La Sostenibilidad Del Sistema de Salud y El Mercado Farmacéutico
La Sostenibilidad Del Sistema de Salud y El Mercado Farmacéutico
La Sostenibilidad Del Sistema de Salud y El Mercado Farmacéutico
Introducción.
Ante la amenaza latente de futuras pandemias, este estudio tiene como objetivo analizar desde el
eje de los medicamentos la sostenibilidad del sistema sanitario, la cobertura, la eficiencia del
gasto y su vinculación al sistema de patentes farmacéuticas. En este marco, el sistema de
patentes farmacéuticas adquiere un papel determinante, dado que fomentar su existencia
estimula la producción de investigación pero, a su vez, su existencia no suscita un rápido
avance, debido al desarrollo legislativo protector que han tenido las patentes y que ha dado
lugar a un acomodamiento de la industria. Como la industria farmacéutica ha conseguido
extender la duración de patentes y evitar la incorporación de genéricos, se analiza la influencia
de las patentes farmacéuticas que ha dado lugar a reflexionar acerca de la posibilidad de
consorcial esfuerzos realizando alianzas entre varias empresas y el sector público para afrontar
los retos que plantean nuevas enfermedades producidas por virus que dan lugar a epidemias y
pandemias.
En definitiva, a mayor renta per cápita, mayor es la esperanza de vida de una sociedad.
Los trabajos de Whitehead, Dalhgren y Gilson demostraron que no solo la renta per cápita es
un parámetro que interviene en el nivel de salud de una sociedad, la desigualdad social también
es un determinante de la salud. Los sistemas de salud financiados por el Estado con impuestos
directos tienen más incidencia en el efecto re- distributivo y en el impacto sobre la desigualdad
vertical en favor de los más pobres.
Desde esta perspectiva, esta investigación tiene como objetivo analizar desde el eje de los
medicamentos la sostenibilidad del sistema sanitario, la cobertura, la eficiencia del gasto y su
vinculación al sistema de patentes farmacéuticas.
El problema, por tanto, es doble: por una parte, dada la evidencia, no parece existir un techo al
crecimiento del gasto y, por otra, si el objetivo del sistema es mejorar la salud de las personas,
cómo establecer criterios para controlar el gasto y, al mismo tiempo, mejorar la producción de
salud. Pero ¿por qué se ha gastado cada vez más en salud, si se obtienen rendimientos
marginales decrecientes? Existen dos teorías explicativas de la correlación entre la renta per
cápita y el gasto sanitario. La primera se basa en el capital salud, es decir, los incrementos en la
salud del trabajador aumentan su productividad y, por tanto, el costo de oportunidad de
enfermar.
La segunda es más sencilla: a mayor renta - país, mejores niveles educativos y sanitarios.
El problema de la sostenibilidad ha tenido hasta la fecha una doble vertiente. Por un lado, la
mejora de la sostenibilidad externa, que consiste no solo en encontrar la manera de frenar el
crecimiento, sino en cómo hacerlo sin ocasionar efectos negativos en la salud de las personas
Determinar cuán- tos recursos debe dedicar la sociedad como máximo a su sistema sanitario, o
expresado, en otros términos, cuál es el punto en que la productividad marginal del incremento del
gasto en salud iguala la utilidad marginal en términos de salud de una sociedad. Requiere establecer
una cartera básica de servicios y la decisión de fondo de decidir qué tipo de protección requiere cada
necesidad sanitaria. Por otro lado, la sostenibilidad interna, que requiere mejoras en la gobernanza del
sistema sanitario, la adecuada gestión de los recursos disponibles, el análisis costo-beneficio de las
innovaciones tecnológicas y de los incrementos del gasto y la superación de los fallos de eficiencia
inherentes al mercado sanitario.
Mercado farmacéutico.
Los mercados sanitarios presentan un fallo relacionado con las relaciones de agencia, producido por la
enorme asimetría de información entre el paciente y el médico que de- termina la demanda concreta de
servicios e intervenciones. Los roles quedan disociados creando un complejo sistema de intereses
desalineados: el que paga, que es el contribuyente a través del Estado, no decide; el consumidor
(paciente) no hace frente al costo del servicio; y el que decide (médico) ni paga ni consume.
La falta de alineamiento tiene como consecuencia la presión del paciente para que sea atendida la
“necesidad sentida” que no siempre coincide con la “necesidad normativa” que viene definida por el
facultativo. junto a los beneficios del médico al facturar por acto o sencillamente al intentar que la
necesidad sentida sea atendida y mejorar su prestigio ante el paciente, generan una alianza frente al
asegurador-pagador que es el Estado, para el cual es muy difícil controlar el volumen de gasto
procedente de millones de micro decisiones diagnósticas y terapéuticas. La consecuencia es la
conocida alianza contra el pagador, es decir, el médico de- sea más tecnología aunque sea posible que
los medicamentos o las intervenciones sean enormemente costosos– y el paciente busca transformar la
necesidad sentida en “necesidad atendida”, produciéndose lo que se ha denominado la medicalización
del malestar e incluso el disease mongering o promoción de enfermedades, que refiere a cuando los
profesionales y la industria hacen que crezca la demanda de fármacos, aparatos o suplementos
nutricionales contra enfermedades inofensivas y las campañas de publicidad intentan medicalizar
cualquier malestar. Las enfermedades poco prevalentes y ra- ras pueden provocar la muerte
prematura o una gran morbilidad, pero generar fármacos no ha tenido grandes incentivos para la
industria, precisamente por su baja incidencia. La producción de medicamentos requiere el apoyo de
la administración, hasta la fecha se han materializado, sobre todo, en ayudas a la investigación,
simplificación de los procesos de aprobación o exclusividad en el mercado.
La industria farmacéutica, como oferta en el mercado de inputs, está más regulada que otros
sectores productivos porque se trata de un mercado estratégico con diversas especialidades.
Desde el punto de vista de la demanda, las ineficiencias vienen dadas por: a) el comprador, el
pagador y el consumidor, que son personas diferentes, lo que provoca la desalineación de
intereses, como ya se ha indicado anteriormente. b) La información, que es asimétrica, lo que
genera relaciones de agencia. El consumidor no tiene conocimiento como para determinar si la
prescripción del facultativo es adecuada. Es una debilidad de los copagos a los fármacos, el
consumidor no es dueño de la decisión, por tanto, su demanda es rígida respecto al precio dada
una prescripción médica. La consecuencia es que los copagos solo tienen efectos en determina-
dos niveles de renta, de manera que determinados enfermos con necesidad normativa podrían
quedarse sin acceso al medicamento.
Patentes farmacéuticas.
Parra Cervantes establece una clasificación de las patentes de un principio activo en seis
tipologías:
a. Patente de molécula: Es la más importante y se encarga de proteger un compuesto
químico.
En este sentido, hay dos prácticas que están en la zona sensible del derecho antitrust europeo en
el sector farmacéutico. Por una parte, se entenderá prohibida una práctica cuando se den tres
presupuestos materiales: 1) que exista posición dominante, 2) se abuse de ella, o 3) afecte al
comercio entre Estados miembros. Por otra, las estrategias para retrasar la entrada de los
medicamentos genéricos, como la obtención de patentes secundarias que se obtienen sobre
diferentes dosificaciones, proceso de producción o fórmulas farmacéuticas concretas en las que
se trata de solicitar patente sobre pequeños cambios respecto a un fármaco rentable, del que no
hay nuevos productos de reemplazo. Estas técnicas, conocidas como blanketing, si se refiere a
patentar procedimientos, flooding, si son patentes respecto al mismo producto, y fencing, si
bloquea líneas de investigación en torno al producto, producen tres efectos:
1. Eleva los gastos administrativos y aumenta los litigios para hacer valer las patentes, por
lo tanto, encarece los productos. El in- forme de la Comisión Europea(29) destaca que entre
2000 y 2007 el número de litigios se cuadriplicó, aunque las empresas de genéricos ganaron el
62% de los casos.
Encontrar un nuevo medicamento que cure o palie los efectos de la enfermedad no es una tarea
sencilla. Las empresas de la industria realizan numerosos ensayos, inversiones y esfuerzos hasta
que obtienen éxito en un nuevo principio activo. Para incentivar la búsqueda de nuevos
fármacos que mejoren los niveles de salud y bienestar de la sociedad, se conceden patentes
durante 20 años. Los antecedentes de la regulación de las patentes se remontan a mediados del
siglo XIX y han transcurrido por caminos paralelos en los diferentes países. Los hitos más
relevantes:
1844. Francia, que admitía la patente de producto para las sustancias químicas, fue la
primera potencia en prohibir la patente de producto en la industria farmacéutica con la ley
dictada el 5 de julio.
1877. La primera ley unitaria en Alemania solo protegía los procesos de producción.
1919. El sistema de patentes británico decide proteger mediante patente los procesos
específicos de elaboración de sustancias químicas frente a la protección de las propias
sustancias que estaba establecido con anterioridad. Al tiempo, debilita la patente farmacéutica
con la regulación de licencias obligatorias. Hasta 1949 (Patents Act 1949) y 1977 (Patents Act
1977), no se restablece la situación anterior.
1975. Patente de las Comunidades Euro- peas. A diferencia de la anterior, se regula por
el Convenio de Luxemburgo del 15 de diciembre de 1975 (Luxembourg Con- ference on the
Community Patent). Establece una patente única e indivisible en base al principio de libre
circulación de factores(34).
2) Incentivar la transferencia de tecnología a partir del estudio del descubrimiento pa- tentado,
en el que la patente representa una protección durante su duración del derecho patrimonial de la
invención, pero también el punto de partida del avance científico una vez que expira; y
Disposiciones comunitarias.
Por lo tanto, el problema, lejos de resolverse, permanece abierto y se plantea qué relación debe
existir entre la autoridad sanitaria y la industria.
Hasta el momento, las propuestas para favorecer que nuevos fármacos vean la luz se focalizan
en cinco ejes:
1. Nuevos modelos de pago por valor.
Discusión y Conclusiones.
Siendo las patentes un elemento valioso desde el punto de vista económico para hacer sostenible
el gasto y disminuir la enfermedad, se observa la inversión de patentes como positiva. La
patente es una inversión que puede ser financiada por el sector privado, por el sector público o
por un sistema mixto, pero además puede ser de naturaleza nacional o internacional, con
objetivos claros, definición de tareas y distribución del gasto, atendiendo al concepto de
expansión de epidemia o pandemia y perdurabilidad en el tiempo con las modificaciones
pertinentes. Esto exige necesariamente fuertes financiaciones que deben considerarse como
inversión, más que como gasto.
Respecto a las acciones que realizan los distintos países para estimular la investigación y
contener el gasto, se observa que en Centroamérica las patentes son elementos minoritarios,
dando lugar a que en materia de innovación farmacéutica sean dependientes de terceros.
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