(AC-S09-APF2) Avance de Proyecto Final 2

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

Campus Arequipa Av.

Tacna y Arica 160

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS HUMANAS


CARRERA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Factores que influyen en la calidad del sueño de los estudiantes de la Universidad Tecnológica
del Perú Sede Arequipa

Integrantes
Flores Portocarrero, Enrique (U19217884)
Patiño Calderón, Gregg Victor Manuel (U19308961)

Docentes
Belon Hidalgo, Maria Luisa
Nuez trujillo, Aaron

Arequipa, Perú
Octavo ciclo
1. Problema de Investigación.

Se es fácil distinguir y observar que jóvenes adultos y adolescentes son cada vez más
propensos a padecer algún trastorno del sueño, debido a las dificultades que traen las
actividades diarias que se presentan en lo académico y lo social, demostrando cada vez
una propensión a la reducción de las horas del sueño (Bayas Condo, X. N., & Herrera
López, J. L, 2023). Por lo tanto, el problema de los factores que influyen en la calidad
del sueño en estudiantes universitarios es relevante y digno de investigación debido a
su impacto en el rendimiento académico, la salud física y mental, así como en la
calidad de vida. La investigación en este campo es crucial para identificar causas
específicas como el estrés, el uso de tecnología antes de dormir y horarios irregulares.
Comprender estos factores permite desarrollar intervenciones efectivas que mejoren el
sueño de los estudiantes, beneficiando tanto su rendimiento académico como su
bienestar a largo plazo.

Según Adamczyk et al. (2021), comprender los factores que afectan el sueño en estudiantes
universitarios es fundamental para desarrollar intervenciones efectivas que mejoren la
calidad del sueño y, por ende, el rendimiento académico. Rao et al. (2020) señalan que
mejorar la calidad del sueño en estudiantes universitarios puede promover la salud
física y mental, reduciendo el riesgo de trastornos y mejorando el bienestar general.
En cuanto a las implicaciones teóricas sugieren que la investigación puede contribuir
significativamente al entendimiento de la relación entre el sueño y el rendimiento
académico, identificando mecanismos subyacentes y validando teorías existentes.
Además, Rao et al. (2020) mencionan que investigar los factores que influyen en el
sueño de los estudiantes permite identificar factores de riesgo y protección, útiles para
diseñar estrategias de prevención y tratamiento efectivas.
¿Qué factores pueden influir en la calidad del sueño de los estudiantes de la Universidad
Tecnológica del Perú Sede Arequipa?

2. Estado del arte

Según Zapata-López y Betancourt-Peña (2023) El sueño es un factor muy importante en la


vida de las personas y los problemas que conlleva tener una mala calidad del sueño
son recurrentes, sobre todo en jóvenes y adultos los cuales se encuentran en una nueva
etapa de sus vidas y se enfrentan a variadas actividades en su día a día, por lo que es
muy común encontrar jóvenes que padecen de diferentes alteraciones por este motivo,
ya que, las excesivas horas de estudio conllevan a mantenerse en vigilia y consumir
diferentes sustancias que afectan el sueño. Así pues, diferentes investigaciones se
basan en la exploración de la calidad del sueño y su relación con la calidad de
vida(Zúñiga-Vera et al., 2021),el género, la edad, los comportamientos relativos a la
salud,(Pucci et al., 2024;Salinas et al., 2023; Ordoñana, J. R. 2017; Alwhaibi & al
Aloola, 2023), ansiedad depresión y el uso del internet (Chui et al., 2023), y muchos
otros factores que se pueden relacionar con la calidad del sueño o con el sueño en
general.

Según Buysse (2014), es un concepto complejo que abarca varios componentes clave como la
facilidad para conciliar el sueño, la eficiencia del sueño, la duración total, la
continuidad sin interrupciones significativas, la tendencia a despertarse temprano y la
percepción subjetiva de un sueño reparador. Este concepto está estrechamente ligado a
la sensación de descanso y recuperación al despertar, y su impacto en el bienestar y el
funcionamiento diurno. La salud mental, según la American Psychological
Association (2013), no se limita a la ausencia de trastornos mentales, sino que implica
un estado de bienestar emocional, psicológico y social que permite a los individuos
manejar las tensiones diarias, trabajar de manera productiva y contribuir a sus
comunidades. Esto incluye funciones óptimas en aspectos como relaciones
significativas, toma de decisiones efectivas y adaptación a desafíos. Los estilos de
vida, según Aguirre (2006), son patrones de comportamiento desarrollados en la vida
diaria, influenciados por factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Estos
patrones incluyen elecciones y hábitos relacionados con la alimentación, actividad
física, consumo de sustancias, relaciones sociales y otras conductas que afectan la
salud y el bienestar. Los hábitos del sueño, según Carskadon y Dement (2011),
abarcan elecciones y patrones de actividad relacionados con las necesidades
individuales de sueño, incluyendo rutinas antes de acostarse, horarios de sueño y
prácticas nocturnas como el uso de dispositivos electrónicos y el consumo de
sustancias. También incluyen aspectos de higiene del sueño como el ambiente del
dormitorio, la regularidad del horario de sueño y estrategias para abordar el insomnio
y otros trastornos del sueño.

Según Pucci et al.(2024) la edad puede ser un factor importante en la calidad del sueño, en su
investigación con respecto al efecto moderador de la edad y el sexo señala que los
adolecentes mas jovenes, de una edad estimada de 12 a 14 años tienen una calidad de
sueño mucho peor debido a sus practicas nocturnas como se mencionó antes, en
cambio los jovenes con edades de 15 a 18 años son más responsables con sus
actividades nocturnas, de igual manera, Ordoñana, J. R. (2017) en su investigación
sobre el efecto de la edad y el sexo sobre la calidad del sueño afirma lo evidente, la
calidad del sueño esta directamente relacionada con la edad ya que el porcentaje de
personas de 50 años a más son mucho más propensas a sufrir de insomnio pero no esta
claro en que edad exactamente estos cambios ocurren, cambiando al tema del sexo,
estos dos autores tambien dan información relevante respecto al tema, Ordoñez, J. R.
(2017) menciona también, que las mujeres son más propensas a sufrir de mala calidad
del sueño, usar pastillas para dormir y perturbaciones durante el sueño a diferencia de
los hombres, haciendo énfasis en las investigaciones de Pucci, Zapata-López y
Betancourt-Peña (2023), Zúñiga-Vera y sus colegas (2021), así como de Alwhaibi y al
Aloola (2023) se pueden dar relaciones en estos estudios, la concordancia en que la
edad y el sexo son factores importantes en la calidad de sueño concluyendo que
adolecentes mayores y mujeres son más propensas a tener una baja calidad del sueño
debido al uso de la escala de pittsburgh ya que se muestra mayor puntaje en el sexo
femenino, aun así existen otros estudios que demuestran que estas conclusiones
pueden verse afectadas por diferentes factores a la hora de generar la información, en
la investigación de De la Portilla et al. (2019) muestra que en estudiantes de
diferentes carreras universitarias, las personas en el área de salud son las más
afectadas y más importante aún, los hombres indican una mayor afectación que las
mujeres, en este aspecto se hace importante contrastar con otras investigaciones.

Sousa, Freires, Loureto, y Costa (2023) de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de


Dios descubrieron una correlación importante entre los niveles de distrés psicológico y
la calidad del sueño. Encontraron que a medida que aumenta el distrés psicológico, la
calidad del sueño tiende a disminuir significativamente, afectando la latencia para
conciliar el sueño, la duración del sueño, la eficiencia del sueño y la disfunción diurna.
Esto subraya la necesidad de abordar el estrés psicológico para mejorar la calidad del
sueño en estudiantes. Chui, Pérez, Roque, Sumari y Roque (2023) encontraron que la
depresión también tiene un impacto significativo en la calidad del sueño de los
estudiantes universitarios. Su estudio reveló una correlación moderada entre los
niveles de depresión y la calidad del sueño, sugiriendo que un aumento en los
síntomas de depresión se asocia con una peor calidad del sueño. La depresión fue
identificada como un predictor significativo del índice de calidad del sueño, lo que
enfatiza la importancia de abordar la depresión para mejorar el bienestar general de los
estudiantes. Smith (2020) sostiene que el estrés crónico y la ansiedad también afectan
negativamente la calidad del sueño en estudiantes universitarios. El estrés crónico
puede causar respuestas fisiológicas que dificultan conciliar y mantener el sueño,
mientras que la ansiedad puede generar pensamientos intrusivos que interfieren con la
capacidad de relajarse antes de dormir. Estos problemas pueden crear un ciclo de
insomnio y preocupación continua por la calidad del sueño, afectando la estructura del
sueño, la fatiga diurna y la concentración. Bayas Condo y Herrera López (2023)
indican que la calidad del sueño en estudiantes universitarios puede verse afectada por
hábitos y rutinas asociadas al descanso nocturno, como horarios regulares para
acostarse y levantarse, y la reducción del uso de dispositivos electrónicos antes de
dormir. Adoptar una rutina de sueño consistente podría tener un impacto positivo en la
calidad del sueño de este grupo.
En el estudio de Pérez et al. (2023), se exploró la relación entre el Índice de Masa Corporal
(IMC) y la calidad del sueño en estudiantes universitarios. El IMC promedio de los
participantes fue de 24.27 kg/m², con un 45.52% presentando sobrepeso u obesidad.
Utilizando el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (PSQI), se encontró que el
puntaje promedio fue de 5.41 puntos, indicando una mala calidad del sueño en
aproximadamente el 50% de los estudiantes. Aunque el análisis estadístico no reveló
una asociación significativa entre la calidad del sueño y el IMC, se observó que los
estudiantes que dormían ≤ 6 horas por noche tenían más probabilidades de tener un
IMC más alto en comparación con los que dormían más de 6 horas. Los modelos de
regresión lineal ajustados confirmaron que los estudiantes con más horas de sueño por
noche tenían un IMC promedio significativamente menor que aquellos con menos
horas de sueño. Respecto a otros comportamientos relacionados con la salud, como el
sedentarismo y la mala alimentación (Pucci et al., 2024; Salinas et al., 2023), se
sugiere que pueden influir negativamente en la calidad del sueño. Según Sousa,
Freires, Loureto, y Costa (2023), el consumo de cafeína se relaciona
significativamente con una peor calidad del sueño en estudiantes universitarios,
mientras que no se encontró una asociación significativa entre el consumo de alcohol
y la calidad del sueño en la muestra estudiada. El análisis de otras sustancias se
excluyó debido a su baja prevalencia entre los participantes. Estos hallazgos sugieren
que el consumo de cafeína podría ser un factor crítico a considerar en intervenciones
destinadas a mejorar la calidad del sueño en entornos universitarios. Además, del
Brutto y Castillo (2023) destacan que la alta luminiscencia y la exposición a la luz
pueden deteriorar la calidad del sueño, especialmente en viviendas muy luminosas o
en personas que trabajan de noche en entornos con alta iluminación exterior. También
se menciona que el uso excesivo de internet puede contribuir a una mala calidad del
sueño y estar asociado con problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión
(Chui et al., 2023).

Pucci, Zapata-López y Betancourt-Peña (2023), Zúñiga-Vera y otros (2021), así como de


Alwhaibi y al Aloola (2023) dieron aportes hacia la investigación de la calidad de
sueño en estudiantes universitarios y diferentes factores que influyen en esta, como
por ejemplo la edad, el género y la facultad en la que estos estudiantes se encuentran.
Por otro lado, destacan que el distrés psicológico, la depresión, el estrés crónico y la
ansiedad tienen un impacto significativo en la calidad del sueño de los estudiantes
universitarios. Se encontró una correlación negativa entre el distrés psicológico y la
calidad del sueño, donde un aumento en el distrés psicológico se asoció con una
disminución en la calidad del sueño, afectando la latencia para conciliar el sueño, la
duración del sueño, la eficiencia del sueño y la disfunción diurna (Sousa, Freires,
Loureto, y Costa, 2023). La depresión también se identificó como un predictor
significativo de una peor calidad del sueño, evidenciando una correlación moderada
entre los síntomas depresivos y la calidad del sueño (Chui, Pérez, Roque, Sumari y
Roque, 2023). Además, el estrés crónico y la ansiedad se asociaron con dificultades
para conciliar y mantener el sueño, así como con una preocupación constante por la
calidad del sueño (Smith, 2020). Para mejorar la calidad del sueño, se recomienda
adoptar una rutina de sueño consistente y reducir el uso de dispositivos electrónicos
antes de dormir (Bayas Condo y Herrera López, 2023). Estos hallazgos resaltan la
importancia de abordar estos problemas psicológicos para promover un sueño
reparador y mejorar el bienestar general de los estudiantes universitarios.Por otra
parte, Pérez et al. (2023) encontraron que no había una asociación significativa entre
el Índice de Masa Corporal (IMC) y la calidad del sueño medida por el Índice de
Calidad de Sueño de Pittsburgh (PSQI). Sin embargo, los estudiantes que dormían ≤ 6
horas por noche tenían más probabilidades de tener un IMC más alto que aquellos que
dormían más de 6 horas. Además, los estudiantes que dormían más de 6 horas por
noche tenían un IMC promedio significativamente menor que aquellos que dormían
menos de 6 horas. Por otro lado, Sousa, Freires, Loureto, y Costa (2023) encontraron
una asociación significativa entre el consumo de cafeína y una peor calidad del sueño
en estudiantes universitarios, evaluada por el PSQI. No encontraron una asociación
significativa entre el consumo de alcohol y la calidad del sueño en la muestra
estudiada. Por último Del Brutto, O. H. y Castillo, P. R. (2023) señala que la
contaminación visual nocturna también puede ser factor en la baja calidad de sueño
por la intensidad del alumbrado o el brillo de las pantallas, en correlación con esto,
Chui et al.(2023) también hace énfasis en el uso de aparatos electrónicos, por ejemplo
el exceso de tiempo que una persona pasa en el internet también afecta su calidad de
sueño negativamente.

Varios estudios recientes han investigado la relación entre la calidad del sueño y diversos
factores en estudiantes universitarios. Pucci, Zapata-López y Betancourt-Peña (2023),
Zúñiga-Vera y otros (2021), y Alwhaibi y al Aloola (2023) concluyeron que las
mujeres y los jóvenes mayores son más propensos a sufrir de una calidad de sueño
pobre, y que comportamientos relacionados con la salud también influyen, generando
estrés y depresión. Estudios revisados por Sousa, Freires, Loureto, y Costa (2023),
Chui, Pérez, Roque, Sumari y Roque (2023), y Smith (2020) mostraron una
correlación significativa entre el distrés psicológico, la depresión, el estrés crónico y la
ansiedad, y la calidad del sueño en estudiantes universitarios. En todos los casos, se
encontró que un aumento en estos problemas psicológicos se asoció con una
disminución en la calidad del sueño, afectando la latencia para conciliar el sueño, la
duración del mismo, la eficiencia y la función diurna. El estudio de Pérez et al. (2023)
no encontró una asociación directa entre el Índice de Masa Corporal (IMC) y la
calidad del sueño según el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (PSQI), pero
señaló que dormir menos de 6 horas por noche se relaciona con un IMC más alto,
mientras que dormir más de 6 horas se asocia con un IMC promedio menor. Además,
Sousa, Freires, Loureto, y Costa (2023) encontraron que el consumo elevado de
cafeína se asocia con una peor calidad del sueño en estudiantes universitarios,
mientras que no hubo una relación significativa entre el consumo de alcohol y la
calidad del sueño. También se destacó que la alta luminiscencia, la exposición a la luz
y el uso excesivo de internet pueden afectar negativamente la calidad del sueño.
Al revisar las fuentes de información, se observa que la mayoría de las investigaciones se
centran en adolescentes y jóvenes en el ámbito de la salud, particularmente en relación
con la calidad del sueño. Esto refleja una preocupación creciente por los efectos del
sueño en el desarrollo físico y mental de esta población. Sin embargo, existe una
notable falta de estudios que aborden estos temas de manera más generalizada,
incluyendo a una muestra diversa que incluya adultos de diferentes edades y
condiciones socioeconómicas. Esta limitación sugiere la necesidad de una
investigación más amplia y representativa para comprender mejor cómo la calidad del
sueño afecta a diversos grupos demográficos. Además, se identificó una escasez de
información nacional relevante en comparación con estudios más detallados y
específicos realizados en otros países, lo cual podría deberse a limitaciones de
recursos o interés investigativo en el ámbito nacional.
2. Bibliografía

Adamczyk, M., Wiraszka, G., & Białasiewicz, P. (2021). Sleep Quality and Academic
Performance: Evidence from University Students. International Journal of
Environmental Research and Public Health, 18(7), 3710.
doi.org/10.3390/ijerph18073710
Aguirre, R. (2006). Estilos de vida. Revista Chilena de Nutrición, 33(Supl. 1), S38-S42.
https://doi.org/10.4067/S0717-75182006000400008
Alwhaibi, M., & al Aloola, N. A. (2023). Associations between Stress, Anxiety, Depression
and Sleep Quality among Healthcare Students. Journal of Clinical Medicine, 12(13).
https://doi.org/10.3390/jcm12134340
American Psychological Association. (2013). APA dictionary of psychology (2nd ed.).
https://doi.org/10.1037/14192-000
Bayas Condo, X. N., & Herrera López, J. L. (2023). Sleep quality and factors that disturb it in
university students | Qualidade do sono e fatores que o perturbam em universitários |
Calidad del sueño y factores que la perturban en universitarios. Sapienza, 4(Special
is). https://doi.org/10.51798/sijis.v4iSI1.652
Buysse, D. J. (2014). Sleep health: Can we define it? Does it matter? Sleep, 37(1), 9–17.
https://doi.org/10.5665/sleep.3298
Carskadon, M. A., & Dement, W. C. (2011). Normal human sleep: An overview. En M. H.
Kryger, T. Roth, & W. C. Dement (Eds.), Principles and practice of sleep medicine
(5th ed., pp. 16-26). Elsevier Saunders.
https://doi.org/10.1016/B978-1-4160-6645-3.00002-5
Chui, H. B., Pérez, K. A., Roque, E. H., Sumari, R. M., & Roque, B. H. (2023). Anxiety,
depression and excessive use of the Internet in the quality of sleep of students of
veterinary medicine and zootechnics. Revista de Investigaciones Veterinarias Del
Peru, 34(3). https://doi.org/10.15381/rivep.v34i3.25478
De la Portilla Maya, S., Dussán Lubert, C., Montoya Londoño, D. M., Taborda Chaurra, J., &
Nieto Osorio, L. S. (2019). SLEEP QUALITY AND EXCESSIVE DAY
DROWSINESS IN UNIVERSITY STUDENTS FROM DIFFERENT CAREERS.
Hacia La Promocion de La Salud, 24(1), 84–96.
https://doi.org/10.17151/hpsal.2019.24.1.8
Madrid-Valero, J. J., Martínez-Selva, J. M., Ribeiro do Couto, B., Sánchez-Romera, J. F.,
Ordoñana, J. R. (2017). Efecto de la edad y el sexo sobre la prevalencia de una pobre
calidad del sueño en población adulta. Gaceta Sanitaria, 31(1), 18–22.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911116301182
Pucci, S., Almeida, A. C., & Pereira, M. G. (2024). Health Behaviors and Sleep Quality in
Portuguese Adolescents: The Moderating Role of Age and Gender. Clinica y Salud,
35(1). https://doi.org/10.5093/clysa2024a9
Rao, T. S. S., Asha, M. R., Ramesh, B. N., & Rao, K. S. J. (2020). Understanding nutrition,
depression and mental illnesses. Indian Journal of Psychiatry, 62 (4), 370-372.
doi.org/10.4103/0019-5545.42391
Salinas, A. E., Rondanelli, P. M., Hermosilla, M. B., & Cigarroa, I. (2023). Estilos de vida y
calidad de vida asociados a la calidad de sueño en estudiantes universitarios. Revista
médica de Chile, 151(3), 330-339. doi.org/10.4067/S0034-98872023000300330
Salinas, A. E., Rondanelli, P. M., Hermosilla, M. B., & Cigarroa, I. (2023). Lifestyles and
quality of life indicators associated with sleep quality in university students. Revista
Medica de Chile, 151(3), 330–339.
https://doi.org/10.4067/S0034-98872023000300330
Smith, J. A. (2020). The impact of stress and anxiety on sleep quality. Journal of Sleep
Research, 29(3), 321-330. https://doi.org/10.1111/jsr.12845
Sousa, E. A. D., Freires, L. A., Loureto, G. D. L., & Costa, J. C. A. D. (2023). Sleep quality
and daytime sleepiness among college students: testing an explanatory model.
https://doi.org/10.22235/cp.v17i2.2630
Zapata-López, J. S., & Betancourt-Peña, J. (2023). Factores relacionados con la calidad del
sueño según el cuestionario de Pittsburgh en estudiantes universitarios de Cali,
Colombia. Revista Colombiana de Psiquiatría, 52.
https://doi.org/10.1016/j.rcp.2021.10.008
Zúñiga-Vera, A., Coronel-Coronel, M., Naranjo-Salazar, C., & Vaca-Maridueña, R. (2021).
Correlation between quality of sleep and quality of life in medical students. Revista
Ecuatoriana de Neurologia, 30(1), 77–80.
https://doi.org/10.46997/REVECUATNEUROL30100077
del Angel Perez, B., Perez, R. L., Perez, P. A., de Los Angeles Fang Huerta, M., & Barrios, F.
F. (2023). Association between sleep quality and quantity and body mass index in
college adolescents: A cross-sectional study. Revista Cuidarte, 14(3).
https://doi.org/10.15649/cuidarte.3032
del Brutto, O. H., & Castillo, P. R. (2023). Sleep quality and nighttime visual pollution. In
Revista Ecuatoriana de Neurologia (Vol. 32, Issue 2, pp. 14–15). Fundacion para la
difusion neurologica en Ecuador - FUNDINE.
https://doi.org/10.46997/revecuatneurol32200014

También podría gustarte