Fracturas de Humero Proximal en Niños. Experiancia y Protocolo.
Fracturas de Humero Proximal en Niños. Experiancia y Protocolo.
Fracturas de Humero Proximal en Niños. Experiancia y Protocolo.
Las fracturas del húmero proximal representan del 2% al 5.4% de todas las
fracturas en niños. Tienen una distribución bimodal, un pico entre los 3 - 6 años
y un segundo pico en mayores de 12 años (1, 2). El mecanismo de lesión puede
estar asociado a trauma directo, indirecto o mixto, 30%, 45% y 22%
respectivamente; el 3% restante son secundarios a maltrato infantil (1). También
se han descrito epifisiolisis Salter Harris I secundarias a parto distócico con una
incidencia de 0.03/1000 nacimientos (2). Despiertan controversia en torno a su
interpretación y tratamiento. El conocimiento profundo de la osificación de la
epífisis humeral proximal y su anatomía mejora la interpretación de las
radiografías, particularmente en pacientes pediátricos jóvenes y explica los
diversos patrones de fracturas. La estrategia de tratamiento para estas fracturas
se rige por el extraordinario potencial de remodelación del húmero proximal. Lo
que a menudo permite el manejo no quirúrgico sin reducción.
La epífisis humeral proximal se compone de tres centros de osificación, para la
cabeza, tuberosidad menor y tuberosidad mayor. El núcleo central de la cabeza
se hace visible en las rx entre los 3 y 6 meses de vida, mientras que los otros
dos centros aparecen al año de edad y se fusionan entre 3 y 5 años (2, 3,4).
Finalmente, para los 6 años, los tres núcleos se fusionan dándole a la fisis
proximal una forma ondulada, en tienda de campaña en el cuadrante postero
medial cerca del centro de la cabeza humeral, Figura 1. La cápsula articular se
extiende hasta la metáfisis solo en la porción medial. Entonces una porción de la
fisis, la medial, es intracapsular. Es por ello que la porción lateral de la fisis es
más susceptible ante el trauma. Esto explica porque la epifisiolisis Salter Harris
II con el fragmento metafisario posteromedial de Thurston-Holland es el patrón
más frecuente de fractura en los adolescentes (1-4). Figura 2. La fisis proximal
aporta el 80% del crecimiento longitudinal del húmero y la articulación
glenohumeral presenta el mayor rango de movilidad articular. Esto se traduce se
traduce en un extraordinario potencial de remodelación.
Figura 1. Desarrollo y anatomía del húmero proximal apariencia de la epífisis humeral proximal
durante el crecimiento, con el desarrollo de centros de osificación secundaria. Lo excéntrico de
la posición de los centros de osificación dentro de la epífisis explica que la apariencia normal
puede confundirse con la separación epifisaria; b: configuración de la inserción de la cápsula
articular al húmero proximal, lo que explica la frecuencia de la separación epifisaria con
desprendimiento de una cuña metafisaria medial.
Figura 2: Inserción capsular y relación con la epifisiolisis Salter Harris II. A) inserción capsular.
B) vista esquemática ant y post de una SH II. C) Rx SH II.
Discusión.
Bibliografia
7. Visser JD, Rietberg M. Interposition of the tendon of the long head ofbiceps
in fracture separation of the proximal humeral epiphysis. Neth J Surg1980;
32:12–5.