20230524-Curso01 Clase01
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20230524-Curso01 Clase01
Curso: Género y
Políticas Públicas
Clase 1
Introducción
a la perspectiva
de género
AUTORIDADES
Axel Kicillof
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires
Verónica Magario
Vicegobernadora
Estela Díaz
Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual
Claudia Villamayor
Directora Provincial de Formación, Investigación
y Políticas Culturales para la Igualdad
Paula Costanzo
Directora de Formación
Sol Calandria
Directora de Investigaciones
Natalia Laclau
Directora de Políticas Culturales para la Igualdad
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Programa de Formación
en Políticas de Género en el Estado
y las organizaciones sociales
Coordinadora
Belén Tenaglia
Contenidistas
Sol Calandria y Julia Rigueiro
Equipo docente
Julia Rigueiro, Ailín Hanneyan Lattour y Agustina Boyezuk
Corrección de texto
Verónica Yattah
Diseño gráfico
Julián Balangero y Nicolás Vasallo
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Introducción
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sentido común, generar nuevos conocimientos de manera colec-
tiva y fortalecer las prácticas igualitarias; en suma, construir más
feminismo popular como forma de trabajar para la justicia social.
2
¡Hola!
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otro aprendizaje, incorporar esta forma de mirar, lleva tiempo y
esfuerzo y se trata de una construcción hecha de manera colec-
tiva y situada. A nivel estatal, la acción de ponerse los anteojos
violetas se relaciona con el impulso, la planificación y la puesta
en marcha de políticas públicas con perspectiva de género.
Como síntesis, podemos decir que:
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¿Escuchaste o dijiste alguna de estas frases?
— — — —
¿Y no le importa ¿Todavía No seas ¿Con quién
que ganes más sos virgen? tan dramática. vas a dejar
que él? — — a tus hijos?
— Son cosas ¿Estás contenta —
Sos demasiado de chicos. siendo ama ¿Podrías tomar
sensible. — de casa? nota vos, que
— Te trata así — sos más prolija?
¿No querés porque le gustás. ¿Sos enfermero? —
tener hijos? — Pensé que eras Soy varón pero
— Sos demasiado médico. también ayudo
¿Qué tenías intimidante. — en casa.
puesto esa — No seas —
noche? ¿Llorás en mandona. ¿Vas a trabajar
— las películas? — más horas?
Serías mucho — Antes había ¿Y los chicos?
más linda si ¿Vos sos hombres
sonrieras. el que cocina? de verdad.
¿Pensaste alguna Las niñeces no “deciden” ni “eligen” qué van a ser o sentir,
vez que alguien sino que reconocen lo que les sucede en el devenir de la
en su infancia puede construcción de su subjetividad. Es fundamental aceptar
no identificarse y apuntalar la libertad y el derecho a expresar su género
como niño o niña? autopercibido, cómo y cuándo lo deseen.
Estereotipos de género
Cada una de esas frases o preguntas cargan con el peso de los
estereotipos de género, aquellos mandatos que nos interpelan
sobre cómo “debemos ser”, qué cosas deben gustarnos y cuáles
no, cómo debemos sentirnos ante determinada situación depen-
diendo de si somos mujeres o varones.
Los estereotipos de género funcionan como ordenadores sociales,
emitiendo juicios y marcando los límites de lo posible y, como tales,
no dan lugar a identidades diferentes a las binarias ni a la hermosa
variedad de matices y posibilidades que tiene la vida y que tene-
mos las personas. Podemos afirmar que los estereotipos de género
son perjudiciales para la plena libertad y desarrollo de las personas,
especialmente en edades tempranas, y que también son una de las
causas que explican las violencias por motivos de género.
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Ahora bien, género no es lo mismo que sexo…
Desde el momento en que nacemos, e incluso antes, comenza-
mos a recibir un trato diferenciado dependiendo del sexo que
nos asignan, el cual es establecido por la medicina según la apa-
riencia de nuestros genitales externos, es decir, si tenemos pene
o vulva. A partir de ello se asigna un sólo sexo posible para cada
persona: si posee vulva será identificada y tratada como mujer,
y si posee pene será identificado y tratado como varón. La exis-
tencia de sólo dos sexos es una de las ideas más naturalizadas
sobre los géneros. Esto se debe a que durante mucho tiempo el
género se construyó con relación a la genitalidad antes mencio-
nada, como si fueran equivalentes, y a partir de allí se definían
los diferentes roles, atributos y características de cada sexo.
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asigna al nacer (y antes también). Es decir que sexo y género son
cosas muy distintas:
FUERTES DÉBILES
COMPETITIVOS ROMÁNTICAS
INTROVERTIDOS EXTROVERTIDAS
CONSTANTES CAPRICHOSAS
AGRESIVOS SUAVES
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para explicar las desigualdades sociales que viven las mujeres y
personas LGTBI+. Esta característica hizo del género un concep-
to que se fue ampliando a lo largo del tiempo y al calor de las dis-
putas sociales y políticas de los feminismos. Por ello, el género
es un concepto polisémico (tiene varios significados y sentidos),
dinámico (está en movimiento, cambia) y controvertido (las in-
terpretaciones debaten entre sí).
A medida que la realidad va cambiando, se modifica el con-
cepto de género, se resquebraja y emergen nuevas interpreta-
ciones. A principios de los años 70, el movimiento feminista co-
menzó a pensar al género como una categoría diferente al sexo,
al cuestionar la naturalización de las diferencias entre géneros,
la subordinación de las mujeres e identidades feminizadas, y el
determinismo biológico de los roles sexuales.
La desigualdad radica en la subordinación y alteridad de lo
femenino. Es decir, mientras que la “universalidad” está asociada
a lo masculino (un ejemplo muy claro es el lenguaje sexista), la
“particularidad” está asociada a lo femenino. Por ejemplo, cuan-
do alguien se refiere a la lucha de las mujeres y personas LGTBI+
como una lucha de “minorías”.
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El feminismo popular y nuestroamericano se hermana con los movimientos
populares de nuestro continente, basado en los principios de justicia social y po-
der popular. El adjetivo decolonial hace referencia al proceso cognitivo y político
de ir a contramano de la historia americana y mundial contada por las potencias
coloniales. El feminismo negro, como su nombre lo indica, nace de la militan-
cia por recuperar y valorar la cultura afroamericana y dar a conocer la dolorosa
sangría de la diáspora vivida por las y los esclavos provenientes de África y su
descendencia en América. El transfeminismo es la amalgama de luchas que nos
permite dar la pelea por la igualdad entre mujeres, lesbianas, travestis, personas
trans e intersex, unidas y unidos en la diversidad.
Para ver más de cerca cuáles son estas ideas emergentes, les
presentamos a Silvia Rivera Cusicanqui, militante feminista,
antropóloga e historiadora decolonial aymara. Ella nació en
La Paz, Bolivia, en 1949. ¿Conocen el significado de la palabra
“decolonial”? Es la identificación de aquellas personas, ge-
neralmente investigadoras e investigadores de las ciencias
sociales o la filosofía, que cuestionan todas las herencias
culturales que aún hoy perviven en nuestra sociedad pro-
ducto del pasado colonial. A lo largo de su vida, Silvia Rivera
Cusicanqui, se ha dedicado a estudiar sus orígenes aymaras
involucrándose de lleno en sus raíces.
¿Conocían a Rivera
Cusicanqui?
¿Qué les pareció la
entrevista? ¿Qué
fue lo que más les
llamó la atención?
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Sus palabras nos invitan a reconocer la importancia de nuestros
propios orígenes, a vivir la identidad libremente, a valorar nuestra
historia de luchas y a seguir peleando por un futuro de mayor sobe-
ranía sobre nuestros cuerpos y también sobre nuestros territorios.
Al igual que Rivera Cusicanqui, muchas militantes feministas
decoloniales, comunitarias, afroamericanas y también aquellas
que son parte de la comunidad LGTBI+, denuncian que las vio-
lencias no se expresan de igual manera hacia todas las mujeres.
Hacen un llamado de atención para decir que las violencias se
agudizan hacia aquellas identidades que no son la mujer blanca,
joven y heterosexual.
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La interseccionalidad es un sistema complejo de estructuras de opresión que
son múltiples y simultáneas.
¿Podrían definir con sus palabras esa vieja frase que dice
“lo personal es político”? Cuando las mujeres y personas
LGTBI+ la enuncian, quieren decir que aquellos problemas que
enfrentan donde se evidencia el dominio masculino —una situa-
ción de acoso callejero, la dificultad de ascender en un trabajo,
el tiempo que dedican a las tareas domésticas y de cuidado—
no los padecen sólo algunas, no son personales sino sociales, y
por lo tanto, políticos.
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División sexual del trabajo
Una de las consecuencias de aquella “socialización diferenciada”
que mencionamos más arriba, es la división sexual del trabajo. Se
trata de una de las consecuencias que tiene, para las mujeres y
personas LGTBI+, la vida dentro del sistema patriarcal. La llama-
da “división sexual del trabajo”, ¿qué es?
La compañera Nora Goren, socióloga, docente e investigado-
ra argentina, la define de esta manera:
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parte visible del trabajo. Significa, sí, que esto es muy común, e
incluso se “naturaliza” junto con los demás estereotipos y man-
datos de género. Esta “división sexual del trabajo”, al igual que
los estereotipos de género, es una construcción sociocultural,
histórica y situada, propia del sistema económico capitalista.
Nada tiene de “normal” o “biológico”, porque no existe impedi-
mento alguno para que las mujeres y los varones realicen cual-
quiera de estas tareas.
Las mujeres y personas LGTBI+ realizan todo tipo de activi-
dades, pero en condiciones desiguales y subordinadas, menos
reconocidas, peor remuneradas y con mayor carga de trabajo,
porque al mismo tiempo que se desarrollan en las actividades
denominadas “productivas” también cumplen con muchas horas
diarias de trabajo “reproductivo” y no remunerado.
¿Se reconocen?
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¿Qué es la “Doble jornada laboral” de las mujeres?
Consiste en la suma de la jornada de trabajo realizada para el
mercado, y por lo tanto remunerada, y la jornada dedicada al
trabajo doméstico del propio hogar, no remunerada.
Pensemos en la campaña del #YoMeOcupo, ¿por qué no se
trata solamente de “ayudar”? ¿Cómo podemos explicar que esa
palabra remite a la división sexual del trabajo?
Si una persona ayuda a otra en determinada tarea, significa
que la segunda es quien se encarga de pensarla, gestionarla, ve-
rificar que se realice, y, por ende, no hay una distribución equi-
tativa del trabajo.
—
Ahora estamos llegando al final de esta primera clase
Vamos a repasar las ideas principales a modo de apunte, y al
final encontrarán la consigna para intervenir en el Foro.
La perspectiva de género es transformadora porque se trata
de una forma de ver y comprender a la sociedad que permite
identificar las relaciones de poder entre los géneros de manera
interseccional, y cuestionar la discriminación, las desigualdades
y la exclusión de las mujeres y personas LGTBI+, así como im-
plementar acciones para avanzar en la construcción de la igual-
dad de género.
Para incorporar esta perspectiva, podemos reflexionar so-
bre nuestro ámbito de trabajo: el Estado municipal o provincial,
la organización, la institución educativa, el centro cultural o el
área de la que somos parte y las políticas públicas o iniciativas
legislativas que llevamos adelante o que buscamos impulsar,
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¿reproducen estereotipos de género?, ¿tienen en cuenta la in-
terseccionalidad a la hora de abordar algún problema? Esas y
otras preguntas son las que nos guían cuando tenemos pues-
tos los “lentes violetas”.
Bibliografía
CLASE 1 • Abbate, F. (2020). Biblioteca feminista. Vidas, luchas y obras desde 1789
Introducción
hasta hoy. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Planeta.
a la perspectiva
de género • Federici, S. (2018). Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproduc-
ción y luchas feministas. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Tinta Limón.
• Instituto Nacional de Estadística y Censos (2022). Encuesta Nacional
de Uso del Tiempo 2021. Resultados preliminares. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadística y Censos – INDEC.
• Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual
(2021). Ley Micaela. Curso de Formación. Formadoras y Formadores en el
Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires. La Plata: Ministerio de las
Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.
• Segato, R. (2013). La crítica de la colonialidad en ocho ensayos y una antro-
pología por demanda. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Prometeo Libros.
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