Código de Hammurabi
Código de Hammurabi
Código de Hammurabi
CÓDIGO DE HAMMURABI
Pese a que el enunciado «ojo por ojo, diente por diente» se suele ver como la
inspiración del Código, lo cierto es que el mismo tiene además artículos muy
alejados de ese concepto. Es verdad que en algunos casos la ley opta por el
Talión y establece que debe hacerse lo que el agresor le hizo a la víctima (es
el caso de los artículos 196 -el ojo-, 197 -el hueso- y 200 -el diente-), pero
esta visión es imperfecta y depende de las circunstancias y, principalmente,
de la condición de los involucrados. Además, cabe decir que la mayor parte
del Código simplemente establece indemnizaciones o penas graves, girando
alrededor de temas distintos al famoso Talión. Así que el prisma negativo
puesto sobre la Antigua Sumeria por la visión simplista de este concepto es,
analizado desde este punto de vista, injustificado.
El texto del código también les sirve a los historiadores para saber cuáles
eran los delitos más frecuentes en la época, pues un delito previsto será un
hecho que acontece con relativa frecuencia (algunas faltas penadas son el
adulterio, la difamación, la prevaricación de un juez y el incesto). En las penas
aplicadas a cada transgresión se distingue si hay intencionalidad o no, y cuál
es la "categoría" de la víctima y del agresor. Así, la pena es mayor si se ha
hecho adrede y menor si ha sido un accidente; mayor si la víctima es un
hombre libre y menor si es un esclavo.
ASPECTO
Está grabado en una estela de basalto negro de 2,25 metros de altura, por
50 cm en su zona más ancha. En la zona superior está representado
Hammurabi en Bajorrelieve, de pie, delante del dios solar de
la equidad en Mesopotamia, Shamash, deidad principal de la
ciudad Sumeria de Larsa, o tal vez Marduk, dios de Babilonia. Debajo
aparecen, inscritos en caracteres cuneiformes acadios, las leyes que regían la
vida cotidiana.
Código de Hammurabi