En Que Momento Se Jodio El Peru
En Que Momento Se Jodio El Peru
En Que Momento Se Jodio El Peru
INTEGRANTES:
RAMOS BARRIENTOS FLOR SUNMY
APAZA MAMANY SORAYA SHUNMIY
CHOQUEHUANCA ROQUE VERONICA
HANCO CHISLLA FAUSTINA
TURPO QUISPE ROSSY MAGALY
ESBOZO DE UNA CRITICA DE LA RAZON COLONIAL
El Perú a finales del siglo xx fue deteriorándose en una crisis profunda debido a varios factores, que
tienen que ver con el vínculo entre las personas. Existe una notable quiebra entre el país formal y el
país real; “El país formal busca defender la vida de los ciudadanos y recuperar la convivencia, pero
al país real le parece un crimen porque deja a muchos sin trabajo” (Montaña D. 1960).
Luis Guillermo Lumbreras afirmo: Que lo que se dice no es lo que tiene que hacerse y lo que se
hace no tiene que sujetarse a ningún otro juicio que al de las circunstancias y sus actores.
Acudimos a una grave crisis económica donde vivimos en un estado de guerra interna no-
convencional, como consecuencia; muchas muertes por razones políticas ya que se ha quebrado el
principio de autoridad, se ha disminuido el sentimiento de solidaridad los derechos se aplican de
manera selectiva y arbitraria; Un Perú Finisecular.
Todo lo mencionado parte de un proceso largo que contribuye al crecimiento de la crisis del Perú,
en efecto generando incredulidad y violencia misma que se utiliza como forma de establecer reglas;
ya que las existentes n funcionan. No cabe duda que hubo puntos en nuestra historia recientes como
el Movimiento Revolucionario Sendero Luminoso que agudizaron la crisis en el Perú.
La presencia de Sendero Luminoso en la vida nacional opaco el ostentoso proyecto de restauración
oligárquica, cambiando el rumbo de las preocupaciones hacia la solución de los problemas de la
violencia que se enseñorea en el país (Lumbreras G. 2010).
En el gobierno de Velasco, aparecieron muchas reformas; esta como solución y respuesta a varios
levantamientos populares en el país, incluso pronunciamientos armados de algunos sectores
insurrectos. Sin embargo, la debilidad de las reformas dio paso a la fuerza que obtuvo la
contrarreforma; este aposto por el retorno del viejo régimen que anteriormente fueron repudiados
por la población.
En la década del 20 y 30 tuvo lugar a varias luchas del pueblo y también a reflexiones como; la de
Mariátegui. En esas décadas incluso la formación de un espacio de un espacio político popular a
causa de varias necesidades, todo ello era lo que se intentaba cambiar en los 60 y que en los 70 la
contrarreforma intento restaurar.
El Perú es un país exportador de materia prima para que otros países elaboren nuevos productos y
que puedan venderlas, sin embargo, el Perú no aprovecha los beneficios para crear o innovar nuevos
productos “sus propios productos”, pero siempre fue exportadora y en eso consiste el éxito de su
economía: un ejemplo claro es lo que paso con el guano y el salitre, la pesca y la harina, los
minerales, etc. Por otro lado, el Perú debe ser importador, partícipes de todos los avances de la
ciencia sin importar que solamente fuéramos usuarios.
La colonia española se implanto sobre un estado que era económico social boyante; con felicidad y
fortuna creciente, nuestro territorio con una diversidad de fauna y flora muy extensa tenía todo el
potencial de ser sobre todo un país independiente en todo aspecto y de hecho fue gracias a nuestro
pueblo quienes recrearon la geografía de este territorio para convertirlo en país.
Y esa es la causa para que se montara el proyecto colonial, para la nación española el Perú era mina,
no país. Sin ningún tipo de problema se repartieron el país que otras manos la habían construido,
comenzó o mejor dicho “cambiaron” el rumbo del país y el pueblo donde los peruanos comenzamos
a considerar que sin el pan de trigo no podemos vivir.
Toda nuestra demanda dependería de “ellos” por lo tanto nuestra estabilidad económica social
estaba en sus manos: por ejemplo, los pastos de las punas, que los cientos de miles de camélidos
domésticos consumían, están ahora desaprovechados, porque el gusto colonial que nace de la razón
colonial, rechaza la care de camélidos.
Lo anterior quiere decir que nuestro consumo se rige por pautas nacidas de la razón colonial y lo
mismo ocurre con la producción y la infraestructura que la hace posible.
Sin embargo, hay sectores que se resistieron; son lugares donde el proyecto colonial no pudo
penetrar. La mayoría de los ignorantes los calificamos como de “atrasados” o comúnmente
llamados indígenas, tales sectores son las islas de resistencia.
Fue en los siglos XVI y XVII que el Perú sufrió la perdida de la creatividad y el raciocinio nativo;
este hecho tuvo un gran impacto y de tal importancia que significo el congelamiento de nuestro
dominio sobre el medio para explorarlo racional y generosamente. Desgraciadamente todos unidos;
nosotros y ellos tomamos la decisión de apostar por el desarrollo del paradigma colonial.
Nadie se pudo dar cuenta que no estábamos haciendo nada por nosotros, por el país ya ni siquiera
para poder avanzar con lo que teníamos ni al menos para conservarla. Estamos a punto de llegar al
final del tercer milenio sin patrimonio cultural, aunque tenemos nuestro patrimonio natural, sin
embargo, no sabemos ni qué hacer con él. Definitivamente fue en el siglo XVI donde el Perú
empezó a descomponerse con varios conflictos que tienen una raíz colonial.
El Perú se quebró por un proyecto colonial progresivamente intensificada. Ahora solo nos queda
una solución: un replanteamiento del proceso productivo, la relación de la producción y el
consumo en otras palabras la “La liberación nacional”.
Pero este no será un proceso fácil porque la población está acostumbrada, tiene muchos hábitos e
intereses dado que la razón colonial no es una eterna fijación de la conciencia; hay quienes sin ella
mueren y antes que ello pudiera suscitar optan por matar.
La pregunta ¿En qué momento se jodió el Perú? Está compuesta por tres términos: El sustantivo con
su artículo, un verbo y un adverbio complementario (Delgado W. 2014).
Se analizará el sustantivo: ¿Qué debemos entender por el Perú?; claramente es una nación y
caracterizar al Perú es una tarea fácil, sin embargo, en la definición histórica encontraremos una
dificultad: ¿Desde cuándo existe el Perú? Claramente se puede decir que es una nación autónoma e
independiente desde 1821 formalmente. Pero cabe recalcar que para ser una nación no es
imprescindible tener autonomía política y el gobierno propio para su existencia.
El Perú como una nación fue estudiada por intelectuales criollos, principalmente en la “Sociedad de
amantes del Perú” (Delgado W. 2014). Los estudios y las conclusiones que obtuvieron es que la
independencia no necesariamente era beneficio para todos si no que en algunos sectores les afecto o
tuvieron consecuencias graves para su desarrollo e incluso se opinó que el Perú no tuvo ningún
cambio progresista a partir de la independencia ya que este pudo haber tenido consecuencias
negativas.
Esa ideología (peruanista) tomo mayor importancia, profundidad y agudeza a comienzo del
Virreinato a comparación que en los siglos siguientes. Quien asume más seria y razonablemente el
ideal de peruanidad es el Gran Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales de los Incas.
Esta obra que refleja evidentemente su anhelo más íntimo y más poderoso era conseguir que en el
Perú se unieran armoniosamente la cultura española e indígena. Lo cierto es que en su obra se
hallaron las raíces, lo que posteriormente la denominarían Peruanidad.
El Perú fue heredero del imperio incaico esencialmente la organización social y el ayllu andino,
estos dos aspectos lograron subsistir hasta hoy del régimen social. Aunque algunos historiadores,
sociólogos y ensayistas como Riva-Agüero y los García Calderón pensaban realmente que el pasado
incaico estaba definitivamente muerto; se equivocaban de medio a medio.
Examinemos ahora el otro termino: ¿Qué quiere decir exactamente “se jodió”? este verbo nos deja
sorprendidos por su particular forma de vulgaridad y en la forma que es expresada, es calificada
como una grosería. Esta palabra no se encontró en ningún diccionario, pero este término es muy
antiguo además de origen latino, solo podemos ubicarla en ediciones posteriores a 1986 como el
pequeño Larousse de 1988. Este verbo sin duda resultaba demasiado hiriente para los castos oídos
y alquitarada moralidad de académicos españoles puesto que no lo añadían en los diccionarios a
pesar de ser utilizada muy frecuentemente por los españoles.
“JODER” con un significado de “echarse a perder” o arruinarse, nos hace reflexionar sobre la
pregunta que tratamos de responder, este es un término transitivo y perfectivo cabe recalcar que
tiene una explicación previa y una discusión posterior:
-Los verbos imperfectivos: “permanentes” expresan una duración ilimitada o incompleta (Bello).
-Los verbos perfectivos: “desinentes” expresan duración limitada (Bello)
“¿CUÁNDO SE JODIO EL PERÚ?” alude, casi con toda seguridad a un aumento determinado de
la historia peruana. El verbo también tiene otro aspecto; es un verbo frecuentativo, un ejemplo al
final de un poema: “De todas las historias de la historia, la de España, sin duda, es la más triste
porque termina mal” (Gil de Biedma J.).
En el poema de Gil de Biedma quiere decir que cada etapa de la historia española ha terminado mal.
De manera semejante, podemos representarnos la historia del Perú como una serie de etapas, como
un conjunto de historias parciales. Siendo el verbo “joder” que significa echarse a perder es
frecuentativa ya que con cada caída como: la guerra del Pacifico, el Oncenio Leguista, el Perú se
jodió.
Ya que en el Perú como un proceso que continuamente se echa a perder, que se “jode” una y otra
vez, este “joderse” no puede ser definitivo, debe existir una solución. Esta pregunta es
particularmente agresiva, empero el verbo se jodió presta a una pregunta con más energía, de hecho,
la misma pregunta aparece en las páginas iniciales de la obra: Conversación en la Catedral y es el
meollo de la novela de Vargas Llosa.
Esta pregunta que resulta eficaz, adecuada y pintoresca en una obra literaria, resulta chabacana en
un trabajo serio en la cuales se quiere explicar los problemas que aquejan al Perú que actualmente
están en su punto más crítico.” Después de haber examinado con cierta extensión, el termino joder,
lo reemplazare de aquí en adelante, por un sinónimo (fracturarse) que, como diría Don Quijote me
parece sonoro, significativo y nada grosero” (Delgado W. 2014).
I
DE LO TERRIBLE QUE ES SER CONQUISTADO
El Perú atraviesa, en ese momento, una crisis muy dura, ahora nos preguntaremos: ¿Cuándo se
originó esta crisis? Talvez cuando triunfo el APRA o en el gobierno del general Velazco o quizás
en el segundo gobierno del arquitecto Belaunde; es la crisis capitalista mundial, pero en realidad
estas crisis fueran coyunturales.
Sin embargo, hay una crisis más profunda y permanente que estaba siendo ignorada por
gobernantes y políticos, ideólogos e intelectuales. Gonzales Prada un pensador que inicio el estudio
y correcta delimitación y gran problema y quien por primera vez percibió en las esferas
intelectuales la importancia del pueblo y cultura indígena, Además desde Prada, Lima ya no se
considera la cima y esencia del Perú sino un pez muerto difícil de sobrellevar y de hecho que se
empieza a notar que la fractura del Perú es por la conquista española.
La conquista española tubo un largo proceso de transculturización entre otros, pero más grabe fue la
intromisión de pueblos españoles sobre el pueblo indígena implantando su cultura, religión,
costumbres, entre otros. Pero principalmente hubo cambios en los ámbitos económico y social; la
economía tenía la base de su prosperidad en el imperio incaico que era la agricultura, sin embargo,
con la conquista esto cambio drásticamente ya que la economía del Perú se basaría ahora en la
importación y exportación, por lo tanto, perdería la autonomía.
-Toynbee ha dicho que en una clase social llega al poder cuando tiene soluciones eficaces que
ofrecer a la comunidad para resolver sus problemas.
-Toynbee agrega que cuando una clase dominante ya no tiene soluciones eficaces que ofrecer,
continúa ejerciendo del poder político solo por la fuerza de las armas.
Los conquistadores españoles no tienen ninguna solución eficaz que ofrecer para los problemas del
pueblo peruano.
El Perú no es un país homogéneo, coexisten dos Perú: uno es juzgado por el otro y cada uno de esos
Perú tampoco es unitario y homogéneo, tienen diferencias. Ahora difícilmente se puede afirmar
que el Perú sea un país mestizo , por supuesto que los españoles trajeron a las tierras conquistadas
, los prejuicios de la sociedad a la cual potencian , además que impusieron drásticamente su propia
cultura , estos mismos destruyeron la “memoria del pueblo incaico” por ciertos elementos
culturales e instituciones indígenas fueron permitidos o conservados y entonces se realizó un
proceso de mestizaje .Perfeccionaron especialmente el quechua y el aimara les dieron un sistema
de escritura , publicaron vocabularios y gramáticas.
Después de la conquista se conservó muy poco de la literatura indígena, desapareció también parte
de la literatura tradicional incaica. José de la Riva-Agüero sostenía que la cultura prehispánica no
podía tener ninguna influencia en el desarrollo literario del Perú, solo en las páginas del “Mercurio
Peruano” registraron algunas muestras de poesía indígena.
El mestizaje en el Perú no es un asunto simple ya que tiene un complicado proceso dialectico, con
dominantes y dominados. Toda esta evaluación revela cuan profunda es la fractura que se produjo
en el Perú, a partir de la conquista.
II
DE LAS GUERRAS PRECAJAMARQUINAS
Sin duda alguna la conquista española fracturo al Perú gracias a la gran ventaja que tenía en
armamentos y otros que superaban al imperio incaico, sin embargo, esta razón no hubiera sido
suficiente para derrotar al imperio. ¿Entonces cuál fue la verdadera razón? En esos entonces
sufríamos una crisis interna, la guerra entre Huáscar y Atahualpa, esta guerra interna dejo muchas
muertes y enfrentamientos entre nosotros mismos. Luego de esta guerra el imperio estaba
debilitado y fue ahí que los españoles aprovecharon para derrotarnos, fue tan decepcionante saber
que hasta nuestra propia gente los ayudo, convirtiéndose en los aliados de quienes se llamarían
nuestros “conquistadores”, entonces analizando a detalle el concepto histórico de nuestra derrota, el
Perú se habría fracturado desde la guerra entre Huáscar y Atahualpa.
Claramente el conflicto interno entre los panacas daría signos de la pronta culminación del imperio
incaico que más adelante si ocurriría, pero la verdad es que si hubiera terminado la época de los
incas incluso si no hubieran llegado los españoles.
La guerra civil entre los panacas realmente ya ocurría hechos similares como en antiguas
civilizaciones o culturas distintas, sin embargo, estas guerras no perjudicaban en nada al progreso
del país de hecho la tasa de natalidad seguía en aumento esto porque todas las culturas tenían algo
en común: SU ECONOMÍA SE BASABA EN LA AGRICULTURA. Cuando ocurría una guerra de
mucha duración se podía prolongar o poner en pausa la guerra como una tregua a razón de que se
necesitaría más atención en el trabajo agrícola, esta es la razón por la que, aunque hubo guerras
antiguamente estos nos significaron el fin del Perú.
La agricultura prehispánica fue sin duda una de las mejores del mundo ya que los antiguos
pobladores mejoraban tanto las técnicas agrícolas sin perjudicar el ecosistema tanto que a
comparación con la actualidad ninguna la supera.
Las guerras que solíamos tener internamente no fueron tan destructoras como la llamada conquista
de los españoles puesto que como su misma palabra lo dice, destruyeron todo lo que poseímos,
nuestra identidad, cultura, y lo más importante que es lo que nos harían depender de ellos es la
destrucción total de nuestro sistema de agricultura. Lamentablemente se perdió una de nuestras
mayores identidades culturales, no somos un país autónomo, pero ¿nos volvimos dependientes? O
¿nos volvieron dependientes? (RAMOS BARRIENTOS F. 2024).
III
UCRONIAS COLONIALES Y EMANCIPADAS
Aunque se intente entrar en el reino moderno no se puede negar que la fractura del Perú fue
ocasionada por la conquista española, y que se pudo reducir y arreglar en varios momentos de
nuestra historia. Muchos manifestaron que hubo intentos fallidos en busca de la solución.
Como lo indica en su discurso el Inca Garcilaso de la vega quien tenía ese ideal de armonía de que
las dos naciones antagónicas del Perú, la india y la española formaran una nación de reino cristiana
universal, sin embargo, no menciona un método para lograr tal armonía. Lo que en si más resalta
Garcilaso fue la búsqueda de conseguir que la corona española promulgara las leyes de las indias
como protección a los indios de los abusos que sufrían de parte de los conquistadores y así
garantizar su subsistencia. Se considero de gran necesidad la obediencia de esta legislación, debido
a que en esos tiempos se realizaba el tributo indígena considerado un impuesto jugoso que generaba
ingresos a la corona europea, incluso el mismísimo Gonzalo Pizarro que se oponía a estas leyes,
comprendió de los grandes aportes y beneficios de la población indígena, es así que ordeno a sus
secuaces más sanguinarios que no excedan en la matanza indígena, decía “Esta tierra sin indios no
vale nada”. Cuando llego el primer virrey, que tenía el encargo de poner en vigencia las ordenanzas
del consejo de indias y hacerlas cumplir, teniendo como opositor a Gonzalo Pizarro quien logro
ajusticiarlo. Posteriormente el rey envió al clérigo La Gasea, como pacificador y de reducir a los
rebeldes, logro mediante diversos procesos que la gran parte de los rebeldes pasara a su bando y así
derrotar a Gonzalo Pizarro en la batalla de xaquixahuana. En la que estaba en juego no solo el
cumplimiento de las leyes si no también la autoridad del rey sobre el Perú; esto era lo que más le
interesaba al rey debido a que Gonzalo Pizarro desconocería al monarca hispano y se proclamara el
rey de estas tierras y que por otro lado La Gasea lograra eliminar a los encomenderos. Pero si la
primera posibilidad se hubiera cumplido hubiera significado el fin de la dependencia del Perú y la
segunda hubiera fortalecido a la nación india. Siendo así la historia habría cambiado.
En el último siglo virreinal se dio otro acontecimiento que pudo haber solucionado la caída del
Perú: la rebelión de Túpac Amaru que no tuvo un fundamento teórico notable; y que fue como
respuesta a unos abusos concretos. Comenzó la decadencia económica de la corona española y del
virreinato en el Perú por el caso del declive de las producciones mineras, es así que llevaron a
gobernantes y a funcionarios de tributos sobre la nación india hasta intolerables quisieron estallar la
rebelión. en esta oportunidad no hubo un pacificador como La Gasea.
La rebelión de Túpac Amaru fue una lección histórica que tal vez se pudo aprovechar por los
gobernantes, tampoco fue una solución de la gran fractura. Existían dos males en el Perú las
subordinaciones a un poder extranjero y la escisión del país en dos naciones. Una india oprimida,
otra blanca y opresora. Una de las fallas fue que la revolución libertadora solo atendió al primero de
estos males, se logró la independencia del Perú, pero no de establecer su independencia económica,
por que dependía de un mercado internacional, dominado por Inglaterra y luego por los Estados
Unidos de norte América.
A inicios de la guerra liberadora, se volvió a destacar a los indios, de su pasado y de la cultura
incaica así también de los indios contemporáneos, costumbres, música y canciones. Bolívar critica
la vinculación de la independencia y del pasado incaico; “¿Qué tengo yo que ver con los indios?”
que pregunto a Olmedo quien había engastado al inca Huaina Cápac, el poema sobre la batalla de
Junín, Bolívar tenía razón, no era ningún heredero de Cápac o Atahualpa si no, de Gonzalo Pizarro.
La independencia curiosamente fue una revolución con una idea de libertad y fraternidad, pero
oprimió y despojo más cruelmente al pueblo andino. En 1828, se convocó a un congreso
constituyente en el que se discutió la condición de los indios, los conservadores defendían el
patemalismo colonial y los liberales decían que los indios eran personas iguales a los demás
ciudadanos y a los pocos años de haber logrado estos derechos los indios habían perdido la mitad de
sus tierras, la república del siglo XIX fue pobre en términos ideológicos y realizaciones. Después de
un periodo se llegó a la estabilidad política administrativa que permitió al Perú tener un sitio en el
mercado mundial, como productor de materias primas.
El desastre de la guerra con chile (1879-1883) termino con la ilusión del progreso, mostrando así
crudamente la realidad nacional; propicio a una renovación ideológica. Gonzales Prada fue el
primero en señalar el verdadero Perú que se encuentra en las sierras andinas y fue el primero en
definir a los indios como una clase social y no como una raza, sin embargo, por otra parte, no se
supo desarrollar un pensamiento sistemático de crear una doctrina y un partido político de gran voz
de protesta para plasmar un pensamiento de acción eficaz para llegar a soluciones de las grandes
fracturas del Perú.
De la conquista hasta hoy, el problema de la fractura del Perú, se ha complicado. Era normal que así
pasase: las naciones cuando progresan se diversifican, se agrandan, se vuelven más complejas. En la
colonia misma el problema no era tan simple, se descomponía en dos sectores; minoría blanca,
dueña de haciendas y minas; y otra mayoría india de gente trabajadora, en condiciones miserables.
El sector oprimido era también muy variado en comuneros, peones, trabajadores de las minas y
artesanos indios o negros. En 1860 con el advenimiento de la república desapareció la esclavitud y
la importación de negros africanos, aunque apareció otra forma de esclavitud, con la importación de
asiáticos para el trabajo en las haciendas costeñas.
A comienzos del siglo XX, la sociedad peruana cambia más aceleradamente. La aparición y
desarrollo de una industria ligera. De tal modo que es parte de la evolución de las sociedades y de
los partidos situados a la izquierda, será mucho mayor que las grandes masas campesinas.
La sociedad se diversifica y se complica, por otra parte, la dependencia peruana de un mercado
internacional. Que cada vez se hace más considerable y que en esta situación reducir la fractura del
Perú es una tarea muy difícil; los hechos políticos de estos últimos 20 años lo confirman.
Pareciera que una solución unilateral es imposible y afrontar el problema desde una perspectiva
puramente natural también sería un error. Ante la caída de la economía nacional muchos partidos
políticos convocan a la unidad nacional para salvar al país. En este sentido resulta aleccionadora la
experiencia reciente del partido Aprista que logró llegar al poder después de 60 años, en 1985, la
crisis que se había generado en el primer gobierno de Belaunde y se basó en los regímenes de
Velazco y de Bermúdez, el Apra empezó a gobernar con buen pie de reducir los intereses bancarios,
además esperaba que las empresas industriales reinvirtieran las ganancias en la nueva política
económica lo que daría lugar a un incremento de la industria y las exportaciones, consumo y el
mejoramiento de otros ámbitos de la economía.
Nuestra nación no podía tener un futuro de cambio, razones como la existencia de estrategias de
liderazgo y explotación de grandes sociedades diferentes. Salieron nuevos proyectos de mejora y
que fracasaron porque eran ilusiones que no se volvieron realidad.
Quizás con la instalación de una república india en los siglos XVIII el Perú hubiera avanzado un
siglo más, lamentablemente la república criolla era oligárquica con pretensión aristocrática, nuevas
marginaciones políticas, sociales y miseria para muchos, tal vez muchos esperamos un Perú
moderno, nuevo; otros lo quieren andino y otro mestizo. No podemos negar que existe un Perú
pasado, uno presente y otro del futuro; los tres tienen algo en común pero la clave de entender es
descubrir nuestro ser como nación, vivimos en un país diverso y plural en culturas, esa es nuestra
particularidad, así es como se resume nuestra historia, es verdad que nos hemos jodido, pero un
Perú nuevo empezará solo cuando dejemos de lado términos como de Perú andino, occidental o
moderno, entonces nacerá un nuevo Perú que todos esperamos. (APAZA MAMANI, 2024)
Durante el período de 1968 a 1975, Perú experimentó cambios significativos bajo el gobierno de
Velasco, marcado por un enfoque nacionalista. Organizaciones sociales, como agricultores y
trabajadores, ganaron poder durante este régimen. Aunque críticos como el profesor Pablo Macera
elogiaron las ventajas políticas y morales, la presidencia de Morales Bermúdez, influenciada por el
sector bancario privado estadounidense, llevó a la abandonar las políticas nacionalistas y someterse
al Fondo Monetario Internacional. Esto resultó en una reversión del proceso revolucionario,
desencadenando protestas y una huelga nacional en 1977, con consecuencias como la disminución
de la industria, aumento de la inflación, pobreza e inestabilidad política hasta 1985. A pesar de estos
desafíos, se destaca que la situación económica” y social en Perú puede cambiar rápidamente con
voluntad política, honestidad y esfuerzo, permitiendo que los gobiernos constitucionales avancen
dentro del marco legal establecido.
Se analiza la influencia de momentos históricos en la vida y cultura peruana, resaltando las
civilizaciones andinas como pilares fundamentales y la lucha por la independencia. A lo largo de la
historia, potencias externas guiadas por intereses financieros e imperiales han socavado al país,
resultando en explotación e injusticia. Estos poderes han resistido reformas, incluyendo aquellas
relacionadas con la justicia social y la promoción de la educación pública. Se critica el persistente
individualismo y la competencia dentro de la élite rica peruana, obstaculizando el avance hacia una
sociedad más equitativa. Se destaca la necesidad de soluciones urgentes y radicales para abordar
problemas arraigados como la pobreza, el desempleo y la violencia. Se menciona el llamado a la
paz y unidad del Papa Juan Pablo II durante su visita a Ayacucho
El Poder y El Joder de Cesar Lévano,
César Lévano, poeta, escritor, periodista y profesor peruano, explora en su ensayo "El Poder y el
Joder" la dinámica de poder entre los poderosos y los débiles en la historia de Perú. Destaca cómo
esta dinámica, entre explotados y explotadores, se gestó antes de la llegada de los españoles y
persistió a lo largo de la época republicana. Levano referencia el testimonio de Garcilaso de la Vega
sobre el poder despótico de las cintas y el castigo colectivo a comunidades enteras, donde la culpa
recaía en el colectivo, no en el individuo.
El autor sostiene que esta tradición de opresión perduró hasta la "guerra sucia", arraigando el miedo
y odio hacia los pueblos indígenas. Levano argumenta que la primera vez que Perú fue "jodido" o
engañado fue durante esa época, iniciando la humillación del ser humano, una herida ampliada
durante el dominio colonial español, respaldándose en los "Comentarios Reales" de Garcilaso de la
Vega.
Jorge Juan y Antonio de Ulloa, marineros españoles durante la misión de la Condamine, revelaron
en sus informes las adversas condiciones en los obrajes peruanos. Los indígenas eran forzados a
trabajar largas horas, sufriendo castigos por incumplir tareas. La jornada laboral iniciaba antes del
amanecer, y tras completar labores, permanecían encerrados hasta el mediodía, recibiendo escasas
raciones de comida proporcionadas por mujeres.
Estos informes evidenciaron el despojo de tierras y brutal opresión, marcando la segunda ocasión en
que el Perú experimentaba tales atrocidades. La tercera vez ocurrió con el fallido intento
revolucionario de Túpac Amaru, atribuido a la alianza entre fuerzas realistas y mujeres indígenas
poco cooperativas, junto con el surgimiento de prejuicios raciales contra los pueblos indígenas.
La represión de este levantamiento fue implacable, reflejándose en el texto del Mercurio Peruano,
publicado en abril de 1794, que expresaba un sentimiento de casta contra indígenas y
afrodescendientes. Se aborda también la separación intelectual y política entre pueblos indígenas y
conquistadores españoles durante el periodo colonial en Perú, destacando la preocupación sobre la
ineficacia del enfoque de separación en la legislación y sugiriendo la reunificación de ambos
grupos.
No obstante, los juristas rechazaron esta propuesta, argumentando la significativa diferencia de
intelecto y energía entre ambos grupos. La aristocracia colonial mostraba reticencia a unirse con la
población indígena, temiendo posibles levantamientos y percibiendo una supuesta inferioridad en
los indígenas. A medida que Perú avanzaba hacia la independencia, estos mismos prejuicios
persistieron, prolongando las divisiones sociales que continúan afectando a la sociedad peruana en
la actualidad. Esta breve descripción resume el contexto histórico discutido en la sección del
análisis.
En el análisis de la historiadora Ellen Villanueva mientras investiga el conflicto entre inmigrantes
peruanos en Chile durante los años 1836 a 1839, se revela la frustración de los emigrantes, liderados
por Phillip Pardo y José María Pando, con Agustín Gamarra, una figura que tiende a ser
subestimada pese a su papel crucial en el movimiento independentista peruano. Mientras Gamarra
se encontraba exiliado en Chile, el gobierno peruano, bajo la presidencia de Manuel Ignacio de
Vivanco, le ofreció un estipendio para influir en el periódico oficial chileno "Gamma Risa el
Popular". La rivalidad entre Gamarra y Pardo generó una lucha por el poder entre los emigrantes
peruanos, una dinámica explorada por Villanueva Chávez.
Simultáneamente, en Perú se vivía la explotación y el trabajo forzoso de los indígenas, a pesar de
las órdenes del general José de San Martín que prohibían las mitas, el pongo, las encomiendas y
otras formas de trabajo compulsivo. Estas prácticas continuaron bajo varios presidentes, resultando
en el despoblamiento del país y la aversión de la población indígena hacia el trabajo. Manuel
González Prada, poeta y escritor peruano, emerge como una voz de resistencia moral contra este
trato a la población indígena. Sus escritos no solo alentaron la rebelión de los indígenas, sino que
también allanaron el camino para la transformación de la sociedad peruana hacia tiempos más
modernos.
Este periodo en la historia peruana, conocido como "el momento en que el Perú fue jodido", estuvo
marcado por la guerra con Chile, cuya derrota se atribuye al descontento de la población indígena y
a la decadencia moral de la aristocracia. La investigación de Ellen Villanueva arroja luz sobre estas
complejas dinámicas históricas que influyeron en el destino del Perú en ese periodo.
Se analiza el contexto histórico de la lucha por la justicia social en Perú y el papel de las clases
intelectuales en la configuración del panorama político del país. El surgimiento de una clase
trabajadora, bajo influencias anarquistas, buscaba reconstruir la nación. Sin embargo, estos
esfuerzos se toparon con intervenciones militares, ya que las clases dominantes buscaban reprimir
tales movimientos. Se destaca la ironía de que los anarquistas, pese a ser impulsores de la
reconstrucción del país, fueran recibidos con hostilidad y violencia por figuras influyentes.
A lo largo del siglo XX, Perú experimentó un periodo de malestar, evidenciado en eventos como las
masacres en Chicama (1912), las huelgas de 8 horas y subsistencia en Lima (1919) y la represión
antiaprista en Trujillo, entre otros ejemplos. Se reconoce que la responsabilidad de las luchas en
Perú no recae exclusivamente en las clases altas, sino que existe una falta de oportunidades para que
aquellos de clases trabajadoras y bajas asuman roles de liderazgo.
Se sugiere que esta situación persiste en la actualidad y se hace un llamado a un debate abierto y a
la promoción de individuos provenientes de los estratos más bajos de la sociedad como un camino
hacia la redención social. Esta visión incompleta de integración nacional resalta las corrientes
subyacentes de clasismo y posiblemente racismo profundamente arraigadas, que continúan
influyendo en la política peruana. Se hacen referencias a varias figuras históricas, incluyendo al
pensador marxista José Carlos Mariátegui y al filósofo Hegel, en relación con las luchas de la clase
trabajadora y la transformación de la sociedad. Se enfatiza la importancia de la educación y la
formación para el desarrollo cultural y económico general del país.
"Perú no se Jota" de Javier Pulgar Vidal
Javier Pulgar Vidal, intelectual y exdiputado peruano, examina el desarrollo humano en el Perú,
destacando la transformación desde etapas primitivas hasta la evolución hacia agricultores. Este
progreso incluyó el cultivo y cría selectiva de ganado, impulsando el surgimiento de artesanos del
barro, ceramistas, arquitectos e ingenieros. La generalización de textiles, el crecimiento agrícola y
técnicas avanzadas de conservación de alimentos resultaron de estos avances. Además, resalta cómo
los primeros habitantes emplearon plantas medicinales locales y realizaron cirugías craneales con
anestésicos para tratar dolencias. Estos avances se centraban en las necesidades básicas de
supervivencia, especialmente durante cambios climáticos o desastres, conocidos como "Moltas",
que interrumpían las cosechas regulares.
Se examina la prosperidad de las antiguas civilizaciones sudamericanas, centrándose
específicamente en los imperios Llama Willka y Chincha. La abundancia generada por estos
territorios propició la formación de ejércitos y el ascenso de líderes militares, políticos y estrategas
militares. Los Aucas, un grupo de conquistadores y diplomáticos, surgieron de estos imperios,
estableciendo poderosas alianzas y entidades. Junto a los Hinchas, dominaron las rutas marítimas,
enviando barcos desde el Océano Pacífico hasta Panamá y México.
El cultivo y el intercambio de diversas fuentes de alimentos, que incluían miles de especies de
plantas comestibles, contribuyeron a un fuerte sentido de solidaridad entre estas comunidades,
forjando una profunda fraternidad incluso entre pueblos distanciados. Se comparte un ejemplo de
este intercambio generalizado de alimentos, cuando Cristóbal Colón introdujo la planta del banano
en América, creando una abundancia que se compartía entre todos los habitantes. La planta, que
producía frutos rápidamente y tenía una larga vida útil, adquirió gran valor y fue compartida entre
diversas poblaciones sudamericanas.
Se analizan dos casos históricos de propagación de plantas y animales en la América precolombina,
centrándose específicamente en el plátano y las gallinas. El plátano se desplazó desde las islas del
Caribe hacia Sudamérica de manera más rápida que los conquistadores, impulsado por la
solidaridad predominante en la región. Al llegar a Perú, se convirtió en un alimento fundamental
para las aves, generando una valiosa fuente de huevos y carne para los conquistadores españoles a
medida que las aves se reproducían.
El segundo caso se refiere a la llegada del cura Pedro Verdejo a Colombia con cuatro gallinas y un
gallo durante la conquista. Estas aves sobrevivieron el viaje y prosperaron en los ricos campos de
quinua en Bogotá. Aunque no existen registros precisos, la solidaridad de la población facilitó la
rápida expansión de las gallinas por los Andes, convirtiéndose en una parte integral de la economía
peruana.
Se menciona también la práctica funeraria de los Incas, que consistía en enterrar riquezas,
incluyendo oro. La llegada de los conquistadores españoles resultó en la pérdida de estas riquezas y
en la introducción de nuevos cultivos y animales, transformando así la economía y la cultura de
Perú.
Se reflexiona sobre la compleja relación histórica entre el pueblo peruano y los conquistadores
europeos, reconociendo el daño causado pero resaltando también los aportes culturales y materiales.
Se destaca la unidad e interconexión de la antigua América del Sur, incluyendo Perú y México, así
como el uso compartido de los recursos naturales. Lamentablemente, se señala la incapacidad actual
de los países latinoamericanos para abordar problemas comunes, como la producción de drogas y la
deuda externa, con consecuencias como la pobreza y la falta de oportunidades. En última instancia,
se enfatiza que Perú no está "jota" y que su rico patrimonio cultural y recursos naturales ofrecen
potencial para un futuro unificado y próspero.
Se analiza cómo Perú y otros países latinoamericanos han sido explotados y divididos por gobiernos
externos, lo que ha llevado a la percepción errónea de ser naciones subdesarrolladas debido a
supuestas deficiencias internas. Se sostiene que el verdadero problema radica en la interferencia de
actores externos que se benefician de las divisiones y conflictos. Se enfatiza que, a pesar de las
diferencias, todos los latinoamericanos comparten una herencia común como mestizos y deben
unirse para formar una única nación capaz de avanzar y crecer conjuntamente. Se rechaza la idea de
la inexistencia de una identidad peruana, señalando similitudes con otras naciones latinoamericanas.
El mensaje central es de unidad y la necesidad de que los latinoamericanos reconozcan y abracen su
herencia compartida para superar los desafíos históricos y actuales.
Se destaca la potencial unidad y grandeza de América Latina y el Caribe como un país vasto y rico,
con diversas capacidades y recursos. Desde el ecuador hasta la Antártida, el continente americano y
sus océanos Pacífico y Atlántico ofrecen extensas superficies tropicales, valiosos minerales y
oportunidades para la producción de energía. Los Andes, con sus recursos genéticos excepcionales,
se presentan como una fuente invaluable para satisfacer las crecientes necesidades de la población y
proveer materiales esenciales para el desarrollo industrial y comercial. Se subraya que la unidad
surge de la diversidad, y se identifica la identidad peruana como parte integral de la identidad
latinoamericana más amplia, evidenciada por nombres regionales similares con mínimas diferencias
dialécticas.
Se exploran las similitudes culturales compartidas entre personas desde Chile hasta Colombia, a
pesar de las variaciones en nombres y regiones. Los términos "blanco" y "hanga" en lenguas
quechua y aymara se refieren a los nevados y a los habitantes de las costas, respectivamente, y han
sido adoptados para denominar a personas en esas zonas, conocidas como "cholas" y "chalacos". Se
destaca que, más allá de las diferencias en nomenclatura y ubicación, existe una extensa nación
latinoamericana donde los individuos comparten tradiciones, idiomas y prácticas similares. Todos
cultivan y consumen los mismos vegetales y animales, visten ropas similares y participan en
trabajos comunitarios. La medicina tradicional practicada por curanderos indígenas, llamados
"curanderos", ha perdurado, transmitiendo de generación en generación y basándose en remedios
naturales y fórmulas a base de plantas en lugar de la medicina moderna. Se sostiene que las
aparentes diferencias entre regiones, como la Puna y las Charcas, se fundamentan en variaciones
geográficas y preferencias alimentarias, pero en realidad resaltan la diversidad y contribuyen a
forjar una verdadera identidad. Esta identidad se extiende a la identidad latinoamericana más amplia
que ha prosperado a lo largo de milenios.
Se critica la influencia de los extranjeros en Perú, utilizando el término "agoreros", equivalente a
"gringos" o "extranjeros" en inglés. A pesar de su limitado eco en la cultura peruana, estos agoreros
siguen teniendo un impacto significativo en la sociedad del país. Existe la preocupación de que la
identidad única de Perú pueda diluirse como resultado de esta influencia.
El análisis de la información proporcionada sobre la historia peruana revela una compleja narrativa
marcada por avances culturales, opresión y desigualdad. Desde las civilizaciones avanzadas hasta la
época colonial y republicana, César Levano destaca la persistencia de la dinámica de poder y
explotación. Javier Pulgar Vidal aporta una visión de la evolución del pueblo peruano, resaltando su
capacidad para adaptarse y prosperar en diferentes condiciones.
Los informes de Jorge Juan y Antonio de Ulloa sobre las duras condiciones en los obrajes durante la
colonia refuerzan la realidad de la explotación sufrida por los indígenas. Además, el análisis del
Mercurio Peruano muestra la presencia de prejuicios raciales que han influido en la percepción y
tratamiento de diversas comunidades a lo largo del tiempo.
En conjunto se ofrece una visión integral de la historia peruana, que incluye tanto logros culturales
como ciclos de opresión, contribuyendo a la comprensión de la compleja identidad y experiencias
de la población peruana a lo largo de los siglos.(TURPO QUISPE, 2024)