Sentencia Constitucional Fundamentacion en Resoluciones
Sentencia Constitucional Fundamentacion en Resoluciones
Sentencia Constitucional Fundamentacion en Resoluciones
Expediente: 2011-23090-47-AAC
Departamento: Oruro
Dentro del proceso penal por la presunta comisión de los delitos de despojo, desobediencia a la
autoridad y allanamiento de domicilio o sus dependencias, una vez formulada la imputación, y luego
la acusación, el 16 de junio de 2010, se emitió el Auto de Apertura de Juicio oral; y, en el desarrollo
del juicio plantearon incidente de extinción de la acción penal, indicando que el Juez Carlos Montoya
emitió mandamiento de desapoderamiento “a cargo de la funcionaria comisionada a diligencias en
fecha 20 de abril de 2007, fecha en la que hicieron la toma física de la hijuela de propiedad del
querellante Juan Lara Unzueta, desde la indicada fecha han transcurrido algo más de tres años y
cinco meses” (sic); el art. 27 inc. 8 del Código de Procedimiento Penal (CPP), señala que la acción
penal se extingue por prescripción, por su parte el art. 29 del mismo cuerpo legal señala que “la
acción penal prescribe en dos años para delitos con penas no privativas de libertad, en ese
entendido, los delitos de desobediencia a la autoridad y allanamiento a domicilio merecen penas
privativas de libertad menores a dos años”(sic); a cuya consecuencia formularon excepción de
prescripción, toda vez que el hecho generador de la presente acción se suscitó el 20 de abril de
2007, hasta el momento que interpuso la presente acción de amparo constitucional, transcurrieron
más de tres años y cinco meses; consecuentemente fue emitida la resolución 220/2010 de 19 de
octubre, por Rosario Rodríguez Sánchez de Ballesteros, la misma que indicó que: a) La acusación
pública como particular, señalan que el desapoderamiento se habría efectuado el 20 de abril de
2007, con la toma física de la hijuela, asimismo indica que la acusación no precisó tiempo modo y
fecha para el cómputo de la prescripción, por la imprecisión del hecho relatado en la acusación hace
imposible poder analizar si evidentemente existió la prescripción de la acción penal; b) Estando en la
etapa del juicio oral y advirtiendo los errores contenidos en la acusación pública y particular,
señalando error en los actuados que no tiene precisión en el hecho acusado, dispuso la corrección
de la acusación “que deberá ser presentada cumpliendo a cabalidad lo dispuesto por el art. 341 del
CPP” (sic), debiendo presentar una acusación conforme a ley; y, c) En su parte resolutiva dispuso la
nulidad de obrados hasta la admisión y radicatoria de la acusación pública, es decir hasta la
resolución 14/2010 de enero.
Añade que, en el afán de querer favorecer a los acusadores tanto públicos como particulares, la
jueza hoy demandada direccionó la producción de la prueba, sin que haya sido impugnada,
disponiendo oficiosamente nulidad de obrados.
El Auto de Apertura del juicio oral de 16 de junio de 2010, se halla ejecutoriado, el mismo que no es
impugnable, por lo que no se lo puede dejar sin efecto, más aun cuando no tiene defectos ni errores,
solamente se puede corregir en los actos del juez o tribunal y no así en actuados de las partes como
son la acusación pública y particular, el juez al pedir que se haga de una manera o de otra la
acusación, se estaría atentando la imparcialidad del juez natural, por su parte el art. 342 del CPP
señala: “En ningún caso el juez o Tribunal podrá incluir hechos no contemplados en alguna de las
acusaciones, producir prueba de oficio ni podrán abrir el juicio si no existe, al menos, una
acusación"; si una acusación fue mal elaborada, es negligencia del fiscal como del querellante.
Las accionantes alegan la vulneración de sus derechos al debido proceso, “seguridad jurídica” al juez
natural y la presunción de inocencia citando al efecto los arts. 115 y 120 Constitución Política del
Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 10 de enero de 2011, conforme consta en el acta cursante de fs. 79
a 84 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
En la acusación debe existir una precisión del hecho a fin del cómputo de la prescripción, conforme
establece el art. 341 inc.3 del CPP, de ahí que se emitió la Resolución 220/2010, disponiendo que el
acusador público deba cumplir con esos requisitos, esa Resolución fue apelada por la defensa y
mereció el Auto de Vista 37/2010 que declaró improcedente la apelación. Con relación a que habría
favorecido a la parte demandante, señaló que esa apreciación fue errada.
Beatriz Cortez Vásquez, Presidenta y Virginia Colque Calle, Vocal, ambas de la Sala Penal Primera del
Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Oruro, no presentaron informe escrito
ni asistieron a la audiencia.
Juan Lara Unzueta, por intermedio de su abogado se ratifica en los argumentos esgrimidos por la
Jueza de Primera Instancia y las Vocales de la Sala Penal Primera del Distrito Judicial de Oruro, toda
vez que se enmarcaron en la ley, de esa manera existiendo el debido proceso.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de Oruro, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 01/2011 de 10 de
enero, cursante de fs. 85 a 90 vta., en la que concede la tutela demandada a favor de las
accionantes, dejando sin efecto el Auto de Vista 37/2010 de 30 de noviembre, así como el Auto
220/2010 de 19 de octubre, bajo los siguientes fundamentos: i) La jueza aquo actuó erróneamente,
al disponer la nulidad de obrados invocando el art. 168 del CPP, y la corrección de la acusación fiscal
que debió ser presentada cumpliendo con lo dispuesto en los arts. 341 y 168 del CPP, ya que este
último artículo tiene tres supuestos que son, revocar el acto, rectificar el error y cumplir el acto
omitido, todo eso refiriéndose a los actos propios del Juez o Tribunal; la mencionada norma tiene
relación con el 401 del mismo cuerpo legal cuando indica que “El recurso de reposición procederá
solamente contra las providencias de mero trámite, a fin de que el mismo juez o tribunal, advertido
de su error, las revoque o modifique” (sic); concordante con el art. 414 de la señalada norma legal
“Los errores de derecho en la fundamentación de la resolución impugnada, que no hayan influido en
la parte dispositiva, no la anularán, pero serán corregidos en la nueva sentencia, así como los errores
y omisiones formales y los que se refieran a la imposición o el cómputo de penas” (sic), en esos caso
es aplicable el art. 168 de la misma norma que dispone que de ninguna manera podrá mandar a
corregir una acusación pública o particular; ii) Ante el incumplimiento en la observación del art. 341
inc.2 del CPP, señala que el querellante tendrá la autonomía para precisar los hechos de la acusación
particular, para ofrecer prueba, su calificación jurídica, no existiendo reclamo contra el Auto de
Apertura quedando convalidados los defectos que contenía la acusación pública y particular entre
tanto nadie reclame los indicados defectos, pero de manera extra petita la Jueza a quo en lugar de
resolver el incidente planteado, anuló obrados trasgrediendo así las reglas del debido proceso y la
“seguridad jurídica”; y, iii) Con relación al Auto de Vista 37/2010, pronunciado por la Sala Penal
Primera, que declara improcedente el recurso de apelación incidental y confirma el Auto 220/2010,
dicha Resolución no fue debidamente fundamentada ni motivada.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; la
Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria,
posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de
las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de diciembre de 2011,
modificada por la disposición transitoria Segunda del Código Procesal Constitucional vigente desde
el 6 de agosto de 2012. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa,
dictándose la Resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se llega a las siguientes
conclusiones:
II.1. Por memorial de 25 de enero de 2008, cursante de fs. 27 a 29, Silvia Martínez Frías en
representación de Juan Lara Unzueta, presentó querella contra Norma Pacheco Salinas y Delia
Pacheco Salinas, por la presunta comisión de los delitos de despojo, allanamiento de su domicilio o
sus dependencias y desobediencia a la autoridad; posteriormente José Ignacio Calle López, Fiscal de
Materia el 18 de diciembre del mencionado año, emitió Resolución fundamentada de imputación
Formal contra las accionantes por los delitos mencionados por la querellante, la misma que fue
remitida al Juzgado de Instrucción en lo Penal y cautelar (fs. 32 a 36).
II.3. De fs. 1 vta. a 3 vta. cursa, Auto que resuelve el incidente de prescripción de la acción penal
220/2010 de 19 de octubre, emitida por Rosario Rodríguez Sánchez, Jueza Primera de Sentencia,
quien dispuso “la Nulidad de obrados hasta la admisión y radicatoria de la acusación pública, es decir
hasta la resolución 14/2010 de enero y dispone que se imprima el trámite correspondiente
conforme a lo observado en la presente resolución” (sic).
II.4. Mediante Auto de Vista 37/2010 de 30 de noviembre, las Vocales ahora demandadas,
declararon improcedente el recurso de apelación incidental interpuesto por las ahora accionantes,
indicando que en la acusación pública y particular, se advierte imprecisión respecto del momento de
la comisión del delito de allanamiento, momento que fue útil a la juzgadora para advertir el defecto
contenido en la acusación (fs. 4 a 5).
II.5. José Ignacio Calle López, Fiscal de Materia, en fecha 11 de enero de 2010, presentó
requerimiento conclusivo y acusación pública, contra las accionantes (fs. 48 a 57); posteriormente,
Silvia Martínez Frías por Juan Lara Unzueta mediante memorial de 12 de febrero de 2010, presentó
acusación particular adhieriendose en todos los puntos esgrimidos en la acusación del Ministerio
Público (fs.60 y 65 vta.).
Las accionantes, alegan la vulneración de sus derechos al debido proceso, a la “seguridad jurídica”, al
juez natural y a la presunción de inocencia; por cuanto, dentro del proceso penal por la presunta
comisión de los delitos de despojo desobediencia a la autoridad y allanamiento de domicilio o sus
dependencias instaurado en su contra, interpusieron incidente de extinción de la acción penal por
prescripción, mereciendo el Auto 220/2010, emitido por Jueza Primera de Sentencia Penal, que no
declaró procedente la prescripción ni la rechazó, sino que dispuso la nulidad de obrados de manera
oficiosa, sin que haya sido solicitada; a cuya consecuencia, plantearon apelación, que fue resuelta
por las Vocales demandadas de la Sala Penal Primera, emitiendo el Auto de Vista 37/2010 de 30 de
noviembre, sin ninguna motivación ni fundamentación. En consecuencia, corresponde verificar, en
revisión, si tales argumentos son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos de los derechos
fundamentales o garantías constitucionales de las accionantes, a fin de conceder o denegar la tutela
solicitada.
Al respecto la SCP 0609/2012 de 20 de julio indica que: “El art. 128 de la CPE, ha previsto la acción
de amparo constitucional, contra todos los actos u omisiones ilegales o indebidos cometidos por
servidores públicos o personas particulares o colectivas, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir los derechos reconocidos por la Norma Suprema y las leyes, constituyendo una garantía
jurisdiccional extraordinaria mediante la cual el accionante hace posible la restitución de sus
derechos y garantías fundamentales restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o
supresión, obteniendo la tutela y la reposición en el ejercicio de los mismos”.
III.3. El debido proceso con relación al deber de fundamentar y motivar una resolución
Al respecto la SC 1810/2011-R de 7 de noviembre señaló que: “Las resoluciones pronunciadas en el
ámbito judicial o administrativo, deben estar debidamente fundamentadas, es decir que deben
apreciarse y valorarse cada una de las pruebas aportadas, sean de cargo como de descargo,
relacionándolas con los hechos y citando las disposiciones legales que sustentan la decisión.
En este ámbito, la uniforme jurisprudencia emitida por este Tribunal ha señalado reiteradamente
que: ´… las resoluciones que emiten las autoridades judiciales y administrativas deben exponer los
hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de esas
resoluciones. Este deber de fundamentación, se vincula tanto con la garantía del debido proceso
como con el derecho a la seguridad jurídica…´ (SC 0600/2004-R de 22 de abril).
Del mismo modo, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, que imperativamente señaló, que cuando las
resoluciones no están motivadas '...y se emite únicamente la conclusión a la que ha arribado el
juzgador, son razonables las dudas del justiciable en sentido de que los hechos no fueron juzgados
conforme a los principios y valores supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado con
apego a la justicia, por lo mismo se le abren los canales que la Ley Fundamental le otorga para que
en búsqueda de la justicia, acuda a este Tribunal como contralor de la misma, a fin de que dentro del
proceso se observen sus derechos y garantías fundamentales, y así pueda obtener una resolución
que ordene la restitución de dichos derechos y garantías, entre los cuales, se encuentra la garantía
del debido proceso, que faculta a todo justiciable a exigir del órgano jurisdiccional a cargo del
juzgamiento una resolución debidamente fundamentada …)'.
De la revisión del expediente, se evidencia que el 25 de enero de 2008, Silvia Martínez Frías en
representación de Juan Lara Unzueta, presentó querella contra Norma Pacheco Salinas y Delia
Pacheco Salinas, por la presunta comisión de los delitos de despojo, allanamiento de domicilio o sus
dependencias y desobediencia a la autoridad, quienes fueron imputadas formalmente por el
Ministerio Público, luego el 11 de enero de 2010, presentó requerimiento conclusivo y acusación
pública, contra las ahora accionadas, por los delitos mencionados; posteriormente, el 12 de febrero
de 2010, se adhiere a la acusación la querellante, en el desarrollo de la audiencia plantearon
extinción de la acción penal por prescripción, mereciendo el Auto 220/2010 de 19 de octubre,
emitida por Rosario Rodríguez Sánchez, Jueza Primera de Sentencia Penal, en el entendido de haber
advertido errores en la acusación pública y particular, por lo que dispuso “la Nulidad de obrados
hasta la admisión y radicatoria de la acusación pública…” (sic); apelada tal determinación, fue
resuelta mediante Auto de Vista 37/2010 de 30 de noviembre por las Vocales demandadas,
declarando improcedente el recurso de apelación incidental interpuesto por las ahora accionantes.
Respecto al Auto 220/2010, emitido por Rosario Rodríguez Sánchez, Jueza codemandada, se
evidencia que la indicada autoridad al advertir presuntamente, errores en la acusación pública y
particular y en aplicación del art. 168 del CPP, dispuso la nulidad de obrados sin tomar en cuenta que
las ahora accionantes solicitaron la extinción de la acción penal por prescripción y no interpusieron
incidente de nulidad por actividad procesal defectuosa, de esta forma actuando de manera ultra
petita; por lo que debemos entender con exactitud al señalado artículo ya que textualmente indica:
”Siempre que sea posible, el juez o tribunal, de oficio o a petición de parte, advertido el defecto,
deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto, rectificando el error o cumpliendo el acto
omitido” (las negrillas nos pertenecen), no obstante se debe diferenciar la corrección de los actos
procesales erróneos de la nulidad de obrados tal como señala la SC 0600/2003 “…la primera permite
al juzgador modificar o reparar todos los defectos o errores procesales que pudiese advertir durante
la tramitación del proceso, en cambio la segunda importa retrotraer el proceso hasta el punto
original en que se produjo el vicio, implica un desconocimiento de los actos procesales realizados
por tener vicios absolutos, lo que significa que dichos actos nunca nacieron a la vida jurídica…”, de
dicho entendimiento, se evidencia que la Jueza realizó una incorrecta interpretación del art. 168 del
CPP, al disponer la nulidad de obrados, de esa manera la Jueza Rosario Rodríguez Sánchez vulnero el
derecho al debido proceso de las accionantes.
Con relación al Auto de Vista 37/2010 de 30 de noviembre, emitido por las Vocales codemandadas,
las accionantes denunciaron vulneración de sus derechos por la falta de fundamentación y
motivación; de la revisión de antecedentes se evidencia que las autoridades señaladas, repitieron lo
enunciado por la Juez a quo, respecto de que en “los datos de la acusación pública y particular se
advierte imprecisión respecto al momento de la comisión del delito de allanamiento, momento que
fue útil a la juzgadora para advertir el defecto contenido en la acusación” en consecuencia no se
encuentra fundamentación en la Resolución emitida por la referidas autoridades, toda vez que no
explican los motivos por los cuales tomaron dicha decisión, asimismo no se observó ninguna cita
legal que sustente la parte dispositiva, de esa manera convalidando los actos de la Juez a quo.
En cuanto a la acusación fiscal, si bien no cumplía con los requisitos establecidos en el art. 341 del
CPP, según informe de la Jueza codemandada debió ser observado dicho memorial, más no anular
obrados como se hizo, por otra lado ninguna de las partes observó tal situación con lo que dieron
por bien hecho el referido actuado.
POR TANTO