PRESCRIPCIÓN
PRESCRIPCIÓN
PRESCRIPCIÓN
Es por ello que esta institución se contempla prácticamente en todas las ramas
jurídicas y entre ellas, la laboral.
Por virtud del Contrato de Trabajo, las partes adquieren determinados derechos y
obligaciones: algunos expresamente convenidos y otros derivados del mandato
legal. Por ser el derecho laboral un derecho tutelar y protector de los trabajadores,
el contrato de trabajo no se limita a las condiciones que las partes hayan pactado
directa y específicamente, sino que por ley se le incorpora una serie de
estipulaciones adicionales -por lo general mínimas-, aunque las partes no lo hayan
incluido en el contrato escrito o que ni siquiera lo hayan convenido, como son las
vacaciones, las horas extraordinarias, las licencias, etc. En virtud de una especie de
ósmosis legal, se generan automáticamente una serie de derechos y obligaciones
que van más allá de lo convenido taxativamente por las partes.
El trabajador, por lo mismo, tiene derecho a ejercer o exigir cada una de esas
prestaciones, siempre que lo haga en su oportunidad o dentro de los respectivos
pla.ws lijados para cada situación.
2. PLAZOS EN GENERAL
Entre los casos de prescripción existen diferentes plazos que atienden a una
adecuación práctica. Así tenemos que el derecho civil establece plazos que oscilan
entre diez años (derechos reales) y hasta dos años (cobros de adeudos
comerciales, honorarios, etc.). El Derecho Penal tiene sus propias regulaciones para
establecer la responsabilidad en un texto temporal.
En todo caso, la situación del despido, justo o no, debe aclararse en los días
siguientes a la terminación de la relación. En un supuesto que al trabajador no se le
quiera pagar la indemnización ni explicarle la causal supuestamente justa del
despido, en los días siguientes al mismo, es un claro indicio para presumir que no
se le quiere abonar esa prestación. Por lo mismo, si el pago se le retarda o niega,
el trabajador debe ejercitar rápidamente su reclamo. Además, cabe considerar que
las condiciones del despido son a veces muy confusas, por lo que el transcurso del
tiempo solo abundaría adicionalmente en entorpecer la obtención de la prueba.
Por lo anterior, se presume que el trabajador debe saber cuál es su situación frente
a su ex patrono y qué acciones puede ejercitar. Se asumiría, por tanto, que si deja
pasar el plazo para hacer valer el reclamo es que no tiene interés en el mismo; caso
raro pero que podría presentarse.
Respondiendo a las anteriores ideas, las legislaciones, por lo general, han fijado
plazos relativamente cortos para ejercitar ese derecho al reclamo. En nuestro medio
es de treinta días hábiles (algo así como un mes y diez días corridos). En México,
anteriormente era de un mes, pero se extendió recientemente a dos meses.
Es claro que, si un trabajador presenta su reclamo pasado el tiempo indicado, su
derecho ha prescrito y hacer valer la prescripción seria la opción defensiva más
clara del patrono. En muchas demandas ordinarias laborales, por lo general, el
primer aspecto que se analiza es el de la prescripción: determinar si el trabajador
ejerció en tiempo su derecho o no. Esto es, si presentó su reclamo al tribunal o a la
inspección de Trabajo, dentro de los treinta días hábiles siguientes a la terminación.
En ejercicio del derecho que prescribe conforme el plazo aquí indicado. el trabajador
reclamaría la INDEMNIZACIÓN; para reclamar los demás derechos se computa el
plazo que a continuación se indica.
El artículo 78 del código de trabajo establece que el trabajador, una vez despedido,
goza del plazo de prescripción para emplazar al patrono para que Je demuestre la
causa justa en que se fundó el despido. Caso típico de inversión de la carga de la
prueba. Al empleador toca pues demostrar que las motivaciones del despido sí
fueron justas.
3.9 BENEFICIARIOS
i
FENANDEZ MOLINA, LUIS L. Derecho laboral guatemalteco, séptima edición, IUS ediciones, Guatemala,
2017.