20230524-Curso01 Clase01

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 19

PROGRAMA DE FORMACIÓN EN

POLÍTICAS DE GÉNERO EN EL ESTADO


Y LAS ORGANIZACIONES SOCIALES

Curso: Género y
Políticas Públicas
Clase 1
Introducción
a la perspectiva
de género
AUTORIDADES

Axel Kicillof
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires

Verónica Magario
Vicegobernadora

Estela Díaz
Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual

Claudia Villamayor
Directora Provincial de Formación, Investigación
y Políticas Culturales para la Igualdad

Paula Costanzo
Directora de Formación

Sol Calandria
Directora de Investigaciones

Natalia Laclau
Directora de Políticas Culturales para la Igualdad

2
Programa de Formación
en Políticas de Género en el Estado
y las organizaciones sociales

Coordinadora
Belén Tenaglia

Equipo del Programa de Formación en Políticas


de Género en el Estado y las organizaciones sociales
Regina Scorza y Gabriela Corral

Contenidistas
Sol Calandria y Julia Rigueiro

Equipo docente
Julia Rigueiro, Ailín Hanneyan Lattour y Agustina Boyezuk

Corrección de texto
Verónica Yattah

Diseño gráfico
Julián Balangero y Nicolás Vasallo

3
Introducción

CLASE 1 Les damos la bienvenida al curso Género y Políticas Públicas del


Introducción
Programa de Formación en Políticas de Género en el Estado
a la ­perspectiva
de género y las Organizaciones Sociales de la Dirección Provincial de For-
mación, Investigación y Políticas Culturales para la Igualdad del
Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.
Esta Dirección tiene el objetivo de definir y establecer con-
tenidos, lineamientos y alianzas estratégicas para el diseño y la
formación en género y diversidad sexual en la gestión pública
provincial y municipal, así como el fortalecimiento del diseño de
políticas públicas con enfoque de género en articulación con or-
ganizaciones sociales, instituciones de la sociedad civil, unidades
académicas, universidades públicas o privadas de toda la Provin-
cia de Buenos Aires.
A lo largo de cuatro encuentros vamos a abordar los concep-
tos básicos que definen la perspectiva de género, a analizar las
desigualdades entre los géneros y cómo esto se manifiesta en
las condiciones de vida de las mujeres, lesbianas, gays, trans,
travestis, bisexuales y personas no binarias; a interpretar el con-
cepto de transversalización de la perspectiva de género y la im-
portancia del mismo para, finalmente, sumergirnos en la elabo-
ración de políticas públicas con perspectiva feminista.

¿Cuáles son los propósitos?


Género y Políticas Públicas es un curso de introducción a la pers-
pectiva de género al interior de los municipios y las organizacio-
nes e instituciones de la sociedad civil que se vinculan o compar-
ten acciones con el Estado en sus tres niveles. El propósito es
presentar un primer abordaje de conceptos sobre la temática de
género, que se enriquezca con reflexiones e intercambios en los
foros de participación.

¿Cuáles son los objetivos del curso Género y Políticas


Públicas?
Los objetivos de este curso son ambiciosos, en la medida que es-
peramos sean de gran utilidad para quienes se desempeñan en
funciones públicas en nuestra Provincia. También para quienes
integran las organizaciones e instituciones de la sociedad civil.
El curso convoca a problematizar concepciones arraigadas en el

1
sentido común, generar nuevos conocimientos de manera colec-
tiva y fortalecer las prácticas igualitarias; en suma, construir más
feminismo popular como forma de trabajar para la justicia social.

¿Cuáles son los temas que vamos a abordar en cada


clase? (­contenido)
— Clase 1: Introducción a las principales nociones de la perspectiva
de género, incluyendo los diálogos y los debates acerca del con-
cepto de género y el de sexo, los estereotipos de género, la inter-
seccionalidad, el sistema patriarcal y la división sexual del trabajo.
— Clase 2: Vínculo entre las políticas públicas y la perspectiva de
género,como práctica situada y dinámica entre el Estado y las
agendas pública, feminista y política.
— Clase 3: Desigualdades y condiciones de vida de las mujeres, les-
bianas, travestis, trans y personas no binarias en nuestra provin-
cia y país.
— Clase 4: Transversalización de la perspectiva de género como
desafío y realidad, en permanente construcción.

¿Cuánto tiempo les va a demandar el curso?


(tiempos y duración)
En total, vamos a compartir cuatro clases, una por semana, con
un carga horaria de aproximadamente tres horas cada una entre
participación, realización de actividades y lecturas sugeridas.

¿Cómo es la modalidad de cada clase?


La propuesta pedagógica se compone de cuatro clases virtua-
les que se publicarán semanalmente en la plataforma del MMP-
GyDS. En las clases encontrarán foros de participación, enlaces
con material audiovisual, bibliografía y actividades obligatorias
y optativas. Todo el curso estará guiado por tutorías docentes,
que acompañarán la reflexión y la construcción colectiva de co-
nocimientos desde las prácticas y de forma situada.

¿Cómo se aprueba el curso? (evaluación)


Cada clase está compuesta de material de lectura, recursos para escu-
char o mirar, y una o dos actividades finales de reflexión e intercambio.
Podrán aprobar y obtener el certificado del curso quienes
participen en los foros, respondan las actividades y las consig-
nas propuestas.

2
¡Hola!

CLASE 1 Aquí comenzamos, y para romper el hielo les proponemos ver el


Introducción
siguiente videoclip. Se trata de una canción de la banda colom-
a la ­perspectiva
de género biana Bomba Estéreo y se llama “Soy yo”.

¿Escucharon la canción? ¿Qué les pareció? Para comenzar a ha-


blar sobre perspectiva de género, necesitamos dar lugar a rom-
per los moldes, despojarnos de prejuicios y estereotipos, ani-
marnos a ser quienes somos y respetar el derecho de todas las
identidades a vivir en libertad.

¿Qué es, entonces, la perspectiva de género?


A partir de la canción y el videoclip de Bomba Estéreo, podemos
inspirarnos para definir la perspectiva de género como una forma
de mirar e interpretar el mundo en el que vivimos, un enfoque para
identificar las desigualdades, las injusticias, las discriminaciones y
las violencias que se ejercen en nuestra sociedad en función del
género. Visibilizar estas desigualdades es central para construir
una sociedad más justa, inclusiva e igualitaria. Así, la perspectiva
de género tiene la capacidad de transformar la realidad.
Desde los movimientos feministas decimos que existen “len-
tes violetas” que nos hacen ver el mundo y todas las relaciones
humanas con perspectiva de género, y que una vez que los des-
cubrimos, ya no podemos ver sin ellos. Cuando comenzamos a
interpretar las desigualdades en relación al género y tomamos
conciencia, esa comprensión ya no se pierde. Como cualquier

3
otro aprendizaje, incorporar esta forma de mirar, lleva tiempo y
esfuerzo y se trata de una construcción hecha de manera colec-
tiva y situada. A nivel estatal, la acción de ponerse los anteojos
violetas se relaciona con el impulso, la planificación y la puesta
en marcha de políticas públicas con perspectiva de género.
Como síntesis, podemos decir que:

La perspectiva de género es una forma de identificar, visibilizar y transformar


las desigualdades, injusticias y violencias que se ejercen en función del género.

Pero, un momento, volvamos algunos pasos para atrás… ¿Qué


es el género?
El género es una construcción social y cultural que atraviesa y
constituye nuestra vida cotidiana, nuestra forma de relacionarnos
y de interpretar el mundo. El género está presente desde antes de
nuestro nacimiento y configura las percepciones acerca de nuestras
identidades así como los vínculos con otras y otros. Por ejemplo,
está presente en los juegos de “niñas” y de “niños”, las vestimen-
tas, la alimentación, la distribución de espacios en los ámbitos de
trabajo, la música, el deporte, los entretenimientos, las religiones, la
vida social y todo aquello que pone a interpretar roles y que sitúa a
varones y mujeres en planos y lugares diferenciados.

Deténganse unos minutos para observar


la siguiente ­ilustración…

¿En qué les


hace pensar?
¿Se preguntan
a menudo qué
regalarle a un
niño o niña?

Probablemente en nuestras biografías haya momentos de la in-


fancia en los que sentimos que nuestros gustos no se correspon-
dían a los mandatos que nos asignaba el mundo adulto. Estos
moldes tienen que ver con roles y estereotipos de género.

4
¿Escuchaste o dijiste alguna de estas frases?
— — — —
¿Y no le importa ¿Todavía No seas ¿Con quién
que ganes más sos virgen? tan dramática. vas a dejar
que él? — — a tus hijos?
— Son cosas ¿Estás contenta —
Sos demasiado de chicos. siendo ama ¿Podrías tomar
sensible. — de casa? nota vos, que
— Te trata así — sos más prolija?
¿No querés porque le gustás. ¿Sos enfermero? —
tener hijos? — Pensé que eras Soy varón pero
— Sos demasiado médico. también ayudo
¿Qué tenías intimidante. — en casa.
puesto esa — No seas —
noche? ¿Llorás en mandona. ¿Vas a trabajar
— las películas? — más horas?
Serías mucho — Antes había ¿Y los chicos?
más linda si ¿Vos sos hombres
sonrieras. el que cocina? de verdad.

¿Pensaste alguna Las niñeces no “deciden” ni “eligen” qué van a ser o sentir,
vez que alguien sino que reconocen lo que les sucede en el devenir de la
en su infancia puede construcción de su subjetividad. Es fundamental aceptar
no identificarse y apuntalar la libertad y el derecho a expresar su género
como niño o niña? autopercibido, cómo y cuándo lo deseen.

Estereotipos de género
Cada una de esas frases o preguntas cargan con el peso de los
estereotipos de género, aquellos mandatos que nos interpelan
sobre cómo “debemos ser”, qué cosas deben gustarnos y cuáles
no, cómo debemos sentirnos ante determinada situación depen-
diendo de si somos mujeres o varones.
Los estereotipos de género funcionan como ordenadores sociales,
emitiendo juicios y marcando los límites de lo posible y, como tales,
no dan lugar a identidades diferentes a las binarias ni a la hermosa
variedad de matices y posibilidades que tiene la vida y que tene-
mos las personas. Podemos afirmar que los estereotipos de género
son perjudiciales para la plena libertad y desarrollo de las personas,
especialmente en edades tempranas, y que también son una de las
causas que explican las violencias por motivos de género.

5
Ahora bien, género no es lo mismo que sexo…
Desde el momento en que nacemos, e incluso antes, comenza-
mos a recibir un trato diferenciado dependiendo del sexo que
nos asignan, el cual es establecido por la medicina según la apa-
riencia de nuestros genitales externos, es decir, si tenemos pene
o vulva. A partir de ello se asigna un sólo sexo posible para cada
persona: si posee vulva será identificada y tratada como mujer,
y si posee pene será identificado y tratado como varón. La exis-
tencia de sólo dos sexos es una de las ideas más naturalizadas
sobre los géneros. Esto se debe a que durante mucho tiempo el
género se construyó con relación a la genitalidad antes mencio-
nada, como si fueran equivalentes, y a partir de allí se definían
los diferentes roles, atributos y características de cada sexo.

¿Qué pasa con las personas cuya genitalidad


no se corresponde con el modelo binario establecido?
En el mundo occidental, aquellas personas que poseen alguna
variabilidad con respecto al patrón de corporalidad femenina o
masculina culturalmente aceptado muchas veces son patologi-
zadas. No reconocer la diversidad de los sexos y de los cuerpos
condujo a que muchas personas intersex, cuya genitalidad no
es claramente identificable como “femenina” o “masculina”, sean
rutinariamente sometidas a tratamientos médicos y quirúrgicos
durante los primeros años de vida, sin consentimiento y a pesar
de que no enfrentan problemas de salud.

Les recomendamos la película Otra película muy


­argentina XXY, escrita y dirigida interesante es Canela,
por Lucía Puenzo, estrenada en dirigida por Cecilia del
2007. Está protagonizada por Valle y estrenada en 2020, donde ve-
Ricardo Darín, Valeria Bertuccelli, mos a una arquitecta rosarina de casi
­Martín ­Piroyansky e Inés Efrón. 60 años desarrollando sus trabajos y
Trata sobre la vida de Alex, empleos y sosteniendo su identidad
adolescente ­intersex. de mujer trans.

El género con el que nos identificamos tampoco es algo “natu-


ral”, sino el producto de una construcción socio–cultural. A su vez,
el género no es equivalente a la genitalidad que la medicina nos

6
asigna al nacer (y antes también). Es decir que sexo y género son
cosas muy distintas:

el sexo está relacionado con la genitalidad y es asignado por el paradigma


médico biologicista al momento de nacer, mientras que el género (que lejos está
de referirse a la genitalidad) está relacionado a un conjunto de roles, mandatos
y prácticas sociales con las cuales nos vamos identificando a lo largo de la vida.

Esta diferenciación entre sexo y género nació al calor de los debates


feministas durante la década de 1970 para distinguir entre el sexo
asignado al nacer y la socialización binaria: “femenina” y “masculina”.

Se dice que Se dice que


los varones son las mujeres son

FUERTES DÉBILES

¿Qué pasaría si RACIONALES SENTIMENTALES


intercambiamos
ACTIVOS PASIVAS
o mezclamos
todas esas ARROJADOS PRUDENTES
características?
PROVEEDORES HOGAREÑAS

COMPETITIVOS ROMÁNTICAS

INTROVERTIDOS EXTROVERTIDAS

CONSTANTES CAPRICHOSAS

AGRESIVOS SUAVES

Lo más probable es que tengamos como resultado personas más


reales, con sus contradicciones, características diferentes que las
distinguen de otras, y que las posibilidades sean infinitas, sin im-
portar la identidad de género.

Género: una categoría que nace al calor


de las luchas feministas
Las luchas feministas se desarrollaron en diferentes tiempos y
espacios, por ello decimos que sus ideas y prácticas son situadas.
El concepto de género nació al calor de estas luchas y se utiliza

7
para explicar las desigualdades sociales que viven las mujeres y
personas LGTBI+. Esta característica hizo del género un concep-
to que se fue ampliando a lo largo del tiempo y al calor de las dis-
putas sociales y políticas de los feminismos. Por ello, el género
es un concepto polisémico (tiene varios significados y sentidos),
dinámico (está en movimiento, cambia) y controvertido (las in-
terpretaciones debaten entre sí).
A medida que la realidad va cambiando, se modifica el con-
cepto de género, se resquebraja y emergen nuevas interpreta-
ciones. A principios de los años 70, el movimiento feminista co-
menzó a pensar al género como una categoría diferente al sexo,
al cuestionar la naturalización de las diferencias entre géneros,
la subordinación de las mujeres e identidades feminizadas, y el
determinismo biológico de los roles sexuales.
La desigualdad radica en la subordinación y alteridad de lo
femenino. Es decir, mientras que la “universalidad” está asociada
a lo masculino (un ejemplo muy claro es el lenguaje sexista), la
“particularidad” está asociada a lo femenino. Por ejemplo, cuan-
do alguien se refiere a la lucha de las mujeres y personas LGTBI+
como una lucha de “minorías”.

El lenguaje sexista es la discriminación en el habla y la escritura basada en el


sexo y/o género de las personas, que subestima o invisibiliza al género femenino.
La forma más habitual del lenguaje sexista es la utilización del masculino como
universal, excluyendo tanto a las mujeres como a las lesbianas, travestis, transe-
xuales y transgénero, intersex.

A través de la categoría de género, se empezó a cuestionar el modo


en que socialmente se nos asignan roles, atributos y características
que dan forma a nuestra identidad a partir del sexo, y a diferen-
ciar la “socialización cultural” de un criterio “natural” o “biológico”.
Al notar esta diferencia, y sobre todo, las desigualdades que traía
aparejada esta socialización diferenciada para varones y mujeres,
fueron elaboradas las primeras definiciones de género.
Los feminismos populares y nuestroamericanos, los feminis-
mos decoloniales, negros, los transfeminismos, han dado espe-
cial dinamismo al concepto, y gracias a todos esos aportes es
que los movimientos feministas provenientes de los países que
habíamos transitado la dominación colonial occidental cuestio-
namos el concepto de género.

8
El feminismo popular y nuestroamericano se hermana con los movimientos
populares de nuestro continente, basado en los principios de justicia social y po-
der popular. El adjetivo decolonial hace referencia al proceso cognitivo y político
de ir a contramano de la historia americana y mundial contada por las potencias
coloniales. El feminismo negro, como su nombre lo indica, nace de la militan-
cia por recuperar y valorar la cultura afroamericana y dar a conocer la dolorosa
sangría de la diáspora vivida por las y los esclavos provenientes de África y su
descendencia en América. El transfeminismo es la amalgama de luchas que nos
permite dar la pelea por la igualdad entre mujeres, lesbianas, travestis, personas
trans e intersex, unidas y unidos en la diversidad.

Para ver más de cerca cuáles son estas ideas emergentes, les
presentamos a Silvia Rivera Cusicanqui, militante feminista,
antropóloga e historiadora decolonial aymara. Ella nació en
La Paz, Bolivia, en 1949. ¿Conocen el significado de la palabra
“decolonial”? Es la identificación de aquellas personas, ge-
neralmente investigadoras e investigadores de las ciencias
sociales o la filosofía, que cuestionan todas las herencias
culturales que aún hoy perviven en nuestra sociedad pro-
ducto del pasado colonial. A lo largo de su vida, Silvia Rivera
Cusicanqui, se ha dedicado a estudiar sus orígenes aymaras
involucrándose de lleno en sus raíces.

Miren el siguiente fragmento de una entrevista donde


ella se expresa sobre la identidad y la libertad, y también
sobre la cosmovisión aymara acerca de los roles de género.

¿Conocían a Rivera
Cusicanqui?
¿Qué les pareció la
entrevista? ¿Qué
fue lo que más les
llamó la atención?

9
Sus palabras nos invitan a reconocer la importancia de nuestros
propios orígenes, a vivir la identidad libremente, a valorar nuestra
historia de luchas y a seguir peleando por un futuro de mayor sobe-
ranía sobre nuestros cuerpos y también sobre nuestros territorios.
Al igual que Rivera Cusicanqui, muchas militantes feministas
decoloniales, comunitarias, afroamericanas y también aquellas
que son parte de la comunidad LGTBI+, denuncian que las vio-
lencias no se expresan de igual manera hacia todas las mujeres.
Hacen un llamado de atención para decir que las violencias se
agudizan hacia aquellas identidades que no son la mujer blanca,
joven y heterosexual.

Invitamos a ver este breve video y presentación de Lohana


­Berkins, activista travesti argentina que fue una de las impulso-
ras de la Ley de Identidad de Género:

¿Creen que las


discriminaciones Interseccionalidad
que atravesó
Lohana en su vida
son similares a las
de otras personas?

A partir de las palabras de Silvia Rivera Cusicanqui y Lohana


­Berkins, podemos introducir la noción de interseccionalidad. To-
dos los aportes de los feminismos nos llevan a considerar que las
desigualdades y violencias no deben ser pensadas únicamente
teniendo en cuenta la variable del género, sino que existen otros
factores que agudizan las vulneraciones de derechos y las des-
igualdades: la diversidad sexual, la clase social, raza o etnia, edad,
la condición migrante. Esta confluencia de las ­desigualdades de
género con otros elementos estructurales colocan a algunas per-
sonas en una particular situación de vulnerabilidad.

10
La interseccionalidad es un sistema complejo de estructuras de opresión que
son múltiples y simultáneas.

¿Cómo se relaciona el género con el patriarcado?


¿Qué es el patriarcado?

El patriarcado es una forma de organizar la sociedad y un sistema de dominación


masculina.

Su estructura construye desigualdades y jerarquiza a los varo-


nes individual y colectivamente por sobre las mujeres y personas
LGTBI+. Incluye normas, leyes, valores, ideas y prácticas que re-
producen su propia lógica. El patriarcado instala, organiza y re-
produce relaciones de poder entre los géneros. No se trata de
algo individual o personal, sino social y político.

¿Podrían definir con sus palabras esa vieja frase que dice
“lo personal es político”? Cuando las mujeres y personas
LGTBI+ la enuncian, quieren decir que aquellos problemas que
enfrentan donde se evidencia el dominio masculino —una situa-
ción de acoso callejero, la dificultad de ascender en un trabajo,
el tiempo que dedican a las tareas domésticas y de cuidado—
no los padecen sólo algunas, no son personales sino sociales, y
por lo tanto, políticos.

Observemos la siguiente imagen:

11
División sexual del trabajo
Una de las consecuencias de aquella “socialización diferenciada”
que mencionamos más arriba, es la división sexual del trabajo. Se
trata de una de las consecuencias que tiene, para las mujeres y
personas LGTBI+, la vida dentro del sistema patriarcal. La llama-
da “división sexual del trabajo”, ¿qué es?
La compañera Nora Goren, socióloga, docente e investigado-
ra argentina, la define de esta manera:

“Se refiere a la distribución del trabajo entre varones y mujeres. Consiste en


la diferenciación que se hace de las actividades que deben realizar las mujeres
y las que deben realizar los varones”.

Como puede observarse, la parte visible del témpano siempre


es más chica que la parte invisible… o, deberíamos decir, invisi-
bilizada. Todas las actividades que están a la vista, son mayor-
mente las que realizan los varones, mientras que todas aquellas
que aparecen debajo de la superficie, o sea, aquellas que no
se ven, son las tareas y actividades más feminizadas. Esto no
quiere decir que la totalidad de las actividades que realizan las
mujeres sean invisibles, ni que ellas no participen también de la

12
parte visible del trabajo. Significa, sí, que esto es muy común, e
incluso se “naturaliza” junto con los demás estereotipos y man-
datos de género. Esta “división sexual del trabajo”, al igual que
los estereotipos de género, es una construcción sociocultural,
histórica y situada, propia del sistema económico capitalista.
Nada tiene de “normal” o “biológico”, porque no existe impedi-
mento alguno para que las mujeres y los varones realicen cual-
quiera de estas tareas.
Las mujeres y personas LGTBI+ realizan todo tipo de activi-
dades, pero en condiciones desiguales y subordinadas, menos
reconocidas, peor remuneradas y con mayor carga de trabajo,
porque al mismo tiempo que se desarrollan en las actividades
denominadas “productivas” también cumplen con muchas horas
diarias de trabajo “reproductivo” y no remunerado.

Invitamos a volver a mirar la ilustración y a pensar en cuántas


mujeres y cuántos varones conocen que realicen estas tareas y
cuánto tiempo le dedican a cada una, ¿quién se le viene a la men-
te? ¿De qué lado las pueden ubicar? ¿Y las personas trans? ¿Qué
lugar ocupan?

Uno de nuestros desafíos es “desnaturalizar” la división sexual


del trabajo, volviendo visible lo que a ojos de muchas personas
puede permanecer todavía oculto.

Ahora les proponemos que vean el siguiente video:

¿Se reconocen?

13
¿Qué es la “Doble jornada laboral” de las mujeres?
Consiste en la suma de la jornada de trabajo realizada para el
mercado, y por lo tanto remunerada, y la jornada dedicada al
trabajo doméstico del propio hogar, no remunerada.
Pensemos en la campaña del #YoMeOcupo, ¿por qué no se
trata solamente de “ayudar”? ¿Cómo podemos explicar que esa
palabra remite a la división sexual del trabajo?
Si una persona ayuda a otra en determinada tarea, significa
que la segunda es quien se encarga de pensarla, gestionarla, ve-
rificar que se realice, y, por ende, no hay una distribución equi-
tativa del trabajo.

¿Existe una “Triple jornada laboral”?


← Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT 2021),
elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (IN-
DEC), las mujeres cumplen con las horas correspondientes al
trabajo remunerado —”primera jornada”—, con cerca de 6 horas
diarias promedio de trabajo doméstico y de cuidados —”segunda
jornada”— y, finalmente, realizan trabajos comunitarios, sociales,
políticos, en mayor medida que los varones, lo que constituye
una “tercera jornada”. Volveremos sobre estas ideas y la distribu-
ción del uso del tiempo según los géneros en una clase posterior.


Ahora estamos llegando al final de esta primera clase
Vamos a repasar las ideas principales a modo de apunte, y al
final encontrarán la consigna para intervenir en el Foro.
La perspectiva de género es transformadora porque se trata
de una forma de ver y comprender a la sociedad que permite
identificar las relaciones de poder entre los géneros de manera
interseccional, y cuestionar la discriminación, las desigualdades
y la exclusión de las mujeres y personas LGTBI+, así como im-
plementar acciones para avanzar en la construcción de la igual-
dad de género.
Para incorporar esta perspectiva, podemos reflexionar so-
bre nuestro ámbito de trabajo: el Estado municipal o provincial,
la organización, la institución educativa, el centro cultural o el
área de la que somos parte y las políticas públicas o iniciativas
legislativas que llevamos adelante o que buscamos impulsar,

14
¿reproducen estereotipos de género?, ¿tienen en cuenta la in-
terseccionalidad a la hora de abordar algún problema? Esas y
otras preguntas son las que nos guían cuando tenemos pues-
tos los “lentes violetas”.

Les proponemos que intervengan en el Foro a partir de la


siguiente consigna:
Realicen una presentación personal contando dónde trabajan y,
si la tienen, una experiencia de incorporación de la perspecti-
va de género en su espacio de trabajo o participación. Si no la
tienen, la invitación es a que nos cuenten cuál creen que es el
motivo o cuáles son los obstáculos para ello.

¡Nos estamos leyendo! ¡Muchísimas gracias!

Bibliografía

CLASE 1 • Abbate, F. (2020). Biblioteca feminista. Vidas, luchas y obras desde 1789
Introducción
hasta hoy. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Planeta.
a la ­perspectiva
de género • Federici, S. (2018). Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproduc-
ción y luchas feministas. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Tinta Limón.
• Instituto Nacional de Estadística y Censos (2022). Encuesta Nacional
de Uso del Tiempo 2021. Resultados preliminares. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadística y Censos – INDEC.
• Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual
(2021). Ley Micaela. Curso de Formación. Formadoras y Formadores en el
Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires. La Plata: Ministerio de las
Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.
• Segato, R. (2013). La crítica de la colonialidad en ocho ensayos y una antro-
pología por demanda. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Prometeo Libros.

15

También podría gustarte