La Voluntad de Dios
La Voluntad de Dios
La Voluntad de Dios
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA I
Introducción
Conclusión
Bibliografías
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Introducción
áreas donde es necesario que el hombre adquiera, hasta cierto punto, una comprensión más
profunda de los propósitos y objetivos que rigen el universo en el que vive. Este universo es
el escenario en el que se manifiesta el gobierno soberano que el Creador tiene sobre todo.
Para ello, se intentará abordar uno de los problemas que surgieron debido a algunos
Además, de que eso resulta en un gran misterio del que el hombre nunca llegará a
entender en esta vida, puesto que no es asunto suyo inmiscuirse en las obras de Dios con
Escrituras y de un razonamiento que se somete a lo que está prescrito en ella, una respuesta
simple a las incógnitas que los seres humanos generalmente se hacen en relación con esto.
Al respecto, en la teología reformada se han encontrado útiles varias distinciones que han
sido aplicadas a la voluntad de Dios, que traerán una mayor claridad y un correcto
entendimiento de esta cualidad del Ser de Dios y de las maneras en que esta se manifiesta
3
I. Definición del término “Voluntad” en las Escrituras
Primero, es preciso definir lo que el término “voluntad” significa, para poder así
adentrarse en las profundidades de las variadas connotaciones que tiene en diferentes partes
de las Escrituras. Para esto, se valdrá de una estructura básica proporcionada por el
La Biblia utiliza varios términos para indicar la voluntad. Las palabras más comunes
en hebreo y arameo son hapes (deleitar, desear, complacerse), rayin y seba (querer),
en tanto los términos griegos más usados son boule, thelema y eudokia (buen placer,
beneplácito). Estas palabras se aplican al ser humano y a Dios.1
Es importante notar aquí, la fuerza que esta palabra tiene dependiendo del contexto
amplio concepto de voluntad en lo que a Dios respecta. Por eso, en la Biblia la palabra
griega “Boule” hace referencia al plan predeterminado y providencial de Dios, mientras que
mandato. Igualmente con las palabras en hebreo y arameo, que se ciñen de uno de estos
piensa y representa una de las tantas perfecciones del Ser de Dios como espíritu
ser quien Él es y para hacer lo que Él ha dispuesto de acuerdo con Su beneplácito. En vista
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Paul Feinberg, “La voluntad de Dios”. En Diccionario Bíblico Wycliffe, ed. Charles F. Pfeiffer et al., (Buenos
Aires, Argentina: Peniel, 2016), 1736.
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de esto, teólogos como Bavinck han argumentado que: “La voluntad de Dios es
una determinación que venga de afuera, o una ley que lo coaccione a actuar de cierta
completamente otro, separado de su creación, solo hay una ley o regla por la que pueda
actuar, y esa es la de su propio carácter santo e inmutable. Esto ha sido discutido a lo largo
de la historia y se ha asociado con la libertad absoluta que tiene Dios como creador
supremo y soberano, a diferencia de las limitaciones volitivas que poseen sus criaturas
finitas y contingentes.
De ahí que la Biblia mencione los distintos actos de Dios en el tiempo y espacio en
modo que, “la voluntad de Dios es el atributo por el que Dios aprueba y determina toda
acción necesaria para la existencia y actividad de sí mismo y de toda la creación.” 3Es por
ella que sostiene y ordena todo lo existente conforme le plazca. Él es libre para hacer con lo
manifestado su bondad deliberada al crear el universo (Gn 1:1), al crear al hombre (Gn
2:7), al escoger un pueblo para sí mismo (Dt 7:6), y permitir que allí naciera el Mesías
prometido, quien llevaría a cabo en el tiempo la eterna salvación de los suyos (Lc 1:30-33).
También al escoger a un grupo de entre los hombres para vida eterna (Ef 1:4-5),
3-4), y en los detalles más insignificantes al ojo humano (Mt 10:29-31). La voluntad de
2
Herman Bavinck, ed., Dogmática Reformada (Viladecavalls, España : Clie, 2023), 228.
3
Wayne Grudem, Doctrina Bíblica :enseñanzas esenciales de la fe cristiana, trad. de Miguel A. Mesías
(Miami, Estados Unidos: Editorial Vida, 2005), 95.
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Dios es la causa de todo cuanto existe, o en palabras de los veinticuatro ancianos
registradas por el apóstol Juan: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder;
porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.” (Ap 4:11).
una sola, no es como si hubiera más de una, sino que se han distinguido tres principales
ocultos por los que gobierna el universo y determina lo que sucede”. 4Hace referencia a su
plan determinado y de su gobierno providencial soberano sobre todas las cosas creadas, de
tal manera que orquesta y dirige cada cosa hacia el fin que el designo para ellas, conforme a
propósito mismo de la creación y el inseparable vínculo que existe entre los decretos de
Dios y Su gloria. Es por esto por lo que el apóstol Pablo, en una doxología, hace eco de esta
gloriosa verdad al decir: “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la
4
Grudem, Doctrina Bíblica :enseñanzas esenciales de la fe cristiana, 96.
5
John MacArthur y Richard Mayhue, Teología sistemática, trad. de Loida Viegas Fernández (Grand Rapids,
Estados Unidos: Portavoz, 2018), 190.
6
gloria por los siglos. Amén.” (Rom 11:36). Este aspecto de la voluntad divina no puede ser
violada, ya que constituye el designio de Dios, que es el fundamento de todo. De modo que,
cada cosa que sucede en el universo está dentro de lo que Dios quería que sucediera, nada
Ahora bien, surge un problema con esto y es que, si todo está dentro del plan de
Dios, eso incluye el pecado tanto de los ángeles que se rebelaron contra Dios como el de los
hombres que desobedecieron el mandato explícito que Él les había dado, cayendo así en
una desgracia que se extendería hacia toda su descendencia. Esto convertiría a Dios en el
autor del pecado, despojándolo de Sus atributos de pureza y santidad absoluta. Por ende, el
resultado de esta deducción que no tiene en cuenta lo que la Biblia dice acerca de la
fidelidad y bondad inherentes de la Deidad, es colocar la culpa del caos y desorden que se
Esto no es más que un intento por parte del hombre de exonerarse o librarse del
peso de la culpa que carga sobre su conciencia. John MacArthur asevera: “La voluntad
decretiva de Dios corrobora todas las cosas, pero no coacciona a sus criaturas para que
hagan algo”.6 Esto no significa que Dios fuerce las decisiones libres de los agentes morales,
obligándolos a cumplir con sus designios. Más bien, se vale de las acciones pecaminosas de
Es decir, aquello no convierte a Dios en el autor del pecado, pero este siempre había
estado dentro del plan que estableció desde la eternidad pasada. De tal forma que, al
rebelarse los ángeles en el cielo y al pecar los hombres desobedeciendo a Dios, estarían
6
John MacArthur y Richard Mayhue, Teología sistemática, trad. de Loida Viegas Fernández (Grand Rapids,
Estados Unidos: Portavoz, 2018), 192.
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cumpliendo con su voluntad decretiva. Su control y dominio es absoluto, nada está fuera de
como los medios para llegar a ellos. Hogde tenía razón al hacer esta aclaración con respecto
a esto:
Una voluntad decretal positiva no puede consistir con una voluntad decretal
negativa; esto es, Dios no puede hacer pecar a los hombres. Pero una voluntad
decretal negativa puede consistir en una voluntad preceptiva afirmativa; esto es,
Dios puede mandar a los hombres que se arrepientan y que crean, y, sin embargo,
por sabias razones, abstenerse de darles arrepentimiento.7
Con todo, hay un aspecto de la voluntad de Dios, que si puede ser quebrantada, y de
hecho lo es, y con mucha frecuencia, y esa es conocida como la voluntad “preceptiva” o
“revelada” de Dios. Wayne Grudem la define de este modo: “Esta voluntad revelada de
Dios es la voluntad declarada de Dios respecto a lo que debemos hacer o lo que Dios nos
ordena hacer”8se relaciona con los mandamientos, preceptos y estatutos revelados en las
Sagradas Escrituras, que describen la conducta que todo hombre de llevar en su vida sobre
la tierra. Por lo tanto, esta faceta enfatiza la responsabilidad que el hombre tiene con Su
especial (la Biblia), y también en su ley moral escrita en el corazón de cada ser humano (la
consciencia).
A su vez, que a diferencia de la voluntad decretiva, esta ha sido revelada, con el fin
de que gobierne y regule cada área de la vida terrenal. Bavinck hace una clara distinción
7
Charles Hodge, Teología sistemática, trad. de Santiago Escuain (Barcelona, España: Clie, 2010), 231.
8
Ibíd.
8
entre estas dos: “Con Su voluntad preceptiva no dice lo que él hará; no es la norma de su
conducta; no prescribe lo que Dios debe hacer, sino que nos dice lo que debemos hacer
imperativos que se encuentra en las Escrituras, que hablan de como Dios quiere ser
adorado, servido, amado y obedecido. Estos principios deben ser seguidos por cada
persona, sea que hayan recibido la luz de la Palabra, o que fueran sumidos en las oscuridad
e ignorancia de ella, cada uno es responsable ante Dios tanto por la observancia, como por
Cabe considerar que, algunos teólogos han abogado por la palabra "permisiva", que
denota una capacidad para frustrar la voluntad preceptiva de Dios. Tal es el caso de R.C.
Sproul, quien aunque utiliza este término, es consciente del cuidado y el peligro que se
corre al no dar una explicación clara con lo que se refiere que Dios concede un permiso
para pecar. Esto no debe entenderse como si Dios diera el derecho moral de desobedecerle,
dice él; sin embargo, el hecho de que permita ciertas circunstancias o acciones pecaminosas
no quiere decir que las apruebe o esté de acuerdo con ellas. 10 En consecuencia, es deber del
hombre caminar recta y justamente en los caminos y en las obras que Dios ha trazado para
9
Herman Bavinck, ed., Dogmática Reformada (Viladecavalls, España : Clie, 2023), 303.
10
R.C Sproul, <<Cómo conocer la voluntad de Dios, un programa con R.C Sproul>>, Renovando Tu Mente
(blog), último acceso 12 de octubre de 2020,
https://es.ligonier.org/RTM/como-conocer-la-voluntad-de-dios/.
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IV. La voluntad de disposición de Dios
voluntad general, aún quedan otras facetas que constituyen el misterio de su soberano
designio.11Y una de las que se han reconocido es: la voluntad de disposición de Dios, que
como bien lo expreso R.C Sproul consiste en aquello que complace y agrada a Dios. Se
centra en Su actitud hacia las criaturas.12De una forma que transmite o comunica la relación
que hay entre Él, la causa última de todas las cosas, y su creación, el efecto del libre acto de
su voluntad decretiva al llamar las cosas que no eran, como si fuesen (Rom 4:17).
Esto se extrae del pasaje de 2 Pedro 3:9, donde se dice que Dios no quiere que nadie
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. El dilema por resolver aquí es, si Dios
desea que los hombres lleguen al arrepentimiento para vida, ¿por qué entonces no extiende
su gracia salvífica hacia cada uno de los integrantes de la raza humana? Primero se debe
determinar a qué voluntad se está refiriendo el apóstol Pedro en el contexto de este pasaje,
de otro pasaje de la Escritura que con relación a este punto declara que: “Vivo yo, dice
Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su
camino, y que viva” (Ez 33:11). En este versículo se ve claramente que el Señor no se
deleita en el castigo que el hombre recibe por causa de su transgresión, sino que se duele,
por así decirlo, de su desgracia, aunque con toda certeza condena y decreta el castigo de
descanso que sus almas desesperadamente necesitan (Mt. 11:28), y que por necesaria
dudara ni por un momento en derramar su justo juicio dándoles lo que les corresponde
como resultado de su extravío (Rom 1:27). Por consiguiente, quienes desean disfrutar de la
voluntad preceptiva.13 No hay ningún conflicto de intereses en Dios, todo lo contrario, Dios
siempre ha querido una sola cosa: una familia de hijos que le adoren por la eternidad. Y así
Conclusión
el más importante, en los que alguien se pueda involucrar jamás. Por este motivo, la Biblia
trasfondo en el que aparece el término, y el sentido que adquiere en relación con su uso
aplicativo. Tanto la voluntad decretiva, que se refiere a los edictos soberanos del Rey del
13
Ibíd.
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Universo que no pueden ser violados, como su voluntad preceptiva que apunta a los
mandamientos que el Señor ha establecido, que deben servir como la regla conductual por
inclinación interna de Dios con relación a sus criaturas, deseando su bienestar eterno y
estableciendo los límites y el alcance al que el hombre puede llegar con respecto al
Bibliografías
Feinberg, Paul. “La voluntad de Dios”. En Diccionario Bíblico Wycliffe, editado por
Charles F. Pfeiffer, Howard F. Vos, John Rea, 1736. Buenos Aires, Argentina:
Peniel, 2016.
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Grudem, Wayne. Doctrina Bíblica :enseñanzas esenciales de la fe cristiana. Trad. de
Hodge, Charles. Teología sistemática. Trad. de Santiago Escuain. Barcelona, España: Clie,
2010.
https://es.ligonier.org/RTM/como-conocer-la-voluntad-de-dios/.
Sproul, R.C. ¿Puedo conocer la voluntad de Dios?. Trad. de Elvis Castro. Florida, Estados
Sproul, R.C. <<Cómo conocer la voluntad de Dios un programa con R.C Sproul>>.
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