Obtiene Resolucion
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Expediente: 2011-24133-49-AAC
Departamento: Santa Cruz
En el proceso penal seguido a instancia de Edelmira Laya Fernández Callejas, contra sus personas,
por la presunta comisión de los delitos de despojo, tramitado en el Juzgado Segundo de Partido de
Sentencia Penal de Montero, habrían sido citados irregularmente con la querella presentada, toda
vez que el Juez de la causa mediante decreto de 12 de febrero de 2011, incumplió lo dispuesto por el
art. 123 del Código de Procedimiento Penal (CPP), al no señalar los medios de defensa y plazos que
tenían para asumir la misma.
Que ante ésta arbitrariedad, plantearon incidente de nulidad por defecto absoluto, impugnando el
decreto antes referido; incidente tramitado y rechazado por Auto Interlocutorio de 2 de marzo de
2011; razón por la cual interpusieron apelación incidental contra dicha resolución; sin embargo, el
Juez demandado de forma ilegal por Auto de Vista de 25 de marzo del referido año, rechazó in
limine la apelación planteada, bajo el argumento de carecer de fundamento y no encontrarse dentro
de las previsiones establecidas en el art. 403 del CPP.
Los accionantes señalaron como vulnerados sus derechos al debido proceso, a la defensa, a la
“seguridad jurídica” y a la igualdad jurídica, citando al efecto los arts. 115.II, 178 y 180.I de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Los accionantes solicitaron que se proceda “anulando el proceso que por el supuesto delito de
despojo se nos atribuye, sea hasta el vicio más antiguo por defectos absolutos y se nos conceda
tutela judicial efectiva” (sic).
Instalada la audiencia pública el 17 de agosto de 2011, según consta en el acta cursante de fs. 49 a
60 vta., se produjeron los siguientes actuados.
En uso de la réplica indicó que se han vulnerado derechos y garantías constitucionales por parte del
Juez demandado, por lo que, se debe conceder la tutela solicitada y anular obrados hasta el vicio
más antiguo.
Víctor Hugo Rojas Sánchez no presentó informe; sin embargo, en audiencia manifestó que: Dictó el
decreto de fecha 12 de febrero de 2011, cumpliendo con lo previsto en la “SC 0279/2007-R” (sic),
además de lo establecido en el procedimiento y conforme a sus facultades, resolvió el incidente
planteado, sin embargo la parte accionante no interpuso los recursos permitidos por ley, por lo que
solicitó se deniegue la acción.
I.2.3. Resolución
El Juez de Partido y Sentencia Penal de Portachuelo en suplencia legal de su similar de Montero del
Distrito Judicial -ahora departamento- de Santa Cruz, constituido en Juez de garantías, pronunció la
Resolución 6 de 17 de agosto de 2011, cursante de fs. 61 a 62 vta., la misma que concedió la tutela
solicitada, disponiendo la nulidad del Auto de 25 de marzo de 2011, a objeto de que la autoridad
demandada otorgue el trámite procesal previsto en los arts. “296.4” y 399 del CPP; de acuerdo a los
siguientes fundamentos: a) Ante la resolución de 12 de marzo de 2011, dictada por el Juzgado
Segundo de Partido de Sentencia Penal de Montero, los ahora accionantes plantearon incidente de
nulidad, mismo que fue rechazado, razón por la cual interpusieron apelación incidental; sin
embargo, la autoridad demanda rechazó in limine dicho recurso; b) La acción de amparo
constitucional debe observar el principio de subsidiariedad y solamente puede ser planteada
después de agotar todos los recurso facultados por ley; principio que para el presente caso se ha
cumplido; c) La Constitución Política del Estado en su artículo “182.II” garantiza el derecho a la
impugnación, por lo que la autoridad demanda al emitir el Auto de 25 de marzo de 2011, que
rechazó in limine la apelación incidental, ha vulnerado la norma prevista en el art. 399 del CPP, que
establece que es el tribunal de alzada la instancia que tiene la facultad de rechazar sin tramite una
apelación; situación por la cual se ha atentado contra la garantía al debido proceso, la seguridad
jurídica, los derechos a la impugnación y a la defensa.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones siguientes:
II.1. Cursa la querella penal presentada el 12 de febrero de 2011, interpuesta por Edelmira Laya
Fernández Callejas contra Romelio Salas Cuellar y Seferina Salas Sosa, por la presunta comisión de
los delitos de despojo, calumnia e injurias (fs. 12 a 13 vta.).
II.2. El Juez Segundo de Partido y Sentencia Penal de Montero, por decreto de 12 de febrero de
2011, dispuso: “con carácter previo a fines del art. 291 del procedimiento penal poner a
conocimiento de la parte acusada la querella que antecede, luego se proveerá de acuerdo a ley” (sic)
(fs. 13 y vta.).
II.3. Los accionantes por memorial de 16 de febrero de 2011, interpusieron incidente de nulidad
por defecto absoluto, impugnando el decreto de 12 de febrero de 2011 (fs. 15 vta.).
II.4. Edelmira Laya Fernandez Callejas, por memorial de 1 de marzo de 2011, respondió el
incidente planteado y solicitó su rechazo (fs. 19 y vta.).
II.5. Por Auto 4 de 2 de marzo de 2011, el Juez demandado, dispuso rechazar in limine el
incidente planteado, admitió la querella interpuesta, convocó a audiencia conciliatoria y además
advirtió a los imputados, ahora accionantes, su derecho al recurso de reposición, dentro de las
veinticuatro horas (fs. 20).
II.6. Mediante memorial presentado el 12 de marzo de 2011, Romelio Salas Cuellar y Seferina
Salas Sosa, interpusieron apelación incidental, impugnando el Auto 4 de 2 de marzo de 2011 (fs. 25 y
vta.).
II.7. Edelmira Laya Fernández Callejas, por memorial de 23 marzo de 2011, respondió el recurso
incidental planteado y solicitó su rechazo (fs. 27 y vta.).
II.8. Por Auto de 25 de marzo de 2011, la autoridad demandada, dispuso rechazar in limine la
apelación incidental planteada, bajo el argumento de carecer de fundamentos y no estar dentro de
las previsiones del art. 403 del CPP (fs. 28).
Sobre los elementos que componen al debido proceso, toda vez que no es contrario al orden
constitucional vigente, este Tribunal asume el entendimiento expresado en la SC 0531/2011-R de 25
de abril, que de forma enunciativa establece como elementos esenciales de este derecho, entre
otros, al '…derecho a un proceso público; derecho al juez natural; derecho a la igualdad procesal de
las partes; derecho a no declarar contra sí mismo; garantía de presunción de inocencia; derecho a la
comunicación previa de la acusación; derecho a la defensa material y técnica; concesión al inculpado
del tiempo y los medios para su defensa; derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas; derecho a la
congruencia entre acusación y condena; el principio del non bis in idem; derecho a la valoración
razonable de la prueba; derecho a la motivación y congruencia de las decisiones'”.
El Código de Procedimiento Penal, prevé un procedimiento especial para los delitos de acción
privada, que en relación a la presentación de la querella, dispone lo siguiente:
“Artículo 375º.- (Acusación particular). Quien pretenda acusar por un delito de acción privada,
deberá presentar su acusación ante el juez de sentencia por sí o mediante apoderado especial,
conforme a lo previsto en este Código.
Cuando el querellante necesite de la realización de un acto preparatorio para la presentación de su
querella, solicitará al juez que ordene a la autoridad competente su realización.
Artículo 376º.- (Desestimación). La querella será desestimada por auto fundamentado cuando:
En el caso contemplado en el numeral 3), el querellante podrá repetir la querella por una sola vez,
corrigiendo sus defectos, con mención de la desestimación anterior.
Si en esta oportunidad o en cualquier estado posterior del juicio, las partes se concilian, se declarará
extinguida la acción y las costas se impondrán en el orden causado, salvo acuerdo de partes”.
Si la desestimación se fundase en los incs. 1) y 2) del art. 376, la resolución será notificada al
querellante a efectos que pueda hacer uso del art. 403 inc.4, si considera pertinente.
En caso que el juez de sentencia, decida por la admisión de la querella y acusación, deberá hacerlo
igualmente mediante auto fundamentado y en el cual dispondrá la citación al querellado, conforme
lo dispuesto por el art. 163 del CPP, a efectos del art. 291 del mismo Código, que le faculta al
querellado objetar la admisibilidad de la querella; vencido el plazo previsto en el mencionado
artículo y en caso de no objetarse la misma o en su defecto posterior a la resolución de la objeción,
se deberá recién convocar a una audiencia de conciliación, dentro de los diez días siguientes, una vez
se encuentre firme la resolución antes referida.
Planteada la excepción o el incidente, el Juez o Tribunal la correrá en traslado a las otras partes para
que, dentro de los tres días siguientes a su notificación, contesten y ofrezcan prueba'.
Con relación a su resolución el art. 315 del citado Código prevé: “Si la excepción o el incidente es de
puro derecho, o si no se ha ofrecido o dispuesto la producción de prueba, el juez o tribunal, sin más
trámite, dictará la resolución fundamentada dentro de los tres días siguientes de vencido el plazo
previsto en el artículo anterior.
Si se ha dispuesto la producción de prueba se convocará dentro de los cinco días, a una audiencia
oral para su recepción y, en la misma, se resolverá la excepción o el incidente de manera
fundamentada.
El rechazo de las excepciones y de los incidentes impedirá que sean planteados nuevamente por los
mismos motivos”.
1) La intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a su participación en los actos en que
ella sea obligatoria;
2) La intervención, asistencia y representación del imputado, en los casos y formas que este Código
establece;
Sin embargo, como todos los derechos, el de recurrir está sujeto a las normas generales que lo rigen,
entre ellos la oportunidad o el plazo, el contenido o expresión de agravios y la forma en que deban
formularse. En cuanto a la apelación incidental se la debe presentar y tramitar en sujeción a las
previsiones de los arts. 404 a 406 del CPP, deduciéndose la imposibilidad de plantearla directamente
dentro del juicio oral, cuyo objeto la averiguación de los hechos, no permite su sustanciación
durante la celebración del mismo, correspondiendo en su caso hacer reserva de apelación
restringida, conforme tiene anotada la jurisprudencia constitucional, entre otras la SC 0522/2005-R,
que al respecto precisa: «Consecuentemente, la corrección de la actividad procesal defectuosa
dentro de los procesos penales puede hacérsela por la vía incidental ante el juez cautelar en la etapa
preparatoria o ante el Juez o Tribunal de Sentencia en el juicio oral, y, en su caso, a través del
recurso de apelación restringida»”.
La SCP 1047/2012 de 5 de septiembre, refirió lo siguiente: “El Juez o Tribunal de garantías, debe
enmarcar su proceder impartiendo justicia conforme ordena la Constitución Política del Estado y las
normas positivas, así refirió la SC 1314/2011-R de 26 de septiembre, a través de la SC 1058/2003- R
de 29 de julio, imperativamente, estableció: '«…la audiencia pública es un acto ineludible en la
tramitación del recurso de amparo, de modo que ningún juez o tribunal que conozca este recurso
podrá omitirla, esto porque dicho acto tiene fundamentalmente el objetivo de recibir el informe o
los antecedentes del caso que pueda presentar la autoridad o particular recurrido, lo que
implícitamente, garantiza el ejercicio efectivo de su derecho a la defensa, el mismo que quedaría
suprimido para el caso de no celebrarse la audiencia pública, dado que es en ésta donde será
escuchada la parte recurrida por el Tribunal o Juez del Recurso: (…) también es de vital importancia
para el recurrente, puesto que en dicho acto podrá rebatir los argumentos y alegatos de la parte
recurrida como desvirtuar las pruebas de descargo, de manera que cuando no se realiza tal acto, se
está negando el derecho de acceder a la justicia conforme estipula la Constitución y la Ley»'.
En este entendido las servidoras y servidores públicos, deben adecuar sus procedimientos y
efectivizar que sean sencillos y breves, en aplicación del principio pro actione: '…primero
señalaremos la adopción dentro del bloque de constitucionalidad por parte del Estado boliviano, de
los Tratados y Convenios Internacionales en materia de Derechos Humanos y las normas de Derecho
Comunitario, ratificados por el país, expresados así en el art. 410.II del texto constitucional.
En este sentido, debemos señalar que el principio pro actione, se encuentra establecido en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo art. 8 señala: «Toda persona tiene derecho a
un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o la ley». La Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre cuyo art. 18 establece: «Toda persona puede
recurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos. Asimismo, debe disponer de un
procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra actos de la autoridad que
violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente».
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos del cual, el art. 23 señala: «…Cada uno de los
Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que: a) Toda persona cuyos
derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podrá interponer un
recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en
ejercicio de sus funciones oficiales; b) La autoridad competente, judicial, administrativa o legislativa,
o cualquier otra autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado, decidirá sobre los
derechos de toda persona que interponga tal recurso y desarrollará las posibilidades del recurso
judicial; c) Las autoridades competentes cumplirán toda decisión en que se haya estimado
procedente el recurso»; y, la Convención Americana sobre Derechos Humanos que en su art. 25
señala: «1.- Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun
cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en el ejercicio de sus funciones oficiales.
2.- Los Estados Partes se comprometen: a) A garantizar que la autoridad competente prevista por el
sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso. b)
A desarrollar las posibilidades del recurso judicial, y c) A garantizar el cumplimiento, por las
autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso».
De esta forma, el principio pro actione se constituye como es deber de interpretar las normas
procesales en el sentido más favorable a la admisibilidad de la acción, lo que también evita
pronunciamiento de inadmisibilidad por defectos que puedan ser subsanados sin dar la oportunidad
de hacerlo, prohibiendo asimismo la discriminación al acceso de la justicia de cualquier persona y
brindar una justicia pronta y oportuna, sin dilaciones.
Así, el constituyente boliviano, incluyó de manera acertada dicho principio dentro del texto
constitucional, de esta manera, la Constitución Política del Estado, en su art 14.III señala: «El Estado
garantiza a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio de
los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados internacionales de derechos
humanos» de igual forma, el 14.V establece: «Las leyes bolivianas se aplican a todas las personas,
naturales o jurídicas, bolivianas o extranjeras, en el territorio boliviano»; dichos artículos se
encuentran vinculados y concordantes con el art. 115 del texto constitucional que indica: «I. Toda
persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos. II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a
una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones»' (SC 0501/2011-R de 25
de abril)”.
De la compulsa de antecedentes se evidencia que en el presente caso, los accionantes, ante la ilegal
notificación practicada con la querella interpuesta contra sus personas por Edelmira Laya Fernández
Callejas, por la presunta comisión de los delitos de despojo, calumnia e injurias, plantearon incidente
de nulidad por defecto absoluto, que fue tramitado y resuelto a través de Auto 4 de 2 de marzo de
2011; Resolución dictada sin base legal alguna, pues se rechazó in limine el incidente interpuesto,
contraviniendo lo dispuesto por el art. 315 del CPP, que establece que éstos deben ser resueltos de
manera fundamentada, mucho más cuando han sido tramitados conforme al art. 314 de la citada
norma; aspecto que el juzgador no observó, quien al contrario y de forma inexplicable, rechazó in
limine el mismo y además con costas; por otro lado y en la misma resolución, admitió la querella y
convocó a audiencia conciliatoria, cuando ésta admisión no podía hacérsela a través del referido
Auto, que tenía un objeto distinto cual era la resolución del incidente planteado; además de ello,
advirtió a los imputados de su derecho a hacer uso del recurso de reposición; induciendo en error a
los ahora accionantes, dado que el art. 401 del CPP, sólo faculta su uso contra providencias de mero
trámite. En este sentido, el Auto pronunciado, entremezcló el procedimiento a seguir ante la
presentación de la querella en delitos de acción privada, que fue glosado en el Fundamento Jurídico
III.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
Ahora bien, ante ésta Resolución, los querellados -ahora accionantes-, plantearon el recurso de
apelación incidental, mismo que fue corrido en traslado y resuelto por Auto de 25 de marzo de 2011,
determinación por cual el Juez demandado, de forma recurrente, inobservó nuevamente el
procedimiento al rechazar la apelación interpuesta, bajo el argumento de que la misma carecía de
fundamentos y no se encontraba dentro de las previsiones del art. 403 del CPP; decisión
absolutamente arbitraria, toda vez, que la autoridad demandada se arrogó atribuciones que no le
correspondían e inobservó flagrantemente los arts. 404 y 405 del CPP, que son claros al señalar que
la apelación incidental debe ser presentada ante el mismo tribunal y elevada ante la Corte Superior
de Justicia, a efectos que ésta pueda conocer y resolver la apelación interpuesta, mucho más ahora,
si conforme al Fundamento Jurídico III.4 de éste fallo, la resolución de incidentes son recurribles
pese a no estar descritos en el art. 403 del mencionado Código; en éste entendido, dicha autoridad
vulneró el debido proceso, por cuanto les privó a los accionantes la posibilidad de que un tribunal
superior pueda revisar y en su caso revocar la resolución dictada, la cual por las puntualizaciones
hechas se encontraría plagada de vicios procesales.
Finalmente, corresponde indicar que si bien es cierto que los accionantes denunciaron como
vulneratorio el Auto de 25 de marzo de 2011, no es menos evidente que en su petitorio solicitaron
se anule el proceso hasta el vicio más antiguo, solicitud no atendible por la precisión del petitum que
debe observar la acción de amparo constitucional; sin embargo, a pesar de ésta falencia, en
aplicación al principio pro actione y conforme lo expresado en la presente acción, corroborado con
la documentación cursante en el proceso, corresponde otorgar la tutela solicitada sólo en cuanto al
Auto de 25 de marzo de 2011, toda vez que dictada una nueva resolución, en grado de revisión, el
Tribunal de alzada debe pronunciarse sobre los vicios procesales expuestos por los accionantes,
conforme a los razonamientos desarrollados en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
POR TANTO