Tema 1. Introduccion A La Teoria Del Estado.

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Módulo I

INTRODUCCIÓN AL ESTADO CONSTITUCIONAL

Lección 1: Introducción a la Teoría de Estado


1. Concepto y evolución histórica del Estado
1.1 Qué es el Estado

El Estado es una realidad de naturaleza histórica, con un origen determinado, y en un


lugar preciso.

Otra definición de Estado puede ser la que considera que se trata de un grupo social o
pueblo, asentado sobre un determinado territorio, jurídicamente organizado y dotado
de poder soberano. Es, tal y como afirma Biscaretti, “un ente social que se forma cuando
en un territorio determinado se organiza jurídicamente un pueblo que se somete a la
voluntad de un gobierno”.

El concepto de Estado a veces se suele identificar con el de Nación. Si por nación nos
referimos a todos los sometidos a la misma Ley o representados en el mismo
parlamento (concepto de origen francés, que surge en la revolución de 1789 de la mano de
Sieyès), Nación y Estado tienden a coincidir. Es el concepto jurídico-político de nación.
Por el contrario, si por nación se alude a los rasgos culturales, lingüísticos, religiosos,
étnicos o sociológicos que identifican a una concreta comunidad (el conocido como
concepto cultural o alemán de nación), nación y Estado no tienen por qué coincidir, de
hecho, no suelen coincidir: hay estados plurinacionales, de naciones diseminadas en
varios estados. Mención aparte merece el elemento volitivo o democrático que también se
utiliza para crear o identificar una nación (Renan) y hasta para convertirla en un Estado, en
determinadas circunstancias y cumpliendo ciertos requisitos. Pero no toda Nación se
corresponde con un Estado. De hecho, es difícil identificar cuántas naciones hay en el
mundo, mientras que los estados son más fáciles de contar (los miembros de la
organización de Naciones Unidas y pocos más).

Por último, Estado es un término anfibológico que tiene sentidos distintos: el Estado
como forma de organización política o comunidad (al que se ha aludido hasta aquí), el
Estado como aparato público o conjunto de entidades dotadas de personalidad jurídica
(que se diferencia de la sociedad o ámbito de la relaciones sociales, entre individuos
particulares, o relaciones horizontales), y el Estado (central) como conjunto de órganos
de alcance general o sobre todo el territorio (en contraposición de otros entes territoriales
menores con régimen de autonomía como los municipios o las comunidades autónomas,
que tradicionalmente quedaban fuera del núcleo o aparato estatal). Además, en el contexto
de un Estado federal se distingue la Federación de los estados miembros (subordinados al
conjunto y no penalmente soberanos).

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1.2 Evolución histórica del Estado

El Estado es todavía hoy en día la forma en que se estructura la convivencia política.


Nuestra vida se desarrolla en unidades estatales, tenemos una determinada nacionalidad
que determina nuestros derechos. Sin embargo, no podemos olvidar que el Estado es un
producto histórico. No ha existido siempre. Antes de la aparición del Estado existían
otras formas de organización política muy desarrolladas, pero que no tenían la
consideración de Estado. Son las que se denominan las “formas pre-estatales de
organización política”.

El Estado es la consecuencia de una notable evolución histórica. Son necesarios muchos


milenios de evolución para su configuración moderna y siempre está en permanente
proceso de evolución.

El Estado no ha existido desde el origen de la humanidad; otra cosa es que los seres
humanos, en tanto que seres sociales, se hayan agrupado a lo largo de la historia, y según
distintos ámbitos geográficos, en varias formas de organización política (las tribus, los
imperios, las polis, los principados medievales…), que comparten ciertas características con
el Estado, pero no todas y se relacionan entre sí de la misma manera.

Impropiamente los orígenes del Estado se remontan al nacimiento de las primeras


formas de organización política. Propiamente, el Estado es un concepto de
organización política que nace con Maquiavelo con su tratado político “El Príncipe”
publicado en 1532. Desde entonces el concepto ha sufrido y sufre una profunda evolución.

Así se puede afirmar que el Estado nace en Europa occidental (España, Francia, Portugal)
en el origen de la edad moderna. Su aparición va ligada a la consolidación del poder de
los monarcas frente al emperador y al Papa (por arriba, como poderes supraestatales) y
los señores feudales o las ciudades (por abajo, o poderes infraestatales), y desde su
origen cuenta con un ejército capaz de defender sus territorios y ampliarlos, una
administración, sobre todo tributaria (hacienda) y de justicia, y una diplomacia que se
encarga de las relaciones con otros estados. Con el paso del tiempo, la forma de
organización estatal se fue expandiendo por todo el planeta hasta eliminar las otras
formas de organización política (con la descolonización se amplió sustancialmente el
número de estados en espacios donde habían sobrevivido algunas otras formas de
organización política).

● Sociedades neolíticas

Existe una red de pequeñas poblaciones basadas en la agricultura y ganadería que


combinan con viejas prácticas como cazadores-recolectores. Cada poblado se encarga de
su propia defensa. Existe un alto estado de incertidumbre e inseguridad. No existen
plataformas de resolución de conflictos por lo que a menudo se recurre a la violencia.

● Persia

Los ciudadanos pierden la libertad al obedecer al tirano, pero se evitan muchas guerras.
Se introduce un factor de seguridad, solo hay un foco de violencia: el tirano, su voluntad
es discrecional, pero es ley. Código Hammurabi, factor de proporcionalidad: “ojo por ojo,

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diente por diente”. (Limitación de la entidad del castigo). Una persona ocupa el poder y
erradica en alto grado la violencia solo el tirano y a través del tirano se puede ejercer la
fuerza.

● Atenas: democracia de Clístenes y Roma

Año 508 a.C. Clístenes equipara a todo el pueblo con los mismos derechos y les
distribuye entre diez tribus. Introduce la idea de democracia: un hombre un voto. Se
vota mediante un sistema sencillo de piedras blancas y negras, cada ciudadano deposita un
voto. Lo que se vota son las principales normas de la polis. La isonomía es el concepto de
igualdad de derechos civiles y políticos de los ciudadanos: “Todos son iguales ante
la ley”. Es la consigna política que expresaba de la forma más sucinta el carácter propio de
la democracia, opuesto al ejercicio ilimitado del poder por parte del tirano.

La polis griega o la República romana se basaban en factores de carácter personal,


tribales o familiares que hacían coincidir en el espacio ordenamientos jurídicos y
autoridades distintas según se fuera ciudadano, meteco o esclavo, y no se adquiría la
ciudadanía por la mera existencia del grupo familiar, a veces durante siglos en la polis, sino
por un expreso reconocimiento, en virtud de algún mérito especial. Es curioso señalar cómo
el proceso de extensión de la ciudadanía en Roma se deriva en realidad de las necesidades
militares del Imperio progresivamente amenazado, debido a que en Roma el servicio militar
se encontraba unido a la ciudadanía. No hay todavía un grupo humano estructurado en un
territorio y regido por las mismas instituciones y ordenamiento jurídico.

Todas estas formas de organización política previas al Estado se caracterizan por los
siguientes rasgos:

1. Es un sistema poliárquico (una poliarquía es la existencia de numerosos centros de


poder). No hay un único centro de poder, sino que hay una pluralidad de centros de
poder. Estos centros de poder se localizan allí donde un noble generalmente actúa
como dueño de la tierra, o el representante de la iglesia. Tantos dueños de la tierra
haya como centros de poder: reinos, ducados, obispados.

2. La sociedad está dividida en estamentos. Nobleza, clero y siervos (pueblo llano) y es


una sociedad totalmente estática.

3. La posición jurídica de las personas viene determinada por relaciones patrimoniales y


personales. Una persona forma parte de una organización política, es decir, una
persona pertenece a uno de esos núcleos de poder, en virtud de unas relaciones
patrimoniales y personales. La pertenencia de la persona a una organización política
no tiene nada que ver con la adscripción territorial.

● Edad Media

Hasta ese momento existieron distintas formas de organización política, algunas de ellas
muy avanzadas y desarrolladas, como la polis griega, el imperio romano o el feudalismo,
pero que no se pueden definir como Estados.

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En la Edad Media el poder se fragmenta. Los señores feudales ejercen el poder y el rey
ejerce un papel más simbólico que real, su fuerza depende de los nobles y del grado de
apoyo que le prestan. Con la aparición de las ciudades y la convergencia de ideas fruto de
la imprenta, se produce un fenómeno de agrupación del poder. En 1532, Maquiavelo,
publicó El Príncipe donde desentraña su teoría del Estado en base a los grandes estados
incipientes (España, Francia e Inglaterra). Utilizó el concepto de Estado en el sentido de un
poder político centralizado desplegado en un territorio y capaz de ejercer su decisión o
soberanía. Etimológicamente Estado proviene de stare ósea aquello que permanece. Para
el florentino, toda organización política es el resultado de una unión natural de las virtudes
individuales en una virtud colectiva, encaminada a realizar la seguridad general.

¿Qué distingue al Estado moderno y qué lo identifica frente a estas otras formas previas
de organización política?

- Concentración del poder: El Estado frente a la poliarquía anterior se configura


como una forma de unidad política. La poliarquía va a ir desapareciendo para dar
paso a una centralización cada vez mayor del poder (monarquía). El poder se
centraliza en un único poder, un poder fortalecido, sobre todo, tras el debilitamiento
de instituciones supraestatales, como el imperio o el papado, e infraestatales, como
los señores feudales o las ciudades-estado. El Estado moderno cuenta para ello con
un ejército permanente capaz de defender sus territorios y ampliarlos, y una
administración, principalmente tributaria (recaudadores de impuestos) y de
administración de justicia.

- Tendencia a la unidad territorial. A partir de este momento la comunidad política


se define territorialmente, de manera que esa comunidad política está sometida
exclusivamente al poder que está establecido en su territorio. De este modo, el
Estado moderno va acompañado de la fijación de fronteras, la posición jurídica de
los ciudadanos y su relación con los poderes públicos vendrá determinada por su
adscripción a una unidad política territorial, es una comunidad definida
territorialmente y sometida exclusivamente al poder establecido en su territorio.

En la monarquía absoluta, el Rey reúne en sí la totalidad del poder estatal, es el


elemento superior del Estado, en tanto que las restantes autoridades solamente pueden
considerarse como instrumentos secundarios que exteriorizan la voluntad real. El Rey tiene
todo el poder que delega según su arbitrio y que puede recabar para sí en cualquier
momento. Todo ese poder se simboliza claramente con la expresión "El Estado soy yo" de
Luis XIV de Francia, el “Rey sol”.

El fundamento ideológico del surgimiento de estos primeros Estados se encuentra en los


escritos de Bodino y Hobbes que veremos más adelante en el concepto de soberanía.

Europa se estructuró en Estados absolutistas por motivos religiosos, cada uno de los
cuales respondía a una determinada religión, la de su monarca absoluto, que se convirtió en
religión de Estado.

● El Estado liberal

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El modelo de Estado absolutista pervive en Europa hasta finales del Siglo XVIII. El Estado
sigue concentrando el poder público, pero actúa de forma arbitraria, sin límites y ajeno a los
intereses de la comunidad. Sin embargo, como consecuencia del auge de la burguesía y
de movimientos revolucionarios como la revolución francesa (1789), con antecedentes en
la americana (1776) e inglesa (s. XVII), surge un nuevo tipo de Estado, el Estado liberal de
Derecho.

El origen de esta idea surge en la época de la Ilustración y que abarca a autores tan
significativos como Locke, Montesquieu o Rousseau. Estos autores sientan las bases de un
pensamiento político que defiende la existencia de un contrato social entre los miembros
de toda comunidad política. A través de ese contrato, los miembros de la comunidad
decidirían la forma de organización que desean establecer. Surgiría así una autoridad
pública creada para satisfacer los intereses de los ciudadanos.

Nace así el discurso de los derechos inalienables del hombre, que deben ser respetados
por toda comunidad política. A fin de preservarlos, estos autores defienden la
racionalización del poder político, que debe estar sometido siempre al Derecho (imperio de
la ley– Estado de Derecho) y que debe organizarse sobre las bases del principio de
separación de poderes.

El Estado liberal de Derecho, nacido de esta línea de pensamiento, se caracteriza por los
siguientes elementos:

1. La eliminación de todas las barreras estamentales. La idea revolucionaria de que


los hombres nacen libres e iguales (Kant) y de que la vida es la búsqueda de
la felicidad, entendida en el sentido material de la posesión de bienes sin límites
o trabas por razón del nacimiento, es esencial para entender el Estado liberal.
2. El Estado debe ser una organización fundamentalmente dedicada a no
intervenir, simplemente a fijar las condiciones externas que hagan posible la
libertad, y sobre todo la libertad económica de los ciudadanos, ya iguales ante la
ley. Será muy importante el principio de división de poderes.

● El Estado de nuestros días

Se ha producido un notable reforzamiento del carácter democrático del Estado, mediante la


democratización del Parlamento, que se ha convertido en un órgano mucho más
representativo gracias a la universalización del sufragio. Así el sufragio universal
masculino (derecho de voto) se implanta en Europa entre finales del siglo XIX y el primer
tercio del siglo XX, mientras que el femenino no se consigue sino hasta mediados del s. XX.

Se van definiendo una nueva serie de derechos de contenido social, y el Estado se


convierte en Estado interventor que asegura una cierta igualdad de partida entre todos los
ciudadanos (por ejemplo, la derivada de garantizar un determinado nivel educativo gratuito y
obligatorio).

Se va acentuando su carácter de Estado sometido al Derecho, de manera que todos los


poderes públicos tengan que actuar con sumisión a la ley como expresión de la voluntad

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popular, y en el que la propia Constitución se convierte en norma jurídica que, en cuanto
expresa la decisión constituyente de un pueblo soberano, tiene que ser capaz de imponerse
a cualquiera de los órganos constituidos, incluido el Parlamento y su producto más elevado,
que son las Leyes.

Tendencia a la aparición de espacios supranacionales de toma de decisiones, haciendo


perder a los estados muchos de sus tradicionales “signos de soberanía”.

2. Elementos del Estado

El Estado presenta la concurrencia simultánea de tres elementos constitutivos: un


territorio o espacio físico delimitado por unas fronteras; un pueblo o población que reside
en él de forma estable, unida por un vínculo de nacionalidad; y unas instituciones de
gobierno o poder que rigen sobre el pueblo.

Además, el Estado tiene como atributos: la soberanía o su independencia-jurídica-


respecto de otros estados o entidades internacionales o privadas, identificar con la
competencia sobre la competencia, esto es, el poder de ejercer libremente, por sí mismo, o
de ceder a otras organizaciones políticas, las competencias materiales que suelen
conformarlo y que garantizan el cumplimiento de los fines que afronta desde su inicio o que
ha asumido en fases históricas posteriores (seguridad, defensa, administración de justicia,
hacienda, fomento… Hasta la procura de sanidad, educación, protección del medio
ambiente, etc.); y un ordenamiento sistema jurídico formado por un conjunto de normas de
distinta procedencia y forma de aprobación, con pretensión de completar y organizado bajo
unos principios de ordenación (como los de jerarquía de competencia), y que no depende
de otro ordenamiento superior o exterior.

a) Pueblo

Agrupación humana que se identifica dentro de un territorio. Una noción próxima pero más
limitada es el cuerpo electoral o aquel grupo de ciudadanos que son convocados a unas
elecciones generales. A determinados efectos, como en la responsabilidad penal, es un
concepto muy amplio pues engloba no solo a los residentes sino a aquellos que cruzan las
fronteras del Estado.

La sociedad es el sustrato personal sobre el que opera el Estado, es decir, la agrupación


natural o pactada de personas que constituyen una unidad distinta de cada uno de los
individuos que la componen con el fin de cumplir mediante la mutua cooperación todos o
algunos de los fines de interés general.

En el Estado constitucional el pueblo se manifiesta jurídica y políticamente en los


siguientes aspectos:

- Como titular del poder constituyente que se dota de una Constitución y tiene
reservada la capacidad de reformarla, al menos en sus aspectos esenciales.

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- Como cuerpo electoral que elige periódicamente sus representantes y participa en los
instrumentos de democracia directa para la toma de determinadas decisiones, por
ejemplo, mediante referéndum.

- Como legitimador de todo poder. En el Estado democrático todo poder tiene su


legitimación en surgir de la voluntad del pueblo, en actuar como sus representantes. - Como
creador de las leyes, expresión de la voluntad popular y las únicas que pueden delimitar
los derechos de los ciudadanos, de manera que sólo los ciudadanos podemos limitar
nuestros propios derechos.

Es diferente del concepto de nación que es el conjunto de personas de un mismo


origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc. Tienen
conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad y, generalmente, hablan el
mismo idioma y comparten un territorio.

Hay una definición de nación expresada por Renán en un libro clásico “Qué es una nación”
y la respuesta que da es que por encima de cualquier factor objetivo, la raza, la religión, la
cultura común… una nación es básicamente el resultado de un factor subjetivo,
puramente voluntarista, “el deseo, claramente expresado, de continuar la vida en común,
el plebiscito diario”… y es la existencia o no de ese deseo lo que por encima de cualquier
diferencia, o a pesar de todas las semejanzas, determinan la consolidación de los Estados.

Desde el punto de vista jurídico, el pueblo se individualiza respecto al pueblo de otros


Estados por la nacionalidad. Y a ella se vincula el concepto de ciudadanía, de manera que
el concepto de pueblo se identifica con el de ciudadanía. La pertenencia a la comunidad
que forma parte del Estado implica una serie de deberes y derechos, ya que sólo los
ciudadanos pueden participar en la formación de la voluntad estatal; por ello es importante
establecer criterios que permitan delimitar al “nacional”, esto es, al ciudadano de un Estado,
del que no lo es.

La nación es un concepto en principio cultural y no jurídico. Sólo en la medida en que


alcance relevancia política y exija y obtenga en el seno de un Estado determinado el
reconocimiento de sus características, de sus "hechos diferenciales", o por supuesto en la
medida en que cree su propio Estado, va a tener relevancia jurídico-constitucional. De lo
contrario, no tiene ningún tipo de valor jurídico.

b) Territorio

Porción del globo terráqueo donde se asienta el estado, éste debe considerarse en un
sentido tridimensional. Es decir, el espacio sobre el cual el Estado ejerce su validez es un
espacio de tres dimensiones que se extiende a lo ancho y a lo largo, en altura y
profundidad. Hay conceptos tangibles como el territorio físico, pero también están otros más
elucubrativos:

● Mar territorial es aquella parte del océano, ubicada adyacente a la costa y que
se extiende por 12 millas marinas, que es lo mismo a decir 22,2 km² y sobre la

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cual un Estado ejerce absoluta soberanía. Tiene su origen en el alcance de los
cañones desde la costa sobre los barcos que circulaban cerca del territorio físico.
● Zona económica exclusiva es el mar patrimonial o espacio dentro del océano
en el que un país puede recoger los productos del mar (pesca, gas, petróleo,
materias primas en general, etc.), es una franja marítima que se extiende desde
el límite exterior del mar territorial hasta una distancia de 200 millas náuticas
(370,4 km) contadas a partir de la línea de base desde la que se mide la anchura
de este.
● El espacio aéreo es una porción de la atmósfera terrestre, tanto sobre tierra
como sobre agua, regulada por un Estado (país) en particular.

El territorio es el elemento físico, el soporte del Estado. La sociedad nacional está vinculada
a un territorio más o menos delimitado que ofrece posibilidades y presenta límites. Es un
elemento determinante del nacimiento del Estado moderno, ya que, como hemos visto, éste
nace cuando el orden político deja de basarse en relaciones personales para hacerlo en
relaciones territoriales.

c) Poder político. El concepto de soberanía

El poder constituye el elemento político del Estado. Toda organización dispone de un poder,
es decir, de la posibilidad de lograr sus objetivos superando las resistencias mediante la
aplicación de la fuerza que genera la propia organización. El poder político se denomina
soberanía. La soberanía es una cualidad predicable del poder estatal, en la medida en que,
por encima de él, no hay ningún otro poder. Se entiende por soberanía la capacidad de
dominación política de un Estado que se ejerce sobre un pueblo y un territorio.

Es el concepto más artificial de los tres. Etimológicamente proviene de super omnia,


aquello que está por encima de todas las cosas. El principio de soberanía de los estados
implica que el poder político supremo se corresponde a un Estado independiente, sin
interferencias externas. Es un principio ideado por Bodino en 1576 en base a que la
titularidad y el ejercicio de la titularidad de la soberanía pertenecen al Estado, pero es
ejercida por el monarca de un modo absoluto. Bodino plantea que todos los poderes sean
ejercidos por el monarca de un modo absoluto y perpetuo en base a que el monarca es
ungido por la divinidad, aunque encuentra ciertos límites en el respeto a la ley natural.

Clases de soberanía

● Soberanía absoluta en la que el monarca ejercía el poder por título indiscutible.


Hay dos posturas:

-Bodino: razones religiosas, el monarca es ungido por Dios y actúa por gracia de
Dios. Sus poderes son ilimitados con el único límite de la imprecisa ley natural.

-Hobbes: existe un pacto social, el pueblo harto de la guerra de todos contra todos
(homo hominis lupus) otorga el poder al leviathan, el monarca no tiene ningún límite
a su poder conocido.

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El fundamento ideológico del surgimiento de estos primeros Estados se encuentra en los
escritos de Bodino y Hobbes, y trata de dar solución a la desintegración política y religiosa
de Europa que significaron la reforma y la contrarreforma, y a la necesidad de que
alguien fuera capaz de evitar la violencia entre los grupos religiosos que estaban
desangrando Europa en guerras religiosas, por el procedimiento de que alguien concentre
todo el poder, el monopolio de la fuerza, imponiéndose a todos los demás poderes en un
determinado territorio e imponiendo la paz. En ese momento histórico existe una demanda
generalizada de un poder fuerte, hay una necesidad social de paz y estabilidad. De esta
manera sería el Monarca absoluto, caracterizado por la concentración de todo el poder en
sus manos y símbolo de unidad y continuidad el único capaz de evitar el estado natural de
“guerra de todos contra todos” (en términos de Hobbes) en que degeneraría la convivencia
política de no existir esa fuerza capaz de imponerse.

Hay en Hobbes así la idea de pacto social, que luego retomará Rousseau, en un sentido
distinto. Los ciudadanos pactan con el poder político para evitar su propia destrucción,
pero, a cambio de ello, pierden todo atisbo de libertad. El Monarca absoluto asegura su
pervivencia, su seguridad, acabando con la lucha de todos frente a todos, que sería el
estado natural del hombre en sociedad –“el hombre es un lobo para el hombre”-, creando
las condiciones de seguridad que permiten el desarrollo de la vida social, pero a cambio de
ello el hombre pierde su libertad.

● Soberanía popular: el titular es el pueblo que reside en un determinado territorio


(Rousseau). Toma la idea del aspecto social pero el titular no es el monarca sino
el pueblo. Esta, teorizada por Rousseau, supone que el Estado es fruto de un
contrato social firmado por hombres libres e iguales, en el cual conservan sus
derechos inalienables. La soberanía reside, en consecuencia, en el pueblo
entendido como suma de ciudadanos libres, y la ley, como expresión de la
voluntad popular, debe ser el producto de esa voluntad conjunta. Las tesis de
Rousseau enlazan con el sufragio universal y con la democracia directa, ya
que la soberanía no puede ser enajenada ni representada.

● Soberanía nacional: no lo es todo el pueblo sino solo aquellos residentes que


están vinculados por un grupo de características históricas, de lengua,
costumbres, religión, etc. Es la tesis del abate Sieyès. Esta, significa que la
capacidad suprema de dominación no pertenece al pueblo como conjunto de
individuos, sino a la nación entendida como una unidad espiritual de las
generaciones pasadas, presentes y futuras. De esta tesis surge, por una parte,
el sufragio censitario, ya que de lo que se trata es de articular la voluntad de la
nación, pero al no corresponderse ésta con los individuos concretos no tiene
porqué admitirse el sufragio universal, sino que es lógico que sean los más
preparados de cada generación -los más ricos, los propietarios…-, los que
representen esa especie de comunidad ideal en la que en cualquier caso no
pueden estar todos representados, ya que por definición no lo estarán ni las
generaciones pasadas ni las futuras, y por otra la democracia representativa,

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ya que los así designados actuarán también en nombre de esas generaciones
no presentes.

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