Práctica 3 - OXIGENOTERAPIA

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Oxigenoterapia

La oxigenoterapia es el tratamiento realizado mediante oxígeno con el cual se incrementa la


disponibilidad de oxígeno en el aire inspirado en un rango entre el 22 y el 100%
(habitualmente en el aire inspirado tenemos un 21% de oxígeno). Este tratamiento mejora la
difusión del oxígeno del interior de los alveolos a la sangre y permite que llegue más oxígeno a
los tejidos, con el objetivo de mantener una presión parcial de oxígeno (PaO2) mayor de 55
mmHg, que garantice el desarrollo del metabolismo normal, sin incremento del esfuerzo
respiratorio ni sobrecarga cardíaca.

La finalidad de la oxigenoterapia es prevenir o revertir la hipoxemia (baja concentración de


oxígeno en sangre), pero en muchas ocasiones será necesario que la oxigenoterapia se
complemente con otras medidas, debido a que una baja disponibilidad de oxígeno en los
tejidos puede tener distintas causas (dificultades en la ventilación inspiración-expiración,
hemorragias, etc)

La aplicación de oxígeno como tratamiento va a ser una práctica habitual en el trabajo del
Técnico de Emergencias Sanitarias (TES) por ello es importante que actúe de manera
responsable en todo momento ya que se trata de un gas médico, con uso medicamentoso y su
uso debe realizarse con preinscripción facultativa. Se deben tener en cuenta siempre las
medidas de seguridad tanto en el almacenamiento, el transporte y el uso y confirmar al
empezar el turno el correcto funcionamiento de los sistemas de oxigenación.

Los diferentes sistemas de oxígeno permiten que, en las unidades de soporte vital básico
(SVB), el TES pueda colaborar para que el paciente consiga mejorar sensiblemente su
saturación de oxígeno. Para ello, se puede adaptar la fracción inspiratoria de oxígeno (FiO2)1,
dependiendo de las necesidades del paciente, con la indicación y el apoyo multidisciplinario de
los médicos y del personal de enfermería de las salas operativas de los diferentes sistemas de
emergencias

Fracción inspiratoria de oxígeno:

1 Expresa en tanto por ciento la concentración de oxígeno que tiene el aire que inhala la
persona. En condiciones normales es el 21%, con el uso de mascarillas con reservorio de no
reinhalación este valor se puede incrementar hasta el 80%.
Material para administrar oxígeno en situaciones agudas

Para poder administrar el oxígeno de una forma adecuada,


debemos disponer de los elementos siguientes:
 Fuente de suministro de oxígeno.
 Manómetro y manorreductor.
 Flujómetro o caudalímetro.
 Humidificador.

Fuente de suministro de oxígeno


Es el lugar en el que se almacena el oxígeno y, a partir del cual, se distribuye. El oxígeno se
almacena comprimido con el fin de que quepa la mayor cantidad posible en los recipientes.
Esta gran presión a la que está sometido el gas ha de ser disminuida antes de administrarlo, ya
que si no dañaría el aparato respiratorio. Las fuentes de oxígeno en una ambulancia pueden
ser:
Balas o bombonas. Son cilindros metálicos alargados que contienen oxígeno a presión, tienen
una presión de carga de 200 bar2.
Balas. Están fijas en la ambulancia, conectadas a la instalación de oxígeno que alimentan
distintas tomas de oxígeno dentro de la ambulancia, su capacidad oscila entre los 800 l y los
2000 l.
Bombonas. Son los dispositivos que se suelen desplazar al lugar del incidente para la atención
de pacientes, su capacidad puede variar entre 1 l y 10 l.

Manómetro y manorreductor
Al cilindro de presión se le acopla siempre un manómetro y un manorreductor. El manómetro
mide la presión a la que se encuentra el oxígeno dentro del cilindro, lo cual se indica mediante
una aguja sobre una escala graduada o con una pantalla digital.
Con el manorreductor se regula la presión a la que sale el oxígeno del cilindro.

Flujómetro o caudalímetro
Es un dispositivo que normalmente se acopla al manorreductor y que permite controlar la
cantidad de litros por minuto (flujo) que salen de la fuente de suministro de oxígeno. El flujo
puede venir indicado mediante una aguja sobre una escala graduada o mediante una “bolita”
que sube o baja por un cilindro, el cual también cuenta con una escala graduada.
Humidificador
El oxígeno se guarda comprimido y, para ello, hay que licuarlo, enfriarlo y secarlo. Antes de
administrar el oxígeno, hay que humidificarlo para que no reseque las vías aéreas. Ello se
consigue con un humidificador, que es un recipiente al cual se introduce agua destilada estéril
hasta aproximadamente dos tercios de su capacidad. Hay recipientes rellenables y otros que
son desechables para evitar la contaminación bacteriana.

Dispositivos de administración de oxígeno


Estos van acoplados al sistema a continuación del humidificador y permite llevar el oxígeno
hasta las vías respiratorias del paciente.
Hay diversos dispositivos para administrar oxígeno que podemos clasificar en dos grupos:

Dispositivos para sistemas de bajo flujo. Son los sistemas en los que el paciente respira una
mezcla de gases entre el oxígeno que le suministramos y el aire ambiental. El flujo de oxígeno
que le aportamos es menor que su flujo inspiratorio y por eso se completa con aire
atmosférico.
A estos pertenecen: las gafas nasales, las mascarillas simples y las mascarillas con reservorio.
Mediante estos sistemas no podemos conocer la FiO2 ya que la persona toma además aire. La
FiO2 dependerá al final de:
 El flujo de oxígeno puro que aportamos.
 El volumen de aire que la persona inspira y espira.
 La frecuencia respiratoria de la persona en ese momento.

Dispositivos de alto flujo. Son los sistemas en que el paciente respira exclusivamente el gas
que le administramos. El flujo es mayor que en los sistemas de bajo flujo, ya que en este caso
es igual al flujo inspiratorio.
Las mascarillas con efecto Venturi pertenecen a estos dispositivos.
El mecanismo Venturi permite succionar concentraciones de aire conocidas para mezclarlos
con el flujo de oxígeno que administramos independientemente del patrón ventilatorio del
paciente (inspiración-espiración)
DISPOSITIVOS DE BAJO FLUJO
Cánulas o gafas nasales
Las gafas nasales consisten en unos tubos plásticos flexibles que se adaptan a las fosas nasales
y que se mantienen sobre los pabellones auriculares. Es el sistema más usado para
administrar oxígeno a bajos flujos. Es barato, fácil de usar y, en general, muy bien tolerado.
Permite hablar y expectorar sin interrumpir la aportación de oxígeno. El paciente no siente el
agobio que puede tener con otros sistemas. El flujo de oxígeno que se consigue con este
dispositivo oscila entre 1 y 4 l/min, lo que equivale a una FiO2 teórica del 24-35%. Por otro
lado, si el paciente presenta obstrucción nasal o respira por la boca, la cantidad de oxígeno
final puede estar disminuida.

Máscara simple de oxígeno


Se trata de un dispositivo de plástico cupuliforme, desechable, que se adapta a la nariz y la
boca; en ambos lados, presenta agujeros de exhalación e inhalación, por donde se mezcla el
oxígeno con el aire ambiental. Se asegura con una banda elástica en la parte posterior de la
cabeza y mediante una pieza de metal maleable a la altura de la nariz, incorporada sobre la
máscara.
Permiten liberar concentraciones de oxígeno superiores al 50% con flujos bajos (6-10 l/min).
Interfieren para expectorar y comer y, al igual que las gafas nasales, se pueden descolocar
(especialmente por la noche).
Mascarilla con bolsa de reservorio y válvulas
Es la más utilizada en las urgencias extrahospitalarias, recomendada para los pacientes con
politraumatismos, edema agudo de pulmón, pacientes intoxicados por humo, etc. Son simples
máscaras faciales a las que se ha añadido una bolsa entre la fuente y el paciente, con el fin de
mantener una reserva constante de oxígeno puro.
El objetivo de estas mascarillas es lograr una concentración de oxígeno próxima al 100%.
Usualmente es de plástico y está compuesta por orificios laterales que permiten la salida del
volumen espirado con válvulas unidireccionales, que se cierran al inspirar, lo cual limita la
mezcla de oxígeno con el aire ambiente; de este modo, el paciente sólo puede tomar aire de la
bolsa reservorio. Esto significa que la válvula unidireccional situada en el codo de la unión de la
bolsa reservorio se abre cuando inspira, lo cual permite la salida del oxígeno de la bolsa hacia
el paciente y se cierra con la espiración para que el aire espirado salga por los orificios
laterales.

DISPOSITIVOS DE ALTO FLUJO


Mascarilla Venturi
Está especialmente indicada en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda grave en los que
es preciso controlar la insuficiencia de forma rápida y segura.
La máscara con efecto Venturi tiene las mismas características que la máscara simple, pero con
la diferencia de que en su parte inferior posee un dispositivo que permite regular la
concentración de oxígeno que se está administrando. En el cuerpo del dispositivo
normalmente viene indicado el flujo que hay que elegir en el caudalímetro para conseguir la
FiO2 deseada.

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