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Rol de la mujer a través de la historia

from 71 La huella del coyote


by La Huella del Coyote
Por L.C.C. Ivone Salinas Reyes*
Desde el inicio de la humanidad (podemos enfocarnos en la prehistoria), la cual
siempre ha estado involucrada en misterios desde un punto científico hasta
creencias religiosas, continuamente se ha tenido una división de género en los
seres humanos que son: Masculino y femenino.
Sin duda, siempre una segmentación entre ambos, en donde la mujer en su
mayoría resulta como el sexo débil, pero ¿Qué es el sexo débil?
Sexo débil
Según la R AE el sexo débil es el conjunto de las mujeres, así como define al
sexo fuerte como el conjunto de los hombres. Pero, ¿Por qué hacer una
referencia a esta frase? Según estudios de la historia universal la mujer
siempre ha sido vulnerable por su fuerza física.
La mujer en la prehistoria
A comparación de otras épocas de la historia, las actividades de la mujer en la
prehistoria eran casi igual de importantes que las que realizaba el hombre, ya
que también se le permitía cazar y cultivar, tal como lo hace hoy la mujer del
siglo XXI, quien es participe de la provisión del hogar. Esto quizá, al contacto
extremo con la naturaleza, en donde el único objetivo era la supervivencia y la
reproducción. Es evidente que hace miles de años no se observa la división de
género como algo igualitario, más bien era conseguir metas, como la
conservación de la especie y esto era posible gracias al trabajo en equipo, sin
importar si fuese mujer u hombre, lo importante era el reparto de tareas para
facilitar la vida.
Edad Antigua
Definitivamente en esta parte de la historia universal, la mujer perdió todo
derecho y fue puesta bajo autoridad masculina: Padre, marido y si enviudaba
quedaba bajo el mando de su hijo.
Resulta complicado para historiadores y arqueólogos recabar información
sobre esta época, ya que son muy pocos escritos de mujeres que permiten
conocer el estilo de vida de la Edad Antigua.
Una de las cosas que se conocen gracias a los escritos que se han encontrado
de varones de aquella época, es que la mujer despojaba al acto sexual de todo
goce y disfrute para entenderlo como un deber conyugal, que tenía como
objetivo la procreación.
Otro de los aciertos de los antropólogos e historiadores es encontrar el sentido
de la figura femenina de las esculturas romanas donde las mujeres poseían un
vientre abultado y generosos pechos, símbolo de la fertilidad, así como una
figura algo redonda signo de su clase social, donde se puede observar la
importancia de la reproducción.
Otro aspecto importante a destacar era el rubro social que pertenecía cada
mujer y se dividan en tres clases sociales: La mujer noble, la campesina y la
monja.
Durante la búsqueda de información para este artículo, encontré un poema
escrito por una escritora nacionalizada argentina que dice lo siguiente: “Está
bien. Seré dulce y obediente o lo pareceré. Te da lo mismo necesita, de pronto,
tu egoísmo que yo me quede así, sumisamente, sin sufrir, sin dolor, sin
aliciente, sin pasiones al borde del abismo, sin mucha fe ni un gran
escepticismo, sin recordar la esclusa ni el torrente. Necesitas las llamas sin el
fuego, que el fuego del amor no sea un juego y que esté el rayo aquí, sin la
tormenta. Quieres que espere así, sin esperarte, que te adore también sin
adorarte y estar clavado en mí, sin que te sienta”.
Aquí se puede observar la nula expresión de sentimientos en la mujer, ya que
según el texto ella tenía que permanecer silenciosa ante los sucesos de su vida
diaria y estar en resignación.
La mujer en la Edad Media
Una sociedad dirigida por el padre. Una época difícil para todo el mundo, ya
que palabras como hambre, peste y muerte son las que abundan en los textos
encontrados, quizá esto se deba a la gran reproducción de seres humanos,
pocos médicos y medios de transporte, así como guerras por territorios.
Palabras como bruja e iglesia siempre están presentes en esta época y la
mujer, en definitiva, era pura mercancía al antojo del hombre, y siempre jugaba,
salvo excepciones, un papel secundario en la sociedad.
Una época de frialdad para las féminas, en donde estaba tutelada por el padre
o por el hijo, en donde sus sentimientos eran poco importantes. Se puede
describir como la época más gris para la mujer.
Por otro lado, dentro de este contexto, existían mujeres satanizadas, como Eva
y Lilith, mujeres que simbolizan la tentación, seducción y el engaño hacia el
hombre (también relacionadas con la serpiente). Ellas, durante la Edad Media,
estarían representadas en las brujas y retratadas en algunos de los libros
escritos por los inquisidores, como el Malleus Malleficarum de E.Kramer y J.
Sprenger “… Si pisáis la cola de una serpiente, no sería tan cruel ni la mitad de
insensato que hacerlo con una mujer encolerizada de venganza…”
En este periodo también se dio a conocer a la mujer prostituta, siendo un poco
más autónomas y no pertenecientes a una autoridad como el padre o tutelar,
pero si despreciada por los ciudadanos de esa etapa, ya que era la clase más
baja y repudiada, contagiada por enfermedades venéreas o juzgada en público.
A comparación de otras épocas de la historia, las actividades de
la mujer en la prehistoria eran casi igual de importantes que las
que realizaba el hombre.
Las monjas también fueron parte importante en esta época para las hembras.
Muchas mujeres buscaban un refugio en la iglesia para salir de esa vida
obscura y ruin que ofrecía un matrimonio; motivaciones aparte, lo que sí
sabemos es que estamos ante un grupo de mujeres muy valorado, diverso y
culto. Pues, sabían leer, escribir y varios idiomas (latín, griego…).
Precisamente, de sus manos surgieron tratados muy interesantes sobre
diferentes materias.

Ilustración: L.D. Rodolfo Cota Martínez.


La Edad Moderna
De igual manera, las doncellas tenían poca participación en sus decisiones,
pero a diferencia de la Edad Media, la mujer era un poco más considerada en
sus gustos, sin embargo, era impropia de decir sus palabras o comportarse
como ella quisiese.
Fue en esta época que la belleza inició a cobrar importancia, ya que, si una
mujer poseía rasgos bellos y era de piel blanca significaba realeza, si no era
del modo contrario.
La mujer ya podía leer en esa época, ya que palabras como progreso,
comunicación y razón estuvieron en movimiento. Sin embargo, la cultura
patriarcal seguía siendo imponente.
En todos los grupos, los padres decidían el casamiento de las jóvenes tras
largas negociaciones sobre la dote. En la nobleza y la aristocracia, el
matrimonio era además un instrumento de la diplomacia para sellar alianzas
políticas, resolver conflictos y asegurar la paz.
Fue en esa época, cuando las mujeres de clase alta comenzaban a tener
actividades en donde destacaban la música y cocina, así como el asistir
algunas clases de lectura y escritura, siempre resguardadas por un varón.
Añadimos la creciente importancia que hubo en la época por la belleza, signo
de distinción y de virtud. Durante el Renacimiento se desarrolló el interés por la
belleza, el amor y el desnudo.
La mayoría de las mujeres en el Renacimiento acababan siendo madres y la
maternidad era su profesión y su identidad. Sus vidas como adultas (desde
aproximadamente los veinticinco años en casi todos los grupos sociales y
desde la adolescencia entre las familias más ricas) eran un ciclo continuo de
embarazo, crianza y embarazo.
La mujer en el siglo XIX
Aún con la libertad de la mujer de leer y escribir, a las féminas todavía se le
tenía prohibido el voto y la participación política, ya que estaba muy etiquetada
en la función del hogar, como cuidar a los hijos y el orden de la casa.
Para estas épocas existía ya la liberación de algunas mujeres,
contraponiéndose a los valores como lo fueron las doncellas, estas mujeres
eran conocidas por su fama de mentirosas, perdidas y traicioneras, ya que se
oponían a ser la tradicional novia y amaban su libertad, a los ojos de la
sociedad no eran bien vistas.
Ya algunas damas salían a trabajar, pero eran mal vistas o consideradas
prostitutas, lejos de ser la mujer abnegada que cuidaba de los hijos.
Durante el siglo XIX la mujer era considerada como un objeto, ya fuera sagrado
o de placer, es decir, como María o como Eva, pero en cualquier caso era
dependiente de los hombres que la rodeaban, puesto que no se consideraba
que pudiese tomar sus propias decisiones debido a lo débil de su carácter y su
escaso o casi nulo razonamiento.
La mujer del siglo XX
Un siglo de grandes cambios para la mujer, aun con dificultades de libertad, la
mujer ya gozaba de “privilegios”. A principios de 1900 la mujer todavía era vista
como el “Ángel del hogar”, es decir tierna y dulce obedeciendo a la figura
patriarcal. La mujer necesitaba la autorización de su esposo para cualquier
iniciativa; firmar contratos, realizar compras, no podía vender incluso
propiedades que eran suyas por herencia de padres.
Por los años veinte, la mujer inaugura un nuevo calvario que había de contribuir
a su belleza: La ondulación permanente. Las primeras permanentes ponen en
comunicación directa la cabeza con la corriente eléctrica, y la cocción del pelo
dura varias horas, es decir ya se observaba un poco más de libertad y ya se
hacía referencia a la moda.
La mujer a partir de los años 50s todavía cumplía con el rol de esposa y madre
ideal, aunque ya existían algunas féminas que luchaban por los derechos de
igualdad, así como por tareas similares, pero aún en la infancia era de misa
dominical y las mujeres se enfocaban en catequesis, ceremonias de Navidad,
Año Nuevo, Semana Santa, fiestas parroquiales, procesiones, natalicios,
primera comunión, confirmación, bodas y funerales.
Grandes cambios se hicieron notar a mediados de este siglo, hubo un aumento
significativo de estudiantes de secundaria , preparatoria y universidad (también
en carreras como ingeniería que eran tradicionalmente destinadas a los
hombres), quizá gracias esto hubo un incremento considerable de la mujer en
el trabajo, ya que no sólo era la lucha de la igualdad, también la
telecomunicaciones y mercadotecnia ya comenzaba a generar impactos, y el
dinero del hombre del hogar no era suficiente para conseguir las metas
planteadas por el matrimonio. A partir de los años 60s y 70’s Se observa un
gran incremento de publicidad, en donde se considera ya a una mujer libre,
cosmopolita y elegante. Fueron las primeras épocas en donde la mujer dejaba
de necesitar del varón para ser autónoma. Es en los años 70, cuando ya vemos
a una mujer más liberal, autónoma, independiente, moderna y que viaja. En los
años sesenta también irrumpe la pastilla anticonceptiva, que revoluciona la
situación de las mujeres a nivel mundial.
Siglo XXI
Para muchas mujeres que luchan por la igualdad de género, aún queda mucho
trabajo por hacer y es que realmente sí, pero no podemos negar el gran avance
que tenemos en el siglo XXI y la fortuna que nos corresponde el género
femenino de vivir en este siglo.

Ilustración: L.D. Rodolfo Cota Martínez.


La mujer de hoy, tiene la ventaja entre decidir ser o no ser madre,
anteriormente este era un tema que no era a discusión, las mujeres estaban
hechas para procrear vida a menos que fueran estériles, y hoy es una decisión
de cada una de nosotras. Así también decidir entre vivir en soltería y vivir con
una pareja, o si bien decide estar con un hombre o con una mujer.
Y ni hablemos de escolaridad, ya que en esta época las mujeres han
demostrado tener la misma capacidad para ejercer una profesión con altos
puestos gerenciales e incluso aspirar al mismo salario (todavía falta), aunque la
mujer sigue desempañando muchos más roles, como el ser madre y ama de
casa; un plus para la mujer.
Aunque vivimos en una época de libertad femenina, también hay mujeres que
en el siglo XXI no gozan de estos “privilegios” ya que existen varios factores
para determinar la vida de una mujer como su nivel socioeconómico, valores
religiosos, educación y la cultura en donde fueron creadas. Tal es el caso de
las mujeres de Afganistán, quienes, a pesar de la modernidad y la globalización
del mundo, viven sin libertad alguna.
En general podemos definir a la mujer del siglo XXI como:
• Libre.
• Les gusta viajar y divertirse.
• No desea tener hijos.
• Disfruta de su soltería, pero también aceptan la compañía.
• Son independientes.
• Estudia y/o trabaja.
La línea actual marca nuevos estereotipos: La mujer segura y oficinista, la
chica que cuida su salud y se preocupa del medio ambiente y no falta la que
hace actividades físicas como yoga o zumba; también tenemos a la “tía que ya
no es solterona” ni está destinada a cuidar muchos gatos, ahora disfruta su
soltería y se dedica a invertir su dinero en viajes y lujos pues su principal
interés no son los hijos ni la pareja.
*Editora de textos de Universidad Xochicalco.
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