1, La Búsqueda La Objetividad en Las Ciencias Sociales

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La búsqueda la objetividad en las ciencias sociales.

Una disputa de
sentido con el modelo positivista.

Introducción

Como postula Bourdieu (1994), el campo científico es un espacio de una


lucha política por la dominación científica, y como tal, la idea de una ciencia neutra
es una ficción construida desde ciertos sectores dominantes y ciertas tradiciones
de poder que se fueron construyendo a lo largo de la historia en el devenir de la
investigación científica. Sin dudas que donde más debate se da esta falsa
disyuntiva de ciencia-objetiva versus ciencia-subjetiva, es en el área de las
ciencias sociales. El campo de las ciencias naturales pareciera estar libre de esa
“contaminación” del yo-ideológico del investigador o investigadora que suele
impregnar a las ciencias sociales. Este debate erróneo es heredero de una forma
de concebir la ciencia en sus comienzos, ligada al campo de lo natural y el
laboratorio, en un contexto donde las leyes científicas eran marcadas por el
paradigma positivista de finales del siglo XIX que luego se extiende en la segunda
mitad del siglo XX. Esta influencia de la filosofía positivista ha propiciado que, en
el mundo contemporáneo, se tienda a identificar verdad y objetividad. Fue quizás
Augusto Comte (1798–1857) el principal exponente de esta corriente en tanto que
su pretensión de construir una “física de la sociedad” le valió ser la figura central
de esta nueva doctrina (González Morales, 2003).

En este sentido, el gran auge que experimentaron las ciencias naturales a


lo largo del siglo XIX, desempeñó un papel decisivo en la configuración y
desarrollo de la mentalidad positivista: se vio en el método experimental la causa
última del progreso del conocimiento del mundo físico y se planteó la necesidad de
aplicarlo a los saberes humanos (González Morales, 2003). Hasta tal punto se
llegó a valorar las virtualidades del método experimental propio de las ciencias
naturales, que se acabó por considerarlo único método capaz de garantizar la
validez científica.
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Es entonces que en la siguiente monografía se analizarán una serie de
interrogantes epistemológicos en torno a la objetividad y la verdad en las ciencias
sociales, que se fueron desplegando con mayor apertura, discusión, y riqueza
analítica con el paso de los años en el campo de las ciencias sociales, volviéndose
con el paso del tiempo, si se quiere la expresión, cada vez más libre del método
positivista aplicado al pensamiento social, el cual era en sus inicios una extensión
del paradigma científico que regía a las ciencias naturales.

Se analizarán a partir de las preguntas que hemos construido para


comprender el tema elegido, las respuestas que dieron tres investigadores de
diferentes disciplinas: una investigadora en el campo de la bioquímica, otra en el
campo de la psicología, y un investigador del campo de las ciencias sociales. A
partir de las respuestas que brindaron se pensará el problema de la objetividad y
la verdad en las ciencias sociales.

Desarrollo

Como se venía expresando, “La idea de una ciencia neutra es una ficción, y
es una ficción interesada, que permite considerar científica una forma neutralizada
y eufemística de la representación dominante del mundo social (Bourdieu, 1994:
154). Ante esto surge la pregunta entonces de qué representa la noción de
objetividad en las ciencias sociales. El investigador en ciencias sociales responde
al respecto:

“(…) la definición de objetividad, básicamente, responde a un concepto


condicional mediante el cual se entiende el grado de correspondencia entre un
recorte de la realidad y su representación. La condición que debe cumplirse es el
consenso sobre la delimitación de ese recorte de la realidad, cuyo isomorfismo
respecto del sistema de representación será el criterio del grado máximo de
correspondencia)” (investigador en ciencias sociales).
Por su parte, y ampliando esta idea, la investigadora en psicología respondió
lo siguiente:

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“Creo que actualmente se entiende que la objetividad en las ciencias sociales
es la perspectiva de abordaje lograda en base a la mejor evidencia posible en un
campo dado. Se entiende que dicha evidencia es una construcción histórica de
una comunidad académica de la cual el investigador forma parte. En ese sentido,
las comunidades están atravesadas por determinantes socio-políticos-
económicos-ideológicos que configuran condiciones de posibilidad para que, en un
contexto dado, algo se considerado "evidencia", y predomine la legitimación de
ciertas metodologías, técnicas y herramientas para construir tales evidencias”
(investigadora en psicología).

Es decir, la objetividad está atada a creencias y condicionamientos


históricos, que dependen de lo que una determinada época ha legitimado como
verdad; o lo que también es posible expresar como ese consenso necesario sobre
la delimitación de ese recorte de la realidad y su representación, como expresaba
el investigador.

Surge también el interrogante que vincula objetividad con verdad como


análisis sobre el tema. Ante la pregunta sobre las diferencias que pueden
plantearse entre el concepto de objetividad y el de verdad en la investigación en
las ciencias sociales, el investigador en ciencias sociales responde:

“(…) las diferencias que pueden plantearse son infinitas, puesto que son
mínimos los puntos de encuentro. En sendos campos de investigación, los usos
de los términos en cuestión se distancian de los desarrollos filosóficos y, forzando
la equiparación, pueden sintetizarse así: el concepto de objetividad se reduce a la
idea metodológica de replicabilidad sobre bases consensuadas, mientras que el
concepto de verdad se reduce a la idea ética de honestidad intelectual”
(investigador en ciencias sociales).

La investigadora en psicología también presenta su respuesta ligada a la


filosofía:

“Creo que "objetividad" y "verdad" son conceptos filosóficos. En el plano


científico se habla de "evidencias", que son "verdades" provisorias y parciales con
validez relativa a un contexto histórico dado en el que dicha evidencia es
construida” (investigadora en psicología).

Este interrogante permite pensar también el tema de la relación entre


objetividad/subjetividad. En base la pregunta de cómo piensan que debe
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resolverse en el campo de la investigación el vínculo objetividad-subjetividad de
investigador, la investigadora en bioquímica dijo lo siguiente:

“Creo que mostrar la objetividad, no es una parte inevitable ni una parte de la


ciencia que formule algún veredicto sobre su validez, siempre que se plantee la
perspectiva del investigador a partir de donde se encuentra su mirada”
(investigadora en bioquímica).

Por su parte el investigador en ciencias sociales respondió una serie de


conceptos sumamente interesantes:

“Según mi percepción, la dicotomía es anticuada, ya hoy un eje de análisis


tergiversador, y lastre para los alcances intelectuales de las ciencias (…) ¿Cuál
sería “el vínculo” (objetividad-subjetividad)? ¿Que tales aspectos estén presentes
en los investigadores?, ¿cómo están presentes? Si es esto, los campos de
investigación tienen resuelto ese vínculo, no siendo un tema en sus agendas…
porque tampoco nunca forman parte de sus problemas de investigación. (…)

Objetividad y subjetividad ya no son dos caras de la misma moneda, ni son


dos polos en una misma dimensión conceptual. Quedarse en esa simplificación es
tan anacrónico como pretender seguir entendiendo la salud de un ser humano en
función de la teoría presocrática de los 4 humores. (…) Contraponer al objeto de
estudio un sujeto que lo estudia es, de cuajo, negar la posibilidad de que el sujeto
pueda ser objeto en sí mismo. Adherir a este axioma es, coherentemente,
rechazar la factibilidad de hacer estudios sobre sujetos y, si cualquier ciencia será
conceptualizada como el estudio, tratado, razonamiento, etc. de equis objeto…
fácil se deduce la imposibilidad de compatibilizar actividad científica con
subjetividad.
(…)
La subjetividad es, por antonomasia, el instrumento psíquico de
conocimiento del ser humano que investiga. Es a la investigación lo que la
gravedad a la tecnología. No se reniega de la gravedad al diseñar una pierna
ortopédica; sino que se toman en cuenta los valores de gravedad de nuestro
planeta, sabiendo que en otros… (un viaje a la luna, un viaje espacial) los
parámetros cambiarían (…) el concepto apropiado es el de intersubjetividad,
que lo cambia todo incluso hasta volver innecesariamente redundante la idea de
objetivación, derivación de la clásica objetividad. La interacción que caracteriza
la actividad de la comunidad científica requiere sí o sí consensuar las pautas de
objetivación mediante la actividad intersubjetiva. Aquí podría verse el
consignado vínculo, pero lo cierto es que no lo hay, sino que la relación entre
los conceptos es de inclusión”.

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Cada uno a su modo, los investigadores plantean ideas que se tocan en su
sentido. Es interesante la noción de intersubjetividad que propone el
investigador como superadora de la dicotomía objetividad-subjetividad, que
remite en última instancia a una elaboración individual y errada de la producción
científica, siendo que la otra noción postula que todo conocimiento se da dentro
de una comunidad científica, entre pares, de forma colectiva, como lo es la
actividad de generar conocimiento científico.

No obstante, es válido preguntarse si subjetividad e ideología del


investigador con cosas semejantes, y en todo caso, qué debe hacer un
investigador con su ideología al momento de investigar. Ante la pregunta sobre en
qué lugar debe ubicarse la ideología del investigador en relación a la objetividad
que demanda el campo científico, respondieron lo siguiente:

(investigador en ciencias sociales) “Asumiendo como dado que exista tal


deber, por supuesto que dependerá del criterio normativo adherido. Respondo
entonces yo desde mi postura respecto del tema, alineado con la noción de
objetividad entre paréntesis de Maturana. Deviene entonces obvio que, en el
dominio de la experiencia humana, la objetividad es lograda identificando la
estructura subjetiva del agente cognoscente. Esto incluye el sistema ideológico,
inherente al recorte de la realidad sobre el cual se construirán las
correspondientes representaciones. Puesto que, cronológicamente, aquel habrá
de ocurrir antes, también primero debe ubicarse la ideología y, a los fines de la
honestidad intelectual, tanto mejor cuanto más explícito sea hecho”

(investigadora en bioquímica) “La ideología del investigador, debe mantener


la objetividad en cualquier disciplina científica. Esto es según las imposiciones de
aceptación dadas por las comunidades científicas. Aunque a modo personal,
considero que no existe una ciencia neutral en la que no intervengan valores”.

(investigadora en psicología) “Sería recomendable que los investigadores


consideren que todos tenemos sesgos ideológicos, y que se tomaran los recaudos

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para examinarlos críticamente, y controlarlos metodológicamente en la mayor
medida posible. Eso es honestidad intelectual”.

Es interesante como dos de los investigadores hablan sobre “honestidad


intelectual” del investigador. Esta idea puede seguramente vincularse con lo que
postula Maturana (1997) (a quien el primer investigador citado en la respuesta
también menciona como forma de darle entidad académica a su postura) al
respecto de la necesidad de hacer investigación social con un carácter reflexivo.
Para Maturana (1997) la reflexividad tiene una importancia fundamental en las
ciencias sociales, y toda teoría social debe ser capaz de tomar en consideración la
influencia de los cambios que introduce en la sociedad. Esta idea supone que el
conocimiento de la sociedad no es sólo un acto de aprehensión de las
características de la realidad exterior, de la forma como se manifiesta en la
naturaleza. Más bien, el conocimiento social por su carácter reflexivo supone,
además de conocer el objeto existente, que dicha realidad social se constituya y
modifica por acción de la teoría social en el mismo proceso cognoscitivo. Ello
implica que el mundo social no es sólo una estructura definida, sino también es
producto y componente de una dinámica de estructuración del propio
conocimiento (Mejía, 2008).

Por el contario, la epistemología clásica en las ciencias sociales establecía


un proceso lineal del acto de conocimiento. Concepción que viene desde la
Ilustración, que escinde el sujeto del conocimiento social y su objeto de estudio. El
sujeto del conocimiento actúa como una instancia pasiva, contemplativa y
receptiva, únicamente recoge las características de la realidad, de manera pura,
careciendo de influencia en el objeto, al mismo tiempo que tampoco es influido por
el mismo. Se da entonces una separación radical entre ambas dimensiones del
proceso cognoscitivo, que produce no sólo una completa cosificación del objeto
social, el que aparece como algo exterior y material, sino, además, conlleva la
opacidad del sujeto, lo despoja de cualquier atisbo de subjetividad en la
construcción teórica del objeto (Mejía, 2008).

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Es posible observar cómo se presentan dos modelos epistemológicos bien
diferenciados desde sus bases filosóficas cognitivas. Es quizás la respuesta de la
investigadora bioquímica la que menos “actitud reflexiva” supone al decir que “La
ideología del investigador, debe mantener la objetividad en cualquier disciplina
científica, según las imposiciones de aceptación dadas por las comunidades
científicas”. Quizás en su postura es posible deducir el tipo de práctica que realiza,
ligada más al campo de los fenómenos de laboratorio y del control experimental de
las variables de estudio, no compartiendo las áreas de estudio de los otros dos
investigadores, ligadas más a una dinámica de lo social y el devenir del individuo,
que al mismo tiempo construye colectivamente esas estructuras, en constante
proceso. Será por estos aspectos que la investigación en el campo social
manifiesta una postura más categórica, teniendo una autoconciencia y reflexión
crítica mayor al respecto.

En este sentido, es ilustrativo sobre lo que viene mencionando lo que dice


la investigadora en bioquímica, con una postura distinta a los otros dos
investigadores, cuando se indaga por las diferencias que se pueden plantear entre
la búsqueda de objetividad en las ciencias naturales y las ciencias sociales.

“Creo que la objetividad en las ciencias naturales es más fácil de lograr, por
el pensamiento positivista que tiene, y la posición de ser un simple observador del
mundo material. En las ciencias sociales esta posición es más comprometida de
mantener por el tipo de metodología utilizada en las investigaciones”
(investigadora en bioquímica)

“Ninguna, si entendemos como objetividad la mejor evidencia posible,


construida histórico-culturalmente en un campo dado” (investigadora en
psicología)

“A grandes rasgos, las diferencias que pueden plantearse son


caprichosamente arbitrarias. No hay diferencia. Cuando se busca la objetividad se
busca del mismo modo. Hay una forma básica y compartida y pueden
considerarse matices aparentes, en los respectivos contenidos. Pero entonces
también se identificarán diferencias entre las mismas Ciencias Sociales, por lo que

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la comparación entre Naturales y Sociales volvería a ser arbitrariamente
semántica. O hay diferencias entre cualquiera de las ciencias y, entonces, pierde
el sentido la comparación entre Naturales y Sociales (esto centrándonos en los
contenidos), o no las hay (ahora entonces centrándonos en las formas). La
búsqueda de la objetividad, en cualquiera de las ciencias, sigue la misma forma: El
arbitrario recorte de la realidad justificado a posteriori; La adhesión a un sistema
lógico de criterios de correspondencia; La evaluación del objeto de estudio según
tal sistema” (investigador en ciencias sociales)

Es interesante notar cómo, en la primera respuesta, se supone una facilidad


mayor para el que investiga dentro de las ciencias naturales porque la realidad (“el
mundo material, como dice la investigadora”) de algún modo “ya está allí” y el
investigador solo debe observarla sin mayores problemas. En cambio, en las
ciencias sociales la búsqueda de objetividad se piensa de mayor complejidad de
alcanzar, seguramente por lo contrario a esa idea más allá del método que dice y
no amplía demasiado ese argumento. Pero es posible intuir, que se cree que al
estar el investigador en el mismo campo de estudio que investiga, la objetividad
puede correr el riesgo de diluirse, y por tanto se requiere un esfuerzo mayor por
lograr tal tarea. Hay una idea intrínseca en esa respuesta, que de algún modo se
responde con parte de las otras dos respuestas de los otros investigadores, que el
investigador de las ciencias naturales no debe lidiar con ese aspecto. No obstante,
como bien dice el investigador en ciencias sociales, tanto una ciencia como otra
tienen en común el “El arbitrario recorte de la realidad justificado a posteriori”, al
mismo tiempo que “La adhesión a un sistema lógico de criterios de
correspondencia” para la evaluación posteriori. Esas acciones, conllevan todas de
por sí un componente subjetivo más allá del método objetivo. Por tanto, tanto en
un campo como en otro, la búsqueda de objetividad se hace de la misma forma,
siendo que también dicha pretensión de objetividad está una construcción
histórica-cultural. Por tanto, tanto las ciencias naturales o sociales, en su
pretensión de lograr objetividad, parten de los mismos desafíos y problemas
epistemológicos, con las mismas implicancias subjetivas del investigador.

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Conclusión

A modo de cierre, diremos entonces que las categorías


objetividad/subjetividad en el campo de la investigación se presentan como
anticuadas, si bien en ciertas partes de la comunidad científica puedan seguir
teniendo peso y validez. Es posible plantear que la noción de objetividad es
inherente a toda la comunidad científica, pero que el distintivo que se realiza
desde las ciencias sociales de un modo más enérgico y analítico, es no negar la
subjetividad del investigador, sino por el contrario, reivindicarla con pleno
estatus científico. Lo que en cierta menera, implica ser consciente como
investigador del lugar que se ocupa en la estructura de poder e ideas de la
comunidad científica, y producir con reflexión crítica no sólo sobre aquello que
se investiga, sino también sobre la misma práctica en ese proceso.

Bibliografía

Bourdieu, P. (1994) El campo científico. Redes: revista de estudios sociales


de la ciencia. 1(2), 129-160. Disponible en RIDAA-UNQ Repositorio Institucional
Digital de Acceso Abierto de la Universidad Nacional de Quilmes: En
http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/317

González Morales, A. (2003) Los paradigmas en investigación en ciencias


sociales. Disponible en: https://es.slideshare.net/jessyi/gonzalez-morales-
paradigmas-de-la-investigacion-en-ciencias-sociales

Maturana, H. (1997). La realidad: ¿objetiva o construida? II Fundamentos


biológicos del conocimiento. Barcelona: Anthropos.

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Mejia, J. (2008). Epistemología de la Investigación Social en América
Latina. Desarrollos en el siglo XXI. Cinta Moebio 31: 1-13. Disponible en:
https://www.moebio.uchile.cl/31/mejia.html

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