Qué Es Una Crisis Económica (Crisis y Pobreza)
Qué Es Una Crisis Económica (Crisis y Pobreza)
Qué Es Una Crisis Económica (Crisis y Pobreza)
CRISIS Y POBREZA
Se entiende por problemas económicos al conjunto de fenómenos producidos cuando los recursos
no son suficientes para satisfacer las propias necesidades. Esto puede ocurrir tanto con los recursos
de las naciones, organizaciones y personas.
Existen muchos tipos de problemas económicos, pero según la doctrina clásica, los tres principales
son:
La orientación del proceso productivo. Esto es, la decisión de qué y cuántos bienes se producirán,
cuándo se producirán y qué elementos implica su producción. Sin esta decisión tomada de
antemano, el proceso productivo no podrá siquiera iniciar.
La asignación de la producción. O sea, ¿para quién se producen dichos bienes? ¿Cómo van a
distribuirse? ¿Cómo se retribuirá el esfuerzo productivo entre los trabajadores? Sin estos detalles
resueltos, la producción corre el riesgo de ser inútil, de haber producido para nadie.
Estos tres dilemas básicos describen lo que es necesario planificar para no incurrir en los problemas
económicos más frecuentes, tales como:
Inflación. La pérdida progresiva del valor de la moneda frente al mercado, es decir, que con una
misma cantidad de dinero se compra cada vez menos.
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Desempleo. Falta de trabajo y por ende de incorporación al motor productivo de la sociedad de un
número variable de personas. Altos niveles de desempleo se traducen en incremento de la pobreza.
Devaluación. Caída del valor internacional de una divisa frente a las de otros países, debido a una
balanza de cambio desfavorable o a una disparidad creciente en el tipo de operaciones realizadas en
la moneda más fuerte, que en la débil.
Entendemos por crisis económica a una fase determinada de un ciclo económico que se caracteriza
por tener efectos negativos, tales como la recesión, contracción o depresión económica, lo cual
quiere decir que en el flujo del dinero empieza a escasear.
Las crisis económicas son un fenómeno frecuente de las sociedades contemporáneas, sobre todo de
las pertenecientes al llamado Tercer Mundo, cuyas bases industriales y económicas no siempre son
muy sólidas o dependen del precio de mercado de la materia prima de exportación, por ejemplo.
Esto puede ocurrir en diversas magnitudes y suele ocasionar daños sociales, patrimoniales e incluso
políticos, ya que es una importante fuente de malestar en las poblaciones, sobre todo cuando se lo
combate con medidas ahorrativas impopulares.
Crisis agraria. Ocasionada por oscilaciones climáticas y otros fenómenos que afectan el rendimiento
de la producción del agro, mermando la cantidad de alimentos producidos para satisfacer la
demanda constante.
Crisis de suministros. Aquellas que son consecuencias de imprevistos que cortan la cadena de
distribución, como son catástrofes naturales, huelgas prolongadas o cierres de frontera.
Crisis de oferta. Aquellas en las que la oferta de un bien o servicio son insuficientes para satisfacer la
demanda actual, ocasionando el aumento desmesurado del precio del mismo, lo cual incide de
inmediato en la capacidad económica de los consumidores, que deben sacrificar otras cosas para
seguir consumiendo. Las crisis energéticas suelen ser de este tipo.
Crisis de demanda. Ocasionadas por el exceso de oferta o la caída en la demanda, lo cual desequilibra
el ciclo económico y ocasiona la caída de los costes de reposición de los vendedores y productores.
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Características de una crisis económica
Las crisis económicas se caracterizan por los inconvenientes de funcionamiento del sistema
económico durante un tiempo prolongado, incidiendo negativamente en la calidad de vida y en otras
áreas sociales y políticas.
Además, presentan dos características importantes: la inestabilidad en los mercados, lo cual supone
dificultad para predecir el rumbo a seguir y por lo tanto acciones intempestivas, riesgosas, que bien
puede contribuir más aún con la crisis; y por otro lado la eventual transmisión de dicha inestabilidad
de un sector o geografía determinada (aislado) al resto de los sistemas o al menos a los circundantes
(centrado), en caso de ser demasiado prolongada en el tiempo.
Crisis económica
Una causa de crisis económica puede ser las fluctuaciones en los precios.
Malas políticas económicas. La aplicación defectuosa o errada de políticas económicas por parte de
los gobiernos puede encender la mecha de una crisis económica local.
Catástrofes naturales, sociales o políticas. Como los terremotos, las revoluciones o las guerras, que
interrumpen el normal desempeño económico y alteran el tipo de demanda existente.
Fluctuaciones en el precio de la materia prima. Como es el caso del petróleo, cuyas oscilaciones
impactan directamente en los países consumidores y en los productores también, alternando a veces
abruptamente los períodos de bonanza con los de recesión.
Las consecuencias de las crisis económicas son siempre negativas y tienden a ser las siguientes:
Impacto social. La crisis suele poner en jaque los planes sociales y culturales, conduciendo a ajustes y
reduciendo la calidad de vida de la población.
Impacto político. La crisis la enfrenta con recortes y aumentos de tarifas sumamente impopulares, lo
cual conduce a protestas y huelgas que pueden desestabilizar políticamente países enteros.
Pobreza. Las crisis afectan sobre todo a los más débiles socioeconómicamente, incrementando la
pobreza y en algunos casos conduciendo a la miseria.
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Se conoce como ciclo económico o ciclo comercial a las variaciones o fluctuaciones que se dan en la
economía de un país, específicamente en sus aspectos de producción, empleo, ingreso e inversión, y
que en buena medida determinan la abundancia o la escasez de recursos que vive su población en un
momento histórico determinado.
La economía es cíclica. Esto quiere decir que no siempre se comporta de la misma manera, sino que
obedece a un circuito complejo de expansión y contracción en la disponibilidad de los recursos.
Así surgen momentos de abundancia y momentos de escasez, que son comprendidos como fases, o
sea, como estadios momentáneos, cuya duración depende de numerosos factores extraeconómicos:
la política, el clima, las relaciones internacionales, etcétera, por lo que también resulta, básicamente,
indeterminable.
Ello no impide a los actores económicos tratar de amortiguar la caída y aprovechar el ascenso, para
intentar que las oscilaciones entre auge y pérdida sean menos pronunciadas, y permitan al circuito
económico perpetuarse en el tiempo. El problema está en que la naturaleza de estos ciclos, así como
las medidas necesarias para administrarlos, son materia de debate entre los economistas desde
prácticamente los inicios mismos del capitalismo.
Así, la escuela austríaca de economía (la llamada “Escuela de Viena”) comprende los ciclos
económicos como un fenómeno artificial producto de la expansión económica no respaldada con
ahorro verdadero, es decir, inducida mediante el manejo de las tasas de interés, distorsionando el
funcionamiento económico. Según esta visión, los ciclos son el producto de burbujas económicas
que, inevitablemente, acaban estallando.
En cambio, la doctrina del keynesianismo (propuesta por John Maynard Keynes en 1936) comprende
los ciclos económicos como algo inherente al capitalismo y del todo inevitable, pero atajable y
manejable mediante la toma de medidas estatales, como el incremento del gasto público, por
ejemplo.
Las fases que componen todo ciclo económico son siempre las mismas, pero poseen una duración
incalculable, que puede ir de 6 a 12 años, y eso hace que sea mucho más difícil predecir el siguiente
movimiento del ciclo. Del mismo modo, existe discrepancia respecto de qué indicadores seguir para
determinar el inicio y fin de cada fase, e incluso de cuántas son y cómo se llaman. En todo caso, las
fases usualmente son las siguientes:
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Auge. Momento cumbre de la curva ascendente, en el que la economía alcanza sus puntos más
elevados y de mayor abundancia. Existe un uso pleno de los factores de producción y abunda el
empleo, pero al mismo tiempo comienza a “recalentarse” la economía, debido a la sobreproducción
de bienes que satura lentamente el mercado.
Dependiendo de su duración, es decir, del tiempo que tarda en completarse el recambio de sus fases,
los ciclos pueden clasificarse en tres:
Ciclos cortos, cuya duración estimada ronda los 40 meses de actividad económica.
Ciclos medios o de Juglar, que durante unos 8 años y medio en general, y que abarcan crisis y auges
cíclicos.
Ciclos largos, cuya duración se estima entre 50 y 60 años, y se caracteriza por ascensos prolongados y
más fuertes, crisis suaves y recesiones cortas, y suelen conducir a depresiones económicas generales.
Esta clasificación, sin embargo, es muy cuestionada por distintos estudiosos de la economía, debido a
que no hay ninguna teoría que pueda explicar los márgenes de tiempo de cada ciclo.