Los Cien Días de Napoleón
Los Cien Días de Napoleón
Los Cien Días de Napoleón
1815:ELÚLTIMO
Tras pasar un año confinado en Elba, Napoleón volvió por sorpresa
DESEMBARCO EN FRANCIA
Este óleo realizado por Carl von Steuben
en 1818 muestra la llegada de Napoleón
y sus tropas a Golfe-Juan, cerca de
Antibes,el 28 de febrero de 1815.
AKG / ALBUM
JEAN-JOËL BRÉGEON
HISTORIADOR
ASALTO
a Francia y trató de resucitar su imperio
C R O N O LO G Í A
Exilio,
triunfo
y derrota
20-IV-1814
Tras abdicar, Napoleón parte
hacia la isla de Elba con una
pequeña corte y una pensión
anual de dos millones
de francos.
1-III-1815
Tras nueve meses de exilio,
el emperador desembarca en
Golfe-Juan e inicia, con 1.100
hombres, su marcha hacia
París para recuperar el trono.
22-IV-1815
E
Proclamación de una nueva
constitución que somete LOS GUSTOS DEL l 6 de abril de 1814 la carrera de Na-
a Napoleón a control EMPERADOR poleón Bonaparte pareció llegar a su
parlamentario para reforzar Napoleón se rodeó fin, tras cerca de 20 años de triunfos
su imagen ante la población. de objetos que
simbolizaban el casi constantes en el campo de bata-
poder y la dignidad lla, que le habían permitido crear un
9-VI-1815 imperiales, como Imperio que dominaba prácticamente toda la
Termina el congreso de Viena este reloj de péndulo Europa continental. Con gran parte de Francia
y las potencias europeas se que representa a
preparan para invadir Francia. ocupada por ejércitos extranjeros, despojado
Urania, musa de la
Napoleón sale a su encuentro Astronomía. Palacio unos días antes de su título imperial por el
en Bélgica. de Fontainebleau. Senado, encerrado en su palacio de Fon-
tainebleau lejos de su esposa María Luisa
22-VI-1815 y de su hijo, el rey de Roma, Napoleón
Tras el desastre de Waterloo decidió abdicar sin condiciones.
cuatro días antes, Napoleón Los países vencedores pasaron
vuelve a abdicar. El 8 de julio, a discutir qué hacer con él. Los in-
Luis XVIII entra de nuevo en
París como rey de Francia. gleses, al igual que Austria y Prusia,
insistían en alejarlo de Europa y de-
portarlo. Pero el zar Alejandro I lo
15-VII-1815
A. DIDIERJEAN / RMN-GRAND PALAIS
de la isla de Elba, un «pedrusco» de 223 kiló- tucional, tomando como modelo las insti- RIVAL Y
metros cuadrados situado entre Italia y Cór- tuciones británicas. Los grandes principios SUCESOR
cega. El 4 de mayo, un barco inglés lo dejó en de la Declaración de los derechos del hombre de Luis XVIII restauró la
dinastía borbónica
Portoferraio, donde los elbenses lo recibieron 1789 fueron reconocidos en el código civil; en el trono francés
calurosamente. Francia y Europa respiraron y quedaba plenamente garantizada la propie- tras las renuncias de
tranquilas al ver cómo el antiguo conquistador dad de los bienes nacionales, expropiados a Napoleón. Abajo, el
parecía conformarse con su nueva posición, la la Iglesia durante la Revolución y vendidos rey sentado sobre su
de príncipe de un Estado minúsculo y aisla- a muchos particulares. trono. Palacio de
Versalles.
do del continente. Parecía que después de un Este sistema podía contentar a la mayoría
cuarto de siglo de guerras Europa recuperaba de los franceses. Sobre todo porque, tras la
la paz, pero la historia depende de azares que derrota militar de Napoleón, Francia no
ni los más perspicaces pueden imaginar. había sido humillada por los vence-
dores. El país volvió a sus fronteras
Primera restauración de 1792 (con algún añadi-
En París, mientras tanto, el retorno de los Bor- do), recuperó su imperio
bones de la mano de Luis XVIII –hermano colonial, y se mantuvo
menor del monarca guillotinado en 1793– se libre de toda ocupación
presentaba bajo los mejores auspicios. A sus militar y del pago de in-
59 años, este hombre progresista y prudente demnizaciones de guerra.
FRANCK RAUX / RMN-GRAND PALAIS
sólo aspiraba a una restauración pacífica. Para Talleyrand defendió con as-
romper con el absolutismo anterior a la Revo- tucia los intereses de Fran-
lución de 1789 y para desmontar el poder dic- cia en el congreso de Viena,
tatorial del emperador, otorgó a los franceses iniciado el 1 de noviembre,
una Carta que creaba una monarquía consti- que debía definir el nuevo
EL PALACIO DEL LOUVRE
Napoleón usó como residencia oficial el
palacio de las Tullerías, dentro del complejo
del Louvre (en la imagen, el pabellón del
Reloj). Sin embargo, durante los Cien Días
se instaló en el palacio del Elíseo.
orden internacional tras más de dos décadas TALLEYRAND extrema derecha el vizconde de Bonald exigía
de guerra. Gracias al reconocimiento exterior, EL INTRIGANTE la persecución de los jacobinos (que aspiraban
Luis XVIII pudo dedicarse a la recuperación Antiguo ministro de a reeditar la Revolución de 1789-1795) y de los
Napoleón, Talleyrand
del reino y a asegurar la paz civil. conspiró para bonapartistas. La relativa libertad de prensa
No contaba, sin embargo, con su entorno: derrocarlo en 1814 favorecía la violencia verbal.
su propia familia, sus dignatarios y muchos y pasó al servicio de Por otra parte, el nuevo régimen pronto se
de sus ministros. Todos ellos mostraron una Luis XVIII, a quien enajenó la simpatía de un gran número de
actitud mucho menos conciliadora. De vuelta representó en el franceses con algunas de sus políticas. En lo
congreso de Viena.
a Francia tras dos decenios de exilio, no co- Palacio de Versalles. religioso, la recuperación de ceremonias y de
nocían el nuevo país surgido de la Revolución procesiones solemnes, la apertura sin control
y exigían la devolución de todos sus cargos y de escuelas eclesiásticas y de seminarios o
títulos, además de compensaciones a la altura el tutelaje de la universidad irritaron a los
de su «desgracia». El conde de Artois, herma- franceses de cultura «volteriana», opues-
no del rey y futuro Carlos X, fue uno de los tos a la interferencia eclesiástica. Aún
que encarnó este espíritu reaccionario. En el peor fue el profundo malestar que se
gobierno de Luis XVIII convivían los minis- extendió en el ejército. Tras la guerra,
tros más o menos liberales, algunos antiguos 300.000 soldados habían sido licencia-
colaboradores del emperador, con «ultras» dos y más de 15.000 oficiales se encon-
como el conde de Blacas y el barón de Vi- traban con salario reducido y sin
trolles. En la opinión pública existía un destino. Mientras la mayoría
conflicto de tendencias parecido. Des- de mariscales y almirantes
de la izquierda, el filósofo Benjamin se unieron a la monarquía,
Constant temía que se tomaran medi- la fidelidad al emperador
das liberticidas, mientras que desde la seguía muy arraigada entre
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C. F
ORONOZ / ALBUM
EL HUERTO DEL EMPERADOR
EN ELBA, NAPOLEÓN organizó su «principado soberano» en un re-
tiro que parecía tranquilo. El emperador escribió que su vida era
CULTURA EXCLUSIVE / GETTY IMAGES
los oficiales superiores, los puestos subal- espionaje.Sus agentes en Francia sorteaban la UN PEQUEÑO
ternos y los veteranos. Su malestar corría el vigilancia policial mal dirigida por el minis- EJÉRCITO
riesgo de desembocar en comportamientos tro del Interior, Beugnot. En Italia y Austria, El ejército del
principado de Elba
sediciosos o conspiraciones. Sin darse cuenta los hombres del ilustre exiliado operaban a (arriba) se componía
del peligro, Luis XVIII reincorporó al ejército sus anchas. Unos y otros le aseguraban que de 800 soldados,
a muchos emigrados que habían luchado con- en cualquier momento podía producirse una en su mayoría de
tra la Francia revolucionaria y napoleónica. revoluciónenFranciayquesóloteníaquepre- la guardia imperial,
que acompañaron a
sentarse como salvador para que lo recibieran
Vuelta a Francia con los brazos abiertos.
Napoleón a la isla y
regresaron con él
El rey confiaba en el paso del tiempo para que, Aun así, la decisión de Napoleón depen- en marzo de 1815.
poco a poco, se diluyeran desacuerdos y ren- día también de consideraciones personales.
cores. Esperaba que tanto la vida privada como Una de ellas tenía que ver con sus finanzas,
la pública volverían a la calma. Si hubiera sido concretamente con la pensión de dos millo-
más carismático y se hubiera paseado por su nes de francos anuales que el gobierno fran-
reino, habría podido luchar por ese deseo. Pe- cés se había comprometido a pagarle y que
ro, casi inválido a causa de su obesidad y los
ataques de gota, receloso de todo y de todos,
desilusionado y hedonista a la vez, no salía de
su palacio de las Tullerías. Todo esto supuso
una decepción y jugó un papel muy impor-
Napoleón tenía una red de espías que
tante en la decisión de Napoleón de regresar. le informaba del creciente descontento
En Elba, Napoleón estaba muy bien infor- frente al gobierno de Luis XVIII
mado sobre la situación en el interior de Fran-
cia gracias a sus numerosas y activas redes de
NAPOLEÓN SE EMBARCA HACIA FRANCIA. EN ESTE ÓLEO REALIZADO EN 1836,
JOSEPH BEAUME RECREÓ CON GRAN FIDELIDAD HISTÓRICA LA PARTIDA DE
NAPOLEÓN EL 26 DE FEBRERO DE 1815 DESDE ELBA. MUSEO NAPOLEÓNICO, ANTIBES.
La partida de Portoferraio
En sus Memorias, Fleury de Chaboulon, secretario de Bonaparte, evocaba de este modo
el día de la partida de Napoleón de la isla de Elba: «Toda la población, una multitud de
mujeres, niños y ancianos, se dirigieron enseguida a la orilla y ofrecieron las escenas más
emotivas. La gente rodeaba a los fieles compañeros del exilio de Napoleón y se disputaba
el placer, el honor de tocarlos, verlos, abrazarlos una última vez […] A las ocho de la
tarde un cañonazo dio la señal de partida. Se dieron y recibieron mil dulces abrazos […]
Napoleón, al poner el pie sobre su navío, exclamó como César: “¡La suerte está echada!”.
Su faz estaba en calma, su frente serena; parecía menos preocupado por el éxito de su
empresa que por los medios de alcanzar rápidamente su objetivo».
ACLAMADO EN GRENOBLE
La entusiasta recepción que tuvo en Grenoble,
el 7 de marzo de 1815, convenció a Napoleón
de que su retorno tendría éxito. «Antes de
Grenoble era un aventurero; en Grenoble
era un príncipe», dijo. Grabado de 1830.
EL MARISCAL había dejado de recibir. El oficial británico Napoleón llegó a la conclusión de que de-
DESLEAL Neil Campbell, encargado de vigilar a Napo- bía anticiparse a todos estos planes hostiles.
Michel Ney, antiguo león en Portoferraio, advertía a su gobierno: A mediados de febrero de 1815, cuando lle-
mariscal del Imperio,
fue enviado por Luis «Si las dificultades financieras que lo acucian vaba nueve meses en Elba y aparentemente
XVIII a detener a duran más […] creo que es capaz de cruzar el sólo pensaba en introducir mejoras en la is-
Napoleón, pero se unió canal de Piombino con sus tropas, o de cual- la –ya fuera un canal de riego, un camino o
al emperador. quier otra extravagancia. Pero si su estan- un puente–, tomó la decisión de lanzarse de
Abajo, en cia en Elba y sus gastos están asegurados, nuevo a la aventura (no sin antes consultarlo
1805. Palacio
de Versalles. creo que pasará aquí en calma el resto de con su madre, Letizia, que comprendió que su
RMN-GRAND PALAIS
sus días». Más angustiosas todavía eran hijo no podía terminar sus días «en un repo-
las noticias que le llegaban a Napoleón so indigno de él»). Desde ese momento, los
del congreso de Viena. Allí muchos ha- acontecimientos se precipitaron. El domingo
bían comenzado a pensar que la isla 26 embarcó en l’Inconstant; el 28 ya divisaba
de Elba estaba demasiado cerca y Antibes y el 1 de marzo desembarcaba muy
que Napoleón podía escapar en cerca, en Golfe-Juan, con su pequeño ejército
cualquier momento. Por ello, pro- de un millar de hombres.
ponían trasladarlo a un lugar de
destierro más alejado, como las Retorno triunfal
islas Azores o incluso la de San- Nada más desembarcar el emperador, se dis-
ta Elena, mencionada por pri- tribuyó una proclama de la guardia imperial:
mera vez como posible lugar «Soldados, camaradas, hemos protegido
de confinamiento. Algunos a vuestro emperador […] os lo traemos de
ultrarrealistas proponían vuelta a través de los mares, en medio de mil
asesinarlo. peligros. Hemos atracado en la tierra sagrada
BRIDGEMAN / ACI
TODO PARA EL PUEBLO
EN SU VUELTA A FRANCIA, Napoleón se reinventó como defensor de
los logros de la Revolución de 1789. «Mi retorno disipa todas vues-
tras inquietudes; garantiza la conservación de todas las propieda-
TALLANDIER / BRIDGEMAN / ACI
des, la igualdad entre todas las clases y los derechos de los que
gozáis desde hace 25 años», declaró a los habitantes del sudeste
de Francia en la proclama de Gap, reproducida sobre estas líneas.
de la patria con la insignia nacional y el águi- poleón entró en el palacio de las Tullerías, LA CAUSA
la imperial […]. Desde hace pocos meses los abandonado a toda prisa la noche anterior DE LA NACIÓN
Borbones reinan, y os han demostrado que por Luis XVIII para buscar refugio en Gante. En la declaración
firmada en Gap el
no han olvidado nada y que no han aprendido El restablecimiento del poder imperial no 6 de marzo de 1815,
nada […] soldados del gran Napoleón, ¿segui- tomó más de dos semanas. La mayoría de las Napoleón también
réis al servicio de un príncipe que fue durante instituciones se adhirieron al emperador y la expresaba: «¡La
veinte años enemigo de Francia?». purga se limitó a unos pocos «traidores» con- causa de la Nación
volverá a triunfar!»,
Una vez en el continente, el emperador y firmados. Napoleón se apresuró a formar un
destacando la base
sus hombres se dirigieron a París; el 5 de marzo gobierno con antiguos colaboradores suyos. popular de su poder.
fueron aclamados en Gap. Ese mismo día, se Era de nuevo el dueño de Francia.
informaba por fin a Luis XVIII. El monarca Sin embargo, como testimoniaron muchos
mantuvo la calma, y su gobierno fingió la mis- observadores, Napoleón no era el mismo.
ma sangre fría. Creían tener el poder asegura- La abdicación del año anterior, con su retahíla
do gracias a la fidelidad de los altos mandos. de traiciones y de muestras de aversión po-
El mariscal Ney, que había sido uno de los ge- pular, había dejado huella en su ánimo y ahora
MUSÉE DE L’ARMÉE / RMN-GRAND PALAIS
Grasse 1 III
Elba 26 II
JALEADO
POR LOS
PARISINOS
E
l carruaje de Napoleón llegó a París
el 20 de marzo «sin otra escolta que
una multitud de generales y oficiales,
que impedía incluso la visión del ve-
hículo», según el joven político británico
John Hobhouse. El barón de Broughton fue
testigo presencial de la entrada del empe-
rador en la capital y describió así el aconte-
cimiento: «Napoleón entró por las puertas
de las Tullerías, frente al Pont Royal, y bajó
al palacio a las once en punto; una multi-
tud de oficiales vino a rodearlo; en un ins-
tante fue levantado del suelo; se le cayó el
sombrero, y fue llevado en hombros por la
muchedumbre hasta sus aposentos, donde
fue felicitado por algunas damas de su an-
tigua corte. La más bella de todas, llevada
NAPOLEÓN ENTRA A HOMBROS EN
EL PALACIO DE LAS TULLERÍAS EL 20
por la alegría, pasó sus brazos alrededor de
BRIDGEMAN / ACI
no se fiaba de las apariencias. «Su prodigioso su abdicación de 1814,se propuso dar un giro EL ZAR CONTRA
retorno,circunstancia quizá la más admirable más liberal a su régimen. Él mismo proclamó EL EMPERADOR
de su vida,no le hacía ninguna ilusión y le de- que había vuelto del exilio con otra menta- Tras una breve
alianza, Alejandro I
jaba poca esperanza»,escribió Barante.Al ser lidad: «He pasado un año en la isla de Elba, y se convirtió en
felicitado por su ministro del Tesoro, Molé, allí,como en un sepulcro,he podido escuchar acérrimo enemigo
le respondió: «El tiempo de los cumplidos la voz de la posteridad. Sé lo que hay que evi- de Napoleón. Abajo,
ha pasado; me han dejado llegar como han tar, sé lo que hay que querer». el zar en un retrato
dejado partir a los otros». Y su ministro del anónimo. Museo
Interior, Carnot, declaraba su sorpresa: «No Malas sensaciones del Louvre, París.
lo reconozco; el audaz retorno de la isla de El emperador recurrió a un anti-
Elba parece haber agotado su energía; fluctúa, guo adversario, el filósofo liberal
duda; en lugar de actuar, parlotea; pide con- Benjamin Constant, que elaboró
sejos a todo el mundo». De hecho, Napoleón un Acta adicional a las Consti-
tenía motivos para desesperar.Su esposa Ma- tuciones del Imperio, inspi-
ría Luisa se negó a volver a París con el hijo de rada, de manera velada,
ambos,frustrando así su deseo de asegurar la en la Carta otorgada por
continuidad de su monarquía.Además,había Luis XVIII,aunque con-
quien intrigaba contra él desde dentro de su cediendomayoresliber-
gobierno, como Joseph Fouché, el jefe de Po- tades individuales. Sin
licía, que ya lo había traicionado años antes. embargo, esta nueva ley
Peseaello,Napoleónhizotodoloqueestaba fundamental no cuestio-
en su mano para consolidar su poder.A fin de nabaelpodercasiabsoluto
disipar los temores de quienes lo acusaban deNapoleón,loquedecep-
de haber actuado como un déspota antes de cionóamuchos.Así,cuando
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LA
PA
ND
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G
N-
RM
LA DERROTA FINAL
Andrieux Clément Auguste recreó en
1852 la batalla de Waterloo, que abrió
las puertas de Francia a los enemigos
de Napoleón. Palacio de Versalles.
la nueva Acta fue sometida a plebiscito, fue RETIRADA No sabemos si el pacifismo de Napoleón
aprobada por 1.532.000 votos a favor y tan PRECIPITADA era sincero. Sin duda, el emperador sabía que
sólo 4.800 en contra, pero con la abstención Tras la derrota en la relación de fuerzas le era demasiado des-
Waterloo, Napoleón
de más de cinco millones de ciudadanos. emprendió un favorable. Cuando escribió a sus «herma-
El 1 de junio, Napoleón organizó el llamado precipitado regreso nos», emperadores y reyes, que «después de
Campo de Mayo, una gran ceremonia militar a París. En su haber ofrecido al mundo un espectáculo de
para proclamar los resultados del plebiscito, campamento dejó la grandes combates, será más dulce no recono-
un acto tan grandioso como frío, en el que ni pistola que se muestra cer otra rivalidad que la de las ventajas de la
bajo estas líneas, con
la burguesía ni las élites civiles y militares símbolos imperiales, paz», ¿por qué negarle que sentía ese deseo?
mostraron su compromiso. que fue recuperada por En cualquier caso, la respuesta fue contun-
El segundo objetivo del emperador era ser sus enemigos. Museo dente. El 15 de marzo, los representantes del
aceptado por las distintas potencias euro- del Ejército, París. Reino Unido, Rusia, Austria, Prusia, Suecia,
RMN-GRAND PALAIS
peas, asegurándoles que no emprendería España y Portugal, reunidos en el congreso
más guerras de conquista. A su regreso a las de Viena, declararon a Napoleón «enemigo
Tullerías, Napoleón multiplicó las declara- y perturbador de la paz mundial» y lo entre-
ciones tranquiliza- garon «a la vindicta pública».
doras, aunque no Aunque se trataba de una de-
todos lo creyeron: claración de guerra en toda
«La primero que hi- regla, en la práctica hubo
zo Bonaparte […] fue algunos momentos de
mostrarse como un ser inocente,un corderito duda. El zar, que había
sin rencor y sin mácula, amigo del universo y pagado muy caras las
deseoso de estar tranquilo en su pequeño guerras contra Na-
reino», ironizaba el barón de Frénilly. poleón, no quería
BRIDGEMAN / ACI
HUIDA Y CAPTURA
DESPUÉS DE LA DERROTA en Waterloo, Napoleón regresó a París
y se encontró con un país nuevamente invadido. Presionado
GÉRARD BLOT / RMN-GRAND PALAIS
DEL OGRO
A lo largo de 1815, aparecieron en
la prensa numerosas caricaturas
que reflejan el impacto que el
retorno de Napoleón causó
en la opinión pública. Algunas 2 Veleta
criticaban el oportunismo de Dispuesto a cambiar
los políticos que cambiaban de de opinión según quién
chaqueta con cada nuevo régimen. mande, este personaje
Otras, de tendencia borbónica, lleva un sombrero con una
escarapela blanca, de la
presentaban al emperador como monarquía, y otra tricolor,
un monstruo que amenazaba la revolucionaria, y grita unas
paz y el bienestar de los franceses veces «¡Viva el rey!» y otras
y del resto de pueblos de Europa. «¡Viva el emperador»!.
3 Falso pacificador
1
Napoleón se presenta
prometiendo la paz,
pero sólo trae un
montón de muletas y
patas de palo para las
víctimas de la guerra.
Le siguen la muerte
y la miseria. Enfrente,
el pueblo lo rechaza:
«Ya puedes halagarnos,
no te funcionará».
1 Agazapado en Elba
El dibujo muestra a Napoléon vigilando desde su
exilio al zar, el emperador de Austria y el rey de Prusia
(de izquierda a derecha), reunidos en una sesión
del congreso de Viena para repartirse el control del
continente europeo.
4 Desembarco
El emperador llega
al continente desde
la isla de Elba en una
barca tirada por ocas.
Blande una antorcha y
proclama: «Os traigo
mis luces». Pero lo único
que trae es la guerra y
el derrocamiento de
los reyes legítimos.