció un pájaro grande, parecido al
das del cerro. Aquí viví solo, acompañado por tres perros. En esta condor, gritando como condenado. Y todos os que estábamos en
estancia no había agua para tomar. Todos los días, sea por lama- la era nos asustamos. Ese rato me acordé de un cuento que
ñana o por tarde, hab(a que ir como a media legua, por agua. una vez mi tío Gumercindo, que faltando unos días para el de
Desde cuando el día rayaba en la punta de los cerros diciendo este mundo va avenir un con cabeza de cóndor y de
"q'aq", yo tenía que empezar a cocinar en una sola olla tarde y llan:a a avisarnos a los runas, familias para esperar listos
mañana, para mí y para mis perros. Durante el día caminando tras el fm de este mundo. Y mi tío dijo:
las ovejas recogía leña. As( estuve en la estancia, hasta que este mi -El Inkarrey, que viviendo ahora en el
i)atrón, que era paisano, ya no se acordaba de mí como al princi- de la vez que lo mató el señor cura Pizarro, va a salir ese d
pio que me mandaba o me traía, aunque sea un poquito de víveres; fin de este mundo en alcance de los runas.
era tacaño y tomador. Cuando me hallaba olvidado, un d (a, un Cuando el aeroplano avanzaba tomando dirección hacia noso-
partido de mi patrón me propuso ir con él. Así estaba caminando tros, dijeron:
de casa en casa hasta que me cogieron para movilizable. -Este es Taytacha milagro, que viene hacia nosotros.
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Al ver que realmente se venía en d nosotros la curiosidad. Ya después, cuando fui jovencito, vi el tren en
pensé: "será, pues, arrod il!ados cuani. No me asusté, pero casi grito al verlo; era cierto su color
murmuraban de todo al en mis aden- negro y que se parecía al gusano en su caminar. Más b a mí
tros dije: "Ay, taytay, yo no soy pecador, siempre he trabajado la me impresionó lo que jalaba mucha carga. Esa vez sólo en una de
chacra ayudando a pad '. Y decía el aeropla- sus plataformas hab{an cargado cientos de cajones de alcohol
no se ruidosamente por encima de nosotros. Entonces, como ''Martínez".
ei aeroplano se pasó y no bajó a nosotros, todos los que estábamos
rezando y otros que le contaban sus pecados, nos callamos y vimos Así también vi por primera vez el carro, en San Pedro. El ca-
que se perdió en dirección a Sicuani. Ahí el paqo Machaca dijo: rro, creo que era un camión chiquito que sólo andaba con carga,
a en Sicuani, vamos a ver qué dirá, a q rá veni- porque la gente en esos tiempos andaba a pie, o en mulas, caba-
do. llos o asnos; y los que viajaban en carro eran criticados. Decían:
Unos cuantos se animaron para ir a Sicuani, pero el resto se- -Claro: tiene plata, es rico, por eso anda en carro.
guíamos trabajando la era. , aquella vez, en todas partes la ha- Así se observaban, y por esta razón la gente casi no quería
blad general era del aeroplano. Enrique Rondán es su chofer, viajar en carro.
decían. También de las bajaron a ntar
si era cierto o no que un milagro había pasado por el alto.
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111 d(a en dos grupos. Un grupo era peruano y el otro era chileno. Así
cada domingo después de los ejercicios teníamos que pelear hasta
sangramos, como soldados en la guerra. Era mucha pelea, si nos
ganaban los chilenos había castigo, igual para el que no iba los rlo-
Meses antes que me cogieran para movilizable, yo estaba que- mingos a los ejercicios, lo metían al calabozo del Gobernador, y
riendo salir de Acopía a trabajar donde sea. Y como ya habla ten{a que pagar multa, trabajando un día en la chacra del Gober-
pensado irme, un día en un camino a las afueras de Acopía, me nador. En esta pelea siempre había que ganar al chileno, si no:
encontré con la mujer de mi tío Doroteo, no recuerdo qué conver- castigo o multa. Haciendo los ejercicios de costumbre, un domingo
samos, pero al despedirme le dije: vimos a guardias que habían venido de Combapata y nos cogieron
-Ipay, con suerte, ya me voy a ir y quizás ya no nos veremos. por traición a todos.lo5 movilizables para soldados.
Entonces, como aquella vez ya apestaban mis ganas a mujer
y ya era jovencito maduro como para una mujer, me díío: El sargento layme nos hizo formar. Cuando estábamos for-
-Quédate en nuestro junto a nosotros. Te ayudaremos a mados, los guardias aparecieron apuntando sus armas: entonces yo
conseguir terreno y buscaremos una mujer. sólo dije:
Y yo le dije: - iAia, caraja ,!éstos serán chilenos, iAhora a escapar!
-Bueno. Esta última palabra reventó en mi boca, pero nadie más inten-
tó escapar, estábamos asustados, ya no eran palos, eran armas. Así
La que m para se llamaba Laureana, pero sus vinimos todos los movilizables para soldados. CLtando estuve de
padres eran ricos, con muchos ganados y extensos terrenos. Desde movilizable era tiempo defSánchez Cerro, quien dio orden de gue-
el día que me sef1alaron a cada vez que hacía iba a rra. Tenía que haber guerra, en la frontera. El objetivo de la guerra
para hacerme conocer y enamorada. ie estaba dando era:
vueltas y vueltas hasta que le hablaron de mí, de que yo era -Rescataremos Tacna y Arica.
jador y la quer(a para mi mujer. Pero ella no quiso. Más bien me
insultaron ella y sus padres:
-Qué troje tiene ese viento desconocido; mi hija no va a entrar
donde un forastero vagabundo a ver su troje de piojos. los chilenos se habían apoderado de Tacna y Arica, también
haciendo ~a guerra en el antiguo tiempo de Cristobal Colón. Así se
Así dijeron. Desde ese d(a se enojaron para mí y nunca más hab(an apropiado de la frontera Tacna-Arica. Ahora mismo.Tacna
aceptaron mi voluntad de ayudarles en sus chacras. Cuando pasó y Arica ya no son de nuestra patria. Si Sánchez Cerro no hubiera
todo esto es que me cogieron para movilizable y ya no se pod (a pensado construir un camino por Ukhu Pacha, para emboscar a sus
salir porque en todas partes preguntaban por el papel que daban enemigos chilenos, la Pachatierra no le hubiera comido; habría
a todo movilizable para saber si estaba marchando o no. Eso de hecho siempre guerra por Tacna y Arica. Pero también nosotros
ser movilizable, era marchar al compás de "un, dos, tres" y ha- hubiéramos muerto en la frontera. En esta guerra, dice, el chileno
cer ejercicios. Estos ejercicios consistían en correr, saltar para arri- quer(a venir hasta el Cusco, porque los soldados peruanos eran po-
ba y para abajo, llevando un palo que decíamos arma. El entrena- cos. Ya cuando estos chilenos venían por el canto de la mar-qocha,
dor era un ex··sargento del ejército, llamado la y me; éste nos divi- (cómo así habrían pensado los paisanos de San Martín), al ver
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que había pocos peruanos, para ene- IV
chilenos, habían reunido cientos de y a ca-
le hab amarrado en la ga-
la guerra, cuando ya mu , Cuando es-
tas avanzaban reflejando sus espejos y polvare- Antes de venir para ser soldado, todos los jóvenes de mi pue-
da corno nube que cubría los cerros, chilenos ían dicho, a- blo (bamos a trabajar la chacra. Allá nadie puede estar ni un día
sin trabajar la chacra; eso no se puede. Quizá uno puede desaten-
-i i tanta batallón peruano avanza gritando co- der u olvidar hasta a su mujer, pero a la chacra no se puede, no se
mo alud. puede olvidar la chacra, !apachamama. Si uno la olvida, también la
uno mira de lejos una tropa de 1 caminando, se olvida de uno. As( es ser chacarero. Teníamos que
uno ve que se parece al hornbre en su caminar, por eso chilenos ir a sembrar y después de la siembra teníamos que ir a lampear.
las habrían confundido con el batallón. Así el peruano había ga- Luego las andanzas en la cosecha; aqu( es donde más se necesita
n<!do la guerra, por las llamas; por eso es que en las monedas y en gente que trabaje. Ten(as que ayudar a trabajar a tus familiares, a
las cajitas de fósforos está el retrato de la llama. tus paisanos amigos, desde un día hasta semanas, de eso ellos tam-
Sánchez Cerro le quitó la presid.encia a Leguía. Este Sánchez bién ven (an a ayudarte cuando necesitabas, para esto bastaba
Cerro, había hablado en España: avisarles:
-Y o voy a ser Gobierno.
Y en España le habían regalado un aeroplano para que se vi- -Hermano fulano, tal día hacemos chacra.
niera a Lima. Pero en España le hab(an preguntado: -Ya, listo ¿dónde?- Y te decían el lugar.
-l verdad vas a entrar de Presidente? lVas a ser Presiden- Este era el único contrato.
te?
-Sí, voy a entrar, -había contestado. Y venían a ayudarte: De todo esto nunca se pagaba en dine-
Entonces, cuando Augusto Léguía cumplía diez años de Go- ro: de lo que ayudabas, ni de lo que te ayudaban. Esto era el
bierno, Sánchez Cerro le quitó la Presidencia. Aquí en Cusco, he visto poco esta costumbre del ayni, desde que
vine. Los paisanos, cuando vienen aquí, se olvidan esta forma de a-
yudarse. Muchas veces he dicho a mi mujer y también a otros pai-
sanos:
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Y la viejita había contestado: das, pero son maldecidos, porque len qué ayllu no maldicen al
-No puedo alojarte mis hijos son muy locos, te matarían. chikchi, cuando no hay cosecha?
El forastero rogó:
-lA dónde ya puedo ir mamita? Alójame por favor.
Y así ante la súplica, la viejita le había hecho pasar a su
casa:
-Bueno, aquí te alojarás, dijo mostrándole un rincón.
-Te voy a tapar con una vasija y tienes que estar sin moverte.
Y así había sido.
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