Segunda Parte

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

SEGUNDA PARTE: EL DESIGNIO DE

DIOS SOBRE EL MATRIMONIO Y LA


FAMILIA
El hombre imagen de Dios Amor
Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor.
Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza por amor y para el amor y ha
inscrito en él la vocación al amor y la capacidad y la responsabilidad del amor y de la
comunión.
El AMOR es por tanto la VOCACIÓN FUNDAMENTAL e innata de todo ser humano.
El hombre está llamado al amor en esta su totalidad unificada (cuerpo y espíritu).
Hay DOS MODOS REVELADOS PARA LA REALIZACIÓN INTEGRAL DE LA VOCACIÓN AL
AMOR: el MATRIMONIO Y LA VIRGINIDAD: la una como la otra son una concretización
de la verdad más profunda del hombre, de su «ser imagen de dios».
En consecuencia, la SEXUALIDAD, mediante la cual el hombre y la mujer se dan uno a
otro con los actos propios y exclusivos de los esposos, no es algo puramente biológico,
sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal.
- La sexualidad se realiza de modo verdaderamente humano, solamente cuando es parte
integral del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen totalmente entre sí
hasta la muerte.
- La donación física total es signo y fruto de una donación en la que está presente toda
la persona, hasta la muerte, sin reservas (de otra manera sería una donación
engañosa).
El único «lugar» que hace posible esta donación total es el MATRIMONIO:
- Pacto de amor conyugal o elección consciente y libre
- Entre hombre y mujer que aceptan la comunidad íntima de vida y amor, querida por
Dios mismo
- Confirmado públicamente como único y exclusivo
- Para vivir la plena fidelidad al designio de dios creador; esta fidelidad, lejos de rebajar la
libertad de la persona, la defiende contra el subjetivismo y relativismo, y la hace
partícipe de la sabiduría creadora

Matrimonio y comunión entre Dios y los hombres


La comunión de amor entre Dios y los hombres es el contenido fundamental de la
revelación y de la experiencia de Fe de Israel.
El vínculo de amor entre los esposos es imagen y símbolo de la alianza que une a Dios
con su pueblo. Y el pecado contra el pacto conyugal es imagen de la infidelidad del
pueblo a Dios (la idolatría como prostitución, la infidelidad como adulterio, la
desobediencia a la ley como abandono del amor esponsal del Señor.
Pero Dios permanece siempre fiel frente a la infidelidad de Israel, y este amor siempre
fiel de Dios se pone como ejemplo de las relaciones de amor fiel que deben existir
entre los esposos.
Jesucristo, esposo de la Iglesia, y el sacramento del
matrimonio
La comunión entre Dios y los hombres se cumple definitivamente en Jesucristo, el
esposo, que ama y se da como salvador de la humanidad, uniéndola a sí como su
cuerpo.
Jesucristo REVELA la verdad original del matrimonio, (la verdad del «principio») y,
liberando al hombre de la dureza del corazón, lo CAPACITA para realizarlo plenamente.
Esta VERDAD REVELADA es:
- Por amor al hombre, el verbo de Dios asume la naturaleza humana, y se sacrifica en la
cruz por su esposa, la iglesia. En este sacrificio se desvela enteramente el designio que
Dios ha impreso en el hombre y la mujer desde la creación. El matrimonio cristiano se
convierte así en el SÍMBOLO REAL DE LA NUEVA Y ETERNA ALIANZA, sancionada con
la sangre de Cristo.
CÓMO CAPACITA AL HOMRE:
- El Espíritu que infunde el Señor renueva el corazón y hace al hombre y a la mujer
capaces de amarse como Cristo nos amó: la caridad conyugal, que es el modo propio y
específico con que los esposos participan. Los esposos están llamados, en el Espíritu, a
vivir la misma caridad de Cristo que se dona sobre la cruz: amarse como Cristo ama a
la iglesia.
Tertuliano habla de la felicidad del matrimonio cristiano
- que la iglesia favorece, la ofrenda eucarística refuerza, y la bendición sella…
- donde los dos fieles están unidos en una sola esperanza, en un solo propósito, en una
sola observancia
- ambos son hermanos y los dos sirven juntos;
- no hay división ni en la carne ni en el espíritu. son dos pero son una sola carne y un
solo espíritu
El matrimonio cristiano es uno de los 7 sacramentos de la nueva alianza (sacramento:
“medio para ser santo” = mysterium: signo escondido que anuncia al hombre la
salvación de dios en cristo, la santificación del hombre).
Los esposos son testigos de la Salvación, de la que el sacramento les hace partícipes.
Así como mediante el bautismo, el hombre y la mujer son insertados
indestructiblemente en la nueva y eterna alianza (en la alianza esponsal de cristo con
la iglesia, comunidad íntima de vida y de amor conyugal), los esposos quedan
vinculados uno a otro indisolublemente. SU RECÍPROCA PERTENENCIA ES
REPRESENTACIÓN REAL, MEDIANTE EL SIGNO SACRAMENTAL, DE LA MISMA
RELACIÓN DE CRISTO CON LA IGLESIA.
En el matrimonio cristiano, los esposos participan en la vida de Cristo de manera
específica:
ü el amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la
persona (reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad,
aspiración del espíritu y de la voluntad)
ü mira a la unidad. un solo corazón y una sola alma;
ü exige la indisolubilidad y fidelidad de la donación reciproca definitiva
ü se abre a la fecundidad
Los hijos, don preciosísimo del matrimonio
El matrimonio es el fundamento de la familia.
EL AMOR ES ESENCIALMENTE DON.
Y el amor conyugal, a la vez que conduce a los esposos al recíproco «conocimiento»
que les hace «una sola carne», no se agota dentro de la pareja (la donación entre sí),
sino que los CAPACITA PARA LA MÁXIMA DONACIÓN POSIBLE (la donación más allá
de sí mismos), ser cooperadores de Dios en el don de la vida (los hijos).
Los HIJOS son:
- reflejo viviente del amor entre los esposos
- signo permanente de la unidad conyugal
- síntesis viva e inseparable del padre y de la madre
- Don recibido de Dios que conlleva nueva responsabilidad: su amor paterno está
llamado a ser para los hijos el signo visible del mismo amor de Dios
CUANDO LA PROCREACIÓN NO ES POSIBLE: no por esto pierde su valor la vida
conyugal. La esterilidad física puede dar ocasión a los esposos para otros servicios
importantes a la vida de la persona humana (adopción, obras educativas, ayudar a
otros…)
La familia, comunión de personas
El matrimonio y la familia cristiana edifican la iglesia:
- Así como la persona es engendrada y progresivamente introducida, mediante la
educación, en la comunidad humana,
- De la misma manera, mediante la regeneración por el bautismo y la educación en la fe,
la persona es introducida también en la familia de Dios, que es la Iglesia.
El matrimonio cristiano, -partícipe de la eficacia salvífica de la muerte y resurrección de
Jesucristo que reconstruye a la humanidad herida por el pecado-, constituye el lugar
natural dentro del cual se lleva a cabo la inserción de la persona humana en la gran
familia de la Iglesia.
El mandato de crecer y multiplicarse, dado al principio al hombre y a la mujer, alcanza
de este modo su verdad y realización plenas.
Matrimonio y virginidad
La virginidad y el celibato por el reino de dios no sólo no contradicen la dignidad del
matrimonio, sino que la presuponen y la confirman.
El matrimonio y la virginidad son dos modos de expresar y de vivir el único misterio de
la alianza de dios con su pueblo: la donación en el amor.
Cuando no se estima el matrimonio, no puede existir tampoco la virginidad
consagrada; cuando la sexualidad humana no se considera un gran valor donado por el
creador, pierde significado la renuncia por el reino de los cielos.
- En la virginidad la persona se da totalmente a la iglesia. La persona virgen anticipa así
en su carne el mundo nuevo de la resurrección futura.
- La virginidad hace libre de modo especial el corazón del hombre, «hasta encenderlo
mayormente de caridad hacia dios y hacia todos los hombres».
- La virginidad testimonia que el reino de Dios y su justicia son la perla preciosa que se
debe preferir a cualquier otro valor aunque sea grande, es más, que hay que buscarlo
como el único valor definitivo.
- La persona virgen se hace espiritualmente fecunda, padre y madre de muchos,
cooperando a la realización de la familia según el designio de Dios.
La fidelidad de las personas vírgenes incluso ante eventuales pruebas, edifica
también la fidelidad de los esposos.

También podría gustarte