Extrañamiento Conciencia Práctica
Extrañamiento Conciencia Práctica
Extrañamiento Conciencia Práctica
mana lleva a los antropólogos a buscar, con frecuencia, las especificidades de la perspectiva de la Antropología.
Así como existen varias sociologías, psicologías, economías, fi- losofías, historias, existen muchas antropologías.
No es este el lugar para problematizar la relación entre diferen- cias internas a cada disciplina y diversidad de
parámetros teóricos metodológicos. Pero antes de entrar en nuestra cuestión central, un comentario
introductorio general puede ser hecho. La fuerza del debate contemporáneo en torno de la hermenéutica ha
traído, de nuevo, a un primer plano la discusión sobre la relación individuo/sociedad. En el campo de las
ciencias sociales, la polémica, una vez más, se establece en términos de la tensión existente entre
los enfoques subjetivistas y los llamados objetivistas.
Desde ya, la salida para la presente situación sólo puede plantearse en términos de una comprensión dialéctica-
sin abusar de esta desgastada palabra- de la relación indi- viduo/ sociedad. Los individuos no son productos
mecá- nicos y pasivos de determinaciones sociales (una especie de reduccionismo sociológico a lo Durkheim)
ni de determi- naciones económicas o de clase (una especie de reduccio- nismo relacionado con el materialismo
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histórico). En realidad, más que hablar de individuo y/ o sociedad, habría que hablar siempre en términos
conjuntos, al modo de la relación individuo/sociedad, donde las partes se consti- tuyen mutuamente.
Considerar permanentemente esta cuestión en término relacionales permite evadir los pro- blemas más
ontológicos que se plantean siempre cuando la discusión intenta comprender cuál de los lados es más im-
portante para la determinación de la realidad, si el indivi- dual o el social.
Está claro que ninguna persona existe a no ser social- mente. Recordemos las críticas a las "robinsonadas" hecha
por Marx (1977). Pero también es claro que los individuos pueden cambiar los marcos definidos de lo social; y
aquí recordamos la conocida consideración sartreana que dice que es cierto que Paul Valéry es un intelectual
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pe- queño-burgués, pero no todos los intelectuales pe- queño-burgueses son Paul Valéry (Sartre 1967: 50).
De hecho, la relación individuo/sociedad está mediatizada no solamente por trayectorias específicas de desarrollo
de per- sonalidades que califican a individuos como agentes com- petentes, sino también por coyunturas
históricas concretas (donde las trayectorias individuales se realizan) que crean los límites y posibilidades de
resolución de impases coti- dianos ó estructurales, tanto respecto de la manutención de un determinado orden
cuanto de su cambio gradual o radical.