Maest Terap Cogni Trans Psicoló Psiquia Lidia Cespedes Vasuqez

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UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

NUEVOS TIEMPOS. NUEVAS IDEAS

ESCUELA DE POSGRADO

Dr. Luis Claudio Cervantes Liñán

MAESTRÍA EN TERAPIA COGNITIVA-CONDUCTUAL DE LOS


TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Y PSIQUIÁTRICOS

TESIS:

APLICACIÓN DE UN PROGRAMA DE TERAPIA COGNITIVA-


CONDUCTUAL EN ADOLESCENTES Y JÓVENES CON
DEPRESION PROVENIENTES DE LA UNIVERSIDAD
PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

PRESENTADA POR:

LIC. LIDIA CÉSPEDES VÁSQUEZ

Para optar el grado de MAESTRA EN TERAPIA COGNITIVA-


CONDUCTUAL DE LOS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Y
PSIQUIÁTRICOS

ASESORA DE TESIS: DRA. MILAGRITOS BARRIGA VÁSQUEZ

LIMA – PERÚ
2017
DEDICATORIA
Con mucho cariño, a mi esposo e
hijos, por el apoyo y comprensión
que me brindaron en todo
momento, en mis logros
profesionales y en la obtención del
grado académico de maestra.
AGRADECIMIENTOS
A todos los docentes de la Escuela de Posgrado de la Universidad Inca
Garcilaso de la Vega, por su valiosa enseñanza y permanente orientación
durante nuestros estudios de maestría.

A la doctora Milagros Barriga, por su asesoría y estímulo constante.

También agradezco a la licenciada Dajana Muñoz, coordinadora de la


Escuela de Psicología de la Universidad Privada San Juan Bautista, y al
doctor Jorge Enríquez por su valiosa colaboración durante el desarrollo de la
presente investigación.
ÍNDICE

Pág.

RESUMEN 6
ABSTRACT 7
INTRODUCCIÓN 8

CAPÍTULO I: FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA INVESTIGACIÓN


1.1 Marco Histórico 12
1.2 Marco Teórico 17
1.3 Antecedentes de la Investigación 92
1.4 Marco Conceptual 100

CAPÍTULO II: EL PROBLEMA, OBJETIVOS,


HIPOTESIS Y VARIABLES
2.1 Planteamiento del Problema 102
2.1.1 Descripción de la Realidad Problemática 102
2.1.2 Antecedentes Teóricos 105
2.1.3 Definición del Problema 106
2.1.3.1 Problema Principal 107
2.1.3.2 Problemas Específicos 107
2.2 Finalidad y Objetivos de la Investigación 107
2.2.1 Finalidad 107
2.2.2 Objetivos Principal y Específicos 107
2.2.2.1 Objetivo Principal 107
2.2.2.2 Objetivos Específicos 108
2.2.3 Delimitación del Estudio 108
2.2.3.1 Delimitación Espacial 108
2.2.3.2 Delimitación Social 108
2.2.3.3 Delimitación Temporal 108
2.2.4 Justificación e Importancia del Estudio 108
2.3 Hipótesis y Variables 109
2.3.1 Supuestos Teóricos 109
2.3.2 Hipótesis Principal y Específicas 111
2.3.2.1 Hipótesis Principal 111
2.3.2.2 Hipótesis Específicas 111
2.3.3 Variables e Indicadores 111

CAPÍTULO III: MÉTODO, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS


3.1 Población y Muestra 114
3.2 Diseño 114
3.3 Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos 115
3.4 Procesamiento de Datos 120

CAPÍTULO IV: PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS


4.1 Presentación de Resultados 123
4.2 Contrastación de Hipótesis 126
4.3 Discusión de Resultados 136

CAPÍTULO V: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES


5.1 Conclusiones 139
5.2 Recomendaciones 141

BIBLIOGRAFÍA 142
ANEXOS 150
Anexo 1: Matriz de consistencia 151
Anexo 2: Instrumento de investigación 155
Anexo 3: Programa de Terapia Cognitiva-Conductual 158

5
RESUMEN

Actualmente, uno de los problemas que atraviesan los adolescentes y


jóvenes es la depresión, que a su vez es causa y consecuencia de otros
conflictos.

El objetivo general del trabajo de investigación fue determinar la


influencia de la aplicación de un Programa de Terapia Cognitiva-Conductual
en la reducción de los síntomas de la depresión en adolescentes y jóvenes
estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

El diseño de investigación fue experimental, específicamente de tipo


preexperimental, con pretest y postest en un solo grupo.

La población estuvo constituida por 120 adolescentes y jóvenes


estudiantes de la Escuela de Psicología; y la muestra se seleccionó con
técnica de muestreo no probabilístico de tipo intencional, quedando
conformada por 60 alumnos.

Se empleó como instrumento de investigación el Inventario de


Depresión de Beck-II (BDI-II).

Se eligió la prueba estadística t de Student para muestras


correlacionadas. El margen de error utilizado fue de 0,01.

La conclusión a la que llegó la tesis fue que hubo una reducción


significativa de los síntomas de la depresión luego de la aplicación del
Programa, tanto de los síntomas cognitivo-afectivos como de los somáticos
en los estudiantes del grupo de estudio.

Palabras clave: Programa, Terapia cognitiva-conductual, Depresión, Estudiantes


universitarios, Adolescentes y jóvenes.
ABSTRACT

Currently, one of the problems that teenagers and young people face is
depression, which in turn is the cause and consequence of other conflicts.

The general objective of the research was to determine the influence


of the application of a Cognitive-Behavioral Therapy Program in reducing the
symptoms of depression in adolescents and young students of San Juan
Bautista University.

The research design was experimental, specifically preexperimental


type, with pretest and posttest in a single group.

The population was constituted by 120 adolescents and young


students of the School of Psychology; and the sample was selected using a
non-probabilistic sampling technique of intentional type, being made up of
60 students.

The Beck-II Depression Inventory (BDI-II) was used as a research tool.

Student's t-test statistic was chosen for correlated samples. The


margin of error used was 0.01.

The conclusion reached by the thesis was that there was a significant
reduction in the symptoms of depression after the application of the Program,
both cognitive-affective and somatic symptoms in students of the study
group.

Key words: Program, Cognitive-behavioral therapy, Depression, University students,


Adolescents and young people.
INTRODUCCIÓN

Los humanos son seres que actúan de manera aprendida; las acciones
que realizan son reguladas por la experiencia personal. Por ello, la terapia
cognitiva-conductual establece técnicas que pueden reducir el malestar de
ciertas conductas psicológicas mediante la modificación de los mismos.
Tales técnicas pueden ser aplicadas a adolescentes y jóvenes, y constituye
una intervención eficaz para el tratamiento. La terapia cognitiva-conductual
ha sido y es una de las terapias con mayor auge, crecimiento y popularidad.
Consiste en enseñar una serie de técnicas y estrategias psicológicas
probadas científicamente para que la persona afronte su problema
emocional y lo maneje hasta eliminarlo. El psicólogo es un entrenador y la
terapia es un proceso de entrenamiento o reaprendizaje donde se elimina el
resultado de malas experiencias.

Actualmente, uno de los problemas que atraviesan los adolescentes y


jóvenes es la depresión, que a su vez es causa y consecuencia de otros
conflictos. Las estadísticas a nivel mundial se han incrementado en este
tema, en comparación a las antes reportadas, en que los diagnósticos en
psicología no reconocían un inicio tan temprano de este trastorno. Esto
conduce a reconocer la importancia de un acompañamiento a los jóvenes
por parte de los padres y de los centros de estudio para detectar síntomas
tempranos y favorecer el tratamiento y la calidad de vida.

La depresión es una enfermedad persistente y debilitante que afecta


casi dos veces más a las mujeres que a los hombres. Los investigadores
siguen explorando cómo las características propias de las mujeres (ciclo de
vida, desarrollo biológico y psicosocial) pueden influir en ellas en mayor
proporción (Blehar y Oren, 1997). Asimismo, se puede afirmar que cada
caso de depresión es único, es decir, nunca dos personas se deprimen
exactamente de la misma forma. Muchos presentan solamente algunos de
los síntomas, y éstos varían en su severidad y duración. El hecho de tener
algunos síntomas depresivos no significa que la persona está deprimida
clínicamente. Por ejemplo, no es raro que las personas que han perdido un
ser querido se sientan tristes, impotentes, y pierdan interés en actividades
cotidianas. Solamente cuando estos síntomas persisten por un tiempo más
allá de lo usual y se alejan de la realidad, es que hay razón para sospechar
de una enfermedad depresiva.

Si bien en casos graves, donde se observan síntomas psicóticos o


repercusiones somáticas relevantes, es importante un tratamiento con
fármacos, se ha comprobado que existe una muy buena respuesta a la
psicoterapia en la depresión. Muchas escuelas han investigado técnicas que
disminuyen los síntomas y otras ofrecen en cambio largos procesos
introspectivos para llegar al origen inconsciente del trastorno.

Hoy en día, uno de los tratamientos para la depresión es la aplicación


de técnicas cognitivo-conductuales. El objetivo es enseñar al paciente una
forma más adecuada de enfrentar su vida, partiendo de una confrontación
con su realidad y de cómo esta influye en su comportamiento. Lo importante
es lograr una desvalidación de pensamientos automáticos perjudiciales y el
reemplazo por otros funcionales que le permitan una mejor respuesta. Desde
su origen, la teoría se basa en el fundamento que mantiene que lo

9
importante es la interpretación que le da el sujeto a los hechos antes que lo
que sucede en sí (Caro, 2006).

Esta investigación se llevó a cabo con el objetivo de reducir los


síntomas de la depresión en un grupo de estudiantes adolescentes y jóvenes
de la Universidad San Juan Bautista, con la aplicación de un Programa de
Terapia Cognitiva-Conductual; la reducción de tales síntomas les permitiría
una mejora sustantiva en su calidad de vida personal y académica.

El presente estudio está estructurado en cinco capítulos, a saber:

En el Capítulo I se desarrolla el marco histórico y el marco teórico de la


investigación, así como los antecedentes extranjeros y nacionales
correspondientes, además del marco conceptual.

En el Capítulo II se aborda el tema del planteamiento del problema, que


incluye la descripción de la realidad problemática, los antecedentes teóricos
y la definición del problema; asimismo, se enfoca el tema de la finalidad y los
objetivos de la investigación, que se extiende a versar sobre la delimitación,
justificación e importancia del estudio; terminando con la formulación de las
hipótesis, la fundamentación de los supuestos teóricos y la descripción de
las variables e indicadores de estudio.

En el Capítulo III se incluye la metodología, en el cual se tipifica la


población y muestra de estudio, y se especifica el diseño de estudio teniendo
en cuenta la naturaleza del problema y los objetivos del estudio; del mismo
modo, se describen las técnicas e instrumentos de recolección de datos y su
procesamiento.

En cuanto al Capítulo IV, aquí se presentan los resultados y el análisis


de los mismos, continuando con la contrastación de las hipótesis de
investigación y la discusión de resultados.

10
En el Capítulo V se citan las conclusiones y recomendaciones del
estudio.

Finalmente, se incluye el apartado de la bibliografía, así como los


anexos, con la matriz de consistencia y los formatos de los instrumentos
aplicados.

11
CAPITULO I: FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA
INVESTIGACIÓN

1.1 Marco Histórico

Inicio

La terapia cognitiva se inicia a mediados de los años cincuenta con la


propuesta de Albert Ellis y Aaron Beck, quienes después de reconocer la
dificultad de la intervención con los pacientes desde el modelo
psicoanalítico, instauran un tipo de psicoterapia que busca ser más eficaz y
de menor duración.

Se han propuesto tres clases principales de terapias cognitiva-


conductuales hasta la fecha:

1. Los métodos de reestructuración cognitiva (RC), que suponen que


los problemas emocionales son una consecuencia de pensamientos
desadaptativos y, por lo tanto, sus intervenciones trataran de establecer
patrones de pensamientos más adaptativos.
2. Las terapias de habilidades de afrontamiento (HA), que tratan de
desarrollar un repertorio de habilidades para ayudar al paciente a afrontar
una serie de situaciones estresantes.

3. Las terapias de solución de problemas (SP), que constituyen una


combinación de los dos tipos anteriores y que se centran en el desarrollo de
estrategias generales para tratar y solucionar un amplio rango de problemas
personales, insistiendo en la importancia de la activa colaboración entre el
paciente y el terapeuta.

Año Nombre de la terapia Autores


1958 Terapia racional emotivo conductual Ellis
1963 Terapia cognitiva Beck
1971 Entrenamiento en autoinstrucciones Meichenbaum
1971 Entrenamiento en manejo de ansiedad Suin y Richardson
1971 Terapia de solución de problemas D´Zurilla y Goldfriend
1971 Terapia de solución de problemas Spivack y Shure
1973 Entrenamiento en inoculación de estrés Meichenbaum
1974 Reestructuración racional cognitiva Golfried
1975 Terapia de conducta racional Maultsby
1977 Terapia de autocontrol Rehm
1983 Terapia cognitivo estructural Guidano y Liotti
1986 Terapia de valoración cognitiva Wessler y Hankin
1990 Terapia centrada en los esquemas Young

Cuadro 1. Cronología de las terapias cognitiva-conductuales (Obst, 2008).

La primera terapia cognitiva-conductual fue propuesta por Ellis y


posteriormente, con una línea de fundamentos muy similar, se conoció la
terapia de Beck. Ambos representan las psicoterapias más extendidas y
utilizadas hoy en día. Otras, aunque más actuales, se centran en temas más
específicos y su aplicación es aún limitada.

13
Desarrollo

El desarrollo de la terapia cognitiva-conductual se ha dado en tres


generaciones o etapas. La primera generación, que coincide con el
surgimiento de la terapia de conducta, se desarrolla entre los años 1950 y
1970 de manera paralela pero independiente en Inglaterra y Estados Unidos.
Este período se halla signado por un fuerte auge de la teoría del aprendizaje
fruto de la investigación básica en laboratorio. Por un lado, los psicólogos
británicos dedicaron sus esfuerzos especialmente a los desórdenes de
ansiedad, apoyando sus intervenciones en la teoría del condicionamiento
clásico propuesta por Pavlov. En esta línea se destacan claramente los
trabajos de Hans Eysenck y Joseph Wolpe. Precisamente este investigador
(formación psicodinámica, pero experimentó con animales) es el principal
exponente de la terapia de conducta en este entorno. La base de sus
investigaciones se centra en el trabajo sobre neurosis experimentales de
Masserman y la obra de Hull. Wolpe propuso el principio teórico de la
inhibición recíproca como base de la intervención para la neurosis: la
desensibilización sistemática. Aunque fue propuesto anteriormente, Wolpe lo
sistematiza para humanos usando la relajación, las respuestas asertivas y
sexuales como respuestas incompatibles con la ansiedad. La técnica de
desensibilización sistemática (DS) fue recogida en detalle en su obra
Psicoterapia por inhibición recíproca, donde aportaba datos de su eficacia.
La DS incluía la aproximación gradual a los estímulos evocadores de la
ansiedad, así como la presentación del material ansiógeno en la imaginación
o con el uso de hipnosis, y se basaba en procesos de aprendizaje que eran
explicados de manera precisa, detallada y científica. La construcción de la
DS representa el comienzo real de la moderna terapia de conducta.
Rachman (UK) y Lazarus (EE. UU.) colaboraron en la difusión de la DS.

Por otra parte, en Norteamérica, los psicólogos se orientaron


predominantemente al tratamiento de pacientes institucionalizados y
crónicos, fundamentalmente psicóticos con elevado grado de deterioro. En

14
este último caso, la teoría del condicionamiento operante propuesta por
Skinner dio el marco de referencia. Más allá de estas diferencias, ambas
líneas de trabajo se manejaron con escasa teorización y excesivo
empirismo, poniendo su énfasis en el comportamiento. Este último era
considerado el producto de los eventos ambientales, experiencias de
aprendizaje formadas casi exclusivamente a través del condicionamiento.
Este enfoque, que otorgaba escasa importancia a los fenómenos mentales o
cognitivos, representa históricamente la arista conductual de la actual terapia
cognitiva-conductual.

La insuficiente teorización del anterior modelo sumada a su dificultad


para dar solución a algunos desórdenes psicológicos son elementos claves
en el surgimiento de las terapias cognitivas, que inauguran la segunda
generación o período en el desarrollo. A mediados de la década del 60,
Aaron Beck y Albert Ellis comparten la visión de que la mayor parte de los
desórdenes psicológicos nacen por cogniciones incorrectas y/o un
procesamiento cognitivo defectuoso. Coherentemente con lo anterior,
proponen que el “remedio” para tales desórdenes consiste en la corrección
de los procesos cognitivos defectuosos y en el reemplazo de las ideas
incorrectas y disfuncionales por otras más realistas, adaptativas y
funcionales. Definitivamente, la terapia cognitiva de Beck selló su éxito en la
historia de la psicología con el tratamiento de la depresión. El nuevo enfoque
enriqueció sustancialmente las estrategias terapéuticas derivadas de las
teorías del condicionamiento que no habían logrado respuestas totalmente
satisfactorias para el desorden mencionado.

Hacia finales de la década del 80, con el desarrollo exitoso del


tratamiento para el desorden por pánico, que establece el vínculo de las dos
corrientes mencionadas (la del condicionamiento clásico-operante y la
cognitiva) en un sistema de trabajo más amplio, se inaugura así la tercera
generación o etapa del desarrollo de la terapia cognitiva-conductual, que
continúa hasta nuestros días. En tal sentido, las terapias de tercera

15
generación tienen en común una perspectiva funcional y contextual de los
trastornos psicológicos. A este enfoque o perspectiva se le ha dado el
nombre de contextualismo funcional, por cuanto estudia los eventos
psicológicos incluyendo los trastornos, como interacciones entre la persona y
el contexto, entendidas de acuerdo con su historia y circunstancias actuales.

De este modo, descritas someramente las tres generaciones en la


evolución de la terapia cognitiva-conductual, se puede afirmar que el
enfoque de la terapia cognitiva se refiere a un sistema de trabajo terapéutico
basado fundamentalmente en el rol que las cogniciones y los procesos
cognitivos juegan en la generación de emociones. El cambio en los
pensamientos y en los sistemas de procesamiento conducirá a cambios
emocionales y comportamentales. En esta línea se ubican las técnicas
terapéuticas: identificación, discusión y puesta a prueba de pensamientos
automáticos; identificación, análisis y cambio de creencias y supuestos
básicos; modificación de esquemas disfuncionales de procesamiento. Todos
estos procedimientos se hallan orientados al proceso de reestructuración
cognitiva, cuyo fin consiste en rediseñar, remodelar, cambiar el sistema de
pensamientos, ideas, creencias que presenta el paciente a fin de
transformarlas en más racionales, más realistas, más funcionales. En
cambio, el enfoque conductual se fundamenta en la concepción de que el
comportamiento en general y los desórdenes emocionales en particular,
responden a contingencias ambientales de acuerdo con las leyes del
condicionamiento. Así, las técnicas derivadas proponen un cambio
comportamental basado en la creación de nuevas conexiones de estímulos y
respuestas que reemplacen a las viejas y menos funcionales asociaciones.
Esto se logra a través de una manipulación sistemática y cuidadosamente
planificada de las contingencias ambientales, tal como cuando, para ayudar
a una persona a superar sus miedos, se ordenan los estímulos provocadores
de ansiedad y se presentan gradualmente mientras ella se relaja. De ese
modo, se busca crear así una nueva asociación entre el evento disparador
de ansiedad y la respuesta de relajación.

16
Actualmente, más allá de los avances en el terreno cognoscitivo, se
acepta ampliamente que existen desórdenes psicológicos para cuyo
tratamiento no se puede prescindir de las técnicas conductuales. Tal es el
caso de los hábitos nerviosos (tricotilomanía, tartamudez), desórdenes del
control de impulsos, adicciones, depresiones graves o problemas de
aprendizaje. Baste sólo para ilustrar, en el tratamiento de la agorafobia la
terapia de exposición con prevención de la respuesta, una técnica
eminentemente comportamental, constituye la opción más efectiva.

No obstante los orígenes relativamente independientes de ambas


líneas de trabajo, en la actualidad la mayoría de los psicólogos dedicados a
la práctica clínica aceptan que la integración de ambos paradigmas conduce
a la mayor eficiencia terapéutica.

1.2 Marco Teórico

1.2.1 Terapia cognitiva-conductual

A) Generalidades

En la actualidad, la terapia cognitivo conductual es el modelo


psicológico que más aplicaciones tiene. Numerosos trastornos se están
tratando actualmente con esta terapia y el campo de aplicación se ha
ido ampliando progresivamente. Hay tratamientos específicos para los
trastornos de ansiedad, la depresión, la esquizofrenia, las disfunciones
sexuales, etc. Sin embargo, a pesar de su situación actual favorable,
no siempre fue reconocida; tuvo que ir abriéndose camino entre las
técnicas tradicionales de terapia conductual y psicoanálisis que se
fueron flexibilizando paulatinamente (Lega, Caballo y Ellis, 2002).

La terapia cognitiva-conductual es un término genérico que se


refiere a las terapias que incorporan tanto intervenciones conductuales

17
(intentos directos de disminuir las conductas y emociones
disfuncionales modificando el comportamiento) como intervenciones
cognitivas (intentos directos de disminuir las conductas y emociones
disfuncionales modificando las evaluaciones y los patrones de
pensamiento del individuo). Ambos tipos de intervenciones se basan en
la suposición de que un aprendizaje anterior está produciendo
actualmente conductas desadaptativas. El propósito de la terapia
consiste en reducir el malestar o la conducta no deseada
desaprendiendo lo aprendido o proporcionando experiencias nuevas,
más adaptativas (Brewin, 1996).

Las terapias cognitiva-conductuales comparten algunos


supuestos, por ejemplo, mantienen que los individuos responden a las
representaciones cognitivas de los acontecimientos ambientales en vez
de los acontecimientos mismos y que el aprendizaje está mediado
cognitivamente. Así mismo, la modificación de las cogniciones puede
cambiar las emociones y la conducta y algunas formas de cognición
pueden registrarse y evaluarse. Algunas de las principales
características de la terapia cognitiva conductual son las siguientes
(Ingram y Scott, 1990):

1. Las variables cognitivas constituyen importantes mecanismos


causales.
2. Los objetivos específicos de algunos procedimientos son
cognitivos.
3. Se realiza un análisis funcional de las variables que
mantienen el trastorno.
4. Se emplean estrategias conductuales y cognitivas en intentos
de modificar las cogniciones.
5. Se pone un notable énfasis en la verificación empírica.
6. La terapia es de duración breve.

18
7. La terapia requiere de la colaboración entre terapeuta y
paciente.
8. Los terapeutas cognitivo conductuales son directivos.
9. El cambio de los síntomas sucede posterior al cambio
cognitivo.

La posición cognitiva-conductual plantea que la cognición se


entiende mejor en términos de estructuras cognitivas (la organización
interna de información, memoria a corto y largo plazo, almacenamiento
sensorial, etc.), de contenido cognitivo (el contenido real que se
almacena, conocimiento semántico, información generada
internamente, creencias almacenadas, etc.), de procesos cognitivos (la
manera de funcional del sistema para recibir, almacenar y transformar y
gobernar la salida de información, atención, elaboración cognitiva,
codificación, recuperación, etc.), y de los productos cognitivos
(resultados de la manipulación del sistema cognitivo, atribuciones,
imágenes, creencias a las que se ha accedido, decisiones,
pensamientos, etc.) (Caro, 2006).

Las estructuras y el contenido cognitivo suelen denominarse


conjuntamente esquemas.

Las deficiencias cognitivas y las distorsiones cognitivas sirven


para explicar el funcionamiento desadaptativo del individuo. Los seres
humanos somos seres racionales que podemos procesar la
información que recibimos del mundo exterior y a la cual accedemos
cuando ponemos en marcha nuestros procesos de conocimiento.
Tenemos la capacidad de conocer de forma precisa y correcta. Así, el
conocimiento que vamos adquiriendo es válido y verdadero cuando
represente adecuadamente la realidad.

19
El proceso terapéutico de las terapias cognitivas más clásicas,
como Beck o Ellis están basados sobre esa idea. Los pacientes ponen
en marcha procesos erróneos, distorsionados de pensamiento, que los
llevan a un conocimiento no válido. Terapeuta y paciente trabajan
activamente para encontrar dichas representaciones equivocadas de la
realidad de manera que con las técnicas terapéuticas el paciente logre
tener pensamientos más válidos, más ajustados a la realidad,
mejorando sus procesos de conocimiento (Caro, 2006).

En la actualidad, la terapia cognitiva se caracteriza por los


siguientes rasgos: diversidad, variedad, amplio rango de aplicación y
eficacia. Los problemas de los seres humanos se entienden como
conflictos de conocimiento y significado. Los terapeutas trabajan con
los supuestos, premisas y actitudes de los seres humanos y con la
repercusión de lo cognitivo en su bienestar.

Las terapias cognitivas darán diversas respuestas al problema


del significado y a los mecanismos necesarios de cambio. Por ejemplo,
y de forma muy esquemática, mientras que para Ellis la meta está en
desarrollar una filosofía más racional de vida, para Beck está en
cambiar el procesamiento distorsionado de información.

A pesar de estas diferencias, es posible encontrar fuentes


comunes que dieron origen al modelo cognitivo. Según Beck y
Weishaar (1989), serían tres las principales. Por una parte, el enfoque
“fenomenológico” en un sentido general y donde se destaca la filosofía
estoica para la cual el punto de vista que mantenemos sobre el sí
mismo y el mundo determina nuestra conducta.

La famosa frase de Epicteto describe el espíritu cognitivo así


como la apuesta que el modelo cognitivo hace sobre el origen y el
tratamiento de los problemas emocionales. “Los hombres no se

20
trastornan por las cosas que pasan, sino por las opiniones sobre las
cosas: por ejemplo, la muerte no es terrible, porque si lo fuera, le
hubiera parecido así a Sócrates, ya que la opinión sobre la muerte, que
es terrible, es lo terrible” (Caro, 2006).

La segunda influencia radica en la teoría estructural y en la


psicología profunda, a través de la conceptualización freudiana de la
organización jerárquica de la cognición en procesos primarios y
secundarios.

La tercera influencia se encuentra en la psicología cognitiva,


como el trabajo de Kelly sobre los constructos personales o el de
Lazarus sobre la primacía dada al papel de la cognición en el cambio
emocional y conductual.

Al margen de los temas filosóficos, lo cierto es que la terapia


cognitiva se ha venido desarrollando a partir del psicoanálisis y de la
terapia conductual, utilizando elementos de estas escuelas o
criticándolas y proponiendo visiones alternativas. Freeman (1983)
plantea que los primeros terapeutas cognitivos tomaron del modelo
conductual su interés por el método científico, el foco en el cambio
conductual y diversas técnicas conductuales. Por otra parte, tomaron
del modelo psicodinámico la importancia de comprender el proceso y el
diálogo interno.

El modelo cognitivo-conductual en psicoterapia, en sus inicios se


pudo sintetizar con uno de sus conceptos básicos: la mediación
cognitiva. Este concepto afirmaba que la respuesta, sea emocional o
conductual ante los estímulos no dependía exclusivamente del
estímulo, sino en gran parte de la evaluación del estímulo, de lo que la
persona pensaba e interpretaba del mismo. Como ejemplo podemos
citar que las personas no se deprimen por el abandono de su pareja, o

21
por el no haber aprobado un examen, sino por lo que se dicen a sí
mismos sobre eso, por lo que piensan sobre esa situación y sobre sí
mismos en relación a sus objetivos y deseos, y por la visión que creen
causar en los otros y en el mundo (Obst, 2008).

B) Albert Ellis: Terapia Racional Emotiva Conductual


(T.R.E.C)

El ABC

Sintética y gráficamente Ellis resumió su teoría en lo que


denominó el "ABC". Este concepto se grafica así por sus siglas en
inglés: A → B → C

"A" ("Activating Event") representa el acontecimiento activador.


Puede ser una situación, un acontecimiento externo o un suceso
interno (pensamiento, imagen, fantasía, conducta, sensación, emoción,
etc.).

"B" ("Belief System") representa en principio al sistema de


creencias, pero puede considerarse que incluye todo el contenido del
sistema cognitivo: pensamientos, recuerdos, imágenes, supuestos,
inferencias, actitudes, atribuciones, normas, valores, esquemas,
filosofía de vida, etc.

"C" ("Consequence") representa la consecuencia o reacción ante


"A". Las "C" pueden ser de tipo emotivo (emociones), cognitivo
(pensamientos) o conductual (acciones).

La terapia racional emotiva se maneja a través de seis principios


fundamentales (Obst, 2008):

22
1) El pensamiento es el principal determinante de las
emociones humanas.
2) El pensamiento disfuncional es la principal causa del
malestar emocional.
3) Debido a que sentimos en función de lo que pensamos, para
acabar con un problema emocional, tenemos que empezar haciendo un
análisis de nuestros pensamientos.
4) Múltiples factores, tanto genéticos como las influencias
ambientales (educación, etc.) se encuentran en el origen del
pensamiento irracional y la psicopatología.
5) A pesar de la existencia de influencias del pasado en la
psicopatología, la terapia racional emotiva enfatiza las influencias
presentes, ya que son las responsables de que el malestar haya
continuado a través del tiempo, a pesar de que las influencias pasadas
hayan dejado de existir.
6) Aunque las creencias se puedan cambiar, ese cambio no va
a suceder necesariamente con facilidad.

Esquema básico

La terapia cognitiva está basada en el modelo cognitivo que


postula que las emociones y conductas de las personas están influidas
por su percepción de los eventos. No es una situación en y por sí
misma lo que determina lo que una persona siente, sino más bien la
forma en que ella interpreta la situación. Por lo tanto la forma en que
sienten las personas está asociada a la forma en que interpretan, y
piensan sobre una situación. El esquema básico del paradigma puede
representarse así:

23
SITUACIÓN PENSAMIENTO REACCIÓN
AUTOMÁTICO

S PA R

Cuadro 2. Esquema básico de la terapia cognitiva-conductual.

En una representación más amplia vemos que los pensamientos


automáticos surgen de un sistema cognitivo integrado por creencias
intermedias y nucleares.

Las situaciones o estímulos pueden ser externos o internos. Los


internos pueden ser fantasías, sensaciones, síntomas recuerdos o
imágenes. Los pensamientos automáticos son los pensamientos
evaluativos, rápidos, que no suelen ser el resultado de razonamientos
sino más bien nacen espontáneamente. Estos pensamientos pueden
tener una forma verbal y/o no verbal. Los pensamientos automáticos
surgen de creencias, son relativos a las situaciones y representan el
nivel más superficial de cognición. Estas son ideas que son tomadas
por la persona como verdades absolutas.

Las creencias más centrales o nucleares, son cogniciones que


las personas frecuentemente no expresa ni aún para sí mismas y no
tienen clara conciencia de ellas. Estas creencias desarrolladas desde la
infancia consisten en definiciones, evaluaciones o interpretaciones
fundamentales y profundas que las personas hacen sobre sí mismas,
de las otras personas y de su mundo. Representan el nivel más
profundo, global y rígido de interpretación, que influye en otros niveles.

Entre estos dos niveles están las creencias intermedias, de las


cuáles surgen los pensamientos automáticos, y están influidas y
condicionadas por las nucleares. Están establecidas por el sistema de
normas actitudes y supuestos. Finalmente, las respuestas pueden ser:
emotivas, conductuales o fisiológicas.

24
SITUACIÓN PENSAMIENTO REACCIÓN
AUTOMÁTICO
S PA R

(verbales o
Estímulo imágenes)

Creencias Intermedias

(Reglas – actitudes –
supuestos)

Creencias nucleares sobre:

Uno mismo / otros / el


mundo

Cuadro 3. Esquema completo de la terapia cognitiva-conductual.

C) Terapia cognitiva-conductual

La terapia cognitiva es un proceso de resolución de problemas


basada en una experiencia de aprendizaje. El paciente, con la ayuda
del terapeuta, aprende a descubrir y modificar las distorsiones
cognitivas e ideas disfuncionales. La meta inmediata, denominada en la
Terapia Cognitiva "terapia a corto plazo", consiste en modificar la
predisposición sistemática del pensamiento y producir ciertos sesgos
cognitivos. La meta final, denominada "terapia a largo plazo" consiste
en modificar los supuestos cognitivos subyacentes que harían
vulnerable al sujeto, previniendo las recaídas.

El proceso de la psicoterapia cognitiva supone recorrer tres


etapas diferenciadas (Obst, 2008):

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1. Primera etapa: conceptualización del proceso y la
observación.

El objetivo de esta primera etapa, es entrenar al paciente para


ser un mejor observador de su conducta. Para lo cual es importante
redefinir el problema presente en términos de relación pensamiento -
afecto - conducta (P-A-C). Luego hay que re-conceptualizar el proceso
de intervención y modificar los círculos viciosos P-A-C que mantienen
el problema para hacer al sujeto menos vulnerable a ciertas situaciones
y disminuir las recaídas.

El primer paso consiste en evaluar los problemas que el paciente


trae a consulta y conceptualizarlos en términos cognitivos-
conductuales. Finalmente se hace una recogida de datos y auto
observación. Se conceptualizan los problemas cognitivamente, se
definen etapas y objetivos graduales de intervención y se elige un
problema para auto observación al mismo tiempo que se explica al
sujeto los autorregistros.

2. Segunda etapa: generar alternativas.

El objetivo de esta segunda etapa, es ayudar al paciente a


desarrollar pensamientos y conductas alternativas adaptativas,
incompatibles con los círculos viciosos P-A-C anteriores, mediante la
aplicación de técnicas conductuales y cognitivas que serán detalladas
posteriormente.

Una vez que el paciente ha entendido la base del procedimiento


de autor registro y la relación pensamiento-afecto-conducta, el
terapeuta puede comenzar a trabajar con éste la búsqueda de
alternativas cognitivas conductuales, a las interacciones problemas, las
distorsiones cognitivas y los significados personales subyacentes.

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3. Tercera etapa: mantenimiento, generalización y prevención
de recaídas.

La finalidad es consolidar, mantener y generalizar los cambios


logrados y disminuir la probabilidad de recaídas, mediante la atribución
de los logros terapéuticos al trabajo del paciente, sobre la base de sus
tareas para casa. Además se identifican con antelación situaciones de
alto riesgo futuro y se desarrollan habilidades preventivas de tipo
cognitivo- conductual.

Estructura de la sesión

Una de las características básicas del modelo cognitivo es el


grado de estructuración sobre el cual se debe regir el tratamiento. El
terapeuta organiza el tiempo de la sesión entre 45 y 60 minutos para
poder trabajar el foco del conflicto y tratarlo de manera cognitiva (Caro,
2006). En primer lugar, si se trata de una sesión hasta de 60 minutos,
se deberían dedicar entre 5 y 10 minutos iniciales a revisar el estado
actual del paciente desde la última sesión que acudió. A continuación,
se pueden utilizar 5 minutos para establecer la agenda del trabajo, es
decir cuáles serán los temas a tratar. Esta agenda se basa en el propio
estado del paciente y sobre el curso del tratamiento. Es importante
además dedicar unos 5 minutos adicionales a revisar la tarea que el
paciente ha traído a la sesión. Una vez terminada esta primera parte,
se trabaja de forma específica en los temas de la sesión. Antes de
terminar, se dedican unos 5 minutos a concretar y a explicarle al
paciente la tarea para la próxima sesión y 5 minutos finales para
recabar del paciente retroalimentación de cómo se ha sentido en la
sesión y sus opiniones acerca del curso de la terapia.

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La relación terapéutica

El terapeuta tiene una doble función: como guía, ayudando al


paciente a entender la manera en que las cogniciones influyen en sus
emociones y conductas disfuncionales; y como catalizador, ayudando a
promover experiencias correctivas o nuevos aprendizajes que
promuevan a su vez pensamientos y habilidades más adaptativas. El
manejo de ciertas habilidades facilita la colaboración, en especial el de
la empatía emocional y cognitiva (entender y reflejar como el paciente
parece vivir sus estados emocionales y la visión de su situación), la
aceptación del cliente (no rechazarlo por sus características personales
o tipo de problema presentado) y la sinceridad del terapeuta (Beck,
Rush, Shaw, y Emery, 1979).

Estrategias de tratamiento

Una vez conceptualizados los problemas del paciente se genera


un plan de tratamiento con el fin de modificar las distorsiones cognitivas
y los supuestos personales. Para ello el terapeuta se vale tanto de
técnicas cognitivas como conductuales. Estas técnicas son
presentadas durante las sesiones y evaluadas periódicamente, se pide
feedback de su entendimiento, se ensayan en consulta, y se asignan
como tarea para casa.

La finalidad de las técnicas cognitivo-conductuales es


proporcionar un medio de nuevas experiencias correctoras que
modifiquen las distorsiones cognitivas y supuestos personales. Facilitan
la exploración y detección de los pensamientos automáticos y
supuestos personales y proporcionan experiencias reales y directas
para comprobar hipótesis cognitivas y desarrollar las nuevas
habilidades fóbicos (Harrison, Beck, y Buceta 1984).

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Técnicas cognitivas

El objetivo de las técnicas cognitivas es lograr que el paciente


sea capaz de identificar los pensamientos que le causan problemas,
así como ver otros puntos de vista alternativos de una situación que no
ha considerado antes y modificar posibles errores cognitivos. A
continuación un detalle de las principales técnicas cognitivas de Beck
(Caro, 2006).

Psicoeducación directa: Los pacientes reciben información


acerca de lo que no conocen para adquirir seguridad. Por ejemplo,
información sobre la seguridad de los ascensores para un paciente con
fobia.

Descenso vertical: Mostrar al paciente peores escenarios que le


permitan dimensionar sus problemas de una forma objetiva, se utilizan
preguntas como: “Qué ocurriría si…”

Detección de pensamientos automáticos: Los pacientes son


entrenados para observar la secuencia de sucesos externos y sus
reacciones a ellos. Se utilizan situaciones (pasadas y presentes) donde
el sujeto ha experimentado un cambio de humor y se le enseña a
generar sus interpretaciones (pensamientos automáticos) y conductas
a esa situación o evento. La forma habitual de recoger estos datos es
mediante la utilización de auto registros como tarea.

Reatribución: El paciente puede creer que es responsable de


sucesos sin evidencia suficiente, cayendo por lo común en la culpa.
Revisando los posibles factores que pueden haber influido en la
situación, se buscan otras causas que pudieron contribuir a ese
suceso.

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Uso de imágenes: Se puede usar imágenes para que el paciente
modifique sus cogniciones o desarrolle nuevas habilidades. Por
ejemplo pueden ser utilizadas imágenes donde el paciente se ve
afrontando determinadas situaciones, instruyéndose con cogniciones
más realistas.

Negación de los problemas: El paciente hace una lista de los


problemas y los categoriza según su importancia. El objetivo es que se
analice por que la situación no es un problema.

Comprobación de predicciones: Hacer que el paciente haga una


lista de predicciones específicas para la próxima semana y haga un
seguimiento de los resultados.

Técnicas conductuales

Al igual que las técnicas cognitivas, las conductuales trabajan


con los síntomas principales del paciente. Algunas de las principales
técnicas conductuales utilizadas en terapia cognitiva estándar (Leahy y
Holland, 2000) son:

Programación de actividades alternativas: Se utiliza para que el


paciente ejecute una serie de actividades alternativas a la conducta-
problema, por ejemplo realizar actividades deportivas para reducir la
agresión.

Escala de dominio/placer: El paciente lleva un registro de las


actividades que realiza a lo largo del día y va anotando para cada una
de ellas el dominio que tiene en su ejecución y el placer que le
proporciona (utilizando escalas de 0-5).

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Asignación de tareas graduadas: Cuando el paciente tiene
dificultades para ejecutar una conducta dada, el terapeuta elabora con
el paciente una jerarquía de conductas intermedias de dificultad para
poder alcanzar la conducta meta.

Entrenamiento asertivo: Se utiliza para que el paciente aprenda


a manejar con más éxito sus conflictos interpersonales y utilice
conductas que protejan sus derechos mientras respeta la de los otros.

Entrenamiento en relajación: Técnicas para que el paciente


aprenda a distraerse de las sensaciones de ansiedad y las inhiba a
través de la distensión muscular.

Ensayo conductual y rol playing: Se recrean escenas que el


paciente ha vivido con dificultad y mediante modelado y ensayo de
otras conductas, se van introduciendo alternativas para su puesta en
práctica.

Exposición en vivo: el paciente se enfrenta de modo más o


menos gradual a las situaciones temidas sin evitarlas, hasta que
modifica sus expectativas atemorizantes y termina por habituarse a
ellas.

Visualización: Enseñar a los pacientes a usar imágenes


placenteras para distraerse del pensamiento negativo e inducir la
relajación.

Entrenamiento en habilidades sociales: Entrenar a los pacientes


en las habilidades necesarias para conocer gente, iniciar nuevas
conversaciones, ir a entrevistas de trabajo, etc.

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Estrategias cognitivo-conductuales grupales

La terapia cognitiva también se ha utilizado como estrategia


grupal.

Especificidad de los grupos

Se trabajan con grupos de psicopatología homogénea,


preferentemente, ya que se trata de modificar distorsiones y supuestos
cognitivos similares, con un tamaño de 5 a 10 sujetos, siendo 9 lo ideal.
El proceso de terapia tiene 15 sesiones como mínimo y la duración
media de las sesiones es de 2 horas, normalmente se requieren dos
sesiones semanales (Obst, 2008).

Existen dos niveles de trabajo:

1) Trabajo individual: se seleccionan 3 problemas de 3


pacientes y se les dedica unos 20 minutos a cada paciente; el resto del
grupo escucha, a menos que el terapeuta pida su intervención con
preguntas (¿tú qué hubieras pensado en esa situación?, ¿cómo
piensas que actuó, cómo crees que tú hubieses actuado?, ¿a alguien le
ha ocurrido algo parecido?).

2) Trabajo de rondas: se revisan progresos, auto registros


individuales, tareas para casa. Para la ronda, se les pide a los
pacientes que seleccionen 1 o 2 situaciones para analizar su
afrontamiento cognitivo-conductual.

Al igual que las sesiones de psicoterapia individual, existe una


estructura típica de la sesión cognitiva grupal. En la primera fase se
hace una introducción progresiva de elementos conceptuales de la
terapia y se trabaja sobre técnicas cognitivas y técnicas conductuales a

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ser utilizadas, posteriormente se trabaja con la revisión de las tareas
para casa y finalmente se realiza un resumen del trabajo y se
programan nuevas de tareas para casa.

Las tareas terapéuticas

Como cualquier otro elemento del tratamiento, la tarea prescita


en terapia cognitiva debe ajustarse siempre al tipo de paciente, a su
contexto, a su nivel de deterioro o malestar. La tarea es tan importante,
que incluso se ha llegado a predecir el éxito del tratamiento en función
de la respuesta a la tarea.

Los tipos de tareas que puede hacer un paciente son muy


diversas, y con diferente grado de dificultad y estructuración. Así,
podemos tener tareas tan importantes como el registro de
pensamientos, modificación de actitudes negativas.

El objetivo específico de la asignación de tareas es que el


paciente comunique al terapeuta su estado cognitivo emocional a lo
largo de la semana, y que aprenda a relacionar pensamientos,
emociones y conductas. Permiten desarrollar su capacidad de
introspección, básica para poder hacer terapia cognitiva, y su
motivación y adherencia al tratamiento.

Adicionalmente, modifica una conducta disfuncional para


establecer una apropiada, cambiando las creencias y los pensamientos
distorsionados, ayuda a vencer temores e inhibiciones, mejorando la
auto-confianza y finalmente prepara a los pacientes para ser sus
propios terapeutas (Obst, 2008).

Existen ciertos pasos para la planificación de las tareas, primero


se debe definir el problema y formular un proyecto que inicie con

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actividades sencillas para que progresivamente se incremente la
dificultad. El terapeuta deberá dar retroalimentación inmediata al
paciente y aclararles las dudas o los problemas que se hayan podido
sucintar en el proceso.

El terapeuta deberá explicar con claridad la importancia de las


tareas y prevenir al paciente de posibles fracasos y consecuencias que
éstas traerán para su vida. Deben ser definidas en cooperación y de
común acuerdo, analizando los problemas y las posibles soluciones.

Finalmente, es fundamental asegurarse de que el paciente


cumpla con las tareas, y con el registro y memorización de lo acordado,
para lo cual éstas siempre deben ser revisadas en cada sesión. El
paciente desde un inicio debe conocer en detalle su finalidad para
sentir la motivación en su ejecución, y si llegara a incumplirlas se debe
analizar los motivos para corregirlos (Caro, 2006).

1.2.2 La adolescencia

A) Conceptualización de adolescencia

El término adolescente proviene del latín adolescer, y significa ir


creciendo, desarrollarse hacia la madurez, hacerse adulto. Hay
diferentes conceptualizaciones sobre el término. Algunos ubican la
adolescencia como un periodo vital entre la infancia y la adultez. Otros
la conciben como un „segundo nacimiento‟, en tanto entienden que en
ese periodo se reavivan ciertos conflictos relacionados con el estado de
indefensión del bebé, enfrentado a un mundo que le es caótico y
desconocido (Rascovan, 2000).

La adolescencia es la transición del desarrollo entre la infancia y


la adultez que implica cambios físicos, cognitivos y emocionales

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importantes. Inicia aproximadamente a los 12 años en promedio en las
mujeres y 14 en los hombres. Los genes heredados aún ejercen mucha
influencia en el pensamiento y la conducta, pero ésta ahora se combina
con las condiciones sociales, las experiencias familiares y escolares
(Feldman, 2007).

Desarrollo cognitivo

Durante la adolescencia, hay un crecimiento de la capacidad y el


estilo de pensamiento que aumenta la conciencia del individuo, su
imaginación, su juicio e intuición. En esta etapa, el desarrollo
cognoscitivo se caracteriza por un mayor pensamiento abstracto.
Además, se observa un mayor desarrollo de la amígdala que controla
el procesamiento de la información sobre las emociones.

Piaget describió el pensamiento abstracto del adolescente como


la característica distintiva de la etapa final del desarrollo cognoscitivo.
En su teoría, la etapa final es la del pensamiento operacional formal, el
cual exige la capacidad de formular, probar y evaluar hipótesis.
Requiere manipular no solo lo conocido y verificable, sino también las
cosas contrarias a los hechos.

El adolescente empieza a pensar abstrayendo las circunstancias


y a fabricar sus propias teorías. Es la etapa de los sueños ya que el
mundo real no da suficiente alternativas para la realización de sus
proyectos, entonces se refugia en su mundo imaginativo. Así mismo
muestran una capacidad cada día mayor de planear y prever su futuro
(Craig y Baucum, 2009).

La inteligencia en esta etapa involucra no solo la acumulación de


conocimientos nuevos sino también el procesamiento y el
perfeccionamiento de la información. La capacidad de entender

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situaciones contrarias a los hechos influye en la relación de los
adolescentes con sus padres al comparar a su progenitor ideal con el
que ven todos los días. Las disputas familiares suelen intensificarse
durante los primeros años. Los adolescentes tienen necesidad de
seguridad, pero a la vez, buscan independencia de sus padres y para
ello emplean la desobediencia (Craig y Baucum, 2009).

A menudo, los adolescentes adoptan una actitud crítica ante las


instituciones sociales, la familia, sus padres. También aumenta su
interés por los problemas sociales políticos y morales. En vez de hablar
de rebeldía, es importante considerar esta etapa como un periodo en el
que los padres y adolescentes establecen nuevas relaciones y
negocian nuevas formas de convivencia. Los padres deben aprender a
darles un trato más igualitario, permitiendo la defensa de sus opiniones
propias (Haste y Torney-Purta, 1992).

Según Elkin y Bowen (1979), el adolescente desarrolla una


forma de egocentrismo en la que no distingue entre sus intereses
personales y los de otros. Genera un sentimiento de que lo vigilan y lo
juzgan constantemente denominado audiencia imaginaria. Algunos
crean una fábula personal, es decir, piensan que son tan especiales
que no deberían estar sujetos a leyes naturales.

Según Erikson (1968), el desarrollo de la identidad es un


proceso largo y extraordinariamente complejo. Su formación no inicia ni
concluye en la adolescencia, empieza con la aparición del apego, el
desarrollo de la conciencia del yo y la independencia en la infancia,
alcanzando su la última fase cuando se revisa la vida entera en la
vejez. Su resolución en la adolescencia permite una vida estable, más
flexible, y abierta a cambios, tanto familiares como sociales y laborales.
Además, permite tomar decisiones sólidas y duraderas. El adolescente
debe determinar el sentido de sí mismo, incluyendo el rol que

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desempeña en la sociedad. La tendencia a estar en grupo y la
intolerancia a las diferencias, son mecanismos de defensa contra ésta
confusión de identidad.

También se puede demostrar esta confusión regresando hacia


actitudes infantiles para resolver conflictos. De la crisis de identidad
surge la virtud de la fidelidad, que le da un sentido de pertenencia,
valores, ideología, etnia, etc. El sentido de identidad, comienza donde
termina el proceso de identificación. La fidelidad representa un sentido
amplio de confianza, en la infancia es importante confiar en los otros,
en la adolescencia lo es el confiar en sí mismo. Además los
adolescentes transfieren la confianza que antes solo tenían en sus
padres a otras personas, como amigos y posteriormente a su pareja
(Feldman, 2007).

El amor es parte del camino, al intimar y compartir sentimientos


y pensamientos, se ofrece parte de la identidad. La intimidad madura
según Erickson, sólo puede darse cuando la persona haya logrado una
identidad estable que incluya: compromiso, sacrifico y entrega.

Hay diferencias en el logro de la identidad para hombres y


mujeres.

La identificación inicia con el moldeamiento del yo por parte de


los demás, pero la formación de la personalidad implica ser uno mismo.
No es un proceso de malestar sino por el contrario un proceso
saludable, que contribuye al fortalecimiento del ego del adulto, quien
organiza sus habilidades y necesidades para las exigencias de la
sociedad.

Usando la teoría de Erickson como punto de partida, el psicólogo


Jaime Marcia (1980) propuso que la identidad puede clasificarse según

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dos características: crisis y compromiso. La crisis es el período de
desarrollo de la identidad durante la cual el adolescente elige entre
alternativas coherentes, de forma consciente; y el compromiso es una
apuesta por una ideología, es cuando el adolescente muestra un
interés personal en lo que va a hacer.

Marcia (1980) define la identidad como una organización interna


autoconstruida y dinámica de anhelos, capacidades, creencias, e
historia individual. En su trabajo propuso cuatro categorías de la
identidad del adolescente:

1. Exclusión de identidad: se experimenta cuando los


individuos se han comprometido pero no han tenido ninguna crisis.
Comúnmente sucede cuando los padres trasmiten compromisos a sus
hijos, sobre todo de una forma autoritaria. Lo que ocasiona es que los
adolescentes no tengan la oportunidad de explorar distintos enfoques,
ideologías, ni vocaciones con autonomía, sino que, aceptan decisiones
de otros. Ejemplo: los padres que quieren que su hijo estudie una
determinada carrera.

2. Moratoria de la identidad: surge cuando los individuos se


encuentran en medio de una crisis, exploran muchas alternativas pero
sus compromisos aún no existen o están vagamente definidos. Son
alegres y atractivos, buscan intimidad con otros y luchan por tomar una
decisión, son competitivos, ansiosos y vivaces pero a veces
conflictivos. Ejemplo: alguien que no sabe qué carrera estudiar pero
busca ayuda en el departamento de orientación universitaria.

3. El logro de la identidad: aparece cuando los individuos han


pasado por una crisis adoptando un compromiso concreto. Han tomado
decisiones y empieza a tomar responsabilidades sobre ellas, se
convierten en personas analíticas, tienen sentido del humor, funcionan

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bajo estrés, pueden mantener relaciones íntimas, mantienen sus
convicciones y están abiertos a nuevas ideas. Ejemplo: Alguien que
obtuvo una licenciatura luego de analizar la mejor carrera, ahora
espera para iniciar su trabajo.

4. Confusión de identidad: se presenta cuando los individuos,


aún no han experimentado una crisis, y no han realizado ningún tipo de
compromiso. Los adolescentes de esta categoría no se comprometen
ni exploran alternativas. Tienden a ser superficiales y cambian de una
cosa a otra. Suelen ser infelices y a menudo solitarios porque tampoco
se comprometen con la gente. Ejemplo: Adolescente de 13 años que
no sabe qué hacer de adulta.

La adolescencia es un momento de búsqueda y consecución de


la identidad personal. Esta identidad es de naturaleza psicosocial y
contiene importantes ingredientes de naturaleza cognitiva. El
adolescente se juzga a sí mismo de la misma forma de cómo es
percibido por los otros, y se compara con ellos. Estos juicios pueden
ser conscientes o inconscientes, con inevitables connotaciones
afectivas, que dan lugar a una conciencia de identidad exaltada o
dolorosa, pero nunca afectivamente neutra.

Características psicológicas

Es difícil generalizar acerca de los efectos psicológicos del


momento de inicio de la pubertad, estos dependen de la manera en
que el adolescente y las personas en su entorno interpretan los
cambios. Los efectos de la maduración temprana o tardía tienden a ser
negativos cuando los adolescentes están mucho más o menos
desarrollados que sus compañeros.

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Los chicos que maduran antes son más equilibrados, calmados,
amables, populares entre sus compañeros, presentan tendencia al
liderazgo y son menos impulsivos. Por el contrario a las niñas no les
gusta madurar pronto, cuando sucede tienden a ser menos sociables,
expresivas y equilibradas; son más introvertidas y podrían tener
tendencia a la autoestima baja y no estar satisfechas con su cuerpo
(Feldman, 2007).

Las niñas que maduran antes tienen además, mayor


probabilidad de mostrar problemas conductuales en escuelas mixtas
que en escuelas sólo para niñas. Sin embargo, ésta condición se
revierte posteriormente, de allí la importancia de la convivencia de
ambos sexos en un ambiente escolar para el aprendizaje de
comportamientos adecuados y el establecimiento de límites (Feldman,
2007).

Craig y Baucum (2009) mantienen que los adolescentes son


muy sensibles respecto a su apariencia ya que se encuentran con la
necesidad de reconstruir una nueva imagen corporal. Cuando su
autoimagen no corresponde a lo que ven en los medios o al grupo en el
que se desenvuelven, se someten a dietas o estrictos regímenes de
ejercicio. El interés por su imagen corporal puede ocasionar trastornos
alimenticios como la anorexia nerviosa o la bulimia, así como
inestabilidad emocional, sensibilidad extrema, inhibiciones e
idealizaciones.

Las emociones del adolescente a veces parecen exageradas,


sus acciones son inconsistentes y cambian repentinamente de estado
emocional, entre la felicidad y la tristeza, entre sentirse inteligentes o
incapaces. En ocasiones requieren ser cuidados como niños pequeños,
pero en otras piden independencia y autonomía. De ahí la importancia
de la buena comunicación con los padres quienes les ayudarán a

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comprender que están atravesando una etapa con muchos y grandes
cambios, situaciones que no siempre parecen mejorar en el progreso.

Características sociales

El grupo de amigos y compañeros constituye un gran punto de


apoyo. En la etapa anterior del desarrollo, la forma de relacionarse con
sus iguales era únicamente lúdica; en la adolescencia en cambio, se
busca comunicación, comprensión, apoyo, liberación, reducción de
tensiones. Se trata de amistades intensas. El grupo de compañeros
ejerce influencias en la realización de deseos y necesidades del
presente y en aspectos como formas de vestir, lecturas, música y otros
intereses.

Las relaciones con los adultos en esta etapa son ambivalentes.


En ocasiones se oponen a ellos y a los valores que representan y,
otras veces, los imitan pues necesitan modelos en una época en la que
tienen que afirmar su personalidad. La influencia de los padres es
determinante sobre todo para su futuro (Papalia, Olds y Feldman,
2009).

También es importante destacar la relación que mantiene el


adolescente con el colegio, los profesores democráticos y liberales
influencian en la forma de pensar y actuar del adolescente. Por el
contrario, aquellos que adopten posturas excesivamente rígidas e
inflexibles serán criticados con dureza y recibirán una abierta oposición.
Los compañeros de clase cobran gran importancia al influenciar en su
imagen física, psíquica y social.

La vida afectiva del adolescente va a fluctuar entre el


retraimiento o aislamiento personal y la tendencia a relacionarse con
otros. Pueden observarse diferentes etapas como la afirmación de sí,

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donde el individuo goza de la soledad y ve a la intimidad como algo
muy valioso, el espíritu de independencia, el cual le lleva a separarse
de quien hasta entonces ha ejercido un cierto dominio sobre el; o la
conquista afectiva del mundo, en la cual, quiere que los demás
reconozcan su valor (Papalia, Olds y Feldman, 2009).

Además, los adolescentes fluctúan hacia una tendencia a


relacionarse con otros basado en sus intereses sexuales. Este factor
constituye otro de los componentes básicos que ayudan a comprender
su mundo afectivo. En edades tempranas, el individuo vive en un
mundo cuyo centro es él mismo rodeado de sus padres. Con el paso
de los años, se supera ese egocentrismo, se recoge en sí mismo y
comienza a reconocer a su alrededor personas, surgiendo en él
intereses sexuales, sociales, culturales y vocacionales.

De los 10 a los 12 años, se manifiesta, cierta oposición entre


hombres y mujeres, predominan los grupos unisexuales. A partir de los
12 años, comienzan a interesarse los amigos en cuanto grupo; surge la
pandilla de ambos sexos cuyo sentido será facilitar el encuentro de la
pareja. Algunos empiezan a emparejarse e independizarse en fases
tempranas, tendencia que va en aumento (Craig y Baucum, 2009).

El preadolescente era individualista, y se identificaba solo con


personas que pensaran como él. El adolescente en cambio, se abre a
las influencias más diversas y reconoce que la autoridad, el orden, la
ley y la obediencia son necesarios. Empieza a socializar y madurar
como sus semejantes desean y esperan, en consecuencia alcanza una
personalidad más sólida. Se trata de la edad de la entrega y la
generosidad. Es mucho más consciente del mundo que le rodea y
encuentra interés en los movimientos juveniles y voluntariados. En esa
apertura al mundo que le rodea, aparecen también intereses culturales

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como parte integrante de sus intereses sociales (Craig y Baucum,
2009).

En la adolescencia los espacios para las interacciones sociales


aumentan, mientras que se debilitan, en algunos casos, las relaciones
familiares. La emancipación respecto a la familia depende de la forma
en la que los adolescentes hayan sido educados y la comunicación que
exista. Junto a los deseos de independencia, el adolescente sigue con
una enorme demanda de afecto y protección por parte de sus padres, y
éstos a su vez continúan ejerciendo una influencia notable sobre sus
hijos.

Dicha influencia es determinante para que ésta etapa se


desarrolle de forma saludable, permitiendo al adolescente su formación
adecuada. Es muy importante el escucharlos y apoyar sus elecciones,
sin embargo, es necesario también que los padres conozcan sus
amistades y el medio en el que se desenvuelven y que mantengan un
sistema de normas con derechos y obligaciones claras.

En esta etapa el grupo de amigos y amigas es muy importante,


aparece la necesidad del mejor amigo, casi siempre del mismo sexo,
alguien que se transforma en la única persona capaz de entenderlo y
de escucharlo. La edad se convierte en un poderoso puente de unión,
pasan con quienes se sienten cómodos y pueden identificarse, tienden
a creer que la mayoría de adolescentes comparten sus valores
personales y que la mayoría de las personas adultas no. No obstante
esta situación suele ser parcial, temporal o superficial, y siempre los
hijos tendrán la tendencia a adoptar y vivir acorde a los valores de sus
padres. Tanto la familia como el grupo de pares son fundamentales
para el desarrollo de las y los jóvenes y no debería existir competencia
entre ellos (Feldman, 2007).

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El desarrollo social no es el mismo en hombres y mujeres,
existen diferencias biológicas determinantes. Hay que considerar
también las características familiares, como el lugar que ocupa entre
los hermanos, si vive en una ciudad o en el campo, los recursos
económicos, si se pertenece a un cierto grupo étnico, cultural o
religioso, etc.

Problemas frecuentes en la adolescencia

Los drásticos cambios físicos, psicológicos, cognitivos, sociales


y psicosexuales por los que el adolescente atraviesa en su desarrollo,
lo hacen vulnerable en el proceso de convertirse en adulto. Las
influencias del medio hacen del crecimiento, un proceso complicado y a
veces conflictivo. A continuación una revisión de los problemas más
comunes de la adolescencia.

Problemas y comportamientos relacionados con la salud

Los problemas de la salud son prevenibles, ya que se derivan


del estilo de vida o de la pobreza. Según una encuesta de la OMS
(2008), los adolescentes con mayores recursos económicos siguen
dietas más sanas y tienen mayor actividad física.

El ejercicio (o la falta de él) afecta la salud tanto física como


mental. La participación frecuente en los deportes mejora la fortaleza o
resistencia, reduce la ansiedad y el estrés, y aumenta la autoestima,
las calificaciones escolares y el bienestar del adolescente. Por
desgracia, una tercera parte de los alumnos de educación media no
realizan la cantidad recomendada de actividad física y la proporción de
jóvenes inactivos va en aumento.

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La privación del sueño entre los adolescentes se considera una
epidemia. Según un estudio de la OMS en el 2008, un promedio de
40% de los adolescentes consultados de 28 países informaron
somnolencia durante la mañana por lo menos una vez a la semana. En
general reportaron irse a dormir más tarde y dormir menos durante los
días de la semana a medida que aumenta la edad. Un patrón de dormir
tarde y quedarse dormido en la mañana puede contribuir al insomnio,
un problema que a menudo comienza en la adolescencia.

También la buena nutrición es importante para respaldar el


rápido crecimiento de los adolescentes. Sin embargo, tienden a tener
dietas menos sanas, comen menos frutas y verduras y más dulces,
bebidas carbonatadas y otros alimentos chatarra. A nivel mundial, la
nutrición deficiente es más común en poblaciones de bajos recursos
económicos, en cambio los trastornos de conducta alimentaria, como la
obesidad, son más frecuentes en sociedades industrializadas.

Según Simon et al. (2001), la preocupación excesiva por el peso


y la imagen corporal están ocasionando trastornos como la anorexia y
la bulimia nerviosa. Ambos trastornos implican patrones anormales de
ingesta de alimentos, como alimentación errática, inanición
autoimpuesta o atracones de comida seguidos por vómito auto inducido
o uso de laxantes para purgar el sistema digestivo. Estos trastornos
crónicos afectan mayormente a las mujeres adolescentes. Son
especialmente comunes en niñas presionadas a tener éxito, en hijas de
padres solteros o divorciados y niñas que con frecuencia comen solas.

La anorexia nerviosa es un trastorno que típicamente comienza


en la adolescencia y que se caracteriza por una preocupación obsesiva
por estar delgado. Existen dos tipos:

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 restrictiva, donde el paciente intenta disminuir de peso
realizando dieta y practicando ejercicio físico extremo y purgativo,
además de la dieta y el ejercicio, las personas afectadas por esta
modalidad se autoprovocan el vómito. Las personas con anorexia
tienen una imagen corporal distorsionada, aunque están cuando
menos con un 15% por debajo de su peso corporal, piensan que están
demasiado gordas (Papalia, Olds y Feldman, 2009).

 en la bulimia, una persona realiza atracones de comida con


regularidad durante un periodo corto, en general de dos horas o
menos, y luego intenta deshacer la elevada ingesta calórica con vómito
auto inducido, dietas o ayunos estrictos, ejercicios excesivamente
vigorosos o laxantes, enemas o diuréticos para purgar el organismo
(Papalia, Olds y Feldman, 2009).

Problemas por el uso de alcohol

El abuso de sustancias es el uso dañino de alcohol u otras


drogas. Conduce a una adicción fisiológica, psicológica, o ambas que
en ocasiones continua hasta la edad adulta. El alcohol es un depresor
del sistema nervioso central, con efectos similares al de los
tranquilizantes.

Cuando se ingiere en cantidades pequeñas, los efectos son una


menor inhibición y un sentido eufórico de bienestar. El consumo
prolongado de alcohol aumenta la tolerancia pero causa daño al hígado
y al cerebro (Craig y Baucum, 2009).

El alcoholismo es una enfermedad crónica, progresiva y fatal,


caracterizada por tolerancia y dependencia física y por cambios
orgánicos patológicos. Existe predominio del sexo masculino de esta

46
afección, aunque es cada vez mayor su adición en el sexo femenino y
en jóvenes en general.

Es importante tener en cuenta que existe un cambio


considerable en las costumbres que favorecen el consumo de alcohol,
este está presente en todos los contextos de interacción social, los
adolescentes tienen hoy una mayor independencia económica en
líneas generales, que les permite ingresar aceleradamente en la
sociedad de consumo. Está en nuestra sociedad porque cumple
determinadas funciones como la de servir de elemento de integración
para unos jóvenes y de evasión para otros, también da una solución
temporal a los problemas al alejar al paciente de la realidad.

La mayoría de los adolescentes no sólo beben por placer, sino,


por otras múltiples razones como la búsqueda de efectos agradables,
el encontrarse a gusto en un grupo, la búsqueda de una mayor
capacidad de relación, elementos de presión social, el bombardeo de la
publicidad y la oferta. Hay jóvenes que lo utilizan como una
herramienta para enfrentar sus miedos y perder la timidez (Craig y
Baucum, 2009).

El consumo de alcohol dentro de la familia es una referencia


para los adolescentes y afecta sobre todo en la edad de inicio del
consumo. Los adolescentes beben menos y tienen menos problemas
relacionados con el alcohol cuando los padres aplican una disciplina
uniforme y expresan sus expectativas claramente. Los hijos de padres
alcohólicos tienen más probabilidades de empezar a tomar durante su
adolescencia y a desarrollar desórdenes de uso de alcohol.

Según la OMS (2008), cada año crece el número de


adolescentes que consumen bebidas alcohólicas en el mundo entero.
Sin embargo, muchos niegan sufrir alcoholismo puesto que no

47
consumen entre semana, sin embargo, sobrepasarse todos los fines de
semana y comenzar a depender de ese hábito conlleva también un tipo
de alcoholismo, ya que crea dependencia y adicción hacia ese tipo de
bebida. Generalmente, el adolescente tiene dificultades en saber cuál
es su límite, y pocas veces tiene conciencia de cuándo tiene que parar
de beber.

Con el tiempo, la forma de beber de los adolescentes ha


cambiado considerablemente, ahora consumen alcohol
intermitentemente y sin diferencia en los sexos, la mujer ha alcanzado
al hombre en el consumo. Normalmente, beben más los fines de
semana y las bebidas preferidas son la cerveza, las bebidas destiladas
y los combinados. Buscan una rápida intoxicación y ocupan casi la
totalidad del tiempo libre en actividades relacionadas con beber
(Papalia, Olds y Feldman, 2009).

La accesibilidad de los jóvenes a las bebidas alcohólicas es


cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta a
menores. La edad media de inicio en el consumo de alcohol entre los
escolares, según los datos de la Encuesta sobre Drogas a la Población
Escolar 1998 (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas), es de 13.6 años, y la edad media de inicio de consumo
semanal se sitúa en los 14.9 años. Según esta fuente las mujeres
registran mayor prevalencia de consumo de alcohol, aunque en
cantidades menores (Contradrogas, 1999).

El 84.2% de los escolares ha consumido alcohol en alguna


ocasión y el 43.9% consume al menos una vez a la semana. En cuanto
a los episodios de embriaguez el 41% de los escolares se han
emborrachado en alguna ocasión y el 23.6% en el último mes. Un 80%
de las muertes registradas entre adolescentes se deben a causas
violentas y dentro de ellas las relacionadas con drogas o alcohol

48
representan el 50%, existiendo un mayor porcentaje de suicidios en los
adictos a estas sustancias.

Problemas de conducta y sujeción a reglas

Los adolescentes y sus padres suelen quejarse cada uno de la


conducta del otro. Los padres con frecuencia sienten que han perdido
cualquier tipo de control o influencia sobre sus hijos. Por su parte, los
adolescentes, al mismo tiempo que desean que sus padres les apoyen
comprendan, rechazan cualquier restricción en sus libertades
crecientes y en la capacidad para decidir sobre sí mismos (Papalia,
Olds y Feldman, 2009).

Los adolescentes que rechazan ir al colegio con frecuencia


tienen dificultades en relacionarse. Es necesario comprobar la
posibilidad de que está siendo acosado por alguno de sus compañeros
o profesores. El acoso es un problema frecuente del que la gente joven
encuentra difícil de hablar y que puede hacer que ir al colegio, resulte
una experiencia solitaria, miserable y amenazadora, que finalmente
puede dar lugar a problemas de tipos de ansiedad y depresión, falta de
confianza en sí mismos, y dificultad para hacer amigos (Craig y
Baucum, 2009).

Los conflictos en la adolescencia y los problemas de


comunicación pueden causar que los padres pierdan el control, no
sabiendo dónde están sus hijos, o qué les está pasando. Por tanto, es
importante que los adolescentes permitan a sus padres conocer dónde
van, aunque también es recomendable que sus padres se interesen en
preguntar y conocer más sobre sus intereses.

El acompañamiento y la supervisión de los padres en esta etapa


del desarrollo son cruciales para poder orientarlos en una vida

49
saludable. Sin embargo, la confianza, acompañada de responsabilidad,
también es importante para que los adolescentes, puedan aprender a
tomar sus propias decisiones de manera inteligente ante situaciones de
riesgo. La adecuada comunicación es la clave para llegar a acuerdos
de convivencia, que permitan una buena relación familiar, que será la
base para un desarrollo saludable del adolescente.

1.2.3 La depresión

A) Conceptualización de la depresión

Al conceptualizar la depresión, es importante establecer una


distinción fundamental respecto del término en Psicopatología y
Psiquiatría. La depresión es, en primer lugar, y según Castilla del Pino
(1981), un síntoma, una manifestación que se presenta con carácter
exclusivo y que puede acompañar a otros trastornos psíquicos sin
relación directa. En segundo lugar, la depresión es un síndrome, que
agrupa los procesos caracterizados por la tristeza, inhibición, culpa,
minusvalía y pérdida del impulso vital. Y, en tercer lugar, depresión es
una enfermedad, es un trastorno de origen biológico en el que puede
delimitarse una etiología, una clínica, un curso, una evolución, un
pronóstico y un tratamiento específico.

La tristeza es el síntoma común a todas las definiciones; así que


por tanto la depresión es un estado de tristeza con falta o déficit de
energía psíquica (Márquez, 1990). Energía psíquica es aquella fuerza
que vivifica y anima y que procede de unas relaciones satisfactorias
con el ambiente y con uno mismo. La Organización Mundial de la Salud
(OMS, 1993) describe a la depresión como una psicosis afectiva en la
que el ánimo se muestra marcadamente deprimido por la tristeza e
infelicidad, con algún grado de ansiedad.

50
Según Rodríguez Consuegra (2004), en cambio, “la depresión
es un trastorno afectivo con síntomas y signos que pueden presentarse
de forma aguda, episódica o recurrente, aislados o como parte de otros
estados patológicos. Lo que es nuclear en todas las formas de
depresión es el abatimiento persistente del humor” (p. 68).

Características generales

El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta el


organismo (cerebro), el ánimo y la manera de pensar. Afecta la forma
en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí
mismo (autoconcepto) y la forma en que uno piensa. Un trastorno
depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza.

No indica debilidad personal. No es una condición de la cual uno


puede liberarse a voluntad. Las personas que padecen de un trastorno
depresivo no pueden decir simplemente "ya basta, me voy a poner
bien". Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses,
años, e incluso degenerar en un trastorno crónico.

Los trastornos depresivos interfieren con el funcionamiento


cotidiano del paciente y causan dolor y sufrimiento, no sólo a quienes
los padecen, sino también a sus seres queridos. La depresión puede
afectar tanto la vida de la persona enferma como la de su familia. El
costo en términos económico es alto, pero el costo en términos de
sufrimiento es incalculable.

Para Burton (1997), “la depresión es la más universal de las


aflicciones humanas” y duda que exista algún individuo que deje de
experimentarla a lo largo de su existencia, por lo tanto, es un fenómeno
muy frecuente en los jóvenes, ya que sabemos que la angustia los
afecta tanto como al adulto.

51
La depresión es uno de los conceptos dinámicos que tiene su
origen en la obra original de Freud de duelo y melancolía, pero que ha
crecido a lo largo del tiempo y que todavía hoy está en proceso de
desarrollo. Es importante definir el concepto de duelo como la reacción
normal ante una pérdida real en donde se retira la energía del objeto
perdido, regresando hacia el propio individuo, siendo el sentimiento
predominante el de abatimiento y tristeza.

En el análisis histórico de la depresión hay conceptos e ideas


que parecen asomar una y otra vez como son: la persistente conexión
de la fase oral del desarrollo y la unidad madre/hijo, la regulación de la
autoestima y finalmente una asociación normal entre agresión,
hostilidad, súper yo y culpa resultante.

B) Clasificación de la depresión según el DSM-IV-R (APA,


2002)

El tema de la clasificación de las depresiones no está totalmente


resuelto. Aún se discuten aspectos como la estructura unitaria o
binaria, las fronteras entre la depresión y la normalidad, la depresión
involuntaria, las depresiones psicóticas-endógenas frente a las
neuróticas-reactivas (Vallejo, 1999). Por esta razón y para motivos de
esta investigación, se ha tomado la clasificación estandarizada del
DSM-IV-R ya que proporciona descripciones claras de las categorías
diagnósticas, con el fin de poder diagnosticar y estudiar a la depresión.

Al igual que en otras enfermedades, existen varios tipos de


trastornos depresivos. El DSM-IV-R (APA, 2002) en su sección de
trastornos del estado de ánimo incluye los trastornos que tienen como
característica principal una alteración del humor. Esta sección se divide
en tres partes. La primera describe los episodios afectivos (episodio
depresivo mayor, episodio maníaco, episodio mixto). Estos episodios

52
no tienen asignados códigos diagnósticos y no pueden diagnosticarse
como entidades independientes; sin embargo, sirven como fundamento
al diagnóstico de los trastornos.

La segunda parte describe los trastornos del estado de ánimo (p.


ej., trastorno depresivo mayor, trastorno distímico, trastorno bipolar I).
Los criterios de la mayoría de los trastornos del estado de ánimo
exigen la presencia o ausencia de los episodios afectivos que serán
descritos en la siguiente sección. La tercera parte incluye las
especificaciones que describen el episodio afectivo más reciente o el
curso de los episodios recidivantes. Los trastornos del estado de ánimo
están divididos en: trastornos depresivos («depresión unipolar»),
trastornos bipolares y dos trastornos basados en la etiología: trastorno
del estado de ánimo debido a una enfermedad médica y trastorno del
estado de ánimo inducido por sustancias.

Los trastornos depresivos (trastorno depresivo mayor, trastorno


distímico y trastorno depresivo no especificado) se distinguen de los
bipolares por el hecho de no haber historia previa de episodio maníaco,
mixto o hipomaníaco.

Los trastornos bipolares (trastorno bipolar I, trastorno bipolar II,


trastorno ciclotímico y trastorno bipolar no especificado) implican la
presencia (o historia) de episodios maníacos, episodios mixtos o
episodios hipomaníacos, normalmente acompañados por la presencia
(o historia) de episodios depresivos mayores.

El trastorno depresivo mayor se caracteriza por uno o más


episodios depresivos mayores (al menos 2 semanas de estado de
ánimo depresivo o pérdida de interés acompañados por al menos otros
cuatro síntomas de depresión). El trastorno distímico se caracteriza por
al menos 2 años en los que ha habido más días con estado de ánimo

53
depresivo que sin él, acompañado de otros síntomas depresivos que
no cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor.

El trastorno depresivo no especificado se incluye para codificar


los trastornos con características depresivas que no cumplen los
criterios para un trastorno depresivo mayor, trastorno distímico,
trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo o trastorno
adaptativo con estado de ánimo mixto ansioso y depresivo (o síntomas
depresivos sobre los que hay una información inadecuada o
contradictoria).

Dentro de los trastornos bipolares, el trastorno bipolar I se


caracteriza por uno o más episodios maníacos o mixtos, habitualmente
acompañados por episodios depresivos mayores. El trastorno bipolar II
se caracteriza por uno o más episodios depresivos mayores
acompañados por al menos un episodio hipomaníaco.

Según el DSM-IV-R (APA, 2002), y con el objetivo de


estandarizar la clasificación de las enfermedades mentales, se
desarrolló un registro para la denominación de los diagnósticos.
Primero se toma en cuenta el nombre del trastorno (p. ej., trastorno
depresivo mayor, trastorno bipolar), luego se consideran las
especificaciones (recidivante, episodio más reciente maníaco) y
posteriormente la clasificación según su gravedad (leve, moderado y
grave).

Igualmente se incluye la presencia o no de síntomas psicóticos.

Para el propósito de esta investigación se ha realizado un


estudio de los episodios afectivos (episodio depresivo mayor, episodio
maníaco, episodio mixto) y de trastornos del estado de ánimo: trastorno

54
depresivo mayor, trastorno distímico y trastornos depresivos no
especificados.

Episodios afectivos

Episodio depresivo mayor

Según el DSM-IV-R (APA, 2002) para diagnosticar un episodio


depresivo mayor, se debe considerar esencialmente un período de al
menos 2 semanas durante el que hay un estado de ánimo deprimido o
una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. En los
niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de
triste. El sujeto también debe experimentar al menos otros cuatro
síntomas de una lista que incluye cambios de apetito o peso, del sueño
y de la actividad psicomotora; falta de energía; sentimientos de
infravaloración o culpa; dificultad para pensar, concentrarse o tomar
decisiones, pensamientos recurrentes de muerte o ideación y planes o
intentos suicidas.

Para indicar la existencia de un episodio depresivo mayor, un


síntoma debe ser de nueva presentación o haber empeorado
claramente si se compara con el estado del sujeto antes del episodio.
Los síntomas han de mantenerse la mayor parte del día, casi cada día,
durante al menos 2 semanas consecutivas. El episodio debe
acompañarse de un malestar clínico significativo o de deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Si se
cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor, se indica si es
leve, moderado, grave sin síntomas psicóticos, o grave con síntomas
psicóticos. En algunos sujetos con episodios leves la actividad puede
parecer normal, pero a costa de un esfuerzo muy importante.

55
Síntomas y trastornos asociados

Los sujetos con un episodio depresivo mayor se presentan a


menudo con llanto, irritabilidad, tristeza, rumiaciones obsesivas,
ansiedad, fobias, preocupación excesiva por la salud física y quejas de
dolor (cefaleas o dolores articulares, abdominales o de otro tipo).

Durante un episodio depresivo mayor, algunos sujetos presentan


crisis de angustia con un patrón que cumple los criterios del trastorno
de angustia. En los niños puede presentarse una ansiedad por
separación.

Algunos sujetos refieren problemas en las relaciones personales,


interacciones sociales menos satisfactorias o problemas en la actividad
sexual (anorgasmia en las mujeres y disfunción eréctil en los varones).
Pueden presentarse problemas matrimoniales (divorcio), problemas
laborales (pérdida del trabajo), problemas escolares (ausencias,
fracaso escolar), abuso de alcohol u otras sustancias o aumento de la
utilización de los servicios médicos.

La consecuencia más grave de un episodio depresivo mayor es


la tentativa de suicidio o el suicidio consumado. El riesgo de suicidio es
especialmente alto para los sujetos con síntomas psicóticos, historia de
tentativas de suicidio previas, historia familiar de suicidio consumado o
consumo concomitante de sustancias. También puede haber una alta
tasa de muertes por enfermedades médicas (APA, 2002).

Síntomas dependientes de la edad y el sexo

Los síntomas centrales de un episodio depresivo mayor son los


mismos para niños y adolescentes, aunque hay datos que sugieren que
las manifestaciones de los síntomas característicos pueden cambiar

56
con la edad. Algunos síntomas, como las quejas somáticas (cefaleas,
dolores abdominales), la irritabilidad y el aislamiento social, son
especialmente habituales en los niños, mientras que el enlentecimiento
psicomotor, la hipersomnia y las ideas delirantes son menos frecuentes
antes de la pubertad que en la adolescencia y la edad adulta. En los
niños, antes de la pubertad los episodios depresivos mayores se
presentan con más frecuencia de forma simultánea con otros trastornos
de comportamiento perturbador, trastornos por déficit de atención y
trastornos de ansiedad.

En los adolescentes los episodios depresivos mayores suelen ir


asociados a trastornos disociales, trastornos por déficit de atención,
trastornos de ansiedad, trastornos relacionados con sustancias y
trastornos de la conducta alimentaria. En los ancianos pueden ser
especialmente acusados los síntomas cognoscitivos (desorientación,
pérdida de memoria y distraibilidad).

Una proporción importante de mujeres refieren un


empeoramiento de los síntomas del episodio depresivo mayor unos
días antes del inicio de la menstruación. Los estudios realizados
indican que los episodios depresivos aparecen con el doble de
frecuencia en mujeres que en varones.

Curso

Los síntomas de un episodio depresivo mayor suelen


desarrollarse a lo largo de días o semanas. Antes de que comience un
episodio depresivo mayor propiamente dicho, puede haber un período
prodrómico con síntomas ansiosos y síntomas depresivos leves, que
puede durar semanas o meses. La duración de un episodio depresivo
mayor también es variable. Lo habitual es que un episodio no tratado
dure 6 meses o más, independientemente de la edad de inicio. En la

57
mayoría de los casos hay una remisión completa de los síntomas, en
una proporción considerable de casos (quizá el 20 o el 30 %), algunos
síntomas depresivos que son insuficientes para cumplir totalmente los
criterios para un episodio depresivo mayor, persisten durante meses o
incluso años y se asocian a incapacidad o malestar.

Criterios para el episodio depresivo mayor:

A.- Presencia de 5 o más de los siguientes síntomas durante un periodo de


2 semanas, que representan un cambio a la actividad previa; uno de los
síntomas debe ser (1) un estado anímico depresivo o (2) pérdida de interés
o de la capacidad para el placer.

Nota: No incluir los síntomas que son claramente debidos a enfermedad


médica o las ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado
anímico.

(1) Estado de ánimo depresivo, la mayor parte del día, casi todo el día
según lo indica el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la
observación realizada por otros. Nota: En los niños y adolescentes el
estado de ánimo puede ser irritable.
(2) Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en
todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día.
(3) Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso, o
pérdida o aumento del apetito casi todo el día. Nota: En los niños hay que
valorar el fracaso de lograr un peso estable.
(4) Insomnio o hipersomnia casi todo el día.
(5) Agitación o enlentecimiento psicomotor, casi cada día según lo indica el
propio sujeto (o la observación realizada por otros.
(6) Fatiga o pérdida de energía casi todo el día.
(7) Sentimiento de inutilidad o excesivos o inapropiados (que pueden ser
delirantes).
(8) Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión
casi cada día.
(9) Pensamiento recurrente de muerte (no solo temor a la muerte), ideación
suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio.

B.- Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.


C.- Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o de las áreas más importantes de la actividad del individuo.
D.- Los síntomas no son debidos a efectos fisiológicos directos de una
sustancia o una enfermedad médica.
E.- Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo, los
síntomas persisten durante más de dos meses se caracterizan por una
acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad,
ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor.
Cuadro 4. Criterios para el episodio depresivo mayor, según DSM-IV-R (APA,
2002).

58
Episodio maníaco

El DSM-IV-R (APA, 2002) lo define como un período concreto


durante el cual el estado de ánimo es anormal y persistentemente
elevado, expansivo o irritable. Este período de estado de ánimo
anormal debe durar al menos 1 semana (o menos, si se requiere
hospitalización). La alteración del estado de ánimo debe ir acompañada
por al menos otros tres síntomas de una lista que incluye aumento del
autoconcepto o grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir,
lenguaje verborreico, fuga de ideas, distraibilidad, aumento de las
actividades intencionadas o agitación psicomotora e implicación
excesiva en actividades placenteras con un alto potencial para producir
consecuencias graves.

La alteración debe ser suficientemente grave como para


ocasionar un importante deterioro social o laboral o para precisar
hospitalización, o caracterizarse por la presencia de síntomas
psicóticos. El episodio no se deberá a los efectos directos de una
droga, un medicamento, otros tratamientos somáticos de la depresión o
a la exposición a un tóxico. El estado de ánimo elevado de un episodio
maníaco puede describirse como eufórico, anormalmente bueno,
alegre o alto.

Si bien el estado de ánimo del sujeto puede inicialmente tener


una cualidad contagiosa para el observador externo, los que conocen
bien a la persona lo reconocen como excesivo. La cualidad expansiva
del estado de ánimo se caracteriza por un incesante e indiscriminado
entusiasmo en las interacciones interpersonales, sexuales o laborales.

Es característico que se dé una exageración de la


autovaloración, que va desde la confianza en uno mismo carente de
autocrítica, hasta una evidente grandiosidad que puede alcanzar

59
proporciones delirantes. Los sujetos pueden dar consejos en materias
sobre las que no tienen especiales conocimientos. Casi
invariablemente, hay un descenso de la necesidad de dormir. El sujeto
suele despertarse varias horas más temprano de lo habitual,
sintiéndose lleno de energía. Cuando el trastorno del sueño es grave,
el sujeto puede llevar días sin dormir sin sentirse cansado.

Síntomas y trastornos asociados

Es frecuente que los sujetos con un episodio maníaco no


reconozcan que están enfermos y que se resistan a los intentos de
tratamiento. Pueden viajar impulsivamente a otras ciudades, perdiendo
el contacto con los familiares o los cuidadores. Pueden cambiar su
vestimenta, el maquillaje o la apariencia personal hacia un estilo más
llamativo o sugerente sexualmente, que resulta extraño en ellos.
También pueden involucrarse en actividades que tienen una cualidad
desorganizada o rara (regalar caramelos o dinero). El episodio maníaco
puede acompañarse de juego patológico y comportamientos
antisociales.

Las consideraciones éticas pueden quedar olvidadas, incluso


para personas que habitualmente son tenidas por muy responsables. El
sujeto puede estar hostil y amenazar físicamente a los demás. Algunos
sujetos, en especial los que tienen síntomas psicóticos, se vuelven
físicamente agresivos o suicidas. Las consecuencias adversas de un
episodio maníaco (hospitalización involuntaria, problemas legales o
problemas económicos graves) a menudo son el resultado del
empobrecimiento del juicio y la hiperactividad.

60
Criterios para el episodio maníaco:

A.- Un periodo diferenciado de un estado de ánimo anormal y


persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dura al menos 1
semana (o cualquier duración si es necesaria la hospitalización).
B.- Durante el periodo de alteración del estado de ánimo han percibido tres
(o más) de los siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es solo
irritable) y ha habido en un grado significativo.

1. autoestima exagerada o grandiosidad


2. disminución de la necesidad de dormir (p. eje., se siente descansado tras
solo 3 horas de sueño)
3. mas hablador de lo habitual o verborreico
4. fuga de ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento esta
acelerado
5. distraibilidad (p. ej., la atención se desvía demasiado fácilmente hacia
estímulos externos banales o irrelevantes
6. aumento de la actividad intencionada ( ya sea socialmente, en el trabajo
o los estudios, o sexualmente) o agitación psicomotora

C.- Los síntomas no cumplen los criterios para el episodio mixto (v. pág.
341).
D.- La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave como para
provocar deterioro laboral o de las actividades sociales habituales o de las
relaciones con los demás, o para necesitar hospitalización con el fin de
prevenir los daños a uno mismo o a los demás, o hay síntomas psicóticos.
E.- Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento u otro tratamiento) ni a una
enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo).

Nota: Los episodios parecidos a la manía que están claramente causados


por un tratamiento somático antidepresivo (p. ej., un medicamento,
terapéutica electro convulsiva, terapéutica lumínica) no deben ser
diagnosticados como trastorno bipolar I.

Cuadro 5. Criterios para el episodio maníaco, según DSM-IV-R (APA, 2002).

Síntomas dependientes de la edad y el sexo

Las consideraciones respecto a la cultura que sugirieron en


relación con los episodios depresivos mayores también son aplicables
a los episodios maníacos. Los episodios maníacos en adolescentes
son más proclives a incluir síntomas psicóticos y pueden asociarse a
mal comportamiento escolar, comportamiento antisocial, fracaso
escolar o consumo de sustancias.

61
Curso

La edad media de inicio de un primer episodio maníaco se sitúa


en los primeros años de la tercera década de la vida, pero hay algunos
casos de inicio en la adolescencia y otros que comienzan después de
los 50 años. Los episodios maníacos comienzan de forma brusca, con
un aumento rápido de los síntomas en pocos días. Frecuentemente,
aparecen después de un estrés psicosocial. Los episodios suelen durar
de algunas semanas a varios meses y son más breves y con un final
más brusco que los episodios depresivos mayores.

Episodio mixto

Según el DSM-IV-R (APA, 2002), un episodio mixto se


caracteriza por un período de tiempo (de al menos 1 semana de
duración) en el que casi cada día se cumplen los criterios tanto para un
episodio maníaco como para un episodio depresivo mayor. El sujeto
experimenta estados de ánimo que se alternan con rapidez (tristeza,
irritabilidad, euforia), acompañados de síntomas de un episodio
maníaco y de un episodio depresivo mayor. Los síntomas de
presentación suelen incluir agitación, insomnio, alteración del apetito,
síntomas psicóticos e ideación suicida. La alteración debe ser
suficientemente grave como para provocar un deterioro social o laboral
importante o para precisar hospitalización, o está caracterizado por la
presencia de síntomas psicóticos.

Síntomas y trastornos asociados

Las características asociadas de un episodio mixto son


parecidas a las de los episodios maníacos y los episodios depresivos
mayores. Los sujetos pueden estar desorganizados en el pensamiento
o el comportamiento. Puesto que los sujetos con episodios mixtos

62
experimentan más disforia que los que presentan episodios maníacos,
pueden ser más proclives a buscar ayuda médica.

Síntomas dependientes de la edad y el sexo

Las consideraciones sobre la cultura que se han hecho para los


episodios depresivos mayores también son aplicables a los episodios
mixtos. Los episodios mixtos parecen ser más frecuentes en sujetos
jóvenes y en mayores de 60 años con trastorno bipolar, y puede que
son más frecuentes en varones que en mujeres.

Curso

Los episodios mixtos pueden surgir de un episodio maníaco o de


un episodio depresivo mayor. Los episodios mixtos pueden durar de
semanas a varios meses y pueden remitir hasta un período con pocos
o ningún síntomas o evolucionar a un episodio depresivo mayor. Es
mucho menos frecuente que un episodio mixto evolucione a un
episodio maníaco.

Criterios para el episodio mixto:

A.- Se cumplen los criterios tanto para un episodio maníaco (v. pág. 338)
como para un episodio depresivo mayor (v. pág. 333) (excepto en la duración)
casi cada día durante al menos un periodo de 1 semana.
B.- La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave para provocar
un importante deterioro laboral, social o de las relaciones con los demás, o
para necesitar hospitalización con el fin de prevenir los daños a uno mismo o
a los demás, o hay síntomas psicóticos.
C.- Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento u otro tratamiento) ni a
enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo).
Nota: Los episodios parecidos a los mixtos que están claramente causados
por un tratamiento somático antidepresivo (p. ej., un medicamento,
terapéutica electro convulsiva, terapia lumínica) no deben ser diagnosticados
como trastorno bipolar I.

Cuadro 6. Criterios para el episodio mixto, según DSM-IV-R (APA,


2002).

63
Trastornos depresivos

Trastorno depresivo mayor

Según el DSM-IV-R (APA, 2002), la característica esencial de un


trastorno depresivo mayor (TDM) es un curso clínico caracterizado por
uno o más episodios depresivos mayores sin historia de episodios
maníacos, mixtos o hipomaníacos. Para realizar el diagnóstico de un
trastorno depresivo mayor no se tienen en cuenta los episodios de
trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias ni los trastornos
del estado de ánimo debidos a enfermedad médica. Además, los
episodios no se explican mejor por la presencia de un trastorno
esquizoafectivo, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o
un trastorno psicótico no especificado. El tercer dígito en el código
diagnóstico del trastorno depresivo mayor indica si se trata de un
episodio único (utilizado sólo para los primeros episodios) o si es
recidivante.

El cuarto dígito en el código diagnóstico del trastorno depresivo


mayor indica el estado actual de la alteración. Si se cumplen los
criterios para un episodio depresivo mayor, se indica la gravedad del
episodio como leve, moderado, grave sin síntomas psicóticos, o grave
con síntomas psicóticos. Si en aquel momento no se cumplen los
criterios para un episodio depresivo mayor, el cuarto dígito se emplea
para indicar si el trastorno está en remisión parcial o en remisión total.
Si se presenta un episodio maníaco, mixto o hipomaníaco en el curso
de un trastorno depresivo mayor, se cambia el diagnóstico por el de
trastorno bipolar.

64
Síntomas y trastornos asociados

El trastorno depresivo mayor está asociado a una mortalidad


alta. Los sujetos con trastorno depresivo mayor que mueren por
suicidio llegan al 15 %. Los datos epidemiológicos también sugieren
que las tasas de muerte en los sujetos con trastorno depresivo mayor
de más de 55 años aumentan hasta llegar a cuadruplicarse.

El trastorno depresivo mayor puede ir precedido por un trastorno


distímico. También se estima que cada año aproximadamente el 10 %
de los sujetos con un trastorno distímico iniciarán un primer episodio
depresivo mayor. Otros trastornos mentales se presentan con
frecuencia al mismo tiempo que el trastorno depresivo mayor
(trastornos relacionados con sustancias, trastorno de angustia,
trastorno obsesivo-compulsivo, anorexia nerviosa, bulimia nerviosa,
trastorno límite de la personalidad) (APA, 2002).

Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo

Las características específicas relacionadas con la cultura se


exponen en el texto referente al episodio depresivo mayor. El trastorno
depresivo mayor (único o recidivante), tanto en adolescentes como en
adultos, es dos veces más frecuente en mujeres que en varones. En la
edad prepuberal los niños y las niñas están afectados en la misma
proporción. Tanto en varones como en mujeres las tasas son más altas
en el grupo de edades comprendidas entre los 25 y los 44 años,
mientras que tanto en hombres como en mujeres las tasas más bajas
se dan en las personas de más de 65 años (APA, 2002).

65
Curso

El trastorno depresivo mayor puede empezar a cualquier edad, y


la edad promedio de inicio es la mitad de la tercera década de la vida.
Los datos epidemiológicos sugieren que la edad de inicio está
disminuyendo entre las personas nacidas más recientemente. El curso
del trastorno depresivo, recidivante, es variable. Algunas personas
tienen episodios aislados separados por muchos años sin síntomas
depresivos, en tanto que otras tienen episodios agrupados, e incluso
otras tienen episodios cada vez más frecuentes a medida que se hacen
mayores (APA, 2002).

Algunos datos sugieren que, en general, los períodos de


remisión duran más en las fases tempranas del curso del trastorno. El
número de episodios previos es predictor de las probabilidades de
presentar un episodio depresivo mayor posterior. Según estadísticas
del DSM-IV-R (APA, 2002) aproximadamente, se puede esperar que el
50-60 % de los sujetos con un trastorno depresivo mayor, episodio
único, tengan un segundo episodio. Los sujetos que han tenido un
segundo episodio tienen un 70 % de posibilidades de tener un tercero y
los sujetos que han tenido tres episodios tienen un 90% de
posibilidades de tener el cuarto.

Los episodios depresivos mayores pueden desaparecer


completamente (aproximadamente en dos terceras partes de los
casos). Los sujetos que presentan sólo una remisión parcial tienen más
probabilidades de presentar otros episodios y de continuar con el
patrón de recuperación parcial interepisódica. A menudo, los episodios
de trastorno depresivo mayor se producen después de un estrés
psicosocial grave, como la muerte de un ser querido o el divorcio. Los
acontecimientos psicosociales (estresores) desempeñan un papel
importante en la precipitación del primer o el segundo episodios del

66
trastorno depresivo mayor y que desempeñan un papel menor en el
inicio de los episodios posteriores. Las enfermedades médicas crónicas
y la dependencia de sustancias (especialmente la dependencia de
alcohol o cocaína) pueden contribuir al inicio o la severidad del
trastorno depresivo mayor.

Criterios para el diagnóstico de F32.x Trastorno depresivo mayor, episodio


único (296.2x):

A.- Presencia de un único episodio depresivo mayor.


B.- El episodio depresivo mayor no se explica mejor por la presencia de un
trastorno esquizoafectivo y no está superpuesto a una esquizofrenia, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
C.- Nunca se ha producido un episodio maníaco un episodio mixto o un episodio
hipomaníaco. Nota: Esta exclusión no es aplicable si todos los episodios similares a
la manía, a los episodios mixtos o a la hipomanía son inducidos por sustancias o
por tratamientos o si se deben a los efectos fisiológicos directos de una
enfermedad médica.
Codificar el estado del episodio actual o más reciente:
.0 Leve
.1 Moderado
.2 Grave sin síntomas psicóticos
.3 Grave con síntomas psicóticos
.4 En remisión parcial/en remisión total
.9 No especificado
Especificar (para el episodio actual o para el más reciente):
( Para CIE-9-MC Especificaciones de gravedad/psicosis/remisión)
Crónico
Con síntomas catatónicos
Con síntomas melancólicos
Con síntomas atípicos
De inicio en el posparto

Cuadro 7. Criterios para el diagnóstico de trastorno depresivo mayor episodio


único, según DSM-IV-R (APA, 2002).

Patrón familiar

El TDM es 1,5-3 veces más frecuente en los familiares


biológicos de primer grado de las personas con este trastorno que en la
población general. Hay pruebas de un mayor riesgo de dependencia
del alcohol en familiares biológicos de primer grado adultos y puede
haber un aumento de la incidencia de trastorno por déficit de atención
con hiperactividad en los hijos de adultos con este trastorno.

67
Criterios para el diagnóstico de F33.x Trastorno depresivo mayor,
episodio recidivante (296.3x):

A.- Presencia de dos o más episodios depresivos mayores.


Nota: Para ser considerados episodios separados tiene que haber un
intervalo de al menos 2 meses seguidos en los que no se cumplen los
criterios para un episodio depresivo mayor.

B.- Los episodios depresivos mayores no se explican mejor por la presencia


de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una
esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un
trastorno psicótico no especificado.

C.- Nunca se ha producido un episodio maníaco, un episodio mixto o un


episodio hipomaníaco. Nota: Esta exclusión no es aplicable si todos los
episodios similares a la manía, a los episodios mixtos o a la hipomanía son
inducidos por sustancias o por tratamientos o si son debidos a los efectos
fisiológicos directos de una enfermedad médica.
Codificar el estado del episodio actual o más reciente:
.1 Leve
.2 Moderado
.3 Grave sin síntomas psicóticos
.4 Grave con síntomas psicóticos
.5 En remisión parcial/en remisión total
.9 No especificado
Especificar (para el episodio actual o el más reciente):
(Para CIE-9-MC Especificaciones de gravedad/psicosis/remisión)
Crónico
Con síntomas catatónicos
Con síntomas melancólicos
Con síntomas atípicos
De inicio en el posparto
Especificar:
Especificaciones de curso (con y sin recuperación interepisódica)
Con patrón estacional

Cuadro 8. Criterios para el diagnóstico de trastorno depresivo mayor


recidivante, según DSM-IV-R (APA, 2002).

Trastorno distímico

La característica esencial del trastorno distímico es un estado de


ánimo crónicamente depresivo que está presente la mayor parte del
día, de la mayoría de los días, durante al menos 2 años. Los sujetos
con trastorno distímico describen su estado de ánimo como triste o
«desanimado». En los niños, el estado de ánimo puede ser irritable
más que depresivo y la duración mínima exigida es sólo de 1 año.

68
Durante los períodos de estado de ánimo depresivo hay al menos otros
dos síntomas de entre los siguientes: pérdida o aumento de apetito,
insomnio o hipersomnia, falta de energía o fatiga, baja autoestima,
dificultades para concentrarse o para tomar decisiones y sentimientos
de desesperanza.

Los sujetos pueden señalar pérdida de intereses y aumento de


la autocrítica, viéndose a menudo a sí mismos como poco interesantes
o inútiles. Puesto que estos síntomas se convierten en gran medida en
una parte de la experiencia cotidiana con frases como “yo siempre he
sido así”, “esta es mi forma de ser”, es frecuente que no sean
manifestados. A lo largo del período de 2 años (1 año en niños y
adolescentes), los intervalos libres de síntomas no son superiores a 2
meses (APA, 2002).

Sólo se puede realizar el diagnóstico de trastorno distímico si no


han habido episodios depresivos mayores antes de aparecer los
síntomas distímicos. Si los síntomas depresivos crónicos incluyen un
episodio depresivo mayor durante los 2 años iniciales, el diagnóstico es
trastorno depresivo mayor, crónico (si se cumplen los criterios
completos para un episodio depresivo mayor), o trastorno depresivo
mayor, en remisión parcial (si ya no se cumplen los criterios completos
para un episodio depresivo mayor).

Después de los 2 primeros años del trastorno distímico, pueden


sobreañadirse al trastorno distímico episodios depresivos mayores. En
estos casos («depresión doble») se diagnostica tanto el trastorno
depresivo mayor como el trastorno distímico. Una vez que la persona
vuelve a la línea de base distímica (dejan de cumplirse los criterios
para el episodio depresivo mayor, pero persisten los síntomas
distímicos), sólo se diagnostica el trastorno distímico (APA, 2002).

69
Síntomas y trastornos asociados

Las características asociadas al trastorno distímico son


parecidas a las de un episodio depresivo mayor. Varios estudios
sugieren que los síntomas más frecuentemente encontrados en el
trastorno distímico son los sentimientos de incompetencia, la pérdida
generalizada de interés o de placer, el aislamiento social, los
sentimientos de culpa o tristeza referente al pasado; los sentimientos
subjetivos de irritabilidad o ira excesiva, y el descenso de la actividad,
la eficiencia o la productividad.

En los sujetos con trastorno distímico los síntomas vegetativos


(p. ej., sueño, apetito, cambio de peso y síntomas psicomotores)
parecen ser menos frecuentes que en los sujetos con un episodio
depresivo mayor. El trastorno distímico puede ir asociado a los
trastornos de la personalidad límite, histriónico, por evitación y por
dependencia. Sin embargo, la valoración de las características de los
trastornos de la personalidad en estos sujetos es difícil, porque los
síntomas crónicos del estado de ánimo pueden contribuir a los
problemas interpersonales o estar asociados a una percepción de sí
mismos distorsionada (APA, 2002).

Síntomas dependientes de la edad y el sexo

En los niños el trastorno distímico parece presentarse por igual


en ambos sexos y provoca frecuentemente un deterioro del rendimiento
escolar y de la interacción social. En general, los niños y adolescentes
con un trastorno distímico están irritables e inestables, además de
tristes. Tienen un bajo auto concepto y escasas habilidades sociales, y
son pesimistas. En los adultos, las mujeres son dos o tres veces más
propensas que los varones a presentar un trastorno distímico.

70
La edad de inicio y el patrón característico de los síntomas en el
trastorno distímico pueden indicarse utilizando las especificaciones
siguientes:

 Inicio temprano: Se debe usar esta especificación si el inicio


de los síntomas distímicos se produce antes de los 21 años. Estos
sujetos tienen más probabilidades de desarrollar episodios depresivos
mayores.

 Inicio tardío: Se debe usar esta especificación si el inicio de


los síntomas distímicos se produce a los 21 años o con posterioridad
(APA, 2002).

Curso

Frecuentemente, el trastorno distímico tiene un inicio temprano e


insidioso (p. ej., en la niñez, adolescencia o al principio de la edad
adulta), así como un curso crónico. Habitualmente, en el marco clínico,
los sujetos con trastorno distímico presentan un trastorno depresivo
mayor superpuesto, que suele ser la razón por la que buscan
tratamiento. Si el trastorno distímico precede al inicio del trastorno
depresivo mayor, es menos probable que se produzca una
recuperación completa espontánea entre los episodios depresivos
mayores y aumentan las probabilidades de presentar más episodios
posteriores.

Patrón familiar

El trastorno distímico es más frecuente entre los familiares


biológicos de primer grado de las personas con trastorno depresivo
mayor que entre la población general.

71
Criterios para el diagnóstico de F34.1 Trastorno distímico (300.4):

A.- Estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día de la


mayoría de los días, manifestado por el sujeto u observado por los demás,
durante al menos 2 años. Nota: En los niños y adolescentes el estado de
ánimo puede ser irritable y la duración deber ser de al menos 1 año.
B.- Presencia, mientras está deprimido, de dos (o más) de los siguientes
síntomas:

(1) pérdida o aumento de apetito


(2) insomnio o hipersomnia
(3) falta de energía o fatiga
(4) baja autoestima
(5) dificultades para concentrarse o para tomas decisiones
(6) sentimientos de desesperanza

C.- Durante el período de 2 años (1 año en niños y adolescentes) de la


alteración, el sujeto no ha estado sin síntomas de los Criterios A y B durante
más de 2 meses seguidos.
D.- No ha habido ningún episodio depresivo mayor (v. pág. 333) durante los
primeros 2 años de la alteración (1 año para niños y adolescentes); por
ejemplo, la alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno
depresivo mayor crónico o un trastorno depresivo mayor, en remisión parcial.
Nota: Antes de la aparición del episodio distímico pudo haber un episodio
depresivo mayor previo que ha remitido totalmente (ningún signo o síntoma
significativos durante 2 meses). Además tras los primeros 2 años (1 año en
niños y adolescentes) de trastorno distímico, puede haber episodios de
trastorno depresivo mayor superpuestos, en cuyo caso cabe realizar ambos
diagnósticos si se cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor.

E.- Nunca ha habido un episodio maníaco (v. pág. 338) un episodio mixto (v.
pág. 341) o un episodio hipomaníaco (v. pág. 344) y nunca se han cumplido
los criterios para un trastorno ciclotímico.
F.- La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno
psicótico crónico, como son la esquizofrenia o el trastorno delirante.
G.- Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a enfermedad médica (p. ej.,
hipotiroidismo).
H.- Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Especificar si:
Inicio temprano: si el inicio es antes de los 21 años
Inicio tardío: si el inicio se produce a los 21 años o con posterioridad
Cuadro 9. Criterios para el diagnóstico de trastorno distímico, según DSM-IV-
R (APA, 2002).

72
Diagnóstico diferencial para el trastorno depresivo mayor y
trastorno distímico

El trastorno distímico y el trastorno depresivo mayor se


distinguen en base a la gravedad, la cronicidad y la persistencia. En el
trastorno depresivo mayor el estado de ánimo depresivo debe estar
presente la mayor parte del día, casi cada día, durante un período de al
menos 2 semanas, mientras que la característica esencial del trastorno
distímico es un estado de ánimo crónicamente depresivo la mayoría de
los días a lo largo de un período de al menos 2 años.

El diagnóstico diferencial entre el trastorno distímico y el


trastorno depresivo mayor resulta especialmente difícil por el hecho de
que los dos trastornos comparten síntomas parecidos y porque sus
diferencias en cuanto al inicio, la duración, la persistencia y la gravedad
no son fáciles de evaluar retrospectivamente (APA, 2002).

El trastorno depresivo mayor suele consistir en uno o más


episodios depresivos mayores separados, que se pueden distinguir de
la actividad normal de la persona, mientras que el trastorno distímico se
caracteriza por síntomas depresivos menos graves y crónicos, que se
han mantenido durante muchos años. Si en el inicio de la alteración los
síntomas depresivos crónicos son de suficiente gravedad y número
como para cumplir los criterios para un episodio depresivo mayor, el
diagnóstico debe ser trastorno depresivo mayor, crónico (si todavía se
cumplen los criterios), o trastorno depresivo mayor, en remisión parcial
(si ya no se cumplen los criterios) (APA, 2002).

Sólo se establece el diagnóstico de trastorno distímico con


posterioridad a un trastorno depresivo mayor si el trastorno distímico se
produjo antes del primer episodio depresivo mayor (ningún episodio
depresivo mayor durante los primeros 2 años de los síntomas

73
distímicos) o si ha habido una remisión total del episodio depresivo
mayor antes del inicio del trastorno distímico.

Trastorno depresivo no especificado

EL DSM-IV-R (APA, 2002) asigna la categoría de trastorno


depresivo no especificado para los trastornos que no cumplen los
criterios para trastorno depresivo mayor, trastorno distímico, trastorno
adaptativo con estado de ánimo depresivo o trastorno adaptativo con
estado de ánimo mixto ansioso y depresivo. Algunas veces los
síntomas depresivos se presentan como parte de un trastorno de
ansiedad no especificado. Los ejemplos del trastorno depresivo no
especificado incluyen: trastorno disfórico premenstrual, trastorno
depresivo menor, trastorno depresivo breve recidivante, trastorno
depresivo pospsicótico en la esquizofrenia, episodio depresivo mayor
superpuesto a un trastorno delirante, o casos en los que el clínico ha
llegado a la conclusión de que hay un trastorno depresivo, pero es
incapaz de determinar si es primario, debido a enfermedad médica o
inducido por sustancia.

Trastorno Bipolar

El trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva es


también un tipo de depresión, se presenta con una frecuencia menor a
los otros trastornos antes mencionados. Se caracteriza por cambios
cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico
(manía) y fases de ánimo bajo (depresión).

Los cambios de estado de ánimo se llaman “episodios


anímicos”, pueden ser dramáticos y rápidos, aunque por lo regular son
graduales. Cuando una persona está en la fase depresiva del ciclo,
puede padecer de uno, de varios o de todos los síntomas del trastorno

74
depresivo. Cuando está en la fase maníaca, la persona puede estar
hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía
(APA, 2002).

La manía afecta al paciente en su manera de pensar, su juicio, la


manera de comportarse con los otros y puede causar graves
problemas de conducta. Por ejemplo, en la fase maníaca la persona
puede sentirse eufórica, tener proyectos grandiosos, tomar
irresponsables decisiones de negocios, e involucrarse en aventuras
emocionales. Si la manía no es oportunamente tratada puede
empeorar y desencadenarse en un estado psicótico (el paciente pierde
temporalmente la razón). No todas las personas que están en fases
depresivas o maníacas padecen de todos los síntomas.

Algunos pacientes padecen más síntomas que otros. La


gravedad también varía según la persona y cambia con el tiempo. Los
episodios anímicos son intensos y provocan síntomas que duran una
semana o dos y a veces más. Durante un episodio, los síntomas se
presentan todos los días durante la mayor parte del día.

Principales síntomas según Belloch, Sandín y Ramos (1996)

Fase eufórica:

 Sentimientos desproporcionados e injustificados de bienestar


y euforia.
 Delirios de grandiosidad.
 Problemas de concentración e hiperactividad.
 Abuso de drogas, particularmente cocaína, alcohol y
barbitúricos. Incremento significativo en los niveles de energía
y actividad.
 Incremento del deseo sexual.

75
 Lenguaje acelerado y verborreico. Agitación psicomotora
manifiesta.
 Comportamiento inapropiado en situaciones sociales.

Fase depresiva:

 Intensos sentimientos de tristeza, abatimiento y


desesperanza. Pérdida de interés en actividades diarias.
 Incapacidad de experimentar sensaciones/emociones
positivas.
 Disminución del deseo sexual.
 Cambios significativos en los patrones de sueño, bien por un
descenso o un aumento
 Empeoramiento matutino del estado de ánimo depresivo.
 Dificultades de concentración, memoria y toma de decisiones.
 Sensaciones de cansancio y agotamiento físico.
 Perspectiva sombría del futuro.
 Pérdida de autoconfianza y autoestima.
 Ideación suicida recurrente y/o intentos de suicidio.

C) Causas de la depresión

Factores genéticos

Existe cierto riesgo a desarrollar trastornos afectivos cuando hay


historial familiar de la enfermedad, lo que indica que se puede haber
heredado una vulnerabilidad biológica.

Existen datos que avalan una participación genética en los


trastornos afectivos, aunque no se especifica todavía el modo de
trasmisión. La síntesis sobre los estudios realizados hasta 1979 sugiere

76
un factor genético, ya que la concordancia en monocigotos es de 65%
frente a la de los dicigóticos que solo alcanzan el 14% (Vallejo, 1999).

El riesgo de morbilidad en familiares de enfermos unipolares es


elevado, y similar en cuanto a padres (22%) y hermanos (18.6%). En
pacientes bipolares en cambio es el siguiente: padres (12.1%),
hermanos (21.2%) e hijos (24.6%) (Mendlewicz, 1988).

Factores Bioquímicos

La evidencia demuestra que la bioquímica del cerebro es un


factor significativo en los trastornos depresivos. La hipótesis
noradrenérgica de la depresión propuesta por Schildkraut en 1965,
mantenía que los trastornos afectivos depresivos son el resultado de un
déficit central de noradrenalina (NA). Hay datos que respaldan esta
teoría como la evidencia de que la acción antidepresiva-estimulante
que puede conseguirse, con antidepresivos, terapia electroconvulsiva,
dopa, anfetaminas, incrementan el nivel de NA, mientras que la
depresión- sedación está relacionada con sustancias como la
reserpina, propranorol y alfa metilparatirosina, que producen
disminución o bloqueo de la NA central (Vallejo, 1999).

La hipótesis indolamínica defendida por Coppen en 1965 es


también importante y establece que en la depresión hay un déficit de
serotonina (5-HT) en el que participa el transportador de serotonina
(Artigas, 1997). Las investigaciones han confirmado la relación de la
baja de serotonina con la sintomatología suicidio-agresión-pérdida del
control de impulsos. Sin embargo, la serotonina está implicada en la
regulación de otras funciones fisiológicas, aparte del estado anímico (el
apetito, el sueño, la actividad sexual, entre otros.), por lo que se han
descrito trastornos de la 5-HT en una amplia gama de patologías
(Vallejo, 1999).

77
Estresores externos

Una pérdida significativa, una relación dificultosa, problemas


financieros, o un cambio importante en la vida han sido todos indicados
como contribuyentes a la enfermedad depresiva. A veces el comienzo
de la depresión se asocia con enfermedad física aguda o crónica.
Además, algunas formas de abuso de substancias ocurren en más de
una tercera parte de personas con cualquier tipo de trastorno
depresivo.

Otros factores psicológicos y sociales

Las personas con ciertas características como pensamientos


pesimistas, bajo auto concepto, un sentido de tener poco control sobre
los eventos de la vida, y la tendencia de preocuparse excesivamente,
pueden ser más vulnerables a la depresión por las presiones a las que
se enfrentan. Estos atributos aumentan el efecto de situaciones de
estrés en su vida cotidiana e interfieren con la iniciativa de lidiar con los
problemas y buscar alternativas. La educación inicial en fases
tempranas, la sobreprotección y las expectativas del rol sexual pueden
contribuir al desarrollo de esas características. Los patrones de
pensamiento negativo se desarrollan típicamente durante la niñez o la
adolescencia. Algunos expertos proponen que la crianza tradicional de
las niñas puede desarrollar estas características y puede ser un factor
en la alta tasa de depresión en las mujeres.

La depresión en las mujeres

Durante la infancia, no hay diferencias importantes en la


incidencia de depresión entre los niños y las niñas. Pero entre las
edades de 11 y 13 años hay un incremento elevado de depresión en
las niñas. Al llegar a los 15 años, las mujeres tienen una probabilidad

78
dos veces mayor que los varones de haber experimentado un episodio
depresivo serio. Esto ocurre en un momento en el que los roles y las
expectativas cambian drásticamente (Cyranowski, Frank, Young y
Shear, 2000).

Esta relación de dos a uno existe sin importar el trasfondo racial


y étnico o el nivel económico. En cambio, los hombres y las mujeres
tienen la misma tasa de trastorno bipolar, aunque en las mujeres
típicamente se manifiestan más los episodios depresivos y menos los
maniacos. También, es mayor el número de mujeres que tienen la
forma de trastorno bipolar con ciclo rápido, la cual puede ser más
resistente a los tratamientos tradicionales.

Factores hormonales podrían contribuir a la tasa más alta de


depresión en la mujer. En particular, los cambios del ciclo menstrual, el
síndrome pre menstrual, la pre-menopausia y la menopausia.
Científicos están explorando la forma en la que la elevación y la
disminución cíclica del estrógeno y de otras hormonas pueden afectar
la química del cerebro que está relacionada con la enfermedad
depresiva (Blehar y Oren, 1997).

Por otro lado, en su entorno social, las mujeres tienen más


estrés por las múltiples actividades simultáneas que deben
desempeñar, por las responsabilidades del cuidado de niños, el
mantenimiento del hogar y el éxito laboral en un mercado competitivo,
etc. Algunas, tienen una mayor carga por ser madres solteras o por
asumir el cuidado de padres y hermanos.

Por último, otro factor que influye en el alto porcentaje de


depresión de la mujer, en especial en la adolescencia, es su excesiva
preocupación por mantener una buena imagen, por una parte en su
apariencia física, lo que causa a su vez frecuentes trastornos

79
alimenticios, y por otra en su preocupación de tener un buen
desempeño en lo que haga y ser popular (Feldman, 2007).

Depresión en adolescentes

Un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados


Unidos ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes
en algún momento “se han sentido tan tristes que han llorado y han
deseado alejarse de todo y de todos”. En el transcurso de su
adolescencia, uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no
merece la pena vivirla y se han planteado el suicidio como una opción.

Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado


depresivo que puede no ser evidente para los demás. Los cambios en
la alimentación (atracones o falta de apetito), la agresividad, el bajo
rendimiento escolar, la somnolencia y las excesivas preocupaciones
sobre la apariencia física pueden ser signos de malestar o disconfort
emocional en los adolescentes. De forma más visible, pueden aparecer
fobias y ataques de pánico (Craig y Baucum, 2009).

Actualmente, la OMS estima que el 6% de los adolescentes


entre 12 y 18 han sido diagnosticados con depresión y afirma que para
el año 2020, será la segunda enfermedad más incapacitante en el
mundo (OMS, 2008). Además, según estudios realizados se observa
que la mayoría de trastornos depresivos no son diagnosticados ni
reciben tratamiento.

La depresión de la adolescencia es igual a la de la edad adulta


en severidad, la sobrepasa en autodestructividad y muestra todavía el
sello característico de su concomitante con el proceso de desarrollo, el
adolescente siente que todo se ha perdido y que nada puede redimirse,
en consecuencia, se deprime (Nolen-Hokesema y Girjus, 1994).

80
Otro factor que influye en la depresión es la falta de moderación
del pensamiento, ya que el joven parece vivir en un mundo del "todo o
nada" dando a hechos triviales una trascendencia desmedida y
reaccionando de una manera dramática. Estos factores son los que
llevaron a Anna Freud a plantear que todos los adolescentes se
encontraban en un estado de duelo y que en realidad añoraban los
períodos de la niñez en donde las soluciones eran relativamente
simples (Grimberg, 1983).

La adolescencia es una etapa de transformaciones, por lo que


en este periodo existe un aumento de la emotividad, la cual es
provocada por la necesidad que experimenta el ser humano de
abandonar viejos hábitos de acción y de pensamiento y de establecer
otros nuevos.

Los jóvenes son uno de los grupos etarios más vulnerables de


sufrir depresión, ya que en la etapa de adolescencia se llevan a cabo
procesos de cambio físico, psicológico, sociocultural y cognitivo, que
demandan el desarrollo de estrategias de afrontamiento que les
permitan establecer un sentido de identidad, autonomía y éxito
personal y social (Blum, 2000). Según Gómez y Rodríguez (1977), los
altos índices de depresión en adolescente pueden deberse a las
condiciones socioeconómicas y políticas actuales, a altos índices de
desempleo, violencia y pobreza, incertidumbre laboral y pocas
expectativas ocupacionales. Otros factores de estrés durante la
adolescencia incluyen la formación de una identidad, la sexualidad en
desarrollo, la separación del adolescente de los padres, y la toma de
decisiones por primera vez. Todo esto se suma a otros cambios físicos,
intelectuales y hormonales. Estos factores de estrés son más fuertes
en las mujeres quienes presentan mayor incidencia de depresión
(Lewisohn, Hyman, Robert, Seeley y Andrews, 1993).

81
La depresión infanto-juvenil constituye una situación afectiva de
tristeza y se asocia a una morbilidad significativa aunque es aun infra-
diagnosticada (aproximadamente dos tercios de los adolescentes con
depresión clínica no están reconocidos ni tratados). Se debe realizar
una evaluación diagnóstica con una buena historia clínica teniendo en
cuenta el desarrollo evolutivo, los factores culturales, e incluyendo
entrevistas con el niño, padres, profesores y pediatras para que pueda
ser tratada a tiempo.

Las diferencias que se encuentran se deben a la intensidad de


los síntomas y las consecuencias del trastorno, las quejas somáticas, la
irritabilidad y el aislamiento social, son habituales en los niños, mientras
que el enlentecimiento psicomotor, la hipersomnia y las ideas delirantes
son más frecuentes durante la adolescencia.

En los adolescentes los episodios depresivos mayores suelen ir


asociados a trastornos disociales, por déficit de atención, de ansiedad,
relacionados con sustancias, y de la conducta alimentaria (Méndez,
Olivares, y Ros, 2001). El síntoma característico de la depresión es el
cambio notable en el estado de ánimo, que puede ser encubierto por
irritabilidad o por problemas de conducta.

La depresión en la adolescencia puede presentarse como un


problema transitorio y común, o como una enfermedad peligrosa que
puede generar conductas autodestructivas. Se considera que el
adolescente está enfermo cuando el proceso de su desarrollo
biopsicosocial se altera y esto se manifiesta en conductas anormales, y
alteración en sus funciones mentales (Dallal y Castillo, 2000).

La depresión ha sido asociada al Síndrome de riesgo en la


adolescencia. El Síndrome de riesgo consiste en la presencia
simultánea y covariada de factores de riesgo asociados a la

82
presentación de los cuatro problemas típicos en la salud del
adolescente: (a) abuso de las sustancias, (b) embarazo o iniciación
sexual temprana, (c) deserción escolar o problemas de rendimiento
académico, y (d) delincuencia (Blum, 2000).

En cuanto al diagnóstico clínico, cualquier persona puede sentir


tristeza en un momento determinado, depende de la situación que
atraviesa, para recibir el diagnóstico de un trastorno depresivo se
deben cumplir los criterios diagnósticos del DSM-IV-R o CIE-10.

Estas escalas de evaluación son una herramienta estandarizada


que ayuda al diagnóstico, sin embargo no es la única, y debe ser
considerando dentro de un proceso de evaluación psicológica que
incluye además, una entrevista completa con el paciente y baterías de
test psicológicos estandarizados, seleccionados según la edad del
paciente.

El Inventario de Depresión de Beck es un cuestionario


autoadministrado con 21 preguntas de respuesta múltiple. Es uno de
los instrumentos más comúnmente utilizados para medir la severidad
de una depresión. Está compuesto por ítems relacionados con
síntomas depresivos, como la desesperanza e irritabilidad, cogniciones
como culpa o sentimientos como estar siendo castigado, así como
síntomas físicos relacionados con la depresión (Beck et al., 1979).

Tratamiento

La psicoterapia es la primera elección de tratamiento en


depresión leve y moderada, y la más utilizada es de tipo cognitivo
conductual. La farmacoterapia es una elección en depresión moderada-
severa, depresión psicótica y cuando no hay respuesta a psicoterapia
en depresión leve-moderada. El tratamiento se considera, por tanto,

83
multimodal (intervenciones a nivel individual, familiar, grupal y
farmacológico) (Harrison, Beck y Buceta, 1984).

Psicoeducación

El objetivo de esta intervención es educar tanto a los padres y


educadores como a los adolescentes acerca de la depresión como una
condición biológica y que no está bajo el control del individuo
únicamente, de ahí la importancia de enseñar conceptos
fundamentales de manejo adecuado de emociones, solución de
conflictos y hábitos funcionales nutrición, del sueño y ejercicio.

La anedonia, la falta de interés, combinado con los sentimientos


de desesperanza, conducen a evitar responsabilidades sociales y
académicas, lo cual hace empeora la depresión, así como el desarrollo
de trastornos conmórbidos como la fobia al colegio. Los pacientes con
depresión deben ser estimulados para participar en las actividades
normales de la vida diaria.

Psicoterapia

Las intervenciones psicoterapéuticas también forma parte del


tratamiento de la depresión. Entre las terapias más utilizadas se
ubican:

 Terapias conductivo-conductuales, que reúne un grupo de


tratamientos que incluyen el entrenamiento en habilidades sociales, la
resolución de problemas (siendo opcional la relajación), la terapia
racional emotiva, entre otros. Está orientada a que el paciente aprenda
nuevas habilidades en su forma de percibir, entender y reaccionar ante
las dificultades, y así reducir la gravedad y duración de la enfermedad.

84
La duración del tratamiento no es larga, aproximadamente 12-20
sesiones (Caro, 2006).

 Terapias de grupo, con el objetivo de favorecer el desarrollo


de las habilidades sociales y reducir el aislamiento social del
adolescente deprimido.

 Finalmente, las intervenciones socio-familiares, que incluye a


los padres y familiares. Es fundamental para los padres y cuidadores
conocer la sintomatología de sus hijos, comprender sus actitudes,
aceptar la enfermedad, y no reforzar las conductas negativas.

Farmacoterapia

Los psicofármacos tienen un carácter complementario y


facilitador de la psicoterapia, las medidas pedagógicas, intervenciones
familiares y sociales. Hay pocos estudios sobre el uso de
antidepresivos en niños y adolescentes. El uso de fármacos estaría
indicado en depresiones moderadas-graves cuando:

 La intervención psicoterapeuta no consigue una mejoría


suficiente.
 Existen síntomas psicóticos.
 Si existe un alto riesgo de suicidio o el paciente se niega a
recibir psicoterapia.

Los inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina (ISRS)


son los fármacos de elección debido a su eficacia en el trastorno
depresivo, sus pocos efectos secundarios, su fácil administración y su
baja letalidad.

85
En EE. UU. la fluoxetina es el único antidepresivo autorizado
para administrar a niños y adolescentes. Recientemente en España se
ha ampliado la indicación de fuoxetina a niños mayores de 8 años y
adolescentes con depresión severa-moderada que no responden a
psicoterapia (Rodríguez, 2007).

D) Principios de la terapia cognitiva (Judith Beck, 1995)

1. La terapia cognitiva se basa en una formulación


permanentemente evolutiva del paciente y sus problemas en
términos cognitivos.
2. Requiere una sólida alianza terapéutica
3. Enfatiza la colaboración y participación activa.
4. Se orienta hacia metas y se orienta en los problemas.
Inicialmente enfatiza el presente.
5. Es educativa, apunta a enseñarle al paciente a ser su propio
terapeuta y se enfoca en la prevención de la recaída.
6. Es de tiempo limitado y con sesiones estructuradas
7. Le enseña a los pacientes a identificar, evaluar y responder a
sus creencias y pensamientos disfuncionales.
8. Usa una diversidad de técnicas para cambiar los
pensamientos, el estado de ánimo y las conductas.

Principales conceptos

La pérdida

La pérdida es uno de los conceptos claves en la teoría de Beck;


fue tomado de su formación psicoanalítica del escrito de Sigmund
Freud, Duelo y Melancolía, publicado en 1917. Para Freud, el
depresivo melancólico siente la pérdida personal y la humillación por
parte de otra persona significativa, pero no puede tolerar sus propios

86
impulsos agresivos por estar herido. Psicológicamente, incorpora al
otro en el sí mismo, y castiga en forma simbólica al otro por el propio
sufrimiento del ego.

La aflicción es una reacción a la pérdida de un ser amado o de


una abstracción equivalente. Por su parte, la melancolía se caracteriza
por un estado de ánimo profundamente doloroso, una cesación de
interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la
inhibición de todas las funciones y la disminución del amor propio
(Beck, 1967). Esta última incluye reproches y acusaciones que el
paciente se hace a sí mismo y pueden causar ideas delirantes de
castigo.

La esfera personal

Es aquello que nos define como personas y que marca las


diferencias entre cada uno y los demás. Es un concepto abstracto, que
integra todas esas características que poseemos y que nos conforman.
Engloba datos cuantitativos y cualitativos que recibimos como herencia
física y social, desde el nacimiento, y que vamos modificando,
adaptando y ampliando a lo largo de nuestra vida y en función a las
condiciones de ésta.

Se forma por el concepto que tenemos de nosotros mismos,


nuestros atributos físicos y características personales, así como
nuestras metas y valores. A nuestro alrededor están la familia, los
amigos, las posesiones. Nuestro mundo personal se enriquece,
además, por los aprendizajes de la escuela y el contexto social en el
que nos desarrollamos. Finalmente, se incluyen las ideas sobre
libertad, justicia y moralidad (Beck, 1976).

87
En la esfera personal entra todo aquello que es importante para
nosotros en relación al mundo que nos rodea. Es el punto de referencia
mediante el cual asignamos significados. Cualquier hecho que suponga
éxito o ganancia para nuestra esfera, nos produce euforia y felicidad y
las pérdidas en cambio, causan tristeza, depresión y desesperanza.

Las reglas

Son patrones cognitivos relativamente estables que nos dictan


como debemos reaccionar ante cualquier situación que nos ocurra.
Estas reglas se comienzan a formar en la niñez, como fruto de
experiencias concretas y forman parte de la herencia social.

Inicialmente, vienen de nuestros padres, la familia, el sistema


educativo y finalmente la sociedad. Lo importante, para entender un
trastorno psicológico es saber cómo operan las reglas, en términos de
normalidad son flexibles, pero en el caso de la depresión por ejemplo,
son absolutas e incondicionales. De ellas se derivan significados y
predicciones negativas desde un hecho pasado o presente (Beck,
1976).

Los esquemas

Los esquemas definen la organización preexistente de los


conceptos y se forman a través de la experiencia. Son dinámicos,
flexibles y cambiantes con las nuevas experiencias. Se subyugan a los
cambios que se producen a medida que los nuevos materiales se van
incorporando. El recuerdo es el proceso de activación de los esquemas
apropiados que son, en sí mismos, la integración dinámica de los ítems
de información (Caro, 2006).

88
El niño aprende a evaluarse a sí mismo y al ambiente, mediante
la interacción con las otras personas significativas y a construir la
realidad a través de la experiencia personal. Las creencias y las
actitudes que desarrolla el niño pueden ser adaptativas o sentar las
bases de la vulnerabilidad al trastorno psicológico. Estas actitudes son
la base de supuestos silenciosos, que el individuo no discute, y que
permanecen fuera de la conciencia. Las cogniciones y nuestros puntos
de vista sobre el mundo, provienen de estos supuestos y luego se
organizan en una jerarquía de supuestos o esquemas.

En un sentido muy general, un esquema se refiere a cualquier


cuerpo estructurado de conocimiento o grupo de creencias que se
utilizan para procesar información. Le permiten a la persona investigar,
codificar y evaluar el rango total de estímulos internos o externos y
decidir un curso subsecuente de acción. Los esquemas se infieren a
partir de la conducta del paciente, siempre y cuando se conozcan los
acontecimientos estimulares concretos y la historia que dichos
estímulos tienen para el paciente (Clark, Beck y Alford, 1999).

Tipo Definición
Cognitivo Seleccionan, recuperan, almacenan, e interpretan la
conceptuales información. Ej.: las creencias intermedias y centrales.
Perciben los estados de sentimiento y sus
Afectivos
combinaciones. Ej.: el afecto positivo o negativo.
Representan funciones y procesos somáticos Ej.: muy
Fisiológicos
relevantes en el trastorno de pánico.

Cuadro 10. Tipos principales de esquemas según (Clark, Beck y Alford,


1999).

89
Los modos

Son subsistemas de la organización cognitiva, diseñados para


llevar a cabo ciertos principios adaptativos relevantes a la
supervivencia, el mantenimiento, la auto exaltación. Los grupos de
reglas y conceptos están organizados alrededor de temas amplios y
corresponden a los modos (Beck, 1995). Se diferencian tres tipos
principales:

1. Modos primarios: auto preservación, procreación, seguridad,


dominancia, sociabilidad.
2. Modos constructivos: adquiridos o construidos a través de
construcciones vitales.
3. Modos menores: sobre actividades prosaicas.

Triada cognitiva

Para Beck (1967), la depresión es un trastorno de la cognición.


La pérdida se manifiesta en la triada cognitiva. El paciente considera
que ha perdido algo que considera esencial para su felicidad, anticipa
resultados negativos para cualquier cosa que haga y se considera a sí
mismo incapaz de lograr metas importantes. La depresión se considera
como un punto negativo sobre el sí mismo los otros y el mundo. El
depresivo se ve a sí mismo como deficiente o inútil, como inadecuado o
sin valor.

Existe una relación causal entre los defectos que el depresivo


percibe de sí mismo, y el juicio resultante sobre su escaso valor
personal, además le parece que el mundo le exige más de lo que
puede dar. Finalmente, cuando el depresivo se plantea el futuro, lo
hace presuponiendo una serie de obstáculos y sufrimientos que cree
que van a durar indefinidamente.

90
Así mismo, respecto a la ansiedad, se asume que el paciente
posee una visión del sí mismo como vulnerable, del mundo, como
amenazante y del futuro, como algo impredecible. Construyen el
mundo en relación a temas del daño personal, lo que supone
pensamientos e imágenes continuas sobre vulnerabilidad,
inadecuación, carencia de autocontrol, rechazo y fracaso social,
enfermedad, daño físico o muerte.

Las distorsiones cognitivas

Los pacientes tienden a cometer persistentes errores en su


forma de pensar que no suelen deberse a incapacidades intelectuales,
sino a la necesidad de preservación de la coherencia de todo el
sistema cognitivo entre sí y, fundamentalmente con sus creencias
nucleares. En consecuencia, en los pacientes que padecen un
trastorno psicológico se observa un desvío sistemático en la forma de
procesar el conocimiento (Caro, 2006).

Algunas de las formas no válidas de pensamiento más comunes


son:

 Pensamiento “de todo o nada” (“pensamiento dicotómico”).


 Adivinación del futuro (“catastrofización”).
 Descalificar o descartar lo positivo.
 Inferencia arbitraria.
 Razonamiento emotivo (“siento que...”).
 Explicaciones tendenciosas.
 Rotulación (“etiquetar”).
 Magnificar lo negativo y minimizar lo positivo.
 Filtro mental (“abstracción selectiva”).
 Lectura de la mente.
 Generalización (o “sobregeneralización”).

91
 Personalización.
 Expresiones con “debe” (exigencias).
 Visión en túnel.

La disfuncionalidad

Según Beck (1995), se consideran disfuncionales los


pensamientos que distorsionan la realidad, son causantes de
perturbación emocional, e interfieren con la capacidad del paciente
para lograr sus metas o son contraproducentes para lograrlas. Así, los
pensamientos se pueden evaluar en función de dos conceptos: su
validez (ajuste a la realidad) y/o su utilidad (concepción pragmática).

Para lograr una buena alianza terapéutica y la cooperación del


paciente será siempre fundamental enfatizar en cómo sus
pensamientos disfuncionales impiden el cumplimiento de sus metas y
que tan cercanos están de la realidad, cuidando siempre no descalificar
su inteligencia.

1.3 Investigaciones

A continuación, se describen los estudios más relevantes encontrados


respecto a las variables y diseño de estudio.

A) A nivel del extranjero

Sales, Pardo, Mayordomo, Satorres-Pons, y Meléndez (2015). España.


“Efectos de la terapia cognitivo-conductual sobre la depresión en personas
mayores institucionalizadas”. Objetivo: Comprobar que la aplicación de una
terapia de reestructuración cognitiva en ancianos deprimidos
institucionalizados sin deterioro cognitivo es efectiva para la mejora de la
depresión así como en diferentes variables consideradas. Material y método:

92
Se realizó un estudio experimental aleatorizado con dos grupos de análisis
(experimental y control), en el que, tras la aplicación de dicha terapia, se
evaluó el cambio sufrido en las diferentes variables psicológicas medidas en
una muestra de 8 ancianos deprimidos institucionalizados sin daño
neurológico de la provincia de Albacete. Resultados: Los resultados
encontrados demostraron resultados positivos de esta terapia para reducir la
depresión en ancianos deprimidos institucionalizados sin deterioro cognitivo,
así como en la mejora las diferentes variables consideradas. Conclusiones:
Los resultados obtenidos sugieren que la aplicación de una terapia de
reestructuración cognitiva en personas mayores ha sido satisfactoria
mostrando la utilidad de este tipo terapia.

Acevedo (2014). Colombia. “Adaptación e implementación de un


tratamiento cognitivo conductual para la fobia social”. Objetivo: Adaptar e
implementar una terapia cognitivo conductual basada en los fundamentos
teóricos y empíricos de la terapia de Heimberg y otros (1990), (Heimberg et
al., 1998; Echeburúa, 1996; Overholser, 2002) para el tratamiento de la fobia
social (temor a hablar en público), implementadas en formato de grupo.
Material y método: El diseño empleado fue pre-experimental pretest-postest
con un solo grupo, con una muestra de nueve participantes, seis mujeres,
tres hombres, estudiantes universitarios. El procedimiento involucró: a) la
adaptación del protocolo, b) convocatoria y selección de los participantes, c)
mediciones pre tratamiento, d) implementación del tratamiento, e) ejecución
de las mediciones post tratamiento, f) el análisis de los resultados. Los
instrumentos utilizados fueron: Cuestionario Breve de Auto Informe para el
Diagnóstico de la Fobia Social (Rey, 2006), Cuestionario sobre el Temor a
Hablar en Público de Clavijo y Restrepo (1989), la Escala de Miedo a la
Evaluación Negativa de Watson y Friend (1969) y la Escala de Ansiedad y
Evitación Social de Watson y Friend (1969). Resultados: Se encontró una
disminución estadísticamente significativa en las tres mediciones realizadas:
SAD (F= 19.710, p<.001, bilateral), FNE (F= 64.409, p<.000, bilateral) y THP
(F =154.159, p <.001, bilateral), (Chi Cuadrado = 14.000, p <.001, bilateral).

93
Conclusiones: El programa fue efectivo para disminuir significativamente el
temor a hablar en público, la ansiedad social y la evitación de las situaciones
sociales.

Ranero (2014). Guatemala. “Propuesta de programa cognitivo-


conductual de autoestima para niños de 7 a 10 años víctimas de maltrato
intrafamiliar”. Objetivo: La presente investigación se realizó con el fin de
determinar los aspectos que debe contener un programa cognitivo
conductual de autoestima para niños de 7 a 10 años que han sido víctimas
de violencia intrafamiliar. Material y método: La investigación se realizó bajo
las directrices del modelo de investigación de tipo cualitativo. La muestra
estuvo conformada por cinco personas, psicólogas que laboran en la Unidad
de Maltrato en la Procuraduría de los Derechos Humanos. Las psicólogas
trabajan diariamente con niños y familias, las cuales han sido víctimas de
violencia intrafamiliar. El instrumento de estudio fue una entrevista
semiestructurada, la cual fue validada y constó de 20 preguntas abiertas
relacionadas con las variables de estudio. Este modelo e instrumento
utilizado, permitió conocer la experiencia y lo observado por las psicólogas
según su experiencia con este tipo de problemática, además se obtuvo la
percepción de ellas acerca de cómo la autoestima se ve dañada como
repercusión el maltrato experimentado. Conclusiones: Se pudo determinar
que para la realización de un programa para el restablecimiento en la
autoestima en niños víctimas de violencia intrafamiliar, se debe de tener en
cuenta el fortalecer de la autoestima, desarrollar cualidades resilientes y
fortalecer las habilidades sociales, siendo estos factores los que se ven
afectados de manera directa por las circunstancias de vida que estos niños
llevan.

Cortez, López, Mejía y Salgado (2013). El Salvador. “Aplicación de dos


programa psicoterapéuticos basados en el modelo cognitivo-conductual y la
terapia racional emotiva para la reducción de conductas agresivas en
estudiantes de los primeros años de educación media del Instituto Nacional

94
de Usulután durante febrero a agosto de 2013”. Objetivo: El objetivo de esta
investigación es Determinar si el nivel de agresividad de dos grupos de
estudiantes de primer año de bachillerato que reciben tratamiento
psicológico durante diez sesiones es diferente al del grupo de estudiantes de
primer año de bachillerato que no reciben ningún tratamiento psicológico en
el Instituto Nacional de Usulután.

Material método: Esta investigación se realizó con ocho secciones de


los primeros años del Instituto Nacional de Usulután. Para la realización del
presente se utilizó una investigación de tipo cuasiexperimental. Los
resultados se presentaron mediante tablas y/o gráficos y para el análisis se
aplicó la técnica de números absolutos y porcentajes. El universo estuvo
constituido por 263 estudiantes de los primeros años de bachillerato (4
técnicos, 1 general y 3 industriales). La muestra estuvo constituida por 90
estudiantes seleccionados por sus mayores puntajes obtenidos en la prueba
de Buss y Perry. El cual se realizó una selección al azar, al integrarlos a los
3 grupos: dos grupos fueron experimentales y uno fue el grupo control. Para
la comprobación de hipótesis se utilizó la prueba de valores “f” y la prueba
de “t” Student. En el proceso de tratamiento se utilizaron dos terapias
individuales para los grupos experimentales, el primer grupo se basó en la
Terapia Cognitiva Conductual, y el otro grupo se basó Terapia Racional
Emotiva, la cual se obtuvo un mejor resultado en el grupo basado en la
terapia cognitiva conductual.

Resultados: El nivel de agresividad de los dos grupos de estudiantes


de primer año de bachillerato que reciben tratamiento psicológico basado en
los programas de Terapia Cognitiva-conductual y Terapia Racional Emotiva
durante diez sesiones, será menor al del grupo de estudiantes de primer año
de bachillerato que no se sometió a ningún tratamiento psicológico en el
Instituto Nacional de Usulután.

95
Conclusiones: Los dos programas psicoterapéuticos resultaron eficaces
en la reducción de la conducta agresiva; sin embargo, se obtuvieron mejores
resultados en el segundo grupo psicoterapéutico que fue basado en la
Terapia Racional Emotiva, se debe a que la Terapia Racional Emotiva lleva
un mayor contenido emocional y va enfocada en ayudar a las personas de
forma más racional a generar emociones más apropiadas y actuar de forma
funcional y adaptativa logrando sus metas y por tanto ser más feliz. A
diferencia del primer grupo, en el que se obtuvo una reducción de la
conducta agresiva pero menor nivel que en la terapia Racional Emotiva, ya
que esta se basa en el proceso cognitivo, es decir, a través de controlar
aquellos pensamientos negativos que nos llevan actuar de una forma
impulsiva debido a que ya se tiene una idea de cómo actuar ante una
situación o amenaza.

Ortiz (2012). Ecuador. “Aplicación de la terapia cognitiva de Beck para


el tratamiento de depresión en un grupo de adolescentes de 12 a 15 años
del Instituto Técnico Superior Gran Colombia de la Ciudad de Quito de
octubre del 2011 a enero del 2012”. Objetivo: Reducir la depresión de un
grupo de adolescentes del Instituto Técnico Superior Gran Colombia de 12 a
15 años mediante la aplicación de terapia cognitiva de Beck. Material y
método: Investigación de tipo correlacional, de diseño experimental
intrasujeto. Para la muestra, se seleccionaron 11 adolescentes que
puntuaron depresión moderada, depresión grave y depresión extrema en el
Cuestionario de Depresión de Beck y que cumplieron con los criterios
diagnósticos del DSM-IV-R (2002) para trastornos del estado de ánimo. Para
el diagnóstico de depresión se utilizó el Inventario de Depresión de Beck. La
primera evaluación se realizó a modo de diagnóstico, al inicio del proceso.
Posteriormente se evaluó el progreso de la terapia en una fase intermedia y
finalmente re realizó una evaluación final. Resultados: El tratamiento
aplicado logró resultados favorables para las pacientes, existiendo una
mejora significativa en la mayor parte de los casos, pues como fue claro
observar, no todas las alumnas tuvieron una mejoría, pero si la mayoría.

96
Conclusiones: Los principales factores que incidieron en los estados
depresivos de las adolescentes fueron los pensamientos erróneos acerca de
sí mismas, los otros y el mundo, así como conflictos de comunicación y
abandono por parte de padres. Se observó además una importante
influencia del medio y la toma de decisiones equivocadas. El proceso
terapéutico mejoró los estados emocionales de las adolescentes mediante la
utilización de técnicas cognitivo conductuales, brindándoles herramientas
que les permitieron manejar de mejor manera sus conflictos. La terapia les
permitió modificar su pensamiento, identificar sus creencias disfuncionales,
confrontar su realidad, proporcionándoles así otras posibilidades para la
resolución de conflictos y el adecuado manejo de sus emociones.

Prada, Cáceres, González, Quirós y Solano (2012). Costa Rica. “La


efectividad de la terapia cognitiva de la depresión en cuatro mujeres cuyas
edades oscilan entre los 30 y 50 años”. Objetivo: El presente estudio tiene
como objetivo reportar los resultados de la implementación con la Terapia
Cognitiva de la Depresión, de acuerdo a lo postulado por Aaron Beck, Rush,
J. Shaw, B. y Emery, G., en cuatro mujeres entre los 30 y 50 años de edad.
Material y método: La presente investigación se abordó bajo un modelo
mixto de enfoque dominante con predominancia del enfoque cualitativo. Se
intervino un total de 4 mujeres entre las edades de 30 a 50 años que hicieron
una solicitud de servicios terapéuticos al CASI, por depresión o por motivos
de consulta que dieran referencia a síntomas depresivos. Para la inclusión
de las pacientes, debieron puntuar un nivel medio o alto de depresión según
la Escala de Depresión de Beck. El proceso psicoterapéutico se llevó a cabo
durante doce a quince sesiones basado en la terapia propuesta. Resultados:
Según los resultados obtenidos es posible rescatar que la terapia cognitiva
de la depresión permitió tanto a las pacientes como a las terapeutas
centrarse en problemas aquí y ahora. Uno de los elementos esenciales del
enfoque es el tener un plan de las sesiones previamente establecido, con
metas y objetivos claros acordados entre terapeuta y paciente. Esto permitió

97
que el proceso tuviera una dirección clara y que las pacientes pudieran
comprender las tareas que se aplicaban.

Conclusiones: Luego de ser conscientes de estas distorsiones las


técnicas cognitivas permitieron a las pacientes modificar percepciones
estereotipadas que presentaban, logrando con esto la disminución de los
intensos sentimientos negativos y centrando su atención en aquellos
problemas que fueran resolubles.

B) A nivel del país

Manrique (2016). “Efectividad de un Programa Cognitivo-Conductual en


la inteligencia emocional y resolución de problemas en estudiantes de
Psicología de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega”. Objetivo: Reportar
los resultados de la efectividad de un Programa Cognitivo-Conductual en la
inteligencia emocional y resolución de problemas en estudiantes de
Psicología de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Material y método:
La investigación fue de tipo experimental con diseño cuasi experimental de
medición de un grupo pre y post test. La muestra estuvo constituida por 54
estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad Inca Garcilaso de
la Vega. Se administró a la muestra un Programa Cognitivo-Conductual, así
como el Inventario de Inteligencia emocional de BarOn y la Escala de
Habilidades de Resolución de Problemas Sociales. Se utilizó el programa
SPSS versión 24, para el análisis de los Resultados y la prueba “t” de
Student para la contrastación de hipótesis, con un nivel de significancia de p
< 0,05. Resultados: Los resultados indican que el programa cognitivo-
conductual produce efectos positivos en la inteligencia emocional e
incrementó la habilidad de resolución de problemas en estudiantes de
psicología de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Conclusiones: El
programa cognitivo-conductual tuvo efectos positivos en las dimensiones
intrapersonal interpersonal, adaptabilidad y estado de ánimo de la
inteligencia emocional, e incrementó la habilidad de resolución de problemas

98
en estudiantes. Contrariamente el programa no ha producido efectos
positivos en la dimensión manejo del estrés de la inteligencia emocional.

Seguín (2016). “Niveles de depresión y percepción de la autoeficacia


en estudiantes de psicología en dos universidades: pública y privada”
Objetivo: Establecer si existe correlación o asociación significativa entre la
depresión y la percepción de la autoeficacia. Material y método: Participó un
grupo de doscientos estudiantes de psicología de una universidad pública y
privada. La depresión fue evaluada con la Escala de Beck y la Autoeficacia
con la Escala de Baessler y Schwarzer, modificada por Anicama y Cirilo, con
adaptaciones psicométricas en Lima. La muestra fue de tipo estratificada por
edad y por nivel educativo, así como aleatoria y sistemática. Resultados: Los
resultados de su investigación muestran que hay una relación negativa
relativamente baja: -0.364 para las estudiantes de la universidad privada y
-0.389 para la pública, cuando p<.001, es decir, a mayor depresión menor
autoeficacia o viceversa.

Conclusiones: Existe mayor nivel de depresión en las estudiantes de la


universidad privada que en la universidad pública y no se hallaron
diferencias significativas según edad y año de estudio en las dos
universidades. Se halló mayor promedio en autoeficacia en la universidad
privada y diferencias significativas según año de estudios en las estudiantes
de la universidad pública.

Magallanes (2012). “Programa cognitivo conductual para el manejo de


la ansiedad en pacientes con VIH - Chimbote 2009”. Objetivo: Analizar los
efectos de la aplicación del programa cognitivo conductual para el manejo de
ansiedad en pacientes con VIH pertenecientes a la red Organización de
Personas Viviendo con VIH Sida de Chimbote 2009. Material y método: El
diseño corresponde a las investigaciones experimentales de tipo cuasi-
experimental con pre test y pos test. Para tal efecto se aplicó la prueba del
STAI a 24 personas infectadas con el VIH, conformando la muestra

99
experimental 12 sujetos y 12 el grupo control. Para la obtención de
resultados se empleó el estadístico “t” de Student. Resultados: Luego de
aplicar el programa cognitivo-conductual al grupo experimental, se encontró
una disminución estadísticamente significativa de la ansiedad, es decir, el
nivel alto del 42% se reduce al 8%. Conclusiones: El programa cognitivo-
conductual es eficaz para la disminución de la ansiedad.

Ventura (2009). “Eficacia de un programa de intervención grupal


cognitivo-conductual para disminuir el trastorno de ansiedad generalizada en
pacientes del Puesto de Salud Las Dunas-Surco”. Objetivo: Determinar la
eficacia de un Programa de Intervención Grupal Cognitivo-Conductual para
disminuir el trastorno de ansiedad generalizada. El tratamiento grupal duró
un mes (dos sesiones semanales). Material y método: El diseño
metodológico fue cuasi experimental con mediciones pre test y post test.
Participaron 30 mujeres, cuyas edades oscilan entre 20 a 60 años, con
ansiedad generalizada, las cuales fueron designadas a 15 al grupo
experimental y 15 al grupo control. Se utilizó como instrumento la Escala de
Trastorno de Ansiedad Generalizada (GAD-7), del cual se hizo el análisis
psicométrico respectivo. Resultados: Se mostraron diferencias significativas
a favor del grupo experimental. Conclusiones: concluyendo que el Programa
de intervención Grupal Cognitivo-Conductual logró disminuir el trastorno de
ansiedad generalizada.

1.4 Marco Conceptual

Adolescencia: Es la etapa comprendida entre los 11 años hasta los 19


años; en esta etapa se presentan cambios físicos (cambios hormonales) y
psicológicos (busca su autoafirmación y autonomía).

Depresión: Según el modelo cognitivo de Beck (1995), es un trastorno


de la cognición, y existe una triada cognitiva para la depresión: El primer
elemento es la visión negativa acerca de sí mismos; se ven faltos de

100
atributos para ser felices, estar satisfechos o sentirse útiles. El segundo
elemento es la frecuente apreciación negativa de las experiencias propias
presentes; sienten que el ambiente exige demasiado. El tercer elemento es
la terna negativa acerca del futuro; estos pacientes anticipan que su
sufrimiento se prolongará indefinidamente.

Programa: Es un plan, proyecto o servicio mediante el cual se diseña,


organiza y se pone en práctica un conjunto de acciones y recursos
materiales dirigidos a la consecución de una meta.

Terapia cognitiva-conductual: Es una forma de entender cómo


piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y del mundo que le rodea,
y cómo lo que uno hace afecta a sus pensamientos y sentimientos. La TCC
le puede ayudar a cambiar la forma cómo piensa (“cognitivo”) y cómo actúa
(“conductual”) y estos cambios le pueden ayudar a sentirse mejor. A
diferencia de algunas de las otras “terapias habladas”, la TCC se centra en
problemas y dificultades del “aquí y ahora”. En lugar de centrarse en las
causas de su angustia o síntomas en el pasado, busca maneras de mejorar
su estado anímico ahora.

101
CAPÍTULO II: EL PROBLEMA, OBJETIVOS, HIPÓTESIS Y
VARIABLES

2.1 Planteamiento del Problema

2.1.1 Descripción de la Realidad Problemática


Este trabajo tiene como finalidad dar a conocer la problemática
que existe en la Universidad Privada San Juan Bautista, pues se ha
observado que algunos adolescentes presentan síntomas de
depresión, tales como: baja autoestima, ideas suicidas, irritabilidad,
bajo rendimiento, pérdida de interés en actividades placenteras, etc.
Como se sabe, el sustrato psicológico de la depresión de Beck está
expresado en el modelo cognitivo, que postula tres conceptos
específicos: La triada cognitiva, los esquemas y los errores cognitivos
(errores en el procesamiento de la información). Todo ello se expresa
en que el individuo se considera a sí mismo, su futuro y sus
experiencias de modo negativo, con una visión pesimista de la realidad;
por lo tanto, sus pensamientos también serán negativos y
distorsionados. Teniendo en cuenta la etapa de adolescencia tardía en
la que se encuentran los estudiantes de la mencionada Universidad,
tales síntomas descritos podrían manifestarse con mayor intensidad.
La tarea principal de la adolescencia, según Erickson, es el
enfrentamiento a la crisis de identidad versus la confusión de identidad
a fin de convertirse en un adulto único con un sentido coherente del yo
y un papel valorado dentro de la sociedad (Feldman, 2007).

Nadie es inmune a períodos de tristeza y depresión, y los


adolescentes no son la excepción. La depresión clínica es un trastorno
del estado anímico que se manifiesta en diferentes planos psíquicos y
somáticos, en el que los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o
frustración interfieren con la vida diaria durante un período de tiempo
prolongado. Se manifiesta mediante un conglomerado de síntomas que
incluyen la pérdida de interés hacia las actividades que realizan
normalmente, pesimismo, baja autoestima, aislamiento social, fatiga,
llanto, trastornos del sueño y de la alimentación, e impulsos
autodestructivos (Dowd, 2004). En general, los individuos depresivos
se caracterizan por poseer un esquema cognitivo negativo, centrado en
torno a temas de deficiencia personal, autoculpa y expectativas
negativas que tendrían un papel muy importante en cómo el individuo
procesa la información personal y social, dado que dicho esquema
influiría no solo en qué tipo de estímulos son atendidos por el individuo,
sino también en cómo estos son integrados y evaluados (Vara, 2006).

Es posible que los adolescentes no tengan todos los síntomas


clásicos de la depresión como los adultos. Reynolds (2004) señala que
la depresión en adolescentes muchas veces es olvidada, ignorada o
vista como síntoma de otros problemas. Además, los cambios de
humor, los arrebatos de ira, el aislamiento, los cambios en la
alimentación y en el sueño, las dificultades de concentración, los
cambios de rendimiento académico, la reducción de la actividad, fatiga
e irritabilidad pueden ser vistos como normales dentro del
comportamiento adolescente.

103
La depresión puede ser una respuesta a muchas situaciones y
factores de estrés en los adolescentes. Una de las clasificaciones más
utilizadas para la depresión es la distinción entre depresión endócrina y
reactiva. La segunda parece poder explicarse mediante agentes
precipitadores externos y algunas manifestaciones sintomatológicas
pueden diferir entre ambas: los depresivos endógenos presentan más
síntomas físicos y sentimientos de culpa: se encuentran peor por la
mañana que durante el resto del día y tienden a manifestar un mayor
retraso o agitación motora.

Según Beck (1995) y su modelo cognitivo, existe una triada


cognitiva para la depresión: la primera es la visión negativa acerca de
sí mismos; se ven faltos de atributos para ser felices, estar satisfechos
o sentirse útiles. La segunda es la frecuente apreciación negativa de
las experiencias propias presentes, sienten que el ambiente exige
demasiado. El tercer elemento es la terna negativa acerca del futuro.
Estos pacientes anticipan que su sufrimiento se prolongará
indefinidamente. El esquema básico de la terapia cognitiva de Beck
establece que una situación o estímulo, que puede ser externo o
interno, provoca una respuesta que puede ser emotiva, conductual o
fisiológica. Para lo cual, pasa por un proceso cognitivo: los
pensamientos automáticos son los pensamientos evaluativos, rápidos y
breves que no suelen ser el resultado de un razonamiento, sino más
bien parecen brotar automáticamente y pueden tener forma verbal (lo
que me estoy diciendo a mí mismo) y/o visual (imágenes).

El terapeuta cognitivo ayuda al paciente a pensar y actuar de un


modo realista y adaptativo en relación con sus problemas psicológicos,
reduciendo o eliminando así los síntomas. La terapia cognitiva utiliza
estrategias cognitivas y conductuales para delimitar las falsas
creencias y los supuestos desadaptativos, mediante técnicas de
aprendizaje (Caro, 2006).

104
La terapia cognitiva se basa en una formulación
permanentemente evolutiva del paciente y sus problemas en términos
cognitivos, requiere una sólida alianza terapéutica y enfatiza la
colaboración y la participación activa del paciente. Se orienta hacia
metas y se centra en los problemas, es educativa, apunta a enseñarle
al paciente a ser su propio terapeuta y enfatiza la prevención de la
recaída. Las sesiones de la terapia son estructuradas, tienen como
objetivo enseñar a los pacientes a identificar, evaluar y responder a sus
creencias y pensamientos disfuncionales.

Precisamente, ante lo anteriormente expuesto, el propósito de


este estudio es investigar en los alumnos de los primeros ciclos cómo
se reducen los síntomas propios de la depresión (baja autoestima,
ideaciones suicidas y negativas acerca de su futuro, irritabilidad, etc.) al
participar en un Programa de Terapia Cognitiva-Conductual; así como
conocer cómo se producen los cambios en sus actitudes con la
aplicación de las distintas técnicas que considera el Programa, que
conlleven a una reducción significativa de los síntomas cognitivo-
afectivos y somáticos. De igual modo, este trabajo pretende determinar
el grado de eficacia de la aplicación del Programa al generar un efecto
positivo en la remisión de los síntomas de la depresión en la muestra
de estudiantes de la Universidad Privada San Juan Bautista.

2.1.2 Antecedentes Teóricos


La terapia cognitiva-conductual (TCC) es la aplicación clínica de
la ciencia de la psicología, que se fundamenta en principios y
procedimientos validados empíricamente. Trabaja con respuestas
físicas, emocionales, cognitivas y conductuales desadaptadas de
carácter aprendido. Se aplica en trastornos de ansiedad, depresión,
pánico, agorafobia y otras fobias: fobia social, bulimia, trastorno
obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés postraumático, esquizofrenia,
etc.

105
Se le enseña al sujeto a reaprender nuevas formas de respuesta
ante la situación apremiante, o a disminuir el malestar o conducta no
deseada, guiándolo hacia la adquisición de conductas más adaptativas;
también a tener control de los pensamientos negativos, a identificar la
relación entre cognición, afecto y conducta; a examinar las evidencias a
favor y en contra de sus pensamientos distorsionados y sobre todo a
identificar las creencias falsas.

En cuanto a la depresión, el modelo cognitivo postula tres


conceptos específicos para explicar el sustrato psicológico de la
depresión:

1. La triada cognitiva, que consiste en tres patrones cognitivos


principales que inducen al paciente a considerarse así mismo, su futuro
y sus experiencias de un modo idiosincrático, y se centra en la visión
negativa del paciente acerca de sí mismo.

2. Modelo de los esquemas, el cual se usa para explicar por qué


el paciente depresivo mantiene actitudes que lo hacen sufrir.

3. Errores en el procesamiento de la información, que hace


referencia a aquellos errores que mantienen la creencia del paciente en
la validez de sus conceptos negativos, incluso a pesar de la existencia
de evidencia contraria.

2.1.3 Definición del Problema


El problema de la investigación se formula de la siguiente
manera:

106
2.1.3.1 Problema Principal
¿De qué manera la aplicación de un Programa de Terapia
Cognitiva-Conductual influye en la reducción de los síntomas de la
depresión, en adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad
San Juan Bautista?

2.1.3.2 Problemas Específicos


1: ¿En qué medida la aplicación de un Programa de Terapia
Cognitiva-Conductual influye en la reducción de los síntomas cognitivo-
afectivos de la depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes de la
Universidad San Juan Bautista?

2: ¿En qué medida la aplicación de un Programa de Terapia


Cognitiva-Conductual influye en la reducción de los síntomas somáticos
de la depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes de la
Universidad San Juan Bautista?

2.2 Finalidad y Objetivos de la Investigación

2.2.1 Finalidad de la Investigación


Este estudio pretende conocer en qué medida la aplicación de
un Programa de Terapia Cognitiva-Conductual puede influir en la
reducción de los síntomas de la depresión en adolescentes y jóvenes
estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

2.2.2 Objetivo General y Específicos

2.2.2.1 Objetivo General


Determinar si la aplicación de un Programa de Terapia
Cognitiva-Conductual influye en la reducción de los síntomas de la
depresión, en adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad
San Juan Bautista.

107
2.2.2.2 Objetivos Específicos

1: Establecer si la aplicación de un Programa de Terapia


Cognitiva-Conductual influye en la reducción de los síntomas cognitivo-
afectivos de la depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes de la
Universidad San Juan Bautista.

2: Determinar si la aplicación de un Programa de Terapia


Cognitiva-Conductual influye en la reducción de los síntomas somáticos
de la depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes de la
Universidad San Juan Bautista.

2.2.3 Delimitación del Estudio

2.2.3.1 Delimitación Espacial


La investigación se realizó en las instalaciones de la Universidad
Privada de San Juan Bautista, sede del distrito de San Borja.

2.2.3.2 Delimitación Social


El estudio se realizó en una muestra constituida por 60
estudiantes, de ambos sexos, que cursan el 1º y 2° ciclo de estudios
universitarios.

2.2.3.3 Delimitación Temporal


La investigación se desarrolló entre setiembre del año 2016 y
agosto del año 2017.

2.2.4 Justificación e Importancia del Estudio


Por ser la depresión un trastorno mental frecuente se calcula
que en la actualidad afecta a 350 millones de personas en el mundo.
La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y
contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de

108
morbilidad. Puede convertirse en un problema de salud serio,
especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a
grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades
laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar
al suicidio. Cada año se suicidan más de 800 000 personas, y el
suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29
años.

Esta investigación pretende emplear el conocimiento teórico-


práctico de la depresión y su influencia en los aspectos: cognitivos,
afectivos y somáticos, que hacen vulnerables a los adolescentes
provocando desadaptaciones personales y sociales, y mermando sus
niveles de resiliencia y afrontamiento. Lo que se esperó –y se
consiguió, posteriormente– es que mediante la aplicación de un
programa de Terapia Cognitiva-Conductual disminuyan los síntomas de
la depresión. El programa constó de 15 sesiones en las cuales se
usaron técnicas cognitivas conductuales como: Técnicas de relajación
de Jacobson, técnicas de autocontrol, juego de roles, resolución de
problemas, debate socrático, moldeamiento, reforzamiento positivo,
registro o autorregistro de pensamientos distorsionados,
reestructuración cognitiva, etc.

2.3 Hipótesis y Variables

2.3.1 Supuestos Teóricos


Los reportes de estudios realizados por algunos autores
indicarían una significativa asociación entre la aplicación de un
programa de terapia cognitiva-conductual y la reducción de los
síntomas de la depresión en estudiantes universitarios de los primeros
ciclos, que se encuentran aún en el estadío tardío de la adolescencia.
Tal es el caso del estudio de Ortiz (2012), quien reporta hallazgos
significativos en adolescentes de 12 a 15 años luego de la aplicación

109
de la terapia cognitiva de Beck para el tratamiento de la depresión. El
proceso terapéutico mejoró los estados emocionales de las
adolescentes mediante la utilización de técnicas cognitivo
conductuales, brindándoles herramientas que les permitieron manejar
de mejor manera sus conflictos. La terapia les permitió modificar su
pensamiento, identificar sus creencias disfuncionales, confrontar su
realidad, proporcionándoles así otras posibilidades para la resolución
de conflictos y el adecuado manejo de sus emociones.

Por su parte, Prada et al. (2012) demostraron la efectividad de la


terapia cognitiva de la depresión según Beck, en una muestra de
mujeres cuyo motivo de consulta era la manifestación de síntomas
depresivos en niveles medios y altos. Luego de las sesiones de terapia
realizadas, las técnicas cognitivas permitieron a las pacientes modificar
percepciones estereotipadas que presentaban, logrando con esto la
disminución de los intensos sentimientos negativos y centrando su
atención en aquellos problemas que fueran resolubles.

En nuestro medio, un estudio desarrollado por Manrique (2016)


permite confirmar la efectividad de un Programa Cognitivo-Conductual
en la inteligencia emocional y resolución de problemas de un grupo de
estudiantes universitarios. El Programa tuvo efectos positivos en las
dimensiones intrapersonal, interpersonal, adaptabilidad y estado de
ánimo de la inteligencia emocional, e incrementó la habilidad de
resolución de problemas en los estudiantes.

En consecuencia, este trabajo de investigación pretende


demostrar la hipótesis de que la aplicación de una terapia con técnicas
cognitivo-conductuales, en un grupo de alumnos universitarios que
cursan los primeros ciclos de estudio, tiene un efecto positivo en la
reducción de por los menos el 50% de los síntomas característicos de
la depresión, tanto los cognitivo-conductuales como los somáticos.

110
2.3.2 Hipótesis Principal y Específicas

2.3.2.1 Hipótesis Principal

HP: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitiva-


Conductual influye en la reducción de los síntomas de la depresión en
adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan
Bautista.

2.3.2.2 Hipótesis Específicas

H1: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitiva-


Conductual influye en la reducción de los síntomas cognitivo-afectivos
de la depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes de la
Universidad San Juan Bautista.

H2: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitiva-


Conductual influye en la reducción de los síntomas somáticos de la
depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad
San Juan Bautista.

2.3.3 Variables e Indicadores

Variable independiente:
.- Aplicación de un Programa de Terapia Cognitiva-Conductual

Definición operacional:
Es el desarrollo de una serie de técnicas de terapia cognitiva-
conductual en el transcurso de 13 sesiones, con la participación de un
grupo de estudiantes universitarios adolescentes y jóvenes, dirigidas a
tratar determinadas problemáticas específicas, tales como: pérdida de
interés y placer en actividades que antes se disfrutaba, sentimiento de

111
desvalorización o baja autoestima, pensamientos de muerte (ideación o
intentos de suicidio), e irritabilidad.

Variable dependiente:
.- Depresión

Definición operacional:
Es un trastorno de la cognición que se caracteriza por la
aparición de síntomas cognitivo-afectivos como tristeza, pesimismo,
sensación de fracaso, culpa, etc.; y síntomas somáticos como
irritabilidad, insomnio, pérdida de apetito, pérdida de peso, entre otros.

Cuadro 11

Operacionalización de las Variables de Estudio

Variables Dimensiones Indicadores

 Conducta  Interés por las actividades diarias.


problemática:  Establecimiento de conductas
Perdida de interés y placenteras con ayuda de
placer en reforzadores positivos.
actividades que  Establecimiento de pensamientos
antes disfrutaba y actitudes positivas.

 Conducta  Identificación de un real


problemática: conocimiento de sí mismo y
Variable mejora de su autoconcepto.
Sentimiento de
independiente:
desvalorización o  Identificación de pensamientos
negativos y trabajo contra
baja autoestima
Aplicación de un afirmaciones positivas.
Programa de  Análisis de la realización de
Terapia metas.
Cognitiva-
Conductual  Búsqueda de alternativas que no
 Conducta sean suicidio o muerte.
problemática:  Trabajo contra afirmaciones
Pensamientos de positivas a las ideas de muerte o
muerte (ideación o suicidio.
intentos de suicidio)  Reconocimiento de que hay
alternativas de solución efectivas y
que la muerte acaba con las metas
de vida.
 Reconocimiento de vencer los
obstáculos.

112
 Conducta  Reconocimiento de control de
problemática: emocione con el uso de técnicas
Irritabilidad de respiración y relajación.
 Análisis de la lectura para un
mejor autoconocimiento y control
de emociones.
 Reconocimiento de la importancia
del autocontrol en la vida diaria.
 Reconocimiento de la mejora de
relaciones con los demás con un
lenguaje asertivo en la vida diaria.
 Análisis del video y comprensión
de producir uno mismo un cambio
de vida mediante sus
pensamientos y actitudes.

 Tristeza
 Pesimismo
 Sensación de fracaso
 Insatisfacción
 Culpa
 Expectativas de castigo
 Síntomas cognitivo-
 Autodesprecio
afectivos
 Autoacusación
 Ideas suicidas
Variable  Episodios de llanto
dependiente:  Retirada social
 Indecisión
Depresión  Cambios en la imagen corporal

 Irritabilidad
 Enlentecimiento
 Insomnio
 Fatigabilidad
 Síntomas somáticos
 Pérdida de apetito
 Pérdida de peso
 Preocupaciones somáticas
 Bajo nivel de energía

113
CAPÍTULO III: MÉTODO, TÉCNICA E INSTRUMENTOS

3.1 Población y Muestra


La población estuvo conformada por 120 adolescentes y jóvenes de
ambos sexos, matriculados en el primer y segundo ciclo en la Escuela de
Psicología de la Universidad Privada San Juan Bautista, ubicada en los
distritos de San Borja y Chorrillos.

La muestra se seleccionó con técnica de muestreo no probabilístico de


tipo intencional, en la medida en que los estudiantes accedieron, mediante
consentimiento informado, a participar del Programa de Terapia Cognitiva-
Conductual. De ese modo, se estimó la muestra en 60 alumnos que
participaron del Programa mencionado.

3.2 Diseño
El diseño empleado en la investigación fue el experimental,
específicamente el de tipo Preexperimental, con Pretest y Postest en un solo
grupo. El diagrama de este diseño es el siguiente:

O1 X O2
Donde:

O1: Observaciones pre test de los síntomas de la depresión.


O2: Observaciones post test de los síntomas de la depresión.
X: Aplicación de un Programa de Terapia Cognitiva-Conductual.

Según Sánchez y Reyes (2006), "la ejecución de este diseño implica


tres pasos a ser realizados por parte del investigador: 1) Una medición
previa de la variable dependiente a ser estudiada (pretest: O 1); 2)
introducción o aplicación de la variables independiente o experimental (X) a
los sujetos del grupo; y 3) una nueva medición de la variable dependiente en
los sujetos (postest: O2)." (p. 118)

3.3 Técnica e Instrumento de Recolección de Datos

3.3.1 Técnica
Para la recolección de datos se empleó la técnica de la
encuesta, mediante la cual se administró a la muestra de estudiantes,
en las pruebas pretest y postest, un inventario que permite recoger
información acerca de los síntomas de la depresión, tanto las de tipo
cognitivo-afectivos como los somáticos.

3.3.2 Instrumento

Ficha técnica
Nombre: Inventario de Depresión de Beck – II (BDI-II).
Autores: Aaron T. Beck, Robert A. Steer y Gregory K. Brown.
Autores de la adaptación española: Assessment España: Jesús
Sanz, Frederique Vallar, Elena de la Guía y Ana Hernández.
Editor de la adaptación española: Pearson Educación S. A.
Fecha de la última revisión del test en su adaptación española:
2011.

115
Descripción
El BDI-II es un autoinforme que proporciona una medida de la
presencia y de la gravedad de la depresión en adultos y adolescentes
de 13 o más años. Se compone de 21 ítems indicativos de síntomas
tales como tristeza, llanto, pérdida de placer, sentimientos de fracaso y
de culpa, pensamientos o deseos de suicidio, pesimismo, etc. Estos
síntomas se corresponden con los criterios para el diagnóstico de los
trastornos depresivos recogidos el DSM-IV-R (APA, 2002) y CIE-10
(Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas
relacionados con la Salud) (OMS, 1993). En concreto, se incluyen
todos los criterios propuestos en las dos referencias citadas para el
diagnóstico de un episodio depresivo mayor y casi todos los propuestos
para el diagnóstico de distimia (en concreto, todos los del DSM-IV-R y
el 75% del CIE-10).

Áreas de aplicación
-Psicología clínica
-Neuropsicología
-Psicología forense

Formato de los ítems


Tipo Likert, con cuatro categorías de respuesta ordenadas que
se codifican de 0 hasta 3.

Numero de ítems: 21 ítems. Si una persona ha elegido varias


opciones en un ítem, se toma la opción con la puntuación más alta.
También se puntúan de 0 a 3 los ítems 16 y 18, que tienen 7
categorías. En estos ítems, el Manual recomienda registrar la categoría
seleccionada, por su valor diagnóstico.

El rango de las puntuaciones va desde 0 a 63 puntos. Cuanta


más alta sea la puntuación, mayor será la severidad de los síntomas

116
depresivos. Se establecen cuatro grupos en función de la puntuación
total: 0-13, mínima depresión; 14-19, depresión leve; 20-28, depresión
moderada; y 29-63, depresión grave.

Cuadro 12

Distribución de los ítems del Inventario de Depresión de Beck, de acuerdo


a sus dimensiones

Ítem Dimensión: Síntomas cognitivo-afectivos Subtotal de ítems

1 Tristeza
2 Pesimismo
3 Sensación de fracaso
4 Insatisfacción
5 Culpa
6 Expectativas de castigo
7 Autodesprecio 13
8 Autoacusación
9 Ideas suicidas
10 Episodios de llanto
12 Retirada social
13 Indecisión
14 Cambios en la imagen corporal

Ítem Dimensión: Síntomas somáticos Subtotal de ítems

11 Irritabilidad
15 Enlentecimiento
16 Fatigabilidad
17 Insomnio
8
18 Pérdida de apetito
19 Pérdida de peso
20 Preocupaciones somáticas
21 Bajo nivel de energía

117
Interpretación
El manual no contiene baremos. La principal estrategia para la
interpretación de una puntuación consiste en su comparación con 3
puntos de corte que permiten calificar el nivel de depresión como
mínima, leve, moderada o grave, y su consecuente clasificación en una
de 4 categorías. Sanz, Perdigón y Vásquez (2003), y otras
publicaciones de los adaptadores de la prueba, ofrecen distintos
baremos para las poblaciones general española y de estudiantes
españoles universitarios.

Validez
En lo que se refiere a la estructura interna, Vallar, De la Guía y
Hernández (2011) realizaron análisis factoriales exploratorios en los
que se replicaron los resultados de estudios factoriales en población
clínica realizados por los autores de las pruebas, obteniéndose dos
factores: una dimensión somática (pérdida de energía, fatiga, pérdida
de placer e interés, cambios en el patrón del sueño, etc.) y un factor
cognitivo (autocriticas, insatisfacción con uno mismo, inutilidad,
pensamientos o deseos de suicidio, etc.). Dada la alta asociación entre
ambos factores, es razonable considerar que la prueba mide un factor
dominante de gravedad de la depresión. De hecho, el primer factor en
la extracción inicial daba cuenta de un porcentaje de varianza
sensiblemente superior (mayor del 30%) al de los factores sucesivos
(menores del 7%).

Las puntuaciones de la prueba presentaron una adecuada


validez convergente: elevadas correlaciones (superiores a 0.50) con las
medidas de depresión del MCMI-II y del LED. La validez discriminante
resultó más comprometida. Por un lado, se obtuvieron correlaciones
moderadas con la medida de ansiedad del STAI. Por otro, sin embargo,
se observaron altas correlaciones con la medida de ansiedad del BAI.
Los autores argumentan que esta elevada asociación se explica por la

118
presencia de síntomas compartidos en las definiciones clínicas de
depresión y ansiedad.

Recientemente, Carranza (2011) realizó un estudio con


estudiantes universitarios de 16 a 36 años, de la ciudad de Lima, y, en
cuanto a la validez de contenido del instrumento, fue estudiado
inicialmente a través de la validez por criterio de jueces. Para
cuantificar los hallazgos, se aplicó el coeficiente V de Aiken (Escurra,
1998). Las respuestas de los jueces fueron calificadas con el valor 1 si
estaban de acuerdo y 0 si estaban en desacuerdo. Los resultados
indican que todos los jueces coinciden de forma significativa en sus
apreciaciones respecto a la valoración del cuestionario en su forma
global. Por tanto, bajo este criterio, de acuerdo con los resultados
obtenidos, el BDI-II presenta validez de contenido.

Asimismo, Carranza (2011) aplicó la validez de constructo a


través de la técnica de análisis factorial, obteniendo resultados altos y
satisfactorios, con lo cual se estableció que el BDI-II reúne las
propiedades psicométricas para su aplicación a la muestra de
investigación.

Fiabilidad
Los datos sobre la fiabilidad de las puntuaciones se basan
exclusivamente en la consistencia interna. Los coeficientes obtenidos
por Vallar et al. (2011) son elevados (superiores a 0.85) y similares a
los obtenidos en los estudios internacionales con la versión original del
BDI-II. En Lima, Carranza (2011), respecto a la fiabilidad del BDI-II,
calculó un índice de alfa de Cronbach de 0.878, lo cual indica que el
instrumento presenta una consistencia interna óptima.

Por su parte, la autora de esta investigación procedió a


determinar la confiabilidad del instrumento en los estudiantes

119
universitarios que participaron en el Programa de Terapia Cognitiva-
Conductual, habiéndose obtenido un valor de coeficiente alfa de
Cronbach equivalente a 0,726, el cual indica un aceptable nivel de
consistencia interna; por consiguiente, se establece que el BDI-II es un
instrumento confiable e idóneo para su administración a la muestra de
estudio.

3.4 Procesamiento de Datos


El análisis estadístico de los datos del estudio se efectuó mediante
Hoja de Cálculo Excel 2010 y el software IBM SPSS versión 22 en español.

Para identificar las categorías en cada una de las dimensiones de la


variable: depresión, se tuvo en cuenta la prueba de estaninos. Para la escala
total, se recurrió al baremo que, al respecto, elaboró Carranza (2011) como
parte de una estandarización en 300 estudiantes universitarios de Lima
Metropolitana. Las puntuaciones típicas se observan en el siguiente cuadro:

Cuadro 13

Puntuaciones típicas del BDI-II para la


muestra de jóvenes universitarios

Percentil PD Percentil PD

1 0 55 12
2 0
60 13
3 0
65 14
4 0
70 15
5 1
75 16
10 3
80 17
15 4
85 19
20 5
90 22
25 6
95 26
30 7
96 27
35 8
97 30
40 9
98 33
45 10
99 39
50 11
Media 11.91
Mediana 11
Desv. típ. 8.083

120
Tomando en cuenta tanto los valores de las puntuaciones directas
transformadas en puntuaciones típicas o estándar, como el valor del punto
de corte establecido por los resultados de la sensibilidad y especificidad del
BDI-II, Carranza (2011) consideró apropiado precisar la siguiente
clasificación diagnóstica, de modo tal que la interpretación de los puntajes
directos resulte sencilla.

Cuadro 14

Puntajes directos categorizados para


evaluar los niveles de depresión

Categoría Puntaje
Mínimo 0–6
Leve 7 – 11
Moderado 12 – 16
Severo 17 – 63

Con referencia a la contrastación de las hipótesis de estudio, se


empleó como prueba estadística paramétrica la t de Student para muestras
correlacionadas, para determinar diferencias entre las puntuaciones medias
de los estudiantes del grupo de estudio, antes y después de la aplicación del
Programa de Terapia Cognitiva-Conductual. Su fórmula es la siguiente:

t
 y B  y A    B   A 
s 1  1
nA nB
Donde son las medias muestrales, las correspondientes
medias poblacionales, s la desviación típica muestral conjunta. Se distribuye
como una t de Student con nA+nB-2 grados de libertad, proporcionándonos
una referencia probabilística con la que juzgar si el valor observado de
diferencia de medias nos permite mantener la hipótesis planteada, que será
habitualmente la hipótesis de igualdad de las medias, o, lo que es lo mismo,

121
nos permite verificar si es razonable admitir que , a la luz de los
datos obtenidos.

Asimismo, las hipótesis fueron contrastadas a un nivel de significación


de p<0,05, que equivale a un nivel de confianza del 95%.

122
CAPÍTULO IV: PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS
RESULTADOS

4.1 PRESENTACIÓN DE RESULTADOS

4.1.1 RESULTADOS DE LOS DATOS PERSONALES DE LA


MUESTRA DE ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD SAN
JUAN BAUTISTA

Tabla 1

Frecuencia y porcentajes en el dato: Ciclo de estudios de la


muestra de estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

Ciclo Frecuencia Porcentaje

I 53 88,3%
II 7 11,7%
Total 60 100,0%

El 88,3% de la muestra de estudiantes de la Universidad San


Juan Bautista que participaron del Programa, corresponde al I ciclo, en
tanto que el 11,7% cursa el II ciclo de estudios.
88,3%

60

50

40
30
20 11,7%
10
0

I ciclo

II ciclo

Figura 1. Distribución de porcentajes en el dato: Ciclo de estudios de


la muestra de estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

124
Tabla 2

Frecuencia y porcentajes en el dato: Grupo etario, de acuerdo al


ciclo de estudios, de la muestra de estudiantes de la Universidad
San Juan Bautista

Ciclo de estudios
Total
I II
45 4 49
16 - 20 años
84,9% 57,1% 81,7%
7 2 9
21 - 25 años
Grupo 13,2% 28,6% 15,0%
etario 1 0 1
26 - 30 años
1,9% 0,0% 1,7%
0 1 1
31 - 35 años
0,0% 14,3% 1,7%
53 7 60
Total
100,0% 100,0% 100,0%

Un alto porcentaje de estudiantes (84,9%) del I ciclo tiene de 16


a 20 años; el 13,2%, de 21 a 25 años; y solo el 1,9%, de 26 a 30 años.
Asimismo, el 57,1% de los estudiantes del II ciclo cuenta con edades
del 16 a 20 años; el 28,6%, de 21 1 25 años; y apenas el 14,3%, de 31
a 35 años.

60
45

40

20
4 7 2 I ciclo
0 1 0
1 II ciclo
16 - 20 0
años 21 - 25
años 26 - 30
años 31 - 35
años

Figura 2. Distribución de porcentajes en el dato: Grupo etario, de acuerdo


al ciclo de estudios, de los estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

125
Tabla 3

Frecuencia y porcentajes en el dato: Sexo, de acuerdo al ciclo de


estudios, de la muestra de estudiantes de la Universidad San Juan
Bautista

Ciclo de estudios
Total
I II
12 0 12
Masculino
22,6% 0,0% 20,0%
Sexo
41 7 48
Femenino
77,4% 100,0% 80,0%
53 7 60
Total
100,0% 100,0% 100,0%

En cuanto al dato personal: Sexo, el 22,6% de los que cursan el


I ciclo son del sexo masculino; y el 77,4% corresponde al sexo
femenino. Del mismo modo, se aprecia que el 100% de los que llevan
el II ciclo pertenece al sexo femenino, no habiendo ninguno del sexo
masculino.

45 77,4%

40
35
30
25 22,6% I ciclo
20
15 II ciclo
0,0%
10
100,0%
5
0

Masculino

Femenino

Figura 3. Distribución de porcentajes en el dato: Sexo, de acuerdo al ciclo


de estudios, de los estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

126
4.1.2 RESULTADOS COMPARATIVOS DE LA VARIABLE DE
ESTUDIO: DEPRESIÓN

Tabla 4

Frecuencias y porcentajes en la dimensión: Síntomas cognitivo-afectivos en


estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

Prestest Postest
Nivel Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Alta presencia 9 15,0% 0 0,0%
Mediana presencia 34 56,7% 31 51,7%
Baja presencia 17 28,3% 29 48,3%
Total 60 100,0% 60 100,0%

En la prueba pretest, el 56,7% de los estudiantes mostraba


síntomas cognitivo-afectivos en mediana presencia, en tanto que el
28,3% los tenía en baja presencia. Pero en la prueba postest, la
proporción en mediana frecuencia se redujo a 51,7%, siendo más
notorio el incremento en la categoría de baja frecuencia, con un 48,3%.

40
56,7%
35
51,7%
48,3%
30

25

20 Prestest
28,3%
Postest
15
15,0%
10

5
0,0%
0
Alta presencia Mediana presencia Baja presencia

Figura 4. Distribución de porcentajes en la dimensión: Síntomas


cognitivo-afectivos en estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

127
Tabla 5

Frecuencias y porcentajes en la dimensión: Síntomas somáticos en


estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

Prestest Postest

Nivel Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje


Alta presencia 9 15,0% 1 1,7%
Mediana presencia 36 60,0% 26 43,3%
Baja presencia 15 25,0% 33 55,0%
Total 60 100,0% 60 100,0%

En la prueba pretest, el 60% de los estudiantes mostraba


síntomas somáticos en mediana presencia, mientras que el 25% los
presentaba en baja presencia. Más en la prueba postest, la proporción
en mediana frecuencia se redujo a 43,3%, siendo más evidente el
incremento en la categoría de baja frecuencia, con un 55%.

40
60,0%
35 55,0%

30
43,3%
25

20 Prestest
25,0% Postest
15

15,0%
10

5
1,7%
0
Alta presencia Mediana presencia Baja presencia

Figura 5. Distribución de porcentajes en la dimensión: Síntomas somáticos


en estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

128
Tabla 6

Frecuencias y porcentajes en la escala total de la variable: Depresión en


estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

Prestest Postest

Nivel Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje


Grave 2 3,3% 0 0,0%
Moderada 7 11,7% 0 0,0%
Leve 28 46,7% 13 21,7%
Ausente o mínima 23 38,3% 47 78,3%
Total 60 100,0% 60 100,0%

Considerando la escala total de la variable: Depresión, en la


prueba pretest, el 46,7% de los estudiantes presentaba un nivel leve de
depresión; el 38,3%, un nivel ausente o mínimo; y el 11,7%, un nivel
moderado. Luego, en la prueba postest, la proporción en el nivel leve
disminuyó a 21,7%, pero aumentó notablemente en el nivel ausente o
mínimo, con un 78,3%.

50 78,3%
45
40
35
46,7%
30
38,3%
25 Prestest
20 Postest
21,7%
15
10
11,7%
3,3%
5
0,0% 0,0%
0
Grave Moderada Leve Ausente o
mínima

Figura 6. Distribución de porcentajes en la escala total de la variable:


Depresión en estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

129
4.2 CONTRASTACIÓN DE HIPÓTESIS
Para proceder a la contrastación de las hipótesis de estudio, se eligió la
prueba paramétrica t de Student para muestras relacionadas con la finalidad
de hacer comparaciones entre las puntuaciones medias obtenidas por los
estudiantes del grupo de estudio en las pruebas pretest y postest de la
aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual. Es decir, tanto
en la prueba de entrada como de salida, se les administró a los estudiantes
el Inventario de Depresión de Beck (BDI-II), para luego establecer
diferenciaciones significativas en la depresión en general, así como,
específicamente, en los síntomas cognitivo-afectivos y los somáticos.

CONTRASTACIÓN DE LA HIPÓTESIS PRINCIPAL

HP: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual


influye en la reducción de los síntomas de la depresión en adolescentes y
jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

Ho: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual no


influye en la reducción de los síntomas de la depresión en adolescentes y
jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

Tabla 7

Diferencias en las puntuaciones medias en la variable de estudio: Síntomas


de la depresión en los estudiantes de la Universidad San Juan Bautista (n =
60)

Desv. Sig.
Variable Prueba Media t
estándar unilateral
Síntomas de la Pretest 11,62 6,682
5,020** 0,000
depresión Postest 6,37 3,723
** Significativo al nivel de p < 0,01.

El valor t de Student obtenido (t = 5,020; Sig. unilateral = 0,000) indica


que la diferencia entre las puntuaciones medias de los estudiantes en la
variable: Síntomas de la depresión, es significativa al nivel de p<0,01. Cabe

130
resaltar que la menor puntuación media recae en la prueba postest (Media =
6,37), lo cual significa que hubo, en general, una reducción significativa de
los síntomas de la depresión en los estudiantes del grupo de estudio.

Decisión: Por consiguiente, se rechaza la hipótesis nula de la hipótesis


principal de estudio.

11,62

12

10

8 6,37
6

2
0

Pretest
Postest

Figura 7. Distribución de puntuaciones medias en la variable: Depresión en


estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

CONTRASTACIÓN DE LAS HIPÓTESIS ESPECÍFICAS

H1: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual


influye en la reducción de los síntomas cognitivo-afectivos de la depresión en
adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

H0: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual no


influye en la reducción de los síntomas cognitivo-afectivos de la depresión en
adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

131
Tabla 8

Diferencias en las puntuaciones medias de los síntomas cognitivo-afectivos


de la depresión en los estudiantes de la Universidad San Juan Bautista (n =
60)

Síntomas cognitivo- Desv. Sig.


Prueba Media t
afectivos estándar unilateral
Pretest 0,37 0,637
1. Tristeza 1,747* 0,043
Postest 0,18 0,390
Pretest 0,17 0,615
2. Pesimismo -0,444 0,330
Postest 0,22 0,555

3. Sensación de Pretest 0,33 0,729


2,580** 0,006
fracaso Postest 0,08 0,279
Pretest 0,80 0,819
4. Insatisfacción 3,831** 0,000
Postest 0,35 0,481
Pretest 0,52 0,676
5. Culpa 2,481** 0,008
Postest 0,23 0,465

6. Expectativas de Pretest 0,42 0,907


1,900* 0,031
castigo Postest 0,15 0,515
Pretest 0,13 0,343
7. Autodesprecio 1,524 0,67
Postest 0,05 0,220
Pretest 0,60 0,718
8. Autoacusación 1,267 0,105
Postest 0,45 0,502
Pretest 0,23 0,427
9. Ideas suicidas 1,150 0,128
Postest 0,15 0,360

10. Episodios de Pretest 0,95 1,254


3,793** 0,000
llanto Postest 0,25 0,541
Pretest 0,60 0,764
12. Retirada social 2,509** 0,008
Postest ,30 0,561
Pretest 0,52 0,930
13. Indecisión 1,351 0,91
Postest 0,32 0,725

14. Cambios en la Pretest 0,35 0,755


1,457 0,75
imagen corporal Postest 0,18 0,469
Pretest 5,98 4,824
Total 4,347** 0,000
Postest 2,92 2,367
* Significativo al nivel de p < 0,05.
** Significativo al nivel de p < 0,01.

132
El valor t de Student obtenido (t = 4,347; Sig. unilateral = 0,000) indica
que la diferencia entre las puntuaciones medias de los estudiantes en la
dimensión: Síntomas cognitivo-afectivos, es significativa al nivel de p<0,01.
Cabe resaltar que la menor puntuación media recae en la prueba postest
(Media = 6,37), lo cual significa que se registra una reducción significativa de
los síntomas cognitivo-afectivos de la depresión en los estudiantes del grupo
de estudio.

De otro lado, es necesario acotar que entre los síntomas cognitivo-


afectivos que más resaltan con una disminución significativa luego de la
aplicación de un Programa de Técnicas Cognitivo-Conductuales, están las
siguientes: Tristeza, Sensación de fracaso, Insatisfacción, Culpa,
Expectativas de castigo, Episodios de llanto y Retirada social.

Decisión: Por lo tanto, se decide rechazar la hipótesis nula.

5.98

6,0000

5,0000

4,0000 2.92
3,0000

2,0000

1,0000

0,0000

Pretest
Postest

Figura 8. Distribución de puntuaciones medias en la dimensión: Síntomas


cognitivo-afectivos en estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

133
H2: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual
influye en la reducción de los síntomas somáticos de la depresión en
adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

H0: La aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual no


influye en la reducción de los síntomas somáticos de la depresión en
adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan Bautista.

Tabla 9

Diferencias en las puntuaciones medias de los síntomas somáticos de la


depresión en los estudiantes de la Universidad San Juan Bautista (n = 60)

Desv. Sig.
Síntomas somáticos Prueba Media t
estándar unilateral
Pretest 1,30 1,319
11. Irritabilidad 2,643** 0,006
Postest 0,70 0,944
Pretest 0,58 0,671
15. Enlentecimiento 1,293 0,101
Postest 0,43 0,621
Pretest 1,05 0,790
16. Insomnio 2,570** 0,007
Postest 0,70 0,720
Pretest 0,72 0,761
17. Fatigabilidad 2,453** 0,009
Postest 0,40 0,616
18. Pérdida de Pretest 0,50 0,725
2,120* 0,019
apetito Postest 0,25 0,541
Pretest 0,60 1,061
19. Pérdida de peso 1,331 0,94
Postest 0,37 0,736
20. Preocupaciones Pretest 0,38 0,585
0,948 0,174
somáticas Postest 0,28 0,490
21. Bajo nivel de Pretest 0,50 0,854
1,243 0,110
energía Postest 0,32 0,596
Pretest 5,63 2,969
Total 4,290** 0,000
Postest 3,45 2,062
* Significativo al nivel de p < 0,05.
** Significativo al nivel de p < 0,01.

El valor t de Student obtenido (t = 4,290; Sig. unilateral = 0,000) señala


que la diferencia entre las puntuaciones medias de los estudiantes en la
dimensión: Síntomas somáticos, es significativa al nivel de p<0,01. Cabe

134
mencionar que la menor puntuación media recae en la prueba postest
(Media = 3,45), lo cual significa que se registra una reducción significativa de
los síntomas somáticos de la depresión en los estudiantes del grupo de
estudio.

También cabe indicar que entre los síntomas somáticos que más
destacan con una disminución significativa luego de la aplicación de un
Programa de Técnicas Cognitivo-Conductuales, están las siguientes:
Irritabilidad, Insomnio, Fatigabilidad y Pérdida de apetito.

Decisión: En consecuencia, se rechaza la hipótesis nula.

5,63
6

4 3,45

Pretest
Postest

Figura 9. Distribución de puntuaciones medias en la dimensión: Síntomas


somáticos en estudiantes de la Universidad San Juan Bautista

135
4.3 DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Los resultados detectados con la t de Student permiten establecer una
significativa diferenciación entre las pruebas pretest y postest de la
aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual en
adolescentes y jóvenes con depresión, estudiantes de la Universidad San
Juan Bautista, observándose una reducción notable de la puntuación en la
prueba postest o de salida, lo que denota una disminución global de los
síntomas de depresión en la muestra estudiada. En otros términos, se puede
afirmar que el mencionado Programa aplicado resulta ser significativamente
eficaz en el logro de la reducción de los síntomas depresivos, considerando
el tiempo y el número de sesiones en la administración del Programa, y el
grado de participación de los estudiantes que conformaron el grupo de
estudio.

Los resultados aquí encontrados confirman lo reportado por Ortiz


(2012) quien utilizó la terapia cognitiva de Beck para el tratamiento de
depresión en un grupo de adolescentes de un instituto técnico superior, y
llegó a la conclusión de que el proceso terapéutico mejoró los estados
emocionales de las adolescentes mediante la utilización de técnicas
cognitivo-conductuales, brindándoles herramientas que les permitieron
manejar de mejor manera sus conflictos. Asimismo, la terapia les permitió
modificar su pensamiento, identificar sus creencias disfuncionales,
confrontar su realidad, proporcionándoles así otras posibilidades para la
resolución de conflictos y el adecuado manejo de sus emociones.

En cuanto a la contrastación de la primera hipótesis específica, los


hallazgos indican que se redujo en más del 50% los síntomas cognitivo-
afectivos de la depresión, luego de haberse culminado la aplicación del
Programa. Cabe mencionar que los síntomas cognitivo-afectivos donde se
produjo una reducción importante son: tristeza, sensación de fracaso,
insatisfacción, culpa, expectativas de castigo, episodios de llanto y retirada
social. Al respecto, Beck et al. (1979) señalan que los síntomas de la

136
dimensión cognitivo-afectiva son derivados de la activación de patrones
cognitivos negativos, los cuales conforman la denominada tríada cognitiva
que opera como sustrato psicológico de la depresión, esto es, la visión
negativa de uno mismo, la interpretación de las vivencias actuales en forma
negativa y la visión negativa del futuro. Con referencia a esta dimensión, un
estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos ha
puesto de manifiesto que el 40% de los adolescentes en algún momento “se
han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de
todos”. En el transcurso de su adolescencia, el 20% de los adolescentes
piensa que la vida no merece la pena vivirla y se han planteado el suicidio
como una opción.

En cuanto a la contrastación de la segunda hipótesis específica, se


registró, similar a la dimensión anterior, una reducción del 50% de los
síntomas somáticos, posterior a la aplicación y desarrollo del Programa. Los
síntomas somáticos que se redujeron de manera significativa son:
irritabilidad, insomnio, fatigabilidad y pérdida de apetito. Craig y Baucum
(2009) afirman que los síntomas somáticos, por lo general, pueden dar lugar
a un estado depresivo que puede no ser evidente para los demás. Los
cambios en la alimentación (atracones o falta de apetito), la agresividad, el
bajo rendimiento escolar, la somnolencia y las excesivas preocupaciones
sobre la apariencia física pueden ser signos de malestar o disconfort
emocional en los adolescentes. De forma más visible, pueden aparecer
fobias y ataques de pánico.

En resumen, por los resultados aquí obtenidos, se puede establecer la


efectividad de la aplicación del Programa de Terapia Cognitiva-Conductual
en la reducción al menos de 50% de los síntomas de la depresión en la
muestra de adolescentes y jóvenes estudiantes que participaron en el
Programa. Hubo una mejoría general en ellos, quienes, a lo largo de las
trece sesiones de terapia, aprendieron técnicas de manejo de emociones y
fueron capaces de cuestionar ideas absolutistas y demandantes que

137
afectaban su sistema de creencias y les hacían reaccionar
inadecuadamente. Igualmente, lograron manejar la realidad en la que se
encontraban y establecer estrategias de convivencia que les permitió
sentirse mejor. En varios de los casos atendidos durante el desarrollo del
Programa se pudo constatar que, en cierta medida, la ausencia de padres y
los constantes problemas económicos fueron determinantes para reforzar
estados depresivos, acompañados de la caótica influencia de los medios que
continúan mostrando estereotipos y una imagen distorsionada de la realidad
alejada de las situaciones individuales.

Muy probablemente, el relativamente corto número de sesiones


terapéuticas (unas trece) no permitió consolidar muchos de los cambios en
las actitudes de los estudiantes con relación a una visión más positiva de sí
mismos y de su futuro, pero cabe mencionar que parte del trabajo de terapia
cognitiva-conductual se basa en la prevención de recaídas y en la
enseñanza de técnicas para que los participantes actúen en situaciones
futuras como sus propios terapeutas.

Por último, al haberse demostrado la efectividad del Programa se


cumple también lo propuesto por la hipótesis de estudio planteada, en el
sentido de que la aplicación de la terapia cognitivo-conductual redujo
significativamente los síntomas de la depresión, tanto los cognitivo-afectivos
como los somáticos, en los adolescentes y jóvenes estudiantes de la
muestra investigada, quienes modificaron en gran medida sus pensamientos
disfuncionales, cambiando sus creencias inadecuadas y haciendo uso de
alternativas cognitivas y conductuales para un adecuado manejo de sus
emociones.

138
CAPÍTULO V: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.1 Conclusiones

1) En términos generales, los resultados indican que la aplicación de


un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual influye
significativamente en la reducción de los síntomas de la depresión
en adolescentes y jóvenes estudiantes de la Universidad San Juan
Bautista.

2) Asimismo, los resultados permiten concluir que la aplicación de un


Programa de Terapia Cognitivo-Conductual influye
significativamente en la reducción de los síntomas cognitivo-
afectivos de la depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes de
la Universidad San Juan Bautista.

3) Se encontró, además, que los síntomas cognitivo-afectivos con


diferencias significativas son: Tristeza, Sensación de fracaso,
Insatisfacción, Culpa, Expectativas de castigo, Episodios de llanto y
Retirada social; la presencia de estos síntomas se redujo
significativamente luego de la aplicación de un Programa de
Programa de Terapia Cognitivo-Conductual en los estudiantes de la
Universidad San Juan Bautista.

4) La aplicación de un Programa de Terapia Cognitivo-Conductual


influye significativamente en la reducción de los síntomas
somáticos de la depresión en adolescentes y jóvenes estudiantes
de la Universidad San Juan Bautista.

5) Finalmente, los resultados muestran que, con la aplicación de un


Programa de Programa de Terapia Cognitivo-Conductual en un
grupo de estudiantes de la Universidad San Juan Bautista, se
redujo significativamente la presencia de los siguientes síntomas
somáticos: Irritabilidad, Insomnio, Fatigabilidad y Pérdida de
apetito.

140
5.2 Recomendaciones

1) Abrir espacios de psicoeducación continuos para trabajar en la


prevención de casos de depresión en los estudiantes de la
Universidad Privada San Juan Bautista.

2) Realizar sesiones de seguimiento mensuales y, posteriormente,


semestrales, de acuerdo a la duración del ciclo académico, para
evaluar que los adolescentes y jóvenes estudiantes se encuentren
manejando adecuadamente las técnicas aprendidas, y que los
índices de depresión se mantengan bajos.

3) Es importante complementar, en algunos casos, la terapia


individual con sesiones de terapia familiar, pues no siempre las
causas de los conflictos se encuentran en los adolescentes y
jóvenes estudiantes, sino también son necesarios reajustes en el
hogar.

4) Capacitar a los docentes sobre trastornos emocionales,


específicamente de los síntomas de depresión, para que puedan
detectarlos y orientar a las estudiantes a acceder al consultorio
psicológico de la Universidad de forma oportuna.

5) Permanentemente, con las ventajas que brindan las tecnologías de


la comunicación, mantener canales abiertos que permitan el
diálogo con los padres de familia, docentes y tutores, y garanticen
una mejor convivencia.

141
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Perú.

149
ANEXOS
ANEXO 1: MATRIZ DE COHERENCIA INTERNA
TÍTULO: APLICACIÓN DE UN PROGRAMA DE TERAPIA COGNITIVA-CONDUCTUAL EN ADOLESCENTES Y JÓVENES
CON DEPRESION PROVENIENTES DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

OPERACIONALIZACIÓN
PROBLEMAS OBJETIVOS HIPÓTESIS VARIABLES / MÉTODO
INDICADORES
DIMENSIONES

Problema Principal Objetivo General Hipótesis Principal Variable Población:


Independiente: Estuvo
¿De qué manera la Determinar si la HP: La aplicación de un conformada por
aplicación de un aplicación de un Programa de Terapia Aplicación de un 120 adolescentes
Programa de Terapia Programa de Terapia Cognitiva-Conductual Programa de de ambos sexos,
Cognitiva-Conductual Cognitiva-Conductual influye en la reducción de Terapia Cognitiva- matriculados en el
influye en la reducción influye en la reducción los síntomas de la Conductual primer y segundo
de los síntomas de la de los síntomas de la depresión en adolescentes ciclo en la
depresión en depresión en y jóvenes estudiantes de la Dimensiones: Universidad
adolescentes y jóvenes adolescentes y Universidad San Juan • Conducta  Interés por las Privada San Juan
estudiantes de la jóvenes estudiantes de Bautista. problemática: actividades Bautista, ubicada
Universidad San Juan la Universidad San Perdida de diarias. en el distrito de
Bautista? Juan Bautista. interés y placer  Establecimiento San Borja.
en actividades de conductas
Problemas Específicos Objetivos Hipótesis Específicas que antes placenteras con Muestra:
Específicos disfrutaba ayuda de Se estimó la
H1: La aplicación de un reforzadores muestra en 60
1: ¿En qué medida la 1: Establecer si la Programa de Terapia positivos. alumnos que
aplicación de un aplicación de un Cognitiva-Conductual  Establecimiento participaron del
Programa de Terapia Programa de Terapia influye en la reducción de de pensamientos Programa
Cognitiva-Conductual Cognitiva-Conductual los síntomas cognitivo- y actitudes mencionado.
influye en la reducción influye en la reducción afectivos de la depresión positivas.
de los síntomas de los síntomas en adolescentes y jóvenes Diseño:
cognitivo-afectivos de la cognitivo-afectivos de estudiantes de la Experimental,
depresión en la depresión en Universidad San Juan específicamente
adolescentes y jóvenes adolescentes y Bautista. el de tipo
estudiantes de la jóvenes estudiantes de • Conducta  Identificación de Preexperimental,
Universidad San Juan la Universidad San problemática: un real con Pre test y
Bautista? Juan Bautista. Sentimiento de conocimiento de Post test en un
desvalorización sí mismo y mejora solo grupo.
2: ¿En qué medida la 2: Determinar si la H2: La aplicación de un o baja de su
aplicación de un aplicación de un Programa de Terapia autoestima autoconcepto. Instrumentos:
Programa de Terapia Programa de Terapia Cognitiva-Conductual  Identificación de .- Inventario de
Cognitiva-Conductual Cognitiva-Conductual influye en la reducción de pensamientos Depresión de
influye en la reducción influye en la reducción los síntomas somáticos de negativos y Beck (BDI-II).
de los síntomas de los síntomas la depresión en trabajo contra
somáticos de la somáticos de la adolescentes y jóvenes afirmaciones
depresión en depresión en estudiantes de la positivas.
adolescentes y jóvenes adolescentes y Universidad San Juan  Análisis de la
estudiantes de la jóvenes estudiantes de Bautista. realización de
Universidad San Juan la Universidad San metas.
Bautista? Juan Bautista.
• Conducta  Búsqueda de
problemática: alternativas que
Pensamientos no sean suicidio o
de muerte muerte.
(ideación o  Trabajo contra
intentos de afirmaciones
suicidio) positivas a las
ideas de muerte o
suicidio.
 Reconocimiento
de que hay
alternativas de
solución efectivas
y que la muerte
acaba con las
metas de vida.
 Reconocimiento
de vencer los
obstáculos.

152
• Conducta  Reconocimiento
problemática: de control de
Irritabilidad emocione con el
uso de técnicas
de respiración y
relajación.
 Análisis de la
lectura para un
mejor
autoconocimiento
y control de
emociones.
 Reconocimiento
de la importancia
del autocontrol en
la vida diaria.
 Reconocimiento
de la mejora de
relaciones con los
demás con un
lenguaje asertivo
en la vida diaria.
 Análisis del video
y comprensión de
producir uno
mismo un cambio
de vida mediante
sus pensamientos
y actitudes.

153
Variable
Dependiente:

Depresión

Dimensiones:
• Síntomas  Tristeza
cognitivo-  Pesimismo
afectivos  Sensación de
fracaso
 Insatisfacción
 Culpa
 Expectativas de
castigo
 Autodesprecio
 Autoacusación
 Ideas suicidas
 Episodios de
llanto
 Retirada social
 Indecisión
 Cambios en la
imagen corporal

• Síntomas  Irritabilidad
somáticos  Enlentecimiento
 Insomnio
 Fatigabilidad
 Pérdida de apetito
 Pérdida de peso
 Preocupaciones
somáticas
 Bajo nivel de
energía

154
ANEXO 2: INSTRUMENTO DE INVESTIGACIÓN

Inventario de Depresión de Beck


Instrucciones: En este cuestionario aparecen varios grupos de afirmaciones. Por
favor, lea con atención cada una. A continuación, señale cuál de las afirmaciones
de cada grupo describe mejor cómo se ha sentido durante esta última semana,
incluido en el día de hoy. Si dentro de un mismo grupo, hay más de una
afirmación que considere aplicable a su caso, márquela también. Asegúrese de leer
todas las afirmaciones dentro de cada grupo antes de efectuar la elección.

1) .
No me siento triste.
Me siento triste.
Me siento triste continuamente y no puedo dejar de estarlo.
Me siento tan triste o tan desgraciado que no puedo soportarlo.

2) .
No me siento especialmente desanimado respecto al futuro.
Me siento desanimado respecto al futuro.
Siento que no tengo que esperar nada.
Siento que el futuro es desesperanzador y las cosas no mejorarán.

3) .
No me siento fracasado.
Creo que he fracasado más que la mayoría de las personas.
Cuando miro hacia atrás, sólo veo fracaso tras fracaso.
Me siento una persona totalmente fracasada.

4) .
Las cosas me satisfacen tanto como antes.
No disfruto de las cosas tanto como antes.
Ya no obtengo una satisfacción auténtica de las cosas.
Estoy insatisfecho o aburrido de todo.

5) .
No me siento especialmente culpable.
Me siento culpable en bastantes ocasiones.
Me siento culpable en la mayoría de las ocasiones.
Me siento culpable constantemente.

6) .
No creo que esté siendo castigado.
Me siento como si fuese a ser castigado.
Espero ser castigado.
Siento que estoy siendo castigado.

7) .
No estoy decepcionado de mí mismo.
Estoy decepcionado de mí mismo.
Me da vergüenza de mí mismo.
Me detesto.
8) .
No me considero peor que cualquier otro.
Me autocritico por mis debilidades o por mis errores.
Continuamente me culpo por mis faltas.
Me culpo por todo lo malo que sucede.

9) .
No tengo ningún pensamiento de suicidio.
A veces pienso en suicidarme, pero no lo cometería.
Desearía suicidarme.
Me suicidaría si tuviese la oportunidad.

10).
No lloro más de lo que solía llorar.
Ahora lloro más que antes.
Lloro continuamente.
Antes era capaz de llorar, pero ahora no puedo, incluso aunque quiera.

11).
No estoy más irritado de lo normal en mí.
Me molesto o irrito más fácilmente que antes.
Me siento irritado continuamente.
No me irrito absolutamente nada por las cosas que antes solían irritarme.

12).
No he perdido el interés por los demás.
Estoy menos interesado en los demás que antes.
He perdido la mayor parte de mi interés por los demás.
He perdido todo el interés por los demás.

13).
Tomo decisiones más o menos como siempre he hecho.
Evito tomar decisiones más que antes.
Tomar decisiones me resulta mucho más difícil que antes.
Ya me es imposible tomar decisiones.

14).
No creo tener peor aspecto que antes.
Me temo que ahora parezco más viejo o poco atractivo.
Creo que se han producido cambios permanentes en mi aspecto que me
hacen parecer poco atractivo.
Creo que tengo un aspecto horrible.

15).
Trabajo igual que antes.
Me cuesta un esfuerzo extra comenzar a hacer algo.
Tengo que obligarme mucho para hacer algo.
No puedo hacer nada en absoluto.

16).
Duermo tan bien como siempre.
No duermo tan bien como antes.

156
Me despierto una o dos horas antes de lo habitual y me resulta difícil
volver a dormir.
Me despierto varias horas antes de lo habitual y no puedo volverme a
dormir.

17).
No me siento más cansado de lo normal.
Me canso más fácilmente que antes.
Me canso en cuanto hago cualquier cosa.
Estoy demasiado cansado para hacer nada.

18).
Mi apetito no ha disminuido.
No tengo tan buen apetito como antes.
Ahora tengo mucho menos apetito.
He perdido completamente el apetito.

19).
Últimamente he perdido poco peso o no he perdido nada.
He perdido más de 2 kilos y medio.
He perdido más de 4 kilos.
He perdido más de 7 kilos.
Estoy a dieta para adelgazar SÍ/NO.

20).
No estoy preocupado por mi salud más de lo normal.
Estoy preocupado por problemas físicos como dolores, molestias, malestar
de estómago o estreñimiento.
Estoy preocupado por mis problemas físicos y me resulta difícil pensar
algo más.
Estoy tan preocupado por mis problemas físicos que soy incapaz de pensar
en cualquier cosa.

21).
No he observado ningún cambio reciente en mi interés.
Estoy menos interesado por el sexo que antes.
Estoy mucho menos interesado por el sexo.
He perdido totalmente mi interés por el sexo.

VERIFICA, POR FAVOR, TUS RESPUESTAS EN CADA UNA DE LAS


PRUEBAS.
GRACIAS POR TU COLABORACIÓN

157
ANEXO 3: PROGRAMA DE TERAPIA COGNITIVA-CONDUCTUAL

PROGRAMA DE TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL aplicado a la


depresión en adolescentes

Conducta problemática: Perdida de interés y placer en actividades que antes


disfrutaba

SESIONES TÉCNICAS OBJETIVOS FINALIDAD


 Técnica de
Aprender a
Programación de
organizarse y lograr
horario-
que las actividades
actividades
como las de
diarias: Establecer el
bañarse, vestirse y
- Tareas interés por las
arreglarse sean
conductuales para la actividades diarias
actividades
casa. reconociendo que
habituales y
1  Técnica de eso nos hace sentir
placenteras.
aproximaciones mejores
Incluir dentro de las
sucesivas de emocionalmente y
actividades otras
desensibilización predispuestos al
como: limpiar y
sistemática. cambio.
ordenar el
 Técnica de dormitorio, clasificar
Aplicación de la ropa por colores y
Reforzadores lavarla, etc.
Primarios.
Establecer
conductas
Incrementar y placenteras con
mantener conductas ayuda de
 Técnica de
adaptativas como reforzadores
Moldeamiento.
por ejemplo: una positivos, por
2 caminata, practicar ejemplo: después de
 Técnica de un deporte, leer un leer un libro comer
Reforzamiento
libro, etc. y que sean su postre favorito;
positivo. parte de las después de caminar
actividades diarias. bañarse y escuchar
la música que le
agrade.
 Técnica de auto Establecer
registro: Identificar pensamientos y
- Registro de pensamientos actitudes positivas,
pensamientos negativos y indicando que el
negativos con aprender que somos optimismo es lo que
3
afirmaciones capaces de cambiar nos hace salir
positivas. nuestras actitudes y adelante, a pesar de
 Técnica por ende nuestros las dificultades que
confrontativa de pensamientos. puedan presentarse
debate socrático. en la vida.
Conducta problema: Sentimiento de desvalorización o baja autoestima

SESIONES TÉCNICAS OBJETIVOS FINALIDAD

 Técnica de Auto Identificar un real


valorización: Aprender a conocimiento de
1 - Hacer una lista de aceptarse a sí sí mismo y
virtudes y mismo. mejorar así su
defectos. auto concepto.

 Técnica de
pensamientos
Aprender a Identificar
positivos hacia sí
identificar pensamientos
mismo:
pensamientos negativos y
2 - Hacer una lista de
distorsionados trabajar contra
pensamientos
que lo afirmaciones
con
descalifiquen. positivas.
reestructuración
cognitiva.

Analizar la
realización de
Buscar el logro
 Técnica metas y
de metas,
metacognitiva: comprender que
pensando
3 - Focalizar metas a todo cuesta en la
proactivamente
corto, mediano y vida y vale la
en su realización
largo plazo. pena luchar
personal.
hasta
conseguirlas.

159
Conducta problema: Pensamientos de muerte (ideación o intentos de
suicidio)

SESIONES TÉCNICAS OBJETIVOS FINALIDAD


 Técnica de
pensamientos
distorsionados Identificar sus
Buscar
acerca de la creencias
alternativas que
1 muerte. irracionales
no sean suicidio
 Técnica acerca de la
o muerte.
confrontativa de muerte.
debate
socrático.

Reconocer que Trabajar las


 Técnica de
hay aprender a contra
pensamientos
pensar en forma afirmaciones
2 positivos hacia
positiva y que positivas a las
sí mismo y su
eso redunda en ideas de muerte
familia.
nuestra vida. o suicidio.

Reconocer que
hay alternativas
de solución
efectivas y que la
Presentar un
muerte acaba
caso de una
con las metas de
 Videos: ver la persona que
vida.
película “Manos sale adelante en
3 milagrosas”. la vida a pesar
Reconocer y que
de los
venciendo los
 Dinámicas. obstáculos que
obstáculos nos
tuvo que
hacemos fuerte y
afrontar.
menos
vulnerables a los
síntomas de la
depresión.

160
Problemática: Irritabilidad

SESIONES TÉCNICAS OBJETIVOS FINALIDAD

 Técnicas de
Aprender que
respiración Reconocer que usando las
mediante la
diafragmática técnicas de respiración y
respiración y la
 Técnicas de relajación aprenderemos a
relajación podemos
Relajación de controlar nuestras
controlar las
Jacobson emociones.
emociones.
1
-Tareas para la Analizar la lectura y eso
Mediante la lectura
casa: nos llevara a un mejor
aprenderemos a
Lectura: “El conocernos y así
conocimiento de uno
secreto de las mismo y así poder
podemos controlar
siete semillas” controlar nuestras
nuestras
de David emociones.
emociones.
Fishman

Trabajar y
 Técnicas de
desarrollar niveles Reconocer que el
autocontrol
2 de afrontamiento autocontrol es importante
 Técnicas de
adecuados frente en nuestra vida diaria.
juego de roles al estrés.

Aprender que
buscando
 Técnicas de
soluciones
resolución de
asertivas podemos
problemas
llevarnos mejor con
 Técnica
los que nos Reconocer que aplicando
confrontativa de
rodean. un lenguaje asertivo en la
debate
3 vida diaria podremos
socrático
Aprender que mejorar nuestras
 Dinámicas nuestras acciones relaciones con los demás.
acerca de la dependen de la
lectura “El actitud que
secreto de las tengamos para
siete semillas” resolver un
problema.

Analizar el video y
Trabajar conductas
comprender que somos
positivas que nos
nosotros los únicos que
 Video de acerquen al logro
4 podemos producir un
autoayuda de metas a corto
cambio en nuestras vidas
mediano y largo
mediante nuestros
plazo.
pensamientos y actitudes.

161

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