Psicomotricidad

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Estudiantes: Brito Daiana, Franco Camila, Franco Delfina, Jara Berenice, Montes Mariana, Ojeda Mónica,

Ortiz Laura, Romero Isabel, Zárate Carolina.

Psicomotricidad

El término psicomotricidad proviene de psico (actividad psíquica, cognitivo, socio-afectivo) y motricidad


(cuerpo, movimiento, espacio-tiempo) fenómenos que mencionamos por separado pero que están mutuamente
implicados.

Su marco teórico referencial está integrado por los aportes de la neurofisiología, la psicología genética y el
psicoanálisis por lo que es interdisciplinaria.

Desde el principio del Siglo XIX se estudió que hay una conexión significativa entre un trastorno motor y su
equivalencia con una manera de ser y comportarse, expresarse a través del lenguaje no verbal. La psicomotricidad se
ha consolidado como una disciplina que permite unir dichos términos y llegar a formar un todo común a principios
del Siglo XX. El neurólogo Dupre puso de relieve las anomalías neurológicas y psíquicas con las motrices. Este médico
fue el primero en utilizar el término Psicomotricidad y en describir trastornos del desarrollo psicomotor como la
debilidad motriz y el psicólogo e investigador francés Wallon, remarcó la psicomotricidad como la conexión entre lo
psíquico y lo motriz planteando la importancia del movimiento para el desarrollo del psiquismo infantil y por lo tanto
para la construcción de su esquema e imagen corporal.

Esta disciplina ve al ser humano como un ser global, una unidad global psicosomática que se expresa a través
del cuerpo y el movimiento. Esto se vincula con Platón y su teoría sobre el dualismo donde el hombre es alma y
cuerpo.

Su objeto de estudio es el cuerpo, sus manifestaciones y sus alteraciones. El concepto de cuerpo que
formulamos incluye en sus manifestaciones la actitud postural, la gestualidad (abarca miradas, muecas, ademanes) y
las praxias (capacidad del individuo para planificar, organizar y ejecutar movimientos y acciones coordinadas y
significativas).

Según Calmels, la psicomotricidad tiene tres dimensiones la motriz, afectiva y cognitiva, las cuales se
interrelacionan y complementan en el mismo tiempo y espacio; a similitud de tres engranajes; que, si una no
funciona, las demás tampoco; entonces, la persona cuando interactúa con su entorno aquellas tres dimensiones
mencionadas son activadas y desarrolladas al mismo tiempo.

A modo de desglose: la dimensión motriz se refiere al movimiento corporal del niño, la dimensión cognitiva a
las capacidades de concentración, memorización, habilidades creativas y la dimensión socio-afectiva que permite al
niño relacionarse con los demás de manera satisfactoria, superando sus miedos y dificultades.

Los tipos de psicomotricidad son:

Psicomotricidad gruesa: Son todas aquellas acciones que podemos realizar gracias a nuestra capacidad de
coordinar el sistema nervioso central y su función sobre la contracción muscular de nuestro cuerpo. Mediante la
experiencia, la práctica esto se va complejizando cada vez más. Es decir que el sistema nervioso central envía la
información al cuerpo para manejar nuestros movimientos.

Se divide en capacidades motrices básicas que implican realizar movimientos amplios de manera coordinada
y comienza desde que somos bebés, algunas son caminar, saltar, rodar, trepar. Además, se divide en capacidades
motrices complejas que implican la ejecución de movimientos específicos de manera coordinada, hábil, controlada y
precisa, estos son lanzar, atrapar, golpear, bailar, nadar.

Psicomotricidad fina: Es la coordinación de músculos pequeños que trabajan con el cerebro y el sistema
nervioso para producir movimientos pequeños y precisos.

Los niños y niñas empiezan a desarrollar la psicomotricidad fina durante el primer año de vida (traen a la
boca sus manos, los piecitos, agarran objetos, etc), la cual es fundamental para que ellos logren alcanzar una mayor
capacidad manual y coordinación. También se clasifica en visomanual que es el desarrollo ojo-mano a través de toda
acción realizada con las manos en que la que debe haber una coordinación con los ojos. Otras clasificaciones son la
fonética (escucha) y la facial (comunicación no verbal a través de gestos que implica saber el control de los músculos
del rostro).

Asimismo, desarrollar la psicomotricidad fina ayuda a los niños a realizar tareas cotidianas a medida que van
creciendo. Por ejemplo: cepillarse los dientes, atarse los cordones, escribir, pintar, cerrarse la campera, manipular los
cubiertos etc.

Por otra parte, la psicomotricidad infantil hace referencia al nivel de desarrollo motriz del sistema nervioso
central del niño que es el principal regulador de los movimientos corporales, el funcionamiento cognitivo y
emocional. Ese desarrollo se logrará a través del juego estimulando las habilidades psicomotoras de manera natural,
lúdica y también se las pueden reeducar. Esto es así ya que ellos exploran, experimentan y aprenden a través de la
interacción con su entorno y con los demás.

Trabajar con ella desarrolla las habilidades visomotoras, auditivo-motoras, emocionales, gestuales o faciales
involucradas en el dominio corporal global que sería la lateralidad, el equilibrio, el reflejo, la estructuración espacial,
el ritmo, el control, la coordinación, le reconocimiento del tiempo, etc.

Este es un aspecto clave en el desarrollo infantil porque condicionará para siempre a los seres humanos,
puesto que se han de adquirir las unidades imprescindibles para llevar a cabo tareas del día a día de un adulto.

En el ámbito educativo, la psicomotricidad cumple un rol fundamental ya que influye directamente en el


desarrollo intelectual y afectivo-social de los niños.

Estudiosos indican que una de las etapas más importantes para desarrollar las habilidades psicomotoras es el
primer septenio. Algunas habilidades son el dominio de los movimientos corporales, mejorar la memoria, la
concentración, la creatividad, la socialización, entre otras.

Jean Piaget explica que los primeros años de vida de un niño son fundamentales para adquirir conocimientos
a través del juego y de la manera en que se desenvuelve con su entorno. Por lo cual, los docentes deben llevar a cabo
de manera adecuada esas actividades para establecer y moldear ese aprendizaje, y además prestarles atención a los
niños con la finalidad de reconocer que alguno necesita de apoyo especializado si una de las habilidades no estaría
desarrollándose adecuadamente.

En el ámbito terapéutico, tanto personas sanas como las que presentan algunas limitaciones o dificultades
motoras pueden y deben acudir a un psicomotricista, ya que mejora el desarrollo motor, cognitivo y emocional. Pero
necesariamente debe ayudar cuando hay retrasos del desarrollo infantil (dificultades de habilidades motoras o
emocionales como control del cuerpo, expresión emocional, etc) trastornos del desarrollo (trastornos del espectro
autista, síndrome de down, trastorno del aprendizaje) problemas de comportamiento (problemas emocionales que
afectan su capacidad para interactuar con el entorno que lo rodea) lesiones o discapacidades físicas (lesiones físicas
que afecten el movimiento y función motora) adultos y ancianos con dificultades motoras o emocionales (personas
con problemas de equilibrio, coordinación y con dificultades emocionales relacionadas con el movimiento).

Los campos de ejecución profesional son los siguientes:

Los profesionales psicomotricistas ejercen su actividad de forma individual o integrando equipos


interdisciplinarios en ámbitos sanitarios, educativos y socio-comunitarios en forma particular o en instituciones
públicas o privadas.

Las instituciones públicas abarcan los hospitales, casas cuna, escuelas, liceos y centros de tercera edad.

Las instituciones privadas abarcan clínicas, consultorios, instituciones educativas, etc.

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