Corpus
Corpus
Corpus
(De rodillas)
V/ En los cielos y en la tierra sea por siempre muy amado
R/ El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Oración litánica
(De rodillas)
V/ En los cielos y en la tierra sea por siempre muy amado
R/ El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
(De pie)
Monición: La Voz de Juan el Bautista resuena y amonesta a disponer el corazón
a la venida del Señor. Su figura austera, su vida penitente nos llama al
desprendimiento de las cosas vanas, el cambio de conducta, a la confesión de los
pecados.
Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta:
Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el
desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas, apareció Juan bautizando en el
desierto, proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados. Acudía a él gente de
toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán,
confesando sus pecados. Juan llevaba un vestido de pie de camello; y se alimentaba de langostas y
miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de
desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os
bautizará con Espíritu Santo». Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea,
y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que
el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi
Hijo amado, en ti me complazco». A continuación, el Espíritu le empuja al desierto, y permaneció
en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba entre los animales del campo y los
ángeles le servían. Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena
Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la
Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando
las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser
pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron.
Palabra del Señor.
R. Te alabamos y te bendecimos.
Oración litánica
Para que la comunidad eclesial reencuentre la auténtica medida del amor, don de
sí, superación de todo egoísmo, encuentro de personas que caminan juntos bajo
la mirada de Dios. Oremos.
Para que no nos dejemos vencer por las dificultades y por las incidías del mal,
sino que sigamos a cristo en el camino de la cruz, sabiendo que la semilla
fecundada por el sacrificio, traerá frutos de resurrección y vida nueva. Oremos.
Para que las familias vivan en la fidelidad y en el amor y a las categorías sociales
sepan superar las contraposiciones estériles, las generaciones se encuentren en
un dialogo abierto y de confianza. Oremos.
Para que el hombre moderno sepa comprender el prodigio de la creación que cada
año se renueva, y colabore al designio de Dios con el mejoramiento interior y el
generoso servicio del bien común. Oremos.
ORACIÓN
Oh Dios, fuente inagotable de vida, ayuda con la fuerza de tu espíritu a la humanidad que
aspira a un bienestar de justicia y de paz, para que sea fortalecido en cada hombre la fe
en la victoria del bien sobre el mal, prometida y actuada en la cruz de tu Hijo. Tu que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Terminemos nuestra oración con la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro
Ave María y Gloria…
TERCER ALTAR
V/ En los cielos y en la tierra sea por siempre muy amado
R/ El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
(De rodillas)
V/ En los cielos y en la tierra sea por siempre muy amado
R/ El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
(De pie)
Monición: Jesús bautizando y consagrado por el Espíritu, es movido y
guiado por el Espíritu a la misión; él actúa en la potencia del mismo
Espíritu. Viene así proclamado el cumplimiento de la profecía de Isaías
sobre el siervo de Dios lleno de aquel Espíritu y enviado a anunciar a los
pobres el Evangelio al realizar los signos de la salvación y a predicar el
tiempo de la gracia.
Del Evangelio según san Lucas
(Lc 1, 1-4)
Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se
tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos
oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de
haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por
su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas
que has recibido.
Palabra del Señor.
Oración litánica
Monitor: La Iglesia, nacida por el sacrificio de Cristo, recibe en
Pentecostés el bautismo del Espíritu y se manifiesta a los hombres como
sacramento universal de salvación. Es una Iglesia toda eucarística y
misionera, que ofrece al Señor las primicias del apostolado y del martirio,
llamando de nuevo a todas las culturas y a todos los pueblos a formar
parte del Reino de Dios.
La estación de Verano, llena de sol y de vida parece manifestar la
fecundidad y la alegría que ha brotado de Pentecostés. Es el tiempo de la
cosecha, el tiempo del encuentro entre los hombres, para superar las
barreras y las diferencias sociales, y así construir una sola familia. Oremos
juntos diciendo:
Renuévanos, Señor, con la fuerza de tu Espíritu
Para que la Iglesia de nuestro tiempo, a imagen de la primera comunidad
cristiana, sea perseverante en la enseñanza de los Apóstoles, en la fracción
del Pan, en la comunión fraterna y en la oración. Oremos.
Para que el Espíritu de Cristo renueve los prodigios de Pentecostés: haga
de los pequeños, de los jóvenes y de los ancianos los profetas y los
testimonios del Señor: suscite apóstoles y ministros del Evangelio. Oremos.
Para que el Señor inspire y confirme el propósito de la virginidad para el
Reino de los Cielos, bendiga y santifique el pacto nupcial encienda en
todos, el deseo de acoger, servir y promover la vida. Oremos.
Para que Dios bendiga el trabajo en los campos y en las oficinas; haga
fecunda toda iniciativa, para liberar al hombre de la esclavitud moral y
material, y para descubrir la miseria y el hambre en el mundo. Oremos.
Oración
Oh Padre, que has donado al mundo tu Espíritu como fruto de nuestra
redención, cumple también en nuestro tiempo los prodigios de la Iglesia
Apostólica, para que los hombres de toda lengua y de toda nación, unidos por tu
Palabra, se den la mano para renovar la faz de la tierra. Por Jesucristo nuestro
señor. Amén.
Terminemos nuestra oración con la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro
Ave María y Gloria…
V/ En los cielos y en la tierra sea por siempre muy amado
R/ El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
CUARTO ALTAR
(De rodillas)
V/ En los cielos y en la tierra sea por siempre muy amado
R/ El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Oración litánica
Monitor: Juntos hacemos fiesta porque Dios ha bendecido el trabajo en los
campos. Nosotros hemos sembrado y regado, la Providencia ha fecundado. Día
tras día, el hombre con el trabajo de sus manos y con las técnicas más avanzadas
se ha hecho colaborador de Dios en el proyecto de la creación. Bendito sea el
Señor. El Otoño es la estación de la última recolección de la siembra y de retomar
en cada sector la vida comunitaria. En este tiempo estamos todos llamados a
revelar las intenciones y los designios de Dios con el testimonio de fe, el sentido
de responsabilidad y la generosa apertura a los hermanos.
Como los antiguos patriarcas retomemos el camino, bajo la mirada del Padre, del
encuentro con Cristo que viene, orando juntos diciendo:
Oración
Oh padre, que en Cristo tu Hijo has dado al hombre la verdad que lo ilumina, el
sendero que le indica el camino, la vida que continuamente lo renueva; ayúdanos
con la fuerza de tu Espíritu, para que progresemos cada día en el conocimiento
de tu amor y en la esperanza del Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Terminemos nuestra oración con la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro
Ave María y Gloria…
V/ En los cielos y en la tierra sea por siempre muy amado
R/ El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
MONICIÓN DE ENTRADA
Queridos hermanos, sean bienvenido hoy a esta gran fiesta del Corpus Cristi, hoy celebramos la
Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo; nacida en el siglo 13 y que nos hace centrar nuestra
atención agradecida en la Eucaristía como sacramento en el que Cristo Jesús se nos da como
alimento para el camino, haciéndonos comulgar con su propia Persona, con su Cuerpo y Sangre,
bajo la forma del pan y del vino. Es en la Eucaristía donde se renueva mística y sacramentalmente
el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. Es Jesús real y verdaderamente presente en el pan y el vino
consagrados. En este sacramento confesamos que la presencia de Jesús en las especies eucarísticas
no es sólo simbólica sino real.
Celebrando con agradecimiento este don, nos sentimos llamados, una vez más, a vivir muy unidos a
él y a caminar por el camino de su amor, buscando instaurar el Reino de la paz y de la justicia,
frutos del Espíritu que son urgentes para nuestra Patria y que sin duda brotan y tienden hacia la
Eucaristía. Es por eso que esta asamblea es manifestación de la Iglesia que hace presente a Cristo y
que por la oración consecratoria de la Plegaria Eucarística se hará real y verdaderamente presente
en las especies eucarísticas y entre nosotros mismos; por eso vivamos intensamente esta Eucaristía.
Nos ponemos de pie y entonamos el canto que acompaña la procesión de entrada.
COMUNIÓN:
Si la celebración de hoy es especial para todos los católicos, al acudir a comulgar es una alegría
única. Conscientes de que es al mismo Cristo que recibimos, acerquémonos con mucha devoción y
con gran reverencia a recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor... El Cordero inmolado por nosotros
“una vez para siempre”, quiere quedarse realmente presente entre nosotros hasta el final de los
tiempos.
MONICIÓN ANTES DE LA PROCESIÓN
La Solemnidad de El Cuerpo y La Sangre de Cristo es un día Eucarístico por excelencia en la
Iglesia, en el que confesamos públicamente nuestra fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Al disponernos para esta procesión por algunas calles de nuestra comunidad, vivamos intensamente
este momento adorando y bendición al Señor que sacramentalmente permanece entre nosotros en
las especies eucarísticas del pan y del vino.
Preces
Sacerdote: Presentemos nuestras súplicas confiadas a Dios, nuestro Padre, que
nos ama con un inmenso amor. A cada petición diremos: Te rogamos, óyenos.
1. Por todos los que formamos la Iglesia -laicos y ministros ordenados-, para que
nuestro bautismo y la celebración de la Eucaristía, nos impulsen al encuentro
personal y comunitario con Cristo, experiencia vital y fundante de una fe que se
traduce en la coherencia y el testimonio de vida nueva. Roguemos al Señor.
2. Por los que nos gobiernan, para que, a ejemplo del Buen Pastor, en medio de la
situación social tan compleja en que vivimos, provean de oportunidades
educativas, deportivas y económicas necesarias que logren sanar el tejido social y
busquen incansablemente la paz. Roguemos al Señor.
3. Por todos los que nos preparamos a celebrar el Jubileo 2025, para que sea un
verdadero acontecimiento eclesial que sea capaz de sostener la fe y ser un
estímulo para la nueva evangelización. Roguemos al Señor.
4. Por todos los mexicanos que tienen la posibilidad de votar el próximo domingo
2 de junio, para que, ejerciendo este derecho, sean adultos audaces y patriotas,
con la consciencia que fuera de la democracia no hay ni libertad, ni paz, ni
progreso, ni civilización. Roguemos al Señor.
5. Por todas las familias de nuestra parroquia, para que, como iglesias
domésticas, generen una cultura vocacional, que promueva las vocaciones al
ministerio ordenado, a la vida religiosa y a todas aquellas vocaciones específicas.
Roguemos al Señor.
6. Por los que celebramos esta Solemnidad de El Cuerpo y La Sangre de Cristo,
para que profundicemos en nuestra fe y en nuestro amor por la Eucaristía y
desde ella, seamos promotores incansables de la justicia y la paz. Oremos.
Sacerdote: Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama tu amor sobre los
hombres y mujeres del mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor.