Analisis Morfometrico Y Demografico De: Espeletia Pycnophylla Cuatrecasas, EN UN GRADIENTE
Analisis Morfometrico Y Demografico De: Espeletia Pycnophylla Cuatrecasas, EN UN GRADIENTE
Analisis Morfometrico Y Demografico De: Espeletia Pycnophylla Cuatrecasas, EN UN GRADIENTE
Director Co-director
SANTIAGO MADRIÑAN JASON T. RAUSHER
Profesor Asociado Profesor Visitante
Laboratorio de Botánica & Sistemática Laboratorio de Botánica & Sistemática
Universidad de los Andes Universidad de los Andes
ENERO, 2004
TABLA DE CONTENIDO
AGRADECIMIENTOS iv
RESUMEN v
LISTA DE TABLAS vi
LISTA DE FIGURAS vii
1. REVISIÓN MONOGRÁFICA 1
1.1. Ecosistema páramo 1
1.1.1 Descripción 1
1.1.2 Disturbio antrópico 4
1.2. El género Espeletia 7
1.3. Efecto del gradiente altitudinal en la estructura poblacional 11
1.4. Demografía y crecimiento poblacional: Tablas de vida 14
2. OBJETIVOS 16
3. MATERIALES Y MÉTODOS 17
3.1. Espeletia pycnophylla Cuatrec 17
3.2. Area de estudio 17
3.3. Muestreo 21
3.4. Análisis de datos 22
3.4.1 Morfometría 22
3.4.2 Estructura poblacional 23
3.4.2.1 Densidad de individuos 23
3.4.2.2 Tablas de vida 23
3.4.3 Efecto de la comunidad vegetal en las poblaciones de Espeletia
pycnophylla 24
3.4.3.1 Cobertura vegetal 24
3.4.3.2 Efecto de otras especies vegetales 24
3.4.4 Análisis estadístico 25
4. RESULTADOS 26
4.1 Morfometría 26
ii
4.1.1 Altura de la roseta 26
4.1.2 Diámetro de la roseta 27
4.1.3 Capítulos por inflorescencia 28
4.2 Estructura poblacional 28
4.2.1 Densidad de individuos 28
4.2.2 Tablas de vida 29
4.3 Efecto de la comunidad 30
4.3.1 Porcentaje de Cobertura vegetal 30
4.3.2 Efecto de otras especies vegetales 31
4.3.2.1 Relación con altura y diámetro de la roseta 31
4.3.2.2 Relación con densidad de individuos 31
4.3.2.3 Relación con la altitud 32
Tablas 33
Figuras 37
5. DISCUSIÓN 51
6. CONCLUSIONES 66
7. RECOMENDACIONES 68
LITERATURA CITADA 69
ANEXOS 78
ANEXO 1 78
ANEXO 2 80
ANEXO 3 82
ANEXO 4 89
ANEXO 5 93
iii
AGRADECIMIENTOS
Quisiera agradecer, primero que todo a Santiago Madriñán, Director de este trabajo, por
su apoyo, sus opiniones y por la oportunidad de trabajar con él en el Laboratorio de
Botánica y Sistemática. Al profesor Jason Rauscher, Codirector del trabajo, por haberme
aconsejado, por su paciencia y sus críticas.
Por último a la Universidad de Los Andes, por la formación académica. A mi familia por
apoyarme en el curso de mi carrera y en esta última etapa, especialmente a mis papás, mis
hermanos y a Germán Andrade. A mis amigos, por darme una mano cuando más la
necesité y a Rafael Arévalo por su compañía y por haber recorrido este camino conmigo.
iv
RESUMEN
v
LISTA DE TABLAS
Tabla 1. Descripción del rango altitudinal y el área muestreada de cada una de las
localidades estudiadas.
Tabla 2. Resultados de los coeficientes de correlación de Spearman para los datos de
Morfometría.
Tabla 3. Resultados de la prueba de Kruskal Wallis para los datos de Morfometría y
Cobertura Vegetal.
Tabla 4. Resultados de los coeficientes de correlación de Spearman para los datos de
Estructura de Población.
Tabla 5. Resultados de la prueba de Kruskal Wallis para los datos de Estructura
Poblacional.
Tabla 6. Tabla de vida para vida para toda la especie, utilizando los datos obtenidos de
las tres localidades.
Tabla 7. Resultados de los coeficientes de correlación de Spearman para los datos del
Efecto de comunidad.
Tabla 8. Resultados de la prueba de Kruskal Wallis para los datos del Efecto de la
comunidad.
vi
LISTA DE FIGURAS
vii
Figura 18. Variación del número de capítulos por inflorescencia en un gradiente
altitudinal, para la localidad de la 23.
Figura 19. Variación del número de capítulos por inflorescencia en un gradiente
altitudinal, para la localidad del Voladero.
Figura 20. Cambio en la densidad de adultos de acuerdo a la altitud, en las tres
localidades de estudio.
Figura 21. Variación en la densidad de juveniles con respecto a la altitud, en la Zona de la
23.
Figura 22. Variación en la densidad de juveniles con la altitud para la localidad
Guandera.
Figura 23. Variación en la densidad de juveniles con la altitud para El Voladero.
Figura 24. Relación entre las clases de altura y la proporción de individuos, p, en las tres
localidades de estudio.
Figura 25. Se muestran las líneas de tendencia para las 3 localidades de páramo.
Figura 26. Relación entre las clases de altura y el logaritmo de la proporción (log1000lx)
para la especie E. pychnopylla.
Figura 27. Relación entre las clases de altura y la proporción de supervivientes (lx), en las
tres localidades.
Figura 28. Relación entre las clases de altura y la tasa de mortalidad, qx, en las tres
localidades de estudio, y a nivel de la especie.
Figura 29. Relación entre la altura de la paja, Calamagrostis sp. y la altura de la roseta,
en los tres sitios de estudio.
Figura 30. Relación entre la altura de Calamagrostis sp. y el diámetro de la roseta, en los
tres sitios de estudio.
Figura 31. Relación entre la altura de la paja, Calamagrostis sp., y el número de juveniles
en las tres localidades de estudio.
Figura 32. Relación entre la cantidad de Puya sp., y el número de juveniles en las tres
localidades.
Figura 33. Modelo del posible comportamiento de la estructura de edades de la población
de Espeletia killipii sometida a disturbios continuos.
viii
1. REVISION MONOGRAFICA
1.1.1 Descripción
La palabra páramo viene del latín paramus y fue utilizada por los conquistadores
españoles para designar las áreas del norte de los Andes que eran altas, inhóspitas, frías y
con vientos y lluvias constantes, que al parecer les recordaba a la Península Ibérica
(Luteyn, 1999). El ecosistema de páramo, hace parte de las montañas tropicales de
América y se encuentra distribuido de manera discontinua entre las latitudes de 11°N y
8°S (Luteyn, 1999). Está concentrado especialmente en la parte norte de Sur América:
Venezuela, Colombia y Ecuador, con algunas zonas en Centroamérica y el norte de Perú.
Es el último cinturón de vegetación y se encuentra, generalmente, sobre el límite superior
del bosque húmedo altomontano. Al encontrarse por encima de la vegetación de bosque
andino, el ecosistema se ve fragmentado, formando islas. Estas islas, como las describió
Carlquist (1974), son equiparables con las oceánicas, pues las partes frías y altas se
encuentran aisladas unas de otras, por mares de bosques tropicales en las partes bajas. Las
islas encontradas en los páramos se comportan como verdaderas islas en dos aspectos
principales: el área de la isla puede determinar el número aproximado de especies que se
encuentran en ella, y la distancia entre islas puede predecir el número de endemismos
(Vuilleumier, 1970). Las islas representan una oportunidad de estudiar varios procesos
evolutivos, como radiaciones adaptativas, por ser entes geográficos con límites definidos,
por poseer flujo genético reducido con otras islas, por su tamaño pequeño y por poseer
altos niveles de endemismo (Emerson, 2002).
Para llegar a esta distribución actual, los páramos han sufrido una historia compleja y
dinámica, donde cada isla puede ser resultado de un proceso diferente (Van der Hammen
y Cleef, 1986). Los ciclos de glaciaciones ocurridos en el Pleistoceno tuvieron un gran
impacto en las condiciones de la vegetación llevando a expansiones y contracciones del
ecosistema, favoreciendo la especiación alopátrica (Simpson y Todzia, 1990). El
aislamiento de islas y su eventual contacto, la diversidad de nichos y ambientes, y la
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 2
Según Cuatrecasas (en Luteyn,1999; Van der Hammen y Cleef, 1986), el páramo, en
realidad está constituido por 3 zonas según la altitud y la estructura de la vegetación.
Estas 3 zonas se denominan: subpáramo, el páramo propiamente dicho y superpáramo.
Así mismo el páramo se puede clasificar dependiendo de las características topográficas,
la exposición al viento y las condiciones climáticas, en páramo atmosféricamente húmedo
y atmosféricamente seco. Según estas características las elevaciones a las que ocurre cada
zona varían: el límite entre el bosque y el páramo puede ser más alto en la parte húmeda
que en la seca (Van der Hammen y Cleef, 1986).
Dentro de las características particulares del ecosistema se encuentra una baja variación
en la temperatura media entre estaciones, una gran variación en las condiciones
climáticas diarias, altos niveles de radiación UV, fuertes vientos, baja presión
atmosférica, bajos niveles en la presión parcial de oxígeno y la presencia de fuertes
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 3
heladas (Vargas, 1998a; Luteyn, 1999). El patrón de “verano cada día e invierno cada
noche” (Hedberg en Luteyn, 1999) es una de las características más determinantes y la
que mayor impacto tiene en la evolución de las plantas tropicales de este ecosistema
(Smith y Young, 1987). Los suelos constituyen otra característica interesante: son
relativamente jóvenes y poco desarrollados, almacenan grandes cantidades de agua, son
pobres en nutrientes y su pH es ácido (Baruch, 1979, Vargas, 1998a). Todas estas
condiciones abióticas llevan, como consecuencia, a que el crecimiento y desarrollo sea
lento, la productividad primaria sea baja, a una lenta descomposición de biomasa muerta,
una difícil absorción radicular de nutrientes, severas quemaduras en las plantas y a que la
sucesión tome mucho tiempo (Castaño, 1995; Luteyn, 1999).
Sin embargo, estas formas de crecimiento no son exclusivas del páramo. Resulta
interesante la recurrencia en el hábito de roseta y la correlación entre la fisiología y las
historias de vida en muchos lugares del Nuevo y Viejo mundo (Sur América, Este de
Africa y Hawai). Esto soporta la idea de evolución convergente, pues estas características
son aparentemente adaptaciones para ambientes tropicales de alta montaña (Knox y
Palmer, 1995). Ejemplos de evolución convergente en rosetas gigantes, se encuentran en
las lobelias (Lobeliae), y los Dendrosenecio de Africa, la alianza de los “Silverswords”
en Hawai y en Espeletia, y Puya, en América.
A partir del siglo XVIII, la utilización económica del páramo se volvió extensiva,
aumentando el número de cabezas de ganado, la ocupación humana y por lo tanto la
necesidad de cultivos. Este proceso se aceleró enormemente durante los últimos 50 años,
donde la presión demográfica y las reformas agrarias, favorecieron una ocupación aún
más extensiva (González y Cárdenas, 1995; Luteyn, 1999).
A pesar de existir una gran cantidad de disturbios, los que causan el mayor impacto sobre
el ecosistema de páramo son el uso indiscriminado del fuego y la ganadería (Hofstede,
1995; Vargas, 1998b; Hofstede, 2001). El fuego se utiliza en el páramo, para dos
propósitos (Hofstede, 1995; Luteyn, 1999). El primero es como medio de deforestación,
para proveer nuevas áreas de pastizal para el ganado, o para ampliar las zonas de cultivo.
La segunda razón es para proveer al ganado, nuevos brotes, ricos en nutrientes.
Como se puede ver, el uso del fuego suele ir acompañado de la ganadería, causando
disturbios a diferentes niveles según lo describió Vargas (1998b). El autor define tres
niveles:
- Nivel geomorfológico: las quemas generalmente se realizan en la época seca; el
fuego elimina la cobertura vegetal, haciendo que el suelo quede sujeto a
desecación y a congelación en las noches. Esto genera procesos de solifluxión, lo
cual favorece la erosión (Hofstede, 1995; Castaño, 1995; Luteyn, 1999; Hofstede,
2001). Luego, al llegar el invierno, las pisadas del ganado crean charcos, que
afectan las características hidráulicas del suelo (Castaño, 1995; Hofstede, 2001).
El suelo se compacta, afectando el desarrollo de la vegetación, y procesos de
descomposición y respiración de éste (Singh y Grupta en Vargas, 1998b). El
efecto combinado de pastoreo y quema destruye el proceso de formación de
cavidades del suelo, haciendo que éste no pueda retener tanta agua (Luteyn,
1999). Los cambios en hidromorfia, producen desvíos en los cursos naturales de
agua, formando áreas pantanosas (Vargas, 1998b).
- Nivel del subsistema suelo-vegetación: por las bajas temperaturas típicas del
ecosistema, la descomposición de materia orgánica es lenta, por falta de insectos y
otros invertebrados (termitas, hormigas, escarabajos y gusanos), y por la baja
actividad metabólica de hongos y bacterias (Janzen, 1973; Smith, 1980; Vargas,
1998b). La acumulación de materia orgánica aumenta la capacidad de retención
de agua por parte del suelo, pero lo hace más blando y por lo tanto, susceptible a
las pisadas del ganado. Al realizar quemas recurrentes y pastoreo intensivo, la
sucesión se detiene y se da mortalidad selectiva de algunas plantas, creando
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 6
A nivel general, las ventajas de la quema y el pastoreo son a corto plazo. A largo plazo se
tienen desventajas en la retención de agua y nutrientes, así como en la eventual pérdida
de diversidad y cambios en las estructuras poblacionales. Según Verweij (1995), el
tiempo mínimo para que se recupere el ecosistema luego de una quema, es de 3 a 10
años; sin embargo, la frecuencia suele ser de 2–4 años (Hofstede, 2001). Con el
incremento de la población humana y su impacto demográfico, la frecuencia de las
quemas está aumentando más allá de lo que el ecosistema puede resistir haciendo que no
pueda recuperarse en su totalidad, lo que genera grandes inquietudes a nivel de
conservación. Además se ha visto que el disturbio promueve la invasión por parte de
especies no nativas e invasoras; a su vez, cambios en el tamaño, frecuencia y tipo de
disturbio, puede hacer que las especies nativas no puedan adaptarse o establecerse, y por
lo tanto se vea afectada la diversidad y composición del ecosistema (Hobbs y Huenneke,
1992).
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 7
Dentro del ecosistema de páramo, existen algunas especies de plantas que son notables
por su dominancia. Al estar el ecosistema afectado por el disturbio, las poblaciones se
ven afectadas a su vez, y en muchos lugares, se ha perdido la cobertura por parte de éstas.
Dentro de las especies se encuentran diferentes especies de pastos y de Espeletia.
El origen del género Espeletia es incierto: se propone que un taxón proto-Espeletia sufrió
un proceso de radiación adaptativa acelerado, colonizando todo el rango de hábitats post
y periglaciales, desde desiertos fríos hasta pantanos permanentes, dando lugar a una gran
variedad de formas de vida y patrones de reproducción (Monasterio y Sarmiento, 1991).
Este taxón ancestral, al parecer tiene su origen en el inicio del periodo glacial del
Pleistoceno temprano o en el Plioceno tardío cuando las condiciones de páramo frío y
húmedo prevalecían en la Cordillera Occidental de Venezuela (Cuatrecasas, 1986). Su
precursor se localizaría en los bosques de montaña tropical de Venezuela, pero su
evolución se llevaría a cabo en el páramo, constituyendo un elemento autóctono,
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 8
Según Cuatrecasas (1986), el género está muy bien definido y se diferencia claramente, a
nivel morfológico, de los otros géneros de la subtribu. Sin embargo, estudios moleculares
recientes (Rauscher, 2000) muestran que las relaciones dentro de Espeletiinae no son
claras, y que muchos de los géneros son polifiléticos y/o parafiléticos según el gen de
ITS, entre ellos Espeletia. Aún así, se considera el género como unidad taxonómica útil
(pero no monofilética), para estudios a nivel ecológico, y fisiológico. Aún queda mucho
por entender de las relaciones filogenéticas del complejo de géneros, y en especial de
Espeletia. Esto se debe a la gran diversidad morfológica en formas de crecimiento y
especialización ecológica, que lo hacen un bueno candidato para estudios de procesos
evolutivos como especiación y adaptación, así como para estudios de adaptación
fisiológica y dinámica poblacional, entre otros.
Espeletia es un género polimórfico y con gran plasticidad fenotípica entre los individuos
de la misma especie, sobre todo en un gradiente altitudinal, o según el régimen de
temperatura en el que crece la planta. Existen varias formas de crecimiento dentro del
género, definidas por Cuatrecasas (1979) como caulirrósulas policárpicas que pueden ser
altas y monocaules, sésiles y rizomatosas o sésiles y tuberosas. Según Hallé, et al. (1978),
la estructura básica de Espeletia se acomoda al modelo de Corner. El modelo se define
como crecimiento por un meristema apical producido por un eje sin ramificación, con
inflorescencias laterales.
Las especies del género son gregarias y poseen especializaciones para climas fríos y
húmedos. Con respecto a las adaptaciones que le han permitido tener éxito ecológico, se
encuentran la dinámica de crecimiento, reproducción, y los patrones de alocación de
energía y biomasa (Smith, 1980; Monasterio, 1986; Monasterio y Sarmiento, 1991).
Entre estas adaptaciones, al parecer, dos han sido fundamentales: el mantenimiento de
una temperatura favorable (en especial en las zonas de crecimiento) y el balance hídrico,
y las características que aumentan la posibilidad de los individuos de permanecer en los
sitios de colonización, como es la presencia de bancos de semillas (Guariguata y Azocar;
1988; Ochoa, 1994). El método más común entre las especies, para resistir temperaturas
por debajo del punto de congelamiento, es el de superenfriamiento (Squeo, et al., 1991).
La floración se da en la época húmeda y la transición entre la época lluviosa y la seca; la
dispersión del fruto inicia en la estación lluviosa y continua durante la época seca y la
germinación se inicia al empezar la época lluviosa. Existe una gran variabilidad en las
tasas de floración interanuales, ya que la secuencia reproductiva es asincrónica e irregular
(Estrada y Monasterio, 1991; Cavelier et al., 1992).
METROS
FIGURA 1. Representa la variación en los tipos de bosque y sus alturas, al aumentar el gradiente altitudinal.
El Bosque Montano Bajo, como su nombre lo indica, ocurre a bajas elevaciones, mientras que el Páramo se
encuentra en las elevaciones mayores. (Modificado de Beard, 1955)
Las razón por la que ocurre una tendencia a la reducción de tamaño al aumentar la altitud
no se entiende muy claramente. Giles (1975), propone que las posibles razones por la
cual el tamaño de las plantas se ve reducido, es por una falta de nutrientes por las bajas
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 12
Un estudio realizado en una especie de Araliaceae (Lawton, 1982), indica que la razón
por la que pueda ocurrir la formación de bosques enanos, es debido a una adaptación
ontogenética ya sea por plasticidad fenotípica o por diferenciación genética. Se cree que
la exposición constante a lugares con viento, e inclinados, debe causar en las plantas un
estrés en el cual se retarda la elongación y se favorece el incremento del diámetro del
tronco, una hipótesis conocida como tigmomorfogénesis.
A pesar de que la tendencia tiende a ser muy clara para varias especies de bosque,
algunas otras parecen no cumplirla. La mayoría de las especies de frailejones, tienden a
tener un patrón en la altura del tallo diferente, es decir, que al ir aumentando el gradiente
altitudinal, las especies tienden a aumentar su tamaño. El efecto de este gradiente en la
estructura poblacional y ecología de Espeletia, es un fenómeno que ha sido poco
estudiado hasta el momento (Baruch, 1979; Smith, 1980; Berry y Calvo, 1989).
Smith (1980), realizó un estudio en Venezuela para observar los cambios en la estructura
de la población de E. schultzii, al aumentar la altitud. Para esta especie encontró,
cumpliendo la tendencia general de Espeletia, que al estar más cerca del superpáramo, los
individuos aumentaban su altura total promedio y a la vez, se encontraban los individuos
con mayor altura máxima. Para poder explicar la razón de esta tendencia, plantea una
serie de hipótesis para probar cuál o cuales de éstas tiene mayor peso. Dentro de estas
hipótesis, se encuentran:
- La altura de las plantas adultas aumenta al aumentar la altitud
- Al disminuir el establecimiento de plántulas a mayores altitudes, ocurre menos
competencia entre adultos y juveniles, aumentando la longevidad.
- La cobertura de plantas vasculares disminuye al aumentar la elevación, lo que
resulta en una menor competencia interespecífica y por lo tanto aumenta la
longevidad.
Dentro de las excepciones en el género, Smith (1980) menciona que sólo existen 3:
(1) las especies arborescentes, (2) E. weddellii y (3) E. hartwegiana. En este momento, se
consideraba que E. hartwegiana tenía una distribución desde Colombia hasta Ecuador
(hoy en día E. hartwegiana ha sido desmembrada en varias especies, entre ellas E.
pycnophylla). Se reporta que esta especie, por condiciones propias de los lugares que
habita, tiende a violar el patrón observado para el género. Para probar la validez de la
tendencia observada en el género, es interesante realizar más estudios en otras especies de
Espeletia, para corroborar el planteamiento de Smith. Más aún en las especies que se
encuentra lejanamente emparentadas con E. schultzii (Rauscher, 2000), y en aquellas que
parecen no cumplirlo, como E. pycnophylla.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 14
2. OBJETIVOS
.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 17
3. MATERIALES Y METODOS
Este estudio se restringió a los páramos del norte de Ecuador, en la Provincia de Carchi.
Los suelos de estos páramos son andosoles desaturados negros, y muy orgánicos en las
hondonadas (Zebrowski y Sourdat, 1997). Esto quiere decir que son jóvenes, derivados
de cenizas volcánicas, muy fértiles y húmedos. En la provincia de Carchi el cultivo más
común es el de papa (Zebrowski y Sourdat, 1999).
Dentro de esta área se utilizaron tres localidades para tomar los datos. La primera de éstas
fue la Estación biológica Guandera (Fig. 2), parte de la Fundación Jatun Sacha. La
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 18
Las otras dos localidades se encuentran dentro de la Reserva Ecológica El Angel, que
hace parte de las zonas protegidas por el gobierno ecuatoriano. La reserva cuenta con
15715Ha, y hace parte del cantón Espejo, Parroquia La Libertad (Comuna de La
Libertad, 2001). El páramo El Angel, cuya cuenca se extiende sobre los 3100 m de
altitud, se caracteriza por la presencia de Espeletia, acompañado por Festuca, Stipa y
Calamagrostis. Este páramo se considera una reserva ecológica nacional y se destaca por
su importancia como fuente de recursos hídricos (Fundación para el Desarrollo
Agropecuario, 1998; Neill, 1999; Mena Vásconez y Medina, 2001).
Según los datos registrados en la estación de Chapatán, entre los años de 1984 y 1993,
(Noreste de la Reserva), la temperatura máxima se encuentra alrededor de los 20°C, la
mínima por debajo de los 0°C y las temperaturas medias entre los 4 y 8°C. La
precipitación anual es de 800 a 2000 mm y la humedad relativa del 80%. La época seca
se inicia en mayo y dura generalmente hasta agosto, y la época lluviosa inicia en
septiembre hasta abril. Los límites de la reserva son: al norte con Colombia, el Volcán
Chiles, 78°30'10" longitud oeste, 0°43'55" latitud norte; al este, 77°53'40" longitud oeste,
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 19
0°40'18" latitud norte, y al oeste 78°02'15" longitud oeste, 0°40'20" latitud norte
(Comuna de La Libertad, 2001).
FIGURA 2. Mapa base de la Reserva de Guandera (Fuente: Cartas topográficas Instituto Geográfico Militar
Quito, Realizado por: Laboratorio de SIG-ECOPAR, Datum horizontal PSAD 56, Zona 17N).
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 20
3.3 Muestreo
Los datos se tomaron durante los meses de Julio y Agosto del año 2003, en cada una de
las localidades descritas anteriormente. Se utilizaron transectos de 30m2 (10x3),
dispuestos horizontalmente a favor de la pendiente, al azar, en un intervalo de 100m
altitudinales. En cada cota altitudinal, se realizaron las mediciones en cuatro transectos.
Es decir, que para cada cota, se cubrió un área de 120m2 en total. En los transectos se
controló la altitud (registrándola con un altímetro), se tomaron los datos de la pendiente
(clinómetro) y los puntos de GPS (Garmin 12xL, versión 2.01). Así mismo se anotó el
tipo de vegetación dominante en el transecto (definida como la presencia de paja, puya y
arbustos) y la cobertura vegetal (Anexo 1 y 2).
Según las características de cada localidad, i.e elevación de las montañas, y las
facilidades para tomar los datos, se muestrearon más o menos cotas altitudinales. Para el
sitio de estudio, Guandera, se tomaron los datos en 4 cotas altitudinales, entre 3500 y
3800 m de altitud, cubriendo un área total de 480m2. Para el Voladero entre 3600 y 3800
cubriendo 360m2 y para la zona de la 23 entre 3600 y 4000 m de altitud, un área de
600m2 (Tabla 1).
TABLA 1. Descripción del rango altitudinal y el área muestreada de cada una de las localidades estudiadas
Localidad Rango altitudinal Area muestreada
2
(m de altitud) (m )
Zona de la 23 3600–4000 600
Guandera 3500–3800 480
El Voladero 3600–3800 360
Las mediciones morfológicas que se realizaron en cada uno de los transectos fueron:
altura máxima de la planta, diámetro de la roseta y número de capítulos por
inflorescencia (para El Voladero y La 23), en los individuos adultos (Fig.4). Un individuo
adulto se define según su altura, y el valor es por encima de 30cm (Verweij y Kok, 1992;
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 22
FIGURA 4. Descripción de las partes básicas de un Espeletia, y medidas morfométricas que se tomaron en
el estudio. (Modificado de Hofstede, 1995).
3.4.1 Morfometría
Los datos de morfometría se utilizan para comprobar una de las hipótesis planteadas por
Smith (1980). Esta hipótesis plantea un aumento en la altura de Espeletia schultzii, al
aumentar la elevación. Para esto se analizó la altura máxima por transecto y por
elevación, la altura promedio de las plantas >30cm por elevación y por transecto, las 10
plantas con mayor altura por transecto y por elevación.
A su vez se utilizaron otros datos de morfología, que podrían verse afectados por la
altitud como el diámetro de la roseta y el número de capítulos por inflorescencia. Los
análisis para el diámetro de la roseta son los mismos que se hicieron para la altura. Con
respecto a los capítulos por inflorescencia, se analizó el número total y el promedio por
altitud.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 23
En general, se vio que el pajonal fue la vegetación más dominante en los transectos; en
cada uno de los transectos se tomó una medida general de su altura y se codificaron con
valores discretos así:
- 0: <50cm.
- 1: 50cm>altura<1m.
- 2: 1m>altura
Se relacionó esta variable con las medidas de altura y diámetro de la roseta, ya que
pueden tener una influencia en el crecimiento y desarrollo de éstas.
A su vez se realizó un análisis con las densidades de juveniles y adultos. En este análisis
se utilizó la altura de la paja y la densidad de Puya sp. Para determinar la densidad de
puya se codificaron valores discretos de la siguiente manera: 0 la ausencia, 1 la presencia
moderada (menos de 5 individuos), y 2 la presencia abundante.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 25
Para poder observar y entender las tendencias que representan las tablas de vida, se
hicieron curvas de supervivencia que muestran la relación entre clase de altura y lx. Para
poder hacer comparaciones entre estas líneas, se transformaron logarítmicamente y se
analizaron las diferencias entre las pendientes (Zar, 1999). Las relaciones quedaron como
el logaritmo de lx por cada 1000 individuos. Para ver si existían diferencias significativas
entre las clases de altura y las variables de la tabla de vida para cada localidad, se
realizaron pruebas de Kruskal Wallis.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 26
4. RESULTADOS
4.1 Morfometría
Con respecto a las 10 alturas mayores por altitud, se encontró una ligera tendencia
positiva en la Zona de la 23, mientras que en el Voladero la tendencia fue negativa. En
Guandera, aunque ningún resultado es significativo, se ve una ligera tendencia negativa
(Figura 9; Tabla 2 y 3). Se observaron diferencias significativas en las localidades de La
23 y El Voladero (Fig. 8 y 10; Tabla 3); en la Zona de la 23, las diferencias altitudinales
fueron entre 3600 y 3800 m de altitud (Fig. 8), y en El Voladero, entre 3600 y las otras
dos cotas altitudinales (Fig. 10).
En Guandera, también se observa la tendencia negativa aunque sólo uno de los análisis
fue significativo. Los 10 diámetros mayores por altitud y la prueba de Kruskal Wallis de
éste análisis reflejaron la tendencia, ya que 3500 fue diferente de las demás altitudes.
(Fig. 16; Tabla 3). Para el Voladero se observó en tres de los análisis una correlación
perfecta: promedio de los diámetros, 10 diámetros mayores por altitud y diámetro
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 28
máximo por altitud. También se mostró una diferencia significativa entre los 10
diámetros por altitud, entre 3600 y las altitudes de 3700 y 3800 m de altitud (Fig. 17;
Tabla 2 y 3).
Al comparar las tres localidades por sus altitudes comunes –3600, 3700 y 3800 m de
altitud– , se observó una tendencia no significativa, aunque hay diferencias entre 3700 m
de altitud y las otras dos cotas altitudinales (Prueba de Kruskal Wallis, N= 1399,
χ2=17.0532, p<0.0005; r=0.03, p>0.1) (Anexo 3).
altitudinales para los juveniles, entre 3800 y 3900 m de altitud, para La 23 (Fig. 21; Tabla
5).
Al unir los datos de las altitudes de cada localidad, no se vieron diferencias entre las
pendientes de las líneas de Guandera, el Voladero y la Zona de la 23, y todas tuvieron
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 30
Para ver si existen diferencias en las variables de la tabla de vida según las clases de
tamaños, se realizaron pruebas de Kruskal Wallis para el promedio de todas las altitudes.
Es decir, se tomaron todos los valores altitudinales para la clase 1, para la 2 y así
sucesivamente. En las tres localidades se encontró que existe relación entre las clases de
altura y las variables: nx, proporción de individuos (p) y lx (Tabla 5). En la Zona de la
23, se encontraron diferencias entre las clases 1 y 2 con las clases 7, 8 y 9; en Guandera
las clases 1 y 2 se diferenciaron de las clases 8 y 9. En la localidad de El Voladero, hubo
diferencias entre la clase 1 y la 8 (Fig. 24 y 27). En ninguna de las tres zonas se vio
relación con la tasa de mortalidad, qx (Fig 28). Se observa que la tasa no es regular, es
decir, no va aumentando ni disminuyendo con las clases de altura, sino que su frecuencia
varía a lo largo de las clases. Cada páramo individualmente, así como la especie, muestra
mucha variación con respecto a la tasa de mortalidad (Fig. 28). En la especie se observa
que la tasa de mortalidad está más concentrada en las primeras dos clases de altura, luego
se mantiene constante y disminuye hacia el final.
Al utilizar los datos de los diámetros de la roseta, se observó que también existe una
relación positiva con la altura de la paja en las localidades del Páramo del Angel.
Nuevamente, se ve que un aumento en la altura de la paja se correlaciona con un mayor
diámetro de la roseta (Tabla 7 y 8; Anexo 3). Nuevamente, en la localidad de Guandera
no se observó ninguna relación con este caracter morfológico (Tabla 7 y 8; Anexo 3),
aunque los datos de las tres localidades sí reflejan una tendencia bastante clara (r=0.117,
p<0.0001) (Fig. 30). Así mismo, las alturas de la paja fueron significativamente
diferentes entre sí, siendo los tres valores diferentes y reflejando el patrón (Prueba de
Kruskal Wallis, N=1969, χ2=27.0187, p<0.0001).
Espeletia (Tabla 7). Con la cantidad de Puya sp., no se observó ninguna relación
significativa, aunque la tendencia es negativa (Fig. 32). En el Voladero sólo se observó
una relación significativa y positiva, entre la densidad de Puya sp. y el número de adultos
(Tabla 7). Para el sitio Guandera se observó que la densidad de puya y paja afectaron
significativamente la densidad de juveniles (Fig. 31 y 32; Tabla 7).
Al unir los datos de las tres localidades, se observó correlación entre la paja y la densidad
de individuos totales y de juveniles (r=-0.531, p<0.001 y r=-0.558, p<0.001
respectivamente) (Anexo 3). La cantidad de puya mostró una correlación débil pero
significativa con el número de adultos (r=-0.292, p<0.05).
TABLAS
Tabla 2: Resultados de los coeficientes de correlación de Spearman para los datos de Morfometría. * indica
los valores que son significativos con p<0.05
DIÁMETRO DE LA ROSETA
Diámetro promedio de la roseta por altitud -0.8 0.104 -0.211 0.789 -0.5 0.667
Diámetro máximo por altitud -0.6 0.285 -0.4 0.6 1 0*
Diez diámetros mayores por altitud -0.636 0.005* -0.4 0.6 -1 0*
Diámetro promedio por transecto -0.515 0.02* -0.073 0.789 -0.23 0.391
Diámetro máximo por transecto -0.607 0.005* -0.177 0.581 -0.325 0.302
Tabla 3: Resultados de la prueba de Kruskal Wallis para los datos de Morfometría y Cobertura Vegetal.
* indica los valores que son significativos con p<0.05
Zona La 23 Guandera El Voladero
2 2
N χ p N χ p N χ2 p
ALTURA DE LA ROSETA
Altura de la roseta 876 55.0723 0* 560 7.5026 0.06 534 3.2893 0.1931
10 Alturas mayores por altitud 50 25.3706 0* 40 5.6338 0.1309 30 10.9047 0.0043*
DIÁMETRO DE LA ROSETA
Diámetro de la roseta 876 63.0416 0* 560 20.4937 0.0001* 534 2.6582 0.2647
Diez diámetros mayores por altitud 50 33.2493 0* 40 22.4906 0.0001* 30 13.119 0.0014*
Tabla 4: Resultados de los coeficientes de correlación de Spearman para los datos de Estructura de
Población.* indica los valores que son significativos con p<0.05
Zona La 23 Guandera El Voladero
r p r p r p
DENSIDAD
Densidad de adultos por altitud 0.9 0.037* -0.4 0.6 -0.5 0.667
Densidad de adultos por transecto 0.256 0.277 -0.164 0.544 -0.207 0.519
Densidad de juveniles por altitud -0.1 0.873 0.8 0.2 0.5 0.667
Densidad de juveniles por transecto 0.092 0.7 0.473 0.064 0 1
Densidad total de individuos por altitud 0.5 0.391 0.6 0.4 -0.5 0.667
Densidad total de individuos por transecto 0.135 0.57 0.176 0.514 -0.089 0.784
Tabla 5: Resultados de la prueba de Kruskal Wallis para los datos de Estructura Poblacional. * indica los valores
que son significativos con p<0.05
Zona La 23 Guandera El Voladero
N χ2 p N χ2 p N χ2 p
DENSIDAD
Densidad de adultos por altitud 20 2.667 0.615 16 4.448 0.217 12 5.346 0.069
Densidad de juveniles por altitud 20 10.265 0.036* 16 3.584 0.31 12 4.909 0.086
Densidad total de individuos por altitud 20 8.298 0.081 16 1.53 0.675 12 6.577 0.037*
TABLA DE VIDA
Número de individuos (Nx) 45 38.9844 0* 36 32.8193 0.0001* 27 23.8108 0.0025*
Proporción de individuos (p) 45 37.5407 0* 36 32.9013 0.0001* 27 23.6014 0.0027*
Proporción supervivientes (lx) 45 37.5902 0* 36 31.9224 0.0001* 27 23.6716 0.0026*
Tasa de mortalidad (qx) 45 11.8137 0.1597 36 5.0968 0.7472 27 19.6205 0.0619
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 35
Tabla 6: Tabla de vida para vida para toda la especie, utilizando los datos obtenidos de las tres localidades
(N=4616).
Tabla 7: Resultados de los coeficientes de correlación de Spearman para los datos del Efecto de comunidad.
* indica los valores que son significativos con p<0.05
Zona La 23 Guandera El Voladero
r p r p r p
PORCENTAJE DE COBERTURA VEGETAL
Porcentaje de cobertura vegetal por altitud -0.05 0.935 -0.8 0.2 -1 0*
Porcentaje de cobertura vegetal por transecto 0.022 0.928 -0.809 0* -0.832 0.001*
Relación suelo descubierto - altura de la roseta 0.059 0.081 0.044 0.303 0.002 0.959
Relación suelo descubierto - 10 alturas mayores -0.122 0.4 -0.01 0.952 -0.540 0.002*
Relación suelo descubierto - altura máxima 0.564 0.322 0.2 0.8 -1 0*
Tabla 8: Resultados de la prueba de Kruskal Wallis para los datos del Efecto de la comunidad. * indica los
valores que son significativos con p<0.05
FIGURAS
400
763
226
431
300 317
Altura de la roseta (cm)
343
335 683
682 737
365
265 324
386
337 537 740
24 372
423
493
291 320 664
461
387 730
326 724
200 418 736
720
718
25 739
709
829
735
147
118 611
604
598
501
559
631
516
603
605
633
499
517
519
556
632
649
100 577
673
0
N= 162 151 180 189 194
Altitud (m)
FIGURA 5: Relación entre las alturas de la roseta y la altitud en la zona de la 23.
300
167
301
367
467
149
336
150 282
Altura de la roseta (cm)
255
430
200 14
108
159
254 530
510
172 231 514
192
239 417
193 425
280
194
100
0
N= 188 111 112 149
Altitud (m)
FIGURA 6: Relación entre las alturas de las plantas de la localidad Guandera y la altitud.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 38
400
38
16
52
282
506
300 151
100
0
N= 212 136 185
Altitud (m)
FIGURA 7: Relación entre las alturas de las plantas de El Voladero y la altitud.
400
Altura de la roseta (cm)
12
300
200
100
N= 10 10 10 10 10
Altitud (m)
FIGURA 8: Variación de la diez alturas mayores por altitud al aumentar la elevación, para la Zona de la 23
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 39
300
200
100
N= 10 10 10 10
Altitud (m)
FIGURA 9: Variación de la diez alturas mayores por altitud al aumentar la elevación, en el sitio de estudio
Guandera
600
500 5
Altura de la roseta (cm)
400
27
300
200
100
N= 10 10 10
Altitud (m)
FIGURA 10: Variación de la diez alturas mayores por altitud al aumentar la elevación, en El Voladero
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 40
375
350
Altura máxima (cm)
325
300
275
250
225
200
3400 3500 3600 3700 3800 3900 4000 4100
Altitud
FIGURA 11: Valores de altura máxima en cada cota altitudinal, para las localidades donde se realizó el estudio.
, datos correspondientes a la localidad de la 23; , datos de la localidad, Guandera y U, datos de la
localidad El Voladero.
100
188
186
160
161
762
80
Diámetro de la roseta (cm)
741
60
40
20
0
N= 162 151 180 189 194
Altitud (m)
FIGURA 12: Relación entre el diámetro de la roseta y la altitud, en la Zona de la 23.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 41
100
357
80
60
40
20
0
N= 188 111 112 149
Altitud
FIGURA 13: Relación entre el diámetro de la roseta y la altitud, en la localidad Guandera.
100
490
80
Diámetro de la roseta (cm)
60
40
20
0
N= 213 136 185
Altitud (m)
FIGURA 14: Relación entre el diámetro de la roseta y la altitud, en El Voladero.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 42
100
90
Diámetro de la roseta (cm) 9
80
70
40
60
50
N= 10 10 10 10 10
Altitud (m)
FIGURA 15: Variación en los diez diámetros mayores por altitud, al aumentar la elevación, en localidad de La
23.
100
28
90
7
Diámetro de la roseta (cm)
80
70
60
50
N= 10 10 10 10
Altitud (m)
FIGURA 16: Variación en los diez diámetros mayores por altitud, al aumentar la elevación, en la localidad
Guandera.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 43
100
28
20
Diámetro de la roseta (cm) 90
80
70
60
N= 10 10 10
Altitud (m)
FIGURA 17: Cambio en los diez diámetros mayores por altitud, al aumentar la elevación, en El Voladero.
30
Número capítulos/inflorescencia
130
20
191
179
397
296
468
264
395
10 651
654
535
650
663
653
664
652
662
635
598
637
606
636 719
718
720
665
605
593
666
623 722
729
723 831
823
830
829
624
667
604
560
595
630
537
668
597
661
596 773
772
739
768
758
759
725 832
900
825
899
634
594
559
533
538
628
629
691
690
694
693
515
619
576
603
616
639
638
620
692
621
696
626
615
0
N= 166 341 191 89 154
Altitud
FIGURA 18: Variación del número de capítulos por inflorescencia en un gradiente altitudinal, para la localidad
de la 23.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 44
18
16
Número capítulos/inflorescencia
317
14
12 37
48
29
11
10
10
4
49
62
2
N= 82 130 175
Altitud
FIGURA 19: Variación del número de capítulos por inflorescencia en un gradiente altitudinal, para la localidad
del Voladero.
220
2
Densidad de adultos/120m
210
200
190
180
170
160
150
140
130
120
110
3400 3500 3600 3700 3800 3900 4000 4100
Altitud (m)
FIGURA 20: Cambio en la densidad de adultos de acuerdo a la altitud, en las tres localidades de estudio. , datos
correspondientes a la localidad de la 23; , datos de la localidad, Guandera y U, datos de la localidad El
Voladero.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 45
120
100
Densidad juveniles/30m2 80
60
40
20
0
N= 4 4 4 4 4
Altitud (m)
FIGURA 21: Variación en la densidad de juveniles con respecto a la altitud, en la Zona de la 23.
300
200
Densidad juveniles/30m2
100
-100
N= 4 4 4 4
Altitud (m)
FIGURA 22: Variación en la densidad de juveniles con la altitud para la localidad Guandera.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 46
80
70
Densidad juveniles/30m2
60
50
40
30
20
N= 4 4 4
Altitud (m)
FIGURA 23: Variación en la densidad de juveniles con la altitud para El Voladero.
0.7
Propo rció n de in div id uos
0.6
Guandera
0.5 La 23
El Voladero
0.4
0.3
0.2
0.1
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Clase s d e altura
FIGURA 24:Relación entre las clases de altura y la proporción de individuos, p, en las tres localidades de estudio.
Las clases de altura se encuentran construidas en intervalos regulares de 30 cm.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 47
3.5
2.5
Log 1000lx
1.5
0.5
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Clases de altura
FIGURA 25: Se muestran las líneas de tendencia para las 3 localidades de páramo. , datos correspondientes a la
localidad de la 23 (m=-0.2513, r2=0.9269, p<0.0001); , datos de la localidad, Guandera (m=-0.281, r2=0.9749,
p<0.0001) y U, datos de la localidad el Voladero (m=-0.2137, r2=0.8981, p<0.0001). Las clases de altura están
en intervalos de 30cm.
3.5
2.5
Log 1000lx
1.5
0.5
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Clases de altura
FIGURA 26: Relación entre las clases de altura y el logaritmo de la proporción de supervivientes (log1000lx) para
la especie E. pychnopylla (r2=0.9428, p<0.0001). Las clases de altura están construidas en intervalos de 30cm.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 48
1.2
Proporción de supervivientes
1 Guandera
La 23
0.8 El Voladero
(lx)
0.6
0.4
0.2
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Clases de altura
FIGURA 27: Relación entre las clases de altura y la proporción de supervivientes (lx), en las tres localidades. Las
clases de altura se encuentran construidas en intervalos regulares de 30 cm.
Guandera
0.8
La 23 0.8
0.7 0.7
0.6 0.6
0.5 0.5
Qx
0.4 0.4
Qx
0.3 0.3
0.2 0.2
0.1 0.1
0 0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Clases de altura Clase s de altura
a b
0.8
0.8
0.7 0.7
0.6 0.6
0.5 0.5
Qx
0.4
Qx
0.4
0.3
0.3
0.2
0.2
0.1
0 0.1
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
c Clases de altura
d Clases de altura
FIGURA 28: Relación entre las clases de altura y la tasa de mortalidad, qx, en las tres localidades de estudio, y a
nivel de la especie. a) relación para la localidad de la 23, b) relación para Guandera, c) Voladero d) para la
especie. Las clases de altura se encuentran construidas en intervalos regulares de 30 cm.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 49
400
914
892
928
763 1158
1382 226
431
300 1027
317
343
0
N= 485 1111 373
0 1 2
100
1365 188
1216
1766
186
1460
160
1450
175
80 1302
1400
Diámetro de la roseta (cm)
1364
1297
1281
1377
60
40
20
0
N= 485 1111 373
0 1 2
120
Guandera
Número juveniles 100 La 23
El Voladero
80
60
40
20
0
0 1 2
Altura Calamagrostis sp.
FIGURA 31: Relación entre la altura de la paja, Calamagrostis sp., y el número de juveniles en las tres
localidades de estudio. 0 se refiere a la altura <50 cm; 1 a la altura entre 50 cm y 1m y 2 a la altura >1 m.
120
Guandera
100 La 23
Número juveniles
El Voladero
80
60
40
20
0
0 1 2
Puya sp.
FIGURA 32: Relación entre la cantidad de Puya sp., y el número de juveniles en las tres localidades. 0 se
refiere a la ausencia, 1 a presencia moderada y 2 a presencia abundante.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 51
5. DISCUSION
5.1 Morfometría
5.1.2 Altura de la roseta
Smith (1980) observó una clara tendencia altitudinal para la altura de las rosetas de E.
schultzii; en ésta, la altura de las plantas tiende a aumentar conforme aumenta la
elevación. Esta hipótesis, según el autor, se cumple para la mayoría de especies de
Espeletia, con sólo algunas excepciones. Smith reporta estas excepciones como
observaciones, como posibles desviaciones a una tendencia general. De acuerdo con estas
observaciones, Espeletia pycnophylla debería cumplir un patrón diferente al género, es
decir, las rosetas más altas se encontrarían en las altitudes más bajas. Al parecer podría
deberse al efecto protector de la línea de bosque.
Existen varias razones por las que puede no encontrarse el mismo patrón que en E.
schultzii. Smith (1980), había descrito que para las especies de Espeletia encontradas
desde el centro-sur de Colombia hasta Ecuador no se encontraba el patrón, dado que
ocurren en sitios muy húmedos cerca de la línea del bosque y en sitios muy secos a
mayores elevaciones. Al estar cercanas al bosque tienen un abastecimiento continuo de
agua, y por lo tanto pueden crecer más rápido. En la única localidad donde se tuvo la
oportunidad de realizar mediciones cercanas a la línea de bosque fue en Guandera. Es
interesante, que en este caso, se encontró la altura máxima en la elevación más baja (3500
m de altitud). En las otras dos localidades no existía la línea de bosque (frontera de
colonización y agrícola); sin embargo, en la localidad de El Voladero también se
encontró la mayor altura a 3600 m de altitud (Fig 11).
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 53
A pesar de que las observaciones de Smith (1980) predicen que esta especie no aumenta
la altura de las rosetas como respuesta a un gradiente altitudinal, existen otras razones por
las que se pudo ver oscurecida la tendencia. Las localidades se han encontrado bajo la
presencia de disturbio por fuego. Las quemas pueden causar una homogenización en el
páramo, y por lo tanto se pierden las diferencias altitudinales. Además, como ya se
mencionó anteriormente, el fuego tiene impacto en la altura de las plantas y puede
retrasar el crecimiento de éstas, haciéndolas de menor tamaño. Es decir, la altitud ya no
sería el único aspecto que estaría afectando la altura de las rosetas, sino un conjunto de
factores que pueden oscurecer la relación.
En general, los estudios se realizaron bajo condiciones diferentes, y puede ser que esas
condiciones tengan distintos impactos en las rosetas.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 54
Al utilizar los valores de todos los diámetros de roseta medidos no se observa, en ninguna
de las tres localidades, una tendencia altitudinal clara (Fig. 12, 13 y 14). Tampoco cuando
se unieron los datos de las tres altitudes comunes. Sin embargo, algunos análisis de los
diámetros mayores reflejaron un gradiente altitudinal en las localidades del páramo del
Angel (El Voladero y la Zona de la 23) (Tabla 2; Fig. 15 y 17). Aunque no en todos estos
análisis se observa una tendencia significativa, en varios de ellos se ve, que al aumentar
la elevación el tamaño máximo del diámetro disminuye.
La altitud puede imponer un límite en el tamaño del diámetro de las rosetas. Aunque la
tendencia para todas las plantas medidas (el análisis de todos los diámetros) no reflejan
un patrón, los valores extremos pueden dar información acerca del efecto de la altitud. Un
menor diámetro, puede indicar menor tamaño de las hojas y un ángulo de apertura de
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 55
éstas más pequeño. Un cambio de tamaño reflejaría la tendencia que generalmente ocurre
en los bosques: al aumentar la elevación; las hojas son un caracter que tiende a verse
modificado, cambiando su tamaño de mesófilas a micrófilas, y a mayores elevaciones a
nanófilas (Giles, 1975; Whitmore, 1991). Esto se debe a que al aumentar la elevación, las
radiaciones UV son mayores, y las temperaturas –entre otras condiciones–, son más
extremas (Vargas 1998a; Luteyn, 1999). Con respecto a un cambio en el ángulo, podría
ocurrir lo mismo que se observa en E. timotensis, donde las rosetas acomodarían sus
hojas para maximizar la fotosíntesis y proteger el meristema, debido a la presión por las
condiciones ambientales.
En las medidas del número de capítulos por inflorescencia, el autor llega a la conclusión
que este valor es mayor en los sitios con quemas que en los que no hay disturbio. Sin
tener en cuenta estas diferencias entre sitios con disturbio y sin disturbio, los valores
tienden a disminuir al aumentar la elevación (aunque a 4100 m de altitud bajo presencia
de disturbio los valores tienden a incrementarse). Los valores, sin embargo, no son muy
comparables con los del presente estudio, debido a la diferencia en la división de clases
(el autor subdivide los individuos mayores a 30 cm en dos categorías: intermedios y
adultos).
En este estudio es muy clara la tendencia con el gradiente altitudinal. En las dos
localidades donde se estudió, se vio una disminución en el número de capítulos al
aumentar el gradiente altitudinal (Tabla 2; Fig. 18 y 19). Esta tendencia se puede deber a
las características propias del ecosistema. Así mismo, las plantas tienden a utilizar sus
recursos de manera que optimicen el crecimiento y la reproducción (Perrin y Civil, 1993;
Ashman, 1994). A mayores elevaciones los recursos tienden a ser más escasos y pueden
estarse utilizando más en el mantenimiento de la planta y su crecimiento, que en la
reproducción. Al aumentar la altitud el desarrollo tiende a ser más lento debido a que la
productividad disminuye, la descomposición es más lenta y la absorción de nutrientes es
complicada (Castaño, 1998; Luteyn, 1999). Este patrón puede reflejar la plasticidad que
posee esta especie bajo diferentes presiones ambientales. Otra razón por la que puede
encontrarse esta tendencia sería debido a diferencias genéticas; sin embargo pensar en
una diferenciación genética debido a un gradiente altitudinal resulta complicado ya que
las poblaciones no se encuentran muy distanciadas entre sí, y muy posiblemente existe
flujo genético. Además puede ser que el número de inflorescencias por planta aumente o
que el número de flores por capítulo sea mayor, para compensar la disminución en el
número de capítulos. En realidad no se puede decir que el potencial reproductivo de la
especie disminuya con la altitud sin antes ver otras características florales. Es más
probable pensar que las diferencias se deben a la plasticidad fenotípica de la especie.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 57
En este estudio no se tuvo en cuenta el efecto exacto del disturbio como para relacionar
esta variable de manera precisa con los patrones encontrados. Sin embargo, mediante las
observaciones y anotaciones de campo se pudo determinar que todos los transectos de las
diferentes localidades estuvieron sujetos a la presencia del fuego. También se tuvo una
idea general de que tan reciente había sido el disturbio, por la presencia de cenizas en los
tallos de las rosetas. El disturbio por pastoreo pudo estar presente en las localidades,
aunque no se observó presencia de estiércol.
En el caso de la densidad de adultos, tampoco se observa una tendencia clara, ya que las
localidades se comportaron de diferente manera (Tabla 4; Fig. 20). Sólo en la Zona de la
23 se pudo ver una relación clara entre la densidad y la altitud; en ésta, el número de
adultos por área aumenta con la elevación. Esta tendencia no está de acuerdo con lo que
se espera teóricamente. Sin embargo si el impacto del disturbio es mayor en las altitudes
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 59
menores, por la cercanía a las zonas pobladas, se podría esperar que el mayor número de
rosetas se encuentren a mayor elevación, donde el impacto no sería tan fuerte.
Según los resultados de Verweij y Kok (1992), la curva a la cual se ajustaron la estructura
de edades de E. hartwegiana en un sitio sin disturbio, era logarítmica. Este mismo patrón
fue encontrado para E. barclayana (Cavelier et al,.1992). Esta curva es bastante común
para plantas, y lo que indica es un alto número juveniles que va decreciendo
logarítmicamente hasta tener unos pocos adultos, de mayores alturas.
Las curvas logarítmicas suelen encontrarse en sitios sin disturbio donde se considera que
la población está estable o incluso en crecimiento. El disturbio tiene efecto en la
distribución de las clases haciendo que algunas disminuyan drásticamente y que incluso,
algunas desaparezcan (Verweij y Kok, 1992; Premauer, 1999). Las tasas de mortalidad
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 60
también se ven afectadas siendo más fuertes que en los sitios sin disturbio, y aumentando
con el tamaño de la roseta (Verweij y Kok, 1992). Al no haber disturbio, esta tasa suele
ser constante a lo largo de todas las clases de altura (Verweij y Kok, 1992), o es mayor a
nivel de juveniles y plántulas (Estrada y Monasterio, 1991; Hofstede, 1995; Premauer,
1999).
En este estudio se observó una relación entre las clases de altura y el número de
individuos (nx), la proporción de individuos (p) y la proporción de supervivientes (lx)
(Fig. 24 y 27). Estos resultados son consistentes en las tres localidades e indican que estas
variables van disminuyendo conforme aumenta la altura de las rosetas. Los tres sitios se
comportaron de manera muy similar al comparar la proporción de individuos; este valor
permanece muy regular en cada clase. A pesar de que el número de individuos varíe, el
aporte de cada clase a la siguiente se mantiene proporcionalmente igual así se encuentren
en diferentes lugares. La especie como tal, posee un patrón demográfico bastante regular.
Con respecto a las curvas de supervivencia se encontró, en todos los casos, –es decir en el
análisis por transecto, por cota altitudinal, por localidad y para la especie–, curvas
logarítmicas (Fig. 25 y 26). A pesar de existir presencia de disturbio en los tres sitios de
estudio, las poblaciones se comportaron como las poblaciones sin disturbio (Fig. 33). Se
encontraron algunas diferencias a nivel de tasa de supervivencia en transectos de la
misma altitud y diferencias entre cotas altitudinales, sin embargo las tendencias son muy
consistentes y en ninguna de las localidades se encontró un gradiente altitudinal en la
estructura demográfica de la población. Aunque las poblaciones se encuentren bajo
diferentes condiciones, ya sean locales, de microhábitat o con diferente historia de
disturbio, se observa el mismo comportamiento demográfico. Puede ser que, a pesar de
que la especie se encuentra sujeta a la presencia de quemas, se recupere rápidamente o no
se vea tan afectada por él ya que no se pierden clases de altura como se encuentra
reportado para E. killipii (Premauer, 1999). (Fig. 33)
Las tasas de mortalidad para cada una de las localidades, aunque no son constantes,
tampoco aumentan con la clase de altura como se supone ocurre en los sitios con
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 61
disturbio (Fig. 28). Se observa que la tasa varía con la clase de altura, es decir no hay una
clase que se caracterice por tener una mayor mortalidad. Al parecer la tasa de mortalidad
se encuentra sujeta a las condiciones de cada lugar, ya que se comporta de diferente
manera en las localidades. También es importante resaltar que las caídas tan abruptas se
pueden deber a que las clases de alturas más grandes tienen pocos individuos lo que las
hace más sensibles a cambios bruscos, como en el caso de El Voladero. La especie tiene
una tasa de mortalidad, también variable, aunque se encuentra más concentrada en las dos
primeras clases de altura (Fig. 24). Este patrón , de mayor mortalidad en las primeras
clases, es lo que se suele encontrar en los sitios sin disturbio antrópico. Nuevamente, esta
especie se estaría comportando como las especies en ausencia de disturbio.
FIGURA 31: Tomada de Premauer (1999). Modelo del posible comportamiento de la estructura de edades de
la población de Espeletia killipii sometida a disturbios continuos. (a): Curva logarítmica de una población
sin disturbio. (b): Efecto de disturbio continuo, donde se ven afectadas las primeras clases. (c, d, e): Efecto
del disturbio continuo; se empiezan a perder clases. (f): Población extinta.
Estos resultados, sin embargo, sólo muestran el estado de las poblaciones en un momento
dado, es decir sirven para tener una idea general en el momento de hacer el estudio. Para
tener una mejor idea de las tasas de mortalidad y la dinámica poblacional, el estudio debe
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 62
extenderse por más tiempo. Como lo reporta Allphin y Harper (1997), para una especie de
la familia Asteraceae, nunca hay estabilidad en la distribución de las clases de altura.
En las tres localidades de estudio, no se cumplió la relación entre altura de las plantas y el
porcentaje de suelo descubierto. Aunque en el caso de Guandera y El Voladero la relación
entre altitud y cobertura fue negativa, así como la relación entre altitud y altura de la roseta,
no hay ninguna relación entre cobertura y altura. Esto se debe a que las relaciones con la
altura total de las plantas no son claras. Al utilizar los valores mayores y el máximo de
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 63
Con respecto a los datos de morfometría se observó, que tanto la altura como el diámetro de
la roseta, se ven afectados por la altura del pajonal. En especial se ve una tendencia clara en
las localidades del Páramo del Angel, es decir en la Zona de la 23 y en El Voladero.
Aunque en Guandera no se observó ningún patrón relacionado con la altura de la paja, al
utilizar los datos de todas las alturas se pudo comprobar que sí existe una misma tendencia
para la especie (Fig. 29 y 30): cuando la paja es más alta, los frailejones tienden a tener
mayor tamaño.
Los datos de todas las alturas y diámetros de la roseta no están respondiendo a un gradiente
altitudinal, pero podrían hacerlo a diferentes factores del medio. Un mayor tamaño en la
paja y de la población de Espeletia podría indicar una misma historia de disturbio en un
lugar dado, o se puede deber a características edafológicas. También se puede pensar en un
efecto de competencia, en especial por luz. Al ser la paja más alta, los individuos más
pequeños de Espeletia podrían ser eliminados por la falta de luz, y así sólo se encuentran
los más altos.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 64
Al parecer los frailejones no se ven afectados por la altitud de la misma manera que otras
especies vegetales. Aunque puede existir un factor de competencia interespecífica, pueden
existir otros factores que sean más determinantes en la estructura morfométrica y
demográfica. Con respecto a la densidad de juveniles, Smith (1980) reporta que para E.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 65
schultzii, el número de juveniles disminuye con la altitud debido al estrés ambiental y por el
efecto de competencia. En este caso se podría decir que la densidad de juveniles se pudo
ver afectada por el efecto de otras especies, especialmente la paja, pero no se presenta
relación con la altitud.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 66
6. CONCLUSIONES
- El efecto del gradiente altitudinal fue claro en sólo uno de los caracteres
morfológicos –capítulos por inflorescencia–, mientras que en los otros dos –altura y
diámetro de la roseta– no hay una tendencia clara. La variación morfológica puede
verse afectada por otras condiciones como el disturbio y la competencia.
- El efecto de otras especies vegetales, como Calamagrostis sp. y Puya sp., fue
diferente en cada localidad. En la Zona de la 23 la paja mostró correlación con la
densidad de juveniles; mientras que en Guandera, la paja y puya se correlacionaron
con la densidad de juveniles. En el Voladero ninguna de las especies afectó la
densidad de juveniles pero sí la de adultos.
7. RECOMENDACIONES
- Realizar este estudio en otras especies de Espeletia que no cumplan con la tendencia
reportada por Smith (1980). Estas especies son las que se encuentran distribuidas
desde el Centro de Colombia hasta Ecuador.
LITERATURA CITADA
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Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 78
ANEXOS
Zona de la 23
Altitud Transecto Tipo de vegetación
En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. con altura <70cm, arbustos de Asteraceae e
3600 1
Hypericum sp.
2 Calamagrostis sp. con altura <1m, Cortaderia sp. y pocos arbustos
3 Calamagrostis sp. con altura <1m, Puya sp. y arbustos de Asteraceae
4 En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. con altura <1m, pocas Puya sp. y arbustos
En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. con altura <1m, Puya sp., Cortaderia sp. y pocos
3700 1
arbustos como Asteraceae e Hypericum
En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. con altura >1m, Puya sp., Cortaderia sp., arbustos
2
de Asteraceae y musgo
En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. con altura <1m, pocas Puya sp., Cortaderia sp. y
3
arbustos de Asteraceae y Lupinnus sp.
En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. con altura <1m, Cortaderia sp. y pocos arbustos de
4
Asteraceae
3800 1 Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. muy altos >1.5m, Cortaderia sp. y arbustos de Asteraceae
2 Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. alrededor de 1m de altura y musgo
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <1m, pocas Puya sp., Cortaderia sp., algunos arbustos y
3
musgo
4 Calamagrostis sp. alrededor de 1m de altura y arbustos de Asteraceae
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <50cm, Cortaderia sp., arbustos de Asteraceae y algunos
3900 1
cojines
2 Calamagrostis sp. con altura <50cm, Cortaderia sp., pocos arbustos de Lupinnus y cojines
3 Calamagrostis sp. con altura <40cm, Cortaderia sp., varios arbustos de Lupinnus y algunas Ericaceae y cojines
4 Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <35cm, Cortaderia sp., varios arbustos Asteraceae
4000 1 Calamagrostis sp. alrededor de 40cm de altura, musgos, algunos cojines y pocos arbustos de Lupinnus sp.
2 Calamagrostis sp. alrededor de 1m de altura y algunos cojines
3 Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <40cm, musgo, pocos Lupinnus sp., algunos cojines
4 Calamagrostis sp. con altura <40cm, Cortaderia sp., arbustos de Asteraceae, cojines pequeños y helechos
El Voladero
3600 1 Calamagrostis sp. con altura >1m, Puya sp., Cortaderia sp., helechos y musgo
2 Calamagrostis sp. con altura <1m, pocas Puya sp. y Cortaderia sp., arbustos de Asteraceae
3 Calamagrostis sp. altos <1.5m, muchas Puya sp. y Cortaderia sp.
4 Calamagrostis sp. con altura >1m, pocas Puya sp., helechos y arbustos de Asteraceae
3700 1 En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. con altura >1m, helechos y arbustos de Asteraceae
En general la densidad de vegetación es poca: Calamagrostis sp. alrededor de 1m de altura, Puya sp., Cortaderia sp.
2
y musgo
3 Calamagrostis sp. con altura >1m y helechos
4 Calamagrostis sp. con altura <1m, Puya sp., arbustos de Asteraceae y helechos
3800 1 Calamagrostis sp. con altura <40cm, algunas Puya sp. y arbustos de Asteraceae
2 Calamagrostis sp. con altura <40cm
3 Calamagrostis sp. con altura <70m, Puya sp., arbustos de Asteraceae y Lupinnus sp., y cojines
4 Calamagrostis sp. con altura <40cm, muchas Puya sp.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 81
Guandera
Altitud Transecto Tipo de vegetación
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura >1m, muchas Puya sp., Cortaderia sp., arbustos de
3500 1
Asteraceae e Hypericum sp., y helechos
2 Calamagrostis sp. con altura <1m, muchas Puya sp., Cortaderia sp. y arbustos de Asteraceae e Hypericum sp.
3 Calamagrostis sp. con altura <70m, Puya sp., Cortaderia sp., helechos y arbustos de Asteraceae e Hypericum sp.
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. altos <1.5m, muchas Puya sp., Cortaderia sp., arbustos de Asteraceae
4
e Hypericum sp. y helechos
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <1m, muchas Puya sp., Cortaderia sp. y arbustos de
3600 1
Asteraceae e Hypericum sp.
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <1m, muchas Puya sp., Cortaderia sp. y arbustos de
2
Asteraceae e Hypericum sp.
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <1m, muchas Puya sp., Cortaderia sp., arbustos de
3
Asteraceae e Hypericum sp. y helechos
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. altos <1.5m, muchas Puya sp., Cortaderia sp., arbustos de Hypericum
4
sp. y Ericaceae, y helechos
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <1m, Puya sp., Cortaderia sp. y arbustos de Asteraceae e
3700 1
Hypericum sp.
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. con altura <1m, muchas Puya sp., Cortaderia sp. y arbustos de
2
Asteraceae e Hypericum sp.
Alta densidad de vegetación: Calamagrostis sp. altos <1m, muchas Puya sp., Cortaderia sp., Hypericum sp., y arbustos
3
de Ericaceae y Asteraceae
4 Calamagrostis sp. altos <1m, Puya sp., Cortaderia sp., Hypericum sp., arbustos de Ericaceae y Lycopodiaceae
3800 1 Calamagrostis sp. con altura <1m, Puya sp., Cortaderia sp., musgo, helechos y arbustos de Asteraceae
2 Calamagrostis sp. con altura <1m, Puya sp., Cortaderia sp., musgo y arbustos de Asteraceae
3 Calamagrostis sp. con altura <1m, Puya sp., Cortaderia sp., musgo, helechos y arbustos de Asteraceae
4 Calamagrostis sp. con altura <1m, mucha Puya sp., Cortaderia sp., musgo y arbustos de Asteraceae
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 82
400
311
289
325
818
549 1371
1002
300 424
888
Altura de la roseta (cm)
914
906
411
406
638
874 1374
329 704
749 936
822
588 1120
895
957
908
443
24 847 943
1299
1384
414
256 673
614 994
1064
440
453
445
421 891
1354
1032
958
229
362
459 1083
897
200 1337
989
432
228
484
318
25 1339
1183
1286
1232
1163
430
449
403
205
404
290 1319
1303
1255
1322
166
312 1167
1217
1013
1245
1270
1063
436
147
118
100
0
N= 485 399 514
Altitudes (m)
FIGURA 1: Relación entre la altura de la roseta y la elevación, en las tres altitudes comunes de las localidades.
100
297 512
765 1175
831
510
80
Diámetro de la roseta (cm)
60
40
20
0
N= 486 399 514
Altitud (m)
FIGURA 2: Relación entre el diámetro de la roseta y la elevación, en las tres altitudes comunes de las
localidades.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 83
10
Capítulos/inflorescencia
9
8
Núm prom.
4
3500 3600 3700 3800 3900 4000 4100
Altitud (m)
FIGURA 3: Efecto de la altitud en el promedio del número de capítulos por inflorescencia para la localidad de la
23 (◊), El Voladero (□) y para la especie (∆).
30
Capítulos por inflorescencia
130
20
115
16
94
152
113 403
609
391
508
95
121
72
13 286
680
275
255
315
607
254
288
476 1015
1016
971
1047
1018
934
940
1013
1057
1038
943
941
1058
1019
1056
1033
970
10 1055
1017
862
992
863
1014
994
993
1054
747
865
876
866
942
875
864
1041
1003
874
0
N= 248 471 366
Altitud (m)
FIGURA 4: Relación entre el número de capítulos por inflorescencia y la elevación, en las tres altitudes comunes
de las localidades.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 84
100
90
Porcentaje cobertura/30m2
80
70
60
50
N= 4 4 4 4 4
Altitud (m)
FIGURA 5: Variación en el porcentaje de cobertura vegetal de acuerdo a la altitud, para la localidad de La 23.
100
Porcentaje cobertura/30m2
90
80
70
60
N= 4 4 4 4
Altitud (m)
FIGURA 6: Cambio en el porcentaje de cobertura vegetal con la altitud, en el sitio de estudio Guandera.
Sánchez, 2004. Morfometría y Demografía de E. pycnophylla. 85
100
90
Porcentaje cobertura/30m2
80
70
60
50
N= 4 4 4
Altitud (m)
FIGURA 7: Variación en el porcentaje de cobertura vegetal de acuerdo a la altitud, para el sitio de estudio El
Voladero.
400
763
226
431
300 317
Altura de la roseta (cm)
683 343
335
682 737
365
537 386
265
740
24
372
423
493
664 291
461
387
730
724 175
282
200 720
718 736
418
271
25
739
255
709
829 442
735
492
396
726
312
287
699
698
719
611
604
764
787
598
830
810
501
803
559
631
516
603
697
605
715
871
633
862
499
805
517
800
519
708
766
809
767
850
556
875
632
100 788
649
0
N= 344 459 73
0 1 2
300
167
301
367
467
149
336
Altura de la roseta (cm) 150 282
255
430
200 108 14
159
530
254
510
231
350
514
192
61
365
395
87
348
134
417
100
0
N= 465 95
1 2
400
38
16
52
282
506
300 151
Altura de la roseta (cm)
138
133
509 338
56
213
434
519
489
89
200 472
272
421
367 319
474
454
390 438
340
457
265
255
447
100
0
N= 141 187 205
0 1 2
100
188
186
160
175
60
40
20
0
N= 344 459 73
0 1 2
100
357
51
41
80
Diámetro de la roseta (cm)
60
40
20
0
N= 465 95
1 2
100
489 340
60
40
20
0
N= 141 187 205
0 1 2
120
100
Número total juveniles
80
60
40
17
20
0
N= 10 27 10
0 1 2
ANEXO 4. Tablas de vida por altitud para cada una de las localidades
Localidad: La 23
Tabla 1: Tabla de vida para Espeletia pycnophylla a 3600 m de altitud (N=383)
Número de Proporción de Mortalidad de
Clases supervivientes Individuos Probabilidad individuos Tasa de
de altura al inicio de la clase en cada clase de supervivencia entre clases mortalidad
(x) (Nx) (p) (lx) (dx) (qx)
1 221 0.577 1.000 119 0.538
2 102 0.266 0.462 72 0.706
3 30 0.078 0.136 13 0.433
4 17 0.044 0.077 8 0.471
5 9 0.023 0.041 7 0.778
6 2 0.005 0.009 1 0.500
7 1 0.003 0.005 0 0
8 1 0.003 0.005 1 0
9 0 0 0 0 0
Localidad Guandera
Localidad El Voladero