Curso de Alquimia - Vía Húmeda Clásica

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ALQUIMIA I - VÍA HÚMEDA CLÁSICA I Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P.

- José Luis Ramos


Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P. - José Luis Ramos – (S. Omar Exoslius uploaded?)

CURSO ALQUIMIA I
VÍA HÚMEDA CLÁSICA

Unidad Didáctica no 1

Principios Filosóficos
y
Búsqueda de la Materia Inicial

INTRODUCCIÓN

Bienvenido. El simple hecho de haber adquirido esta Unidad Didáctica le


inscribe como estudiante de Alquimia en la Vía Húmeda Clásica. No han sido
necesarios requisitos previos, sólo el interés y amor por nuestro Arte y un
deseo de conocimiento y elevación espiritual y humana, que suponemos
cuando ha decidido dar el paso de contactar con GAP. Permítanos, sin
embargo, aclarar algunos puntos de interés que le rogamos tenga siempre
presentes en su andadura alquímica bajo nuestra guía:

1º) Existen infinidad de libros, tratados y documentos, antiguos y modernos,


sobre Alquimia. Muchos son estudios eruditos que no poseen conocimiento ni
práctica real del Arte. Otros son libelos engañosos o llenos de fantasía. Hay
escritos de verdaderos Maestros, llenos de metáforas, simbolismos y
tergiversaciones, que se prestan a múltiples interpretaciones. Todos son dignos
de leerse (algunos con detenimiento y reiteración), pero en nuestros cursos
GAP no hace referencia a ningún texto. Impartimos nuestra enseñanza de
acuerdo con nuestra experiencia y conocimientos, sin necesidad de apoyo ni
referencias externas. Hay capítulos especiales dedicados a los símbolos,
emblemas y terminología alquímicos, pero es el estudiante quien tratará, con
estos conocimientos, de desentrañar y evaluar los escritos de otras fuentes
cuya lectura y estudio, reiteramos, es conveniente y necesaria. Sin embargo,
por su indudable interés y aplicación, adjuntaremos en cada Unidad algún
texto clásico como ejercicio de análisis.

2º) Existen varias escuelas filosóficas que postulan la realización de la Gran


Obra Alquímica como un proceso puramente espiritual, en el que la materia
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prima y los agentes que la modifican son el propio alquimista (su cuerpo y su
espíritu). En GAP practicamos la Alquimia de laboratorio (labora - oratorio,
ora et labora, solve et coagula...) en la que el espíritu y la percepción del
alquimista se purifica, expande y perfecciona al mismo tiempo que la materia
vil y grosera extraída de la mina.

3º) Gran parte de los tratados alquímicos (sobre todo los de origen medieval)
hacen una referencia constante a Dios, en un contexto cristiano – católico,
perfectamente explicable en la época en que fueron escritos. También se
encuentran referencias religiosas en tratados modernos. GAP no postula ni se
adscribe a ninguna teología y el nombre de Dios no es utilizado en ningún
momento (esta será al última vez que lo verá escrito...). Sin embargo, la
Alquimia no es una ciencia materialista, una receta o procedimiento para
transmutar la materia..., su finalidad primordial es lograr la simbiosis y la
armonía del operador con las energías que constituyen el Cosmos. Ello unifica
todas las creencias religiosas y reconoce un Ente Supremo, una Inteligencia
Cósmica en la que, a la postre, debemos integrarnos.

4º) Para realizar los Cursos de GAP no es imprescindible haber estudiado


Química, Física o cualquiera de las ciencias escolásticas. Estos conocimientos
son muy útiles siempre que se sepa prescindir de los dogmas científicos
establecidos y disponer de una mente abierta a fenómenos y procesos no
contemplados por la ciencia actual o tenidos por imposibles. En caso
contrario, será un impedimento, en lugar de una ayuda.

5º) La realización de la Gran Obra es un proceso personal e intransferible.


Este curso sólo le mostrará el camino, pero debe ser usted quien lo transite,
con mejor o peor fortuna. Trataremos de aclarar sus dudas, pero no
garantizamos el buen resultado de los procesos. Ello no implica una dejación
o irresponsabilidad por nuestra parte, sino la constatación de un hecho
manifiesto. En los procesos alquímicos intervienen muchos factores:
la calidad de las materias, el instrumental, el entorno o laboratorio, el clima,
las influencias estacionales y cósmicas y, sobre todo, el espíritu y disposición
del propio operador. Como ejemplo, hemos dado a distintos estudiantes las
mismas materias y vasos para su evolución y a algunos el proceso resultó con
éxito y otros no obtuvieron el resultado apetecido...

6º) La Alquimia (créase o no...) es una Ciencia Sagrada, perfectamente


protegida tanto a nivel material como espiritual. Los Alquimistas, Filósofos
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por el Fuego, Servidores del Fuego Sagrado, lo son una vez realizado el
Juramento Hermético. No conocemos a nadie que haya completado la Obra
sin haber realizado este rito iniciático, que es condición necesaria (aunque no
suficiente) para alcanzar el nivel transcendente del Adeptado. Este Juramento
no nos permite traspasar ciertos límites en cuanto a la información y
enseñanza que podemos impartir por un medio abierto y escrito. Daremos al
estudiante claves y pistas para que pueda averiguar por sí mismo los hitos
iniciales del Arte , confirmándole su acierto o error con algunas limitaciones.
Podemos ser más abiertos, utilizando los lenguajes clásicos herméticos, pero
debemos certificar que el aspirante, además de haber alcanzado el nivel
suficiente, ha realizado el Juramento iniciático. Ello presenta ciertas
dificultades en el caso de una enseñanza a distancia, como la presente, ya que
en el rito debe estar presente un Adepto certificado y un Alquimista de primer
nivel como testigo... Ello implica que el aspirante, si desea iniciarse, debe
emprender un viaje (quizá largo y costoso) hasta el lugar adecuado o, en su
defecto, (más factible si son varios) sufragar los gastos de los maestros. En
cualquier caso, el curso puede ser seguido hasta su final sin ese requisito, pero
poco a poco se va haciendo más críptico.
Por todo lo expuesto, hemos decidido dividir los cursos en unidades (10) de
coste creciente e información cada vez más avanzada. Con ello, el estudiante
que no considere interesante el curso, puede abandonarlo sin haber tenido que
desembolsar más que la pequeña cantidad de la primera unidad y, por otra
parte, nos permite realizar un seguimiento de la enseñanza y no suministrar
más información a aquellos que no demuestren la dedicación y capacidad
necesarias.

PLAN DE ESTUDIO DE LA PRESENTE UNIDAD

La Unidad Didáctica 1 del Curso ALQUIMIA I, pretende familiarizar al


estudiante con los Principios Filosóficos que rigen la Vía Húmeda Clásica de
la Alquimia, así como determinar la naturaleza de la Materia Inicial, su
Simbología, los elementos necesarios para instalar el Laboratorio Alquímico
y los procesos de preparación y purificación de las materias o Trabajos de
Hércules. Todo ello ilustrado con dibujos, esquemas y fotografías. Se adjunta
un Anexo de Símbolos y Alegorías y otro de Figuras. Finaliza la Unidad con
un Cuaderno de Prácticas que deberán ser realizadas por el estudiante y un
Test de Evaluación que, una vez cumplimentado, debe ser remitido a GAP.
Las cuestiones y dificultades que se presenten se enviarán por un e-mail a
GAP, indicando el identificador y la clave que dispone cada alumno, así como
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una descripción lo más detallada y clara posible de las cuestiones.

PRINCIPIOS FILOSÓFICOS

La ALQUIMIA es la Ciencia de la evolución de la materia hacia la


Perfección, por la vía del Espíritu.

La Filosofía Hermética que profesamos está sintetizada y perfectamente


descrita en nuestro "catecismo alquímico": La Tabla Esmeralda de Hermes
Trismegisto que, a continuación, reproducimos. Transcribimos el primer
párrafo en latín, ya que sus expresiones aparecen en numerosos textos y
emblemas de nuestro Arte.
Tabula smaragdina
(Hermes Trismegisto)

Verum sine mendacio, Certum & verissimun.


Es real, sin mentira, Cierto y muy verdadero :
Quod est i nferius, ets sicut quod Superius, &
Lo que está abajo es como lo que está Arriba,
quod Superius est sicut quod est inferius ad
y lo que está Arriba es como lo que está abajo para
perpetranda miracula Rei Unius. Et sicut
llevar a cabo el milagro de Una Sola Cosa. Y así
omnes Res fuerunt ab Uno, meditatione
como todas las Cosas provinieron de Uno, por el pensamiento
Unius: Sic omnes Res natae fuerunt ab hac
de Uno: Así todas las Cosas nacieron de esta
Una Re Adaptatione.
Sola Cosa por Adaptación.

Su padre padre es el Sol, su madre es la Luna, el viento


lo ha llevado en su vientre; la tierra es su nodriza.
Ahí está el padre de todo el Thelema del Universo.
Su potencia sobre la tierra no tiene límites.

Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo espeso,


suavemente, con gran industria. El que sube de la
tierra al cielo y en seguida vuelve a bajar sobre la tierra,
y recoge la fuerza de las cosas superiores e inferiores.
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Así tendrás toda la gloria del mundo, por eso toda
oscuridad se alejará de ti.
Es la fuerza fuerte de toda fuerza, porque vencerá
toda cosa sutil y penetrará toda cosa sólida. Así es
como fue creado el mundo.
He ahí la fuente de admirables adaptaciones, aquí
indicada. Por eso he sido llamado Hermes
Trismegisto, que posee las tres partes de la
Filosofía universal.
Lo que he dicho de la operación del sol, es
completo.

La evolución hacia la Perfección es el destino final de toda la Creación. A


partir del inicio puntual y caótico (que la ciencia actual identifica con el
llamado "Big-Bang"), todas las cosas progresan en su constante adaptación
hacia el Centro Infinito del que han partido, en perfecta ordenación vital.
La vida, en todas sus manifestaciones, asocia a toda estructura material la
energía vital que la caracteriza y el espíritu, inteligente o no, que acumula,
enlaza y forma parte del Ser Esencial. Ya los antiguos filósofos postulaban
que todo lo creado estaba formado por Cuerpo, Alma y Espíritu, en cualquiera
de los tres reinos (Mineral, Vegetal o Animal).
Para hacer inteligibles los textos clásicos, es necesario describir en su propia
terminología los principios filosóficos que los fundamentan. Así,
describiremos los tres Principios, los cuatro Elementos y los siete Metales:

TRES PRINCIPIOS
AZUFRE
Propiedades activas (p.e.: combustibilidad, poder de ataque sobre los
metales, etc.).
Representa la forma, el principio activo, lo masculino, lo caliente y lo fijo
de la materia prima.
Está relacionado, por consiguiente, con la Tierra (estado visible y sólido) y
con el Fuego (estado oculto y sutil). También se llama Padre de los Metales.

MERCURIO
Propiedades pasivas (p.e.: fulgor, volatilidad, fusibilidad, maleabilidad).
Representa la materia, el principio pasivo, lo femenino, lo frío y lo volátil
de la materia prima.

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Está relacionado, por consiguiente, con el Agua (estado visible y líquido) y
con el Aire (estado oculto y gaseoso). También se llama Madre de los
Metales.

SAL - ARSÉNICO
Es el medio de unión entre el Azufre y el Mercurio.
Representa el movimiento, medio por el cual el Azufre da a la materia toda
clase de formas.
Está relacionada con la Quintaesencia (Eter).

CUATRO ELEMENTOS

FUEGO (IGNIS)
Distinguimos tres tipos de Fuego:
•Fuego espiritual del operante.
•Fuego externo, el que proviene del Athanor encendido.
•Fuego interno, o Fuego Secreto. Es el fuego que no quema las manos, pero
que se manifiesta en cuanto es excitado por la acción del fuego externo.

TIERRA (TERRA)
Es nuestra Materia Prima, Nuestro Sol, o principio masculino, es
representado por Adán en el régimen de Mercurio.
Es el Oro de los Sabios, ya que tiene mucho más valor que el oro vulgar.
Nuestro oro contiene el mejor oro astral, el más adecuado para la Obra. En su
estado elemental es la más pura y fija de todas las criaturas. Aún así es
comparado al oro vulgar porque éste tiene un azufre incombustible, un
mercurio rojo purísimo y una sal en las proporciones justas para que
manifieste sus propiedades de pureza, incorruptibilidad, etc..

AGUA (AQUA) El elemento Agua viene representado por el Espíritu.


Espíritu Universal,Espíritu volátil, Húmedo radical, Humedad untuosa, Fuente
de agua viva que sale del tronco de la encina.
El Espíritu Universal dimana del Sol, la Luna y el Fuego Secreto; aunque este
último es quien lo moviliza.
En el régimen de Mercurio, este Espíritu, de carácter volátil, es fijado en un
líquido: lo intangible se hace tangible tomando por cuerpo la humedad. Se le
ha llamado también Espíritu Divino, Agua de Vida o Celeste, es el tan
preciado Rocío de Mayo, la fuente de los sabios, imprescindible para la Obra.

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AIRE (AER) En nuestra vía el Aire impregna el Mercurio para obtener de él
el verdadero Azufre. En el huevo filosófico transporta la materia hasta los
cielos para allí ser convertida en agua y convertirse, al descender, de nuevo en
Tierra.

SIETE METALES (PLANETAS)


(Ver simbología en el ANEXO I)
PERFECTOS
Oro Sol
Plata Luna

IMPERFECTOS
Cobre Venus
Hierro Marte
Estaño Júpiter
Plomo Saturno
Mercurio Mercurio

Los conceptos que hayan quedado oscuros en esta descripción clásica irán
quedando explicados a lo largo de la presente Unidad o de las siguientes.

Unánimemente, todos los tratados de los grandes Adeptos coinciden en que


las operaciones de la Gran Obra Alquímica, en todas sus vías, se realizan en el
reino mineral. Nada vegetal o animal forma parte de las materias directas o
indirectas de la Obra. Este criterio es el primer filtro para determinar la
autenticidad de los escritos (salvo que los nombres vegetales o animales
utilizados lo sean metafóricamente, lo cual ocurre en muchos casos).
Retomando nuevamente las consideraciones filosóficas bajo una perspectiva
actual, reiteramos que el proceso es, básicamente, un proceso vital. Podemos
establecer que el carácter generador, evolutivo o reproductor es lo que
caracteriza a los seres vivos. Debemos reconocer que, en nuestra escala
biológica de gran velocidad de reacción, es muy difícil determinar la
evolución vital de un mineral.
La vida (capacidad germinadora y evolutiva) de un mineral está depositada en
una red de nodos energéticos con una configuración geométrica definida (muy
similar a la estructura genética del ADN en las estructuras biológicas de los
dos primeros reinos), situada en el interior del armazón del núcleo atómico.
Por este motivo, las propiedades químicas (que dependen de la periferia
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electrónica) no son significativas en su determinación y las propiedades
físicas comunes (densidad, masa, calor específico, etc.) tampoco están
afectadas, pues sólo dependen de la configuración nuclear gruesa. Esta red o
malla sutil está más relacionada con los mesones pi (descubiertos el la
primera mitad de este siglo por el japonés Yukawa) y la mecánica cuántica
que con estructuras coherentes masivas.
Dicho esto, ¿cuál es, entonces, la diferencia entre, por ejemplo, sulfuros
naturales como la blenda, pirita, galena, estibina, etc. y los obtenidos en el
laboratorio a partir del metal correspondiente? Químicamente, ninguna.
Físicamente..., casi ninguna. Hay ciertas propiedades naturales que son
imposibles de reproducir en los compuestos artificiales y la ciencia no sabe
muy bien porqué.
En los procesos de obtención de los metales a partir de los correspondientes
minerales, se rompen los enlaces con una energía tal que deshace la red vital
del mineral. Es un proceso irreversible, igual que la muerte de un animal que,
una vez apagada la llama vital, ninguna restauración le reintegra la vida que
anteriormente tenía.
Nuestras experiencias se centraron en la obtención del Mercurio Filosófico,
primero a partir de su mineral por la vía tradicional. Y, una y otra vez, el
resultado fue óptimo. Después, sintetizando el mineral a partir de su metal de
origen. Salvo eso, los procesos fueron idénticos y, al principio todo iba bien,
pero nunca conseguimos que dicha obra progresara y alcanzara el negro.
Como alternativa, sintetizamos la materia prima, no a partir de metal
comercial, sino a partir del mineral obteniendo el metal por procedimientos
sutiles y poco activos. Pero todo metal es cadáver y los resultados (después de
grandes trabajos) fueron igualmente negativos.

Como complemento final de este capítulo dedicado a la Filosofía de nuestra


Ciencia, aclaremos algunos conceptos y objetivos:
ALQUIMISTA: Es todo aquél que realiza la Gran Obra por los
procedimientos canónicos o personales, pero teniendo siempre en cuenta que
la Alquimia sigue en todo a la Naturaleza.
ADEPTO: Es el alquimista que ha alcanzado la fase final de la Obra, con
todas sus consecuencias.
AMANTE DEL ARTE: Estudioso e investigador de la Alquimia, respetuoso
y seguidor de sus principios, pero no ha emprendido el Camino de la Gran
Obra.
ARQUIMISTA O SOPLADOR: Realiza operaciones "alquímicas"

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siguiendo los textos al pie de la letra y busca obtener la transmutación
metálica o la Medicina Universal, con ánimo de lucro. También entran en esta
definición aquellos que lo hacen con desinterés y con ánimo filantrópico, pero
sin entender el verdadero objetivo de la Alquimia.
ESPAGIRISTA: Artista que practica Espagiria. La Espagiria (denominada
erróneamente por algunos Alquimia Vegetal) es una hermosa ciencia cuyas
operaciones guardan similitud con algunas de las vías alquímicas. Utilizada
para extraer de los vegetales sus principios vitales y activos inalterados, es
una extraordinaria fuente de medicinas eficaces y naturales, cuya bondad no
dejamos de ensalzar (GAP ofrece un curso monográfico dedicado a esta
ciencia). Muchos estudiantes de Alquimia inician su actividad en Espagiria
para coger práctica y familiarizarse con los procesos.
El Objetivo de la Alquimia no es la transmutación metálica ni tampoco la
obtención de la Medicina Universal (que pueden definirse como "efectos
secundarios" de la Obra). Tampoco el Adepto tiene como misión la salud y el
bienestar de su prójimo. Por otra parte, el Adeptado Alquímico no es un bien
democrático accesible a todos.
Pocos Adeptos ha habido a lo largo de los siglos. Pero, que sepamos, no ha
habido época en la que no se haya producido el paso de un Adepto. Sólo con
ello hubiera sido suficiente para que este mundo se hubiese visto libre de la
enfermedad y la miseria.
Pero la lucha contra los cuatro jinetes del Apocalipsis es una labor colectiva
de toda la Humanidad, en la que no se permiten atajos ni panaceas. Como ser
humano con un altísimo grado de evolución, el Adepto (mientras está aquí…)
ayudará a su prójimo en sus necesidades, pero NUNCA pondrá directamente
en sus manos los resultados de la Obra.
Todo ser humano tiene la obligación de elevar su nivel espiritual hasta
alcanzar el nivel de transferencia, aunque ello le lleve un gran número de
vidas. Pocos son los que tienen el nivel espiritual para sentir la vibración de la
Alquimia, menos aún los que logran penetrar en la profundidad de los
Arcanos en su total transparencia y aún muchos menos aquellos que alcanzan
el umbral de la Puerta.
A partir de aquí, ya no depende de uno. Sino de leyes que escapan a nuestra
comprensión. Pero sabemos que, cada cierto tiempo, alguno de los que
esperan es llamado...
No pretendemos que nadie crea lo que afirmamos, ya que es algo
indemostrable. Ni tampoco explicaremos cómo estas cosas han llegado a
nuestro conocimiento. Créanse o no. Os aconsejamos liberar vuestro espíritu
de todo condicionamiento, poner la mente en blanco y SENTIR si lo que
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decimos es cierto. Luego, obrar en consecuencia...

MATERIA INICIAL
En base a los principios filosóficos expuestos, podemos afirmar que todos los
cuerpos de los tres reinos poseen una determinada proporción de Mercurio,
Azufre y Sal que los caracteriza. Según ello, toda materia viva, animal,
vegetal o mineral es susceptible de evolucionar y, con las adecuadas
adaptaciones (como describe la Tabla Esmeralda), obtener de ella la Materia
Prima para iniciar la Gran Obra.
En este punto, queremos aclarar un concepto que se presta a confusión en
muchos escritos alquímicos: La diferencia entre Materia Inicial (o Primera)
y Materia Prima. La materia inicial, o primera materia, es el cuerpo (o
mezcla de cuerpos) con los que el artista comienza su trabajo, tal como se
encuentra en la naturaleza y pueden ser diferentes en las distintas vías.
Materia Prima es el objeto de la Filosofía y es único: Todas las vías
alquímicas confluyen en este punto.
Muchos autores comienzan sus tratados a partir de esta Materia ocultando las
preparaciones que, a partir de la materia inicial, conducen a ella, sin informar
que la Materia Prima no existe en estado natural y debe ser preparada por el
Arte.
Aclarado este punto, retomamos las consideraciones expresadas en el primer
párrafo: ¿qué nos impide comenzar la Obra con cualquier materia? Nada lo
impide, salvo que las materias animales y vegetales están tan alejadas de la
esencia primordial constitutiva del Universo que no bastaría una vida de
trabajo continuo para extraer de ellas sus principios activos.
Queda, pues, el reino mineral. Y aquí los caminos son diversos y constituyen
las diferentes vías y procedimientos (debido a su extensión, y puesto que
requiere un conocimiento más amplio, no realizaremos en esta Unidad una
descripción detallada de las vías más importantes, que se expondrá en la
Segunda Unidad). Para que el estudiante pueda investigar entre los productos
naturales del reino mineral cuál es la materia que debe emplear, expondremos
a su consideración varios puntos:

• Los minerales a considerar son menas metálicas o de elementos tenidos por


metales en la antigüedad. Ello nos permite descartar todos los minerales de
los que proceden metales cuyo conocimiento se haya producido en los
últimos mil años.
• Todos los metales "clásicos" (7) tienen una capacidad reproductora
extraordinaria. Especialmente cuando están vivos (en su mineral natural) y
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de todos ellos puede extraerse la Materia Prima, pero de unos mejor que
otros… Como ejemplo indicativo, si examinamos un libro de Física
Nuclear, en los capítulos de transmutaciones radiactivas, se informa que el
ciclo natural de transmutación isotópica es: Hierro → Cobre → Plomo →
Estaño → Mercurio → Plata → Oro.
• Igualmente, es muy instructivo investigar en dichos textos las tablas de los
isótopos conocidos. La cantidad de isótopos de un metal indica su
capacidad transmutativa (dicho en términos alquímicos, cuán próximo está
a la Materia Prima...). De todos los metales indicados, hay uno que se
diferencia notablemente del resto por su extraordinaria capacidad, ¿cuál...?
• En términos clásicos, el mineral que buscamos es único en su especie (no
tiene hermanos ni parientes) y en muchos tratados se le conoce como el
Dragón Rojo, potente, pesado que, excitado, exhala un aliento mortífero. Su
carne es delicada, por lo que se protege de una negra coraza, dura como el
pedernal.
• En algunos tratados se dice que la materia es abundante y que la poseen
ricos y pobres, que es despreciable y de poco valor... Estas afirmaciones son
ciertas para una de las materias complementarias (o para otra empleada otra
vía). Pero nuestra materia inicial, en la Vía Húmeda Clásica, no es muy
abundante en todos los países y no es fácil encontrarla en los comercios.
Sin embargo, su búsqueda y localización no es azarosa y puede hallarse a
través de algunas direcciones de Internet. (AVISO: En comercios de
productos químicos se encuentra una materia de igual nombre e idéntica
composición que no es válida alquímicamente, ya que es un producto
artificial muerto...).

En la Fig. 1 del Anexo II se muestra una fotografía de la Materia Inicial de


nuestra vía. Con ella, los datos ya expuestos y los comentarios que se realizan
en el capítulo de Simbología, no será difícil al estudiante determinar la
verdadera naturaleza de esta materia

SIMBOLOGÍA
Este capítulo se repetirá en todas las Unidades Didácticas, pues en ellos se
hace una exposición de los principales términos y símbolos empleados en la
mayoría de los textos alquímicos, relativos a las materias y procedimientos
descritos en cada Unidad. Esta exposición dista mucho de ser completa, ya
que los alquimistas, a lo largo de los siglos, han utilizado una gran cantidad de
expresiones y símbolos para describir las materias. Existe una abundante
bibliografía al respecto que deberá ser consultada por el estudiante. Entre
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ellos cabe destacar el "Diccionario Mito - Hermético" de Dom Pernety y el
"Diccionario abreviado de los términos del Arte", de Guillaume Salmon.
En el Anexo I se muestra una tabla de Símbolos y Alegorías de gran utilidad y
aplicación. Es norma general entre los verdaderos alquimistas utilizar la
terminología alegórica y JAMÁS emplear el nombre químico o vulgar de las
materias o procesos. GAP, fiel a al tradición, seguirá siempre ese
procedimiento, frente a voces e intereses que tratan de "vulgarizar" el Arte y
hacerlo accesible a todos. Ya hemos expresado nuestro criterio y, aún con el
máximo respeto que nos producen esas opiniones, creemos que nuestra
postura (común a los alquimistas de todos los tiempos) es la correcta.
La Materia Inicial de la Vía Húmeda Clásica es nombrada en muchos textos
como Dragón Rojo, Hombre Rojo y, sobre todo, Encina. Son muchas las
alegorías que utilizan la encina (el roble en algunos casos, pero esta
asignación se debe más a una errónea traducción de los textos que a un
sentido hermético del término) para designar esta materia. Es común la
representación de una encina hendida o abierta, de cuyo interior mana un río
(indicando que el "agua que no moja las manos", Mercurio Filosófico o
Materia Prima nace de dicha encina). Muchos Adeptos han insistido en que
jugando con las palabras de la encina y su río, se descubre el nombre vulgar
de la materia que representa.
En la Fig. 2 del Anexo II se muestra el emblema general del comienzo de la
Obra. Volveremos a este emblema en posteriores Unidades para describir el
significado del Andrógino (REBIS) y los símbolos que lo acompañan, por el
momento vamos a realizar algunas consideraciones relativas a la Materia
Inicial descifrando el significado de algunos símbolos que aparecen en dicha
imagen. El REBIS, o ser de dos naturalezas, se asienta sobre el dragón rojo
alado, indicando que procede y vence al mismo. En su mano derecha sujeta un
compás y en la izquierda una escuadra. Estos símbolos, propios de la
construcción, han originado multitud de interpretaciones a cuál más peregrina
(entre ellas cabe destacar, por su incongruencia, la que relaciona el emblema
con la Masonería...). Ambos símbolos, ligados, son una representación
inequívoca de la naturaleza de la Materia Inicial: La escuadra es la
representación pictográfica de la letra griega Γ (gamma mayúscula), que
ocupa el número 3 en el alfabeto. El compás es la representación de la letra
griega λ (lambda minúscula), que ocupa el número 30 en el alfabeto. Unidas
ambas Γ + λ = 3 + 30 = 33. Este número indica inequívocamente la materia de
que se trata. El estudiante debe investigar qué mineral posee esa descripción...

LABORATORIO ALQUÍMICO
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Al igual que el capítulo anterior, el presente se irá repitiendo en varias
Unidades Didácticas para describir los utensilios y dispositivos adecuados
para realizar los procesos, dando, si es posible, varias alternativas. En esta
primera lección se indicarán las características generales del laboratorio y
algunas recomendaciones adecuadas al mismo.
No es necesaria una instalación sofisticada ni medios especiales para realizar
la Obra en la vía que nos ocupa. Cualquier cocina moderna está
suficientemente dotada para este fin: Ya fue dicho por los antiguos Maestros
que la operativa alquímica era "trabajo de mujeres y juego de niños". Esto es
cierto si solamente se mira la superficie de la cuestión; sin embargo, es
necesario considerar lo siguiente:
1. Durante los diferentes procesos se pueden producir gases tóxicos (en esta
vía, a diferencia de la Vía Húmeda Universal o la Vía Seca, la toxicidad es
pequeña, pero no por ello deben evitarse precauciones...). Es, pues,
necesaria una campana extractora de gases con bisera suficientemente baja
como para captar la mayor cantidad de gases.
2. Los gases extraídos salen al exterior; por consiguiente, no es aconsejable
que el laboratorio esté ubicado en pisos bajos, agrupaciones de viviendas,
etc..
3. Como al campana no extrae todos los gases que se producen (salvo que se
instale una cámara de cierre hermético, lo cual es caro y no facilita otras
operaciones), una buena aireación del local es imprescindible, por lo que
hay que evitar sótanos mal aireados o habitaciones interiores.
4. El operante debe, a su vez, actuar sin interrupciones y sin que sus
manipulaciones queden expuestas a la vista de otros. En conclusión, es
conveniente que el laboratorio esté ubicado en una casa de campo tranquila
y discreta y en un área de la vivienda fuera de la circulación habitual.
5. Aunque resulte trivial, hay que mencionar las elementales normas de
seguridad: a) El laboratorio debe quedar cerrado con llave cuando el
operante no está en él; b) la limpieza y orden son funciones exclusivas e
indelegables del alquimista y c) la presencia de personas ajenas a la Obra
debe reducirse a situaciones circunstanciales de muy corta duración (ni que
decir tiene que, en ciertos momentos que no es preciso especificar, esta
presencia está totalmente prohibida).
6. El operador debe trabajar con una bata o ropa de trabajo, ya que las
posibles salpicaduras atacan los tejidos. Igualmente, es imprescindible el
uso de guantes de caucho desechables al manipular ácidos y productos
tóxicos y guantes de aislamiento térmico cuando se procede a temperaturas
elevadas. El uso de mascarillas con filtro de gases ácidos previene
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accidentes desagradables que suelen ocurrir incluso a los más expertos.

Mobiliario: Hay una gran variedad de soluciones que permiten compaginar la


necesidad operativa con el estilo de cada cual. En general es útil disponer de:
• Una mesa de trabajo de, al menos, un metro cuadrado de superficie útil, lo
más pesada posible. Resulta muy conveniente el mármol (natural o
artificial).
• Si se utiliza un hornillo de gas de sobremesa, la superficie de apoyo no
debe ser de madera u otro material inflamable. Es preferible un soporte de
obra (ladrillo y cemento). Si el recubrimiento del soporte o mesa se realiza
con mármol o azulejo, éste puede resquebrajarse con el calor, pero cumple
adecuadamente su función.
• Uno o varios armarios y estanterías abiertas donde alojar recipientes y
utensilios. Algunos de éstos deben ser visibles y fácilmente accesibles, por
lo que se recomienda colgarlos de escarpias clavadas en la pared, siempre
que ello sea posible.
• Hay que evitar los objetos de metal que no estén recubiertos de una capa
protectora, ya que la mayoría de los gases producidos atacan a los metales.
Si ello no es posible, se debe, regularmente, lavar los utensilios metálicos y
eliminar cualquier síntoma de corrosión, de lo contrario se produciría a la
larga el deterioro de la pieza. En concreto, no se recomienda que estén en
la misma estancia dispositivos electrónicos (ordenadores, teléfonos, etc.)
delicados, ya que se averiarán en no mucho tiempo.
• Todo esto se complementa con varias sillas y un cubo o recipiente donde
alojar materias desechables, de forma que queden bien cerradas. Así
mismo, es conveniente disponer de un pequeño frigorífico.

Elementos de trituración y tamizado:


Todas las materias que intervienen en la Obra deben incorporarse en estado de
polvo lo más fino posible. Este requerimiento es particularmente difícil en el
caso de la Encina, cuya ganga es un mineral de extraordinaria dureza. Existen
diversas soluciones para resolver este problema; expondremos la utilizada en
GAP (más que por su eficacia, por razones de disponibilidad):
• ROMPEDOR: (Ver Fig. 3 del Anexo II) Consiste en un recipiente de
hierro fundido de 1 cm de espesor y 40 cm de altura. Se instala sobre unos
soportes amortiguadores de goma o madera. Los trozos de mineral se baten
con una maza de 5 kg de peso mínimo. La materia triturada (formada por
polvo fino y trozos no mayores que una lenteja) obtenida se recoge en un
recipiente situado debajo del tapón de corcho o de goma.
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• MORTERO: La materia triturada, aún muy gruesa, se pulveriza
adecuadamente en un mortero de hierro o porcelana, tal como el que se
muestra en la Fig. 4 del Anexo II. También se utiliza para preparar las
mezclas.
• TAMIZADO FINO: El tamiz más eficaz (y más barato) se consigue con
un trozo de media femenina (de las llamadas "de cristal"), sencilla o ,
mejor, doble. Un artilugio eficaz y fácil de fabricar se muestra en la Fig. 5
del Anexo
II. Se construye a partir de una botella de plástico de boca ancha con tapón
roscado (como las de ciertos yoghoures líquidos) a la que se ha cortado su
parte inferior. En dicha parte se coloca el tamiz de "media", bien tenso gracias
al uso de una abrazadera con su correspondiente apriete. El conjunto se
completa con una tapa adaptada con calor, procedente de otra botella similar.
Esta tapa impide que al agitar el tamizador salga una nube de polvillo fino que
se extendería por el laboratorio. La materia finamente molida en el mortero se
sitúa en el interior del tamizador, que se tapa adecuadamente. Se agita
enérgicamente y se recoge el polvo fino desenroscando la tapa roscada
inferior. Los restos de mineral que no pasan el tamiz, se vuelven a incorporar
al mortero para seguir triturándose.
Balanza: Es suficiente la precisión de una balanza artesana o adquirida en el
comercio (de estudiante o aficionado), tal como la mostrada en la Fig. 6 del
Anexo II, que puede pesar desde una décima de gramo hasta 100 gr.

Utensilios varios:
• BROCHAS PLANAS, de 2 x 2 cm de pelo, para el movimiento y
limpieza del material pulverulento. Se recomienda tener varias, dedicadas
cada una a un uso concreto.
• PALA DE MEZCLAR: La mezcla de las materias se realiza
convenientemente con una paleta de goma de las utilizadas en repostería,
que son ideales para conseguir una mezcla uniforme exenta de grumos.
• CUCHARAS: Preferiblemente de madera, para el trasiego de las
diferentes materias. Todos los instrumentos mencionados deben tener la
longitud suficiente para llegar al fondo del vaso, para lo cual, si fuese
necesario, deberá de acoplárseles un prolongador adecuado.

TRABAJOS DE HÉRCULES
Una descripción detallada y completa de los Trabajos de Hércules
(preparaciones previas de las materias iniciales), con sus adaptaciones
mitológicas se expondrá en la Unidad Didáctica 2. En la presente, sólo
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describiremos los dos principales (y más duros...) de dichos trabajos, sin
entrar en consideraciones mitológicas o filosóficas que se ampliarán en la
próxima Unidad, como hemos dicho.
El primero de los trabajos ya ha sido explicado al describir los utensilios de
trituración y tamizado, en el capítulo anterior. Es la más larga, laboriosa y
difícil. El mineral debe tener un alto grado de pureza, con la menor cantidad
de ganga posible. Después de molido y tamizado, el mineral se almacena en
recipientes de vidrio opaco, muy bien cerrados.
El segundo de los trabajos es la purificación de la materia. Como todos los
minerales de su especie, la purificación del mineral finamente molido se hace
por flotación. En la Fig. 7 del Anexo II se muestra un esquema apropiado para
esta función. El mineral, en pequeña cantidad, se espolvorea en el agua
destilada o de lluvia del recipiente principal. El mineral puro flota y la ganga
(y parte del mineral se va al fondo). La materia flotante se absorbe con el
dispositivo indicado. Si no se tiene bomba de vacío puede uno mismo utilizar
sus propios pulmones (tal como se hacía antiguamente, de ahí lo trabajoso del
proceso...) absorbiendo aire por la goma terminal. Recogida la materia
flotante, se agita el material del fondo y, después de dos o tres segundos para
que la ganga vuelva a descender, se absorbe el material sobrenadante o
ligeramente sumergido. Cuando ya no se recoja más materia o sea escasa, se
vierte más materia molida, repitiendo el proceso hasta su finalización. Tal
como hemos dicho, el proceso es lento y laborioso y, dependiendo de la
riqueza del mineral, el rendimiento no supera el 50%.
El material purificado aún contiene una pequeña cantidad de ganga silícea,
pero ello es inevitable sin utilizar métodos más sofisticados que no están al
alcance de cualquiera. Con este material, una muestra del cual se puede ver en
la Fig. 8 del Anexo II, se realizan los procesos de extracción del Mercurio de
los Filósofos, llamados Águilas o Sublimaciones Filosóficas.

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ANEXO I
SIMBOLOS Y ALEGORIAS

Aceite

Acero, Hierro, Marte

Acuario {De 21-1 a 19-II


Originalidad 21-I a 30-I
Inspiración 31-I a 9-II
Represión 10-II a 19-II}

Agua

Agua de vida

Agua fuerte {NO3H diluido


en poca agua. Disuelve la plata}

Agua regia {1 mol de NO3H + 3 moles de ClH


Disuelve el oro}

Aire

Alambique

Albayalde {Dihidróxido-Carbonato de plomo


Pb(OH)2.2PbCO3 Soluble en ácidos.
Insoluble en agua. Se descompone a 4001C}
Alcanfor

Alumbre común {Sulfato doble de aluminio


y potasio. AlK.(SO4)2.12H2O}

Alumbre de pluma {Cristalizado en


filamentos parecidos a
las barbas de pluma}

Amalgama
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Antimonio, Aries {Normalmente Estibina


o sulfuro de antimonio Sb2S3}

Año

Arena

Aries {De 21-III a 20-IV


Actividad 21-III a 30-III
Exaltación 31-III a 9-IV
Propaganda 10-IV a 20-IV}

Arsénico

Atramento o Vitriolo enrojecido

Atutía {Oxido de Zn (impurificado).


Costra dura y gris que se adhiere
a los conductos y chimeneas de
hornos donde se tratan minerales
de cinz}

Azafrán de Marte {Herrumbre de hierro}

Azafrán de Venus

Azogue o mercurio

Azufre

Azufre de los Filósofos

Azufre negro

Azufre vivo {Azufre nativo}

Baño

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Bañomaría

Baño vaporoso

Borato

Bronce

Cal

Cal viva

Calavera

Calcinar{Descomposición térmica que conduce


a la formación de un residuo
térmicamente estable. Reducir a cal
viva la piedra caliza}

Cáncer{De 21-VI a 22-VII


Capricho 21-VI a 30-VI
Revelación 1-VII a 10-VII
Búsqueda 11-VII a 20-VII}

Caparrosa blanca {Sulfato de cinz, SO4Zn}

Capricornio {De 22-XII a 20-I


Organización 22-XII a 31-XII
Martirio 1-I a 10-I
Idealismo 11-I a 20-I}

Cardenillo {Acetato de cobre}

Ceniza de heces de vino

Cenizas

Cera

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Cimentar {Afinar el oro con Cimiento Real =
Vinagre + sal común + polvo de ladrillo}

Cinabrio {Sulfuro de mercurio, SHg}

Coagular

Cobre, Venus

Cobre quemado {Sulfato de cobre}

Crisol

Cristal

Cuerno de ciervo

Destilar

Digerir {Cocer por medio de un calor lento}

Día

Escorpión {De 23-X a 21-XI


Recursos 23-X a 31-X
Responsabilidad 1-XI a 10-XI
Talento 11-XI a 21-XI}

Espíritu {Vapor sutil}

Espíritu de vino {Alcohol etílico}

Estaño, Júpiter

Fijar {Adición}

Filtrar

Flores de antimonio
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Flores de bronce

Fuego

Fuego de rueda

Géminis {De 21-V a 21-VI


Intuición 21-V a 31-V
Conciencia 1-VI a 10-VI
Razonamiento 11-VI a 21-VI}

Goma

Gota gt

Grano gr

Harina de ladrillos

Hierro, Marte

Hora

Imán

Jabón

Ladrillo en polvo

Latón

Lecho sobre lecho o estrato sobre estrato

Leo{De 23-VII a 22-VIII


Gobierno 23-VII a 1-VIII
Reforma 2-VIII a 11-VIII
Ambición 12-VIII a 21-VIII}

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Libra{De 23-IX a 22-X
Política 23-IX a 2-X
Independencia 3-X a 12-X
Expiación 13-X a 22-X}

Libra (unidad de peso)

Limaduras de acero o de hierro

Litargirio {Oxido de plomo, Opb}

Magnesio

Marcasita {Sulfuro de hierro, rómbico, S2Fe}

Mecha

Mercurio precipitado

Mercurio sublimado

Mes

Nitro, Salitre {Nitrato potásico, NO3K}

Noche

Onza

Orina

Oro, Sol

Oropimente {Sulfuro de Arsénico, S3As2}

Piscis {De 20-II a 20-III


Verdad 20-II a 29-II
Autosacrificio 1-III a 10-III
Vicisitudes 11-III a 20-III}
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Plata, Luna

Plomo, Saturno

Polvo

Precipitar

Quintaesencia

Rejalgar {Sulfuro de Arsénico, Sas}

Retorta o Cucúrbita

Sagitario {De 22-XI a 21-XII


Piedad o Devoción 22-XI a 1-XII
Exploración 2-XII a 11-XII
Iluminación 12-XII a 21-XII}

Sal álcali

Sal amoníaco

Sal gema

Sal marina común

Sosa

Sublimar

Talco

Tapar con betún

Tártaro {Tartrato ácido de potasio impuro.


Costra vínica}

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Tauro {De 21-IV a 20-V
Determinación 21-IV a 30-IV
Lucha 1-V a 10-V
Perdón 11-V a 20-V}

Tierra

Vinagre

Vino

Virgo {De 23-VIII a 24-IX


Discriminación 23-VIII a 2-IX
Experiencia 3-IX a 12-IX
Renuncia 13-IX a 22-IX}

Vitriolo

Vitriolo azul {Sulfato de cobre}

Vitriolo blanco {Sulfato de zinc}

SIMBOLOS ESPECIALES
Acero

Amalgama filosófica

Amalgama de 5 sales o azufre de los filósofos

Arsénico

Azufre negro

Cal viva

Cantidad suficiente

Cinabrio

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Elixir

Espíritu del mundo (espíritu de


la Obra)

Goma o Mercurio en putrefacción

Imán de los Sabios

Latón

Marcasita

Mercurio sublimado absolutamente puro

Nitro, Sal de piedra, Salitre

Oro

Oro y Mercurio amalgamados

Oropimente

Partes iguales

Pasta aurífica

Piedra Filosofal de tercer orden

Polvo de proyección

Puñado

Sal

Sal álcali

Sal amoníaco

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Sal común

Sal de los Sabios

Sal gema

Sal nitro

Sol universal

Sublimado

Tártaro

Vitriolo

MATERIAS DE LA OBRA
Primera Materia:
Macho
Nuestro oro
Nuestro sol
Nuestra tierra

Segunda Materia:
Hembra
Encina
Roble
Mercurio

Tercera Materia:
Fuego Secreto

Estrella de David o
Sello de Salomón

Es la síntesis de todos los elementos


y la unificación de todos los antagonismos.

Está compuesta de:


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Fuego

Agua

Aire

Tierra

Anagrama de las materias primas:


El triángulo representa el Fuego Secreto.
El círculo representa nuestra Encina.
El cuadrado representa nuestro Sol.
El estudio de la figura informa de las proporciones de las materias en la
Amalgama.

ANEXO II – FIGURAS

Fig. 1 Materia Inicial, tal como sale de la mina.

Fig. 2 REBIS.

Fig. 3 Rompedor de minerales.

Fig. 4 Mortero de cerámica (tamaño grande).

Fig. 5 Dispositivo para tamizar.

Fig. 6 Balanza.

Fig. 7 Purificación por flotación.

Fig. 8 Dragón rojo purificado.

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Unidad Didáctica no 2

Materias complementarias del


Mercurio Filosófico
Y
Su preparación (Trabajos de Hércules cont.)

INTRODUCCIÓN
Estimado alumno de Alquimia. El hecho de recibir esta unidad implica que
has asimilado las enseñanzas de la anterior y superado con éxito el test de
evaluación correspondiente. Por ello, me permito tratarte con la confianza y
apertura propios entre hermanos de la sagrada orden de la Alquimia. Aunque
no has recibido la Iniciación que, de forma indeleble, te convierte en un
Filósofo por el Fuego, al haber descubierto la Materia Inicial (verdadera llave
para acceder a la Obra), aprendido los principios filosóficos que rigen nuestro
Camino y manifestado tu voluntad de continuar, has alcanzado un
conocimiento que a muchos investigadores y eruditos se les ha negado a lo
largo de los tiempos.
Matizando lo dicho, te aseguro que se cumple el aforismo del Maestro:
“... muchos son los llamados y pocos los escogidos...”, que podríamos traducir
en nuestro caso como “pocos son los llamados y menos aún los escogidos...” .
Realmente, pocos son los que se interesan por la Alquimia, quizá debido a la
desinformación, generalmente admitida: “Química rudimentaria de la Edad
Media, que perseguía la transmutación de los metales en oro y la panacea
universal.” (sic. Diccionario Ideológico de la Lengua Española, J. Casares, de
la Real Academia Española), que hace que gentes serias y bien formadas no
quieran saber nada de nuestro Arte, sobre todo por el halo esotérico y
engañoso que ciertos personajes, embaucadores sin escrúpulos, le han
adosado a lo largo de los siglos. En otros tiempos, estos individuos se
beneficiaban de la incultura y el desconocimiento científico de la sociedad;
actualmente, el gran avance de la cultura y las ciencias hace que sus
supercherías sean rápidamente desenmascaradas, por lo que se refugian en
una “alquimia” espiritual y mentalista con paradigmas de Nueva Era de
imposible o muy difícil verificación.
Por otra parte, Internet es, en la actualidad, la traducción del viejo zoco
medieval, donde hay de todo (bueno y malo) y cualquiera puede entrar y
exponer sus "mercancías”. La página de GAP es una más entre tantas otras
que mezclan la Alquimia con la Magia, la Astrología y todo tipo de
esoterismos (hay páginas serias, pero son pocas...) y los posibles visitantes no
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ALQUIMIA I - VÍA HÚMEDA CLÁSICA I Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P. - José Luis Ramos
tienen elementos de juicio para poder apreciar la seriedad de nuestro
ofrecimiento. Además, la red está llena de lugares “free” y todo lo que se
cobra, aún que sea moderado, siempre suena a sospechoso...
A pesar de todo lo expuesto, hay quienes se inscriben en los cursos pero, hasta
ahora, la afluencia es escasa y no esperamos que aumente demasiado. Algunos
descubren que su idea de la Alquimia no coincide con nuestras enseñanzas,
que exigen dedicación y trabajo, cuando esperaban un conjunto de “recetas”
sencillas o de tipo espiritual. Otros, después de años de estudio, han asumido
una serie de “verdades” y esperan que el Curso elegido confirme sus
conocimientos y, si no es así, prefieren mantenerse en su criterio antes que
asumir con humildad que estaban equivocados y empezar de nuevo. El
resumen es que no pasan de la primera Unidad...
Por todo ello, reiteramos nuestra felicitación y te deseamos un venturoso
Camino, cuyas ineludibles dificultades has empezado a superar.

PLAN DE ESTUDIO DE LA PRESENTE UNIDAD


La Unidad Didáctica 2 del Curso ALQUIMIA I, pretende que el estudiante
conozca las diferentes Vías Alquímicas que, siguiendo los Principios
Filosóficos, expuestos en la Unidad 1, permitan la obtención del verdadero
Mercurio de los Filósofos o Materia Prima de la Obra para, una vez centrados
en la Vía Húmeda Clásica, objeto de este Curso, determinar la naturaleza de
las Materias Complementarias, su Simbología, los procesos de preparación
y purificación de las mismas o Trabajos de Hércules (esta vez tratados en
toda su amplitud con sus metáforas mitológicas), así como los elementos
correspondientes que se añadirán al Laboratorio Alquímico ya descrito.
Todo ello ilustrado con dibujos, esquemas y fotografías. Se adjunta un Anexo
con el texto clásico Carta a los verdaderos discípulos de Hermes y otro de
Figuras. Finaliza la Unidad con un Cuaderno de Prácticas que deberán ser
realizadas por el estudiante y un Test de Evaluación que, una vez
cumplimentado, debe ser remitido a GAP. Las cuestiones y dificultades que se
presenten se enviarán por un e-mail a GAP, indicando el identificador y la
clave que dispone cada alumno, así como una descripción lo más detallada y
clara posible de las cuestiones.

VÍAS ALQUÍMICAS
La gran dificultad de conciliar los diversos textos y tratados alquímicos
escritos a través de los siglos es la ausencia de “normalización”. Las
operaciones y las materias han sido descritas con numerosos nombres, a cuál
más fantástico y, para mayor confusión, una determinada nomenclatura o
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ALQUIMIA I - VÍA HÚMEDA CLÁSICA I Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P. - José Luis Ramos
término puede referirse a cosas muy diferentes, según los autores e, incluso,
utilizadas por un mismo autor.
Lo que aquí voy a describiros, debéis asimilarlo en toda su amplitud y, sin
embargo, aceptar su extraordinaria sencillez. El objetivo final de la operativa
alquímica es la obtención de la Piedra Filosofal; es decir, el Mercurio
Filosófico evolucionado de tal manera que se convierte en Medicina de los
Tres Reinos y lleva toda la Naturaleza a la Perfección. Ello no se consigue
exclusivamente con operaciones de laboratorio, pero sin ellas la Alquimia no
existe. Se puede llegar al Nivel Transcendente de Evolución por otras vías,
espirituales, metafísicas, etc., pero denominar a esas prácticas con el adjetivo
alquímico es, como poco, injusto. Tanto para la Alquimia como para las
citadas filosofías espirituales.
Sabemos que el Mercurio, materia Prima de la Obra, está contenido en todas
las cosas, pero es en el reino mineral donde es más accesible. Y de los
minerales, unos lo poseen en más abundancia que otros y en unos su
extracción es más simple que en otros. De igual manera, el Mercurio que se
obtiene de ciertos minerales (independientemente de su abundancia o
facilidad de obtención) está más próximo al estado requerido por el Arte que
otros, que hay que perfeccionar y purificar en mayor grado.
De aquí surge una primera clasificación de los métodos, en función del
mineral elegido. Algunos de estos métodos exigen en la primera parte
(denominada por muchos Alquimistas Primera Obra) la utilización de fuegos
fuertes, hornos y crisoles. Estos métodos suelen denominarse de forma
genérica Vía Seca. La Vía Seca más conocida (aunque poco experimentada
por los clásicos) es la que parte del Dragón Negro, para obtener el Régulo
Marcial Estrellado. A partir de este punto, se pueden seguir varios caminos: El
más común, típico de la escuela francesa (Canseliet, etc.), sigue a altas
temperaturas para la obtención del azufre (Segunda Obra) hasta la Cocción
de la Rémora (inicio de la Tercera Obra), finalizando la misma suavemente,
es decir, por vía húmeda. Otro camino después del Régulo trabaja con el
Azogue y la semilla del Oro, en destilaciones laboriosas que obtienen un
Azufre muy puro. En esta vía, denominada por algunos Vía de las
Amalgamas o Vía de los Ricos, y descrita en algunos textos de Flamel y de
Ireneo Filaleteo, se inicia ya la Tercera Obra por vía húmeda. Hay otras
variantes de la vía seca que utilizan tecnologías modernas (plasma, laser,
microondas, etc.) pero, aunque filosóficamente pueden ser correctas, nada se
sabe de su resultado, ni hay descripciones fiables de las mismas. En cualquier
caso, es necesario tener presente que sólo la vida produce fruto y es factible su
evolución. Los minerales sometidos a muy altas energías están muertos, por
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ALQUIMIA I - VÍA HÚMEDA CLÁSICA I Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P. - José Luis Ramos
consiguiente, en las vías secas, no es de ellos de los que se extrae la semilla
vital, sino que sirven de alimento y medio extractivo a la delicada semilla
vital propia de cada vía, que se incorpora a la Obra en la Segunda o Tercera,
según los casos.
De las vías generalmente conocidas como húmedas, solamente voy a describir
aquellas que tienen la misma Materia Inicial: Nuestra Encina o Dragón Rojo.
Aquí la semilla está contenida en dicha Materia y debe ser extraída de forma
natural y sin violencia. Por ello, cuando se identifica la materia, surge la
pregunta: ¿por qué no utilizar los métodos habituales empleados por la
industria o la química, sencillos y de gran rendimiento productivo...? La
respuesta debe ser evidente para el estudiante, a estas alturas: La semilla no es
la materia acuosa y brillante que se obtiene de la mena, sino una cierta
propiedad intrínseca de la misma, un fluido sutil e invisible como han descrito
los Filósofos o, en términos más actuales, una ordenación generatriz
subnuclear, cuya estructura geométrica altera la matriz espacio – temporal,
produciendo una sincronización o resonancia cósmica con la fuente universal.
Esta ordenación se rompe y desaparece cuando se produce una aportación
incontrolada de energía (por ejemplo, a altas temperaturas) que afecta a la
estructura atómica de la materia que le sirve de substrato. Desde el punto de
vista de un análisis físico – químico convencional, nadie notará la diferencia
entre dicha materia “viva” y la “muerta” (aunque algunos textos clásicos citan
ciertas peculiaridades, p.e.: “si no deja cola al correr, el agua es buena...”, o
“es más brillante y clara que la normal...”, no dejan de ser apreciaciones
subjetivas que no concuerdan con la Filosofía). Cómo un símil muy útil para
entender este concepto fundamental, os expondré lo siguiente: Coged un trozo
de cinta de vídeo virgen y otro similar, pero con una película grabada y
mandadlos analizar. Ambos análisis serán coincidentes; dirán que se trata de
un substrato polimérico (cinta de vinilo) recubierto por una de sus caras con
un óxido férrico (ferrita) utilizando un pegamento orgánico. El análisis no
detectará que, en una de las cintas, las moléculas de ferrita están orientadas de
una manera organizada (grabación magnética), mientras que en la otra su
orientación es aleatoria y, mucho menos, será capaz de interpretar la
información contenida en dicha orientación (para ello sería necesario disponer
de la “clave”; es decir de un reproductor de vídeo de norma adecuada, por
ejemplo VHS...).
Esto limita los procedimientos, sobre todo si utilizamos un pequeño
laboratorio casero. Son lo que se conoce como Vía Húmeda, que podemos
englobar en dos categorías: Vía Húmeda Clásica y Vía Húmeda Universal.
Cada una de ellas presenta tres variantes, que ciertos autores han descrito
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como Vías independientes pero nosotros, con un criterio muy meditado a
tenor de las operaciones de cada una, hemos englobado en la anterior
clasificación.
La diferencia esencial entre las Vías es el Fuego Secreto: “Aplicaos pues a
conocer este fuego secreto que disuelve la Piedra naturalmente y sin
violencia, y hace que se resuelva en agua en el gran mar de los Sabios...”
(Segunda Llave del texto del ANEXO I).
En la Vía Húmeda Clásica, el Fuego Secreto disuelve la Materia Inicial. Esta
materia es el más insoluble de los sulfuros naturales, de ahí la escasez de
disolventes apropiados. Esta Materia ha sido denominada Oro por numerosos
filósofos gracias a su rojez, su alta densidad y que no es disuelta por ningún
ácido, salvo por el Agua Regia (igual que el oro vulgar). Pero esta disolución
no es “natural y sin violencia”, como manda la Filosofía y la extracción de la
semilla no es adecuada. Hay tres métodos posibles: El que parte del CAOS o
Nitro Celeste, descrito por los filósofos clásicos y que nosotros utilizaremos
en nuestro Curso (su descripción se detalla en los siguientes capítulos). El que
parte del SOL y la LUNA, similar y paralelo al anterior, quizá más eficiente,
pero menos “canónico”.
Este método es muy fácil una vez se ha realizado el anterior, con sólo unas
pequeñas modificaciones (aquellos estudiantes que lo deseen, pueden pedir
aclaración pormenorizada de este procedimiento, una vez hayan superado la
4ª Unidad Didáctica). El tercer método para la disolución de la Materia se
basa en el Fuego Secreto obtenido de la Esmeralda de los Filósofos, descrito
principalmente por Ireneo Filaleteo en La Entrada Abierta al Palacio cerrado
del Rey” y, sobre todo, en los “Experimentos...”. Es lo que se conoce como
Palomas de Diana. Este fuego secreto disuelve bien la materia, pero la
extracción se hace dificultosa pues el Mercurio aparece muy ligado al cobre y
su separación es complicada, si se quieren mantener los preceptos del Arte. El
mismo Filaleteo lo reconoce en la “Médula de la Alquimia”, cuando dice que
en él “fracasan cuatro de cada tres...”. Como se ha indicado en el anterior,
quien lo desee puede pedirnos su descripción después de la Unidad 4ª.
En la Vía Húmeda Universal (descrita con detalle en el Curso
correspondiente), obtiene el Mercurio Filosófico a partir de una sublimación
especial de la Materia Inicial. Todas las variantes parten de este sublimado. La
más conocida es la descrita por Alberto Magno, que prepara aguas canónicas
para disolver el sublimado y produce una destilación filosófica para obtener el
verdadero Mercurio. Otra, poco conocida y por ello llamada Vía Secreta o
Espiritual, utiliza el hijo mayor de Júpiter y consigue el Mercurio sin
disolución ni destilación. La tercera es la Vía del Vitriolo Romano, descrita
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muy oscuramente por Basilio Valentín y, actualmente, seguida por Simón H..

MATERIAS COMPLEMENTARIAS
En el capítulo anterior hemos descrito los fundamentos del Fuego Secreto de
nuestra Vía: “hay que conocer el fuego secreto de los sabios que es el único
agente que puede abrir, sublimar, purificar y disponer la materia para ser
reducida a agua” (Prefacio del texto del ANEXO I).
Este Fuego no existe sólo en la Naturaleza y es el artista quien debe
prepararlo con la pureza y eficiencia necesarias, para ello necesita las materias
complementarias correspondientes.
Aclaración imprescindible:
Las materias preparadas y perfectas para la formación del Fuego Secreto, se
encuentran fácilmente en el comercio, con la pureza necesaria. Todos los
antiguos maestros en sus escritos previenen contra la adquisición de productos
en los establecimientos comerciales, advirtiendo de su posible adulteración o
impureza. Estas advertencias hay que asumirlas con cierto criterio y no deben
ser aplicadas literalmente. Cierto que la Materia Inicial debe ser natural y no
sintética o elaborada, pero establecimientos las materias especializados
complementarias que, en la pueden actualidad, ser adquiridas en ofrecen
productos garantizados y cuya pureza está reflejada en la etiqueta
correspondiente. Los puristas ortodoxos pueden argumentar que no son
materias “canónicas” y que están muertas. Ciertamente, pero la semilla vital
se encuentra en la Materia Inicial, no en las complementarias, que le sirven de
alimento y que, una vez incorporadas a la misma, cobran vida y la hacen
progresar. Meditad sobre el siguiente símil: Un niño, a poco de nacer, se
alimenta de cadáveres a lo largo de su crecimiento (carne de animales que, por
supuesto, están muertos y de vegetales separados de su ciclo vital). Cuando
llega a la edad adulta, su cuerpo ha crecido y la mayoría de las células de su
organismo proceden de aquellas “materias muertas” que ha ido ingiriendo a lo
largo de su evolución. Sin embargo estas células, contagiadas del impulso
vital del individuo, están vivas y forman parte ya de su cuerpo, dándole
fortaleza y madurez.
Dicho lo anterior y aunque pueda despertar las críticas de algunos, no
descubriremos esas materias comerciales y os explicaré el motivo: Este es un
Curso de Alquimia, no un recetario y, como ya manifestamos en un párrafo
anterior, para la formación de un alquimista no hay “atajos” (aunque los haya
para la realización de ciertas materias). El alquimista forma su espíritu con
una serie de operaciones manuales, meditaciones y búsquedas que hacen que
su energía se vaya sincronizando con la Materia de la Obra. Por ello,
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seguiremos el camino de los clásicos (de ahí la denominación de esta Vía) y
obtendremos las materias como ellos las obtuvieron y realizaremos idénticas
operaciones. Al final de todo, el estudiante perspicaz y culto podrá deducir
fácilmente los citados “atajos”, pero eso es cosa de cada uno y propio de
“alquimistas graduados”...
Vamos, pues, a tratar de determinar la materia fundamental que constituye el
Fuego Secreto:
Es nuestro CAOS (y aquí habrá que prestar atención a la fonética del nombre,
que encierra en sí mismo la llave de su conocimiento...), llamado por muchos
filósofos "Agente Primordial", el "Gran Alkaest", los "dientes del lobo"
(debido a su forma de agujas, cuando cristaliza), el "Agente Secreto", el
"Veneno", la "Serpiente". Es también el "León Verde" (no porque su color
sea verde, sino porque ha sido comparado a un fruto acerbo y verde por
oposición a un fruto maduro y rojo) y además por que tiene su origen en el
roble verde. Su nombre vulgar y la familia a la que pertenece tienen el mismo
significado, sólo que el primero procede del alemán y el segundo del árabe,
pero ambos se refieren a la ceniza.
Su densidad es de 2,04, sus cristales son blancos, con un reflejo vidrioso,
frágiles, fusibles a 360o, volátiles al rojo y solubles en agua con
desprendimiento de calor.
Con estos datos, no tendréis problemas para determinar la naturaleza de esta
materia.
Existen algunas materias adicionales necesarias para la purificación,
disolución, etc. en las diferentes etapas. Se os mostrarán con su nombre vulgar
en el momento de la descripción de los procesos que iniciaremos a partir de la
Unidad Didáctica 3.

SIMBOLOGÍA
Las descripciones alegóricas expuestas en el capítulo precedente, son
suficientemente significativas para que representemos gráficamente todos los
símbolos implicados. El estudiante tratará de identificar dichos símbolos en la
iconografía clásica que existe publicada en abundancia; advertimos, una vez
más, que muchos símbolos utilizados en esta vía son idénticos a otros de otras
vías y las materias que describen no son las mismas.
Como ejemplo ilustrativo, exponemos dos figuras en el ANEXO II (Fig. 1 y
2), en los que la descripción de la materia está, quizá, representada con mayor
acierto.
El estudio detallado de las misteriosas palabras que describen el emblema de
la Figura 1, nos descubrirá sin lugar a dudas la materia que buscamos.
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En la Figura 2, nuestro CAOS, representado aquí como León Verde, será
capaz de extraer la sangre del León Rojo, simbolizado por el Sol. Existen
otros dibujos en los que se muestra la lucha de ambos leones, verde y rojo o,
también, como en León Verde devora al Dragón Rojo. En otros, se simboliza
la lucha entre dos dragones o serpientes.

TRABAJOS DE HÉRCULES
No expondremos aquí la descripción detallada de los relatos mitológicos de
los 12 Trabajos de Hércules, que el alumno puede encontrar en numerosos
textos o enciclopedias, ciñéndonos exclusivamente a su significado alquímico
de trabajos de búsqueda, preparación y purificación de las materias.
Es necesario, sin embargo, realizar dos consideraciones fundamentales: En
primer lugar, los seguidores de una determinada vía han tratado de adaptar los
trabajos mitológicos a las operaciones específicas de la misma, por
consiguiente, su explicación puede diferir de un autor a otro. En segundo
lugar, el mayor conocimiento actual de las materias y los procedimientos,
junto con un utillaje más avanzado, hace que algunos de los citados Trabajos
no sean de aplicación en estos tiempos (salvo que se deseen seguir los pasos
estrictos de los antiguos).
Trabajo 1: La captura de las Yeguas Devoradoras de Hombres.
En este trabajo Hércules, logra capturar y domar las yeguas salvajes de
Diómedes (hijo de Aries), pero su amigo Abderis resulta muerto.
Esta operación no es de aplicación en nuestra Vía. Representa la reducción de
la malignidad del Dragón Negro (hijo de Aries) por medio de la sal filosófica
blanca y pura, para formar el régulo marcial (de Marte o Aries) estrellado.
Trabajo 2: La captura del Toro de Creta.
El Toro se encontraba en el laberinto de Minos, rey de Creta. Hercules lo
persiguió, guiado por la estrella que relucía en la frente del toro y, montando
sobre él, lo condujo a la ciudad de los cíclopes.
La estrella, de tanto significado en la Vía Seca (régulo marcial estrellado),
tiene su explicación en las vías húmedas: En la Vía Universal, representa la
sublimación del Azoth y, en la Vía Clásica que nos ocupa, el Laberinto de
Creta se refiere a la dificultad para obtener el Mercurio Brillante como una
estrella a partir de la disolución de la Materia Inicial por el Fuego Secreto. El
filósofo debía dar muchas vueltas para extraer el Mercurio de su disolución,
ya que era un proceso delicado que sólo podía realizarse con un agente
enérgico (el toro), si no se aplicaba convenientemente, la materia precipitaba
de la disolución igual que había entrado y era necesario volver a empezar de
nuevo. Actualmente, el proceso es lineal y directo, al utilizar una materia
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desconocida por los antiguos y que será descrita en la Unidad 3.
Trabajo 3: Recogiendo las Manzanas de Oro de las Hespérides.
Las manzanas del jardín de las Hespérides eran propiedad de tres doncellas y
estaban protegidas por un temible dragón de cien cabezas. Antes de lograrlas,
Hercules tuvo que realizar cinco trabajos adicionales:

1) Las sutiles y ciertas palabras de Nereo, que Hércules no siguió por su


ceguera.
2) Vence a Anteo, separándolo de la Tierra que le daba fuerza.
3) Fue perjudicado por las mentiras acuosas de Busiris, de las que se libró
después de mucho tiempo por la fuerza bruta y recordó las palabras de Nereo,
siguiéndolas.
4) Liberó a Prometeo, encadenado en la roca, y comido eternamente por los
buitres.
5) Liberó a Atlas del peso del mundo, asumiéndolo él su lugar, y éste le
entregó las codiciadas manzanas.

Este trabajo ha sido explicado de forma muy diversa por los diferentes
filósofos, quizá la explicación más acertada y común se refiere a la síntesis de
la Obra completa, en sus diferentes regímenes. Sin embargo, nuestra opinión
es que este trabajo resume el régimen de Mercurio, en donde las palabras de
Nereo descubriendo la Materia Inicial, sólo son tenidas en cuenta después de
la tercera prueba, ya que Hércules comprende que el Mercurio filosófico no se
puede obtener por la fuerza retirando la tierra que envuelve la Materia Inicial
(Prometeo) al que libera del sílice (roca) y hierro de sus cadenas y elimina la
parte volátil del mineral (buitres). Atlas libera el Mercurio (simbolizado por el
signo del mundo) del que obtiene el preciado don.
Trabajo 4 : Captura de la Gama o Cierva.
La palabra “cierva” viene de una antigua palabra gótica que significa “el que
debe ser capturado”, en otras palabras, lo que es elusivo y difícil de aprisionar.
Esta gama era sagrada para Artemisa, la diosa de la luna; pero Diana, la
cazadora de los cielos, la hija del sol, también la pretendía y hubo una
querella sobre la pertenencia. Hércules estuvo un año persiguéndola, yendo de
un bosque a otro, apenas avistándola y volviéndola a perder. Pasó un mes tras
otro, y nunca pudo apresarla y retenerla. Finalmente el éxito coronó sus
esfuerzos y él capturó la gama, la echó sobre sus hombros, cerca de su
corazón, y la llevó al sagrado templo de Micenas (Sol).
Esta es una alegoría bastante clara de la obtención del Mercurio Filosófico,
siguiendo la variante de la Esmeralda de los Filósofos, mencionada en un
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capítulo anterior.
Trabajo 5: Matando al León de Nemea.
Hércules encontró que la única manera en la cual él podía lograr su objetivo,
era perseguir al león en círculos cada vez más estrechos hasta que lo hubiera
acorralado en la cueva. Hecho esto, descubrió que la cueva tenía dos aberturas
y que, tan pronto como lo perseguía por una, emergía por la otra. Bloqueó
entonces una de las aberturas y estranguló al león con sus propias manos.
Describe este trabajo la obtención del Fuego Secreto. El León (verde) es
escurridizo y no podemos hacer que él sólo disuelva a la Materia Inicial. Es
necesario crear un estado intermedio o catalizador formado con su propia
carne, para conseguirlo.
Trabajo 6: Apoderándose del cinturón de Hipólita.
Para apoderarse del cinturón, Hércules mata a Hipólita, reina de las amazonas,
recibiendo la reprimenda de los dioses: “¿Por qué matar lo que se necesita,
está cercano y es querido?, ¿Por qué matar a la madre del sagrado niño?”.
El Azufre Filosófico debe ser obtenido del Mercurio utilizando la misma
madre que le dio a luz.
Trabajo 7: La captura del Jabalí de Erimanto.
Captura el jabalí sin armas, haciéndolo caer en un hoyo y luego lo amansa.
Este trabajo es específico de la Vía Universal en donde, tras siete
reiteraciones,
dulcifica la fiereza del sublimado, haciéndolo adecuado para la Obra.
Trabajo 8: Destruyendo la Hidra de Lerna.
La Hidra de nueve cabezas es destruida por Hércules en la caverna donde
reinaba perpetua noche, sumergida en una fétida ciénaga, levantándola en el
aire, con lo que su fuerza disminuyó y pudo cortar sus cabezas, enterrándolas
bajo una roca.
El Fuego Secreto disuelve la Piedra, volviéndose negro y pestilente (huele a
podrido). Los antiguos rescataban el Mercurio haciendo una sublimación
moderada, reiterada nueve veces. Nosotros lo realizaremos en una sola
operación utilizando la cara oculta de la luna.
Trabajo 9: Matando las Aves de Estinfale.
En el fétido pantano de Estinfale, una multitud de pájaros, grandes y feroces
con pico de hierro grande como una espada. Hércules los hizo huir con un
ruido ensordecedor producido por dos címbalos de bronce. Los pájaros
alzaron el vuelo graznando y nunca más volvieron.
No es de aplicación en nuestra vía. Es la descripción de la purificación de la
disolución esmeralda en un recipiente de cobre o bronce, en presencia de
virutas del mismo metal. La materia volátil del disolvente emerge, fétida y
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humosa, y es conducida al exterior, quedando la amalgama adherida al
bronce.
Trabajo 10: Matando a Cerbero, guardián del Hades.
Hércules vence al Cerbero, perro de tres cabezas, retorciéndolas hasta
debilitar su fuerza y liberando así a Teseo de sus ataduras.
Las tres cabezas del Cerbero simbolizan las tres materias que deben ser
utilizadas a fin de liberar el Mercurio Filosófico en la Vía Universal. Estas
tres materias producen aguas corrosivas y venenosas que beben ser
dulcificadas antes de producir el Menstruo.
Trabajo 11: Limpiando los establos de Augías.
Hércules limpió de excrementos los establos dirigiendo hacia ellos las
corrientes de los ríos Alfeo y Peneo.
Este es el trabajo descrito en la Unidad 1. El mineral, finamente molido,
pierde sus impurezas por flotación en una corriente de agua. Actualmente, este
trabajo no es imprescindible, ya que el Fuego Secreto disuelve sólo la materia,
dejando la sílice en el fondo. Sin embargo, si no se hace esta limpieza, es
necesario revisar las proporciones de acuerdo con la riqueza estimada del
mineral.
Trabajo 12: Captura de la Manada Roja de Gerión.
Captura la manada roja (Azufre Filosófico) matando a Gerión, monstruo de
tres cabezas, tres cuerpos y seis manos, con una flecha ignea.
Descripción de la obtención del Azufre. Las características de Gerión nos dan
las proporciones de las materias componentes y la flecha ígnea es el Fuego
particular de esta operación, que será descrita con amplitud en la Unidad
correspondiente.

LABORATORIO ALQUÍMICO
Las descripciones y advertencias realizadas en la Unidad Didáctica 1 son
siempre de aplicación, ello puede hacer pensar a algunos alumnos que no es
posible realizar la Obra, ya que viven en un piso y no se adaptan a las
condiciones ideales expuestas anteriormente. Sin embargo, nuestra Vía es la
más sencilla en sus medios y la menos aparatosa, puede ser realizada en una
cocina normal, aunque es mejor disponer de una habitación, estudio o trastero
habilitado al efecto. Sólo durante el proceso de Extracción, cuando la Luz sale
de las Tinieblas del Negro Hediondo, se desprenden vapores sulfídricos de
olor fétido (huevos podridos), aunque en cantidad moderada. Aún así, este
proceso no es conveniente realizarlo en un piso por las molestias que puede
producir a sus ocupantes y vecinos (un operador experto podría realizarlo en
circuito cerrado, eliminando cualquier olor, pero ello necesita de una
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experiencia que no está al alcance de todos).
Puesto que el proceso puede ser realizado en cuatro o cinco ciclos
independientes de unas 6 horas (como se describirá en la siguiente Unidad),
recomendamos a aquellos que no tengan en su casa el lugar adecuado el
siguiente procedimiento:
En una cocinilla de Camping Gas, como la mostrada en las Figuras 7 y 8, en
la que se ha acoplado un quemador Bunsen (Figura 7) o un fogón normal de
camping, se coloca una pequeña olla con arena tamizada (la descripción de
esta arena se realizará en la próxima Unidad) y en ella el recipiente de vidrio
Pirex de una cafetera o un vaso de precipitados adecuado (ver figuras del
ANEXO II). Todo ello es reducido y portátil. Se aprovecha un buen día de
asueto y se hace una excursión al campo o la montaña; en un lugar tranquilo
se realiza el proceso, que podrá repetirse en cuatro o cinco días que no tienen
que ser consecutivos (aunque sería conveniente). Ya detallaremos los
pormenores.
Las fotografías incluidas en esta Unidad se irán matizando en las siguientes.
Se han incluido aquí ya que la Unidad Didáctica 3 es esencialmente práctica y
se produciría una acumulación de fotografías que haría engorroso el cuaderno.
En el texto correspondiente nos referiremos a ellas cuando sea de aplicación.
Sólo unas pocas palabras para recomendaros que vayáis buscando un
motorcito como el indicado en las Figuras 4 y 6 para construir un agitador.
Debe trabajar a pocas revoluciones y poder estar en funcionamiento varias
horas sin quemarse o variar su velocidad. Hay en el mercado agitadores
específicos, pero puede hacerse uno con un viejo taladro alimentándolo a
través de un transformador de 220/48 voltios. Si se conecta a más de 48
voltios, gira muy rápido. Si se utiliza un taladro con regulador de velocidad
incorporado, funciona, pero seguramente no soporte estar conectado mucho
tiempo. Realizad pruebas…

FIN DE LA UNIDAD DIDÁCTICA 1

ANEXO I
CARTA
A los verdaderos Discípulos de Hermes
conteniendo
SEIS LLAVES PRINCIPALES
de la Filosofía Secreta

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Si escribiese esta carta para convencer de la verdad de nuestra Filosofía a
aquellos que se imaginan que no es más que una vana idea y una pura
Paradoja, seguiría el ejemplo de varios maestros de este gran arte; trataría de
convencer de sus errores a estos espíritus, demostrándoles la solidez de los
principios de nuestra ciencia, apoyados en las leyes y en las operaciones de la
naturaleza, y sólo hablaría ligeramente de lo concerniente a su práctica; pero
como tengo un propósito muy diferente, y sólo escribo para vosotros Hijos del
arte, mi único fin es serviros de guía en un camino tan difícil de seguir.
Nuestra práctica es en efecto un camino en la arena, donde hay que orientarse
por la estrella del Norte, más que por las huellas que pueden verse impresas
en él. La confusión de los rastros, que un número casi infinito de personas
dejaron en él, es tan grande y se encuentran tantos senderos diferentes, que
llevan casi todos a horribles desiertos, que es casi imposible no desviarse del
verdadero camino, que sólo los sabios favorecidos por el Cielo supieron
felizmente descubrir y reconocer.
Esta confusión detiene en seco a los hijos del arte, a unos desde el principio, a
otros en la mitad de este camino Filosófico, y a algunos incluso cuando se
acercan al término de este penoso viaje y empiezan a descubrir el final feliz
de su empresa, pero que no se dan cuenta de que el poco camino que les falta
por hacer es el más difícil. Ignoran que los envidiosos de su dicha excavaron
fosos y precipicios en medio del camino y que si no conocen los rodeos
secretos, con los que los sabios evitan estas peligrosas trampas, pierden
lamentablemente toda la ventaja que habían conseguido, al mismo tiempo que
se imaginan haber superado todas las dificultades.
Os confieso sinceramente, que la práctica de nuestro arte no es la cosa más
fácil del mundo, no en lo que respecta a sus operaciones, sino por las
dificultades que hay para aprenderlo distintamente en los libros de los
Filósofos: pues si de una parte es llamada con razón juego de niños, de otra
requiere que los que buscan la verdad por su trabajo y su estudio, tengan un
conocimiento profundo de los Principios y de las operaciones de la naturaleza
en los tres géneros; pero particularmente en el género mineral y metálico. Es
un punto muy grande encontrar la verdadera materia que es el sujeto de
nuestra obra; para ello hay que perforar mil velos oscuros en los que está
envuelta; hay que distinguirla por su propio nombre entre un millón de
nombres extraordinarios, con la que la han designado diversamente los
Filósofos; hay que comprender todas sus propiedades y juzgar todos los
grados de perfección que el arte es capaz de darle; hay que conocer el fuego
secreto de los sabios que es el único agente que puede abrir, sublimar,
purificar y disponer la materia para ser reducida a agua; para esto hay que
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penetrar hasta la fuente divina del agua celeste que opera la solución, la
animación y purificación de la piedra; hay que saber convertir nuestra agua
metálica en aceite incombustible por la entera solución del cuerpo al que debe
su origen, y para este efecto hay que hacer la conversión de los elementos, la
separación y la reunión de los tres principios; hay que aprender cómo debe
hacerse un Mercurio blanco y un Mercurio rojo; hay que fijar este mercurio,
alimentarlo con su propia sangre, a fin de que se convierta en azufre fijo de
los Filósofos. Estos son los puntos fundamentales de nuestro arte; el resto de
la obra se encuentra enseñada con bastante claridad en los libros de los
Filósofos para que no haga falta una explicación más amplia.
Como hay tres reinos en la naturaleza, hay también tres medicinas en nuestro
arte, que hacen tres Obras diferentes en la práctica y que no son empero más
que tres grados diferentes que elevan nuestro elixir a su última perfección.
Estas importantes operaciones de las tres Obras están reservadas bajo la Llave
del secreto para todos los Filósofos, a fin de que los sagrados misterios de
nuestra divina Filosofía no sean revelados a los profanos; pero a vosotros, que
sois hijos de la ciencia y que podéis entender el lenguaje de los Sabios, os
serán abiertas las cerraduras y tendréis las Llaves de los preciosos tesoros de
la naturaleza y del arte, si dedicáis todo vuestro espíritu a comprender lo que
he pretendido deciros, en términos todo lo inteligibles que sea necesario, para
los que están predestinados, como lo estáis vosotros, al conocimiento de estos
sublimes misterios. Quiero poner en vuestra mano seis Llaves con las cuales
podréis entrar en el santuario de la Filosofía, abrir todos sus reductos y llegar
a la comprensión de las verdades más ocultas.

PRIMERA LLAVE
La primera Llave es la que abre las prisiones oscuras, en las cuales está
encerrado el azufre; es ella quien sabe extraer la semilla del cuerpo y que
forma la Piedra de los Filósofos por la conjunción del varón con la hembra,
del espíritu con el cuerpo, del azufre con el Mercurio. Hermes mostró
claramente la operación de esta primera Llave con estas palabras: “De
cavernis metallorum occultus est, qui lapis est venerabilis, colore splendidus,
mens sublimis, et mare patents;”1 esta piedra tiene un resplandor brillante,
contiene un espíritu de origen sublime, es el mar de los Sabios, en el cual
pescan su misterioso pez. El mismo Filósofo señala aún más particularmente
el nacimiento de esta admirable Piedra, cuando dice: “Rex ab igne veniet, ac

1 Es la parte oculta sacada de la caverna de los metales, que es una piedra venerable, de
brillante color, un espíritu suspendido en el aire y un mar accesible.
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conjugio gaudebit, et occulta patebunt.”2 Es un Rey coronado de gloria que
nace en el fuego, que se complace con la unión a la esposa que le ha sido
dada, es esta unión la que pone de manifiesto lo que antes estaba oculto.

Pero antes de seguir adelante, tengo que daros un consejo que no os será de
poca utilidad, y es que penséis que, puesto que las operaciones de cada una de
las tres obras tienen muchas analogías y relaciones entre sí, los Filósofos
hablan adrede de ellas en términos equívocos, a fin de que los que no tienen
ojos de lince se desorienten y se pierdan en este laberinto, del que es muy
difícil salir. En efecto, cuando uno se imagina que hablan de una obra, tratan
con frecuencia de otra; tened pues cuidado de no dejaros engañar: pues es
verdad que en cada obra debe el sabio Artista disolver el cuerpo con el
espíritu, debe cortar la cabeza del cuervo, blanquear el negro y enrojecer el
blanco; sin embargo, es propiamente en la primera operación que el Sabio
Artista corta la cabeza al negro dragón y al cuervo.
Hermes dice que es aquí donde comienza nuestro arte: “quod ex corvo
nascitur, hujus artis est principium.”3 Considerar que es por la separación del
humo negro, sucio y hediondo del negro muy negro, que se forma nuestra
piedra astral, blanca y resplandeciente que contiene en sus venas la sangre del
pelícano; es con esta primera purificación de la Piedra y con esta blancura
reluciente que termina la primera Llave de la primera obra.

SEGUNDA LLAVE
La segunda Llave disuelve el compuesto o la Piedra y empieza la separación
de los Elementos de una manera Filosófica; esta separación de los elementos
sólo se hace elevando las partes sutiles y puras por encima de las partes crasas
y terrestres. El que sabe sublimar la Piedra Filosóficamente, merece con justo
título el nombre de Filósofo, puesto que conoce el fuego de los Sabios, que es
el único instrumento que puede operar esta sublimación. Ningún Filósofo ha
revelado jamás abiertamente este fuego secreto y este poderoso agente que
opera todas las maravillas del arte; el que no lo comprenda y que no sepa
distinguirlo por los caracteres con los cuales he tratado de describirlo en la
plática de Eudoxio y Pirófilo, debe detenerse aquí y rogar a Dios que le
ilumine, pues el conocimiento de este secreto es más bien un don del Cielo
que una luz adquirida por la fuerza del razonamiento; que lea sin embargo los
escritos de los Filósofos, que medite sobre ellos y especialmente que rece; no
hay ninguna dificultad que no sea aclarada por el trabajo, la meditación y la
2 El Rey vendrá por el fuego, y se regocijará con la boda, y las cosas ocultas se manifestarán.
3 Lo que nace del cuervo, es el comienzo de este arte.
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oración.
Sin la sublimación de la Piedra, la conversión de los Elementos y la
extracción de los principios es imposible; y esta conversión, que hace agua de
la tierra, aire del agua, y fuego del aire, es el único camino por el cual puede
hacerse y prepararse nuestro Mercurio. Aplicaos pues a conocer este fuego
secreto que disuelve la Piedra naturalmente y sin violencia, y hace que se
resuelva en agua en el gran mar de los Sabios por la destilación que se hace de
los rayos del sol y de la luna. De esta manera, la Piedra, que según Hermes es
la viña de los Sabios, se convierte en su vino, que produce, por las
operaciones del arte, su agua de vida rectificada y su vinagre muy agrio. Este
padre de nuestra Filosofía exclama ante este misterio: “Benedicta aquina
forma, quae Elementa dissolvis!”4
Los elementos de la Piedra no pueden ser disueltos, salvo por este agua
absolutamente divina, y de la que sólo puede hacerse una perfecta disolución
después de una digestión y putrefacción proporcionada con la que termina la
segunda Llave de la primera obra.

TERCERA LLAVE
La tercera Llave comprende ella sola una serie de operaciones más larga que
todas las otras juntas: los Filósofos hablaron muy poco de ella, aunque de ella
depende la perfección de nuestro Mercurio; incluso los más sinceros, como
Artephius, el Trevisano, Flamel, pasaron en silencio las preparaciones de
nuestro Mercurio y casi no se encuentra uno que no haya dado por supuesta,
en vez de enseñarla, la más larga y más importante de las operaciones de
nuestra práctica. Con el propósito de daros la mano en esta parte del camino
que vais a recorrer, donde a falta de luz es imposible seguir la verdadera ruta,
me extenderé más de lo que hicieron los Filósofos, sobre esta tercera Llave, o
al menos seguiré por orden lo que dijeron ellos sobre este tema, tan
confusamente que sin una inspiración del Cielo o sin el auxilio de un fiel
amigo, permanecemos indudablemente en ese Dédalo, sin poder encontrar una
salida feliz. Estoy seguro de que vosotros, que sois los verdaderos hijos de la
grandísima satisfacción de ciencia, la obtendréis aclaración de una estos
misterios ocultos, que se refieren a la separación y la purificación de los
principios de nuestro Mercurio, que se hace con una perfecta disolución y
glorificación del cuerpo al que debe su nacimiento y por la unión íntima del
alma con su cuerpo cuyo espíritu es el único lazo que opera esta conjunción;
allí está la intención y el punto esencial de las operaciones de esta llave, que
termina con la generación de una nueva sustancia infinitamente más noble que
4 Bendita (seas) forma acuosa, tú que disuelves los Elementos.
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la primera.
Después que el sabio Artista ha hecho salir de la Piedra una fuente de agua
viva, ha exprimido el jugo de la vid de los Filósofos y ha hecho su vino, debe
observar que esta sustancia homogénea, que aparece en la forma del agua, hay
tres sustancias diferentes y tres principios naturales de todos los cuerpos, sal
azufre y Mercurio, que son el espíritu, el alma y el cuerpo; y aunque parezcan
puros y perfectamente unidos entre sí, falta todavía mucho para que lo estén;
pues cuando por destilación extraemos el agua, que es el alma y el espíritu, el
cuerpo permanece en el fondo del vaso como una tierra muerta, negra y
feculenta, la cual no hay empero que desdeñar; pues, en nuestro sujeto, no hay
nada que no sea bueno. El Filósofo Juán Portanus sostiene que lo superfluo de
la Piedra se convierte en una verdadera esencia, que el que pretende separar
algo de nuestro sujeto, no conoce nada de la Filosofía, y que todo lo que hay
de superfluo, de inmundo, de feculento, y en fin toda la sustancia del
compuesto, se perfecciona por la acción de nuestro fuego. Esta opinión abre
los ojos a los que, para hacer una exacta purificación de los elementos y de los
principios, se convencen de que sólo hay que tomar lo sutil y rechazar lo
espeso; pero los hijos de la ciencia no deben ignorar que el fuego y el azufre
están ocultos en el centro de la tierra, y que es preciso lavarla exactamente
con su espíritu, para extraer el bálsamo, la sal fija, que es la sangre de nuestra
Piedra; he aquí el misterio esencial de esta operación, la cual sólo se cumple
después de una digestión adecuada y una lenta destilación. Seguid, pues, hijos
del arte, el precepto que os da el veraz Hermes, que dice en este lugar,
“oportet autem nos cum hac aquina anima, ut forman sulphuream
possideamus, aceto nostro eam miscere; cum enim compositum solvitur,
clavis est restaurationis.”5
Sabéis que no hay nada más opuesto que el fuego y el agua; sin embargo, es
necesario que el sabio Artista haga la paz entre unos enemigos, que en el
fondo se aman ardientemente. El Cosmopolita dijo el medio de hacerlo en
pocas palabras:
“Purgatis ergo rebus, fac ut ignis et aqua amici fiant; quod in terra sua, quae
cum iis ascenderat, facile facient.”6 Prestad pues atención a este punto,
abrevad con frecuencia la tierra con su agua y obtendréis lo que buscáis. No
es preciso que el cuerpo sea disuelto por el agua y que la tierra sea penetrada
por su humedad, para que esté en condiciones para la generación? Según los

5 A fin de poseer la forma sulfurosa, conviene que mezclemos esta alma acuosa con nuestro
vinagre; cuando se disuelva en efecto el compuesto, es la llave de la renovación.
6 Habiendo sido pues purgadas las cosas, haz de manera que el fuego y el agua se hagan
amigos; lo que harán fácilmente en su tierra, que había subido con ellos.
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Filósofos, el espíritu es Eva; el cuerpo es Adán; ambos deben unirse para la
propagación de su especie. Hermes dijo lo mismo en otros términos:
“Aqua namque fortissima est natura, quae transcendit, et fixan in corpore
naturam excitat; hoc est laetificat.”7 En efecto, estas dos sustancias, que son
de una misma naturaleza, pero de dos sexos distintos, se abrazan con el
mismo amor, y la misma satisfacción que el varón y la hembra, y se elevan
insensiblemente juntos, dejando tan sólo unas cuantas heces en el fondo del
vaso; de suerte que el alma, el espíritu y el cuerpo, después de una exacta
depuración, parecen al fin inseparablemente unidos en una forma más noble y
más perfecta de lo que era antes, y tan diferente de la primera forma líquida
como el Alcohol de vino exactamente rectificado y agudizado con su sal, es
diferente de la sustancia del vino, del que ha sido extraído; esta comparación
no es solamente muy justa, sino que además proporciona a los hijos de la
ciencia un conocimiento preciso de las operaciones de esta tercera Llave.
Nuestra agua es una fuente viva que brota de la piedra por un milagro natural
de nuestra Filosofía. Omnium primo est aqua, quae exit de hoc lapide 8. Fue
Hermes quien pronunció esta gran verdad. Reconoce, además, que este agua
es el fundamento de nuestro arte. Los Filósofos le dan varios nombres; pues
ora le llaman vino, ora agua de vida, ora vinagre, o bien aceite, según los
diferentes grados de preparación o según los diversos efectos que es capaz de
producir. Os advierto, sin embargo, que es propiamente el vinagre de los
sabios, y que en la destilación de este divino licor, ocurre lo mismo que en la
del vinagre común; podéis sacar de esto una gran instrucción; el agua y la
flema suben las primeras; la sustancia oleosa, en la cual consiste la eficacia de
nuestra agua, viene la última. Es esta sustancia intermedia entre la tierra y el
agua la que, en la generación del hijo Filosófico, hace la función de varón;
Hermes nos lo hace observar perfectamente con estas palabras inteligibles:
“Unguentum mediocre, quod est ignus, est medium inter foecem, et aquam” 9.
No se contenta con dar estas luces a sus discípulos, sino que les enseña
además en su Tabla de Esmeralda de qué manera deben conducirse en esta
operación. “Separabis terram ab igne; subtile ac spisso suaviter, magno cum
ingenio”10. Tened cuidado sobre todo de no apagar el fuego de la tierra con las
aguas del diluvio. Esta separación, o más bien esta extracción debe hacerse
con muy buen criterio.

7 Lo cierto es que el agua es de una naturaleza muy fuerte que sobrepasa y excita la
naturaleza fija en el cuerpo; es decir, lo hace productivo.
8 Al principio de todo está el agua, que sale de esta piedra.
9 El ungüento medio, que es un fuego, es intermediario entre las heces y el agua.
10 Separarás la tierra del fuego, sutilmente, de manera lenta y suave, con gran inteligencia.
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Es pues necesario disolver enteramente el cuerpo, para extraer de él toda su
humedad, que contiene este azufre precioso, este bálsamo de la naturaleza y
este ungüento maravilloso, sin el cual no podéis esperar ver nunca en vuestro
caso esta negrura tan deseada por todos los Filósofos. Reducid pues todo el
compuesto a agua, y haced una unión perfecta de lo volátil con lo fijo; es un
precepto de Senior, que merece que le prestéis atención. “Supremus fumus”,
dice, “ad infimum reduci debet, et divina aqua Rex est de coelo descendens,
Reductor animas ad suum corpus est, quod demum a morte vivificat” 11. El
bálsamo de la vida está oculto en estas heces inmundas, debéis lavarla con el
agua celeste hasta que le hayáis quitado la negrura, y entonces vuestra agua
será animada por la esencia ígnea que opera todas las maravillas de nuestro
arte. No puedo daros sobre esto consejos mejores, que los del gran
Trismegisto. Oportet ergo vos ab aqua fumum super-existentem, ab unguento
nigredinem, et a foece mortem depellere;12 pero el único medio de triunfar en
esta operación os lo enseña el mismo Filósofo, que añade inmediatamente
después: et hoc disolutione, quo peracto, maximan habemus Philosophiam, et
omnium secretorum secretum.13
Pero a fin de que no os engañéis con el término de compuesto, os diré que los
Filósofos tienen dos clases de compuestos. El primero es el compuesto de la
naturaleza, que es aquel del que he hablado en la primera Llave; pues es la
naturaleza quien lo hace de una manera incomprensible para el Artista, que no
hace más que prestar su ayuda a la naturaleza para la administración de las
cosas externas, mediante lo cual da a luz y produce este admirable compuesto.
El segundo es el compuesto del arte; es el sabio quien lo hace por la unión
íntima de lo fijo con lo volátil perfectamente conjuntados, con toda la
prudencia que se puede adquirir por las luces de una profunda Filosofía; el
compuesto del arte no es en modo alguno el mismo en la segunda y en la
tercera Obra, aunque es siempre el artista quien lo hace. Geber lo definió
como una mezcla de azogue y azufre, es decir de lo volátil y lo fijo, que
actuando el uno sobre el otro, se volatilizan y se fijan recíprocamente hasta
una perfecta fijeza. Considerad el ejemplo de la naturaleza, y veréis que la
tierra no produciría jamás fruto, si no estuviese empapada de su humedad, y
que la humedad sería siempre estéril, no fuese retenida y fijada por la

11 El humo más alto debe ser devuelto a lo más bajo, y por el agua divina el Rey baja del
Cielo, lleva el alma a su cuerpo, que al fin hace pasar de muerte a vida.
12 Conviene, pues, que separéis del agua el humo que existe encima, del ungüento la negrura,
y de las heces la muerte.
13 Y esto por disolución, que una vez terminada, tenemos la Filosofía más grande, y el
secreto de todos los secretos.
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sequedad de la tierra.
Debéis estar, pues, seguros de que no se puede tener éxito alguno en nuestro
arte, si en la primera obra no purificáis la serpiente nacida del limo de la
tierra, si no blanqueáis estas heces feculentas y negras, para separar de ellas el
azufre blanco, la sal amónica de los sabios, que es su casta Diana que se lava
en el baño. Todo este misterio no es más que la extracción de la sal fija de
nuestro compuesto en el cual consiste toda la energía de nuestro Mercurio. El
agua que eleva por destilación, se lleva consigo una parte de esta sal ígnea, de
suerte que el derramamiento del agua sobre el cuerpo repetida varias veces,
impregna, engorda y fecunda nuestro Mercurio, y lo pone en condiciones de
ser fijado; lo cual es el fin de la segunda obra. No se podría exponer mejor
esta verdad, como lo hizo Hermes con estas palabras:

Cum viderem quod aqua sensim crassior, duriorque fieri


inciperet, gaudebam; certo enim sciebam, tu invenirem quod quaerebam.14

Aunque no tuvieseis más que un conocimiento muy mezquino de nuestro arte,


lo que acabo de deciros sería más que suficiente para haceros comprender que
todas las operaciones de esta Llave, que pone fin a la primera obra, no
disolver, son otras separar y que digerir destilar, cohobar, unir el todo con
suavidad y paciencia: de esta suerte no obtendréis únicamente una extracción
entera del jugo de la vid de los sabios, sino que poseeréis también su
verdadera agua de vida y os advierto que cuanto más la rectifiquéis y más la
trabajéis, adquirirá más penetración y más virtud; si los filósofos le dieron el
nombre de agua de vida, es porque da la vida a los metales; se la llama con
justicia la gran lunar, a causa del esplendor con que brilla; la llaman también
sustancia sulfúrea, bálsamo, goma, humedad viscosa, vinagre muy agrio de
los Filósofos, etcétera.
No sin razón los Filósofos dan a este licor Mercurial el nombre de agua
póntica y de vinagre muy agrio; su ponticidad exuberante es el verdadero
carácter de su virtud; sucede además, como ya he dicho, en su destilación lo
mismo que ocurre en la del vinagre, la flema y el agua suben las primeras, las
partes sulfurosas y salinas se elevan las últimas; separad la flema del agua,
reunid el agua y el fuego, el Mercurio con el azufre, y veréis al fin el negro
muy negro, blanquearéis el cuervo y enrojeceréis el cisne.
Como sólo os hablo a vosotros, verdaderos discípulos de Hermes, quiero
revelaros un secreto que no encontraréis enteramente en los libros de los
14 Cuando veía que el agua empezaba a volverse insensiblemente más espesa, y más dura, me
regocijaba; sabía en efecto, con certeza, que encontraba lo que buscaba.
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Filósofos. Unos se contentaron con decir que de su licor se hacen dos
Mercurios, uno blanco y el otro rojo. Flamel dijo más particularmente que hay
que emplear el Mercurio citrino, para hacer las absorciones al rojo; advirtió a
los hijos del arte que no debían engañarse sobre este punto, asegura también
que se habría engañado él mismo, si Abraham el Judio no le hubiese avisado.
Otros Filósofos enseñaron que el Mercurio blanco es el baño de la luna y que
el Mercurio rojo es el baño del sol: pero ninguno de ellos quiso mostrar
claramente a los hijos de la ciencia de que manera pueden obtenerse estos dos
Mercurios: si me habéis comprendido bien, estáis ya ilustrados sobre este
punto. La luna es el Mercurio rojo, pero para determinar mejor estos dos
Mercurios, alimentadlos con una carne de su especie, la sangre de los
inocentes degollados, es decir, los espíritus de los cuerpos son el baño donde
el sol y la luna van a bañarse.
Os he revelado un gran misterio, si reflexionáis bien sobre ello, los Filósofos
que hablaron de ello pasaron muy ligeramente sobre este punto importante: el
Cosmopolita lo tocó de un modo muy espiritual mediante una ingeniosa
alegoría del Mercurio: Hoc fiet, dice, si seninostro aurum et argentum
deglutire dabis, ut ipse consumat illa, et tandem ille etiam moriturus
comburatur.15 Acaba de describir todo el Magisterio en estos términos:
Cineres ejus spargantur in aquam, coquito eam donec satis est, et habes
medicinam curandi lepram16. No debéis ignorar que nuestro anciano es
nuestro Mercurio; que este nombre le conviene porque es la materia prima de
todos los metales; el mismo Filósofo dice que es su agua, a la cual da el
nombre de acero y de imán, y añade para confirmar mejor lo que acabo de
descubriros: Si undecies coit aurum cum eo, emittit suum semen, et debilitatur
fere ad mortem usque; concipit chalybs, et generat filium patre clariorem 17.
He aquí, pues, un gran misterio que os revelo sin ningún enigma; ahí está el
secreto de los Mercurios, que contienen las dos tinturas. Guardadlas
separadamente y no confundáis sus especies, por miedo de que no procreen
una estirpe monstruosa.
No solamente os hablo de un modo más inteligible que jamás hiciera ningún
Filósofo, sino que también os revelo cuanto hay de más esencial en la práctica
de nuestro arte: si meditáis sobre esto, si os aplicáis en comprenderlo bien;

15 Esto ocurrirá, si das a devorar a nuestro anciano oro y plata, a fin de que los consuma, y
que debiendo él mismo morir también al fin sea quemado.
16 Que sus cenizas sean dispersadas en el agua; cuécela hasta que sea bastante, y tendrás una
medicina para curar la lepra.
17 Si once veces se une el oro con él, emite su semilla, y es debilitado casi hasta la muerte;
entonces el acero concibe, y engendra un hijo más claro que el padre.
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pero sobre todo si trabajáis con las luces que os doy, no dudo en modo alguno
de obtendréis lo que buscáis, y si no alcanzáis estos conocimientos por el
camino que os indico, tengo la seguridad de que difícilmente llegaréis a
vuestro fin con la sola lectura de los Filósofos. No desesperéis pues de nada;
busca la fuente del licor de los sabios que contiene todo lo que es necesario
para la obra, está oculto debajo de la piedra, golpead encima con la verga del
fuego mágico, y brotará una clara fuente, haced después lo que os he
mostrado, preparad el baño del Rey con la sangre de los Inocentes, y tendréis
el Mercurio de los sabios animados, que no pierden jamás sus virtudes si lo
guardáis en un vaso bien cerrado. Hermes dice que hay tanta simpatía entre
los cuerpos purificados y los espíritus, que no se abandonan jamás una vez
han sido unidos; porque esta unión es parecida a la del alma con el cuerpo
glorificado, después de la cual nos enseña la fe que no volverá a haber
separación ni muerte. Quia spiritus ablutis corporibus desiderant inesse,
habitis autem ipsis, eos vivificant, et in iis habitant 18. Veis por esto el mérito
de este precioso licor, al cual dieron los Filósofos mil nombres diferentes; es
el agua de vida de los sabios, el agua de Diana, la gran lunar, el agua de plata
viva; es nuestro Mercurio, nuestro aceite incombustible que se congela con el
frio como el hielo y se licúa como mantequilla con el calor; Hermes lo llama
tierra hojaldrada o tierra de hojas, no sin mucha razón, pues si la observáis
bien, advertiréis que está llena de hojas; en una palabra, es la fuente clarísima
que menciona el conde Trevisano; es, en fin, el gran Alkaest que disuelve
radicalmente los metales; es la verdadera agua permanente que, después de
haberlos disuelto, se une inseparablemente a ellos y aumenta su peso y su
tintura.

CUARTA LLAVE
La cuarta Llave del arte es la entrada de la segunda obra, es ella quien reduce
nuestra agua en tierra, no hay más que esta sola agua en el mundo que por una
simple cocción pueda ser convertida en tierra, porque el Mercurio de los
sabios lleva en su centro su propio azufre que lo coagula. El aterramiento del
espíritu es la única operación de esta obra; coced pues con paciencia; si habéis
procedido bien, no pasará mucho tiempo sin que veáis las señales de esta
coagulación, y si éstas no aparecen a su tiempo, no aparecerán jamás, porque
es un signo indudable de que habéis fallado en algo esencial, en las primeras
operaciones, pues para corporificar el espíritu que es nuestro Mercurio, hay
que haber disuelto bien el cuerpo en el cual está enterrado el azufre que
18 Como los espíritus desean residir en cuerpos lavados, una vez hecho esto, los vivifican, y
habitan en ellos.
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coagula el Mercurio. Hermes asegura que nuestra agua Mercurial habrá
adquirido todas las virtudes que los Filósofos le atribuyen, cuando se haya
cambiado en tierra. Vis ejus integra est, si in terram conversa fuerit19.
Tierra admirable por su fecundidad, tierra de promisión de los Sabios, los
cuales al saber hacer que caiga el rocío del cielo sobre ella, le hacen producir
frutos de precio incalculable. El Cosmopolita expresa muy bien las ventajas
de esta tierra bendita. Qui scit aquam congelare calido, et spiritum cum ea
jungere, certerem inveniet millesies pretiosiorem auro, et omni re 20. Nada se
acerca al mérito de esta tierra y de este espíritu perfectamente aliados, según
las reglas de nuestro arte; son el verdadero Mercurio y el verdadero azufre de
los Filósofos, el varón vivo y la hembra viva que contienen la semilla, única
que puede procrear un hijo más ilustre que sus padres. Cultivad pues
cuidadosamente esta preciosa tierra; regadla a menudo con su humedad,
secadla otras tantas veces y no aumentaréis menos sus virtudes que su peso y
su fecundidad.

QUINTA LLAVE
La quinta llave de nuestra obra es la fermentación de la Piedra con el cuerpo
perfecto para hacer de ella la medicina del tercer orden. No diré nada en
particular sobre la operación de la tercera obra, sino que el cuerpo perfecto es
una levadura necesaria para nuestra pasta: que el espíritu debe hacer la unión
de la pasta con la levadura, de la misma manera que el agua destempla la
harina, y disuelve la levadura, para componer una pasta fermentada adecuada
para hacer pan. Esta comparación es muy justa, y fue Hermes el primero en
hacerla. Sicut enim pasta sine fermento fermentari non potest; sic cum corpus
sublimaveris, mundaveris, et turpitudinem volueris, a pone foeceseparaveris;
infermentum, eis cum et conjungere aquam terram confice, ut pasta fiat
fermentum21. Con respecto a la fermentación repite aquí el Filósofo toda la
obra, y muestra que lo mismo que la Masa de la pasta se convierte toda en
levadura por la acción del fermento que le ha añadido, así toda confección
Filosófica se convierte por esta operación en una levadura adecuada para
fermentar una nueva materia y multiplicarla hasta el infinito.
Si observáis bien de qué manera se hace el pan, encontraréis las proporciones
19 Su fuerza es entera, cuando ha sido convertida en tierra.
20 El que sabe congelar el agua por el calor, y unir el espíritu con ella, ciertamente ha
encontrado una cosa mil veces más preciosa que el oro, y que todas las cosas.
21 Lo mismo que la pasta sin fermento no puede fermentar, así cuando habrás sublimado el
cuerpo, lo habrás purificado, y habrás separado la fealdad de las heces, cuando hayas querido
conjuntar, pon en ellos el fermento y elabora el agua y la tierra, a fin de que la pasta se haga
fermento.
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que debéis guardar entre las materias que componen vuestra pasta Filosófica.
¿Acaso no ponen los panaderos más harina que levadura, y más agua que
levadura y harina? Las leyes de la naturaleza son las leyes que debéis seguir
en la práctica de todo nuestro Magisterio. Os he dado todas las instrucciones
que necesitáis sobre todos los puntos principales; de suerte que sería superfluo
deciros más, particularmente en lo que respecta a las últimas operaciones
sobre las cuales han sido los Filósofos mucho menos reservados que sobre las
primeras que son los fundamentos del arte.

SEXTA LLAVE
La sexta Llave enseña la multiplicación de la Piedra por la reiteración de la
misma operación que sólo consiste en abrir y cerrar, disolver y coagular,
embeber y secar, con lo que las virtudes de la piedra aumentan hasta el
infinito. Como mi propósito no ha sido describir completamente la práctica de
las tres medicinas, sino solamente instruiros sobre las operaciones más
importantes, referentes a la preparación del Mercurio, que los Filósofos pasan
generalmente en silencio para ocultar a los profanos misterios que sólo son
para los sabios, no me detendré más en este punto, y no os diré nada más de lo
que concierne a la proyección de la medicina, porque el éxito que esperáis no
depende de esto; sólo os he dado instrucciones muy amplias sobre la tercera
Llave, a causa de que ésta comprende una larga serie de operaciones, las
cuales aunque simples y naturales, no dejan de requerir una gran comprensión
de las leyes de la naturaleza y de las cualidades de nuestra materia, así como
un perfecto conocimiento de la química y de los diversos grados de calor que
convienen a estas operaciones.
Os he conducido por el camino recto sin ninguna desviación, si habéis
observado bien la ruta que os he trazado, estoy seguro de que iréis
directamente al fin sin extraviaros. Agradecedme la intención que he tenido
de ahorraros mil trabajos y mil fatigas, que yo mismo experimenté en este
penoso viaje, a falta de una ayuda parecida a la que os brindo en esta carta,
fruto de un corazón sincero y de un tierno afecto por todos los verdaderos
hijos de la ciencia. Os compadecería mucho si, como yo, después de haber
conocido la verdadera materia, pasarais quince años enteramente dedicados al
trabajo, al estudio y a la meditación, sin poder extraer de la Piedra el jugo
precioso, que ella encierra en su seno, por no conocer el fuego secreto de los
Sabios que hace fluir de esta planta, seca y árida en apariencia, un agua que
no moja las manos, y que por la unión mágica del agua seca del mar de los
Sabios, se resuelve en un agua viscosa, en un licor Mercurial que es el
principio, el fundamento y la llave de nuestro arte: convertid, separad y
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purificad los elementos, como yo os he enseñado, y poseeréis el verdadero
Mercurio de los Filósofos, que os dará el azufre fijo y la medicina universal.
Pero ya os he advertido que cuando hayáis llegado al conocimiento del fuego
secreto de los sabios, no habréis llegado empero al final de la primera carrera.
Yo estuve vagando varios años por el camino que queda por hacer para llegar
a la fuente misteriosa donde el Rey se baña, se rejuvenece, y emprende una
nueva vida exenta de toda clase de dolencias; es preciso que sepáis además de
esto purificar, calentar y animar este baño Real: para daros la mano en este
camino secreto, me he extendido en la tercera Llave, de la cual se deducen
todas estas operaciones. Espero de todo corazón, que las instrucciones que os
he dado os hagan ir directamente al fin. Pero recordad, hijos de la ciencia, que
el conocimiento de nuestro Magisterio viene más de la inspiración del Cielo
que de las luces que podamos adquirir por nosotros mismos. Esta verdad es
reconocida por todos los Filósofos: por eso no basta con trabajar; orad
asiduamente, leed los buenos libros y meditad noche y día sobre las
operaciones de la naturaleza y sobre lo que ésta puede ser capaz de hacer
cuando es ayudada por el apoyo de nuestro arte y por este medio triunfaréis
sin duda en vuestra empresa.
Esto es cuanto tenía que deciros en esta carta; no he querido haceros un
discurso muy extenso, tal como parece exigir la materia, pero cuanto os he
dicho es esencial en nuestro arte, de suerte que si conocéis nuestra Piedra, y si
tenéis el conocimiento de nuestro fuego que es secreto y natural al mismo
tiempo, tenéis las llaves del arte y podéis calcinar nuestra Piedra, no por la
calcinación ordinaria que se hace por la violencia del fuego, sino por una
calcinación Filosófica que es puramente natural.
Observad ahora con los más ilustrados Filósofos, que hay una diferencia entre
la calcinación ordinaria que se hace a fuerza del fuego y la calcinación
natural, y es que la primera destruye el cuerpo y consume la mayor parte de su
humedad radical, mientras que la segunda no sólo conserva la humedad del
cuerpo al calcinarlo, sino que la aumenta considerablemente.
La experiencia os hará conocer en la práctica esta gran verdad, pues
encontraréis en efecto que esta calcinación Filosófica que sublima y destila la
Piedra calcinándola, aumenta en mucho su humedad: la razón es que el
espíritu ígneo del fuego natural se materializa en las sustancias que le son
análogas. Nuestra piedra es un fuego astral, que simpatiza con el fuego natural
y que, como una verdadera salamandra, nace, se alimenta y crece en el fuego
Elemental que le es geométricamente proporcionado.

El nombre del autor está en latín en este Anagrama:


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DIVES SICUT ARDENS S...

FIN

ANEXO II

Fig. 1 Agente Primordial del Fuego Secreto

Fig. 2 León Verde.

Fig. 3 Baño de arena eléctrico con regulador de temperatura.

Fig. 4 Agitador.

Fig. 5 Cafetera con vaso pirex utilizable.

Fig. 6 Alternativa a la fig. 4.

Fig. 7 Mechero Bunsen con bombona azul.

Fig. 8 Soporte para calentar recipientes.

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CURSO ALQUIMIA I

VÍA HÚMEDA CLÁSICA

Unidad Didáctica no 4

Obtención del Azufre Filosófico


Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P.

Autor: José Luis Ramos

INTRODUCCIÓN

Estimado alumno de Alquimia. El hecho de recibir esta unidad implica que


has asimilado las enseñanzas de la anterior y superado con éxito el test de
evaluación correspondiente. Sin embargo, es muy posible que hayas llegado a
este punto de una forma exclusivamente teórica, gracias a tu inteligencia y
cultura alquímica, por un lado y, por otro, a que la exposición realizada en las
Unidades Didácticas precedentes fue, intencionadamente, bastante nítida. No
somos alquimistas especulativos: nuestra filosofía tiene su reflejo y progreso
en el laboratorio.
A partir de aquí la enseñanza se hace escueta y hermética (críptica).
Seguiremos hablando de filosofía, simbolismo y recursos prácticos de
laboratorio, pero los pasos de la Obra estarán basados en los resultados
obtenidos en las etapas precedentes. Por consiguiente, aquellos que no han
realizado con sus manos los trabajos, tendrán serias dificultades para
interpretar la información que le suministramos. De acuerdo con ello, ya no
entregaremos el Cuaderno de Prácticas, y el Test de Evaluación no se
cumplimentará tachando una de varias soluciones posibles, sino respondiendo

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explícitamente varias cuestiones cuya clave reside en los resultados de la
operativa.

PLAN DE ESTUDIO DE LA PRESENTE UNIDAD

La Unidad Didáctica 4 del Curso ALQUIMIA I, está centrada exclusivamente


en el Azufre Filosófico, sus principios filosóficos y su obtención. Los
apartados habituales Simbología y Laboratorio Alquímico cierran la
presente Unidad Didáctica, con un único Anexo de Figuras.
Finaliza la Unidad con un Test de Evaluación que, una vez cumplimentado,
debe ser remitido a GAP. Las cuestiones y dificultades que se presenten se
enviarán por un e-mail a GAP, indicando el identificador y la clave que
dispone cada alumno, así como una descripción lo más detallada y clara
posible de las cuestiones.

AZUFRE FILOSÓFICO

Mucho se habla del Mercurio de los Filósofos, de sus orígenes y de los


procedimientos o vías que lo obtienen, pero sin el Azufre de los Filósofos
(nuestro Azufre...) no es posible la conjunción ni el crecimiento y evolución
de la Obra.
Las referencias al Azufre son, si cabe, más oscuras y escasas que las del
Mercurio y sucede muchas veces que el artista, después de obtener éste con
grandes esfuerzos, se empeña en evoluciones sin sentido que, en la mayoría
de los casos, conducen a callejones sin salida.
Es cierto que se ha dicho que el perfecto Magisterio es realizar toda la Obra
con sólo el Mercurio... Y así es. Pero no hay que olvidar que nuestro Azufre se
obtiene de forma natural del Mercurio de los Filósofos.
Es importante que tengamos en cuenta el concepto que los antiguos tenían del
azufre como elemento constitutivo de la materia, porque de ahí se deriva la
etimología de nuestro Azufre. Lemery lo define como ese aceite o materia
untuosa, que produce la conservación, color, belleza o fealdad de los cuerpos
y que en la destilación de los compuestos o mixtos sale después del espíritu o
mercurio... Al realizar esto en nuestra obra, se obtiene ese aceite rojo
inigualable al que no podemos llamar otra cosa que nuestro Azufre...
Hablando en términos más actuales, debemos entender que la red vital activa
en el núcleo del Mercurio (de la que se os habló en las Unidades precedentes)
sólo puede evolucionar y desarrollarse a través de los canales de energía-
fuerza de una red cristalina adecuada, formada por un elemento puente, muy
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ALQUIMIA I - VÍA HÚMEDA CLÁSICA I Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P. - José Luis Ramos
estable en su configuración electrónica (hay dos elementos extremos que
sirven de contrapeso en la estructura, son imprescindibles a la hora de
asegurar la estabilidad total, pero no participan en el flujo evolutivo).
Hay que entender que ese enlace o conjunción sólo es posible si el Mercurio
está vivo. Podemos obtener sin dificultad una materia químicamente igual al
Mercurio de los Filósofos pero la conjunción con el Azufre no se consigue y,
por tanto, todo sigue igual sin aparecer el negro Saturno. Es más, aún si
consiguiésemos por algún medio (que desconozco) realizar la formación de la
estructura cristalina y formar ese puente energético del que os hablo, sería un
puente vacío...
Sólo hay un elemento que sea capaz de realizar esta labor... Si llegáis al
perfecto conocimiento de nuestro Mercurio, el Azufre os será obvio... Para
aquellos que llegan sin haber profundizado, si alguna vez reciben el
conocimiento del Azufre, darán un golpe en su frente diciendo: ¡claro...!
La ciencia moderna ha desarrollado estructuras prácticamente iguales (en
superconductividad, magnetorresistividad gigante, etc.) en las que nuestro
Azufre se manifiesta de modo sutil pero, aunque han conseguido resultados
espectaculares, no han encontrado el verdadero camino, que pasa por
considerar y apreciar la Vida...
La confección de nuestro Azufre, oro filosófico por excelencia, contiene
algunas variantes que, aparentemente, se contradicen. Y así podemos ver que
hay significativas diferencias entre las descripciones de los diferentes
maestros e, incluso, varios de ellos (Filaleteo y Flamel, entre otros) describen
en un mismo tratado dos o más alternativas.
Sin embargo, si sabemos verdaderamente lo que es y significa nuestro Azufre,
esa discrepancia carece de sentido, por que lo que realmente difiere es la
presentación o ropaje del Azufre y no su naturaleza. De cualquier forma, la
elección de una de estas modalidades va a incidir en la forma del Mercurio y
en los preparativos de la Conjunción: No olvidemos que en ésta la humedad
radical debe propiciar la unión de los dos principios en una sola materia nueva
y especial, terriblemente endotérmica (realmente es un verdadero vampiro
energético, al que no se escapan ni las energías internas del propio
operador...). Es el perfecto cuerpo negro (por el estudio de sus leyes y su
radiación obtuvo Einstein el premio Nobel y no por la teoría de la relatividad
como muchos creen...).
Esto viene a cuento para que no caigamos en el error de juntar el Mercurio y
el Azufre en el huevo filosófico y esperar a que la conjunción se produzca...
Cada Mercurio tiene su Azufre y viceversa.
Lo primero que dicen los filósofos es que la perfección está en obtener el
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Azufre a
partir del Mercurio Filosófico en virtud del espíritu volátil que es la sangre del
león verde, en un proceso lento y delicado que algunos realizan por una
cohobación repetida del menstruo coagulado después de una lenta digestión y
fundiendo en cada repetición la materia blanca hasta formar primero una
materia amarilla (que indica el despertar de nuestro oro...) y luego un aceite
rojo como la sangre (es la sangre fija del león rojo, obtenida de la sangre no
fija del león verde...), casi pardo en su sequedad.
Con este Azufre, el húmedo radical debe ser incorporado aparte en la
Conjunción sino, en el calor del nido, las materias no exudarán la humedad
suficiente para producir la evolución de la que os hablé (si se aumenta la
temperatura las flores se marchitarán y perderán la vida antes de su
licuación...).
Otros filósofos indican que en la Obra nada es despreciable y obtienen el
Azufre del "caput mortum" de la primera operación a partir de una digestión
adecuada en su propio espíritu volátil. Aquí una materia blanca o amarillenta
se recoge con pelo de pluma de la superficie del menstruo durante muchos
días hasta que ya nada sale. Esta materia se circula según el Arte con su
Mercurio hasta obtener un Azufre similar al que os describí en el párrafo
anterior.
Conocemos otros procedimientos para la obtención del Azufre, uno de ellos
(para nosotros el más interesante...) se realiza por una vía seca.
Pasemos, pues, a la operativa. Si habéis trabajado adecuadamente siguiendo
las enseñanzas contenidas en la Unidad 3, disponéis de, al menos, 50 gramos
de nuestra agua, Sangre del León Rojo y un litro de Agua Prima (habéis
empleado otro tanto de esas materias para obtener el Mercurio Filosófico).
Con ello prepararemos el Azufre Filosófico apropiado a nuestra Vía.
Los antiguos Maestros, entre los que citaremos a Filaleteo y Flamel, obtenían
el Azufre a partir del Mercurio Filosófico propiamente dicho:
Dice Filaleteo en “La Puerta Abierta...”, en el capítulo denominado “DEL
AZUFRE QUE SE ENCUENTRA EN EL MERCURIO FILOSOFICO”:
Lo más admirable de todo es que en nuestro Mercurio se encuentra un azufre
no sólo actual, sino también activo y verdadero que conserva sin embargo
todas las proporciones y la forma del Mercurio. Es necesario que esta forma
haya sido introducida en él por nuestra preparación: esta forma es un azufre
Metálico y este azufre es un fuego que corrompe al sol compuesto o
dispuesto.
Este fuego sulfuroso es la simiente espiritual que nuestra Virgen
(permaneciendo no obstante inmaculada) recoge, pues la Virginidad puede
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soportar un amor espiritual sin ser corrompida, como la experiencia y el Autor
del Secreto Hermético lo demuestran. Es gracias a este Azufre que nuestro
Mercurio es Hermafrodita o sea que contiene al mismo tiempo, a partir del
mismo grado visible de digestión, un principio activo y un principio pasivo. Si
es unido al Sol, lo ablanda y lo disuelve por el calor templado que exige el
compuesto; por el mismo fuego, se coagula a sí mismo produciendo por su
coagulación al Sol y la Luna según el deseo del Artista.
Esto te parecerá quizás increíble, pero es cierto que el Mercurio Homogéneo,
puro y limpio llenado con un azufre interno por nuestro artificio, se coagula a
sí mismo por la acción de un calor exterior conveniente. Esta coagulación se
hace en forma de una flor de leche que nada encima de ella, como una tierra
sutil sobre las aguas. Pero cuando se le une al Sol, no sólo no se coagula sino
que el compuesto manifiesta todos los días un aspecto más blando hasta que,
estando bien disueltos los cuerpos, los espíritus comienzan a coagularse
tomando un color muy negro y un olor muy fétido. Así pues es evidente que
este azufre espiritual de los Metales es verdaderamente el primer motor que
hace dar vueltas a la rueda y girar al eje. Este Mercurio es verdaderamente un
oro volátil, que no está suficientemente digerido, pero bastante puro, por ello,
por una simple digestión, se transforma en Sol. Pero si se une a un sol ya
perfecto, no se coagula; pero disuelve al oro corporal, con el que queda,
después de la disolución, bajo la misma forma; sin embargo, la muerte debe
preceder necesariamente a la unión perfecta para que, después de la muerte,
sean unidos simplemente no en una perfección, sino en mil perfecciones.
Más claramente, el mismo Filaleteo en el opúsculo denominado
“EXPERIMENTOS SOBRE LA PREPARACIÓN DEL MERCURIO DE
LOS SABIOS...”, dice:

XI.- Extracción del azufre fuera del mercurio vivo, por medio de la
separación.
Tomad todo vuestro compuesto de alma, espíritu y cuerpo mezclados
conjuntamente, cuyo cuerpo ha sido coagulado por la vía de la digestión y la
virtud del espíritu volátil, y separad el mercurio de su azufre por medio del
adecuado destilador de vidrio; entonces, tendréis la Luna blanca fija que
resiste el agua fuerte, es decir, a la plata filosófica, que es más pesada que la
plata vulgar.

XII.- Secreto para obtener el oro mágico de esa plata.


Merced al calor del fuego, obtendréis el azufre amarillo que es el oro, de ese
azufre blanco que es plata. Se trata de una operación manual que ayuda a la
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Naturaleza, y ese oro es el plomo rojo de los filósofos.

XIII.- Manera de obtener el oro potable de ese azufre aurífico.


Convertiréis ese azufre amarillo en aceite rojo como sangre, haciéndolo
circular según el Arte con el menstruo volátil, que es el mercurio filosófico;
así es como tendréis una Panacea admirable.
Nicolás Flamel, en su “Breviario”, nos explica:
Por consiguiente, en el nombre de Dios, tomarás de tu Mercurio vivo, lo que
tu quieras según tu deseo, y lo introducirás en una ampolla completamente
solo, obturada además con buena cera confitada; es decir, masilla de la
Sabiduría, también llamada.
Coloca este preparado en el horno sobre cenizas calientes; es decir, como la
gallina que empolla los huevos. Dejarás a este Mercurio así preparado que se
eleve y descienda durante algunos días, entre XL y L, hasta que observes que
se forma en la ampolla un Azufre blanco o rojo, llamado sublimado filosofal,
el cual sale de los rayos del citado Mercurio. Recogerás este sublimado con
ala de pluma: este es Oro o Plata vivo que Mercurio da a luz fuera de sí.
Nosotros seguiremos este procedimiento; sin embargo, a fin de mejorar el
rendimiento de la operación y disminuir sensiblemente el tiempo empleado,
no partiremos del Mercurio Filosófico propiamente dicho, sino de la Sangre
del León Rojo y el Agua Prima con la que se formó, sin proceder a la
cristalización.
Haced así: En un pequeño matraz o ampolla de vidrio (como dice Flamel) de
cuerpo oval y cuello largo (Fig. 1), de 125 cc, echaréis los 50 gramos de
nuestra agua seca y 50 cc de Agua Prima.
Colocaréis la ampolla abierta sobre el baño de arena, de forma que ésta no
llegue a cubrir del todo el nivel de la materia. Aplicad un calor suave hasta
que comprobéis que la Sangre del León Rojo esté totalmente disuelta en el
Agua Prima. Después se aumenta un poco el calor para producir la
evaporación de líquido. Desde el principio se desprenden vapores que debéis
dirigir a una chimenea con tiro forzado y procurad no respirarlos, ya que son
muy tóxicos.

Fig. 1 Ampolla de vidrio (matraz aforado).


(NOTA: Si no llega a disolverse del todo la materia en el Agua Prima, debéis
echar un poco más de esta Agua, ya que su actividad depende de su grado de
concentración).
Cuando el contenido de la ampolla está solidificado, se cubre toda la panza
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del
vaso de arena caliente y se aumenta el calor, procurando que no pase de 350o.
Se
producen vapores rojizos que debéis evitar. Cuando cesan de salir los vapores
y la
atmósfera en el interior de la ampolla se aclara totalmente, detened la
operación y
dejad enfriar.
En el interior del vaso veréis a Nuestro Azufre Filosófico, rojo como el
ladrillo,
que se hace fácilmente pulverulento cuando se le comprime con una varilla de
vidrio. No debéis preocuparos si quedan restos amarillos que comunican a la
masa
una cierta solidez.
Autor: José Luis Ramos
10Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P.
ALQUIMIA I
- Unidad 4
Si deseáis seguir los pasos de los antiguos Maestros y obtener el Azufre a
partir
del Mercurio de los Filósofos (lo que es más canónico y conveniente), será
necesario que os aclaremos algunos detalles, oscuros o imprecisos en sus
descripciones:
Ante todo, si seguís este procedimiento, no debéis reservar la mitad del agua
seca
y del agua prima, sino que casi toda la Sangre del León Rojo debe ser
convertida
en Mercurio Filosófico, del que tomaréis la mitad para convertirlo en
Azufre
Filosófico (siempre conviene dejar una cierta cantidad de agua seca en
reserva, si
seguís este camino. Como las cantidades que hemos propuesto están muy
ajustadas, se recomienda disponer del doble de dicha agua, lo que implica un
mayor trabajo, siguiendo lo descrito en la Unidad 3).
En un matraz de 1 ó 2 litros echaréis 50 gramos de Mercurio Filosófico y 15
gramos de León Verde disueltos en 100cc de agua de lluvia o, mejor, de rocío
de
primavera (es lo que Filaleteo llama “compuesto de alma, espíritu y cuerpo
mezclados conjuntamente “). Ponéis el matraz en digestión en arena templada
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durante varios días. Veréis que la materia se ha vuelto amarilla (es el oro o
azufre
amarillo del que habla Filaleteo).
Después se lava esta materia con agua de lluvia, por decantación y filtración,
hasta
que las aguas de lavado se vuelvan neutras. Por fin, se recoge la materia sobre
un
filtro, se escurre y se deseca al aire entre dos hojas de papel de filtro.
A partir de aquí, se obtiene el azufre rojo o latón preparado haciendo circular,
según el Arte, el azufre amarillo con dos o tres veces su peso de agua seca a
un
calor moderado. Cuando toda la masa del azufre está roja, se elimina el agua
seca
por inclinación y el residuo se comprime en una gamuza, a fin de extraer las
gotas
de Sangre del León Rojo que pudiesen haber quedado entre la materia.
Muchos filósofos (entre ellos Filaleteo) también utilizan el azufre amarillo
para
obtener una medicina o panacea (de la que se puede también extraer el azufre
rojo). Unos echan el azufre amarillo en un matraz y lo cubren con generosidad
con
espíritu de vino muy rectificado, poniendo el conjunto a circular según el Arte
Autor: José Luis Ramos
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ALQUIMIA I
- Unidad 4
hasta que se obtiene un hermoso aceite rojo, que utilizan como excelente
medicina. De dicho aceite extraen el azufre rojo calentando la materia hasta la
eliminación del alcohol. Otros obtienen lo mismo poniendo el azufre amarillo
en
un mortero de porcelana e impregnándolo de espíritu de vino, al que prenden
fuego. Extinguido éste, repiten la operación hasta un total de siete veces. Al
final,
secan la materia por el mismo procedimiento ya descrito. Llaman a esta
materia
Arcano Coralino.
CONCLUSIÓN:
Hasta aquí, la parte operativa previa de la Obra por Vía Húmeda, según el
método
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clásico o más antiguo. Cualquiera, con cierta habilidad y paciencia, puede
llegar
hasta este punto. A partir de aquí empieza la Alquimia propiamente dicha. El
resultado de las operaciones y el progreso de la Obra ya no va a depender
exclusivamente de la habilidad e inteligencia del operador. Hay otros factores
determinantes: Por muy bien que hayan sido realizadas las operaciones
previas, y
aunque los resultados de las mismas coincidan exactamente con lo que se os
ha
descrito, nadie puede estar seguro de que las materias filosóficas, Mercurio y
Azufre (y la Sal que ambos incorporan), dispongan de la semilla vital
adecuada y
preparada para su evolución. Y, aunque así sea, dicha evolución está
condicionada
por las energías cósmicas, terrestres y, sobre todo, del propio operador... Si
todo
es correcto, culminaréis la Obra en poco tiempo, pero no debéis extrañaros, ni
dejar que la desesperación os domine, si tenéis que “pasearos” ante la puerta
durante mucho tiempo, antes de que ésta se abra...
Autor: José Luis Ramos
12Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P.
ALQUIMIA I
- Unidad 4
SIMBOLOGÍA
Frente a la muy numerosa colección de símbolos, emblemas y alegorías
referidos
al Mercurio Filosófico, a las materias iniciales y al proceso en los distintos
regímenes, existe una evidente escasez en lo que se refiere al azufre Filosófico
por
sí mismo; es decir, sin estar incorporados en conjuntos en los que se describen
ambas materias filosóficas o procesos complejos totales o parciales de la
Obra.
Aquí ofreceremos unos ejemplos de la extraordinaria “Atalanta Fugiens” de
Michel Maier.
En la Fig. 2, se materializa la famosa frase: ”Dale fuego al fuego, Mercurio al
Mercurio y con eso te basta”. El Mercurio transmite al Azufre su propia
vitalidad,
cediendo su propia vida en el proceso. Queda entonces unido el Azufre, en las
proporciones adecuadas, al mismo Mercurio vivo. Resultado de esta
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operación es
el Azufre Filosófico. En el emblema, es curioso observar ambos Mercurios. El
que está de pie, caminando; es decir, activo se dirige hacia el otro, que está
sentado (pasivo) sobre un hacha y lo que parece un escudo (símbolo de su
penetración en potencia), esperando la llegada del primero. Ambos portan en
sus
manos el Caduceo de Hermes, que indica su carácter Filosófico. Vulcano,
mira
fijamente al caminante con el fuego externo en su mano, representando que es
por
su acción que el Mercurio volátil comunica su poder al fijo. De su conjunción,
dependiendo del camino operativo seguido, puede obtenerse el Azufre
Filosófico
o, también, el Mercurio Doble (REBIS, Materia Inicial de la Obra,
propiamente
dicha).
En la Fig. 3 vemos al Artista retirando cuidadosamente el Coral (Azufre) o
Azufre
Filosófico coagulado, procedente del agua mercurial. El proceso de
separación o
recolección del “coral” se encuentra plagado de dificultades. Maier pretende
que
hay que “cortarlo bajo las aguas, con suma prudencia, con objeto de que no
pierda su sangre ni su sabor, ni deje, por consiguiente, un informe caos
terrestre”. Nos advierte, por último, de otro peligro importante que afecta a la
Piedra, el que supone la humedad superflua que, por impedir su avance, debe
ser
eliminada.
Autor: José Luis Ramos
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ALQUIMIA I
- Unidad 4
LABORATORIO ALQUÍMICO
Pocas consideraciones prácticas podemos realizar en esta Unidad que no
hayan
sido tratadas en las precedentes. En referencia a los procesos tratados
comentaremos, en primer lugar, la disposición representada en la figura 4 del
Anexo, en la que puede apreciarse el matraz enterrado en el baño de arena,
sobre
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un hornillo o fogón adecuado. Esta disposición se emplea para desecar las
materias en disolución o sumergidas en líquidos (también para concentrar las
disoluciones a fin de facilitar la cristalización). Igualmente, se emplea este
procedimiento para realizar la sublimación “a cielo abierto”, es decir, sin
condensación de vapores, lo cual exigiría conectar a la boca del matraz el
destilador apropiado. En este tipo de sublimación, la mayor parte de las veces
es
necesario romper el matraz para extraer el sublimado, por lo cual se emplean
otras
soluciones que no trataremos aquí, ya que no son de aplicación en nuestra Vía
(como sería el caso de la Vía Húmeda Universal).
En la figura 5 se muestra una útil disposición para realizar la circulación de
menstruos a temperatura suave, como es el caso de la conversión del azufre
amarillo en azufre rojo. Sobre un matraz redondo de fondo plano y boca
esmerilada, se coloca otro de tamaño inferior (en ciertas aplicaciones, es el
matraz
grande el que se sitúa encima), de tal manera que la boca de uno tiene una
configuración macho y la otra es hembra del mismo calibre, a fin de que
encajen
perfectamente. La materia volátil se condensa en el matraz superior y vuelve a
caer por su peso en el inferior, en un proceso continuo.
Autor: José Luis Ramos
14Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P.
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- Unidad 4
ANEXO: FIGURAS
Fig. 2 Los dos Mercurios.
Autor: José Luis Ramos
15Gallaecia Arcana Philosophorum G.A.P.
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Fig. 3 Recogiendo el Coral.
Autor: José Luis Ramos
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Fig. 4 Sublimación abierta.
Autor: José Luis Ramos
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Fig. 5 Circulación.
Autor: José Luis Ramos
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