Estridores Laringeos ORL
Estridores Laringeos ORL
Estridores Laringeos ORL
Inspiratório
Bifásico
Expiratório
Signo-sintomatología acompañante
En la gran mayoría de los pacientes, el estridor es el signo más característico
que se puede acompañar de un leve tiraje supraesternal o subcostal. En los casos
de laringomalacia moderada o severa aparece dificultad en la alimentación, con
un insuficiente aumento de peso o incluso detención en el crecimiento pondo-
estatural, disfagia, episodios de tos con ahogos y cianosis, síndromes aspirativos,
98 ! XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO
apneas obstructivas del sueño, dificultad respiratoria con tiraje universal, cor
pulmonare y ALTE (episodio de aparente amenaza a la vida).
Síndromes o características especiales
La laringomalacia se puede acompañar en un bajo porcentaje (7,7%) 3 de
lesiones sincrónicas congénitas de la vía aérea. Estas lesiones se las sospecha cuan-
do hay síntomas atípicos de laringomalacia, una evolución errática o un notable
empeoramiento de los síntomas durante los primeros meses de vida. En todos estos
casos se impone la evaluación endoscópica de la vía aérea bajo anestesia general
para descartar las principales patologías asociadas como estenosis subglóticas, tra-
queobroncomalacia, parálisis del pliegue vocal, entre otras. Otras patologías a tener
en cuenta son la presencia de reflujo gastroesofágico o de infecciones respiratorias
concomitantes, ya que ambas empeoran la sintomatología de la laringomalacia.
Evolución
La evolución de la laringomalacia va a depender del grado de obstrucción de
la vía aérea que produzca. La laringomalacia leve es autolimitada, mientras que
en la severa se impone asegurar la vía aérea y mejorar la ventilación del paciente
mediante un tratamiento quirúrgico.
Tratamiento
El mayor porcentaje de los casos de laringomalacia son leves, por lo que el
tratamiento es conservador con una conducta expectante y controles clínicos de la
evolución del paciente. Siempre que haya signos de reflujo gastroesofágico hay que
realizar el tratamiento médico adecuado. En los casos de laringomalacia grave, no
cabe duda que el tratamiento será quirúrgico para desobstruir la vía aérea del pacien-
te. Posiblemente la duda se plantea en los pacientes con laringomalacia moderada,
pero cuando haya dificultades en la alimentación, alteraciones en la ventilación,
apneas o trastornos del crecimiento, el tratamiento quirúrgico es el indicado. Se
puede solicitar en caso de duda un polisomnograma que revelará el número de
apneas/hipopneas, así como la mínima saturación de oxígeno durante el sueño 4.
El tratamiento quirúrgico de elección es la supraglotoplastia. Actualmente
la traqueotomía sólo se reserva para aquellos casos en los que falla el primero o
cuando hay otras lesiones concomitantes de la vía aérea como traqueomalacia.
La cirugía se realiza por vía endoscópica y debe ser de menor a mayor. La
supraglotoplastia consiste en la sección de los repliegues aritenoepiglóticos
y de la mucosa redundante de los cartílagos aritenoides. Estas dos acciones
habitualmente son suficientes para mejorar la gran mayoría de las laringomalacias
quirúrgicas. Se pueden utilizar técnicas frías como la microcirugía laríngea con
fórceps y microtijera bajo control endoscópico o microscópico, que tienen la
ventaja de tener un bajo costo y rapidez. También dentro de las técnicas frías se
encuentra el microdebridador que al aspirar y seccionar sólo la mucosa redundante
protege la estructura cartilaginosa de la laringe. Por el otro lado se encuentra el
láser de CO2 que tiene la ventaja de una mayor precisión en los cortes y menor
sangrado, pero al ser una técnica caliente produce más edema e inflamación
postquirúrgica. En algunos casos es necesario realizar una epiglotopexia a la
base de la lengua con sutura, o utilizar el láser para dejar dos superficies cruentas
tanto en la cara lingual de la epiglotis como en la base de la lengua, para que el
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 99
proceso cicatrizal ulterior sostenga la epiglotis e impida su colapso hacia la glotis.
Independientemente de la técnica utilizada es fundamental identificar cuáles son
las estructuras supraglóticas que están produciendo la obstrucción respiratoria ya
que un abordaje muy agresivo puede desencadenar un síndrome aspirativo o una
estenosis supraglótica de difícil resolución.
Complicaciones
El porcentaje de complicaciones quirúrgicas es bajo, alrededor de un
4%. Dentro de ellas se encuentran el edema con obstrucción respiratoria en el
postquirúrgico inmediato, el dolor manifestado como disfagia e irritabilidad, las
infecciones, el daño del cartílago, sinequias, granulomas y estenosis supraglóticas.
Consejos
• Es el estridor laríngeo más frecuente.
• El desarrollo pondoestatural es el que marca la indicación quirúrgica.
• Es muy importante posicionar adecuadamente el laringoscopio de suspensión, ya que una
asimetría laríngea por dicha causa distorsiona la arquitectura de la laringe impidiendo
una correcta visualización de las estructuras supraglóticas responsables de la obstrucción
respiratoria.
• Hay que respetar la mucosa interaritenoidea, ya que dejar dos superficies cruentas en dicho
nivel produce una sinequia postquirúrgica en la comisura posterior de difícil resolución
Parálisis de los pliegues vocales
La parálisis bilateral congénita del nervio recurrente (PRB) es la segunda
causa de estridor en el recién nacido luego de la laringomalacia1 y representa apro-
ximadamente el 15-20% de las malformaciones congénitas de la laringe (Figuras
4 A,B,C y D). Puede ser única, sin otra alteración asociada o deberse, hasta en
un 40%, a patologías del sistema nervioso central como mielomeningocele, mal-
formación de Arnold-Chiari e hidrocefalia. La parálisis recurrencial unilateral
Figura 4A. Parálisis recurren- Figura 4B. Parálisis recu- (PRU) en el recién nacido es
cial bilateral. Abducción. rrencial bilateral. Aducción. menos frecuente y es el resul-
tado de una lesión periférica
del nervio durante un parto dis-
tócico. Posteriormente el neo-
nato puede adquirir una PRU
por procesos traumáticos tanto
externos como internos (gol-
pes en cuello, cráneo, intuba-
ciones endotraqueales, sondas
Figura 4C. Parálisis del pliegue Figura 4D. Parálisis de plie- nasogástricas), inflamatorios,
vocal derecho. Abducción. gue vocal derecho. Aducción. neoplásicos, postquirúrgicos.
A menudo la causa es eviden-
te, como una cirugía cardíaca,
tiroidea o una corrección de
una fístula traqueoesofágica.
Sin embargo, esto no sucede en
todas las ocasiones, de modo que
existen parálisis idiopáticas 5,6.
100 ! XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO
¿Cómo es este estridor?
La PRB se caracteriza por un estridor inspiratorio, de tono agudo, que está
presente desde el nacimiento y se exacerba con el llanto, la alimentación o la
excitación. El estridor aumenta de intensidad durante las primeras semanas de
vida a medida que el niño crece, y mejora en el sueño. La PRU se caracteriza
esencialmente por disfonía, llanto débil y soplado, y trastornos deglutorios. El
estridor aparece habitualmente sólo con los esfuerzos.
Forma de presentación y edad
La PRB es sintomática desde el primer día de vida con estridor inspiratorio,
episodios de cianosis y apneas pero con voz normal. Suelen aparecer distintos gra-
dos de tiraje, dependiendo de la severidad de la obstrucción respiratoria y en algunas
ocasiones es necesaria la intubación endotraqueal. Cuando la PRU está presente en
el recién nacido hay que descartar traumatismos del nervio recurrente durante el
parto, sino, suelen aparecer más tardíamente luego de un tratamiento quirúrgico por
alguna malformación congénita o por traumatismos internos o externos del nervio
recurrente (más frecuente izquierdo) a nivel periférico. En el 50% de los casos, las
parálisis del nervio recurrente izquierdo se relacionan a cirugías cardíacas realizadas
por ductus arterioso o malformaciones de los vasos mediastínicos.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza con la presentación clínica muy característica y
se confirma mediante fibrolaringoscopia flexible con el paciente despierto y
anestesia local para evaluar la motilidad cordal. En casos en que la anatomía de la
supraglotis no permita la correcta visualización de los pliegues vocales, se realiza
una laringoscopia rígida bajo anestesia general pero con respiración espontánea
(los gases y drogas anestésicas pueden afectar la motilidad cordal). Es de suma
importancia diferenciar la parálisis con otras patologías que producen la fijación
de los pliegues vocales, como sinequias en la comisura posterior, lesiones que
infiltran los pliegues vocales o fijación de la articulación cricoaritenoidea. Todas
estas patologías se diagnostican palpando los pliegues vocales e inspeccionando
la subglotis bajo anestesia general.
Signo-sintomatología acompañante
En las PRB, la dificultad respiratoria es lo predominante, incluso debe ser
sospechada en aquellos neonatos que presentan un fallo inmediato a la extuba-
ción. Los pacientes también tienen en algunas oportunidades disfagia, recordemos
la importancia del ascenso laríngeo para la apertura del músculo cricofaríngeo
durante la deglución y de la función esfinteriana de la laringe. Pueden cursar
incluso con síndromes aspirativos, cuando la parálisis de los pliegues vocales es
en abducción. Igualmente, las parálisis unilaterales pueden cursar con síndromes
aspirativos.
Síndromes o características especiales
Una vez hecho el diagnóstico de parálisis recurrencial es imprescindible
solicitar una resonancia nuclear magnética de cerebro con hincapié en fosa
posterior y bulbo, así como realizar una interconsulta con el neurólogo, cardiólogo
y buscar otras alteraciones en laringe, tráquea y bronquios. La malformación
de Arnold-Chiari tipo II es responsable de 1/3 de las causas neurológicas.
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 101
En aproximadamente el 45% de los casos la PRB se asocia a laringomalacia,
traqueomalacia y estenosis subglótica 6.
Evolución
La evolución de la parálisis va a depender de su etiología. Las parálisis
idiopáticas se recuperan espontáneamente en el 50% de los casos durante el
primer o segundo año de vida 7, pero en otros pacientes la recuperación puede
durar diez años o más. En las parálisis secundarias va a depender de la posibilidad
de resolver la patología de base o si se produjo un daño irreversible del nervio.
Tratamiento
Las PRU en la mayoría de los casos no requiere tratamiento, incluso hay
una compensación natural por parte del pliegue vocal funcionante que mejora
notablemente la disfonía o el llanto apagado de éstos pacientes. Con respecto al
síndrome aspirativo que pueden presentar, el espesamiento de los líquidos y una
adecuada posición en la alimentación, habitualmente son suficientes para mejorar
la sintomatología. La traqueotomía para estos pacientes se requiere en un bajo
porcentaje (8%) y se indica en los casos de disnea y aspiración persistente. Existen
técnicas de medialización de los pliegues vocales con diferentes sustancias (grasa,
colágeno) o tiroplastia tipo I, pero se reserva para los niños más grandes que
tienen marcada disfonía, a pesar del tratamiento fonoaudiológico. Otra alternativa
son las técnicas de reinervación laríngea utilizando el asa del hipogloso.
Cuando la PRB produce alteraciones en el crecimiento, dificultad respiratoria,
apneas o crisis de cianosis hay que asegurar la vía aérea. La traqueotomía es
necesaria en alrededor del 50% de los pacientes. En otros casos, la traqueotomía
se puede evitar cuando la parálisis es secundaria a hidrocefalia o a malformación
de Arnold-Chiari ya que se intuba al paciente y se realiza la cirugía correctiva
del problema etiológico, que en los casos exitosos permite recuperar la motilidad
de las cuerdas. Posiblemente el tratamiento quirúrgico en las PRB es uno de
los más controversiales, ya que la traqueotomía tiene un fuerte rechazo social y
morbimortalidad, pero es la técnica quirúrgica que deja indemne las estructuras
laríngeas en la espera de una recuperación espontánea de la motilidad cordal. Por
otro lado, todas las otras técnicas quirúrgicas, ya sea a cielo abierto o endoscópicas,
ideadas para evitar una traqueotomía (aumentando el espacio glótico posterior),
indefectiblemente traen aparejadas un empeoramiento de la calidad de la voz.
Dentro de las técnicas quirúrgicas, las endoscópicas son de preferencia
8
. Puede realizarse la aritenoidectomía y cordectomía posterior con láser de
CO2, también la aritenoidopexia con aguja de Lichtenberger y por último un
split cricoideo posterior con la colocación de injerto costal. También se puede
efectuar una laringofisura con injerto posterior o técnicas de aritenoidopexia o
lateralización de los pliegues vocales a cielo abierto.
Complicaciones
La principal complicación en la cirugías tanto a cielo abierto como
endoscópicas es que empeoran la calidad de la voz en la mayoría de los casos, de
manera permanente. Debido a esto, el tratamiento quirúrgico debe individualizarse
y estudiarse cuidadosamente en cada paciente ya que en un alto porcentaje las
parálisis pueden recuperarse espontáneamente.
102 ! XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO
Consejos
• Estridor inspiratorio de tono agudo y permanente.
• Buscar siempre malformación de sistema nervioso central.
• Durante la laringoscopia directa bajo anestesia general es fundamental palpar siempre
la articulación cricoaritenoidea con el paciente relajado para corroborar su adecuada
movilidad y cerciorarnos que estamos en presencia de una verdadera parálisis del nervio
recurrente.
Tratamiento
La conducta terapéutica dependerá del grado de estenosis subglótica, del
tipo histológico (membranosa o cartilaginosa), y del estado general del paciente u
otras anomalías congénitas asociadas. Variará desde la conducta expectante en los
grados leves, hasta las cirugías complejas en las estenosis graves. El abordaje de la
estenosis subglótica debe afrontarse de manera multidisciplinaria 16. Los objetivos
terapéuticos son ventilación, deglución y voz adecuadas.
Observación estrecha. En casos leves, sin dificultad respiratoria y sin
trastornos en la deglución, se adopta una conducta expectante, con controles
periódicos. Hay que vigilar la aparición de signos de obstrucción laríngea y las
curvas de talla y peso, y realizar tratamiento médico de factores que puedan
agravarlas (por ejemplo reflujo gastroesofágico e infección de vía aérea superior).
En las crisis, la asociación de corticoides inhalados y sistémicos (prednisona 1-2
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 105
mg/kg/día o equivalente), broncodilatadores, adrenalina, humidificación del aire
inhalado y en ocasiones antibióticos, suele ser suficiente.
Tratamiento endoscópico. Si bien algunas estenosis subglóticas congénitas
se presentan en forma de diafragma delgado y fibroso que quizás justifique un
intento de dilatación endoscópica prudente (bujías o balón) o vaporización con
láser, el tratamiento endoscópico es raramente efectivo porque la mayoría de las
estenosis subglóticas congénitas son cartilaginosas, y las maniobras endoscópicas
conllevan el riesgo de agravar la estenosis. Por lo tanto en la mayoría de los casos
debe considerarse el tratamiento quirúrgico 14.
Traqueotomía. Una opción viable en casos leves es la traqueotomía hasta
que el normal crecimiento amplíe la vía aérea lo suficiente como para permitir la
decanulación. Esta conducta no está libre de riesgos: 2-5% mortalidad en niños
por decanulación accidental, pero da al neonato tiempo para crecer y ganar peso
para una futura reconstrucción quirúrgica. Sin embargo, la eficacia demostrada
por las intervenciones quirúrgicas destinadas a la reconstrucción laringotraqueal
ha llevado a un manejo más agresivo de esta patología para lograr la decanulación
precoz.
Tratamiento quirúrgico. Se han desarrollado una amplia variedad de técnicas
quirúrgicas en 1 y 2 tiempos, entre ellas, la reconstrucción laringotraqueal, con
variables de injertos y stent, la división anterior del cricoides, y la resección
cricotraqueal parcial. Hay que individualizar el tratamiento en cada paciente, y es
frecuente que distintos procedimientos sean requeridos en el mismo paciente para
obtener resultados exitosos 16.
Complicaciones
La subglotis de un neonato de término posee 5 a 7 mm de diámetro. 4 mm
representa un estenosis subglótica que disminuye el área útil al 44%, y si se
inflama, 1 mm de edema reduce el área útil al 25% 11. Por ello un paciente con
estenosis subglótica, aunque sea leve, se descompensará rápidamente frente a a
factores que pueden agravarla, como reflujo gastroesofágico e infección de vía
aérea superior, y con muy pocos mm de luz que se ganen con algún procedimiento
mejora de manera notable 11.
Las complicaciones del tratamiento pueden ser referentes a la cirugía o al
stent.
Reconstrucción laringotraqueal: formación de granulomas en el borde libre
del stent, absceso de herida quirúrgica, fístula cervical, desplazamiento del injerto,
necrosis, infección y extrusión del mismo, granulomas, extubación accidental,
complicaciones en la obtención del injerto costal (hematoma costal, neumotórax,
derrame pleural), entre otras 16.
Resección cricotraqueal: dehiscencia en el sitio de la anastomosis y lesión de
los nervios recurrentes, entre otras 17.
El control pre y postoperatorio del reflujo gastroesofágico es fundamental. Está
demostrado la influencia negativa del mismo en las estructuras laringotraqueales,
pudiendo hacer fracasar el tratamiento 17.
106 ! XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO
Consejos
• Los síntomas se manifiestan cuando la estenosis subglótica es mayor del 50%.
• Los recién nacidos o lactantes con laringitis a repetición deben ser valorados para detectar
estenosis subglótica congénita, son raras las laringitis en niños menores de 6 meses de
edad.
• Debe pensarse en esta patología ante cualquier insuficiencia respiratoria al nacimiento,
laringitis disneizante que aparezca en los primeros meses de vida o dificultad en la
intubación o en la extubación en un recién nacido o lactante.
• No realizar tratamiento endoscópico con láser de CO2 ni dilatación en la estenosis
subglótica congénita cartilaginosa.
Hemangioma subglótico
Los hemangiomas son los tumores benignos más frecuentes en la población
pediátrica y el 60% aproximadamente se localizan en cabeza y cuello1. Tienen una
mayor incidencia en el sexo femenino 2:1 y están formados por una hiperplasia de
las células endoteliales, pericitos, fibroblastos, macrófagos y mastocitos. Si bien
son muy frecuentes en la población infantil, los hemangiomas subglóticos (HSG)
corresponden solo al 1.5% de las anomalías congénitas de laringe y debemos
sospecharlos en aquellos pacientes que presentan lesiones en la piel del cuello y
en la porción inferior de la cara 18.
¿Cómo es este estridor?
El estridor del HSG es bifásico, con mayor componente inspiratorio y
se exacerba con el llanto y con las infecciones respiratorias. La intensidad del
estridor va a depender del tamaño del hemangioma y del momento evolutivo en
que éste se encuentre.
Forma de presentación y edad.
Durante las primeras semanas de vida los HSG son asintomáticos, el primer
síntoma es el estridor que comienza entre los 40 a 60 días de vida. En algunos
pacientes el estridor aparece cuando padecen una intercurrencia respiratoria.
Posteriormente debido a la fase proliferativa de las lesiones durante los primeros
meses, la sintomatología se exacerba 19, pudiendo desencadenar una franca disnea
con tiraje y obstrucción respiratoria. Es habitual que los pacientes presenten
laringitis a repetición y/o prolongadas, tos perruna y episodios de crup.
Diagnóstico
Se realiza mediante la clínica del paciente, teniendo en cuenta el tipo
de estridor, el momento de su aparición y se sospecha por la presencia de
hemangiomas en piel o en otras vísceras. La radiografía de cuello de perfil con
foco en laringe para partes blandas revela el estrechamiento asimétrico de la luz
subglótica, con pérdida de la columna aérea en los casos más obstructivos. También
son útiles la resonancia magnética y la tomografía computada sobre todo cuando
se quiere estudiar otros órganos comprometidos y descartar malformaciones
asociadas. El diagnóstico definitivo se realiza mediante laringoscopia directa bajo
anestesia general que nos muestra una lesión que se extiende inmediatamente
por debajo de los pliegues vocales rojo-rosada, lisa, firme y compresible. Puede
ocupar la región posterolateral de la laringe, y en los casos más severos obstruirla
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 107
completamente (Figura 8). Habitualmente no es necesario biopsiar las lesiones,
ya que macroscópicamente son bastantes típicas, pero en casos de duda, se puede
realizar y posteriormente controlar la hemorragia mediante la compresión de la
lesión con un tubo endotraqueal.
Figura 8A. (izquierda). Paciente de dos meses con hemangioma en cabeza y cuello; 8B. (siguiente). Imagen
endoscópica de hemangioma subglótico bilateral.; 8C. (tercera) y 8D. (última). Laringoscopia directa de
hemangioma que obstruye totalmente la luz subglótica
Signo-sintomatología acompañante
Es frecuente que estos pacientes concurran a la consulta médica con un
historial de laringitis a repetición, no presentando la edad estadística de aparición
de estos cuadros respiratorios (menores de seis meses), y que dichos episodios
presenten una evolución atípica con respuesta parcial a la medicación instaurada,
así como una mayor duración de los síntomas.
Síndromes o características especiales
En el 50% de los casos coexisten los HSG con lesiones de piel. Lo más
característico son los hemangiomas de piel con una distribución en la región de
la “barba”, o sea zona preauricular, mandíbula, mentón, labio inferior y porción
anterior del cuello. Cuando un paciente presenta esta distribución en un 65% de
casos presentan hemangiomas de la vía aérea que se manifiestan entre la cuarta y
sexta semana de vida 18-20.
Evolución
Los hemangiomas se caracterizan por presentar al principio una fase
proliferativa de rápido crecimiento durante los primeros seis meses de vida,
posteriormente un período de estabilización que ocurre alrededor del año de edad,
para finalmente involucionar, etapa lenta que dura varios años. La mayoría de
los hemangiomas alcanzan los 2/3 de su tamaño a los cinco meses de vida 19,20.
Alrededor del 80% de los hemangiomas desaparece a los 7 años de edad.
Tratamiento
El tratamiento es individual para cada paciente, depende de la evolución
de las lesiones y del grado de compromiso de la vía aérea. Puede ser expectante,
farmacológico y/o quirúrgico. Teniendo en cuenta que es una patología que con
los años involuciona, a todos aquellos pacientes cuya sintomatología no sea
relevante se los observa periódicamente y exhaustivamente sobre todo durante la
fase proliferativa de la enfermedad. Cuando aparecen los síntomas respiratorios,
dificultades en la alimentación, o tiraje se comienza con el tratamiento médico y si
la obstrucción respiratoria es importante es necesario liberar la vía aérea mediante
alguna acción quirúrgica.
108 ! XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO
Los corticoides sistémicos han sido las drogas más utilizadas, entre ellos, la
prednisona de 2 a 4 mg/k/día o la metilprednisolona de 2-3mg/k/día durante un
mes con reducción gradual hasta mantener la menor dosis útil para el paciente.
El corticoide también puede emplearse intralesional en aplicaciones endoscópi-
cas seguidas de intubaciones endotraqueales temporales. A partir del año 2008
se incorporó al propanolol en el tratamiento de los hemangiomas infantiles de
cabeza y cuello y se ha transformado en la primer línea de tratamiento de los
hemangiomas 18,21,22. Esta droga betabloqueante favorece la apoptosis de las célu-
las implicadas, disminuye los factores de crecimiento angiogénicos y presenta
resultados muy satisfactorios con una rápida disminución del tamaño de las lesio-
nes. La dosis de propanolol es de 2 a 4 mg/k/día en forma gradual ascendente.
Actualmente se comienza con el corticoide y el propanolol juntos, para luego
disminuir paulatinamente el corticoide y continuar con la menor dosis efectiva
del betabloqueante. Todavía son necesarios mayores estudios prospectivos y ran-
domizados que protocolicen el empleo de esta droga en los HSG. Es fundamental
trabajar en conjunto con el pediatra, dermatólogo, endocrinólogo y cardiólogo
para la monitorización estricta de los fármacos y de las reacciones adversas de los
mismos. Habitualmente el paciente comienza con el tratamiento en un medio hos-
pitalario y se realiza una evaluación cardiológica y de la glucemia previamente.
Dentro del tratamiento quirúrgico la laringofisura con o sin injerto se
puede realizar en aquellos pacientes que no responden satisfactoriamente al
tratamiento médico o presentan obstrucción respiratoria inicial debido al rápido
crecimiento del HSG. Una alternativa es realizar una traqueotomía provisoria para
estabilizar la vía aérea. Otro tratamiento es el endoscópico con láser CO2, que
debe emplearse en menos del 50% de la superficie subglótica por el riesgo de las
estenosis en dicho nivel, pero este último no se aconseja para los HSG bilaterales
o de gran tamaño.
Complicaciones
Tenemos que tener en cuenta las propias de la enfermedad como ser la
ulceración, hemorragia y la obstrucción respiratoria, pero también las secundarias
al tratamiento médico y quirúrgico. El tratamiento farmacológico no está exento
de complicaciones, los corticoides producen irritabilidad, insomnio, trastornos
gastrointestinales, osteoporosis, hipertensión arterial, supresión adrenal, retardo
del crecimiento y estado cushinoide. Por otro lado los betabloqueantes son
responsables de somnolencia, aumento del reflujo gastroesofágico, bradicardia,
hipotensión, hipoglucemia y broncoespasmo. Con respecto a las quirúrgicas se
describieron las estenosis secundarias al empleo del láser, también neumonías y
neumotórax en procedimientos endoscópicos como el corticoide intralesional que
requiere de varias series de intubaciones hasta llegar al resultado satisfactorio.
Consejos
• El estridor es bifásico y se acompaña de tos crupal (laríngea).
• Los episodios de crup (laringitis) recurrentes y persistentes en un lactante menor de 6
meses, deben hacer sospechar esta patología.
• Todos los pacientes que presenten hemangiomas de piel con distribución de “barba” deben
ser sometidos a laringobroncoscopia para descartar compromiso de vía aérea.
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 109
Membranas laríngeas
Es una anomalía congénita de la laringe poco común (5%) causada por el
fracaso de la recanalización de la luz laríngea durante la octava y décima semana
de gestación 23. La mayoría de las membranas son glóticas con frecuente extensión
subglótica 11. Se muestra la clasificación de Cohen en la Tabla 1 y casos en la
Figura 9 10,11,23.
Tabla 1. Clasificación de Cohen de las membranas laríngeas
Signo-sintomatología acompañante.
• Tipo I: llanto disfónico desde el nacimiento, sin síntomas de obstrucción
de vía aérea. La restricción aérea solamente se evidencia en el caso de una
laringitis aguda.
• Tipo II: llanto ronco y débil, síntomas de obstrucción de vía aérea leves.
• Tipo III: voz muy débil, síntomas de obstrucción de vía aérea moderados.
• Tipo IV: afonía, síntomas de obstrucción de vía aérea severos, necesidad de
traqueotomía en los primeros días de vida 10.
Diagnóstico
La radiografía cervical en hiperextensión con técnica de partes blandas, en
proyección anteroposterior y perfil, y la tomografía computada son de utilidad para
determinar la extensión cráneo-caudal de la membrana 23 (Figura 10).
Debe realizarse endoscopia flexible bajo anestesia tópica para evaluar:
motilidad cordal, posible sitio de obstrucción de vía aérea extra-laríngeo, y
hendidura laríngea o palatina 23.
El diagnóstico se confirma en quirófano con una endoscopia rígida bajo
anestesia general. Permite precisar naturaleza y localización de la membrana y
determinar grado de extensión subglótica. La palpación permite evaluar espesor y
presencia de componente cartilaginoso o de hendidura submucosa 11,23. Durante la
exploración endoscópica de los tipos III y IV puede requerirse la práctica de una
traqueotomía de urgencia, por lo que se debe estar preparado para esta eventualidad
10
. Considerar consulta y consejo genético 23
Síndromes o características especiales
En algunos casos se asocia a microdeleción del cromosoma 22q11 (síndrome
velo-cardio-facial, también conocido como síndrome DiGeorge o Shprintzen),
que abarca una amplia variedad de anomalías, entre ellas: hendidura labial y
palatina (8%) y anomalías cardiovasculares (30%) 23.
Los 4 grados de Cohen reflejan el tiempo en que la recanalización laríngea
finalizó durante el período embriológico. Si finaliza en un estadio temprano de la
embriogénesis, sobreviene la atresia laríngea, cuadro de asfixia neonatal sin llanto.
La membrana supraglótica es muy rara. Puede ser anterior, pero la membrana
interaritenoidea posterior es la forma más común. La misma limita la apertura
glótica causando obstrucción respiratoria variable 10.
Evolución
Los síntomas de obstrucción de la vía aérea se incrementan con la extensión
de la membrana. La mayoría de
Figura 10A, 10B y 10C. Radiografía cervical de perfil de los casos severos (tipo III y IV)
pacientes con membrana laríngea.
necesitan una traqueotomía en
los primeros días de vida para
asegurar la vía aérea.
La atresia laríngea es
incompatible con la vida sin una
traqueotomía de emergencia o
un procedimiento EXIT (tra-
tamiento intraparto ex utero).
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 111
Algunos recién nacidos sobreviven más tiempo si la atresia laríngea se asocia con
una fístula traqueo-esofágica que permite la ventilación del neonato a través de
la misma 23.
Tratamiento
La conducta terapéutica dependerá de la extensión y espesor de la membrana,
del grado de malformación congénita del cricoides relacionada, y de la severidad
de los síntomas 11,12.
Tipo I. Observación o división con láser de CO2 o instrumental frío, con
flap de mucosa 23. Si la membrana ocasiona problemas vocales mínimos, no
requiere tratamiento. En caso de membrana más larga sin compromiso de la vía
aérea, la reparación endoscópica puede demorarse hasta la edad pre-escolar 23.
La topicación con mitomicina C, así como el control endoscópico semanal y el
tratamiento del reflujo gastro-esofágico, pueden ser de utilidad para reducir la
recurrencia de tejido de granulación. El objetivo terapéutico del tipo I es mejorar
la voz.
Tipo II. División con láser de CO2 o instrumental frío con colocación
endoscópica de quilla (lámina de silicona) 23.
Como la membrana no es lo suficientemente extensa para provocar
compromiso de la vía aérea se prefiere la reparación tardía, ya que la quilla de
silicona no es bien tolerada en una laringe infantil sin traqueotomía. Para la edad
de los 4 años la corrección quirúrgica es más fácil ya que la laringe es más grande
23
. La quilla laríngea permite la cicatrización óptima de la comisura anterior,
evitando la sinequia 10.
Tipo III. División con láser de CO2 o instrumental frío con quilla endoscópica
o cirugía abierta si está presente componente cartilaginoso (reconstrucción
laringotraqueal con injerto de cartílago anterior y colocación de stent) 23. El tiempo
de reparación se debe basar en los síntomas respiratorios. Si una traqueotomía
es necesaria para asegurar la vía aérea, el tratamiento endoscópico o la cirugía
abierta puede ser realizado temprano, dentro de los primeros 2 años de vida 23.
Tipo IV. Traqueotomía; y posterior resección cricotraqueal extendida en
2 tiempos o reconstrucción laringotraqueal con injerto de cartílago anterior y
posterior con un período de stent 23.
Complicaciones
En general hay una fuerte tendencia a la recidiva parcial de la lesión 10.
Principalmente en las membranas tipo IV, que incluyen deformidad del
cartílago cricoides y fusión de los pliegues vocales, el asesoramiento apropiado a
la familia es importante. La decanulación es un objetivo razonable pero puede que
la voz no vaya a ser nunca completamente normal 11.
Consejos
• Debe pensarse en esta patología en todo recién nacido con llanto disfónico, acompañado
o no de estridor inspiratorio o bifásico y dificultad respiratoria.
• Hay 4 grados de severidad de membrana glótica (clasificación de Cohen), las más largas
son más gruesas que las cortas y presentan un componente cartilaginoso subglótico.
• Considerar presencia de membrana laríngea en niño con antecedente de disfonía congénita
y crup recurrente que se presenta antes de los 6 meses de edad.
112 ! XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO
Quistes congénitos de laringe
Representan el 1,5% de las anomalías congénitas de la laringe 26. Pueden ser:
saculares (25%) o ductales (75%) 27. El quiste sacular congénito se desarrolla a
nivel supraglótico por la atresia de la abertura del sáculo del ventrículo laríngeo
28,29
. Es una dilatación con contenido mucoso del sáculo. Hay 2 tipos: el anterior,
que se proyecta en la región anterior del ventrículo y protruye en la luz laríngea
entre el pliegue vocal falso y verdadero, y el lateral, que es más frecuente y
más grande, y se presenta como un abultamiento de la banda ventricular y/o
del repliegue ariepiglótico 28,29. El quiste ductal se origina de la obstrucción del
conducto de glándulas submucosas, y se localiza principalmente en vallécula. Los
síntomas dependen de su ubicación (faringo-laringe o subglotis) y tamaño 26.
¿Cómo es este estridor?
Quiste sacular. El estridor es inspiratorio. Puede estar presente desde el
nacimiento, y a medida que aumenta el tamaño del quiste, el estridor se puede
acrecentar. El estridor puede disminuir cuando el bebé se acuesta del lado afectado
y aumentar en la posición contralateral 26.
Quiste ductal. Quiste en vallécula: el estridor es inspiratorio y disminuye en
posición prona. Quiste subglótico: el estridor es bifásico o inspiratorio
Forma de presentación y edad
Quiste sacular. Es una lesión inusual que se presenta en el período neonatal
o en la infancia temprana con síntomas inespecíficos y comunes a otras causas
de obstrucción laríngea 28. El síntoma más típico es el estridor inspiratorio. La
presentación inicial puede mimetizar una laringomalacia.
Quiste ductal. Usualmente se presenta más tardíamente que el quiste sacular,
causando dificultad en la deglución 27.
Signo-sintomatología acompañante.
Quiste sacular. A medida que el quiste crece se asocia a dificultad respiratoria
progresiva, episodios de cianosis y apneas, cambios en la voz (percibidos como
llanto ronco o apagado), y dificultad en la alimentación.
Quiste ductal. La clínica depende de la localización y tamaño del quiste.
Puede provocar síntomas de obstrucción de la vía aérea y/o dificultad en la
deglución. Puede generar síntomas similares a los saculares.
Diagnóstico
Si bien la radiografía lateral de cuello permite ver la mayoría de los quis-
tes, se prefiere la tomografía computada o la resonancia magnética, debido a la
mayor definición de la lesión en cuan- Figura 11A. Quiste sacular lateral derecho.
to al tamaño, localización, extensión (izquierda). Radiografía cervical de perfil. 11B.
y relación anatómica 28. La fibrola- (derecha). Imagen endoscópica.
ringoscopia puede aproximarnos al
diagnóstico, y la laringoscopia directa
bajo anestesia general con intubación
permite asegurar la vía aérea y con-
firmar el mismo 26 (Figuras 11 a 14).
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 113
Figura 12A. Quiste sacular lateral izquierdo. Figure 13A. Quiste subglótico (izquierda).
Tomografía computada (izquierda) Corte sagital Radiografía cervical de perfil. 13B. (derecha)
12B. (right) Corte axial. Imagen endoscópica.
Quiste Ductal
• Considerar a la tiroides lingual en el diagnóstico diferencial de quiste en base de lengua.
Evaluar función tiroidea y solicitar gammagrafía para confirmar el diagnóstico 32.
Signo-sintomatología acompañante
Estos pacientes tienen una alta prevalencia de reflujo gastroesofágico, así
como de traqueomalacia, fístula traqueoesofágica con o sin atresia de esófago.
Síndromes o características especiales
Los CL se asocian a cuatro síndromes: Síndrome G (Opitz- Frias)
caracterizado por otras alteraciones de la línea media como la fisura labio-palatina,
hipospadias, implantación anormal de pabellón auricular e hipertelorismo.
También con el Síndrome de Pallister-Hall que incluye malformaciones de sistema
nervioso central junto a malformaciones cardíacas, renales, pulmonares, ano
imperforado y alteraciones en las extremidades. Otros síndromes más conocido
por los otorrinolaringólogos es el de CHARGE (coloboma, enfermedad cardíaca,
atresia de coana, retraso mental y de crecimiento, anomalías genitales y de los
oídos) y VACTERL (anomalías vertebrales, atresia anal, anomalías cardíacas,
fístula traqueoesofágica con o sin atresia de esófago, displasia renal, polidactilia
y deformidades de los miembros).
Evolución
Depende del grado de la hendidura, algunos pacientes presentan una muy
buena evolución con medidas mínimas como el espesamiento de los alimentos
y tratamiento del reflujo, pero otros, los de mayor grado necesitan tratamiento
quirúrgico urgente para proteger la vía aérea y resolver el distrés respiratorio y
síndrome aspirativo. Los cleft tipo IV que presentan una comunicación total de la
tráquea con el esófago tienen una alta mortalidad.
Tratamiento
El objetivo es estabilizar la vía aérea, disminuyendo los síntomas aspirativos
como las infecciones pulmonares recurrentes. En los casos más leves el espesa-
miento de los alimentos conjuntamente al tratamiento del reflujo con inhibidores
de bomba de protones, son suficientes para controlar la sintomatología. Cuando
los pacientes presentan algún grado de obstrucción respiratoria manifestado por
la herniación de la mucosa faríngea, siempre que sea posible, se prefiere la venti-
lación no invasiva con CPAP o BiPAP. En los casos de hendidura más importante,
se debe colocar siempre una sonda nasogástrica para disminuir los procesos aspi-
rativos hasta la reparación quirúrgica, y cuando la dificultad respiratoria es impor-
tante o hay traqueomalacia, se debe realizar una traqueotomía. En los últimos años
avanzó mucho el tratamiento quirúrgico por vía endoscópica con anestesia general
y respiración espontánea que suele ser eficaz en los cleft tipo I, II y algunos III
donde no hay compromiso de la tráquea torácica 35. Cuando esto último ocurre, la
cirugía a cielo abierto con toracotomía es mandatoria. En los pacientes con hen-
didura tipo IV se debe asegurar la vía aérea inmediatamente con una intubación
traqueal, colocando el tubo profundamente, supracarinal para evitar el desplaza-
miento del mismo hacia esófago y realizar inmediatamente la cirugía reparadora.
Es importante individualizar cada paciente para ver si es candidato al
tratamiento endoscópico. En el CL tipo I sintomático es de elección, así como
en el tipo II. Con respecto al tipo III es imprescindible establecer el grado de
compromiso traqueal y sobre todo descartar otras malformaciones como fístula o
atresias de esófago que requerirán de una cirugía a cielo abierto.
XII Manual de OtOrrInOlarIngOlOgía PedIátrIca de la IaPO ! 117
Complicaciones
En general son aquellas derivadas de los procesos aspirativos, con neumo-
nías a repetición que requieren de tratamiento antibiótico precoz. Por otro lado se
encuentra el distrés respiratorio con intubación traqueal para estabilizar la vía aérea,
ya sea inmediatamente al nacimiento o por alguna infección respiratoria grave. Es
importante buscar otras malformaciones asociadas y realizar estudios genéticos para
prevenir otras complicaciones secundarias a malformaciones múltiples.
Consejos
• Es uno de los diagnósticos diferenciales en todo paciente con síndrome aspirativo.
• En un paciente con síndrome aspirativo que mejora espontáneamente y comienza con
estridor sospechar hamartoma (prolapso de mucosa interaritenoidea).
• Es de suma importancia palpar la comisura posterior con un objeto rígido durante la
laringoscopia directa, en busca de la hendidura laríngea, ya que el prolapso de mucosa
interaritenoidea dificulta la visualización del cleft trayendo aparejado un subdiagnóstico
de las hendiduras tipo I y II.
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