Práctica 3 - OXIGENOTERAPIA
Práctica 3 - OXIGENOTERAPIA
Práctica 3 - OXIGENOTERAPIA
La aplicación de oxígeno como tratamiento va a ser una práctica habitual en el trabajo del
Técnico de Emergencias Sanitarias (TES) por ello es importante que actúe de manera
responsable en todo momento ya que se trata de un gas médico, con uso medicamentoso y su
uso debe realizarse con preinscripción facultativa. Se deben tener en cuenta siempre las
medidas de seguridad tanto en el almacenamiento, el transporte y el uso y confirmar al
empezar el turno el correcto funcionamiento de los sistemas de oxigenación.
Los diferentes sistemas de oxígeno permiten que, en las unidades de soporte vital básico
(SVB), el TES pueda colaborar para que el paciente consiga mejorar sensiblemente su
saturación de oxígeno. Para ello, se puede adaptar la fracción inspiratoria de oxígeno (FiO2)1,
dependiendo de las necesidades del paciente, con la indicación y el apoyo multidisciplinario de
los médicos y del personal de enfermería de las salas operativas de los diferentes sistemas de
emergencias
1 Expresa en tanto por ciento la concentración de oxígeno que tiene el aire que inhala la
persona. En condiciones normales es el 21%, con el uso de mascarillas con reservorio de no
reinhalación este valor se puede incrementar hasta el 80%.
Material para administrar oxígeno en situaciones agudas
Manómetro y manorreductor
Al cilindro de presión se le acopla siempre un manómetro y un manorreductor. El manómetro
mide la presión a la que se encuentra el oxígeno dentro del cilindro, lo cual se indica mediante
una aguja sobre una escala graduada o con una pantalla digital.
Con el manorreductor se regula la presión a la que sale el oxígeno del cilindro.
Flujómetro o caudalímetro
Es un dispositivo que normalmente se acopla al manorreductor y que permite controlar la
cantidad de litros por minuto (flujo) que salen de la fuente de suministro de oxígeno. El flujo
puede venir indicado mediante una aguja sobre una escala graduada o mediante una “bolita”
que sube o baja por un cilindro, el cual también cuenta con una escala graduada.
Humidificador
El oxígeno se guarda comprimido y, para ello, hay que licuarlo, enfriarlo y secarlo. Antes de
administrar el oxígeno, hay que humidificarlo para que no reseque las vías aéreas. Ello se
consigue con un humidificador, que es un recipiente al cual se introduce agua destilada estéril
hasta aproximadamente dos tercios de su capacidad. Hay recipientes rellenables y otros que
son desechables para evitar la contaminación bacteriana.
Dispositivos para sistemas de bajo flujo. Son los sistemas en los que el paciente respira una
mezcla de gases entre el oxígeno que le suministramos y el aire ambiental. El flujo de oxígeno
que le aportamos es menor que su flujo inspiratorio y por eso se completa con aire
atmosférico.
A estos pertenecen: las gafas nasales, las mascarillas simples y las mascarillas con reservorio.
Mediante estos sistemas no podemos conocer la FiO2 ya que la persona toma además aire. La
FiO2 dependerá al final de:
El flujo de oxígeno puro que aportamos.
El volumen de aire que la persona inspira y espira.
La frecuencia respiratoria de la persona en ese momento.
Dispositivos de alto flujo. Son los sistemas en que el paciente respira exclusivamente el gas
que le administramos. El flujo es mayor que en los sistemas de bajo flujo, ya que en este caso
es igual al flujo inspiratorio.
Las mascarillas con efecto Venturi pertenecen a estos dispositivos.
El mecanismo Venturi permite succionar concentraciones de aire conocidas para mezclarlos
con el flujo de oxígeno que administramos independientemente del patrón ventilatorio del
paciente (inspiración-espiración)
DISPOSITIVOS DE BAJO FLUJO
Cánulas o gafas nasales
Las gafas nasales consisten en unos tubos plásticos flexibles que se adaptan a las fosas nasales
y que se mantienen sobre los pabellones auriculares. Es el sistema más usado para
administrar oxígeno a bajos flujos. Es barato, fácil de usar y, en general, muy bien tolerado.
Permite hablar y expectorar sin interrumpir la aportación de oxígeno. El paciente no siente el
agobio que puede tener con otros sistemas. El flujo de oxígeno que se consigue con este
dispositivo oscila entre 1 y 4 l/min, lo que equivale a una FiO2 teórica del 24-35%. Por otro
lado, si el paciente presenta obstrucción nasal o respira por la boca, la cantidad de oxígeno
final puede estar disminuida.