La Incertidumbre de La Existencia Daiver Salas

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Ensayo sobre el existencialismo

Daiver Salas

Universidad Del Atlántico

Javier Ferreira
Nuevas Teorías de la Argumentación

Barranquilla, Colombia
16 de Abril del 2024
La incertidumbre de la existencia: Reflexiones sobre la angustia existencial en Arthur

Schopenhauer

“Si le concediesen al hombre una vida eterna, la rigidez inmutable de su carácter y los estrechos

límites de su inteligencia le parecerían a la larga tan monótonos y le inspirarían un disgusto tan

grande, que para verse libre de ellos concluiría por preferir la nada.” (Schopenhauer 1851)

La idea de una vida eterna plantea reflexiones profundas sobre la naturaleza humana y su

relación con la temporalidad. La cita anterior sugiere que lo limitable que es la vida y los

desafíos propios a la existencia son elementos cruciales que dan forma a la experiencia humana.

A través de esta reflexión exploraremos cómo la perspectiva del autor revela una paradoja

fascinante: ¿sería la inmortalidad una bendición o una carga para el hombre? En este ensayo,

analizaremos las implicaciones filosóficas detrás de esta noción, examinando cómo el reducido

tiempo y la temporalidad no solo definen nuestra existencia, sino que también influyen en la

apreciación y el significado que atribuimos a la vida.

El Temor y la Intriga de la Eternidad

En primer lugar se podría decir que la mayoría tenemos teorías distintas sobre lo que hay después

de la muerte. Pero lo que más llama la atención es si hay una “vida eterna”.

Esto es algo que a mas de uno lo pone en duda, Aunque cada quien afirma o rechaza según sus

creencias religiosas, Ya que para lo que creen en Dios están Firmes en el pensamiento que su
creador les dará una vida eterna con todos los beneficios, sin cargas, sin sufrimiento, Es decir,

Todo sería "perfecto”. Pero bien, ¿No les nos haría un poco monótono todo? Es decir, Vivir toda

una eternidad en el mismo lugar, Con las mismas personas, Alabando el mismo ser todos los

días. Para alguien que esté ligado a la religión esto sería un sueño, Todo sería perfecto. Pero

analizando bien puede que sea un miedo para muchos, La intriga de pensar que harán en toda la

eternidad, En saber si en algún momento eso termina o así será siempre.

Ahora bien, Para el "Ateo" todo esto no tiene sentido, Alguien que esté en contra de la religión

no cree en el cielo ni en una vida eterna.

He investigado un poco sobre la "Nada" y se podría decir que es como antes de nacer. Más que

todo se llega a la conclusión de que no recordamos que hacíamos antes de nacer, Teníamos la

memoria en blanco. Así pues, Sería la muerte, Todos nuestros recuerdos se irían y solo no

existiríamos.

Con todo esto se podría decir que solo estamos conscientes que vivimos cuando recordamos la

muerte, Está teoría de que adquirimos la conciencia cuando pensamos en la muerte puede ser

cierta, Muchos de niños la adquirimos cuando tuvimos nuestro primer momento filosófico y la

mayoría fue cuando pensamos en la muerte. Que somos tan frágil y nos damos cuenta que las

personas se van de este mundo y no las veremos más, Ahí empieza nuestro gran trauma sobre la

muerte, Y en realidad pensamos que hay más allá de eso.

Nos surgen preguntas como: "¿qué pasa cuando morimos?", son preguntas que capaz nuestros

padres en su momento nos respondieron de una manera con final feliz, con el fin de no

traumarnos, Pero el hecho de solo pensar en la muerte se puede convertir en un trauma para

cualquier persona de cualquier edad.


Porque incluso, La muerte tampoco tiene edad. Muchos no tuvieron el privilegio de abrir los ojos

y pensar en ella.

Muchas personas mayores dicen que les da igual la muerte, Solo esperan a que llegue y ya

Y otros experimentan el miedo a morir justo cuando sienten que partirán de este mundo.

Por mi parte podría decir que la vida es solo la muerte aplazada, Que tarde o temprano

pasaremos por eso Y tendremos la oportunidad de saber que hay después de la muerte, y así

comprobar cuál teoría es la verdadera, ya sea, la vida eterna, La nada o la reencarnación.

La vida se basa de problemas, Pero lo lindo de eso es cuando los solucionas. Por eso se dice que

la vida y la felicidad son momentos.

Pero bien, ¿Se podría decir que la felicidad en los creyentes se basa solo en la búsqueda de Dios

y la vida eterna?

Para entender esto nos tendremos que relacionar la felicidad con el amor. Para los creyentes

todas las cosas que hacen por Dios la hacen con amor, Ya que para ellos Dios es amor.

Pero, ¿Que es el amor?, Pues bien, Para muchos el amor es entregarse por completo a una

persona. Para otros, Es el vínculo que tiene cada uno, el respeto y el quererse más a si mismo.

Para otros el amor solo es "algo" que nos da la naturaleza con el fin de que no muera el ser

humano.

Pero, Todo esto va relacionado a lo que queremos en nuestra vida y que objetivo es lo que nos

lleva a la esperanza de seguir vivos.


La Individualidad en la Búsqueda del Complemento

"No hay amor patente sino en la conformidad perfecta de dos seres... Y como no hay dos seres

semejantes en absoluto, cada hombre debe buscar en cierta mujer las cualidades que mejor

corresponden a sus cualidades propias, siempre desde el punto de vista de los hijos por nacer.

Cuanto más raro es este hallazgo, más raro es también el amor verdaderamente apasionado"

(Schopenhauer 1851).

Schopenhauer por su parte nos habla sobre el amor, Pero es muy confuso

Ya que para él el amor no es más que estar "embobado" por alguien de otro sexo, Lo cual hace

que nos olvidemos hasta de nosotros mismos.

Schopenhauer afirma que las mujeres solo son un complemento más y solo están para dar a luz y

no dejar morir la especie.

En su libro "El amor, Las mujeres y la muerte" específica que las mujeres no están destinadas ni

a los grandes trabajo de la inteligencia ni a los grandes trabajos materiales. Es decir, Solo

deberían encargarse del hogar. Ya qué pagan su "deuda" a la vida, no con la acción, sino con el

sufrimiento, los dolores de parto, los inquietos cuidados de la infancia y que finalmente solo

debe obedecer al hombre.

Por su parte también menciona que las mujeres solo piensan que el hombre ha venido a este

mundo solo para ganar dinero y ellas solo para gastarlo, Y si un hombre no es capaz de darles

para gastar, son capaces de burlarse de él cuando esté muerto yéndose con otro que si le dé para

gastar, Todo esto deja la duda que si de verdad existe el amor.


Aunque bien, también menciona que han habido suicidios entre parejas por el simple hecho de

no poder conectar juntos o por presiones sociales.

Muchas parejas, por el simple hecho de no estar juntas y estar cegadas en solo estar con esa

persona son capaces de cometer dicho acto, Incluso unos han tenido que ir al manicomio y otros

matar a su pareja.

El amor nos conduce a muchas locuras, pero bien, Es algo que llevamos todos. Cada quien

experimenta el amor de distintas maneras y no sabemos hasta qué punto somos conscientes que

estamos verdaderamente enamorados y que esa persona estará con nosotros toda la "eternidad”

Porque bien, Hoy podemos amar con todas nuestras fuerzas a una persona y mañana otra como si

nada. Y también jurarle amor eterno

¿Será el amor una excusa para reproducirnos?

Pues bien, En el texto “El mundo como voluntad y representación” se abarca un tema sobre los

sentimientos, en el cual se podría decir que El concepto designado por la palabra sentimiento

tiene un contenido meramente negativo, Como tal en esta parte del texto se muestra que

cualquier experiencia que se presente en la conciencia y no sea un concepto o conocimiento

abstracto de la razón se clasifica como "sentimiento". Se destaca La sorprendente variedad de

este conjunto de sentimientos., que abarca una variedad de experiencias. La singularidad radica

en que estas experiencias, como el sentimiento religioso, el placer, lo moral y lo corporal (tacto,

dolor, percepción de colores y tonos), el odio, la repugnancia, la autocomplacencia, entre otros,

coinciden únicamente en su exclusión de ser conceptos abstractos.

El Amor a la Vida y el Temor a la Muerte


“La vida de la mayoría no es más que una perpetua lucha por la existencia misma, con la certeza

de que al final la perderán. Pero lo que les hace perseverar en esa lucha tan penosa no es tanto el

amor a la vida como el miedo a la muerte que, sin embargo, se mantiene en un segundo plano

como algo inevitable y puede aproximarse en cualquier momento” (Schopenhauer 1851)

Pues bien, de todo lo anterior podemos concluir que a pesar de todo siempre habrá una razón que

nos mantenga vivos, El amor es un sentimiento que nos hace feliz, como al mismo tiempo puede

hacernos sentir peor. Pero es increíble como no pensamos en la muerte constantemente, El

mismo miedo a esta hace que no le veamos cierta importancia, si no que mas bien hace que

queramos vivir más, Hay mucha gente que se enfoca en vivir la vida al máximo por el simple

hecho de tener miedo a que todo lo que ha construido se pierda sin poder disfrutar un poco de

todo esto.

De hecho, en esta parte del texto nos mencionan como es necesario recurrir a un pasatiempo, Ya

que una vida aburrida podría llevar a la persona a no verle sentido a la vida, ya que el sufrimiento

siempre hará tregua con el hombre, y entre más negativo pensemos será difícil salir de ese vacío,

Por lo cual es muy probable que personas con problemas de aburrimiento se decida a robar

experiencias que puedan terminar de hundirlo más (Drogas, Alcohol, etc), Experiencias que al

principio puede hacerlo sentir diferente, pero no va a cambiar en nada.

El aburrimiento hace que seres que se aman tan poco como lo es el hombre, sean capaces de

buscar con quien quitarse esta carga de encima, El aburrimiento hace que las personas vivan

nuevas experiencias, El aburrimiento nos hace sentir vivos.

Los incansables esfuerzos por eliminar el sufrimiento solo logran su transformación. En su

origen, este toma la forma de necesidad y la inquietud por preservar la vida. Aunque eliminar el
dolor en esta forma es difícil, rápidamente se manifiesta en muchas formas, variando con la edad

y las circunstancias, ya sea impulso sexual, amor apasionado, celos, envidia, odio, miedo,

ambición, avaricia, enfermedad, entre otras. Cuando no puede adoptar ninguna otra forma, se

presenta en la triste y sombría carga del fastidio y el aburrimiento. Contra estos últimos se

realizan diversos intentos para alejar todos estos sentimientos negativos. No obstante, lograrlo es

difícil sin reintroducir el dolor en alguna de las formas anteriores, reiniciando así el ciclo de la

vida humana, siempre vagando entre el dolor y el aburrimiento.

Pues bien, cuando nos damos a la tarea de hablar con alguien mas acerca de eso, nos damos

cuenta que tenemos distintas perspectivas sobre lo que es el sufrimiento. Todo se relaciona según

las experiencias vividas.

Cuando se habla de amor no nos podemos enfocar solamente al trato de una persona a otra, el

amor es manifestado de otras formas y no siempre tiene que ser a alguien del sexo opuesto,

Muchas personas pueden llegar a sentir amor o a sentirse necesitados de la compañía de por

ejemplo, Una mascota.

Tanto es el amor que tienen, que si este ser vivo muere, La persona cae en una tristeza y ahí es

donde se manifiesta el aburrimiento. Hasta el cierto punto de sentirnos solos y no verle sentido a

nada.

Todo esto encaja con lo dicho anteriormente sobre buscar un pasatiempo para alejar lo negativo

de la vida, Capaz una buena compañía, Algo que nos haga sentir bien nos aleje de esa tristeza.

Sentirse tristes no esta del todo mal, De hecho, es el momento donde mas podemos reflexionar y

saber si lo que estamos haciendo esta bien o mal. Este estado melancólico hace que exploremos

más a fondo nuestro ser y nos hace saber si necesitamos algo o no.
Muchas personas ven en la tristeza algo positivo, Todo con el fin de “ahuyentar” este

sentimiento. De cierto punto, Hace que las personas encuentren una razón para sentirse vivos.

En relación con lo anterior, Al paso que la primera mitad de la vida no es más que una infatigable

aspiración hacia la felicidad, la segunda mitad, por el contrario, está dominada por un doloroso

sentimiento de temor, porque entonces se acaba por darse cuenta más o menos clara de que toda

felicidad no es más que una quimera, y sólo el sufrimiento es real.

En el transcurso de nuestras vidas, experimentamos una transición notable entre la primera y la

segunda mitad. Se podría decir que en los primeros años, nos encontramos inmersos en la

búsqueda incansable de la felicidad, persiguiendo sueños, metas y placeres que creemos que nos

llevarán a un estado de completa satisfacción. Sin embargo, conforme avanzamos hacia la

segunda mitad, este enfoque cambia drásticamente. Nos vemos confrontados con un sentimiento

abrumador de temor, una realización dolorosa que se afianza lentamente, Con esto se podría

llegar a la conclusión que la felicidad no es duradera y, en última instancia, ilusoria.

Es decir, Durante la primera mitad de nuestras vidas, nos aferramos a la esperanza de que

alcanzar la felicidad será la clave para una existencia plena y significativa. Esta búsqueda nos

impulsa a perseguir relaciones, logros profesionales, riqueza material y experiencias que creemos

que nos brindarán dicha y realización. Sin embargo, a medida que avanzamos y maduramos,

comenzamos a cuestionar la naturaleza misma de la felicidad.

Ahora bien, Es en la segunda mitad de la vida cuando nos enfrentamos de frente con la realidad

del sufrimiento humano. Comenzamos a comprender que la felicidad es fugaz, que las alegrías

efímeras se desvanecen rápidamente y que, en última instancia, es el sufrimiento lo que define


nuestra experiencia en este mundo. Nos damos cuenta de que el dolor, ya sea físico, emocional o

espiritual, es una constante en la vida de todos los seres humanos.

Este reconocimiento puede ser desalentador y angustiante. Nos enfrentamos a la inevitabilidad

de la pérdida, la enfermedad, el envejecimiento y la muerte. Nos enfrentamos a la realidad de

nuestras propias limitaciones y vulnerabilidades. El temor se arraiga en nuestras mentes,

haciéndonos cuestionar el propósito de nuestra existencia y el significado de todo lo que hemos

perseguido hasta ahora.

Sin embargo, a pesar de esta dolorosa revelación, también podemos encontrar una profunda

verdad en el sufrimiento. A través del dolor, llegamos a comprender nuestra propia humanidad de

una manera más profunda y significativa. Nos conectamos con los demás a un nivel más íntimo,

compartiendo nuestras experiencias de dolor y encontrando consuelo en la compasión mutua.

En última instancia, el reconocimiento del sufrimiento como una parte intrínseca de la vida nos

invita a reevaluar nuestras prioridades y perspectivas. Nos desafía a encontrar significado y

propósito en medio del dolor, a cultivar la resiliencia y el crecimiento personal a través de

nuestras experiencias difíciles. Aunque la felicidad pueda ser fugaz, el sufrimiento nos ofrece la

oportunidad de encontrar una conexión más profunda con nosotros mismos y con el mundo que

nos rodea.

El Sufrimiento y la Alegría como pasajeros Acompañantes de la Vida

Como si fuera poco, En el transcurso de nuestras vidas, nos encontramos con la realidad

implacable de la transitoriedad. Esta existencia fugaz nos recuerda constantemente que nada
perdura para siempre. Ni el dolor más intenso, ni la alegría más exuberante pueden resistir el

paso del tiempo.

El sufrimiento, con su carga pesada y abrumadora, puede parecer interminable en el momento en

que lo experimentamos. Nos envuelve en su manto oscuro y nos hace sentir que estamos

atrapados en un ciclo sin fin de dolor y desesperación. Sin embargo, con el tiempo, incluso el

sufrimiento más profundo se desvanece.

Por otro lado, la alegría, con su breve brillo, puede hacernos creer que durará para siempre. Nos

sumergimos en su cálido resplandor y nos sentimos invencibles, convencidos de que esta

felicidad perdurará por siempre jamás. Sin embargo, la alegría también se desvanece, dejándonos

con la nostalgia de su ausencia.

En este ciclo eterno de pérdida y renacimiento, aprendemos la lección fundamental de la

impermanencia. Nos damos cuenta de que nada en esta vida es permanente, todo está sujeto al

implacable paso del tiempo. Ninguna impresión, ningún entusiasmo, ninguna resolución puede

resistir la marcha constante de los años.

Esta comprensión puede resultar desgarradora, pero también contiene una profunda sabiduría.

Nos invita a vivir cada momento con gratitud y aprecio, sabiendo que cada experiencia, por

efímera que sea, es un regalo precioso en el tapiz de nuestras vidas. Nos desafía a abrazar la

realidad fluida y cambiante de la existencia y a encontrar la belleza en la transitoriedad misma.

En última instancia, la conciencia de que nada es para siempre nos lleva a vivir con autenticidad

y plenitud. Nos enseña a liberarnos de la ilusión de la permanencia y saber que la realidad de

que todo en esta vida es temporal. En lugar de aferrarnos desesperadamente a lo que va a


terminar, aprendemos a fluir con el ritmo de la vida, sabiendo que en la transcurso de nuestra

vida encontramos la verdadera esencia de nuestra humanidad.

La muerte, con su inevitable llegada, nos confronta con nuestra propia finitud y nos insta a

reflexionar sobre el propósito y el significado de nuestra existencia. El sufrimiento y las

dificultades que encontramos en el camino nos desafían a buscar respuestas más profundas sobre

la naturaleza de la realidad y el sentido de nuestras experiencias. Estas inevitables realidades de

la vida nos empujan hacia la búsqueda de significado y comprensión más allá de lo superficial y

lo evidente.

Si nuestras vidas estuvieran exentas de limitaciones y dolores, es posible que nos contentáramos

con simplemente vivir en el momento presente, sin cuestionar más allá de lo que está frente a

nosotros. Sin embargo, es precisamente debido a las limitaciones y los dolores que enfrentamos

que nos vemos impulsados a explorar las profundidades del pensamiento y la metafísica, en

busca de respuestas que den sentido a nuestra experiencia humana.

En definitiva, el conocimiento de la muerte y la consideración del sufrimiento nos invitan a

reflexionar sobre los misterios más profundos de la existencia. Nos desafían a explorar los

límites de nuestro entendimiento y a buscar respuestas que nos ayuden a encontrar significado y

propósito en un mundo lleno de incertidumbre y adversidad. Es a través de esta búsqueda

continua que podemos encontrar consuelo y sabiduría, y abrirnos a una comprensión más

profunda de nosotros mismos y del universo que habitamos.


Referencias Bibliográficas

• Schopenhauer, A. (1984). El amor, las mujeres y la muerte. Alianza Editorial.

• Schopenhauer, A. (2014). El mundo como voluntad y representación. Fondo de Cultura

Económica.

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