El documento habla sobre el diseño de Dios para el matrimonio y la familia. Explica que el amor es la vocación fundamental del ser humano y que el matrimonio y la virginidad son formas de realizar esta vocación. También describe cómo Jesucristo revela la verdad del matrimonio y cómo los esposos participan en la vida de Cristo a través del sacramento del matrimonio.
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El documento habla sobre el diseño de Dios para el matrimonio y la familia. Explica que el amor es la vocación fundamental del ser humano y que el matrimonio y la virginidad son formas de realizar esta vocación. También describe cómo Jesucristo revela la verdad del matrimonio y cómo los esposos participan en la vida de Cristo a través del sacramento del matrimonio.
El documento habla sobre el diseño de Dios para el matrimonio y la familia. Explica que el amor es la vocación fundamental del ser humano y que el matrimonio y la virginidad son formas de realizar esta vocación. También describe cómo Jesucristo revela la verdad del matrimonio y cómo los esposos participan en la vida de Cristo a través del sacramento del matrimonio.
El documento habla sobre el diseño de Dios para el matrimonio y la familia. Explica que el amor es la vocación fundamental del ser humano y que el matrimonio y la virginidad son formas de realizar esta vocación. También describe cómo Jesucristo revela la verdad del matrimonio y cómo los esposos participan en la vida de Cristo a través del sacramento del matrimonio.
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SEGUNDA PARTE: EL DESIGNIO DE
DIOS SOBRE EL MATRIMONIO Y LA
FAMILIA El hombre imagen de Dios Amor Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza por amor y para el amor y ha inscrito en él la vocación al amor y la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión. El AMOR es por tanto la VOCACIÓN FUNDAMENTAL e innata de todo ser humano. El hombre está llamado al amor en esta su totalidad unificada (cuerpo y espíritu). Hay DOS MODOS REVELADOS PARA LA REALIZACIÓN INTEGRAL DE LA VOCACIÓN AL AMOR: el MATRIMONIO Y LA VIRGINIDAD: la una como la otra son una concretización de la verdad más profunda del hombre, de su «ser imagen de dios». En consecuencia, la SEXUALIDAD, mediante la cual el hombre y la mujer se dan uno a otro con los actos propios y exclusivos de los esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal. - La sexualidad se realiza de modo verdaderamente humano, solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen totalmente entre sí hasta la muerte. - La donación física total es signo y fruto de una donación en la que está presente toda la persona, hasta la muerte, sin reservas (de otra manera sería una donación engañosa). El único «lugar» que hace posible esta donación total es el MATRIMONIO: - Pacto de amor conyugal o elección consciente y libre - Entre hombre y mujer que aceptan la comunidad íntima de vida y amor, querida por Dios mismo - Confirmado públicamente como único y exclusivo - Para vivir la plena fidelidad al designio de dios creador; esta fidelidad, lejos de rebajar la libertad de la persona, la defiende contra el subjetivismo y relativismo, y la hace partícipe de la sabiduría creadora
Matrimonio y comunión entre Dios y los hombres
La comunión de amor entre Dios y los hombres es el contenido fundamental de la revelación y de la experiencia de Fe de Israel. El vínculo de amor entre los esposos es imagen y símbolo de la alianza que une a Dios con su pueblo. Y el pecado contra el pacto conyugal es imagen de la infidelidad del pueblo a Dios (la idolatría como prostitución, la infidelidad como adulterio, la desobediencia a la ley como abandono del amor esponsal del Señor. Pero Dios permanece siempre fiel frente a la infidelidad de Israel, y este amor siempre fiel de Dios se pone como ejemplo de las relaciones de amor fiel que deben existir entre los esposos. Jesucristo, esposo de la Iglesia, y el sacramento del matrimonio La comunión entre Dios y los hombres se cumple definitivamente en Jesucristo, el esposo, que ama y se da como salvador de la humanidad, uniéndola a sí como su cuerpo. Jesucristo REVELA la verdad original del matrimonio, (la verdad del «principio») y, liberando al hombre de la dureza del corazón, lo CAPACITA para realizarlo plenamente. Esta VERDAD REVELADA es: - Por amor al hombre, el verbo de Dios asume la naturaleza humana, y se sacrifica en la cruz por su esposa, la iglesia. En este sacrificio se desvela enteramente el designio que Dios ha impreso en el hombre y la mujer desde la creación. El matrimonio cristiano se convierte así en el SÍMBOLO REAL DE LA NUEVA Y ETERNA ALIANZA, sancionada con la sangre de Cristo. CÓMO CAPACITA AL HOMRE: - El Espíritu que infunde el Señor renueva el corazón y hace al hombre y a la mujer capaces de amarse como Cristo nos amó: la caridad conyugal, que es el modo propio y específico con que los esposos participan. Los esposos están llamados, en el Espíritu, a vivir la misma caridad de Cristo que se dona sobre la cruz: amarse como Cristo ama a la iglesia. Tertuliano habla de la felicidad del matrimonio cristiano - que la iglesia favorece, la ofrenda eucarística refuerza, y la bendición sella… - donde los dos fieles están unidos en una sola esperanza, en un solo propósito, en una sola observancia - ambos son hermanos y los dos sirven juntos; - no hay división ni en la carne ni en el espíritu. son dos pero son una sola carne y un solo espíritu El matrimonio cristiano es uno de los 7 sacramentos de la nueva alianza (sacramento: “medio para ser santo” = mysterium: signo escondido que anuncia al hombre la salvación de dios en cristo, la santificación del hombre). Los esposos son testigos de la Salvación, de la que el sacramento les hace partícipes. Así como mediante el bautismo, el hombre y la mujer son insertados indestructiblemente en la nueva y eterna alianza (en la alianza esponsal de cristo con la iglesia, comunidad íntima de vida y de amor conyugal), los esposos quedan vinculados uno a otro indisolublemente. SU RECÍPROCA PERTENENCIA ES REPRESENTACIÓN REAL, MEDIANTE EL SIGNO SACRAMENTAL, DE LA MISMA RELACIÓN DE CRISTO CON LA IGLESIA. En el matrimonio cristiano, los esposos participan en la vida de Cristo de manera específica: ü el amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona (reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad) ü mira a la unidad. un solo corazón y una sola alma; ü exige la indisolubilidad y fidelidad de la donación reciproca definitiva ü se abre a la fecundidad Los hijos, don preciosísimo del matrimonio El matrimonio es el fundamento de la familia. EL AMOR ES ESENCIALMENTE DON. Y el amor conyugal, a la vez que conduce a los esposos al recíproco «conocimiento» que les hace «una sola carne», no se agota dentro de la pareja (la donación entre sí), sino que los CAPACITA PARA LA MÁXIMA DONACIÓN POSIBLE (la donación más allá de sí mismos), ser cooperadores de Dios en el don de la vida (los hijos). Los HIJOS son: - reflejo viviente del amor entre los esposos - signo permanente de la unidad conyugal - síntesis viva e inseparable del padre y de la madre - Don recibido de Dios que conlleva nueva responsabilidad: su amor paterno está llamado a ser para los hijos el signo visible del mismo amor de Dios CUANDO LA PROCREACIÓN NO ES POSIBLE: no por esto pierde su valor la vida conyugal. La esterilidad física puede dar ocasión a los esposos para otros servicios importantes a la vida de la persona humana (adopción, obras educativas, ayudar a otros…) La familia, comunión de personas El matrimonio y la familia cristiana edifican la iglesia: - Así como la persona es engendrada y progresivamente introducida, mediante la educación, en la comunidad humana, - De la misma manera, mediante la regeneración por el bautismo y la educación en la fe, la persona es introducida también en la familia de Dios, que es la Iglesia. El matrimonio cristiano, -partícipe de la eficacia salvífica de la muerte y resurrección de Jesucristo que reconstruye a la humanidad herida por el pecado-, constituye el lugar natural dentro del cual se lleva a cabo la inserción de la persona humana en la gran familia de la Iglesia. El mandato de crecer y multiplicarse, dado al principio al hombre y a la mujer, alcanza de este modo su verdad y realización plenas. Matrimonio y virginidad La virginidad y el celibato por el reino de dios no sólo no contradicen la dignidad del matrimonio, sino que la presuponen y la confirman. El matrimonio y la virginidad son dos modos de expresar y de vivir el único misterio de la alianza de dios con su pueblo: la donación en el amor. Cuando no se estima el matrimonio, no puede existir tampoco la virginidad consagrada; cuando la sexualidad humana no se considera un gran valor donado por el creador, pierde significado la renuncia por el reino de los cielos. - En la virginidad la persona se da totalmente a la iglesia. La persona virgen anticipa así en su carne el mundo nuevo de la resurrección futura. - La virginidad hace libre de modo especial el corazón del hombre, «hasta encenderlo mayormente de caridad hacia dios y hacia todos los hombres». - La virginidad testimonia que el reino de Dios y su justicia son la perla preciosa que se debe preferir a cualquier otro valor aunque sea grande, es más, que hay que buscarlo como el único valor definitivo. - La persona virgen se hace espiritualmente fecunda, padre y madre de muchos, cooperando a la realización de la familia según el designio de Dios. La fidelidad de las personas vírgenes incluso ante eventuales pruebas, edifica también la fidelidad de los esposos.