Quistes Maxilares - Cirugia Oral

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Quistes Maxilares

Un quiste se define como una bolsa cerrada con una membrana propia que se
desarrolla de forma anormal. Los quistes maxilares en su mayoría se denominan
como no tumorales ya que suelen ser benignos e indoloros.

Los quistes de los maxilares son cavidades patológicas intraóseas recubiertas por
epitelio. Se generan a partir de residuos epiteliales remanentes de las líneas de
fusión de la cara (Quistes no Odontogénicos o Quistes Fisurales) y son exclusivos
del maxilar superior, pero la mayoría provienen de residuos epiteliales de la
odontogénesis, de los cuales ambos maxilares están repletos (Quistes
Odontogénicos). Estas lesiones pueden destruir el hueso y provocar movimiento
dentario.

El crecimiento de los quistes maxilares siempre suele ser lento y generalmente


asintomático. Estos suelen ser recidivantes, es decir, una vez extirpados pueden
volver a aparecer. Por norma los quistes maxilares tienen un origen y un
comportamiento clínico distinto.

Manifestaciones clínicas

A. Signos y síntomas

Por lo general, el paciente con un pequeño quiste es asintomático. Los síntomas,


como dolor y tumefacción, aparecen cuando el quiste se infecta. El sujeto puede
comentar un gusto desagradable o incluso fétido si el quiste ha sido exudado hacia
la boca a través de una vía sinusal. Los dientes contiguos a todos los quistes,
excepto los radiculares, muestran pulpa vital, a menos que exista enfermedad
concomitante de estos dientes. La vitalidad dental puede evaluarse con valoraciones
eléctricas de la pulpa o hielo. Los dientes brotados contiguos a un quiste grande son
sensibles de conservar su vitalidad, sin importar la pérdida de una cantidad
significativa de hueso alveolar de soporte. Es infrecuente que los quistes maxilares
benignos produzcan aflojamiento de los dientes adyacentes, a menos que el quiste
se vuelva muy grande. Los quistes grandes pueden desplazar las raíces de los
dientes, lo cual quizá sea clínicamente notorio, en una radiografía, o en ambas
situaciones. La ausencia clínica de uno o más dientes, observada por una radiografía
dental sistemática, quizá sugiera la presencia de un quiste dentígero en desarrollo.

Los quistes extensos en la región anterior del maxilar pueden expandirse debajo del
piso nasal y crear distorsión de las narinas. Un quiste maxilar infectado tal vez afecte
el seno maxilar y origine sinusitis maxilar. Los quistes maxilares grandes pueden
afectar el conducto mandibular y su contenido, el paquete neurovascular alveolar
inferior. El conducto mandibular y su contenido son sensibles de desviarse hacia
abajo sin producir deficiencia neurosensitiva. Sin embargo, si surge una infección
aguda con acumulación de pus, es posible observar disminución de la sensibilidad
del labio inferior.

B. Estudios de imagen

La apariencia radiográfica clásica de un quiste maxilar es la de una tumoración


redonda u ovalada, unilocular o multilocular, radiolúcida que está circunscrita por
una periferia densa de hueso reactivo. Casi siempre las radiografías periapicales y
panorámicas son suficientes para visualizar las lesiones quísticas de tamaño
pequeño o mediano, pero los rastreos por tomografía computarizada (CT) están
indicados para lesiones grandes y expansibles. Las estructuras anatómicas, como el
agujero mentoniano, el agujero incisivo y el seno maxilar pueden malinterpretarse
como lesiones quísticas patológicas.

C. Pruebas especiales

La aspiración con aguja de un probable quiste maxilar quizá revele información


diagnóstica valiosa. La aspiración de sangre de la lesión puede indicar la presencia de
una lesión vascular o un quiste óseo aneurismático. Si se intenta la aspiración de una
lesión sólida (como un tumor), no puede aspirar líquido y el retiro del émbolo de la
jeringa es difícil. La aspiración de líquido claro de color pajizo que contiene cristales
de colesterol (conocidos por sus características de un efecto “titilante” a la luz)
corresponde a un quiste odontógeno benigno. La aspiración de material
blanquecino o amarillo pálido similar a pus, por lo regular revela un queratoquiste
odontógeno que contiene células descamadas y queratina. Un quiste presente
durante largo tiempo e infectado tal vez contenga material grueso amarillo o pardo
difícil de aspirar.

Una exploración histopatológica es esencial para establecer un diagnóstico


definitivo. En lesiones pequeñas, es apropiada la biopsia excisional; en lesiones más
grandes, está indicada una biopsia incisional con objeto de establecer el diagnóstico,
crear un plan de tratamiento y obtener un consentimiento informado apropiado.

Diagnóstico diferencial

Una aproximación ordenada al diagnóstico diferencial de una lesión maxilar puede


lograrse al agrupar lesiones posibles en seis categorías principales:

1. Quistes
2. Tumores odontogénicos
3. Tumores no odontogénicos benignos
4. Lesiones maxilares inflamatorias
5. Neoplasias no odontógenas malignas
6. Enfermedades maxilares metabólicas y genéticas.

Una valoración de la apariencia radiográfica, la edad del paciente, y la ubicación de


la lesión permite al médico establecer un diagnóstico diferencial razonable que
después debe confirmarse por medio de una valoración histopatológica.

Un diagnóstico histopatológico definitivo puede descartar lesiones más graves


(como ameloblastoma quístico).

Complicaciones
Las complicaciones relacionadas con la destrucción causada por un quiste maxilar y
el tratamiento quirúrgico requerido incluyen pérdida de dientes y hueso; infección;
recurrencia del quiste; déficit neurosensitivo; senos orales o faciales; fístulas orales,
antrales o nasales, o una combinación de estas complicaciones, y fractura
mandibular patológica. El carcinoma emergente de un quiste odontógeno ocurre en
escasas ocasiones y requiere tratamiento enérgico.

Tratamiento

Debido a que las estructuras contiguas, que incluyen dientes desplazados, raíces
reabsorbidas, soportes óseos, seno maxilar y conducto mandibular, pueden estar
afectadas o invadidas, por lo general los quistes maxilares requieren tratamiento
quirúrgico. Sin embargo, los quistes maxilares que muestran progresión o
crecimiento lentos o nulos son sensibles de tratarse con observación en individuos
de edad avanzada o con trastorno médico. La naturaleza exacta de la cirugía
depende del tamaño, la localización y el comportamiento clínico del tipo específico
de quiste. Las medidas terapéuticas son necesarias, ya que:

1) los quistes casi siempre aumentan de tamaño y causan destrucción de los


tejidos locales, y se infectan.

2) la alteración extensa de la mandíbula es capaz de crear una fractura


patológica potencial.

Patogenia

Los quistes pueden aparecer como consecuencia de una reacción inflamatoria


(Quistes Inflamatorios) o por causa desconocida (Quistes del Desarrollo).

Muchos de ellos son hallazgos radiográficos y sólo en algunas oportunidades se


manifiestan clínicamente como aumentos de volumen. Su pronóstico en general es
bueno; sin embargo, algunos de ellos pueden provocar compromiso local
importante y tener potencialidades de convertirse en lesiones más agresivas. Como
consecuencia de estos hechos es importante un diagnóstico histológico preciso

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