Amparo Directo en Revisión 502 - 2017 - Primera Sala
Amparo Directo en Revisión 502 - 2017 - Primera Sala
Amparo Directo en Revisión 502 - 2017 - Primera Sala
SUMARIO
El Juez Quincuagésimo Cuarto Penal del Distrito Federal, declaró penalmente responsable a **********, por la comisión del delito de **********.
Inconforme con tal determinación, el sentenciado interpuso recurso de apelación, mismo que fue resuelto por la Novena Sala Penal del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, en la que modificó la sentencia de primera instancia, respecto a que se debió especificar en el punto
resolutivo primero la sustitución en caso de insolvencia económica del sentenciado. En desacuerdo con la sentencia de apelación, el sentenciado
promovió juicio de amparo directo, del cual previa aceptación de competencia conoció el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito, en la que se concedió el amparo solicitado. El presente asunto versa sobre el recurso de revisión interpuesto contra esta última resolución.
CUESTIONARIO
¿Es correcta la determinación del Tribunal Colegiado al considerar que el artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para el
Distrito Federal, no es violatorio del principio de igualdad procesal, contenido en el artículo 20 de la Constitución Federal?
¿Es correcta la determinación del Tribunal Colegiado, relativa a que el artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, vigente en la
época de los hechos, que establece como excepción la obligación de dar noticias o información de los depósitos, servicios o cualquier
tipo de operaciones cuando lo solicite la autoridad ministerial, no viola el derecho de privacidad previsto en el artículo 16, párrafo
Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la sesión correspondiente al veintidós de noviembre de dos
SENTENCIA
La cual resuelve los autos relativos al amparo directo en revisión 502/2017, promovido por **********, contra la sentencia de quince de diciembre de
dos mil dieciséis, emitida por el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en el juicio de amparo directo **********.
I. ANTECEDENTES
1. Hechos. El catorce de agosto de dos mil nueve, aproximadamente entre las catorce y quince horas, cuando ********** se encontraba dentro de su
empresa **********, ubicada en **********, colonia **********, Delegación Benito Juárez, en la Ciudad de México, recibió una llamada telefónica de un
sujeto quien le indicó que lo tenía ubicado y que si no accedía a sus peticiones mataría a un miembro de su familia; por lo que le dio los datos de la
cuenta bancaria ********** de ********** —cuyo titular es **********—, para que realizara un depósito por la cantidad de **********.
2. De igual manera, vía telefónica se le pidió a **********, acudir a la sucursal bancaria para que sacara de su cuenta personal la cantidad de **********;
dinero que tuvo que entregar en la calle de ********** y **********, colonia **********, Delegación Benito Juárez, Ciudad de México, específicamente en
un puente peatonal.
3. Posteriormente, se le ordenó a **********, a entregar el vehículo marca **********, tipo **********, modelo **********, color **********, con placas de
circulación ********** de la Ciudad de México, la cual era propiedad de la empresa **********.
4. Juicio de origen. Con motivo de los hechos previamente narrados, el Ministerio Público inició la averiguación correspondiente, que concluyó con el
ejercicio de la acción penal.
5. El asunto fue turnado al Juez Quincuagésimo Cuarto Penal del Distrito Federal, en el que se radicó la consignación con el número de causa penal
**********; así, en sentencia de veintidós de septiembre de dos mil quince, determinó declarar penalmente responsable a ********** por el delito de
extorsión agravada, cometido en agravio de ********** y de la empresa **********; y entre otras consecuencias jurídicas se le impuso la pena de
********** y **********, equivalentes a **********.
6. Apelación. Inconforme con la anterior determinación, la defensa del sentenciado y la agente del Ministerio Público interpusieron recurso de
apelación, del cual conoció la Novena Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, y lo registró con el número de toca de
apelación **********; y en sentencia de trece de enero de dos mil dieciséis, modificó la de primera instancia.
7. La modificación consistió en especificar en el punto resolutivo primero la sustitución en caso de insolvencia económica del sentenciado[1].
8. Juicio de amparo. En contra de la determinación que antecede, el sentenciado promovió por propio derecho juicio de amparo directo, ante la
Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México. Al efecto, precisó que se
violaron en su perjuicio los derechos fundamentales previstos en los artículos 14, 16, 17 y 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos[2].
9. Por razón de turno correspondió conocer de la demanda al Juez Primero de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México, el que en
acuerdo de quince de junio de dos mil dieciséis, formó el expediente, ordenó su registro con el número **********; y, previno al quejoso para que
aclarara su demanda de amparo, en la que precisara los actos reclamados y las autoridades a las que les atribuía a cada uno de ellos e indicara los
antecedentes de los actos reclamados; bajo apercibimiento que de no cumplir con la prevención formulada, se tendría por no presentada la
demanda de amparo[3].
10. En cumplimiento a la prevención que antecede, **********, mediante escrito presentado ante el Juzgado Primero de Distrito de Amparo en Materia
Penal en la Ciudad de México, manifestó que tal órgano jurisdiccional carecía de competencia legal para conocer de la demanda de amparo[4].
11. En acuerdo de veinticuatro de junio de dos mil dieciséis, la Juez de Amparo, determinó carecer de competencia legal para conocer de la demanda
de amparo, ya que advirtió que el quejoso reclamó una sentencia definitiva, lo que evidenció que se reclamó una resolución que puso fin al juicio
contra la cual procede el juicio de amparo directo; por lo que remitió el asunto a la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados
en Materia Penal del Primer Circuito, a fin de que fuera turnado al Tribunal Colegiado correspondiente[5].
12. De la demanda de amparo correspondió conocer al Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, cuya Magistrada Presidenta en
acuerdo de veintinueve de junio de dos mil dieciséis, formó el expediente, lo registró en el Libro de Gobierno con el número ********** y aceptó la
competencia planteada por tratarse de una sentencia definitiva, reservando los actos atribuidos a las autoridades ejecutoras (proceso legislativo)[6].
13. En acuerdo de doce de julio de dos mil dieciséis, la Magistrada Presidenta del Tribunal Colegiado respectivo; por un lado, determinó carecer de
competencia legal para conocer del proceso legislativo del artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, al determinar
que se trata de una sentencia definitiva y no estar facultada para pronunciarse respecto a la procedencia o improcedencia de la acción
constitucional en la vía indirecta, por lo que consideró que de dicho acto reclamado debería conocer el Juzgado Primero de Distrito de Amparo en
Materia Penal en la Ciudad de México; por otro lado, desechó la demanda respecto de los actos de ejecución atribuidos al Director del Reclusorio
Preventivo Varonil Oriente y Subsecretaría de Sistema Penitenciario, ambas de la Ciudad de México, al estimar que se impugnaron en vía de
consecuencia y no por vicios propios, por lo que no constituyeron actos reclamables en amparo directo; finalmente, admitió la demanda únicamente
respecto de la sentencia definitiva emitida por la Novena Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México[7].
14. Seguido el trámite respectivo, en sesión de quince de diciembre de dos mil dieciséis, el órgano jurisdiccional concedió el amparo solicitado, para
el efecto de que la autoridad responsable dejara insubsistente la sentencia reclamada; emitiera otra, en la que reiterara los aspectos que se
estimaron constitucionales; y, determinara que para hacer efectivo el ********** por la cantidad total de **********, se tomara consideración lo previsto
en el artículo 48 del Código Penal para la Ciudad de México, fijándose plazos que en su conjunto no podría exceder de un año[8].
15. Recurso de revisión. El quejoso interpuso recurso de revisión contra la resolución del amparo directo mediante escrito presentado el dieciséis de
enero de dos mil diecisiete ante la Oficialía de Partes del Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito[9].
16. En acuerdo de diecisiete de enero de dos mil diecisiete, el Magistrado Presidente del referido órgano jurisdiccional, tuvo por interpuesto el recurso
de revisión y ordenó remitir los autos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación[10].
17. El Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en proveído de veintiséis de enero de dos mil diecisiete tuvo por recibido el asunto,
ordenó su registro con el número 502/2017 y lo admitió a trámite; de igual forma, ordenó turnar el asunto al Ministro José Ramón Cossío Díaz para
la elaboración del proyecto de resolución y la remisión del expediente a la Sala de su adscripción para el trámite de radicación correspondiente[11].
18. A su vez, en acuerdo de siete de marzo de dos mil diecisiete, la Ministra Presidenta se avocó al conocimiento del asunto y ordenó el envío de los
autos al Ministro ponente para su resolución[12].
II. COMPETENCIA
1. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver el presente asunto, de conformidad con los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II, de la Ley de Amparo, 21, fracción III, inciso
a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; así como el punto Tercero, en relación con el Segundo, del Acuerdo General 5/2013 del
Pleno de este Alto Tribunal, en virtud de haberse interpuesto contra una sentencia dictada por un tribunal colegiado de circuito al resolver un amparo
directo, en un juicio en el que por su naturaleza penal corresponde a la materia, especialidad de esta Sala.
III. OPORTUNIDAD
1. La sentencia recurrida fue notificada personalmente al quejoso el jueves veintidós de diciembre de dos mil dieciséis[13]; y surtió sus efectos al
día siguiente hábil, esto es, el viernes veintitrés.
2. De manera que el plazo de diez días para interponer el recurso, previsto en el artículo 86 de la Ley de Amparo vigente, transcurrió del lunes
veintiséis de diciembre de dos mil dieciséis al veinte de enero de dos mil diecisiete, debiéndose descontar los días veinticuatro, veinticinco y
treinta y uno de diciembre, por ser sábados y domingos, en términos del artículo 19 de la Ley de Amparo, así como del primero al quince de enero,
por corresponder al segundo periodo vacacional del Tribunal Colegiado del conocimiento, en términos del artículo 163 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación.
3. Por tanto, si el recurso de revisión se interpuso el viernes seis de enero de dos mil diecisiete ante la Oficialía de Correspondencia Común de los
Tribunales Colegiados en Materia Penal del Primer Circuito; y el dieciséis de enero ante la Oficialía de Partes del Noveno Tribunal Colegiado en
IV. PROCEDENCIA
2. Por corresponder a una cuestión de estudio preferente, esta Primera Sala se avoca a determinar la procedencia o improcedencia del presente
recurso de revisión. Para ello, resulta necesario tener en cuenta los argumentos medulares de la demanda de amparo, las consideraciones de la
3. Conceptos de violación. En la demanda de amparo el quejoso, en esencia, expresó los argumentos siguientes:
4. El acto reclamado transgrede la garantía de adecuada defensa en el marco de un debido proceso contenido en el artículo 14 de la Constitución
Federal, consistente en no ser juzgado a partir de pruebas cuya obtención se encuentra al margen de las exigencias constitucionales.
5. De las constancias remitidas se advierte el informe de policía judicial de quince de agosto de dos mil nueve, del que derivó una entrevista de los
oficiales con el denunciante, a quienes les otorgó el número de cuenta bancaria y el nombre del quejoso; circunstancia que hace que carezca de
todo valor probatorio, pues la Constitución Federal únicamente faculta al Juez y al Ministerio Público a recabar testimonios, no así a los policías
7. La autoridad responsable no interpretó correctamente el alcance del contenido del artículo 21 de la Constitución Federal, relativo a las facultades
exclusivas del Ministerio Público de recibir testimoniales en la averiguación previa que justifiquen la afectación al derecho humano de libertad
personal. Con base a ello se debió declarar la inconstitucionalidad del informe de policía.
8. La tardanza en el ejercicio de la acción penal imposibilitó que se estuviera en condiciones de discernir qué testigos y/o pruebas eran indispensables
para controvertir la acusación respecto de la conducta que se le atribuye; y al no lograrse el ejercicio del derecho de defensa se propició un
desequilibrio procesal entre las partes. En tales condiciones se vulneró la garantía constitucional de igualdad procesal.
9. El acto reclamado es violatorio del derecho humano a la seguridad jurídica contenida en el artículo 16 de la Constitución Federal, toda vez que no
existió razón suficiente para justificar la intromisión en su vida privada y se solicitara información bancaria del quejoso.
10. El hecho de que del informe de policía se desprendiera su nombre y número de cuenta bancaria, ello no facultaba a la autoridad investigadora a
solicitar la información bancaria, pues se tiene derecho a la preservación de un grado de privacidad frente a las acciones de autoridad.
11. El denunciante en el momento en que hizo del conocimiento los hechos a la representación social, no aportó el comprobante del depósito bancario,
sino que es, hasta el día siguiente en que se realizó la entrevista con los policías, de donde se deduce el nombre y número de cuenta bancaria del
quejoso.
12. Se debe realizar una interpretación en lo relativo a que nadie puede ser objeto de injerencias en su vida privada, si no es mediante mandato
debidamente fundado y motivado, ya que le correspondía a la autoridad demostrar que tenía elementos objetivos y razonables para justificar la
constitucionalmente competentes estarán facultados para ponderar e instituir las condiciones que las autoridades deben satisfacer para poder
solicitar la información requerida, siempre y cuando dicha disposición sea válida, lo que implica que sea idónea, necesaria y proporcional en relación
con el fin que persigue.
14. Se debe reconocer la prerrogativa fundamental y declararse inconstitucional el contenido del artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, ya
que la Constitución Federal no faculta a que la autoridad judicial federal, a petición del ministerio público autorice la solicitud de información bancaria
de las personas.
15. El acto reclamado vulnera el contenido del artículo 20, apartado A, fracción V, de la Constitución Federal, ya que en relación al principio de igualdad
procesal los medios probatorios ofrecidos por ambas partes procesales deben valorarse con el mismo estándar o idénticas exigencias de juicio para
generar convicción.
16. Se advierte que el artículo 328 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, transgrede el principio de igualdad procesal, al
establecer que los documentos públicos expedidos por autoridades federales o funcionarios de los Estados harán fe pública en el Distrito Federal,
sin necesidad de legalización. En esas condiciones, es inconstitucional tal precepto por eximir a los documentos oficiales de legalizar el contenido y
obligar a las demás partes a hacerlo, por lo que, para dotar de certeza y seguridad jurídica a las actuaciones judiciales, es una exigencia que
seguridad jurídica su contenido, era indispensable que fuera ratificado en sede judicial por el perito que la formuló, pues sin la ratificación no se
debió otorgar valor alguno a dicho documento. Pues en el marco del Derecho a la debida defensa, todos los documentos públicos, sin excepción
alguna deben ratificarse en sede judicial.
18. La sentencia reclamada contiene deficiencias en la valoración de las pruebas de cargo, lo que no justifica la decisión de tener por acreditada la
existencia del delito y la responsabilidad penal, que se traduce en una vulneración del derecho a la presunción de inocencia en sus vertientes de
regla y estándar de prueba.
19. En el presente asunto, si bien se contó con la presencia física de un defensor público proporcionado por el Estado con conocimientos técnicos en
Derecho para actuar de manera diligente con el fin de proteger las garantías procesales del acusado y evitar que sus derechos fueran lesionados, lo
cierto es, que éste se vio impedido de contar con el tiempo y con los medios suficientes y necesarios para la preparación de la defensa, por el
tiempo transcurrido, desde la denuncia hasta el momento en que se ejerció acción penal; en consecuencia, si se designó un defensor cualificado
materialmente, esto sólo fue un formalismo, pues se vio impedido de solicitar los videos de la institución bancaria o cualquier otro que le permitiera
contradecir los indicios.
20. Contrario a lo que sostiene la Sala responsable, el elemento del delito consistente en la extorsión telefónica, no se acredita con el oficio ********** de
treinta de junio de dos mil diez, ya que del contenido de la denuncia y posteriores declaraciones ministeriales no se desprende que el denunciante
haya depositado algún dinero en su cuenta bancaria. En el hipotético caso de que exista un depósito bancario por la misma cantidad, es imposible
saber si fue el denunciante o cualquier otra persona quien depositó ese dinero.
21. Los medios de prueba consistentes en el informe que se derivó de la entrevista realizada al denunciante, la fe del oficio y de factura practicada por
el ministerio público no acreditan que el dinero que aparece en la cuenta sea el mismo dinero.
22. La única prueba que sustenta la condena es el oficio ********** de treinta de junio de dos mil diez, la cual es insuficiente para establecer que se
extorsionó al denunciante y acreditar la existencia del delito y la responsabilidad penal del quejoso.
23. En torno a la cadena de custodia, se advierte que no fueron embaladas en la denuncia, en la averiguación previa y durante el proceso penal el
24. No existe constancia idónea sobre el método, lugar del depósito y entrega del dinero, así como del vehículo; mucho menos, existe constancia
idónea de que los hechos sucedieron tal como los narró el denunciante.
25. No se acreditó que haya intervenido perito alguno que levantara un plano de la trayectoria que siguió el denunciante o una inspección ocular de la
institución bancaria; y respecto a las periciales existentes no se les debió conceder valor probatorio por su falta de ratificación.
26. Respecto a la segunda cantidad de dinero y el referido vehículo, no existió constancia idónea en autos ni en el expediente, del que se pueda
advertir que el denunciante depositó un dinero en efectivo a la cuenta del quejoso y que el vehículo lo dejó en determinado lugar, lo cual resultaba
indispensable para que el juzgador estuviera en la posibilidad de valorar tales hallazgos.
27. Las autoridades omitieron realizar una fijación video fotográfica sobre el lugar de la entrega del numerario y del vehículo, para que las autoridades
respectivas estuvieran en aptitud de conocer el lugar de los hechos y la distribución de las evidencias.
28. No se puede concluir que el quejoso empleó la vía telefónica para extorsionar al denunciante y que sea relevante para reforzar la hipótesis de
responsabilidad penal, pues de aceptarse tal conclusión se estaría permitiendo un juicio de culpabilidad en base a sospechas o hechos sin sustento
probatorio.
29. La sola existencia del dinero en la cuenta, no puede generar convicción alguna, pues el Ministerio Público no aportó mayores elementos, lo que
generó una acusación parcial, incompleta, deficiente y contraria al estándar básico que se debe cumplir ante la búsqueda de la verdad.
30. De lo anterior se solicita la interpretación directa, sistemática y teleológica del artículo 20 de la Constitución Federal, en lo relativo a la presunción de
inocencia en sus vertientes de regla de prueba y estándar de prueba.
31. El acto reclamado vulnera el contenido del artículo 20 de la Constitución Federal, ya que el artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para
el Distrito Federal, supedita a los peritos oficiales de ratificar los dictámenes que emitan, sólo en caso de que sean objetados de falsedad o cuando
el Ministerio Público o el juez lo estimen necesario, vulnerando así el principio de igualdad procesal.
32. La opinión pericial que no sea ratificada —tal y como aconteció con la pericial que determinó el monto del vehículo—, es una prueba imperfecta,
pues era indispensable que fuera ratificada por el perito que la formuló.
33. Dadas las consideraciones que anteceden y ante la inconstitucionalidad del artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal en su porción normativa, lo que procede es declarar nulo de pleno derecho el dictamen pericial en comento.
34. El acto reclamado viola el principio de aplicación retroactiva de la ley penal a favor del reo, previsto en el artículo 14 de la Constitución Federal, ya
que es razonable decir que una persona que ha sido sentenciada tiene el derecho de que se le aplique retroactivamente en su beneficio una ley
más favorable.
35. El acto reclamado es violatorio de las garantías constitucionales, al no haberse aplicado ex officio la adición del artículo 33, último párrafo, del
Código Penal para el Distrito Federal, que establece los presupuestos fundamentales para la procedencia de la compurgación simultánea de la
pena **********. Ello es así, pues se debió ordenar la compurgación simultánea de la prisión, en relación a la causa penal ********** dictada por el
Juez Quincuagésimo Tercero Penal del Distrito Federal.
36. Se debe realizar una aplicación directa a lo establecido en el artículo 14 de la Constitución Federal y declarar que es procedente la compurgación
enunciar las circunstancias y características personales del quejoso, lo cual debió ser inatendible.
39. La Sala responsable aplicó indebidamente el contenido de los artículos 70 y 72 del código sustantivo de la materia y fuero, lo que se traduce en una
violación a la garantía constitucional de exacta aplicación de la ley penal.
40. Se consideró de manera inexacta el contenido del artículo 22, fracción II, del Código Penal para el Distrito Federal, al estimar que los sujetos activos
del delito realizaron una porción de la acción típica, existiendo en cada uno un reparto del dominio del hecho, pues de acuerdo a la naturaleza del
delito, para que se actualice tal supuesto, se requiere que sea el sujeto activo quien extorsione al pasivo.
41. Atento al principio de comunicabilidad que se prevé en el artículo 74 del Código Penal para el Distrito Federal, no se debe responder por la
circunstancia delictiva actualizada por quien sí lo haya hecho; por tanto, la pena debió verse atenuada.
42. No se debió tomar en cuenta el contenido del artículo 252 del Código Penal en cita, por no haber sido acreditada.
43. La autoridad responsable incurrió en inexacta aplicación de la ley prevista en el artículo 14 de la Constitución Federal, toda vez que de manera
ilegal se confirmó la acreditación de las circunstancias agravantes del delito, a pesar de que no existiera prueba contundente que acreditara que se
cometió el delito por vía telefónica y en pandilla.
44. La autoridad de apelación vulneró los derechos constitucionales del quejoso, ya que, si bien precisó la fecha a partir de la cual debe abonarse la
prisión preventiva, lo cierto es, que no señaló los días en que permaneció privado de su libertad hasta el dictado de la ejecutoria y debió aplicar el
descuento respectivo, en aras de una justicia pronta y expedita.
45. Como consecuencia de lo anterior, se debe realizar una interpretación de los artículos 14 y 20 de la Constitución Federal, en lo relativo a la garantía
de exacta aplicación de la ley penal, cuando no haya sido el quejoso quien extorsionó telefónicamente y en lo relativo al descuento de prisión
preventiva que debe estar a cargo de la autoridad responsable.
46. Consideraciones de la sentencia recurrida. El Tribunal Colegiado que conoció del asunto concedió el amparo bajo los argumentos siguientes:
47. Determinó ser legalmente competente para conocer del juicio de amparo, al ser el acto reclamado una sentencia definitiva de segunda instancia
dictada por una autoridad judicial del fuero común en materia penal con residencia en el ámbito territorial donde ejerce su jurisdicción.
48. De los medios de prueba existentes que la Sala responsable valoró[14], fue legal que se acreditara el delito y la responsabilidad penal del quejoso.
49. Consideró infundado el concepto de violación relativo a la trasgresión de las formalidades esenciales del procedimiento, de los principios de
adecuada defensa e igualdad procesal de pruebas, ya que en observancia del artículo 1º de la Constitución Federal, éstas fueron observadas
puntualmente por el Tribunal responsable.
50. De constancias observó que en averiguación previa el quejoso fue debidamente enterado de los derechos que le asistieron y rindió su declaración
en presencia del defensor de oficio; asimismo, con posterioridad al ejercicio de la acción penal se libró la orden de aprehensión, y una vez
cumplimentada se le recibió la declaración preparatoria en la que se le hicieron saber las garantías del artículo 20 de la Constitución Federal; se le
dictó auto de formal prisión, el cual fue oportunamente apelado; durante la instrucción se admitieron las pruebas que ofreció; se le dictó la sentencia
correspondiente, misma que fue impugnada. Por ello consideró que el acto reclamado no violentó el derecho de adecuada defensa prevista en el
artículo 20, de tutela judicial efectiva, prevista en el artículo 17 y de debido proceso, previsto en el artículo 21, todos de la Constitución Federal.
51. Determinó que del estudio del acto reclamado no advirtió violación al artículo 16 de la Constitución Federal, ya que la autoridad responsable fundó y
motivó debidamente el acto reclamado; citó los preceptos legales en los que se contiene la descripción típica del delito de extorsión agravada al
haberse cometido bajo las circunstancias de cuando se utilice como medio comisivo la vía telefónica y en pandilla; expresó los razonamientos que la
llevaron a concluir en tal sentido; señaló los motivos que influyeron para concederle valor a los diversos elementos probatorios que tomó en cuenta
para tener por demostrada la responsabilidad penal.
52. Advirtió que los argumentos de la autoridad responsable, para sustentar la sentencia definitiva que se reclama, resultan lógico jurídicos de acuerdo
a las constancias procesales, porque normó su arbitrio judicial en observancia a las reglas fundamentales de la lógica y a los principios de
justipreciación de los medios de prueba, en términos de los artículos 135, 230, 246, 250, 251, 254, 255 y 286 del Código de Procedimientos Penales
para la Ciudad de México.
53. Determinó que el juicio de tipicidad fue sustentado de manera correcta por el ad quem con diversos medios de prueba, entre los que resaltó la
imputación firme y categórica del denunciante; del testigo de los hechos **********; del testimonio emitido por la propiedad del vehículo. Testimonios
que, como legalmente se justipreció, ameritaron valor probatorio en términos de los artículos 245 y 255 del Código Adjetivo de la materia, pues
resultaron claros y precisos, sin duda ni reticencias sobre la sustancia de los hechos y de las circunstancias accidentales, además denotaron que
tenían el criterio necesario para juzgar el acto y no existieron elementos de prueba que evidenciaran su parcialidad.
54. Además, indicó que fue correcto que la autoridad responsable adminiculara dichos testimonios, el informe de policía y de investigación de quince de
agosto de dos mil nueve, suscrito por los agentes de policía de investigación de la Ciudad de México. Por lo que declaró infundado el concepto de
violación del solicitante del amparo —en el que refirió que tal informe debía ser nulo, así como las pruebas vinculadas con el mismo—; en razón de
que conforme a los artículos 21 y 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la policía actúa bajo el mando del Ministerio
Público en la investigación y persecución de los delitos, por tanto, debe realizar las diligencias que éste le ordene para la averiguación, incluso,
puede rendir informes. Sin que obste que no esté ratificado, puesto que el Código Procesal no exige su ratificación para concederle valor probatorio.
55. Dijo que, a los anteriores medios de convicción, también se sumó la diligencia de inspección ministerial de diversos documentos con fecha siete de
octubre de dos mil nueve, relativas a: copia de factura de vehículo **********, tipo **********, **********, modelo **********, placas **********, motor
**********, serie **********; copia certificada del comprobante de pago de tenencias desde dos mil cuatro a dos mil nueve; original del formato de
trámite de baja de las placas del vehículo; original del comprobante de pago de verificación correspondiente al primer periodo de dos mil; original de
la póliza de seguro sobre automóviles residentes expedida por **********; copia simple del acta constitutiva de la empresa **********.
56. Aunado a lo anterior, se sumó la inspección ministerial realizada al oficio ********** suscrito por el Vicepresidente de **********, mediante el cual
remitió copia del oficio **********, suscrito por el apoderado legal de **********, dirigido a la **********, mediante el cual remite impresión del estado de
cuenta a nombre de **********.
57. Además, también se sumó el dictamen de valuación forense de quince de agosto de dos mil nueve, emitido por el perito **********; y la documental
consistente en el estado de cuenta emitido por la institución bancaria ********** a favor de **********.
58. Elementos probatorios antes referidos que corroboraron el valor probatorio que les concedió la autoridad responsable, pues dijo que las
inspecciones ministeriales se tratan de un medio de prueba directo que fueron practicados por el Ministerio Público, ajustándose a las reglas
correspondientes.
59. Respecto al dictamen en materia de valuación, determinó que se ajustó a las técnicas y conocimientos que su ciencia les sugiere; por lo que
consideró infundado el concepto de violación del quejoso —quien refirió que es una prueba imperfecta al no ser ratificado en sede judicial por el
perito que la emitió—; ya que el artículo 177 del Código Penal para la Ciudad de México, solamente constriñe a la ratificación de los dictámenes
cuando son objetados de falsedad o el Ministerio Público o el juez lo estime necesario, lo que en la especie no aconteció, pues no se supedita sólo
a los peritos oficiales, sino que obliga a que todos los peritos sean oficiales o particulares a ratificar sus dictámenes cuando sean objetados de
falsedad o cuando se estime necesario; de ahí que no se transgredió el principio de igualdad.
60. Por otra parte, en relación con el estado de cuenta expedido por la **********, así como el oficio ********** de cinco de julio de dos mil diez,
emitido por el **********, fue correcto que la autoridad responsable les otorgara valor probatorio a que se refieren los artículos 245 y 251 de
la Ley Adjetiva penal.
61. Indicó correcta la afirmación de la Sala responsable, en el sentido de que la petición ministerial para solicitar información bancaria del quejoso
derivada de la realización de entrevista a los testigos por parte de los elementos de la policía judicial no está prohibida legal ni constitucionalmente.
62. Declaró infundado el argumento del quejoso, en el sentido de que el artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito deviene
inconstitucional —ya que la Constitución Federal no autoriza afectación alguna en cuanto a su privacidad bancaria—. Lo anterior, toda
vez que el derecho a la privacidad contenido en el artículo 16 de la Constitución Federal no es absoluto, sino que admite excepciones en
tratándose de fines fiscales, así como la comprobación del cuerpo del delito y la responsabilidad penal del quejoso cuando sea solicitado
por el Ministerio Público, como sucedió en el presente caso[15].
63. Asimismo, contrario a lo argumentado por el quejoso, en cuanto a que debió ser ratificado el oficio **********, emitido por **********, **********,
**********, no le asiste razón, pues como lo adujo la autoridad responsable, para que adquiriera valor probatorio, no era necesario que fuera
ratificado ante el juez de la causa, pues los documentos privados provenientes de un tercero serían estimados como presunciones.
64. En otro aspecto, consideró inatendible el argumento relativo a que el artículo 328 del Código de Procedimientos Penales para la Ciudad de México,
transgrede el principio de igualdad procesal, al establecer que los documentos harán fe, sin necesidad de legalización, ya que tal numeral no es
aplicable en el caso en concreto.
65. En cuanto al argumento de que no existió cadena de custodia, lo consideró inatendible, pues argumentó que en los autos que integran la causa
penal no se advirtió recibo de depósito alguno, sino los estados de cuenta que allegó el ofendido en su carácter de coadyuvante del Ministerio
Público, los cuales fueron debidamente admitidos.
66. Indicó que no se inadvirtió, que el quejoso ante el Ministerio Público y ante el juez de la causa, se haya acogido a su derecho constitucional, a no
declarar; sin embargo, como lo dijo la autoridad responsable, su silencio fue insuficiente para desvirtuar el material probatorio de cargo.
67. Determinó legal la actuación de la autoridad responsable de considerar acreditada la agravante del tipo básico del delito de **********, consistente en
que utilizó como medio comisivo la vía telefónica a que se refiere el artículo 236, párrafo quinto, del Código Civiles para el Distrito Federal (hoy
Ciudad de México); la diversa de pandilla prevista en el artículo 252, párrafo segundo, del citado código penal.
68. Consideró legal la determinación de la Sala responsable, de estimar que el quejoso actuó como como coautor material del delito, en términos del
artículo 22, fracción II, del Código Penal para el Distrito Federal, pues aun cuando no se haya determinado con quién de las tres personas fue que
se habló para obligar al ofendido a entregar el dinero, lo cierto es, que su participación en el evento delictivo subsiste con independencia de ello,
pues todos los activos que intervienen son responsables en igualdad de condiciones del hecho típico ejecutado.
69. Consideró como infundado el argumento del quejoso, en el sentido de que se le debió imponer una pena atenuada, ya que quien extorsionó a la
víctima fue una persona diversa, tal y como lo consideró la responsable, tal aspecto es irrelevante, pues se acreditó como segmento fáctico que se
proporcionó su número de cuenta bancaria para que se depositara el dinero, lo que se le ocasionó un perjuicio en su patrimonio.
70. Consecuentemente, consideró legal que la Sala responsable ordenara a partir del análisis del material probatorio que se acreditara la
responsabilidad penal del quejoso, ello a través de la estructuración de la prueba circunstancial de valor convictivo pleno, en términos del artículo
261 del Código de Procedimientos Penales para la Ciudad de México.
71. Indicó, que no se acreditó alguna hipótesis de exclusión del delito, ni se actualizó una “duda razonable”; ya que acorde a las tesis emitidas por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un escenario probatorio no podría evaluarse si la hipótesis de la acusación está suficientemente
probada únicamente a partir de la valoración de las pruebas de cargo; en todo caso, deberían analizarse conjuntamente los niveles de confirmación,
tanto de la hipótesis de culpabilidad propuesta por la acusación como de la hipótesis de la defensa. Suceso que no aconteció, porque no existieron
pruebas de descargo con las que se alcanzara a establecer la existencia de una incertidumbre racional sobre la verdad de la hipótesis de la
acusación, sino que se confirmaron con los indicios que se enlazaron por la Sala responsable.
72. Determinó que no se vulneró en perjuicio del quejoso su derecho a ser considerado y tratado como inocente, dado que en el sumario del acto
reclamado, el ad quem argumentó y concluyó que las pruebas previamente valoradas fueron aptas y suficientes para fundar el juicio de reproche[16].
73. En cuanto al apartado para imponer las penas, observó que la Sala responsable, después de analizar la comprobación del delito y la
responsabilidad penal del quejoso, en uso adecuado a su arbitrio judicial confirmó el grado de culpabilidad determinado por el a quo, respecto al
delito de **********, que lo fue “equidistante entre la mínima y la media”, que en proporción corresponde a una cuarta parte del rango existente entre
el mínimo y el máximo, toda vez que consideró las circunstancias exteriores de ejecución del hecho, así como las condiciones personales del autor,
la magnitud del daño causado; las circunstancias de modo, tiempo y ocasión del hecho; de las circunstancias personales, no se advirtió que se
encontrara en condiciones especiales relevantes para determinar la posibilidad de haber ajustado su conducta a las exigencias de la norma.
74. En las relatadas condiciones que anteceden, consideró correcta la determinación de imponerle como pena el tipo básico; pena, que se incrementó
con las agravantes de pandilla y vía telefónica, además, que sumadas corresponden a ********** y **********.
75. Fue correcto, que la Sala responsable determinara que la ********** se debería compurgar en el lugar que designara el juez natural y se encontrara
en funciones de Juez del Ejecución de Sanciones Penales en la Ciudad de México, acorde a lo dispuesto en el artículo 9º, fracción XIII, de la Ley de
Ejecución de Sanciones Penales, así como lo ordenado en el Acuerdo General 59-28/2011 emitido por el Pleno del Consejo de la Judicatura de la
Ciudad de México.
76. Determinó correcto que el ad quem determinara que el cumplimiento, vigilancia y cómputo de la prisión debería quedar a cargo del juez de la causa,
debiéndose computar que la prisión preventiva fue a partir del siete de mayo de dos mil quince; fecha en la que fue cumplimentada la orden de
aprehensión y hasta que cause ejecutoria la sentencia, quedando su recuento exacto al Juez de Ejecución.
77. Indicó correcta la determinación de la responsable, en cuanto a que no se ordenara que las penas de prisión impuestas debían cumplirse de
manera simultánea, porque el artículo 33 del Código Penal para la Ciudad de México, establece que si se trata de dos o más penas de prisión
impuestas en sentencias diferentes, aquéllas se cumplirían de manera sucesiva, no simultáneamente.
78. Consideró correcta la imposición de la sanción pecuniaria y que debería enterarla a la Dirección para el Cobro de Multas Judiciales del Tribunal
Superior de Justicia de la Ciudad de México, la cual, en caso de insolvencia corroborada, le sería sustituida por jornadas de trabajo no
remuneradas a favor de la comunidad.
79. Fue legal que se confirmara por la Sala responsable la condena a la ********** por la cantidad de **********; y la restitución a la empresa moral del
la situación económica del quejoso, ya que en declaración ministerial manifestó no tener ocupación alguna y en preparatoria no refirió nada al
respecto, lo que hace factible la fijación de plazos para el pago de la sanción reparadora. En esas condiciones, se concedió el amparo, para el
efecto de que la autoridad responsable indicara que el ********** se efectuara en parcialidades durante un plazo que no excederá de un año.
81. Fue legal que se haya absuelto al quejoso a la reparación del daño moral y los posibles perjuicios ocasionados, al no existir elementos suficientes
para su cuantificación.
82. Fue correcta la negativa de los sustitutivos de la pena de prisión, así como el beneficio de la suspensión condicional de la ejecución de la pena; y
consideración lo previsto en el artículo 48 del Código Penal para la Ciudad de México y le fijaran plazos que en su conjunto no excedieran de un
año, para lo cual si lo considerara conveniente podría exigir la exhibición de garantía.
84. Agravios. El quejoso combatió la sentencia de amparo a partir de los siguientes argumentos:
85. El acto reclamado transgrede el derecho a un debido proceso protegido por el 14 de la Constitución Federal, consistente a no ser juzgado a partir de
pruebas cuya obtención se encuentra al margen de las exigencias constitucionales y legales.
86. De las actuaciones practicadas dentro de la averiguación previa, se advierte la existencia del informe de policía judicial, el cual se obtuvo a partir de
la infracción a una norma constitucional y legal; de tal suerte que todo lo que de él se desprende, carece de todo valor probatorio.
87. Por lo anterior, se debe realizar una interpretación del artículo 21 de la Constitución Federal, en relación a la competencia exclusiva del Ministerio
Público para realizar entrevistas con efectos de testimonial.
88. Fue incorrecto el pronunciamiento que realizó el Tribunal Colegiado, respecto a que la policía, al estar bajo el mando del Ministerio Público debe
realizar las diligencias que le ordene, con el único impedimento de que no se trate de confesiones.
89. El acto reclamado transgrede la garantía de igualdad procesal y defensa adecuada, toda vez, que el tiempo que transcurrió desde la denuncia hasta
que el representante social ejerció acción penal, no se tuvo la oportunidad de interrogar a posibles testigos, solicitar videos de instituciones
bancarias donde se asegurara que el denunciante hizo movimientos bancarios motivados por una extorsión, a solicitar videos del lugar en donde se
entregó dinero y carro. Por lo que, al no lograrse el ejercicio pleno de defensa, se propició un desequilibrio procesal entre las partes.
90. Se debe realizar una interpretación directa, sistemática y teleológica de los artículos 14 y 20 de la Constitución Federal en el marco del derecho a la
defensa adecuada.
91. Se transgrede el contenido del artículo 16 de la Constitución Federal, dado que no era razón suficiente para justificar la intromisión en la vida
privada y que la autoridad investigadora llevara a cabo una entrevista sin que se cumplieran los requisitos, supuestos y procedimientos establecidos
en la Constitución
92. Por lo anterior, se debió realizar una interpretación directa, sistemática y teleológica del artículo 16 de la Constitución Federal, en lo relativo a que
nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, si no es mediante mandato debidamente fundado y motivado.
93. El acto reclamado transgrede la garantía de seguridad jurídica, en relación con el secreto financiero o bancario como parte del derecho a la
privacidad o intimidad de los gobernados que está protegido por el artículo 16 de la Constitución Federal. Por lo que se debe declarar
inconstitucional el artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, al no poder regular lo que la Constitución no autoriza a regular.
94. No se comparte la interpretación que realizó el Tribunal Colegiado, respecto a que el derecho a la privacidad, no es absoluto, sino que admite
excepciones en tratándose de delitos fiscales cuando sea solicitado por la autoridad ministerial, apoyándose en la tesis aislada CXLI/2011 emitida
por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, puesto que no es exactamente aplicable al caso.
95. Existe vulneración al principio de presunción de inocencia en sus vertientes de regla de prueba y estándar de prueba, dado que la representación
social no aportó los medios necesarios ni las pruebas de cargo suficientes para acreditar su responsabilidad penal; aunado a que los existentes no
pudieron ser contrastados por los de la defensa.
96. Si bien, se contó con la presencia física de un defensor público con conocimientos técnicos en Derecho, proporcionado por el Estado, lo cierto es,
que se vio impedido de contar con el tiempo y con los medios suficientes para la preparación de la defensa, en virtud del tiempo que transcurrió
desde la demanda hasta en que se ejerció acción penal.
97. El Tribunal Colegiado ignoró las jurisprudencias 1ª/J. 26/2014, de rubro: “PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO ESTÁNDAR DE PRUEBA” y la
Ciudad de México, establece que si se trata de dos o más penas de prisión impuestas en sentencias diferentes, aquéllas se cumplirán de manera
sucesiva y no simultánea; lo cual es contrario a Derecho, puesto que, para que sea procedente, se debe aplicar de oficio el párrafo cuarto, no el
tercero de dicho artículo.
99. El acto reclamado vulnera la garantía de exacta aplicación de la ley penal, pues la responsable tomó en consideración factores que no debió y
aplicó una pena que no correspondía, pues no se ajustó al contenido de los artículos 70 y 72 del Código Penal para el Distrito Federal.
100. La Sala responsable, al resolver la apelación no sólo debe computar el tiempo que el reo estuvo sujeto a prisión, sino también descontarla de la
Federal y 81, fracción II, de la Ley de Amparo, así como lo establecido en los Puntos Primero y Segundo del Acuerdo General Plenario número
A. Contra las sentencias que en materia de amparo directo pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito, si en ellas se decidió u omitió decidir
sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma general o se establezca la interpretación de un precepto constitucional o de los
derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, siempre que dichos temas se hubieren
B. Asimismo, se considera procedente el recurso de revisión si el problema de constitucionalidad referido entraña la fijación de un criterio de
importancia y trascendencia a juicio de este Alto Tribunal, lo cual se actualiza en dos supuestos:
1. Cuando se advierta que la resolución de un amparo directo en revisión dará lugar a un pronunciamiento novedoso o relevante para el orden jurídico
nacional.
2. Cuando lo decidido en la sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por este Alto Tribunal relacionado con
alguna cuestión constitucional, por haberse resuelto en contra de dicho criterio o bien, se hubiere omitido su aplicación.
3. Finalmente, es importante destacar que el análisis definitivo de la procedencia del recurso es competencia, según sea el caso del Pleno o las Salas
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, de tal modo que su admisión a trámite no implica la procedencia definitiva del recurso[17].
4. Precisado lo anterior, debe decirse que el recurso de revisión es procedente, toda vez que de la demanda de amparo se advierte que se planteó la
inconstitucionalidad de los artículos 177 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal y del 117 de la Ley de
Instituciones de Crédito; temas que fueron materia de pronunciamiento por el Tribunal Colegiado y, son combatidos por el recurrente en vía de
agravios.
5. Debe decirse que la impugnación de las normas mencionadas constituyen temas de importancia y trascendencia para que esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación las analice, toda vez, que en relación al primer precepto, existe criterio aislado; y en cuanto al segundo, no se advierte criterio
específico emitido por esta Primera Sala; de ahí que nos permita emprender el análisis de ambas impugnaciones.
6. ESTUDIO
7. Precisadas las consideraciones que anteceden, procede dar respuesta a las siguientes interrogantes:
¿Es correcta la determinación del Tribunal Colegiado al considerar que el artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para el
Distrito Federal, no vulnera el principio de igualdad procesal, contenido en el artículo 20 de la Constitución Federal?
¿Es correcta la determinación del Tribunal Colegiado, relativa a que el artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, vigente en la
época de los hechos, que establece como excepción la obligación de dar noticias o información de los depósitos, servicios o cualquier
tipo de operaciones cuando lo solicite la autoridad ministerial, no viola el derecho de privacidad previsto en el artículo 16, párrafo
1. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, establece que a la interrogante planteada en primer término debe otorgarse una
respuesta positiva. Ello, al tenor de las consideraciones que se expresarán en esta ejecutoria.
2. El quejoso en la demanda de amparo señaló que el artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, vulnera el principio
de igualdad procesal, contenido en el artículo 20 de la Constitución Federal, al supeditar a los peritos oficiales de ratificar los dictámenes que emiten
sólo en caso de que sean objetados de falsedad o cuando el Ministerio Público o el juez lo estimen necesario, siendo aplicables las tesis emitidas
por la Primera Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación de rubro: “DICTÁMENES PERICIALES. EL ARTÍCULO 235 DEL CÓDIGO
FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES, AL EXIMIR A LOS PERITOS OFICIALES DE RATIFICARLOS, VULNERA EL DERECHO
FUNDAMENTAL DE IGUALDAD PROCESAL” y “DICTÁMENES PERICIALES. PARA SU VALIDEZ DEBEN SER RATIFICADOS POR QUIENES
LOS EMITEN, INCLUSO POR LOS PERITOS OFICIALES (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE TLAXCALA)”.
3. El Tribunal Colegiado calificó tal planteamiento como infundado e indicó que dicho numeral no sólo obliga a los peritos oficiales a ratificar sus
dictámenes cuando sean objetados de falsedad o cuando la autoridad ministerial o judicial lo estimen necesario, sino también a los de la defensa;
de ahí que no se transgreda el principio de igualdad, por tanto, afirmó que las tesis de la Primera Sala —antes citadas— no son aplicables.
4. Al respecto, esta Primera Sala considera, que como lo determinó el Tribunal Colegiado, el artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para
el Distrito Federal, no transgrede el principio de igualdad procesal previsto en el artículo 20 de la Constitución Federal, por las siguientes
consideraciones:
5. En primer término, es preciso tener presente el contenido de la norma constitucional sujeta a estudio en el presente asunto. Al respecto, el artículo
20, apartado A, fracción V, de la Constitución Federal, antes de la reforma de 2008, aplicable para el análisis de la norma impugnada, establecía lo
siguiente:
Artículo 20. En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima o el ofendido, tendrán las siguientes garantías:
1. Del inculpado:
[…]
V. Se le recibirán los testigos y demás pruebas que ofrezca, concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario al efecto y auxiliándosele para
obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio solicite, siempre que se encuentren en el lugar del proceso […].
1. De dicho precepto legal se advierte el principio de igualdad procesal y, en relación a ello, se ha señalado que en el proceso penal, el equilibrio de los
sujetos procesales es de suma importancia, pues deben concedérseles iguales condiciones, de manera que ninguno quede en estado de
indefensión.
2. Además, ha establecido que cuando la información que brinda un medio probatorio es imprecisa, parcial o genera duda, porque adolece de claridad
y da lugar a que el juzgador le reste valor, no es válido que tal estándar sólo aplique para una de las partes, ya que el mérito o valor de convicción
del medio probatorio está sujeto a la libre apreciación del juez, pero es inadmisible que los medios de prueba de la misma índole —ofrecidos por
ambas partes— tengan un estándar de valoración distinto, según se trate del actor o del demandado, del órgano ministerial o del acusado, pues ello
atentaría contra los derechos de justicia imparcial, de equidad procesal y de correcta fundamentación y motivación[18].
3. Ahora bien, el quejoso y recurrente señala que el artículo 177 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal[19], vulnera el principio
de igualdad procesal, ya que siguiendo las directrices de esta Primera Sala, en los que se analizó la inconstitucionalidad artículo 235 del Código
4. Sobre dicha temática se ha considerado por esta Primera Sala, sustancialmente, que no es válido distinguir en la ratificación entre los peritos
oficiales y los ofrecidos por las partes, pues eso genera un desequilibrio procesal. En ese sentido, se ha destacado que:
“(…) si la finalidad de las formalidades es dotar de certeza y seguridad jurídica a las actuaciones judiciales, es una exigencia válida para cualquier
perito que ratifique su dictamen, sin que se advierta una razonabilidad lógico-jurídica establecer innecesaria la ratificación del dictamen del perito
oficial, pues esta excepción origina un desequilibrio procesal, ya que las partes no se encuentran en igualdad de condiciones procesales, en cuanto
1. Del análisis referido, se puede determinar que el artículo impugnado, a diferencia de los precedentes de la Primera Sala, no distingue entre peritos
para imponer a unos u otros la obligación de ratificar, pues de acuerdo a la norma, tanto los peritos oficiales como los ofrecidos por las partes
deberán emitir su dictamen por escrito y ratificarlo en diligencia especial, ya sea cuando se objete su falsedad, o bien, cuando el Ministerio Público o
el juez lo soliciten. En este sentido, las partes se encuentran en igualdad de condiciones procesales, en cuanto a la exigencia de ratificación de los
peritajes presentados.
2. Ahora, si bien la disposición establece como supuestos de ratificación la objeción de su falsedad y la solicitud por parte del Ministerio Público o juez,
esta Primera Sala destaca que dichas hipótesis se refieren a casos en que la ratificación deberá hacerse en diligencia especial.
3. En consecuencia, al no hacer una distinción entre los peritos oficiales y los propuestos por las partes, en cuanto a su obligación de ratificar el
dictamen que exhiban y, en este sentido, no originar un desequilibrio procesal, el artículo impugnado no es violatorio del derecho de igualdad
procesal.
4. En virtud de lo expuesto, el agravio del recurrente en relación con la inconstitucionalidad del artículo 177 del Código de Procedimientos Penales
para el Distrito Federal, vigente al momento de los hechos, es infundado.
5. Similares consideraciones sostuvo esta Primera Sala, al resolver por mayoría de votos (disidentes: Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena) el amparo directo en revisión 3149/2016, en sesión de 31 de mayo de 2017, en el que se determinó
la constitucionalidad del artículo 177 de Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal.
6. Contestado el primer cuestionamiento, procede resolver la segunda interrogante que se formuló en el siguiente sentido:
¿Es correcta la determinación del Tribunal Colegiado, relativa a que el artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, vigente en la
época de los hechos, que establece como excepción la obligación de dar noticias o información de los depósitos, servicios o cualquier
tipo de operaciones cuando lo solicite la autoridad ministerial, no viola el derecho de privacidad previsto en el artículo 16, párrafo
primero, de la Constitución Federal?
1. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera que a la interrogante planteada debe otorgarse respuesta negativa, al
2. Del contenido del artículo 16, párrafo primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos[21], se desprende el derecho
fundamental de seguridad jurídica que tienen los individuos, consistente en que nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio,
papeles o posesiones, sino cuando medie mandato de autoridad competente debidamente fundado y motivado.
3. Si bien, dicho artículo no prevé expresamente el reconocimiento que tienen las personas respecto del derecho a su vida privada, sí incluye ciertas
protecciones aisladas relacionadas a la vida privada, siendo una de ellas, la inviolabilidad del domicilio, que tiene como finalidad principal el respeto
a un ámbito de la vida privada que, por regla general , debe quedar excluido del conocimiento ajeno y de las intromisiones de los demás, con la
puede extenderse a una protección más allá del aseguramiento del domicilio como espacio físico en que normalmente se desenvuelve la intimidad.
De aquí, es posible derivar el reconocimiento de un derecho a la intimidad o vida privada que abarque las intromisiones o molestias, que por
cualquier medio puedan realizarse en ese ámbito reservado de vida, con la salvedad anotada por la propia Constitución Federal[22].
5. Asimismo, esta Primera Sala ha señalado que los rasgos característicos de la noción de lo “privado”, como derecho estrechamente vinculado con la
naturaleza del ser humano, se relacionan con: a) lo que no constituye vida pública; b) el ámbito reservado frente a la acción y el conocimiento de los
demás; c) lo que se desea compartir únicamente con aquellos que uno elige; d) las actividades de las personas en la esfera particular, relacionadas
con el hogar y la familia; y, e) aquello que las personas no desempeñan con el carácter de servidores públicos.
6. Luego, en lo relativo a “vida privada”, ha sostenido que las personas físicas tienen derecho a gozar de un ámbito de proyección de su existencia,
que quede reservado de la invasión y la mirada de los demás, que les concierna sólo a ellos y les provea de condiciones adecuadas para el
7. De lo anterior, puede concluirse que el derecho a la privacidad, es aquel derecho que tiene todo ser humano por el simple hecho de serlo, de
separar y mantener fuera del conocimiento público todas aquellas cuestiones y aspectos de su vida privada, con la finalidad de asegurar la
8. En ese orden de ideas, debe decirse que con la reforma a los derechos humanos de diez de junio dos mil once, el contenido del artículo 1º de la
Constitución Federal[24] se amplió al incorporarse en la norma constitucional los derechos internaciones en los que el Estado mexicano es parte. Por
ello, todas las autoridades públicas tendrán obligación de respetar no sólo los instrumentos jurídicos nacionales, sino también internacionales.
9. De esta manera, a nivel internacional el derecho a la privacidad se encuentra reconocido y protegido en distintos tratados internacionales de los que
el Estado mexicano es parte. Al respecto, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, habla de un derecho a la protección contra las
injerencias arbitrarias a la vida privada[25]; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, prevé que nadie será objeto de ingerencias
arbitrarias o ilegales en su vida privada[26]; la Declaración Universal de Derechos Humanos, establece que nadie será objeto de ingerencias
arbitrarias en su vida privada[27]; la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, indica que todas las personas tienen derecho a
la protección de la Ley contra los ataques abusivos a su honra, a su reputación y a su vida privada y familiar[28].
10. En ese sentido, cuando se trate de proteger el derecho a la privacidad, no basta que el Estado cumpla con sus obligaciones nacionales, sino
también internaciones, toda vez que el ámbito a la privacidad se caracteriza por quedar exento e inmune a las invasiones o agresiones abusivas por
11. Por otro lado, se ha determinado que el derecho a la privacidad no es un derecho absoluto, sino que puede ser objeto de limitaciones restrictivas de
su ejercicio, en este caso, cuando surja la necesidad de proteger otros derechos o intereses legítimos; es decir, cuando el interés general se vea
comprometido y se perjudique la convivencia pacífica o se amenace el orden social; en estos supuestos, cierta información individual puede y debe
ser divulgada, sin que ello signifique que al no ser absoluta se desconozca su núcleo esencial.
12. De ahí que resulte claro que no existen derechos absolutos o ilimitados, de tal modo que si se trata de derechos fundamentales, éstos encontrarán
sus límites, ya sea en la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o en los instrumentos internacionales en materia de
14. Así, podemos determinar que el ejercicio del derecho humano a la vida privada podrá ser restringido por el Estado en beneficio del ejercicio de
algún otro derecho, siempre y cuando su restricción se encuentre prevista dentro de la Constitución Federal, sea necesaria e idónea para asegurar
la obtención de los fines que fundamenten dicha restricción y, que la importancia del fin que se busque y los efectos perjudiciales que se produzcan
admite la práctica de diligencias previa autorización judicial para recaudar información privada del indiciado o procesado. Al respecto, en su artículo
21[30], se establece que la investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público; sin embargo, dicha medida está limitada bajo el principio de
control judicial, es decir, la autoridad judicial determinará de manera excepcional los límites y eventos en que podrá actuar, como el arraigo, en
tratándose de delitos de delincuencia organizada, la orden de cateo y/o la intervención de comunicaciones privadas, sin que ésta se otorgue cuando
se trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil, civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las comunicaciones del detenido con su
defensor[31].
16. Supuestos jurídicos en los cuales, el legislador ha establecido que cuando implique vulneración a la privacidad de las personas en la etapa de
investigación penal, debe existir un control judicial en forma acelerada y ágil, sin que ello permita se deje de fundar y motivar la intervención de la
autoridad para la obtención de información.
17. Esto es, si el Ministerio Público en el ejercicio de su función investigadora se enfrenta a medidas adicionales que impliquen afectación de derechos
fundamentales, necesariamente debe obtener la autorización del juez respectivo, es decir, someterlas al control de la autoridad judicial.
18. Debe señalarse, que el carácter previo del control judicial, como regla, deriva del reforzamiento que en la etapa de investigación penal se imprimió
al principio de reserva judicial de las intervenciones que afectan derechos fundamentales, como el de privacidad, toda vez que el lugar preferente
que ocupan en el Estado, se expresa a través de los controles que deben mediar para su afectación, tal y como se prevé en el artículo 1º de la
Constitución Federal.
19. De ahí que, el papel de garante de los derechos fundamentales que cumple la autoridad judicial en la etapa de investigación, responde al principio
de necesidad efectiva de protección judicial, en razón de que muchas de las medidas procesales que se adoptan en el curso de la investigación
penal entran en tensión con el principio de inviolabilidad de determinados derechos fundamentales.
20. Así, las funciones de investigación que cumple el Ministerio Público para la búsqueda de información que no es de libre acceso y que pueda implicar
vulneración a derechos fundamentales, impone que se emita autorización previa de autoridad judicial, por lo que la medida de investigación que
implique afectación a los mismos debe estar precedida de un control judicial.
21. Análisis constitucional del artículo 117, fracción II, de la Ley de Instituciones de Crédito. Ahora bien, el quejoso planteó que el artículo 117 de
la Ley de Instituciones de Crédito, transgrede en su perjuicio el derecho de seguridad jurídica en relación al secreto financiero o bancario como
parte del derecho a la privacidad protegido en el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, toda vez que le otorga
facultades a la representación social de intervenir en la información que es considerada privada, sin existir autorización judicial.
22. Al respecto, esta Primera Sala determina que tal argumento es sustancialmente fundado, en atención a las siguientes consideraciones.
23. En efecto, el contenido del artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito[32], en su primera parte contiene lo que se ha denominado secreto
bancario, que en términos generales, es posible entender como el deber que tienen las instituciones de crédito de no dar noticias o proporcionar
información de los depósitos, servicios o cualquier tipo de operaciones, salvo cuando así lo disponga la ley o cuando lo faculte el mismo cliente.
24. Así, el secreto bancario guarda relación con la vida privada de los gobernados en su condición de clientes o deudores de las entidades bancarias,
en cuanto a que el acceso a la información no es de libre acceso, sino que se refiere a información privada o confidencial[33].
25. De igual manera, de dicho precepto legal se advierte que prevé restricciones a las instituciones de crédito, para que en protección del derecho a la
privacidad de sus clientes y usuarios, en ningún caso puedan dar noticias o información de los depósitos, operaciones o servicios, sino al
depositante, deudor, titular, beneficiario, fideicomitente, fideicomisario, comitente o mandante, a sus representantes legales o a quienes tengan
otorgado poder para disponer de la cuenta o para intervenir en la operación o servicio; sin embargo, también establece excepciones para que las
Instituciones bancarias den noticias o información contenida bajo su resguardo a las siguientes autoridades:
27. Al Procurador General de la República o el servidor público en quien delegue facultades; los procuradores generales de justicia de los Estados y
del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) o subprocuradores y el Procurador General de Justicia Militar , para la comprobación de hechos
34. Debe señalarse que dicho dispositivo, también prevé que las solicitudes deberán formularse con la debida fundamentación y motivación, por
conducto de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Además, establece la posibilidad de que el Procurador General de la República, la
Auditoría Superior de la Federación, y la unidad de fiscalización, soliciten a la autoridad judicial la expedición de la orden correspondiente, a efecto
de que la institución de crédito entregue la información requerida, siempre que dichos servidores o autoridades especifiquen la denominación de la
institución, el número de cuenta, el nombre del cuentahabiente o usuario y demás datos y elementos que permitan su identificación plena, de
artículo 117, fracción II, de la Ley de Instituciones de Crédito[35], relativa a que los Procuradores Generales de Justicia de los Estados de la
Federación y del Distrito Federal o Subprocuradores, pueden solicitar en la etapa de investigación dicha información para la comprobación del
cuerpo del delito y la probable responsabilidad penal del indiciado; hipótesis que se actualizó, en tanto que el Ministerio Público de investigación
adscrito a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (Ciudad de México), solicitó información de las cuentas bancarias del quejoso, a
impugnado a la autoridad ministerial local, viola ese derecho, toda vez que la información bancaria no se encuentra otorgada como parte de la
facultad de investigación de delitos contenida en el artículo 21 constitucional, menos aún forma parte de la extensión de facultades de irrupción en la
vida privada expresamente protegidas en el artículo 16 de la Constitución Federal. De ahí que la información bancaria que se solicite por parte de la
37. En efecto, la autorización judicial, como ya se dijo, se erige en un presupuesto indispensable para legitimar las intervenciones a los derechos
fundamentales y, en particular, las medidas que impliquen injerencia en el derecho a la intimidad personal, como es el acceso a información
confidencial referida al indiciado o imputado para la comprobación del cuerpo del delito o responsabilidad penal.
38. De ahí que, tratándose del ejercicio legítimo de la actividad investigadora del Estado, ésta no puede quedar librada a la voluntad de los
investigadores, sino cuando existan motivos fundados para requerir información personal que repose en datos relacionados con las personas
imputadas o indiciadas, solo podrá ser obtenida mediante autorización previa del juez competente, quien deberá ajustarse a las directrices que
sobre medidas de investigación se prevén constitucionalmente bajo el debido respeto de los derechos fundamentales.
39. Así, el acceso a la información bancaria por parte del Ministerio Público, implica que tenga la potencialidad de afectación del derecho a la
autodeterminación de la persona, quien como titular de los datos personales sería la única legitimada para autorizar su circulación, o bien, que sea
como el de la privacidad sin control judicial, dicha norma aplicable al recurrente debe considerarse transgresora de derechos fundamentales y, por
tanto, inconstitucional.
41. Por lo que, en atención a las consideraciones expuestas, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera que el artículo
117, fracción II, de la Ley de Instituciones de Crédito, vulnera el derecho a la privacidad para fines de investigación penal, pues al permitir la
interferencia de la actividad ministerial en el ejercicio del derecho fundamental a la intimidad, resulta violatorio del artículo 16 de la Constitución
Federal, que regula los presupuestos bajo los cuales el Estado, en legítimo ejercicio de su potestad investigadora puede realizar intervenciones en
los derechos fundamentales, previa solicitud a autoridades judiciales; de ahí que debe declararse inconstitucional.
42. Es importante señalar que la inconstitucionalidad de la citada fracción II, del artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, única y
exclusivamente debe entenderse para casos como el que nos ocupa, en donde el Ministerio Público en una averiguación previa necesita
información respecto del número de una cuenta bancaria, proporcionada por la víctima de un delito; perteneciente a una persona física, a fin de
financiero, aun cuando se trate de una persona sujeta a una investigación penal, se impone que el Ministerio Público acuda ante la autoridad judicial
a efecto de que le autorice requerir al Banco correspondiente la información respecto al número de esa cuenta que es parte de la investigación
ministerial.
44. Lo anterior es así, atento a que la facultad constitucional del Ministerio Público de investigar los delitos, establecida en el artículo 21 de la
Constitución Federal, debe ser entendida con pleno respeto a los derechos fundamentales de las personas investigadas así como de las víctimas,
es por ello que esta Primera Sala no encuentre razón jurídica válida para que en casos como el que nos ocupa, el Ministerio Público solicite
información resguardada por el secreto bancario, en detrimento del derecho humano a la vida privada. Por lo que se hace necesario el control
judicial para requerir la historia crediticia de un gobernado, en estricto acatamiento al artículo 16 constitucional.
45. Por las consideraciones destacadas, procede revocar la sentencia recurrida y devolver los autos al tribunal colegiado correspondiente, para que
nuevamente analice el acto reclamado, tomando en consideración la inconstitucionalidad de la norma que fundamentó la solicitud y la entrega de la
información bancaria del quejoso a la autoridad ministerial y resuelva conforme a derecho proceda.
46. Por otro lado, debe decirse que los agravios que plantea el recurrente, relativos a que:
A) De actuaciones se advierte la existencia del informe de policía judicial, el cual se obtuvo a partir de la infracción a una norma constitucional y
legal, de tal suerte que todo lo que de él se desprende carece de valor probatorio, al contravenir el contenido del artículo 21 de la Constitución
Federal;
B) Se transgrede la garantía de igualdad procesal y defensa adecuada, toda vez que en el tiempo que transcurrió desde la denuncia hasta que el
representante social ejerció acción penal, no se tuvo la oportunidad de interrogar a posibles testigos, solicitar videos de instituciones bancarias
donde se asegura que el denunciante hizo movimientos bancarios motivados por una extorsión, vulnerando con ello el contenido de los artículos 14
y 20 de la Constitución Federal;
C) Existe vulneración al principio de presunción de inocencia en sus vertientes de regla de prueba y estándar de prueba, dado que la representación
social no aportó los medios necesarios ni las pruebas de cargo suficientes para acreditar su responsabilidad penal;
D) Se debió aplicar de oficio el contenido del artículo 33, párrafo tercero, del Código Penal para el Distrito Federal, para compurgar su pena de
prisión de manera sucesiva y no simultánea;
E) Se debió analizar, que si bien contó con un defensor, lo cierto es, que éste se vio impedido de contar con el tiempo y con los medios suficientes
para la preparación de la defensa, en virtud del tiempo que transcurrió desde la demanda hasta en que se ejerció acción penal.
1. Los anteriores motivos de agravio están encaminados a impugnar cuestiones relacionadas con la legalidad del acto reclamado, pues el Tribunal
Colegiado precisó que los medios probatorios y la valoración que realizó de éstos, fueron suficientes para tener por acreditado el delito con las
óptica de mera legalidad, lo cual deviene en una consideración que escapa a aquéllas que son materia de estudio en la presente vía de
impugnación, esto es, cuestiones propiamente constitucionales[37]. De ahí que los agravios encaminados a impugnar dichas cuestiones no puedan
ser materia de análisis en este medio extraordinario de revisión.
3. De igual manera, se observa que el recurrente en su escrito de agravios refiere que es inconstitucional el artículo 22, fracción III, del Código Penal
para el Distrito Federal[38]; sin embargo, este planteamiento, al no haberlo hecho valer en la demanda de amparo, impidió que el órgano colegiado
se pronunciara al respecto; circunstancia por la cual imposibilita jurídicamente a esta Primera Sala a pronunciarse, pues el hacerlo desvirtuaría la
4. Finalmente, debe decirse que de la lectura de la demanda se advierte que el quejoso señaló como concepto de violación, la inconstitucionalidad del
artículo 328 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, ya que transgrede el principio de igualdad procesal, al establecer que los
documentos públicos expedidos por autoridades federales o funcionarios de los Estados harán fe pública, sin necesidad de ratificación. De ahí que,
la documental pública relativa al oficio ********** expedida por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, al no haber sido ratificada debe ser
considerada una prueba imperfecta.
5. Sin embargo, en respuesta a ello, el órgano jurisdiccional consideró inatendible tal argumento, toda vez que no era aplicable al caso concreto.
Argumento que esta Primera Sala considera correcto, ya que si bien, se planteó la constitucionalidad de una norma, lo cierto es, que no se aplicó al
caso concreto, lo que imposibilita que esta Primera Sala se pronuncie al respecto.
6. En esas condiciones, procede revocar la sentencia recurrida y devolver los autos al tribunal colegiado correspondiente, a efecto de que se avoque a
VI. DECISIÓN
1. Ante la inconstitucionalidad decretada del artículo 117, fracción II, de la Ley de Instituciones de Crédito, respecto a que la porción normativa relativa
a que la obligación de dar noticias o información de los depósitos, servicios o cualquier tipo de operaciones de los cuentahabientes, cuando lo
solicite la autoridad ministerial para fines de investigación, por violar el derecho a la privacidad previsto en el artículo 16 de la Constitución Federal,
procede revocar la sentencia recurrida y devolver los autos al Tribunal Colegiado que conoció de la demanda de amparo, para que resuelva lo que
conforme a Derecho corresponda, tomando en consideración las razones expresadas en esta ejecutoria por las que se determinó la
RESUELVE
SEGUNDO. Devuélvanse los autos relativos al Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, para los efectos precisados en la
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al Tribunal Colegiado de origen y, en su oportunidad archívese el expediente
Así, lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea (quien se reservó el derecho a formular voto concurrente), José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena
y la Presidenta Norma Lucía Piña Hernández (se reservó el derecho de formular voto concurrente). Ausente el Ministro Jorge Mario Pardo
Rebolledo.
Firman la Presidenta de la Sala y el Ministro Ponente, con la Secretaria de Acuerdos, quien autoriza y da fe.
PRESIDENTA DE LA PRIMERA SALA
PONENTE
SECRETARIA DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA
“En términos de lo previsto en el artículo 3°., fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos”
RRM/mlp*
9. Fojas 230 a 240 del amparo directo ********** y 3 a 13 del amparo en revisión. ↑
1. Formato único de inicio de actas especiales, averiguaciones previas especiales y averiguaciones previas directas de catorce de agosto de dos mil
nueve, ratificadas por el denunciante.
2. La ampliación de declaración del denunciante de veintiséis de agosto y de siete de octubre de dos mil nueve, de once de abril de dos mil once, de
8. La diligencia de ratificación del informe de investigación por los policías que lo elaboraron.
10. La diligencia de ratificación del informe de investigación por los policías que lo elaboraron.
†‘
15. Sustentó su afirmación con el contenido de la tesis CXLI/2011 emitido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXIV, julio de 2011, página 310, de rubro siguiente: “SECRETO
BANCARIO. EL ARTÍCULO 117 DE LA LEY DE INSTITUCIONES DE CRÉDITO NO VIOLA LA GARANTÍA DE PRIVACIDAD”. ↑
16. Al respecto se invocaron las tesis CCLXXXIII/2013 (10ª) Y CCLXXXIV (10ª), sustentadas por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visibles en el Libro XXV, Octubre 2013, Tomo 2, páginas 1057 y 1058, de rubros siguientes: “PRUEBA INDICIARIA O CIRCUNSTANCIAL.
REQUISITOS QUE DEBEN CUMPLIR LOS INDICIOS PARA QUE LA MISMA SE PUEDA ACTUALIZAR” y “PRUEBA INDICIARIA O
CIRCUNSTANCIAL. SU NATURALEZA Y ALCANCES”. ↑
17. En este punto, resulta aplicable la tesis jurisprudencial 3a. 14, Octava Época, Registro: 207525, Tercera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación, Tomo II, Primera Parte, Julio-Diciembre de 1988, Materia(s): Común, página: 271, cuyo rubro dice: “REVISIÓN, IMPROCEDENCIA
Asimismo, resulta aplicable la tesis jurisprudencial 1a./J. 101/2010, Novena Época, Registro: 163235, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Enero de 2011, Materia(s): Común, Página: 71, cuyo rubro a la letra dice: “AMPARO DIRECTO
EN REVISIÓN. REQUISITOS DE PROCEDENCIA QUE DEBEN SER REVISADOS POR EL PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN O DE SUS SALAS”. ↑
18. Tal consideración se sustentó en la jurisprudencia 1a./J. 141/2011 (9a.), emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3, página: 2103, de rubro:
19. Artículo 177. Los peritos emitirán su dictamen por escrito y lo ratificarán en diligencia especial, en el caso de que sean objetados de falsedad, o el
20. Precedentes de los que derivó la tesis aislada LXIV/2015 de rubro: “DICTÁMENES PERICIALES. EL ARTÍCULO 235 DEL CÓDIGO FEDERAL DE
PROCEDIMIENTOS PENALES, AL EXIMIR A LOS PERITOS OFICIALES DE RATIFICARLOS, VULNERA EL DERECHO FUNDAMENTAL DE
IGUALDAD PROCESAL”; y la tesis aislada XXXIV/2016 “DICTÁMENES PERICIALES. LA NO RATIFICACIÓN DEL RENDIDO POR EL PERITO
OFICIAL CONSTITUYE UN VICIO FORMAL SUBSANABLE, POR LO QUE EN NINGÚN CASO DEBE DAR LUGAR A CONSIDERAR QUE
CONSTITUYE PRUEBA ILÍCITA QUE DEBA SER EXCLUIDA DEL ANÁLISIS PROBATORIO CORRESPONDIENTE”. ↑
21. El contenido del artículo 16, párrafo primero, de la Constitución Federal, establece lo siguiente:
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la
[…] ↑
22. Tal y como se aprecia del contenido de la tesis aislada 2a. LXIII/2008, emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVII, Mayo de 2008, página 229, de rubro y contenido
siguiente:
DERECHO A LA PRIVACIDAD O INTIMIDAD. ESTÁ PROTEGIDO POR EL ARTÍCULO 16, PRIMER PÁRRAFO, DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Dicho numeral establece, en general , la garantía de seguridad jurídica de todo gobernado a
no ser molestado en su persona, familia, papeles o posesiones, sino cuando medie mandato de autoridad competente debidamente fundado y
motivado, de lo que deriva la inviolabilidad del domicilio, cuya finalidad primordial es el respeto a un ámbito de la vida privada personal y familiar que
debe quedar excluido del conocimiento ajeno y de las intromisiones de los demás, con la limitante que la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos establece para las autoridades. En un sentido amplio, la referida garantía puede extenderse a una protección que va más allá del
aseguramiento del domicilio como espacio físico en que se desenvuelve normalmente la privacidad o la intimidad, de lo cual deriva el
reconocimiento en el artículo 16, primer párrafo, constitucional, de un derecho a la intimidad o vida privada de los gobernados que abarca las
intromisiones o molestias que por cualquier medio puedan realizarse en ese ámbito reservado de la vida. ↑
23. Consideraciones que derivan de la contradicción de tesis 56/2011, vista en sesión de treinta de mayo de dos mil trece. Se aprobó por unanimidad de
once votos de los señores Ministros Gutiérrez Ortiz Mana, Cossío Díaz, Luna Ramos, Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea, Pardo
Rebolledo, Aguilar Morales, Valls Hernández, Sánchez Cordero de García Villegas, Pérez Dayán y Presidente Silva Meza. ↑
Artículo. 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse
ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir,
investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo
hecho, su libertad y la protección de las leyes.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las
condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y
tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. ↑
25. El artículo 11.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, establece lo siguiente:
[…]
2. Nadie puede ser objeto de ingerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni
†‘
26. El artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, establece lo siguiente:
Artículo 17.
1. Nadie será objeto de ingerencias arbitrarias o ilegales en con vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra
y reputación.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas ingerencias o esos ataques. ↑
Artículo 12.
Nadie será objeto de ingerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su
reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales ingerencias o ataques. ↑
28. El artículo V de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre establece lo siguiente:
Artículo V. Toda persona tiene derecho a la protección de la Ley contra los ataques abusivos a su honra, a su reputación y a su vida privada y
familiar. ↑
29. Es aplicable la jurisprudencia P./J. 130/2007, emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Novena Época, Tomo XXVI,
diciembre de 2007, página 8, de rubro y texto siguiente:
GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL DESARROLLO DE SUS LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES CONFLICTOS POR PARTE DEL
LEGISLADOR DEBE RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD JURÍDICA. De los criterios emitidos por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación se advierte que el cumplimiento de los principios de razonabilidad y proporcionalidad implica que al fijar el
alcance de una garantía individual por parte del legislador debe: a) perseguir una finalidad constitucionalmente legítima; b) ser adecuada, idónea,
apta y susceptible de alcanzar el fin perseguido; c) ser necesaria, es decir, suficiente para lograr dicha finalidad, de tal forma que no implique una
carga desmedida, excesiva o injustificada para el gobernado; y, d) estar justificada en razones constitucionales. Lo anterior conforme al principio de
legalidad, de acuerdo con el cual el legislador no puede actuar en exceso de poder ni arbitrariamente en perjuicio de los gobernados. ↑
30. Tal y como se prevé en el contenido del artículo 21 de la Constitución Federal, que prevé lo siguiente:
Artículo 21. La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de
[…] ↑
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la
La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y tratándose de delitos de delincuencia organizada, podrá decretar el arraigo de una
persona, con las modalidades de lugar y tiempo que la ley señale, sin que pueda exceder de cuarenta días, siempre que sea necesario para el
éxito de la investigación, la protección de personas o bienes jurídicos, o cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción
de la justicia . Este plazo podrá prorrogarse, siempre y cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las causas que le dieron origen. En todo
caso, la duración total del arraigo no podrá exceder los ochenta días.
Por delincuencia organizada se entiende una organización de hecho de tres o más personas, para cometer delitos en forma permanente o reiterada,
Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o
ponérsele a disposición de la autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia organizada.
En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir, a solicitud del Ministerio Público, se expresará el lugar que ha de
inspeccionarse, la persona o personas que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse la diligencia,
levantándose al concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su ausencia o
negativa, por la autoridad que practique la diligencia.
Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto que atente contra la libertad y privacía de las
mismas, excepto cuando sean aportadas de forma voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El juez valorará el alcance de
éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión de un delito. En ningún caso se admitirán comunicaciones que
Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de la
entidad federativa correspondiente, podrá autorizar la intervención de cualquier comunicación privada. Para ello, la autoridad competente
deberá fundar y motivar las causas legales de la solicitud, expresando además, el tipo de intervención, los sujetos de la misma y su duración. La
autoridad judicial federal no podrá otorgar estas autorizaciones cuando se trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil, civil,
Los Poderes Judiciales contarán con jueces de control que resolverán, en forma inmediata, y por cualquier medio, las solicitudes de medidas
cautelares, providencias precautorias y técnicas de investigación de la autoridad, que requieran control judicial, garantizando los derechos de los
indiciados y de las víctimas u ofendidos. Deberá existir un registro fehaciente de todas las comunicaciones entre jueces y Ministerio Público y
Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y límites previstos en las leyes. Los resultados de las intervenciones que no cumplan
La autoridad administrativa podrá practicar visitas domiciliarias únicamente para cerciorarse de que se han cumplido los reglamentos sanitarios y de
policía; y exigir la exhibición de los libros y papeles indispensables para comprobar que se han acatado las disposiciones fiscales, sujetándose en
estos casos, a las leyes respectivas y a las formalidades prescritas para los cateos.
La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas estará libre de todo registro, y su violación será penada por la ley.
En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En
tiempo de guerra los militares podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que establezca la ley marcial
correspondiente. ↑
32. El contenido del artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, aplicable al caso que nos ocupa, establece lo siguiente:
Artículo 117. La información y documentación relativa a las operaciones y servicios a que se refiere el artículo 46 de la presente Ley, tendrá
carácter confidencial, por lo que las instituciones de crédito, en protección del derecho a la privacidad de sus clientes y usuarios que en este artículo
se establece, en ningún caso podrán dar noticias o información de los depósitos, operaciones o servicios, incluyendo los previstos en la fracción XV
del citado artículo 46, sino al depositante, deudor, titular, beneficiario, fideicomitente, fideicomisario, comitente o mandante, a sus representantes
legales o a quienes tengan otorgado poder para disponer de la cuenta o para intervenir en la operación o servicio.
[…].
†‘
33. Es aplicable la tesis 2a. LXIV/2008, emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVII, mayo de 2008, página 234, que dice:
SECRETO FINANCIERO O BANCARIO. ES PARTE DEL DERECHO A LA VIDA PRIVADA DEL CLIENTE O DEUDOR Y, POR TANTO, ESTÁ
PROTEGIDO POR LA GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA EN SU VERTIENTE DE DERECHO A LA PRIVACIDAD O INTIMIDAD. De los
artículos 2o., 5o. y 20 de la Ley para Regular las Sociedades de Información Crediticia, en relación con el 117 de la Ley de Instituciones de Crédito,
se advierte que el secreto financiero o bancario guarda relación con la vida privada de los gobernados, en su condición de clientes o deudores de
las entidades bancarias, por lo que si bien no está consagrado como tal explícitamente en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
al estar referido a la historia crediticia de aquéllos, puede considerarse como una extensión del derecho fundamental a la vida privada de la
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones de los gobernados, protegido por el artículo 16, primer párrafo, constitucional. ↑
34. El contenido del artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, en la parte de excepciones, establece lo siguiente:
Artículo 117.
[…]
Como excepción a lo dispuesto por el párrafo anterior, las instituciones de crédito estarán obligadas a dar las noticias o información a que se refiere
dicho párrafo, cuando lo solicite la autoridad judicial en virtud de providencia dictada en juicio en el que el titular o, en su caso, el fideicomitente,
fideicomisario, fiduciario, comitente, comisionista, mandante o mandatario sea parte o acusado. Para los efectos del presente párrafo, la autoridad
judicial podrá formular su solicitud directamente a la institución de crédito, o a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Las instituciones de crédito también estarán exceptuadas de la prohibición prevista en el primer párrafo de este artículo y, por tanto, obligadas a dar
las noticias o información mencionadas, en los casos en que sean solicitadas por las siguientes autoridades:
I. El Procurador General de la República o el servidor público en quien delegue facultades para requerir información, para la comprobación del
II. Los procuradores generales de justicia de los Estados de la Federación y del Distrito Federal o subprocuradores, para la comprobación del
III. El Procurador General de Justicia Militar , para la comprobación del cuerpo del delito y de la probable responsabilidad del indiciado;
V. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para efectos de lo dispuesto por el artículo 115 de la presente Ley;
VI. El Tesorero de la Federación, cuando el acto de vigilancia lo amerite, para solicitar los estados de cuenta y cualquier otra información relativa a
las cuentas personales de los servidores públicos, auxiliares y, en su caso, particulares relacionados con la investigación de que se trate;
VII. La Auditoría Superior de la Federación, en ejercicio de sus facultades de revisión y fiscalización de la Cuenta Pública Federal y respecto a
cuentas o contratos a través de los cuáles se administren o ejerzan recursos públicos federales;
VIII. El titular y los subsecretarios de la Secretaría de la Función Pública, en ejercicio de sus facultades de investigación o auditoría para verificar la
verificación a que se refieren los artículos 41 y 42 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, y
IX. La Unidad de Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos, órgano técnico del Consejo General del Instituto Federal Electoral, para el
ejercicio de sus atribuciones legales, en los términos establecidos en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Las
autoridades electorales de las entidades federativas solicitarán y obtendrán la información que resulte necesaria también para el ejercicio de sus
Las autoridades mencionadas en las fracciones anteriores solicitarán las noticias o información a que se refiere este artículo en el ejercicio de sus
facultades y de conformidad con las disposiciones legales que les resulten aplicables.
Las solicitudes a que se refiere el tercer párrafo de este artículo deberán formularse con la debida fundamentación y motivación, por
conducto de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Los servidores públicos y las instituciones señalados en las fracciones I y VII, y la
unidad de fiscalización a que se refiere la fracción IX, podrán optar por solicitar a la autoridad judicial que expida la orden correspondiente, a efecto
de que la institución de crédito entregue la información requerida, siempre que dichos servidores o autoridades especifiquen la denominación de la
institución, el número de cuenta, el nombre del cuentahabiente o usuario y demás datos y elementos que permitan su identificación plena, de
Los empleados y funcionarios de las instituciones de crédito serán responsables, en los términos de las disposiciones aplicables, por violación del
secreto que se establece y las instituciones estarán obligadas en caso de revelación indebida del secreto, a reparar los daños y perjuicios que se
causen.
Lo anterior, en forma alguna afecta la obligación que tienen las instituciones de crédito de proporcionar a la Comisión Nacional Bancaria y de
Valores, toda clase de información y documentos que, en ejercicio de sus funciones de inspección y vigilancia, les solicite en relación con las
operaciones que celebren y los servicios que presten, así como tampoco la obligación de proporcionar la información que les sea solicitada por el
Banco de México, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario y la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios
Financieros, en los términos de las disposiciones legales aplicables.
Se entenderá que no existe violación al secreto propio de las operaciones a que se refiere la fracción XV del artículo 46 de esta Ley, en los casos en
que la Auditoría Superior de la Federación, con fundamento en la ley que norma su gestión, requiera la información a que se refiere el presente
artículo.
Los documentos y los datos que proporcionen las instituciones de crédito como consecuencia de las excepciones al primer párrafo del presente
artículo, sólo podrán ser utilizados en las actuaciones que correspondan en términos de ley y, respecto de aquéllos, se deberá observar la más
estricta confidencialidad, aun cuando el servidor público de que se trate se separe del servicio. Al servidor público que indebidamente quebrante la
reserva de las actuaciones, proporcione copia de las mismas o de los documentos con ellas relacionados, o que de cualquier otra forma revele
información en ellos contenida, quedará sujeto a las responsabilidades administrativas, civiles o penales correspondientes.
Las instituciones de crédito deberán dar contestación a los requerimientos que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores les formule en virtud de
las peticiones de las autoridades indicadas en este artículo, dentro de los plazos que la misma determine. La propia Comisión podrá sancionar a las
instituciones de crédito que no cumplan con los plazos y condiciones que se establezca, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 108 al
La Comisión emitirá disposiciones de carácter general en las que establezca los requisitos que deberán reunir las solicitudes o requerimientos de
información que formulen las autoridades a que se refieren las fracciones I a IX de este artículo, a efecto de que las instituciones de crédito
requeridas estén en aptitud de identificar, localizar y aportar las noticias o información solicitadas. ↑
II. Los procuradores generales de justicia de los Estados de la Federación y del Distrito Federal o subprocuradores, para la comprobación del
[…] ↑
1. El quince de agosto de dos mil nueve, el agente del Ministerio Público de Investigación de la Agencia BJ-3, Fiscalía Desconcentrada, Benito Juárez,
de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, dio inicio a la averiguación previa **********, en contra de quien resultara responsable
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 3, 9 bis, fracción V, 37, 122 y 124 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal; 1º y 2º, fracciones I y II, 3º, fracciones III y IV y 17 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal; 1º y 4,
fracción XXXVI de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; 117, fracción II, de la Ley de Instituciones de Crédito; y 36, fracciones I y II, del
Reglamento Interno de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la agente del Ministerio Público solicitó al Director General de Prevención de
Operaciones ilícitas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, girara órdenes a quien correspondiera, a efecto de que se le proporcionara
información de la cuenta bancaria de **********, con número ********** de **********. **********, para la integración de la averiguación previa
3. En respuesta a tal petición, mediante oficios ********** y **********, el Vicepresidente de la **********, indicó que de conformidad con lo previsto en el
artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, 15 del Reglamento Interior de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, remitió la información
solicitada y que envió el **********. (fojas 204 y 217 del tomo I de la causa penal).
†‘
37. Consideración que se apoya en lo sustentado en la tesis de jurisprudencia 1a./J. 56/2007, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXV, mayo de 2007, página 730, cuyo rubro es el que sigue: “REVISIÓN EN AMPARO
DIRECTO. SON INOPERANTES LOS AGRAVIOS QUE ADUZCAN CUESTIONES DE MERA LEGALIDAD”. ↑
38. El artículo 22, fracción III, del Código Penal para el Distrito Federal dice lo siguiente:
[…]
[…] ↑