Mieguel Digaldo
Mieguel Digaldo
Mieguel Digaldo
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Española
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Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor 23 (Hacienda de Corralejo, Pénjamo, Reino de
México, Nueva España, 8 de mayo de 1753-Chihuahua, Intendencia de Durango, 30 de julio de 1811), conocido como Miguel Hidalgo o El
Cura Hidalgo fue un sacerdote, académico y militar. En México se le considera el padre de la Patria.
Destacó iniciando la primera etapa de la Guerra de Independencia de México con un acto conocido en la historiografía mexicana como Grito de
Dolores. Dirigió militar y políticamente la primera parte del movimiento independentista pero, tras una serie de derrotas, fue capturado el 21 de
marzo de 1811, después de casi seis meses de iniciada la revuelta, y llevado prisionero a la ciudad de Chihuahua, fue juzgado y fusilado el 30
de julio del mismo año en Chihuahua.
Aspecto físico[editar]
Se basan en un célebre retrato póstumo hecho por un artista que nunca lo vio en persona, pues hay una notable ausencia de retratos
preexistentes a causa de la censura de su imagen durante la guerra de independencia.
Copia del retrato de cuerpo completo de Hidalgo hecho por Joaquín Ramírez, tomada del tercer tomo de México a través de los siglos.
Joaquín Ramírez (c. 1832-1866) fue el artista detrás de uno de los más famosos retratos de Hidalgo, el cual ha servido como base para retratos posteriores, a pesar
de tratarse de un retrato póstumo.
Se trata del retrato de cuerpo completo hecho por Joaquín Ramírez, artista de la Academia de San Carlos nacido en la década de 1830. Se
trata de su obra más destacada, hecha por encargo del emperador Maximiliano de México en 1865 para su galería de héroes.4
Para la creación del retrato, Ramírez se basó en algunas fuentes contemporáneas, entre ellas una estatuilla de madera típicamente atribuida a
Clemente Terrazas, supuesto compadre de Hidalgo, y que se dice que fue hecha cuando Hidalgo aún estaba vivo, aclamada posteriormente por
periódicos como El Imparcial el 16 de septiembre de 1900, por ejemplo, como «el único retrato auténtico de Hidalgo que se conoce». Sin
embargo, hay dudas respecto a la historia de la estatuilla, descrita por el historiador Gonzalo Obregón como «una de esas típicas imaginaciones
del siglo XIX, tan fecundo en fantasías de este tipo», aunque él reconoce «el aire de verdad que el escultor —sea quien haya sido— supo
imprimir en la fisonomía» y que «hay que reconocer que si no es el retrato auténtico de Hidalgo, es el que, gracias a su calidad artística, nos
puede dar una imagen más exacta del Libertador».5
Ramírez también se basó en datos ofrecidos por la hermana de Hidalgo, según redactó Manuel Francisco Álvarez, un estudiante de arquitectura
que estudió en los mismos años que Ramírez, en 1909. Ciertamente, el retrato en cuestión muestra varias similitudes a la estatuilla,
especialmente en la vestimenta y algunos otros detalles, aunque añadiendo referencias al Grito de Dolores. Su composición también es similar
a la de un retrato hecho por Antonio Serrano en 1831 (que es, según el historiador Fausto Ramírez Rojas, el primer retrato al óleo de él con
carácter histórico),6 que también lo representa en su estudio, aunque éste no muestra referencias explícitas al Grito de Dolores. 7
Imagen externa
Imagen de alta calidad de la estatuilla de Hidalgo
atribuida a Clemente Terrazas, actualmente ubicada
en el Museo Nacional de Historia. Enlace consultado
el 8 de abril de 2023.
Atención: este archivo está alojado en un sitio externo, fuera del control de
la Fundación Wikimedia.
Actualmente existen muy pocos retratos de Hidalgo preexistentes. Esto se debe a que las autoridades de la Nueva España prohibieron la
creación de cualquier representación de él e incluso que se hable de él públicamente, según el insurgente Pedro García, quien estuvo al
servicio de Hidalgo desde que era niño. Dicha prohibición duró casi 10 años, y el Ejército Realista destruyó cualquier representación de él que
pudieron encontrar, a pesar de intentos de hacer obras venerándolo desde inicios de la revolución. Hubo una ocasión en enero de 1811, por
ejemplo, en la cual las autoridades se encontraron dentro de la vivienda del capitán José María García Obeso con un dibujo considerado por las
autoridades virreinales como una «insolente efigie» de un monumento a Hidalgo a caballo vistiendo una toga y bonete con un banderín que
decía «América». A causa de esta persecución, aún después de la Independencia fue difícil recuperar sus rasgos. Durante los primeros años
del México independiente, las representaciones de Hidalgo eran principalmente imaginarias, mostrándolo de maneras distintas en cada retrato,
algunos representándolo como un insurgente con rasgos similares a Agustín de Iturbide y a otros con rasgos semejantes.6
Retrato anónimo de un clérigo de fines del siglo XVIII. A juzgar por algunos de sus detalles, se ha llegado a pensar que podría ser Hidalgo.
Lucas Alamán, quien vio el inicio de la revolución en Guanajuato y conoció personalmente a Hidalgo, redactó en su Historia de Méjico, en 1849,
una descripción física y de su carácter al tiempo del inicio de la guerra de independencia:
Era de mediana estatura, cargado de espaldas, de color moreno y ojos verdes vivos, la cabeza algo caída sobre el pecho, bastante cano y calvo, como que
pasaba ya de sesenta años, pero vigoroso, aunque no activo ni pronto en sus movimientos: de pocas palabras en el trato común, pero animado en la
argumentación á estilo de colegio, cuando entraba en el calor de alguna disputa. Poco aliñado en su traje, no usaba otro que el que acostumbraban entónces
los curas de pueblos pequeños. [...] Era este traje un capote de paño negro con un sombrero redondo y bastón grande, y un vestido de calzón corto, chupa y
chaqueta de un género de lana que venía de China y se llamaba Rompecoche.8
Existe un retrato en el Museo Nacional de Historia hecho a fines del siglo XVIII que representa un hombre de mediana edad con un traje y rasgos
faciales similares a los que describe Alamán. A causa de ello, algunos creen que podría tratarse de un retrato auténtico de Hidalgo, que se
habría hecho cuando era rector del Colegio de San Nicolás en Valladolid (actual Morelia, Michoacán). Sin embargo, historiadores como Gonzalo
Obregón piensan que esta atribución se debe solamente a «una vaga semejanza entre retratos posteriores y la cara del personaje
representado», pues aparte de estos pocos detalles no hay ninguna forma de confirmar que el hombre retratado es Hidalgo. 5
Primeros años[editar]
Casa de Hidalgo en Dolores, ahora un museo, construida en 1779 y en la que vivió a partir de 1804, tras un año de haberse
trasladado a la ciudad. Fue el último lugar donde estuvo antes del Grito de Dolores, partiendo desde ahí hacia la Parroquia de Nuestra Señora de los
Dolores junto con Ignacio Allende y Juan Aldama en la madrugada del 16 de septiembre de 1810.13
En esta institución, Hidalgo estudió letras latinas, leyó a autores clásicos como Cicerón y Ovidio, y a otros como San Jerónimo y Virgilio. A los
diecisiete años de edad ya era maestro en filosofía y teología, por lo que entre sus amigos y condiscípulos se ganó el apodo de El Zorro, por la
astucia que mostraba en juegos intelectuales. Aprendió el idioma francés y leyó a Molière, autor a quien años más tarde representaría en las
jornadas teatrales que él mismo organizaba siendo párroco de Dolores. Gracias al contacto que tuvo con los trabajadores de su hacienda en su
infancia, la mayoría de ellos indígenas, Hidalgo aprendió muchas de las lenguas indígenas habladas en Nueva España,
principalmente otomí, náhuatl y purépecha, ya que la zona de Pénjamo era una de las regiones con mayor diversidad de grupos indígenas y de
contacto entre el mundo nativo y el español. Todos estos conocimientos permitieron a Miguel Hidalgo impartir clases de latín y filosofía a la vez
que seguía sus estudios. Una vez que los culminó, trabajó en su alma mater desde 1782 a 1792, muchas veces como tesorero, otras como
maestro y desde 1788 como rector.14
Antecedentes de la Guerra de independencia[editar]
Fernando VII de España, cuya partida propició el inicio de la lucha encabezada por Hidalgo. Pintura de Francisco de Goya.
Invasión francesa a España en 1808[editar]
La invasión francesa a España, en 1808, produjo en el virreinato la crisis política de 1808 en México, caracterizada por el derrocamiento del
virrey José de Iturrigaray a manos de los españoles, seguido de la captura y ejecución de políticos afines a las ideas independentistas,
como Francisco Primo de Verdad y Ramos y el fraile peruano Melchor de Talamantes.15 En lugar de Iturrigaray fue nombrado un
militar alcalaíno, Pedro de Garibay, quien en mayo de 1809 fue sustituido por el arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana y Beaumont.16
En diciembre de ese mismo año se descubrió la Conjura de Valladolid, conspiración cuyo único fin era crear una junta que gobernara al
virreinato en ausencia de Fernando VII, preso en Bayona. Los culpables fueron arrestados y sentenciados a muerte, pero el arzobispo virrey les
perdonó la vida condenándoles a cadena perpetua, razón por la que Lizana fue destituido en abril de 1810 por la Junta de Sevilla. Como nuevo
virrey fue designado un militar participante de la batalla de Bailén, el teniente coronel Francisco Xavier Venegas de Saavedra.17
En 1808 se documentó en Dolores la llegada de un agente francés al servicio del general Moreau, enemigo de Napoleón. El agente dio su
nombre como Octaviano D'Almíbar, dijo que estaba en misión rumbo a los Estados Unidos y en octubre del mismo año desapareció sin dejar
huella alguna.
Cuando Andalucía cayó en manos de los franceses, en la primavera de 1810 toda España ya estaba en poder del ejército napoleónico.
La Arquidiócesis de Zaragoza, encargada de los asuntos religiosos en toda la metrópoli, ordenó a los párrocos de todo el imperio predicar en
contra de Napoleón.18 Hidalgo siguió esta orden.
La conspiración de Querétaro[editar]