El Dolar
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CONCEPTUALIZACIÓN.
El patrón oro
El patrón oro es un sistema monetario que fija el valor de la unidad monetaria en términos de una determinada cantidad de oro.1 El emisor de
la divisa garantiza que pueda dar al poseedor de sus billetes la cantidad de oro consignada en ellos. Una alternativa es el patrón bimetálico, en el que
la moneda está respaldada por una parte de oro y otra de plata.
Históricamente, la vigencia del patrón oro empezó durante el siglo XIX como base del sistema financiero internacional. Terminó a raíz de la Primera
Guerra Mundial, puesto que los gobiernos beligerantes necesitaron imprimir mucho dinero fiduciario para financiar el esfuerzo bélico sin tener la
capacidad de respaldar ese dinero en metal precioso.
Durante los acuerdos de Bretton Woods, se decidió adoptar el dólar estadounidense como divisa internacional bajo la condición de que la Reserva
Federal (el banco central de ese país) sostuviera el patrón oro pero a partir de 1971 el mismo se quiebra definitivamente; por lo que el dólar se
convirtió de facto en una moneda fíat respaldada por una imposición gubernamental estadounidense y sin valor intrínseco, pero con un valor legal
propio.
¿Cuál es el problema de nuestro sistema financiero? Básicamente, que se trata de un sistema híbrido. El dinero nació como un instrumento
que facilitaba el comercio y la producción ya en tiempos prehistóricos. Sin embargo, con el crecimiento del estado, el dinero pronto se convirtió en un
instrumento de control y monopolización por parte de los estados. Por eso, nuestro dinero y nuestro sistema financiero han llegado a ser elementos
cruciales para el poder político. El control sobre el sistema monetario del estado se incrementó con el establecimiento de los bancos nacionales que
tenían el monopolio para emitir dinero efectivo y la tarea de controlar los bancos comerciales, cuyo papel fundamental es la emisión de créditos. Este
modelo de banco central fue desarrollado primeramente en Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX, y pronto el resto de los países adoptó el mismo
sistema, puesto que querían repetir el milagro inglés que había hecho del país una gran potencia y el «taller del mundo».El s istema monetario
desarrollado en Inglaterra tenía dos funciones cruciales:
El sistema monetario del siglo XIX estaba basado en el patrón oro. La creación del dinero efectivo de los bancos centrales y, asimismo, el volumen de
créditos de los bancos comerciales, fueron limitados por el aumento del oro acumulado en los bancos centrales. Según Walter Bagehot (1871), el papel
del Banco de Inglaterra era mantener el equilibrio en la economía y, en caso de crisis, intervenir para evitar el colapso monetario, dando una inyección
de dinero a los bancos con problemas de liquidez. El patrón oro limitó la acumulación de créditos malos en la economía y el crecimiento del estado
financiado por créditos. En este periodo, los estados redistribuían el 10-15% del PIB anual, lo que hacía que su papel fuera muy limitado en la esfera
de la economía. El patrón oro creó un ambiente bastante favorable para el crecimiento económico y mantuvo la balanza comercial equilibrada entre
los diferentes estados. Este equilibrio comercial y la estabilidad monetaria contribuían a que los países continentales europeos pudieran emular el
capitalismo inglés y alcanzaran el desarrollo mediante la industrialización y el comercio.
En este largo periodo, gracias a la conexión entre las divisas y el oro, el dinero mantuvo su valor adquisitivo y la tasa de interés oscilaba entre el 2 y el
8% incentivando la acumulación del capital y beneficiando a quienes manejaban sus recursos con prudencia.Sin embargo, el patrón oro no era un
sistema perfecto. Estaba regularmente sujeto a ciclos de expansión y contracción de créditos, y depresión económica (Mises 1912). No obstante, el
patrón oro siempre ha podido sobrevivir a las crisis económicas recurrentes y ha podido asegurar un crecimiento económico sorprendente en
comparación con épocas anteriores, cuando el estancamiento era la norma de la vida económica. El patrón oro se colapsó con el estallido de la I Guerra
Mundial. Los estados, para financiar el esfuerzo bélico, abandonaron el patrón oro y empezaron a imprimir dinero produciendo un endeudamiento sin
control.
Después de la Guerra, ya no era posible volver al patrón oro. Los estados habían acumulado demasiada deuda. Durante la Guerra, los gobiernos
empezaron a intervenir en la vida económica y comenzó una expansión del estado de bienestar que necesitaba un sistema de financiación más flexible
que el tradicional patrón oro.Así, se originó un nuevo ciclo económico con una expansión de créditos que provocó el colapso de 1929. La crisis se alargó
por las políticas proteccionistas de los estados y por las competitivas devaluaciones entre divisas de diferentes países. E sta larga y aguda crisis
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económica ayudó a Hitler a ganar el poder político en Alemania. Para sostener esta política proteccionista, necesitaba obtener “lebensraum” (territorios
para vivir) para Alemania, lo que desembocó en el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En 1944, Estados Unidos, como nuevo líder mundial, intentaba diseñar en Bretton Woods,
un nuevo sistema financiero que asegurara la estabilidad entre las divisas de diferentes
naciones y facilitara la expansión monetaria de los estados. El dólar americano asumió el
papel que antes tenía el oro. El dólar fue aceptado como la divisa para el comercio
internacional y reserva crucial de todas las demás divisas. Estados Unidos, que en ese
momento tenía más del 80% del oro del mundo en su Tesoro, adquirió el compromiso con
los bancos centrales de cambiar dólares por oro en un precio fijo. Paralelamente, Estados
Unidos abogaba por bajar las aduanas para resucitar el comercio y lanzar una nueva
globalización.
El nuevo patrón dólar y el retorno a un comercio mundial más libre produjo resultados casi milagrosos. El rápido desarrollo de la riqueza erradicó
prácticamente la pobreza en los países occidentales y creó una amplia clase media (prácticamente, las dos terceras partes de la sociedad). Este proceso
fue ayudado y completado por la extensión del estado de bienestar y sus prestaciones. Había nacido el moderno estado de bienestar. De esta manera,
el 45-55% del PIB era redistribuido por el estado en los años setenta. Esto supone un considerable incremento en comparación con la era del patrón
oro. Este es el ambiente en el que se ha desarrollado el actual mapa político. La derecha y la izquierda moderadas han acercado posturas ya que ambas
prefieren incrementar el papel del estado de bienestar y abogan por dar un papel cada vez mayor al estado como administrador y regulador. Esta
expansión del estado, facilitada por la creación del crédito, ha hecho posible que derecha e izquierda moderada empleen las mismas estrategias
políticas, evitar conflictos políticos con apoyos financieros.
Sin embargo, hay un fatal fallo en el corazón del patrón dólar. Jacques Rueff, un discípulo de la Escuela Austriaca, fue uno de los primeros pensadores
que descubrieron el problema. El uso del dólar como dinero internacional distorsiona la economía mundial y otorga una ventaja al Estados Unidos, ya
que todos los países del mundo se ven en la necesidad de acumular reservas de dólar. Así, el producto más importante de exportación de los Estados
Unidos es el dólar que otros países pueden adquirir exportando bienes reales. Como consecuencia, se produce una constante dem anda de dólares
para satisfacer la hambruna de reservas.
Rueff, que fue asesor económico del Presidente De Gaulle en los años sesenta, temía que este sistema provocara una hiperinflación. Pensaba que
había que forzar el retorno al patrón oro, que era un dinero internacional neutral y que no estaba bajo el control de ningún estado. Convenció a De
Gaulle, y Francia pidió a Estado Unidos el cambio de sus fondos en dólares por oro, tal y como había quedado establecido en Bretton Woods, en 1944.
Sin embargo, Estados Unidos se negó y suspendió definitivamente este acuerdo. Después de la inflación y la crisis de los setenta, comenzó en los años
ochenta, una nueva época de expansión del crédito junto a un proceso de deflación en el que participaron los siguientes factores:
Esta expansión del crédito ha lanzado una nueva revolución industrial con nuevos productos que han cambiado nuestra vida: ordenadores, internet, y
el teléfono inteligente. Aunque, la redistribución del PBI ya no ha crecido más, los estados han podido mantener un elevado nivel de redistribución e
intervencionismo en la vida económica. En conjunto, el patrón dólar estadounidense ha procurado ciertas ventajas:
1. La expansión del crédito casi sin límites ha hecho posible nuevas revoluciones industriales y ha mantenido un crecimiento de la iniciativa
emprendedora que ha dado un nuevo dinamismo a la economía en todo el mundo y ha reconfigurado el modo de vida.
2. La expansión del crédito también ha hecho posible el nuevo rumbo de la globalización basado en la creación de cadenas de suministro d e
compañías multinacionales y en la exportación de los puestos de trabajo a países con bajos salarios. Este nuevo tipo de globalización ha
industrializado estos países, y ha beneficiado a Europa y Estados Unidos con el desarrollo de una economía de servicios y de conocimiento.
3. Los estados y sus bancos centrales han aprendido a evitar grandes crisis. Desde la década de los setenta, los periodos de crecimiento son
cada vez más largos y las crisis no tan agudas a pesar de creciente endeudamiento.
4. Finalmente, la expansión del crédito ha hecho posible mantener, o incluso desarrollar y refinar el estado del bienestar que, de hecho, ha
llegado a ser una institución clave para asegurar la paz social y la moderación política.
Y, ¿este es el final feliz? ¿Por fin el mundo ha encontrado un sistema financiero casi ideal? Desafortunadamente, no. El problema original del patrón
dólar sigue estando enfermo por la razón que ya había identificado Jacques Rueff en los años sesenta: si la divisa de un país se alza como el dinero
internacional del mundo, la economía mundial sufrirá una distorsión y una explotación que amenazará el orden político mundial.
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El patrón dólar….. Una mirada desde un país dolarizado
Gabriela Calderón de Burgos señala que el origen del dinero no es estatal, que gran parte de la oferta monetaria actual tampoco y que el mundo vive
en un patrón dólar que podría facilitar en lugar de dificultar la globalización.
El economista Carl Menger explicó que el dinero surgió de forma espontánea conforme los individuos lo encontraron más conveniente para realizar
intercambios que el trueque. El dinero no fue una creación estatal pero hace aproximadamente 2.500 años poderosos líderes políticos tomaron control
del dinero, no para promover la actividad económica sino más bien para obtener ganancias de este. Hoy, aunque existen más de 170 monedas
nacionales, vivimos en un mundo con “patrón dólar”, encontrándose el dólar estadounidense en un lado del 85 a 90 por ciento de las transacciones
interbancarias de tipo de cambio. Es decir, prácticamente todas las monedas nacionales definen su valor en relación al dólar.2 Aunque el dólar es
emitido por un banco central —la Reserva Federal— la mayor parte de la creación del circulante proviene de los bancos comerciales. Los bancos en
el sistema de reserva fraccional crean circulante mediante la concesión de créditos que se convierten en nuevos depósitos. Por eso es que a enero de
2016 y a pesar de la impresionante emisión de la Fed frente a la Gran Recesión, el
dinero bancario constituía todavía 80,8% de la oferta monetaria (en septiembre de
2008 era el 94,5%).
Sobre esto es interesante recordar lo que Robert Mundell dijo acerca de los tipos de cambios flexibles versus aquellos inflexibles (la dolarización estaría
incluida en esta categoría): “La flexibilidad del tipo de cambio no puede reemplazar la flexibilidad de precios. Los mercados eficientes requieren de
miles de precios flexibles y el tipo de cambio provee solamente un precio”. Agregó que “la posibilidad de variaciones en el tipo de cambio ha...desviado
la atención de quienes diseñan las políticas públicas de la cuestión muchísimo más importante de la flexibilidad en todos los mercados individuales”.
En dolarización con apertura comercial y libre flujo de capitales, surgirían no solo los productores nacionales verdaderamente competitivos sino
también los comerciantes y probablemente aumentaría la inversión extranjera. El comercio civiliza, permite el intercambio de nuevas ideas, fomenta
la innovación, la competencia y garantiza una asignación más óptima de los recursos, todo lo cual deriva en un mayor nivel de prosperidad. Las
restricciones que el gobierno ha impuesto durante la última década a las importaciones y a los movimientos de capital son innecesarias y perjudiciales.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 23 de julio de 2017.
Actividad
1. Elabore una breve historia sobre la evolución del dólar en la sociedad actual.
2. A que se le conoció como el patrón oro.
3. Elabore en su cuaderno el billete de dólar.
4. Elabore una historieta en la que deje claro el papel del dólar en la actualidad.
5. Explique en que consiste el patrón dólar.
6. Consulte ¿por qué el dólar sube y baja en los diferentes países.