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4 - Pastoral Del Obispo de Córdoba - 1918 - Fragmento

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Documento Pastoral Fray Zenón Bustos y Ferreyra - Fragmento

6 de Julio de 1918

“Nos, Fray Zenón Bustos y Ferreyra, de la orden de los menores, por la gracia de Dios y
de la Santa Sede, Obispo de Córdoba, a todos los fieles de esta nuestra amada diócesis,
salud y paz en Nuestro Señor Jesucristo.”

“Pasados los movimientos apasionados y borrascosos de estas últimas semanas, tomamos


la palabra para hablar con los fieles de nuestra amada diócesis. ¿Para qué hablaríamos en
aquellos momentos en que no seríamos atendidos? Dominando en tales circunstancias el
ruido de la marea liberal, empeñada en profanar la cultura y humillar lar creencias
reverendas y tradicionales, vejando a la religión y a su clero, sólo cabría apretarnos el
corazón y callar.”

I “Córdoba ha contemplado azorada y sin creer que fuera realidad las manifestaciones
desordenadas y sacrílegas que veía. No advirtió que le llegó el momento de cosechar los
frutos amargos de sus dolorosos descuidos en dejar a sus hijos sin disciplina ni cultura, y
sin instrucción religiosa. Los padres y las madres traían abandonados los fueron augustos
de la paternidad en el hogar, prefiriendo economizarse vigilias y molestias en guardar y
afirmar la disciplina, mientras que sus hijos ganaban en libertades licenciosas cuanto ellos
perdían en el desempeño de sus deberes.”

“Debía llegarle el momento de presenciar el desastre de su prevaricación. Son numerosos


los padres y los hogares de tradición eminentemente cristiana y católica, que se han visto
avergonzados por miembros de su seno que salían y se plegaban en engrosar el tumulto,
solidarizándose con sus ideales y seguir gritando indignamente contra las personas
sagradas y los templos.”

III “El noble anhelo de estudios más amplios, fundamentales y metódicos colgados en la
bandera universitaria, en vez de llegar a un ensayo ventajoso encuadrándose en el marco
legal de su nuevo estatuto, degeneró desprestigiando su propia causa, en una agresión
franca contra esta iglesia de Córdoba.”

“Su primera manifestación de coloridos inconfundiblemente definidos, fue el asalto que


se llevó el día 15 de junio por un grueso núcleo de jóvenes estudiantes, al salón
universitario de recepción, destrozando los muebles y todos los cuadros de clérigos y
religiosos que pendían en sus paredes, formando entre la galería de los rectores.”

“A la consigna de “Frailes no” todos fueron desastillados, expresando que se intentaba


destrozar el molde estrecho, las ideas obscurantistas y los métodos anticuados que veían
representados en ellos, y la abolición si fuera posible del credo religioso que acompañó a
la Universidad desde sus primeros pasos. Asaltando también el monumento de Trejo, el
fundador, habría sido también arrebatado desde su pedestal, si la pesantez del bronce no
lo hubiera defendido.”

“Les empujaba el ardor de la cultura y de la ciencia, pero jóvenes onconsultos, ponían


con esto un jalón al rumbo contrario, sin advertirlo. Su manifestación reprobable, era la
negación directa de lo uno y de lo otro; se presentaban la barbarie y la temeridad, abiertas
negaciones de la ciencia.”

IV “Como si la augusta causa del estudio y de la ciencia precisasen para irradiar, de los
desórdenes y tumultos, anatematizados por ellos, se echaron a la calle con la revolución.
Llamaron e incorporaron a sus filas a niños y obreros, y a toda clase de personas, de las
que nada saben de libros, de estudios, de títulos académicos ni de ciencias, y quizá que ni
sabían que existiera en Córdoba la Universidad ni conocían su destino.”

V “Coros adiestrados previamente, en una y otra de las manifestaciones, avanzaban


repitiendo: “¡Frailes no! ¡Dogmas no!”

“Haciendo oír por nutridas voces estos desmanes y vejaciones a los dogmas y ministros
del curto, atravesaron de norte a sur la ciudad.”

“Uno de los derechos más sagrados que los fieles tienen, es el de ser instruidos por sus
ministros en la religión que profesan, máxime siendo ésta la católica, en cuyo ambiente
nació y se formó el país, y es reconocida por la carta fundamental y amparada por la
soberanía de la Nación: el derecho de profesarla es intangible, pero de nada les ha
servido a los fieles esta vez. La manifestación a voces quería el despojo de ese derecho.
Queriendo que desaparezcan los ministros de la religión, querían que se cerrara el
evangelio y los templos. ¡¡Frailes no!!, decían sus coros.”

“Suprimidos los ministros del culto, quedaban desamparados vuestros derechos, mis
amados fieles. Quería desalojárseles como inútiles y nocivos a la sociedad, no siendo así.
Fue un fraile el que acometió con entereza asombrosa esa obra secular y monumental de
la Universidad, que encendió por tres siglos la lucha en estas regiones.”

VII “Lleno de pena y desconsuelo, alzo mi palabra de protesta alta y dolorida y la uno a
la vuestra por todos estos excesos…”

VIII “…Concertad el plan de defensa; estrechad los claros; dejad de lado la sacrílega
apatía en estas horas de manifiestos peligros; uníos con estrecha disciplina para la defensa
de vuestros dogmas y vuestros clero. No desoigáis los llamados que lleguen a vuestros
oídos de vuestro prelado y organizados, detendréis todos los avances.”

“Dado en nuestro palacio episcopal, en Córdoba, a 6 de julio de 1918, refrendado de


nuestro secretario de cámara y gobierno, Fray Zenón, Obispo de Córdoba; R.E: Ferreyra,
secretario.”

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