Los Gatos

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La historia del gato se basa sobre todo en la percepción que el hombre tiene del

pequeño felino. Se cree que la domesticación del gato comenzó entre el 7500 a. C. y
el 7000 a. C. La visión que el hombre tiene del gato ha diferido totalmente de una
época a otra, desde el Antiguo Egipto cuando era venerado como un Dios, hasta la
Edad Media cuando los quemaban en las hogueras, pensando que era un animal
diabólico.[cita requerida]

Etimología

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Este aviso fue puesto el 3 de mayo de 2023.
Aunque al gato se le llamaba myeou en el Alto Egipto, haciendo referencia a la
onomatopeya de su maullido, a las hembras las llamaban techau, nombre que se ha
encontrado grabado en muchas tumbas de mujeres. De este término deriva el nombre
chaus, que ahora denomina a un gato salvaje de Egipto y de Asia, Felis chaus.

Después se le atribuye el nombre de qato en siríaco. Parece que ésta sea la


verdadera raíz del término italiano gatto. Sin embargo hay otros orígenes posibles,
sobre todo el adjetivo latino cautus, que significa astuto o agudo, o también el
verbo francés guetter en el sentido de espiar, ya que el gato es un animal activo
que tiene la vista y el oído siempre alerta. Algunos etimologistas creen que se
trata de una fantasía, ya que el uso de la expresión gato se empieza a usar en
Egipto varios siglos antes de la aparición del gato en Atenas, Roma o en la Galia.
A pesar de todo no es fácil diferenciar, en los textos antiguos, al gato de otros
cazadores de ratas como la marta, la garduña, o la comadreja. Los griegos llamaban
a los gatos ailouros, que significa «animal que mueve la cola». De este término
procede la palabra para denominar a los amantes de estos animales: los
ailurofílicos.

A partir de la Edad Media, gatti o cattine fella designaban las pieles de gato,
usadas para monederos. En esa época también se usaban otros términos para designar
al gato doméstico. Todos empiezan por la palabra latina mus, que significa ratón.
Encontramos sobre todo musio, murio, murilegus y muriceps. Estas denominaciones
muestran hasta qué punto estaba intrínsecamente ligado el gato a la caza de
ratones.

La palabra gato acabó reemplazando al felis latino genérico. Este término no


procede del latino catus, prudente, ni de catulus, cachorro de perro, ni de
captura, sino que vendría de África, donde se dice kadista en nubio antiguo, qato
en siríaco, kattos o katta en griego o del árabe quett.

Partiendo de esta base se puede identificar el término gato en muchas lenguas


aunque con ligeras modificaciones, a diferencia de perro, cuyas sonoridades
difieren totalmente. Así que tenemos chat en francés, γάτα (gáta) en Griego, cat en
inglés, katze en alemán, gato en español, gallego y portugués, gat en catalán, misi
en Quechua, katu en euskera, katt en sueco, gatto en italiano, kat en holandés y en
danés.

No es hasta el siglo xvi cuando aparecen términos derivados de gato, como gatito o
gatera.

Origen del gato


Los gatos actuales comparten un antepasado común que probablemente esté relacionado
con los Aitanis. Estos pequeños carnívoros de los bosques aparecieron hace
alrededor de 60 millones de años y tenían la velocidad y la talla de las jinetas
actuales, con un cuerpo alargado y una larga cola. Quedan pocos fósiles en el
hemisferio norte.
El origen de los felinos está mal documentado en el registro fósil ya que los
antepasados de los félinos vivían normalmente en zonas tropicales, que no ofrecen
buenas condiciones para la fosilización. Las especies desaparecidas consideradas
más cercanas al antepasado de los felinos serían el proailurus (pequeño carnívoro
europeo y arborícola aparecido hace 40 millones de años) y el pseudaelurus que
vivió hace de 8 a 20 millones de años en Europa y en Asia, y de los que se
separaron los felinos actuales hace 10,8 millones de años.

Durante el oligoceno, los félidos se repartieron en dos subfamilias. La primera era


de la clase Nimravidae, y la segunda de la Felidae. Es en esta última clase donde
se encuentra el antepasado común de los félidos actuales, el proailurus. Durante el
mioceno, los descendientes de este último, los pseudaelurus, se diversificaron y
entraron en África y América.

Unos diez millones de años a. C. formaron la raíz de los félidos modernos,


favorecidos por las estepas y las sabanas, ricas en presas herbívoras. Es en esta
época cuando aparecieron los félidos de caninos largos, que vivirían hasta el año
10.000 a. C. El linaje de pequeños y grandes felinos aparece hace cinco millones de
años; originarios de Asia, se dispersan por todo el mundo en el plio-pleistoceno,
excepto en Australia y Madagascar.

El gato doméstico pertenece al género Felis desde que Carl von Linneo describió por
primera vez en 1758 como Felis catus en la trigésima edición de su Systema naturae,
pero su posición en la clasificación de los seres vivos cambió mucho.

En 2006 se realizaron trabajos sobre los cromosomas sexuales y el ADN mitocondrial


de todas las especies de felinos, conjugados con investigaciones paleontológicas,
que revelaron que el linaje del gato doméstico (Felis catus) ha divergido
verdaderamente hace 3,4 millones de años, en el plioceno, en los desiertos y
bosques densos de la cuenca mediterránea. En 2007 se llevó a cabo otro estudio
molecular sobre 979 individuos de gato de las arenas y de gatos salvajes de
diferentes subespecies en el que el gato doméstico ha permitido mostrar los
vínculos entre el gato salvaje africano (Felis silvestris lybica) y el gato
doméstico: estos se habrían separado hace alrededor de 130.000 años.

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