Revista Eleuthera 2011-4532: Issn: Eleuthera@ucaldas - Edu.co
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ISSN: 2011-4532
[email protected]
Universidad de Caldas
Colombia
Abstract
Few studies have been carried out on the role of nursing in informed consent.
Nursing, since it is based upon a holistic vision of the human being from a bio-psychosocial
perspective, has a deeper and broader view of the health-disease process situation. Therefore,
it is very important to know in what manner nursing participates in providing written or oral
information in the informed consent process, taking into consideration that, as a health agent,
the nurse is one of the professionals who spends most of the time with the patient and their
* Artículo de investigación cualitativa.
** Dr. en Filosofía y Letras y Magíster en Bioética. Profesor Adjunto del Centro de Bioética, Pontificia Universidad
Católica de Chile, Santiago de Chile. E-mail: [email protected]
*** Licenciada en Enfermería, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile.
family, with a closer familiarity in comparison to the physicians. This research aims at finding
the perception that nurses in a public hospital in Santiago, Chile, have on their role in the
informed consent process, and also to find out which ethical dimension prevails, the ethical or
the legal dimension.
1. Introducción
Con el consentimiento informado no nos estamos limitando a un acto aislado y puntual como
puede ser la aceptación de una prueba o un tratamiento. Nos estamos refiriendo a algo más
amplio, a un modo de entender la relación clínica como un diálogo entre agentes morales
(León, 2006: 257-260). Las piezas fundamentales que componen la validez de este proceso
de consentimiento informado son tres: la capacidad o competencia de la persona para adoptar
decisiones responsables, la voluntariedad o libertad de coacciones externas y la información
sustantiva o necesaria para que el paciente pueda decidir.
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Francisco Javier León, Carla Burattini, Jenniffer Schwartzmann
El siguiente trabajo tiene como objetivo principal identificar el rol que cumple la enfermería
en el proceso de consentimiento informado e identificar la importancia bioética que se asigna
a dicho proceso, de qué manera en el sistema público de nuestro país la enfermera se ha
implicado en esto y cuál es su percepción.
Además, nuestra investigación pretende sentar las bases en el modelo de Hildegard Peplau
(Marriner-Tomey,1994), considerándolo como netamente participativo y acorde con
nuestro tema, pues en él se logra una relación persona a persona. Básicamente este modelo
psicodinámico centra la atención en el paciente y describe cuatro fases en la relación enfermera-
paciente: orientación, identificación, explotación y resolución. Estas etapas se relacionan con un
proceso que requiere de habilidades de comprensión y empatía, y del logro de una relación
de confianza basada en el apoyo y la información continua, la cual en un periodo determinado
facilitará la toma de decisiones. Basándonos en estos aspectos, consideramos que la aplicación
de este modelo sería de gran utilidad en el proceso de consentimiento informado, ya que
relaciona tres aspectos importantes:
2. Marco teórico
Podemos decir que la situación que vive nuestro país respecto a los aspectos bioéticos que
involucran a los profesionales de salud y a los pacientes, se encuentra en completa evolución.
Actualmente el sector salud se encuentra en proceso de cambio con el fin de brindar una mejor
calidad de atención y cuidados a nuestros pacientes.
Como antecedente más actual tenemos el proyecto de Ley de Derechos y Deberes de los
Pacientes, primera parte de la reforma de salud de nuestro país. Aunque aún no ha sido
promulgada la ley, en el proyecto se regulan importantes categorías de derechos de las
personas: derecho a la información, al trato digno, a la privacidad, al libre acceso a las acciones
en salud y derecho al consentimiento informado. Dentro de los objetivos del proyecto se
encuentra la aspiración a regular los derechos y deberes de las personas en la relación persona-
prestador de salud, tanto para acceder a la atención de la salud, como durante el otorgamiento
de las prestaciones, siendo aplicables tanto al ámbito privado como al público. Pensamos, por
otro lado, que la presente iniciativa legal significará otorgar a los usuarios de los organismos
prestadores de salud, un instrumento de conocimiento de los derechos que les asisten y los
deberes que sobre ellos recaen en la relación que inicien con los referidos prestadores.
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Francisco Javier León, Carla Burattini, Jenniffer Schwartzmann
de Ética del Colegio de Enfermeras de Chile, del 2008. Ni en el Código Internacional del CIE
ni en el Código de Ética de 1991 aparece directamente el consentimiento informado, que es un
concepto reciente. En éstos se fijan los principales deberes y derechos que tiene la enfermera
para con sus pacientes, comunidad y equipo de trabajo. No existe en estos documentos ningún
párrafo que apunte específicamente al consentimiento informado, sin embargo, destaca
el deber de la enfermera en materia de información, decisión del paciente o su familia y
resguardo de la privacidad, lo que nos indica que aún la enfermería no es considerada en este
proceso en su rol de agente colaborador.
El profesional de enfermería se ocupa de las necesidades de los pacientes desde una perspectiva
global e internaliza sus cuidados de manera permanente y progresiva. La relación de ayuda
que se establece entre el profesional y el paciente es de vital importancia en el proceso de
salud enfermedad, es en esta relación de ayuda donde se desarrolla la comunicación como
herramienta terapéutica y de tratamiento (Riopelle et al, 1993: 289-310), basada siempre en
el respeto y la confianza (Chalifour, 1994: 121-123).
La enfermera desde su perspectiva profesional debe velar siempre por el cumplimiento del
consentimiento informado, al ser quien conoce en profundidad los sentimientos del paciente,
su historia familiar, sus dudas, conocimientos, expectativas y temores, y al ser de gran ayuda
para el médico a la hora de aportar datos que le permitan decidir a éste cuándo y cómo dar la
información y pedir el consentimiento de la manera más adecuada.
Páez (2000) plantea las siguientes propuestas para que las enfermeras tomen mayor conciencia:
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Francisco Javier León, Carla Burattini, Jenniffer Schwartzmann
deontológico importante. El diálogo con el médico responsable del enfermo, para llevar a cabo
la actuación coordinada y el trabajo en equipo, es indispensable y responsabilidad de ambos.
3. Metodología
4. Resultados
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Francisco Javier León, Carla Burattini, Jenniffer Schwartzmann
Con respecto a esta categoría, podemos inferir que la mayoría de las respuestas de los
entrevistados apuntan a que la importancia del consentimiento informado radica principalmente
en los aspectos legales, dejando de lado el valor ético y primordial de este documento.
Para los profesionales, el fin último de este proceso radica en un requisito esencial para
la realización de un procedimiento, proporcionándoles protección legal ante cualquier
inconveniente derivado de éstos.
De todas maneras el significado ético y moral hacia la información del paciente está presente,
aunque en un segundo plano, como se demuestra en la siguiente afirmación:
Durante el desarrollo de la entrevista se explicó a los entrevistados en qué consiste una correcta
aplicación del proceso de consentimiento informado, utilizando como referente al autor antes
mencionado, con el propósito de que las preguntas no fueran sesgadas por la ambigüedad que
implica para cada persona el término “adecuado”.
“no siempre... porque a veces no hay mucho tiempo y solo importa que el
papel esté firmado.”
“Encuentro que no... el médico no se toma el tiempo ni lo explica con
palabras adecuadas...”
“...no creo que se aplique de forma adecuada, y cuando es necesario…”
Con base en lo anteriormente descrito y en las respuestas obtenidas, se puede inferir que el
profesional de enfermería considera que la aplicación del consentimiento informado dentro
de su servicio no se realiza de manera adecuada, en lo que influye de manera considerable el
factor tiempo para su realización, además del poco compromiso del equipo médico.
Con respecto a esta pregunta se desprende que la mayor parte de los entrevistados participa
en el proceso de consentimiento informado de manera verbal, cabe destacar que esta
participación no se realiza de manera continua, sino que toma relevancia al final del proceso y
está destinada principalmente a resolver dudas y preguntas de los pacientes ante la información
proporcionada por el médico. “…nosotros somos los que explicamos cuando el paciente no entiende...”
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Según esto, podemos determinar que enfermería participa de manera verbal, entregando
información que el médico ya proporcionó a los pacientes y que, sin embargo, estos no
comprendieron en su totalidad.
De las respuestas anteriores se puede inferir que la enfermera no participa en ningún momento
en conjunto con el profesional médico en el proceso de consentimiento informado.
“La Enfermera/o profesional debe reconocer el derecho que tiene el individuo sano o
enfermo para decidir si acepta, rechaza o pone término a la atención en salud…”. (Federación
Panamericana de Profesionales de Enfermería, 1991).
5. Conclusiones
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Francisco Javier León, Carla Burattini, Jenniffer Schwartzmann
paciente y si ocurre, está determinada por un encuentro casual en un mismo espacio físico,
lo que nos demuestra que existe una falta de comunicación entre el equipo de salud, poco
compromiso y colaboración, además del pensamiento de que el médico es el único responsable
en la aplicación del consentimiento informado, determinando de esta manera una participación
pasiva del profesional de enfermería.
Al estar tan vinculado a la práctica médica, el profesional de enfermería ve este proceso como
ajeno a su quehacer y que simplemente no le compete, esto genera poco interés y limita la
participación de enfermería en este acto.
compromiso del equipo de salud hacia el paciente, esto debido seguramente a que en este tipo
de servicios la cantidad de pacientes es menor, se involucra a la familia y los procedimientos
que se realizan son de mayor complejidad, por lo que el consentimiento informado toma gran
relevancia; en cambio, en servicios de menor complejidad la aplicación del consentimiento
informado tiene para las enfermeras una implicancia principalmente legal y administrativa.
En esta investigación, además, pudimos darnos cuenta de que la experiencias relatadas por
las enfermeras representan el tipo de servicio en el cual se desempeñan y que la forma de
ejecución del consentimiento informado está determinada por la complejidad del servicio,
por la cantidad de pacientes, por el grado de autonomía que éstos presenten y por el tipo de
procedimientos que se realizan, es así como el entrevistado perteneciente a la unidad coronaria
es el único que incluye a la familia en este proceso.
Con los antecedentes obtenidos a través de esta investigación podemos validar la hipótesis
planteada que define a los profesionales de enfermería, específicamente en este hospital del
ámbito público, como profesionales pasivos que no participan con el médico en el proceso
de consentimiento informado y anteponen la importancia legal por sobre los aspectos éticos
inherentes a este documento. Nos revela así la importancia de mejorar la formación en ética
clínica de dichos profesionales.
Anexo
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Francisco Javier León, Carla Burattini, Jenniffer Schwartzmann
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