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4-Novela y Cuento Hispanoamericanos

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LA NOVELA Y EL CUENTO HISPANOAMERICANO

En el XX, la narrativa hispanoamericana sufre un profundo cambio y asistimos al cambio de una


novela realista a una renovación e innovación de la novela.
NOVELA
EL REALISMO TRADICIONAL
Hasta los años cuarenta se siguió el modelo de la novela realista tradicional con obras que tienen
como escenario el mundo rural. Distinguimos entre:
- novela regionalista: denuncia la gran distancia entre una minoría rica y corrupta y una mayoría
campesina pobre e ignorante .Un claro ejemplo es Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos.
-Novela política: trata la inestabilidad política y las revoluciones.
-Novela indigenista: denuncia los abusos que sufren los indígenas al ser desalojados de sus tierras.

LA RENOVACIÓN DE LA NOVELA
Dos fenómenos marcan esta renovación: el realismo mágico y el “Boom” de la literatura
hispanoamericana.
-El realismo mágico es una forma de concebir el mundo, en él la realidad del hombre se ve influida
por los mitos, por lo irracional. Lo maravilloso proviene de creencias populares en mitos prehispánicos,
supersticiones, sueños….Aparece el misterio, lo inexplicable en lo cotidiano. El tiempo se organiza
libremente y las metáforas son un elemento natural. Los representantes más destacados son: Miguel Ángel
Asturias y Alejo Carpentier. “El realismo mágico ha tenido que pedirle muy poco a la imaginación ya que es
el testimonio de la realidad sobrenatural y maravillosa de América latina”, dice García Márquez. Se define
como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo irreal o extraño como común y cotidiano. El autor
que usa el realismo mágico relata una acción que perturba aun siendo perfectamente explicable. En el relato,
la realidad no se presenta como si fuera mágica, sino real. Es una postura ante la realidad.

-El boom de la literatura hispanoamericana se inicia en el año 1962 cuando Mario Vargas Llosa
publica La ciudad y los perros. Sus características son la evolución del realismo mágico acentuando el
cambio constante de punto de vista y la innovación en el lenguaje. Sus principales representantes son Mario
Vargas Llosa, García Márquez, Ernesto Sábato, Julio Cortázar, Carlos Fuentes…
La renovación atañe también a las técnicas narrativas y al lenguaje. Se complica la estructura:
fragmentación, presencia de historias alternadas o intercaladas, alteración del desarrollo cronológico y lógico
de acciones mediante regreso al pasado, anticipaciones o alternancia de espacios y tiempos. Gracias al
monólogo interior, se consigue la superposición y multiplicidad de distintos puntos de vista. Existe una
búsqueda de un nuevo lenguaje literario .Destacan el empleo de la variedad lingüística local, la elaboración
poética, el lenguaje simbólico y los neologismos.

-La narrativa hispanoamericana posterior al boom se caracteriza por la diversidad de tendencias.


Decrece el experimentalismo y se eligen discursos narrativos más transparentes para dar una visión de la
realidad social y política, de la crisis económica mundial, de las dictaduras modernas, para revisar el pasado
o simplemente para narrar historias más íntimas o personales.
La sombra de los autores del boom ha condicionado a las generaciones posteriores, que en muchos
casos no han podido sustraerse a su influencia. Entre los más próximos de edad y características, podemos
citar a Mario Benedetti, Guillermo Cabrera Infante.
En cuanto a generaciones más jóvenes, la estela del realismo mágico influyó en Isabel Allende, La
casa de los espíritus, y Luis Sepúlveda, Un viejo que leía novelas de amor.
EL CUENTO
En la década de los cuarenta surgió el maestro indiscutido de los nuevos narradores: el escritor
argentino Jorge Luis Borges. Publica cuentos en los que construye mundos de ficción que cuestionan la
lógica de la realidad. Plantea la dificultad de desentrañar las reglas que rigen el universo misterioso,
ambiguo, caótico y complejo. Parte de la idea de que en la realidad cabe tanto lo racional como lo absurdo y
de que el ser humano actúa respondiendo a causas que no suelen depender de su voluntad. La mayoría de los
cuentos de Borges se caracterizan por ilustrar narrativamente esas preocupaciones, con lo que los temas
fundamentales de su obra son: la búsqueda (los protagonistas se afanan en encontrar el sentido o el orden en
el mundo, por descifrar misterios o por encontrarse a sí mismos) y el tiempo.

Las historias fantásticas se sustentan en referencias a las filosofías europeas y orientales, la literatura
inglesa, el pensamiento cristiano y la mitología clásica. Borges acude también a la tradición literaria
argentina, alude a personajes reales, incorpora sucesos autobiográficos o comenta libros apócrifos o de
autores inventados. En sus textos hay que destacar además la presencia constante de la ironía. Borges
persiguió un estilo llano e intentó conseguir la complejidad.

Julio Cortázar, es un autor argentino que posee una extensa obra en la que destacan sus cuentos,
influido por la cultura francesa y las vanguardias y en especial por el surrealismo. Es, junto a Borges, el gran
renovador del cuento. Se inclinó por el relato fantástico partiendo de anécdotas insólitas de la vida cotidiana.
Destacan sus libros de cuentos: Todos los fuegos el fuego y Libro de Manuel.

CARACTERÍSTICAS CUENTO MODERNO HISPANOAMERICANO


-CUIDADO FORMAL: preocupación por la forma, que se aprecia en el uso abundante de figuras
retóricas (ironía, metáforas…)
-ESTILO PROPIO: se experimenta con el lenguaje en la búsqueda de un estilo propio, original,
elaborado y culto.
-NARRADOR SUBJETIVO: el relato se narra desde el punto de vista de un personaje (en primera
persona).
-JUEGO LITERARIO: con frecuencia el cuento se concibe como un juego literario en el que se
mezcla la realidad con la ficción, se alude a otros libros…
-REFLEXIÓN FILOSÓFICA: el relato se convierte en una herramienta de reflexión filosófica
sobre la realidad, la sociedad o el ser humano (violencia, amor…)
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Escritor colombiano y periodista que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982. Ha novelado,
con gran imaginación, sobre asuntos de su país, en un tono intensamente humano y patético.
Nace y pasa sus primeros años en una zona caribeña del norte de Colombia, que le marca
especialmente por su contraste con Bogotá y otras zonas del país en las que vive más tarde. En 1947 empieza
a estudiar Derecho, carrera que abandona para dedicarse al periodismo. Sus primeros artículos se publican en
El Espectadory en El Heraldo y pasa a integrar el conocido como “Grupo de Barranquilla”, de cuya mano
conoce la obra de los autores que más adelante le influenciarán: Faulkner, Virginia Woolf, Hemingway y
Kafka, entre otros.
Su primera obra, La hojarasca, se publica en 1955. En esa misma fecha viaja a Europa por primera
vez y se queda allí cuatro años, viviendo en Ginebra, Roma y París. Durante su estancia en Francia, donde
atraviesa dificultades económicas, escribe El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora (publicadas
en 1961 y 1962, respectivamente).
Regresa a América en 1958 y se instala temporalmente en Venezuela, donde compagina una intensa
actividad periodística con la escritura de los relatos de Los funerales de la Mamá Grande (1962). Tras pasar
unos meses en Cuba, donde acaba de triunfar la revolución, y vivir un tiempo en Nueva York como
corresponsal, decide establecerse en México. Allí trabaja en publicidad y escribe su primer guion para el
cine, El gallo de oro.
Unos años después, en 1967, publica la que pronto se convierte en su obra más conocida, y a cuya
escritura dedica más de un año de intenso trabajo:Cien años de soledad. El éxito es inmediato, agotándose la
primera edición en apenas unos días, y para alejarse de la fama decide ir a Barcelona, donde vive de 1968 a
1974. Allí escribe El otoño del patriarca (publicado en 1975) y cuentos como Isabel viendo llover en
Macondo (1968) o Relato de un náufrago (1970).
En los años sucesivos alterna su residencia entre México, Cartagena de Indias, La Habana y París. En
1982 recibe el Premio Nobel de Literatura y más adelante escribe El amor en los tiempos del cólera (1985),
El general en su laberinto (1989) y Doce cuentos peregrinos (1992). En ese tiempo participa también en la
fundación de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba)
Tras obras como Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1996) publica en 2002
Vivir para contarla, donde narra aspectos biográficos de su infancia y juventud. Sus últimas obras
publicadas son Memoria de mis putas tristes (2004) y Yo no vengo a decir un discurso (2010).
Muere en México D.F. el 17 de abril de 2014.

Su obra más representativa, Cien años de soledad recrea un vasto mundo imaginativo en el que se
entrecruzan espectros familiares y sombras de imprecisa realidad con los hechos cotidianos. En ella pretende
entender el porqué del destino de sus pequeños personajes pueblerinos y encontrar la clave que explique sus
vidas frustradas, y lo hace asomándose a la tragedia de la vida humana con cierta ironía o sarcasmo y desde
el humor grotesco. Es una obra maestra del realismo mágico ya que lo fantástico y lo insólito se mezclan
con lo cotidiano gracias al don de narrar del autor. Narra la historia de siete generaciones de una familia
perseguida por un destino fatal, que resume simbólicamente la evolución sociopolítica del continente.

MARIO VARGAS LLOSA


Al igual que otros miembros del mismo grupo, su obra rompió con los cauces de la narrativa
tradicional al asumir las innovaciones de la narrativa extranjera (William Faulkner, James Joyce) y adoptar
técnicas como el monólogo interior, la pluralidad de puntos de vista o la fragmentación cronológica, puestas
por lo general al servicio de un crudo realismo.
La concesión del Nobel de Literatura en 2010 coronó una trayectoria ejemplar.
Biografía
Mario Vargas Llosa pasó su infancia entre Cochabamba (Bolivia) y las ciudades peruanas de Piura y
Lima. El divorcio y posterior reconciliación de sus padres se tradujo en frecuentes cambios de domicilio y de
colegio; entre los catorce y los dieciséis años estuvo interno en la Academia Militar, escenario de su novela
La ciudad y los perros, con la que inicia el boom de la narrativa hispanoamericana. En ella critica a la
sociedad peruana a través de la violencia y el machismo de un colegio militar. A los dieciséis años inició su
carrera literaria y periodística con el estreno del drama La huida del Inca (1952), pieza de escaso éxito.
Poco después ingresó en la Universidad de San Marcos de Lima, donde cursó estudios de literatura.
Desempeñó múltiples trabajos para poder vivir sin abandonar sus estudios: desde redactor de noticias en una
emisora de radio hasta registrador en el Cementerio General de Lima. En 1955, el escándalo que provocó al
casarse clandestinamente con su tía política Julia Urquidi (episodio que inspira la novela La tía Julia y el
escribidor) agravó aún más su situación, y hubo de recurrir a algunos amigos para aliviar su penosa situación
doméstica.
En la capital peruana fundó Cuadernos de Composición (1956-1957) y luego la Revista de Literatura
(1958-1959), erigiéndose en estas publicaciones como abanderado de un grupo que reaccionaba contra la
narrativa social y documentalista de aquel entonces. A finales de los años 50 pudo finalmente viajar y
establecerse en Europa, donde empezó a trabajar en la Radio Televisión Francesa y fue profesor en el Queen
Mary College de Londres.

Publicó su primera obra, Los jefes(1959), con veintitrés años apenas, y con la novela La ciudad y los
perros(1963) se ganó ya un prestigio entre los escritores que por aquel entonces gestaban el inminente
«boom» literario iberoamericano. Vargas Llosa acabaría figurando entre los autores esenciales de aquel
fenómeno editorial, y se le situó por su relevancia en primera línea, junto a narradores de la talla del
colombiano Gabriel García Márquez, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, los argentinos Jorge Luis
Borges, Julio Cortázar y Ernesto Sábato o el uruguayo Mario Benedetti.
El éxito de esta novela y el espaldarazo que supuso a su carrera literaria le permitió dejar atrás una
etapa de precariedad y bohemia. En el viejo continente, Vargas Llosa estableció su residencia primero en
París y luego en Londres (1967), de donde se trasladó a Washington y a Puerto Rico.
La labor de Mario Vargas Llosa como crítico literario se refleja en ensayos como García Márquez:
historia de un deicidio (1971) y La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975). En 1976, con José
María Gutiérrez, codirigió la versión cinematográfica de su novela Pantaleón y las visitadoras. En 1977 fue
nombrado miembro de la Academia Peruana de la Lengua y profesor de la cátedra Simón Bolívar en
Cambridge.
En el terreno político, su ideario sufrió con los años profundas mutaciones. El rechazo visceral a toda
dictadura y el acercamiento a la democracia cristiana caracterizaron su juventud; en los años 60 pasó desde
un explícito apoyo a la Revolución cubana del Che Guevara y Fidel Castro hasta un progresivo
distanciamiento del comunismo, llegando a la ruptura definitiva con el gobierno de Fidel Castro (1971) a
raíz del llamado Caso Padilla.
Con el tiempo acabó convertido en un firme defensor del liberalismo, aunque sin renunciar a los
avances sociales conseguidos por el progresismo, y en los 80 llegó a participar activamente en la política de
su país sin obtener el éxito que esperaba.
Decidió entonces trasladarse a Europa y dedicarse por completo a la literatura; publicó artículos de
opinión en periódicos como El País, The New York Times y El Nacional. En 1993 obtuvo la nacionalidad
española, y un año después fue nombrado miembro de la Real Academia Española. Mario Vargas Llosa ha
sido distinguido, entre otros muchos galardones, con los premios Príncipe de Asturias de las Letras (1986),
Cervantes (1994) y Nobel de Literatura (2010). El máximo galardón de las letras universales le llegó como
reconocimiento a "su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes sobre la resistencia, la
revuelta y la derrota individual".
La obra de Mario Vargas Llosa
Formado en el marco generacional del cincuenta (su primer libro es de 1959: la colección de cuentos
titulada Los jefes), Mario Vargas Llosa es uno de los novelistas hispanoamericanos de mayor fama mundial,
y acaso el que ha escrito el mayor número de novelas de altísima calidad. Como narrador, Vargas Llosa
maduró precozmente: La ciudad y los perros (1963) es la primera novela peruana completamente "moderna"
en recursos expresivos. La Casa Verde (1966), Los cachorros (1967) y Conversación en La Catedral (1969)
lo ungieron como uno de los protagonistas del «boom» de la novela hispanoamericana de los años sesenta y
como el más característicamente neorrealista del grupo, con un virtuosismo técnico de enorme influencia
internacional.
Sus novelas posteriores, excepción hecha de la más ambiciosa de todas, La guerra del fin del mundo
(1981, agudo retrato de la heterogeneidad sociocultural de América Latina), abandonaron el designio de
labrar "novelas totales" que hasta entonces lo obsesionaba, y optaron por la reelaboración (irónica o
transgresora) de formas o géneros subliterarios o extraliterarios, planteando con gran frecuencia una
reflexión sobre los límites de la realidad y la ficción que recrea aspectos de la literatura fantástica y el
experimentalismo narrativo, sin caer en ellos totalmente: la farsa, en Pantaleón y las visitadoras (1973); el
melodrama, en La tía Julia y el escribidor (1977); la política-ficción anticipatoria, en Historia de Mayta
(1984); el relato de crimen y misterio, en ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986) y Lituma en los Andes
(1993); la narrativa erótica, en Elogio de la madrastra (1988) y Los cuadernos de don Rigoberto(1997); y la
política, en La fiesta del chivo (2000).
Obra narrativa
Su producción narrativa se inició en 1959 con los cuentos de Los jefes y alcanzó resonancia
internacional con la novela La ciudad y los perros, reflejo y denuncia de la organización paramilitar del
Colegio Leoncio Prado, donde el autor había realizado sus estudios secundarios. El ambiente cerrado y
opresivo de aquel colegio militar de Lima parece compendiar toda la violencia y corrupción del mundo
actual; los "perros" del título son los alumnos del primer año, sometidos a crueles novatadas por parte de los
mayores.
Dejando a un lado su problemática social y ética, la novela muestra una asombrosa madurez por el
trazo ambiguo y mudable de los personajes, por la precisa descripción de los ambientes urbanos, por su
trama sinuosa y por el hábil tratamiento del tiempo narrativo. Lejos de atenuar, el experimentalismo y la
superposición de tiempos, personajes y acciones intensifica su brutal e impactante realismo y el retrato de
una violencia explícita o subyacente.
Su consolidación literaria llegó con La casa verde (1966), verdadera exhibición de virtuosismo
literario cuya prosa integra abundantes elementos experimentales, tales como la mezcla de diálogo y
descripción y la combinación de acciones y tiempos diversos. El relato, que transcurre principalmente en un
burdel, presenta varias historias paralelas con un montaje sumamente complejo, con yuxtaposición de planos
temporales y cambios de punto de vista.
Tales recursos se emplean también en parte en Los cachorros (1967), amplio retablo histórico-
político del Perú
En las dos novelas siguientes, Vargas Llosa pareció renunciar a los grandes temas para abordar una
vía más lúdica, en busca de nuevas posibilidades para su narrativa Pantaleón y las visitadoras (1973) es una
sátira humorística de la burocracia militar que añade a su siempre lúcida visión del poder un componente
brutal y grotesco, emparentable con el esperpento hispano La tía Julia y el escribidor (1977), desarrolla en
contrapunto las vivencias sentimentales y el mundo de los seriales radiofónicos.
La guerra del fin del mundo(1981), en cambio, pretende ser de nuevo una obra "total". En ella abordó
la problemática social y religiosa de Hispanoamérica .
Ensayo y teatro
Aparte de su obra narrativa, Vargas Llosa ha desarrollado una sostenida labor crítica y es autor de
originales y profundos estudios sobre diversos autores y cuestiones literarias. Entre ellos destacan García
Márquez: historia de un deicidio(1971); La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975), sobre el
novelista francés Gustave Flaubert, el gran estilista del realismo; La verdad de las mentiras (1990), una
colección de ensayos sobre veinticinco novelistas contemporáneos;
Su incursión en el teatro, aunque menos exitosa, ha sido frecuente, La señorita de Tacna (1981),
Kathie y el hipopótamo (1983), La chunga (1986), El loco de los balcones (1993), Ojos bonitos, cuadros
feos (1996), Odiseo y Penélope (2007) y Al pie del Támesis (2008) son las piezas dramáticas que ha
publicado hasta hoy y en las que explora, preferentemente, destinos individuales.

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