“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”
*UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTIN*
ASIGNATURA
METODOLOGIA DEL TRABAJO UNIVERSITARIO
CARRERA PROFESIONAL
AGRONOMIA
FACULTAD
CIENCIAS AGRARIAS
TEMA
AGRICULTURA SOSTENIBLE: REFLEXIONES PARA EL BIENESTAR Y LA
TRANSFORMACION SOCIAL
DOCENTE
Dr. MANUEL PADILLA GUZMÁN
ALUMNO
YORKDY JUNIOR CHINCHAY GARCÍA
AÑO
2023
CICLO
I
LA AGRICULTURA SOSTENIBLE
La agricultura sostenible es un enfoque de la agricultura que tiene como objetivo mantener
la productividad de las tierras de cultivo a largo plazo, al mismo tiempo que minimiza los
impactos negativos en el medio ambiente y las comunidades locales. Se trata de una forma
de producir alimentos de manera más inteligente y consciente, en lugar de centrarse
únicamente en la maximización de la producción a corto plazo.
La agricultura sostenible se basa en la idea de que los recursos naturales, como el suelo, el
agua y la biodiversidad, son limitados y deben ser protegidos para asegurar su
disponibilidad a largo plazo. Esto significa que los agricultores sostenibles trabajan para
minimizar el uso de insumos químicos y la erosión del suelo, y para preservar la salud de
los ecosistemas naturales que rodean sus tierras de cultivo.
Índice Tentativo
◼ Biografía del autor
◼ Introducción
◼ Problemática de la investigación y metodología utilizada
◼ Agricultura sostenible como una opinión
◼ Contexto del estudio
◼ Resultados del estudio de campo: Algunos aspectos sobre economía solidaria y
Agricultura Sostenible desde los promotores
◼ Resultados del estudio de campo: La Agricultura Sostenible para las familias
campesinas
◼ Conclusiones
Biografía del autor:
Ana Lilian Vega
San Salvador, agosto de 2011
Fue presidenta del Banco de Fomento Agropecuario (BFA), un banco público de desarrollo en El
Salvador. Durante su gestión el BFA obtuvo la certificación ISO 9001:2015 y la certificación Smart
Campaing, mejoró su calificación de BBB a A-, fue el primer banco en El Salvador en contar con dinero
electrónico, cuentas simplificada y microseguros paramétricos contra los riesgos del cambio climático;
todos estos productos para mejorar la inclusión financiera.
Profesional multidisciplinar, con titulaciones en los ámbitos de ingeniería, ciencias sociales y filosofía.
Poseo capacidades y habilidades gerenciales estratégicas y de investigación.
Con experiencia en el sector público, sector privado, organizaciones de la sociedad civil y academia.
Introducción:
Los productores campesinos siempre se han caracterizado por enfrentar altos niveles
de pobreza, des- igualdad, exclusión y escaso acceso a activos productivos, sobre
todo la tierra. Adicionalmente, desde hace varias décadas –desde el inicio de lo que
se dio en llamar revolución verde (sic)- se ha promovido la utilización de tecnología
basada en un uso intensivo de químicos y monocultivos que agotan la tierra. Este tipo
de tecnología, además de los perjuicios infligidos al suelo, refuerza el círculo de
exclusión y pobreza que las familias campesinas sufren desde hace largo tiempo, al
mismo tiempo que contribuye a consolidar situaciones de vulnerabilidad y riesgo en
ámbitos fundamentales de la vida de las personas, por ejemplo, pérdidas de cosecha
por el cada vez más preocupante cambio climático, pérdidas de viven- da y tierra,
descapitalización y empobrecimiento monetario por citar los más comunes.
Por otro lado, desde hace varios años se ha presentado un aumento de las
preocupaciones alrededor de los efectos que los agroquímicos tienen en la salud y
calidad de vida de las personas y en el medio ambiente. Al mismo tiempo durante los
últimos veinte años la agricultura, sobre todo la agricultura de pe- queñas parcelas, ha
sufrido de abandono por parte de las políticas públicas, y de marginación por parte del
mercado. Esto último ha implicado en el mejor de los casos una desmejora de la
situación, precaria desde siempre, de las familias rurales, y en el peor la realización
de los siniestros o concreción de los riesgos cada vez mayores que sufren.
Problemática de la investigación y metodología
utilizada:
La historia de América Latina y de El Salvador, ha estado marcada por el conflicto por
la propiedad y uso de la tierra, sobre todo en nuestro país con una extensión territorial
pequeña (21,049.79 Km2) y una den- sidad poblacional muy alta (292 habitantes por
Km2), a lo cual se suma una historia de concentración de la tierra muy marcada,
apenas interrumpida por intentos de reforma agraria en los años ochenta del siglo
pasado. La realidad salvadoreña se puede resumir con el lema de la Conferencia
Episcopal del Brasil del año de 1980 “La tierra de todos como tierra de pocos”.
La concentración en la tenencia de la tierra fue uno de los detonantes de la guerra
civil que vivió el país, tanto así que la junta revolucionaria de gobierno que toma el
poder luego del golpe de estado de 1979 de- clara que la reforma agraria es la única
fórmula capaz de evitar la guerra civil en el país. Por lo mismo en marzo de 1980 se
decreta la Ley de la Reforma Agraria, al mismo tiempo que el ejército del país ocupa
militarmente más de 250 propiedades con una superficie mayor a las quinientas
hectáreas.
La historia de expropiación de la tierra primero a los pobladores originales y luego al
campesino derivó en que en 1960 en El Salvador “el 4% de las propiedades ocupan el
67% de las tierras” (Caravias y De Barros. 1990: 9), en la actualidad no contamos con
información estadística adecuada que permita dar un panorama sobre la situación de
la tenencia de la tierra1. No obstante, si es posible afirmar que para una gran parte del
campesinado salvadoreño no contar con una extensión de tierra de tamaño mínimo
conti-nua siendo una de las causas fundamentales de la pobreza, que demasiadas
familias campesinas sufren en el país (según DIGESTYC, para el 2010, el 46.5% de
los hogares rurales se encuentran en situación de pobreza de ingreso, 17.5% en
pobreza extrema), también es uno de los factores principales para no intentar poner
en práctica la agricultura sostenible.
a) Modelo de crecimiento agrario capitalista, según el cual la tierra pasa de ser
una riqueza natural a capital de trabajo, cuya propiedad privada es necesaria
para lograr la ganancia económica. Además, la posesión de grandes
cantidades de terreno implica prestigio y poder que se retroalimentan.
Esta transformación no ha sido un proceso de las últimas décadas, llamadas de
globalización neoliberal, sino que es un proceso que inició con la llegada de los
españoles a nuestra tierra Para los pueblos originarios, la tierra no era considerada
como una fuente de ganancia y capital.
b) Los mercados de insumos, semillas y productos agrícolas. El modelo de desarrollo
global, llamado globalización (capitalista) ha llevado a una transnacionalización de la
mayoría de la producción de bienes y servicios7 que se producen en el mundo, incluyendo
los alimentos. Lo que, en el sector agrícola, a su vez, implica una masificación y utilización
cada vez más profunda de la tecnología agrícola basada en el uso de químicos y,
últimamente, de semillas transgénicas.
Por su parte, la tecnología química y toda la agroindustria está concentrada en pocas empresas
transnacionales, y al interior de los países normalmente se encuentran mercados oligopólicos o
monopólicos. En otras palabras, la cadena de valor se encuentra controlada por la empresa
privada, desde las semillas e insumos necesarios para la cosecha hasta la transformación en
productos con valor agregado, pasando por el transporte de los lugares de producción y cosecha
hasta los lugares de comercialización o transformación. De nueva cuenta, el productor o
productora campesina se encuentra atrapada en el último eslabón de la cadena y expoliada por
todos los agentes económicos “aguas arriba”.
c) El cambio climático. La acción del ser humano sobre la tierra, sobre todo el
exceso de producción y consumo de energía de todo tipo, está ocasionando
serios trastornos climáticos. Para los campesinos, esto lleva a sufrir diferentes
eventos como canículas bastan- te más largas que lo usual, atraso en la
lluvias o lluvias demasiado copias. Todos estos eventos están fuera del control
de las personas, y aquellas familias que utilizan la agricultura química y el
financiamiento para adquirir los paquetes tecnológicos, se ven expuestos a
mayor vulnerabilidad de perder no sólo las cosechas, sino la poca propiedad
que poseen, además de la calidad crediticia. Es decir, su condición ya de
por sí precaria, se torna todavía peor.
En este contexto, las familias campesinas enfrentan una serie de problemas entre los
que destacan la falta de trabajo remunerado, falta de acceso a la tierra, situación de
pobreza de ingreso y multidimensional y pérdida de cultura campesina. Son pocas las
acciones de política pública que ayudan a mejorar sensiblemente la situación en las
zonas rurales. En los últimos años se han hecho esfuerzos por transferir ingresos de
forma condicionada y de otorgar algunas pensiones asistenciales. También es común la
entrega de paquetes agrícolas que incluye semilla de frijol y maíz y fertilizantes, aunque
la cantidad de fertilizante se queda corta para los requerimientos de la agricultura
química y la calidad de los suelos en lo que se siembra. También se está impulsando un
programa de agricultura familiar, que busca conectar a las familias productoras con el
mercado.
En resumen y como se ha anotado, el modelo de producción agrícola tecnificado mal llamado
“revolución verde”, provocó una agudización de los problemas ambientales y sociales de las
áreas rurales a nivel mundial y nacional, afectando la calidad de vida de las familias rurales y
urbanas. Con ella se acelera la destrucción de hábitat naturales, la expulsión de mano de obra
del proceso agropecuario, la emigración hacia áreas urbanas del país y hacia fuera de las
fronteras patrias, la pobreza y en general el deterioro e incluso precarización de la vida de las
personas, sobre todo de las que habitan en las zonas rurales.
Agricultura sostenible como una opción:
En la situación actual, de crisis sistémica de la economía rural capitalista y con problemas de
calentamiento global y fenómenos climatológicos fuera del control humano, se impone la necesidad
de una tecnología agrícola (sino agropecuaria) que permita adaptarse a la situación, y que al mismo
tiempo sea capaz de generar esperanza de mejora en las familias campesinas. Sin duda, los
monocultivos y la agricultura química, lejos de ser el camino a seguir, son más bien causas de la
situación actual.
En este contexto se necesita alguna alternativa que permita cumplir al menos cuatro de las
siguientes condiciones:
1. No debe destruir los recursos naturales, más bien debe tratar de
recuperarlos.
2. No debe contaminar el medio ambiente con sustancias ajenas a la
naturaleza, o al menos minimizar esta situación.
3. Debe lograr producciones suficientes en cantidad, tanto para la
familia que cultiva como para coadyuvar a lograr la soberanía
alimentaria del país que corresponda.
4. Lograr productos de buena o
excelente calidad.
5. Que sea sostenible para el
agricultor.
6.Que sea accesible para el consumidor.
Los y las productoras agrícolas constituyen la base de seguridad y la soberanía alimentaria en
cualquier país del mundo, un sector campesino débil necesariamente hace más vulnerable no
sólo la vida de las personas en la zona rural, sino todo el ámbito nacional. Particularmente, el
mercado de alimentos.
Sin duda, la situación actual es el resultado de una serie de acontecimientos históricos,
económicos, polí- ticos y culturales, los cuales, al mismo tiempo de configurarla
situación de precariedad rural, configuran la visión de realidad de las personas y su
forma de habérselas con el mundo. Para que la agricultura sostenible sea una
alternativa, se necesita trabajar conjuntamente con lo agroecológico y con el cambio de
pensamiento, sentimientos y valores de las personas que se involucran en esta “nueva”
forma de trabajar con la tierra y el medio ambiente. Implica lograr un cambio en la actitud
hacia la naturaleza, el campo y las relaciones con los demás y con el resto de agentes
económicos que se integran en lo que se percibe como el mercado.
Su forma de producción apunta a la sostenibilidad o sustentabilidad, integrando en
armonía los procesos productivos propios de la naturaleza con el proceso de
producción, intercambio10 y su papel social y en el desarrollo. Lo que se busca es
pasar de una forma de producción altamente dependiente de insumos y servicios
externos11 a un modelo de producción basado en procesos más bien naturales y
adecuados para la labranza, que permiten la revitalización de la materia orgánica del
suelo, evitando el uso de todo tipo de químicos sintéticos y fabricando los fertilizantes,
plaguicidas y herbicidas con extractos naturales de plantas originarias.
De lograr establecer como método de producción la agricultura sostenible, se lograrían beneficios como:
a) Mejorar la calidad de lo producido.
b) Revitalizar y conservar mejor los suelos.
c) Ofrecer “servicios ambientales” que generan una mejora del hábitat,
como los bosques y las cuencas hídricas.
d) Independencia a los insumos industrializados y sintéticos.
e) Independencia de la necesidad de inversión monetaria para llevar a cabo la producción.
f) Menor necesidad de ingreso para lograr acceso a los alimentos necesarios para una
vida sana.
Contexto del estudio:
Este numeral presenta información que permite dar una imagen de la situación del país y
de las familias campesinas que en él habitan. Una primera parte se dedica a presentar
información sobre el país y una segunda parte sobre el municipio de Guaymango, área
de influencia del SJD. Para la caracterización del país y para cierta información de
Guaymango, se hace uso de los resultados del último Censo Agropecuario 2007-2008
llevado a cabo por el gobierno de El Salvador, además de los datos oficiales presentados
por instituciones del gobierno del país o por organismo internacionales como el
Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El Salvador
La República de El Salvador se encuentra situada estratégicamente en el Istmo
Centroamericano. Según la descripción oficial, se encuentra en la zona tórrida al norte
de la línea ecuatorial. Limita al Norte con la República de Honduras, al Sur con el
Océano Pacifico (307 KM. de costa), al Este con la República de Honduras y la
República de Nicaragua (Golfo de Fonseca de por medio), y al Oeste con la República
de Guatemala.
Posee un territorio de aproximadamente 21,040.79 Km². Al Sur y a lo largo de la costa
se encuentran las planicies costeras, separadas por dos sierras; en una franja paralela
Oeste-Este se sitúa la cadena volcánica reciente y la fosa central, que presenta valles
dispersos y zonas montañosas y quebradas. Hacia el Norte se encuentra la cadena
volcánica antigua, que junto al río Lempa separa al territorio en dos franjas.
Datos socioeconómicos
En el país, el analfabetismo es mayor en las mujeres. El 16% del total de mujeres adultas es
analfabeta, mientras los hombres solo representan el 11.6 %. En el área urbana, la proporción de
mujeres en situación de analfabetismo es de 11.3% y la de los hombres de 6.6 %. En lo rural, la
tasa es de 22.7%. De estos el 25% son mujeres y 20.2% son hombres. A medida que la edad
disminuye, también lo hace la tasa de analfabetismo, esto es resultado de las campañas
educativas. Así, en la población de 10 a 18 años, solo es representativo en un 3.4%.
Contexto del sector agrícola
En el Salvador existen 395,588 productores agropecuarios, de los cuales el 18% (70,444) son
clasificados como comerciales, es decir explotaciones agropecuarias o agrícolas con un claro
objetivo de comercialización de la producción ya sea en mercados nacionales o internacionales; el
resto (325,044 explotaciones que equivales al 82%) son clasificados como pequeños productores.
Del total de productores censados, el 88% (348,975) son hombres y el 12% (45,676) son mujeres.
El 29% de los productores son menores de 38 años, la mayor cantidad de ellos son mayores, cerca
del 18% del total son personas por encima de los 63 años de edad, 2.52 % (7,852 hombres y 123
mujeres) tiene más de 79 años de edad.
Resultados del estudio de campo: algunos aspectos
sobre economía solidaria y Agricultura Sostenible
desde los promotores
Este capítulo se dedica a presentar los resultados de la investigación. En otras palabras,
a traer a la vista los pensamientos, sentimientos y acciones de las personas sujetas de
la investigación. Por esto mismo, los análisis explicitados no parten de una discusión
teórica en sentido académico ortodoxo, es decir, desde una investigación de escritorio
que muestra lo que dicen expertos en la materia. Parten de un análisis de los discursos
de las personas que practican o no practican en la actualidad la agricultura sostenible.
También de personas que en su trabajo diario impulsan este tipo de agricultura como una
alternativa para las familias campesinas. Se trata, pues, de una discusión teórica que
parte de la realidad que las personas experimentan y de las reflexiones que esta realidad
provoca en ellas luego de habérselas con la realidad circundante.
Agricultura Sostenible versus la Agricultura Química
Por qué las personas y las instituciones se dedican a promover la agricultura sostenible,
qué esperan lograr, cuáles son los objetivos. Preguntas de este tipo son las que se trata
de responder, utilizando los discursos de las personas que se dedican o trabajan
promoviendo la agricultura sostenible. Es importante comentar que todos los sujetos
entrevistados, además de promoverla entre campesinos y campesinas, practican este
tipo de agricultura. Esta situación genera una conciencia de realidad que incluye la
propia vivencia y la de las otras personas.
Contamos entonces con algunos elementos fundamentales:
a) Un término necesario para nombrarlo, pero en realidad se trata de algo que está
evolucionando en correlato con la evolución de las personas que la practican. Es la realidad
puesta en acción y que necesita ser nombrada. Para ello utilizamos dos palabras:
“Agricultura Sostenible”.
b) No debería exigirse una definición dura y cerrada, porque la vida cambia constantemente.
c) Desde el momento en que pretende ser integral, rescata diferentes ámbitos de la vida: lo
productivo, ecológico, social, familiar, genérico, comunitario. Y en todos ellos debería de
tender a lograr armonía.
d) Las personas son quienes definen qué significa la Agricultura Sostenible, a diferencia de un
término impuesto desde arriba y al que debemos ajustarnos. No se trata de ajustar la
realidad a un término, sino de ajustar un término a la realidad.
e) Posee un carácter integral y un utopismo de liberación.
f) Posee una base científica y tecnológica muy fuerte, pero que parte de la
realidad misma, de la que las personas enfrentan en diversidad de medio
ambiente.
Resultados del estudio de campo: La
Agricultura Sostenible para las familias
campesinas
Este capítulo es el más importante del informe, pues es aquí en el que las personas se
vuelven sujetos verdaderamente parlantes, y muestran la realidad vivida por ellos. Con
sus testimonios es posible contrastar si el proceso de liberación, que se espera iniciar
en ellos con la práctica de la agricultura sostenible, ha iniciado. Sobre todo, se puede
tratar de vislumbrar si este proceso tiene posibilidad de continuar y profundizarse en el
futuro, o al menos, si la práctica de la AS es una opción válida para el futuro. Es decir,
aquí podremos cimentar la esperanza de un cambio de vida en pro de mayor bienestar
para ellos y para nosotros, o encontrar señales de aquellas fallas en el proceso de
aprendizaje mutuo que han evitado ca- minar en este sentido.
Cómo entienden la Agricultura Química
El esfuerzo que el SJD y la Pastoral de la Tierra llevan para lograr que la agricultura
sostenible sea una alternativa viable para mejorar el bienestar de las familias
campesinas, pasa por que las personas involucradas en la misma puedan reconocer
aquello que la configuración actual de nuestro sistema social-eco- nómico-cultural,
invisibiliza o fetichiza. Esto quiere decir que las personas deben ser capaces de develar
el falso bienestar que el uso de la agricultura química promueve, al mismo tiempo poder
llevar a cabo una crítica que incluya reconocimiento de diferencias, a favor y en contra,
en relación con la agricultura sostenible.
¿Qué expresan las personas sobre la Agricultura Química o convencional?
Lo más notable es la conciencia de mercantilización del sistema, esto es la necesidad
de contar con ingresos previos a la siembra, ya sea propios o por medio de préstamos,
para poder abastecerse de semillas e insumos en cada ciclo agrícola. Y dentro de este
sistema mercantilizado, el traslado de valor se efectúa del trabajador agrícola, quien
con su trabajo genera valor nuevo, en un primer momento hacia la institución (natural o
jurídica) que facilita el dinero inicial y hacia quienes comercializan las semillas e
insumos, y posteriormente hacia quienes compran la cosecha producida por el
agricultor.
Conclusión:
La agricultura sostenible es la única manera de asegurar la producción de alimentos y
materias primas para una población en crecimiento exponencial, evitando la entrada en
producción de los suelos frágiles, y manteniendo las reservas y los espacios naturales
de alto valor ambiental.
Se estima que los incrementos de la producción y/o la reducción de las pérdidas de
cosecha en las diferentes operaciones agrícolas pueden llegar a alcanzar valores de
hasta del 300% con la utilización racional de semillas seleccionadas y agroquímicos
(fertilizantes y fitosanitarios), y del 500% con la introducción del riego, aunque estos
incrementos dependan en gran medida de la región considerada y su nivel de
desarrollo.