Ulúa Arqueológica, Judith Hernández Aranda, Roberto Jesús Ávila Hernández

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ULÚA

el fuerte
que circunda
el mar

Pedro Luengo
Coordinador

Ignacio J. López Hernández


Mónica Cejudo Collera
Compiladores
Catalogación en la publicación UNAM. Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información

Nombres: Luengo, Pedro, coordinador | López Hernández, Ignacio J., compilador |Cejudo, Mónica, compiladora
Título: Ulúa: el fuerte que circunda el mar
Identificadores: ISBN: 978-607-30-6147-6 | LIBRUNAM 2137479 (libro electrónico)
Clasificación: LCC F1391.V4 (libro electrónico) | DDC 972.62—dc23 |
Temas: San Juan de Ulúa (Veracruz) | Historia. Fortificaciones – Veracruz | Isla de San Juan de Ulúa – Historia.
Disponible en: <https://repositorio.fa.unam.mx>.
Primera edición: 2022

D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México


Facultad de Arquitectura, Circuito escolar s/n, Ciudad Universitaria, Coyoacán, C.P. 04510, México, Ciudad de México.
Doctor en Arquitectura Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, director

Hecho en México.

Excepto donde se indique lo contrario, esta obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-No comercial-Compartir
igual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0 Internacional): <https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/legalcode.es>.
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Financiación: Proyecto “Modelos de fortificación para la defensa del Caribe occidental (1763-1825)” | PY20_00093 | Plan paidi
2020. Junta de Andalucía. En colaboración con: Proyecto papiit: IN402321, “El legado técnico constructivo de los ingenieros mili-
tares a la arquitectura de la Nueva España en el siglo xviii”, dgapa/unam.
Colaboran: Instituto Nacional de Antropología e Historia; Museo de San Juan de Ulúa; Universidad Veracruzana; Universidad
Cristóbal Colón.
Comisario científico: doctor Pedro Luengo
Comité científico: doctora Sara Sanz; doctor Ignacio J. López Hernández; doctora Mónica Cejudo; doctora Gladys Martínez;
doctora Judith Hernández Aranda.
Corrección de textos: Ana Segovia Camelo
Corrección de diseño: León Márquez Ortiz
Producción: Armando López Carrillo
Maqueta: KROMO10
ULÚA
el fuerte
que circunda
el mar

Pedro Luengo
Coordinador

Ignacio J. López Hernández


Mónica Cejudo Collera
Compiladores
Índice

Prólogo 9

Introducción 11

Ulúa arqueológica, Judith Hernández Aranda,


Roberto Jesús Ávila Hernández 13

Los ingenieros de Ulúa, Gladys Martínez 32

Desvelando un proceso constructivo, Pedro Luengo 40

San Juan de Ulúa en el sistema defensivo del


Caribe mexicano, Mónica Cejudo 56

Modelos de fortificación en el Caribe, para una comprensión del


sistema defensivo veracruzano, Ignacio J. López Hernández 77

Planos de San Juan de Ulúa 95


Bibliografía 169
Prólogo

El conocimiento de la historia de los edificios que forman parte de nues- Universidad de Sevilla, aporta un material sorprendente y una infor-
tro patrimonio supone una responsabilidad para las y los estudiosos con- mación de gran valor para comprender el desarrollo de este ícono de la
temporáneos. Para mantenerse en pie, muchas de esas construcciones han arquitectura militar novohispana y mexicana.
asumido, con el paso del tiempo, funciones distintas a las que motivaron
su construcción original, creando una suerte de palimpsesto histórico.
De esta manera han transformado en espacios culturales, referencias ur- Doctor Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes
banas o emotivas para la comunidad local, objeto de estudio para nuevas Director
generaciones de arquitectos o motivo de inspiración para profesionistas Facultad de Arquitectura, UNAM
en activo que tienen oportunidad de intervenir para restaurarlos o darles
nuevos usos. Si las acciones son afortunadas, estos edificios suelen im-
pactar con un significado nuevo y dinámico a sus usuarios contemporá-
neos, tanto locales como externos, al convertirse en reclamos culturales
o turísticos de visitantes que buscan una experiencia sensorial o histórica
distinta.

Entre ese patrimonio inmueble preservado en México, la fortaleza ve-


racruzana de San Juan de Ulúa ocupa un lugar protagónico. Garante de
la paz durante la época virreinal, fue también vanguardia portuaria, en
cuanto a su equipamiento, así como temido destino forzado para con-
denados de toda América y comunidades afrodescendientes esclaviza-
das. Con todo esto, la historia del edificio, aún por develarse en toda su
extensión, tras casi quinientos años de construcción, es la memoria de
sus alarifes, ingenieros, sobrestantes, proveedores de materiales, cante-
ros, carpinteros, esclavos forzados y también la de sus familias cuando
los acompañaron a Veracruz. El devenir de San Juan de Ulúa, desde la
época prehispánica hasta la actualidad, es el de Veracruz, de México, del
Caribe, y un capítulo fundamental de la historia del continente y de las
corrientes globales que cruzaron el Atlántico y el Pacífico durante siglos.

Sólo desde el conocimiento de este patrimonio, a través de métodos


científicos actualizados y de aproximaciones multidisciplinarias y multi-
culturales, será posible ofrecer un discurso compartido requerido para
las comunidades globalizadas del siglo xxi. Este libro de Mónica Ce-
judo y Pedro Luengo, académicos respectivamente de la Facultad de
Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la

9
Introducción

La fortaleza de San Juan de Ulúa es uno de los monumentos patrimoniales de varias actividades que visibilizaron internacionalmente la importancia
más destacados de Veracruz. Como tal, es testigo privilegiado de sus dife- del edificio, con la intención de proponerlo, junto con otras fortificacio-
rentes etapas históricas, y con ello, de las aspiraciones y limitaciones de esas nes mexicanas, para la Lista de Patrimonio Mundial. Aunque estas inicia-
sociedades y su repercusión en la actualidad. Aunque hoy sus funciones han tivas no tuvieron el éxito esperado, recientemente, el edificio ha recibido
sido restringidas a las de monumento, con los consecuentes fines museísticos la declaración de Sitios de Memoria de la Esclavitud de las poblaciones
y turísticos, su evolución ha sido la de la ciudad, y los retos que afrontaron las Africanas y Afrodescendientes por parte de la Unesco y el inah (2017).
obras no son diferentes a los que hace frente aún hoy Veracruz. Precisamente
por la relevancia de la construcción y mantenimiento de esta fortificación, Paradigmáticamente, el edificio más representativo de Veracruz para el ám-
tanto para el virreinato de Nueva España como para todo el territorio bajo bito internacional del periodo analizado, el que respondía a las nuevas di-
gobierno hispano, el edificio ha recibido la atención de investigadores loca- námicas de su sociedad, fue una gran desconocido para gran parte de su
les e internacionales a lo largo de todo el último lustro. Desde los primeros población. Su localización en una isla frente a la costa, unido a su condición
trabajos de Calderón Quijano, Angulo, Toussaint, hasta los más recientes de militar, lo convirtió en un espacio que la sociedad veracruzana apenas podría
Cejudo, Sanz, Martínez, Ávila o Hernández, por citar solo algunos, el actual asimilar como propio, más allá de su imagen en el horizonte oriental. Aunque
conocimiento del edificio es muy sólido. Pero tales esfuerzos han llevado a sin una experiencia en su interior, el espacio pudo sostener su significado
contar con una información muchas veces dispersa, cuando no difícilmente como parte fundamental de su historia, desde el propio desembarco de Her-
accesible, que había que compilar en un único volumen. nán Cortés hasta la garantía de su estabilidad comercial y defensiva. Hoy día,
cuando el acceso al inmueble está garantizado, estos valores históricos deben
La incorporación de diferentes investigadores ha traído consigo la multiplica- consolidarse en la sociedad veracruzana y en la imagen que ofrece a los tu-
ción de puntos de vista. Si los primeros autores citados basaron su trabajo en ristas internacionales. Para ello, además de continuar con la labor tradicional
la documentación conservada principalmente en el Archivo General de Indias de los historiadores en los archivos y en las excavaciones arqueológicas, re-
(Sevilla, España), los más recientes han incluido otros repositorios con similar sulta clave definir el grado de asimilación de los visitantes y la percepción del
significado, como son el propio Archivo General de la Nación (México) o el monumento por parte de la sociedad veracruzana, a través de estudios cien-
Archivo General Militar de Madrid (España), entre otras colecciones estadou- tíficos que utilicen las últimas herramientas de análisis, aunque este objetivo
nidenses o francesas. A esta revisión de la ingente documentación de archivo queda fuera de los previstos en este trabajo. Solo así, San Juan de Ulúa podrá
sobre el edificio se han sumado, en las últimas décadas, diferentes trabajos continuar su aportación como monumento nacional e internacional.
arqueológicos, que han permitido confirmar algunas hipótesis y contar con
nuevos datos que resultan claves para la comprensión de la construcción y su Desde el conocimiento alcanzado hasta el momento, esta publicación pretende
utilización posterior. Aunque Medellín Zenil trabajara ya en el entorno en la no solo servir de compilación de los estudios existentes sobre el edificio, sino
década de los cincuenta, han sido los trabajos de Ávila y Hernández en fecha contribuir a una nueva revisión de la historia constructiva del mismo, introdu-
más reciente los que ofrecen nuevos datos sobre el edificio y sus usos. ciendo la aportación y la perspectiva de la comunidad local. San Juan de Ulúa
ha sido explicada ampliamente como un recurso defensivo para garantizar la
El éxito crítico del monumento se dio a la par a su protección patrimo- integridad de los territorios hispánicos. Así, el envío de ingenieros militares, el
nial en México. Así, el fuerte de San Juan de Ulúa fue declarado Monu- trasiego de proyectos de fortificación o el grado de asimilación de las nuevas
mento Histórico Nacional en 1962. A principios del siglo xxi, después teorías europeas han sido el principal objeto de análisis. Mucha menos atención
de abordar diferentes tareas de restauración, el inah apoyó la celebración han recibido otros aspectos como los materiales requeridos, el posible uso de

11
técnicas constructivas locales, la mano de obra disponible, las condiciones de administrados por otras potencias europeas durante la Edad Moderna, no
vida de los trabajadores forzados y esclavizados o la percepción del espacio ofrece diferencias significativas en cuanto a virreinatos, encontrando en cam-
por parte de los veracruzanos. Estos elementos, aunque no deben convertirse bio significativos intercambios entre los diferentes puertos del Caribe. Como
en la única perspectiva de análisis del monumento, sí resultan tan significativos parte de estas dinámicas, San Juan de Ulúa fue un referente inexcusable junto
como los anteriores, aunque las fuentes documentales hayan sido hasta el mo- con otros enclaves como La Habana, Cartagena de Indias, San Juan de Puer-
mento más esquivas en ofrecer datos fiables. to Rico o Portobelo, por no dejar de mencionar Kingston, Cap-François o
Fort-de-France. En los esfuerzos recientes por ofrecer una interpretación
Para contribuir en este proceso se ha diseñado esta monografía con dos partes conjunta de estos edificios, muchos de ellos integrados ya en la Lista de Patri-
bien diferenciadas. En primer lugar, se presentan varios capítulos que intentan monio Mundial de la Unesco, resultaba necesario contar con una publicación
dar respuesta a la realidad del edificio desde la época prehispánica hasta la In- que aglutinara las últimas novedades sobre el fuerte, tanto desde el estudio
dependencia. Su intención es definir cómo fue planificado el edificio, construi- arquitectónico como arqueológico.
do y sistemáticamente modificado según cambiaban las necesidades de Vera-
cruz. Así se observa cómo las prioridades del enclave como puerto comercial o La organización de una exposición de este tipo solo ha sido posible gracias a
como establecimiento militar coexistían con las aspiraciones de contar con una la contribución de un nutrido grupo de profesionales. En primer lugar, cabe
estructura defensiva que garantizara la paz, o con los equipamientos necesarios destacar el compromiso de los dos coordinadores de los proyectos de investi-
para el mantenimiento naval. Con la intención de focalizar la discusión en el gación mencionados, los profesores Mónica Cejudo Collera e Ignacio J. López
edificio y su historia constructiva, en esta ocasión se ha preferido renunciar a Hernández. Igualmente merecen subrayarse las facilidades ofrecidas por dife-
los estudios históricos más generales, en los cuales el enclave tiene un papel rentes responsables de las instituciones participantes. Por un lado, del inah y
crucial, lo que requeriría de una monografía notablemente más extensa. En concretamente del gestor de San Juan de Ulúa, Porfirio Castro; por otro, del
segundo lugar, este trabajo ofrece reproducciones de un amplio número de Archivo General de Indias, a la hora de facilitar la gestión de las imágenes,
proyectos realizados para el edificio, actualmente conservados en diferentes concretamente a su directora Esther Cruces y a uno de sus archiveros, Manuel
archivos y bibliotecas internacionales, organizados cronológicamente. Aunque Álvarez, por sus sugerentes aportaciones. Por último, ha resultado clave contar
muchos de ellos están disponibles en la actualidad en las diferentes plataformas con la experiencia e implicación de diferentes académicos que han dedicado
de estas instituciones, su localización no siempre es cómoda y, en cualquier sus esfuerzos de los últimos años a ampliar el conocimiento del edificio, en
caso, no se ofrece una visión continua de las intenciones de las autoridades específico: Sara Sanz, Gladys Martínez, Judith Hernández Aranda y Roberto
imperiales sobre el fuerte. Ciertamente, muchas de las propuestas realizadas Jesús Ávila Hernández. Gracias a sus trabajos fue posible inaugurar la muestra
nunca llegaron a término o se modificaron sustancialmente durante la cons- el día del onomástico del edificio, el día de San Juan, 24 de junio de 2021, a
trucción, pero su valor por ello no es menor, ya que inciden en el interés que pocos años del aniversario quinientos de su construcción. La exposición aún
suscitaba el enclave para la élite gobernante en cada momento. se conserva en el edificio.

Esta publicación científica, y la exposición a la que está vinculada, ha podi- Pedro Luengo
do llevarse a cabo gracias a las investigaciones de dos proyectos, uno con
financiación española: “Modelos de fortificación para la defensa del Caribe
occidental (1763-1825)”, liderado por López Hernández, y otro con apoyo
mexicano: “El legado técnico constructivo de los ingenieros militares a la
arquitectura de la Nueva España en el siglo xviii”, coordinado por Cejudo
Collera. A pesar de contar con perfiles y objetivos diferentes, ambos equipos
demuestran que el Caribe hispano, en paralelo a los territorios ribereños

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Ulúa arqueológica
Judith Hernández Aranda taló en su frente de mar el Arsenal Nacional de Veracruz, como parte de
Roberto Jesús Ávila Hernández la modernización portuaria llevada a cabo durante el porfiriato, donde se
brindó un servicio inmejorable a los barcos nacionales y extranjeros que
llegaban a repararse en sus instalaciones. El diseño de las excavaciones se
Si bien existen muchos libros sobre fortificaciones en Hispanoamérica en planeó conjuntando la planta actual del edificio con la de los mapas y pla-
los que se trata desde diferentes puntos de vista la evolución construc- nos históricos de los modelos proyectados y los registros de la arquitectura
tiva de la fortaleza de San Juan de Ulúa, fue a través de las exploracio- construida.
nes arqueológicas que se han conseguido detalles más precisos sobre la
construcción de este importante edificio. Desde que el inah se ha hecho La primera pregunta de investigación surgida al ver la enorme mole del
cargo de él, todos los trabajos de restauración se centraron en su estruc- edificio que se erige sobre el arrecife de La Gallega, fue indagar por qué se
tura arquitectónica; no fue sino hasta 2009 que se inició un proyecto decidió hacer una fortificación en medio de una fisiografía costera acciden-
de investigación arqueológica, con la finalidad de poner en valor no solo el tada y baja, donde a todas luces resultaba difícil formar un puerto. El estu-
inmueble, sino su historia constructiva y la de sus habitantes, contrastada dio de los planos al ser confrontado con los restos de la arquitectura que
con sus restos materiales. La investigación documental ha tenido un peso queda en la actualidad nos permitió localizar los depósitos de las diferentes
fuerte en este trabajo y, dado el largo periodo por estudiar, se dividió en etapas constructivas y verificar en las excavaciones arqueológicas cómo y
dos grandes momentos históricos: el que comprende los casi 300 años dónde se llevaron a cabo los proyectos que aparecen en los planos.
de la etapa colonial cuando las obras estuvieron a cargo de la Corona
española y el del México independiente, considerado en Veracruz no a El trabajo arqueológico ha sido muy rico en resultados1 y, por la extensión que
partir de 1821, fecha de la consumación de la Independencia, sino desde requiere este texto, en las siguientes páginas solo se dará un breve panorama
noviembre de 1825, cuando las tropas españolas abandonaron San Juan de los hallazgos ligados con la arquitectura y algunos datos sobre la interpre-
de Ulúa, su último reducto en la Nueva España. tación de los materiales recuperados, relacionados con la vida cotidiana de
sus habitantes, tal como los miles de fragmentos de huesos localizados en el
La documentación y planos de la primera etapa muestran prácticamente foso, en basureros y otras áreas de la fortaleza, que no solo tienen que ver con
toda la evolución constructiva del recinto fortificado y el lento avance que la alimentación de la guarnición, sino también con uno de los sistemas
tuvieron las obras, debido a las dificultades técnicas, políticas y económicas constructivos utilizados por los ingenieros militares; o la cerámica, que nos
que implicó levantar el edificio que, por su importancia, fue considerado la indica cómo se llevaban el alimento a la boca los hombres que formaban
llave del reino o la llave de la Nueva España. Por su parte, los documentos parte de la guarnición de acuerdo con su jerarquía; en tanto que los cientos
posteriores a la desocupación española, nos muestran los avatares de la re- de fragmentos de vidrio son testimonio de las bebidas y medicamentos con-
cién formada nación mexicana y las condiciones en que la fortaleza de Ulúa sumidos por los oficiales locales e incluso los invasores.
recibió el ataque de las fuerzas francesas en 1838, el de las norteamericanas
del 25 de abril de 1846 al 2 de febrero de 1848, y cómo se transformó su
función defensiva por una industrial, a finales del siglo xix, cuando se ins-

1 En el Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del inah se pueden consultar los informes de cada temporada de trabajo en los que se incluyen planos, listas
de materiales y apéndices documentales muy detallados de toda la investigación arqueológica realizada.
13
LA OCUPACIÓN PREHISPÁNICA muy primas mantas de algodón con figuras tejidas, de pájaros y anima-
les de varias suertes; cuyas cosas dieron los habitantes de la dicha isla
En 1518, cuando Juan de Grijalva exploró las costas de lo que hoy es Ve- al capitán, quien luego mandó buena parte de ellas al Rey Católico; y
racruz, el islote al que llamó San Juan de Ulúa se encontraba ocupado por todos comúnmente las han tenido por obras de mucho ingenio […].3
indígenas que realizaban una ceremonia al dios Tezcatlipoca en una “casa
de adoratorios” y, según relata Bernal Díaz del Castillo, cuatro de ellos, se Previo al desembarco en tierra firme y en Ulúa, los españoles exploraron la
encontraban ataviados con: Isla Blanca, bautizada así por el color de sus arenas, y luego otra isla a la que
llamaron de los Sacrificios porque, de acuerdo con el “Itinerario…”, en este
[...] mantas prietas muy largas, …tenían sacrificados de aquel día dos lugar encontraron a dos indios de poca edad, envueltos en una manta pin-
muchachos, y abiertos por los pechos, y los corazones y sangre ofreci- tada y que tendrían unos veinte días de muertos, al igual que otros dos “que
dos [a] aquel maldito ídolo. Y aquellos sacerdotes nos venían a sahu- parecía haber tres días que lo fueron”; cerca de ellos, había muchas cabezas
mar... y no consentimos... y el general preguntó al indio Francisco, que y huesos de muertos y “algunas piedras anchas sobre las que mataban a los
trajimos del río de Banderas [...] porqué hacían aquello [...] Y respondió dichos indios”. El mismo capellán calculó que la pequeña isla tendría “unas
el indio Francisco que los de Culúa los mandaban sacrificar; y como seis millas de bojeo” (actualmente tiene unos 450 metros de largo por 200
era torpe de lengua, decía Ulúa Ulúa; y como nuestro capitán estaba metros de ancho), en ella hallaron también:
presente y se llamaba Juan y era por San Juan de Junio, pusimos por
nombre a aquella isleta San Juan de Ulúa... y este puerto es ahora muy [...] unos edificios de cal y arena, muy grandes, y un trozo de edificio asi-
nombrado y están hechos en él grandes mamparos para que estén se- mismo de aquella materia, conforme a la fábrica de un arco antiguo que
guros los navíos de la mar del norte, y allí vienen a desembarcar las está en Mérida, y otros edificios con cimientos de altura de dos hombres,
mercaderías de Castilla, para México y Nueva España.2 de diez pies de ancho y muy largos; y otro edificio de hechura de torre,
redondo de quince pasos de ancho y encima un mármol, como los de
El padre Juan Díaz, quien viajó como capellán en la armada de Grijalva, y Castilla, sobre el cual estaba un animal a manera de león, hecho asimismo
después en la de Hernán Cortés, también como capellán, en su “Itinerario...” de mármol, y tenía un agujero en la cabeza en que ponían los perfumes;
de 1518, enviado al rey católico, notificó que su capitán: y dicho león tenía la lengua fuera de la boca, y cerca de él estaba un vaso
de piedra con sangre, que tenía ocho días, y aquí estaban dos postes de
[...] ha descubierto otra isla llamada Ulúa, en la que han hallado gentes altura de un hombre, y entre ellos había algunas ropas labradas de seda
que andan vestidas de ropa de algodón; que tienen harta policía habitan a la morisca, de las que llaman almaizares; y al otro lado estaba un ídolo
en casas de piedra, y tienen sus leyes y ordenanzas, y lugares públicos con una pluma en la cabeza, con el rostro vuelto a la piedra arriba dicha,
diputados a la administración de justicia. Adoran una cruz de mármol, y detrás de este ídolo había un montón de piedras grandes.4
blanca y grande, que encima tiene una corona de oro; y dicen que en
ella murió uno que es más lúcido y resplandeciente que el sol. Es gente El ritual a Tezcatlipoca en Ulúa y el edificio de “hechura de torre, redondo”
muy ingeniosa, y se advierte su ingenio en algunos vasos de oro y en junto con “el ídolo con la pluma en la cabeza y el rostro vuelto” descritos

2 Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, México, Porrúa, 1980, p. 25.
3 Juan Díaz, “Itinerario de la Armada del Rey Católico a la Isla de Yucatán, en la India, el año de 1518, en la que fue por Comandante y Capitán General Juan de Grijalva. Escrito
para su Alteza por el Capellán Mayor de la dicha Armada”, en Crónicas de la Conquista, introd., selec. y notas de Agustín Yáñez, México, Coordinación de Humanidades-Dirección
General de Publicaciones-unam, 1993, pp. 22 y 23.
4 Juan Díaz, op. cit., pp. 14 y 15.
14
sugieren la presencia de un Chac mool y el culto a Quetzalcóatl en la Isla de mas de los tipos Quiahuiztlan Rojo sobre Naranja, Cerro Montoso y Naranja
Sacrificios, en tanto que el nombre Chalchicoeca o Clalchimeca puesto por Metálico, de la tradición de la Costa del Golfo, y, Espinal Negro sobre Rojo,
Hernán Cortés a la costa frente a San Juan de Ulúa, en 1519, apunta hacia la Esperanza Negro sobre Rojo, Espinal Inciso, Espinal Policromo Firme,
diosa del agua: Chalchiuhtlicue, la de la falda de jade, esposa de Tláloc y pro- Cholulteca Laca, Espinal Blanco Fugitivo sobre Guinda y Esperanza Fondo
tectora de la navegación costera en el México Antiguo.5 Los tres dioses de la Sellado, de la tradición Mixteco Puebla. Igualmente, se localizaron fragmen-
cosmogonía prehispánica tuvieron un privilegiado lugar de culto en este pa- tos de tipo Plumbate y otros que, para la doctora Annick Daneels pueden
raje de la costa central de Veracruz. Los registros arqueológicos indican que provenir de la región de Tula.8 En el baluarte de San Pedro se encontraron,
la Isla de Sacrificios tuvo una ocupación continua por lo menos desde el año además, algunos fragmentos de braseros de barro, tres teselas de concha de
1000 a. C. y una intensa actividad constructiva y funeraria entre 900 y 1200 tortuga, tres dientes humanos modificados, un malacate, una flecha, núcleos
d. C., hasta el momento de la conquista. Alfonso Medellín en 1950 confirmó y fragmentos de navajillas de obsidiana y aunque son pocos, constituyen
que tanto la iconografía representada en las estructuras arquitectónicas como los únicos testimonios del carácter ritual que tuvo el islote, desde por lo menos
la “cerámica naranja fino” sugieren el culto a Quetzalcóatl.6 el siglo vi d. C., continuando hasta el momento del contacto hispano.

En las excavaciones arqueológicas del baluarte de San Pedro, se encontró la Cuando llegaron los españoles en el siglo xvi, las culturas de la costa central
mayor parte de los vestigios de la ocupación prehispánica de Ulúa, asociados del Golfo de México habían alcanzado un desarrollo urbano, tecnológico y
con las obras realizadas por el ingeniero Adrián Boot en la década de 1620, social muy avanzado, favorecido por la agricultura intensiva. Por ejemplo,
cuando éste construyó y rellenó los traveses de la Cortina de las Argollas; Cempoala, ciudad a la que los hispanos llamaron Sevilla o Villa Viciosa por
sin embargo, ninguno de ellos correspondió a restos de arquitectura. Los su sorprendente aspecto y organización, se sustentó en un bien planeado
6 452 fragmentos de cerámica prehispánica recuperados en toda la fortaleza, sistema de riego, basado en canales de mampostería que distribuían el agua
estuvieron siempre asociados con las obras de construcción de los siglos xvi del río Actopan tanto a las áreas urbanas como a las de producción agrícola,
y xvii, aunque la cifra parece considerable y representó 19% del total de los lo cual permitió desarrollar un sinnúmero de actividades artesanales, huertos
34 074 fragmentos clasificados, su tamaño osciló entre los 0.5 y 3 centíme- domésticos y tener varias cosechas al año, capaces de sustentar a una pobla-
tros, debido a que formaron parte de rellenos constructivos que al ser apiso- ción de entre 12 500 a 17 500 personas, de acuerdo con el cálculo demográfi-
nados quedaron prácticamente convertidos en polvo.7 co desarrollado por el doctor Juergen Brueggemann.9

Los tipos predominantes corresponden a cajetes y platos del denominado La relación que establecieron Hernán Cortés y sus huestes con el gobernante
Isla de Sacrificios, vasijas miniatura del tipo Mozambique Guinda, cuencos de esta ciudad y con “otros pueblos de habla totonaca” como Quiahuiztlan,
esgrafiados del tipo Tres Picos, Falso Plumbate y recipientes de distintas for- tuvo enormes repercusiones en el proceso inicial de la conquista; sus po-

5 Los vocablos para designar la isla de San Juan de Ulúa posiblemente eran Tecpan Tlayacac (nariz o saliente de la tierra del palacio), el de la Isla de Sacrificios era Chalchuihuitlapazco (en
el apaztle o lebrillo de jade); el pequeño río en los arenales frente a Ulúa, Tenoyan (donde hay un puente); Chalchiuhcuecan o Chalchicueyecan (faldas de jade o en las faldas de jade) se de-
nominaba a la franja costera, comprendida posiblemente entre el río Huitzilapan y el Jamapa. Véase Judith Hernández Aranda, “Tecpan Tlayácac antes que Ulúa”, en Pablo Montero
(coord.), San Juan de Ulúa, puerta de la historia, vol. I, México, Conaculta/inah/ icave (Historias de San Juan de Ulúa en la Historia), 1999, p. 64.
6 Alfonso Medellín Zenil, Exploraciones en la Isla de Sacrificios. Informe, Xalapa, Gobierno del Estado de Veracruz, 1955, p. 37.
7 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Proyecto de investigación arqueológica fortaleza de San Juan de Ulúa: informe temporada 2017-2018, análisis de la
cerámica”, en el Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del inah, 2019, p. 342.
8 Agradecemos a la doctora Annick Danneels la identificación de algunos de los fragmentos de la cerámica prehispánica.
9 Judith Hernández Aranda, “Cempoala”, en Diálogos con el pasado. Recuento, México, inah, 2012, p. 219
15
blaciones en aquel momento pudieron oscilar entre 80 000 y 250 000 habi- LA ELECCIÓN DEL SITIO PARA HACER UN PUERTO
tantes para la región de Cempoala y más de 40 000 casas en la provincia de
Cotaxtla.10 La fundación de la Villa Rica de la Veracruz por Hernán Cortés Determinar el mejor sitio para formar un puerto para la Nueva España fue
en los arenales frente a San Juan Ulúa, luego trasladada a la bahía delante del crucial durante los primeros años de la conquista, la elección no sólo estuvo
pueblo de Quiahuiztlan, no hubiese sido posible sin la ayuda de sus aliados relacionada con la fisiografía costera, sino también con las disputas entre
indígenas, enemigos de Moctezuma y cuyas poblaciones pronto mermarían Hernán Cortés y Diego Velázquez por las capitulaciones otorgadas por la
hasta la casi extinción a causa de la viruela traída de Cuba por los indios que Corona a este último. En otros trabajos, hemos señalado que Grijalva no
acompañaron a Pánfilo de Narváez en 1520.11 fue el primero en navegar el Golfo de México y que bien pudieron realizarse
otras expediciones como las de Alonso Álvarez de Pineda, desde Florida a
Una vez tomada Tenochtitlan, el tráfico de personas y mercancías se intensificó, Yucatán, tal como lo demuestra su bien delineado plano de 1519, el cual pudo
vía San Juan de Ulúa, por ser el lugar más apto entre Pánuco y Coatzacoalcos haberse complementado con información proporcionada por muchos de los
para servir como puerto y, a pesar de que la Villa Rica fue trasladada en 1525 a pilotos y navegantes, como el famoso Antón de Alaminos, que se dedicaban
orillas del río Huitzilapan, hoy río de La Antigua, por considerarse un sitio más a las expediciones de salteo, captura y venta de esclavos en aguas del Caribe
abrigado, durante todo el siglo xvi, el 99.9% de las mercancías con destino a la y tenían gran dominio sobre las rutas y corrientes marítimas más benignas
Nueva España y las que salían de ella tuvieron como destino San Juan de Ulúa.12 para la navegación y el comercio, trabajando por temporadas al servicio de
los distintos gobernantes y de los personajes acaudalados de las islas, como
Por la necesidad de acercar la ciudad de Veracruz al puerto de Ulúa y la de re- Francisco de Garay y Diego Velázquez.13
estructurar la manera en que se realizaban las transacciones mercantiles, para
ahorrar en los traslados de las mercancías y evitar fraudes al fisco, un año antes de En su “Itinerario…” el padre Juan Díaz, también dejó constancia de que los
terminar el siglo xvi, el virrey Conde de Monterrey ordenó que la ciudad se trasla- indígenas ya habían tenido contacto con otros españoles, al señalar que en
dara a los médanos frente a San Juan de Ulúa, en el paraje conocido como Ventas Ulúa recibieron noticias de “que allí cerca había gentes que usaban naves,
de Buitrón. En 1601, los oficiales reales ya despachaban en la nueva ciudad y San vestidos y armas como los españoles; que una canoa iba en diez días adonde
Juan de Ulúa para entonces ya ostentaba grandes cambios, introducidos por el están, y puede ser viaje de unas trescientas millas”,14 es decir, una distancia
capitán Cristóbal de Eraso en 1570 y por el ingeniero Bautista Antonelli en 1590. cercana a las 320 millas (516 kilómetros) que aproximadamente hay entre

10 Judith Hernández Aranda, “Paisaje de viento, duna y laguna. Asentamientos prehispánicos en la costa central veracruzana en el contexto precortesiano”, en Carmen Blázquez,
Gerardo Antonio Galindo y Ricardo Teodoro Alejandrez (coords.), Veracruz: puerta de cinco siglos: 1519-1919, t. I, Xalapa, Gobierno del Estado de Veracruz/Secver/Centro Uni-
versitario las Américas de Veracruz/Universidad Cristóbal Colón, 2019, pp. 46 y 47.
11 Mucho se ha dicho que un negro que venía con Narváez fue quien contagió de viruela a la población de Cempoala, pero Lucas Vázquez de Ayllon señala que fueron algunos de
los mil indios de la isla Fernandina, que Velázquez había prometido sacar de la armada de Pánfilo de Narváez, quienes infectaron a los de la tierra de Campeche, Yucatán y Culúa.
Véase Real Audiencia de la Española, “Carta escrita al Rey por los Oidores de la Real audiencia de la Española con fecha de 30 de Agosto de 1520, dándole cuenta del suceso
del viaje que por mandado del adelantado Diego Velázquez hizo su capitán Pánfilo de Narváez con la armada, compuesta de 16 navíos y 600 españoles desde la isla Fernandina
á Ulúa…”, en Martín Fernández Navarre, Miguel Salvá y Pedro Sáinz de Baranda (eds.), Colección de documentos inéditos para la historia de España, t. I, Madrid, Real Academia de la
Historia/Imprenta de la Viuda de Calero, 1842, p. 500.
12 Pierre Chaunú, “Veracruz en la segunda mitad del siglo XVI y primera del XVII”, Historia Mexicana, vol. 9, núm. 4 (36), abril-junio, 1960, p. 530.
13 Judit Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Los primeros puertos españoles en la costa central veracruzana”, Aión. Revista Digital de la Facultad de Historia de la Universi-
dad Veracruzana, núm. 2, agosto de 2018 – enero de 2019, p. 91. Disponible en: <https://issuu.com/revistaaion/docs/maqueta__ai_n_2?fbclid=IwAR0sUmKWfkXbvH8hRO-
fZYXspJCYP4BQGuUV1voG2m4SOtqqXWM_3WWOBRYg>.
14 Juan Díaz, op. cit., p. 23.
16
San Juan de Ulúa y Pánuco, cuyo río marcaba los límites de la jurisdicción del Una vez consumada la conquista de México, los marinos y los cosmógrafos
22
territorio que la Corona había cedido a Francisco de Garay, según el plano de del rey se avocaron a la exploración de la costa atlántica del Golfo de Méxi-
Alonso Álvarez de Pineda de 1519.15 Moctezuma y la Triple Alianza, con su co en la búsqueda de bahías de bolsa o lugares que tuvieran una mejor rada
dominio extendido a las tierras centrales del Golfo de México, debieron estar que San Juan de Ulúa para anclar sus embarcaciones; el sitio elegido, además,
al tanto de todos los movimientos de las naves españolas en su territorio;16 tendría que estar lo más cerca posible de la capital del virreinato. Como la
luego, las crónicas de los conquistadores se encargarían de reavivar el mito búsqueda fue Infructuosa y entre Pánuco y Coatzacoalcos no encontraron
del retorno de Quetzalcóatl, el “quinto sol”, que les favoreció enormemente ningún fondeadero con mayor calado que el ofrecido por el arrecife de La
para emprender la conquista espiritual de la Nueva España. Gallega, no hubo más remedio que comenzar a formar el puerto, justo en su
orilla a sotavento, a pesar de las dificultades que representaba realizar cual-
Una vez fallecido Francisco de Garay en 1523 como posible adversario en quier edificación en un lugar sin condiciones ni materiales de construcción,
el dominio de las tierras americanas, dado que también poseía capitulaciones caracterizado además por sus adversidades fisiográficas y climáticas, agra-
para poblar Pánuco desde 1521,17 las decisiones tomadas por Cortés para vadas por el embate de fuertes vientos del Norte durante la mitad del año.
trasladar la villa de Medellín a orillas del río Banderas (hoy Jamapa) con la in- Pronto, los arrecifes y bajos que rodeaban a La Gallega fueron considerados
tención de formar una ciudad y un puerto, fueron entorpecidas por la Prime- como una ventaja para el comercio transatlántico, pues sólo naves amigas po-
ra Audiencia y posteriormente por el virrey Antonio de Mendoza.18 A pesar dían entrar a su puerto, auxiliadas por bateles a cargo de los servidores del rey
de que Medellín presentaba, en opinión del extremeño, “todas las cualidades en San Juan de Ulúa, que les indicaban el camino para sortear la accidentada
que para asentar pueblo se requieren” y en cuyo puerto fueron recibidas fisiografía costera.
mercancías hasta 1528 —según los registros de notarías—,19 esta ciudad y
la de Villa Rica se fusionaron a orillas del río Huitzilapan en 1527,20 dos años La investigación arqueológica permitió conocer que, en el siglo xvi, el islote
después de que la Villa Rica se hubiese trasladado allí por órdenes de Rodrigo de de Ulúa tendría una superficie aproximada de unos 8 800 metros cuadra-
Albornoz y no de Cortés como se suele afirmar.21 dos, localizándose su mayor parte al sureste del arrecife de la Gallega, cuya

15 Judith Hernández y Roberto J. Ávila, “La villa de San Salvador fundada por Pánfilo de Narváez en 1520”, en prensa.
16 José Torre Rovello, “El viaje de Yáñez Pinzón y Díaz de Solís (1508)”, Historia Mexicana, vol. 6, núm. 2 (22), octubre-diciembre, 1956, p. 241.
17 “Contrata con Francisco de Garay para poblar las tierras que había descubierto”, en Goio Bañales, Francisco de Garay, el primer explorador vasco de las encartaciones de América, España,
Impresión Grafidenda, 2011, doc. 6.
18 En otro trabajo de nuestra autoría, se hace un análisis de los puertos utilizados durante los primeros años de la conquista. Véase Hernández Aranda y Ávila Hernández, “Los
primeros puertos”, op. cit., pp. 85-109.
19 Agustín Millares Carlo y José Ignacio Mantecón Navasal, Índice de extractos de los protocolos del Archivo de Notarías de México, D.F.: 1536-1538 y 1551-1553, México, El Colegio de Mé-
xico-Centro de Estudios Históricos, 1945.
20 Fernández de Oviedo menciona que el poblado de Medellín, por “ser enfermo e gran trabajo para llevar las mercaderías, se deshizo en el tiempo que gobernó el tesorero Estrada,
e se pasaron los vecinos a la Villa Rica, e se hizo una ciudad de doscientos vecinos que se llama la ciudad de la Veracruz”. Véase Gonzalo Fernández de Oviedo, Sucesos y diálogos
de la Nueva España, Edmundo O’Gorman (pról.), México, Coordinación de Humanidades-unam, (Biblioteca del Estudiante Universitario, 62), 2007, p. 78.
21 Albornoz podía dar esa orden utilizando el derecho que le daba su cargo como teniente de gobernador. El 15 de octubre de 1522 fue nombrado contador de Hernán Cortés por
decreto real y en la carta que escribió al rey, el 15 de diciembre de 1525, dejó ver las serias discrepancias que tenía con Cortés y creyéndolo muerto en las Hibueras, notifica que
la Villa Rica “se muda seis leguas de donde estaba, junto a un rio que dicen de Canoas” (río Huitzilapan). Véase Rodrigo de Albornoz, “Carta del Contador Rodrigo de Albornoz
al Emperador”, en Joaquín García Icazbalceta, Colección de documentos para la historia de México, t. I, México, Porrúa, edición facsimilar, 1971, p. 495.
22 Antón de Alaminos, bajo el mando de Cortés, encontró la rada frente a Quiahuiztlan, posteriormente se encargan de revisar la costa otros navegantes y cosmógrafos, como
Alonso de Santa Cruz o Juan López de Velasco.
17
circunferencia medía una legua (4.828 km), según la medición que hizo en con los que se alimentaba a los esclavos que trabajaban en la construcción o
1590, el ingeniero Bautista Antonelli, y que por las necesidades urgentes de brindaban auxilio a los marinos que llegaban en las flotas.23
contar con un fondeadero, la fortaleza se comenzó a orillas de éste y no so-
bre el islote, por lo que para sortear los embates de la marea que subía metro En 1544, año en que llegó a la Nueva España el visitador Tello de Sandoval,
y medio cada día, el arrecife se fue rellenando poco a poco con materiales no se habían efectuado en San Juan de Ulúa más que algunos “mamparos”
pétreos y huesos de animales, para tener una superficie seca y plana en la que para amarrar las naves y una pequeña torre de mampostería que apenas alcan-
pudiera maniobrar la guarnición militar. Se requirieron 300 años para relle- zaba la altura de un hombre.24 A mitad del siglo xvi, el panorama del puerto
nar los 20 146 metros cuadrados de superficie sobre los que se desplanta el en general continuaba igual, posiblemente porque, al no resolverse el proble-
cuerpo principal, el reducto y los lunetos de la fortaleza, sin contar el área del ma del emplazamiento definitivo de la ciudad y del puerto, cada suma inver-
cementerio, unos cuerpos de guardia y un polvorín que se levantaron sobre tida en ellos podía significar una gran pérdida para las autoridades virreinales;
el glacis, que aún no se han explorado. Podemos imaginar los miles de metros de ahí que la mayor parte de la correspondencia oficial de la época se refiera
cúbicos de material necesarios sólo para la cimentación; pues en las unidades a las obras de San Juan de Ulúa únicamente como “reparos” o arreglos y no
de excavación relacionadas con la obra de Jaime Franck, los pisos de las corti- a proyectos para desarrollar, a diferencia de otros puntos de la costa atlántica
nas se levantaron en promedio a 1.24 metros sobre el lecho marino, mientras que para esas fechas ya habían resuelto sus escenarios, como es el caso de
que los rellenos en los baluartes tuvieron una media de 3 metros, debido a la La Habana y Cartagena.25
irregularidad del arrecife.
Dos catástrofes replantearían la irrisoria protección que brindaban a la
Nueva España las escasas construcciones existentes en San Juan de Ulua:
la primera, de origen natural, fue el tremendo huracán que azotó las costas
SEMBLANZA HISTÓRICA DEL PUERTO DE VERACRUZ del Golfo de México entre el 2 y el 4 de septiembre de 1552 y el segundo,
el sorpresivo ataque del pirata Hawkins en 1568. Luego del desastre que
Si bien la ciudad de Veracruz operó junto al río Huitzilapan durante el siglo dejó el huracán en la costa, se propuso trasladar a la ciudad de Veracruz
xvi, las obras comenzadas en 1535 por el virrey Antonio de Mendoza en al Hato de doña María, un sitio exento de médanos que se encontraba si-
Ulúa requirieron de gente e insumos que no podían albergarse en el redu- tuado sobre una peña a una legua, río arriba, y contaba con buenas sali-
cido islote, por lo que en los arenales de enfrente comenzó a levantarse un das, pastos y materiales como piedra, cal leña y agua.26 Debido al infruc-
pequeño caserío cuyos moradores eran los propios encargados de recaudar tuoso resultado, por la negativa de los comerciantes a la mudanza, en 1560,
los impuestos para la obra del muelle y personas que cuidaban a los carneros durante la administración del virrey Luis de Velasco, se intentó nuevamente

23 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández. “El virrey Antonio de Mendoza y las primeras obras en San Juan de Ulúa”, Ulúa, núm. 36, julio-diciembre, 2020,
pp. 47 y 48.
24 José Antonio Calderón Quijano, Historia de las fortificaciones en Nueva España, 2ª ed., Madrid, Gobierno del Estado de Veracruz/Consejo Superior de Investigaciones Científicas/
Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1984, p. 6.
25 Judith Hernández Aranda, Veracruz, ciudad amurallada: seguridad imaginaria, tesis de doctorado en Antropología Simbólica, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia,
2017, pp. 73-76 y 332.
26 García Escalante Alvarado, “Carta al Emperador, informando de los estragos que había hecho un huracán en la ciudad de Veracruz y el puerto; de las obras que convenia hacer
en éste; de que se debía transladar la ciudad al sitio llamado ‘Hato de Doña María’; de haber cesado en el cargo de alcalde mayor de la Veracruz, y de estar nombrado proveedor
de las obras del puerto de la Veracruz, a 12 de mayo de 1553”, en Leonardo Pasquel, La ciudad de Veracruz, t. 1, México, Editorial Citlaltépetl, 1958, p. 157. En la nota, Escalante
señala que “la piedra que en el puerto se gasta se llena de junto al hato de doña María y la cal de la Rinconada que es más para México”, ibid., p. 158.
18
cambiar la ciudad, esta vez a los médanos frente a San Juan de Ulúa para que con madera de Alvarado, quedando en el olvido el hermoso proyecto de
allí se llevara a cabo la descarga de las flotas. Se inició entonces la repartición Atarazanas.31
de solares del poblado que a la postre fue conocido como Ventas de Buitrón,
donde en 1586 se proyectó hacer unas atarazanas como las de Sevilla,27 apro- Aun si los dos primeros baluartes que resguardaron la ciudad fueron termi-
vechando una ensenada en tierra firme, lugar en donde ahora se encuentra la nados a mediados del siglo xvii y diseñados para permitir tiros cruzados con
estación terminal de ferrocarriles y previamente el baluarte de la Concepción la fortaleza de Ulúa, en caso de algún ataque enemigo, durante el asalto del
de la otrora ciudad amurallada. pirata Lorencillo a la ciudad de Veracruz el 17 de mayo de 1683, el castillo de
San Juan de Ulúa no prestó ningún auxilio. La muerte de unas 400 personas,
A finales del siglo xvi y siguiendo los consejos del ingeniero Bautista Anto- que eran prácticamente la mitad de la población, y las considerables pérdidas
nelli, el virrey Conde de Monterrey dio la orden de cambiar la población de reportadas por los comerciantes, entre las que se incluía a cuanto esclavo
Veracruz a las Ventas de Buitrón, con el fin de acabar definitivamente con el había en el puerto, obligaron a fortificar la ciudad ya que los vecinos amena-
lento trasiego que se hacía de las mercancías desde los muelles de Ulúa a los zaban con abandonarla. La urgencia del gobernador Fernando de Solís por
de aquella ciudad. Tal disposición permitiría disminuir las pérdidas y robos amurallarla no sólo estuvo encaminada a evitar que los vecinos cumplieran
verificados durante el traslado de éstas y con los arreglos que se hicieran a su promesa, porque ello significaría el fin del comercio novohispano, sino
la fortaleza, “se evitarían los daños que cada año subceden, en dar muchas también a sacar provecho económico para la monarquía, pues la medida ade-
naves a la costa, y de hacerse pedazos unas con otras sobre las amarras”.28 más de brindar el consuelo, el abrigo y la protección que la gente solicitaba,
Las 39 flotas y los cientos de toneladas de mercancías recibidas en el puerto permitiría aumentar el control fiscal, al tener como única entrada el muelle
de Ulúa, entre 1560 y 1602, por sí mismas por sí mismas, fueron el motivo de la contaduría, con lo que se evitaría el contrabando, calculado para ese
inexcusable para que la ciudad estuviese cerca de su puerto.29 entonces en un 75%.32

Una vez trasladados los 200 vecinos al nuevo asiento, el rey Felipe III Las constantes disputas entre las autoridades de la fortaleza, los ingenieros cons-
decretó en una cédula del 28 de marzo de 1600 que la ciudad llevara para tructores, las autoridades locales y los oficiales reales por los recursos para cons-
siempre el nombre de Nueva Veracruz y el 9 de julio de 1615 confirmó truir las obras de fortificación, aunadas a los constantes problemas financieros de
ese título.30 El 7 de marzo de 1601 se firmó el primer acuerdo del cabildo, la Corona española, provocaron que éstas siempre estuvieran en estado ruinoso.
aún si muchas de las transacciones comerciales y la revisión de las mer-
cancías por parte de los oficiales reales ya se realizaba en ese lugar desde A mediados de 1789, cuando llegó el virrey Revillagigedo a Veracruz, opinó
1597, en un jacal que el virrey Conde de Monterrey había mandado hacer que la muralla “no merecía ese nombre”,33 le pareció que intencionalmente era

27 “Traza de… la cassa de descarga y aduana que se ha de hacer en el puerto de San Juan de Lúa, en la banda de tierra firma que llaman Vuitron”, 12 de mayo de 1586, agi, mp-Mé-
xico, 555.
28 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Bautista Antonelli y sus proyectos para la transformación del puerto de San Juan de Ulúa en 1590”, Ollin, núm. 15,
enero-junio, 2015a, pp. 58-59.
29 Dato tomado de una tabla elaborada por Roberto J. Ávila a partir de 24 documentos del agi, ramos Contratación, 2927 a 2972 B, “Papeles de armada”, años 1555 a 1605, y agi,
Contratación, 4309 a 4317, “Cuentas de factores” de 1570 a 1599.
30 Francisco Javier Clavigero, Historia antigua de México y de su conquista, t. 2, México, Imprenta Lara, 1844, p. 17.
31 “Traza de… la cassa…”, 1586, agi, mp-México, 555.
32 Judith Hernández Aranda, Veracruz, ciudad amurallada…, op. cit., pp. 73-76.
33 Christon Archer, El ejército en el México borbónico, 1760-1810, México, Fondo de Cultura Económica, 1983, p. 63.
19
muy baja con el fin de evitar que el aire se estancara dentro del recinto y causara comercial y un inusitado aumento en la población y en la actividad construc-
epidemias, además, la arena de la playa acumulada en su lado exterior hacía que tiva. A partir de entonces, Veracruz dejó de ser un simple lugar de tránsito
el muro estuviese en constante reparación. Las obras emprendidas por Revilla- para convertirse en una verdadera plaza comercial.36 Para tener una idea del
gigedo no tuvieron fines puramente defensivos: ordenó que la Puerta Nueva movimiento mercantil, cabe señalar que hacia 1804 Alejandro de Humbolt
usada solamente para recibir a los virreyes fuera clausurada, cambió las oficinas estuvo en el puerto y le llamó la atención que para esas fechas “solo el comer-
de la tesorería cerca del muelle, arregló el hospital militar de San Carlos, erigió cio de Veracruz, ocupa[ba] cerca de 70 000 mulos al año”.37
un panteón a extramuros por motivos de sanidad para evitar epidemias, con
el consiguiente reclamo de parroquianos y religiosos; inició la canalización del Durante el siglo xix, luego del desalojo de las fuerzas españolas, las obras de
río Jamapa y la construcción de cuarteles para alojar unos 200 a 500 hombres fortificación en Veracruz cesaron; la vida política y económica tuvo un cam-
e igual número de trabajadores forzados que desde hacía una década vivían en bio radical cuyo reflejo material en la urbe es motivo de un trabajo aparte que
casas rentadas. El ingeniero Miguel del Corral fue comisionado para hacerse excede los límites temáticos del presente texto.
cargo de las obras.34

La mayor parte de los vecinos que ocupaban la ciudad eran mercaderes o se


dedicaban a las milicias. La apertura del libre comercio acarreó una bonanza LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA SOBRE SAN
económica inusitada, debido en parte, a que los conflictos bélicos en el área JUAN DE ULÚA
del Caribe ayudaron a incrementar los negocios de los veracruzanos. Anual-
mente más de 60 millones de pesos entraban a Nueva España y salían de ella A lo largo del trabajo de campo y con el análisis de los documentos revisados,
otros 15 millones como remisibles a España y el Caribe mismo. Para defender se notó la existencia de una gran diversidad de materiales y sistemas cons-
tantos caudales, aparte de las milicias acuarteladas en San Juan de Ulúa, se tructivos, cada uno relacionado con las reformas que tuvo el inmueble a lo
colocaron cuatro o cinco barcos de guerra junto a sus muelles y a casi 2 000 largo de su historia, incluyendo las intervenciones de restauración ejecutadas
hombres del cuerpo de lanceros, de manera permanente en la ciudad, casi en las últimas décadas. Un simple recorrido visual a los paramentos de la
todos pardos libres habituados al calor del puerto, aunque éstos se dedicaban fortaleza nos permite observar los diferentes tipos de aparejos y materiales
más a evitar el contrabando que a la defensa del puerto. Lo que es seguro es de construcción existentes entre un espacio y otro; el amplio “collage” puede
que el espíritu castrense debió permearse en todas las actividades cotidianas.35 estar conformado por distintas especies de piedra múcara, coralina y de can-
teras, losetas, ladrillo, diferentes mezclas con cal y cemento o una combina-
En 1795 se estableció el Consulado de Comerciantes de Veracruz y muchos ción de varios de ellos. La heterogeneidad de los materiales también indica
de sus agremiados, al haber financiado parte de esa guerra con préstamos y la existencia de distintas fuentes de abasto de materias primas, así como de
donativos, se volvieron acreedores de la Corona y empezaron a tener tanta la capacidad técnica de los constructores para dominar diversos métodos
injerencia en cuestiones políticas, que en poco tiempo consiguieron terminar y modelos constructivos, ya fuese como avezados capitanes con una gran
con el sistema de flotas, elevando el número de barcos particulares que llega- experiencia empírica o como ingenieros militares egresados de la prestigiosa
ban al puerto, a partir de 1776, con el consiguiente incremento de la balanza Real y Militar Academia de Barcelona.

34 Martín González de la Vara, “El virrey Revillagigedo y la defensa del puerto de Veracruz, 1789-1794”, Relaciones, vol. XXVIII, núm. 110, primavera, 2007, pp. 84-85.
35 Ibid., p. 85.
36 Judith Hernández Aranda, “Actividad portuaria y mercantil en el virreinato”, en Sussana Casarin y Marcela Landgrave (eds.), Ciudad y Puerto de Veracruz, México, Conaculta/inah,
2015, p. 35.
37 Alejandro de Humboldt, Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España, México, Porrúa, 1978, p. 300.

20
Al considerar que forma y función son indisociables, de inmediato nos percata- lución constructiva del inmueble, ello, además, sirvió para detectar los rastros
mos de que cada elemento se presenta como testigo de los procesos de adecua- de las diferentes etapas entre los muros actuales y buscarlos en los depósitos
ción del edificio, como respuesta a las necesidades de sus habitantes y asociado arqueológicos.
con técnicas, materiales y diversas clases de especialización, los cuales nos remiten
a cánones relacionados con los modelos económicos y de organización política
que sirvieron como engranaje a la vida cotidiana de los habitantes de la Nueva
España y de su metrópoli, unidas por sus puertos a través del cordón umbilical CRISTÓBAL ERASO Y LA EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA
tendido por las flotas y el rico comercio transatlántico.
El pirata John Hawkins, dedicado al comercio ilegal de esclavos y a la pirate-
Aun si las exploraciones arqueológicas se hicieron como respaldo a las obras ría en aguas del continente americano bajo el amparo de la Corona inglesa,
de restauración, el diseño de la estrategia de trabajo y las áreas a excavar, logró entrar al puerto de Ulúa gracias a la ayuda de los pilotos españoles que
muchas veces fueron elegidas para resolver preguntas de la investigación. En confundieron su flota con la de Juan de Ubilla; en esta última venía el nuevo
este sentido y dado que en otras partes de este texto se abordarán diversos te- virrey Martín Enríquez de Almanza, quien luego de la batalla naval y el des-
mas relacionados con la arquitectura de la fortaleza, en los siguientes párrafos alojo de los ingleses ordenó que la artillería decomisada fuese puesta en el
mostraremos sólo algunos de los hallazgos materiales y documentales que fuerte que se estaba construyendo. Miles Philips, uno de los acompañantes
permitieron hacer algunas precisiones importantes sobre la visión histórica de Hawkins, al hacer relación de los sucesos en los que perdieron sus naves y
que se tiene de este edificio y de sus constructores. la batalla, anota que para entonces el puerto de San Juan de Ulúa “no era más
que una isleta de piedra que en lo más alto no tenía arriba de 3 pies fuera del
El haber revisado las imágenes originales en los archivos históricos digitales, agua [83 centímetros] y cuya extensión por cualquier parte no pasaba de un
como el de Indias, el Nacional de México o la Mapoteca Orozco y Berra, para tiro de ballesta cuando más”.39 Los diversos testimonios recopilados por el
documentar nuestros informes de trabajo,38 nos permitió paleografiar todas escribano Antonio de Turcios sobre las condiciones en que quedó San Juan
las glosas, convertir las medidas y escalas al sistema métrico y transferirlas a de Ulúa luego del huracán de 1552 nos permiten saber cuántas construccio-
archivos en formato dwg, con el fin de ajustar cada modelo al levantamiento nes y de qué tipo estaban hasta entonces en la isla,40 y que a la llegada de los
actual; con las múltiples capas se logró conformar un plano general de la evo- piratas éstas no habían tenido muchas mejoras.

38 Consultar el Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del inah, donde se localizan más de 10 volúmenes con información del Proyecto Arqueológico. Véase
también la bibliografía de este trabajo.
39 Miles Philips, “Donde se refiere cómo y cuándo salimos de Inglaterra, el número y nombre de los buques, sus capitanes y maestres, y nuestros tratos y hechos en la costa de
África”, en Ana Laura Delgado (coord.), Cien viajeros en Veracruz, crónicas y relatos, t. I, México, Gobierno del Estado de Veracruz/Editorial Eón, 1992, pp. 61-79.
40 Por ejemplo, varios testigos señalan que las “albarradas de piedra questaban hechas para defensa de los navíos y para defensa de la isla” quedaron destruidas y allanadas, ocho de
las diez casas que había fueron arrasadas; en la mayor de ellas, vivía Hernando de Vergara receptor de la “impusición, con su mujer e casa e familia como persona que tiene a cargo
la obra del dicho puerto,” solamente se habían ahogado cuatro o cinco de los cuarenta o cincuenta españoles que se hallaban en la isla porque la mayoría se refugió “en una casa
grande que está hecha en aquella parte donde los navíos echan las anclas, [escapando] en un alto que la dicha casa tiene… y [asimismo] una de las naves del “cargo y descargo de la
ciudad pasó por encima de una torre que está empezada hacer en la dicha isla questará un estado [1.95 metros] sobre agua”. En las descripciones, la casa grande y la torre parecen
referirse a lo mismo, también había una casa que servía de venta o mesón donde se refugiaron diez hombres, blancos y negros, una iglesia y dos campanas. La isla había quedado
“tan comida de la resaca de la dicha mar, que con muy poca mar que haya o viento la cubre,” lo cual confirma lo referido por muchos ingenieros y marinos sobre que la mar cubría
la isla unas dos varas cada día. Véase Antonio de Turcios, “Testimonio expedido por Antonio de Turcios, escribano mayor de la gobernación de Nueva España, de una información
hecha en la ciudad de Veracruz, por el alcalde mayor de la misma García de Escalante Alvarado, en 27 de septiembre de 1552, sobre los daños que había causado en dicha ciudad
y fuerte de San Juan de Ulúa, la tormenta y huracán que empezaron el día 2 del mismo mes y año”, 5 de noviembre de 1552, en Leonardo Pasquel, op. cit, t. 1, pp. 115-145.
21
El peligro que suponía para la economía novohispana la presencia de piratas llegada al puerto de San Juan de Ulúa, inmediatamente había enviado al virrey
en el puerto provocó que, a dos años de este evento, surgieran los primeros la relación de todo lo necesario para poner en ejecución la obra de la traza que
proyectos formales para fortificar San Juan de Ulúa. Los tres que se conocen, traía consigo y que para empezarla hacía “falta la sillería y cantería…, para fun-
corresponden a planos del año 1570 y están relacionados con el capitán don dar esta obra en el agua”. Igualmente advertía que el virrey ya había mandado
Cristóbal Eraso, que en febrero de ese año ya trabajaba en la obra:41 el primero, a reconocer las canteras de Campeche para este propósito. En la misma carta,
pertenece a la colección George Legge, barón de Darmouth (1648-1691) y tie- Eraso aclara que solo permanecería al frente de la obra durante el tiempo que
ne por título “Traza de la ciudadela-castillo para la Isla de San Juan de Ulúa”;42 estuviese la flota en el puerto y que, mientras el virrey resolvía el problema de
el segundo se trata del “Plano del Puerto de San Juan de Ulúa con el proyecto la piedra, se ocuparía de terminar el baluarte comenzado “para dejarle montada
de las nuevas obras”43 y, el tercero, es la “Planta y alzado de la parte construida artillería y en defensa, y así mismo, el lienzo de la muralla acabada”.46
y proyectada para la obra de fortificación de San Juan de Ulúa”.44
En 1572, la Universidad de los maestres y pilotos y señores de navíos de la
El primer dibujo, delineado en amarillo para representar la obra existente y con ciudad de Sevilla, como expertos en la carrera y navegación en las Indias,
negro la proyectada, tiene particular importancia porque se trata no solo de un luego de analizar las distintas situaciones que ponían en peligro su comercio
modelo de fortificación sino del proyecto de una ciudad al interior de su plaza, en las posesiones a ultramar, enviaron una carta al rey para advertirle sobre
con cuatro manzanas de unos 884 metros cuadrados, en las que se construirían la manera irregular en que operaba el principal puerto de la Nueva España y
casas, comunicadas por calles de unos 2.5 metros de ancho. La imagen aparece de lo que, en su opinión, podría hacerse para remediarlo. Entre las múltiples
en blanco y negro en el texto del doctor Juan Manuel Zapatero,45 y José An- propuestas que se analizan en un texto en preparación, podemos destacar
tonio Calderón Quijano además de atribuirle su identificación, señala que éste que para ellos era urgente que se poblara la isla y se hiciera un poblado en
considera que debió pertenecer a los documentos de Eraso; en nuestra opinión, el que las naos pudiesen descargar de inmediato:
las autoridades del Consejo de Indias debieron entregarlo a Eraso al momento
de partir con la flota a su cargo, con rumbo a la Nueva España; ello debido a […] la ropa en sus mismos bateles, y se puede dar orden que los bate-
las características del proyecto y a un par de apostillas en las que se especifica les anden por las calles de la isla y que lleguen hasta las puertas de las
que: “El señor don Xptobal berá lo que puede salir mas este torreón de lo casas a descargar la ropa al modo de Venecia, y las naos favorecerían al
que agora demuestra por la traza y eso saldrá y no más”, “También a de ber el pueblo y el pueblo a las naos, y la flota de esta manera se despacharía
sr. don Xptobal si estas piezas que agora por esta banda ban señalados almaze- en menos tiempo y espacio de dos meses para volver a España, y ahora
nes, si conbendra que sean terraplenos o si servirá delos dichos almacenes”, no se despachan ni pueden despachar ni aún en tiempo de seis meses
lo cual se confirmaría con la carta en la cual Eraso notificaba al rey que a su […].47

41 Cristóbal de Eraso, “Carta al Rey del General Don Cristóbal de Eraso, dando cuenta de las obras que se están haciendo en el fuerte de San Juan de Ulúa y pidiendo mercedes
para sus hijos”, 1 de febrero de 1570, agi, Papeles de Simancas, est. 59, caja 4, leg. 3.
42 Biblioteca del Congreso, San Juan de Ulúa, [1570] Map., Cristóbal de Eraso and Hans and Hanni Kraus, Sir Francis Drake Collection. Disponible en: <https://www.loc.gov/
item/2004629173/>. Consultado el 14 de mayo de 2022. La imagen aparece en blanco y negro, en Juan Manuel Zapatero, “Una traza inédita de ciudadela-castillo para la isla de
San Juan de Ulúa”, Anuario de Estudios Americanos, núm. XXIII, 1966a, pp. 647-668.
43 agi, mp-México, 723.
44 agi, mp-México, 724.
45 José Antonio Calderón Quijano, Historia de las…, op. cit., fig. 4 (s/p).
46 Cristóbal de Eraso, “Carta al Rey…”, op. cit.
47 Maestres y Pilotos de Sevilla, “Carta sobre la mudanza de la población de Veracruz a San Juan de Ulúa, etc.”, 1572, agi, Patronato, 259, R.41, fs. 1r-1v.
22
Creemos que el modelo de fortificación que portaba Cristóbal de Eraso para de fortificación de San Juan de Ulúa”, y aparece en el catálogo de planos en el
San Juan de Ulúa, en 157048 era algo muy similar a lo que la Universidad de presente libro.52 Es muy similar al otro que aparece también como original en
Mareantes deseaba, solo es necesario decir que nunca nada equivalente se la Biblioteca del Congreso, como “Eraso, Cristóbal de, and Hans And Hanni
llevó a cabo, y que se concretó a encaminar su propio proyecto, consistente Kraus Sir Francis Drake Collection”.53 Aparentemente son iguales, tienen casi
en la ampliación del Muro de las Argollas y en hacer una torre donde ahora se las mismas proporciones y colores, la caligrafía es similar, pero presentan deta-
encuentra el baluarte de San Crispín.49 La otra torre que aparece en los planos lles en la distribución de las argollas, cañones, acomodo en la sillería y cuadros
de 1570 es el antecedente del baluarte de San Pedro y en muchos documen- de texto que indican que son imágenes distintas. Desconocemos si existe un
tos aparece nombrado como “torreoncillo” o “torre vieja”. estudio reciente al respecto y no encontramos referencias en la Biblioteca del
Congreso sobre la historia de ese manuscrito en su acervo; sin embargo, nos
El segundo modelo tiene una caligrafía distinta a la del primero, se trata de una atrevemos a sugerir que se trata de una de las dos pinturas del puerto de San
planta más sencilla en la que se incluye una descripción más detallada, tanto Juan de Ulúa, en Nueva España encargadas por el Consejo de Indias al pintor
de las obras existentes como de las que se pretendían construir. En la planta Diego de Urbina en 1571 y pagadas en 76 reales.54
se encuentran acotados el largo y ancho de los muros y las indicaciones de los
lugares en que debían quedar las puertas, merlones, pasillos y linternillas. Las Con los datos de los planos, se identificaron los únicos pedazos de la “torre
medidas coinciden con los levantamientos arquitectónicos que utilizamos para vieja” y del antiguo Muro de las Argollas que aún quedan a la vista, allí se
hacer el estudio de la evolución constructiva de San Juan de Ulúa, seguramen- realizó la Cala 72 con dimensiones de 1.90 metros de largo por 1.20 metros
te este modelo fue el que se utilizó antes de la llegada del ingeniero Bautista de ancho. Al igual que en todos los sondeos arqueológicos, se trabajó con dos
Antonelli y la obra estaría terminada cerca de 1582, fecha en que el pirata Miles bombas de achique para abatir el nivel freático. A las primeras capas de tierra
Philips logró escapar hacia Europa por Guatemala, a 14 años de su desem- y basura de la década de 1980, le siguieron rellenos de piedra y a 1.05 metros
barco y luego de intentar retornar por la vía de Veracruz,50 donde vio que los de profundidad, se registró un piso muy compacto de cal, arena y piedra mú-
“españoles después que estuvo nuestro general, han construido en la isla un cara muy agrietado por fallas estructurales, debido a que fue colocado para
buen castillo y un baluarte bien fuerte para mejor resguardo del punto”.51 cubrir un gran sillar de 1.07 metros de largo por 0.50 metros de ancho. Para
explicarnos este elemento, se recurrió a un plano elaborado por el ingeniero
El tercer plano también pertenece al Archivo General de Indias, registrado Lorenzo de Solís en 1759, en el cual aparece una propuesta para arreglar el
con el título “Planta y alzado de la parte construida y proyectada para la obra andén del Muro de las Argollas; dicho plano se ajustó a la escala de los le-

48 Biblioteca del Congreso, San Juan de Ulúa, [1570], en José Antonio Calderón Quijano, Historia de las..., op. cit., fig. 4, donde se dice que el doctor Juan Manuel Zapatero considera
que este plano debió pertenecer a los documentos del capitán general de la Armada Cristóbal de Eraso. El ejemplar publicado por Quijano proviene de la colección George
Legge, Barón de Darmouht (1648-1691).
49 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Los aljibes en la fortaleza de San Juan de Ulúa”, Boletín de Monumentos Históricos, núm. 32, septiembre-diciembre, 2014, pp. 99-124.
50 Nota de las editoras a la relación de Miles Phillips en Cien viajeros…, op. cit., p. 65.
51 Miles Philips, “Donde se refiere cómo y cuándo nos partimos de la costa de África; nuestra llegada a Indias occidentales, nuestro comercio allí y, por último, la gran crueldad que
los españoles usaron con nosotros por orden y disposiciones del virrey, faltando a la palabra dada y tratando de hacernos caer en la trampa”, en Cien Viajeros…, op. cit., pp. 61-79.
52 Véase en “Planos de San Juan de Ulúa” de este libro: Plano 1. 1570. LOC, G4414.V46:2C3 1570 .C7.
53 Biblioteca del Congreso, San Juan de Ulúa, [1570].
54 El documento dice “dos trazas y modelos”, el título del documento en el Archivo General de la Nación (agn): “dos pinturas”, el de la Biblioteca del Congreso tiene colores más
vivos y parece haber sido pintado y no dibujado. Véase Consejo de Indias, “Carta acordada del Consejo de Indias al receptor Antonio de Cartagena disponiendo la libranza a
favor del pintor Diego de Urbina de 76 reales en retribución por dos pinturas del puerto de San Juan de Ulúa, en Nueva España”, 29 de marzo de 1571, agi, Indiferente, 426,
leg. 25, f. 107r.
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vantamientos arqueológicos, y con ello, pudimos reconocer varios elementos final, el estudio de los planos de Antonelli se confronta con las propuestas que
que indican que el piso encontrado formó parte de las obras propuestas por hizo para Veracruz y Ulúa el turbio personaje que parece haber sido el capitán
este ingeniero, pues según sus palabras, “las mejoras del andén maltratado Pedro Ocho de Leguizamo,58 con los documentos relacionados con las obras
y del recinto de muralla y baluartes colaterales ejecutadas como se proyectan, que el virrey de Guadalcázar encargó hacer en Ulúa al ingeniero Adrián Boot
dejarán esta parcial pieza del castillo tan necesaria [y] principal para el en 1618.59
abrigo de los navíos de guerra y del comercio español; de firmeza y estable
y de permanente duración, servible por muchos siglos”.55 El primer dibujo de Antonelli representa las condiciones y población que en-
contró en la isla a su llegada en 1590, compuesta por “ocho o diez españoles”
y unos 150 esclavos del rey que vivían en unas casas hechas con la “madera
de navíos que se van al través, fundadas y fabricadas sobre palos y debajo
BAUTISTA ANTONELLI Y ADRIÁN BOOT el agua”; la imagen permite observar que se trata de palafitos construidos a
una altura considerable del suelo, pues, según otros documentos, cada día la
Los sondeos arqueológicos en el baluarte de San Pedro y en el patio de la marea subía e inundaba la isla. La representación en perspectiva consigna las
cortadura de San Fernando también se hicieron con la intención de buscar edificaciones existentes en la isla e ilustra muy bien la organización espacial
elementos que aparecen en los planos o en algunos documentos relacionados del puerto descrita en otros documentos como los de 1552 y los que apare-
con los ingenieros Adrián Boot, Bautista Antonelli y el capitán Pedro Ochoa cen en los proyectos de Eraso.
de Leguizamo, a quienes dedicamos otro texto56 en el que se analizan seis pla-
nos que elaboró el ingeniero italiano como resultado del reconocimiento que En su “Planta y descripción de la ysla de S. Jhoan de Ulua y de la manera que
hizo de San Juan de Ulúa, entre el 27 de enero y el 15 de marzo de 1590.57 se podría fortificar”, Antonelli presenta un ambicioso proyecto de fortifica-
Asimismo, ahí se incluyeron los documentos donde plasmó sus propuestas ción abaluartada que seguía los cánones de la época; en él aparece todo el
de fortificación para la trasformación del puerto y la necesidad de trasladar la contorno del arrecife de La Gallega, la costa donde se encontraban las Ventas
ciudad de Veracruz al sitio donde ahora se encuentra, complementadas con la de Buitrón y la traza de una ciudad al lado del río Tenoya, a donde sugería que
propuesta de construcción de un camino de México hasta los médanos frente se trasladara el vecindario de Veracruz que para entonces radicaba junto al río
a San Juan de Ulúa, donde proponía que se hiciese la descarga de los barcos. Al Huitzilapan, hoy río La Antigua. En las excavaciones arqueológicas realizadas

55 Lorenzo de Solís, “Plano total, perfil y parciales de la Muralla del Castillo situada al Sudoeste, a donde se amarran los Navíos de Guerra de su Majestad”, 10 de octubre de 1759,
agn, Historia, vol. 366.
56 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Bautista Antonelli…”, op. cit.
57 Cinco de ellos están clasificados en el Archivo General de Indias (agi) con las siglas mp-México y los números 35, 36, 37, 39 y 41; el otro aparece como figura 3 en Manuel Tous-
saint, “Ensayo sobre los planos de la ciudad de Veracruz”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. 4, núm. 15, enero, 1947, pp. 19-43, y fue tomado a color de Pilar Moya
Olmedo, “Algunos dibujos de la primera arquitectura de Nueva España; mapas, planos y proyectos de arquitectura del siglo XVI”, Proyecto y Ciudad, núm. 15, 2014, p. 87.
58 Los enredos políticos del capitán Ochoa de Leguizamo para obtener la gubernatura de Yucatán y Tabasco, y su extraña manera de adquirir el título de ingeniero, están amplia-
mente documentados en los textos de Laura Caso Barrera de 2009 y en el de Alicia Cámara Muñoz de 1998. Igualmente, parece que Leguizamo usó varios nombres; por ejemplo,
en un documento de la Audiencia de Panamá se menciona que se le conocía también como Pedro Fernández de la Bandera, agi, Panamá, 14, R. 13, N. 88.
59 Véase Diego Fernández de Córdoba (marqués de Guadalcázar), “Carta del virrey marqués de Guadalcázar a su majestad: fortificación y abrigo de San Juan de Ulúa”, 16 de oc-
tubre de 1618, agi, México, 29, N. 44, f. 1v.

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en la ciudad de Veracruz, los materiales más antiguos se encontraron en el 100 pies, tal como se señalaba con amarillo en el plano perdido de Boot. Con
Hotel Imperial, ubicado en los portales de la Plaza de Armas; otros, con fe- esa medida se mejoraría la entrada del puerto, se abrigaría más la muralla y se
cha media de 1615 se recuperaron en el edificio de La Galatea, mientras que, tendría la posibilidad de montar artillería para defenderlo; además, con el tiem-
en el lugar propuesto por Antonelli, cerca de donde actualmente se encuen- po se podría continuar “desde allí la obra que va señalada con líneas verdes,
tra el edificio de las Atarazanas, la mayor parte de la cerámica es de la segunda aprovechando lo que está hecho[,] que también se demuestra con líneas colo-
mitad del siglo xvii y principios del xviii, es decir, la ciudad se construyó en radas; para cuya f[á]brica podrá ser muy útil dicho ingeniero por la inteligencia
donde estaban las ventas y no donde propuso Antonelli.60 que tiene de estas cosas y en práctica de las que se hacen el agua”.61

En las excavaciones arqueológicas realizadas en el patio de la cortadura de Los argumentos de Boot en torno a las propuestas en los planos enviados
San Fernando, en San Juan de Ulúa, se pudo constatar que aun si el gran por el rey, confundieron al virrey, pues a decir del ingeniero, un asunto tan
proyecto de Antonelli no se llevó a cabo, el del reparo con dos baluartes sí se importante como la defensa del puerto no se podía resolver con papeles tan
ejecutó de manera parcial y que, en 1618, cuando Adrián Boot llegó a hacerse atrasados y tan poco claros como los que le habían enviado. Por ello conmi-
cargo de las obras, éstas continuaban haciéndose conforme al proyecto del naba a su alteza a reconsiderar sus órdenes para lo cual remitía “las plantas
ingeniero italiano, a pesar de las habladurías e inconvenientes que interpuso viejas y nuevas y pareceres antiguos y modernos”, a fin de que se decidiera
en su contra Pedro Ochoa de Leguizamo. lo más conveniente. La planta nueva era la de Boot, cuyo costo remitía junto
con la relación que éste le había entregado de cada cosa, “aunque siempre
Las órdenes que entregó el virrey a Adrián Boot para trabajar en Ulúa pudieron suele ser algo más de lo que se tantea a los principios”; la vieja era la de An-
estar acompañadas de dos planos, uno, el que hizo Antonelli en 1608 en Espa- tonelli y, si bien resultaba muy conveniente, debía dejarse de lado por su alto
ña con el proyecto de ampliación de la fortaleza, y el otro, del propio Boot. El costo. Como en el futuro sería necesario contar con los recursos suficientes
ingeniero debía coordinarse con el castellano, el corregidor, los oficiales reales para ejecutar lo que el rey decidiera, Guadalcázar ya había comenzado a reu-
y el maestro mayor del castillo, para que juntos “viesen, sondeasen y midiesen” nir algún dinero: tenía 15 000 pesos que había donado el consulado y comer-
todo lo que conviniera hacer y que, “habiéndolo hecho, se inclina[ba]n a que cio de la ciudad de Veracruz y estaba por recibir los 10 000 pesos “que valía
se corr[iera] el lienzo de muralla” en la forma que decía y representaba Adrián un oficio de Regidor”.62
Boot en un dibujo que desafortunadamente no hemos podido localizar, pero
que se contraponía a la propuesta de Antonelli, según corroboramos en las A partir de un documento de Boot en el Archivo General de la Nación,63 y
excavaciones arqueológicas, como se verá más adelante. de la correspondencia dirigida por el virrey a Felipe III,64 el equipo de ar-
queología del proyecto elaboró un plano con las obras que Boot proponía
Por la correspondencia del virrey con Felipe III, sabemos que el baluarte y la realizar en Ulúa y que al parecer fueron las que se ejecutaron finalmente,
punta de 60 pies que Antonelli había planteado integrar a la torre vieja no ser- pues las excavaciones que se proyectaron en el baluarte de San Pedro con
virían para abrigar las naos de la “travesía del noroeste aunque no fuesen muy las medidas del plano nos permitieron localizar los tablones de madera cu-
grandes”, y que para evitar complicaciones con las amarras, éste debía medir biertos con chapopote, utilizados como cajones de cimentación, y las hue-

60 Judith Hernández Aranda, “La población en el crecimiento urbano de Veracruz”, Gabinete de Arqueología, año 5, núm. 5, 2006, pp. 163-174.
61 Diego Fernández de Córdoba, “Carta del virrey…”, 1618, agi, México, 29, N. 44, f. 2r-2v.
62 Ibid., f. 3r.
63 Adrián Boot, “Memoria y cuenta de los gastos de la fuerza de San Juan de Ulúa que se ha de hacer para su fuerza y su sustento”, 1630, agn, Indiferente de Guerra, exp. 25, caja 4183.
64 Diego Fernández de Córdoba, “Carta del virrey…”, 1618, agi, México, 29, N. 44.

25
llas de desgaste dejadas por la marea sobre los paramentos traseros del que no eran de mucha utilidad porque se habían conseguido a través de trueque
en su momento fuera el Muro de las Argollas ampliado por Boot. También con los tripulantes de la flota y eran “más a propósito para bajeles pequeños
se pudo constatar que cuando este ingeniero tomó la obra, se amplió el te- que para castillo”.66
rraplén para unir la torre vieja con la obra nueva, es decir, con lo que ahora
es el baluarte de San Crispín. Al parecer, a Boot también le tocó demoler A fines de mayo de 1633 Boot acabó la cortina del baluarte de San Pedro
parte de la torre vieja hasta la altura de la plaza alta de lo que debía ser el al de Guadalupe, según se leía en una placa bajo una tronera de éste.67 Es
baluarte que Antonelli nombró de Santiago, de manera que quedaran en importante destacar aquí que las excavaciones arqueológicas realizadas en
comunicación todas las áreas del fuerte, justo como lo propuso el italiano, el patio de la cortadura de San Fernando, atrás del baluarte de San Crispín,
quien desde su llegada a la Nueva España opinó que la torre era incapaz de revelaron que por lo menos el baluarte de “San Phelipe” sí se construyó
defender la entrada del puerto por estar demasiado alta y delgada, era muy conforme al proyecto de Antonelli y su trazo fue ampliado por Jaime Franck,
inestable, porque temblaba con el viento, tal como lo dejó anotado en su entre 1688 y 1693, para colocar la galera de los forzados y la capilla dedicada
plano, en referencia a la obra de Eraso.65 a Nuestra Señora de la Escalera.68

Aparentemente, no sólo faltaban recursos para fortificar el islote sino tam-


bién para sostener a la guarnición de su fortaleza, y ante el reclamo del rey
por contar únicamente con 25 plazas para su defensa, el virrey se justificó JAIME FRANCK69
diciéndole que él mismo, desde marzo de 1606, había ordenado al virrey mar-
qués de Montes Claros que redujera la guarnición de 100 a 25 soldados y que, Luego de las obras de Boot, hubo muchos proyectos para fortificar San Juan
posteriormente, el marqués de Salinas le había solicitado que se aumentara de Ulúa, pero prácticamente no se hizo nada relevante hasta finales del siglo
cuando menos a 50 ―durante los tres meses que no había barcos de las flo- xvii, cuando el ingeniero Jaime Franck tomó la obra a su cargo. Este ingenie-
tas―, para dar alguna batalla al enemigo en caso necesario. Para Guadalcázar ro llegó a Veracruz el 14 de septiembre de 1686 acompañando al virrey Con-
la guarnición debía tener mínimamente 100 soldados, desde que salía la flota de de la Monclova y en septiembre de 1688 éste le encomendó continuar con
hasta la llegada de la siguiente, y para ello se necesitaba mejorar la artillería los trabajos del recalce en la fortaleza de Ulúa, a la cual describió como un
pues la existente era muy menuda, por lo que pedía que le enviaran 12 pie- simple “muelle o amarradero levantado con troneras y artillería”.70 En menos
zas gruesas de la fundición de Sevilla, cuatro de ellas debían ser culebrinas de cinco años Franck logró levantar una verdadera fortaleza con baluartes y
de 80 quintales, otras cuatro, cañones, y las restantes medios cañones de los cortinas, para la defensa del puerto más importante de la Nueva España.71
mayores que se hacían para las fuerzas reales, ya que las que había en Ulúa

65 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Proyecto de investigación arqueológica Fortaleza de San Juan de Ulúa: informe temporada 2013-2014: exploraciones
en el Baluarte de San Pedro”, en el Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del inah, 2015b.
66 Diego Fernández de Córdoba, “Carta del virrey…”, 1618, agi, México, 29, N. 44, f. 4r-4v.
67 José Antonio Calderón Quijano, Historia de las…, op. cit., p. 42. El nombre de Guadalupe pudo haber precedido al de san Crispín para designar el baluarte.
68 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Proyecto de investigación…”, op. cit., p. 132.
69 El ingeniero firmó sus documentos como Jayme Franck; sin embargo, en diversa documentación de archivo su nombre y apellido aparecen con diversas variantes: Jaime Frank,
Franc, Xaime Jacinto Frank o Joaquín Frank.
70 José Antonio Calderón Quijano, Historia de las…, op. cit., pp. 108-109.
71 La información de este apartado fue tomada del informe del proyecto de la temporada 2013-214 y de dos artículos de nuestra autoría. Véase Judith Hernández Aranda y Roberto
J. Ávila Hernández, “Jaime Franck: Autos legales sobre su obra en San Juan de Ulúa (1692-1693)”, Ollin, vol. 8, núm. 15, enero-junio, 2015c, pp. 7-25, y de los mismos autores,
“Investigaciones arqueológicas sobre la obra de Jaime Franck en San Juan de Ulúa”, en Memorias del I Congreso Internacional de Arquitectura Militar y Gestión de Recintos Fortificados,
26
La investigación histórica y los resultados de las exploraciones arqueológicas María, aún quedaban varios puntos pendientes por terminar, como quitar las
se vieron ricamente complementados por un documento que localizamos cimbras, colocar aplanados y hacer la iglesia, entre otros,73 o que hasta mayo
en el Archivo General de la Nación y que contiene la declaración jurada del de 1693 se había gastado poco más de 210 000 pesos, en tanto que el presu-
ingeniero Franck, acerca de su trabajo en la fortaleza, desde que comenzó puesto inicial no rebasaba los 80 000.74
como encargado de las obras del recalce y la revisión de sus cuentas por par-
te de los oficiales de la Real Hacienda. El manuscrito contiene información En 1702 Jaime Franck fue encontrado degollado en su celda, su trágica muer-
referente a la procedencia de los insumos, los nombres de los proveedores de te pudo estar relacionada con la “melarchia” que padecía y tal vez los proble-
las materias primas, los servicios que fueron contratados, la manera en que mas que tuvo en la obra hayan agravado los síntomas de esa enfermedad has-
se realizaron los gastos de todos los insumos y el personal involucrado en la ta sus últimas consecuencias. La fecha del deceso indica que seguía en Ulúa
construcción desde el 3 de septiembre de 1688 al 31 de enero de 1693.72 a casi diez años de haber solicitado su regreso a España porque continuaba
trabajando en el castillo, ya que la obra no estaba acabada “a su última perfec-
El documento no sólo ha permitido aclarar muchas dudas con respecto a la cons- ción”; igualmente, debió estar pasando duros momentos, luego de haber sido
trucción del fuerte ―y explicar algunos elementos encontrados en los contextos desplazado por Pedro López Pardo, a quien le adjudicaron su obra y él tuvo
arqueológicos―, sino que nos ha posibilitado acceder a una faceta desconocida de que ir a Panzacola a levantar fortificaciones,75 en vez de al Darién, donde lo
la historia de San Juan de Ulúa y de las defensas militares de Veracruz, además del requería su amigo el virrey de Perú.76
intrincado ambiente que debió prevalecer en las obras de fortificación y la manera
en que se llevaron a cabo muchas de las actividades relacionadas con la construc- En las excavaciones arqueológicas realizadas en la Plaza de Armas, abajo
ción, a las cuales se integraron distintos miembros de la sociedad civil y militar del de los pisos del siglo xviii, se localizaron huellas de pisos que podían co-
puerto, involucrando aspectos técnicos, económicos y de índole social. rresponder a la época de Franck; lo endeble y delgado de los mismos nos
hizo dudar de que se tratara de un vestigio de la obra de este ingeniero, por
Las cartas de Franck enviadas al Consejo de Indias y otra documentación lo que se decidió hacer un par de calas (la número 60 y la 63) en dos bó-
revisada en el Archivo de Indias y que no aparece en la obra sobre fortifica- vedas de la cortina norte, justo en donde se marca el cambio de materiales
ciones en Nueva España de José Antonio Calderón Quijano nos permitieron constructivos del siglo xvii y los del xviii; es decir donde los paramentos
conocer aspectos sobre la vida y salud del ingeniero, o que siete meses des- compuestos únicamente de piedra múcara se unen a los mampuestos mix-
pués de la fecha en que participó a la Junta de Guerra la noticia de haber ter- tos, formados con piedra y ladrillo, material que empezó a usarse en las
minado la obra, celebrándolo con una fiesta y una misa dedicada a la Virgen fortificaciones de Veracruz hacia el primer tercio del siglo xviii. La cortina

Xalapa, Universidad Veracruzana, 2016, pp. 121-148.


72 Francisco Baptista de Navarro, “Testimonio de don Pedro López Pardo gobernador de las armas de la ciudad de Veracruz sobre el nombramiento de don Jacinto Frank, ingeniero
militar cómo superintendente de las Reales Órdenes del Castillo de San Juan de Ulúa, y la continuación del muelle”, año 1792, agn, Obras públicas, exp. 28, caja 5434. El nombre
del ingeniero aparece en el índice de documentos del archivo como Jacinto Franck y con fecha de 1792, al revisarlo y paleografiarlo todos los nombres y fechas se refieren al
ingeniero y a su obra en las fechas que éste laboró en Ulúa.
73 Conde de la Monclova, “Cartas del Virrey Conde de la Monclova”, agi, México, 56, R. 1, N. 18, fs. 3r-3v.; Junta de Guerra de Indias, “Construcción de la Fortaleza de San Juan
de Ulúa”, 7 de mayo de 1686, agi, México, 60, R. 5, N. 24, q, fs. 65-67.
74 Ibid., f. 66.
75 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Jaime Franck:…”, op. cit., p. 24.
76 Real Cédula, “Providencias para el desalojo de los escoceses del Darién: Real Cédula a José Sarmiento de Valladares, virrey de México, participándole las providencias que de
nuevo se han dado para el desalojo de los escoceses del Darién y para que asista al virrey del Perú en esta operación. Se le ordena también deje pasar al ingeniero militar Jaime
Franc a Panamá”, 30 de junio de 1699, agi, Panamá, 243, leg.2, fs.110r-115.
27
norte, en la época de Franck estuvo integrada por 19 bóvedas, construidas huesos recuperados, según su especie y tamaño, porque los tamaños de porción
en su totalidad de piedra múcara y cuyas dimensiones interiores son de estuvieron relacionaos con la jerarquía de los habitantes del inmueble.
aproximadamente 4.80 metros de ancho por 4.90 metros de fondo, con un
vano centrado de 1.14 metros, con sillares de piedra múcara labrada en el Los materiales como cerámica y vidrio recuperados durante las excavacio-
arranque, de acuerdo con dos vestigios que de ellos se hallaron en las ca- nes son materia de un largo trabajo aparte, sólo nos gustaría añadir que su
las arqueológicas. Los inicios de esta obra debieron hacerse en febrero de tipología refleja muchos aspectos de la vida cotidiana de los habitantes de la
1690, cuando el ingeniero reporta haber sacado todos los cimientos de la fortaleza y la austeridad con que se vivía en su interior; su análisis se convirtió
fortificación fuera de la mar, “de noche con velas”, con excepción de unos de alguna manera en un trabajo etnográfico, debido a que la mayor parte de
estribos, y concluyó una cortina entera, acabada hasta el parapeto, con 11 los fragmentos correspondió a objetos que, por su tecnología de fabricación,
bóvedas para los cuarteles de los soldados, “cada uno con dos viviendas forma y función, se les pudo asignar una temporalidad, una procedencia de
altas y bajas”.77 En los paramentos de algunas bóvedas aún se aprecian las manufactura y el uso de determinadas personas.
huellas de los mechinales de las vigas que soportaban la tablazón de la se-
gunda planta. Un par de notas pueden servir como ejemplo en el caso del vidrio. La mayor
parte de los 4 736 fragmentos analizados corresponde a envases para bebidas
Tanto en la cala 60 como en la 63 se identificaron once capas superpuestas, con como vino, cerveza, bebidas gaseosas, frascos de medicamentos, que por su dis-
diferentes espesores, relacionados con las obras realizadas en la fortaleza desde tribución en las distintas áreas de la fortaleza nos permiten deducir los probables
la época de Franck, hasta las ordenadas por Venustiano Carranza en 1914; en gustos, poder adquisitivo, preferencias o enfermedades que padecieron los habi-
el caso de los pisos asociados con Franck, nos llamó la atención que estuviesen tantes. Los fragmentos de botellas fechables por su tipología y recuperados en
rebasados por el nivel freático y que sus mezclas, elaboradas con cal, se encon- el Puente de los Suspiros indicaron el consumo de bebidas europeas en botellas
trasen en estado pastoso y prácticamente sin fraguar. Otro detalle importante inglesas, por parte de los ingenieros constructores o del castellano y oficiales de
es que debajo de ellos se encontraron a manera de relleno cientos de huesos de alto rango en la fortaleza entre 1752 y 1826, la mayor parte de ellas coincidió con
bovino. En la cala 60 la mayor parte fueron astados de buey, mientras que en la 63 las fechas de construcción de dicho puente, justo en un periodo en el que España
lo fueron metacarpianos completos y mandíbulas. De los 16 394 fragmentos de estuvo varias veces en guerra contra Inglaterra, lo cual supone algo paradójico
hueso analizados en el año 2021 como parte del proyecto, 8 852 fueron de bovi- y queda pendiente por estudiar; sobre todo, cuando se ha comprobado que los
no y 2 384 estuvieron asociados con este sistema constructivo. El resto, salvo 40 vinos asignados a los oficiales de la guarnición llegaban en barriles desde Europa
botones, 6 dientes humanos, 59 de roedores y 10 de tortuga, con marcas de corte y diariamente se les daba medio cuartillo por ración, llegando a tener de 1 hasta
y pulido, estuvo relacionado con desechos de la alimentación de los habitantes 12 raciones por día, según su rango.78
de la fortaleza. Cabe destacar aquí que se contabilizaron y clasificaron todos los

77 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Investigaciones arqueológicas…”, op. cit., p. 139.
78 Las raciones por día eran: “Gobernador 12, teniente de Rey coronel 4, sargento mayor como teniente coronel 3, dos ayudantes de plaza 3 ½, el guarda almacén de artillería y
víveres 1 ½, dos ayudantes de éste 2, un maestro armero y un oficial 2 ½, un maestro herrero y cuatro oficiales 5 ½, un carpintero y ocho oficiales 9 ½, un tonelero y dos ofi-
ciales 3 ½, un calafate y dos oficiales 3 ½, cuatro eclesiásticos para hospital y asistencia espiritual 6, de la Real Hacienda, dos ministros principales 6, cuatro oficiales amanuenses
6. Artillería: un comandante como teniente coronel 3, un capitán 2, dos tenientes y dos subalternos 6. Ingenieros: un teniente coronel 3, un capitán 2, un teniente o subteniente
1 ½, Hospital: Dos Médicos 6, dos cirujanos de regimientos y dos practicantes 7, un boticario y un oficial 3 ½, comisario de entradas y un Guarda Ropa 2 ½, tropas de los
Piquetes o Destacamentos: dos oficiales de graduación como coronel y teniente coronel 7, nueve capitanes 18”. Véase Joseph de Carrión y Andrade, “Relación de las raciones
que corresponden a los oficiales del estado Mayor de tropa y empleados en las oficinas de San Juan de Ulúa para una defensa de seis meses…”, 15 de septiembre de 1779, agn,
Correspondencia, vol. 33, fs.1, pp. 85-88.
28
Se recuperaron también en el foso del Puente de los Suspiros seis sellos o frag- A pesar de los escasos vestigios arqueológicos del Arsenal, la investi-
mentos de ellos con las siguientes impresiones: dos de “ST. JULIEN MEDOC”, gación documental realizada pudo proporcionar suficiente información
uno de “MARGAUX MEDOC”, uno de “ST. ESTEP[HEN] MED[OC]”, uno para reconocer la importancia de esta edificación y del dique flotante
de “VIEUX [CONG]AC”, uno muy erosionado y otro de “E. PERNOT COU- colocado frente a la fortaleza para dar servicio a los barcos que llegaban
VET”. Cuatro indican que se trata de vinos de la región de Burdeos, uno es de a repararse a San Juan de Ulúa en vez de ir a Nueva Orleans, debido a la
coñac y el otro de Pernot, bebida de absenta que pudo haberse envasado en Suiza; calidad de servicios que esta industria proporcionaba. La construcción
todos asociados con la presencia de tropas francesas en San Juan de Ulúa, al igual del Arsenal en la fortaleza de Ulúa se dio en el contexto de la moderni-
que los demás fragmentos de botellas de vinos franceses. La tipología de estas bo- zación del puerto en tiempos del porfiriato, para aprovechar su espacio
tellas corresponde muy bien al periodo en que tropas francesas al mando del con- privilegiado en la bahía y como una alternativa para evitar su demo-
tralmirante Charles Baudin, ocuparon el fuerte de San Juan de Ulúa, en el contexto lición debido la obsolescencia de su estructura como defensa militar,
de la Guerra de los Pasteles (16 de abril de 1838 a 9 de marzo de 1839); los otros pues sus características constructivas ya no respondían al desarrollo
restos, a la segunda presencia de tropas francesas en el puerto en 1862.79 armamentista de la época. Ya desde 1849 el Congreso había pedido per-
miso para demolerla, porque “ponerla en estado regular exigiría el gasto
No nos detendremos a hablar de nuestros hallazgos relacionados con la de un millón y medio de pesos y el de cuatrocientos mil anuales, para
edificación del siglo xviii porque en otras partes de este texto se abor- sostener su guarnición”.81 El cambio de una actividad defensiva por
dará ampliamente la labor de sus ingenieros constructores. Sólo cabe una industrial tuvo como consecuencia que el 16% del frente de mar
añadir que desde el proyecto de Jaime Franck hasta los de la Junta de de la fortaleza fuera alterado y ocupado por galerones a dos aguas y que
Generales se aprecia el empleo de las mejores estrategias e innovadoras sus bóvedas estuvieran ocupadas por talleres de herrería, carpintería
propuestas de la ingeniería militar de cada época, para resolver los pro- de blanco, carpintería de ribera, tornos, fundición, reparación de armas,
blemas y complicaciones que significaba construir una fortaleza en un hojalatería, departamento de buzos, ajuste, caldería, bodegas, almacenes
lugar con tantos inconvenientes como San Juan de Ulúa. y una estación de lanzamiento de torpedos.

El Arsenal y su dique fungieron como ejes fundamentales en el des-


arrollo económico del puerto, cuyas modernas instalaciones y forma de
EL ARSENAL operación sirvieron de modelo y plataforma de despegue al capitalismo
industrial en Veracruz. Esta industria dejó de funcionar en la década
Los sondeos arqueológicos que se hicieron en la Plaza de Armas de la de 1940 y fue hasta 1962 que sus deterioradas y obsoletas instalaciones
fortaleza también permitieron localizar restos de la cimentación de las fueron demolidas, un año después de que el presidente Adolfo López
naves industriales que alojaron al Arsenal Nacional de Veracruz, que Mateos cediera la fortaleza de San Juan de Ulúa al inah , para que, luego
funcionó en San Juan de Ulúa en la última década del siglo xix y el pri- de muchas obras de restauración y adecuación de espacios, se abriera al
mer tercio del siglo xx.80 público en 1975.

79 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “Proyecto de investigación arqueológica Fortaleza de San Juan de Ulúa: informe temporada 2019-2020, análisis del
vidrio”, Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del inah, 2021, p. 474.
80 Judith Hernández Aranda y Roberto J. Ávila Hernández, “El Arsenal Nacional en San Juan de Ulúa, primera industria en el puerto de Veracruz”, Boletín de Monumentos Históricos,
núm. 33, enero-abril, 2015d, pp. 63-86.
81 Ildefonso Estrada y Zenea, “Castillo de San Juan de Úlúa”, en La heroica ciudad de Veracruz. Descripción de sus más notables edificios, México, Impreso por José Jimeno Jiménez, 1874, p. 72.

29
Figura 1. Algunos fragmentos de cerámica y obsidiana, teselas de concha de tortuga y dientes humanos recuperados de las calas 73A y 73B, son testimonio de la ocupación prehispánica
del islote de San Juan de Ulúa. Créditos de la imagen: Judith Hernández Aranda, Roberto J. Ávila, 2022.

30
Figura 2. En color rojo: obras realizadas en San Juan de Ulúa por Cristóbal de Eraso y Bautista Antonelli, entre 1570 y 1590; en color verde, las obras del baluarte de San Phelipe, diseñado
por Antonelli y registradas arqueológicamente. Sombreada con amarillo, la ampliación del Muro de las Argollas, a partir de un documento de Adrián Boot y de los vestigios de la cala 73B,

31
Los ingenieros de Ulúa
Gladys Martínez las estrategias de fortificación. De manera que las diferentes plazas dependían
Universidad Veracruzana del proyecto global y sus objetivos eran edificar defensas utilizando los medios
proporcionados tanto por el sistema mayor, como por el ambiente técnico de
las diversas regiones donde se levantan las obras.
LOS INGENIEROS MILITARES, ¿QUIÉNES SON
ESOS PERSONAJES? En ese complejo esquema, que he llamado “sistema técnico”, los agentes
intencionales son principalmente los ingenieros militares quienes, con sus
Apreciar la fortaleza de San Juan de Ulúa a través de la observación de la saberes y métodos de trabajo propios de la revolución científica, ejecuta-
extensa cartografía de reconocimientos, proyectos, obras o de la narrativa de ron labores para alcanzar los fines propuestos con la mayor eficacia posible,
diversos autores nos conduce inevitablemente a admirar su construcción y a haciendo uso de sus habilidades y conocimientos.1 La arquitectura militar
preguntarnos: ¿quiénes lograron levantar tan grande proeza? Edificar sobre está hecha por ingenieros, quienes con su dominio y conocimiento lograron
un islote arrecifal, en un contexto geográfico de clima extremadamente ca- implementar “ingenios” ante los retos que demandaba edificar una plaza,
luroso y húmedo, resulta una tarea nada fácil, por lo que, en la visita al sitio, ponerla en estado de defensa y hacerla inexpugnable.
los guías retroalimentan en la memoria colectiva que las defensas fueron le-
vantadas por el esfuerzo de esclavos, forzados e indígenas que extrajeron el Sin embargo, la ingeniería es tan antigua como la necesidad de resolver las
material, formaron cimientos, muros y cubiertas. formas de defender un sitio, y ha evolucionado conforme a la demanda de
soluciones. Durante el Renacimiento, periodo en que se difunde el uso de la
No obstante, esa labor fue planeada, diseñada, solucionada y dirigida por pólvora en la artillería, la ingeniería se nutrió de las matemáticas y la mecánica
diversas personas que contribuyeron a conformar la obra militar moderna para responder a los cálculos de la proyección de cañón, lograr la resistencia
que hoy en día es motivo de esta publicación. La historia de San Juan de Ulúa de los elementos arquitectónicos, mejorar los sistemas constructivos, identi-
ha tenido un desarrollo que va desde un fondeadero para navíos de conquis- ficar y aprovechar los contextos terrestres y marítimos, entre otros aspectos.
tadores hasta una fortificación abaluartada y permanente característica del
sistema defensivo de la monarquía hispánica. ¿Cómo logró transformarse un La edificación de obras implicaba superar muchos retos con profundo inge-
incipiente muro para el amarre de embarcaciones en un conjunto arquitectó- nio y conocimiento. La figura del ingeniero en la Edad Moderna fue aquel
nico símbolo de poder de la Corona española? “hombre versado en todos los conocimientos y saberes de la época”2 que
integra la interacción de las ciencias en sus actividades. Por consiguiente, los
La construcción de arquitectura defensiva involucró una relación compleja de ingenieros toman un papel importante. No implica la inexistencia de arqui-
actores y condicionantes en un marco político de control e intencionalidades tectos en la construcción de obras militares, sin embargo, durante el Renaci-
que fungen como un gran sistema al cual se enlazaron diferentes puntos defen- miento, la figura del arquitecto se inclinó hacia las artes, después de la sepa-
sivos como sistemas menores dependientes. Los avances científicos y técnicos ración del técnico y el artesano, por lo que el arquitecto se identificó como
de la Edad Moderna fueron fuentes de recursos y medios para el desarrollo de artista y su campo de acción se dirigió a la composición de otros géneros.

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