La Mejor de Mis Bodas Fanfic SasuxNaru

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La Mejor
de Mis
Bodas

Fanfic
SasuxNaru

Adaptación de la
película
The Wedding
Singer
Página 2
Resumen

Sasuke Uchiha trabaja como cantante en banquetes de boda, y está a


punto de casarse. Conoce en una recepción a la que va a cantar a un
tierno camarero de ojos azules llamado Naruto Uzumaki, este joven
también está comprometido y esa misma noche que se conocen se
hicieron buenos amigos.

Pero a Sasuke le dejará plantado su novia en el altar e iniciará una amistad


más allá del trabajo con Naruto.

Sasuke después de atravesar el trago amargo ayuda a Naruto a preparar


su boda ya que por fin Gaara y Naruto tienen fecha para su enlace.

Sin embargo no todo es como se esperaba ya que Sasuke ha empezado a


sentir que se esta enamorando de Naruto y éste comienza a sentir lo
mismo por Sasuke.

Muchas cosas tendrán que pasar para que ellos dos se atrevan a aceptar
sus sentimientos por el otro, mientras tanto sus amigos y familiares los
ayudan a poner todo en perspectiva.

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Índice

Capítulo1- La Presentación--------------------------------------------pag. 04

Capítulo2- La Ceremonia------------------------------------------------pag. 09

Capítulo 3- La caída de un Cantante------------------------------pag. 14

Capítulo 4- La Fiesta de Compromiso “Gaara y Naruto”---pag. 18

Capítulo 5- Nueva Oportunidad--------------------------------------pag. 25

Capítulo 6- Comienzan los Preparativos--------------------------pag. 29

Capítulo 7- Comienzan los Preparativos 2ª. Parte.----------pag. 37

Capítulo 8- El Beso----------------------------------------------------------pag. 44

Capítulo 9- Doble Cita----------------------------------------------------pag. 52

Capítulo 10- Recuerdos = A una Noche de Bar----------------pag. 62

Capítulo 11- Confusiones--------------------------------------------------pag. 74

Capítulo 12- Vuelo a las Vegas-------------------------------------------pag. 83

Capítulo 13- La Mitad que me Faltaba------------------------------pag. 100

Capítulo 14- La Boda--------------------------------------------------------pag. 118

Capítulo 15- Epílogo---------------------------------------------------------pag. 132

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Capítulo 1
La presentación
Una noche en la ciudad de la hoja se celebraba una bonita boda y era
nada más que la boda de los Hyuuga. Hinata y Neji Hyuuga por fin
coronaban sus sueños.

Esa noche tocaba el grupo más cotizado de la ciudad encabezado por


Sasuke Uchiha mejor conocido como el cantante de bodas, después el
grupo lo completaban en la batería Sai, en la guitarra Shikamaru Nara,
en el teclado Rock Lee y en el bajo Aburame Shino.

Todos se divertían pues Sasuke sabía como animar las fiestas, mientras
tanto en el descanso Sasuke se acercó con su mejor amigo Kakashi
Hat ake que servía esa noche como el chofer de limousine de los novios.

— hola amigo ¿Qué tal va esto?

— Si te dijera que bien te mentiría, aunque ya te diste cuenta del nuevo


mesero –voltean a ver a un lindo rubiecito que estaba al punto de los
nervios—. ¿Lo has visto? Realmente es muy guapo y delicado, no sabe
en el peligro que esta conmigo. Lo invitaré a salir. Aunque no sabrá que
no se puede salir con los compañeros de trabajo –se dibujaba una
sonrisa un tanto perversa.

— ¡Ah! y tú quieres ser el primero que se lo diga ¿no es verdad? –reía


mientras veía a aquel rubio de ojos azules mas bellos. —Dime y ¿quien
es él?

— El es primo de Iruka Umino y estoy seguro de que puedo convencerlo


de que salga conmigo.

— Eres incorregible Kakashi, pero bueno allá tú.

El peliplateado reía mientras los dos miraban fijamente al rubio. En tanto


el pobre rubio recibía varias proposiciones de aquellos invitados a los
que atendían además de uno que otro pellizco en el trasero. Cuando
llegó a cambiar los platillos que servían a la cocina…

— No puede ser que sean así los invitados –hacía unos tiernos morritos
que hacían que se notaran más sus marquitas zorrunas.

— acostúmbrate niño y es mejor que te devuelvas y acabes con esos


platillos de pescado. Yo no sé porque la gente prefiere la carne.

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— Hola Chouji dame más filetes –llegaba muy sonriente Iruka con su
charola vacía.

— ya ves deberías a prender a tu primo él lo hace muy bien.

— ¿Qué tal tu primera fiesta? –Iruka veía lo abatido que estaba Naruto
pues no estaba nada contento

El rubio suspiraba muy profundamente con una mirada un poco perdida

—La verdad no muy bien, a veces pienso que no debí de venir para
acá solo para estar cerca de Gaara, veo el anillo y se que nunca fijará
la fecha de nuestra boda, ya son dos años con esto.

— no digas tonterías, ya no te preocupes mas.

— Iruka como es que Chouji no se mete tanto contigo.

— bueno la navidad pasada lo dejé mirar mi torso completamente


desnudo, no fueron los minutos mas agradables pero la convivencia ha
ido mejor.

— ¿que me dices Naruto? – Chouji lo miraba con ojos libidinosos


indicándole que le mostrara él también.

— No, definitivamente no.

— Lo que deberías de hacer –le decía Chouji—. Es relajarte

— si Naruto mejor tomate un descanso yo me haré cargo de tus mesas

— gracias Iruka –le dio un beso en la mejilla y le sonrió.

Naruto salió por la parte de atrás y se sentó en unos escalones mientras


tomaba un refresco muy frío, en tanto Sasuke salía con uno de los
jóvenes que había bebido demasiado y no quería que lo vieran en se
estado la familia. En tanto el chico vomitaba en el contenedor de la
basura que estaba a un lado de estos. Cuando terminó de vomitar
Sasuke se dio cuenta de que aquel rubio lo miraba.

— Hola ¿es amigo tuyo? –lo veía muy interesado Naruto en como lo
ayudaba desinteresadamente.

— Hola. No, es familiar de Neji y no quería que lo vieran en este estado.

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— vaya eres muy amable al ayudarlo

El chico se separó un poco y Sasuke lo miraba divertido

—Ahora creo que querrás esperar a tener edad para beber ¿no es
verdad? –le decía mientras el chico se componía un poco después de
haber vuelto el estómago.

— si lo haré…Gra…gracias

— muy bien ahora regresa o si no se preocuparan por ti y recuerda que


beber significa vomitar y oler mal y nadie querrá acercarse a ti.

— Lo recordaré.

El chico se fue y Sasuke se sentó a lado del rubio…

— así que tu eres el cantante de bodas –le decía muy sonriente mientras
se acomodaba un mechón de rubio cabello detrás de su pequeña
oreja.

— si, así es me llamo Sasuke Uchiha.

— hola mucho gusto soy Naruto Uzumaki – se estrechan las manos y se


sonríen.

— ¿Y también estas tomando alcohol?

— No – rió divertido—. No tomo alcohol tal vez si lo hiciera vomitaría mas


que el chico.

— Me alegro, el alcohol es un mal muy grande – Sasuke observó el


precioso anillo que llevaba puesto en su dedo—. Veo que te vas a
casar.

— pues no estoy muy seguro –su rostro cambió mientras veía su anillo y
mejor cambio el tema drásticamente—. A propósito seré uno de tus
meseros en tu recepción.

— ahhh, me alegro espero que te diviertas también.

— gracias. Si me caso algún día quisiera que cantaras en mi boda.

— con mucho gusto lo haré. – se estrechan las manos y Sasuke regresó


para continuar con su trabajo.

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Al otro día Sasuke se encontraba como todos los jueves dando clases
particulares de canto a Tsunade.

Mientras la acompañaba al piano y Tsunade cantaba, Sasuke la miraba


muy complacido, pues había mejorado bastante.

— Con que mañana es el gran día Sasuke

— así es Tsunade oba-chan

— ya te dije que no me digas oba-chan no soy tan vieja.

— ya, ya… estoy seguro que al viejo jiraiya le encantará tu canción.

— lo sé, ese viejo estúpido no se imagina lo que le tengo preparado


para celebrar nuestro aniversario de bodas.

— Ahora me doy cuenta de cuanto lo amas – Sasuke rio complacido.

— ¡Baka! Pero dime ¿estás nervioso por lo de mañana?

— No, en realidad estoy algo ansioso la verdad ya quiero estar casado


con Sakura.

— en realidad no me refería a la boda si no a la noche de bodas.

— Creo que no quiero hablar de eso, Tsunade –pone cara de asco y


desagrado.

— solo te diré que no te pongas nervioso cuando estés con ella.

— ¡¡¡kiaagghhh!!! No digas eso Tsunade ya deja de decirlo. Mejor me


voy tengo que arreglar unos detalles.

— gracias Uchiha, tus padres estarán muy orgullosos de ti. Y estoy seguro
que te estarán viendo desde el cielo.

— lo se oba-chan – se puso de pie y se dirigió a la puerta—. Recuerda


estar puntual.

— así lo haré no me perdería tu boda por ninguna circunstancia.

Así pues Sasuke se fue dejando a una Tsunade muy contenta. Mientras
tanto éste verifica su listado mental para que no se le fuera olvidar
nada.

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Capítulo 2
La ceremonia

Por fin llegó el gran día para Sasuke, el día que por mucho tiempo
había estado esperando y en casa, todo parecía estar de cabeza.

—Itachi ¿puedes traerme de una vez por todas, mi corbata y mi saco? –


Sasuke caminó por todo el cuarto mientras le gritaba a su hermano.

—¡Calma! Aun tenemos tiempo, además Dei-chan aún no acaba de


arreglar a los niños –le entregó por fin su saco y su corbata—. Dime nii-
chan ¿estás seguro de que te quieres casar?

—¡¡¡Ehhh!!! ¿Porque me preguntas eso nii-san? tú sabes que desde la


secundaria Sakura ha sido el amor de mi vida y sabes que siempre he
querido casarme con ella.

—bueno, no te exaltes Sasu-chan solo quería estar seguro de que esto


es lo que realmente quieres –palmeó el hombro de su hermano y fue al
encuentro con Deidara para terminar de arreglar a los niños.

Sasuke solo exhaló con profundidad, él estaba cien por ciento


convencido de quererse casar con Sakura Haruno.

Un poco más tarde el novio y demás invitados ya esperaban a la


novia, en tanto Naruto llegaba en compañía de su madre a donde se
llevaría acabo la recepción.

—Mira esa fotografía –le dijo Kuchina a su hijo—. Tu eres mucho más
guapo que esa mujer y ya se va a casar, no sé porque no obligas a
Gaara a que de una vez por todas se casen.

—Porque yo no le voy a decir esas cosas mamá, no voy a presionarlo –


suspiró pues su madre no entendía que a un hombre como Gaara no se
le puede obligar a nada.

—Mira, hay muchas formas de hacer que se case de una vez por todas,
porque no te inventas que estas embarazado y así yo estoy segura que
Gaara no podrá ya negarse.

—¿Queee? Mira mamá, creo que ya te estas pasando, mejor me voy a


trabajar, que ya se me hizo tarde –se acercó a ella y le besó la mejilla—.
Te quiero mamá, y ya deja de pensar esas cosas.

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—Yo creo que eso es lo que deberías de hacer Naruto ya son cinco
años de estar juntos.

—Adiós mamá –Naruto se alejó del auto y entró al área de empleados


cambiándose con el uniforme.

En tanto en el jardín donde se llevaría a cabo la ceremonia entre Sasuke


y Sakura, el primero ya espera ansioso la llegada de la susodicha.

Sasuke parecía ya un poco nervioso pues realmente se había retrasado


su “prometida” y su padrino que estaba a lado de él solo lo miraba un
poco serio, hasta que el reverendo los sacó de sus pensamientos.

—Hijo ¿No crees que es mejor hablar para ver si ha pasado algo? Mira
que ya es tarde.

—No, bueno solo esperaré un poco más –volteó a verlo un poco serio—
A lo mejor hubo algún problema con el vestido o con el maquillaje, no
sé, usted sabe como son estas cosas…No más bien no sabe, perdón
reverendo.

—No te preocupes hijo, comprendo –el reverendo palmeó su hombro


como si realmente lo comprendiera.

—Sasuke, yo creo que ya no tarda –su mejor amigo Kakashi le dijo, pues
ya lo veía realmente ansioso.

—Lo sé amigo, gracias y ya se que no tarda.

En tanto aquello pasaba desde lo lejos Naruto miraba sonriente y se


fijaba en lo guapo y atractivo que se veía Sasuke sin embargo jamás
pensó que el ver a alguien atractivo fuera malo, mientras lo miraba se
dio cuenta de que un joven también muy parecido a él se acercaba
con una sonrisa más que fingida y lo siguió con la mirada hasta que
aquel hombre se paró junto a Sasuke.

Sasuke lo miró un poco confundido por su mirada…

—¿Pasó algo con Sakura?

—No, no te preocupes ella esta bien, pero dejó una carta.

—¿Una carta? Y ¿Qué era lo que decía? —Itachi lo miró con tristeza
tomando su mano y lo miró fijamente—. ¿Qué pasa Itachi?

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—Nii-chan, ella no va a venir, ella dejó escrito que lo sentía pero que
esto no era lo que ella quería. Lo siento tanto nii-chan ¿quieres que les
de el aviso a los invitados? –en ese momento Sasuke quedó petrificado
pero sin perder aquella pose.

—No, ya lo haré yo, solo déjame tomar un poco de aire ¿quieres? –


Sasuke se retiró hasta la carpa acondicionada especialmente para los
novios y se miró fijamente en el espejo que ahí colgaba mientras se
decía así mismo—. “Así que, no vendrá”

En tanto Naruto siguió parado ahí en un rinconcito esperando a ver que


pasa, de pronto todos voltearon hacia la carpa pues se oyó un terrible
estruendo de vidrios rompiéndose en mil pedazos, pero no era más que
Sasuke volcando toda su furia y frustración contra los espejos de la
carpa y de todo lo que se encontraba alrededor de ésta.

Itachi y Kakashi al oír el estruendo corrieron hacia la carpa y se


encontraron con un Sasuke sentado en un rincón con la cabeza entre
las piernas.

—Sasuke… vamos nii-chan, es mejor que nos vayamos –se acercó a él


acuclillándose, acariciando con suavidad su cabello, Sasuke levant ó la
vista y observó a su hermano y a su amigo.

—Vámonos –se levant ó y salió por detrás del enorme jardín, en tanto
Naruto lo observó alejarse imaginándose lo que debió de haber
pasado.

El moreno salió caminando a toda prisa mientras Kakashi se regresó


para anunciar que la boda se había cancelado.

Todos sus amigos estaban tristes porque realmente Sasuke quería


casarse con esa mujer, lo peor de todo es que la mayoría sabía que la
Haruno no era nada buena para el Uchiha.

Más tarde Itachi y Kakashi estaban sentados en la mesa de la cocina


con Sasuke que daba vueltas sin parar.

—Tranquilízate un momento por favor Sasuke, vas a abrir un hoyo en


medio de la cocina –le dijo su hermano siguiendo con la mirada las
traviesas intensiones de sus hijos.

—No puedo tranquilizarme Itachi, no puedo comprenderlo.

—Lo sé, pero estoy seguro que debió de tener una buena excusa para
hacer lo que hizo.

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—No la defiendas – frunció el ceño, realmente cabreado, en eso sus dos
sobrinos se acercaron a él y le entregaron uno de los retratos de Sakura
donde los dos niños mostraban sus dotes de pintores—. ¡OH! Muy bonito
pero creo que se vería mejor sin cuernos y sin barba –sonrió a pesar de
todo—. Anden mejor regresen a la caldera.

Los niños sonrieron con sus mascaras puestas y se fueron corriendo a


seguir jugando.

—Sasuke, amigo porque no te relajas un poco –le dijo Kakashi mientras


el otro simplemente calló.

—No puedo Kakashi. ¿Dónde se habrá metido? –salió de la casa y los


otros dos solo lo vieron ya no quisieron insistir.

—¡Maldita perra! Eso es lo que es la Haruno –no pudo reprimirse más


Kakashi.

—Lo sé, sabía que esa no le traería más que penas a mi hermano.

—Mira, el pastel, le falta la novia.

—Espero que lo asimile pronto, desde que estaba en primaria siempre


quiso casarse.

—Lo sé, siempre quiso su propia familia.

En tanto en el jardín, Sasuke miró la figura de novia del pastel, estaba un


poco absorto en sus pensamientos hasta que unos pasos lo sacaron de
su concentración.

—Llegas tarde –levant ó la vista para fijarla en Sakura.

—Lo siento Sasuke, pero hoy me levanté pensando que me casaría con
un simple cantante de bodas y que jamás podría salir de este asqueroso
lugar.

—¿Por qué te quieres ir? aquí crecimos, aquí esta toda nuestra familia y
amigos.

—Yo no quiero vivir aquí y mucho menos pasar el resto de mi vida


viviendo en el sótano de la casa de mi hermano.

—Esa información me hubiera servido ayer.

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—Lo entiendo pero no quería arruinar mi vida siendo la esposa de un
simple cantante de bodas, eso no es lo que busco y estuve hablando
con mis amigas de esto.

—Tus amigas –Sasuke sonrió irónicamente de lado porque ya se imagina


que clase de plática “inteligente” habría tenido con sus amigas.

—Si mis amigas y creo que tienen la razón esto no es lo que busco
Sasuke, yo creo que simplement e estaba confundida yo estaba
enamorada del Sasuke que me hacía delirar, de aquel que lamía el
micrófono como lo hacía David Lee Roth sobre el escenario, con esas
camisas de seda donde enseñabas todo tu pecho desnudo y aquellos
pantalones de látex negro que ceñían tus piernas –recordó aquellos
tiempos pero de pronto volvió la mirada a él

—Si quieres me pongo esa camisas que te gustan y esos pantalones de


látex negros –tomó su mano y la acarició levemente.

— No, no lo creo no quiero levantarme otra vez y pensar que soy la


esposa de un mísero cantante de bodas, yo no quiero eso –la cara de la
Haruno no cambiaba era de rechazo total y desprecio.

— Como te lo dije, eso me habría servido ayer –le gritó ahora si


enfadado.

Sakura ni siquiera se inmutó y solo lo vio de reojo arreglándose el cabello


rosa en eso llegó el pequeño Raku poniéndose en medio de los dos

— Oye Sakura, eres una perra –el niño sonrió con esa cálida sonrisa que
había heredado de su padre/madre Deidara, mientras que Sakura
estaba enojadísima.

— ¿Qué dijiste?

— Bien gracias Raku has ayudado mucho ahora vete a seguir jugando
– Sasuke no pudo evitar sonreír y el niño volvió a sus juegos.

— Bueno creo que esto es la despedida –decía Sakura—. Que todo


vaya bien contigo y lo siento –Sakura se dio media vuelta y salió del
jardín de la casa.

Sasuke quedó como en shock jamás se imaginó la sangre fría que la


Haruno podía tener, sin más se levantó de las escalinatas donde estaba
sentado y tiró con furia la figurita de novia del pastel.

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Capítulo 3
La caída de un cantante

Una de esas tardes, Gaara fue a ver a Naruto como siempre llevándole
un ramo de flores.

Entró a la casa sin hacer ruido pues ve que Naruto esta muy
concentrado cantando con unos audífonos puestos y como era de
esperar se det uvo detrás de él y lo asustó, Naru ante esto saltó y tiró sus
audífonos, para después darse cuenta de que era Gaara.

—¡Dios! Gaara, me asustaste —sonrió tan solo verlo y tomando el ramo


de flores que inmediatamente colocó en el jarrón de la mesita de
cent ro.

—Quería darte una sorpresa —se sentó en el sillón y de su chaqueta


sacó un par de boletos de avión.

Estiró la mano entregándoselos a Naruto y éste los tomó un poco


nervioso para después agrandar sus ojos de la sorpresa.

—¿Las vegas? —preguntó curioso el rubio, de inmediato Gaara


comenzó a tararear el tonito de la marcha nupcial y Naru de inmediato
supo a lo que se refería—. ¡Oh dios Gaara! —se lanzó a sus brazos casi
con lágrimas en los ojos.

—¿Estás contento? –Tomó con sus dos manos el rostro del chico para
mirar sus ojos—. Creo que ya es tiempo de que demos ese paso Naruto.

—Si Gaara y si estoy contento pero ¿las vegas?

—Claro, todo será más sencillo, no tendrás que estar corriendo y viendo
cuantos invitados serán y luego no tendremos que aguantar a todos los
invitados que solo van por la comida y la bebida gratis, te aseguro que
ni a la mitad de los invitados conoceremos —Gaara vio como el rostro
del kitzune cambiaba.

—Ok, las vegas será —no muy convencido pero queriendo comprender
las ideas de su prometido.

—Naruto —lo miró fijamente—. ¿Vas a actuar como todos y decirme


que esta bien como lo he dicho? —sonrió de medio lado.

—No, claro que no. Se que será maravilloso.

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—Bien, haremos una cosa, haremos la boda como a ti te gustaría, con
toda la familia, la recepción y los invitados que solo van por lo gratis —
de inmediato el rostro de Naru cambió y lo abrazó.

—Gracias Gaara, verás que será una hermosa boda y hasta tú te


divertirás.

—Todo lo hago porque seas feliz Naru.

—Gracias Gaara —besó sus labios suavemente y después se abrazaron.

Habían pasado cinco días desde lo sucedido a Sasuke y nadie sabía


nada de él, así que Kakashi se dirigió a donde sabía perfectamente que
estaba, llegó a casa de su hermano y se encontró a Itachi regando el
jardín.

—Hola Itachi ¿Dónde esta Sasuke?

—Sigue en el sótano, sigue deprimido y todo por culpa de esa pelos de


chicle —Itachi enfurecía cada vez que pensaba que por culpa de esa
mujer su hermanito estaba sufriendo.

—Iré a verlo, es tiempo de que levante cabeza, tiene que dejarlo atrás.

—Me parece bien, creo que es ahora cuando necesita de sus amigos.

Kakashi siguió su camino hasta donde estaba la puerta contigua que


pertenecía a Sasuke, como no le abría sacó la llave de donde sabía la
tenía escondida y así entró.

—¡Vaya Uchiha! Te ves realmente terrible.

—¡Déjame en paz Kakashi! —se volteó y se tapó hasta la cabeza con la


sábana pues ni siquiera se había levantado.

—Vamos Sasuke, no debes permitirle a esa mujer que acabe contigo,


no le des ese gusto. Además muchas hacen fila por salir contigo.

—Soy un asco Kakashi.

—No, no lo eres, la que es un asco es ella, ahora te vas a levantar e irás


a trabajar como todos los fines de semana, anda levántate.

—Esta bien, ya voy, no me jales idiota —Kakashi estaba satisfecho por


haber logrado sacarlo por lo menos de la cama.

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Un poco más tarde, Sasuke se presentó con su grupo en una boda más,
sin embargo ni siquiera la voz le salía bien, estaba demasiado dolido y
resentido, todos se quedaron boquiabiertos al escucharlo cantar.

Iruka se acercó a Kakashi a pesar de la obvia indiferencia del


peliplateado, le preguntó por el aspecto tan terrible de Sasuke sin dejar
pasar la mueca de pesar e incomodidad de tenerlo a su lado y sobre
todo en tener que contestarle.

—¿Por qué habrá venido a trabajar? Acaba de pasar por una


decepción grande ¿A quien se le habrá ocurrido aconsejarle venir a
trabajar? —Iruka veía que sufría el chico.

—La verdad, no sé quien pudo ser el idiota —Kakashi comprendió que


había sido una idea bastante estúpida pues veía como Sasuke se
desquitaba con los invitados y hasta con los novios.

Sasuke ya no pensaba, solo dejaba salir su frustración atacando de


manera inconsciente a todos los presentes de pronto el papá de la
novia que no soportó un minuto más, se levantó poniéndose delante de
Sasuke metiéndole tremendo puñetazo en la nariz haciendo que el
cantante se fuera de espaldas cayendo al suelo, en tanto el padre de
la novia seguía propinándole senda golpiza y los ahí presentes solo se
acercaron para detenerlos.

Unas horas más tarde cuando todo se había calmado más o menos
Naruto salió hacia donde estaban los contenedores de basura y lo vio
ahí escondido dentro de uno de ellos.

—¿Me preguntaba donde estarías? —le sonrió tiernamente mientras


que Sasuke lo miraba

—¿Aún me buscan? —le pregunto ya más calmado, levantándose y


saliendo del contenedor de basura.

—Creo que ya no, aunque aún quedan dos o tres policías interrogando
a los invitados.

—Bueno, creo que mejor me voy —caminó un poco y antes de que se


fuera Naruto le dijo un poco más sonriente.

—Ya fijamos la fecha de mi boda —trató de animarlo como podía pero


realmente le causaba algo en su pecho verlo en ese estado pero que ni
el mismo sabía lo que sucedía.

—Me alegro por ti, serás muy feliz.

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—Gracias. El viernes habrá una reunión en casa de mi prometido, me
gustaría que fueras.

—La verdad, no estoy para reuniones ni nada, ya viste eché a perder mi


trabajo y me llevé por delante a mis amigos.

—No te preocupes Sasuke, solo estás pasando por una situación y ya


verás que pronto te sentirás mejor —Naruto se acercó a él y tomó sus
manos entre las suyas.

—Gracias Naruto, eres una gran persona —le sonrió y Naruto se alegró
de por lo menos verlo sonreír—. Bueno mejor me voy no quiero más
problemas.

—Cuídate Sasuke —le dijo observándolo alejarse y solo el chico levantó


la mano para despedirse.

Naruto se quedó unos momentos más sentado en una de las escaleras,


pensando en como se debía de sentir Sasuke, realmente se veía
abatido, no podía creer como es que la persona que creías que te
amaba podía simplemente dejar todo así como así, sin tan siquiera dar
una buena explicación.

Esto enojaba de sobremanera a Naruto porque a pesar de todo Sasuke


le parecía una persona un poco solitaria y que le hayan hecho esto tal
vez lo alejaría más de las personas, así que se propuso volver a
levantarle el ánimo.

—Naruto, es hora de irnos ¿Ya estás listo? —le dijo Iruka desde la puerta.

—¡Oh! Si ya estoy listo Iruka solo tomaba un poco de aire —sonrió


caminando hacia su primo para volver a casa.

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Capítulo 4
La Fiesta de Compromiso “Naruto y Gaara”

Solo unos días habían pasado desde que Naruto había invitado a
Sasuke a su fiesta de compromiso, la verdad no tenía ni las más remotas
ganas de asistir a ninguna fiesta y mucho menos si se trataba de una de
compromiso.

Esa noche su hermano le había pedido de favor que cuidara de los


niños ya que él y Deidara saldrían a una reunión.

—¡Vaya! Por fin llegas —fue lo primero que le dijo al abrir la puerta para
después gritarle a Deidara—. ¡Vamos Deidara! Se nos hace tarde —solo
se escuchó otro grito de la parte de arriba de la casa.

—¡¡¡Ya voy, no seas impaciente, vamos a buena hora!!!

Sasuke estaba acostumbrado a esos gritos de la pareja y sin embargo


veía día a día como se amaban.

—Bueno los niños ya están en pijama, si quieren algo de cenar ahí hay
cenas para microondas y si no solo dales palomitas —de pronto lo mira
un poco preocupado—. Sasuke ¿ya te has decidido ir mañana a la
fiesta? —le pregunt ó mientras observaba un breve brillo en sus ojos.

—Si, Kakashi y yo iremos, Naruto se ha portado bien conmigo y no es


justo que le pague de esa manera.

—Entiendo, tómatelo con calma ¿quieres? —Sonrió Itachi volviendo a


darle de gritos a Deidara—. ¡¡¡Deidara!!! Ya estoy en el auto y si no
mueves ese trasero ahora mismo te dejo. Me voy ototo —Itachi se fue
hasta su auto y lo encendió.

En tanto Sasuke entró por fin a la casa y se encontró con sus dos
adorables sobrinos.

—Hola ¿Hay alguien aquí? —pregunt ó mientras los dos niños fueron a su
encuentro abrazándolo, ya que a pesar de todo y el carácter de
Sasuke los niños adoraban a su tío.

—Por fin llegaste tío, oye ¿es cierto que te internarán en un hospital
psiquiátrico? —le dijo el mayor de sus sobrinos con cara de
preocupación.

—No —Sasuke los miró un poco extrañado por la pregunta.

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—Dicen que tienes un colapso nervioso y que estás loco de remate —le
dijo el más pequeño.

—No ¿Quién dijo eso?

—Todo el mundo lo dice tío.

—Como que todo el mundo, apenas tienes ocho años y solo conoces a
tus padres.

—¿Es cierto que irás al manicomio?

—Si manicomio, manicomio —repetía el más pequeño haciendo eco


de lo que decía su hermano menor.

—Nooo, claro que no —Sasuke se vio ya un poco fastidiado hasta que


de pronto bajo Deidara tranquilizando a sus hijos.

—Oigan niños tranquilos, no bombardeen a Sasuke con ese tipo de


preguntas, anden vayan a seguir viendo la televisión y pórtense bien.

Los pequeños asintieron ante lo que les dijo su padre y volvieron a lo


suyo mientras Deidara se quedaba con Sasuke.

—¿tienes un minuto Sasuke? —el pelinegro asintió y se alejaron un poco


de los oídos listos de los niños.

—Bueno se que esto es difícil y todo lleva un proceso y créeme que


estamos siempre para ti, si necesitas de nuestra ayuda ¿lo sabes
verdad? —le decía muy serio Deidara a Sasuke.

—Si, gracias lo sé.

—Te diré algo, a pesar de que nos ves a Itachi y a mi siempre juntos,
riendo y metiéndonos mano, pues no es lo mismo ¿sabes?

—¿Ehh? —Sasuke se había perdido en la conversación y ya no sabía


porque le contaba eso.

—Bueno antes tu hermano y yo era más salvajes, más aventureros, pero


pues llegaron los niños y nuestros ímpetus disminuyeron, aunque hay
veces en las que nos comportamos como bestias, a veces le hago el
baile de los siete velos a tu hermano y nos entregamos a una
desenfrenada noche pasional y…

—¿Qué estas diciendo? ¡¡¡Giaakkk!!! Que asco Deidara no quiero saber


sobre su vida sexual mejor anda váyanse ya, yo cuidaré de los niños.

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Sasuke se dio media vuelta con cara de asco y volvió con sus sobrinos
para después Deidara meditar lo que había dicho.

—“Vaya no sé lo que dije pero parece que sirvió” —eso fue lo que
pensó Deidara mientras salía y se reunía con su marido.

Al otro día ya por la noche, en una residencia realm ente impresionante


se llevaba a cabo la fiesta de compromiso de Gaara y Naruto, los
coches último modelo llegaban, gente realmente importante por parte
de Gaara llegaban con regalos excéntricos y se veía a leguas que eran
mucho muy caros.

Dentro de la casa la adornaba una escalera enorme en forma oval,


candiles enormes que colgaban del techo de aquella residencia
hechos de cristal cortado, los invitados traían en sus manos copas de
cristal finamente marcadas con las iniciales de Naruto y Gaara, era un
festín en grande, a lado derecho de la casa estaba el bufete donde
tenia toda clase de alimentos para la cena a demás de la barra de
postres y sin faltar una barra de surtidas bebidas.

Las amistades de Naruto estaban a su alrededor felicitándolo por tan


espectacular fiesta, él estaba radiante su cabello rubio brillaba por si
solo y su sonrisa parecía como si iluminara todo el salón.

En tanto Gaara estaba platicando con Sasori su amigo de hacía años


ya mientras Naruto le sonreía muy contento y le saludaba desd e lejos.

—Bueno ya esta hecho Sa-Chan, le debo eso aunque sea —le dijo
mientras le devolvía el saludo a su prometido—. Es hora de dar ese paso,
casarme y la verdad no es gran problema —en eso Naruto llegó a su
lado junto con su madres—. Y he aquí al hombre con el cual me casaré.

—Eso es cierto —Naruto se acercó a Gaara picándole las costillas


jugando mientras le sonreía—. Si recuerda el 25 de agosto será y te
divertirás planeando la boda conmigo.

—Eh…sobre eso —el rostro de Gaara cambio y se puso serio—. Yo creo


que es mejor que tu te hagas cargo de eso ¿Crees que puedas
hacerlo? —lo miró a los ojos mientras tomaba sus manos.

—Pero, yo quiero que lo hagamos juntos Gaara —le dijo Naruto con un
puchero en su rostro.

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—Lo sé pero tu sabes que yo soy malísimo en esas cosas Naru-chan y
además imagínate que a mi me gusten unas flores que a ti te
desagradan se que jamás me lo perdonarás.

—Bueno para que las flores si de todos modos ni te darás cuenta de que
las hay para esas horas estarás realmente ebrio Gaara —le dijo Sasori y
Gaara rió por la cara que había puesto el kitzune.

—Tienes razón Sasori, ni siquiera me daré cuenta, vamos dame cinco —


Sasori y Gaara chocaron sus manos siguiendo con el chiste en tanto
Iruka llegó hasta ellos saludando.

—Hola Gaara veo que te diviertes con eso de casarte, aunque me


estaba preguntando si con todo esto no te perderás tu programa
favorito, ya sabes —Iruka era un hombre que no le caía del todo bien
Gaara se le hacía un hombre realmente seco y nada tenía que ver con
Narut o.

—Como crees, es verano ya todos los programas serán repetidos —le


dijo mientras sus ojos color esmeralda lo miraban fijamente sonriéndole
con un poco de prepotencia.

—Ohh, Gaara realmente eres fantástico —le contestó Iruka


irónicamente, casi burlándose de él.

En tanto en la entrada principal llegó Sasuke acompañado de Kakashi,


mirando a todos lados.

—Oye si que ese hombre tiene dinero, no escatimo en nada.

—Si ya veo.

—Apropósito ¿me queda bien esta vestimenta? —preguntó Kakashi


acomodándose la camisa negra que llevaba, en realidad se veía
realmente impresionante con esos pantalones negros en pinzas.

—Si te ves bien, mira solo nos quedaremos unos minutos, saludamos y
nos vamos —contestó Sasuke ya que se sentía un poco fuera de lugar a
parte no tenia ánimos para nada—. Mira ahí esta Naruto —lo miró
fijamente pues realmente esa noche estaba radiante.
—Bueno, vamos a saludarlo —Kakashi se dio cuenta de inmediato como
Sasuke fijó su mirada en el rubio.

Los dos caminaron hasta Naruto y cuando estuvieron cerca de él se


alegró en demasía dejando con la palabra en la boca a Sasori que en
esos momentos platicaba con él.

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—Hola chicos, me alegro mucho de que hayan venido, mira Sasori, ellos
son Sasuke y Kakashi son amigos del trabajo —los present ó con una
alegre sonrisa mientras los otros se daban un apretón de manos mientras
Naruto se acercó a Gaara pasando sus brazos por la cintura de su
novio—. Y el es Gaara mi novio y prometido —dijo muy contento.

—Mucho gusto Sasuke Uchiha —Sasuke saludó de mano al pelirrojo y


sonrió complacido por la alegría que despedía el rubio, en tanto Sasori
de pronto interrumpió.

—¿Sasuke Uchiha? —Sasuke volteó hacia donde lo llamaba Sasori—.


¿Eres el Sasuke Uchiha al que dejaron plantado en plena ceremonia? Oí
lo que pasó, pero que fría esa mujer debiste sentirte como una mierda.

En ese instante el rostro del Uchiha cambió molestándose por el


comentario fuera de lugar.

—No, en realidad me sentí muy bien, pero gracias por recordármelo, mis
padres murieron cuando tenía diez años ¿quieres hablar al respecto? —
le dijo realmente molesto y haciendo de todo una ironía.

—No ¿Por qué quisiera oír acerca de eso? —Sasori lo miró extrañado por
ese comentario y no entendía por que lo hacía.

—Tampoco lo sé —dijo ya un poco alterado el Uchiha y de pronto


intervino Gaara.

—¡Hey! Creo que alguien necesita un trago —refiriéndose a Sasuke, de


pronto cayó en cuenta de lo que pasaba y se tranquilizó un poco
contestándole cortésmente a Gaara.

—No, creo yo no. No soy un buen bebedor.

—Bueno, tu no tomas pero nosotros si —dirigió su mirada a Sasori—.


¿Que te parece si vamos a la barra por unos tragos?

—Buena idea

—Pero yo te veo en la barra antes voy al baño —Gaara se fue directo al


baño mientras Sasuke le devolvió una mirada prepotente.
—Oye, después de esos tragos es mejor que no manejes a tu casa.

—Si como digas —le contestó el otro sin saber porque ahora le decía
aquello, definitivamente pensaba Sasori que estaba mal de la cabeza y
mejor dirigió sus pasos a la barra.

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En cuanto se fue Sasori, Naruto se alegró y dirigió su sonrisa a sus ahora
amigos.

—Me alegra mucho de que hayan venido, no hablamos mucho en el


trabajo porque no nos da tiempo.

—Tienes razón, estas ocasiones nos sirven para conocernos mejor —le
dijo Kakashi mientras Sasuke ponía cara de “y a est e que le pico”

—Creo que eso no es lo que decías antes Kakashi o ya no te acuerdas


lo que me decías en los banquetes mientras veías a Naruto servir —echó
de cabeza por completo al peliplata mientras éste enrojecía.

—No se de que hablas.

—Si acuérdate que decías que decías que lo invitarías a salir y que se lo
harías sin que se diera cuenta.

—No es cierto y no se de que hablas.

—¿Qué? Es cierto, decías que se lo harías sin que se diera cuenta.

—Y ¿Qué era exactamente lo que me harías?

—Si Kakashi dinos que es lo que querías darle y hacerle a Naruto —el
Uchiha se burlaba cada vez más del rostro de su amigo.

—Sabias que eres un idiota Uchiha —mejor decidió emprender la huída


antas de que lo hiciera quedar más mal.

—¿Qué a donde vas? —se rió entre dientes Sasuke y Naruto se divirtió
viendo su sonrisa—. ¿Ahora te da pena decirlo porque sabes que esta
comprometido, verdad? —los dos siguieron con la mirada a Kakashi que
ya les dio la espalda caminando hacia otra ala de la residencia.

—Kakashi, ¿solo por que estoy comprometido no me lo harás


dattebayo? —Naruto se rió junto con Sasuke a costa del peliplata que
solo volteó con cara de cansancio.

—Si, muy graciosos los dos.

—Anda ve a comer algo y no asustes a los invitados —Kakashi ya no


volteó y solo le enseñó el dedo de en medio.

En tanto Naruto y Sasuke sonreían por las maldades que le hacían al


pobre de su amigo.

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—¿Cómo te encuentras Sasuke? —le preguntó Naruto más serio, sabía
que aún le lastimaba lo sucedido.

—Lo voy pasando, no te preocupes por eso, mejor háblame de cómo


van los preparativos para la boda —lo miró fijamente sintiéndose un
poco nervioso pues sus orbes azules le transmitían algo que no podía
descifrar.

—Oh, bueno, sabes a Gaara no le gusta mucho estas cosas, el ahora


mismo esta muy ocupado como para hacerse cargo de esto también,
ya sabes el trabaja en la bolsa en el área de bonos y realmente no tiene
tiempo de nada.

—Oh, trabaja en la bolsa, si, supongo que ha de ser muy estresante.

—Lo es, a veces no duerme por eso, pero yo lo estoy llevando todo, fui a
Marshal´s a ver lo de las flores y... —en ese instante Sasuke lo
interrumpió.

—Deberías ir a la florería Konoha, de la familia Yamanaka tienen un gran


surtido y tienen precios muy accesibles.

—Florería Yamanaka, hey, gracias por la sugerencia, me pasaré por ahí


mañana —le dijo con una sonrisa más que tierna, a Sasuke le pareció
muy sensual y sexy.

—Dime ¿regresarás a la música con tu banda?

—Lo haré aunque creo que por lógica tengo que cambiar de dirección,
de hecho, nos contrataron para un Bar Mitz Vah.

—Que genial Sasuke, entonces nos seguiremos viendo más —Naruto se


sonrojó un poco y Sasuke no pasó desapercibido el gesto.

—Lo será Naruto —le sonrió un tanto ladino.

La fiesta siguió por un tiempo más y Sasuke se quedó a lado de Naruto


platicando ya que Gaara estaba en sus asuntos con sus amigos y
parecía no importarle realmente lo que sucedía con su prometido o su
reunión.

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Capítulo 5
Nueva oportunidad
Sasuke y su grupo se encontraban amenizando la fiesta de Bar Mitz
Vah, todos se divertían en esa fiesta y se dio cuenta de que el festejado
era el único que no se divertía, al término de la canción Sasuke dejó en
el micrófono a su amigo Rock Lee, sin embargo pensaba seriamente
Sasuke en pedirle que se aprendiera otra canción porque siempre era la
misma, de hecho no se sabía otra.

Sasuke caminó hasta el festejado, era un niño regordete y simpático


pero tenía el rostro triste.

—Hola amigo ¿Por qué no te estás divirtiendo y bailando con tus


amigos? ¿Estás triste?

—En realidad no me siento con muchos ánimos, esa niña que está ahí
rodeada de mis amigos, le pregunté que si quería bailar conmigo y me
contestó que ella no bailaba con perdedores como yo.

—Oye eso duele —le dijo Sasuke al tiempo que se sentaba—. Te diré
una cosa amigo, se que se siente muy mal cuando alguien te rechaza
cuando le pides que baile contigo, pero se que encontrarás a alguien
un día que quiera bailar contigo, eso te lo prometo amigo ya verás —
Sasuke miró de soslayo a Naruto que esta sirviendo la cena en las mesas
de los invitados y éste le sonrió mientras que el Uchiha corresponde su
sonrisa.

La fiesta siguió y Sasuke habló a los invitados por el micrófono…

—Bueno, veo que todos se divierten y me alegro, pero antes de seguir


con la siguiente canción quisiera presentarles a un muy buen amigo se
llama Naruto —el chico volteó al oír que lo llaman—. Hola Naruto —
Sasuke lo saludó con la mano—. ¿Puedes venir un momento a la pista?
—el rubio asintió sonriente dejando la jarra del café en una de las mesas
que en ese momento estaba atendiendo y se dirigió muy sonriente
hasta Sasuke, llegando a la pista y saludó a los jovencitos que estaban
en la pista—. Ahora chicos saluden a mi amigo Naruto.

Se oyeron muchos piropos para el rubio que simplemente no dejó de


sonreír y sus mejillas se tintaban en un rojo carmesí—. ¡Hola chicos,
chicas, buenas noches y gracias por los piropos! —Naruto tenía mucha
vergüenza en ese instante.

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— Bueno quisiera saber a quien le gustaría bailar con este guapo y lindo
kitzune —las propuestas no se hicieron esperar, tanto de chicas como
de chicos, en ese instante todos querían bailar con Naruto y este
enrojeció, no entendía porque Sasuke estaba haciendo todo eso—.
¡Wow! Cuantas proposiciones Naru-chan, pero ahora yo te voy a pedir
que escojas entre todos estos jóvenes y chicas con quien quieres bailar,
piénsatelo bien escoge al que tu creas que es el menos perdedor de
toda esta fiesta.

Naruto en ese instante entendió lo que sucedía y recordó que había


estado hablando con aquel jovencito regordete, así que mientras
Naruto recorría con su vista a todos los presentes hasta que se encontró
con el chico que estaba sentado casi en un rincón, fue hasta él y le
tendió la mano muy sonriente.

—¿Te gustaría bailar conmigo esta pieza? —le preguntó tiernamente el


rubio al jovencito aquel.

El chico levantó la vista y se sorprendió de que lo escogiera


precisamente a él, tomó su mano y fueron directo al centro de la pista,
en tanto Sasuke se alegró de que Naruto lo hubiera entendido.

—Bien amigo diviértete —le dijo empezando a tocar con la banda y


Sasuke comenzó a cantar algo más bien romántico.

Naruto se dejaba llevar por el chico mientras oía la melodiosa voz de


Sasuke, se movían al compás de la canción, todos sus amigos ahora si lo
animaban y de pronto aquel jovencito comenzó a bajar sus manos
hasta colocarlas en el bien formado trasero del rubio, este al sentir las
manos del chico se descontroló un poco volviendo su rostro sorprendido
a Sasuke, éste solo se sonrió y con solo una mirada le pidió que tuviera
un poco de calma. Naruto no podía dejar de sorprenderse aquel chico
estaba apretando sus glúteos con firmeza, sin más Naruto ya no le tomó
importancia y siguió bailando alegremente con el chico.

Sasuke miró fijamente al rubio, no podía ni siquiera dirigir su mirada a


otro lado, era hermoso realmente, sus facciones delicadas pero
aquellas marquitas zorrunas lo desarmaban por completo. El pelinegro
no se había dado cuenta de que Naruto estaba ayudando a su
corazón a sanar.

Pronto las parejas empezaron a llenar la pista siguiendo el ejemplo del


jovencito bailando con sus parejas y tomándose de sus glúteos, Sasuke
bajó del escenario e invitó a una de las jóvenes a bailar y él mismo puso
las manos de la chica sobre sus glúteos, todos bailaban de la misma
manera hasta Kakashi y Choujii bailaban.

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Sasuke volvió al escenario dejando a la chica con otro chico y mientras
cantaba la última estrofa, Naruto seguía sonriéndole y mirándolo
fijamente, en cuanto acabó la canción Naruto se separó del chico y le
besó una mejilla

—Eres un gran bailarín, gracias por bailar conmigo.

—Para el nuevo conquistador —dijo Sasuke en tanto Naruto dirigió su


mirada al Uchiha haciéndole una reverencia sonriendo alegremente y
Sasuke le guiñó un ojo en contestación.

La fiesta siguió un poco más pero por fin terminó. Naruto y sus demás
compañeros recogían el lugar; Naruto se dirigió hasta Sasuke y su grupo
que también hacían lo mismo con sus instrumentos y demás cosas.

—Oye dobe, gracias por lo que hiciste con el chico.

—¿Dobe? ¿A quien le dices dobe, teme? —Naruto no se explicaba el


repentino insulto, pero se dio cuenta de que le causaba gracia a
Sasuke.

—No te enojes Naruto, no lo digo como insulto, solo me salió.

—Oh, ya veo. ¿Te digo una cosa? Las manos del chico eran realmente
fuertes no parecían las manos de un joven de trece años —sonrió.

—Eso lo he visto, oye le dirás a Gaara que alguien estuvo tocándote el


trasero —Sasuke sonrió de medio lado mientras amarraba unos cables.

—Creo que lo mantendré en secreto —Naruto sonrió complacido y el


solo mirar al pelinegro le hizo olvidarse de todo—. ¡Oh! Apropósito
gracias por decirme lo de la florería, fui y me gasté menos de lo que
pensaba, además su catálogo es muy amplio.

—No fue nada —Sasuke siguió guardando sus cosas—. Simplemente


sabía que en ese lugar no te cobrarían de más por unas flores.

—Pero el recién llegado necesita toda la ayuda posible —lo miró con
ojitos casi suplicantes, pero Sasuke se hizo el que no entendía.

—Tienes a Iruka o a tu mamá que te pueden ayudar ¿no? —lo miró de


soslayo guardando más cosas.

—Mi mamá vive a una hora de aquí e Iruka en realidad no le interesa


nada de esto, así que solo queda una persona —lo siguió mirando
suplicante.

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—¿Quién? Lee —Naruto volteó a ver a lee y enseguida se rió de éste ya
que parecía más entretenido mirándose al espejo estudiando poses
según él muy “sexys”

—No, no claro que no —le dijo entre risas, en tanto Sasuke sabía
perfectamente que se refería a él.

—Lo haría de veras, solo que ahora no puedo —trat ó de no mirarlo


mucho pues sabía que al final lograría convencerlo.

—Lo comprendo no creas que no, solo es que no sé como hacerlo —sus
ojos denotaban tristeza—. La verdad temo pagar $50,000 yenes por un
pastel a medio comer.

—Tengo que conseguir mas eventos donde poder tocar, después de lo


que hice tal vez tenga suerte y me caigan algunos trabajos —Sasuke
miró a Naruto fijamente y el rubio le imploró ayuda con esa carita tan
tierna.

—Por favor —le pidió susurrándole, ante este rostro Sasuke no pudo
negarse y simplemente cedió.

—Está bien, lo haré y te acompañaré hacer tus cosas —Sasuke se dio


cuenta que el rubio empezó a ejercer algo más sobre él.

—¡¡¡Si!!! Gracias —el rubio se levantó de donde estaba y lo abrazó


súbitamente estrechándolo inconscient emente; el moreno sintió algo
sintiendo en su cuello la respiración del rubio que reía.

Algo comenzó a suceder pero era muy pronto para saber que era lo
que el destino les tenía preparado.

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Capítulo 6
Comienzan los preparativos

Al día siguiente, Sasuke pasó a casa de Iruka por Naruto para ir a ver lo
de la fotografía de la boda.

—Vamos dobe, es hora de irnos y ya sabes que tenemos muchas cosas


que hacer —le dijo mientras Naruto inflaba sus mejillas porque eso de
llamarle dobe no le gustaba nada, aunque al parecer solo Sasuke
podía llamarlo así.

—Ya voy, ya voy, que desesperación teme, parece que hoy te


levantaste con muchos ánimos —llegó hasta él e Iruka que estaba en la
cocina los miró curioso.

—¡Oigan! ¿No quieren desayunar algo?

—Desayunamos Sasuke, anda si no moriré por el camino —los ojitos de


perrito abandonado hicieron ceder a Sasuke.

—Esta bien Naruto, no quiero cargar en mi conciencia si algo te sucede.

Naruto se alegró como era su costumbre y tomó la mano de Sasuke


para que lo acompañara a la mesa, en tanto Iruka no perdía detalle de
lo que pasaba.

—Así que irán a ver lo de la fotografía ¿verdad? —dijo Iruka sirviéndoles


un plato a cada quien.

—Si, Iruka, Sasuke decidió ayudarme a preparar las cosas ¿no es así
teme? —lo miró muy alegre, sin embargo Sasuke ocultaba que aquello
en realidad le comenzaba a molestar un poco.

—Si dobe, anda come, no debemos de perder tiempo.

Los tres comienzan a desayunar platicando de trivialidades y haciendo


un poco más manejable el tema para Sasuke, Iruka sabía que aún no
estaba del todo bien, sin embargo Naruto influía un poco en ese
aspecto.

Un poco más tarde Naruto y Sasuke salieron de la casa y el rubito se


despidió alegremente de su primo.

—Gracias Iruka por el desayuno —dijo Sasuke ya en la puerta y


esperando que saliera primero Naruto.

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Mientras caminaban hacia el estudio fotográfico Naruto miró de soslayo
a Sasuke pues parecía que su mente en realidad estaba en otra parte.

—Oye teme, entiendo que casi te obligue a ayudarme en esto, pero


quiero que sepas que si tu no te sientes a gusto, mejor no lo hagas, la
verdad no me gusta verte así.

—no digas tonterías dobe, si me ofrecí fue porque realmente quiero


ayudarte, así que olvida eso ¿quieres? —lo miró y tomó su mano
llevándolo mas de prisa hacia el estudio de Maito Guy.

Ya estando en el estudio de Guy, Sasuke intentaba que le dijera que


realmente había ofrecido mejores precios que el que les estaba dando
por la sesión de fotografías.

—Guy, sé que para la boda de Hinata Hyuuga le diste ese precio —le
dijo un Sasuke insistente y sin quitarle la vista de encima.

—Eso no es cierto —replicó Guy mientras que él mismo se delataba al


quitar la vista del Uchiha.

—Guy, mírame a los ojos, estoy justo delante de ti, anda Guy ¿le diste
ese precio o no? —Guy no quería dar su brazo a torcer y se escapaba
de mirar directamente a Sasuke pues sabía que lo había descubierto.

—E… está bien, esta bien, me has descubierto, pero que conste que
solo por esta vez haré la excepción —los miró ahora sí casi rojo de la
pena porque lo habían atrapado en la mentirilla.

Sasuke y Naruto sonrieron complacidos y victoriosos, sobre todo Sasuke


que sabía que no podía fallar ante su mirada penetrante e intimidante,
sin embargo Guy siguió con su plática hacia ellos—. ¿Les puedo decir
una cosa? Yo en verdad trato con mucha gente y ¿saben lo que veo?
—Naruto y Sasuke se voltearon a ver sonrientes negando con su cabeza
y volviendo su mirada a aquel hombre de ceja poblada—. Ustedes se
ven verdaderamente felices, les irá muy bien en su matrimonio, de veras
lo van a lograr —les dijo muy convencido Guy mientras les sonreía.

—¿Cómo puede saber eso? —pregunt ó Naruto muy sonriente, pero


curioso de saber porque pensaba que ellos eran una pareja.

—Si Guy ¿Cómo lo puedes saber? —sonrió de medio lado el Uchiha y en


vez de la expresión de Naruto, el tenía esa mirada de escepticismo.

—Bueno yo trato con toda clase de gente y todo este tiempo de


experiencia pues me es fácil ver cuando una pareja será feliz y lo
logrará.

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Naruto sonrió pues t odo lo que decía el hombre le parecía extraño pero
de algún modo muy real.

—Pero, nosotros no nos vamos a casar —zanjó de repente Sasuke


sonriendo por las mentiras que decía Guy.

—Eso es cierto —lo siguió Naruto—. De hecho somos hermanos —Naruto


golpeo no muy fuerte el brazo del Uchiha.

—¡Ah! Era eso entonces, es que noté cierta intimidad en ustedes —los
miró un tanto reído por su confusión pero era cierto que Guy muy pocas
veces cometía ese tipo de errores.

—Si de hecho cuando éramos pequeños no nos llevábamos nada bien


—Naruto observó con detenimiento a Sasuke mientras inventaba la
historia, en realidad sus ojos querían decir otra cosa—. Porque yo solía
estirarle los cabellos —Sasuke bruscamente tomó del cabello a Naruto
jalándoselo y zarandeándolo, eso hizo que el rubito pegara un grito sin
embargo siguiendo con el juego Naruto mordió con ganas el fuerte
brazo de “su hermano”, Sasuke al sentir los dientes del rubio sobre su piel
ahogó su grito saliendo como una especie de gruñido, pero después
riéndose como si nada hubiera pasado.

Guy no comprendía el comportamiento de esos “hermanos”


simplemente le parecían unos salvajes, en tanto Sasuke se levant ó
tendiéndole una mano a Naruto para que se fueran de ahí.

—Mejor nos vamos Guy, anda hermanit o vamos a casa —le dijo Sasuke
mientras Guy no dejó de verlos sorprendido.

—Eres hombre muerto, cuando lleguemos a la casa te acusaré con


mamá —dijo Naruto un tanto reído ya que Sasuke lo llevaba abrazado
del cuello.

Un poco más tarde mientras caminaban por el parque Naruto sonrió


como hacía mucho tiempo.

—Oye teme ¿Cómo se te ocurrió esa idea? —rió tras recordar.

—No sé solo se me ocurrió, es que ese Guy, de veras es mentiroso —se


rió de medio lado viendo de soslayo al rubio que caminaba con la vista
en el suelo—. Dobe, no deberías de caminar mirando hacia abajo.

—Teme, solo estoy contando mis pasos —lo miró con una sonrisa muy
cristalina y los rubios cabellos brillaban tras que el sol le daba luz.

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—Bueno ¿Dónde quieres ir ahora? —le pregunt ó en tanto Naruto
buscaba en la bolsa de su pantalón sacando una nota donde había
escrito su recorrido.

—Bueno, tenemos que ir a ver la música, me dijeron que podía pasar


como a las doce y media. Sasuke ¿estás seguro de que no quieres
cantar en mi boda? —le pregunt ó un tanto ansioso.

—Creo que no sería bueno Naruto, además no podré divertirme


totalmente si solo voy a trabajar.

—Tienes razón. Bueno vamos a ver a ese grupo.

Así pues Sasuke y Naruto se dirigieron al lugar donde ensayaba el grupo


de Oroshimaru y su sonido.

Naruto y Sasuke entraron y de inmediato Oroshimaru les pidió que


tomaran asiento para deleitarles con una canción. Así lo hicieron
esperaron a que empezaran con la demostración.

La música empezó y un Oroshimaru enfundado en un saco de


lentejuelas rojas salio al escenario y todo su grupo combinaba con lo
que llevaba puesto, sobre todo en el color rojo.

Oroshimaru se empezó a mover al compás de la música con unos


movimientos por demás bochornosos, haciendo que Naruto se le tiñeran
sus mejillas por la vergüenza ajena que le provocaba aquel hombre.

—Oye, nunca lo había visto desde esta perspectiva ¿es así como me
veo? —le pregunto Sasuke viendo las mejillas sonrojadas del rubio.

—No, no, tu eres mucho mejor, él es…ridículo —le habló al oído mientras
Oroshimaru seguía con su espectáculo.

El hombre hacía esos movimientos obscenos, tocando de vez en


cuando sus genitales y Naruto ante eso solo volteó su rostro mirando a
Sasuke, como implorando que se acabara la demostración, en tanto
Sasuke vio lo incómodo que se ponía el rubio.

Cuando termino aquella grotesca demostración, Sasuke se acercó a


Oroshimaru, como un gesto de solidaridad.

—Oye, Oroshimaru, eso estuvo muy bien, gracias —le tendió la mano
para que la estrechara y en un gesto de cinismo y casi para lastimar al
pelinegro le contestó una idiotez.

—No, gracias a ti.

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—A mí ¿Por qué?

—Por retirarte —miró con un gesto descortés al rubito que lo hizo voltear
a otro lado, pero el hombre siguió con su discurso—. Oye, tal vez deba
agradecérselo a Sakura, ahora tengo el triple de trabajo —palmeó su
rostro sin ninguna consideración.

Naruto al oír y ver aquello se puso de pie y encaró al tipo, sus ojos
denotaban furia y solo atinó a contestarle.

—Bueno, acabas de inspirarme a contratar un discjockey, así que


gracias.

—Oh, bueno. Pues suerte, ojala que encuentres un discjockey que sepa
moverse y agitarse como lo hago yo —el hombre pareció que tenía
cara de reptil y al enojarse solo lo hizo notarse mas.

Sasuke y Naruto esperaron a que se fuera y el rubio se sentó una vez


más mientras el pelinegro sonreía por como lo había enfrentado el
dobe.

—Dime Sasuke ¿Cómo te hiciste cantante de bodas? —le pregunt ó


Naruto sonriente y mirándolo directamente a aquellos ojos negros.

—Lo hice para ganar dinero primeramente, hasta tener éxito en mi


carrera musical

—Quieres ser una estrella de rock ¿verdad?

—En realidad, lo que quiero ser es un compositor, lo más difícil es


componer una canción, me gustan los retos, pero lo que más me
gustaría es que cuando escriba una canción y que sea un éxito la gente
al escucharla diga “se lo que estaba sintiendo realmente ese tipo”, no
sé si me entiendes.

—Claro, lo entiendo. ¿Has compuesto alguna canción recientemente?


—lo miró un poco cohibido, sin embargo sosteniéndole la mirada.

—Si, supongo que compuse algo —lo miró y por un momento se perdió
en el azul de los ojos del rubio.

—¿Me la quisieras cantar? —le pregunt ó Naruto un tanto rojo, realmente


le intimidaba la mirada penetrante del Uchiha.

—No, no es buena ¿para que quieres oír algo que la verdad no vale la
pena?

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—Seguro es muy buena, anda cántala ¿quieres?

—No, yo creo que… bueno compuse la mitad cuando estaba con


Sakura y la otra después de haber terminado con ella, así que no tiene
mucha congruencia.

—No me importa, me gustaría escucharla.

—Bueno, está bien —Sasuke con mucho desgano se puso de pie


mientras Naruto le aplaudía para animarlo un poco más.

Sasuke tomó una guitarra del escenario y la conectó al amplificador.

—Debo advertirte que esta canción tiene mucha influencia de un grupo


de hace varias décadas, así que probablemente suene un poco
extraña.

—Esta bien —Naruto sonrió.

—Muy bien aquí va…

No sé
Cuanto te necesito
Si estás cerca
No me siento triste
Y cuando me besas
Siento que tú también me necesitas
No puedo creer que encontré
Un amor tan puro y verdadero

Pero eran puras mentiras


Fue una maldita broma
Y cuando pienso en ti
Espero que te atragantes y mueras

Espero que lo que me hiciste


Te haya causado mucha alegría
Yo me acuesto en la cama todo el día
Muerto de melancolía

Me dejaste ahí completamente solo


Llorando sin cesar
Que alguien me mate por favor
Que alguien me mate por favor
Estoy de rodillas pidiéndolo
Por favor, por favor
Mátenme
Quiero morir

Péguenme un tiro en la cabeza


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Fue así como terminó la canción de Sasuke mientras Naruto le regaló
una hermosa y cálida sonrisa, en tanto Sasuke por más que trató dejó
salir su llanto.

—Me gustó mucho Sasuke —el rubito le dijo lo más tiernamente posible.

Naruto salió de allí con Sasuke tomado de la mano, invitándolo un


helado, sabía que lo necesitaba.

—Gracias por el helado, esto siempre me hace sentir bien —le decía el
moreno mientras comía su banana split.

—Es para mi un placer invitarte teme.

—Es raro estar aquí, solía venir con Sakura y tomábamos batidos de
chocolate.

—¿Puedo preguntarte que pasó con Sakura?

—No era la mujer indicada, supongo.

—¿Sospechabas eso cuando estaban juntos?

—Debería haberlo sospechado—suspiró cansado—. Te contaré algo,


una vez fuimos al gran cañón, íbamos en avión y Sakura ya había
estado ahí y yo no, ¿creerías que me dejaría sentarme en la ventanilla
para poder verlo? Pero sabes que no lo hizo, no son cosas tan
importantes pero hubo más cosas así. Ya se que suena estúpido.

—No, no es así. Los detalles cuentan,

—¿Cómo supiste que Gaara era el indicado?

—El hombre indicado. Bueno siempre me imaginé al hombre indicado


como aquel que envejeciera conmigo. Y bueno Gaara sería un viejito
muy bien parecido.

—Bueno, no creo que sea bien parecido, pero supongo que no cuenta.
—No, no cuenta.

Naruto y Sasuke rieron y sin embargo el día fue el mejor que pudieron
haber tenido.

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El corazón de Sasuke iba sanando poco a poco sin que él lo notara al
menos y Naruto, Naruto simplemente se sentía feliz de haber conocido a
Sasuke.

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Capítulo 7
Comienzan los preparativos 2ª. Parte

Al otro día Sasuke y Kakashi pasaron temprano por Naruto para


seguir con los preparativos, esa mañana Iruka acompañaría al rubiecito
ya que no tenía nada más que hacer y realmente parecía ser divertido
ya que Naruto le platicaba como había estado su día a lado de Sasuke
y eso realmente le intrigaba.

En fin, Sasuke y Kakashi llegaron y el moreno se bajó del auto para tocar
el timbre de la casa, Naruto abrió muy contento como siempre y
observando que ahora venía acompañado por Kakashi.

—Ohayo teme, puntual como siempre —Naruto saludó a Kakashi desde


la puerta y el peliplata le dev olvió el saludo—. Sasuke, mi madre vino
para acompañarnos hoy ¿no te molesta?

—Por supuesto que no dobe, es tu madre y por supuesto que esto le


gustaría hacerlo contigo —sonrió de lado por la tonta sugerencia.

—Perfecto teme, espera, les aviso y nos vamos ya —Sasuke solo asintió y
regresó al auto con Kakashi, subiéndose de inmediato.

—¿Y bien? —Preguntó el peliplata—. ¿Vendrá o no?

—Claro que vendrá, no seas idiota Kakashi, solo es que vino su madre y
ella también vendrá.

—Bueno, no te alteres, a propósito, también viene Iruka —sonrió de


medio lado—. De verdad sigue siendo muy atractivo —esto último lo dijo
para si mismo.

—¿Qué dijiste?

—Nada, tonto —Kakashi sonrió mientras los dos jóvenes y la madre


subían en la parte de atrás del auto.

—Ohayo, Kakashi-san, muchas gracias por llevarnos —le dijo muy


educadamente Naruto.

—No tienes porque agradecer Naruto, ahora ¿Dónde vamos? —Kakashi


encendió el auto y Naruto le dijo que tenían que ir a escoger el pastel,
en tanto Sasuke le señalaba por donde ir.

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Más tarde llegaron a la pastelería elegida y los cinco miraban por el
escaparate los bonitos pasteles que ahí exhibían.

—Mira teme, ese pastel se ve delicioso ¿no crees?

—Si, si se ve delicioso, pero es pastel para una fiesta de niño Naruto, así
vamos por acá —Sasuke tomó la mano del rubio y tiró de él hasta llegar
con los otros tres que parecía que habían venido de excursión.

Así que por fin entraron a la pastelería probando el pastel que por
unanimidad les había gustado.

El propietario era el señor Akimichi que sin más les entregó un pequeño
platito con rebanaditas de pastel para que lo probaran uno por uno.

Kushina, le dio de probar el pastel en la boca a Naruto, mientras éste


tomó el platito y le dio en la boca otro pedazo a Iruka que a su vez le
dio a probar a Kakashi y este al querer darle en la boca a Sasuke, éste
lo detuvo quitándole el plato.

—Hey, ni se te ocurra, yo mismo lo pruebo —el pelinegro se metió en la


boca el pedacito de pastel y de pronto sintió que alguien le hablaba
por la espalda y al voltear, una señora le pedía que le diera de probar
de ese pastel.

Sasuke la miró y por no ser mal educado le metió el trozo completo


dentro de la boca de aquella desconocida, todos reían y después
Sasuke se volvió hacia ellos…

—Un momento y ¿Esta quien es? —miró a su amigo.

—No lo sé, mejor vámonos. Me da miedo esa mirada.

Naruto optó por ese pastel y lo apartó de inmediato, después todos


salieron riendo del local pues realmente fue divertido el rostro que puso
Sasuke después de meditar a quien diablos le había dado ese trozo de
pastel.

Siguieron caminando por aquellas calles comerciales y decidieron ir a


escoger el atuendo de novio, ya que Gaara tampoco había querido
complacerlo con eso, además quedaba de paso.

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Entraron al local y una señorita muy amable les ofreció entrar a la parte
de atrás donde podía medirse los tuxedos que quisieran. Todos se
ofrecieron a medírselos para que Naruto pudiera escoger el que mejor
le pareciera.

Iruka fue el primero en entrar al probador y salir con un tuxedo en color


blanco con unos bordados medio extraños en encaje, definitivamente a
ninguno les gustó ya que por la espalda era medio transparente.

Naruto estaba sentado en medio de Sasuke y de Kakashi mientras su


madre estaba tras él.

Después fue el turno de pasar de Kakashi, que definitivamente era


demasiado revelador aquel tuxedo y Sasuke de inmediato dijo “No”,
Naruto lo miró y sonrió pero negó con la cabeza.

Naruto ya se había probado cuanto traje le habían traído pero ninguno


le convencía, de pronto volteó hacia el ventanal y vio que pasaba
Rock Lee, Sasuke le tocó por la ventana y Lee ent ró saludando a todos
con esa alegría que lo caracterizaba.

—Lee, ayúdanos, Naruto no ha podido encontrar su traje de bodas, a


ver si tú puedes escoger uno que realmente le vaya al dobe.

—Bien, lo haré, escogeré el tuxedo mas bonito que hayas visto Naruto —
Lee se dirigió a donde estaban todo el mundo de tuxedos y comenzó a
revisar.

En tanto Naruto se dejó caer en la silla agotado de ponerse y quitarse la


ropa, mientras que Kakashi veían más trajes.

—¿Estas cansado? —le preguntó Sasuke que estaba casi acostado


sobre la silla y con los ojos cerrados.

—Un poco, no pensé que esto de escoger un traje de boda sería tan
estresante, me estoy desesperando teme.

Sasuke por primera vez en mucho tiempo soltó una carcajada,


contagiando a Naruto que al escucharlo simplemente lo miró como
alucinado, sin embargo comenzó a reír junto con él.

De pronto la señorita que acompañaba a Lee llegó hasta ellos muy


contenta.

—Parece que su amigo ha encontrado el tuxedo perfecto.

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—¿De veras? —se emocionó Naruto y se sentó expectante y Sasuke lo
miró fijamente—. ¿Qué es lo que tanto me miras teme? —lo miró de
reojo Naruto y Sasuke al darse cuenta de lo que hacía retiró su mirada
rápidamente.

—Nada dobe, pensé que tenías merengue en la mejilla, pero no.

En eso salió Lee luciendo un hermoso tuxedo, sencillo y con un corte


muy elegante y Naruto sin pensarlo dos veces dijo si.

—Lee es hermoso ese tuxedo, este es el que usaré definitivamente en mi


boda —Naruto miró a Sasuke unos segundos y el pelinegro le sonrió
complacido.

Todos est aban encantados con ese tuxedo, de hecho le habían


agregado un pequeño velo que cubriría un poco su rostro, esto hizo que
todos lo escogieran.

Los días siguieron y entre preparativos y apartados Naruto se convirtió en


inseparable de Sasuke que hasta lo acompañaba a las clases de canto
y de piano que le daba a Tsunade.

Los jueves definitivamente eran de ir a casa de Tsunade y mientras


Sasuke impartía su clase a la oba-chan, Naruto se comía tranquilamente
el pago de Sasuke, que consistía en bolas de carne bañadas en salsa
de tomate.

Así era Sasuke de desinteresado.

Naruto escuchaba atentamente como el pelinegro ayudaba a mejor a


Tsunade pues sabía que aquello le ayudaba mucho en su estado de
ánimo, el rubio cada vez que terminaban de cantar les aplaudía y
festejaba con ellos, de hecho hasta acompañaban a Tsunade al
gimnasio para que ejercitara esos músculos y estar resplandeciente
para su pervertido marido.

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El viernes por la mañana, Naruto y Sasuke contratarían al chofer de
limusina, sin embargo el Uchiha se quiso divertir antes y mientras según
ellos le hacían la prueba a Kakashi, su amigo se burlaba.

—Claro que lo contrataré, es tu mejor amigo —le dijo Naruto en tanto


Sasuke miraba el cronómetro y reía alucinado—. Además es el único
chofer de limusinas de por aquí.

—Lo sé, lo sé dobe, pero me gusta divertirme con él.

—Bueno si es así, pues nos divertiremos.

En tanto Kakashi simplemente actuaba como loco manejando a toda


velocidad la limosina.

—Date prisa amigo, no lo vas a lograr.

Kakashi aceleró en el último momento y frenó frente a ellos, Sasuke


detuvo el cronómetro y puso cara de que “no lo lograste” y enseguida
se lo enseñó a Naruto que también le siguió el juego al Uchiha.

Kakashi al ver los rostros de los chicos, simplemente volteó al otro lado
enojado consigo mismo, porque a él realmente le pareció que había
fallado.

—Derribaste dos conos, pudieron haber sido invitados de la boda —le


dijo Sasuke abrazando a Naruto que seguía muy serio siguiéndole el
juego a éste.

—Eran conos —Kakashi les dijo muy preocupado.

En tanto Sasuke se llevó por la cintura al kitzune que reía divertidísimo


por las caras que había puesto Kakashi, mientras Sasuke se aguant ó lo
más que podía para no reírse en su cara.
Kakashi solo los observó alejarse de ahí y sin saber por fin si lo
contratarían o no.

Más noche, Kakashi y Sasuke pasaron a dejar a Naruto a su casa, había


sido un día largo y muy divertido por parte de Sasuke, en tanto Kakashi,
aun no se le quitaba un poco lo serio, así que sin más fue a dejar a su
casa a Sasuke, deteniéndose en la acera de la casa.

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—¿Fue divertido hoy verdad? —le dijo Sasuke mientras Kakashi lo miraba
fijamente.

—¿Tengo el trabajo verdad? —le soltó de pronto porque ya no


aguantaba la incertidumbre.

—Si, si lo tienes. Recuerda, es dentro de una semana, el veinticinco de


agosto, no lo vayas a olvidar Kakashi —Sasuke le advirtió.

—No, no lo haré —de pronto volvió su mirada al asiento trasero y se dio


cuenta de que había una chaqueta color azul—. Oye, alguien dejó una
chaqueta atrás —dijo el peliplata a su compañero, Sasuke de inmediato
miró hacia atrás tomándola en sus manos.

—Es de Naruto ¿Te acuerdas? Se la quitó y dijo que el clima no estaba


para traer chaquetas —Kakashi al ver como recordaba cada detalle de
eso simplemente sonrió y lo miró fijamente.

—¡Oh, Oh!

—¿Qué? —preguntó perdido el Uchiha, por esa sonrisa tonta de su


amigo.

—Te gusta —le dijo sin más el peliplata.

—No, no me gusta —Sasuke ante eso no supo como reaccionar.

—Claro que si —Kakashi le refutó la contestación, incitándolo a que lo


aceptara, pero conociéndolo jamás lo aceptaría—. Es agradable y
además tiene muy buen trasero.

—Vuelves a hablar de su trasero y te rompo toda la cara —le dijo muy


serio después sin más se bajo del auto—. Además —regresó
apoyándose en la ventanilla—. Me dijo que tú le gustabas.

—¿Es eso cierto? —Le contestó con esa voz seductora que ponía
cuando trataba de conquistar a alguien—. ¿Dijo eso el?

—No — tiró la puerta del auto casi sellándola para después ir y meterse
en su cama.

Naruto en tanto por alguna extraña razón no podía conciliar el sueño y


su mirada quedaba fija en el techo pensando en la única persona que
lo había estado ayudando en todo y sin ningún compromiso.

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Por otro lado Sasuke se recostaba en su cama mirando de igual manera
al techo pensado en la transparencia de aquel chico que lo hacía
sentirse tan bien cuando estaba a su lado.

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Capítulo 8
El Beso
A la mañana siguiente Naruto e Iruka desayunaban tranquilamente,
hablando sobre el primer beso de casados que se darían Gaara y el
rubiecito.

—Piénsalo, será su primer beso de casados —comentó Iruka que no


entendía lo que quería Naruto—. Es totalmente aceptable que abras la
boca —el moreno se entretenía con un cubo rubik

—Yo no haría eso en una iglesia, frente a Dios y toda nuestra familia —le
daba la vuelta a la página de una revista de moda—. Les daría asco
verme acariciando la lengua de Gaara y él haciendo lo mismo con la
mía.

Iruka y Naruto rieron por ese comentario e imaginándose a la familia


viendo aquello.

—Tienes razón. ¡Ay, no! Nadie podrá jamás resolver esto —Iruka le dio
una vuelta más al cubo y después lo avent ó por algún lado de la casa,
tomando su taza de café le dio un sorbo, en tanto Naruto rio por la
desesperación de su primo.

Mientras tomaban café, se escuchó que alguien tocó a la puerta de su


casa y al voltear a ver que era Sasuke de quien se trataba, Naruto de
inmediato se levant ó y fue hasta la puerta para abrirla de inmediato.

—Hola —lo saludó Naruto sonriente como era su costumbre.

—Hola, buenos días ¿no interrumpo? —Sasuke entró en la casa—. Mira,


lo olvidaste ayer en la limosina.

—Gracias por traérmela, eres muy amable —le dijo Naruto mientras la
tomaba en sus manos.

—Si que lo es —dijo Iruka en un modo muy sugestivo.

—Bueno, yo me voy, nos vemos luego dobe, que se diviertan —Sasuke


quería salir de ahí cuanto antes y no sabía exactamente la razón y
maldecía internamente a Kakashi por haberle tan siquiera sugerirle lo de
que le gustaba Naruto—. “est úpido Kakashi” —pensó.

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—Oye, espera un momento por favor —Iruka se levantó de donde
estaba casi tomándolo del brazo para que no se fuera—. Tal vez tu
puedas ayudarnos, tu eres el experto aquí, bueno, discutíamos sobre el
beso de la ceremonia —Naruto no quitaba los ojos de Sasuke, siempre
lo miraba con esos ojos llenos de brillo—. Yo digo, que esta bien que sea
con la boca abierta.

—Y yo digo que como se trata de una ocasión especial, insisto que no


es apropiado —Naruto veía seriamente a su primo, porque no sabía
exactamente lo que estaba tratando de hacer, detallando aquello con
Sasuke ahí.

—Entiendo —dijo el Uchiha mirándolo a su vez, mientras Iruka trataba de


que lo entendieran.

—Pero, entonces ¿Qué quieres hacer? Besarlo con la boca cerrada y


¿ya esta? ¿Eso sería todo? —Iruka no podía entenderlo.

—No, lo que yo pienso es que mi boca estaría parcialmente abierta, sin


lengua y se acabó —las mejillas del kitzune se sonrojaron por hablar de
eso delante de Sasuke, sin embargo el Uchiha siguió la conversación
solo escuchando lo que discutían los primos.

—¡Ay, por favor Naruto! Debe de haber aunque sea algo de lengua.

—Bueno tal vez un poco, pero no lengua pornográfica, sería algo como
lengua de iglesia —miró a Sasuke y él lo miró fijamente.

—Lengua de iglesia, me gusta —le contestó el Uchiha mientras con su


mirada le decía que lo había entendido.

—¿Lengua de iglesia? —Iruka se rió a más no poder—. ¿Qué es eso de


lengua de iglesia? Por favor —miró a Naruto.

—Pues no sé como explicarlo —el rubio le dijo con su voz suave aunque
no sabía como realmente explicarle eso.

—Bueno, pues muéstrame —le sugirió Iruka mientras se cruzaba de


brazos, en espera de la gran explicación de la lengua de iglesia.

Naruto no le entendió y frunció su seño, entonces pensó que lo que


quería Iruka era que él le mostrara como era lo de la lengua de iglesia
así que estiro un poco sus labios acercándose a él aunque no
totalmente seguro de aquello.

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—¿Qué? ¿Qué haces? No, a mi no me beses Naru —rió Iruka al ver las
intenciones de su rubio primo y éste se rio por lo mal que lo había
entendido—. Oye ¿Que te parece él? —Iruka volteó viendo a Sasuke y
Naruto de inmediato borro aquella sonrisa poniéndose nervioso por
primera vez—. ¿No te importa verdad Sasuke? —el moreno le dijo al
Uchiha que parecía que la sangre se le había ido a los pies, en tanto
Iruka lo jaló para que quedara exactamente frente al rubio.

Sasuke no sabía que decir, eso lo había tomado totalmente por


sorpresa.

—Este… yo creo que no... —Sasuke no sabía que decir ante la oferta e
Iruka solo lo apresó por el brazo para que ni se le ocurriera huir.

—Espera, no te muevas. Anda Naruto, muéstrame —le dijo


pacientemente el moreno y Naruto simplemente se quedó sin palabras
y solo pudo atinar a negar con la cabeza tímidamente, sin querer
lastimar al pelinegro, miró después a su primo casi implorándole que no
le hiciera a hacer eso, sin embargo al ver la apenas notable sonrisa del
Uchiha, Naruto sonrió, sonrojándose a más no poder, Iruka ante el
sonrojo de los dos chicos se rió, porque no podía entender porque tanto
sonrojo—. ¡Vamos! Todos somos adultos aquí —Sasuke miró a Iruka y
después vio como realmente Naruto estaba nervioso, sin embargo el
rubio le sonreía, dándose confianza él mismo—. Chicos, tengo que verlo
para poder decidir, si no, nunca sabré a lo que se refieren.

Naruto cuando oyó la palabra decisión de la voz de su primo volteó


hacia él totalmente seguro ahora.

—Bueno, si se trata de un propósito totalmente educativo e informativo,


entonces yo creo que no habrá problema —sin embargo Naruto bajo la
cabeza escondiendo su sonrojo que era totalmente apreciable sobre
todo por esas marquitas zorrunas que se le formaban.

—Bien, muy bien —aplaudió el moreno totalmente emocionado por


verlo—. ¿Están listos? —Se colocó en medio de los dos chicos—. Los
declaro compañeros de vida, puedes besar al novio —Iruka palmeó la
espalda del Uchiha haciéndolo acercarse más a Naruto y el rubiecito
dio un paso más hacia él quedando frente a frente.

Sasuke miró fijamente a Naruto y se acercó hasta posar sus labios en los
del kitzune que sin más cerró los ojos y en un momento los dos se
dejaron llevar sintiendo sus corazones latir como nunca, Iruka en ese
instante se dio cuenta de la sensibilidad y ternura que ese beso le
transmit ía, en tanto Naruto correspondió del mismo modo el sutil pero
tiernísimo beso, sus labios poco a poco se separaron y los dos se miraron
por un momento perdidos en cada uno.

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Azul contra negro, día contra noche, sus corazones simplemente se
habían unido en un mismo latir.

Naruto sonrió como nunca, se sintió como volar, realmente parecía que
no hubiera nadie más ahí solo Sasuke y él.

En tanto Sasuke lo miró perdido en sus ojos, no pensaba nada, sus


sentidos se habían bloqueado por completo sintiendo como una
descarga eléctrica que estremecía todo su ser.

—¡Wow! —los miró Iruka sin darse cuenta lo que acaba de provocar con
su demostración educativa e informativa—. Eso fue realmente increíble
y hermoso —no podía hilar muy bien las palabras pues Iruka sintió
aquella calidez del beso—. Naruto, haz eso en la boda —le estiró el
brazo como haciéndolo reaccionar.

Sasuke simplemente no podía coordinar sus pensamientos y solo se le


ocurrió decir una tontería…

— Yo, solo vine a traerle su chaqueta —miró a Iruka un tanto shokeado


por la emoción que no lo dejaba pensar bien.

Iruka y Naruto solo voltearon a verse sonriendo como tontos, pero en ese
instante, Gaara llegó entrando hasta donde estaban los tres y
saludando sin sospechar nada de lo que había ocurrido ahí.

—Hola Naru, hola Iruka, ¡Ah! Y Sasuke —abrazó a su prometido y


después saludó muy cordialmente al Uchiha y este sin pensar en lo que
decía atinó a decirle…

—Oye, Gaara, lo besé pero no significó nada, de verdad, solo le traje


la chaqueta —al terminar de decir eso sonrió de medio lado y salió de
la casa casi huyendo, los rostros de Naruto e Iruka casi quedaron sin
color al escuchar lo que Sasuke dijo.

Gaara no entendió nada de lo que le dijo el Uchiha y lo miró como se


marchaba sin ver hacia atrás, a él le pareció como si alguien lo
estuviera persiguiendo.

—¿A quien besó? —preguntó Gaara ahora si intrigado, Naruto casi


quería enterrar la cabeza, pero Iruka lo salvó.

—¡Ah! A mí —le dijo sin más el moreno, como si no tuviera importancia,


Gaara se le quedó mirando, sin embargo no le extrañó.

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—¿Quién no lo ha hecho? —le dijo sin más en su pose de “simplemente
no me interesa”, a Iruka eso le irritaba del prometido de su primo y le
hizo un gesto demasiado infantil, sacándole la lengua. Después Gaara
volvió su mirada a Naruto y le sonrió—. Te traje un regalo Naru-chan,
mira es lo más nuevo en aparatos de Discos Compactos, me costó un
dineral pero su sonido simplemente vale la pena.

—Y ¿Quieres tocar un disco ahora? —Naruto no quería verlo


directamente a la cara pues pensaba que se le not aría lo que había
echo con Sasuke.

—Si, pero primero déjame instalar el aparato Naruto, estaré arriba por si
me necesitan.

En cuanto Gaara subió a instalar el aparato Iruka y Naruto se tomaron


de las manos y emocionados se sentaron en el sillón.

—¡Oh, Dios! Naruto

—Lo sé Iruka —sonrió a más no poder el rubio.

—¡Cielos! Sasuke es realmente encantador —en tanto Naruto no salía


de su ensoñamiento, realmente había movido fibras mucho muy
sensibles en él—. Debería salir con él —Iruka de pronto le soltó e hizo que
la realidad de Naruto cayera como plomo, sin embargo el rostro del
rubio había cambiado y se tornó en un poco más serio.

—Si, ¿por que no? —Naruto no se atrevió a mirar a su primo—. Eres


soltero y él también, tiene sentido —por fin lo miró para que no se fijara
en que de veras no le importaba aquello, sin embargo Iruka conocía
perfectamente a Naruto.

—Oye, si no quieres que salga con él, entonces no lo haré —Naruto trató
de que no notara aquella incomodidad que de pronto lo aquejaba.

—¿Por qué no habría de querer? —le dijo de pronto pero aún muy serio.

—Bien, entonces saldré con él —le dijo un muy emocionado y Naruto


simplemente se enserió profundamente pero sin quitar esa sonrisa
amarga de sus labios.

—¿con quien vas a salir? —preguntó Gaara que ya bajaba y se sentaba


a lado del rubio.

—Con Sasuke —contestó con voz cantarina el moreno, mientras el


pelirrojo leí el manual del aparato de reproductor de CD.

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—¡Oh! Que bien, porque ese chico necesita follar con alguien —le soltó
de pronto Gaara y Naruto se puso muy serio, sabía que si su primo se
proponía dormir con el Uchiha, seguro lo conseguiría y eso no le estaba
gustando nada.

—Disculpa, el que salgamos juntos no significa que me acostaré con él


—el Umino se sintió insultado por el solo hecho de que Gaara le dijera
aquello, sin embargo, tanto Naruto como Gaara sabían de lo que era
capaz el moreno cuando se trataba de alguien que realmente le
interesaba, y voltearon a verlo los dos después de aquel ataque de
decencia e Iruka al ver que lo miraban algo dudosos sonrió de medio
lado—. Miren no sé que pasará y no descarto que probablemente me
acueste con él ¿Crees que saldría conmigo? —se dirigió a Naruto y éste
movió la cabeza negando e iba a contestar pero Gaara lo
interrumpió…

—Naruto es su amigo, así que él lo arreglará ¿verdad? —Naruto no


pudo ocultar que se había molestado por eso e iba a contestar una vez
más pero ahora Iruka interrumpiendo y llamando su atención para que
se la prestara.

—¿Saben que sería divertido? Salir juntos en una cit a doble —Iruka les
dijo además sería divertido—. ¿Qué te parece naru? —el moreno
esperaba la respuesta de su primo.

—Está bien —la mirada de Naruto entristeció y parecía que nadie se


había dado cuenta.

Fue lo único que contestó el rubiecito, no sabía com o actuar ni como


mirarlos, el caso era que se sentía terrible de preguntarle a Sasuke si
quería salir con su primo.

Esa tarde Naruto se quedó descansando en su habitación y miró el


techo, por fin se decidió a marcar el número telefónico de Sasuke.

Lo marcó y esperó a que el Uchiha le contestara…

3 timbrazos después…

—¿Hola? —Sasuke cont estó.

—¿Sasuke, eres t ú? —pregunt ó el rubio.

—Si ¿eres t ú dobe? —Su voz se t ornó más alegre—. ¿Qué pasa? ¿t e
sucede algo? —le pregunt ó de pront o preocupado.

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—No, nada de eso ¿Qué pasa t eme? ¿Estas preocupado por mí? —
le dijo mientras reía y Sasuke oyó la risa del rubio por el auricular.

—No seas dobe, solo me pareció que t e sucedía algo, t u voz sonaba
algo extraña —se recargó en su cabecera mientras en sus labios se
dibujaba una sonrisa.

—Ya t eme, no t e enojes, bueno quiero hablarte de algo, mira mi


primo Iruka me pidió que t e preguntara si querías salir con él, Gaara
e Iruka propusieron una cita doble, aunque lo de cita, no le hagas
mucho caso.

—¿Celoso, dobe? —ahora Sasuke se reía.

—Por supuest o que no ¿Qué t e crees teme? —le gritó por el otro lado
del t eléfono y Sasuke de inmediat o retiró el aparato de su oído.

—¡Cálmat e dobe! Me dejas sordo —rió—. Bueno t ú quieres que salga


con t u primo y hacer una doble cita ¿no es así?

—Si, así es Sasuke, pero no t e sientas obligado.

—Bueno Narut o, creo que est ará bien reanudar mi vida social y lo
mejor es empezar contigo, bueno con t u primo —se desdijo de
inmediato.

—¿Est as seguro Sasuke?

—Si ¿Por qué dudas?

—No me hagas caso, entonces te esperamos mañana aquí en la


casa ¿est á bien?

—Perfect o, mañana los veré ahí —de pront o hubo unos segundos de
silencio y Sasuke solt ó—. Descansa dobe, que pases muy buena
noche.

—Igual t ú t eme, tú también sueña muy bonit o —Narut o suspiró y


Sasuke lo escuchó—. Hasta mañana t eme.

—Hasta mañana, dobe —Sasuke sonrió al oír el suspiro del kitzune


mientras colgaba y volvía a acost arse.

Los dos por fin colgaron y se dieron cuenta al mismo tiempo que había
anochecido y ni siquiera lo habían notado.

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La llamada hizo que los dos chicos se sintieran algo confundidos, sin
embargo a Sasuke le estaba quedando muy claro lo que estaba
pasando entre ellos dos, sin embargo sabía que tenían en medio de
ellos un gran, gran problema.

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Capítulo 9
Doble Cita
La noche por fin caía y Naruto e Iruka se preparaban para la gran
noche, estaba nervioso el kitzune y no precisamente por que Sasuke
fuera, si no por lo que tal vez sucediera con su primo y él.

Como a eso de las diez de la noche por fin llegó Sasuke y entro en la
casa quedándose con Naruto en la sala, mientras Iruka terminaba de
arreglarse.

La sala parecía sola, ya que ni Naruto ni Sasuke decían nada, pero el


rubio decidió romper ese odioso silencio.

—Oye teme, ¿De veras no te molesta ir con Iruka? —lo miró de reojo
mientras jugaba con sus pulgares.

—Ya te dije que no dobe, no sé porque te doy esa impresión, además


Iruka es muy guapo, cualquiera querría salir con él.

—¡Oh! —Naruto sintió algo raro en su pecho—. Si, lo sé, sé que Iruka es
muy guapo, toda la vida lo han dicho, en cambio yo, nunca he podido
ponerme a su altura.

—¿De que hablas dobe? —Sasuke volteó hacia él y tomó su mano entre
las de él—. Tú eres especialmente guapo Naruto, eres muy atractivo,
Gaara tiene mucha suerte y mira que él es quien debe sentirse
afortunado de que tú le hayas echo caso, porque la verdad aquí entre
nos, Gaara es realmente extraño y mira esa ojeras de mapache
simplemente no le ayudan.

Naruto rió sin poder creer que Sasuke se hubiera fijado en él de esa
forma, pero más le gustó que le dijera que Gaara era el que tenía suerte
y no él.

—¿De que ríen? —les preguntó Iruka bajando los escalones de la casa y
sonriendo sentándose en el sillón de enfrente, mientras miraba las manos
de los dos una encima de la otra.

—Iruka, Sasuke me contaba un chiste, este teme es realmente


ocurrente, que bueno que no lo escuchaste —Naruto soltó las manos
del Uchiha mientras Sasuke miró a Iruka.

—Estás muy guapo hoy Iruka —le dijo Sasuke mientras el Umino sonrió y
se colocó a lado del moreno, dándole un beso en la mejilla.

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Naruto bajó el rostro y en eso Gaara entró entregándole un ramo de
rosas rojas a su prometido, Naruto se puso de pie y fue hasta él mientras
el pelirrojo besaba su frente.

—Bueno, vámonos que la noche apenas comienza ¡hey! Sasuke, me


alegra de que te hayas animado a venir con nosotros —se acercó al
Uchiha estrechando su mano—. Vamos pues.

Los cuatro salieron de la casa y llegaron por fin a la discoteca más


popular de la ciudad.

Gaara era muy conocido en ese lugar, así que no hubo problema con
lo de la mesa ni nada de eso, simplemente les dieron el mejor lugar.

Cuando ya estaban sentados los cuatro en la mesa Naruto e Iruka no


dejaban de platicar pues parecía que sus parejas les habían cortado la
lengua esa noche, Sasuke estaba sentado en medio de Naruto e Iruka
así que ya lo tenían un poco mareado, el que no se aburría para nada
era Gaara que estaba viendo a las chicas que atendían el lugar y
simplemente se le iban los ojos, en tanto Naruto ni siquiera se daba por
entendido.

—Sasuke te ves increíblemente atractivo esta noche —le dijo Iruka


mientras jugaba con el cuello de la camisa de Sasuke, en tanto Naruto
solamente se recargaba en el sillón sin prestarle más atención.

—Gracias —sonrió por lo que se le ocurría a Iruka—. También creo que


te queda perfecto ese atuendo que llevas, me recuerda a alguien pero
no estoy seguro a quien exactamente.

—Bueno, esa era la idea de que te gustara especialmente a ti —Iruka se


acercó seductoramente a Sasuke y éste no retrocedía al contrario,
nunca se imaginó que Iruka se comportara así después de un par de
bebidas.

En tanto Naruto simplemente se tomaba de un jalón sus bebidas no


quería ver a Iruka coquetear de esa manera tan descarada con Sasuke,
sabía que no tenía derecho a estar molesto pero no podía ocultarlo.

Mientras Gaara seguía admirando las formas redondas de los glúteos de


cuanta mujer se le ponía de frente y Naruto seguía bebiendo.

—¿Cómo va tu negocio Sasuke? —pregunt ó Iruka una vez más, de


algún modo para hacer a los otros dos partícipes de la conversación.

—Actualmente estoy ideando un plan.

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—Deberías de considerar el mercado de bonos, ahí es donde esta el
dinero y podrías hacer mucho más —le dijo Gaara ahora sí poniendo
atención a los demás.

—Gaara trafica con bonos inflados —dijo Naruto ya un poco pasado de


copas y sonriendo como tonto, en tanto el pelirrojo se atacó de la risa
por la tontería que acababa de decir su prometido.

—Naruto, son bonos de alto rendimient o —Naruto lo miró riendo igual—.


¿A caso yo digo que tú eres un mesero inflado? —Para Gaara el sentido
del humor no era su fuerte, así que casi nunca se daba cuenta cuando
estaba siendo un poco rudo.

En tanto Sasuke interrumpió porque parecía que Naruto le iba a


contestar otra cosa y no quería verlo enfadado.

—Mi abuela me regaló un bono de ahorro cuando era un niño, creo


que me darán 250,000 yenes en diez años, así que creo que será bueno.

Iruka quería que le prestara atención a él y no a los asuntos de Naruto y


Gaara, sin embargo el pelirrojo lo miró sonriendo.

—Uyy… eso si es para morirse Uchiha —No le pareció para nada


gracioso e Iruka se dio cuenta de esto e hizo un comentario realmente
fuera de lugar.

—¿No creen que Sasuke y yo hacemos una bonita pareja? —El Uchiha
lo miró un tanto incrédulo que pensara aquello—. ¿No creen, que nos
vemos muy bien juntos? —Iruka se le encimaba más y aprovechó para
tocarle el pecho, claro todo sobre la ropa y Sasuke realmente se sentía
incómodo y como no queriendo se separó del moreno, sin que se
notara mucho.

Naruto cansado de que Iruka se estuviera comportando así con él de


ese modo iba a decirle algo, hasta que Sasuke se separó de él y
mencionó a uno de los cantantes más afamados de hacía ya algunas
épocas.

—Oh, ya escucharon ¿Recuerdan a David Bowie? Era el mejor —Naruto


de inmediato le cambio el rostro y le emociono que también le gustara
a Sasuke—. Oí que vendrá en septiembre para hacer un concierto del
recuerdo.

—Me encanta David Bowie —Naruto saltó de repent e haciendo que el


Uchiha volteara hacia él de inmediato.

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Sasuke empezó a sonreír cuando Naruto e Iruka se pusieron a cantar la
canción que sonaba en la discoteca, Gaara empezó a voltear a todos
lados no quería que vieran a su prometido haciendo ese espant oso
ridículo, en tanto Sasuke seguía riendo y sin quitarle la mirada de
encima a Naruto. Gaara rió un poco.

—Cierra la boca. ¡Que bien! Ya nos sabemos la letra de la canción —le


dijo eso porque así acababa precisamente la canción aquella, sin
embargo llevaba doble intención lo que había dicho.

—Adoro a David Bowie, sigue siendo sexy —Iruka dijo esto mientras
Gaara atraía a Naruto hacia él para que ya no hiciera más
espectáculo.

—Vamos Iruka, hasta el que vende las donas te parece sexy —le dijo el
pelirrojo para que de una vez por todas dejara de alentar a Naruto a
otro espectáculo mas.

—Eso si fue gracioso Gaara, pero de verdad el tipo de las donas si es


gracioso —Sasuke reía por fin e Iruka solo se quedó en su lugar
bebiendo de su vaso, sin embargo Iruka contraatacó.

—¿Saben quien más me parece sexy? —El moreno tomó una de las
frituras que tenían en la mesa—. Sasuke Uchiha —dijo sin más y llevando
entre sus dedos aquella fritura hasta dársela a Sasuke en la boca y
dejando intencionalmente su dedo dentro de la boca del pelinegro
mientras la cerraba.

—Que rica, muchas gracias —solo dijo el Uchiha mientras tomaba la


mano del Umino y la retiraba de él.

Naruto al ver eso simplemente se le revolvió el estómago y se le vino una


arcada queriendo vomitar ahora sí todo.

—Tengo que ir al baño —Naruto se paró como pudo, subiendo por la


mesa y tirando todo lo que había sobre ella para saltar al otro lado,
realmente estaba un poco ebrio, Iruka al verlo simplemente se paró y lo
tomo del brazo ayudándolo.

—Discúlpenos, ahora volvemos —Iruka lo tomó del brazo con cuidado y


lo llevó directo al baño, antes de que vomitara a todo el que se cruzaba
por su camino.

Mientras Gaara y Sasuke veían como Iruka se llevaba a Naruto el


primero volteó a ver al Uchiha, iniciando una conversación.

—Se sentirá mejor si vomita —lo miraba muy fijamente Gaara.

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—Espero que si —atinó a decir solo eso Sasuke, pues no perdía de vista
la mirada que le echaba el pelirrojo, aunque en realidad solo estaba
muy preocupado por Naruto.

El silencio entre los dos se hizo incómodo y Sasuke sintiéndose así, trató
de llevar una conversación civilizada.

—Así que el sábado es el gran día ¿no? —Gaara asentía con la cabeza
desviando su mirada muy disimuladamente—. Ni siquiera sé tu apellido
—lo miraba fijamente Sasuke y sabía hacia donde dirigía esas miradas
furtivas, el pelirrojo volteó por un segundo contestándolo.

—Es Sabaku-No —Sasuke se rió por el apellido mientras Gaara dirigía su


mirada hacia donde él creía que era mas interesante ver.

—Así que el apellido de Naruto será Sabaku-No —el Uchiha se rió sin
poder contenerse—. Sabaku-No Naruto, realmente se oye muy gracioso
—Gaara volvió su mirada a Sasuke muy serio pues no entendía lo
gracioso.

—¿Por qué crees que se oye gracioso? —el pelirrojo realmente tenía el
sentido del humor bastante averiado y Sasuke ya no supo más que
decir.

—No lo sé solo me lo pareció —Sasuke se estaba desesperando—.


¿Estás emocionado? —Gaara suspiró y sin mucho entusiasmo, mas bien
cero entusiasmo y le contestó a Sasuke que mas bien ya veía esto como
interrogatorio.

—Naruto se lo merece, lleva cuatro años conmigo, le debo el


matrimonio.

— ¿Cuatro años? Pensé que solo eran dos.

— Cuatro Uchiha, pero supongo que Naruto te dijo dos refiriéndose a los
años que lleva portando el anillo de compromiso que le di —Gaara
volvió a fijarse en una de las camareras y Sasuke lo miró ahora si muy
serio.

—Y ¿supongo que quieres casarte, verdad?

—No quiero terminar con él. Me quiso cuando no tenía dinero, puedo
confiar plenamente en él.

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Gaara viró su vista al ver pasar a una de las camareras que a propósito
se inclinó sobre la mesa de enfrente dejándoles ver un poco de sus
glúteos ya que el uniforme que llevaban solo era una faldita muy cortita
que solo cubría hasta debajo de los glúteos.

La chica volteó a ver a Gaara sonriéndole e indicándole al Uchiha que


ellos dos se conocían y muy bien.

—Que nalgas mas deliciosas ¿no te parece? ¡Cielos! Mmm…Mmm —el


pelirrojo volteó hacia él y con una sonrisa cínica lo miró.

—Esa es carne de primera calidad —Gaara sonrió lujuriosamente y


Sasuke comenzó a seguirle la corriente.

—Me gustaría darle un muy buen mordisco —Sasuke ponía cara como
de lobo queriendo arrancar un pedazo de su presa—. Y masticarlo —
reía y Gaara junto con él—. Pero sabes una cosa, creo que nosotros ya
no atraemos a chicas así, supongo que nos ven demasiado viejos.

—Habla por ti mismo, yo aún las consigo —le contestó seriamente ya


que el termino “viejo” no le había causado nada de gracia.

—No tan sexy ¿o si? —Sasuke trataba de sacarle toda la información


que podía.

—Y mejores.

—Hace diez años ¿no es así?

—¿Qué tal hace diez días?

—En serio ¿así de sexy?

—Más sexy y más joven

—¿Cómo le haces para que no se de cuenta?

—Naruto, esta ocupado con lo de la boda. No tiene ni la más remota


idea de lo que está pasando.

—Oh, cielos —quería golpear a ese tipo hasta matarlo—. ¿Sabes que es
lo malo? Cuando te casas, se acabó la fiesta ¿no? —Gaara negó con
la cabeza.

—Trabajo en la ciudad amigo. Y trabajo hasta muy tarde —su sonrisa


cínica volvió a hacer acto de presencia.

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—Así que así es esto —Sasuke quería matarlo, no soportaba que alguien
así jugara con los sentimientos de Naruto.

En eso llegó Iruka muy preocupado y se dirigió primero a Gaara.

—Oigan, amigos, Naruto no se siente bien

—Te dije que iba a vomitar

—Si, si lo dijiste.

—Ve por tu auto, los vemos enfrente —Iruka le sonrió coquetamente al


Uchiha, mientras volvía junto a su primo.

Sasuke ayudaba a Iruka con Naruto y al salir el moreno se dio cuenta de


que había olvidado su bolso.

—¡Oh, Dios! Olvidé mi bolso dentro, hazme un favor —le dijo Iruka a
Sasuke—. Ponlo en el auto con Gaara.

—Si, esta bien, no hay problema —Naruto se dejó caer contra el cuerpo
del Uchiha, en tanto el rubito lo miraba tiernamente, sin embargo si
est aba totalmente ebrio.

—Sasu…vomité —el kitzune lo miró fijamente.

—Está bien, no te preocupes —Sasuke lo tomó de las manos y lo miró


muy tiernamente, de la misma forma en que el rubio lo miraba.

—Vomité sobre mi cabello —le dijo mientras sus ojos se llenaban de


lágrimas.

—Está bien —Sasuke le sonrió—. No llores Naru, nada pasa —Sasuke


limpió los ojos del rubio mientras Naruto asentía con la cabeza.

—¿Huele mal mi cabello? —lo siguió mirando fijamente el rubio con esos
ojitos azules que más bien le decían otra cosa, Sasuke se acercó a él
pegando su rostro a la del rubio y oliendo su cabello.

—No, de hecho huele muy bien —el Uchiha le dijo muy serio pero sin
dejar de mirarlo, mientras naru sonreía—. Siéntete mejor ¿está bien? —le
dijo el pelinegro mientras Gaara se estacionaba para recoger al rubio,
en tanto Sasuke lo ayudaba a que entrara al auto pues ni eso hacía el
pelirrojo.

Mientras tanto Naruto entraba y se acomodaba en el asiento sin dejar


de ver a Sasuke y Gaara solo atinó a decirle una de sus tonterías.

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— No vayas a vomitar en el auto ¿eh? Si no apestará durante semanas
—Gaara le abrochó el cinturón de seguridad y cuando estaba listo.

—Adiós Sasuke.

—Adiós Naruto, cuídate.

Sasuke vio como Naruto se alejaba en el auto con ese desgraciado que
pretendía casarse con él tan solo porque se lo debía.

Un poco después Sasuke llev ó hasta su casa a Iruka y lo acompañó


hasta la puerta.

—Dime una cosa Iruka ¿Qué te parece Gaara? ¿Crees que es digno de
confianza? —preguntó sin aguantarse más Sasuke, mientras Iruka
sacaba las llaves de la casa.

—Más vale que lo sea —Iruka sonrió por la forma en la que preguntaba
Sasuke—. Pero ¿A quien le importa Gaara? —Iruka volvió al ataque y
tomó las manos del Uchiha acercándose a él—. ¿Sabes en que pienso
mucho? —el moreno se acercó más a él.

—¿En qué? —Sasuke simplemente no dejaba de estar cabreado por


todo lo que le había dicho Gaara.

—En el suave beso del otro día —Iruka simplemente quería que lo
besara—. Parecía lindísimo.

—¿Ah, si? —Sasuke se comenzó a poner nervioso y el se hacía para


atrás, se estaba conteniendo mucho, porque no quería tampoco
lastimar a Iruka, que hacía lo posible por agradarle.

—¿Te gustó? —le preguntó el moreno sobre el beso que se habían dado
Naruto y él.

—No lo sé, no me acuerdo muy bien

—¿Podría refrescarte la memoria? —Iruka se acercó a él y lo besó sin


darle tiempo a decir nada y sin embargo Sasuke correspondiendo el
beso, pero no era nada comparado con el beso que se habían dado
Naruto y él, después de terminar con el beso el moreno no le hizo
esperar—.Naruto dormirá en casa de Gaara esta noche.

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—¡Oh! —se puso serio de nuevo.

—Mira Sasuke, se que eres tímido y que te lastimaron, así que te lo haré
muy fácil, si subes, me acostaré contigo —le soltó así de pronto Iruka
que también estaba un poco pasadito de copas.

—Nadie me había dicho eso antes y menos de esta manera. Estoy muy
confundido actualmente —fue lo que dijo para no decirle un “no”
rotundo y sin embargo volvió a preguntar—. Naruto se quedará en casa
de Gaara esta noche ¿verdad?

—Si —Iruka no comprendía aún lo que pasaba con el Uchiha.

—¿Se queda mucho allá? —comenzó a tratar de conseguir mas


información

—Si —el moreno solo contestaba con el mismo monosílabo.

—¿En serio? —Sasuke por fin mostró ese rostro de verdad.

—¡Oh, Dios! —Iruka por fin se dio cuenta de lo que en realidad


significaban esa serie de preguntas.

—¿Qué? —Sasuke se daba por aludido.

—No puedo creer que no lo haya notado antes —el moreno se sonrió
consigo mismo.

—¿Qué? —volvió a preguntar Sasuke, por que no quería comprender lo


que ahí estaba sucediendo.

—Te gusta Naruto —le soltó el Umino sin más, era inútil tratar de ocultarlo
más.

—No, no es cierto, es un chico muy agradable pero se casará con ese


imbécil.

—¿Sabes por qué se va a casar con él, no? —Iruka lo miró por primera
vez muy serio.

Sasuke negó con la cabeza dudando en decirle lo que realmente


pensaba pero diciéndole aún así.

—¿Por dinero? Por seguridad, una hermosa casa, supongo que eso es
muy importante para algunas personas —lo miró un poco molesto.

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—No, no es importante para algunas personas, es importante para
todos —trató de explicarle aquello que a él le parecía no muy
importante.

—¿De verdad? Entonces estoy en serias dificultades.

Sasuke simplemente se dio media vuelta y se fue, en t anto Iruka lo miró


un poco decepcionado, aunque preocupado porque realmente
Sasuke se había enamorado de Naruto y ahí si él no podía interferir.

En tanto Sasuke ya en su casa y en su cama daba vueltas como loco,


no podía dormir imaginando a Naruto dormir a lado de aquel miserable
que no se merecía para nada ni lo más mínimo de parte de Naruto, sin
embargo haciéndose una sola pregunta…

—Narut o ¿me gust a?

Fue lo que se preguntó el Uchiha mientras veía una y otra vez en su


mente aquella mirada del dobe que le regalaba esa misma noche.

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Capítulo 10
Recuerdos = A Una Noche De Bar…
Daban las diez de la mañana e Iruka se levant ó estirando su cuerpo
como si de un neko se tratara y sin embargo lo primero que hizo al
voltear a su mesita de noche fue ver la foto donde cierto peliplata salía
muy sonriente abrazado a él.

Iruka tomó la fotografía entre sus manos para luego sonreír pero con un
dejo de tristeza uno de sus finos dedos se deslizo suavemente por la
figura de Kakashi, Iruka se sentía muy sensible ese día y sus ojos
comenzaron a cristalizarse apoyó el portarretrato contra su pecho
fuertemente y suspiró profundamente mientras su mente recordaba lo
que quería olvidar.

Flash back

La t arde corría e Iruka como t odos los días iba hacia su primer trabajo,
era su primer día en aquella escuela, impartiría clases a pequeños de
seis y siet e años, est aba muy emocionado y fue cuando lo vio.

Parecía como si el tiempo se det uviera, sus piernas no le respondían y su


mente se nubló, sintiendo un est remecimiento, sin embargo ya no supo
que pasó.

Lo único que recordaba era que despert ó recost ado en un sillón de la


sala de dirección de la escuela.

— ¿Qué paso? —se irguió y lo vio ahí parado junto al escrit orio revisando
unos papeles.

— ¡Oh! Vaya por fin despertast e, ya me est aba preocupando —sonrió y


se acercó a él, Iruka no sabia que decir y simplemente sonrió,

—Perdona, pero ¿Qué me sucedió?

—Vaya Iruka sensei, si que eres despist ado, t e desmayast e casi a la


entrada de la escuela —el peliplata rió ahora si.

— ¡Dios! Que vergüenza, pero ya veo que sabes mi nombre.

—Pues si, yo t ambién doy clases en est a escuela y t us papeles los t engo
precisament e enfrente de mi, perdona me llamo Kakashi, Kakashi
Hatake —estiró su mano hasta el moreno est rechándola e Iruka
correspondiéndole con una calida sonrisa.

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—Pues mucho gust o Kakashi sensei.

Desde ese día fueron inseparables, hasta en los días que no daban
clases y los niños est aban de vacaciones ellos acept aron un trabajo por
las noches como meseros, sin embargo Kakashi sabía que no era lo suyo
y decidió poner a los servicios aquella limosina negra que había
heredado de su abuelo.

Todo iba perfect o para Iruka y Kakashi, el primero se había enamorado


ciegament e del peliplata y ést e no le era nada indiferente Iruka, una
noche después de haber bebido un poco Kakashi llevó hasta su casa al
moreno y cuando ést e iba a entrar simplemente tiró de él aferrándolo
fuert ement e entre sus brazos besándolo profundament e, Iruka
correspondiendo del mismo modo el pasional beso, sus lenguas
parecían querer cada una ganar la batalla y sin embargo Kakashi
doblegó derrumbando los vestigios de un muro que había impuest o el
moreno.

Fue la primera vez que Iruka se entregaba a un hombre, jamás en la


vida había sentido todas sus emociones junt as.

Kakashi acariciaba su cuerpo desnudo y arrast raba sus manos por el


pecho que se agitaba con rapidez, Iruka respiraba con dificultad
mientras sent ía como el peliplata deslizaba su lengua por sus
abdominales finament e trabajados para después llegar hasta su sexo
que empezaba a despert ar, lo metió por completo dentro de su boca
degustándolo por complet o y recorriéndolo con su lengua.

Iruka gemía y jadeaba mientras Kakashi seguía con su t rabajo, el


moreno arqueaba su espalda por los est remecimientos que le
provocaba Kakashi, realmente sabía donde t ocar para hacer vibrar su
cuerpo por completo.

Sabía el primero que el moreno est aba por llegar y paró por completo
volviendo a sus labios devorándolos con fervor, pero solo fue un simple
int erludio para poder abrirse paso entre sus piernas, embistiéndolo de
improviso, Iruka profirió un quejido y el peliplata se asust ó mirándolo
mientras acariciaba sus rostro que dejó ver unas cuant as lágrimas que
rodaban por t odo aquel rost ro arrebolado.

—Te lastime ¿verdad?

—Tran…quilo ya pasa —trató de calmarlo a él pues realmente lo asust ó,


mientras intentaba que esos labios dibujaran una sonrisa.

—Lo sient o Iru-chan, es t u primera vez ¿verdad? —el moreno asintió—.


Debiste decírmelo, hubiera trabajado más en ese asunt o —sonrió de

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medio lado mientras su cabello se pegaba dejándole ver solo uno de
sus ojos.

—No t e preocupes ya pasó, solo es ext raño

—Entonces cont inuaré con lo que est aba,

Kakashi comenzó a moverse ahora si delicadamente dentro del cuerpo


del chico, haciendo que gimiera bastante alt o y hacía que el peliplata
se excit ara más.

Las embestidas comenzaron más fuert es y más rápidas, los cuerpos se


acoplaron perfectamente mientras se perlaban por el esfuerzo y el gran
éxtasis que sent ían.

Estaba por culminar y Kakashi con una de sus manos tomó el sexo de
Iruka masajeándolo al compás de sus embestidas haciendo que el
moreno llegara al orgasmo, su liquido blanquecino salpicando el pecho
del otro mientras el peliplata lo exprimía t otalmente, se estremeció el
moreno y sus paredes se contrajeron haciendo que Kakashi se
desbordara por complet o dentro del moreno.

Fue el orgasmo más int enso que Kakashi jamás hubiera sentido, Iruka
est aba feliz se sent ía complet o porque por fin sentía que ese hombre al
que acababa de ent regarse le pert enecía.

Pero no t odo fue lindo como al principio, cuando las clases se


reanudaron Iruka not o terriblement e cambiado a Kakashi y no sabía
cual había sido el problema simplement e una noche pelearon y al
siguiente ést e no volvió a dirigirse a él.

Eso era lo que más le dolía a Iruka que jamás t uvo la oport unidad de
pregunt arle cual había sido el problema.

FIN del Flash back

Iruka se levantó por fin limpiando su rostro de las lágrimas que solo él
entendía, todos hablaban como si de verdad conocieran algo de él, sin
embargo él fue quien le presentó a Naruto a Gaara y sabia
perfectamente como habían empezado las habladurías sobre él, jamás
había vuelto a acercarse ni a dormir con nadie más, por eso Sasori al ser
rechazado por el moreno le contó a Gaara un sin fin de cosas que
según él había hecho con Iruka y sin embargo el moreno no dejó que lo
tocara de ninguna manera, tal vez algún beso si hubo pero nada más,
lo demás solo fueron chismes intensificados, no había duda había sido
por esos dos.

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Cuando salió de bañarse, Iruka pasó por la recamara de Naruto que
estaba abierta y el rubio dormía placidamente sobre su cama pero
vestido e Iruka se acercó a él.

—Naru, son las once levántate ya y por favor date una ducha apestas
—el Umino salió de la habitación escuchando a Naruto proferir alguna
cosa que Iruka no entendió.

—Iruka, no molestes, tengo sueño y me duele la cabeza —Naruto tomó


su almohada poniéndosela sobre la cara, la verdad se cargaba una
resaca del tamaño del mundo, pero aún así se levantó.

En tanto Iruka en la cocina ya preparaba el desayuno, estaba haciendo


huevos revueltos con jamón mientras tostaba pan y esperaba a que el
café estuviera listo, pero cualquiera que lo conociera se daría cuenta
de que estaba triste.

Naruto al poco rato bajó y entró en la cocina mientras se desperezaba


recargando su cabeza en la mesa e Iruka lo vio y se rió llevándole un
vaso con zumo de naranja y un par de analgésicos e Iruka lo miraba de
reojo.

—Buenos Días Naru-chan, pensé que te quedabas con Gaara.

—No, me dijo que tendría cosas que hacer muy temprano y mejor me
trajo a casa. Iruka me duele la cabeza.

—Claro, semejante borrachera que te pillaste ayer por la noche, creo


que hasta Sasuke se sorprendió —sonrió—. ¿Te preparo algo de
desayunar? —Iruka vio como Naruto hacía cara de volver el estómago
y aprovechándose de eso el moreno continuó—. ¿Qué tal estuvo tu
botella de sake de anoche?

En eso Naruto se activó recordando y un poco temeroso le preguntó…

—¿No vomité encima de ti verdad? —Iruka sonrió tiernamente.

—Un poco en el zapato pero, afortunadamente traía puestos tus


zapatos —el Umino se sentó a la mesa llevando su propio desayuno.

—Menos mal —Naruto seguía medio dormido con una resaca como
nunca, no sabía como preguntarle si había pasado algo con Sasuke y
mientras se tomaba el jugo con los analgésicos se atrevió pero sin
mirarlo de frente—. ¿Pasó anoche algo con Sasuke? —Iruka lo miró de
reojo, no le iba a mentir no en eso.

—No, nada, solo un beso —sonrió un tanto despreocupado.

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—¿Lo besaste tú a él o él a ti? —de pronto pareció interesarle más a
Naruto.

—Yo lo besé —Iruka comenzó a comprender y sonrió.

—Y luego —el dobe simplemente no pudo quedarse con esa duda.

—Nada —suspiró el mayor mientras Naruto parecía respirar con


tranquilidad—. ¿Sabes una cosa? Sasuke no tiene una buena opinión
sobre Gaara —Naruto frunció el ceño un tanto extrañado, pero sin
embargo su rostro tomó otro brillo.

—¿En serio? ¿Qué te dijo? —le preguntó ahora si interesado.

—En pocas palabras, que Gaara es un imbécil —Iruka siguió en su


desayuno sonriendo de lado y oyó como Naruto se aguantaba esa risa
tan característica de él, Iruka ahora estaba seguro sobre los sentimientos
que probablemente en ese momento el rubio comenzaba a sentir.

—¿Por qué diría eso? —parecía más contento e Iruka quería que lo
dijera él también.

—¿Quién sabe? Tal vez estaba celoso. Pero no te preocupes le dije


porque te casabas con Gaara.

—¿Qué razón le diste? —Naruto lo miró serio.

—Pues porque lo amas —Naruto respiró pero Iruka siguió—. Y tú sabes,


porque con Gaara tendrás seguridad.

—Pero no me caso por eso —el rubio sabía perfecto eso e Iruka lo miró
fijamente viendo sus gestos.

—¿Entonces porque te casas con él? —el moreno simplemente esperó


la contestación de Naruto pero ésta nunca llegó, sabía que estaba
confundido más que nunca y dejó caer su cabeza sobre la mesa, en
tanto Iruka acariciaba su cabello con ternura, sabía lo que estaba
pasando el rubio, porque él también lo sintió y lo seguía sintiendo.

Ya más tarde después de que Naruto se despejó y se dio una ducha


larga, se arregló y fue directamente a casa de Tsunade y tocó muy
contento a la puerta.

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—¡Hola, Tsunade! ¿Cómo está?

—Bien Naruto.

—¿Está Sasuke aquí? Vine a darle algo —le dijo Naruto muy sonriente a
la rubia exuberante.

—No, Naruto. Me temo que no está aquí —le dijo algo seria la rubia,
mientras dejaba ver un dejo de desilusión.

—Pero es jueves, hoy es tu clase de canto ¿no es verdad Tsunade oba-


chan? —estaba un poco escéptico ante esto, Sasuke nunca faltaba a
darle sus clases.

—Ya no, se fue a la ciudad a buscar un empleo de verdad. Ya no tiene


tiempo para darme clases de ningún tipo.

Naruto estaba en realidad muy sorprendido, por esa situación y no


entendía porque había hecho eso.

En tanto en el centro de la ciudad, Sasuke entraba a una entrevista en


el Banco Central de Konoha.

—¿Por qué debería este banco contratarlo? —le preguntaba el gerente


general de aquel prestigioso lugar.

—Estoy dispuesto a trabajar duro y cuando lo decido trabajo de verdad


duro y a conciencia —Sasuke quería que lo vieran lo más preparado
que fuera—. En serio que trabajaré muy duro para usted, no se
decepcionará —el gerente simplemente revisaba papeles.

—¿Tiene algún tipo de experiencia? —lo miró fijamente.

—No, no tengo experiencia, pero soy fanático del dinero. Me gusta, lo


uso, tengo un poco ahorrado, lo tengo en un tarro pero quiero poner un
poco más en él, es ahí donde entra usted.

—Bien, gracias por su tiempo señor —el gerente quería deshacerse de


Sasuke a como diera lugar, estaba claro que no era lo que ellos
buscaban.

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—Señor… de hecho necesito el empleo para poder impresionar a una
chica.

—¿Quiere irse de una vez?


—No tiene que contratarme, si solo me diera unas tarjetas con mi
nombre creo que con eso bastará. Le daré diez clases de canto por una
tarjeta, por favor.

—Fuera —le señaló la puerta.

—Gracias —Sasuke se dio por vencido pues sabía que no lograría nada
con ese prepotente gerente.

Naruto en tanto siguió hablando con Tsunade que le contaba lo que le


había dicho el pelinegro.

—Quiere ganar dinero ¿sabes? Vivir en una casa linda, con ventanas
amplias y lámparas. No puede vivir siempre con su hermano y el
retorcimiento de pezones que tiene lugar ahí.

—Voy a ir buscarlo —le sonrió un tanto decaído, pues entendía


perfectamente porque estaba haciendo aquello el teme, sabía que era
por lo que le había sugerido Iruka.

—Dile que le pagaré más, tres albóndigas por clase.

Naruto le sonrío y se despidió de ella en tanto se dirigió a casa de


Sasuke a esperarlo, estaba intranquilo, sabía que Sasuke se sentía un
poco relegado.

En eso vio como llegaba Sasuke en su coche y de inmediato su rostro se


iluminó y sus ojos brillaron más que antes, Sasuke se dio cuenta de que
ahí lo esperaba el rubio y se acercó hasta él.

—Hola dobe ¿Qué haces aquí? —Naruto se acercó llevando con él un


pequeño obsequio para el pelinegro.

—Fui a casa de Tsunade a buscarte —lo miró fijamente mientras


apretaba aquel presente contra su pecho.

—Ya no voy a dar clases de nada —el Uchiha parecía decidido.

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—Lo sé, me lo dijo. Creí que dar clases era importante para ti —lo miró
serio mientras Sasuke miraba hacia abajo.

—Lo era, ahora estoy haciendo algo para mejorar mi situación


económica —Naruto no creía que ese que hablaba de esa manera
fuera Sasuke.

—Suena un poco egoísta ¿no crees? —Definitivamente ese no era el


teme que había conocido.

—No lo es, hay mucho dinero por ahí y quiero un poco —sus facciones
se endurecieron.

—No quieres ser otro burgués idiota ¿verdad? De esos como los que
andan por ahí ¿recuerdas? —Naruto le dijo un tanto sarcástico pero
mirándolo fijamente a los ojos.

—Bueno ¿Qué tiene de malo? No quiero seguir viviendo en el sótano de


mi hermano. Quiero una casa grande, seguridad. Eso no se obtiene
haciendo favores, ni cobrando albóndigas —se empezó a alterar el
Uchiha que no sabía como podía estarle diciendo eso mientras que el
propio rubio también se estaba enojando.

—Tú estás por encima de la basura materialista —trató de que no se


alterara, pues sabía que los g estos eran porque estaba enfadado.

—No sé, vivimos en un mundo materialista y soy realmente un hombre al


que le gustan las cosas materiales —ahora sí soltó con toda la ironía del
mundo.

—No, no es cierto —lo trat ó de convencer de lo contrario.

—A ti te gusta la basura materialista —le soltó de pronto.

—¿Qué quieres decir? —ahora si Naruto no sabía de lo que iba Sasuke


con esa afirmación.

—¿Qué que quiero decir? Te casas con Gaara por dinero —Naruto no
podía creer lo que le decía Sasuke, es que acaso no lo conocía, sus ojos
se cristalizaron y el moreno lo miró fijamente.

—¡Eres un imbécil y un desgraciado! —Naruto aventó el obsequio que


llevaba para Sasuke y se fue ahora sin siquiera mirarlo.

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Sasuke observó como se marchaba y se agachó a recoger todas las
hojas que había aventado Naruto por su enojo, sin embargo el Uchiha
al fijarse de lo que era, casi se da de golpes contra el pavimento.

—¡Demonios! Me hizo un regalo —hojeaba cada hoja y cada una decía


“letra y música por Uchiha Sasuke”—. Soy un completo ¡Imbécil! —se
recriminó él mismo, en eso sintió que alguien estaba a su lado y era su
sobrino mayor que lo veía un tanto extrañado por hablar solo.

—De veras irás al manicomio tío —sonrió divertido por la expresión del
Uchiha.

—¡Lárgate! —le gritó Sasuke mientras el niño corría hacia dentro de su


casa reído por completo.

La noche caía y en el bar Ichiraku, Kakashi había estado sentado


bebiendo desde hacía horas pensando y recordando, más bien Iruka
era todo lo que había en su mente.

Ya no sabía ni que pensar, todas aquellas cosas que había estado


escuchando por años decir de Iruka y nunca fue para volver a estar
frente a él y aclarar las cosas, sabía que era una tontería por el cual se
alejó de él pero se sentía cada vez más tonto y estúpido.

Mientras tomaba un poco más de sake se repetía en su mente—. “Iruka,


aún te sigo amando” —cuando terminó de dar el trago a su vaso se fijó
que en la barra estaba sentado Sasuke y de igual manera que él
ahogando las penas.

Cuando Sasuke de un solo trago se tomó todo aquel alcohol le habló al


cantinero y le pidió otro trago con la mirada medio perdida…

—¿lo mismo? —volteó hacia él el hombre.

—lo mismo por favor —en eso Kakashi se acercó a él y palmeó su


espalda, viendo que estaba un poco pasado de copas.

—¿Estás bien? —le preguntó Kakashi sentándose a su lado.

—Oh, Kakashi ¿sabes una cosa? Siempre has tenido la razón.

—¿Sobre que cosas?

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—Sobre las relaciones. Solo te diviertes un rato, cuando te involucras
emocionalmente ¿Qué te hacen?

—Te arrancan el corazón por el culo —contest ó sin mas Sai que estaba
en un rincón de la barra.

—Así es —la mirada de Sasuke fue hacia él—. Oye ¿Qué haces aquí?

—Lo mismo que tú, ahogar mis penas, esta ciudad se ha convertido en
un asco, solo quiero salir de aquí.

—Bien, copia barata, haz lo que quieras, pero antes tomemos un poco
más —dijo Sasuke ya más perdido en la bebida, sin embargo Kakashi
sabía que algo había pasado con cierto rubio que se le había metido
hasta por los poros a su amigo.

—¿Pasó algo con Naruto?

—Salimos en una cita doble y el imbécil con el que se casará me dijo


que lo engaña, pero ¿puedo decírselo? No. ¿Quién soy yo para impedir
su matrimonio? —Sasuke fijó su mirada en el vaso que tenía en las
manos, sin embargo Kakashi sabía que había salido con Iruka, no quería
decirle nada de eso, sabía que si se lo decía, Sasuke se sentiría
culpable, sin embargo sus pensamientos fueron interrumpidos por Sai.

—Yo creo que sin ofender a nadie lo que necesitamos es buscarnos


unas prostitutas o prostitutos, lo que mejor les acomode y
desahoguemos nuestras frustraciones.

—Aghhh… ¡cállate Sai! —los dos se le quedaron viendo—. Deja de decir


idioteces y déjame terminar de hablar.

—ya esta bien me callo.

—De todas maneras, estoy confundido

—Bueno, es lógico, él te gusta mucho.

—No me gusta mucho —lo miró directamente a los ojos—. Creo que
estoy totalmente enamorado de él.

—Oh —Kakashi hizo un gesto de “fue lo peor que pudiste hacer”.

—Pero, estoy consciente de que debo sacarme esto de la cabeza —


sintió que al decir eso solo se hacia mas daño, pero luego retomó lo que
había decidido—. De ahora en adelante seré como tu, cada noche

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con alguien diferente y cuando me canse los mandaré a volar, sea
mujer o sea hombre eso da lo mismo.

—Bueno, parece que ya sabes que hacer.

—Solo les daré dinero para el taxi, porque si no me sentiría mal, pero
después adiós y hasta nunca —el Uchiha parecía más convencido de
su nueva vida y quería creérselo así que se dio nuevamente ánimos—.
Eso es, desde este momento, nosotros seremos felices por el resto de
nuestras vidas —Kakashi se tomó de un jalón aquella bebida que tenía y
volvió su mirada a Sasuke.

—Yo no soy feliz. Soy muy desdichado Sasuke.

—¿Qué? —el Uchiha lo miró una vez más pues no sabía a que se refería
con esa confesión.

—Mira, crecí idolatrando a tipos muy importantes como a Jiraiya,


porque tenía todas las chicas y chicos que quisiera, pero ¿sabes que
pasó con todos aquellos a los que admiré de esa manera?

—Creo que leí que algunos se dedicaron a ser directores, otros se


retiraron, jiraiya sigue con lo suyo como escritor ¿no es verdad?

—Sabes, a la mitad de ellos les cancelaron sus contratos, porque nadie


quiere saber de tipos de cincuenta o sesenta años seduciendo chicas,
solo mira a Jiraiya, hasta él lo entendió, se cas ó y vive su vida feliz, él es
uno de los pocos que entendió lo que debía de hacer.

—¿Qué quieres decir con todo eso?

—Que todo lo que realmente quiero es que cierta persona me vuelva a


abrazar y me diga que todo va a estar bien, eso es lo único que quier o
Sasuke ¿comprendes lo que te digo? —Sai que ya estaba ebrio
simplemente se acercó a Kakashi y lo abrazó diciéndole lo que hacía
unos momentos le comentaba a Sasuke—. Lo sé Sai, gracias —Kakashi
volvió a mirar a Sasuke y sonriéndole siguió diciéndole—. Si encontraste
a alguien a quien amar, no lo dejes marchar.

—Tienes razón, gracias Kakashi —Sasuke se levantó como resorte de su


banquillo y fue a toda prisa a buscar al rubio, sin embargo al llegar a la
puerta Kakashi le advirtió.

—No le digas a nadie lo que te acabo de decir —Sasuke volteó hacia él


y le sonrió de lado.

—No te preocupes, no le diré nada a Iruka de esto.

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Kakashi lo miró fijamente y se dio cuenta de que a pesar de todo Sasuke
sabía perfectamente lo que él siempre había sentido por el moreno.

En ese preciso momento Iruka se recost ó en el sillón tomando entre sus


brazos un cojincillo apretándolo a su pecho, recordando las veces que
Kakashi iba a buscarlo a casa para unas veces hablar y otras
simplemente dar rienda suelta a su amor.

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Capítulo 11
Confusiones
Eran las diez de la noche y Naruto estaba vestido con su traje de novio
sentado sobre su cama con su madre a lado, pero en su rostro se veía
realmente que estaba muy triste y se notaba que había estado llorando
mucho.

—Mamá ¿De veras te gusta Gaara para mí? —su voz sonaba
quebradiza y su semblante no lo negaba estaba confundido y triste.

—Claro ¿Por qué no ha de gustarme? —Lo miró fijamente peinando con


sus dedos el cabello rubio del chico—. Es rico, encantador, lindo y ahora
lo tiene todo porque te tiene a ti —Kushina besó la frente de su hijo
mientras naru vuelve a derramar mas lágrimas—. ¿Qué pasa cariño? —
lo miró un tanto preocupada y Naruto levant ó el rostro.

—Es que ya no se si estoy enamorado de Gaara

—¿Por qué? ¿Qué pasó? —Kushina hizo un gesto como de alarma,


porque sabía que Naruto no era en absoluto así, tenía dudas y era muy
raro en él, el rubio contuvo lo más que pudo su llanto bajando su mirada
triste y de pronto volviéndola hacia su madre.

—No sé si es el hombre indicado. He estado pasando mucho tiempo


con otro hombre… Sasuke Uchiha —su madre se tragó la risa que le
daba aquello.

—¿Quién? ¿El cantante de bodas? ¿Piensas en dejar a Gaara por el


cantante de bodas? —la voz de Kushina era calmada y en un solo tono
de voz, siempre dulce y comprensiva con su hijo, Naruto estaba llorando
ya en silencio.

—No sé que estoy pensando, me siento confundido —las enorme


lágrimas de rubio rodaban por su hermoso rostro.

—Entiendo cariño —su madre lo abrazaba contra su pecho—. Estás


nervioso, te entró miedo, todo el mundo siente eso cuando se va a
casar, hasta yo lo sentí, debí salir corriendo y no casarme con tu padre,
pero Gaara es diferente —sonrió y trat ó de que Naruto se sintiera un
poco más tranquilo—. Es un buen hombre, te casarás con Gaara el
sábado, lo amarás y todo será maravilloso —Kushina besó su frente
tiernamente mientras Naruto cerraba sus ojos sintiendo el amor de su
madre, en tanto ella acariciaba su cabello—. ¿Dónde esta tu velo? ¡Ah!
Cierto, esta abajo, iré por él —Kushina se levant ó mientras acariciaba el
rostro de su hijo—. Eres muy hermoso Naruto, no lo dudes y serás

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completamente feliz, ya lo verás hijo —su madre le sonrió y se dio media
vuelta para ir a buscar el velo del rubio.

En cuanto se va su madre Naruto limpia su rostro de aquellas lágrimas y


mira el espejo que está cerca de la ventana, se pone de pie y va hasta
él, se mira fijamente y se acomoda sus mechones rubios tras la oreja,
pero es obvio que ve la tristeza que él mismo refleja, sin embargo respira
profundo y empieza un dialogo con él mismo mirándose siempre al
espejo.

—Hola, mucho gusto soy el esposo de Sabaku No Gaara —Naruto hizo


una cara de que no le gustó mucho como sonaba y trató otra vez—.
Hola, mucho gusto. Soy Sabaku No Naruto —la voz del rubio se
quebraba y se repetía—. Sabaku No Naruto.

En tanto por la calle donde viv ía el rubiecito, Sasuke venía ensayando lo


que iba a decirle a Naruto en cuanto lo tuviera en frente…

—Cuando me despierto, eres la primera persona que se me viene a la


mente, pienso mucho en ti —sonreía diciendo las palabras, imaginando
el precioso rostro del rubio.

En tanto Naruto siguió repitiendo su monólogo…

—Hola, mucho gusto. Soy Sabaku No Naruto, esposo de Gaara —era


inútil Naruto se sentía cada vez peor y su rostro estaba rojo de lo mucho
que le estaba costando y trat ó de sonreír pero definitivamente su sonrisa
había desaparecido por completo. Su llanto se hizo presente, cubrió su
rostro con sus dos manos y llor ó desconsolado, se controló un poco
respirando profundamente, volvió a poner sus ojos en el espejo y dibujó
una sonrisa en sus labios—. Hola, mucho gusto, soy el esposo de Uchiha
Sasuke —cuando pronunció el nombre todo su rostro se iluminó—.
Estamos felices de que hayas venido a nuestra boda —los ojos azules de
Naruto volvieron a brillar con esa intensidad, su rostro se llen ó de vida el
tan solo hablar de él como esposo del Uchiha, estaba muy contento al
imaginar que el hombre podría en verdad ser su marido, sin embargo
mientras Naruto seguía con su monólogo frente al espejo Sasuke se
detuvo exactamente en medio de la calle cuando vio a naruto vestido
con el tuxedo blanco que había escogido para su boda, lo miró desde
ahí fijándose en lo feliz que se veía.

El Uchiha pensó que realmente él estaba feliz por su boda, lo miró una
vez más sintiendo que ahora si lo había perdido, simplemente su rostro
entristeció de sobremanera, dio media vuelta y se fue sin hablar con el
rubio, triste y cabizbajo.

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En el mismo bar Kakashi y Sai trataban de pasar un buen rato, pero más
bien Kakashi lo hacía para no pensar más en Iruka, no quería deprimirse
otra vez, así que volcó todo en enseñarle a Sai unos cuantos pasos de
baile que solo el Rey del Pop hacía, en eso Sasuke entró al lugar y Sai le
preguntó mientras el otro lo veía un poco desilusionado.

—¿Qué paso? —preguntó curioso Sai.

—Se veía demasiado contento, no pude hacerlo —lo dijo mientras en


una de sus manos detenía una botella más de vino.

—Lo siento amigo —le dijo Kakashi mientras volteaba hacia la barra—.
Oye Ibizu-san, tráele a Sasuke uno doble.

—No te preocupes, yo traje mi bebida —le enseñó la botella envuelta


en una bolsa de papel.

—Sasuke ya sabes que no puedes tomar eso aquí —le dijo Ibizu muy
seriamente.

—Esta bien, no te preocupes, me la acabaré acá afuera ¿vienen? —les


dijo a Kakashi y a Sai, Sasuke salió del bar mientras era seguido por sus
dos amigos.

En cuanto salieron de aquel bar los tres chicos se toparon de frente con
Gaara y Sasori, acompañados de bellas chicas y otros chicos que al
parecer eran sus amigos.

—¡Oigan! Si es el cantante de bodas —dijo Gaara como anunciándolo


además de que ya traía muchas copas de más.

—Hola Gaara ¿Qué tal? —Sasuke se detuvo delante de él, observando


como abrazaba a la chica que iba a su lado, sintiendo un enojo
terriblemente grande, de pronto Sasori abrió la boca solo para decir
una estupidez de las que acostumbraba.

—¡Oye Uchiha! Oí que no anotaste con Iruka —Gaara y Sasori soltaron


una carcajada.

—¿Cómo es posible? No eres… impot ente ¿verdad? —le dijo con sorna
Gaara, Sasuke se contuvo lo mas que pudo—. Además sé de sobra que
te van las dos cosas ¿No es así? —lo miró mientras bebía directamente
de la botella que traía en una de sus manos.

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—Ya veo que no tanto como a ti —ahora solo lo miró con total furia,
Kakashi quería romperle la cara a ese Sasori.

—Mira, Uchiha, tendré una fiesta antes de la despedida de soltero


¿quieres ir a tomar unas cervezas con nosotros?

—Eres ridículo Sabaku No Gaara —lo miró fijamente queriendo golpearlo


a más no poder, en tanto el pelirrojo se le borró instantáneamente la risa
irónica—. Deja de engañarlo, imbécil. Es un gran chico.

—Oye, pedazo de mierda. No vayas de soplón con Naruto. Se que él te


gusta pero reconócelo de una vez, él prefiere acostarse con un hombre
de verdad, no con un pobre cantante huérfano.

Aquellas por demás hirientes palabras de Gaara hicieron que Sasuke


perdiera los estribos y sin más lo encaró.

—Muy bien imbécil, no he tenido una pelea desde el quinto grado, pero
lo destrocé a él y ahora te destrozaré a ti —sin embargo Sai que era
demasiado impulsivo se adelantó y casi le estampó un puñetazo en la
cara, pero Gaara era mas rápido y esquivó el golpe, Sasuke solamente
se quedó mirándolo—. ¿Qué haces Sai? —se acercó a su amigo.

—Lo siento, creo que bebí demasiado Sasuke.

En ese instante cuando Sasuke tenía la guardia baja, Gaara aprovechó


y le estampó un puñetazo en el rostro haciendo que el Uchiha se
cayera, Kakashi no se esperó más y encaró a los demás sobre todo a
Sasori en tanto Gaara se burlaba de él sintiéndose muy valiente
respaldado por todos sus amigos.

—¡Oye! ¿Por qué no escribes una canción sobre esto? Puedes llamarla…
“Me golpearon la nariz, por meterme en lo que no me importa” —todo
el grupo de amigos de Gaara y Sasori reían como enajenados, en tanto
Sasori pasó a lado de Kakashi sin aguantarse a decir la única idiotez que
sabía decir.

—Uchiha realmente eres un idiota mira que no tirarte a Iruka, cualquier


imbécil podría hacerlo hasta con los ojos cerrados —de pronto Sasori
salió despedido hacia la pared y Kakashi se le acercó realmente
cabreado por lo que había dicho levantándolo por el cuello de la
camisa de seda.

—En tu vida vuelvas a decir una cosa así de Iruka ¿entiendes? —los otros
hombres amigos de Sasori se acercaron, empujando a Kakashi para que
dejara en paz de una vez a su amigo.

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—Si, como digas, pero nadie puede cambiar lo que Iruka realmente es.

—Estás advertido Sasori —le apunt ó con el dedo mientras los demás se
llevan al chico de ahí antes de que se le ocurriera abrir la boca otra vez.

Sin embargo aquellos tres nunca se dieron cuenta de que Iruka estaba
en una esquina escondido, escuchando como Kakashi lo defendía de
ese imbécil y no pudo más que sonreír, en tanto mejor dio media vuelta
y regresó a su casa, tampoco quería encontrárselo aún.

Kakashi y Sai se acercaron a Sasuke y lo ayudaron a levantarse para irse


a terminar aquella botella que el Uchiha aún traía consigo.

—¿te encuentras bien amigo? —le dijo el peliplata mientras caminaban.

—si estoy bien, no te preocupes y tu.

—Yo también estoy bien, mejor vamos a terminar con esa botella.

Y así fue los tres siguieron bebiendo hasta altas horas de la madrugada y
cuando se hubo acabado el vino, cada quien se fue para su casa, pero
cuando Sasuke llegó a su casa, cual fue su sorpresa que en una de las
sillas del jardín lo esperaba en un ajustado y diminuto vestido negro
Sakura que en cuanto lo vio cruzó la pierna muy seductoramente,
mirándolo casi como si se tratara de una presa.

—Hola Sasuke —al oír la voz chillona el Uchiha se detuvo casi de forma
automática.

—Me parta un rayo —dejó caer la botella que no traía nada de su


contenido ya.

La Haruno se levantó y caminó hasta Sasuke muy sensualmente, siempre


mirándolo a los ojos.

—Veo que estás ebrio —llegó hasta el pelinegro—. Y está bien, de todas
formas voy a decírtelo, te extraño mucho y quiero volver —lo vio casi
con cara de arrepentimiento pero cualquiera que la conociera se
hubiera dado cuenta que eso no era lo que sentía en realidad.

—Ya no quiero estar solo —contestó Sasuke, pero en el estado en que se


encontraba el Uchiha, difícilmente se daba cuenta hasta de lo que
decía.

—No, ya no estás solo —sakura simplemente quería que le creyera—.


Quiero que volvamos —abrió sus brazos para que Sasuke fuera hacia
ellos y abrazarlo entre sus sucias garras, pero en ese instante el Uchiha

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cayó desmayado o más bien perdido por todo el alcohol que había
tomado, entonces sakura al ver aquello simplemente suspiro y se
agachó para ayudarlo a levantarse y meterse de una vez por todas a la
casa.

A la mañana siguiente casi al punto del medio día Naruto llegó a casa
de Sasuke, decidido a decirle que se había enamorado complet a y
profundament e de él.

Nervioso se bajó del auto y fue hasta la puerta de entrada de donde


habitaba el pelinegro, no podía ocultar la felicidad que lo llenaba por
completo, sonreía como nunca y todo gracias a que se había dado
cuenta de que realmente estaba enamorado de Sasuke.

Tocó el timbre y espero pacientemente y con una gran sonrisa a que le


abriera el Uchiha, sin embargo la que abrió la puerta fue la Haruno
vistiendo solamente una playera negra.

El rubito la miró algo decepcionado y sorprendido, de pronto la pelirosa


abrió su boca.

—¿Se te ofrece algo? —lo miró fastidiada.

—¿Esta Sasuke aquí?

—Me temo que en estos momentos está indispuesto —sakura volvió su


cabeza hacia dentro de la casa y casi de inmediato volvió su mirada a
él y le susurró—. Esta en la ducha.

Sakura sabía quien era Naruto, sabía que Sasuke había estado saliendo
con él desde que terminaron, por eso no podía dejar de regar aún más
el veneno contra el rubio.

Naruto al oír eso, bajó su rostro un poco, sintiendo una punzada en el


corazón, sintiéndose aún más peor, sin embargo se forzó a sonreír.

—Tú debes de ser Sakura ¿verdad? —preguntó el rubio tragándose la


amarga realidad.

—Si, soy yo. La prometida de Sasuke ¿Tu quien eres? —le preguntó
ahora mas alegre de saber que había apuñalado la ilusión.

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—Soy Naruto, Naruto Uzumaki —la pelirosa hizo una cara de que no
sabía quien rayos era y no le importaba en realidad—. ¿Podrías decirle
que vine a verlo?

—Oh, sí. Claro Yamato, le diré que viniste a verlo.

—Es Naruto —pero no le dio tiempo a decir más ya que sakura casi le
estampó la puerta en la cara.

El rubio supo en ese instante que había perdido para siempre a Sasuke,
él había vuelto con su prometida y parecía que estaba todo bien entre
ellos, sin embargo le dolía, dolía como los mil demonios.

Mientras Naruto se iba, Sasuke seguía durmiendo como un tronco, en


tanto sakura se acercó a él y se sent ó acariciándolo por completo.

—Despierta dormilón, es el primer día de nuestra nueva vida juntos —


susurró en el oído del Uchiha.

De pronto comenzó a cantarle una especie de canción mientras


esperaba que se despertara el Uchiha.

Despiértame ant es de irt e


No me dejes aquí sola

En eso Sasuke por fin reaccionó y abrió los ojos rápidamente vio a la
pelirosa sentada a lado de él.

—¿Sakura? —Ni siquiera se acordaba lo que había pasado, en tanto la


chica sonrió hipócritamente—. ¿Qué haces aquí?

—Perdiste el conocimiento y te ayudé —le dijo mientras se peinaba con


sus dedos su propio cabello.

—¿Qué? ¿Por qué me ayudaste? —Sasuke se medio levantó mirándola


incrédulo de tenerla en su cama.

—Te lo dije anoche —sakura frunció el ceño enojada—. Mira Sasuke


ahora sé que estaba equivocada y quiero cuidarte, aprenderé a
aceptar que eres solo un cantante de bodas y no una estrella de rock
—en eso Sasuke la interrumpió.

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—¿Puedes aprender a aceptarlo? No quiero que aprendas a aceptarlo,
así no funciona —Sasuke harto de eso, aventó las cobijas y se levantó
de la cama—. ¡Demonios!

—Sasuke ¿Quieres hablar cuando te sientas mejor? —le dijo con una voz
casi angelical e inocente.

—¡Oye! Psicótica, no me sentiré mejor sobre esto. Se acabó. Quítate mi


camiseta, antes de que le eches el mal de ojo —Sasuke la miró con real
furia.

—Oh, ya entiendo —sakura lo miró un tanto enfadada—. Aun sigues


enojado por lo de la boda ¿no es verdad?

En ese instante, Sasuke la tomó del brazo metiéndola al baño


exigiéndole que se quitara su camiseta y aventándole su ropa para que
se cambiara y se largara de una vez por todas.

Sakura así lo hizo y cuando salió del baño, Sasuke la tomo del brazo una
vez más y casi empujándola la sacó de su casa cerrándole la puerta en
la cara.

En tanto Naruto llegó a casa de Gaara y subiendo por las escaleras


llegó hasta su habitación, entrando en ella y mirándolo que aún estaba
dormido, se acercó con prisa a él…

— Gaara, Gaara —palmeó sus nalgas para despertarlo—. Buenos días.


Hola, buenos días —repitió el saludo y Gaara al sentir que palmeaba sus
nalgas se despertó mirándolo un poco sorprendido.

—Hola, Naru-chan. ¿Me traes el desayuno a la cama? —le dijo un tanto


adormilado aún.

—No, en realidad no —sonrió observándolo—. De hecho lo he estado


pensando y no necesito una boda grande. Creo que he sido egoísta
haciendo que hagas algo que no quieres hacer.

—¿Quieres ir a las vegas? —Naruto asintió ahora sin decir nada y


obligándose a sonreír para que creyera que estaba totalmente de
acuerdo.

—Está bien —rió Gaara al ver que por fin lo había conseguido—. ¡Vamos
pues! —no quitaba su sonrisa del rostro.

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Naruto estaba convencido que era lo mejor, en ese momento pensó
que ojala y no hubiera conocido a Sasuke nunca, no le dolería como le
estaba doliendo.

Gaara se metió a bañar mientras Naruto se comunicaba con Iruka para


decirle lo que había decidido, comentándole todo lo que había
sucedido.

Iruka en ese instante comprendió que Naruto lo hacía por despecho,


sabía que el rubio se arrepentiría toda su vida si se casaba con Gaara,
no podía permitirlo y en ese instante, salió en busca de Sasuke y
contarle todo, no podía dejar que Naruto se dejara llevar de esa
manera.

Naruto amaba a Sasuke eso era la total y absoluta verdad, sin saber
que el Uchiha estaba igualmente enamorado del dobe.

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Capítulo 12
Vuelo A Las Vegas
La tarde caía y Sasuke y Kakashi se encontraban en la fiesta de
aniversario de Tsunade y Jiraiya mientras ella siempre bella se paraba al
centro de la pista y dedicaba esa canción que había preparado con
Sasuke para cantársela precisamente en esta fiesta de aniversario.

La rubia tomaba el micrófono y les decía a los presentes…

—Muchas gracias por estar presentes en este significativo día, nosot ros
Jiraiya y yo estamos totalmente complacidos con su presencia, pero
ahora quisiera que este viejo escuchara esta canción que preparé con
mucho cariño para mi querido y senil esposo.

La música comenzó a sonar y jiraiya sonrió complacido con el detalle


de su mujer…

Había campanas en la colina


Pero nunca las oí repicar
Nunca las llegué a escuchar
Hasta que llegast e t ú.

Tsunade se acercó a su esposo sonriéndole mientras seguía cantando


con mucho sentimiento y Jiraiya tomó su mano delicadamente,
besándola, sonriéndole como era su costumbre pervertidamente y
Tsunade negaba con la cabeza pues conocía perfectamente ese tipo
de sonrisitas, prosiguiendo con la canción.

Y había música
Y rosas maravillosas me dicen
En dulces praderas fragant es
Cubiert os de rocío al amanecer

Había amor en t odas part es…

En ese instante Sasuke comenzó a recordar a ese hermoso hombre, sus


ojos azules como el cielo de los dioses debía ser, su cabello cual hebras
de oro pero sobre todo esa sonrisa que simplemente iluminaba su
entorno., pero él no era el único que recordaba, en la sala de espera
del aeropuerto cierto rubio también recordaba los momentos con el
ojinegro a su lado y entre sus pensamientos escuchaba a la lejanía “El
vuelo 1156 est a list o para abordar” en tanto Naruto yacía con su mirada
perdida en un punto de aquel lugar…

Página 83
Nunca lo llegué a escuchar
Hasta que llegast e t ú…

En ese instante, todos los invitados comenzaron a aplaudir pues la


canción realmente era muy bella e interpretada con mucha inspiración
de parte de Tsunade.

Cuando Sasuke se fijó en la pareja que a pesar de que la mayor parte


del tiempo peleaban veía lo mucho que se amaban, recordó de pronto
las palabras que le dijo en una ocasión Naruto…

“Siempre me imaginé al hombre indicado como alguien con quien me


veía envejecer”

Sasuke siguió mirando a la pareja, sonriendo dirigió su mirada a Kakashi


que inmediatamente comprendió esa mirada y esas facciones de su
amigo.

—Lo sé, iré por el auto —Kakashi sonrió y Sasuke le devolvió la sonrisa, así
que se acercó con prisa a Tsunade y Jiraiya.

—Tsunade. Felicidades, tengo que ir a hacer una cosa —la abrazó


besando una de sus mejillas.

—Lo sé. ¡Ve por él!

—Esta bien, esta bien, gracias.

Sasuke salió corriendo para dirigirse al estacionamiento mientras en la


entrada lo interceptaba Iruka.

—Sasuke, tengo que hablar contigo.

—No, ahora no puedo.

—¿Volviste con Sakura? —lo miró enfadado.

—No, ¿Por qué? ¿Quién dijo eso? —el rostro de Sasuke pareció
sorprendido por esa pregunta.

—Naruto fue a decirte que te amaba y sakura abrió la puerta en ropa


interior, estaba tan molesto que se fue con Gaara a las Vegas.

—¿Qué? ¿De que hablas? Pero se casan mañana —esto desconcertó


de sobremanera a Sasuke.

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—Quería hacerlo lo antes posible, estaba sufriendo Sasuke y está
desconcert ado por eso lo hizo así.

—Ven, vamos, tenemos que alcanzarlo —Sasuke tomó la mano de Iruka


y llegó hasta el auto con Kakashi, este se sorprendió al ver a Iruka
corriendo a lado de Sasuke.

El Uchiha e Iruka entraron al auto explicándole la situación al peliplata


que de inmediato met ió el acelerador hasta el fondo.

En tanto en el aeropuerto daban la última llamada para abordar el


vuelo con dirección a las Vegas.

—Ese es nuestro vuelo Naru-chan ¿est ás listo? —de pronto la realidad le


cayó de peso al rubio y su rostro se endureció.

—Si —fue solo esa sílaba que pronunció, se levantó de su asiento y tomó
su maleta de mano pero sin dirigirle una sola mirada a Gaara.

—Esta es una gran idea, me alegra que la aceptaras —Gaara parecía


más animado y hasta contento—. ¿Quieres jugar primero o solo
casarte? —le preguntó el pelirrojo como si de una cosa sin importancia
se tratara.

—Solo quiero casarme —acotó el rubio sin siquiera pensárselo más y


siguieron caminando hasta el anden para abordar el avión.

En tant o en el automóvil Kakashi no quería parecer pesimista pero


tampoco quería que Sasuke se hiciera muchas ilusiones.

—Nunca lo encontrarás. Las Vegas esta lleno de capillas nupciales —


Iruka lo miró de reojo ya que iba en medio de los dos.

—¿Tienen una pluma? —volteó como si no hubiera oído nada de lo que


decía su amigo.

—¿Por qué? —pregunt ó Iruka extrañado y Kakashi lo miró de reojo casi


golpeándolo.

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—Quiero escribir una canción que se me esta ocurriendo ahora mismo
—Kakashi sacó su pluma y se la entregó mientras Iruka solo negó con la
cabeza.

—Gracias —comenzó a escribir en las hojas que Naruto le había llevado


como regalo.

En tanto Sasuke se inspiraba y escribía Kakashi sonrió de medio lado


mirando de reojo a Iruka, estaba realmente muy guapo, de pronto
comenzó a hablar.

—¿Cómo te ha ido Iruka? Hace mucho que no platicamos nada —el


moreno sonrió de medio lado y bajó la cabeza aguantándose el decir
alguna cosa.

—Bueno, es que parece que de pronto me convertí en una plaga y ya


no quisiste ni dirigirme la palabra.

—Lo sé y te pido perdón por eso Iruka. ¿Podemos hablar a solas mientras
Sasuke se ocupa de recuperar a Naruto?

—En tanto no me huyas como lo has estado haciendo estos últimos


años.

—No lo haré, realmente necesito hablar contigo.

—Yo también lo necesito Kakashi.

Kakashi volteó unos segundos hacia él fijando sus ojos en los de Iruka y
sonriéndole como hacía años lo había hecho y por reflejo el peliplata
posó su mano en la rodilla del moreno, apretándolo, esto para Iruka
significó mucho tanto que en verdad quedó sorprendido por como
apretaba su rodilla mientras seguía manejando hacia el aeropuerto.

Unos minutos mas tarde llegaban al aeropuerto y los tres corrían hacia
donde estaba el mostrador de la venta de boletos y Sasuke de
inmediato pregunto por las salidas a las Vegas.

—¿En que puedo servirle?

—Necesito un boleto para ir a las Vegas —el hombre que atendía buscó
en su computadora para ver si había algún vuelo disponible.

—Solo hay un lugar en primera clase. El siguiente vuelo sale hasta


mañana, este es el último vuelo que hay para el lugar donde desea ir —
Sasuke no lo pensó dos veces y volteó hacia Kakashi.

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—¿Puedo usar tu tarjeta de crédito? —Kakashi sacó su cartera para
sacar la tarjeta de crédito.

—¿Me lo pagarás verdad? —le dijo antes de entregársela.


—Mmm... No. Dámela o le diré a Iruka lo que dijiste en el bar —Kakashi
miró por un segundo al moreno y le dio la tarjeta a Sasuke.

—Tómala —Iruka miró a Kakashi ahora preguntándose que era lo que


había dicho el peliplata, sin embargo Iruka sonrió y lo tomó del brazo.

—Eres muy amable Kakashi, siempre lo he pensado —el peliplata lo miró


fijamente a los ojos sonriéndole y dejando que Iruka lo tomara de su
brazo.

—Gracias.

—Aquí tiene señor, que tenga muy buen viaje.

—Gracias —Sasuke tomó el boleto sonriente y salió corriendo—.


Deséenme suerte.

—¡¡¡Ve por él!!! —le grit ó Iruka y Kakashi ya que el Uchiha ya casi estaba
entrando para abordar el avión.

El avión despegó y Sasuke se sint ió nervioso, ansioso.

En el vuelo donde esta Narut o y Gaara, el primero esta un poco


nervioso y miró hacia Gaara que esta muy entretenido mirando una
revista.

—Oye Gaara ¿Me dejas sentarme junto a la ventana? —le pregunt ó


Naruto en un tono bajito.

—Odio sentarme junto al pasillo —le dijo Gaara frunciendo el ceño—.


Porque cuando pasa el carrito me golpea los codos, tus brazos son más
pequeños que los míos —Naruto infló sus mejillas decepcionado.

—Lo sé, pero nunca he visto las luces de las Vegas —se recargó por
completo en su asiento sintiendo que no podría decepcionarse más de
su prometido, sin embargo Gaara not ó esa expresión en el rubio.

—Te diré algo, te dejaré reclinarte sobre mi cuando lleguemos y así


podrás ver las luces ¿de acuerdo? —más bien parecía que le estaba

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haciendo un favor al rubio y sin embargo Naruto sonrió sabía de
antemano lo que iba a decirle el pelirrojo pero de inmediato cambió sus
facciones poniéndose un poco triste.

En tanto en el vuelo donde iba Sasuke una azafat a se le acercó


entregándole una toalla húmeda para que pudiera refrescar su rostro.

—Ah, gracias —Sasuke tomó la toallita pero no sabía exactamente para


que se utilizaba y sin más la colocó como si fuera servilleta para evitar
ensuciarse, a la chica le hizo gracia y le mostró para lo que servía en
realidad esa toallita húmeda entonces Sasuke comprendió—. ¡Oh, Dios!
Lo siento es la primera vez que viajo en primera clase —le dijo mientras
también se refrescaba el rostro.

—No se preocupe, si tiene alguna duda puede preguntarme y con


gusto lo ayudaré en lo que pueda —le dijo muy sonriente la chica.

—Gracias —el Uchiha le devolvió la toallita y se recargó en su asiento,


pero en eso se fijó que uno de los asientos de mas adelante estaba
sentado el cantante Billy Idol con botella en mano incluida, uno de los
chicos que trabajaban en el avión sirviendo bebidas pasaba en ese
instante por ahí y Sasuke lo detuvo—. Disculpe ¿Es Billy Idol? —le
preguntó señalando hacia el artista.

—Creo que sí —le contestó el chico inclinándose un poco sobre el


Uchiha.

—¡Oh por Dios!

—¿Gustaría champagne o jugo de naranja? —aprovechó para


ofrecerle una bebida.

—¿Cuánto cuesta?

—Es gratis

—Es ¿Qué? ¡Diablos! Esto es increíble —Sasuke parecía muy sorprendido


por la tontería—. No debo beber, me enamoré de un chico, se casará
con un idiota y por eso voy a las Vegas porque los voy a detener —una
señora que estaba sentada enfrente de él escuchó lo que dijo.

—¡Eso es lo más dulce que he escuchado! —Le comentó la señora un


tanto interesada en saber con detalle—. ¿Dónde se casarán?

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—Ese es el problema, no tengo la más remota idea, por eso debo
encontrarlos, tengo que hacer lo que sea.

En tanto Gaara parecía divertirse con el pasar de las nubes pues tenía
en sus labios una sonrisa por demás victoriosa y Naruto hacía cada vez
más corajes pues ni siquiera le dirigía la palabra, en eso el carrito de las
bebidas pasó muy cerca del asiento del rubiecito y golpeó el codo que
sobresalía del reposabrazos. Naruto al sentir el golpe de inmediato se
sobó su codo aguantándose el gritarle mil y un cosas a la despistada
azafata, sin embargo eso no fue lo que lo cabreó más si no que Gaara
ni siquiera se dio por enterado.

—¡Oh! La próxima vez pídeme una cerveza ¿quieres? —lo miró y ni


siquiera le preguntó que era lo que le pasaba pues el rubiecito solo se
sobaba el codo pues le dolía mucho y Gaara simplemente volvió su
mirada hacia la ventanilla siguiendo a las nubes pasar, Naruto quería
llorar del coraje que se estaba tragando.

Mientras Sasuke contaba la historia ante la audiencia de los pasajeros


de primera clase, Iruka y Kakashi llegaban a un parque donde en
ocasiones iban a pasear.

Los dos caminaban uno a lado del otro pero aún sin mediar palabra,
solamente se limitaban a caminar y a recordar cada quien detalles de
lo que fue en alguna ocasión su relación.

Iruka lo miraba de reojo mientras esperaba nervioso a que Kakashi


empezara a hablarle, en eso sus ojos se cruzaron y Kakashi le sonrió de
medio lado, tomando su mano lo llevó hacia una de las bancas que
había por ahí, se sentaron y Kakashi suspiró profundamente mirándolo…

—Iruka, yo sé que aún te preguntas el porque de mi comportamiento,


del porque ya no volví a hablar contigo, porque... —Iruka interrumpió al
peliplata.

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—De hecho aún me pregunto que fue lo que te hice, o que tan grave
fue lo que te hice para que me hicieras a un lado de esa manera, me
hiciste mucho daño Kakashi y me duele, aún me sigue doliendo —la
mirada de Iruka entristeció mientras su bajaba su cabeza.

—Lo siento, siento mucho haberte hecho daño, ese día te vi que
platicabas con un hombre muy sonriente y él te abrazaba mientras te
frotaba la espalda, eso me hizo enfurecer, sentí celos de que alguien
mas pudiera tocarte, sentí que te burlabas de mi y eso me dolió
muchísimo, por eso jamás me volví a acercar a ti, quería que todo ese
dolor y esas imágenes desaparecieran, no quería que me volviera a
doler —Kakashi miró hacia el horizonte con sus dedos entrelazados e
inclinado hacia delante sosteniendo sus codos en sus rodillas.

—¿Esa vez? —Recordó Iruka—. Kakashi ¿no me digas que esa persona a
la que tú viste abrazándome era un rubio? —Kakashi solo asintió sin
mirarlo pero aun serio—. ¡Dios! ¿No te fijaste que ese rubio venía
acompañado? —Iruka buscó su mirada.

—No, solo vi a ese individuo —volvió su rostro hacia el Umino y vio como
Iruka sonreía de medio lado—. ¿Qué es lo que tiene gracia?

—No es que me de gracia esto Kakashi, el hombre que me abrazaba


ese día era el padre de Naruto, era mi tío y el hombre que lo
acompañaba ese día era Sarutobi sensei —Iruka ladeo su cabeza y
sonrió al peliplata—. ¿Por eso te alejaste Kakashi?

—Por eso y porque realmente estaba enamorado de ti Iruka mis celos


me cegaron hasta el punto de no querer volver a verte más, sin
embargo solo fue el detonante que necesitaba, había estado
escuchando rumores sobre ti y…

—Kakashi, yo también los había oído, pero ¿Por qué no me lo


preguntaste directamente? Tú sabes que yo no te miento, tú sabes muy
bien que has sido el primero y el único, jamás he dejado que nadie más
me toque —Iruka enrojeció por la revelación.

El peliplata lo miró fijamente aún sin estar muy convencido y tomó su


mano entre las de él y sin más recordó el preguntarle.

—¿Qué me dices de Sasori? El ha estado publicando a los siete vientos


que tú fuiste suyo y que el Kamasutra se quedaba corto con lo que tu le
habías hecho —frunció el ceño el tan solo recordar, el día en el que
parecía que todos lo supieran.

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—Ah, sasori —suspiró el moreno—. Sabes, ese idiota inventó todo eso,
porque yo no le permití que me tocara, si me besó Kakashi quiero que lo
sepas pero no pudo superar el que yo me negara rotundamente si
quiera a ponerme un dedo encima.

—Entonces ¿Por qué dejaste que esos comentarios se hicieran así de


grandes?

—Porque que más daba que tu o cualquier otro pensara lo que fuera
de mi, yo se exactamente lo que soy Kakashi, lo que pensaran los
demás no me importaba en lo mas mínimo, pero lo que si me lastimaba
y me lastima es que hubieras pensado que yo te hubiera traicionado así
como así, te he amado desde el primer día en que te vi, creí que habías
comprendido que yo era tuyo sin reservas ni condiciones.

Los ojos de Iruka se humedecieron, tenía tantas ganas de llorar porque


por fin se estaba sincerando y despejando las dudas al hombre que
ama.

En tanto Kakashi apret ó su mano y lo miró, sint iendo unas enormes


ganas de abrazarlo y decirle que quisiera comenzar de nuevo con él.
Sin embargo apart ó la mano de la de Iruka y con ella levantó el mentón
del moreno para que lo mirara directo a los ojos, pero el Umino a pesar
de que su rostro estaba levantado sus ojos siguieron mirando hacia
abajo.

—Mírame Iruka, necesito que me mires para que me digas que me


perdonas, he sido un imbécil, perdóname por favor —Iruka escuchó y su
corazón fue a mil. Poco a poco subió su mirada cruzándola con el del
peliplata, en tanto de los ojos del moreno comenzaron a brotar lágrimas
amargas—. No llores iru-chan, te amo, siempre lo he hecho, ahora lo
que quiero es que me des una oportunidad para ganarme de nueva
cuenta tu corazón, quiero pasar el resto de mi vida contigo —Kakashi en
un acto poco común en él se arrodilló entre las piernas del moreno e
Iruka siente que su mundo y su vida misma vuelve a surgir.

—Kakashi, no tienes que pedirme oportunidades, yo te amo igual o más


que entonces yo solo quiero que estés conmigo y que no me vuelvas a
dejar solo —le dijo entre lágrimas intentado sonreír, pero era demasiado
tiempo conteniéndolo, Kakashi se sentó a su lado atrayéndolo hacia él
para que se sentara en sus piernas, el Umino no lo pensó dos veces y se
posó sobre él en tanto el peliplata buscó sus labios para finalmente
besarlo y reclamarlo como suyo una vez mas.

—Te amo y mi vida ha sido un infierno, tú eres el único que puede poner
en orden mi camino —le dijo al romper el beso e Iruka pasó sus brazos
alrededor del cuello de Kakashi mientras recargaba su cabeza en su

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pecho y escuchaba los latidos acelerados del corazón de aquel
hombre—. Iru-chan, solo quiero saber algo ¿Cómo es que se te ocurrió
salir con Sasuke? —Iruka levantó la mirada y se separó un poco de la
comodidad del pecho de su Kakashi.

—Yo lo único que quería era que tanto Naruto como Sasuke se dieran
cuenta de lo que sentían el uno del otro.

—Así que tú también lo sabías —sonrió—. Sasuke se negaba a aceptarlo


y sin embargo hizo falta todo esto para que se diera cuenta y aceptara
que estaba perdidamente enamorado de él.

—Lo sé, los dos son unos cabeza huecas —suspiró profundamente de
pronto observando como caía ya el sol—. Es tarde Kakashi sensei —
sonrió traviesamente mientras hacía el intento de levantarse.

—Lo he notado, pero —se levantó y lo atrajo una vez más hacia él—. No
me quiero separar de ti otra vez, esta vez vendrás a mi casa y no te
dejaré ir ya nunca más.

—¿Estas tratando de raptarme? —lo miro sonriendo mientras apoyaba


sus manos en el pecho de Kakashi.

—La verdad es que si y quiero que sepas que el rapto va bien conmigo
—se rió mientras besaba una vez mas a Iruka—. Vamos, soy tu
secuestrador y no quiero por ningún motivo perderte de vista.

—Bien, porque yo quiero que me raptes y esta vez Kakashi Hatake, no


voy a dejar que te vayas de mi —casi le advirtió pero mas bien
sonriendo.

—Perfecto porque yo no quiero que me dejes ir —volvió a besarlo con


suavidad, esta vez tiernamente y sin prisas.

Kakashi le pasó el brazo por la cintura al moreno al romper el beso


mientras caminaban de vuelta al automóvil.

—Iruka, cuando lleguemos a casa te voy a hacer el amor —sonrió con


esa mueca que tan bien conocía el Umino.

—Y yo quiero que me lo hagas, no creas que me voy a resistir —


enrojeció después de darse cuenta de lo que había dicho y Kakashi rió
ahora si sin aguantarse.

—¡Dios! No te vas a poder sentar en una semana.

—Kakashi… te amo.

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— Te amo, iru-chan.

Así los dos se alejaron en el auto mientras ansiaban llegar a su casa…

Por otro lado Sasuke ya contaba su historia ante los pasajeros con los
cuales compartía la sala de primera clase.

—… Fue a hablarme de sus sentimientos y sakura abrió la puerta solo


usando mi playera favorita.

—No digas eso —Billy Idol ya prestaba atención también al relato del
Uchiha.

—No se que hacer, se casará con él y sé que ese imbécil arruinará por
completo la vida del dobe —Sasuke estaba agobiado porque
realmente estaba preocupado por no llegar a tiempo, en eso el
cantante habló a todos los presentes…

—Gaara no se lo merece, solo le interesan las posesiones, los autos


elegantes, lo último en aparatos electrónicos, hasta las mujeres y los
hombres son posesiones para él.

—Billy Idol lo entiende, no sé porque Naruto no lo entiende así.

—¡Oh! Querido, espero que lo encuent res —le dijo la señora tan
agradable, en eso una de las azafat as interrumpió la conversación.

—No se lo creerán, un tipo de la clase turista que se cree un don Juan


me dijo que si quería pertenecer al club de las alturas. Dijo que yo era
carne de primera calidad.

Sasuke se quedó pensando unos segundos en esa frase, de pronto


recordó quien la había dicho, el Uchiha se paró de su asiento y miró a la
azafata.

—¿Esta aquí? —le preguntó Sasuke un poco nervioso.

—Si —la azafata lo acompañó hasta la cortina que separaba a los


pasajeros de primera clase de los de turista.

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—¿Cuál es esa clase de club? —preguntó la curiosa señora y los demás
simplemente la observaron pintando una sonrisa en sus labios.

De pronto Sasuke se acercó a la cortina abriéndola solo un poquito y lo


primero que vio es a su adorable rubiecito que venía caminando para
tomar su asiento, Sasuke se quedó casi petrificado, por fin el destino le
hacía justicia y lo tenía ahí mismo en ese mismo vuelo, volvió hacia
donde estaban los demás y les dijo…

—¡Oigan! El tipo del club de las alturas es Gaara ¡Están aquí! —les dijo en
tanto los pasajeros se sorprendieron por la revelación

—¡Imposible! —dijeron todos al unísono y Sasuke sabía que tenía que


hacer algo, era ahora o nunca.

—Tienen que ayudarme —pidió sinceramente el pelinegro.

—¡Claro, cuenta con todos nosotros! —dijo el cantante que le había


simpatizado en demasía el Uchiha, en tanto los demás pasajeros se
unieron para ayudarlo.

Casi de inmediato trazaron un plan, sería perfecto y estaban seguros


que no fallaría de ninguna manera, eso lo sabía Billy Idol que de
inmediato puso en marcha aquel plan…

—Buenas Tardes a todos, estamos a 8.000 m de altura y llegaremos a los


9.000 m el cielo estará despejado desde aquí hasta las Vegas, les
ofreceremos música durante el vuelo para su deleite, un pasajero de
primera clase quiere cantar una canción inspirada por un pasajero de la
clase turista, ya que permitimos que los pasajeros de primera clase
hagan lo que les de la gana, pues aquí lo tienen…

Naruto se quedó un poco pensativo, pues en realidad se le hacía muy


conocida la voz tras el micrófono, el rubio se recargó en su asiento
dispuesto a escuchar la canción, de inmediato empezó a sonar una
guitarra y Sasuke comenzó a cantar la canción que había escrito
durante el trayecto al aeropuerto…

Quiero hacert e sonreír cuando est és t riste


Cargarte cuando t engas artritis

Naruto al escuchar la voz y esas letras se quedó boquiabierto, era


imposible que él estuviera en ese vuelo, no, no podía ser él, era lo que
se afirmaba el rubio en su pensamiento…

Lo único que quiero es envejecer contigo

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No había duda, los ojos del kitzune se cristalizaron y no salía de su
asombro, era él no podía ser mentira…

Quiero comprarte medicinas


Cuando t e duela la barriga

Naruto recargó su cabeza en el asiento forzándose a no dejar salir las


lágrimas contenidas e intentando no dejarse llevar por la emoción…

Encenderé la chimenea si no
Sirve el calentador

Sasuke cantaba y tocaba la guitarra detrás de la cortina mientras su


ahora amigo Billy Idol le detenía la hoja con la letra. La azafata detenía
el micrófono para que el pudiera seguir con la canción.

Ay, sería increíble


Envejecer cont igo

Naruto estaba con la lágrima a todo lo que daba, pero no emitía


ningún ruido solo rodaban sus lágrimas por su rostro mientras sonreía feliz,
en tanto Gaara ni si quiera se daba por enterado, estaba
profundamente dormido…

Te ext rañaré
Te besaré

Naruto volteó hacia atrás parecía que lo miran, por fin Sasuke salió de
detrás de las cortinas quedándose ahí tocando y cantando mirándolo
fijamente a los ojos, el rubio al verlo se sorprendió tanto que sus lágrimas
no querían parar…

Cuando t engas frío


Te daré mi abrigo
Te necesitaré
Te alimentaré

Sasuke le sonrió tiernamente mientras sus miradas se cruzaron como


cuando la noche y el día se fundían en una sola…

Hasta t e dejaré tomar


El control remot o

Naruto estaba realmente embebido en la mirada del Uchiha y sonreía


por la canción tan tierna que Sasuke había escrito, de pronto Gaara
despertó de su profundo sueño y miró al Uchiha cabreado totalmente…

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—¿Qué demonios hace aquí ese loco? —preguntó Gaara alterado,
pero Naruto ya no lo escuchaba sus sentidos estaban totalmente
puestos en Sasuke, el pelirrojo vio que el rubio ni siquiera lo había
escuchado y lo miró, pero lo que vio fue esa mirada enamorada
totalmente que le dedicaba al moreno.

Gaara se puso de inmediato de pie queriendo acercarse al Uchiha,


pero el joven que servía las bebidas lo interceptó y no lo dejó pasar
chocando directamente el carrito de las bebidas contra la humanidad
de Gaara.

—¡Quítate de mi camino! —le gritó alterado.

— Lo siento señor, pero tengo que servir las bebidas —el chico siguió
empujándolo por el pasillo para que se alejara del Uchiha, pero de
pronto Gaara se cruzó por los asientos de en medio para salir por el otro
pasillo pero fue inútil del otro lado ya lo esperaba el cantante de rock
interceptándolo de igual manera…

—¡Que tal señor! ¿Pollo o pescado? —el cantante empujó el carrito


hacia el pelirrojo mientras sonreía malditamente.

—¡Quítate Billy! O saldrás lastimado —lo amenazó el pelirrojo.

—¡Ah, si! —le contestó el roquero, sin embargo se levantó de su asiento


uno de los guardaespaldas del artista sin mencionar que parecía un
gorila exaltado.

—¡No le hables así a Billy Idol! —le advirtió el gorila que tenía como
guardaespaldas, de pronto el hombre empujó el carrito llevándose a
Gaara por delante haciéndolo chocar contra la puerta del servicio de
baño y la azafata que ya los esperaba ahí lo empujó hacia adentro
encerrándolo dentro del cuarto de baño.

En tanto Sasuke siguió cantándole al rubio que lo miraba totalmente


enamorado y perdido en su mirada…

Déjame lavar los plat os


En nuest ra cocina

Por fin Sasuke comenzó a acercarse al rubiecito mientras seguía


cantando…

Y que t e acuest e
Cuando est as borrachina

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Podría ser el hombre
Que envejezca contigo

El Uchiha se arrodilló ante el mirándolo fijamente a los ojos mientras le


sonreía completamente enamorado.

Quiero envejecer contigo

Sasuke terminó con esa frase la canción y Naruto ya no controlaba sus


lágrimas era realmente conmovedor verlos mirándose como se
miraban, la canción acabó y los pasajeros se unieron en un unísono
aplauso, por fin Naruto habló acercándose un poco al rostro de
Sasuke…

—¡Es la canción más hermosa que he escuchado! —Naruto le dijo entre


lágrimas y sonrisas, con su voz casi entrecortada.

—Tengo que confesarte algo, esa canción es acerca de ti —le confesó


el Uchiha casi susurrándole mientras Naruto le sonreía—. Estoy
enamorado de ti —le confesó por fin Sasuke.

—Y yo estoy muy enamorado de ti —Naruto le contestó mientras se


miraban fijamente.

Sasuke al escucharlo se acercó al rubio para besarlo, sin embargo el


beso deseado fue interrumpido por el artista…

—No estuvo mal la canción, les hablaré de ti en la disquera —sonrió el


roquero porque sabía que había interrumpido un momento especial.

—¿Te importa si lo beso primero? —sonrió el Uchiha observando al


cantante.

—¡Claro que no! Haz primero lo que tienes que hacer —se alejó un poco
de los enamorados para darles un poco de privacidad, aunque el avión
completo estaba atento a lo que hacía la pareja.

Por fin Sasuke acercó sus labios a Naruto para besarlo con completa
delicadeza y ternura, porque eso era lo que le provocaba el rubito,
Naruto respondió de la misma manera el beso.

Estaban real y profundamente enamorados, de pronto se oyó la


llamada de que pronto estarían aterrizando a las Vegas, Sasuke se sentó
a su lado y abrochó con delicadeza el cinturón de seguridad del rubio
mientras Naruto no le quitaba la vista de encima.

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Pasados unos 5 minutos el avión aterrizaba en la comúnmente llamada
la ciudad de las luces.

Nadie para ese instante se acordó de Gaara que yacía sentado sobre
la tapa del WC maldiciendo su suerte.

Por fin el avión se det uvo y los pasajeros empezaron a bajar por las
escalinatas, Naruto y Sasuke bajaron tomados de la mano.

—Dobe, bienvenido a las Vegas —le dijo el Uchiha mientras caminaba


abrazado del rubio.

—Teme, soy muy feliz. Gracias.

—No, gracias a ti, te amo

—Y yo a ti.

Sasuke besó los labios de Naruto mientras las personas pasaban


alrededor de ellos, pero eso no les importaba en lo mas mínimo,
simplemente no podían separarse más de unos centímetros.

En tanto en el avión alguien se aproximó hasta la puerta del baño


suspirando, mientras Gaara aporreaba la puerta para que lo dejaran
salir.

—Tranquilo Gaara, ya te abro —la voz dejó sorprendido al pelirrojo.

—Sa… sai ¿eres tú? —preguntó Gaara desde dentro.

—Si Gaara soy yo, ahora deja de empujar la puerta, voy a abrirte —el
pelinegro destrabó la puerta y lo dejó salir.

Gaara lo miró extrañado y Sai le sonrió de medio lado como era su


costumbre, pero ahora el pelirrojo se preguntaba “¿Qué diablos hacía
Sai ahí?”

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En tanto Sasuke y Naruto tomaban un taxi. Se quedarían esa noche en
las Vegas, mañana por la tarde regresarían a su casa, pero antes
Sasuke reclamaría a Naruto como total y absolutamente suyo.

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Capítulo 13
La Mitad que me Faltaba

—Dobe, bienvenido a las Vegas —le dijo el Uchiha mientras caminaba


abrazado del rubio.

—Teme, soy muy feliz. Gracias.

—No, gracias a ti, te amo

—Y yo a ti.

Sai y Gaara hablaban mientras bajaban del avión y el primero estaba


un poco más serio de lo normal.

—¿Estabas en este vuelo también? —preguntó curioso Gaara pues era


demasiada la coincidencia

—Si, me di cuenta de lo que pasó.

—Quisiera matar a ese Uchiha —Gaara estaba furioso, sin embargo


estaba cansado, cansado de ese estúpido viaje.

—¿Para qué? No vale la pena. Naruto ama de verdad a Sasuke y tú


realmente no amas a Naruto, así que deja de ser tan posesivo. ¡Por dios!
Gaara te vas a quedar solo.

—No tienes porque repetirme eso, lo sé de sobra ¿Qué haces aquí Sai?
—lo miró de reojo mientras caminaban hacia la salida del aeropuerto.

—La verdad, quería cerciorarme de que realmente te casabas con


Naruto —Gaara le hizo la seña a un taxi para que lo llevara a su hotel,
en tanto miró un poco sorprendido al pelinegro.

—Y ¿Por qué harías eso Sai? Además aun no se porque me sigues


hablando y ayudando, t e trate muy mal, te dije cosas muy hirientes y a
pesar de eso estas aquí a mi lado —llegó el taxi y el chofer tomó el
equipaje de Gaara mientras Sai sostenía el bolso que colgaba de su
hombro—. ¿Tienes reservación o prefieres venir conmigo? —lo miró

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esperando su respuesta, Sai suspiró un poco y negó con la cabeza
mientras sonreía de lado y subía al taxi.

—Gaara ¿sabías que a pesar de todo me sigues agradando? —Sai lo


miró por un segundo y el pelirrojo volteó hacia él mirando ese perfil tan
blanco del pelinegro en tanto le sonreía.

—Gracias… Sai

Sai simplemente volteó a verlo sonriéndole, jamás en todo lo que


llevaba de conocerlo le había dado las gracias así que para él esto
significaba mucho más que un simple agradecimiento en tanto sus
miradas por fin se cruzaron mas de lo normal.

El atardecer caía y en la casa del peliplata, Iruka estaba sentado en el


sillón que tanto había extrañado mientras Kakashi estaba recostado
sobre las piernas del morenito y éste le acariciaba tiernamente el
cabello, en tanto el otro mantenía sus ojos cerrados pero por ningún
motivo borraba esa sonrisa de sus labios.

Iruka parecía admirar cada gesto de su ahora otra vez novio, su


corazón palpitaba cada vez que sentía el roce de los labios de su
pareja sobre su mano.

El peliplata abrió los ojos encontrándose con la mirada tierna y dulce de


su pareja. Kakashi le regaló una de esas sonrisas que solo él podía
mostrar, se levantó de sus piernas y se sentó a su lado mientras tiraba de
él para que el moreno se sentara a horcajadas sobre el.

Ninguno de los dos decía nada, sus miradas enamoradas hablaban por
si solas, Kakashi acariciaba sus caderas mientras poco a poco
levantaba la playera que era estorbosa para poder acariciar su torso,
Iruka se estremeció al contacto de las caricias de su pareja mientras el
primero se acercó y besó su pecho.

—Te he extrañado tanto Iruka, no quiero, no quiero que te vayas más —


le dijo recorriendo con su lengua el pecho, el cuello y jugueteaba un
poco con los pezones, que estaban más que erectos.

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—Aquí estoy Kakashi a tu lado y no me volveré a ir, te amo —su
respiración se volvió aún mas pesada, sintiendo la calidez húmeda
sobre su torso, Iruka expuso su cuello para que tuviera mas espacio en su
recorrido.

Por fin sus labios se encontraron y el peliplata devoró con verdadera


vehemencia los labios reclamándolos de vuelta e Iruka correspondía del
mismo modo, que sin lugar a dudas lo hacía estremecerse hasta la
última fibra de su ser.

Las prendas por fin terminaron de caer y los dos estaban sobre el sillón
acariciándose, rozándose y frotándose, querían sentirse unidos, ser uno
solo, sentir que se pertenecían del todo y por completo.

—Iru—chan, anda ven vamos a la cama, quiero hacerte el amor hasta


borrar cada lágrima que derramaste por mi culpa —se puso de pie y tiró
del moreno cargándolo en brazos, llevándolo directamente hacia su
habitación y dejándole sobre su cama con cuidado, sin quitar su mirada
de él.

—Kakashi yo soy feliz, solo ámame porque yo lo haré por el resto de


nuestras vidas.

Kakashi simplemente lo volvió a besar recorriendo con sus manos el


cuerpo perlado del moreno que se arqueaba a cada roce de su tacto.

Después de todas aquellas caricias y besos preliminares Kakashi por fin


penetró por completo el cuerpo deseoso de su amante en tanto el otro
arqueó su cuerpo sintiendo la palpitante hombría acoplándose por
completo en su interior, era absolutamente verdad, los dos seres se
pertenecían y sus cuerpos era el mejor ejemplo para aquello.

—Ahhh… ahhh Kakashi…te amooohhh

Iruka trat ó de hilar las palabras sin embargo las embestidas de su


amante eran ahora más y más constantes y profundas haciendo que el
moreno se estremeciera por completo.

—Ahhh iru-chaaan ahhh… aun sigues siendo muy estrecho, te


amooohhh

Kakashi lo embistió cada vez más afiebrado por todo lo que le hacía
sentir Iruka, sabía que el momento culminante estaba por llegar y sin
pensarlo mas lo levantó de las caderas haciendo que el moreno
enredara sus piernas a la cintura del peliplata que yacía sentado sobre
sus rodillas ayudando a su pareja a subir y bajar sobre su erección. La
respiración de Iruka estaba tan entrecortada que ya era eminente la

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llegada del orgasmo, Kakashi lo sabía y aceleró el subir y bajar de su
novio, que se rozaba sin compasión entre sus cuerpos haciendo que su
hombría se apretara entre ellos provocando que el Umino entre un
ronco y un gemido placentero manara su simiente resbalando por los
abdomen de ambos.

Kakashi sintió como las paredes de Iruka se estremecían contrayéndose,


haciéndolo llegar al orgasmo. Se descargó por completo dentro de su
amante entre gemidos y jadeos que solo hacían eco en la habitación.

—Ahhh… ahhh… ahhh Iruka te amooooohhhh

—¡Dios! Como te amoooo

Cuando Kakashi terminó de depositar su simiente dentro del cuerpo de


su amante lo contuvo un poco más entre sus brazos apretándolo contra
él, poco a poco las respiraciones de ambos se iban normalizando y
ahora solo quedaba esa sonrisa satisfecha y enamorada.

El peliplata lo recostó en la cama junto a él, colocándolo a su lado y lo


atraía hacia su cuerpo entre miradas fijas.

—¿Estas cansado? —preguntó Kakashi estirando la sábana para cubrir


el cuerpo aun vibrante de su novio.

—Solo un poco, pero estoy feliz de poder volver a sentirte mío.

—Soy tuyo Iruka y esta sonrisa no la cambiaría ni loco, ni por todo el


mundo ni por nada de nada —Kakashi delineó con sus dedos la sonrisa
tan transparente del Umino en tanto el peliplata siguió sonriendo y
hablándole—. No sabes todo lo que me das cuando descubro como
me miras.

Iruka no podía creer lo que oía decir a su novio en esos momentos tan
íntimos y le daban ganas de llorar pero contuvo las lágrimas que
amenazaban por salir. Iruka cubrió tiernamente sus labios para que ya
no dijera más y Kakashi lo miró dándose cuenta que contenía su llanto,
tomó su mano tiernamente y lo subió sobre él besándolo lo mas
profundamente posible internándose en su boca mientras pasaba sus
brazos por la cintura de su novio apretándolo contra él.

Esa noche Kakashi e Iruka se amaron hasta más no poder,


entregándose en cuerpo y alma sin importar nada más, para el caso
solo importaban ya ellos dos.

Su universo, su mundo y su vida se reducían simplemente a ellos.

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En tanto en las vegas, Naruto y Sasuke por fin llegaron al hotel.
El dobe parecía quererse divertir, pues estaba muy contento, arrastró a
Sasuke por todo el hotel, mirando las tiendas y aparadores sin soltar la
mano del pelinegro, no quería terminar el contacto, no querían por
ningún motivo separarse el uno del otro.

—Teme, tengo hambre ¿podemos cenar algo por aquí? —le dijo Naruto
admirando uno de los espectáculos de las fuentes de agua.

—Claro dobe, pensé que no tenías hambre, con eso de que apenas me
dejaste registrarnos y parecías desesperado por conocer —sonrió de
lado mientras con una de sus manos le quit ó uno de sus rubios
mechones que cubrían sus hermosos ojos y el rubio se sonrojó al notar el
contacto sobre su piel.

—Ahh, es que… bueno pensé que sería bueno conocer un poco ¿no
crees? —Naruto estaba nervioso por quedarse a solas con el teme y
Sasuke lo sabía perfectamente.

—¡Oh! Así que era eso —lo miró con aquella sonrisa casi traviesa—. Ven,
vamos a cenar —lo volvió a tomar de la mano llevándolo hacia algunos
puestos para ver que se le antojaba cenar—. Dobe quiero ir a la
habitación porque necesito darme un baño y quiero relajarme contigo
—de pronto Naruto se detuvo al escucharlo, volviendo su mirada hacia
él; estaba sonrojado y su cara le ardía—. Naruto, yo jamás haría algo
que tu no quisieras —tomó su rostro con sus dos manos acercándolo
hasta que estuvieron frente con frente y mirándose directamente a los
ojos—. Te quiero mucho Naruto y deseo pasar el resto de mi vida
contigo.

—Lo siento teme, es que me pongo nervioso, yo sé todo eso que me


acabas de decir pero sigo poniéndome nervioso, yo te quiero Sasuke,
tanto que duele y yo también quiero pasar el resto de mi vida contigo
—sus palabras resonaron en la mente del Uchiha que sonreía y lo
abrazaba con fuerza.

Naruto sonrió de pronto y tomó entre sus manos el rostro de su novio


besándolo, en tanto el pelinegro internó su lengua dentro de la cavidad
de Naruto, haciendo el beso más profundo, cuando faltó el aire Sasuke
se separó un poco y le sonrió.

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—Teme, vámonos a la habitación, ya no tengo hambre —sonrió
mientras su mejillas se sonrojaban y Sasuke simplemente lo tomó de la
mano y regresaron a su hotel con sus dedos entrelazados.

Naruto subió primero a la habitación mientras Sasuke compraba


algunas cosas en la farmacia; cuando regresaba a su habitación
observó unos anillos de matrimonio junto con un hermoso anillo de
compromiso, de pronto se formó en sus labios una sonrisa poco menos
que diabólica recordando que aún traía la tarjeta de crédito de
Kakashi, así que simplemente entró en la joyería compró los anillos y se
los llevó.

En la habitación Naruto estaba saliendo del baño, había tomado una


ducha y Sasuke ya lo esperaba sentado en la salita que decoraba su
habitación.

Naruto solo traía puesta la bata de baño mientras secaba con otra
toalla su cabello.

—¡Teme! Me asustaste ¿hace much o que esperas?

—No, llegué hace unos momentos y como oí la ducha pues me senté a


esperar a que terminaras —Naruto se acercó y se sentó a su lado.

—Hu… hubieras entrado teme, no te iba a echar del cuarto de baño —


Sasuke sonrió tirando de él para que se sentara en sus piernas, en tanto
naru simplemente se sonrojaba.

—Lo iba a hacer dobe pero no quería que me echaras con el bote de
shampoo sobre mi cabeza —Sasuke rió totalmente relajado, sabiéndose
el único para el dobe.

—No, teme jamás te pegaría o algo así, aunque si me provocas si lo


haría —lo miró seriamente y Sasuke se acercó a él besándolo,
delineando sus labios después con la punta de su lengua hasta que se
introdujo por completo en su boca degustando con fervor la lengua de
su rubio.

Sasuke lo besaba mientras sus manos lo acariciaban, recorriendo las


piernas del kitzune que no tardó en emitir un gemido algo entrecortado,
una de las manos de Sasuke empezó a desatar el nudo de la bata
bajándola de manera sensual por los hombros del rubio que se dejaba
hacer.

Su respiración se fue acelerando y Sasuke admiró su torso níveo


desprovisto de vello, el Uchiha tomó en sus brazos al rubio, llevándolo
hasta la cama entre beso y beso; cuando lo deposit ó sobre la cama,

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Naruto lo miró fijamente sintiendo su rostro arder, se sentía excitado,
sumamente sensible al toque de su novio.

El Uchiha lo miró mientras estaba de pie, recorriéndolo por completo


con la mirada, en tanto se empezó a quitar la camisa dejando ver a
Naruto su torso desnudo, siguiendo con el pantalón, lo desabrochó y
Naruto se levantó un poco por sus codos, no quitaba la mirada de
donde los dedos del Uchiha bajaba el ziper. Sasuke no tardó en aventar
los pantalones que cayeron en algún lugar de la habitación.

Se colocó sobre Naruto quitándole por completo la bata, dejando al


descubierto la erección del rubio.

—No me veas Sasuke —se tapó el su rostro y haciendo que el Uchiha lo


mirara con ternura y quitó con mucha delicadeza las manos que
cubrían su rostro.

—Déjame verte dobe, no te cubras, quiero v er cada gesto tuyo, te amo


y no te voy a lastimar.

—Sé que no lo harás, pero no deja de darme vergüenza de que me


veas desnudo, no soy precisamente atractivo.

—¿Cómo dices eso? Eres hermoso, eres atractivo y me gusta todo lo


que he visto hasta ahora —Naruto besó los labios de Sasuke.

—Oye teme, pero no es justo, yo no llevo ya ninguna prenda y tu aún


traes una, así no se vale —las mejillas de Naruto se inflaron, haciendo
ese puchero que tanto le agrada al uchiha

—¡Ah! Y ¿quieres que me la quite? —Sonrió besando, lamiendo y


succionando su cuello un poco—. ¡Quítamela dobe! Yo estoy ocupado
—sonrió, siguiendo con el jueguito.

Naruto titubeó un poco pero se decidió y bajó sus manos poco a poco
hasta que llegó a los glúteos de su novio metiendo sus dedos bajo el
elástico, bajando la prenda, sin embargo Naruto notó como la erección
del Uchiha se sentía terriblemente inflamada contra su muslo y ya no
quiso seguir solo se dejó besar.

—Mmm… Naruto me encanta el sabor de tu piel —el Uchiha lamio


cada parte del cuerpo del rubio hasta que llegó a la prominente
erección del rubio pasando una de sus manos por la extensión de ésta y
la otra mano se apoderó de sus testículos acariciándolos para después
acercar su boca y de gustarlos. Jugueteó un poco con ellos, volviendo
t oda su atención sobre la erección de la cual brotaba liquido
transparente, Sasuke pasó su lengua por la extensión e hizo que el

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uzumaki arqueara su espalda al sentir como su novio lo acarició con su
lengua, Naruto se estremeció, jadeó y gimió.

—Te…teme déjame hacerlo también —le detuvo la cabeza con sus


manos y Sasuke subió hasta él.

—¿Te gustaría que lo hiciéramos juntos dobe? —Naruto asintió con la


cabeza mientras Sasuke se sacó por fin totalmente su prenda íntima—.
Ven, sube sobre mí —Naruto se sentó sobre la pelvis del moreno y pronto
sintió la gran erección del Uchiha tras su trasero, Sasuke acarici ó su
cadera y sus muslos dando pequeñas palmaditas—. Voltéate naru.

El rubio así lo hizo y naru tomó con mucho cuidado el sexo del pelinegro
lamiendo la punta haciendo que el otro se estremeciera. Sasuke
amasaba los glúteos de su dobe y observaba como palpitaba su
entrada aterciopelada, Sasuke lo lamió con delicadeza hasta hacer un
poco de presión entrando en la húmeda y caliente entrada; Naruto se
est remeció al sentir la intromisión de la lengua traviesa de Sasuke y
jadeó con el sexo del Uchiha dentro de su boca.

Sasuke paseaba su lengua por los glúteos del dobe, dando pequeños
mordiscos, con una de sus manos masturbaba su sexo, Naruto estaba
demasiado excitado y sabía que no aguantaría mucho. Sasuke sintió
como se estremeció, tirando del sexo del rubio se lo metió a su boca
succionándolo devotamente. Naruto empezó a gemir y a jadear se
estaba aguantando por no llegar al orgasmo quería correrse con
Sasuke dentro de él, así que se sacó el sexo del Uchiha y lo miró
volteando un poco hacia atrás su rostro estaba arrebolado por todo lo
que su ahora amante lo hacía sentir.

—Sasu… no, ¿no quieres sentirme por dentro? —Sasuke se tomó del
brazo a Naruto y lo atrajo hacia él besándolo profundamente mientras
lo recostaba bajo él.

—Lo…lo estoy deseando dobe —Naru abrió un poco más las piernas
ofreciéndose a Sasuke, el pelinegro tomó un poco del lubricante que
compró en la farmacia comenzando a dilatar la apretada entrada.

Un dedo, después dos y luego tres, Naruto estaba al borde y Sasuke se


dio cuenta de que estaba listo para recibirlo, beso un par de veces más
sus labios y con su propia mano tomó su sexo dirigiéndola hasta la
entrada que palpitaba deseosa de r ecibirlo. Sasuke se empujó un poco
y Naruto sintió como su entrada se dilataba un poco más; cuando
Sasuke dio un último empujoncito se enterró por completo dentro del
rubio.

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—Ahhh… ahhh… ahhh Sasukehhhh —el rubio se aferró a los fuertes
brazos de su novio, cerrando sus ojos mientras se acostumbraba a la
hombría de su pareja. El mayor esperó pacientemente a que naru le
diera una señal para poder seguir, en realidad Sasuke se estaba
muriendo por poseerlo por completo pues se sentía tan apretado que
realmente no podía mas.

—¡Dios! Naru ahhh… me vuelves loco, me encantas.

Naruto pronto se relajó ahora sin sentirse tan nervioso, sonrió tiernamente
pasando su mano acarició delineando con sus dedos el rostro del
Uchiha; Sasuke besó sus labios empezando a embestirlo primero
suavemente, después se fueron haciendo cada vez más profundas y
fuertes; los glúteos del rubio se golpeaban contra la pelvis del moreno
mientras entraba y salía casi por completo del segundo. Sasuke estaba
enajenado por el rostro del rubio, amaba cada gesto, amaba como
gemía y como jadeaba, pero más amaba como pronunciaba una y
otra vez su nombre.

—Ahhh… ahhh… ahhh Sasuke te amo ahhh…

—Dobe, no te aguantes quiero oírte gemir mi nombre hasta el final —


Sasuke tomó el sexo de Naruto masturbándolo hasta hacer que el rubio
llegara a un tremendo orgasmo.

—Ahhh… sasu ahhh… Diosss te amo ahhh

En ese instante Naruto trató de ahogar el gemido que sin duda fue
gratificante a los oídos del Uchiha. El dobe derramó su semen sobre la
mano y el abdomen de su pareja que lo penetraba fuertemente,
estaba por culminar el orgasmo cuando sintió como naru lo apret ó por
dentro y no pudo aguantar las oleadas del orgasmo que lo invadían por
completo derramándose como nunca dentro del cuerpo vibrante de su
amante.

—¡¡¡Dios!!! Naruto ahhh… ahhh te amo, te amo ahhh… ahhh

Sasuke se dejó caer sobre el cuerpo aún vibrante de Naruto que aun
estaba por normalizar su respiración. Estaban exhaustos y Sasuke sonrió
contra el cuello de Naruto quien lo abrazó manteniéndolo tan cerca
como podía.

—Realmente estoy muy enamorado de ti Sasuke, te amo

—Yo también dobe, no por nada hice todo esto, solo por ti, te amo y
ahora eres mío.

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—Soy tuyo teme —sonrió.

Sasuke se separó un poco del rubio besando suavemente sus labios,


para después ponerse de pie buscando sus pantalones, Naruto lo miró
extrañado observando como se paseaba por la habitación sin ninguna
pena. Naru sintió pena ajena, pero era realmente bello observar el
cuerpo desnudo que solo le pertenecía a él y a nadie más; por fin sasu
encontró sus pantalones y sacó la cajita volviendo de inmediato a la
cama, acostándose a lado de su novio y atrayéndolo hasta su pecho
mientras lo cubría con la sábana roja satinada.

—Mira dobe —le enseñó la cajita y el mismo la abrió—. Esto es el símbolo


de que ahora eres mi prometido y que eres mío, pronto nos casaremos
porque ya no puedo vivir sin ti.

—Teme, es, es hermoso —Sasuke sacó el sencillo anillo de su cajita y lo


colocó en el dedo anular del rubio, Naruto al sentirlo en su dedo lo miró,
pero de inmediato regresó su azulada mirada a los negros de su
pareja—. Te amo Sasuke —el Uchiha sonrió saliendo de la cama una vez
mas e hincándose en la alfombra sosteniendo la mano de dobe.

—Naruto Uzumaki ¿quieres casarte conmigo? —lo miró fijamente y


Naruto de inmediato sintió su corazón acelerarse, un par de lágrimas se
escaparon de sus ojos ante la propuesta.

—Si, si quiero ser tu esposo, es lo que mas deseo ser el esposo y


compañero de Sasuke Uchiha —Sasuke sonrió limpiando con sus labios
cuidadosamente esas lágrimas traviesas que se paseaban por las
mejillas del rubio y éste se abrazó con fuerza contra él.

—Serás mi esposo para siempre —Sasuke se separó un poco del rubio y


tomó su mano.

—Y yo te prometo que te querré siempre —Naruto entrelazó sus dedos


con el Uchiha susurrándole—. Eres simplemente la mitad que me
faltaba.

Los dos chicos se vuelven a abrazar sintiéndose felices y enamorados.


Sabían que a partir de ese día serían uno solo y jamás se volverían a
separar.

Esa misma noche Gaara estaba tomando un baño de tina, relajándose


y pensando que realmente hubiera sido una equivocación casarse con

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el Uzumaki, no lo amaba desde hacía tiempo, pero tampoco confiaba
en nadie más que solo estuviera con él por su dinero, de pronto unos
toquidos sacaron de sus pensamientos al pelirrojo.

—Gaara ¿estas bien?

—Si Sai, ya salgo, solo dame unos minutos —Gaara salió de la tina y
tomó la bata de baño secando su cabello.

Sai estaba acostado en el sillón, mientras dibujaba algo en su libreta y


Gaara lo miró emitiendo algo parecido a una sonrisa, el pelinegro lo
miró frunciendo el ceño.

—¿Te parezco gracioso Gaara? O ¿de verdad tan patético me veo?

—¡Dios, Sai! No es lo uno ni lo otro, solo me pareciste muy mono ahí


mientras dibujabas, creo que ya no puedo ni siquiera sonreír, pero
bueno descansa yo me voy a dormir.

—Si gracias por dejarme dormir en el sillón.

Gaara se dio media vuelta encerrándose en su habitación, sin siquiera


verlo. Sai se sintió terrible ¿Cómo era posible que siguiera ahí con él? La
manera en la que lo trataba ni siquiera era con respeto, pero que más
podía hacer a pesar de todo lo amaba.

El moreno se levantó y fue hacia la terraza observando las luces de la


ciudad, que se levantaban majestuosas.

Gaara se levantó de la cama, no quería tratar de ese modo a Sai, a


pesar de que él era el único además de Sasori que le seguían hablando,
buscó a Sai por la suite dándose cuenta de que la ventana de la terraza
estaba abierta, salió y se encontró con el pelinegro dentro del jacussi
que parecía como si estuviera llorando. Gaara se acercó a la orilla
detrás del pelinegro tocando con suavidad su hombro, Sai se giró de
pronto sorprendido y de inmediato se limpió los vestigios de lágrimas.

—Perdón ¿tenía que pedirte permiso para usar el jacussi? — se puso de


pie y salió del agua, enredándose la toalla alrededor de la cintura,
Gaara observó que estaba completamente desnudo y se sonrojó a
pesar de que esto era casi imposible, sin embargo siempre le había
gustado el cuerpo del pelinegro.

—Sai, deberías ponerte algo, te vas a resfriar y el ambiente esta un poco


fresco.

—¿Estas preocupado? ¿Por mi? —Sonrió de medio lado—. No te creo.

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—Ya te dije que… bueno perdóname no quería portarme de esa
manera contigo a pesar de que me ayudaste a pesar de que me
merecía quedarme encerrado.

—Te mereces muchas cosas Gaara, por como me has tratado, por
negarme, por burlarte de mí. Sin embargo sigo aquí, aguantando tus
berrinches y tus estupideces.

—¿Por qué Sai? Solo dime ¿Por qué?

—¿Por qué? Porque a pesar de todo te sigo amando y no te lo mereces


—las palabras de Sai resonaron en todo la humanidad del pelirrojo, no
podía creer que a pesar de todo lo siguiera amando.

Sai estuvo antes que cualquier otro a lado de Gaara, aún antes de que
conociera a Naruto, con Sasori casi nunca llevó buena relación pues
sabía que él no lo aceptaba como pareja de Gaara y muchas de sus
discusiones se debían a la intervención de ese entrometido.

Gaara siguió mirando a Sai que parecía estar cada vez más cabreado y
el primero se acercó a él.

—Vamos a sentarnos Sai —Gaara pasó a su lado sentándose en la sala


de descanso que también estaba al aire libre. Estaba decorada con
una hermosa chimenea, esto le daba un toque de romanticismo total,
Sai lo siguió con la mirada, no quería dar su brazo a torcer, sin embargo
el pelirrojo esperaba a que el pelinegro se acercara en tanto se servía
una copa—. Anda Sai, prometo que no seré yo, solo quiero que
hablemos —Sai suspiró profundo dándose por vencido y fue hasta
donde estaba esperándolo, se sentó sobre la mullida alfombra cerca de
la chimenea—. Ten sé que ese vino te gusta —llegó a su lado y le
entregó la copa mientras se sentaba a su lado.

—Gracias —le dio un sorbo al vino tinto que tanto le gustaba—. ¿De que
quieres que hablemos realmente? Porque si es por lo que acabas de
oírme decir, pierdes tu tiempo, sé lo que tengo que hacer Gaara, pero
no es tan fácil.

—¡Dios, Sai! Estas preguntándote y contestándote tu solo —no podía


aguantarse la risa que le provocaba—. Y no te enojes más —lo tomó del
brazo impidiéndole que se fuera pues era precisamente lo que el
pelinegro estaba por hacer pero Gaara ya lo había detenido—. No sé,
no sé realmente como puedes seguir amándome Sai ¿hace cuanto que
no estamos juntos? Son años y nuestros caminos cambiaron.

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—Y ¿Tú crees que no lo sé? He tratado todos estos años de borrarte de
mi vida, pero no logro conseguirlo —su vista se perdió en el rojo vivo de
la madera ardiendo—. Sé que soy un estúpido Gaara.

—No lo eres, nunca lo has sido.

—Pero eres tú el que me hace parecerlo, es que no entiendes Gaara


para ti nunca fui suficiente, el que te haya amado o el que te siga
amando no valió nada. ¿Alguna vez me amaste Gaara? ¿Sentiste algo
remotamente por mí?

—No sé porque ahora lo quieres saber, tu sabes perfectamente que yo


no soy del tipo que externa sus sentimientos, no lo hice con Naruto y
ahora no lo haré contigo Sai.

—Esto es lo que más odio de mi, porque por más de tres años pagué tu
amargo amor con mi propia vida, abandoné mis sueños, siento como si
hasta hubiera vendido mi propia alma para que sintieras algo por mi —
la voz de Sai era extremadamente calmada, ya no quería alterarse,
quería que entendiera de lo que fue capaz de hacer por una tonta
ilusión.

Gaara lo escuchó hablar mientras el otro no quit ó su vista del fuego que
en ese instante ardía como ardía su corazón, el primero no se podía
negar cuan atractivo seguía siendo ese hombre, con los años se había
vuelto aún más varonil, de hecho fue el único que lo había podido
doblegar.

—Sai y ¿Quién dijo que yo nunca sentí nada por ti?

—Tú —fue su seca respuesta—. Cada vez que me mirabas a los ojos no
buscabas más que tu reflejo, cada beso, cada vez que me tocabas o
que yo te tocaba ¿quieres saber lo que realmente me hacías sentir? —
el pelirrojo solo dejó que siguiera hablando y Sai continuó—. Nada, me
hacías sentir como si nada te importara solo tu sentir y sabes a mi eso
jamás me importó hasta que me di cuenta de que tu único amor era el
tuyo propio.

Sai realmente estaba dolido, tenía que decírselo y gritárselo en la cara


ya no quería sentirse de esa manera.

—¡¡¡Dios Sai!!! ¿Qué quieres que haga? —Se levantó y estrelló la copa
de vino contra la pared—. Solo dímelo ¡maldita sea! —Gaara lo miró
casi deseando golpearlo, pero eso si nunca lo haría.

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—No quiero que hagas nada, solo… mejor me voy Gaara, yo no puedo
seguir aquí y no quiero parecer más patético de lo que ya te he
parecido —Sai se puso de pie y se giró para ir por sus cosas cuando
Gaara lo tomó fuertemente del brazo estrechándolo fuertemente.

—No te vayas… por favor, no me dejes tú también.

Sai no quería caer así tan fácil, pero en ese momento el rostro de Gaara
se veía tan indefenso que solamente lo abrazó.

—A pesar de todo Gaa-chan, no puedo abandonarte —susurró en su


oído mientras el pelinegro buscaba sus labios, encontrándolos
entreabiertos en su camino y de inmediato se apoderó de ellos,
mordiendo su labio inferior, haciéndole proferir un gemido casi
ahogado, aprovechando para introducir su lengua y hacer del beso
mas profundo.

El pelirrojo correspondió de igual manera, el beso era salvaje, parecía


más bien una batalla por saber quien debía llevar el control.

—Sai, déjame hacerte el amor, por favor, lo necesito —el pelinegro se


separó un poco de él sonriendo de lado y negando con la cabeza—.
¿Qué? ¿Qué dije? —ni siquiera él se percat ó de lo que decía.

—Gaara —tomó su rostro entre sus dos manos mirándolo fijamente—.


Siempre tu primero, pero ahora quiero que me dejes hacerlo a mi, soy
yo el que quiere hacerte el amor —el primero dudó un poco, sin
embargo recordaba las veces que Sai lo hacía llegar al límite dejándolo
deseando más de él—. Te amo Gaara…

El pelirrojo ya no dijo más, entregándose a las caricias del pelinegro que


simplemente se dejaba hacer, nunca se pudo resistir a sus caricias, ni a
su forma de hablarle, tal vez por eso se aprovechaba del hombre.

Sai lo dirigió frente a la chimenea, quitándole la bata, dejándole ver


que solo traía puest os unos boxers sumamente apretados que
delineaban la erección prominente que había despertado hacía rato.

Gaara se excit aba cuando peleaba con Sai, siempre le resultó difícil de
asimilar pero con el tiempo que pasó con él se acostumbró a que
cuando había una pelea entre ellos, casi siempre Sai era el que
calmaba sus ansias.

Los dos cuerpos blancos como la nieve estaban totalmente desnudos,


erectos, sus caricias no eran suaves ni nada de eso, eran casi salvajes y
bruscas, sus temperamentos no ayudaban mucho en esas ocasiones
pero les encantaba hacerlo de esa manera.

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Sai estaba sobre el pelirrojo que ahogaba sus gemidos, no quería que lo
oyera en ese estado de excitación, en realidad lo deseaba, lo deseaba
desde que lo vio con ese Uchiha en cambio hizo lo que mejor sabia
hacer… ignorarlo.

—Déjame escucharte Gaara —el pelinegro lamió toda la extensión del


cuello del pelirrojo, mientras su otra mano bajó acariciando uno de sus
muslos apretándolos casi marcándolos; siguió con la tarea de besar,
lamer y succionar el cuello, pasando por su pecho hasta llegar a sus
pezones carminados y erectos, jugando con uno de ellos con su lengua
mientras lo mordía sutilmente haciéndolo jadear.

—Mmhh… Sai, sigue, sigue... —el pelirrojo cerró los ojos fuertemente
sintiendo grandes oleadas de calor recorriendo su cuerpo completo.

Sai siguió con su lengua dejando un rastro suav e de saliva por su cuerpo
bajando poco a poco hasta llegar a su entrepierna, oliéndolo,
llenándose de ese excitante aroma que tanto despertaba sus instintos,
pasó su lengua por toda la extensión del sexo erecto del pelirrojo, para
después meterlo por completo en su boca, Gaara estaba perdido en
las sensaciones y el placer que el pelinegro le hacía sentir. Apret ó sus
puños para después empezar a moverse dentro de la boca del Sai,
tratando de no hacerle daño, pero no duró aquella gentileza porque
pronto comenzó a penetrarlo tan profundamente como podía
haciendo que el pelinegro se tragara su sexo hasta llegar a su
garganta, Sai tomó las caderas de pelirrojo haciendo que se detuviera
un poco pues el aire empezó a faltar y no quería terminar así.

El pelinegro estaba hincado frente a Gaara y este descendió


súbitamente metiendo el sexo de su compañero en su boca,
devolviéndole el placer obtenido de él.

—Mmhh Gaara —enredó sus dedos en el cabello del pelirrojo


moviéndolo cada vez mas profundamente, sin embargo Sai lo detuvo y
lo hizo ponerse a cuatro patas inclinándose detrás de él, internándose
entre sus glúteos, lamiendo su entrada estrecha, sabía que Gaara le
gustaba hacerlo, de cualquier manera no era totalmente un seme ni
totalmente un uke, el simplemente disfrutaba del sexo fuera como fuera
y con quien él quisiera.

Sai diló perfectamente la entrada del pelirrojo, dos y tres dedos dentro
del cuerpo de Gaara que estaba gimiendo como hacía mucho no lo
hacía.

—Sa… Sai, hazlooohh, ya no esperemos más, mmhh… ahhh

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El pelinegro lo escuch ó gemir y jadear mientras tomaba su propio sexo
masturbándose un poco en tanto lo llev ó hasta la entrada del pelirrojo
que sin más lo deseaba dentro.

Sai comenzó a introducirse dentro de Gaara y éste comenzó a gemir sin


ningún disimule…

—Ahhh… ahhh… ahhh Sai... —el pelirrojo cerró los ojos sintiendo como el
sexo duro y erecto del pelinegro se introdujo por completo dentro de él.

—Ahhh… mmhh… ahhh Gaara

Sai no esperó nada, comenzó a moverse de una manera un poco


rápida, era ciert o que estaba casi por alcanzar el orgasmo, sin embargo
tenía que resistir un poco más.

Las embestidas pronto subieron de velocidad y los gemidos de ambos


hacían eco en la terraza, el fuego de la chimenea pareció encenderse
más, iluminando los cuerpos desnudos y perlados de los dos hombres
que estaban por concluir su entrega.

—Córrete Gaara, te estoy esperando.

—Nooohhh, aún no ahhh… ahhh

El trasero de Gaara restrellaba en la pelvis de Sai por las embestidas


salvajes que el pelinegro le propinaba, pero esa era la forma en la que
le gustaba a Gaara.

De pronto Sai sintió el orgasmo cerca, sin más salió del cuerpo de Gaara
volteándolo súbitamente para después volverlo a penetrar con fuerza,
Gaara tenía el rostro arrebolado y su rostro estaba rojo, esto excitó por
demás a Sai que siguió penetrándolo mientras tomaba el sexo de
Gaara que clamaba por atención masturbándolo al compás de sus
embestidas.

—No, no puedoooohhh mas Sai ahhh… ahhh… me, me voy a correr

—Hazlo ahora Gaara juntos ohhh… ahhh… ahhh… ahhh Gaara ahhh…

—Saaaiii —fue lo ultimo que salió de la boca del pelirrojo pues sintió
como el líquido blanquecino salía con fuerza desbordándose por la
mano de Sai que aún seguía masturbándolo, en tanto Sai le propinó un
par de embestidas profundas derramándose dentro del cuerpo de
Gaara manteniéndose lo más profundamente posible dentro del
pelirrojo.

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—¡¡¡Dios!!! Gaara… te amo ahhh… ahhh

El pelinegro sintió como se vaciaba dentro del cuerpo candente,


intentando controlar su respiración que se entrecortaba, mientras seguía
con el sexo del pelirrojo en su mano haciéndole sacar hasta la última
gota de semen.

Pronto su sexo resbaló fuera del cuerpo de Gaara y Sai se desplomó


sobre el cuerpo húmedo del pelirrojo, respirando aún agitadamente
manteniendo su rostro escondido en el cuello del primero.

Las respiraciones pronto se iban normalizando y Gaara abrazó a Sai,


rodando hasta ponerse de frente a él, mirándolo, él era el único a decir
verdad que lo hacía estremecer de esa manera, Sai continuaba boca
abajo pero su cabeza girada directo al pelirrojo, mirando sus ojos, su
expresión cansada y satisfecha, Sai estiró un poco su brazo atrayendo a
Gaara hacia él.

—Sai…

—No Gaara, no lo digas lo sé —sonrió con un dejo de tristeza, sabía lo


que significaba esa mirada, sin embargo Gaara se acercó al pelinegro
pegando su frente a la de él.

— Lo siento

— Comprendo

Sai abrazó a Gaara lo más fuerte que pudo, no quería separarse de su


cuerpo aún vibrante y susceptible, para su sorpresa el pelirrojo
correspondió la muestra de amor; el pelinegro besó su frente y Gaara
levantó la vista mirándolo fijamente levant ó una mano acariciando su
mejilla, atrayéndolo hacia él, besándolo como nunca lo había hecho,
con cariño y ternura.

Gaara tomó algunas cobijas que estaban en una de las cómodas de la


terraza cubriendo sus cuerpos, él tampoco quería levantarse de ahí y
quería permanecer un poco más abrazado a Sai.

Poco a poco los dos comenzaron a cerrar los ojos, estaban cansados y
por esa noche no se volvió a oír una palabra por parte de los dos.

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A la mañana siguiente Sai despertó sobre la cama, no supo como llegó
hasta ahí, pero no sintió al pelirrojo ahí a su lado, se incorporó de la
cama buscándolo con la mirada, se encontró con una carta sobre la
almohada, sai la miró como dudando en abrirla, sin embargo la tomó y
abrió la carta…

“Sai, sé que est a no es la manera correct a de hacer las cosas, sin


embargo no puedo permanecer a t u lado ¿lo comprendiste anoche,
verdad? Sigue t u camino, sé que podrás encont rar a un hombre que
realmente t e merezca, por mi part e te deseo buena suert e y gracias por
todo lo que hiciste por mí… sobre la mesita te dejo dinero para que
regreses… Gaara”

Sai arrugó aquel pedazo de papel, cerrando los ojos fuertemente


encontrándose con la mesita de noche con el dinero encima, fue hasta
ahí, tomó el dinero, subió su mirada encontrándose con su reflejo…

—Jamás comprendiste y nunca entendiste que con esto solo me hacías


sentir como una puta más —suspiró profundo—. ¡¡¡Eres un imbécil
Gaara!!!

Sai terminó de vest irse, tomó sus cosas, guardando el dinero de Gaara,
salió de su habitación para dirigirse directamente al aeropuerto, no
quería estar un minuto mas ahí, se puso unos lentes oscuros y siguió su
camino.

En tanto Gaara solamente lo observ ó de lejos entre la multitud del


aeropuerto…

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Capítulo 14
La Boda
La noche caía mientras Naruto y Sasuke estaban recostados sobre
una cómoda manta en medio del bosque, mirando como
resplandecían las primeras estrellas, estaban a menos de veinticuatro
horas de su boda y no podían estar más felices, nerviosos por la
ceremonia pero felices por estar por siempre juntos.

—Dobe, deberíamos de volver, se hace tarde y no quiero que tu madre


me vuelva a gritar “pervertido” —Naruto rio mientras su cabeza siguió
recostada sobre el pecho de su novio.

—Vamos teme, ya sabes que solo lo dice por molestarte, no lo dice en


serio —giró su cabeza para posar sus orbes azules sobre los negros del
Uchiha—. Aunque ¿te digo una cosa? Creo que cuando se juntan
Tsunade y mi madre es cuando se meten más contigo.

—Lo sé dobe, esa Tsunade seguro que ha estado hablando demasiadas


cosas con tu madre, aún no se porque ahora son tan amigas —a pesar
de todo el pecho de Sasuke se sacudía aguantándose el reírse.

—Puedes reírte Sasu, no me importa de hecho me encanta cuando ríes


—se levantó un poco acercando sus labios al pelinegro besándolo
suavemente, en tanto Sasuke correspondió la muestra de amor.

—Me encanta cuando haces eso —le dijo al acabar con el beso
acarició con sus pulgares el contorno de los labios del rubio—. Anda
levántate, que de veras no quiero que me grite pervertido.

—Esta bien, pero no quiero teme —le dijo poniéndose de pie y


tendiéndole una mano para que su pareja se levantara—. Sasuke no te
enojes ya te dije porque lo hace, además tu le haces caso, ya no le
prestes atención.

—Ya lo sé Naruto, pero “pervertido” no es una buena palabra para


llamar a alguien y ya se que no quieres, pero piensa que mañana a esta
hora serás mío y de nadie más y podremos venir aquí cuantas veces
quieras —levantó la manta doblándola meticulosamente en tanto
entremezclaba las conversaciones—. Además no me enfado Naruto,
contigo nunca —lo abrazó fuertemente mientras Naruto recargaba su
cabeza en el pecho del pelinegro como sin ahí fuera su único lugar
seguro.

—Sasuke —lo miró fijamente tomando su mano y caminando hacia la


casa del rubio.

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Kushina se sent ó en la banquita que tenía Iruka en la entrada mientras
esperaba a que llegara Naruto, quería que se probara el traje de
bodas, en eso Iruka se acercó a ella, ofreciéndole una taza de té.

—Tía ¿Qué haces aquí? —Iruka se sentó a su lado y la miró sonriéndole.

—Nada cariño, espero a Naruto, quiero que se pruebe el traje de


bodas, dime una cosa Iruka ¿Tu crees que Naruto podrá ser feliz con ese
Uchiha? —lo dijo en serio Kushina que en realidad no estaba muy segura
de todo eso.

—Solo te voy a decir una cosa tía, jamás en la vida vi a Naruto tan feliz
como ahora, lo debes de haber notado, todo el resplandece, el tan
solo nombrar a Sasuke, Naruto despide luz.

—Tienes razón. Naruto nunca fue tan feliz con Gaara, aunque veo con
tristeza que tampoco Gaara hizo mucho por recuperar a Naruto.

—Y ¿Qué querías que hiciera? Gaara jamás lo iba a hacer, el es uno de


esos hombres que no mueven un dedo por otra persona.

—Ahora lo veo cariño. Pero mejor cuéntame ¿Cómo es que tú y Kakashi


terminaron juntos? —Iruka enrojeció un poco y le dio un sorbo a su té.

—La verdad tía, él es el hombre del que te platiqué hacía ya algunos


años.

—¿Es él? Oh, nunca me lo hubiera imaginado, pues te felicito, me


alegro mucho de que estés feliz ahora cariño, te lo mereces
enormemente —lo abrazó fuertemente e Iruka sintió ese enorme cariño
por parte de su tía que en realidad había sido mas que eso.

—Gracias por todo tía, tu sabes que eres más que un simple familiar eres
como mi madre —los ojos de Iruka se cristalizaron y Kushina tomó su
rostro entre sus manos besando su frente.

—No me hagas llorar cariño, si no mañana nos veremos horribles —Iruka


sonrió mientras besaba a la mujer en la mejilla y la Uzumaki frotaba su
espalda, en eso Kakashi llegó y vio la escena, sonriendo de inmediato y
parándose frente a ellos.

Página 119
—Hola Kushina, veo que quiere quitarme a mi iru-chan —sonrió de
medio lado, en tanto Iruka volvió su mirada al escuchar al peliplata.

—¡Calla, inconciente! —rió Kushina mientras Iruka se ponía de pie e iba


a darle la bienvenida a su novio.

—Hola sensei, como siempre tan puntual —sonrió el Umino ya


acostumbrado a la impuntualidad de Kakashi.

—¿En serio? —Se frotó un poco su barbilla—. Es que me entretuve


checando algunos pendientes —sonrió rodeando con sus brazos la
cintura de Iruka.

—Mentiroso —sonrió el moreno al momento que le dijo, tocó con un


dedo su nariz y Kakashi sonrió de lado besándolo profundamente.

Kushina no quería interrumpir así que volvió hacia adentro de la casa,


pero en eso Sasuke y Naruto llegaron muy abrazados.

—Buenas noches —Naruto pasó sonriendo y halando de la mano a


Sasuke quien los miró de reojo y pasando solamente por su lado
haciendo después que los dos interrumpieran el beso.

Kakashi e Iruka rieron y después se dirigieron hacia adentro pues tal


parecía cenarían todos en familia.

Más lejos de ahí, en el parque, Sai estaba sentado a la orilla del lago
observando como la luna se reflejaba majestuosamente sobre sus
aguas tranquilas.

Sacó su libreta y comenzó a dibujar el reflejo de la luna, en tanto Gaara


sigilosamente se colocó detrás de él, observando como detallaba cada
trazo.

—¿Qué quieres Gaara? —Le dijo trazando algunas líneas—. Vete no


quiero que te vuelvas a acercar a mi ¿entiendes? —apretó con fuerza
su lápiz haciendo que se rompiera por la mitad.

—Lo siento Sai, no quería hacerlo de esa manera, pero tampoco quería
que siguieras pensando que había una posibilidad, yo…

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—¿Qué crees Gaara? Eso ya lo sabía de sobremanera —dejó a un lado
su libreta y le hizo frente—. Ahora te pido que no me vuelvas a dirigir la
palabra, no te quiero cerca de mí.

—Sai, estoy arrepentido por la forma en que te traté.

—Mira Gaara, ya es tarde para cargos de conciencia y sabes que, no


busques mi perdón, vete de mi, déjame, lo que me trajo tu maldad no
tiene nombre —Sai levantó la voz pues de verdad el pelirrojo la
enervaba pero su enojo más que nada era por él mismo.

—Sai, por favor solo déjame… —se quiso acercar al pelinegro y Sai se
hizo hacia atrás dándole la espalda, Gaara sintió un pinchazo directo
en su corazón y en su orgullo, sin embargo comprendió lo que le había
causado a Sai.

—Déjame Gaara, se acabó, no rogaré más.

—Sai, por favor hablemos yo… yo no quiero acabarlo.

—Lo siento Gaara, ahora comienzo a ser feliz y no quiero que tu lo


arruines ¿sabes? La mayor ironía fue que tu mismo me dijiste que
encontraría a un hombre que realmente me amara y lo he encontrado.
Adiós Gaara y sé feliz como mejor puedas.

Sai optó por retirarse, sintiendo que había sido realmente un cabrón con
Gaara pero no se merecía otra cosa, sin embargo el mismo se repetía
en su mente “ha llegado sin más el contragolpe”

El pelinegro no era vengativo ni nada de eso, pero Gaara de verdad lo


había tratado peor que a una basura y realmente ya no soportó que
quisiera volverse a burlar en su cara.

Sin embargo Gaara realmente había deseado volver a empezar con


Sai, nunca esperó esa reacción de su ex amante.

Lo tenía merecido, pero ahora lo que resonaba en su mente es que


había encontrado a otra persona a quien amar, ahora se daba cuenta
de que en verdad era demasiado tarde.

Daban las nueve de la noche y Sasuke y Kakashi se retiraban de la casa


de sus parejas y de camino se encontraron con Sai.

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—¿Por qué tan solo copia barata? —se acercaron a él y Sai solo sonrió
de medio lado dejando que Kakashi y él se rieran—. ¿Qué pasa? ¿Hoy
no me contestas?

—¿Qué pasa Sai?

—Lo que pasa es que soy un total y completo idiota.

—A ver, ven vamos a mi casa y nos cuentas que pasó, tu no eres así Sai
y ahora nos vas a decir quien te hizo sentir así —casi lo arrastraron con
ellos y Sai como no tenia ganas de ponerse a pelear pues mejor dejó
que lo llevaran

Naruto se probaba su traje de bodas e Iruka y su mamá simplemente se


deshacían en hacerlo sentir más feliz de lo que estaba.

—¡Wow! Naru-chan estas realmente hermoso, seguro que Sasuke


mañana se nos desmaya al verte.

—Nooo, Iruka ¿Cómo dices eso? Lo quiero completo y en sus cinco


sentidos —rieron como nunca—. Realmente soy muy feliz mamá —tomó
entre sus manos las manos de Iruka—. Nii-chan por favor tu también se
muy feliz, Kakashi tiene mucha suerte de que lo ames como lo amas,
ahora no lo dejes ir.

—Naru-chan —lo abrazó fuertemente y le susurró—. Gracias.

—Bien, basta de llorar, no queremos vernos mal mañana e Iruka porque


no te pruebas tu tuxedo quiero vértelo puesto —les dijo Kushina mientras
los dos se limpiaban los rastros de lágrimas traicioneras sonriendo e Iruka
iba a ponerse su traje.

En tanto en casa de los Uchiha, Kakashi , Sasuke, Itachi y Deidara


escuchaban con atención lo que les contaba Sai, ninguno se
imaginaba como lo había pasado el pelinegro, Sasuke estaba más que
furioso, eso tenía un límite y Gaara lo había sobrepasado.

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—Bueno eso es todo, lo siento mucho Sasuke, siento no habértelo
contado antes, solo que no quería que sucediera nada más.

—Es que no me lo puedo creer Sai ¿Por qué dejaste que te tratara de
esa manera? Es que no tienes dignidad. ¡Demonios Sai! No puedes
dejarlo así.

—Si, si puedo y ya lo he hecho —Sai estaba recargado en la pared


mirando hacia ningún lado—. Estoy cansado Uchiha, no voy a volver a
mover un dedo por él.

—Dinos una cosa Sai ¿aun amas a Gaara verdad? —preguntó Deidara
que lo miraba un tanto preocupado, se identificaba con eso, porque
con Itachi le pasó algo parecido, sin embargo para fortuna de los dos
estaban juntos, casados y habían formado su propia familia.

—Lo amo, no puedo negarlo.

—Demonios Sai… es que no me lo puedo creer —dijo Itachi casi, casi


tomándolo por la camisa, pero Deidara le sujetó el brazo antes de que
se acercara más a Sai—. ¿Qué haces Deidara?

—¿Qué hago? Intentando que no lastimes a Sai. Itachi Uchiha ¿no


recuerdas lo que pasamos antes de casarnos? —Deidara lo miró furioso
e Itachi comprendió.

—Lo siento Sai, no quise ponerme así —después volteó con su esposo
para después abrazarlo con fuerza—. Perdóname Dei-chan, tal vez tu
puedas ayudar un poco a Sai.

—Lo sé —se separó de su marido y miró a Sasuke y a Kakashi—. ¿Me


permiten hablar con Sai un poco? De hecho mejor vayan a descansar,
sobre todo tu Sasuke mañana es un día muy importante y no quiero que
te veas fatal para Naru-chan.

—Cierto, mejor me voy a dormir y Kakashi ¿dormirás aquí verdad?

—Ya te lo había dicho, no quiero que me culpes si me retraso.

—Ya, pues. Bueno, me voy a dormir, hasta mañana Nii-san, Dei-chan y


Sai, no te perdonaré si faltas a mi boda.

—No lo haré Uchiha bastardo, ahí estaré puntual y no te preocupes por


Kakashi, yo lo vigilaré de que no se le cruce nada por el camino ni por la
mente —se rio más relajado ahora.

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En casa del Umino, cierto rubio no podía conciliar el sueño y se revolvía
en su cama hasta que decidió ir a la cama con Iruka, tomó su
almohada dirigiendo sus pasos hasta el cuarto del moreno.

—Iruka-ni... —fue interrumpido por Iruka, que lo conocía bastante bien.

—Pasa Naru, sabía que vendrías ¿estás nervioso? —el moreno no dejó
que ni siquiera terminara de hablarle pues ya lo esperaba.

—Si y me preguntaba si ¿podría quedarme en tu cama esta noche?

—Claro, lo sabes, siempre que me necesites aquí estaré —Iruka se


recorrió hasta la otra orilla y le dejó espacio a Naruto para que se
acostara.

—Gracias Iruka, realmente eres como mi hermano —se acost ó


acurrucándose en el cuerpo del moreno, naruto por fin se durmió con
una sonrisa en sus labios y sintiéndose protegido bajo el amparo de los
brazos de Iruka.

Deidara siguió platicando con Sai e Itachi escuchaba todo detrás de la


puerta, recordando como estuvo a punto de perder al rubio y todo por
su estúpido orgullo.

—Sai, se que de seguro te sientes ahora muy enojado, es cierto que


Gaara te hizo mucho daño y lo que quieres es ya no sentirte así
¿verdad?

—Es cierto, te juro que cuando fui a las vegas y pasé esa noche con él
yo de verdad sabía que solo eso podría obtener de él, sexo, ya no
podía aspirar a nada más, él siempre me lo dijo pero yo de estúpido me
ilusioné y de eso no se trataba, que idiota fui. ¿Sabes? Hoy cuando
estaba en el lago, le dije que ya había encontrado a una persona que
me hacia feliz. Sé que fue estúpido y todo eso pero no podía permitirle
que siguiera burlándose de mí —el pelinegro solo suspiró profundamente
apoyando su cabeza sobre sus brazos cruzados que yacían recargados
sobre la mesa.

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—Te entiendo, no creas que no, pero Sai, si tu ya lo decidiste entonces
ya no dejes que te haga más daño, mira mañana te sentirás un poco
mejor, además Sasuke-kun no te perdonará si llevas esa cara a su boda.

—Lo sé, no creas — sonrió de medio lado—. Pero si conocí a alguien, se


llama Idate Morino, es el hermano de Ibiki sensei, lo invite a la
ceremonia.

—Me alegro, ya verás que todo irá bien, bueno creo que es mejor que
vayamos a descansar y te aseguro que Itachi, esta esperándome
despierto —el rubio se levant ó mientras despeina el cabello de Sai—.
Todo irá bien, te prometo que desde mañana todo mejorará.

—Gracias Dei-chan, jamás pensé que me entenderías de esta manera y


si lo sé que mañana todo se verá mejor —le dedicó una sonrisa mientras
se levantaba de la silla y se iba hacia la habitación de sasuke donde
Kakashi leía plácidamente el último tomo de ero-senin.

—¿Todo bien? —lo miró Sasuke de soslayo mientras acomodaba su


almohada.

—Todo bien Uchiha bastardo, mejor duerme o Naru-chan pensará que


te fuiste de juerga sin su permiso —rio mientras se despojaba de sus
ropas quedando en bóxer y una camiseta sin mangas—. Yo dormiré en
el sillón.

—Tira de él se hará cama —le dijo Sasuke mientras Kakashi se levant ó y


ayudaba a sai

—Dormiré con sai, sasuke, tu descansa.

El uchiha asintió volteándose de medio lado sin decir palabra alguna,


cerrando los ojos y por fin quedándose dormido, así como todos los
demás. En tanto Deidara e Itachi, daban rienda suelta a su pasión, ellos
dos realmente se amaban, aunque a veces era difícil entenderlos.

La mañana había comenzado y daban las diez de la mañana y naruto


era un mar de nervios, Iruka y Kushina estaban al pendiente de todo lo
que se refería al rubio.

Naruto había tomado un relajante baño de burbujas y sales, quería


sentirse despejado y descansado, sin embargo Kushina lo apuraba pues
la ceremonia sería al medio día y naruto se tardaba horrores en el baño.

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—¡Naruto! Date prisa hijo, Iruka ya casi está listo y tú ni siquiera has
empezado.

—Ya voy mamá, ya estoy saliendo de aquí —en efecto el rubio salió ya
con el cabello totalmente seco y peinado, ahora solo le bastaba ir a su
recamara y colocarse aquel traje blanco.

Iruka ya lo esperaba para ayudarlo con tuxedo en mano y demás


accesorios…

—vamos naruto, apúrat e que ya van a dar las once y a las once y
media tenemos que estar ahí.

—ya lo sé Iruka, no me pongas más nervioso.

Naruto se comenzó a vestir e Iruka lo dejó un momento a solas. Naruto


se miró al espejo, su sonrisa no había cambiado y estaba
completamente feliz, por fin su madre entraba mirándolo con
verdadero amor, se acercó a él, colocándole el lindo y sutil velo que
caía sobre su rostro, Kushina lo miró con emoción sus manos apretaban
los hombros del rubio.

—Se muy feliz mi pequeño Naru.

—Lo seré mamá, sasuke es el hombre que amo y sé que me ama de la


misma manera en la que yo lo amo.

—Lo sé cariño, solo cuídense el uno al otro y ámense por sobre todas las
cosas.

—Así lo haremos mamá —Naruto abrazó a su mamá fuertemente


sintiendo como una lágrima resbala por su mejilla, Kushina siente esa
humedad y de inmediato toma un pañuelo limpiando su rostro
delicadamente.

—Estás precioso cariño, y ya vámonos anda que si no me voy a poner


muy sentimental y lo odio lo sabes —sonrió mientras Naruto solo lo negó
con la cabeza pero de inmediato tomó la mano de su madre y por fin
llegaron al recibidor para esperar a Kakashi que era quien lo llevaría
hacia la ceremonia.

Minutos más tarde Kakashi llegaba para recogerlos mientras no se


cansaba de piropear a su novio e Iruka cada dos por tres se ruborizaba
por todo lo que el peliplata le decía.

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En tanto en casa de los Uchiha, un pelinegro no dejaba de volver locos
a todos a su alrededor.

—por favor, Itachi, ayúdame en esto no puedo hacer el nudo del moño,
se nos hará tarde —gritaba por toda la casa Sasuke, en tanto Itachi y
Deidara terminaban de arreglar a sus pequeños retoños.

—¡Tranquilo, hermano! Ya voy solo espera unos segundos —grit ó Itachi


de un cuarto a otro, que parecía más bien divertido, aunque no dejaba
de pensar en la última vez que Sasuke estaba así.

—Eso no se repetirá Itachi, Naruto es un chico que ama realmente a tu


hermano y jamás le haría daño —Deidara leía a su esposo como un libro
abierto y por eso él siempre estaba ahí para ayudarlo a poner sus ideas
en orden.

—Lo sé Dei-chan, pero eso no logra quitarme la imagen de lo ocurrido


—Deidara se acercó a su marido abrazándolo mientras sus delgados
dedos se entremezclan con el oscuro cabello de su pareja—. ¿Sabías
que te amo más que a nadie en el mundo?

—Lo sé y ¿tú lo sabes? —sonrió Deidara, mientras en la puerta Sasuke


esperaba que terminaran por fin de profesarse su amor.

—Espero que alguno de los dos este dispuesto a brindarme algún tipo
de ayuda con esto —Sasuke mostraba el moño en el dedo.

—Ya voy nii-chan —Itachi y Deidara sonrieron para después, Itachi se


acercara a Sasuke y ayudarlo.

Sasuke estaba ya listo esperando una vez mas en la puerta de su casa


para poder irse de una vez por todas al lugar donde se llevaría a cabo
la ceremonia y no dejaba de temer de que se volviera a repetir la otra
experiencia.

Sin embargo él sabía perfectamente bien que Naruto era el indicado,


pronto los Uchiha llegaron al lugar de la ceremonia y el celebrante le
indica a Sasuke y a sus padrinos que tomaran su lugar.

Por fin estaba ahí parado al pie del altar esperando a su querido rubio,
mas nervioso que nunca y a su lado estaba Kakashi que ya había
llegado con el prometido de su amigo.

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Pronto los invitados llegaron ocupando su sitio y por fin era la hora de
esperar a que Naruto llegara al pie del altar para unirse al Uchiha.

No tardó mucho en cuanto la música empezó a sonar y Naruto


aparecía del brazo de su madre para recorrer el pasillo que lo llevaría
directo a lado de su prometido.

Naruto estaba realmente hermoso y radiante. El Uchiha no podía creer


que por fin los dos estuvieran a un paso de unir sus vidas.

Poco a poco Naruto recorrió el pasillo sin dejar de pensar en lo


afortunado y feliz que era de haber podido encontrar a ese hombre.

Por fin llega hasta a lado de Sasuke y Kushina le entrega a su hijo a su


prometido para dar comienzo con la ceremonia…

Quisiera cantarte, una canción que t e enamore de mi


Te diga qué sient o, t e diga quién soy
Y cuánt o t e haré feliz

Naruto y Sasuke est aban frente a frente, mirándose a los ojos tomados
de las manos, los dos est aban nerviosos, porque a continuación el
reverendo pedía que cada uno dijera sus votos.

Primero le pidió a Sasuke que lo hiciera…

Que fueran las caricias, que yo quisiera dart e


Que fueran las palabras, que no me animo a decirt e
Que más o menos sonarían así

—Naruto, jamás en toda la vida pensé que llegaría a conocer al


hombre que tengo delante de mí, llegaste en un momento en el que mi
vida parecía que se esfumaba, sin embargo tu bella sonrisa pero sobre
todo tus hermosos y transparentes ojos hicieron que volviera a ver la luz,
sin saberlo me salvaste de caer en ese abismo donde ya tenía un pie en
la orilla.

No exist e nada que me dé


Ni la mitad de t odo lo que t ú me das
Cuando descubres mi mirada
No cambiaria ni loco t u sonrisa,
Por t odo el mundo
Por nada de nada

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El rubiecito, sintió como su mirada se ponía borrosa, porque de sus ojos
empezaron a manar delicadas lágrimas, jamás pensó que para Sasuke
su llegada hubiera sido así de importante. En tanto Sasuke tragó saliva
pues vio como sonreía su pequeño dobe y con toda delicadeza limpió
sus lágrimas.

Que ya eres t odo, t odo lo que quiero yo


Y t odo lo que pido a Dios
Te esperaría aquí con paciencia
No cambiaría un minut o t u presencia,
Por t odo el mundo
Por nada de nada

—Naruto, dobe, te prometo que siempre velaré por ti, te cuidaré y te


protegeré, pero por sobre todas las cosas te amaré hasta que la muerte
nos separe y mas allá de la muerte te seguiré amando.

Naruto, ya no podía controlar sus lágrimas y sin embargo tomó aire


porque ahora le tocaba decirle a Sasuke sus votos matrimoniales, pero
para él no eran votos sino más bien una confirmación de todos sus
sentimientos y de todo lo que sentía por él.

Quisiera cantarte, una canción que fuera sólo de ti


Que con las palabras, de los demás, no se pueda confundir
Quisiera que t e hiciera, volar alt o en el cielo
Para que desde allí vieras qué pequeño se hace el mundo
Si solo est amos junt os, tú y yo

—Sasuke —pasó saliva tratando de contenerse un poco—. Desde que


te vi por primera vez y hablé contigo nunca me imaginé que pudiera
enamorarme de esta manera en la que te amo, no pasó mucho tiempo
para darme cuenta de que ese trazo de amistad se convirtió en amor —
Sasuke siguió limpiando las lagrimas del rubio y le sonrió—. Amo todo lo
que eres, amo tu pasión por lo que te rodea, pero sobre todo amo
como me amas —Naruto sonrió ahora si ya más repuesto—. Por eso yo
te prometo que siempre estaré a tu lado, cuidándote, protegiéndote y
amándote todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe y
mas allá de la muerte te seguiré amando.

No exist e nada que me dé


Ni la mitad de t odo lo que t ú me das
Cuando descubro mi mirada
No cambiaría ni loco t u sonrisa,
Por t odo el mundo
Por nada de nada

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En aquellos precisos momentos, los dos parados frente a frente tomando
sus manos, Kakashi entregó los anillos a Sasuke y de inmediato comenzó
a repetir lo que el reverendo le pidió que dijeran…

Que ya eres t odo, t odo lo que quiero yo


Y t odo lo que pido a Dios
Te esperaría aquí con paciencia
No cambiaría un minut o t u presencia,
Por t odo el mundo
Por nada de nada

—Con este anillo, yo, Sasuke Uchiha, te tomo a ti Naruto Uzumaki como
mi amado y legítimo esposo, para amarte y respetarte todos los días de
mi vida —Sasuke puso lentamente aquel anillo que había comprado la
vez en las vegas, sonrió como nunca lo había hecho en su vida, al
terminar de colocarlo, Naruto observó maravillado su anillo de
matrimonio y volvió su vista a Sasuke ya que ahora era su turno…

No cambiaría ni loco t u sonrisa,


Por t odo el mundo
Por nada de nada

—Sasuke Uchiha, con este anillo, yo, Naruto Uzumaki te tomo por esposo
y compañero, para amarte y respetarte todos los días de mi vida —
Naruto colocó el anillo en el dedo de su ahora esposo, el Uchiha sonrió y
cuando Naruto termino de colocar el anillo, Sasuke tomó la mano de su
rubio y entrelazó sus dedos.

El reverendo los miró con una gran sonrisa y para confirmar lo anterior
solo les repitió.

—Dicho todo lo anterior, solo me resta confirmar sus votos y preguntarles


ante sus amigos, familiares y parientes…

Que ya eres t odo, t odo lo que quiero yo


Y t odo lo que pido a Dios
Te esperaría aquí con paciencia
No cambiaría un minut o t u presencia,

—Sasuke Uchiha ¿tomas por esposo y compañero de vida a Naruto


Uzumaki para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

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—Si, acepto —Sasuke no le quitaba la mira de encima a Naruto
mientras contesta y asentía a la vez.

—Y tu Naruto Uzumaki ¿Aceptas como esposo y compañero de vida a


Sasuke Uchiha para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

—Si, acepto —Naruto sonrió sintiendo como el Uchiha besaba


tiernamente su mano.

—Entonces, por el poder que se me ha otorgado los declaro


compañeros de vida, pueden besarse —el reverendo sonrió contento,
pues se veía a leguas cuanto se amaban.

Por fin Sasuke subió el delgado velo que cubría el rostro más sonrojado
del rubio, besándolo suavemente, como aquel beso de iglesia con lo
que todo comenzó.

Por t odo el mundo


Por nada de nada

Todos los presentes aplaudieron celebrando la felicidad que desborda


esa pareja, las familias por fin en completa armonía.

Sasuke terminó de besar a su esposo sonriéndole aún en sus labios, en


tanto Naruto abrió poco a poco sus ojos mirando el profundo negro de
los ojos de su marido, el pelinegro lo tomó de la mano y salieron por en
medio del pasillo donde todos a su paso les arrojaban pétalos de rosas
azules junto con pompas de jabón dando a este pequeño recorrido
algo muy lindo y romántico para los nuevos esposos.

Por fin Sasuke Uchiha y Naruto Uzumaki se convirtieron en compañeros


de vida, con sus familiares y amigos como testigos del amor que se
profesan por fin pueden empezar una vida en pareja, la vida que tanto
uno como el otro habían deseado aún antes de haberse conocido.

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Capítulo 15
Epílogo
Habían pasado ya dos años desde lo sucedido con Sasuke y Naruto
que vivían felices, Sasuke había recibido la oportunidad de continuar
con su gran sueño de ser compositor gracias a la gran ayuda recibida
de su amigo Billy.

Naruto se dedicaba por completo a su casa, Sasuke en ese aspecto era


muy receloso, sin embargo el rubiecito se había conseguido un empleo
de medio tiempo en una casa hogar, el cual le había despertado su
lado maternal/paternal, sin embargo había intentado poder darle un
hijo a Sasuke que sabía que era lo que mas deseaba, pero el cielo se los
había negado y esto lo ponía triste, pero a Sasuke no lo podía engañar.

Esa noche mientras cenaban, Naruto estaba inusualmente callado y


Sasuke de inmediato lo notó en cuanto entró por la puerta de su casa,
pero no dijo nada porque esperaba que Naruto le dijera que era lo que
pasaba con el.

—Sasuke ¿te fue bien hoy? —el rubiecito le pregunt ó mientras le servía
su cena.

—Si dobe, todo fue muy bien, al parecer un nuevo proyecto cantará mi
última canción —Naruto de inmediato dejó lo que tenía en sus manos y
fue directamente a él abrazándolo por detrás de la silla mientras Sasuke
pasaba su brazo por el cuello del rubio acercándolo mas a él y besando
sus labios suavemente—. Anda vamos a cenar, se te enfriará tu cena.

—Si teme, espero que te guste lo que te he preparado —sonrió


tímidamente.

—Naruto, tu sabes que todo, absolutamente todo lo que haces para mi


me gusta, aún si me das una galleta me va a gustar porque sé que me
la has dado tu.

—Sasuke —le sonrió como siempre lo hacía.

—Dime Naruto ¿hay algo que te preocupe? Porque ya veo que no me


lo dirás si no te lo pregunto.

—¿A que te refieres? —preguntó nervioso

—Naruto, te conozco demasiado bien para saber cuando algo te


preocupa, estas triste dobe, eso lo puedo ver y no me dices porque.

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Naruto se mordió su labio inferior, tratando de ser fuerte, sin embargo
Sasuke se levantó de su asiento y se sentó a su lado de inmediato
Naruto se echó a sus brazos apretándolo fuertemente como si Sasuke se
fuera a ir.

—Sasu ¿Qué pasa si no puedo darte hijos?

—¿De que hablas Naruto? —en ese instante entendió el por qué de esa
tristeza.

—De eso teme, si no puedo darte hijos ¿Qué pasaría con nosotros? —
Naruto levantó la mirada buscando la de su esposo y encontrándose
con una sonrisa.

—Dobe ¿Qué aun no sabes lo mucho que te amo? No me importa que


no me puedas dar un hijo —besó su frente.

—Pero tu lo deseas ¿no es verdad?

—Claro que lo deseo al igual que tú y sé que en el momento preciso


llegará, no estés triste por eso dobe.

— Sasu, pero si yo tengo algo mal y…

—No digas eso Naruto —lo interrumpió—. Te diré una cosa —lo atrajo
hacia él para que se sent ara en sus piernas—. Si por alguna causa no
podemos tener hijos propios existe la adopción ¿no es así?

—¿Estarías dispuesto a adoptar a un bebé Sasuke? —lo miró ahora con


mucha alegría.

—Por supuesto dobe, un hijo siempre es un hijo y será nuestro porque


entre los dos lo hemos de criar y de enseñar lo que a nosotros nos han
enseñado, a mi no me importa adoptar Naruto.

—Teme, yo pensé que… pensé que te perdería si yo no podía…

—Calla Naruto, no lo digas ni de broma. Mira dobe recuerdas que nos


hicimos una prueba de fertilidad y nos dijeron que todo estaba bien, así
que vamos a tener paciencia y tu relájate nuestro bebé llegará cuando
nosotros estemos listos.

—¡Dios! Como te amo…

Naruto abrazó y besó a Sasuke mientras el otro lo cargó para llevarlo


hasta su cama dejándolo sobre ésta, besándolo y comenzando a quitar
las prendas de su amado rubio.

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Sai se encontraba sentado a la orilla del lago con cuaderno en mano
pues a esa hora no había nadie quien lo molestara, llevaba saliendo ya
casi dos años con Idate y parecía que todo iba perfecto, pero el
pelinegro seguía pensando en Sabaku No Gaara. En una de las hojas
del cuaderno estaba dibujado el rostro serio del pelirrojo, Sai siempre
había querido quitarlo de su cuaderno pero siempre que estaba a
punto de arrancar la hoja se arrepentía y solo cerraba con furia su
cuaderno.

El pelinegro recargaba su cuerpo contra el tronco del árbol que lo


protegía de los rayos del sol, sabía que en cualquier momento Idate
llegaría y sin embargo susurró al viento “Gaara” en eso escuchó el crujir
de las hojas al paso de pisadas y Sai sabía que era Idate, sin embargo
siguió recargado, con los ojos cerrados mientras se dibujaba una sonrisa
en su rostro, de pronto sintió como se detenían las pisadas a lado del
árbol y entonces volteó un poco…

—Ida…te —ahí se quedó el nombre, pues el que estaba a su lado no


era Idate si no Gaara—. ¿Qué haces aquí? —el rostro de Sai se
oscureció y Gaara lo miró fijamente—. ¿Qué haces aquí Gaara? Te dije
que no te volvieras a acercar a mí —se puso de pie encarándolo.

—Lo siento Sai, pero no puedo hacer eso —sonrió de medio lado y esto
hizo que Sai realmente se enojara.

—Pero ¿Qué te pasa idiota? —lo empujó y Gaara cayó de sentón, sin
embargo se levant ó como resorte y tomó con fuerza los brazos de Sai
arrinconándolo contra el tronco.

—Ya te lo dije Sai, no quiero perderte, te quiero conmigo, a mi lado,


estos casi dos años han sido realmente fatales para mi y comprendí
que… que —el pelinegro lo miró extrañado sin embargo lo que siempre
había esperado escuchar esas dos palabras le estaban costando
demasiado al pelirrojo.

—Ni siquiera lo puedes pronunciar. ¡Suéltame ya! —trat ó de quitarse de


su agarre pero por algún motivo Gaara estaba un poco más fuerte de
lo que recordaba.

—No, no te voy a soltar porque se que en cuanto lo haga escaparás de


mi como lo has venido haciendo en este último año.

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—Jajaja… Por favor Gaara ¿crees que he estado escapando de ti? No
digas estupideces, ni te pienses muy importante, quiero que me sueltes
en este instante, no tarda en llegar mi novio y no quiero que de ninguna
manera te vea.

—Tu novio, ese estúpido no es alguien para ti.

—¿celoso sabaku no Gaara? —sonrió de medio lado ahora él quería


que viera el cinismo en su rostro y que de una vez lo dejara en paz.

—¿celoso? ¡Ja! Pues con quien crees que estas hablando Sai, es que
¿no me conoces? —Gaara se estaba cabreando de verdad.

—Por desgracia te conozco demasiado bien, ahora por favor suéltame,


no quiero que idate te vea aquí.

—Tampoco le tengo miedo, a eso que llamas “novio”, pero si tanto te


preocupa de que vaya a comenzar una batalla campal aquí entonces
te esperaré mañana al medio día en este mismo lugar.

—Pero ¿Qué te crees? Solo porque tú lo dices ¿crees que voy a venir?
Estas loco Gaara, era lo único que me faltaba por escuchar —bajó la
cabeza cansado de luchar recargando su cabeza sobre el duro y
trabajado pecho del pelirrojo.

Sai sabía perfectamente que sus sentimientos hacia Gaara no habían


cambiado en absoluto, Idate simplemente era un refugio donde
esconderse de su realidad, amaba al pelirrojo a pesar de todo, en tanto
Gaara al sentir la cabeza del pelinegro recargada en su pecho aflojó el
agarre y lo abrazó fuertemente besando su cabello.

—Sai, por favor déjame verte mañana aquí mismo, si no llegas sabré
que todo ha terminado y te dejaré en paz por el resto de tu vida, solo
dame un poco de tu tiempo.

—No sé Gaara, no sé —se separó un poco de él mirando directamente


a esos ojos color esmeralda—. Solo… vete, por favor —Sai trat ó de
controlarse y Gaara lo soltó quedando frente a frente, mirándolo a los
ojos sonriendo de medio lado levantando su mano y acariciando la
mejilla de éste dando un paso hacia atrás para después darse media
vuelta retirándose de ahí.

La súbita caricia de Gaara lo dejó un poco sorprendido, porque el


pelirrojo no era para nada cariñoso y mucho menos de dar muestras de
cariño hacia alguien.

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En ese preciso momento llegó Idate y lo observó un poco extraño para
como se comportaba Sai.

—¡Hola, Sai! —se acercó a él y besó sus labios, de pronto éste reaccionó
al sentir los labios de idate y de inmediato le sonrió abrazándolo—. ¿Qué
te pasa cariño? —también eso le extrañó porque Sai no era muy
emotivo.

—No, no es nada, no te preocupes —se separó de él y se agachó para


recoger sus cosas para de inmediato volver sus ojos a él—. ¿Nos vamos?

—Creí que nos quedaríamos aquí —sonrió el chico mientras Sai miraba
de soslayo pues sabía perfectamente que Gaara estaba espiándolos.

—No, lo que pasa es que recordé que tengo que ir a ver a ese Uchiha
bastardo y a Naru-chan ¿quieres acompañarme?

—Claro, quiero pasar la tarde contigo —Sai sonrió mientras se alejaban


del lugar en tanto idate estaba esperando el mejor momento para
comentarle algo.

—¿te pasa algo? —Sai lo miró un poco intrigado ya que estaba


inusualmente callado—. Lo que sea me lo puedes contar Idate ya lo
sabes.

—Lo sé, pero no sé si será bueno para ti saberlo y que tan malo será
para mi.

—¿Qué quieres decir? —Sai se detuvo al escucharlo e Idate se volvió


hacia él un poco serio—. ¿Qué pasa Idate?

—Sai ¿sabías que Gaara volvió verdad? —en ese instante Sai se puso un
poco nervioso y solo asintió con la cabeza—. Lo suponía, dime Sai
¿sigues sintiendo algo por él?

—Idate, no preguntes eso, yo he sido muy feliz contigo, has traído


tranquilidad a mi vida, estabilidad, yo te quiero mucho y eso lo aprecio
bastante.

—Pero no me amas, por más que pase el tiempo los sentimientos por
Sabaku No Gaara no cambian ¿no es verdad?

—Idate no sigas, déjalo, yo solo quiero olvidar.

—Pero no te ha bastado todo este tiempo Sai y yo no te he bastado


para que te puedas olvidar de él, yo no puedo competir contra tus
sentimientos.

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—Es que ha sido muy difícil Idate, pero lo estoy intentando —Sai tomó las
manos de su novio pero no lo miraba a los ojos.

—Sai yo te amo, más de lo que puedes imaginar y yo lo que espero de ti


es que me ames de la misma manera, pero ciertamente desde hace ya
de un tiempo para acá me empecé a preguntar si realmente algún día
podría suceder que tu me amaras aunque sea un poquito y sabes ¿A
que conclusión llegué? —Sai solo lo miró observando aquella mirada
suave y tranquila pero negando con su cabeza—. Creo que si lo sabes
pero temes hacerme daño. Sai —tomó su rostro con sus dos manos
haciendo que lo mirara mientras le sonreía—. Mañana me voy de la
ciudad, me han trasladado y quiero que vengas conmigo.

—¿Qué? ¿Mañana? Pero, pero Idate esto es muy repentino yo, yo no sé


si estoy listo para dar este paso —El pelinegro se puso nervioso y se
separó un poco de Idate mirándolo.

Idate observó el nerviosismo y tomó las manos de Sai para que no se


alejara más, sin embargo sin darse cuenta el pelinegro le había dado su
respuesta, pero aún así se la iba a jugar a por todas.

—Sai, mañana estaré esperándote en la sala B214 al medio día, si no


llegas sabré tu respuesta pero si decides seguirme espero que lo hagas
ahora sí de verdad, que lo hagas porque ya no tienes dudas de tener
una vida conmigo y no por solo sentirte tranquilo.

—Idate…

—Tranquilo, no pasa nada —sonrió como era su costumbre—. Bien,


ahora ve con Sasuke y Naruto, seguro te estarán esperando —el chico
lo abrazó fuertemente, besando su frente para después alejarse, Sai lo
ve alejarse poco a poco y ahora si no sabe que hacer.

En cuanto la figura de idate desapareció Sai se dio cuenta de que era


hora de tomar una decisión muy importante en su vida y al medio día
era el límite que tenía.

Sasuke y Naruto, ya estaban más tranquilos después de haber estado


juntos, lo cierto era que se necesitaban de sobre manera.

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—Sasuke —el rubio se recargó más sobre el pecho de su esposo
mientras hacía espirales imaginarios sobre éste.

—¿Qué pasa dobe? —el Uchiha lo atrajo más hacia él aspirando


profundamente el olor de su cabello.

—Nada, solo quería que supieras que te amo mucho, mucho —sonrió
zorrunamente y Sasuke no podía caer mas enamorada de él.

—Yo también te amo dobe ¿Por qué no descansas un poco?

—No podemos porque Sai dijo que venía ¿recuerdas?

—Es cierto, esa tonta copia barata ahora que le pasará

—Yo creo que es lo mismo Sasuke, desde que regresó Gaara, Sai ha
estado muy diferente ¿no se te hace?

—Ahora que lo mencionas si, bueno mejor nos levantamos y lo


esperamos a ver ahora con que nos sale.

—No seas así teme, realmente Sai ha sufrido bastante yo sé que Gaara
no se lo merece pero Sai lo quiere y con eso no se puede hacer nada.

—Y ¿Qué me dices de Idate?

—Que lo quiere, pero no de la misma forma en la que quiere a Gaara.

—Eso es un problema

—Lo se.

Naruto y Sasuke se apuran a meterse a la ducha porque sabían que no


tardaría en aparecer su amigo. En tanto en la puerta de su casa, Sai
t ocaba a la puerta pero no le abrían, en eso llegaban también Iruka y
Kakashi.

—¡Hola Sai! ¿Qué pasa?

—Pasa que esos dos no me abren y ya sabían que venía.

—Espera un momento, Naruto por aquí guarda una llave, me lo dijo por
si algún día necesitaba venir para acá —Iruka buscó el escondite y casi
de inmediato regresó con la llave para abrir la puerta—. Bien aquí esta
—abrió la puerta y pasaron los tres ya no les importaba si estaban
ocupados o no.

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—Parece que no pudieron esperar a terminar de cenar —dijo Kakashi en
un tono muy divertido pero no le duró mucho la diversión ya que Iruka le
propinó una tremenda colleja—. ¡Agghh! Iru-chan ¿Por qué lo hiciste?

—Porque te estas comportando como un niño.

—Se oye la ducha —dijo Sai con un brillo maléfico en sus ojos mientras
se formaba una risita de medio lado para a continuación gritar—. ¡Hey
Uchiha! Deja de meterle mano a Naru-chan y baja ya.

Kakashi estalló en una carcajada e Iruka se fue a sentar a la sala porque


en cuanto se juntaban esos dos no había quien los parara.

En tanto en la ducha Sasuke estaba muy concentrado dedicándose al


cuerpo de su rubiecito, sin embargo fue interrumpido por los gritos de Sai
y las carcajadas de Kakashi.

—¡Demonios! Ni siquiera puede estar uno en paz en su propia casa,


Naruto no debiste darle llave a Iruka —Naruto estaba rojo porque ahora
tendría que aguantar las bromas de su primo y amigos.

—Lo siento Sasuke, pero no podía dejar a Iruka así ¿Qué tal si tenia
algún problema? —Naruto se dio prisa en secarse y en cambiarse al
igual que Sasuke que al terminar besó a su rubio y lo dejó en la
habitación para que se vistiera tranquilo.

En tanto en la sala Sai y Kakashi seguían cotilleando y riéndose a costa


de los Uchiha.

—Te lo digo Sai, Sasuke siempre ha sido un pervertido —reía Kakashi


mientras Sai se retorcía en el sillón de la risa que tenía, de pronto el
peliplata sintió que se le nublaba la vista—. ¡Pero que diablos…! — ¡Oh!
Sasuke…

—Parece ser que les divierte platicar sobre mi a mis espaldas ¿no es así?
—los veía con ojos de quererlos estrangular.

—Claro que no Uchiha bastardo, solo me comentaba episodios de sus


vidas —Sai siguió riéndose a pesar de la mirada asesina de Sasuke.

—Bueno ya que nos interrumpieron ¿Qué se les ofrece? —de pronto se


dio cuenta que Iruka estaba en la cocina ¿comiendo? —. Iruka si
quieres subir, el dobe esta cambiándose.

—Claro, ahora iré, oye Sasuke esta comida esta deliciosa —Iruka se llevó
el plato a la habitación de Naruto.

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Iruka se llevó el plato con la comida hacia el cuarto de la pareja
mientras que en la sala Sai no sabe como empezar a contar su
desgracia.

—¿Qué pasa Sai? No me digas que es Gaara.

—Lo es Uchiha, hoy fue a buscarme y… —Sai comenzó a platicarles lo


que pasó exactamente hacía unas horas en tanto Kakashi no podía
creer el descaro del Sabaku No Gaara, y Sai continuó relatando—. Y no
conforme con lo de Gaara, Idate me sale con que quiere que me vaya
con él y los dos quieren que los vea a las doce del día, esto es una
estupidez, creo que a alguien allá arriba no le caigo muy bien —Sai se
enredó sus dedos en su cabello negando con su cabeza—. No se que
hacer Sasuke, Kakashi, ahora si no sé que hacer.

—No pensé que llegaría a pasarte esto Sai, pero yo creo que tu destino
ahora lo decides tú, ya conociste a Gaara y a Idate como pareja ahora
todo esta en tus manos —le dijo Sasuke dándole un trago para que se
tranquilizara.

—Sasuke tiene razón Sai, es ahora el que tú decides, pero también se


vale el que tú decidas permanecer sin ninguno de los dos, supongo que
te sientes presionado y tú sabes mejor que nadie que la presión casi
nunca nos lleva a ningún lado.

—Tienen razón, pero jamás pensé en decir esto… tengo miedo

Sai, Kakashi y Sasuke se quedaron en silencio, pues no habría forma de


ayudar aunque sea solo un poco al pelinegro.

Iruka tocó a la puerta del rubio, mientras seguía comiendo como


poseso.

—Soy yo Naru-chan, Iruka.

—Pasa Iruka, solo estoy terminando de vestirme —Iruka pasó a la


habitación sentándose en la cama con el plato en sus piernas.

—¡Vaya Naruto! No recordaba lo bien que cocinas, estos champiñones


están deliciosos.

—¿en serio? Pensé que no comías champiñones. Iruka ¿te sientes bien?

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—La verdad si, me siento mucho muy bien Naru-chan, pero hay algo
que me preocupa y es esta hambre que no me deja, parece que no
comí en días —sonrió degustando el platillo—. A propósito ¿Qué hacían
Sasuke y tú mientras Sai trataba de tirar la puerta? —lo miró fijamente
sonriendo malditamente.

—¡Oh! Bueno eso —Naruto enrojeció—. No es de tu incumbencia Iruka,


no hacíamos nada malo, de veras —Naruto le dio la espalda pues no
quería que lo viera así de rojo como estaba.

—Por supuesto que no era nada malo —Iruka rió abrazando a Naruto
por la espalda—. Sabes, Kakashi me dijo que fijara la fecha de nuestro
matrimonio.

—¿en serio? Eso es genial Iru-nii —lo abrazó fuertemente compart iendo
su alegría—. Y ¿Cuándo será el gran día?

—En unos meses más —en eso Sasuke llamó a Naruto para que bajaran
de una vez por todas ya que Kakashi también les había hablado del
asunto.

Todos estaban muy contentos y hacían todo lo posible para que Sai se
sintiera aunque sea un poco feliz y se olvidara de esos hombres, en
tanto decidían festejar ahí mismo en la casa, en tanto Naruto hablaba
con su concuño Deidara y los invitaba a que se reunieran con ellos.

Itachi y Deidara no tardaron en llegar y en cuanto el mayor de los


Uchiha empezó a abrir una botella, Sasuke lo detuvo diciéndole que
tenían que ir por algunas cosas para celebrar el acontecimiento, así
que Kakashi, Sasuke e Itachi fueron por lo que faltaba para celebrar.

En la casa, Naruto platicaba con Sai en la cocina mientras se les unía


Iruka y Deidara quien a su vez, comenzaban a preparar la cena.

—…Así fue como sucedieron las cosas —Sai solo suspiró mientras
cortaba algunas verduras.

—Bueno Sai, yo creo que solo tu puedes hacer lo correcto para ti —


Naruto solo lo miró con algo de tristeza, aunque deseaba golpear de
veras a Gaara.

—Lo sé, pero ya no quiero pensar más en ellos dos. Mejor que Iruka nos
cuente como planea hacer su boda —de inmediato el rostro de Iruka se
iluminó y un leve sonrojo se pintaba en sus mejillas.

—Aún no lo sé y por eso necesito de su ayuda.

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—No puedo creer que Kakashi por fin te lo propusiera y mira que tengo
bastante de conocerlo —dijo Deidara.

—A mi me sorprendió tanto como a ustedes pero en realidad yo


deseaba por fin casarme con él, desde hacía bastante tiempo —Iruka
no dejó de sonreír en todo ese tiempo mientras, siguió comiendo de lo
que preparaban.

los otros tres regresaron con las provisiones omitiendo el hecho de


haberse encontrado con Idate, que a su vez les había contado lo
sucedido con Sai y esperando algún consejo de su parte pero en esta
ocasión los tres coincidieron en que esa respuesta solo el propio Sai
podía dársela, a menos de que él ya la supiera de antemano y a decir
verdad Idate quería creer en Sai.

La velada paso y los siete se divirtieron como nunca, logrando que Sai
por fin se olvidara un poco, aunque sabían que al llegar a su casa sería
un infierno.

La noche avanzaba y Sai ya se encontraba en su habitación acostado


en su cama, sin embargo no paraba de dar vueltas en ella, era
imposible conciliar el sueño, se preguntaba a cada momento “¿Qué
debo de hacer?” “¿Qué hago, por Dios?”…

El pelinegro ya no sabía que más hacer, así que se levant ó sentándose


en el marco de su ventana, mirando directamente hacia la luna que en
esos momentos era su única compañera. En su mente comenzó a sonar
la canción que tanto le gustaba e inmediat amente se vinieron
imágenes de su vida a lado de esos dos hombres, Gaara e Idate. Con
los dos compartió momentos muy bonitos y sin embargo con el pelirrojo
le había tocado vivir las cosas más fuertes hasta humillantes, poco a
poco Sai empezaba a tener sus pensamientos más claros y sus
sentimientos por fin se estaban definiendo.

Sai por un momento cerró los ojos mirando al firmamento, de pronto una
sonrisa se marcó en sus labios, ya casi amanecía , sin embargo los rayos
de luz que pegaban sobre su rostro lo ayudaron a confirmar por fin a
quien debía de seguir.

Un suspiro muy profundo de paz y tranquilidad salió desde lo más


profundo de su alma y por fin estaba en paz consigo mismo.

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A la mañana siguiente Sasuke miraba la hora en el reloj que tenían
colgado en la cocina de su hogar mientras Naruto no dejaba de hacer
cosas en ella, definitivamente la respuesta de Sai los tenía muy nerviosos
y no solo a ellos había dos parejas más que estaban a la espera de las
noticias.

El reloj marcó las once y media de la mañana; Sai totalmente


convencido de todo tomó una bolsa donde había puesto solo algunas
cosas esenciales, se colgó la bolsa y sonrió por primera vez convencido
de que había tomado la decisión que era la mejor para él.

En tanto en el bosque, cerca del lago Gaara llegó vestido todo de


negro con una gabardina en colores rojos y negros, se sentó
recargándose en el mismo árbol donde había estado Sai un día
anterior. El pelirrojo cerró los ojos sintiendo la brisa de los árboles sobre su
rostro, respiró profundamente, como queriendo llenar sus pulmones de
oxígeno puro, miró su reloj suspirando viendo que tan solo faltaban
quince minutos para la hora pactada, volvió a cerrar los ojos y una
sonrisa un tanto extraña se formó en sus labios.

Por otro lado Idate ya esperaba a que llegara el tren que lo llevaría a su
nuevo hogar, sin embargo volvió a mirar el reloj no podía creer que tan
solo faltaran cinco minutos para la hora pactada entre ellos.

Sai corría tanto como podía sabía que se le haría tarde, llegó a la
estación y buscó la salida que le había dicho Idate, pronto escuchó por
el alta voz… “Señores pasajeros el tren de las doce del mediodía hará su
parada en t res minutos, por favor est én list os a abordar por la sala B214”

Sai corrió aún más de prisa, por fin pudiendo divisar a Idate entre la
gente, se acercó a él y lo abrazó fuertemente…

—¿Te has decidido no es así? —lo miró fijamente pues era la primera vez
que Sai sonreía de esa manera tan especial—. ¿Estas completamente
seguro? —sonrió Idate al ver como asintió el pelinegro.

—Estoy completamente seguro Idate, ya no tengo nada que pensar —


tocó su rostro suavemente mientras acariciaba su mejilla.

—Entonces, no hay nada más que decir —llegó el tren e Idate lo miró
fijamente, tomando su rostro entre sus manos besándolo como aquella
primera vez, profunda y pasionalmente, en tanto Sai correspondió de la
misma manera.

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Gaara miró su reloj eran las doce con quince minutos, perdiendo toda
esperanza suspiró exhalando profundamente y poniéndose de pie
mirando el tronco del árbol donde había marcado sus iniciales junto a
las de Sai. Pasó sus dedos por la marca y de pronto todo eso había sido
una estupidez infantil.

¿A quien quería engañar? Sai vivió con él los peores momentos de su


vida, lo sabía porque el pelinegro siempre se lo había recordado y
ahora sentía que se moría, no era como si fuera la única vez que se
había sentido de esa manera, sin embargo cuando se trataba de Sai
todo se magnificaba para él.

Gaara por fin dio dos pasos hacia atrás dándole la espalda al gran
roble, sus ojos esmeraldas se posaron en las aguas cristalinas del lago y
no pudo más que sentir desprecio por él mismo… “maldit o estúpido” se
dijo así mismo viendo como se reflejaba su rostro.

Furioso tomó una roca que estaba a su lado, estrellándola directamente


a donde su rostro se reflejaba cínicamente, el agua al salpicarlo por
todo el cuerpo se maldijo una vez más.

Buscó en el bolsillo de su gabardina para ver si traía algún pañuelo pero


para como estaba su suerte seguro y lo había olvidado, en eso una
mano le entregó un pañuelo, el pelirrojo sin voltear a ver de quien era el
pedazo de tela lo tomó limpiándose el rostro pues seguro y hasta lodo
tenía salpicado. Al estar limpiándose se dirigió a la persona que le había
proporcionado el pañuelo…

—Muchas gracias, soy un estúpido por no pensar en lo que sucedería —


Gaara al no recibir respuesta se volvió hacia donde debía de estar la
persona, al voltear se quedó inmóvil sin saber que más decir.

—Vaya, es la primera vez que te quedas callado y sin saber que decir —
una sonrisa de medio lado surgió en el rostro del pelinegro que
esperaba cualquier reacción por parte de Gaara.

—¿Sai, eres tu? ¿Qué haces aquí? —el pelirrojo ni siquiera se puso a
pensar en lo obvias que eran sus preguntas y Sai se rió para después
mirarlo.

—A tu primera pregunta ¡¡¡Búu!!! Soy un fantasma, Gaara por Dios claro


que soy yo y que hago aquí, bueno es lo que quisiera saber, tu fuiste el
que me citaste aquí a penas ayer o ¿ya se te olvidó? —Sai se estaba
divirtiendo a costa del pelirrojo.

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—Si claro, esas preguntas fueron estúpidas —dio un par de pasos hasta
él quedando frente a frente—. Pensé que no vendrías ¿Por qué Sai? —
Gaara lo miró fijamente mientras se reprimía el hecho de querer
abrazarlo.

—¿Aún no lo entiendes Gaara? Dios aún no sé porque hago esto —bajó


la mirada y Gaara tomó su rostro levantándolo hasta posar sus ojos en
los del pelinegro.

—Solo entiendo que estas aquí y eso me dice que aún sientes algo por
mi ¿es verdad eso? —Sai sonrió una vez más negando con su cabeza.

—De veras eres un despistado Gaara, no lo entiendes estoy aquí porque


aún te amo, a pesar de todo te amo Gaara.

El pelirrojo lo miró fijamente sin poder creerse aún lo que escuchaban


sus oídos, estaba feliz, así que sin más lo atrajo hasta él aprisionándolo
entre sus brazos para después buscar sus labios y besarlo como solo él
puede hacerlo; quería borrar de una sola vez todo rastro de los otros
labios que se atrevieron a besar sus labios.

Sai por fin pudo volver a sentir el sabor y la pasión con la que siempre lo
besó, ya no importaba nada así que solo se dejó llevar por sus
sentimientos hacia el pelirrojo contestando de la misma manera
demandante, mientras sus brazos se enredaban totalmente a la
espalda de Gaara, éste a su vez lo estrechaba de la cintura pegándolo
completamente a él reclamándolo como suyo y de nadie más.

Poco a poco el aire comenzó a faltar y Gaara se separó poco a poco


de él mirándolo fijamente, no era posible lo que le iba a decir, eso era lo
que pensaría tiempo atrás pero ahora estaba convencido.

—Sai, quiero que… —de pronto volvió a su mente “quiero, mando,


ordeno” corrigiéndose de inmediato—. No, no perdón, Sai, ¿me
aceptarías una vez más? ¿Querrías casarte conmigo?

En ese instante Sai sonrió abrazándolo y refugiándose en el pecho del


pelirrojo, no sin antes que de sus ojos se asomaran unas tímidas lágrimas.

—Solo quiero estar contigo Gaara y casarme contigo, de veras me


encantaría —Sai no podía creerlo, Gaara le proponía matrimonio y él
acababa de aceptar—. Te amo Sabaku No Gaara —lo miró fijamente a
los ojos color esmeralda.

—Te amo, siempre te he amado, solo que no me daba cuenta y ahora


no puedo dejar de decirlo Sai… Te amo.

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En ese instante se unieron en un gran abrazo mientras sus labios se
buscaban fundiéndose en un solo aliento.

Los días pasaron y todos ya se habían enterado de lo sucedido con Sai y


Gaara, unos estaban contentos y otros no tanto, pero a final de cuentas
Sai sonreía como nunca.

Esa tarde mientras Naruto esperaba a Sasuke para comer, se dio cuenta
de que la comida le provocaba un poco de asco, se extrañaba porque
era su plat illo favorito y sin embargo el tan solo oler le provocaba
nausea.

Sasuke llegó a su casa encontrándose a Naruto devolviendo el


estómago en el baño, se acercó a si rubio quien estaba abrazado a la
tasa del baño con un aspecto realmente pálido.

—Naruto ¿estas bien? ¿Qué pasó? —lo ayudó a levantarse para llevarlo
a recostarse a su cama, Sasuke estaba un poco asustado porque el
rubio siempre había sido muy sano.

—No sé Sasuke, me sentí mareado de pronto y vomité. Me siento mal


teme —sus lágrimas corrían y Sasuke lo tomó en sus brazos sentando al
rubio sobre sus piernas.

—Tranquilo Naru-chan, no pasa nada. Te llevaré al médico ahora mismo


—se levantó con él en brazos saliendo hasta el auto, en tanto Sai que
iba a visitarlos miró como Sasuke metía a Naruto al auto, eso lo alertó así
que corrió hasta ellos y Sasuke que ya prendía el auto se sorprendió al
ver a Sai a su lado.

—¿Que pasa Sasuke? ¿Qué tiene Naruto?

—No lo sé lo llevo al hospital, por favor avisa a Iruka ¿quieres?

—Bien como digas.

Sasuke arrancó el auto y Sai marcó el celular de Iruka contándole lo


sucedido.

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En el consultorio del doctor ya le realizaban unos estudios a Naruto,
Sasuke se paseaba por el corredor estresado y preocupado, en eso
Iruka, Kakashi, Sai y Gaara llegaron. El Uchiha quería largar de ahí al
pelirrojo pero se contuvo no era momento para eso.

—¿Cómo está Naru-chan Sasuke? ¿Qué pasó? —Iruka se veía


realmente preocupado.

—No lo sé Iruka, le están haciendo unos exámenes.

—Pero ¿Qué pasó Sasuke? —pregunt ó Kakashi, también preocupado.

—No lo sé, el dobe no supo explicarme bien, cuando llegué a la casa lo


encontré vomitando en el baño, luego se puso muy pálido y me dijo
llorando que se sentía mal.

Sasuke se enterraba los dedos en el cabello, estaba muy nervioso y el


doctor t ardaba demasiado, solo quería que Naruto saliera de esos
exámenes que le estaban practicando.

—No te preocupes Uchiha, ya verás que Naru-chan no tendrá nada,


estoy seguro —palmeó su hombro para después ir junto a Gaara que
mantenía su distancia, a pesar de estar preocupado por el rubio.

Sai miró el rostro de Gaara, aunque parecía que no le importaba, él


sabía perfectamente que estaba preocupado.

—¿Estas bien? —tomó su mano y se sentó en uno de los sillones de la


sala de espera, Gaara sonrió de medio lado.

—Estoy bien, pero si me preocupa Naruto —lo miró de soslayo para ver
su reacción pues sabía que lo preguntaría—. Pero no es por lo que
piensas Sai, ya lo sabes no me importa nadie que no seas tu y no repitas
lo que acabo de decir —el pelirrojo cerró los ojos y se recargó en el sillón
dejando a Sai con una sonrisa tierna y complacida.

En tanto Sasuke siguió a la espera, viendo como Gaara sostenía la


mano de Sai entrelazando sus dedos, la escena no pasó desapercibida
por Kakashi e Iruka que sonreían malditamente.

Minutos más tarde el doctor salió a buscar a Sasuke.

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Dentro del consult orio…

—Bien doctor ¿Qué le sucede a mi esposo? —lo miró fijamente y de lo


más serio que podía ser y eso daba miedo.

—Tranquilo Sasuke, tu marido esta bien solo un poco bajo de potasio,


dime ¿Ha estado muy estresado Naruto en estos últimos dos meses? —lo
miró de reojo apuntando unas cuantas notas en el historial de Naruto,
en tanto el rubio regresaba de ponerse su ropa.

—La verdad si sensei, Naruto ha estado preocupado por que no ha


podido concebir y eso lo ha traído muy triste —el doctor esperaba a
que le trajeran los otros exámenes para confirmar solo una cosa que
faltaba.

—Así que ha sido por eso —el doctor miró a Naruto sonriéndole—.
Naruto ¿recuerdas que te dije que no había problema con ustedes dos
para poder concebir? —El rubio asint ió ya repuesto, el color había
vuelto a su rostro—. Pues bien te lo vuelvo a repetir no hay nada malo
en ustedes dos —en eso tocaron a la puerta del consultorio y la
enfermera entró llevando los resultados de los exámenes practicados. El
doctor los tomó mirándolos detenidamente en tanto esa sonrisa de
medio lado la notó Sasuke y de inmediato se puso nervioso—. ¿Hay algo
malo sensei?

—Tranquilo —le dijo Naruto tomando su mano suavemente—. ¿Verdad


que no hay nada en esos estudios sensei? —el rubio sonrió ya que se
sentía mucho mejor.

—Bueno —el doctor dobló otra vez los estudios y miró a la pareja
fijamente—. Naruto desde cuando te has sentido decaído.

—Etto... —el rubio trató de recordar—. Apenas hace unas tres o cuatro
semanas ¿Por qué?

—Bueno es que no es necesario más estudios y Sasuke quita esa cara


Naruto esta perfectamente bien.

—¿Cómo que esta bien? esas nauseas no son comunes.

—Claro que no, solo para las personas que están encinta —el doctor rió.

—Y eso que tiene que ver con noso... —Sasuke se quedó sin habla,
parpadeando y asimilando lo que el doctor les estaba notificando—.
Sensei nos esta diciendo que Naruto esta…

—Si, Sasuke. Naruto esta encinta por eso las nauseas.

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—Naru ¿has escuchado? —volvió su rostro hacia el rubio que había
quedado casi como en shock. Naruto mordía su labio inferior tratando
de impedir que sus lágrimas corrieran, Sasuke se puso de cuclillas entre
las piernas del rubio tomando delicadamente su rostro entre sus manos y
haciéndolo mirarlo, le sonrió con ternura que había en él—. Naru ¿Qué
pasa? ¿No estas contento? —el rubio asint ió solamente porque sent ía
que si decía algo acabaría llorando—. Entonces ¿Qué pasa?

—Yo... Sasu... ¡Dios! Sasuke —se aferró al cuello de su marido


escondiendo su cabeza entre el hombro y el cuello del pelinegro
llorando, pero esta vez de alegría y felicidad—. Sasuke va…mos a tener
un bebé —le dijo hipeando— . Soy muy feliz, muy feliz.

—Yo también dobe, yo también —lo aferró fuertemente entre sus brazos
mientras el doctor les decía que de ahora en adelante se tomaran las
cosas con calma, los dos pusieron atención a las indicaciones del
doctor pues no quieren correr ningún riesgo.

Después de unos minutos Sasuke y Naruto salieron de la mano del


consultorio mientras Sai, Iruka y Kakashi se acercaron a ellos.

—Bien ¿Qué te dijo? —le preguntó Iruka mientras lo abrazaba—. ¿Ya no


te sientes mal verdad?

—No, estoy bien Iru-nii, no se preocupen no pasa nada malo ¿verdad


Sasu? — lo miró para luego observar que en los sillones del área
contraria estaba Gaara y le sonríe mientras lo saludaba desde donde
estaba—. Sabia que ese Gaara caería Sai, lo sabía perfectamente —
Naruto se aferró a la cintura de Sasuke y Sai se sonrojó asintiendo.

—Gracias Naru-chan —volteó hacia Gaara llamándolo, el pelirrojo


respiró profundamente y llegó hasta ellos rodeando por la espalda con
un brazo la cintura de Sai mientras lo atrae hacia él.

—Y bien ¿Nos van a decir que pasa? —Naruto sonrió a Gaara y luego
dirigió su mirada a Sasuke.

—Les dices tú o les digo yo.

—Yo les digo —sonrió besando la mano de Naruto—. Bueno el sensei nos
acaba de confirmar que estamos esperando un bebé, así que ya
pueden felicitarnos —Sasuke los miró con gran orgullo mientras kakashi
los abrazaba para después ser abrazados por Iruka y Sai, en tanto
Naruto esta muy feliz, Gaara se acercó a Naruto un tanto reticente
pero sentía que le debía toda su sinceridad esta vez.

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—Muchas felicidades Naru-chan, siento todo lo que pasó, esa no fue mi
intención.

—No, ya olvídalo Gaara, yo ya no me acuerdo. Mira ahora los dos


encontramos la felicidad y eso es lo que importa —tomó entre sus
manos las de Gaara y éste lo abrazó, en tanto Sai los miró para después
codear a Sasuke para que mirara.

—Oye, mapache ojeroso, ya deja de abrazar a mi esposo —sonrió de


medio lado acercándose al rubio y atrayéndolo hacia él.

—Solo lo felicitaba… “maldito Uchiha” —susurró—. También a ti te


felicito —Gaara negó con la cabeza y abrazó a Sai, mirándolos de
soslayo.

—Si, como sea —fue lo que contesto Sasuke al oír lo que había
susurrado—. Bueno vámonos porque este dobe debe descansar.

Todos iban saliendo cuando una enfermera det uvo a Iruka y Kakashi.

—¿Iruka Umino? —pregunt ó la enfermera.

—Si, soy yo —regresó hasta donde estaba la enfermera.

—el doctor lo espera ahora.

—Y eso ¿Por qué?

—Es por lo de sus análisis de la semana pasada.

—Cierto, ya no me acordaba —volteó con Kakashi—. ¿Vienes


conmigo?

—Claro, vamos —cuando se dirigían hacia el consultorio, se toparon de


frente con el doctor y éste como lo conocía muy bien solo negó con la
cabeza…

—Iruka, te dije que vinieras otro día por tus análisis y es importante.

—¿Pasa algo con Iru, sensei?

—No en realidad —rio por las miradas de asustadas—. Bueno tal parece
que es el día de las buenas nuevas, Iruka estás embarazado.

—No, no, no ¿Cómo fue posible eso? —dijo Kakashi mientras Iruka se
quedó como de piedra con la bomba que le acaba de arrojar su
doctor.

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—Bueno, si quieres que te explique como fue que sucedió eso siéntate
un momento aquí —el doctor le señaló el sillón aguantándose la risa—.
¿Te encuentras bien Iruka?

Sin embargo el moreno no contestaba y solamente se desvaneció en


los brazos de Kakashi. El doctor lo ayudó a que despertara y los demás
se acercaron de inmediato para saber que pasaba, aunque parecía
más bien que querían quitarle aire al pobre Umino.

Los días pasaron sin embargo todo iba bien para las tres parejas, ahora
ya no había nada porque preocuparse aunque para Naruto e Iruka
apenas empezaba la aventura y que decir para los radiantes padres,
pero eso ya es parte de otra historia.

Fin

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