1 Descartes-Teorya

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I.E.S.

Condesa Eylo Alfonso


Departamento de Filosofía
Miguel A. Cuadrado

René Descartes: Según la opinión más extendida entre la


mayoría de filósofos e historiadores de la filosofía, se tiende a
considerar a Descartes como el iniciador de la filosofía
moderna. Pese a que su actividad se desarrolla en un contexto de
innovación y descubrimientos en el que intervienen muchos otros
filósofos con importantes aportaciones, su afirmación del valor
de la razón, anclada en el descubrimiento de la subjetividad,
abrirá el camino a la filosofía moderna.

David Hume: Junto con el racionalismo, que se desarrolla en la


Europa continental, el empirismo es la otra gran corriente
filosófica de la modernidad, que se desarrollará en Gran Bretaña
en los siglos XVII y XVIII. David Hume es uno de sus más
representativos portavoces, alcanzando un reconocido prestigio al
llevar al empirismo, mediante la crítica de la metafísica, a sus
últimas consecuencias.

Inmanuel Kant: La filosofía kantiana, llamada por su autor


Idealismo Trascendental y conocida entre nosotros también
como filosofía crítica o "criticismo", se desarrolla a partir de una
nueva solución del problema del conocimiento según la cual los
elementos formales y los elementos materiales del conocimiento
han de colaborar para que éste pueda darse, pretendiendo, de este
modo, superar las limitaciones del empirismo y del racionalismo.

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Miguel A. Cuadrado

III. FILOSOFÍA MODERNA

Tema 5. RENÉ DESCARTES.


Nació en La Haye (Francia) en el año 1596 – murió en Estocolmo (Suecia) en el
año 1650. “Cartesius”.

A. INTRODUCCIÓN AL RACIONALISMO COMO PENSAMIENTO QUE


ABRE LAS PUERTAS DE LA MODERNIDAD.

Descartes y la racionalidad moderna.

La época que le tocó vivir a Descartes coincide con el desarrollo de la modernidad,


la cual se desarrolla en continuidad con los momentos precedentes: desde que se inicia
en el siglo XIV con la crisis de la Escolástica, hasta la aparición con Descartes de la
filosofía moderna, han transcurrido 300 años. Durante este periodo se aprecian claros
síntomas de una crisis profunda, que va minando paulatinamente el edificio hasta
entonces intocable de la filosofía escolástica, y abriendo el camino hacia el pensamiento
moderno.

Entre los factores que influyen en la aparición de la modernidad, destacaremos:

1º. Ya en el siglo XIV, Guillermo de Ockham jugó un papel central, separando


la razón y la fe, a la vez que establecía la intuición y la experiencia como nuevo
método de ciencia (“via modernorum”) frente al silogismo aristotélico.
2º. Copérnico, en el siglo XIV y Kepler en el siglo XVI, sustituyeron el
geocentrismo por el heliocentrismo.
3º. Galileo con su método hipotético-deductivo de inspiración matemática y
Newton con su método analítico, traen consigo una nueva concepción de la
ciencia que venia a sustituir el razonamiento silogístico de Aristóteles.
Esta reacción contra la filosofía escolástica respecto a la ciencia, fue
también manifiesta en los grandes humanistas del Renacimiento: Tomás
Moro, Erasmo de Rótterdam, Luis Vives, Miguel de la Montaigne, los cuales
intentaron superar la escolástica mediante la filosofía platónico-aristotélica.
4º. En el Renacimiento el teocentrismo medieval es sustituido por el
antropocentrismo. El humanismo renacentista defiende que el hombre es bueno
por naturaleza. Esta concepción optimista del hombre la hará suya J.J. Rousseau
en la Ilustración.
Otra fuerza que opera en el Renacimiento es la Reforma Protestante de
Lutero, cuya tesis fundamental es la maldad radical del hombre, porque su
naturaleza se encuentra corrompida por el pecado original. Esta visión pesimista
del hombre la retomará T. Hobbes al afirmar “homo homini lupus”.
5º. El escepticismo radical representado por Miguel de la Montaigne, que
supone el rechazo de toda verdad universal, porque no podemos conocer nada
con certeza y la postura más coherente es la duda. Frente a él, Descartes tomará
la duda universal y metódica como punto de partida para erradicar todos los
errores o prejuicios debidos a nuestras inclinaciones naturales o a una educación
acrítica. Pero la duda cartesiana no es escéptica: partir de la duda y
terminar en la duda, sino metódica: partir de la duda para alcanzar la
verdad.

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¿Qué es el racionalismo?

René Descartes es el iniciador de uno de los dos grandes movimientos filosóficos que se
originan en la edad moderna: el racionalismo y el empirismo. Descartes será el
fundador del racionalismo francés, abriendo con él las puertas de la filosofía
moderna.
Se designa en Historia de la Filosofía con la denominación de racionalismo a un
movimiento filosófico que se desarrolla a lo largo del siglo XVII en el continente
europeo y cuyos principales representantes son R. Descartes, B. Spinoza, G.G.
Leibniz y N. Malebranche.

Las tesis fundamentales que defiende el racionalismo son:

1. Exaltación de la razón humana como facultad cognoscitiva y, en


consecuencia, confianza en el conocimiento racional.
2. Menosprecio o rechazo subsiguiente del conocimiento sensible . Todo
conocimiento procedente de los sentidos, de la experiencia sensible, es
sospechoso al menos y, con frecuencia, claramente falso: “si los sentidos me
engañan una vez, me pueden engañar siempre”, dirá Descartes.
3. La afirmación de la existencia de ideas innatas , es decir, de ideas que
surgen en la mente humana con independencia de la experiencia sensible,
porque se encuentran en el interior de la razón. Precisamente las ideas más
importantes serán de ese tipo en el racionalismo.
4. Seducción por el método matemático . La aspiración a crear una ciencia
universal, una filosofía universal válida para todo ser racional. Este
anhelo de una mathesis universales será la más bella, aunque fallida,
aspiración de los racionalistas. Admiraban la matemática porque esta
ciencia se presentaba a los pensadores racionalistas como el arquetipo de
la sabiduría humana. Era una ciencia segura, exacta, progresiva y
universalmente válida; no hay que olvidar que muchos de los racionalistas
fueron grandes matemáticos como Descartes (geometría analítica), Leibniz
(cálculo infinitesimal). De ahí el deseo de los pensadores racionalistas de
edificar una filosofía con una estructura similar a la Matemática.
5. Correspondencia entre el orden del pensamiento y el de la realidad :
hemos dicho que la razón llega a sus conocimientos partiendo de sí misma y si
relacionarse con ninguna realidad externa, en este caso ¿cómo saber si
acertamos o no a conocer los objetos reales? Como dice Spinoza: “el orden y
conexión de las ideas es el mimo que el orden y conexión de la realidad”. Es
decir, que cuando razonamos correctamente las ideas que surgen en nuestra
mente se corresponden perfectamente con la realidad extramental, con las
cosas tal y como son en sí.
6. Recurso a Dios: ahora bien, ¿quién garantiza la correspondencia señalada
entre el orden del pensamiento y el de la realidad? Dios. Dios que es bueno y
veraz no puede permitir que cuando razonamos bien, nos equivoquemos.
Así pues, en último término Dios constituye la garantía de nuestro
conocimiento.

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B. BIOGRAFÍA DE RENÉ DESCARTES.

René Descartes (1596-1650) nace en la Haye (Turena, Francia). Entre 1606 y 1614
estudia en el famoso colegio de la Flèche regentado por jesuitas. En 1616 obtiene la
licenciatura en Derecho.
Pero Descartes queda decepcionado de la enseñanza recibida; la filosofía aprendida- a
base de resúmenes y comentarios de las obras de Aristóteles- le deja un mal sabor de
boca: “no hay en ella cosa alguna que no sea objeto de disputa y que, por tanto, no
sea dudosa”. Sólo encuentra satisfacción en
las matemáticas “por la certeza y evidencia
de sus razonamientos”. En consecuencia,
Descartes toma esta decisión: “abandoné
completamente el estudio de las letras y,
resolví no buscar otra ciencia que pudiera
hallar en mí mismo, o bien en el gran libro
del mundo”. Entonces comienza una época
de viajes, dedicándose a: “rodar por el
mundo, procurando ser más bien
espectador que actor en las comedias que
en él se representan”.
De 1629 a 1649 permaneció en los Países
Bajos. Éste último año se traslada a
Estocolmo invitado por la reina Cristina de
Suecia. Allí muere poco después, el 11 de
febrero de 1650.

Sus obras más significativas son Reglas para la dirección del espíritu, Discurso del
método, Meditaciones metafísicas y Principios de la filosofía.

C. DESARROLLO DE SU PENSAMIENTO:

1. EL PROYECTO FILOSÓFICO DE DESCARTES

Punto de partida: Es una actitud crítica y de ruptura con todo el saber del
pasado (escolástica) para poder así orientar sus inquietudes hacia la ciencia del
momento, especialmente las matemáticas, las únicas que le convencen por su
rigor, exactitud y progreso. Si en la filosofía hasta ahora todo ha sido objeto de
disputa con continuos avances y retrocesos, en la matemática no cabe el pluralismo.
En este sentido la matemática se va a convertir en modelo de saber.
La causa del fracaso de la filosofía anterior , no está en la incapacidad de la razón,
sino en la utilización de un método adecuado. La razón, buen sentido o “bona
mens” es la cosa mejor repartida del mundo y a todos nos hace iguales. La
diferencia en cuanto al saber depende del uso y aplicación que hagamos de ella,
dirigiéndola bien mediante un método adecuado; de ahí la preocupación y a veces
obsesión de Descartes por encontrar y aplicar un método adecuado.
En conclusión: el proyecto o aspiración cartesiana es construir una filosofía
tomando como modelo a la matemática (mathesis universal)) que sea válida para
todo ser racional, es decir, reconstruir el saber sobre cimientos sólidos y desde sus
raíces. Por eso con Descartes comienza la filosofía moderna.

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2. EL MÉTODO.

2.1. La matemática como modelo de saber.

A las vista de las contradicciones que encuentra en las opiniones generalmente


admitidas. Descartes decide buscar su propia manera de aplicar el método deductivo, ya
que no le satisface el uso que de éste hacen los lógicos y los matemáticos. Ya F. Bacon
había acusado al método silogístico de Aristóteles de valer únicamente para exponer las
verdades ya conocidas, pero no para descubrir nuevas verdades y ampliar el
conocimiento. Se trata, pues, de encontrar un método de descubrimiento. Y el
modelo de este método se encuentra en el método matemático. Los racionalistas,
pues, quieren proceder del mismo modo que los matemáticos (more geométrico), de tal
manera que el sistema filosófico construido posea la misma evidencia y necesidad que
un sistema matemático. El modelo perfecto es, para ellos, los principios de geometría de
Euclides:

a) Búsqueda de una o varias verdades evidentes, indubitables (construidas a


priori por la razón), cuya negación implique contradicción; se trata de las
naturalezas simples (los axiomas).
b) Establecimiento de un conjunto de reglas de deducción seguras, ciertas y
eficaces, que nos permitan, partiendo de los axiomas, demostrar rigurosamente
otras verdades.
La filosofía de Descartes es, pues, una filosofía metódica: según Descartes el
entendimiento o la razón (“bona mens”), por ser patrimonio de todos los seres
humanos, lo poseen todas las personas, de tal modo que los errores no suelen deberse a
la carencia de capacidades intelectuales, sino a la falta de un método adecuado: “no
basta con tener buen ingenio, lo principal es aplicarlo bien”. Descartes entiende por
mètodo un conjunto de: “reglas ciertas y fáciles de tal forma que el que las observe
atentamente no tomará nunca lo falso por lo verdadero”.

2.2. La intuición y la deducción.

Dos son para Descartes esos mecanismos mentales o procesos de conocimiento


racional: la intuición y la deducción:
 La intuición es una especie de “luz natural” que permite que la razón capte
inmediatamente verdades evidentes (naturalezas simples o axiomas) sin que
haya posibilidad de duda o error.
 La deducción es con la que alcanzamos aquellas verdades que, sin ser
inmediatamente evidentes, presentan una evidencia mediata, gracias a que
llegamos a ellas partiendo de los axiomas a través de pasos sucesivos que son
evidentes.
Armado de este método, que tan fecundo se ha mostrado en las matemáticas,
Descartes intentará edificar una filosofía a modo de una ciencia universal que
pueda elevar nuestra naturaleza a su más alto grado de perfección.
La descripción del método es sencilla, consiste en partir de una primera verdad de
absoluta evidencia de la cual se deriven sucesivamente otras verdades, de tal manera
que cada una de ellas se apoye en la anterior, constituyéndose así un encadenado de
verdades.

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2.3. Las cuatro reglas del método.

Descartes establece cuatro principios o reglas fundamentales para pasar con seguridad
de unas verdades a otras y verificar así los pasos sucesivos que se dan en una deducción.
La primera regla se refiere a la intuición y las tres restantes a la deducción. Para
entenderlas mejor vamos a aplicar las reglas del método cartesiano a la resolución del
siguiente problema: ¿Es cierto que 2+2=3+1?
 La primera regla es la de la evidencia: “no admitir como verdadera cosa
alguna, como no supiese con evidencia que lo es; es decir, evitar
cuidadosamente la precipitación y la prevención”.
El método presupone una confianza absoluta en la razón: ésta es, de por sí,
infalible. Sin embargo, puede ser desviada por los prejuicios, la precipitación, las
pasiones, etc. Por ello, la primera regla dice que sólo se ha de aceptar como
verdadero aquello que aparece con absoluta evidencia. Pero la evidencia se da
únicamente en la intuición. Por eso las ideas evidentes han de ser claras
(tener el espíritu atento) y distintas (diferente de todas las demás). Ejemplo:
2+2=4; 3+1=4. Son proposiciones evidentes porque se intuyen de forma clara y
distinta.
 La segunda regla es la del análisis o división “dividir cada una de las
dificultades que examinase en cuantas partes fuese posible y en cuantas
requiriese su mejor solución”.
 Prescribe reducir un problema a los aspectos más simples; consiste en
descomponer los múltiples datos del conocimiento en sus elementos básicos.
Ejemplo: ¿2+2=3+1? Hay que dividir el problema en sus partes más simples:
2+2 y 3+1
 La tercera regla o de síntesis: conducir ordenadamente mis pensamientos
desde los más simples a los más complejos. Se refiere a la formación de
estructuras cada vez más complejas: partiendo de los principios conocidos
intuitivamente, podemos deducir el resto de proposiciones, de modo que cada
una se sigue necesariamente del anterior. Ejemplo: Si es evidente que 2+2=4 y
3+1=4, entonces 2+2=3+1. Construimos una cadena deductiva.
 La cuarta regla o de revisión: “hacer en todos los casos unos recuentos tan
integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no
omitir nada”. Prescribe hacer enumeraciones de los pasos que se van dando.
Con ello se trata de no perder de vista ningún paso en la deducción y garantizar
que no hay saltos o lagunas en la misma. Ejemplo:
a) 2+2=3+1 (hay que analizar)
3+1=4 (evidente)
b) 2+2=4 (evidente)
c) Si 2+2=4 y 3+1=4, luego 2+2=3+1 (por deducción). Hemos revisado
todos los pasos para evitar errores u omisiones.
El resultado de aplicar correctamente las reglas del método es la certeza, definida como
estado intelectual que excluye la posibilidad de toda duda en relación con el objeto de
demostración.

3. LA APLICACIÓN DEL MÉTODO : LA METAFÍSICA CARTESIANA (la


raíz del árbol)

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Una vez formulado el método, veamos, ahora, cómo comienza a aplicarlo Descartes
para desarrollar la “metafísica”, que ya había entrevisto como tarea fundamental, dado
que es “la raíz del árbol de la ciencia”.

3.1. LA DUDA Y EL “COGITO”

1º. La duda metódica como punto de partida.

Descartes se encuentra plenamente convencido de las capacidades de la razón y de la


utilidad de su método racional para encontrar la verdad y la auténtica ciencia. Ahora
bien, ¿de dónde partir? Descartes partió de la duda. Puesto que ha admitido como
verdaderas muchas opiniones falsas, en lo sucesivo va a procurar rechazar como falso
todo aquello de lo que pueda imaginar la más mínima duda. Se trata de una duda
metódica y no de una duda escéptica; la duda escéptica parte de la duda y termina
en la duda. La duda metódica parte de la duda tan sólo para buscar la verdad.
Además se trata de una duda hiperbólica (exagerada) y no de una duda natural;
Descartes exagera su duda, pues cuanto más rigurosa y extrema sea la duda, más
evidente e indubitable resultará la verdad que la supere.

2º. Motivos de duda.

1º. La información dada por los sentidos. Si los sentidos nos engañan a veces, se
podría suponer que nos engañan siempre, no podemos fiarnos, por tanto, de ellos.
2º. El mal uso de la razón. También es posible dudar de nuestros razonamientos,
puesto que a veces nos equivocamos en razonamientos muy sencillos, pero los tomamos
como verdaderos.
3º. La no distinción del sueño y la vigilia. Mientras soñamos, las cosas que soñamos
nos parecen reales y sólo al despertar descubrimos que eran falsas, en ese caso ¿cómo
distinguir que ahora no estamos soñando y las cosas que percibimos no sean
imaginaciones nuestras?
4º. La hipótesis del genio maligno. Con los anteriores motivos quedan a salvo de la
duda las verdades de las matemáticas; pues, aunque los sentidos nos engañen y tanto si
soñamos como si estamos despiertos: tres y dos son cinco, la recta es la línea más corta
entre dos puntos…. Ahora bien, para establecer una duda universal y absoluta y llevarla
hasta el extremo, Descartes recurrió a la hipótesis del genio maligno: supongamos la
existencia de un genio maligno que utiliza todo su poder y astucia en engañarnos y no
nos permite distinguir ningún conocimiento cierto. En este caso ¿qué podremos admitir
como verdadero? Absolutamente nada, pues puede ser que dicho genio me engañe
continuamente.

3º. La primer verdad indubitable: “Cogito, ergo sum” y el


criterio de certeza.

De este modo me encuentro avocado a una duda absoluta: dudo de todo y no puedo
estar seguro de nada.
Pero, de pronto, en el interior mismo del acto de dudar, surge un resto indubitable: si
yo dudo, me equivoco, soy engañado por el genio maligno, es necesario que exista;
si dudo existo, si me equivoco existo, si me engaña el genio maligno existo, en

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consecuencia PIENSO (pensar = entendimiento y voluntad, es decir, razonar,


dudar…pero también querer, sentir….etc) LUEGO EXISTO.
La verdad de “cogito” no deriva de ningún tipo de deducción, sino que es una intuición
pura, inmediata y evidente en sí misma.
La formulación del “cogito” no es del todo novedosa. Ya San Agustín (siglo IV a. C.)
había escrito “si fallor, enim sum” (“si me engaño, entonces existo”). Sin embargo lo
que es original y particularmente importante es la función que desempeña el “cogito”
en la filosofía cartesiana.
Tenemos, pues, la primera verdad indubitable: pienso, luego, existo (cogito, ergo
sum). Pero mi existencia como sujeto pensante no es sólo la primera verdad y la
primera certeza: es también el prototipo de toda verdad y de toda certeza. ¿Por qué la
existencia del sujeto pensante es absolutamente indubitable? Porque se percibe con toda
claridad y distinción.
De aquí deduce Descartes su criterio de certeza: todo lo que perciba con igual
distinción que el “cogito, ergo sum” será verdadero.

3.2. TEORÍA DE LAS IDEAS.

CLASIFICACIÓN DE LAS IDEAS


Tipos de ideas Origen Ejemplos
Adventicias(poco fiables) Experiencia La nieve es blanca.
Tengo un cuerpo material.
Facticias(erróneas) Imaginación Los marcianos son verdes.
Los gnomos viven en el
bosque.
Innatas (verdaderas) Razón El todo es mayor que la
parte.
Si pienso es que existo.

En mi mente he encontrado la primera verdad (pienso, luego existo), el criterio de


certeza (la claridad y distinción) y también el método y sus reglas.
¿Puedo encontrar algo más?: en mi mente encuentro también ideas, de tal forma
que el pensamiento piensa siempre ideas; es importante señalar que para la filosofía
anterior el pensamiento no recae sobre las ideas, sino sobre las cosas. Para Descartes,
por el contrario, el pensamiento no recae directamente sobre las cosas (cuya existencia
no nos consta en principio), sino sobre las ideas
Podemos considerar las ideas bajo dos aspectos distintos:
1º. Las ideas en cuanto actos mentales o modos del pensamiento todas las ideas son
iguales, pues todas ellas consisten en ciertas afecciones o acontecimientos que tienen
lugar en nuestra mente o espíritu.
2º. En cuanto su contenido objetivo (en cuanto a la realidad en ellas representada),
podemos distinguir tres clases de ideas:
a. Ideas adventicias (venidas de fuera), son aquellas que creemos que
“proceden de fuera” y se refieren por lo general a las cosas naturales que parecen
llegarnos por medio de los sentidos.
b. Ideas facticias (inventadas por mi mismo), por ejemplo la idea de centauro
o sirena.
c. Ideas innatas (nacidas conmigo) el pensamiento las posee en sí mismo;
con esto llegamos a la afirmación fundamental del racionalismo de que las ideas

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primitivas a partir de las cuales se ha de construir el edificio de nuestros conocimientos


son innatas.
Ideas innatas son, por ejemplo, la idea de pensamiento (“Cogito”) y existencia
(“Sum”), que no son construidas por mí ni proceden de experiencia externa alguna,
sino que las encuentro en la intuición mental del “pienso, luego existo”.

3.3. LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD: LA SUSTANCIA.

LA SUSTANCIA EN DESCARTES
Tipo Atributo Modos
Infinita: Dios Infinitud Todos los posibles

Pensante: Pensar
(“res cogitans”) Pensamiento Imaginar
Finita Yo o Alma. Sentir
Dudar, etc.

Extensa: Tamaño
(“res extensa) Extensión Figura
Cuerpo o Mundo. Movimiento

Para Descartes la sustancia es aquello que existe de tal manera que no necesita de
otra cosa para existir. En sentido estricto, pues, sólo hay una sustancia la divina e
infinita, Dios pues las criaturas necesitan de dios para existir. De ahí que Descartes diga
que el concepto de sustancia no se refiere del mismo modo a Dios y a las criaturas, y
que, por tanto, hay dos tipos de sustancias:
1ª. La sustancia infinita (Dios) que es ser “en sí y por si”
2ª. Las sustancias finitas (almas y cuerpos), que no necesitan de nada más para
existir, salvo de Dios; son “en sí pero no por sí”.

1º. La existencia de la sustancia infinita (“res divina”) o Dios.

A la vez que el hombre se encuentra a sí mismo como sustancia limitada por ser capaz
de cometer errores, Descartes comprende la necesidad de la existencia de Dios,
sustancia infinita, sin limitaciones de ningún tipo.
En las distintas obras de Descartes encontramos varias veces repetida la demostración
de la existencia de Dios; pero, en conjunto, podemos reducir todas sus pruebas a las
tres siguientes:
1ª. Argumento gnoseológico. Parte de la idea innata de un ser perfecto. Esta
idea no puede proceder del mundo exterior, ni de mi mismo, ya que de lo menos
perfecto no puede proceder lo más perfecto. Es necesario, por tanto que la idea
innata de ser perfecto haya sido puesta en mí por un ser que tiene todas las
perfecciones: Dios. Luego Dios existe.

2ª. Argumento de la causalidad. En segundo lugar, se puede llegar a conocer a


Dios por la misma consideración de finitud de mi yo. Yo soy finito e
imperfecto, como se demuestra por el hecho de que dudo. Es, pues, evidente,
que no me he creado a mí mismo y que ha de haberme creado un ser, que

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tiene todas las perfecciones cuya simple idea yo poseo, Dios. Luego Dios
existe.
Obsérvese que estas dos pruebas son estrictamente causales, como los tomistas:
parten de unos efectos para llegar a su causa. La diferencia con Aquino estriba
en que éste parte de los efectos materiales -la “huella” de Dios en el mundo -
mientras que Descartes parte de efectos no materiales sino espirituales -la
“huella” de Dios en la mente humana-.
3ª. Argumento ontológico. La idea de un ser perfecto implica su existencia,
porque contiene necesariamente todas las perfecciones y entre ellas, la existencia
real. Luego Dios tiene que existir: “Se puede demostrar la existencia de Dios
con la misma evidencia con que se percibe que un triángulo contiene
necesariamente tres lados y tres ángulos”.
Es decir, sería contradictorio que Dios, ser perfecto, no existiese de igual modo
que sería contradictorio que un triángulo no tuviera tres lados.
Conclusión:
Una vez reconocida la existencia de Dios, el criterio de evidencia encuentra su
última garantía en Dios. Por su perfección no puede engañarme. A partir de la
existencia de Dios Descartes puede demostrar la existencia del mundo:
puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir
que me engañe al creer que el mundo existe, luego el mundo existe.

2º. Las sustancias finitas.

a) Alma (“res cogitans”) y cuerpo o mundo (“res extensa”)

Las sustancias finitas que son el alma (“res cogitans) y el cuerpo (“res extensa”) tienen
una serie de propiedades: unas esenciales y otras accidentales. A las esenciales las
llama atributos; así, el atributo del cuerpo es la extensión y el del alma es el
pensamiento.
Las propiedades accidentales son los modos, en la sustancia corpórea son el
tamaño, la figura y el movimiento. En la sustancia pensante son amar, odiar
juzgar, sentir, imaginar….

b) La existencia del cuerpo o mundo (“res extensa”)

La existencia del mundo es demostrada a partir de la existencia de Dios: puesto que


Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer
que el mundo existe, luego el mundo existe.
Dios aparece así como garantía de que a mis ideas les corresponde un mundo, una
realidad extramental. Conviene, sin embargo, señalar que Dios no garantiza que a
todas mis ideas les corresponda una realidad extramental:

a) Las cualidades primarias. Dios sólo garantiza la existencia (objetividad)


de un mundo constituido exclusivamente por la extensión y el movimiento
(cualidades primarias).
De este modo, Descartes geometriza el mundo corpóreo, ya que lo reduce a
extensión. La física cartesiana desarrollará las consecuencias de esta doctrina.

b) Las cualidades secundarias. Descartes (como Galileo, como toda la ciencia


moderna) niega que las cualidades secundarias tengan existencia real, como

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ideas de colores, sonidos, sabores…etc, dado que, al depender de la percepción


de los sentidos, son para él meras afecciones del sujeto cognoscente (se acepta,
por tanto, la subjetividad de las cualidades secundarias).

4. EL MECANICISMO CARTESIANO: LA FÍSICA (el tronco del árbol).

El mecanicismo cartesiano entiende la naturaleza como un conjunto uniforme,


sometido a las leyes físicas que se aplican a todos los cuerpos.
Descartes aplica este modelo a la explicación de la naturaleza (física) y del cuerpo
humano (antropología).
La física cartesiana sólo tiene en cuenta la materia y el movimiento (cualidades
primarias de los cuerpos), que pueden explicarse matemáticamente. El movimiento
se traduce a ecuaciones matemáticas.
Como buen racionalista, Descartes renuncia a lo experimental. Se abandonan, así, en la
explicación del universo, los datos empíricos a favor de los aspectos conceptuales. La
filosofía queda así geometrizada.
Quedan excluidas de esta teoría las acciones a distancia y la existencia de “fuerzas
ocultas”, considerando como tales los fenómenos gravitatorios, el magnetismo, la
electricidad, etc., a la hora de explicar los fenómenos.
Admite el principio de conservación de la materia. Los cuerpos permanecen en
reposo o en movimiento si no hay una causa que modifique esta situación, lo que hoy
conocemos como el principio de inercia. Pero rechaza el vacío, ya que es necesaria la
continuidad de la materia al no admitir acciones a distancia.
Así pues, para Descartes, la naturaleza se reduce a un conjunto de cuerpos extensos
regidos por leyes físicas donde no hay lugar para la libertad. Los seres vivos y, de algún
modo también el cuerpo humano, se comportan como autómatas movidos por resortes
que pueden ser reducidos a ecuaciones matemáticas.
Pero esta concepción mecanicista del universo reclama la necesidad de explicar la causa
del movimiento, verdadero origen del mundo. Dios es, según él, el creador de esta
admirable maquinaria y el que la pone en movimiento.

5. LA RELACIÓN CUERPO-ALMA: LA ANTROPOLOGÍA

Finalmente en el Tratado del hombre nos habla del “hombre-máquina”; Descartes da


una explicación mecanicista de los organismos, a los cuales concibe como máquinas
complejas muy bien construidas por Dios.
Entiende que el hombre es un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo está sometido a
las leyes naturales por ser materia (res extensa), que se manifiesta a través de la figura y
el movimiento.
El alma (res cogitans) tiene como atributo principal el pensamiento. De ella pueden
predicarse muchos modos: entendimiento, memoria, imaginación, voluntad, deseo,
pasiones…

Los animales al no tener alma no tienen pensamiento: los animales son máquinas. Con
lo cual el hombre- que es sólo un alma espiritual e inmortal- queda netamente separado
del mundo animal. En el caso del ser humano se plantea un problema pues la relación

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del alma humana con su propio cuerpo-máquina queda sin explicar


suficientemente por Descartes, quien supone, que se realiza a través de la glándula
pineal (situada en el cerebro). A través de esta glándula, el alma comunica al
cuerpo sus pensamientos y demás operaciones y recibe de éste las impresiones.
Quien siente es el alma y las sensaciones son ideas confusas. El alma es también la que
sufre las pasiones: deseo, odio, alegría, tristeza…
Los racionalistas posteriores que siguen admitiendo el dualismo alma-cuerpo (Leibniz,
Malebranche) resolverán este problema de diferentes maneras. Otros (como Spinoza)
negarán la existencia de dos sustancias y, con ello, el problema.

6. LA EXPERIENCIA CARTESIANA DE LA LIBERTAD.

6.1. Raíces antropológicas del racionalismo cartesiano:


fundamentación de la libertad en la razón.

Hasta ahora hemos tratado preferentemente los aspectos relativos a la teoría del
conocimiento racionalista: innatismo de las ideas, ideal de un saber deductivo cuyo
prototipo es el saber matemático, las tres sustancias, el mecanicismo, etc. Sin embargo,
la motivación última de la filosofía racionalista no se halla tanto en su interés por
el conocimiento científico-teórico de la realidad, cuanto en una honda
preocupación por el hombre, por la orientación de la conducta humana. Esta
preocupación por la conducta humana aparece explícitamente afirmada por Descartes en
la Primera parte del Discurso del método, al exponer la trayectoria de su propia
actividad filosófica. “Sentía continuamente un deseo imperioso de aprender a
distinguir lo verdadero de lo falso, con el fin de ver claro en mis acciones y caminar
con seguridad en esta vida”.
El objetivo último que Descartes persigue a través de la filosofía es, pues, la
solución de un problema antropológico: el de fundamentar la libertad en la razón,
a fin de que su uso racional haga posible alcanzar la felicidad y la perfección humana.

6.2. La libertad y las pasiones.

Si ya Platón encontraba dificultades a la hora de explicar las relaciones existentes entre


el alma y el cuerpo. Estas dificultades son mayores aún para Descartes, que separa el
alma del cuerpo de una manera más radical aún que Platón. De este modo, se agudiza el
problema de la relación entre los apetitos o pasiones (parte inferior del alma) y la razón
y la voluntad (parte superior del alma). ¿Cuál es el origen de las pasiones y como
afectan a la parte superior del alma (entendimiento y voluntad)?
Pasiones son, para Descartes, las percepciones o sentimientos que hay en nosotros y que
afectan al alma sin tener su origen en ella. Su origen se encuentra en las fuerzas que
actúan en el cuerpo, denominadas por Descartes “espíritus vitales”. Las pasiones, por
tanto:
1) Son involuntarias, puesto que no tienen su origen en ella.
2) Son inmediatas, en cuanto que no dejan lugar para la reflexión.
3) No siempre son racionales.
ç

Por todo ello, las pasiones pueden imponer al alma una cierta servidumbre: “Las
pasiones agitan diversamente la voluntad, y así hacen al alma esclava e infeliz”.

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A las pasiones no hay que rechazarlas o erradicarlas por principio. La tarea del alma en
relación con las pasiones consiste en someterlas y ordenarlas conforme al dictamen de
la razón. Las armas de las que se valen el entendimiento y la voluntad son “juicios
firmes y determinados referidos al conocimiento del bien y del mal, según los cuales
ha decidido conducir las acciones de su vida”

6.3. El yo como pensamiento y libertad.

La voluntad se caracteriza por ser libre. En la filosofía de Descartes, la libertad ocupa


un lugar central:
1º. La existencia de la libertad es indudable: “tan evidente es- dice Descartes- que ha de
considerarse una de las nociones primeras y máximamente comunes que hay innatas
en nosotros·”
2º. La libertad es la perfección fundamental del ser humano.
3º. La libertad nos permite ser dueños de la naturaleza y ser dueños de nuestras
propias acciones como la duda, la decisión de dudar, de la cual, como vimos, parte toda
la filosofía de Descartes.
¿En qué consiste exactamente la libertad, su ejercicio? La libertad no es la mera
indiferencia ante posibles alternativas. Tampoco en la posibilidad absoluta de negarlo
todo. La libertad consiste en elegir lo que es propuesto por el entendimiento como
bueno y verdadero; es decir, en el sometimiento de la voluntad al entendimiento.

ESQUEMA DEL PENSAMIENTO DEDUCTIVO DE DESCARTES:

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1. Planteamiento de la duda metódica o duda universal que consiste en poner


entre paréntesis todos los conocimientos anteriores, a la vista de la
incertidumbre de muchos de ellos.
Los motivos que encuentra Descartes para dudar son: los engaños de los
sentidos, los errores en el razonamiento, la dificultad, a veces, de
distinguir la vigilia del sueño y, por último, la posibilidad de ser
engañados por algún genio maligno.

2. Descubrimiento del cogito “pienso, luego existo” como primera evidencia.


En el proceso de la duda metódica encuentra, por intuición intelectual, la
primera evidencia incuestionable. “pienso”, de la cual se desprende la
existencia como sustancia pensante. “luego existo”.

3. Demostración de la existencia de Dios . A la vez que se encuentra a sí mismo


como sustancia limitada, por ser capaz de cometer errores, Descartes
comprende la necesidad de la existencia de Dios, sustancia infinita, sin
limitaciones de ningún tipo. Demuestra a continuación su existencia.

4. Esta existencia de Dios como bueno y veraz garantiza la objetividad de las


cualidades primarias de los seres del mundo.

5. Se ocupa en el doble paso siguiente de demostrar cuál es la esencia de las dos


sustancias finitas: afirma que el pensamiento es la esencia del yo, o alma,
mientras que la extensión es la esencia del cuerpo.

6. Descartes aplica el modelo mecanicista (materia y movimiento que se


puede explicar matemáticamente) a la explicación de la naturaleza
(física) y del cuerpo humano (antropología).

7. Finalmente diremos que la motivación última de la filosofía racionalista


no se halla tanto en su interés por el conocimiento científico-teórico de la
realidad, cuanto en una honda preocupación por el hombre, por la
orientación de la conducta humana: el de fundamentar la libertad en la
razón.

El RENACIMIENTO Y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA


EL RENACIMIENTO.

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 ¿Qué es el Renacimiento?
Intentar definir el Renacimiento es inútil, porque con el nombre de Renacimiento se
comprenden actitudes tan encontradas, movimientos intelectuales tan diversos, intereses
tan opuestos que convierten la tarea de definirlo en imposible.
Etimológicamente, Renacimiento significa volver a nacer, renacer de la cultura
grecorromana.
 Características generales del Renacimiento:
1ª. Límites: El Renacimiento es un periodo de la historia europea que comprende los
siglos XV y XVI. El inicio suele situarse en la caída de Constantinopla en 1453 bajo el
poder de los turcos. Este hecho originó la huida de numerosos sabios griegos a Italia
donde promovieron la antigua cultura grecorromana. Desde el punto de vista filosófico
abarcaría desde la desaparición de la escuela occamista hasta la aparición de Descartes.
2ª. La pérdida del sentido religioso medieval y la desunión religiosa. La Edad Media
había sido profundamente geocéntrica, en la que todo giraba en torno a la divinidad y el
hombre no era nada. Con el Renacimiento del teocentrismo se va a pasar al
humanismo.
Respecto a la desunión religiosa señalaremos que el fraile agustino Martín Lucero
(1483-1546) proclamó sus 95 tesis en las que denunciaba los abusos que cometían en la
predicación de las indulgencias. Se iniciaba así la Reforma protestante y, con ella, la
desunión que debilitaría la autoridad del papado y dividiría los reinos en católicos y
protestantes.
Dentro de la Iglesia católica se desarrolló también un movimiento de reforma
denominado Contrarreforma que culminó en el concilio de Trento, el cual sirvió para
revitalizar la fe de los fieles cuyo debilitamiento al final del Medievo había facilitado la
ruptura protestante.
3ª. Se producen profundos cambios políticos, sociales, económicos y culturales.
Con respecto a los cambios políticos, los incipientes Estados nacionales dieron lugar
mediante alianzas a las grandes monarquías entre las que destacaron Francia, Inglaterra
y España.
4ª. Grandes descubrimientos geográficos.
Contribuyó a ello la desaparición del antiguo Imperio romano de Oriente ya que supuso
el cierre del camino terrestre que posibilitaba el comercio entre Europa y Asia. Algunos
exploradores intentaron abrir nuevas rutas comerciales que culminaron con los
descubrimientos de América y de las costas africanas. De este modo la cultura europea
se trasmitió a regiones remotas, lo que suscitó también nuevas cuestiones jurídicas y
morales como el derecho de conquista, los derechos de los indígenas, etc.
5ª. Pero quizá lo más destacable de todas las características renacentistas sea la
aparición de la ciencia nueva, es decir, de una ciencia enfrentada a la aristotélica,
ciencia que básicamente estará centrada en la astronomía y la física, y que contribuirá
intensamente a la desaparición de los últimos vestigios de pensamiento y concepción
medievales.
6ª. Filosóficamente se entrecruzan corrientes muy diversas:

1. Principales corrientes filosóficas


El Renacimiento fue un complejo movimiento que supuso grandes cambios en todos los
ámbitos; el filosófico no fue ajeno a esta renovación.
Las diversas corrientes de pensamiento de este periodo culminaron en un proceso que se
había iniciado al final de la Edad Media son:
1.1. Las escuelas clásicas.
1.2. La escolástica renacentista.

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1.3. Filósofos independientes.


1.4. Pensadores humanistas

1.1. Las escuelas clásicas.


Las escuelas clásicas del Renacimiento fueron promovidas por los sabios bizantinos que
huían de la amenaza de los turcos. En ellas, procuraron retornar al pensamiento griego
original, dando lugar a escuelas platónicas, aristotélicas y helenísticas.
a. El platonismo. En los platónicos del Renacimiento el rechazo de la filosofía
escolástica va unido ala admiración que despierta Platón, admiración que es
introducida en Italia por pensadores bizantinos; uno de ellos fue Jorge Gemiste,
llamado Pletón que promovió la fundación de la llamada Academia platónica de
Florencia, en tiempos de Cosme de Medicis. Otros platónicos fueron Marsilio Ficino
y Pico de la Mirándola.
b. El aristotelismo. Los renacentistas aristotélicos se ocuparon principalmente de
problemas lógicos y gnoseológicos y de cuestiones relacionadas con la física, la cual
muy pronto fue superada por la ciencia nueva. El autor mas destacado es P.
Pomponazzi.
c. Escuelas helenísticas:
 El escepticismo. La escuela helenísitca que más éxito tuvo en el
Renacimiento fue el escepticismo, y Michel de Monteigne fue su máximo
representante. Su obre más importante son los Ensayos, que serán leídos por
Descartes y tendrán una clara influencia en su pensamiento. Otros escépticos
serán P. Charron y F.Sánchez.
 El epicureismo. Si bien las doctrinas de Epicuro de Samos no gozaron de
especial predilección entre los filósofos renacentistas, sin embargo, éstas
están representadas por Lorenzo Valla.
1.2 La escolástica renacentista.
A comienzos del s. XVI la filosofía escolástica va a ser renovada y adaptada a los
nuevos tiempos gracias a numerosos pensadores entre los que destacan Francisco de
Vitoria (1492-1646), fundador de la escuela de Salamanca, y el jesuita Francisco
Suárez (1548-1617).
Francisco de Vitoria apoyado en el concepto tomista de ley natural, defendió los
derechos de los indios en el Nuevo Mundo e introdujo la doctrina del derecho de gentes,
precursora del derecho internacional.
1, 3. Filósofos independientes.
Nicolás de Cusa (1401-1464). Escribió numerosas obras teológicas y filosóficas entre
la que cabe destacar De docta ignorancia. El pensamiento de Cusa es muy difícil de
clasificar, aunque se advierten en él rasgos de neoplatonismo. Se le considera el último
medieval por los temas que trata, pero el primer filósofo moderno por sus enfoques
novedosos y originales.
Giordano Bruno (1548-1600). Fue acusado de herejía y condenado en Roma, donde
fue ejecutado.
1.4. Pensadores humanistas. Destacan Erasmo de Rotterdan y Juan Luis Vives.
Erasmo de Rotterdan (1467-1536). Es posiblemente el humanista más grande de su
tiempo. Su ideal fue predominantemente ético: la reforma gradual y pacífica de la
Iglesia y de la sociedad civil, hasta conseguir una sociedad humanizada.
También realizó una sátira de las costumbres pasadas de moda y un canto a la libertad
en su Elogio de la locura.
Juan Luis Vives (1492-1540). Es el máximo exponente del humanismo español. Fue el
pedagogo más lúcido del Renacimiento por sus innovaciones respecto a los métodos

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escolásticos y por su insistencia de que la enseñanza debe realizarse de acuerdo con la


personalidad y cualidades del alumno.

2. El pensamiento político.
El Renacimiento fue un periodo de cambios políticos y sociales ocasionados, entre
otras causas, por la aparición de los Estados nacionales, la decadencia de la sociedad
feudal y el desarrollo de las grandes ciudades.
En cuanto a las relaciones entre Iglesia y Estado se produjo una mayor separación entre
el poder temporal del Estado y el poder espiritual de la Iglesia. De hecho, el Estado se
convirtió en una entidad autónoma, no subordinada a ninguna otra instancia, ya que su
potestad se fundaba exclusivamente en causas naturales y terrenas. Pueden distinguirse
dos corrientes bien definidas entre quienes trataron estas cuestiones jurídicas y
políticas:
a. Autores escolásticos. En el mundo católico, cabe citar a Francisco de Vitoria y
Francisco Suárez y, en el mundo protestante a Hugo Crocio.
b. Autores humanistas. Muchos de ellos fueron políticos en activo que elaboraron
teorías políticas originales y novedosas. Por un lado, puede mencionarse el realismo
político de N.Maquiavelo(1469-1527) y, por otro, el género de las utopías como la
Utopía de T. Moro (1478-1535)-.

LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

Francisco Bacon pretendió reformar la ciencia y el método científico, pero fracasó en el


intento; la “revolución científica” sería hecha por los mismos científicos, y Bacon no
era uno de ellos. Todo comenzó con el De revolucionibus orbium coelestium,
publicado en 1543 cuando su autor, Copérnico, acababa de morir. El prologista y editor,
Andreas Osiander, quitaba importancia a la obra, afirmando que sólo contenía hipótesis
que permitían calcular los movimientos celestes, pero no que no pretendía que tales
hipótesis fueran “verdaderas”, ni incluso verosímiles. Desde luego, esa no era la
opinión de Copérnico, pero se evitó el escándalo. La gran batalla comenzó cuando
Kepler y Galileo defendieron públicamente la hipótesis copernicana del heliocentrismo.
Por supuesto, la astronomía no es toda la ciencia del Renacimiento, pero es allí donde se
realiza la revolución científica, es decir, el cambio de modelo o “paradigma científico”:
el modelo aristotélico-ptolemaico, ha había valido durante catorce siglos, es sustituido
por otro “modelo” de ciencia. ¿Por qué sucedió esto?
 En primer lugar porque el sistema antiguo parecía cada vez más insuficiente
para explicar los hechos
 En segundo lugar, se retornó a los ideales científicos del platonismo y del
pitagorismo que habían reaparecido con singular fuerza durante el
Renacimiento) Esta última motivación es particularmente notable en Kepler y
sobre todo en Galileo quien confiesa que “en muchas ocasiones soy filósofo
pitagórico”.
 Los aristotélicos, en efecto, consideraban que las matemáticas eran una ciencia
secundaria que no podía valer para interpretar la realidad por ser una ciencia
abstracta. Galileo, en cambio, en la misma línea que Leonardo da Vinci, piensa
que las matemáticas son el lenguaje mismo de la realidad.
 En tercer lugar los descubrimientos geográficos estaban alterando la imagen de
la Tierra y demostraban que Ptolomeo se había equivocado.

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Así pues, la revolución científica fue un largo proceso creativo que supuso una
trasformación profunda en tres campos distintos: la imagen del Universo, la
concepción de la ciencia, la metodología científica.

A) Nueva imagen del Universo.


La revolución científica sustituyó, en primer lugar, la imagen aristotélico-ptolemaica del
mundo por el “paradigma científico”, de la siguiente manera:

Imagen aristotélico-ptolemaica---------------------------- “Paradigma científico”

Geocentrismo Heliocentrismo
Esfericidad del universo Las órbitas son elípticas
Heterogeneidad del Universo Homogeneidad del Universo
Causa extrínseca e inmaterial del Universo El concepto de “fuerza”
Universo jerarquizado Universo infinito
Los principales artífices de esta nueva imagen del Universo son:

 Nicolás Copérnico. (Nacido en Polonia en 1473 y murió en 1543).


Su principal obra es “Sobre la revolución de las órbitas celestes”. En esta obra se
propuso como objetivo lograr una explicación más simple del movimiento del universo,
ya que la antigua teoría aristotélica se complicaba mucha a la hora de explicar las
órbitas de los planetas.
A partir de cálculos matemáticos, propuso la teoría heliocéntrica, es decir, que la Tierra
gira alrededor del Sol. De este modo, realizó una inversión completa de la teoría
ptolemaica.

 Johannes Kepler. (1571-1630). Kepler aceptó las teorías de Copérnico por la


sencillez con que explicaban el universo de acuerdo con una estructura
matemática.
Su mayor aportación científica se encuentra en el ámbito de la cinemática; con sus tres
leyes acerca del movimiento del universo derrumbó los fundamentos de la astronomía
clásica:
1ª. Ley de órbitas: los planetas recorren órbitas elípticas, con el Sol en uno de sus focos,
y no circulares como se había mantenido hasta entonces.
2ª. Ley de áreas: el radio que une el centro de cada planeta con el del Sol barre áreas
iguales en tiempos iguales, lo que significaba que las velocidades de los planetas al
recorres sus órbitas no es constante.
3ª. Ley de periodos- el tiempo que tarda un planeta en completar la órbita alrededor del
Sol al cuadrado es equivalente al cubo de la distancia media (semieje) del planeta al Sol.
Con esta ley confirmaba la idea de un universo como un todo ordenado y armónico.

 Galileo Galilei (1564-1642). A diferencia de Copérnico y Kepler, que


difundieron sus descubrimientos y teorías solamente entre los entendidos, Galileo
trató de divulgar sus ideas. Galileo realizó:
1º. Importantes descubrimientos astronómicos: gracias a un telescopio descubrió que
existían montañas y cráteres en la luna, manchas cambiantes en el Sol y una estrella
nova que aumentaba considerablemente su brillo de forma repentina para perderlo,
después, lentamente.
2º.Otros descubrimientos relativos a la cinemática terrestre, que contradijeron
también a las teorías anteriores como:

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a. El isocronismo de la oscilación pendular: el tiempo que emplea un péndulo en ir de


un extremo a otro es siempre el mismo y depende de la longitud de la cuerda.
b. La caída libre de los graves: todos los cuerpos caen a la misma velocidad en el
vacío.
c. El principio de inercia: un cuerpo en movimiento tiende a seguir en movimiento si
no hay otro cuerpo que se interponga en su camino
3º. Un nuevo método.

B) Nueva concepción de la ciencia.


La nueva ciencia es un mecanicismo frente a organicismo y teleologismo del
aristotelismo. En efecto, la ciencia aristotélica tomaba como modelo el organismo vivo.
Ahora el modelo es la máquina. El mecanicismo reduce la realidad a elementos
cuantificables (cantidad, extensión, movimiento) y permite, así, la matematización
de los fenómenos observados. De este modo se alcanza la realización del ideal
platónico-pitagórico de una matemática universal.

C) Nueva metodología científica.


Galileo divulgó las ideas copernicanas y se enfrentó con quienes defendían el sistema
ptolemaico tradicional. Realizó numerosos descubrimientos astronómicos y cinemáticas
mediante la observación y el uso de las matemáticas.
Pero la aportación más sobresaliente de Galileo a la ciencia fue el empleo de un nuevo
método: el resolutivo-compositivo, también llamado hipotético-deductivo. Este método
se compone de tres pasos o momentos:
1º) Resolución o análisis. Se analiza lo dado en la experiencia sensible de manera que
puedan abstraerse sus propiedades esenciales, y se desechan todas las demás. Se
entiende aquí por esencial aquella cualidad que es objeto de medida y por tanto
expresable en esquemas matemáticos.
Una consecuencia de esta parte del método es la distinción entre cualidades primarias y
secundarias que tuvo gran influencia en la filosofía posterior. Las cualidades primarias
son las que pueden ser cuantificadas y explicadas matemáticamente, como el peso, el
volumen, la figura, etc. mientras que las secundarias no pueden ser cuantificadas ni
formuladas matemáticamente como el color, el sabor, el gusto, etc. Las cualidades
primarias, para Galileo, eran objetivas, mientras que las secundarias eran subjetivas.
2º) Composición o síntesis. Se enuncian suposiciones o hipótesis que enlacen
aquellas propiedades esenciales que han sido abstraídas en la observación de la realidad
sensible. A continuación se deducen las consecuencias de estas hipótesis.
3º) Resolución experimental. Finalmente hay que verificar si se cumplen o no las
consecuencias o predicciones derivadas de las hipótesis propuestas. Esta comprobación
se realiza mediante experimentos.

A partir de Kepler y Galileo, las matemáticas siempre se usarían como parte esencial
del método de las ciencias físicas, por su sencillez, rigor y exactitud. Posteriormente,
Descartes coincidió con esta apreciación y, por ello, trataría de aplicar el método
matemático a la filosofía.

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