FORMA 103 2024
LECTURA 3 (Preguntas 17 a 24)
Cuento escrito por Enrique Anderson Imbert, publicado en 1976.
El leve Pedro
Durante dos meses se asomó a la muerte. El médico refunfuñaba que la enfermedad de
Pedro era nueva, que no había modo de tratarse y que él no sabía qué hacer… Por suerte
el enfermo, solito, se fue curando. No había perdido su buen humor, su oronda calma
provinciana. Demasiado flaco y eso era todo. Pero al levantarse después de varias
semanas de convalecencia se sintió sin peso.
—Oye —dijo a su mujer— me siento bien, pero ¡no sé!, el cuerpo me parece… ausente.
Estoy como si mis envolturas fueran a desprenderse dejándome el alma desnuda.
—Languideces —le respondió su mujer.
—Tal vez.
Siguió recobrándose. Ya paseaba por el caserón, atendía el hambre de las gallinas y de
los cerdos, dio una mano de pintura verde a la pajarera bulliciosa y aun se animó a hachar
la leña y llevarla en carretilla hasta el galpón.
Según pasaban los días las carnes de Pedro perdían densidad. Algo muy raro le iba
minando, socavando, vaciando el cuerpo. Se sentía con una ingravidez portentosa. Era la
ingravidez de la chispa, de la burbuja y del globo. Le costaba muy poco saltar limpiamente
la verja, trepar las escaleras de cinco en cinco, coger de un brinco la manzana alta.
—Te has mejorado tanto —observaba su mujer— que pareces un chiquillo acróbata.
Una mañana Pedro se asustó. Hasta entonces su agilidad le había preocupado, pero todo
ocurría como Dios manda. Era extraordinario que, sin proponérselo, convirtiera la marcha
de los humanos en una triunfal carrera en volandas sobre la quinta. Era extraordinario,
pero no milagroso. Lo milagroso apareció esa mañana.
Muy temprano fue al potrero. Caminaba con pasos contenidos porque ya sabía que en
cuanto taconeara iría dando botes por el corral. Arremangó la camisa, acomodó un tronco,
tomó el hacha y asestó el primer golpe. Entonces, rechazado por el impulso de su propio
hachazo, Pedro levantó vuelo.
Prendido todavía del hacha, quedó un instante en suspensión levitando allá, a la altura de
los techos; y luego bajó lentamente, bajó como un tenue vilano de cardo 1.
1
Corona de pelusa y filamentos, largos y finos, que rodea las semillas de muchas plantas compuestas,
que les sirve para ser transportadas por el aire.
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Acudió su mujer cuando Pedro ya había descendido y, con una palidez de muerte,
temblaba agarrado a un rollizo tronco.
—¡Hebe! ¡Casi me caigo al cielo!
—Tonterías. No puedes caerte al cielo. Nadie se cae al cielo. ¿Qué te ha pasado?
Pedro explicó la cosa a su mujer y esta, sin asombro, le convino:
—Te sucede por hacerte el acróbata. Ya te lo he prevenido. El día menos pensado te
desnucarás en una de tus piruetas.
—¡No, no! —insistió Pedro—. Ahora es diferente. Me resbalé. El cielo es un precipicio,
Hebe.
Pedro soltó el tronco que lo anclaba, pero se asió fuertemente a su mujer. Así abrazados
volvieron a la casa.
—¡Hombre! —le dijo Hebe, que sentía el cuerpo de su marido pegado al suyo como el de
un animal extrañamente joven y salvaje, con ansias de huir—. ¡Hombre, déjate de hacer
fuerza, que me arrastras! Das unas zancadas como si quisieras echarte a volar.
—¿Has visto, has visto? Algo horrible me está amenazando, Hebe. Un esguince, y ya
comienza la ascensión.
Esa tarde, Pedro, que estaba apoltronado2 en el patio leyendo las historietas del periódico,
se rio convulsivamente, y con la propulsión de ese motor alegre fue elevándose como un
ludión3, como un buzo que se quita las suelas. La risa se trocó en terror y Hebe acudió
otra vez a las voces de su marido. Alcanzó a agarrarle los pantalones y lo atrajo a la tierra.
Ya no había duda. Hebe le llenó los bolsillos con grandes tuercas, caños de plomo y
piedras; y estos pesos por el momento dieron a su cuerpo la solidez necesaria para
tranquear por la galería y empinarse por la escalera de su cuarto. Lo difícil fue desvestirlo.
Cuando Hebe le quitó los hierros y el plomo, Pedro, fluctuante sobre las sábanas, se
entrelazó con los barrotes de la cama y le advirtió:
—¡Cuidado, Hebe! Vamos a hacerlo despacio porque no quiero dormir en el techo.
—Mañana mismo llamaremos al médico.
—Si consigo estarme quieto no me ocurrirá nada. Solamente cuando me agito me hago
aeronauta.
2
Ocioso.
3
Aparato que permite demostrar la presión sobre un cuerpo sumergido. Consiste en un dispositivo con un
orificio en la parte inferior y un peso en la superior que se sumerge en un líquido, según el aire en su interior
y la presión externa.
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Con mil precauciones pudo acostarse y se sintió seguro.
—¿Tienes ganas de subir?
—No. Estoy bien.
Se dieron las buenas noches y Hebe apagó la luz.
Al otro día cuando Hebe despegó los ojos vio a Pedro durmiendo como un bendito, con la
cara pegada al techo.
Parecía un globo escapado de las manos de un niño.
—¡Pedro, Pedro! —gritó aterrorizada.
Al fin Pedro despertó, dolorido por el estrujón de varias horas contra el cielo raso. ¡Qué
espanto! Trató de saltar al revés, de caer para arriba, de subir para abajo. Pero el techo lo
succionaba como succionaba el suelo a Hebe.
—Tendrás que atarme de una pierna y amarrarme al ropero hasta que llames al doctor y
vea qué pasa.
Hebe buscó una cuerda y una escalera, ató un pie a su marido y se puso a tirar con todo
el ánimo. El cuerpo adosado al techo se removió como un lento dirigible.
Aterrizaba.
En eso se coló por la puerta un correntón de aire que ladeó la leve corporeidad de Pedro
y, como a una pluma, la sopló por la ventana abierta. Ocurrió en un segundo. Hebe lanzó
un grito y la cuerda se le desvaneció. Cuando corrió a la ventana ya su marido subía por el
aire inocente de la mañana, subía en suave contoneo como un globo de color fugitivo en
un día de fiesta, perdido para siempre, en viaje al infinito. Se hizo un punto y luego nada.
Anderson Imbert, E. (1976). El leve Pedro. Alianza Editorial.
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17. A partir del primer párrafo del relato, ¿qué se concluye respecto de la situación de
salud de Pedro?
A) Que la pérdida de peso de Pedro fue consecuencia de una grave enfermedad
anterior.
B) Que la enfermedad se agudizó debido a que Pedro se rehusó a seguir el
tratamiento.
C) Que la proximidad de la muerte modificó la manera en que Pedro enfrentó su
enfermedad.
D) Que la actitud positiva de Pedro ante su enfermedad fue la razón de su
recuperación inicial.
18. ¿Cuál es la finalidad del narrador al mencionar “la ingravidez de la chispa, de la
burbuja y del globo” en el siguiente fragmento?
«Según pasaban los días las carnes de Pedro perdían densidad. Algo muy raro le
iba minando, socavando, vaciando el cuerpo. Se sentía con una ingravidez
portentosa. Era la ingravidez de la chispa, de la burbuja y del globo. Le costaba
muy poco saltar limpiamente la verja, trepar las escaleras de cinco en cinco,
coger de un brinco la manzana alta».
A) Comparar las emociones de Pedro con la fragilidad de los elementos
nombrados.
B) Ejemplificar la inestabilidad de los movimientos de Pedro con las características
físicas de los elementos nombrados.
C) Ilustrar la confianza alcanzada por Pedro para moverse como los elementos
mencionados.
D) Asimilar la significativa falta de peso de Pedro con la naturaleza de los
elementos mencionados.
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19. ¿Qué finalidad tiene la observación de Hebe en el siguiente fragmento?
«—Te has mejorado tanto —observaba su mujer— que pareces un chiquillo
acróbata».
A) Valorar el creciente interés de Pedro hacia el trabajo.
B) Resaltar el cambiante estado de ánimo de Pedro.
C) Subrayar el renovado espíritu de Pedro hacia la aventura.
D) Ilustrar la reciente agilidad demostrada por Pedro.
20. ¿Cuál de los siguientes acontecimientos del relato es calificado como milagroso?
A) Pedro convertía su marcha en una carrera en volandas sobre la quinta.
B) Pedro levantó el vuelo por el impulso de su propio hachazo.
C) Pedro sintió que sus envolturas se desprenderían dejándole el alma desnuda.
D) Pedro logró recuperarse después de luchar contra la muerte.
21. ¿Cómo reacciona Hebe luego de lo sucedido en el potrero?
A) Incrédula, ya que le parecía imposible que Pedro pudiera caer al cielo.
B) Desconfiada, ya que creía que Pedro mentía sobre sus habilidades físicas.
C) Sorprendida, ya que le impresionaba la manera ágil de moverse de su esposo.
D) Indiferente, ya que consideraba que el comportamiento de su esposo era parte
de su enfermedad.
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22. ¿Cómo interpreta Hebe el hecho de que Pedro se eleve?
A) Como una decisión divina.
B) Como una situación mágica.
C) Como un síntoma de su enfermedad.
D) Como un efecto de la pérdida de peso.
23. El leve Pedro es considerado un relato fantástico, es decir, presenta un mundo que,
en ciertos sucesos, rompe con lo real para incluir aspectos no regulados por las
leyes de la naturaleza y la lógica. A partir de esta explicación, ¿cuál de los
siguientes elementos utiliza el narrador para introducir lo fantástico en el relato?
A) El enunciado: “Lo milagroso apareció esa mañana”.
B) La contradicción o sin sentido: “Nadie se cae al cielo”.
C) La exageración: “con una palidez de muerte, temblaba”.
D) La comparación: “vio a Pedro durmiendo como un bendito”.
24. ¿Qué opción presenta una síntesis del relato leído?
A) Un hombre enfermo imagina que tiene la capacidad de levitar como un
aeronauta.
B) Un hombre es afectado por conductas sobrenaturales que atemorizan a su
esposa.
C) Un hombre desaparece por una extraña enfermedad que lo hace flotar en el
aire.
D) Un hombre contrae una enfermedad que le produce una extraordinaria energía.
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LECTURA 4 (Preguntas 25 a 32)
Artículo del sitio web Memoria Chilena, extraído el 2022.
Estudios de folclor, cultura popular y patrimonio cultural inmaterial
(1909-2003)
La valoración contemporánea de las diversas formas culturales tradicionales como
expresiones dinámicas, que tienen lugar en el seno de comunidades particulares, ha
demandado el desarrollo de investigaciones que van más allá de la labor de registro y
análisis documental para dar cuenta de prácticas propias de grupos locales y su
significado social.
Durante el siglo XIX, bajo el concepto de folclor se estudiaron muchas expresiones
artísticas y costumbres consideradas populares en relación con manifestaciones de la alta
cultura occidental. Avanzado el siglo XX, nuevos conceptos, como el de “cultura popular” o
“cultura tradicional”, guiaron la investigación de estas prácticas que, hacia principios del
XXI, han sido revaloradas bajo la categoría de “patrimonio cultural inmaterial”, categoría
reconocida por la UNESCO en el año 2003 con el objeto de comprender este tipo de
conocimientos y tradiciones en su vinculación con comunidades locales y su territorio.
En Chile, el folclor se instituyó como disciplina científica en el año 1909 con la fundación
de la Sociedad de Folklore Chileno por el lingüista alemán Rodolfo Lenz (1863-1937),
agrupación que dio a conocer sus investigaciones a través de plataformas como la Revista
de Folklore Chileno. No obstante, los primeros estudios sobre folclor en suelo nacional
pueden datarse con anterioridad, por ejemplo, en relatos de costumbres y memorias o en
los aportes teóricos de intelectuales como Eduardo de la Barra a fines del siglo XIX
(Pereira Salas, Eugenio. Los estudios folklóricos y el folklore musical en Chile. Revista
Musical Chilena, número 1, mayo, 1945).
En la década de 1940, nuevas instituciones lograron congregar a investigadores del folclor
y revitalizar su estudio. En 1943, se formó la Asociación Folklórica Chilena en el Museo
Histórico Nacional, por iniciativa de Oreste Plath (1907-1996); el mismo año, un grupo de
investigadores organizó, como una iniciativa privada, el Instituto de Investigaciones del
Folklore Musical que se incorporó en 1944 a la Universidad de Chile. Desde esta
institución se gestaron una serie de estudios centrados en lo musical que hicieron énfasis
en sus orígenes hispanos y su práctica en la zona central de Chile. Su difusión y
enseñanza se realizó a través de instancias como conciertos y Escuelas de Temporada.
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Al alero de la Universidad de Chile, pero con planteamientos autónomos respecto de
los estudios dominantes en esos años, se desarrolló la labor de Pablo Garrido (1905-
1982) y Margot Loyola (1918-2015), quienes, junto a la actividad de investigación y
difusión realizada por Violeta Parra (1917-1967), profundizaron en los sustratos
popular, indígena y africano de las expresiones folclóricas, haciendo énfasis, además,
en la necesidad de relacionarse de una forma más cercana con las comunidades en
este proceso.
A partir de la década de 1950, surgieron agrupaciones o conjuntos de personas
dedicados a la interpretación artística o escénica del canto, música y danzas
folclóricas, actividad también denominada proyección folclórica. Conjuntos como
Cuncumén o la Agrupación Folklórica Raquel Barros incentivaron a sus integrantes a
realizar estudios en terreno, registrados en medios electrónicos y en cuadernos de
investigación.
Muchos de estos conjuntos se agruparon en entidades con el objetivo de organizar sus
actividades, como la Confederación de Conjuntos Folklóricos -creada en el contexto de
los Festivales de Folklore realizados, el primero, en Talagante en 1969 y, desde 1970 a
la fecha, en San Bernardo- o la Asociación Nacional del Folklore de Chile (ANFOLCHI).
En el ámbito académico, y tomando distancia de las tareas de recopilación y de los
estudios descriptivos que hacia mediados del siglo XX eran comunes en Chile, los
investigadores Raquel Barros (1919-2014) y Manuel Dannemann (1932-2021)
reflexionaron en torno a una concepción sistemática del folclor, creando una
metodología de la “ciencia del folclore” con el objetivo de estudiar las “culturas
folclóricas” emanadas desde las propias comunidades. En este mismo ámbito, d estacó
el trabajo de Fidel Sepúlveda (1936-2006), poeta y filólogo cuya teorización del folclor
como “arte-vida”, más que constituirse en una práctica metodológica, se acercó a un
concepto filosófico.
Otros investigadores como Juan Uribe Echevarría (1908-1988), Gabriela Pizarro (1932-
1999) o Héctor Pavez (1932-1975) realizaron un trabajo que sobrepasó el estudio de
las expresiones folclóricas. Utilizando los conceptos de “cultura popular” (Uribe
Echevarría) o de “cultura tradicional” (Pizarro y Pavez), estos estudios profundizaron en
la comprensión de estas formas culturales como manifestaciones de una visión de
mundo concreta, a partir de la relación cercana con las personas que las practican y su
medio. En la actualidad, Patricia Chavarría, a través de un prolongado trabajo de
investigación, recopilación y difusión, ha continuado desarrollando el concepto de
“cultura tradicional”.
En los últimos años, las propias comunidades han cobrado protagonismo en la
valoración de sus manifestaciones culturales, resaltando su dimensión territorial y
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social a través de instancias como talleres, proyectos o concursos sobre historias o
experiencias locales que se han materializado en diversos documentos como
manuscritos, libros o registros audiovisuales. Ejemplo de ello son las colecciones de
cuentos de la Fundación de Comunicaciones del Agro del Ministerio de Agricultura
(FUCOA) y Los tesoros de nuestro folklore, que contienen relatos del ámbito
campesino y recopilaciones de folclor regional, o los documentos gestionados en la
plataforma digital “Contenidos locales” del programa BiblioRedes de la Dirección de
Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), desde donde se ha incentivado la
participación de las personas en la creación de contenidos sobre sus realidades
cercanas.
Memoria chilena. (s.f.). Estudios de folclor, cultura popular y patrimonio cultural inmaterial (1909 -2003).
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-348823.html
25. Según la lectura, ¿con qué concepto se relaciona el folclor en la actualidad?
A) Cultura popular.
B) Cultura tradicional.
C) Alta cultura occidental.
D) Patrimonio cultural inmaterial.
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26. ¿Con qué propósito el emisor de la lectura 4 hace referencia a la UNESCO?
A) Enfatizar la importancia de que esta organización permita la consolidación del
concepto de “patrimonio cultural inmaterial”.
B) Distinguir la validez de los conceptos de “cultura popular” o “cultura tradicional”,
a partir del reconocimiento recibido por parte de esta organización.
C) Destacar que la categoría de “patrimonio cultural inmaterial” otorgada al folclor
nacional recibió la aprobación y el respaldo de esta organización.
D) Reforzar el significado que adquiere para esta organización la comprensión de
un concepto de folclor que surge de las comunidades locales y de sus
territorios.
27. ¿Cuál de los siguientes intelectuales participó en uno de los primeros estudios
sobre folclor en Chile?
A) Oreste Plath.
B) Rodolfo Lenz.
C) Raquel Barros.
D) Eduardo de la Barra.
28. ¿Qué medio fue pionero en la difusión del folclor?
A) Las colecciones de cuentos de la FUCOA.
B) Los tesoros de nuestro folklore.
C) La Revista del Folklore Chileno.
D) La Revista Musical Chilena.
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29. ¿En qué se enfocaron los estudios iniciales del folclor musical en la Universidad
de Chile?
A) En el origen hispánico y su práctica en la zona central.
B) En la profundización en los sustratos popular, indígena y africano.
C) En la necesidad de relacionarse de una forma más cercana con las
comunidades.
D) En planteamientos autónomos respecto de los estudios dominantes en esos
años.
30. ¿Qué caracteriza los estudios realizados por Pablo Garrido y Margot Loyola?
A) Presentan un enfoque independiente que logra desmarcarse de los estudios de
la época.
B) Difunden y enseñan a través de instancias como conciertos y Escuelas de
Temporada.
C) Promueven actividades de investigación y difusión de la obra de Violeta Parra.
D) Incorporan una iniciativa de difusión privada a una universidad estatal.
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31. Luego de leer este artículo, una estudiante organizó la información en una línea
de tiempo, ¿por qué se puede considerar que eligió la mejor estrategia de
organización?
A) Porque el artículo compara las características del folclor de los últimos siglos.
B) Porque el artículo señala los años de publicación de los estudios.
C) Porque el artículo muestra la evolución de los estudios sobre el folclor.
D) Porque el artículo menciona las fechas de nacimiento y fallecimiento de los
investigadores.
32. Además de su propósito principal, ¿para qué más podría servir la lectura de este
artículo?
A) Para conocer las características de las manifestaciones folclóricas chilenas.
B) Para comprender el aporte de las comunidades locales al folclor chileno.
C) Para identificar a los principales investigadores del folclor chileno.
D) Para entender los cambios que han tenido las expresiones folclóricas chilenas.
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