Marx y El Materialismo Histórico

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Marx

y el Materialismo
Histórico
La filosofía de Marx se conoce
como "materialismo histórico".
Empecemos por entender qué
significa el "materialismo" en
este contexto y a qué se refiere
Marx con "materia".

En la época en la que Marx


escribía (mediados del siglo
XIX), predominaba una filosofía
llamada "idealismo" en
Alemania y gran parte de
Europa. Filósofos como Kant,
Schelling, Fichte y Hegel
sostenían que la realidad se
encuentra en nuestra
conciencia y que lo que
consideramos real es
simplemente una construcción
subjetiva en nuestra mente.
Para ellos, el mundo no es más
que una representación
mental.

Marx, por otro lado, sostenía


que este mundo de ideas
creado por la burguesía oculta
una realidad más profunda y
oscura: la realidad "material".
Pero, ¿qué significa "material"?

En esencia, el mundo de los


seres humanos está
compuesto por "cosas"
materiales, como autos, sillas y
mesas. La mayoría de estas
cosas son "mercancías"
producidas por seres humanos
bajo ciertas condiciones. Para
Marx, "materia" se refiere a las
condiciones bajo las cuales
producimos lo que
necesitamos para vivir, como
ropa, alimentos y máquinas.

A diferencia de los animales, los


seres humanos trabajan. Marx
argumenta que no solo
producimos lo que
necesitamos para vivir, sino
también los "medios de
producción", que incluyen
herramientas, fábricas,
tecnología y la fuerza de
trabajo. Por lo tanto, al analizar
las condiciones materiales de
una sociedad, debemos
considerar tres factores: las
"condiciones de producción"
(como recursos naturales,
geografía y clima), las "fuerzas
productivas" (como
herramientas, tecnología y
fuerza de trabajo) y las
"relaciones de producción"
(que incluyen la división del
trabajo, las relaciones de
propiedad y el poder).
Según Marx, esta "estructura
material" de la sociedad influye
en su organización política,
legal e ideológica. Así como
existe una estructura social
material, también existe una
"superestructura" compuesta
por instituciones políticas
(como el Estado y la iglesia), el
sistema legal y la ideología.

Marx afirmaba que la ideología


de una sociedad se deriva de su
estructura material. En otras
palabras, cómo producimos
determina cómo pensamos. En
una sociedad capitalista,
nuestras ideas y valores
estarán en línea con el modo
de producción capitalista. La
ideología refleja y justifica las
relaciones de poder existentes.

Marx también sostenía que la


historia se basa en la lucha de
clases, con la sociedad dividida
en clases dominantes y
dominadas. Estas divisiones
comienzan de manera material
pero se reflejan en leyes,
instituciones y creencias. Por
ejemplo, en la antigüedad, el
modo de producción era
esclavista, lo que se traducía en
leyes y creencias que
justificaban la esclavitud. En la
edad media, el modo de
producción era feudal, con
leyes y creencias que
respaldaban las relaciones
entre nobles y siervos.
En la época moderna, el
capitalismo es el modo de
producción predominante, y se
caracteriza por las relaciones
de producción entre
capitalistas y trabajadores. El
capitalismo produce una
acumulación de riqueza en
manos de unos pocos, lo que,
según Marx, eventualmente
llevará a su autodestrucción.
Los trabajadores, en su lucha,
podrían organizarse, tomar el
control de los medios de
producción y establecer un
sistema socialista.

El socialismo eliminaría las


divisiones de clase, y el
comunismo sería el "fin de la
historia", un mundo sin clases
sociales, donde las personas
trabajan y tienen tiempo para
su desarrollo personal. El ideal
de Marx era la felicidad
humana a través de la igualdad.
En resumen, el materialismo
histórico de Marx se basa en
entender cómo las condiciones
materiales de la sociedad
influyen en su organización
política y en la ideología
dominante. Su filosofía se
centra en la lucha de clases y la
posibilidad de un cambio hacia
una sociedad sin divisiones de
clase. Como Marx dijo: "El
modo de producción de la vida
material condiciona el proceso
de la vida social, política y
espiritual en general. No es la
conciencia del hombre la que
determina su ser sino, por el
contrario, el ser social es lo que
determina su conciencia."
(Marx; Prólogo a la
Contribución a la Crítica de la
Economía Política).

La Función de la Ideología en
Marx
En la perspectiva de Marx, la
ideología es un efecto directo
de las relaciones de poder en el
plano "material" de la sociedad.
Al mismo tiempo, cumple un
papel fundamental al
consolidar esas relaciones de
poder. Marx le atribuye a la
ideología un sentido negativo
debido a que estas ideas crean
una imagen distorsionada de la
realidad, de manera similar a
las sombras en la alegoría de la
caverna de Platón.
Un ejemplo concreto de esta
distorsión se encuentra en la
concepción del Estado. Para
Marx, el Estado es un
"instrumento en manos de la
clase dominante" (en el caso de
su época, los capitalistas). Sin
embargo, la ideología
promulga que "el Estado
somos todos". Otro ejemplo se
refiere a la idea de que "todos
los ciudadanos son libres e
iguales". Esta idealización
choca con la realidad, ya que
sabemos que la justicia no se
aplica de la misma manera
para todos, especialmente en
términos de riqueza y recursos.
Además, mientras todos son
libres, por ejemplo, de ir a
Disney, en la práctica, solo unos
pocos pueden ejercer esta
libertad.

Es crucial destacar que la


ideología predominante en una
sociedad refleja siempre la
perspectiva de la clase
dominante. Estas clases
dominantes elaboran teorías y
crean un discurso que oculta
sus propios intereses y justifica
el modo de producción y las
relaciones de dominio
existentes.

La función de la ideología, en
consecuencia, es ocultar o
legitimar una realidad social
opresiva. En gran medida, es
gracias a la ideología que los
obreros no se revelan contra
un sistema que los oprime. La
clase dominada, obligada a
trabajar bajo las condiciones
impuestas por la clase
dominante, internaliza la
ideología creada por estas
clases dominantes.

Por esta razón, Marx


conceptualiza la ideología
como una "forma de conciencia
deformada" o una "falsa
conciencia".
En resumen, la clase dominada,
bajo la influencia de la
ideología, piensa y percibe la
realidad de acuerdo con las
ideas de la clase dominante.
Esto les impide comprender
plenamente su propia
situación. A pesar de su
sufrimiento, que puede incluir
explotación, injusticia,
exclusión y pobreza, la
ideología convence al
trabajador de que debe buscar
la mejora de su situación de
manera individual,
compitiendo con otros para
ascender en la jerarquía social
y convertirse en parte de la
clase dominante. La ideología,
de esta manera, obstaculiza la
capacidad de la clase
dominada para concebir un
cambio colectivo que ponga fin
a un sistema opresivo y allane
el camino hacia un mundo sin
oprimidos ni opresores.

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