1.-Ficha Primates
1.-Ficha Primates
1.-Ficha Primates
Temas a tratar
Palabras claves
De cierta manera, la conducta de todos los animales es social, incluso entre especies
inferiores, unos organismos estimulan a otros, viviendo en una clase de grupo. Los grupos
sociales requieren de una organización, una unidad psicológica, un sistema de comunicación y
una división de trabajo, donde los miembros del grupo cooperan para alcanzar una meta
grupal. Por otra parte encontramos al agregado o reunión, que es un tipo de grupo, que no
actúa concertadamente hacia la consecución de metas colectivas. Ejercen conducta social en
un grado limitado, por tanto no es un grupo social auténtico, ya que incluye relaciones
sociales rudimentarias.
En este sentido debemos tener en cuenta que toda evolución cultural depende de una
evolución biológica previa. Como la evolución del cerebro humano que hace que tengamos
formas de socialización más avanzadas que las especies inferiores.
La Sociobiología
La interpretación de la sociobiología
Los monos nunca aprenden a hablar como los seres humanos. Aunque muchos
investigadores lo han intentado, solo se han conseguido pequeños logros entrenándolos para
imitar los sonidos del habla humana. Un claro ejemplo de esto sería el experimento de los
Hayes (1951), donde su animal Vicki adquiere un vocabulario de tres palabras: mamá, papá y
taza. Pero era evidente que estas palabras no se parecerían mucho a las del habla humana,
en el sentido de que la imitación era burda y los sonidos apenas identificados.
Los psicólogos siguen estando interesados en el intento de enseñar a hablar a los
monos. Ann y David Premack (1972) han enseñado a uno a de sus chimpancés, Sarah, un
vocabulario de alrededor de 130 “palabras” a través de figuras o formas de plástico en una
pizarra. Estos intentos no parecen haber desacreditado la idea de que los humanos son los
únicos animales capaces de aprender un lenguaje. Sin embargo han dado a relucir aún más las
capacidades de los primates.
Los Premack recompensaban a Sarah cuando elegía los “símbolos” de plástico
correctos, por ejemplo, para conseguir un plátano, le exigían poner la “palabra” de plástico
para plátano en el lenguaje de la pizarra.
En fases más avanzadas, Sarah llegaba a formar “frases” (por ejemplo: “Dar – manzana –
Sarah”) e incluso, según los Premack, hacer afirmaciones y juicios completos tales como:
“Manzana color rojo” y “Rojo no color plátano”.
Los Premack (1972) concluyen que Sarah ha conseguido aprender un código, un
lenguaje simple que, sin embargo, incluye algunos de los rasgos característicos del lenguaje
natural.
En general, parece improbable que el trabajo de los Premack de como resultado una
necesidad de revisar la creencia de que los seres humanos son los únicos animales capaces de
aprender una lengua. Es más probable que la importancia de este trabajo se aprecie en otras
áreas, como las que tratan de especificar los puntos de diferencia básicos que existen entre el
lenguaje humano y los sistemas de comunicación de orden inferior.
Los monos emiten sonidos característicos propios, pero estos no constituyen un
lenguaje en sentido genuino, debido a que: En primer lugar, los sonidos no son aprendidos.
Este punto ha sido probado de forma concluyente por Boutan (1913), que crió a un mono
totalmente aislado de otros monos desde su nacimiento hasta los cinco años. Pronunciaba los
mismos gritos; En segundo lugar los sonidos emitidos por los monos son “Subjetivos”, es decir,
meramente expresan emociones, no designan o describen objetos; Y en tercer lugar, los
sonidos de los monos no constituyen un sistema de símbolos. Yerkes y Yerkes (1945) resumen
esta ausencia de sistema diciendo que el lenguaje compuesto de los chimpancés difiere
enormemente del nuestro. Ellos, por ejemplo, no tienen un sistema, ni siquiera un conjunto,
de sonidos que pueden ser llamados propiamente habla, y nada remotamente parecido al
lenguaje escrito.
Los sonidos emitidos por los monos, o por cualquier otro animal, constituyen
claramente lenguajes animales sistematizados similares a los lenguajes humanos. No puede
uno referirse a los sonidos animales como palabras, porque si lo hace está obligado a
reconocer que los niños humanos también comunican sus necesidades a otros y a sus mayores
por medio de gritos.
El biólogo J. Bierens de Haan (1929) ha resumido que el lenguaje humano tiene seis
características: Los sonidos usados en él son vocales, articulados, y tienen algún tipo de
significado convencional, indican algo, son pronunciados con la intención de comunicar algo
a alguien, y se agrupan juntos para formar nuevas combinaciones, así se forman frases de
contenido variados y diferentes.
Sobre la relación entre sonidos y objetos en los primates, Cheney (1984) cuenta: los
experimentos de los gruñidos usados por los monos verdes durante sus interacciones sociales
indican que pueden funcionar de forma efectiva para designar objetos o acontecimientos del
mundo externo (…). Hasta el presente, nuestras investigaciones son limitadas en el sentido de
que pueden examinar sólo las respuestas que las llamadas evocan en los oyentes, y no el
estado psicológico o afectivo de quienes vocalizan (…).
En su estudio, Cheney investigó la manera en que los monos verdes percibían y clasificaban
los objetos y acontecimientos en el mundo externo. Utilizó los datos para afirmar que las
clasificaciones hechas por monos verdes con complejas y jerárquicas, se parecen en muchos
sentidos a las de los humanos. Para describir sus propias organizaciones sociales.
Bierens de Haan (1929) argumentó que los animales poseen en el mejor de los casos
“pseudolenguajes”. Charles F. Hockett (1965) presenta un análisis que se compara a la
evidencia encontrar por Bierens de Haan:
1.- Vocal: La inmensa mayoría de las animales son mudos.
2.-Articulado: Las sílabas se juntan. Esto es imposible cuando los sonidos son producidos por
órganos distintos de la boca.
3.- Significado convencional: Salvo pocas excepciones, no hay una relación directa entre el
significado y la naturaleza del sonido.
4.- Indicación: En los animales, los sonidos no nombran objetos o situaciones sino que
expresan “sentimientos” y “emociones”.
5.- Intención: Los sonidos animales son pronunciados generalmente sin referencia a otros
seres, sin embargo, estos pueden ser respondido por otros.
6.- Unir para formar combinaciones: Entre los animales no se produce la combinación de
palabras dentro de frases; sólo los humanos lo hacen.
No afirmamos que no haya comunicación en las especies infrahumanas, sino muy al
contrario, si existe comunicación, el lenguaje es sólo una de ellas. Eso sí, es correcto afirmar
(como se ha mencionado ya en temas anteriores) que los humanos son los únicos animales con
capacidad de lenguaje.
Seyfarth (1984) registró los gruñidos individuales de un mono, y los reprodujo ante
monos salvajes por medio de un altavoz oculto. Se filmaron las respuestas de los monos a
estos gritos. Seyfarth concluye: Transmiten una información constante específica, resulta
tentador comprarlos con las palabras humanas, pero semejante comparación es apresurada,
dado que sólo podemos medir las respuestas emitidas por los gruñidos, y no lo que está
pasando por la mente del que vocaliza (…) cuando un mono oye un gruñido, por ejemplo, es
informado inmediatamente de muchos de los aspectos precisos de la conducta social que
viene.
El autor Haraway, dirá que se puede interrelacionar el origen del estudio científico de
los simios a los procesos siguientes. Los campos de psicología comparativa y primatología
recogen estos estudios para comparar la inteligencia de los humanos con las capacidades
mentales de los no humanos con el fin de encontrar los principios que rigen la conducta
animal y aplicar estos conocimientos a la conducta humana
Tiempo antes de la segunda guerra mundial, hubo países que decidieron establecer
puestos de investigación y áreas de conservación para el estudio de primates no humanos, es
así como a comienzos del siglo XX aumentó el auge de publicaciones sobre extraordinarias
proezas animales, fue la teoría evolucionista la que contribuyó a la preocupación por la
inteligencia animal, especialmente la de los monos y simios.
El estudio científico de los primates no humanos se dividirá en períodos históricos: pre
y post segunda guerra mundial. Entre 1924 y 1942, fue Robert Yerkes quien dirigió su
investigación a la conducta sexual, social y cooperativa de los chimpancés en cautividad.
Por otro lado, se desarrollaron estudios sobre no primates en asentamientos naturales
entre 1930 y 1955. Los primatólogos C. R. Carpenter y S. A. Altman estudiaron la conducta
sexual y las pautas de comunicación de monos y gibones salvajes en la zona del canal de
Panamá, Tailandia y Siam. Altman aplicó la teoría cibernética de la comunicación, que serán
posteriormente tomadas por los sociobiologos.
Durante esta época, autores como Robert Ardrey, Desmond Morris, Lionel Tiger, Robin
Foz. Jane Goodall, Ashley Montagu y Allison Jolly publicaron trabajos que ensalzaban el
dominio del género humano sobre la naturaleza, la agresividad natural del macho, sumado al
papel de las mujeres como mediadores de la cultura. Según Haraway, esta literatura es
ideológicamente conservadora y patriarcal.
Otro de los principales logros es que este período consistió en poner a los chimpancés
en el espacio exterior. En 1961, el chimpancé Ham fue lanzado al espacio con éxito por
Estados Unidos, como proyecto piloto para que luego se implementarán humanos para
reproducir esas proezas. Los chimpancés se convirtieron en réplicas para los humanos.
Entornos simbólicos
Un entorno simbólico implica que los humanos viven en “mundos sociales”, esto quiere
decir que pueden ser concebidos como grupos de individuos que conviven a través de redes de
comunicación. Shibutani (1962) señala “Las sociedades de masas modernas (…) están
confeccionadas con una desconcertante variedad de mundos sociales (…). Todos ellos (…) son
áreas culturales, cuyas fronteras se establecen no por un territorio ni por la pertenencia
formal a un grupo, sino por los límites de la comunicación eficaz”. En resumen, una nación no
es igual a una sociedad debido a que existen muchas sociedades, muchos mundos sociales en
una misma nación.
Los miembros de mundos sociales conciben la realidad como “coordenadas simbólicas”
simples. La definición de “mundos sociales” tiene que ver en cómo se percibe la realidad, el
espacio y el tiempo. Y los aspectos básicos a éstos se entenderán como coordenadas sociales
de un mundo social dado.
El “Entorno simbólico” desde el punto de vista de un individuo, se piensa como una
realidad en sí misma. Berger y Luckman añaden que esta realidad se presenta a sí misma ante
el individuo como un mundo que comparte con otros y ésta “realidad” es tomada como LA
REALIDAD, algo que simplemente está ahí. Esta realidad, las coordenadas simbólicas y las
simbolizaciones se podrían considerar erróneas o inmoral por las recientes generaciones, en la
medida en que los miembros de un mundo social se preocupen por los puntos de vista y los
actos de las personas con otros mundos sociales.
Prejuicios y estereotipos
Conclusiones
Los humanos no se basan su realidad en ideas sobre ésta expresadas por medio de
símbolos lingüísticos, de ahí que el entorno simbólico de los seres humanos, los nombres,
palabras, términos, conceptos, categorías, invenciones, estereotipos y prejuicios.
Los significados simbólicos son productos interactivos, sociales. Hay significados los
cuales dan sentido al mundo, hábitos del lenguaje que genera en los humanos la motivación
para nombrar, clasificar y explicar aspectos significativos de su entorno.
En resumen, en este capítulo se abordó el tema de la evolución humana, biológica y
cultural y sus límites que han forjado para el desarrollo del lenguaje. El punto de vista
sociobiológico el cual tiende a reducir la experiencia humana al nivel de los genes y principios
evolutivos universales. La conducta de chimpancés y como sus experiencias reflejan la
ausencia del lenguaje a nivel humano. Es imposible que los primates tengan prejuicios,
estereotipo o tengan sus mundos mediados por estructuras de sentido complejas que
proporciona el lenguaje.
Críticas al contenido
Dentro del texto podemos observar cómo se analiza el tema del lenguaje humano en
relación a los animales inferiores o subhumanos, particularmente en los primates.
Como grupo, pensamos que quizás no hay mucho campo a disposición de nuestras
manos para elaborar o aplicar el contenido visto en el texto. Sin embargo, llegamos a una
conclusión de que podría aplicarse en términos de “taller práctico”.
Uno de los más famosos fue el de los autores Ann y David Premack, quienes elaboraron
experimentos con chimpancés abordando este tema. Lograron que “Sarah” (un chimpancé)
pudiese “aprender” un total de 130 “palabras”. Básicamente el experimento trataba de
relacionar palabras humanas con pequeños símbolos de plástico en una pizarra, por ejemplo,
cuando Sarah quería un plátano tenía que escoger el símbolo de plástico en la pizarra que
representaba al plátano.
Otro experimento como el de los autores Beatrice y Allen Gardner, quienes enseñaron
a un chimpancé (Washoe) a usar el lenguaje de señas americano, convirtiéndose en el primer
ser vivo no humano capaz de esto, fue uno de los más conocidos.
Un claro ejemplo que relaciona tanto los estudios del texto con la teoría de Skinner y
que podría llegar a aplicarse en la ciudad de Arica sería el adiestramiento de lengua de señas
en perros sordos.
Mientras que muchos perros son entrenados mediante órdenes verbales que indican el
seguimiento de ciertas acciones, las señales manuales en el adiestramiento de los perros son
muy útiles en muchas circunstancias, una de ellas será el entrenamiento de perros sordos. Los
perros tienen cierta aptitud para la lectura de nuestro lenguaje corporal y los gestos, lo que
sería propicio para el aprendizaje de conductas a través de gestos, ampliando así el
condicionamiento al área de perros sordos.
Referencia Bibliográfica
Bateson, G. y Bateson, M. C. (1987): Angels Fear: Towards and Epistemology of the Sacred.
Nueva York: MacMillan.
Haraway, D. J. (1989): Primate Visions: Gender, Race and Nature in the World of Modern
Science. Nueva York: Routledge.