Desenredando La Ciencia - PRIMER PARCIAL
Desenredando La Ciencia - PRIMER PARCIAL
Desenredando La Ciencia - PRIMER PARCIAL
Argumentos y argumentación
La posibilidad de preguntarnos por la verdad o falsedad funciona como test para identificar
aquellas oraciones que hacen afirmaciones (enunciados), y distinguirlas de las que no
afirman un estado de cosas.
Pues… En consecuencia…
En efecto… Consecuentemente…
Oraciones y proposiciones
Tres clasificaciones:
1. Según complejidad: hay enunciados simples y complejos, y, entre los complejos, se
distingue entre conjunciones, disyunciones, condicionales y negaciones.
2. Según el alcance: se diferencia entre enunciados singulares, universales,
existenciales y probabilísticos.
3. Según veracidad: tautologías, contradicciones y contingencias.
Los enunciados simples son aquellos que no se pueden descomponer en otros enunciados
porque carecen de expresiones lógicas/ conectivas.
Ejemplo: el primero en proponer que las órbitas planetarias son elípticas fue Kepler o
Copérnico.
Conjunciones
TABLA DE VERDAD
A B AyB
1 V V Verdadero
2 V F Falso
3 F V Falso
4 F F Falso
Disyunciones
A los enunciados que forman parte de las disyunciones los llamaremos disyuntos.
Inclusivas
Se afirma que, al menos, uno de los dos disyuntos es verdadero, sin excluir
la posibilidad que ambos lo sean.
TABLA DE VERDAD
A B AoB
1 V V Verdadero
2 V F Verdadero
3 F V Verdadero
4 F F Falso
Exclusivas
Diremos que una disyunción exclusiva, usualmente del tipo o bien A o bien B,
es verdadera cuando uno, y solo uno, de los disyuntos es verdadero.
TABLA DE VERDAD
A B O bien A o bien B
1 V V Falso
2 V F Verdadero
3 F V Verdadero
4 F F Falso
Condicionales
Los enunciados condicionales combinan dos enunciados de los que se afirma que
existe una relación. Se afirma que uno de los enunciados funciona como condición
del otro.
Las condiciones suficientes pueden formularse con las cláusulas si… entonces…, es
suficiente que… para…, basta que… para…
Los enunciados condicionales con condición suficiente afirman algo cuya ocurrencia
basta para que se cumpla la consecuencia, pero ese antecedente podría no ocurrir e
igualmente producirse la consecuencia.
Para identificar el antecedente de los enunciados condicionales con condición
suficiente debemos atender a aquello que sigue de las expresiones lógicas, el resto
es el consecuente.
A B A→B
V V Verdadero
V F Falso
F V Verdadero
F F Verdadero
Las condiciones necesarias pueden formularse con las cláusulas solo si….
solamente si…, únicamente si…, es condición necesaria que…, es necesario que…
Los enunciados condicionales con condición necesaria afirman que algo puede
ocurrir sin que se produzca la otra condición, pero que necesariamente debe ocurrir
cuando la condición suficiente esté presente.
Para identificar el consecuente de los enunciados condicionales con condición
necesaria hay que prestar atención a aquello que sigue de las expresiones lógicas,
el resto es el antecedente.
TABLA DE VERDAD
B A B→A
V V Verdadero
V F Falso
F V Verdadero
F F Verdadero
Bicondicionales
Estos enunciados establecen entre las partes una relación condicional que se
cumple en ambos sentidos: afirman que la relación de condicionalidad es
tanto necesaria como suficiente. Utilizan la expresión lógica siempre y
cuando.
Ejemplo: Bs., As. se inunda siempre y cuando sea azotada por un
tsunami
El enunciado afirma que si la ciudad se inunda es por un tsunami y
que si ocurre un tsunami la ciudad se inunda.
A→B B→A
TABLA DE VERDAD
A B A siempre y
cuando B
1 V V Verdadero
2 V F Falso
3 F V Falso
4 F F Verdadero
Negaciones
El valor de verdad de la negación depende del valor de verdad del enunciado que
está siendo negado.
TABLA DE VERDAD
A No A
1 Verdadero Falso
2 Falso Verdadero
Los argumentos son conjuntos de enunciados en los que algunos desempeñan el rol
de premisas y el rol de conclusión. Estos enunciados pueden ser simples o
complejos, y contener múltiples expresiones lógicas, por lo que para verificar su
veracidad hay que buscar la expresión que tenga mayor alcance.
Enunciados singulares, universales, existenciales y probabilísticos
La evaluación de argumentos
La lógica es una disciplina que provee estrategias para evaluar los argumentos en el
segundo sentido; es decir, permite considerar si la conclusión se encuentra apoyada por las
premisas y, si fuera el caso, en qué grado. Por el contrario, la lógica no proporciona un
veredicto al respecto de la primera pregunta, es decir, no nos ayudará a determinar si las
premisas son verdaderas o falsas. Esto se debe a que la evaluación de la verdad o
plausibilidad de las premisas de un argumento depende del contenido de lo afirmado en las
premisas y, usualmente, de factores extra-lógicos.
Los argumentos pueden fallar en dos sentidos: sus premisas pueden ser falsas o resultar
insuficientes para sustentar la inferencia. En el peor de los casos, un argumento podría
presentar ambos defectos: que sus premisas sean falsas y que la inferencia no sea
adecuada; en el mejor, no debería adolecer de ninguno.
Las razones (premisas) pueden resultar concluyentes o que solo ofrezcan alguna razón, por
lo que puede formularse una distinción entre argumentos deductivos e inductivos.
Dado que la validez de un argumento depende de su forma, una vez que determinamos que
una forma es válida, sabremos que cualquier argumento particular que tenga esa forma,
será válido.
La validez de un argumento no garantiza que sus premisas sean efectivamente verdaderas.
Un argumento válido, que a su vez tiene todas sus premisas verdaderas, es un argumento
sólido.
Argumentos válidos: hay transmisión.
1 2 3 4
Premisas V V F F
Conclusión V F V F
Los argumentos inválidos son aquellos en los que la verdad de las premisas no
garantiza la verdad de la conclusión, es decir, que la verdad de la conclusión no está
apoyada en la verdad de las premisas.
1 2 3 4
Premisas V V F F
Conclusión V F V F
Reglas de inferencia
No hay un único criterio que permita evaluar a todos los argumentos inductivos, sino que
deberemos distinguir diversos tipos y formular criterios de evaluación apropiados para cada
uno de ellos. Se diferenciarán tres tipos de argumentos inductivos: por enumeración
incompleta, por analogía y silogismos inductivos, luego sus criterios de evaluación.
Lo que caracteriza a estos tipos de argumentos es que las premisas ofrecen apoyo parcial,
es decir, no absoluto, a la conclusión. No hablaremos de su validez, porque en sentido
estricto son inválidos, sino de si son buenos o malos, fuertes o débiles. La fortaleza del
argumento inductivo es cuestión de grado.
Al igual que en los argumentos inductivos por analogía, acá también partimos de
información respecto de ciertos casos observados. Pero, en vez de establecer
similitudes entre los diversos casos en inferior algo sobre alguno de ellos, en los
argumentos por enumeración incompleta, la información disponible en las premisas
se utiliza para generalizar en la conclusión a partir de ellas. Se parte de la
consideración de una serie de casos en las premisas y se generaliza en su
conclusión para casos que van más allá de los contemplados.
x1 es Z
x2 es Z
………
xn es Z
—------------
Todos los x son Z
- El martes 22 de marzo salí a las 8:00, tomé el colectivo 60 y demoré
aproximadamente 40 minutos en llegar a la universidad
El miércoles 23 de marzo salí a las 8:00, tomé el colectivo 60 y demoré
aproximadamente 40 minutos en llegar a la universidad
El jueves 24 de marzo salí a las 8:00, tomé el colectivo 60 y demoré
aproximadamente 40 minutos en llegar a la universidad
—----------------------------------------------
El viaje en el 60 hasta la universidad, saliendo a las 8:00, demora
aproximadamente 40 minutos
Silogismos inductivos
No podemos juzgar los argumentos inductivos del mismo modo que los argumentos
deductivos, ya que en los primeros las premisas ofrecen apoyo parcial a la conclusión y en
los segundos ofrecen apoyo concluyente.
Cuanto mayor sea el apoyo de las premisas, más fuerte será el argumento y, a la inversa,
cuanto menor sea el apoyo, más débil será el argumento. En otras palabras: dada la verdad
de las premisas, la verdad de la conclusión será más o menos probable, y siempre
subsistirá la posibilidad de que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. Esta
fortaleza se presenta en grados y lo que se trata de determinar es cuán fuerte es un
argumento. Además, para determinar la validez de un argumento inductivo hay que
considerar el contenido de las premisas y de la conclusión, aquello de lo que hablan, para
evaluar cuánto apoyo ofrecen las primeras a la segunda.
Primer criterio: la relevancia del aspecto -o los aspectos- sobre los que se asiente la
analogía. Se busca que exista una genuina conexión entre las características
compartidas en los distintos casos considerados y la característica adicional que se
atribuye al caso particular mencionado en la conclusión.
- Que las propiedades o aspectos a partir de las cuales se plantea la analogía
sean relevantes para la propiedad que se infiere.
Segundo criterio: cuanto mayor sea la cantidad de aspectos relevantes en los que
los casos se parecen, más fuerte será el argumento. Es necesario insistir en que los
aspectos que se consideren deben ser relevantes con el aspecto a aquello que se
quiere concluir.
- Mientras más aspectos relevantes compartan los casos consignados en el
argumento, más fuerte será este.
Tercer criterio: cuanto mayor sea la cantidad de casos o instancias que son similares
en uno (o más) sentido(s) relevante(s) respecto de la características que se pretende
inferir, más fuerte será el argumento.
- Que mientras más casos análogos se consignen, más fuerte será el
argumento por analogía.
Durante cada día de los últimos seis meses,/ Ayer Félix compró vegetales en
la verdulería Todo Verde y estos resultaron muy buenos.
Hoy Félix comprará vegetales en la verdulería Todo Verde.
…………………
Los vegetales resultarán muy buenos.
Para que un argumento inductivo por enumeración incompleta sea fuerte, la muestra
(la cantidad de casos que se enumeran en las premisas) debe ser grande y
representativa de la totalidad de la población (aquel conjunto del cual se pretende
generalizar en la conclusión), es decir, que contenga los elementos variables de la
población. Esto la convierte en una muestra que no está sesgada. Pero, en el caso
que sí lo estuviera, el argumento perdería fuerza.
Primer criterio: cuanto mayor sea la frecuencia relativa, más fuerte será el
razonamiento (la conclusión será más probable, dada la verdad de las premisas). A
la inversa, cuanto menor sea la frecuencia relativa, débil será el argumento en
cuestión.
Segundo criterio: otro factor a tener en cuenta al evaluar argumentos de este tipo es
que se ha de considerar el total de la evidencia disponible y, en particular, atender a
aquella que resulte más específica.
La segunda parte del libro se dedicará a lograr la familiaridad con la ciencia desde una
perspectiva histórica. Esto debido a que la ciencia es una actividad humana, que,
inevitablemente, se entrelaza con otros aspectos de la historia humana. La ciencia como
práctica es aquello de lo que la filosofía de la ciencia debe dar cuenta.
Una ciencia sin influencia filosófica se forjó muchos siglos después, durante la denominada
revolución científica, entre los siglos XVI Y XVII, que agrupó un conjunto de eventos
cruciales para la física, la astronomía, la biología y la química. Esta revolución trajo un
cambio profundo en la práctica e imagen de la ciencia, ya que se comenzó a practicar de
modo independiente de la filosofía enfocándose en los fenómenos observables y ganó su
rasgo más importante, su comunicabilidad.
La revolución científica se da en un contexto de cambios sociales, económicos y políticos en
los que podemos reconocer muchos factores que fueron parte de sus condiciones de
posibilidad, la llegada de los europeos a América, y varios de los efectos que produjo fuera
del campo científico, la Reforma Protestante.
Los precursores de esta nueva ciencia destacan que es un nuevo modo de entender la
naturaleza. Para el aristotelismo, los fenómenos naturales se explican en términos de
propósitos o finalidades, estas explicaciones animistas prosperaron en el medioevo y en los
comienzos de la modernidad. Para el mecanicismo, hacia el siglo XVII, entender el mundo
es semejante a entender el funcionamiento de un reloj, se trata de identificar sus partes, el
modo que interaccionan mecánicamente y las leyes que rigen su movimiento.
Hoy en día, en la ciencia podemos identificar ambos rasgos, tanto de herencia aristotélica
como de la nueva ciencia de los siglos XVI y XVII.
El nacimiento de la geometría
Hacia el siglo VII a.C, las ciudades griegas de la costa egea de Asia Menor
recibieron la influencia de los fenicios, egipcios y cretenses, además de pueblos del
Asia Menor. A esto hay que sumarle la imaginación griega, quienes su actitud frente
a la naturaleza se basaba en el intento de ofrecer explicaciones sin apelar a
elementos míticos o sobrenaturales. En este contexto social, político e histórico
surgieron pensadores como Tales, Anaximandro y Anaxímenes, quienes
reconocieron la importancia de la teoría como organizadora de la práctica. Eso
significa que los conocimientos prácticos, basados en la experiencia, tenían que
poder explicarse a partir de nociones teóricas. De este modo, los conocimientos
egipcios y babilonios se fueron desarrollando, adquiriendo un carácter abstracto y un
grado mayor de generalización.
Tales de Mileto fue uno de los primeros matemáticos y astrónomos griegos. Su
principal contribución no fue la resolución de problemas geométricos, sino el
tratamiento general de esos problemas. Esto le permitió formular y aplicar
propiedades de carácter general y dar más importancia a los métodos o estrategias
involucradas en la resolución de problemas que a las soluciones particulares.
Hemos resuelto el problema de forma general, no para un caso particular sino para
cualquier rectángulo.
La geometría euclidiana
Euclides (367 a.C y 283 a.C) logró sistematizar los conocimientos geométricos cuya
finalidad inmediata no era la resolución de problemas concretos, a la manera de los egipcios
y babilonios. Cuando hablamos de sistematizar, nos referimos a presentar los enunciados
articulados, organizados, estructurados entre sí; es decir, no se trata de presentar
enunciados sueltos, sin relación entre ellos, sino de demostrar cómo se infiriendo, o
deduciendo, unos de otros.
En su libro Elementos, Euclides adopta los lineamientos generales del ideal científico
propugnado por Aristóteles: la ciencia demostrativa. Según tal perspectiva, la ciencia es un
conjunto de afirmaciones generales y necesariamente verdaderas sobre un determinado
objeto. La exigencia de generalidad radica en la convicción aristotélica de que la ciencia
trata sobre lo general y no sobre entidades particulares.
- Definiciones, Euclides define todos los términos con los que trabaja, no como
Aristóteles. Quizá la utilización de definiciones fue para evitar errores por la
vaguedad de los términos usados.
1. Un punto es lo que no tiene partes
2. Una línea es una longitud sin anchura
La formulación original del quinto postulado resulta ser mucho menos evidente que la de los
cuatro primeros. Esto trajo aparejadas dudas con respecto a si este postulado no podría ser,
en realidad, un teorema, es decir que podía ser demostrado a partir de los otros cuatro
postulados. Si el quinto postulado se pudiera deducir de los otros postulados, no sería
independiente de los otros cuatro. Un postulado o axioma es independiente si no puede
deducirse del resto de los axiomas del sistema.
- Si la recta c corta a las rectas a y b y la suma de los ángulos α y β es menor que dos
rectos (α + β es menor que 180°), entonces la rectas a y b se cortan en el punto P.
Los primeros intentos de demostración del postulado se remontan al siglo I a.C por
Posidonio y Gémino, también hay intentos en textos árabes. Sin embargo, debido a que la
ciencia en Europa permaneció aletargada, recién en el siglo XVIII se retomaron los intentos
de demostración.
Varios matemáticos, queriendo demostrar el quinto postulado a partir de los otros cuatro, no
se dieron cuenta que habían utilizado también otro enunciado equivalente al quinto
postulado, con lo cual, se había empleado en la demostración del postulado una versión
distinta del mismo postulado que se quería demostrar. El matemático escocés John Playfair
elaboró la siguiente versión del quinto postulado de Euclides, que resultó ser la versión más
difundida.
- Para un punto exterior a una recta, puede trazarse una única paralela a dicha recta.
1. Por un punto exterior a una recta, no se puede trazar ninguna paralela a dicha recta.
2. Por un punto exterior a una recta, se puede trazar más de una paralela a dicha recta.
Saccheri avanzó en la deducción de enunciados que resultaban de negar el postulado 5° y
las contradicciones esperadas surgieron en el primer caso, pero no ocurrió lo mismo en el
segundo. Es decir, a partir de los cuatro primeros postulados más la negación del quinto
ilustrada en el segundo caso, no llegó a ninguna contradicción. Sin embargo, obtuvo una
gran cantidad de teoremas extraños. Esto lo llevó a suponer que la contradicción estaba
próxima y creyó haber vindicado la figura de Euclides. En realidad, desarrolló
deductivamente sistemas axiomáticos diferentes al de Euclides.
Durante mucho tiempo los geómetras rechazaron los dos enunciados que negaban el quinto
postulado, debido a que la autoridad de Euclides, la confianza en la intuición y el contexto
histórico pesaba más que sus propias conclusiones.
En los años posteriores, a pesar de los intentos por demostrar el quinto postulado y sin
poder hacerlo, se siguió sosteniendo la idea de que el sistema euclídeo era el único sistema
geométrico verdadero.
Geometrías no euclidianas
Gauss (1777-1855) supuso que si el quinto postulado de Euclides era independiente podía
ser reemplazado por otro diferente. Entonces, manteniendo los demás postulados (1° a 4°),
podía desarrollarse una nueva geometría a partir de un nuevo grupo de postulados.
Reemplazó el quinto postulado de Euclides por el siguiente:
- Por un punto exterior a una recta, pueden trazarse infinitas paralelas a dicha recta.
Gauss trabajó con este axioma y con los otros cuatro de Euclides, y demostró propiedades
y teoremas que no llevaban a ninguna contradicción. Este es uno de los casos que había
explorado Saccheri y que rechazó porque había supuesto que había algún error y que la
contradicción debía existir, aunque él no hubiera podido hallarla.
La nueva geometría, según la cual por un punto exterior a una recta existen infinitas
paralelas, demuestra teoremas distintos a los de la geometría euclidiana. A pesar de esto,
Gauss solo dio a conocer su trabajo en forma privada, sin embargo, la idea de geometrías
no euclidianas ya estaba madura.
En 1823, el húngaro János Bolyai publicó un texto matemático en el que exploraba la
hipótesis de la existencia de infinitas paralelas. En 1826, el ruso Nikolái Lobachevski
presentó un trabajo en el que desarrolló un sistema geométrico que retomaba los cuatro
primeros axiomas de Euclides y agregaba otro en el que afirma la existencia de infinitas
paralelas.
Esta nueva geometría, geometría hiperbólica que surge de la segunda hipótesis de
Saccheri, incluye teoremas que son comunes con los de la geometría euclídea, todos
aquellos que se deducen solo de los cuatro primeros axiomas, y otros que no lo son,
aquellos cuya demostración involucra una nueva variante del quinto postulado y entre los
que se encuentra el de la suma de los ángulos interiores de un triángulo.
Se les descartó importancia porque no describían la realidad, sino que eran simbólicos.
Pero evidenciaron que, como podían ser aplicables al espacio real, los axiomas
inevitablemente verdaderos de Euclides y Aristóteles eran falsos. Durante más de veinte
años, la geometría euclidiana fue considerada la única geometría verdadera. De este modo,
el surgimiento de las nuevas geometrías originó un cambio en el modo de concebir la
disciplina, a partir de ese momento, surge la distinción entre una geometría pura
(matemática, describe estructuras posibles) y una geometría aplicada (física, describe la
realidad).
Los sistemas axiomáticos son meras estructuras formales, es decir que son juegos de
símbolos, que solo tienen relaciones estructurales pero que todavía necesitan ser
interpretados para poder ser considerados enunciados con contenido.
En un sistema axiomático se encuentran dos tipos de enunciados: axiomas y teoremas.
- Los axiomas (postulados según Euclides) son enunciados que se aceptan sin
demostración y constituyen los puntos de partida de las demostraciones. No se
exige que sean verdades evidentes porque se considera que los axiomas no se
refieren a entidades específicas, sino que son meros constructos formales. Sin
embargo, se trabajará con ellos “como si fueran verdaderos”
- Los teoremas son enunciados que se demuestran, es decir, se obtienen
deductivamente a partir de otros enunciados mediante reglas de inferencia.
Los axiomas y los teoremas no dicen nada, empiezan a ser enunciados con
contenido, que puede ser juzgado como verdadero o falso, una vez que es
interpretado.
Todos los enunciados (axiomas o teoremas) están compuestos por términos (expresiones
lingüísticas con significado):
Los sistemas axiomáticos incluyen reglas de formación que indican cómo combinar
diferentes términos para dar lugar a expresiones complejas bien formadas. Ellas indican
cómo construir sintácticamente los enunciados que podrán cumplir el rol de axiomas o
teoremas.