Crisis Economica 1994 Ensayo
Crisis Economica 1994 Ensayo
Crisis Economica 1994 Ensayo
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Economía
Principales consecuencias
La devaluación de casi 300% del peso mexicano frente al dólar desencadenó meses
de alta inflación, que a su vez provocó escasez de capital de los bancos, debido a
los intereses altos y la crisis en la actividad comercial, lo que forzó a miles de
empresas a recortar personal o incluso a declararse en banca rota.
Estos fueron algunos de los intentos por tratar de estabilizar el precio del dólar y de
contener la crisis para no afectar a otros países, principalmente de América Latina.
Algo que funcionó como una cura efectiva contra la resaca fue la apertura comercial
que se logró con la firma del Tratado de Libre Comercial con América del Norte
(TLCAN), conformado por Estados Unidos, Canadá y México.
Las explicaciones de una crisis del sistema financiero se buscan fundamentalmente
en dos ámbitos: el entorno macroeconómico y las debilidades del propio sistema.
En general ambos tienen relevancia, pero por lo común es alguno de ellos el que
tiene mayor importancia. En el caso de la crisis bancaria sufrida por México a
mediados del decenio pasado, tanto el peso de los factores macroeconómicos como
la debilidad del propio sistema bancario fueron determinantes como
desencadenantes de la crisis, si bien los factores derivados del marco regulatorio y
de la mala supervisión desempeñaron un papel importante en su gestación.
a) El entorno macroeconómico.
El proceso que culminó con la crisis de diciembre de 1994 fue complejo y tuvo una
amplia gama de elementos. En diciembre de 1987 el gobierno del presidente Miguel
de la Madrid inició un programa de ajuste con elementos heterodoxos con el nombre
de Pacto de Solidaridad Económica (PSE). El PSE (o Pacto) estuvo sometido a una
continuase ríe de reestructuraciones, modificaciones e incluso cambios de nombre.
En lo que se refiere a los segundos, el uso del tipo de cambio como ancla
antiinflacionaria produjo una apreciación creciente del peso que estimuló la
adquisición de dólares o valores denominados en dólares.
Así, en los meses siguientes buena parte de la deuda interna pasó a estar
denominada en dólares. Además, la Reserva Federal de los Estados Unidos
aumentó entre febrero y diciembre la tasa objetivo de 3 a 5.5%. Este incremento
provocó que la adquisición de acciones por sociedades de inversión abiertas y de
alto riesgo cayera.
A pesar de la evidencia de crecientes desequilibrios macroeconómicos déficit en
cuenta corriente de 6.4% en 1994; la negativa del gobierno para depreciar el tipo de
cambio y la política económica anunciada para 1995 no los tomaba en cuenta.
Se preveía un déficit en cuenta corriente de 25 mil millones de dólares, mucho
mayor que el de 1994, una inflación a la baja y un crecimiento superior al de 1994.
Parte del exceso de demanda se explica por la política fiscal y crediticia. En 1994 el
gobierno modificó la definición de déficit fiscal, excluyen do la in ter mediación
financiera, es decir, las actividades de la banca de desarrollo.
En ese mismo año se dio un crecimiento importante de dicha actividad, con lo cual,
a pesar de que las cuentas fiscales parecían estar en equilibrio o incluso con un
superávit, en los hechos existía un déficit "oculto" que estaba impulsando de manera
importante a la demanda agregada.
b) La crisis bancaria.
El origen de la crisis bancaria mexicana se remonta a las consecuencias de la
nacionalización de la banca de 1982, en que los bancos desmantelaron sus
dispositivos de otorgamiento de crédito comercial ordinario y se diluyeron
gradualmente la capacidad y cultura de evaluación de riesgos y de recuperación de
los créditos.
Al ofrecer un alto precio por los bancos, incluso más allá de lo que establecían las
propias evaluaciones gubernamentales, y en no pocos casos pagar con crédito
otorgado por el pro pio sistema bancario, los nuevos banque ros enfrentaron un
incentivo perverso: intentar hacer frente al servicio de las deudas adquiridas en la
operación de recuperar su in versión con la mayor rapidez posible y retirar incluso
dividendos.
A tal fin aumentaron aceleradamente el volumen de crédito, asumiendo cada vez
más altos riesgos.
Debido al rápido crecimiento de las operaciones bancarias, los bancos más grandes
aparecían en los primeros lugares de las clasificaciones mundiales en indicadores
como el ROE y el ROA, lo cual resultaba poco verosímil. Por otra parte, su eficiencia
era baja y en realidad su capital ya estaba dañado y sus resultados no reflejaban la
realidad.
Las causas inmediatas de la crisis no son el tema de este trabajo, salvo para
destacar la sincronía entre la acumulación de deuda a lo largo de un sexenio
presidencial, la elección del nuevo presidente y el entorno macroeconómico más
amplio que afecta el comercio y la inversión.
En tales circunstancias, la respuesta nacional podría tomar una forma defensiva que
aislara las instituciones existentes, bloqueara la reforma o la aplicara de manera
superficial, pero hasta ahí.
Por lo tanto, resulta crucial subrayar que en México fue un gobierno del partido que
había ocupado el poder durante décadas el que tomó la iniciativa de purgar un
sistema de amiguismo e influencia partidista que había socavado la confianza en el
poder judicial y en el proceso democrático, en un momento en que México se estaba
volviendo más plural en su política y más liberal en su economía. La gobernabilidad
en el sentido de la multiplicidad de actores cuyas relaciones e intereses mutuos
ayudan a determinar qué se hace y de qué manera fue clave en las medidas
tomadas para asegurar que tales crisis fueran menos probables en el futuro.
El efecto práctico fue eliminar cierto grado de rendición de cuentas. Así, los
gobernadores o alcaldes, con cargos de apenas tres años, solían contratar
préstamos a sabiendas de que las deudas serían heredadas a sus sucesores,
quienes tendrían que lidiar con el problema. Y al tener poco tiempo y recursos, los
gobernadores y alcaldes tendían a gastar en proyectos que podían terminar rápido,
generalmente estructuras físicas como puentes, escuelas y otras instalaciones, que
podían corresponder o no a las necesidades prioritarias de la región o la comunidad.
La crisis de 1995 fue tan severa que resultó prácticamente imposible que un
gobernante electo que heredaba una deuda de su predecesor pidiera a su vez un
préstamo. La disminución del gasto público agravó el desempleo. México
necesitaba invertir más en infraestructura, no menos. Sin embargo, los
inversionistas privados no estaban dispuestos a invertir o ampliar los créditos a
sabiendas de que al cabo de los tres años de la administración estatal o los seis de
la federal se repetirían el ciclo de deuda y gastos excesivos, con los riesgos
asociados para los intereses y las tasas de cambio.
En tales condiciones, no habría suficiente inversión en infraestructura y, del dinero
invertido, demasiado se iría en proyectos de construcción susceptibles de
completarse en un periodo administrativo, en detrimento de proyectos sociales y
físicos de mayor plazo y que probablemente producirían resultados más relevantes.
Casi todo 1994 había sido un buen año en lo económico, debido a que la inflación
se conservó en un nivel bajo; sin embargo, al final del año los acontecimientos
políticos que se suscitaron en el país los meses anteriores crearon inestabilidad y
desconfianza en los mexicanos.
Entre esos hechos destacan: el movimiento armado en Chiapas, los asesinatos del
candidato a la presidencia de la república por el PRI, Luis Donaldo Colosio, y del
secretario general de ese mismo partido, José Francisco Ruiz Massieu, las
elecciones y el cambio de presidente.
En lo económico, al igual que hace muchos años, el país estuvo presionado para
cumplir el compromiso de pagar su deuda con otros países e instituciones.
Durante años, México ha comprado una gran variedad de productos a otros países,
es decir, ha importado muchos más productos de los que ha podido vender, de ahí
que desde hace mucho tiempo le falta dinero, en otras palabras, tiene una economía
con déficit.
Cuando un país gasta más de lo que produce tiene que devaluar su moneda, o sea,
hacer que cueste menos en relación con otras monedas; por ejemplo, con respecto
al dólar. En un principio, el Gobierno Mexicano se resistió y prefirió obtener dinero
subiendo los precios, a lo que se conoce como inflación.
Ya para diciembre de ese 1994, la situación era casi imposible, por lo que el 20 de
diciembre el Gobierno Mexicano decidió devaluar el peso 15 por ciento. Así, como
el dólar ya costaba más caro para los mexicanos, muchos productos de origen
estadounidense subieron de precio para nosotros, pero además se acrecentaron
nuestras deudas con otros países pues, en general, se negocian en dólares.
Para los últimos días del año la situación se convirtió en una de las crisis
económicas más fuertes de los últimos tiempos.
Esa crisis dejó ver que las soluciones políticas y económicas del país de los años
anteriores eran muy frágiles. Como consecuencia, durante 1995 la economía se
contrajo 6.2 %, se perdió 20% del poder de compra de la gente, los precios de los
productos y los servicios se dispararon provocando un mayor empobrecimiento de
la población y todo subió de precio: el agua, la luz, los impuestos y los alimentos.
El desempleo creció, dos millones de personas perdieron sus trabajos pues miles
de negocios tuvieron que cerrar por quiebra y otras muchas empresas se vieron
obligadas a disminuir sus gastos, y por lo tanto a recortar empleos.
El sistema bancario mexicano también sufrió una gran crisis, de tal modo que el
gobierno tuvo que intervenir para ayudarle y permitió que los bancos aumentaran
sus tasas de interés. Por lo tanto, miles de empresas, profesionales y pequeños
productores agrícolas que tenían préstamos bancarios o tarjetas de crédito, se
vieron severamente afectados, pues su deuda aumentó de manera considerable.
La crisis de diciembre de 1994 no sólo afectó a México, sino que además repercutió
en otros países latinoamericanos, provocando lo que se llamó Efecto Tequila, el
cual causó mucha inquietud pues hasta entonces México había sido considerado
como la puerta de entrada al mercado de Estados Unidos. El sector turismo también
lo resintió pues los visitantes a nuestro país disminuyeron considerablemente en el
siguiente año.
Para aminorar el problema, el Gobierno de Estados Unidos le ofreció a México un
crédito por 20 mil millones de dólares y otros 32 mil millones en un paquete
internacional; con ellos de inmediato se ayudó a mejorar la economía de nuestro
país pero aumentó la deuda externa. La crisis de 1994 fue la más severa que ha
padecido el país en los últimos años.
Lecciones aprendidas
La crisis económica de 1994 en México dejó lecciones profundas que han moldeado
la política económica del país desde entonces. Se evidenció la importancia de una
política macroeconómica prudente, basada en la estabilidad y la transparencia.
Asimismo, se resaltó la necesidad de contar con instituciones sólidas y mecanismos
de supervisión eficaces para prevenir crisis financieras.
Muchos países enfrentan el mismo dilema: cómo fomentar las inversiones, sin las
cuales no habría recuperación, en un momento en que han disminuido las presiones
inflacionarias sobre la mano de obra y las mercancías, aunque los riesgos asociados
a la inversión inducen una cautela conservadora.
El hecho de que más de 50 por ciento de la población mundial esté ya urbanizada
se celebra por las promesas que encierra para el futuro. Sin embargo, las ventajas
de la urbanización sólo podrán realizarse si se invierten decenas de miles de
millones en infraestructura.
Tras una descripción analítica del estudio que hizo la OCDE sobre México en 1996,
el presente trabajo concluirá con algunas reflexiones sobre la crisis actual en un
marco más conceptual y más amplio.
La cultura política determina en qué medida los legisladores, los funcionarios electos
y los interesados logran poner en marcha las reformas estructurales. Por lo tanto, la
aceptación de México en la OCDE formó parte de un proceso mediante el cual se
realizarían reformas que había resultado difícil introducir antes. Al incorporarse a
una organización internacional, México obtenía también la oportunidad de participar
en la agenda colectiva de la OCDE y de posicionarse en relación tanto con Europa
y el Pacífico asiático, como con Norteamérica.
Con el paso del tiempo, hay que recordarle a la gente cuánto ha cambiado México,
porque se rompió el ciclo de seis años de elecciones y deuda pública. Pero en la
política, el éxito, incluso parcial, a menudo "no es suficiente". De hecho, el problema
de las expectativas frustradas es más grave cuando, como en este caso, ha habido
auténticos progresos aunque sin reducir la pobreza ni aumentar la productividad lo
suficiente. Sin embargo, prestar demasiada atención al ámbito nacional puede
impedir que la gente vea las oportunidades que tiene a la mano en las distintas
ciudades y regiones.
Aun antes del estallido de la crisis de 1994, debido al crecimiento excesivo del
crédito, la cartera vencida de los bancos superaba en realidad su capital contable.
Como consecuencia, la devaluación de diciembre de 1994 y el casi inmediato
aumento de las tasas de interés llevaron a los bancos de la quiebra técnica a la
quiebra plena.