Ensayo, El Estado, Perpetrador de Crímenes y Violaciones A Los Derechos Humanos

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UNIVERSIDAD DE MANIZALES

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS

ENSAYO: EL ESTADO, PERPETRADOR DE CRIMENES Y VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS

AREA: EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS JURÍDICAS

PRESENTADO AL DOCENTE

DR. JOSE VLADIMIR SANABRIA GONZÁLEZ

REALIZADO POR:

JOSE MANUEL VILLEGAS FRANCO

SEGUNDO SEMESTRE

Manizales, 03 de Octubre del 2.018


Ensayo, EL estado, perpetrador de crímenes y violaciones a los derechos humanos.

Autor: José Manuel Villegas Franco.

En este ensayo hablaré acerca de una problemática que infortunadamente es muy común en
nuestro país, la cual ha generado muchas controversias en los últimos años, debido a la magnitud
de los hechos acaecidos y a la gran cantidad de víctimas que estos provocaron. EL tema al que
hago referencia es a la violación sistemática de los derechos humanos por parte del estado
colombiano y sus instituciones. Para esto, es menester realizar la siguiente pregunta. ¿Existe un
historial de violación sistémica de los derechos por parte del gobierno o la
entidad en el mismo? Para contestar esta pregunta, realizaré un breve
repaso histórico acerca de algunos hechos que han ocurrido en los últimos
70 años en nuestro país, en los cuales se llevó a cabo un periodo de
violencia y posteriormente un conflicto armado que dejó millones de
víctimas, entre fallecidos, torturados, secuestrados, desaparecidos,
desplazados, amenazados etc.; que de una u otra forma fueron agredidos
por diversos grupos armados, algunos oficiales y otros no oficiales. Hoy me
centraré en los oficiales, fuerzas armadas, ejército nacional y policía
nacional, puesto que son organismos que siendo parte del estado,
perpetraron crímenes de lesa humanidad, masacres, asesinatos
extrajudiciales (falsos positivos), limpiezas sociales, etc., crímenes que en la
mayoría de los casos han sido echados al olvido y en los cuales reina una
impunidad absoluta, puesto que los autores intelectuales de dichos
crímenes son personas sumamente poderosas, políticos, militares, dueños
de grandes multinacionales, y hasta presidentes de la república.
La guerra en Colombia inicia aproximadamente desde la llegada al poder del expresidente
Mariano Ospina Pérez en 1946, un conservador que estableció una política represiva en el país,
por lo que creó algunos grupos conocidos como policía política o los Chulavitas, este fue el primer
germen de paramilitarismo que hubo en el país, y su objetivo era eliminar a los liberales y a los
comunistas. Frente a estas sombrías circunstancias, surgen las guerrillas liberales, las cuales
intentaban defenderse de la opresión estatal, pero posteriormente y para desgracia de toda una
nación, esas fuerzas anacrónicas asesinaron al candidato a la presidencia Jorge Eliecer Gaitán, el
fatídico 9 de abril de 1948. A partir de ahí, comienza una ola de violencia que durará hasta 1958, la
cual culmina con el frente nacional, que no fue más que una estrategia para repartirse el poder
entre liberales y conservadores durante 16 años. El problema fue que otras corrientes de
pensamiento fueron relegadas, por lo que en la década del 60, surgen las primeras guerrillas de
izquierda (las FARC y el ELN), con el objeto de incorporar a una gran maza de la población que no
se sentía representada por la oligarquía plutocrática que estaba en el poder. Esto dio como
resultado una confrontación directa entre los grupos insurgentes y el estado colombiano, el cual
cada vez era más represivo.

Hacia mediados de la década de los 80, para ser exacto, los días 6 y 7 de noviembre del año 1985,
ocurrió un suceso que fue denominado como la Toma del palacio de justicia, por parte de un
movimiento guerrillero denominado M 19, movimiento que fue creado tras un fraude electoral en
la década del 70. Este suceso pasó a la historia puesto que es uno de los ejemplos más claros de
violación a los derechos humanos por parte del estado, en particular de una institución como lo es
el ejército nacional. Esto se evidencia en el informe final de la comisión de la verdad sobre los
hechos del palacio de justicia, en el cual se indica lo que realmente ocurrió durante los días 6 y 7
de noviembre de 1985. Ahí se cuenta, con lujo de detalle, la forma en la que llegaron los
insurgentes y tomaron algunos rehenes, y cómo luego el ejército entró matando a mansalva, sin
importarle si habían o no civiles dentro del palacio. Esta fue una masacre perpetrada con astucia,
los miembros del ejército comenzaron a sacar personas a las cuales torturaban, asesinaban y
desaparecían, mientras que la gente que se hallaba dentro resistía la balacera que caía sobre ellos
como un huracán que arrasa con todo a su paso. Fue el mismo estado el que mató a sus propios
ciudadanos, y el gobierno nacional, encabezado por el entonces presidente Belisario Betancur, no
hizo absolutamente nada para detener la masacre. Lo único que hicieron esos traidores a la patria
y a la democracia, fue tergiversar la realidad, decir que el M19 había entrado a matar a los
magistrados que se encontraban en el palacio de justicia y que luego habían provocado incendios
en el lugar, cuando en realidad, los 3 incendios fueron provocados por los mismos militares, tal vez
por error, tal vez con intenciones quien sabe de qué tipo, pero la cuestión fue que se dio una
versión errónea de la realidad, sumiendo a las personas en la más burda ignorancia. Para muestra
de ello tenemos que el día de la toma del palacio de justicia, la ministra de comunicaciones de
aquél entonces (Noemí Sanín), dictó la orden de que no se transmitiese la toma al palacio de
justicia por televisión, sino que en su lugar se transmitiera un partido de fútbol, con el objeto de
que las personas no se enterasen de lo que estaba aconteciendo y la forma en la que el ejército
estaba actuando. Por este motivo muchos de nuestros conciudadanos siguen creyendo que los
causantes de las muertes y las desapariciones en el palacio de justicia fueron los integrantes del M
19, y ven al ejército como las mansas palomas que fueron a rescatarlos y a recuperar de forma
pacífica la paz y el orden. Todas estas cosas ocurrieron, para desgracia de Colombia, en una época
en la que el narcotráfico había comenzado a convertirse en una moda, los asesinatos en nuestro
país eran algo sumamente común, por ende, el estado podía hacer y deshacer sin ningún
problema, tomando como pretexto la guerra contra el narcotráfico y contra la insurgencia armada.

Pero esto no paró ahí, en esa misma década de los 80 surgieron nuevos grupos paramilitares, los
cuales comenzaron a cometer todo tipo de crímenes con absoluta complicidad del estado.
Debemos mencionar por supuesto a los más de 5000 dirigentes de la unión patriótica asesinados
en el denominado plan baile rojo, sin que el estado colombiano hiciese absolutamente nada para
asegurar la vida de los militantes de dicho partido político. Por otra parte, debemos entender que
todos estos crímenes tenían un objetivo claro, imponer el modelo neoliberal en nuestro país, el
cual efectivamente nos impusieron a inicios de la década del 90. Esto tuvo consecuencias nefastas
como lo fueron la privatización de la salud, la educación, etc., pero no me referiré a ello en estas
pocas líneas. Durante los años posteriores, esto no cambió, se siguieron cometiendo todo tipo de
masacres y crímenes contra la humanidad que van desde las grandes matanzas hechas por grupos
paramilitares como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), con el apoyo de algunos
miembros del ejército nacional y algunos políticos, hasta la configuración del modelo de seguridad
democrática del gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, el cual dejó a lo sumo más de 4000
muertos durante 8 años, 500 más de los que dejó la dictadura de Augusto Pinochet en Chile
durante 17años.

En la actualidad, los crímenes y las violaciones a los derechos humanos no han cesado, a pesar de
que hemos llevado a cabo un proceso de paz con las FARC, el cual nos ha ahorrado miles de
muertos, lesionados y desaparecidos. No obstante, se comenzó a configurar un delito nuevo, el
asesinato sistemático de líderes y lideresas sociales con poca intervención estatal para proteger la
vida de estos hombres y mujeres que se dedican a trabajar por sus comunidades y la consolidación
de la paz. Los datos son escalofriantes, puesto que desde la implementación de los acuerdos de
paz en diciembre del 2016 hasta el momento, hay más de 300 líderes sociales asesinados y esta
cifra va en aumento.

En conclusión, puedo afirmar que el tema de la violación sistemática a los derechos humanos por
parte de los agentes estatales es un asunto que lo hemos visto desde hace mucho tiempo en
nuestro país, pero que no por esto debe tomarse como algo normal. Es menester entender la
necesidad de crear un estado que no vulnere la vida y la integridad de sus ciudadanos, y que
propenda por el respeto a la diferencia y por la convivencia pacífica de los mismos.

Bibliografía.

https://www.semana.com/opinion/expertos/articulo/la-izquierda-en-colombia/324860

https://lasillavacia.com/content/informe-final-de-la-comision-de-la-verdad-sobre-los-hechos-del-
palacio-de-justicia-49871

https://www.colectivodeabogados.org/EL-GENOCIDIO-CONTRA-LA-UNION

https://colombiacheck.com/chequeos/mas-asesinatos-en-la-era-uribe-que-en-la-dictadura-de-
pinochet.html

https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/el-mapa-de-los-lideres-sociales-asesinados-
en-colombia-184408

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