Funcionalismo y Conflicto

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Universidad Nacional Autnoma de Mxico

El Funcionalismo y el Anlisis del Conflicto Author(s): Howard Brotz and Oscar Uribe Villegas Source: Revista Mexicana de Sociologa, Vol. 24, No. 3 (Sep. - Dec., 1962), pp. 867-878 Published by: Universidad Nacional Autnoma de Mxico Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3538779 . Accessed: 01/09/2011 13:43
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El Funcionalismo el Ana'lisisdel Conflicto y


Por Howard BROTZ, de Smith College, Northampton, Mass., U.S.A.-Vertido especialmentedel inglIs para la Revista Mexicana de Sociologia, por Oscar Uribe Villegas. N la sociologiaestadunidensese ha acusado al funcionalismode que * presenta un aspecto conformista.* La critica de Tumin en relacion con Davis-Moore, si hemos de tomar un ejemplo, ha puesto de manifiestocual es la forma en que el marco te6rico de referenciade un analisis funcionalista de la estratificaci6nIlega a postular la necesidad de la desigualdaden general. De este modo, se llega a hacer una defensa simultanea de la necesidad de las desigualdadesespecificas, existentes en la sociedad observada. Toda la estructuraanalitica -en el grado y medida en que recurre a desigualdadesdadas para ilustrarsu teoria- hace que desaparezcala distinci6n entre las justificacionessociales transitoriasde una distribuci6n dada de valores y las bases de las categorias permanentes de la desigualdad.
Ralf Dahrendorf, "Out of Utopia". American Journal of Sociology. LXIV (1958), 115-27; Cliford Geertz, "Ritual and Social Change". American Anthropologist. LIX (1957), 32-54; Wayne Hield, "The Study of Change in Social Science". British Journal of Sociology, V (1954), 1-10; Melvin M. Tumin. "Some Principles of Stratification: A Critical Analysis".American Sociological Review, XVIII (1953), 387-94. Dos ejemplos representativos de teoria funcionalista que proporcionan el trasfondo para el analisis que aqui haremos son los de Kingsley Davis y Wilbert Moore, "Some Principles of Stratification",Arrerican Sociological Review, X (1945), 242-7; Robert Merton, "Manifest and Latent Funtions" en su Social Theory and Social Structure. The Free Press. Glencoe, 1949, 21-82. * * Presentado en la reuni6n anual de la Asociaci6n Sociologica Neoyorquina, que tuvo por sede los Colegios Hobarth and William Smith, de Geneva, New York, en 1962.
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Este enfoque produce estos resultados porque deja de lado la critica del status quo, que tiende a convertirse en niveladora en el cambio social, y porque, donde reconoce su peso social y politico, da la apariencia de no poder ser tratado sociologicamente todo ello a menos que se diga que se trata de algo que es "disfuncional para el sistema". Pero, llamar "disfuncional" a cualquier cambio o demanda de cambio de un sistema equivale a ver dicho sistema desde el angulo de quienes se aprovechan del mismo. Esto no puede dejar de colorear las propias observaciones, independientemente de que pensemos que somos muy neutrales en relacion con dicho sistema. Desde este angulo, nos vemos impulsados a denominar "comportamiento aberrante" a lo que es, en realidad, una critica honesta, emitida valientemente frente a oposiclones considerables. Porque dno es verdad que dicha formulacion pierde de vista, por completo, que es lo que constituye una critica honesta? Ahora bien, hay que subrayar, desde el principio, que esta clase de conformismo no deriva de un "compromiso ideologico". Claro esta que podemos sentiros tentados a adscribir alguin peso a la influencia ejercida por la sociedad opulenta, al menos en cuanto apoyo mas o menos vago para este enfoque. Pero esta no fue, ciertamente, la sociologia de la depresion. La que hace que esta posici6n sea tan interesante y tan dificil de desentrafnar, intelectualmente, es la determinaci6n del grado en que el conformismo puede ser, en realidad, resultado volinolente, de ciertas premisas teoricas. Como es de suponer, el meollo del asunto estriba en determinar cual es la noci6n que, dentro de este enfoque, se tiene del concepto central de "funci6n". El funcionalismo, por si mismo, es realista, y, por tanto, no teleologico. Esto significa que, si se ha de describir de un modo realista lo que esta haciendo una instituci6n, deben de buscarse no sus propositos, sino sus resultandos. Los primeros pueden constituir solamente un conjunto de criterios legalistas que no proporcionaran guia precisa para saber que es lo que en realidad esta ocurriendo en la sociedad. La funcion se re-define, asi, no como un fin, sino en terminos de sus consecuencias para los individuos o para los grupos. Sin embargo, esto solo no constituye ningin cambio fundamental de orientaci6n, pues la funcion de una instituci6n concebida en terminos de sus prop6sitos y de las consecuencias para el individuo no representa dos cosas radicalmente separadas, sino dos aspectos complementarios. Si la funcion de un hospital es la de administrar al enfermo y esta realizando esta funci6n, las consecuencias para el individuo estaran presentes, de hecho. La funci6n de una instituci6n como su fin o prop6sito social, se especifica, asi, en terminos de ciertas consecuencias para los indivi-

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duos. No hay nada ni de mistico ni incluso de vago acerca de la funci6n en este sentido teleologico. El cambio real en la orientaci6nse produce cuando el funcionalismo, al tratar, curiosamente,de corregirla estrechezde los criterioslegalistas deja caer, juntamente, como un elemento de analisis, no s6lo los pensamientos legales, sino tambien los pensamientos y las opiniones translegales acerca de los propositosde las instituciones,que son los que proporcionan las normas indispensablespara buscar cuales son, de hecho, una los resultados.Desde este angulo, todo lo que hace sistematicamente instituci6npor los individuos, es parte de su funcion o de sus funciones. Para que, con todo, tiene importancia seinalarque este punto de vista preserva una teleologia; pero una radicalmenteindividualista. El horizonte analitico, en lugar de ser el punto de vista del todo, se vuelve ahora congruente con el horizonte del individuo particular y concreto que busca o que obtiene en forma que no es intencional, su propia ventaja personal. Sin embargo, desde este angulo es dificil, si no totalmenteimposible, ver la estructuradel todo, o sea, la comunidadpolitica, de la que dependen las finalidades privadas de los individuos y que establece en una la forma omnicomprensiva jerarquia de los fines. El problema te6rico que surge ahora es que, desde el angulo del beneficiario que encuentra aprovechableuna instituci6n para sus propios fines privados,hay un numero enorme -si no infinito- de dichos usos; un campo de oscilaci6n tan amplio como el ingenio humano y las
idiosincrasias.

Una descripci6nrealmenteprecisa puede culminar, asi, uinicamente, en un arreglo asombroso,si no ca6tico, de dichos usos y ventajas, que s6lo podrian describirselateralmente, o sea, como si fueran de igual posici6n o respetabilidaden dicha sociedad. Y no lo son. Donde hay conflictosde intereses,esta respetabilidaddiferenciapuede repercutirdeterminandocual sera el interes que prevalezca.Asi, por ejemplo: 'Es "funcion" propia de una institucion educativa la de proporcionarclientes a los almacenescomercialesdel vecindario?En principio podria haber un conflicto de intereses entre los almacenistasy la instituci6n educativa por ejemplo, en lo que se refiere a la politica de admisi6n de solicitantes; los primeros podrian exigir publicamente un aumento de la inscripci6nbasados en el supuesto de que la instituci6n educativa tuviera como una de sus "funciones latentes" la de proporcionarlesclientes; o sea, que esta instituci6neducativa existiriapara sus interesesde almacenistas. Sugiero con ello que el funcionalismo, con su perspectiva privada,

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pierde de vista los siguientes hechos, que son cruciales, sociologicamente hablando. A pesar de que una instituci6n haga una multitud de cosas para una multipilicidad de grupos e individuos, s6lo algunas de las cosas que hace pueden defenderse puiblicamente, en cuanto cosas que debe de hacer. Estas son funciones publicamente defendibles, y la posesi6n de las mismas hace que una instituci6n resulte respetable en esa sociedad. Estas funciones son las que proporcionan el foco desde el cual la gente, en esa sociedad, ve o habra de ver cuanto haga la instituci6n. Es con base en esas funciones publicamente defendibles como la gente quiere considerar la instituci6n como establecida, y como institucion que realiza lo que le compete y no algo que corresponde a otra institucion. Cuando la gente dice, por ejemplo, que una escuela no es ya una escuela sino un club social, no solo da a entender que estas instituciones tienen diferentes funciones, sino que cada una de esas funciones define a cada una de estas instituciones. Dichas personas sirven de voceros de una opini6n cuyas implicaciones te6ricas son esas. Esas funciones publicamente defendibles son, mas aun, en esa sociedad, el foco que permite captar la jerarquia que se establece entre las funciones que esa instituci6n tiene o puede tener, asi como la direccion de sus actividades; es lo que permite captar cual es su que y cual su

para que'.
Esa jerarquia de funciones, deriva de o apunta a un entendimiento de una funci6n piblica, y proporciona el criterio necesario para determinar que actividades son las que hay que considerar como centrales, cuales como subordinadas y cuales como neutrales en relaci6n con las funciones de tal institucion. Asi, si ejemplificamos en el nivel de lo mas obvio, aunque tanto los hospitales y las escuelas de los climas frios y huimedos tengan que alojarse en edificios que a su vez requieren alguna clase de servicio de vigilancia, puede verse claramente que dicho servicio no tiene que ver con la definici6n de las funciones de unos y otras. Entonces, podemos decir que es con referencia a esta funci6n puzblica, como puede distinguirse y describirse con precisi6n, la variedad de cosas que hace una instituci6n. Esta variedad va desde la funci6n publica misma, a funciones cuasi-publicas que le estan confiadas y, en desvanecimiento progresivo, a los beneficios privados sistematicos que no pueden defenderse publicamente, pero que resultan invulnerables; de ellos a los beneficios sistematicos privados, vulnerables en caso de ataque y, finalmente, a la infinidad de beneficios privados accidentales que no interesan a nadie fuera de quien los obtiene. Gracias al concepto de funcion publicamente defendible se esta en

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posibilidadde describirla situaci6n en la que se encuentra una instituci6n que no tiene tal tipo de funci6n y que, por tanto, no es respetable en dicha sociedad (como ocurre con un mercado negro), pero que, al mismo tiempo, realiza ciertos servicios que tienen ciertos titulos publicamente defendibles,que todo el mundo conoce y que le asegurancontra el ataque de todos, con excepci6n de los extremistas. Tambien aqui son importantesel sigilo y el modo de defensa. Hay ciertas actividades que, en grado moderado, carecen de respetabilidad, y ciertasinstitucionesdel mismo tipo, que se considerandeseableso politicamente necesarias,pero que s6lo pueden defenderse en cuanto tales en forma privada y no publicamentepor un funcionario que hable ex cathedra. Esto significa que pueden ser toleradas y, en algunos casos, pueden tolerarseabiertamentes61oen tanto que un funcionariopublico no se vea forzado a reconoceroficialmentesu existencia. Es a la luz de tales consideracionescomo los funcionariosmismos buscan que ciertos casos queden "fuera de los archivos",o sea, que buscan mantener las cosas en tal punto que no les obligue a no encontrarmas salida que la de reconocersu existencia y proceder de acuerdo con ello. Cuando un gobierno se empena en actividades politicamente necesarias, pero carentes de respetabilidad (tales como el espionaje) tiene en que desconocersimplementecualquier responsabilidad dichas actividades en casos de que sus espias sean capturados.Conformelo han mostrado acontecimientos recientes,no es tanto la comisi6nde los actos (que todos los gobiernos conocen en cuanto tambien los practican), sino el reconocimientoy la defensa publica de dichos actos, lo que impele al gobierno espiado a reaccionarcon indignaci6n publica. Lo ultimo conlleva un derecho a ejercitartales actividadesque la mera (y no reconocida) realizaci6nde las actividades,no posee. No necesitamosdesarrollar distincionesulterioresde esta misma clase. Lo que hace defendible la funcion de una instituci6n en forma publica consiste en que se puede alegar, en circunstanciasdadas, y dentro de un ambito dado de opini6n, que esta funci6n sirve a una necesidad social. Es esto lo que distinguea una funci6n publica de un interespuramente privado. Aun mas, con objeto de que una instituci6n sea respetable y publicamente defendible, tiene que realizarseun alegato en el sentido de que su funci6n sirve a las necesidadesde la sociedaden cuanto un todo. Esto es algo que se impone en cuanto en la naturalezade cada sociedad esta el entendersea si misma en cuanto fenomeno moral. Basta con pensar cual seria la situaci6n de proposicionesque se presentaran en la plaza piblica con la justificaci6n de un "Quiero esto porque si; porque me viene en gana". Incluso quienes se adhirierana

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un conductor social que se atreviese a hablar asi puiblicamente, no confiarian en el. Ademas, todo problema politico suscita no s6lo la aparici6n de un conjunto de grupos extremos, sino uno medio, de mayor o menor magnitud y fuerza, cuyos intereses no son precisamente los de cada uno de los extremos. La necesidad de buscar el apoyo de este grupo medio (que es el requerimiento normal para una sociedad no dividida en facciones que se encuentran al filo de la guerra civil) hace necesario que se propongan programas que trasciendan los intereses especiales y estrechamente definidos de cada extremo. Finalmente, al ver la totalidad desde el angulo del de enmedio, notamos que incluso los extremos -si no han de convertirse en simples conspiradores- tienen que sentir que al menos algo de su interes legitimo (o sea, aquel que puede exponerse en forma respetable en el agora) no ha sido ignorado pura y simplemente. Las propuestas politicas, entonces, en el grado en que son politicas y no simples manifestaciones de un poder privado, ilicito (como en el caso de un hombre armado de una pistola que mantiene a raya a su victima), deben culminar en la proclama de que las mismas sirven a las necesidades o al bien del todo. Esta es la naturaleza de las cosas. Sin embargo, las necesidades de la sociedad o lo socialmente necesario no es algo politicamente univoco (como las necesidades de un organismo) y que pudiera dictarse a una sociedad mediante tratados. Estas necesidades son, mas bien, cosas que estan sujetas intrinsecamente a disputa social y politica. Esto es asi porque su determinaci6n plantea el problema de la justicia, y esta es una cuesti6n permanente de la vida social. Asi, en contraste con el mundo de los asuntos humanos, el coraz6n no tiene que alegar que es mas importante para la salud y la vida que otros 6rganos "dispensables"; no tiene que defenderse a si mismo mediante una accion politica en el sentido literal de dicho termino. Los mecanismos de "defensa" son tales solo en sentido metaf6rico. El coraz6n no es -dicho en breve- un agente politico; como tal, no hace reclamos politicos. Todo esto es la contrapartida del hecho de que los 6rganos del cuerpo no estan arreglados en partidos politicos o en grupos de interes que tengan normas de salud mutuamente conflictivas. Hacen su trabajo, sin suscitar el problema de sus derechos legitimos, pues, de lo contrario, el organismo pereceria. En virtud de tales consideraciones, cualquier intento para calcar una teoria sociologica o politica de una analogia fisiol6gica puede conducir, en el mejor de los casos, solo a una metafora politica o a un mito politico. Piensese en las analogias organicas familiares a la Edad Media, en

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las cuales las partes de la sociedad se asimilabana las partes del cuerpo, que funcionariancada una en su sitio para contribuiral bienestar del todo, y que necesariamentese trasformabancuando las partes trataban de usurpar funciones correspondientes otras partes. Cuando desapaa rece la intenci6n politica subyacentea tales mitos y todo lo que queda es una analogia fisiologica en cuanto modelo explicativo de c6mo trabajan de hecho las sociedades, el analisis no puede desembocarsino en confusi6n. Demos por supuesto que tanto los sistemas fisiologicoscomo los sistemas politico sociales sean "sistema".Seguira siendo debatible el si la diferenciaentre estos dos tipos de sistema es o no es mas importante,y te6ricamentem/asinstructiva,que cualquiersimilaridadanal6gica; pero, ademas, hay que reconocer que tal diferencia se encuentra oscurecida por la analogia. La diferencia -si hemos de repetir- consiste en que la forma de integraci6n de una sociedad, o sea su orden politico, esta en si mismo, sujeto intrinsecamentea disputaspoliticas. Este hecho hace que la analogia fisiol6gicano s61osea superflua,sino conduzca a error.l Asi, con base en la analogia fisiol6gica, puede decirse que las sociedades tienen que hacer ciertas cosas para sobrevivir.Pero, en los asuntos humanos no es siempre la supervivenciacosa de sobreviviren determinados terminos. iNo han cometido ciertas sociedades,electivamente,un suicidio colectivo, antes que rendirse?Las sociedadesno estan integradas como cuerpos o sistemas hidraulicos con tubos interconectadosen los que cada parte tenga un sitio determinado en el conjunto; por el contrario, estan compuestasde partes o interesespoliticos que compiten por un rango dentro del conjunto y, por tanto, por la estructuradel todo. Incluso cuando la preservaci6ndel todo mismo se plantea como problema, diferentespartes pueden tener diferentes puntos de vista acerca de si la supervivenciaes o no algo digno de buscarse,y la voz de la parte preponderante puede ser suficientementepoderosacomo para impulsara toda una sociedad hacia su autodestrucci6n total.2
1 Para una discusion mas completa, v6ase mi estudio sobre "Social Stratification and the Political Order". Anerican Journal of Sociology, LXIV (1959), 571-8. 2 "Algunos estaban por la aceptaci6n de las proposiciones en cuanto ofrecian la unica oportunidad de preservaci6n. Pero, los sacerdotes asumieron una actitud diferente respecto de esto. Sabian que la ruina de su propio orden habria de subseguir el triunfo del Cristianismo (...) La elocuencia de los sacerdotes que tocaba con gran arte los puntos sensibles de su pueblo, hizo que Guatemozin se enardeciera (...) <<Quenadie que tenga en algo su vida hable de rendici6n. Al menos podemos morir como guerreros>>". William H. Prescott, History of the Conquest of Mexico. The Modern Library. New York, p. 589. Vease asimismo el di,logo en Melo, en la Historia de la Guerra Peloponesica, de Tucidides.

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En un nivel inferior de generalidad, puede decirse, siguiendo nuevamente la analogia fisiol6gica, que todas las sociedades requieren un gobierno para mantener la ley y el orden, justamente en la misma forma en que todos los cuerpos requieren de un sistema nervioso central. Pero "el gobierno", en abstracto, no existe. Todo gobierno adquiere forma en cuanto gobierno de determinado tipo, que se define y distingue de otros tipos o clases de gobierno por la clase gobernante, por la clase de gente que detenta poder y prestigio -democracia, aristocracia, gobierno de los sefores del campo, de los rabis, de los reyes fil6sofos, etc. Puesto que cada clase de gobierno o mantiene en cualquier forma la ley y el orden o tiene que hundirse en el caos, s61o las cosas que diferencian a los gobiernos son las que preocupan mas a la gente, por su efecto omnicomprensivo sobre la vida de la sociedad. Asi, si se da por concedido que debe haber gobierno, no puede dejar de sentirse preocupacion por la clase de hombres y de intereses de clase que habran de dirigirlo. Lo que esta en juego no es meramente la forma en que se administrara la ley ya que es inseparable de este el problema de las normas morales, politicas, culturales, esteticas, que se alzaran para que alcancen respeto publico al elevarse al poder la clase gobernante especifica. Se trata, nada menos, de la forma de vida de esa sociedad. Cuando se ve el gobierno (o, para ser mas precisos, el orden politico) en la plenitud de sus dimensiones politicas y culturales, se prueba que no hay -en este nivel- una necesidad universal a lo largo o dentro de todas las sociedades. Esto es algo que resulta impedido por la noci6n misma de elecci6n. Los grupos y clases diferentes tienen opiniones diferentes acerca de cuales son las necesidades de la sociedad y de cual es la clase de gobierno que puede servir mejor a esas necesidades. Estos grupos tienen oportunidades variables de conseguir el poder. Esto, de por si, es causa necesaria de variedad de los 6rdenes politicos.3 En virtud de la ambigiiedad y, por tanto, del desacuerdo que existira en la sociedad acerca de sus necesidades generales, habra ambigiie3 El unico sentido en que resulta significativo hablar de "gobierno" en abstracto, en cuanto entidad politicamente importante, cabe en expresiones del tipo de "cualquier gobierno es mejor que la carencia de todo gobierno". Pero, en cuanto opini6n politica significativa, sin embargo, esta solo puede ser la demanda de gente que se encuentre en un estado de completa carencia de ley, en un desorden absoluto. Pero, la unica clase de gobierno que puede surgir en estas circunstancias es alguna forma de dictadura, sea en su forma mas benigna o en la forma de las dictaduras mas permanentes de todos los tiempos. El mero gobierno, en lo aparenteinente abstracto, no es s6lo el producto de una situacion extrema sino que toma forma, necesariamente en un orden politico especifico.

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dad y desacuerdo acerca de los prop6sitoso funciones de instituciones que consideran estas funciones como su justificaci6n publica. La funcion, por supuesto,debe entenderseaqui, a la luz del argumentoprevio, no en sentido formal, legal o burocratico,sino con respectoal contenido: naturalezay cualidad de las actividadesque la instituci6nrealiza y acerca de las que podria surgir alguna disputa. Al considerarestas materiasen una perspectivadinamica, en un momento en que el cambio es visiblementeinminente o se esta realizando, vemos una competencia vocal entre diferentes grupos que alegan ante un tribunal publico en el sentido de que su punto de vista es el que sirve mejor las necesidadesde la sociedad. Cual sera el punto de vista que gane es algo que dependera del rejuego de las circunstancias,del interes y de la opini6n, siendo la ultima una base para apelar a ciertos principios con que relacionarla correcci6no rectitud de la politica que se propone. Las proposicionesen favor de un derecho universal a una educaci6n superiorno tendrian,obviamente,el mismo peso, en una aristocracia y en una democraciaque hace un llamado a premisascomo la que establecela igualdad de los hombresen cuanto principio uiltimodel orden politico en cuanto un todo. Si se ve el asunto de una manera estatica, puede decirse que cada institucionque reclamapara si la respetabilidad publica es un settlement o acuerdo. Esto, por supuesto, es verdad del orden politico en cuanto totalidad que es modelo de todas las institucionessubsidiarias. Un cierto punto de vista de cual es la funci6n publica de la instituci6n y los intereses correspondientesemerge hasta adquirir pre-eminencia. Los puntos de vista alternativosy los intereses correspondientes llegan a quedar subordinados en cuanto a prestigio e influencia. Los primeros adquieren oralidad, son autorizados, respetables.Los ultimos son, mas o menos, reducidosal mutismo, o no se les escucha, llegando a ser verdaderasvoces que claman en el desierto. Sin embargo, no puede verse esta distribuci6nde poder, prestigio e influencia de una manera demasiadoestatica, como si se tratara de una especie de corte geologico transversal.Porque, aunque dentro de un cierto mutismo, la oposici6n esta presente, con puntos de vista diferentessobre la funci6n de las instituciones, que esperan su oportunidadpara vocalizarse. La existencia de esa oposici6n y su potencialidadpara hacerse oral significa que el punto de vista dominante esta, en principio y potencialmente, siempre ante un tribunal publico. El grado en que pueda llegar a actualizarsedependera de la fuerza que la oposici6n tenga para obligar al punto de vista dominante a defender piblicamente su posici6n. De este modo, antes de que el analista decida que el punto de vista

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del partido que se encuentra en el poder representa la funci6n de la instituci6n, tiene que pesar cual es la fuerza de la oposici6n. Si esta ha sido reducida a la insignificancia politica (como ocurre con el monarquismo o el pro-esclavismo en Estados Unidos de America) puede ser ignorada. Tal punto de vista no tiene oportunidad de llegar a ser respetable, de acuerdo con ninguin calculo racional o practico. Pero, tal extremo es un ejemplo de una opini6n que no solo esta muda, sino extinguida. No lejos de ese extremo, se encuentra la oposici6n que puede llegar a hacerse oral y preeminente. Para el analista, decidir que el punto de vista del partido dominante en un momento es la funcion o lo que confiere beneficios privados a grupos de individuos es hacer abstraccion del hecho de que otros grupos de la sociedad no piensan que sea esa la funci6n. En otras palabras, el analista, no puede hacer abstraccion del hecho de que determinar la funci6n institucional (fenomeno paralelo del de la necesidad funcional) depende de una decisi6n social. Un analista que ignora completamente el peso de la opini6n de los opositores al decidir que algo es la funci6n o que algo es funcionalmente necesario, se coloca en una posici6n tal que estos pueden preguntarle legiticamente con que derecho habla a nombre de la totalidad. Mas aun, puede estar describiendo como funci6n algo que se encuentre al filo del repudio y del colapso politico. Este punto de vista culmina, generalmente, en una absolutizaci6n del status quo, sin que importe que tan debil o que tan fuerte sea este. Esto conduce a nuestras anotaciones finales. C6mo llega a convertirse en oral, preeminente, autoritaria una oposicion que, hasta un momento antes ha estado subordinada? Formalmente -y a esto nos limitaremos en este analisis preliminar- lo logra cuando es capaz de desacreditar al partido en el poder. La oposici6n gana credito cuando puede hacer un alegato que triunfe, en el sentido de que el partido en el poder es incompetente para servir al bien comun. En el mismo grado en que el acuerdo que estableci6 la dominaci6n del partido en el poder haya sido realmente estable, la oposicion tendra que depender de un cambio masivo de las circunstancias que choque de tal modo con la opini6n publica como para que pueda hacerse un uso ret6rico de tales hechos al hacer su alegato con respecto a que son realmente esos nuevos hechos y, por tanto, esas nuevas necesidades. Sin embargo, al hacer todo esto, la oposicion apela tambien a ciertas oposiciones y principios que coexisten en la sociedad con los del partido dominante y que ahora usa ella para apoyar sus reclamos a la luz de

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los nuevos hechos. Cuando el capital hubo sido desacreditadomasivamente por la depresionel Nuevo Trato fue capaz de proponer un programa de beneficio social que apel6 a principios que coexistian en una forma ambigua con los del laisser faire. Cuando se observa la controversia educativa en Estados Unidos de America, vemos que el partido en el poder ha sido desacreditadoen cierto grado por los logros tecno16gicosrusos.Al seialar estos extremos,la oposici6n no solo aduce estos hechos sino que, como una base de cambio, apela a ciertas normas de excelencia que coexisten, en forma ambigua, con el principio de igualdad. Si esta difusi6n de principio no existiera, no podria haber cambio pacifico, o sea, cambio basado en un consentimientode cualquier magnitud (politica, especialmente) puesto que los diversosprincipioscuando se radicalizany son empujados hacia sus extremos te6ricamenteconsistentes, puede verse se encuentran en conflicto y tensi6n entre ellos. Las propuestas moderadas, sin embargo, deben tratar de aminorar, tanto como sea posible, dicha tensi6n y hacer su alegato en forma tal que gane el maximo de acuerdoy antagonicecon tan poca gente como sea posible. Como senialamos antes, toda instituci6n logra ser apoyada por intereses privados. Esto proporciona motivos poderosos para sostener a la instituci6n en la direcci6n en la que esta marchando. Ahora, con respecto al problema del cambio institucionaly politico, basta notar aqui que, hasta tanto la opini6n sea tal que no pueda alegarse publicamente que la instituci6n no esta realizandosu funci6n, sera muy dificil atacarla si se trata de hacer esto mostrando tan solo cuales han sido los interesesprivados a los que ha estado sirviendo. Se puede acusar al partido en el poder de ser "constructorde imperios", de sostener "interesescreados", de "estar empollando en sus protodas las recompensas", todo esto puede y pios nidos" o de "monopolizar ser cierto (al menos en cierta medida), pero, en tanto no pueda alegarse que su politica es equivocada, el ataque s6lo recordarael cuento de la zorra y las uvas. En el grado en que el partido en el poder pueda hacer publica defensa de su politica, podra silenciartales criticas.Y, la defensa adecuada de su posici6n transformaraimplicitamente la critica de la oposici6n en resentimiento(o sea, en algo basado no en el derecho, sino en la envidia). Los detentadoresdel poder vuelven a emerger no como "interesescreados", sino como los mas calificados y, por tanto, como quienes tienen derecho a detentar la autoridad.Es por ello que un ataque contra los detentadoresdel poder que se base unicamente en que trabajanen su propio beneficio, es peor que inutil puesto que su derrota (como ocurre con cualquier derrota) colocara de nuevo la causa desinteresada en la base del ataque.

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S61o cuando la politica de los detentadores del poder haya comenzado a perder credito (o sea, s6lo cuando los hechos que les competan choquen con la opini6n en forma politicamente demostrable) puede hacerse un ataque publico de que estan detentando el poder a costa de algo. Sin que importe hasta que grado la calidad del estadista o la critica inspirada en el interes publico se adelanten a la opini6n, lo que se necesita es que el partido en el poder haya empezado a desacreditarse a si mismo por los hechos. E1 estadista, entonces, puede llamar la atenci6n hacia esos hechos, explicar su significado y, con destreza y buena fortuna, puede precipitar un cambio decisivo de la opinion. En una sociedad compleja, una investigaci6n detallada y cuidadosa que se realice por una "comisi6n investigadora de los hechos" puede ser necesaria para establecerlos con una imparcialidad o impecabilidad de la investigaci6n que otorgara autoridad a los reclamos que los hechos apoyan.4 El uso de tales comisiones, sin embargo, no debe hacer perder de vista el que aclarar los hechos de la situaci6n es una tarea y un ejercicio permanente del juicio practico del estadista. Y el sabe que, con objeto de que esos hechos conlleven un peso politico, las circunstancias deben ser tales que los mismos sean recognoscibles, inteligibles, significativos. Debe parecer que "hablan por si mismos". Solo entonces estara la critica libre del estigma del resentimiento, de ser "critica por la critica misma", o sea, de la irresponsabilidad puiblica. Solamente entonces la verdad adquirira la respetabilidad de una critica legitima. Solamente e;tonces sera verdaderamente hiriente, eficaz, el cargo que se haga.5

4 La implicaci6n de todo esto es que la mayoria de las controversias politicas no versan en torno de valores sino en torno de hechos. 5 Un ataque de los intereses en cuanto tales es, en otras palabras, el equivalente politico de la falacia genetica.

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