1952 - Revista Del Museo Nacional XXI

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Revista

del Museo Nacional


. ,
LIMA:"'" PERU

DIRECTOR: LUIS E. V ALCARCEL

TOMO XXI

19 5 2
REVISTA
D~L MUS~O NACIONAL
Director: LUIS E. VALCARCEL

Año 1952 11 LIMA - PERU i¡ Tomo XXI

El Museo Nacional

El Supremo GobienlO ha decidl~do j1Yocedey a la construcción de


edificio en que se instalen adecuadct11zente las colecciones existentes
'l'm
en los actuales 1Nuseo s del Estado que fUllciollan en la Cap1:tal de la
República.

Tan importa1lte 1'esol-ución apaye.ia como se debe el1te11der,. uno


J

reforma instÚucionalque tiende a devolver la u111:dad perdida.

Para estudiar las bases de este renacimiento de la idea dellVIuseo


Nacional fU f? dest.c,mada una comisión integrada por los funcionarios que
dirigen las entidades principales. Dicha col1úsión ha cU1nplido el en~
cargo y su informe está en ma110S del señ01' Minist1,o de Edu,cacióiz
Públ-ica) quien) C01'], r emarcable inte1'és) procedió enseguida a 1w111bra1'
una nueva comisión que estudiará el problel1'la arquitectónico) teniendo
ra la vista el infonne a que se hace referencia.

S e halla) pues) en marcha un proyecto de t1'ascendencia extra01'-


,dinaria para la vida cultural del país; p'ues) no se t1'ata únicamente de
tdota1' a Lima de un palacio más) úno de reu1-tir) conservar y presenta);
,digna'm ente -Zas fesümonios de la historia del P erú) desde los más leja
'nos tiempos hasta hoy) en recintos que 1'eunan las cond1:ciones óptimas
,de la museologia. Terminará de este modo una ,situación de evidente
,inconveniencia que 11.0 a1'111Oniza con el prestigio de la cultura peruana.

N os es grato ofrecer un 1'esumen del informe presentado. Este


comien:;a con una enumeración de todos los museos del Estado exis J

'tentes en Li111aa'sí como de Zas colecciones particulares.

('Esteini1¡enso 'mate1'ial -,d'ice la C01'nisión- puede ser clasifi-


',wdo de muy diversos modos,: pero) se aCépta hacerlo desde el punto de
vista de ladiz,i:Síón' crohológica usüal; es decir~ en cuatro sectores) uno
,P1'eincaico) -afro I ncaicv) un terce1'o Virreynal comprend1:endo el perío~
4 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

do de Descubrimiente :Y Conquista :v un c'uarto Republicano, incluyendo


el pe·d odo de la Independencia:"

La definiáón del NI useo Nacional está f01'11tulada e1t el siguien-


te párrafo: ((S1:endo el fin educativo del Museo el de mayor prioridad.
deberá logmrse C1"ear, con toda nÜidez, el sentimiento de unidad na-
cional, acentuando los rasgos peruanos que se conservan a través de
todo el proceso histórico del Perú)). Y enseguida se afiade la función
arquiiectónica: «La idea del edificio único está al serv1:cio de este
propósdo)). JII[ ás adelante se aclara aun más el objetivo del M'useo N a-
cional: ((la presentación objetiva y u11itariade la Cultum Pe1'uana)).

Son e11.u11'lemdas las cuatro funciones del 11tUSeo: investigación


científica, exhibióón educativa, conservación y administración. Se en-
cargarían de la p,"imem los institutos de arqueología, antropología fí-
sica. etnología, historia :v arte jJeruano, la mayoría de los cuales tíen,en
)Ia '¿I1:da activa dentro de los actuales 111/useos de Anh'opología y de
Hist01'ia.

Se separa las obligac'iones del pe1"sonal) d1>vidiéndolo en científi-


co, IJedagógico, técnico, administrativo )1 de vigilancia. Esta importante
reforma asegum pam el pri111ero c0111pleto empleo de S'/l¿ tiempo en el
estudio de la cultura pe1"Uana, no distmyéndolo con quehaceres rutúza··
rios. Se da pa1,ticular i'm portanáa al aspecto educativo del 111useo, crean-
do un personal ad hoc que se encargue de trasmitir al púbhco el 1:e-
s'/ltltado de la investigación, en la forma atractiva de exhibiciones pe1'-
manentes y exposiciones temporales. además de las visitas gU1:adas ~:
las clases pa1"a escolares. .

El pe1'S011al técnico tiene P01" exclusiva misión atender a la C011-'


servación de las especies, empleando los más modenws procedi111:ientos
y dotándolo de talleres y lab01"atorios, hoy . imp1'escindibles en. todo
111useo.

La ad111,inistración no solo se 1'esponsabilizaría de la maq1únan:a


burocrática sino q1te tendría el control de las 1'entéLs J' de los bienes, con
'/Itna constante labor de vigilanáa y cuidado de las colecciones )1 de po~
lida del edificio.

El informe entm en minuciosos detalles relativos a.l f'/ltnciona,


mie11.to del 1nuseo, desde que ingresan las especies hasta que son ex-
puestas al público e implanta el sistema hoy universal de la exhibición
pública de tipo educativo y la exhibición privada de índole científica;
esta ú~t-ima c011stit1.¿),e el grueso de las existencias debidamente ordena-
das.
EL MUSEO NACIONAL s

Las secciones de recepción y de preparación de las especies de~


berán contar con los depósitos, estufas, talle'res y lab01'atorios 1'espec-
t-ivos, inclusi7.1e una instalación fotográfica.

La conser'lIación de especies delicadas como textiles, plumeríaJ


etc. reque1'irá de c0111,partimentos con aire acondicionado, tanto más
necesario cuanto así lo exige la humedad de nuestro ambiente y la vasta
fauna de insectos desh'uctores.

La dotación de todo el instrumental científico para los institutos


y de bibliotecas especializadas, así como de una Í1nprenta para sus pu-
blicacio1les es objeto de 1'ecomendación especial en el inf01'me.

Una Í111,portante declaración sobre el libre acceso a las fuentes


para los investigadores idóneos ha sido consignada. Es evidente que
solo con las esenciales facilidades que debe p1'estar el l11useo a los es-
tudiosos, el conocimiento de la cultura peruana podrá ser intentado por
nacionales 3' extranjeros c01npeterdes, 1'omp1:endo así todo odioso 111,0-
nopolio que no cabe en el 111/undo científico.

Al tratar de laillvestigación científica, el infor111,e dice:

«La in'lIestigación y estudio o sea la fUl1,ciórL científica del Museo


no puede ser cU111,plida sin '/,t'n cierto número de condiciones básicas;
a) independencia del investigador de toda obligación ad111,inistrativa,
econó/'nica, etc.; b) consagración del investigad01" a su trabajo, sin
aceptar labores de otra naturaleza, excepto la enseñanza; c) garantía
de estabilidad,- d)' autonomía del Inst'i tuto en lo científico; e) derecho
de selección, de su personal auxiliar; f) adecuada 1'etribución de sus
serVLctOs."

La función educat-i'va del l'vI useo se realizaJ'ía 111,ediante « exhibi-


ciones que c01nprendan la visión panorám,ica de la cultura peruana, con
elementos representativos de su trascunir histó1'ico y de sus distintos
ambientes geográficos, utilizando dioram,as, pinturas murales, 'J1Il,apas .
fotografías, dibujos, diagram(i1,s, etc.l-' . Adem,ás de estas exhibiciones
que tendrían un carácter peY111,anente, se ofrecería exposiciones te111/,-
porales 1'elativas a un grupo cultural peruano o a una determinada
época o a una técnica o a un arte o a un tema histórico, arqueológico,
etJlLOlógico, etc.

Serían otras formas de divulgación : conferencias, conversacio-


nes, visitas guiadas, clases para escolares, audiciones, proyecciones de ,
cine, danzas y ca'JIltos, etc.
l'¡ REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI:

Con las medl:das aconsejadas, el Jl![useo Nacional se conve'Vti1~ía


en U'N gran centro de extensión educativa, colab'oj~ando en forma activa
con los establecinúentos de enseFia'll/:ia oficial y pal,ticular, precisamen-
te en el d0111Jnio de la materia que más interesa a la formación na-
cionalista de las nuevas generaciones JI a la amPliación de los conoci-
mientos que 'sobre el Perú, C0111,O entidad cultural, poseen las personas
.e«ulias, sean extranjeras o natu:rales del pa·ís.

En otl~ a acápite se manifiesta: «En cUlnpliml:el1to de su misión


educativa, el 11,;1useo no solo deberá of1~ecer en su p'ropio local las en-
seiianzas 11'¿Ó s adecuadas sino e:rte'11,derá su acción a los establecimien-
tos escolares, a -10:<; 'barrios poj)ulares :)1 a las ¡Joblacianes. cam.pesinas
lnediante el se1~v'icio de la Colección lllf ór¿'IT. Esta sería COI11,O u:n mÍtico
e11-minia f ura, compuesta de los elementos más sugestl:voS para cU111,plir
su finalidad de extensión educativa.

El infonne se ocupa, a conti1luación, del fUlLciol¿al1tÍenta admi-


J1:istrati7.. lo y técnico del Museo.

Te1'11úna tan importa1lte documento con UIl bosquejo de L: dis-


tribución de todas las secciones del "M useo dentro del edificia que se
pro:yecta ' constnlir . .

L a e omisión de A rqu'Ítectura estudiará p1'ec'Ísal11,ente la traduc-


ción de este pragral11a en ténni1ws de planos y presupuestos.

Es de espera1' q2le tan fetiB inió'tlitir¿la alcance plena realiBación,


llenando así uno de los grandes vacíos dentro del proceso general de
desarrollo del Perú,.

¡
I
ARQUEOLOGIA

El Radiocarbono 14 y la Arqueología del


Perú y Chile
Este artículo con los cuadros sinópticos que presenta es difícil de comprÉmder
si no se tiene' un cono~iIniento previo de ias excavacÍones practicadas por Junius
Bird. El artículo. bastante técnico. está dedicado a los especialistas: Las siguientes
observaciones subrayan los puntos má's importantes:
19-Junius Bird opina que la validez del proceso del radio carbono 14 en los
especímenes peruanos prehistóricos probados. es alta. En los casos que las espe-
cies han sido escogidas con cuidado y con buen conocimiento de su filiación cultu-
ral. los resultados concuerdan bien con las otras pruebas al señalar una fecha. Esto-
se comprueba mejor en las muestras excavadas por el mismo Bird.
29-Se presentan algunas discrepancias serias en las fechas asignadas por
el Carbono 14 a ciertos especÍmenes y las que señalan otras evidencias arqueológi-
cas. Esto pone e~ duda. bien la validez del pr~ceso. o aquel de la recolección. ~e,
estas discrepancias las más 'i mportantes son dos muestras Nazca. que. a pesar de '
ser con toda probabilidad contemportrneas. según la prueba del Carbono 14 presen-
tan una distancia entre si de 897 años. Bird tiene una opinión sobre las posible,s
causas de este desacuerdo. Otra discrepancia importante es aquella que señala una
lecha demasiado temprana para la época Mochica. 872 A, C. más o menos 500 años .
Una segunda muestra Mochica que fué analizada después que Bird terminó de es-
cribir su artículo da una fecha dé IS0'-;ños D. C. y está más en 'concordancia con
ctras evidencias arqueológicas . En ambos casos. el de las muestras Nazca y el de·
la primera Mochica. el error puede estar en una falla 'en la técnica de contar o en
alguna contaminación del material recogido ., Se espera que con el tiempo. y con m Cl-
yores pruebas puedan eliminarse estos errores.
39-En general estas primeras pruebas del Carbono 14 ~an confirmado la , se:
cuencia cultural ya establecida por los arqueólogos sobre la base estratigráfica '.
También hay concordancia en la duración y antigüedad de las primeras etapas; pe~ :
ro se presenta una seria diferencia en los cálculos que ofrecen los datos de la es-
tratigrafía y en los que se derivan del proceso del Carbono 14 sobre la duración de •
las últimas etapas culturales .
En la sección "Comparación con la estratigrafía" el lector observará que en
el cuadro de fecha deriva das de la estratigrafía no figura cifra para la muestra Mo-
chica 382 proporcionada por Kubler. para la que el radiocarbono da 873 años D. C_
(más o menos 500 años). ni cifra para la muestra Mochica 619 enviada por Strong
y a la que' el radiocarbono asigna 112 años D. c. (más o menos 190 años) . En el
primer caso es porque se ha rechazado la cifra ' como imposible. En el segúndo. es
probable que el dato llegara demasiado tarde para ser· incorporado . De todos mo· ,
dos la importancia de estas dos muestras radica en que señalan la probabilidad de,
que los cálculos para las últimas etapas culturales de Mochica y Tiahuanaco. , he.'
chos sobre la base . del espesor relativo de basura en cortes estratigráficos: son de-"
masiado cortos y. por consiguiente. debe pensarse en un comienzo a~terior ~l ' que -
se les adjudica y en una duración más larga en ambos períodos.

R. S.
Fechas del Radiocarbono para Sud-América

JUNIUS BIRD

L0S datos estratigráficos de algunas de las ,muestras peruanas ofre-


éen una base bastante buena para la evaluación de las mediciones del ra-
diocarbollO en relación mutua. El cuadro siguiente (Fig. 1), ha sido prapa-
rada para aclarcir lo q~e está destinado a ser una lectura tediosa . Allí la
representación 'gráfica de las fechas del radiocarbono es obvia. La. inser-
ción de les perfiles saccionales de las excavaciones en los basurales pue-
de ser qonfusa, pero muestra donde fueron hallados los materiales experi-
mentados. En un ejemplo (382), aunque la muestra probada no proviene, de
ese basural, pe:rtenece cronológicamente al basural indicado . El conocimien-
to de la naturaleza estructural <-m las diferentes capas ,nos da mayores me-
dios para avaluar los resultados. Así es ,posible comparar el conjunto de
fechas, tal como podemos llamar al espacio total máximo y mínimo de tiem-
po y señalar qué partes no son ajustables y son por tanto imposibles y
que partes son improbables. Los segmentos. remanentes marcan los perío-
. dos dentro de los cuales las fechas existentes es más probable que balen.

PROCEDENCIA DE LAS, MUESTRAS

Diez de las muestras peruanas provienen de tres excavaciones reali-


zadas en un sitio del valle de Chicama. Una de estas excavaciones consis-
tió del corte de un estrato en el flanco norte de un gran montículo (H. P . 3
en bosquejo y sección) únicamente de desechos precerámicos, conocido co-
mo Huaca ,P rieta. Después de una .erosión considerable, tiene todavfa un es-

I
pesor de 45 pies . Las otras éxcavaciones (H. P . 1 Y H. P . 5) fueron raalizadas
1m las cercanías y revelaron una ' secuencia cultural inmediatamente pos-
terior al final del período precerámico.
RADIOCARBON DATES VERSUS STRATlG8APH IC POS IT1 0 N O¡:- SPE C I MENS:·
TlM( SCALE PERU

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10 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

Para ampliar el fechado del récord cultural de esta región, se asegu-


ró un noveno ejemplo en la parte inferior de la gmn pirámide del Sol en.
Moche. Está ubicada sólo a 40 millas d,a' Huaca Prieta y sobre la base de·
fragmentos de cerámica asociados, parece que está bien colocada en la croo . .
nologÍ-a conocida de la región, en los comienzos del período Mochica.
Los otros tres ejemplos peruanos, fuera da' aquel del gua'n o (muestra
378), prQvienen de la costa sur, más o menos a 4S0 millas .. Relacionan un .
...... -,. ,-' ~ ' ~ . r:v hural !pcn' ~ rl 'v FT"("' r ~ ~i r ' i1Cf do como N,a crópolis de'
Paracas y Nazca A, y cuyas posiciones cronológicas relativas no están muy
claras. Aún menos comprensible es su relación con la secuenci de la cos-
ta norta, de modo que una determinación '. de edad · ofrece considerable . in- o
terés a los peruanistas.

HUACA PRIETA '- MUESTRAS

Mues.tws 313, 316. (Restos divaBos de planta leñosas) . - Sobre la bas· ~ ·


de la estratigrafía, la .muestra 313 es más antigua que la 316, aunque
81' radiocarbono indica lo contrario . Ambas consisten del mismo tipo de ma-'
teri,al: rel::tos da ram~tas y tallo:3 de plantas, residuos de cocina en especial.
La mayoría, sino todos, deben haber estado vÍvos poco antes que se' uso_o
mn. Las dos muestras estuvieron separadas por lm,4S de cenizas y de ra-
siduos de ocupacióit, con una inclinación del estrato aproximadamente de
22 9 . Dehe haberse acumulado lentamente porque la comunidad fuépequa-
ña y evidentemente que arrojaron desperdicios en toda el área ocupada .
No tenemos un buen método pam transportar ésto en años . En este ejem-·
plo una suposición moderada sería qus' la acumulaCión entre las muestras
re·presenta algo así como un siglo . En contraste, podemos computar el pro-
medio mínimo de tiempo necesario para la acumulación de desechos inter-
mediarios sustrayendo la cifra máxima de la muestra, 321 de' la cifra míni-
ma de la 313, dividiendo el número de metros entr:a las capas D y Q. Apli- .
cando esta proporción~l interval~, Q-M, tenemos uncí cifra de 222 añ03 . Las"
faltas con tal procedimiento son obvias . No solamente usa cifras que' se'
supone se están 'e xaminando sino que aplica la cifra de años' por metro
como si la proporción del crecimiento hubiera sido consta'llte. Su único in-
terés radica en el hecho que no pugna con una suposición en "más de un
siglo". .'
Con esto en mente, además del hecho que lo:, 313 es realmente más'
antigua que la 316, una comparación de los dos conjuntos de datos' dice
lo, siguien~e. " Es evidentemente imposible aceptar ambos medios como co-
rrectos; la porción más baja de la 316 y la superior de la 313 se anulan
por imposibles y dentro de las porciones que quedan a cada una, las sec-
ciones igualan a un mínimo de' 100 más' (?) años pueden clasificarse como'
i.mprobable's a causa del espacio de Üempo entre lás muestras (v·e r Fig. 1),
11,
FZC!-fAS DEL RADIOCARBONO .

Esto . deja el intervalo entre los ~ años 4507 y 4210 c.o mo el lapso en' que la, .
edad de 313 debió empezar y para)a -31.6 el lapso entre 4407 y 4110.
Estas son hasta el presente las fechaS , arqueológic~s que pueden 0:-
¡::licorse a estas dos 'muestras. En realidad; no hay razón' para no aceptar .
[a cirra de 4257 años para la muestra 313 (ccipa . ~Q) . Por las razones · y a
ffiemcionadas, la fecha para la 316 (capa M) debería, ,entonces empezar en .
la porción superior de la muestra 316, En un lapso quizá ,entre 4157 y 4110.
(Ver la discusión de la muestra 598 al final de este artículo) . , _,

MUestra 315 .- Las conchas usadas para esta prueba provienen de la , mi5- '
ma , capa en el basural que el material de pbntasusado sn la 316 Y PO ! ,
e;;:o, son de la misma edad . La discrepancia en los dos juegos de cifras ne-
c83ita una explicación, porque si aceptamos 316 como correcta, entonces
315 d 3 berb descartarse. Sin embargo, observando a la 315 en sus ralacio-
nes con la 313, sin conciderar la 316, vemos que el intervalo de 215 años
entre la cifra mínima de la 313 y la máxima de la 315, están dentro de la
usala de posibilidad. Por el contrario, la diferencia entre los m sdios es
b'm:t~:mte improbable para el intervalo Q-M. Sobre esta base más de la mi-
¡ad del lapso de la 315 debe clasificarse como imposible. De dónde uno co-
loque el límite de la posibilidad depende lo que debe ser considerado co-
mo el tiempo máximo entre Q y M. En la Fig. 1, éste se ha alargado has-
ta 400 sobre la cifra míníma para 313; especialmente en el nivel 3607.
Esto es hasta donde se aplican los datos arqueológicos y rio explican'
la discrepancia entre 316 y 315. Ello bien puede deberse a la diferencia en°
el material experiment,a do, y debe verificarse en cuanto a eso . Estoy re-
nuente a exprssar una opinión sobre el particular sin comprender comple-
tamente qué diferencias puedan ' predecirse para pruebas ' de conchas con'
restos de plantas.

Muestra 362 (raíces carbonizadas de espadaña). - Aquí, como en otras par-


tes del mundo, las raíces de espadaña se recolectaban, se asaban y se co-·
mían , Tales· ' 3jemplares carbonizados como éste, constituyen 1':1 material'
ideal para las pruebas del radiocarbono, porque estaban frescas cuando
se llevaron al lugar donde se hallaron. Los resultados' en este caso no es,
tánen pugna con la ~ifra derivada del material de plantas de las, capas'
más antiguas. La observación evidente, que los datos aceptables más an-
tiguos no pueden empezar más cerca a la cifra máxima de, 313 que el es-
pacio de tiempo necesario para la acumulación de 2 _50 m . de desperdi-
cios, es de ligera ayuda. Si el intervalo Q-M iguala 100 o más años (?),
después el intervalo Q_K2, si la proporción del crecimiento fué constante,
iguala a 172 más (?) años . El promedio mínimo más razonc;xble por metro,
usando las cifras 313 y 321, sugiere 382 años como posibilidad. En el pri·
mer ejemplo, 4335-(?) sería el límite más antiguo para 362, mientras que
el segundo señala 4125. Sin tener en cuenta, cuál podría ser el más co-
12 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI '

rrecto, podemos justificablemente dasconfiar de la porción inferior del con-


junto 362. La cifra media de 4044 años podría ser corrzcta, pero si no lo,
fuera, la correcta podría estar después 'l no antes.
Muestra 318b .--Desde la publicación de Arnold y Libby (950) sobre las:
fe'chas dal radiocarbono ha habido una segunda prueba sobre otra, parte
d~ la muestra 318~. Los resultados designados aquí como 318b confirman
la 'c onclusión que toda la 318a debe estar equivocada. El gran margen de .
error señalado, el resultado de un período de contar relativamenta corto"
encaja sorprend onté'mente bien dentro de la armazón de las medidas adyo:..
centas. Tal vez unos, cuantos años en el extremo de la sección 4050 a la'.
4150 podría clasificarse como improbable sobre las bases del intervalo K2J2 ...

PRIMER PERIODO PRECERAMICO

Al final las posibilidades están definidas más claramente por los re-o
sultados 321-322. Algunos de los lapsos del 318b, aquellos donde se sobre--
pone la porción dudosa de la 321, tienen que considerarse como imposibles.

"', Muestra 318a. (LeñCl y ramas).- E1 resultado en este caso no se conforma enteramente con:
las otras cifras, Si estas fueran aproximadamente correctas. entonces deberíamos clasifi"
car tcdo el respltado 313 como impósible. Esto sería muy inquietante exceptuando el he· ·
cho que en esta muestra hubo una posibilidad mucho mayor de contaminación que con .
ningún otro material del sitio de Huaca Prieta . Entre los 243 gramos de leña y ramitas que
forman la muestra· había una pieza de leña dura. densa. parcialmente quemada. probable ..
:nente "huarango". A causa de la posibilidad que haya podido ser parte de un artefo:cto
o que pueda conservar marcas de herramienta. su superficie. aunque todavía cubierta·
con sal. endurecida con barro. estaba ligeramente cubierta con una solución espesa de ám ..
bar o alovar . En esa época nuestro a,b astecimiento del disolvente acetona no pudo ser"
renovado así ' que tales especímenes no fueron re~ojados o empapados y la solución era
más viscosa de lo que usualmente se usaba. En realidad Un baño con escobilla probó ser
de poco o ningún valor para la sal impregnada en los especímenes de este depósito. En'
'este caso la penetracién ·fué tan ligera que la ma'yor parte de la costra se separó de]:
objeto en el tiempo que fué desenvuelto y el resto quedó enc:;ima en una proporción muy'
escasa.
En la creencia que todas las trazas de est~ podrían eliminarse. toda la superficie'
¡ué frotada con un pulidor de alambre de acero con fuerza eléctrica usado para limpia-r'
huesos de fósiles. Las grietas y rajaduras s.e limpiaron después con herramientas denta ..
les y como ninguna dé éstas fueran profundas. yo creo que la pieza se haya librado de'
todo material contaminado.
En vista de los resultados. sin embargo. siempre queda alguna duda. tal como su
valor. No ' parece haber otra alternativa sino que evitar ' el uso de las cifras derivadas de
ella y no permitir que influencie nuestro pensamiento relativo al valor de la determina-
ción' de la edad por el radiocarbono. En' este ca,so el error en él jilicio es completamen-
te mío.
13
~ FECHi\3 DEL RADIOCARBONO

, Arbitrariamente he indicado que empieza entre los años 2950 y 3040. El in-
'ten-ala entre 318b y 321 tiene también que considerarse. Los cálculos r:I'
"raeste lapso, durante 'a l cual se acu.muló 2.75 m. de desperdicios, varía
entre 190 -más una cantidad- dosconocida, hasta quizá 420 años. Así un
,cálculo moderado sería que la 318b no puede estar más cerca que 250 años,
la fecha mínima para 321. Si esto está cerca. a 2993 años, como S9 expli-
cará, entonces 318b no puede ser m=nor que unos 3240 años.

: Muestra 321 (ca1abazas, pedazos mascados de fibra, tallos de calabaza, al-


qodón, tela de corteza y leña); 322 (palo de cavar)"'. Casi todo el material
de plantas en la muesira 321 e,stá compuesto da las partes anuales o exter-
nas d,e las plantas que deben habsr estado vivas muy poco antes que fua -
ran arrojadas. Su posición en el montículo está muy cerca del período del
abandono final del villorrio que, crso, marca el fin dd período precerámico.
' La validez de las fechas derivadas de aquÍ son por tanto de interés gene-
' ral. El lapso indicado no pugna con la muestra ya discutida, aunque se su-
perpone cen parte de la 318b. Sin embargo, hay conflicto con los resulta-
dos obienidos para la 322, comparable con la situación de las 313-316. E..'1
ccnsscuencia la 321 debe revisarse junto con la 322.
La presencia estratigráfica do la última es considerablemente post,,-
rior que la 321. Por esta razón, todas aquellas porciones de tiempo fuera
' de la superposición directa deben clasificarse como imposibles y una sec-
' ción de cada una, iguales a los intervalos estimados entre las dos, deben
clasificarse como improbable,s. Esto limita la opción para la 321 al lapso
entre 3100 y 3266 aproximadamente y para la 322 el intervalo entr.s 3160
y posiblemente 3,000. Todo esto sobre la suposición que la 322 haya sido
contemporánea con el nivel en que se presenta. Sin embargo, hay la posi-
-bilidad que la 322 haya sido hecha de una antigua pieza de madera, o que
' haya sido hecha mucho antes de que fuera arrojada. Parecs' que fuera hua-
rango -una madera dura y compacta quce no es de un crecimiento parti-
cularmente lento- pero que dura indefinidamente. Yo sospecharía que, con
' las herramientas en uso en aquel tiempo, de una- fabricación bastante tosca.
escogieron madera verde del diámetro aproximado para tales objetos. Cuan·
do se encontró estaba todavía suficientemente buena para usarse, así que
bien pudo ser un antiguo artefacto cuando se descartó. Aunque se ha
hallado varios palos de cavar en los basurales que contienen cerámica, a-
'saciados con adobes, ninguno de este tipo ha sido hallado entre el matsrial
precerámico.
En consecuencia estoy renuente a considerar que existió como arte·
-facto antes que el material de la muestra 321, a pesar de la evidencia de
,-las pruebas del radiocarbono.

Se han hecho , varias medidas , de la muestra 322 y también de la 27 L 521 Y 460. La ve·
riación de estas medidas se muestra en la Fig. 1 con cosillas rectangulares. numeradas
,apropiadamente y entrelazadas.
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.- TOMO XXI

MUESTRA DE LA EPOCA CUPISNIQUE-CHA VIN

Muestra 75. (Madero de techo de huarango). - Esta viga, cortada aparen-


temente fresca para el techo de una casa subterránea, es una muestra im-
portante porque es contemporánea con la primera aparición del maiz y la
cerámica Cupisnique en este sitio . Como la difusión del maiz en el Perú
parece haber sido de norte a sur, una fecha exacta para este nivel sería de
gran utilidad. Hasta donde el . presente estudio le concierne, señala un lí-
mite más allá del cual las muestras asociadas con maiz 323, 382, 271 Y 521
, l~O pueden ir.
La posición estratigráfica de 75 hace que saa evidentemente más jo-
ven que 322, que proviene de la misma excavación . En el intervalo entre
las muestras se presenta lo siguiente: (1) Casa 7, una estructura hecha de
'adobes cilíndricos colocados verticalmente, que fué remodelada cuando la
'm U!:3stra 322 fué incorporada a la pared, a la que sigue otro cuarto o ,estruc-
\ura construída hacia el nor,oeste . Esto debe haber seguido inmediatamente
la at·sración. (2) Ambas estructuras estuvieron ocupadas, después fueron
. abandonadas, las paredes echadas ab,aio, los interiores ocupados con des-
pmdicios hasta una altura de 50 cm . Si las. paredes de la casa hubiew n
s j.do deliberadamente destruídas, se podría esperar hallar dentro uno de
los adobes, que no es el caso . La naturaleza del relleno implica ·enton-
ce~: el paso ' del tiempo después del abandono . (3) Por algún tiempo, para
d cual no hay medida, . las paredes de la casa 7 fueron desgastándose has-
ta que se nivelaron con la superficie del suelo, en esta época tenía 60 cm.
~obre el nivel del piso. Sobre esto se construyó una pared de adobas có-
'nic.os, que corría diagonalmente a través de la estructura 'anter:racla. A su
'vez, la parte más baja de esta pared estaba parcialmente enterrada, mien-
', ras que la parte superior resist~ó c::op:l.pletamente. (4) La superficie en es-
ta etapa permaneció . bastante estable por . un tiempo; después vino un. nu?-
vo período de construcción en , el que se construyeron cas,as. o bóvedas sub-
terraneas, similares al tipo de casa precerámica. AIsxcavar buscándolqs,
'la pared deado):les cónicos fué cortada de un lado a otro y parte de la
adición de la Casa 7 fué ·ex2uesta . Lámuestra 75 proviene de una , de es-
tas estructuras subterráneas.
En términos de años podemos suponer que los eventos mencionados
tuvieron lugar durante varios siglos. Paredes de adobes de grosor similar,
!evantadas d.e~p~éi de los " ~?pañ61es 'y aban~ol1adcis' por el 1600, están to-
da.víaen pi~en un sitio no más distante de una mina : La ciescomposicióp
natural de las paredes es entonces, un procesó lento, siempre que se levan-
ten en un terr'e no constantemente seco . Por tanto, ·el tiempo mlnimo ' entre
'75 ' Y. 322 no puede' ser menor . que UD.(1 centuria y aunque bien podría ser
'varias veces eso, 'es imposible hacer una apreciación más perfecta . .A fin
FECHAS DEL RADIO CARBONO

de indicar que la p~rte superior de 75 podía ser puesta en tela de juicio,


, h e marcado la parte separada por más de 600 años ' del límite de la 322 co:l·
,culada como improbable .

EPOCA DE LA CERAMICA NEGATIVA: GALLINAZO-VIRU

lvluestra 323 (cu:srda). - Las siguisntes en secuencia son las cifras obteni-
das por el proceEamiento de dos rollos de junco torcidos, con tres hebras
(Scirpus -americanus?- Persoon). Diez de ,e stos rollos cuidadosamsnte a-
tados fueron encontrados juntos, envolviendo una antigua pi9za dE 'a stera,
en Ia parte inferior del basural del período Gallinazo o Virú en H. P . l. Eran
'evidentemente nuevas cuando fueron arrojadas y nunca habían sido usa-
das. La estrecha similitud de los rollos sugisre que s,e hacía un producto
.standarizado, tal vez para comercio .
La :rosición estratigráfica de los especímenes estaba concisamente de-
lineada, r:;orque directamente más abajo había un depósito estéril de guija-
nos marinos, que creo fueron dejados por la marea . Esto terminó definiti-
vamente con los restos más antiguos y eliminó la posibilidad de interpre- '
tar mal la asociación cultural. Los fragmsntos de los alrededores y de la
parte de encima son tipos que se presentan en e l valle de Virú en los co-
mienzos del período Gallinazo o Virú, con pintura negativa común sobre
'la:'3 pi.ezas decoradas. Así, una fec::ha para est = especímen, aunque no mar-
·ca precisamente la primera aparición de la cerámica de pintura negativa
, -en el vaUe de Chicama, está próxima a 'a lla y ofrece una fecha ds' térmi-
no máximo al precedente período Salinar.
Las cifras obtenidas parecen encajar bien con el resto de las series .
En el lo:do positivo no podemos aceptar ninguna fecha que sea precedente
'o la máxima otorg::xda' ala muestra 75 . Además, podemos reducir la duo '
ración al aprsciar el lapso mínimo entre los comienzos de los períodos en-
pi.snique y Gallinazo. Para esto tenemos más fechas que para ningún otro
precedente intervalo entre muestras" porque el complejo Cupisnique-Chavín
tuvo una ampli~ distribución en el Perú. En Ancón, a 300 millas al sur de
Chicama, hay 8 metros de desperdicios de -e ste período antes de que apare-
'ciera sugerencia algUna de influencia nueva. En los valles de Virú y Chica-
' lua, ningún depósito ' Cupisnique se aproxima a este eipesor, aunque: la cul-
<tura estuvo bien establecida 'en ' ambos valles y resistió bastante a algunos
iú.ertes cambios que apar'ecieron en ''la ' decoración de la, cerámica'. La tran,
: si,é::ión de "esté al ' sigUiente período Saliñcir,aunqu9' algo abrupta; fué 'total-
- mente ' completa, mucho ' ántes de nIngunaevidéncia dé Gallinazo·. Si este
':'~nforme' 'se ve a la luz de 10 que :sésabe' dé désar~~llosposteriores, 'es , du,
, 'dososi ' hay I'nenó's de 250 años implíCitos '- " Lamáyoría ' de ~ los' Pertianisfá~
desearían aument-ar "esta' cifrd; pero por el momento deberrios 'es.c oger úni-
'~;cdtílénté: lascifrcis !tl'Ínimas. Así mera 'del iapso 'entre 2332 y 2932 años "10
:16 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

sección más probable para la edad de la muestra 323 está entre 2615 y
2332 años y si cae fuera da estas cifras probablemente será menor qU3 el
mínimo.

EL PROBLEMA MOCHICA

.'Mues,t ra 382 (Cenizas mszcladas con hueso).- Esto fué recogido por Kubler
para el propósito específico de la prueba del radiocarbono y proviene d"
.un fragmento bajo una capa de hojarasca y desperdicios situado en la par-
te inferior de la pirámide mochica del Sol En Moche .. Con él había frag-
mento s del tipo clasificado por Larco como Mochica l.
La posición cronológica de 'este horizonte está expresado simplemen.
'te en la Fig. 2. Inmediatamente prscedente a Mochica e·stá la cultura Ga
llinazo o Virú, representada en el sitio de Huaca Prieta por un metro de
desperdicios en H. P . 1 Y a la cabeza de éste el período Salinar represen·
-to:do únicamente por tumbas inlrusivas en H. P . 5 Por los datos arqueológi-
cos comprobados _en esta región queda daro cuando la muestra encaja en
relación con los otros materiales probados -principalmsnte, alrededor del
punto indicado en la s,ección H. P . 1 .
Se esperaba que la 382 nos diera una fecha final para los r9s'los d·"
Gallinazo y que fijara el establecimiento' de la cultura Mochica. En reali-
dad los resultados no son satisfactorios aunqus' dan una edad máxima más
c¡Ilá de la cual no puede colocarse la construcción de la pirámide. Contras-
tada con los resultados de las muestras de la Huaca Prieta y visto con los
conoómientos de lo que cultura mente sucedió después del tiempo de la mues-
tra 75, debe considerarse como un espacio de tiempo completamente impo.
sib!e dentro del que se forja el comienzo del período Mochica. Aún la por-
dón más elevada debe considerarse como improbable.

COMPARACION CON LA ESTRATIGRAFlA

Como un esfuerzo para verificar anteriores estimaciones de -la edad


.de diferentes períodos de c·erámica, Ford ha preparado la Fig. 2. Utiliza
datos de divers·as excavaciones en el valle de Virú que. sobre la base de
.cantidades relativas de desperdicios acumulados en diversos períodos. ofre•
.ce un medio tosco de juzgar el tiempo proporcional de los períodos. (Ford
y Willey. 1949. Fig. 5). Las cartas A hasta N marcan puntos importantes y
,están espaciados tal como se publicaran originalménte. Tomando lo que
pal'ecs la fecha del radio carbono más razonable para la introducción de la
cerámica. 1200 A.C. (punto- N en ·la carta) y Id fecha final de la conquist~
,e spañola. vemos que el período Mochica, tdl como ss' observa en el valle
l'ECHAS DEL RADIOCARBONO 17

Fig. 2.-
1900

1800

1700

1600
B Conquista Española
INCA 1500
Conquista Inca de Chimu (Rowe 1946).
1400 C
CHIMU
130G D
",!'lAHUANACO
1200
E
MOCHICA llCO
F
1000

900
Fecha Mochica del estudio di"l guano
800 (Kubler 1948).
G
700

GALLINAZO 600

500
H
400

300

200 - 1

100

O
SALINAR
10 J
100

200

300

l'ig. 2.-Gráfico alineado para la cronología de la cerámica en el Valle de Virú con una escc;t·
la de tiempo basada en las fechas del radiocarbono para la introducción de la cerámica .
En relación con los resultados de las muestras 75323 y 382 aparecería que la profun-
didad de los basurales examinados entre los puntos M a G sería desproporcionada con
el material posterior, G a C, con el resultado que las fechas están progresivamente más
reducidas conforme se acercan al período histórico .
18 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL. -TOMO XXI

400 - K

500 -

600 -
GUAÑAPE - L
708 - Comienzo del Cupisnique
Muestra C14
CUPISNIQUE 800 -

900 -

1000 - M

1100 -

1200 -
- - N La primera cerámica
1300 - - Muestra Cl4 .
(da (o in:ciaD.
1400 -

1500 -

1600 -

1700 -

1800 -

1900 -

2000 -

2100 -
AGRICULTORES
PRECERAMICOS 2200 -

2300 - I
I
2400 - ¡-Muestra más vieja C14
r
2580 - I
' .-- (-

2600 -

2700 -

2800 ---'

2900-

3000 -
FECHAS DEL iU\DIOCARBONO 19

de Virú, empieza entre 1050 y 1150 D.C. Esta es todavía posterior a la fe-
cha del siglo nueve que para los Mochícas sugiere elestudlio de Kubler
sobre 'e l guano (1948) y está sobre 1400 años después de la fecha mínima
para la muestra 382 . . Esto puede Interpretarse en dos formas: que las fe-
chas sugeridas para el período mochica, así como las. fechas del guano, son
d8masiado recientes con un amplio margen de error; bien podrían igual-
,ment<3 usarse para reforzar el caso contra los resultados de la 382 . Como
es preciso recolectar otros y más adecuados materiales de prueba del pe-
Tíodo Mochica, deben postergarse mayores comentarios sobre estas dife-
Tencias.

LA FECHA PARA PARACAS-NECROPOLIS

Muestra 271 (Tela de algodón).-La tela de algodón, sin teñir y sencilla


usada en esta prueba puede' considerarse como el tipo teóricamente ideal
de muestra para una región tal como el Perú . Si no fué hecha ·e specífica-
mente poco antes del entierro, como envoltura de momia, no' puede ha·
ber precedido al tiempo del entierro por muchos años porque en ese tiempo
Estuvo limpia, nueva y sin uso. El envoltorio de la momia, recogido junto
con otros 400 por Tello en 1927 y conservado como un especimen desen-
'vuelto hasta 1949, era desusadamenie grande . Como la tela escogida es-
tuviera más o menes en el centro entre las que estaban junto al cuerpo y
a la superficie se encontraba excelentemente conservada, había estado am-
pliamente protegida de la descomposición deI cuerpo y de cualquier influen-
cia externa . Su manejo y . exposición al polvo rueron mínimos y casi inme-
ciiatame,nte después de desenvuelta fuéenviada al laboratorio.
Los resultados han ocasionado comentarios adversos de algunos Pe-
l'uanistas cuya reacción es que la indicada edad es demasiado grande , De-
be recordarse que este sentimiento se basa únicamente en el concepto que
tienen de donde encajar los materiales de la Ne'crópolis de Paracas en el
cuadro cultural y que hasta ahora no ' ha habido forma de otorgarle fecha
excepto por mera especulación .
En realidad, en comparación con los resultados ya discutidos, no veo
conflicto con estas fechas. En el tiempo de la muestra 75, que marca el co-
mienzo del período Cupisnique, recién se establecía el cultivo del maiz en
el valle de Chicama. Los auquénidos domesticados estaban ausentes o .e ran
muy raros, no se usaba lana en los tejidos locales y la técnica del teñido
estaba pobremente desarrollada. Si las dos cifras principales para 75 y 271
s,e aproximan a 10 correcto, hay entonces un intervalo de 400 años en el que
se deja espacio para las diferencias tecnológicas y otras culturales. La la-
na llegó a ser muy importante en la producción textil y con ella apareció
un flcrecimiento correlacionado 'en el uso de tintes. En metalurgia, agricu!-
20 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

tura, y en la cerámica no hubo, hasta donde sabemos, importantes adelan-


tos. En la decoración de la cerámica hubo ocasionalmente el uso de pintu-
ra negativa que nos ofreoe una forma de cruce vinculada con la secuen-
cia del desarrollo de la cerámica Chicama-Valle de Virú. Como la pintu-
ra negativa aparece primero allí en los comienzos del período Gallinazo,
el nivel inferior de la .excavac:ón en H. P . 1 donde se consiguió la muestra
323 uno no puede esperar que las fechas para la Necrópolis de Paracas
l?recedan a cualquiera de las fechas que puedan asignarse a esb nivel. Es-
to por cierto no refuta la posibilidad de su ejecución poco después ya que
la distribución de la pintura negativa en Sud América parece s,sguir en el
Perú un movimiento de norte a sur.

FECHAS PARA NASCA: OTRO PROBLEMA

Muestra 460 Y 521 {Madera) .-El material usado en estas pruebas provie-
ne de dos de cuatro tumbas estrechamente dgrupadas halladas por
Kroeber en la hacienda Cahuachi ·e n 1926. Las dos tumbas según Kroeber
eran "de la misma edad, con una diferencia de pocos años" porque las tum-
bas cont-snían fragmentos de cerámica, que hacían juego con 10:3 contenido.:;
en las vecinas.

En vista de 'esto, la determinación de sus respectivas edades,debe·


ría dar cifras idénticas. El que no ·sea así nos llama a una cuidadosa re-
visión de los factores implícitos aun cuando no podamos explicar los re-
sultados.

Muestra 469. {Renglones de cuatro dardos, Catálogo del Museo de His-


toria Natural de Chicago, número 171-210; una quinta sección con el mis-
mo número permanece en la colección) .-Los extremos de cada una esta-
ban pintados de negro en un espacio de casi 10 cms. Tres .,xtn',mO:3 con·
servaban huellas de haber estado enrollados con cuerda mientras que el
espacímen sobreviviente tiene otras huellas de atadura delante de la pin-
tura. No parec~ que se haya usado 'ningún adhesivo con estas atadura s .
La madera de los dardos no ha sido identificada. Sin embargo, es proba.
ble que fueran piezas vivas poco antes que fueran convertidas en dardos ,
porque las maderas indígenas de poco peso son de rápido desarrollo, espe-
cies . de vida relativamente corta que tienden a perder su fuerza cuando se
les deja esparcidas.
FECHAS DEL RAi:lIOCARBONO 21

La muestra 521 consistía de dos fragmentos de dardo al parecer par-


tes del mismo especímen original aunque catalogados como 171245 y 171246.
Uno permanece completo en la colección. Tales objetos están hechos ge-
neralmente de una madera más dura y durable que .la de los dardos y es-
tá cortada como varillas redondas- y delgadas. Bien hechas, como parecen
serlo éstas, pueden haber rendido muchos años de Sósrvicio. Comparando
los dardos con los atlatL s.:~ presentan entonces algunas razones que sugie-
ren que los dardos púdieran haber sido materia viva más reciamente que
el atlatl. No intento explicar de este modo las diferenciasen las cifras fi-
nales, sino simplemente mencionarlas como un factor.

D~sde ·al tiempo en que fueron recolectados estos especímenes han


e-s tado guardados en ' estantes de acero abiertos en un almacén con otros
materiales arqueológicos en el Museo de Historia Natural de Chicago. No
hay ningún informe o indicación alguna de que hayan sido tratados con al·
qún praservativo. Adsmás, la buena condición de la madera hacía inne-
cesario tal tratamiento, de modo que las únicas fuentes obvias de contami·
nación puedan haber sido el polvo y las marcas de los dedos. Los resulta-
dos de la determinación de la edad dssilusionan . Dónde podría haberse es·
j?erado cifras casi idénticas, hay una diferencia de 897 años como término
medio y 1590 años entre los límites amplios de posibilidad.

A fin de comparar estos resultados con los de otras muestras perua-


nas, debiéramos sab3r cómo concuerda el material Nazca A con la crono·
logía locaL particularmente con la cultura de la Necrópolis de Paracas . Es-
te es precisamente lo que esperábamos, que las pruebas del radio carbono
nyudaran a establecer, porque no hay acuerdo alguno .entre los peruanis-
las especializados . Kroeber ha creído que la Necrópolis de Paracas fuera
conterúporánea con lo que él llama Nazca B; otros la colocan entre Nazca
A y Nazca B, mientras que yo estoy inclinado a creer que precede a am-
Las _ Mi punto d'e vista se basa, entre otras cosas, en la relación de la fre-
cuencia de lana o algodón entró::! las telas de Paracas y Nazca. Como tao
les cifras son asequibles muestran que las t3las peruanas y del norte 'de
Chile, l,JOr un tiem[o largo no usan lana y después se presenta un incremen·
to constante en el porcentaje de la lana hacia tiempos históricos. Entre ' la:;
Islas Nazca, encontramos un uso mayor de la lana que entre los especíme,
lles de Paracas . Las cifras para la 521 comparada con las de 271 tienden
el apoyar mi punto de vista aunque no estoy dispuesto a pensar que están
ubicadas en forma tan con tigua como lo sugieren las cifras medias. Esto to-
davía no explica la 460 que es más recient,,, de lo que parece y 8S el -obs-
táculo principal en esta serie de medidas .
22 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

FECHA PARA LOS DEPOSITOS DE GUANO

Muestra 378. (Guano) -La representación _gráfica de "más antiguo que


18,000 años" usada en Jo escala para los otros materiales peruanos era
ion poco práctica que fué omitida. Los artefactos humanos no están asocia-
do::; con el guano _y el objeto de Kubler al presentarla fué el de verificar la
edad del depósito. Su cuidadoso ·sstudio de la posición y tipos de artefactos
encontrados- en las capas de guano han dado resultados que indiGan que
los depósitos de la isla Chincha comenzaron a acumularse en los comienzos
¿el siglo IV A. C. La cifra 19,000 plus en un principio podría llevarnos a
pensar que los cálculos de Kub13r y Hutchinson necesitan una revisión. (Ku-
bler y Hutchinson, 1950l. Sin embargo, ambos señalan que la muestra pro-
J::¡ada proviene de la capa superior de un estrato cubierto de arena de pro--
fundidad desconocida en la que .sl guano es químicamente distinto del pos-
terior que contienen los depósitos de guano pero que es similar al guano
fósil del norte de la costa chilena. Ellos creen que la muestra es d,;¡ "un pe- -
ríodo de deposición muy anterior que el resto de los depósitos y que proba-
blemente haya disconformidadss en los dos límites de las capas. de arena
entre ellas". · Entonces, este resultado del radiocarbono, por si mismo no ne-
cesita una revisión de las fechas culturales de Kubler, aunque algunas de-
las otras prusbas puedan así indicarlo. Apoya la sugerencia de Hutchinson
de ciertos guanos de las _islas peruanas acumulados en una época muy an··
tigua, de modo que su mayor valor está en el campo de su investigación .

FECHA PARA FAUNA EXT~NGUIDA EN CHILE

Muestl'a 484, 485. (Restos de fauna extinguida de la parte más meridio-


nal de Chile). - Los resultados de estas pruebas no pueden chequearse
sobre el nivel cultural con ninguna de las peruanas . Ningún resto de ma-
inífero -extinguido se ha encontrado todavía en asociación convincente con
artefactos en el Perú ni está .el material cultural anterior al horizonte de la
primitiva agricultura asociado con nada aprovechable para una prueba . Sin
embargo, l.o s resuitados son de un interés amplio y general y se compara
favorablemente con material paralelo de los Estados Unidos. Por .el momen-
to casi todo lo que podemos hacer es examinar los resultados comparándo-
los con 10 que se conoce de la cronología de la región.
En 1936-1937, da tres cavernas cerca del extremo oriental del Estrecho
de Magallanes se extrajeron artefactos y restos de esqueletos humanos en
asociación positiva con el caballo extinguido y perezoso de tierra, dos de-
ellos con el subsecl,tente récord cultural completamente claro hasta los tiem-
pos históricos. A causa de la diferente naturaleza de los art·sfactos en los
diversos niveles, muchos otros sitios de la región fueron correlacionados con
FECHAS DEL R.I\.DlOCARBONO 23

la secuencia de la caverna. Los resultados, publicados en forma d" diagra-


ma (Bird, 1938, Fig. 29), incluyen algunos recientes cambios geológicos re-
lacionados. Estos incluyen un levantamiento de tierra de 42V2 pies al este
ds los primeros pasos del Estrecho, el receso de Laguna Blanca, un gran
lago glacial y la última gran erupción del grupo de pequeños volcanes a
lo largo de la frontera chileno-arg·e ntina al sudoeste de Gallegos.
El perezoso carbonizado, y los huesos de caballo y guanaco usados
para la muestra 485, cuya edad es 8639 más o msnos 450 años, provienen
de cocinas sobre la superficie de una gruesa capa de cenizas vo~cánicas
en la caverna Pallí Aike. El intervalo entre la erupción y esta ocupación no
puede hahsr sido muy distante porque estos huesos deben estar muy cerca-
nos del tiempo de la última gran erupción de este grupo de volcanes. Iqual-
mente debe ser equivalente con el inicio del s'9gundo período cultural y
muy cercano con la exterminación de los perezosos en esta área. El pere-
zoso y los huesos de caballo se encontraban solamente a unas pulgadas
sobre la capa de cenizas y la parte superior contenía artefactos del segun-
do período de ocupación humana.
La prueba del levantamiento de tierra, aunque muy claramente vin-
culada con los datos humanos, no está bi·en colocada dentro de la secuen-
cia cultural, así que todo lo qua podemos decir es que este levantamiento
ocurrió después que el hombre ocupaba el área. El United States Coast and
Geodetic Survey ha estahlecido una estación permanente para la medición
de las mareas en Punta Arenas a cien millas de nuestro punto de observa-
ción y éste puede finalmente darnos cifras que puedan servir para verificar
comparativament.e la apreciación de la edad.
La recesió;n de Laguna Blanca dejó al descubierto refugios que la gen-o
te ocupó inmediatamente. Sus artefactos los identifican con un tercer gru-
po diferente que vivió en la región y del hecho que fueran rápidamente re--
emplazados por un nuevo grupo, la recesión del lago parece haber sucedi-
do cerca de la terminación del tercer período de ocupación .
El Sl[t6ma de morenas de este lago fué descrito por Caldenius (1932),
quien las delinea como situadas entre las morenas "finiglaciales" y "goti-
glaciales", así qu e Bstuvieron afirmadas a nivel de una . altura de más de
200 pies que ,en el preSiente por la descarga en la época de la última gla-
ciación. Comparando los promedios relativos de desperdicios en los difaren-
tes sitios infiero que esta caída en el nivel del lago ocurrió aproximadamen-
te a la mitad o algo men03 entre el final del primer período de ocupación
y el presente. Así, si la fecha para la muestra 485 es válida la caída del
nivel del lago sería aproximadamente de 4319 más o menos 225 años. Pa-
ra que ésto no parezca herético, debemos .recordar ·sl comentario de Calde-
nius que "Dentro de las dos morenas. más jóvenes (es decir, las etapas "fi-
ni" y " goti") la topografía del glaciar original está a veces .tanbien conser-
vada que uno se asombra de no encontrar todavía e L glaciar en _ctmdad" .
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24 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO xxr

En esta aspecto, del tiempo atribuído a lci recesión del último perío--
do de glaciación a lo largo de los Andes, tenemos el único posible punto.
de referencia. en la secuencia y datos de los valles de Chic ama y Virú. En
El valle de Virú según se señalara en la Conferencia de Arqueología. Pe-
ruana de la Viking Fund de 1947 (Bird, 1948), virtualmente todo ·al terreno
En el suelo del valle, cubisrto de material tosco acarreado por la fuer-
ta descarga de agua, ~e acumuló en el intervalo desde el comienzo de la
ocupación humana. Si el fuerte flujo de agua cesó con la recesión ascenden"·
te y desaparición del hielo entonces ·sn el clrEmaje del valle de Virú la feo.
cha implícita está justamente antes del comienzo de testimonios en Huaca
Prieta y de Guañape en Virú. Esta con razón' podría ser tan lejana como
3000 A. C. que colocaría el r'etiro de la última glaciación en esa latitud cer.-
ca del final del cuarto milenio A. C . .
Apreciaciones previas de laadadde los restos del caballo y del pe--
rezoso se derivaron de cifras de levantamiento de tisrras no muy satisfacto-
rias, el promedio de acumulación de tierras, y la cantidad proporcional de
desperdicios acumulados daban 5400, 5100 Y una cantidad indeterminada so-
bre los 3000 años (Bird, 1938, pp. 262-64, 275). En computarlas he usado·
lo que parecían cifras moderadas que darían un resultado mínimo. menos;
del cual no podría bajarse. En consecuencia, no hay nada en la aprecia-
c:ién de las fechas antsriores que pueda ¡.revenir la aceptación de la edad
determinada 'para el mismo nivel.
Aquí debe mencionarse el análisís de polen-estudios de distribución
de canizas volcáriicas de Auer (950). Comparando contornos de polen de
pantanos en que también se observaron capas de cenizas volcánicas ha de-
terminado amplias correlaciones entre Tierra del Fuego y Patagonia. Cree-
qU'3 las cenizas volcánicas de Palli Aike son las mismas de su erupción 1
descrita, cuya edad la calcula de varias formas entre 8650 y 8750; 8700 y
8800; hasta 10000; por encima de los 10000 años . Cuando generaliza usa
"alr·sdedor de 9000" como media .
La casi identidad de estas cifras con la fecha media del radiocarbo-
no para los huesos de Palli Aike y de las capas de ceniza exige una revi-
sión crítica de las bases de Auer para la asignación de sus fechas. En bre-
ve, él está convenCido que los períodos climáticos de Tierra del Fuego y Pa-
tagonia, según lo indica el crecinii·snto de las plantas, pueden compararse
con la "escala clásica" de Europa. El conviene que en los estudios de aná-
lisis del polen el único punto verdadero de referencia sincrónica entre los
hemisferios norte y sur es la actual superficie de los pantanos. Sin embar-
go, cree que la int3rpretación de los datos del polen, para el sur de Sud·
américa, _son paralelos tan estrechamente con los datos del hemisferio nor-
te, que las mismas fechas que se asignan para Europa pueden usarse en
Tierra del Fuego. "Los detalles de los cambios climatológicos y la estrati"
grafía de las tuberas de Europa son también debido a la cronología absolu-
ta allí obtenida, completamente claros y universalmente aceptados, por lo
,
FECHAS DEL HADlOCARBONO 25-

que debe probarse hasta qué grado puede aplicarse la cronología de Euro-
pa a Tierra del Fuego-Patagonia para conseguir una cronología absoluta de
Sudamérica" (Auer, 1950, p. 152).
Como no estoy calificado para avaluar ni el trabajo de Auer ni la va-
lidez de las fechas absolutas asignadas para las plantas de Europa, este
trabajo queda para otros. Los problemas a centrar son: (l) Si las cenizas de
Palli Aike son las mismas de su erupción 1; (2) Si puede correlacionarse los
ciclos de plantas d·e los hemisferios norte y sur; (3) Si las fechas asignadas
para la secuencia europea son válidas. Sospecho que en esta etapa Auer
aprobaría las dos fechas del radiocarbono para el sur de Chile.
El estiércol del perezoso probado como muestra 484 fué recogido en
1937 en la caverna Mylodon a 125 millas al 02ste de Palli Aike. Esta enor-
me caverna de 680 pies de profundidad por 417 pies de ancho en la boca.
ha proporcionado una cantidad considerable d3 hues"os de caballo y de pe-
rezoso, excrementos de perezoso, varias piezas de piel y tejidos secos y
muy pocos artefactos. Después del descubrimiento original de 1895, varias-
personas cavaron allí. ninguna de las cuales fué sistemática en su trabajo
o explícita al describir los depósitos. El mito que los animales habían sido
encerrados en la caverna en estado de semi-domesticación lo comenzó un
hombre que nunca había visto la caverna. y que no tenía pru=bas que apo-
yaran su suposición. De hecho había muy poco que indicara que el hom-
bre y el per·ezoso fueran siquiera contemporáneos. Después de examinar
ca.si todo ·sl material recogido y de haber visto el sitio, creo que la eviden-
cia está limitada a lo que aparentemente es un corte sobra un pedazo de
piE'! y uno o tal vez dos punzones de hueso de zorro del tipo usado en el
segundo psríodo de la ocupación en las cavernas de Palli Aike y Fell. La-
mayoría, sino todos los otros dieciseis artefactos, provienen de una peque--
ña cantidad de desperdicios dejados por gente costera que llegó a esta re-
gión mucho después de la extinción del perezoso y del caballo.
Sobre una extensa área del piso de la caverna hay una capa de ex-
cremento quemado hasta de treinta pulgadas de espesor. Afortunadamen-
te, el fuego no alcanzó una pequeña área rocosa y fué allí donde se hicie-
ron los descubrimientos de 1895-1900. En 1937 esto parecía casi completa-
mente cavado, aunque algunos pequeños segmen+os de la capa de excre-
mento aparecían intactos. Aunque casi todo esto estaba pisoteado y apre-
tado por los perezosos, quedaban algunos inalterados y ésto3 fueron envia-
dos a Libby. A causa da las condiciones altnadas no pude registrar su
posición en relación con la superficie anterior y aunque creo quesstuvie-
ron cerca a la parte superior del excremento no hay Íorma de pro·b arIo .
Después de recolectados fueron~mpacados en una caja de hojalata con
paFel Y algodón y como esta caja era apropiada, estuvieron guardados
allí desde entonces y nunca fueron mostrados ni expuestos a ser tocados .
An~3S de enviar la muestra a Libby todas las superficies fueron limpiadas.
al vacío y examinadas con un .microscopio de poco poder para evitar trcr-
zas de hilos de algodón.
La cifra promedio de 10832 más o menos 400, de dos pruebas somren-
dentemente. contiguas de esta muestra, no f20brepasa la de- Palli Aike ~ Es--
26 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

ta falta de superposlclOn de ningún modo significa un problema en el mé-


todo de fechar -porque, sin una re verificación con el informe cultural. no
hay casi forma de predecir cómo podrían estar vinculadas los d03 conjun-
tos de cifras. Un factor no cultural es la posibilidad que el per"lzoso haya
sobrevivido un poco más en la región de Ultima Esperanza, donde la flore s-
la penetra hasta -e l bosque, que en los abiertos pastales cerca de Palli Aike.
Otro factor implicaría el récord del glaciar local.
I En la época que la muestra 484 fué presentada, mencioné que po-
dría haber una posibilidad de coi:relación entre los depósitos d" las caver-
I nas y -e l último avance del hielo. _Como las cavernas están justamente ha-
cia el este de la línea de morenas "finiglacialss"tal como las -delinea Cal-
II denius podría esperarse que el material de perezoso que se contiene ,s n
(:Jlas posfechara la recesión de __Laguna Blanca. Tal vez las morenas más
I
C3rcarras estuvieran incorrectamente -identificadqs . .Posiblement~ los factor83
que mantuvieron el hielo fuera de la parte occidental del valle del Río Ga-
llegos, casi al este, mantuviera también la parte inmediata libre da hielo.
Esto dehZ' considerarse porque la caverna está justamente sobre los 500 pies
I sobre el nivel del mar y creo que está no más de dos millas del aqua sa-
lada_. La especulación será, no obstante, insubstancial hasta que las mo-
renas más cercanas se re-examinen y los dspósitos de las cavernas se es-
I tudien con esta problema específico en mente. Las cifras del radiocarbono·
y los restos culturales dentro de Laguna Blanca ciertam::;nte que lo exigen.

COMENTARIO

Al revisar los datos derivados del material de Sud américa _no veo
nada que pueda poner -en tela de juicio la validez del método. Desgracia-
damE',llts, el conocimiento de la prehistoria sudamericana- no nos ofrece na-
da con lo que podamos juzgar: la exactitud de los resultados. Lo que está
bien demostrado es la importancia de tener un conocimiento específico de
la cronología relativa de las muestras experimentadas. La confusión en los
resultados de las pruebas de los materiales culturalmente contemporáneos
de las muestras 460 y 521 hubiera sido mucho más fácil de estimar si hu-
biéramos tenido una información más precisa sobr-S) la posición del mate-
rial Nazca A en la secuencia cultural de aquella área. No deberíamos es-
tar tan prestos a usar las cifras de 460-521 como crítica del método, porque
parece evidente que cuando una s'srie de muestras vinculadas se usan, la
exactitud general de los resultados es suficiente para indicar cuáles están'
fuera de línea. Tales desviaciones según se ha notado no tienen que atri-
buirse necesariamente a errores en el proceso. La diferencia -e n los mate-
riales probados, o sea las mUestras de concha y madera contemporáneos
de 315 y 316 Y la variada historia de las muestras después que fueron re-
cogidas pueden todas desempeñar una parte .
_ Algo que no creo que deba ser muy recalcado cuando se trate con
materiales de áreas desiertas y en menor grado con depósitos de cavernas
sscas, es la importanCia de una sabia elección de las muestras. Las remi--
FECHAS DEL .R ADlOCARBONO 27

tidas a Libby y Arnold no son necesariamente aquellas que hubieran sido


enviadas si hubiéramos sabido dal procesamiento en el tiempo que fueron
rE.cogidas. En una rsgión donde la madera puede supervivir virtualmente
inalterada por miles de años es particularmente importante escoger mate-
rial que ·astuviera vivo cerca del tiempo de los restos culturales con los que
está asociado. Un buen ejemplo es el palo de cavar, muestra 322. Convi-
niendo en que nos da una fecha más allá de la cual no puede ir la edad
ae la casa asociada, hubiera sido mucho mejor haber probado la fragan-
te "hierba luisa" que había sido sembrada sobre el piso original antes de
.;olocar el mi3vo durante las alteraciones queempot;raron el palo de cavar
en una de las paredes. La. hierba debe haber sido recolectada fresca en
ése momento particular y no habría nada de la especulación con que de-
homos considerar el palo de , cavar.

COMO COLECCIONAR ESPECIMENES

Aunque no tenemos prueba de lo que constituye la contaminación de


los especímenes, parece igualmente importante estar de acuerdo en la téc-
nica d8 la recolección, almacenamiento y manejo. Personalmente, creo que
la nueva hoja de aluminiO' puede ser el medio ideal para empaquetar en
el campo. Es barata y puede tenerse limpia fácilmente, puede tener juntos
material desmenuzable y suelto, excluye el polvo y si 'es necesario permite
E:l uso de un embalaje flexible con algodón sin riesgo de mezcla. Creo
qU8 cuando se observan tales consideraciones los errores al determinar la
edad mediante el radio carbono se reducen.
Las observaciones anteriores han sido leídas por varias personas fa-
miliarizadas con la prehistoria peruana y con el procedimiento del radiocar-
bono. ~a siguiente"crítica ssñala una debilidad que es reconocida general-
mente:
"Tango un comentario que hacer relacionado con la naturaleza
del error producido por las fechas del radio carbono . El juzgamiento de las
fechas individuales y de las fschasen conjunto debe ser en términos de
probabilidades estadísticas. La equivocación se debe primero al error en
contar la muestra y la' cifra de error dada representa la desviación standard
de la media (una sigma). Esto significa que hay una oportunidad sobre tres
da· que la v'erdadera fecha caiga fuera de una sigma y una oportunidad so-
bre veinte que caiga fuera de dos sigmas . Al usar la muestra 75 (2665 más
o menos 200) como ejemplo hay una oportunidad en tres que la fecha ver-
dadera de la muestra esté fuera de la escala 2465-2865 y una sobre vein-
te en que esté fuera de la escala 2265-3065. Con respecto a estas probabi-
lidades, los rectángulos de tiempo 'an su cuadro adsmás de su discusión
ti.enden a engañar, ya que implican que en términos de los resultados del
radiocarbono las fechas deben caer dentro de los rectángulos por cuanto
hay una. probabilidad sobre tres que no caiga dentro de estos".
28 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI:

Esta es una crítica razonable y franca y debe tenerse en mente paro!


todas las fechas obtenidas por el método del radiocarbono. La impresión..
dada, . que la fecha correcta debe ll'amsariamente caer dentro de ' la escalo:
más o 'm enos de una sigma, es involuntaria. Lo que he intentado es uno:
comparación de las cifras más probables en términos de la estratigrafía co··
nocida de las muestras . Las observaciolli3s raalizadas son igualmente apJi..
cables a segmentos mayores de la curva de probabilidad para cada medi..
da. Collier continúa:
... "En una evaluación del método del radiocarbono (no de un dato·
arqueológico específico), el punto importante no ·as qU,3 fecha particular del..
radiocarbono parezca equivocada por más de una sigma, sino <5:uántas fa-
chas de un grupo de muestras vinculadas tengan tal desviación. Con esto
en mente he obtenido las sigu~,:m¡.as cifras usando su columna estratigráfi··
ca y su escala de tiempo pero con toda la columna echada atrás 100 años.
El último arreglo parece llenar las fechas de H . P .3, Y H.P.5 un poco me·
jor. Conviniendo en la debilidad d3 '''ste procedimiento que usted señala,
especialmente que el promedio de acumulación de desperdicios se supone
así que sea constante, lo mejor qU3' podemos hacer es chequear la consis··
tencia de las fechas del radiocarbono. He marcado aquellas que caen den-
tro de una desviación standard y aquellas que caen dentro de dos dasvia-
cion"s: .

PERIOJ)O PRECERAMICO

Mueslra Es!ral0 Edad Dasvlación


CH +
ca ún!co es,t ratigrafía Escala Dirección.

313 Q 4257 + 250 4330 1 Sigma


316 M 4380 + 270 4070 2 Sigma
315 M :3572 + 220 4070 2 Sigma +
362 K2 4044 + 300 3850 1 Sigma
318b J2 3550 + 600 3770 Sigma +
321 D 2966 + 300 3250 1 Sigma +
Primer Período Cerámico (Guañape 1)

322 Casa 7 3310 + 200 2970 2 Sigma

Período Cupisnique

75 Casa 1 2665 + 200 2820 1 Sigma

NOT A. --El sig no + rep :esenta más o menos.


TECHAS DEL RADIOC1:."BONO 29

Cinco de ocho caen dentro de una sigma y las otras tres dentro de
.dos sigmas. Dos de estas están escasamsrue fuera de un sigma. Ninguna
'c ae fuera de dos sigmas. Este resultado está muy cerca de lo estadística-
mente expectable".
Si tuviéramos un conocimiento mayor de los basurales d:31 período
Salinar en las mismas áreas, las muestras 323 y 382 podrían estar incluí-
das junto con las menCionadas. La evidencia sugiere que la fecha de la
323 está dentro de un sigma de la media y qu: ~ la 382 cae dentro de dos
sigmas. Todo esto significa que es necesaria una mayor confirmación de
la validez general del método del radiocarbono.
A fin de salvar al lector del trabajo de intsrpolar 'nuestras conclusio-
:nes de la Figura l he preparado la Tabla 2 como sumario .
30 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.- TOMO XXI

Tabla 2.
FECHAS PARA LOS .ANTIGUOS PERIODOS CULTURALES PERUANOS
BASADAS EN LAS SERIES DE FECHAS DEL RADIOCARBO!~O
y EN DATOS ESTRATIGRAFICOS
'Período Muestw Espacio de
Tiempo F echci' Oalendaria Comentario

1314 + 250 636 DC + 250 Rechazada?


Nazca A 460 521 2211 + 200 261 AC + 200 Demasiado tem-
prano?
Paracas Necrópolis 271 2257 + 200 307 AC + 200 Aceptable pero
muy anterior a lo
Mochica (cerca. de los esperado.
comienzos). . . . . . 382 menos que: 2323 373 AC Aceptable? pero
muy anterior a
lo e¡;perado. . r
.'f. Gal1inazo (parte final cerca de: 2300 cerca 350 AC Aceptable pero
del valle de Chica- muy anterior a lo
mal . . •• ' esperado.
Gallinazo (cerca del 323 2474 + 141 524 AC + 141 Aceptable pero
principio). muy anterior a lo
esperado.
:(. Salinar (comienzos) . \ 2650 7 700 AC Se necesitan
Cupisnique (finales). J más datos .
Cupisnique (comienzos) 1
Guañape, primera- ce-
1 rámica (finales).
I 75 2798 + 167 848 AC + 167 Aceptable; si no
en este lapso,
Guañape, primera ce- probablemente
1 rámica (dentro el más antiguo.
período) . 322 3150 + 40 1200 AC + 40 Aceptable, si no
en este lapso,
'f. Guañape 1, primera probablemente
cerámica ( princi -
pios).
1 3175 + 257 1225 AC + 25?
más antiguo.

Precerámicc:; (finales) . 1
Capa precerámica D, HP. 3 321 3188 + 78 1200 AC + 40 Aceptable; si no
en ... id. id.
Capa precerámica J2 , HP. 3 318b 3655 + 435 1705 AC + 435 Aceptable.
Capa prece~ámica K 2 , HP. 3 362 4006 + 262 2n SS FC + 262 Aceptable.
Capa prec erámica M, HP. 3 316 4257 + ).47 23J7 AC + 147 Aceptable, si no
en .. . id. id.
Capa precerámica Q, HP. 3 313 4360 + 147 2410 AC + 147 Aceptable, si no
en ... id. id.
>{. Basural prdfundo HP. 3 . .. 4660 + 7 2710 AC +? Acepte·ble .
.>{. Cc.mienzos de la agricultu-
re; prece rámica . . . . . . 4950 + ? 3000 AC +? Aceptable.
Basural profundo HP. 3 ... 598 4424 + 104 2478 AC + 104 Aceptable .
.>{. Comienzos de la agricultu-
ra precerámica. . . . . . 4500 + 7 2550 AC + 7 Estimada.

.>(.
Significa fechas para las épocas culturales a base de las muestras, y no
la propia muestra.
NOTA.-EI signo .+ representa más o menos.
FECHAS DEL RADiCCARBONO 31

APENDICE

OTRA ?-JIUESTR!1 DE LA EPOCA PRECERAMICA

Muesira 598 . (Carbón de leña) 4298 más o menos 230 años. -En el momen-
to que el comentario precadente iba a la imprenta, Libby nos informó de
u na muestra ds carbón de leña obtenida por Larco de la SUp8Iiicie de un
conglomerado de rocas descompuestas debajo del depósito preclrámico de
Huaca Prieta. Fué obtenido de resios de un fogón en el fondo d; una ,e xca-
vación en ·a l montículo principal designado como H. P . 2 en las notas aS!
campo, aunque no se haya mencionado previamente ya que ningún mal'a -
rial d·s él fu::ra probado. No puede discutirse que estos fogone::; sean estro:-
tigráficamenteequivalentes al extremo absoluto de la excavación en H : P . 3,
porque la superficie en H. P . 3 Y H. P . 2 están en el mismo nivel, con los
basurales del fondo ;on ambos de la misma naturaleza y contenido. Apa-
rentemente los estratos corren horizontalmente entre las sxcavac:ones y se
E'.xpanden en espesor únicament.s cuando cruzan H. P . 2 lejos de H. P . 3. Ade-
mas, el subsecuente levantami2nto del basural sobre el delgado material
del fondo produjo estratos que amplificaron esta t:ndencia e inclinaron H.P.2
en la dirección de H. P . 3.
SE'. enviaron a Larco fotografías de las secciones ',::xpus2tas del íc:Jón
con instrucciones explícitas del procedimiento de cómo r ~cogerlo y empo-
carIo. El, personalmente, cortó la pared de la antigua excavación y encon-
tró tGl como s·a esperaba que los fogones continuaban más abajo . del depó-
sito. La parte .s·xt,arior fué descartada y del resto se sacó. más de 400 gTa-
mes de carbón. Hay repre~entadas varias clases de madera, algunas cla-
ramente de poco diámetro, una pulgada o menos, de modo qu'S estamos se-
guros que no tienen relación con los restos de un gran tronco. Las pieza:;
fueron empacadas en el sitio en . un recipiente da lala con algo de las c an~­
zas y pOivo que habían sido s3parados cirniéndolos. El recipiente fué se-
llado y no s:s abrió hasta que llegó al American Mm:·e um. Aqul 21 cont3·
nido fué vuelto a cenür, examinado y envasado en láminas para su envío
al laboratorio de Chicago.
Para completar la historia de la muestra, debe mencionarse que la
presencia de algunas fibras de algodón, semillas y otros items·· p:recederos,
en los estratos más bajos, y aunque en pobre condición y no abundantes,
'E.eñalan que no ha habido filtraciones de agua en ese nivel.
Las cifras de ;s-dad obtenidas por Libby, 4298 más o menos 230 años,
han sido colocadas en la Figura l. Sobre las bases del promed:o del Cré:·
cimisnto del basural, indicadas por otras medidas, he ertimado que la edad
de la parte inferior de H. P . 3 dehe ssr alrededor de 4660 años. Por tanto
la cifra media para la muestra 598 es de 362 años menes que la anticipa-
da, con su cifra máxima 132 años menos.
Comparando las tres muestras consecutivas (598, 313, 316) vemos qU3
598 apoya la deducción que la parte más .baja dsI block 316 d ,~be pener-
'Se en duda, que si la parte más elevada de 313 no es aceptable, se pue-
.d en tener los mismos argumentos :faro los límites sUFeriorss de 598. Como
32 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

]0 cantidad de desperdicios ·entre las muestras 598 y 313 es mayor que .en-
tre las 313 y 316, podemos esperar un espacio de tismpo mayor. Propor-
cionadamente esto da por resultado 120 más un núme:ro desconocido de años
.que podrían ascender hasta los 260 . Como con la 313 hemos usado la cifra
mínima y hemos clasificado como improbab~'3 la sección de 598 que Isstá
separada por rp.énos de 120 años del límite superior probable para la 313.
Esto nos da el espacio entre 4320 y 4528 como el lugar más probable pa-
Ta la' edad actual de 598, con la implicación que si cae fuera de estas ci-
fras debiéramos esperar que cayera sobre el lado mayor antes que sobre
'el menor.
Estas cifras son de un interés general considerable porque- la mues-
·tra de Larco debe datar de la época cercana a los comienzos de la asigna-
tura en el valle de Chicama. Hay la probabilidd que la fecha exacta sea
algo antsrior para una porción más . antigua del mismo basural destruída
.por acción de las aguas. Que ésta pueda valer quedará en duda hasta que
-se descubra e investigue un sitio mejor conservado.

FECHAS DEL RADIO CARBONO

TABLA DE FECHAS DEL RADIO CARBONO PARA EL PERU

Muestra NI? Descripción Edad (años)

759 Huaca Prieta, Perú.-Sección de una viga de techo de 2665 + 200


madera de huarango. Casa subterrán·aa en Huaca Prie-
ta NI? 5, valle de Chicama, cont:smporánea con la apari-
ción del maíz y de la cerámica Cupisnique en este si-.
tio . Excavada y remitida por Junius Bird, American Mu-
seum of Natural History .

:'271 9 Necrópolis de Paracas, Perú.-Tela de algodón de una 2190 + 350


momia de la N~crópolis de Paracas .. traída a Nusva
York en 1949 por la Doctora Rebeca Carrión Cachot, Mu-
~eo Nacional de Antropología y Arqueología, Perú . Re-
mitida por J . Bird, American Museum of Natural Histo-
ry . Promedio.. .... .... .. .. .... .... .. .. .. .. 0257 + 200

::n31? Huaca Prieta, Perú.-Una serie de muestras de Huaca


Prieta, montículo NI? 3, valle de Chicama. Recogido y
remitido por J. B. -Bird, American M useum of Natural
History.

Nivel (profundidad en pies desde la parte


superior del montículo).
:FECHAS DEL RI\.D!OCARBONO 33

3139. (4) (madera) HP3-Ql;36 4257 + 250


3159 (6) (concha) HP3- M;30 3572 + 220
316 9 (7) (madera) HP3- M;30 4380 + 270
318a9 (9) -(madera) HP3- J2;22 1989 + 196
318b 9 nueva medición HB3- J2;22 3550 + 600
321 9 (12) HP - D; 6 2966 + 300
~3229 . Huaca Prieta,Perú.-Palo de cavar de madera de la ca- 3278 + 250
sa N9 7 del montículo N9 5 de Huaca Prieta, valle ' de
Chicama. Remitida por J. Bird, American Museum of
of Natural History. .. . .. . ...... ... .. . . ..... . .... . 3333 + 300
Promedio: 3310 + 200

3239 Huaca Prieta, Perú.:........CUi~rda · en excelente condición pro- 2632 + 300


veniente . de~ escondrijo deUlia de las capas inferiores
(n) deImontícuIo N9 1 de lfuaca Prieta. Asociada con la
antigua éerámica~egativa (Gallinazo). Remitida p<?r Ju-
nius Bird, ' A,merican ' Musé~Pl, of Natural History .

'3'62'l> Huaca Prieta, Perú.-Raíces de espadaña del estrato K-2 4044 + 300
de la prueba 3 da Huaca Prieta, situadas entre las
muestras 316 y 317. , Excavadas por J. Bird. Remitidas
'por R.C. Cutler, Chicago Natural History Museum.

:378 9 Chincha, Perú.-Guano de la isla Chincha norte debajo ' Más antiguo '
de tres pies seis pulgadas de arena -en la Quebrada del que 19000
Panteón. Recogido y r·e mitido por G. Kubler,Yale Uni-
versity .

:382 9 Moche, Perú.-Ceniza mezclada con hu€so sobre tiestos 2823 + 500 '
en una capa d:~ desperdicios bajo la pirámide mochica
del Sol en Moche. Asociada con cerámica clasificada
como Mochica l. Recogida y enviada por G. Kublar,
YaleUniversity.

,4'60 9 Valle de Nasca, Perú.-Seccions3 de cuatro dardos, los 1314 + 250


punÍos extremos pintados de negro. 3 tuvieron ,s nvoltura
de cuerda en el extremo . ·'Cahuachi, valle de Nasca,
secci6n Aj .. locación A, tumba 10, período Nasca A.
Excavado por A.L. Kroeber . Especimen N9 171210. Re-
mitido por D. Collier, Chicago MUSi~-um of Natural History.

'521 9 Valle de 'Nasca, Pero.-Los fragmentos de dardos atlatl 1681 + 250


Cdhuaéhi, 'VaTIe de Nasca, sección Aj.; locación A. tum-

NOTA .. ....:El Bigno .+ ·~presenta -más o menos .


REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

ba 12. P~:r:íodo Nq.sca, A,. Excavado por A.L. Kroeber. , ' .


Especímen'es ·N9 -17:1245 Y 171245 :. :Remitido por D. Col-
lier. ChicagoMuseum of Notural History ............ . 2477 + 200
Promedio: 2211 + 200

Un promedio grande incluy.s ... . . . .. . .....


~ ...... 460 1988 + 200

5.~8? . Huacq Pr~etad)~~.-:-:Qarb,ón de leña de fogones .ubicados 4298 + 230


sobr·e le04.9 .de,:I;oca. .debajo d~. Huaca Prieta. N9 2, valle
de Chicama, :r.e¡:nW,do por lunius :Bird, America,n Museum
::;'j ~ .. of J:N'fltural :fIistory .
.:: '.J~~ .. j-- ~~ : ~"!
: i- . .~
6199 Cuerda Mochica, Perú.-Cusrda de un entierro Mochica 1838 + 190
;JC¡; . : últ~II!0, en la fIuaca de la Cruz, valle Virú. La cerámica
asociada in?-~ca que data de lCil ~ltima parte del período
Mochica según se regi?tra en el valle de Virú, el primer
valle al .sur de M.oche , f{emitido por W. D. Strong, De~ -.
partment of Arifhropology, Coh~mbia University, vía J. B.
Bird, American M useum of Natural History. (p. 5-19).

"

En: Radiocarbon Dating.


Mem'oirs of The Society for o
American Archaeology. N9 8.
Salt Lake, Utah, U. S . A" 1951,

1.'raduéción: Rosalía A. de Matos.


Determinación de la edad de los mat eri ales
Arqueológicos con la ayuda del Ca rbono
- Radioactivo (C I4 )
JO NORDMANN

Jefe de Laboratorio en la F acultad de Medicina de París

El n "dente desarrollo de la física nuclear y sobre todo los trabajos so-


bre los isótopos radioactivos han permitido desarrollar una técnica particu-
larmente interesante para determinar la edad de los materiales arqueológicos.
Este nuevo método se basa en los principios siguientes: las radiacio-
nes cósmicas que penstran en la atmósfera terrestre produc9n-_d-e sintegracio-
nes a tómicas que tienen como consecuencia una producción de neutrones (l,
B). Estos neutrones, liberados en la atmósfera y bombardeando átomos de
nitrógeno NH, dan nacimiento, por la rE;Qcción N14 (n,p) C14 , a átomos de
carbono C1 4 (cuando el carbono normal C12 tiene un peso molecular de 12,
ese carbono nuevaments' formado posee un peso molecular de 14) . El carbo..
no CH que" es radioactiva, que posee exactamente las mismas propieda.
-des químicas del carbono normal. se equilibra con el carbono C12 del gas
carbónico del aire de manera uniforme, de suerte que el C02 atmosférico
;conti,sne una cantidad fija de r adiocarbono.
La síntesis básica de la vida vegetal y por consecuencia de la vida
animal. la síntesis clorofiliana, tiene por producto la separación del gas car-
bónico atmosférico; las plantas no clorofilianas, ellas mismas toman su car-
bono de los carbonatos disueltos en el agua que, cornó veremos después,
-r egresan al mismo punto de la dosis de radiocarbono : Por consecuencia to-
dos los seras vivos contienen la misma proporción de carbono radioactiva que
-el C02 atmosférico . "En el hombre, pOr ejemplo la radioactividad tisular de-
b ida al radiocarbono 'e s más de 10 veces superior a aquella debida al radium
contenido en el orgcmismo humano (y o:proximadamente la mitad de aque-
_n a atñbuible al potasio radioactiva, (5) .' Durante la vida de los organismos
-esta actividad permanece constante, estando dados los cambios contÍnuos
'Con el medio exterior, y en consecuencia con el C02 atmosférico. - Después
de la muerte, sin embargo, estos cambios se suprimen, el carbono de los
o rganismos ya no puede equilibrarse con el medio externo y su radioactivi-
36 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

dad ctscrecerá en función del tiempo. En efecto se saha que los cuerpos ra-
dioactivos' se destruyen espontáneamente, con una velocidad constante y d~­
terminada por un cuerpo dado; -asta velocidad de desintegración se expre-
sa por el período del elemento; que es el tiempo necesario para reducir a
la mitad la radioactividad del elemento considerado. El radiocarbono pose-a
un período de 5,720 años, es decir, que después de este lapso no tendrá si-
no la mitad de su radioactividad originat después de IIAOO años, la cuar-
ta, letc.
Así pues -es posible, al medir , la radioactividad de una muestra de
carbón, determinar la fecha en que cesa de equilibrarse con el medio exter-
no, es decir, la muerte si se trata de un ser vivo o la fecha de cristalización
si se trata de un mineral (carbonato cristalizado), a condición de admitir de
una parte que la radioactividad del C02 atmosférico es constante en todo el
universo y de olra part-e que ella no ha variado en el transcurso del ttempo.
Estas dos condiciones efectivamente se cumplen: Libby, Anderson y Arnold
(7) han medido la cantidad de radio carbono en maderas provententes de te-
rrenos muy alejados y han damostrado la notable constancia de la radio-
actividad de su carbono: por otra parte el dosaje de radiocarbono en made-
ras antiguas (provenientes de tumbas Isgipcias o maderas de anillos antiguos
de árboles más que seculares, talas como las sequoias), en las que puede
determinarse la edad por métodos diferentes (arqüeológicosen el primer ca.
so, botánicos en el segundo), ha dado resultados que concuerdan exactamen.
te con aquellos obtenidos por estos métodos (2) . Es decIr; que la dosis de la
atmós1sra en radiocarbono no varía ni en función del lugar, ni en función
del tiempo.
As:, es posible teóricamente determinar la edad de todos los materia- '
les que contienen carbono, con la excepción del gas carbóniCo del aire que
,es lq base de referencia, de los seres actualmente vivos (en 'equilibrio cons-
tante con el medio exterior) y el de los carbonatos disueltos, espe-c ialmente
'e n el agua de mar, que Bstando en 'equilibrío con el C02 disuelto en el agua,
:se ¡encuentran por este intermediario en equilibrio con el C02 atmosférico .
Por ahora los límites de sensibilidad de las técnicas actuales y la fa·
libilidad de la radioactividad específica delradiocarbono no permiten deter-
minar la edad de ma;teriales más allá de los 35,000 años, esto determina
que el método sea de mayor interés para la arqueología que para la g-aolo-
gía . . La geología tiel1,e por otra parte métodos análogos a Su disposición, pe-
ro toma por base a QJ:t:os !elementos, radium, uranio, helio y plomo, métodos
que le permiten remontarse muy atrás en el tiempo: el período del uranio.
es de 4,6 mil millones de años.
Numerosos materiales geológicos y sobr-e todo arqueológicos, sedimen-
tos;: conchas, ' cgr);¡ón, guano. restos ;ye<,:fetales, ceras, madaras, lodos orgá-
nicos,granos, osamentas, tejidos, ha,lJ. sido así analizados en el Instituto de
Estudios Nuél~ares de la, Universidad de Chicago (3) yen la Univ-ersidad de
Ya le (4); ,esta; (¡Jtima publicación contiene detalles sobre los envíos que pue-
den ser sometidos al análisis. El dos aje ,neoesita 6 gramos de carbono, es!
de!=!ir,. 35 grqrlJ,Q~ de madera o una cantidad de otros materiales q:ue por lo ,
menos cqn!~nga , ? gramos de ca~b6no (2). '
DETERMINACION DE LA EDAD . .. 37

Nos parece que el interés de este nuevo método es sumo y que permi-
tirá resolver numerosos problemas arqueológicos y geológicos.

Bibliografía

l. -Anderson E . C .• Libby W . F .• Weihhouse S .. Reid A .F. Kirshenbaum A.D. y Grosse A.V.;


Radiocarbono de la radiación cósmica. Science 105. 576 (1947).

2.-Amold J.R. y Libby W . F.: Determinaciones de la edad mediante el contenido del radio·
carbono: chequeos con muestrcrs de edad conocida. Scienci ella. 678 (1949).

3 . -Amold J.R. y Libby W.F.: Fechas del radiocarbono. Universidad de Chicago. Instituto
de Estudios Nucleares. 1950'.

4.. -Flint R. F.: Fechas del último pleistoceno derivadas de las pruebas del radio carbono. Scien-
cie. 109. 636 (1949).

5.-Grcsse A. V. Y Libby W.F.: Radiocarborro cósmico y radioactividad natural de la mate-


ria , viva. Science 106. 88 (1947).

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7.--Libby W.F .. Anderson E.C. y Amold J .H.: Determinación de la edad por el contenido.
del radiocarbono. Ensayo mundial del radiocarbono natural. Science 109, 227 (1949).

En:
Jeumal de la Société des Américanistes.
N ouvelle Série. Tome XXXIX. París. 1952.
Traducción: Rosalía A. de Matos.
Investigaciones de superficie en' caldera
(Valle de Huaura)
' .,

, Louis Michael Stumer

El r6conocími~nto del mataríal de la costa central fácilmente


asequible y la información oral recogida en Ancón han sugerido,
que una investigación de los sitios conocidos en el valle de
Huaura podría se~' muy provechosa para cualquier estudio qU&
se proyecte en la costa centraL porque este valle" sin duda por
falta de tiosmpo, parece que hasta el momento ha recibido menos'
atención que otros de la misma región, tales como Chancay y
Supe, y que sitios arqueológicos como Ancón y Teatino. Por esta.
razón, decidí realizar en el valle de Huaura la primara de una
s·erie de investigaciones proyectadas para llenar, si fuera posible,
los actuales vacíos en los reconocimientos de' la costa central.
En Ancón aseguré los servicios de personas que realmente cono-
cían el valle de Huaura y el pres'a nte artículo es el primer re-
sultado de dos viajes realizados al ,sitio de la Hac~enda Caldera.
Se espera que una investigaCión más completa del valle puada
ser redactada en una próxima fecha.

l. DESCRIPCION DEL SITIO

Dirigiéndose hacia el norte por la Carretera Panamericana s·s llega al


vaUe de Huaura, distante de Lima 130 kilómetros. Pasando por la ciudad
de Huacho y cruzando el río Huaura, está el pueblo del mismo nombre a
5 kilómetros y :;:'s voltea a la derecha a un camino que conduce al pueblo
de ChurÍn y a varias haciendas ubicadas a lo largo del río Huaura. Yendo'
hacia el este, a lo largo del valle irrigado aparece una baja cadena de c'srros
de este a oest'a sobre el lado norte, a una distancia de casi dos millas desde
el camino. Desde la cima de esta serranía pueden v·arse varios sitios que
dominan el valle bajo y que desda la distancia parecen ser una construcción
de tapia de períodos últimos. Estos han sido marcados para una futura in-
vestigación. En mucho recuerdan numerosos sitios, en los que abundan frag-
mentos de cerámica Inca costeña, como los que se 'V'an en la ribera sur del
RÍmac, entre los kilómetros 12 y 13 al este de Lima.
o INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE ... 39

<," Las ruinas' de Wilkahuaaura pued.e n verse ·h acia el norte más o m\e nos
'

f.l 200 metros del camino, 15 kilómetros al este de Huaura. Dos kilómetros
' más hacia el este se encuentra la Hacienda Caldera con cultivos de algo-
· dón. El antiguo pueblo de Caldera está situado en estos campos irrigados,
"'escasamente a medio kilómetro hacia el este de la misma hacienda, al que
- se llega virando hacia el norte, en ,el camino principal a Churín, mediante
.; un camino de la hacienda. Este camino rodea la hacienda y sus extremos,
con propósitos automotrices, cerca de 500 metros más allá del borde de un
gran canal de irrigación, que serpentea alrededor de la abrupta y rocosa
base de continuación de la hilera ,de cerros arriba mencionada. o

Hay un sendero paralero al .canal que faldea esta cadena, Más o


· miSilos a 200 metros a lo largo de este sendero, aparecen evidencias de
ocupación en forma de tapias bajas que bordean el lado sur y también oca-
sioncdmente fragmentos en el sendero y faldas adyacentes de los cerros.
En ezte punto el sendero es cortado abruptamente por el canal y por la
tierra plana irrigada y trepa mediante un paso angosto la cadena, que al-
o canza una' altura de casi 150 metros. Desde la cima del paso puede verse
· el cementerio de 'Caldera, que sirve al valie de abajo.
El valle consiste de un llano arenoso semicircular limitado al O'este por
campos de algodón y por el norte y sur con colinas y riscos . Desde este
llano se extienden, más o menos hacia -al sudest-9, este y noreste tres que-
bradas separadas por estribaciones rocosas de la cadena (ver mapa, fig. 5).
Les restos de paredes de adobe marcan las divisionas entre el borde oriental
del llano y los campos de algodón y se extienden casi de risco a risco.
D2:sde la parte sur de la quebrada meridional hasta las orillas da- un arroyo
saco que corre por el centro de la quebrada septentrional, el llano está
ccupado por el área del cementerio, cuyo ancho corresponde aproximada-
mente a la línea de los contrafuertes de la serranía. Este sitio fué llamado
I'A".
Existe una división precisa de 75 metros entre el sitio "A" del oemen-
terio y las áreas de tumbas que se extienden a lo largo de cada quebrada,
de las qU3 se escogió una en la quebrada central para una investigación
posterior y se nombró "B" el sitio. Los restos de las estructuras de adO'bes
pueden verse ·en la parte superior del sitiO' "B" y en las bocas de los otros.
Estos 1'9stos se di~cutir6:n después. Vecinos a estos adobes en el sitio "B"
hay un afloramiento de granito que avanza sobre la cadena y- ' exhibe evi-
dencias de adaptación como escalera. La falta de tiempo impidió el examen
de la cima de 'este risco para ver si había huellas de ocupación y queda
por hacerse en una próxima visita al sitio.
En la parte prominente derecha del lecho del arroyo. Ém la quebrada
norte, hay una extensa capa de casi 20 matros al lado del cerro que está
ocupada por otro sitio de enterramiento y que muestra una amplia evidencia
o

de la actividad' de los "huaqueros". Huesos humanos y animales, fragmen.


· tos de' tosjidos y ' tiest~s no decorados, así ' como una completa y restaurable
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL. -TOMO XXI

cantidad de vasijas utilitarias se encuentran desparramados por el sitio. El


examen mostró que la cerámica pertenecía al Medio 11 hasta, el Ultimo 11 y
que era pobra '~n calidad si se le 'comparaba con los: principales sitios de
, eritierros; casi el 90% de estos fragmentos correspondían a vasijas utilitarias.
,-Las deformaciones craneanas que se observaron eran del tipo costeño an-
tero-posterior. En vista de estas,evidencias. de las distinciones sociales usua-
, les en los sitios de entierros. se difirieron mayores investigaciones en este
, sitio- en" favor de ' otras partes del área. ,
. Los sitios"A" Y "B',~ así como los sitios de ·~ntierros que, se extienden
a lo largo del suelo de las quebradas sur y, norte 'exhiben también evidencia
de gran actividad de los huaqueros . Ésta se realiza en las noches y por
grupos ds trabajadores de la hacif"'nda. cuyas depredaciones no son tan
. completas co~o en otros sitios que he visto, trabajados por huaqueros. Esto
se debe probablemente a la necesidad de , transportar el botín por el largo.
tortuoso y angosto s'anasro de acc,e so descrito arriba. Por tanto. las vasijas
completas y restaurables son muy comunes y sus ubicaciones han sido poco
,alteradas por lo que esto podría llamarse un pillaje "extenso" pero muy
seleccionado". La misma situación es común a otros artefactos y tejidos del
Ritio ' "B" Y como un gran porcentaje de tumbas se encuentra a un metro
de nivel del suelo puede hacen:'3 un estudio compk~to en los sitios "A" y
"B" mediante una investigación de la superficie.
Después del 'e xamen de toda el árza y el hallazgo de una gran fre-
. cuencia d '3 Medio 1 y II en la cerámica del sitio A y de posteriores períodos
en ' el sibcB. se ' ,escogieron estos dos sitios para la investigación que a
continuación se describe.

11. INVESTIGACION EN EL SITIO "A"

El sitio "A". según se ha descrito arriba. es un cementerio apiñado


, que consiste 'e n gran parte de tumbas circulares. superficiales. con un metro
de profundidad como promedio. Los artefactos y fragmentos de tejidos son
escasos; aquellos tejidos que se e,ncontraronestán carbonizados o han su-
, frido la accióna~ la intemperie y todos parecen haber sido tejidos de al-
, godón. simples. sin motivos. ' Se encontraron también algunos tejidos descu-
biertos de algodón descolorido. Este es el grado de trabajo tej~do que se ha
encontrado.
Adyacentes a las tumbas se hallaron cantidad d 3 artículos de madera.
tales como herramientas. juguetes de niño3, y vigas para techo de las tum-
bas. Además ss encontraron objetos da maderafuartes. trabajadas en forma
de ternos. Estos tenían un promedio de 30 centímetros de largo, con dos
hojas de 10 centímetros ds largo por, 3 centímetros de espesor cada uno,
conectadas en cada extremo por un mango cilíndrico de 10 centímetros de
, largo. Los objetos están tallados en una sola pieza de madera y las hojas
, son redondeadas por un lado y planas por ,a l otro . El extremo de la hoja
INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE ...

hacia el mango está en ángulo recto con el mango -el otro extremo termina
En un punto redondeado. Las dimensiones de la hoja son apmximadamente
de 10 por 10 centímetros yel peso es más o menos de medio kilo (ver fig. 3).
Mi opinión es que estos remos fueron usados para cocinar. para trabajar la
arcilla y para modelar los ceramios; no parecen ser herramientas de cavar.
Para el examen de la cerámica se dscidió descartar todo fragmento·
que estuviera en el exterior junto a tumbas excavadas y formar una colec-
ción por hileras. comenzando por la tumba más próxima al área irrigada
y continuando hasta el extremo del sitio A del cementerio. Esto se hizo
recogiendo en dirección norte-sur en una línea de tumbas; se empaquetaba
los especímenes (numerando cada paquete Fila 1. 2. 'stc.) y después se
caminaba diez metros en dirección hacia el este y se repetía el proceso. A
causa dsl gran número de vasijas casi completas y de grandes fragmentos
restaurables. éstos tuvieron preferencia sobre los fragmentos más pequeños.
Sin embargo. la selección de los fragmentos se hizo al azar. excepto·
cuando E;·e dsseaba enseñar una muestra representativa de formas. Para
nuestro propósito descartamos muchos fragmentos sencillos. concentrándonos'
en aquellos con elementos de diagnóstico. Para que el lector no crea que
la muestra 's s demasiado escQgida . .permitáseme expl~car que se hizo la
EElección en una segunda visita. después que había descrito el sitio a los
· E'eñores Respaldiza y Gompert . Por tanto. con verdadera separación cientí-
ficaellos hici·sron su selección con la mira de contradecir mis teorías, mien-
tra~ que yo. según espero. hice la mía ·: m forma estrictamente neutral. Cuan-
do era, posible. se usaban vasijas enteras. que en muchos casos estaban
"Huadas 'en los sitios de las tumbas excavadas y en estos casos solamente
se usaron fragmentos directame,nte asociados con tales vasijas.
Las estructuras de tumbas en el sitio "A" consisten de excavaciones
circulares en la arena pedregosa. Casi -el 60% de las tumbas están sin
revestir. las restantes 'están revestidas con adobes de tamaño medio. hechos
a mano. en forma abovedada. Este rsvestimiento no tiene en forma alguna
· el trabajo excelente que uno ve en Teatino y sitios del valle de! Rímac.
Los adobss. aunque están bien formados. e~tán colocados en forma des .
cuidada y no forman una pared bien hecha. ni bien encajada. En la ma-
mayoría de los casos las tumbas parecen no haber tenido techo. En ·sl sitio
"A" no se han encontrado I-schos de arcilla; sin embargo. de casi 100 tum-
bas examinadas más o menos 15 habían tenido vigas de madera cubiertas
por esteras de totora.
El mayor porcentaje de tumbas contenía de preferencia ·s ntierros sim-
· pIes y no múltiples. orientadas en una dir·a cción norte-sur. Era imposible
determinar la posición en que s'e·. había realizado el entierro o el número
rromedio de las envolturas . El número de vasijas asociadas con cada en-
terramiento parece haber fluctuado entre siete y di-sz. en apariencia divididas
en partes iguales en vasijas ceremoniales y utilitarias . En la parte de los
· "huaqueros" del sitio "A" no se observó ningún contenido de tumba que
42 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL. - TOMO XXI:

fuera extraordinario, se encontraban los alimentos usuales de la costa; sin!


embargo, la frecuencia de enherros animales no es en parte alguna tan
eJ.3vada como por ejemplo en las Necrópolis de Ancón. Las primeras vasijas
se encontraron a los 25 y 35 centímetros, estando colocadas alrededor de
,las pare,des de las tumbas bajo arena y ripio. Las momias se encontraron,
o.parentemente ·entre los 50 centímetros y 1 metro . Las excavaciones a mayor
pmfundidad fueron extremadamente raras y la arena estéril ' no parece que
se encuentra más allá del 1.80 metro de profundidad.

II (b). CERAMICA DEL SITIO "A"

La cerámica del sitio "A" puede dividirse .en dos períodOs, que co-
rrEsponden al Medio 1 y Medio II de Ancón, y los dos tipos con influencias
'indíg·snas y extrañas. Aq'uí me parece necesario ·e stablecer lo que considero'
E"stilos indígenas y de influencias extrañas en Caldera y lo que quiero decir
con estos dos términos . Primero, considero estilos locales o indígenasaque-
Has que, sin considerar su fuente de origen, han llegado a se:r; las manifes-
tacionES artísticas locales o bien las utilitarias del área de la costa central
, en gens'ml y del valle de Huaura en particular, por el período caracterizado
por Strong como Ancón Medio (1), por Bannett con la misma designación (2)
"y por Willey como Medio (3). Por influencias extrañas quiero significar las
' manifestaciones de aquellos estilos que inva~ieron el área durante ' y después
· de este psríodo, así como las manifestaciones de estilos de otras áreas, ya
' sea de la costa o de la sierra, que nunca fueron ,completamente adoptadas
ni adaptadas en la costa central.
Considerando, como estamos, este punto "A", ~oloco los estilos locales
de aquí como blanco sobre rojo, e incisos y relieve y estampado. No tiene
' !mportancia en esta coyuntura discutir si el blanco sobre rojo constituye un
· '3 stilode horizonte, si tiene su origen en la costa central, o si se originó en
Chicama-Salinar y se difundió hacia el sur y hacia el este. Es suficiente
decir que en el sitio "A" se convirtió ·e n un estilo local en el uso "d~ario" y
·que a su vez, está a~ectado por influencias extrañas, aunque sin absorberlas.
En igual forma, una discusión sobre los aspectos "Sub-Chaví!l" de Ancón
Medio 1 inciso sería superfluo en este punto (4), y de la misma manera este
estilo, en el psríodo Medio, ha sido absorbido en la vida local de la costa
central y se ha convertido en un estilo local, sujeto a su vez a influencias
Gxternas (ver fig. 1), aunque conservand<D su integridadestilístic~ . Hay ade·
más una vasija roja muy pulimentada que yo podría llamar, si no tuviera
un miedo tan mortal a la palabra, idéntica a aquellas del período Medio 1
en la Necrópolis de Ancón, tanto en la textura como en las formas. Sin
' embargo, s·e encuentran tanto incisas y decoradas en blanco como sencillas
y ' por eso, pi·snso que e~ ' súp~riIuo y p~siblemente ' c~nfuso considerarlas
"oquí en forma separada como un estilo local. La vasija misma 'se describe
dei2pués. Puede haber tenido una importancia ceremonial en el período Me-
INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE .. .

dio de. la costa oantral, pero esto está más allá del objeto de est'é. informe,
(f~ -
vJ
\
:' '
· y del conocimiento del autor~ . A -~- ? ~
- Los tipos de influencia extraña son únicamente dos en el sitio "A". Ellos
~on Tiahuanaco o Wari y una vasija negra bien, pulimentada. Debo admitir

.
-oue mi clasificación de estas infll.!.€lncias ·extrañas pueden ciertamente ser
~

· objeto de discusión, pero desde que su frecuencia ·es demasiado grande para
ser piezas de comercio y demasiado pequeño para ser caracterizada como
cominante, y también porque aparentemente no se presentan en otros sitios
del área de Caldera, sea como fu.zre me siento mucho más contento con esta
clasificación para 'este sitio.
Ocasionalmente se presentan piezas extrañas que, para paz de la
' ~ente del ,ascrito-r, pueden únicamente clasificarse como piezas de comercio..
Son entre éstas, notables en el sitio "A" un fragmento rojo y negro sobre,
amarillo ante, típico d.3 las vasijas de Ayacucho, un fragmento de Lima pri-
mitivo y una forma de 'voluta, típica del Lago JunÍn, según ilustra Kroeber (5).
El fragmento de tipo Ayacucho constituye casi un tercio de una vasija
obierta de 15 centímetros de diámetro. La vasija es de amarillo ante, (en
un tono entr,e verduzco y amarillo, de una textura bastante fina, no siendo-
· lo: mezcla aparente a simple vista. La vasija está bien pulimentada, aunque
no en forma perfecta y tiene un borde negro angosto. El motivo, que supongo'
se repatía ·e n las partes perdidas es una amplia figura roja qu'e se describe
mejor como una marca de ganado de la parte occidental de Estados Unidos
"Lazy S". Los lados de la "S" están delineados con angostas rayas negras.
El motivo está ejecutado libre y audazmente. El s,eñor Respaldiza dijo al
€'scritor que había visto diversos ejemplos similares en el área de Ayacu-
cho, pero no en otra parte. -
El fragmsnto del tipo del lago JunÍnes pequeño (5 cm. en su mayor
· ancho), rojo púrpura oscuro, pulido y grueso. No puedo determinar cuál haya
sido la forma de la vasija, pero la pasta es bastante ordinaria -y oscura. El
motivo está estampado y consiste en la figura de un 8 descansando sobre
RUS lados, con una de las líneas de cruce no compLeta. Este motivo parece
hobsr contenido un color blanco o blancuzco. El fragmento tiende mucho
· más hacia Ia descripción de Kroeber de la cerámica del lago JunÍn que hacia
aquella tan común en el valle del Rímac de tipo asociado con Inca, rojo
escuro con motivos estampados.

Tipo: -Blanco sobre Rojo

El blanco sobre rojo se encuentra profusamente en est.e siti0, casi ei


30% de los -s specímenes pertenecen a este tipo. En textura las vasijas va-o
rían desde las de pasta finamente granulada, pulida y delgada, hasta las
corrientes y gruesas, teniendo 6 milímetros la más gruesa que s-e haya en-
-contra do . Sin embargo, una gran proporción de las del tipo del sitio "AH'
· es de buena calidad, no porosa.
44 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI'

Las formas son muchas y variadas. No obstante, uno debe tener en


me'nte que en las inv-sstigaciones de superficie, tal como la nuestra, las for-
mas más vendibles~ tales como las de pico o doble pico, las vasijas con,
_formas humanas o de animales no serán representativas en número porque
éstas son las primeras que recogen los "huaqueros". Es, por eso, imposible
dar una idea de su verdadera frecuen¿ia en este tipo de informe. Sin em--
bargo, s·e notaron formas del siguiente tipo:

l. Platos con borde grueso.


2. Cuzncos abiertos de poco fondo.
3. Cuencos abiertos hondos.
4. __ Cántaros con cuello v~rtical. sin asas.
5. Pequeños cuencos con pico, sin curva.
S:. Formas de kero.
7 . Formas excéntricas.
8. Pequeños vasos y copas de boca ancha.

Las decoraciones del tipo blanco sobr·e rojo son tan variadas como las'
formas y en g.e neral siguen cuidadosamente la tormo sobre la cual se en-
cuentrcm. Por ejemplo, sobre formas de kero rojo, que ·están bien represen-
.tad'as en ~ste tipo, se encuentran variantes blancos de motivos tiahua'nacoi-
des costeños, que también se ·encuentran 'e n 3 o 4 colores en el sitio . Hay
también especímenes con decoración combinada blanca y roja, fajas blan-
-('as y rojas sobre tipos blancos.
Los motivos encontrados son los siguientes:

l . Hileras simples o dobles de círculos.


2 . Grupos de líneas v-erticales que se extienden desde la base hasta el
borde.
3 . Triángulos llenos con puntos.
4. Líneas diagonales opuestas que se extienden desde la base hasta el
borde.
S. Volutas o semicírculos que s·s extienden desde la base hasta el borde.
6 . Combinaciones de líneas y círculos.
7. Grupos de líneas en formas de coma, sobre el cuerpo de las vasijas.
8 . Cheurrón.
8. Cheurrón con motivo de "ojo" en 'e l ángulo.
10. Cheurrón con motivo -d;~;'ój~", con doble línea añadida para formar
una cabeza de pájaro en el ángulo.
11. Otros motivos de ani~ales simplificados. .
(Verfig. m. . .
Los motivos 9, 10 Y 11 fueron hallados en formas de keros tanto en
tipos decorados de blanco sobre rojo y combinaciones de blanco y rojo ell-
~ INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE .. . 45

.contrados ·sn asociación con otras formas de kero, que tienen el mismo mo-
tivo en varias combinaciones de negro, blanco, rojo, ante y naranja sobre
:rojo. Estos mismos "cheurrón", "ojo y pájaro" y otros motivos se presentan
muy a menudo en los sitios "A" Y "B" en muchas formas y en muchas
·combinaciones de colores, y ofrecen un .sjemplo de influencias extrañas que
·afectan los tipos locales pero que no impiden continuar su uso . Vamos en
Caldera el blanco sobre rojo y tipos aliados ir a~elante como vasijas ce-
remoniales en asociación con vasijas utilitarias incisas y en relieve dal tipo
Ancón Medio 1 y las influencias extrañas se dan solas. El resultado es el
si.guiente: formas de keros tiahuanacoides, con motivos vinculados todavía
de blanco sobre rojo y combinación de tipos decorados blanco y rojo con-
·tinúan como vasijas ceremoniales, ahora 'e n asociación con vasijas utilitarias
en relieve e incisas, mostrando a su vez motivos influenciados por el estilo
intruso. Para mi esto es completamente lógico, y por tanto simple y craíble.
'Si hubiera estado creando esculturas, tal .como lo hice por muchos años, o
piezas de cerámica, y hubiera llegado un nuevo pueblo con nUievas ideas
-en el dibujo y en la forma, ciertamente me hubiera inclinado a probarlos
en mi propia manera y en mi propio estilo (aunque en secreto) antes de
(,-doptarlos completamente en todas sus nuevas ramificaciones y de conver-
'tirme más en un imitador que en un creador. Esto ha sucedido en Calclisra
don da se pr.e senta el estilo tiahuanacoide que cay6 en el epigonal y ' negro-
"blanco-rojo, mtsntras que continúa el blanco sobre rojo, influencia~do ·gran.
demente al primero, aunque después regresa a sus motivos propios y con'
'serva ún.icamente las formas más útiles y decorativas. Se agregará más
'sobre el particular cuando se discuta el sitio "B".

Tipo: Vasijas incisas, en relieve y estampadas

La textura de las vasijas es más bien la roja sin pulimentar, tosca,


tan típica de sus contrapartes en Ancón y Teatino. Sin ~mbargo, aunque
,en proporción los espeCÍmenes en reliev,e' son más abundantes en Caldera
'que en Ancón, no se han encontrado tan bien ejecutados, tanto en la pastt1
'como en su acabado como aquellos de Ancón. Las vasijas tienen un es·
pesar medio y varían desd~ el' ligero am~illo rosado hasta un rojo-café
oscuro, siendo la mayoría de los especímenes de un rojo-café claro.
Las formas son típ~camente utilitarias, varían en tamaño dssda los 12
centímetros hasta los 30 centímetros en decímetro. Una forma común en la
vasijá de relieve es un cántaro d·e boca abierta con asas, ya saa v,s,r ticales
'o paralelas a la boca, y base redonda (7). Este modelo también se encuentra
' E'm el sitio en las vasijas ,s stampadas . Puede decirse que las formas estáñ.
en gran medida conform'e s con aqu.e llasde Ancón Medio 1 y en grado mucho
'menor con las vasijas utilitarias de Ancón Medio TI. No ' se encontraron
'desviaciones notables de estas formas.
46 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL .- TOMO XXI

Los motivos en las vasijas incisas son, en su mayor parte, la ' usual ,
línea de zigzag o cheurrón con puntos o guiones cortos en el ángulo (8)
bj;1chas aparentemente con puntos bastantes romas y la incisión hzcha sobre .
l1úme'do, tal como lo descriha Kroeber (9). Sin embargo, también se presentan ;
espeCímenzs donde las incisiones han sido hechas con una punta bastant-a ,
aguda; aquÍ los puntos se convierten en las cortas líneas arriba menciona-
das . Hay una gran variedad de motivos en la combinación de vasijas in-
cisa~ y en r·elieve, (ver figs. ' 1-2 para espedmenes típicos), mostrando una
gran predilección po~ las variacione.g de Ancón Medio L gato y serpiente o
tema de gato y monstruo (10). La vasija estampada, aunque escasa en el
sitio "A" Y abundante en el sitio "B" tampoco exhibe desviaciones notables
de sus contrapartes de Teatino y Ancón.
Parece haber habido una , tendencia por la cual se usaba en grado
~enor la cerámica , de relieve para propósitos culinarios que la cerámica
incisa o estampada, ' porque prácticamente todos los espedmenes . de estas
dos ,últimas clases se e~contraron ennegrecidos ,por el humo y sólo un03
cuantos de la primera. Sin embargo, no pareoe haher mucho problema so-
bre la , utilidad de las vasijas de relieve, ya que prácticamente todos los
espedmenes contenían alimentos o r·esiduos de bebidas.
Todos los hallazgos del sitio "A" de cerámica incisa sirven única-
!!lente para confirmar las afirmaciones de Willey(1l) y Kroeber (12) sobre el
sitio de Teatino relativas a los aspectos "sub-ChavÍn". Caldera es un sitio
más con la misma , cerámica, que mue's tra su asociación con Medio 1 y
Tiahuanco de la costa . Antes que aceptar la designación algo esotérica
de "sub-ChavÍn" para esta cerámica, me parece más seguro y mejor usar el
término más cuidadoso y descriptivo de Ancón Medio 1 y Ancón MedÍo 1
inciso. Podría ciertamente decirse, tal vez con gran justificación, que e,s te
tipo muy bien puede ser un descendiente directo d'9 la cerámica primitiv(l
de Ancón y Supe, la que a su vez puede bien describirse, y a msnudo lo
es, como chavinoide . Pero, por qué colocar el rótulo "ChavÍn" al describir
esta cerámica, cuando en su tiempos.e había convertido en un tipo local
de la costa centraÍ, en un sitio bastante lejano de su sierra de origen.

Tipo: Roio pulimentado

Con solo unas cuantas excepciones esta cerámica de Caldera sigue


casi exactamente .la descripción d'e Willeydel mismo tipo de cerámica del ,
,Cerro de Trinidad ,(13). ,Es ~a cerámica roja de grosor medio, bien quema-
da, de color roj'o ·os.curo bQstante uniforme, bien , formada y muy pulimenta-
da ; Las formas de miniatum observadas por WiUey (14) se encuentran tam-
bién presentes, particularmente un cuenco globular achatado, con" hase ,re- ,
donda y con borde. Las otras formas que para ·este tipo s'eencuentra,n , son:-
:INVf:STIGACIONES DE SUPERFICIE ", 47

Cuenco abierto, hondo.


Cántaro con cuello ensanchado hacia la boca.
Cántaro con pequeño cuello de botella (15).
Cántaro con cuello alto.
Modelos excéntricos.

Las bases son redondas en el 90% de los ejemplares, el otro 10%


'posee bas,e plana circular.
A diferencia de la experiencia de Willey en el Cerro Trinidad, en Cal-
,clero esta cerámica se 'Encuentra en asocación con varias manifestaciones
,del tipo blanco sobre rojo, con la cerámica incisa de Ancón Medio 1 y con
el tipo de Tiahuanaco de la costa" Era común encontrar en el sitio "AH
cerámica utilitaria incisa o en relisve, tal como arriba se describe, en con-
junción con cerámica ceremoniclen miniatura rojo pulimentada. Muy a
menudo la combinación tenía añadida otra cerámica ceremonial del tipo
'TlOhuanaco de la costa con tres y cuatro colores, En algunos casos el tipo
se '8llcuentra \"con incisiones típicas de Medio 1 y en otros lleva decoración
en blanco, particularmente en el caso de cántaros con cuello corto de botella
o larg~. Parece haber habido una variante del blanco rojo en uso ceremo-
'nía!, aunque no par-sce haber durado mucho, porque los ejemplares en el
sitio "BU se dan con mucho menos frecuencia en el último período de ce-
rámica que allí se encuentra, lo mismo no puede aplicarse al blanco sobre
Tojo, Es también interesante observar que, en esta conexión, no se encontró
'en forma de kero en este tipo, aun cuando estaban presentes para el blanco
'sobre rojo y sus variaciones.

Tipo: Tiahuanaco de la costa

Este tipo se encuentra ,en el sitio en bastante cantidad. La cerámica


'es de calidad y textura uniformemente finas y lleva muchos de los .usuales
,motivos polícromos que se encuentran en Ancón. Por las razones arriba
'mencionadas, hay muy poca evidencia de formas excéntricas y la forma más
'110tab1e es un kero puro, de buen tamaño que se encuentra con frecuencia.
'Uno que se probó tenía una capacidad algo mayor que un litro.
Los motivos no son notables en su ej'ecución y no se notan innovacio-
'nes o discr,epancias. El motivo del gato y Jo serpiente se encuentra también
'e n este _tipo; mucho más que los motivos de Tiahuanaco clásico, haciéndome .
pensar que la influencia de Tiahuanaco no Jué demasiado fuerte en Cal-
dera. Las formas y colores fueron o,doptados y ,eliminaron una , serie de
motivos epigonales, pero los ' motivos que est~ban ya presentes, se . conser-
van tenazmente, aunque aparecen ,en forma repetida, rígida y en colore.:;
t!ahuanacoides y no costeños. .
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

Tipo: Negro pulimentado

Tal como arriba se ha afirmado, este tipo no se encuentra en gran


<cantidad. En su descripción s,e conforma con la qu,e Willey da para este
tipo ,e n el Cerro de Trinidad (16). Como no puedo mejorar la descripción,
la citaré "Todos los fragmentos asignados a este tipo son negros y pulimen-
tad03 en una o ambas superficies. En la sección d3 cruce o en la superficie
:interior están sin pulimentar, son grises. La tií:ezcla es d3 arena fina o de
'mediana calidad y de arenisca. El espesor venía 'cntre los 3 y 7 milímetros".
Las formas halladas fueron las dec-uencos con lados ligeramente ,
'c urvos y una forma de copa de boca; ancha o kero. Lamentablemente ' no
8'3 observaron asociaciones particulares para este tipo.

(1) Bib , NI' 7, pp. 148-t52.


(2) Bib. NI' 1, p , 112.
{3) Bib, NI' 8, p. 19B
,( 4) Bib , NQ 9, pp. 131 -132
~ 5) Bib. NI' 3, lámina 43.
-( 6) Es notable en esta conexión un loro ' comprado en , la hacienda Caldera de un peón qu(en
afirma que lo excavó en · el sitio "A". Es "el mellizo idéntico" en la forma de aquel que
ilustra Strong, en Bib. NI' 7, lámina 46 . Hubiera' deseado verlo para ver si empareje<
con , el mío en 'color y en los motivos tal como' parece hacei:lo ,
Es lamentable que 'no pueda determinarse el lugar exacto de su procedencia, porque el
loro de Uhle proviene d,e una tumba de Ancón Medio I "entre, tres y cuatro metros" de,
profundidad, y no hay tal en el sitio "A . " Esta procedencia confirmaría el análisis de
\,ntierros antiguos en niveles próximos a la superficie en Caldera . Ver Fig , 7, lám. I.
(7) Bib. NQ 7, Lámina 47, 1. K, L.
( la) Bib. NI' 7, fig . 6F.
(9) Bib . NI' 3, pág. 45.
(ID) Bib . N97, fig, 2.
(1) Bib. NI' 9 pp. 131·132.
(12) Bi,b . NI' 3, p, 45.
'(l3) Bib . 8, pp . 152:153. '
(4) ',Idem. '
'(15) , Bib, ,NI' 7, lámina 47, M, N, O.
:(16) Bib. NI' 8, pp. 155

II (e). AR:rEF ACTOS; ETC.

Ademá3 de los artefactos de mad::rá y , de los tejidos ya discutidos


no ,se han , encontrado otros,; excepto ,u~ sil)::¡ato de arcilla y ,diversos ,mates ,
y fra.gmentos de los mismos. "Qnlform:ementei ' los mates no tenÍalf decoración
algu~a, ni otras aberturas qué la~ ordinarias.' ,
, El silbato ' de arcilla (ver fig . 3) fué para~ mi , sumamente '~ int~resante. ,
Tiene 125 milÍmstro:3 de largo, 22 milímetros q.,e, "q~~,h,o y u~ promedio de .
13 milímetro de espesor. Está finamente granulado, no es poroso, de un color
1NVESTIGACrONES . DE , SUPBB..FIcrJ;; , '" ," . . -.' e::;

ligeramente terracótci: y con ,:und . ligera ,capa rojo blanco .La boquilla es
circular de .34 milímetros de largo y gra!iualmente se va expandiendo hacia
el cuerpo .del silbato. En este punto ,encoFltramos dos orificios para el aire
a cada lado y _entre ' ellos sobre un .lado un hueco circular de 3 milímetros
.de .di.ámetro . .' En el centro d:el mismo lado había una faz como de niño
toscamente hecha, aplicada en olto relieve con un tocado de :bajo relieve.
Rodeando esta cara y extendiéndose hacia la base, un motivo bastanb bien
zjecutado· en negro y blanco. El lado reverso con un idéntico hueco circular
de .3 .milímetros de diámetro, siendo ,el resto sencillo. Su sonido tiene dos
tonos, uno quejumbroso y otro atractivo, no es chillón.
Los adobes encontrados en el sitio "A" erci:n casi todos hechos a
mano, en forma algo cUrva. Hay también adobes hechos con molde, en
forma de ladrillos, pr.incipalmente ·e n el área entre el sitio "A" y el sitio
de enterramientos en la quebrada norte (ver mapa, fig. 5) . Aquí se han
-encontrado los adobes, comprendiendo las ruinas de una estructura rectan-
-guIar de casi 25 metros de largo por 13 metros de ancho. Esta estructura
'c onsiste en su totalidad de pequeñas habitaciones de 2 por 2 metros' cada
'una 'conteniendo una tumba a poca profundidad y lo que parece haber
sido un entierro único. Podría describirse en los términos de un moderno
mausoleo. Lo más parecido que yo haya visto es una sección de las ruinas
de Huaycán en el valle del Rímac, pero allí las paredes son mucho más
masivas y de construcción de tapia, y las pequeñas habitaciones, aunque
de tamaño similar, no parecen contener tumbas. Igualmente, en Huaycán
los fragmentos de cerámica están asociados con el tipo Inca, mientras que
aquí los fragmentos examinados eran en su mayoría del período Medio II
con algunos del Medio l. Este hecho, de que los períodos aparecen más
tarde según uno asciende las quebradas de Caldera se describirá en forma
más amplia en la sección del sitio "B".
Las deformaciones craneanas observadas en el sitio "AH fueron to-
cas d·e l tipo antera-posterior y se conforman estrechamente con las halladas
por Newman para la costa central O). Las discrepancias de frecuencia y
'g rado observadas son menores y fácilmente pueden adscribirse a diferen-
das locales y no de mayor importancia.

(1) Bib, NI', pp, 9-10

11 (d). SUMARIO

El sitio A" parece ser un cementerio bastante típico del período


11

medio de la costa central, sencillo de investigar porque faltan entierros de


un período posterior que s'ean intrusivos y también porque en forma uni-
:forme las tumbas se encuentran a poca profundidad. Aunque creo que
pued,e 'sstablecerse en forma definitiva el final del período Medio II para
'el sitio, no estoy completamente seguro del tiempo de su origen. Sin em-
50 REVISTA DEL' MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

bargo, en foima gradual me ha ido pareciendo, especiálmente por los ha~


llazgos preliminares de mi reconocimiento de la costa central y por aquellos
de Willey en Iill Cerro ' de Trinidad, sitio E ' (T9; que la · ocupación contínua de
1m sitio puede bien ser la excepción y no la regla y, por eso, no hoy razón
particular ' para que esté sitio no haya sido ocupado antes del período Me-
dio l. Pero, a su vez, tengo cierta dificultad para r,econciliar esto con los
ino'tivos blanco sobr·e rojo hallados y citados. ' Queda una tercera, y bastan-
te plausible hipótesis, que sería un tercer sitio, más antiguo y que nosotros
no encontráramos en nuestras dos vÍsitas. ' Debo tratar de probarlo en una
próxima visita y mi impresion es, que si existe, debe encontrarse algo hacia
el ·sste de las actuales áreas de cementerios.
Sin ' embargo, m1tes de llegar aunó éonclusión final me ' gustaría ver
otro' excc:(vación 'e n el sitíoaparte de la de los ' "huaqueros". Aunqué sus
pozosgeheralmentesncuentran arena estéril antes del 1.75, esto po-
dría ' ser diferente júnto a los cementerios donde la óctividad ha sido mínima.
No obstante, juntando la falta dé fragmentos ' d3 época anterior con nues-
tras otras observacion:;s, el p'a rtido está ligeramente en contra de la ocupa-
ción del sitio "A" antes del período Medio I.

( 1) , 'Bit, 8,pp', 126,183,

III (a). SITIO "B"

Este sitio 'e s , típico de . los que ocupan las . CIuebradas que se extienden
bacio. el est.3 desd,e el sitio "A" (ver mapa, fig. 5). Comenzando en una
línea aproximadamente a 75 metros al' este del borde oüental del sitio "A",
la3 tumbas avanzan ordenamente en hi,l eras norte-sur hasta que la roca
desnuda las obliga a hacer un alto ,a ' cada lado y en la parte sUI>3rior. El
sitio parece haber sido escenario de gran actividad de los "huaqu::ros" y
a primera, vista ofrece uno confusión dantesca, que desaparece después ' de
un exom':n más minucioso.
Tuve la fuerte impresión en mi primer viaje a Caldera, que al sitio
"B" comenzó en el tiempo cuando el sitio "A" había sido ya abandonado
y que la secu::ncia subiendo la quebrada era una procesión ordenada de
Medio II a Epigonal, Ultimo 1 y Ultimo II o Chancay. (Por alguna razón
me desagrada el término "Sub-Chancay", pero aunque así no fuera, no
sE'iría posible usarlo en Caldera, ya que lGS piezas que allí s'e encu:entran
son en su mayoría ejemplos clásicos y bien ejecutados del estilo Chancay).
La comprobación de ,ssta impresión fué nu:estra primera tarea en el sitio
"B". Al terminar, decidimos usar el mismo sistema de colección descrito'
para el sitio "A". Por eso, después de formar nuestra colección en hileras
nort8-súr asceñdi:8ndo la.' quebrada hacia el este, estando estas hileras de
recolecCión separadas por diez metros, numeramos los fragmentos para cada
INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE ... 51

hilera, es decir 1 a 8 siguiendo de. oeste a este y después de nuestro regreso


a Ancón mezclamos los fragmentos y los clasificamos por períodos. Los .
números estaban allí pC:Xra compararlos con las de la clasjlicación.
El resultado mostró que mi impresión había sido bastant.e correcta y
que el sitio ha sido ocupado .en una progresión ordenada de tiempo. Ep. otras
palabras, los entierros han sido hechos en dirección oeste-est.e hacia la
cabeza de la quel;>rada, subiendo hacia el este conforme se llenaba '131 ce-
menterio. Parece haber · habido' pocos o no , haber' entierros al azar ·en este
sitio, y también poca o ninguna superimposición de tumbas. Estos h~llaz­
eJos fue:ron comprobados en las quebradas 1 y 2 (ver el mapa) por , observa-
ción, no observándose discr·epancias sustanciales.
Las tumbas son .uniformemente circulares de forma y de 60 a 135
centímetros dé profundidad. Los entierros múltiples son muy comunes. Las
tumbas , en su mayoría no, están rev-estidas, pero en el período último las
tumbas en la cabeza de la quebrada se encuentran contra una serie de .
gruesas paredes de adobe. Tejidos y figurillas se hallan en cantidad y se
discuten después en forma más amplia.
Las tumbas 'e xaminadas en la base de la escarpa rocosa que limita
el sitio (ver lám. S) son más profundas para alcanzar el mismo nivel de
aquellas situadas en el centro de la quebrada . Este efecto puede verse
c: la inv-ersa ·en el cementerio de Teatino donde el principal sitio de entierro
se encuentra en un cerro bajo con pozos de enterramientos muy profundos.
Las tumbas en los lados del cerro son mucho más superficiales, pero alcan-
zan el mismo nivel que aquellas de la cima.

III (b). LA CERAMICA EN EL SITIO "B"

La cerámica del sitio "B" cae dentro de tres períodos principales:


Medio Il o Epigonal.Ultimo 1 o rojo-blanco-negro y Ultimo II o Chancay.
Hay todavía algo de cerámica de Tiahuanaco de la costa como la que se
'8nCU€'ntra en el sitio "A", pero los motivos muestran una marcada tenden-
cia a caer ,en el estilo epigonal. Aparte de esta evidencia que tiende a
confirmar los comienzos del sitio durante los finales del Medio 1 y primitiv:,
Medio Il, poco o nada hay de característico en la cerámica, así que no
ha;é una descripción detallada de la misma.
Los otros tipos encontrados son: estampado y en relieve; epigonal;
blanco sobre rojo; rojo-blanca-negro; Chancay. La cerámica estampada que
acompaña a la epigonal y a veces a la rojo-blanco-negro como cerámiea
utilitaria y la blanco sobre rojo se encuentra ,e n diversas cantidades en
asociación con todas las otras, excepto Chancay. Esto tiende a confirmar
las afirmaciones hechas arriba sobre la cerámica estampada y en relieve
y de la blanca sobre rojo en Caldera, de que son tipos locales y persisten-
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL .~TOMO XXI.

tes; ': Sin C9líl!lbargo¡-, el- tipo , estampado' parece morir en el período Ultimo r
y :>ser. 'r.eenrplt;lzGtdo ,como · cerámica utilitaria por Hpicas . piezas utilitarias .
del período ' Ultimo . .

Tipo: Estampado y :en relieve

En -el ,sitiO' hay abundancia de cerámica de este tipo, siendo la textura


y 'e l color · algo tosca y marrón sin pulimentar, de espesor medio, típico
en esta cerámica. La oerámica estampada aparece en mucha mayor canti-
dad que la de relieve. Las formas son las mismas que se encuentran en la
cerámica del sitio "A" con la adición de un cántaro de cuello alto y boca
ancha, que recuerda aquellos de Ancón Medio JI ~ l). Esta forma se en-
cuentra con asas o sin ellas, generalmente las asas están colocadas verti-
calmente ·en la combadura del cántaro . También se encuentra en muchos
períodos últimos y en sitios asociados con Inca ·en la costa central y su
aparición en Caldera tanto en vasijas estampadas ' como sencillas nos lleva
a la conjetura que ' la cerámica estampada es un tipo muy persistente ,e n
est.e sitio . Esta conjetura es apoyada por la persistencia de la técnica de
estampar en una cantidad de vasijas notoriamente Chancayencontradas
en el sitio "B".
Los motivos de la cerámica estampada son típicos y nada notables.
La cerámica en relieve exhibe igualmente los motivos normales en la costa
central; predominando entre ellos el motivo del pulpo . El gato, el gato-ser-
piente y el tema del monstruo casi son agotados en el tipo 'en est.e sitio,
y después aparece en forma decadente en los tipos epigonal y negro-blanca-
rojo. Los tamaños generalmente son entre grandes y medianos, fluctuando
el diámetro entre los 20 y35 centímetros . Casi todos ' ios especímenes han
sido mal quemados . Las vasijas enteras son numerosas, generalmente con
una o dos rajaduras en la base, que parecen haber sido ocasionadas por
él exceso de calor al hornears'e.

Tipo: Epigonal

Lo que más impresiona en la cerámica de tipo epigonal en el sitio


"B" es su variedad y profusión. La textura de la cerámica 'es bastante
bus'na y no es demasiado gruesa, generalmente es de mejor calidad que
aque lla de su contraparte en la Necrópolis de Ancón. La pasta es fina o
media ' y está mezclada con cascajo fino o arena . Las formas son muchas,
entre las que más frecuentemente se presentan están:
cuencos abiertos, de base redonda.
cuencos abiertos, de base plena.
pleitos.
keros. -
cueriéos con lados r,ectos o ligeramente curvos.
:.. ;53

cuencos globulares achatados. -.


.c;;·ántc;rros. globulares achata;clos con cuello c;tlto y ' una o dos asas ver-
ticales hacia .el cuello, colocadas ya; e.n el cuello o sobre ·.el
cuerpo del cráneo.
Los motivos se dan tanto ·en el interior co~o . en el e:x:terior de las
. ior!llas. d~ cuencos y platos, así . como en los keros y copa;s . de boca ancha.
~ C:;ompre~d~n desde . peces estilizado~ y motivos an,imales, ;. cheurrones
._ yz.i.gz.;agl? ha¡:;ta. la casi irreconociblemm:¡o: de líneas, zigzags,~y C1,ladrc;tclos
tan típicos -en elepigonal y que se aseIllejan a las .misteriosas e:x:hibicionj!s
.de pintura moderna que se pr~sentq:n- :e n las galenos de · laca;lle57. Sin
~mbargo, los motivos epigonales por ser espontáneos son más. c;rtractivós.
La cerámica d~ cuatro color-es es casi tan común como la de tres, los que
más a menudo se . encuentran 'son: rojo, blanco, negro y naranja sobre m:a-
rrón rojizo o terracota. La pasta de este color es la más usual y a veC3S
se encuentra como ante medio café y rosado. Los keros monumentales del
sitio "A." se encuentran también ·en este tipo, aunque sólo en forma ocasio-
nalentre muchos otros de un ' tamaño menos peligroso ..

Tipo:· Blanco ~b17e Rojo

La cerámica blanco sobJ-erojo persiste en . el sitio "B" con· muchos


ejemplares, gSI"leralmentecon una rica pasta roja .de, buena calidad yde
un grosor mediano. Las formas y motivos siguen $strechc;rmente aquellos
de las vasijas de otros tipos con las que están asociadas, principalmente
con el epigonal y ·en grado menor con el rojo-blanco-negro o Ultimo l. La.
cen~mica se encuentra también en asociación con el estilo de cerámiéa es-
tampada de Teatino m-encionado arriba. En esta asociación es usual la
forma de la copa de boca ancha epigonal y la del kero. El motivo cheurrón
hallado en el sitio "A" se encuentra también en ' este sitio en gran cantidad,
y con el mismo "pájaro" y variaciones en el ángulo. El "ojo" simple del
sitio "A" no se encuentra.

Tipo: Rojo-Blanco-Negro '

El rojo-blanca-negro o cerámica de Ancón Ultimo 1 es aquí más co-


mún de lo que he visto en otro sitio . La pasta es bastante ordinaria, y de
. un color rojo-anaranjado oscuro y de grosor variable . La tendencia de que
el grosor varíe grandemente en una sola vasija, tan común en Ancón en
este tipo, es igualmente ·e vidente. Las formas particularmente comunes son
un cuenco con pie y un cántaro que tiene un cuerpo globular o globular
alargado y un gracioso cuello corto acampanado. Las asas invariablemente
¡::on verticales, colocadas ·s n el cuello y hacia el borde . H~y muchas varia-
ciones en la fórmula clásica rojo-blanca-negro, siendo más frecuentes las
que se encuentran en negro y blanco sobre rojo. Los motivos de ·ssta va-
. REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

liaClOn recuerdcln el tipo Ancón Medio -Ú -muy -frierlemente,aunque las for-


mas ' ypasta,particultn-rn.'snte en -e l cuenco con pie, me llevan a dosificar
€;stas vasijas como comienzos del Ultimo ' 1 antes que como Ultimo II. Es .
~mficiente decir que aquí hay muchas piezas de transición entre losperío-
dos Medio II'y Ultimo:' l. -
En la cerámica .clásica de bas-e .blanca, decorada en rojo y negro los
diseños incluyen los usuales motivos geométricos de escalones y cercos, así
. como una cantidad de vOriaciones -sobre el tema. Una, sobre un cántaro
casi completo . ele la fonna -arriba descrita, la constituye una curva intrinca-
da con forma de flecha o de cabeza de lanza. muy decorativa y estilizada.
Me sugiere que posiblemente cseael ,f,sswtado,.Jinal del motivo de la ser-
piente del periodo Médio l. Sin embargo, . ,es simplemente una ' conjetura de
mi parte, si alguno desea estudiar ' el tipo Ultimo 1 existe en Caldera una
a.mplia cantidad de cerámica de este tipo.

. - - Tipo: Chancay

Tal vez sería más apropiado llamar a este tipo Ultimo n, pero prác-
ticamente yo no he ,visto cerámica del valle de Chancay que no pueda
duplicarse -e n Caldera, así -que permitásenos llamarla así. La pasta es ge-
nerahnente delgada, frágil y porosa, aunque en el caso de la forma de vaso
que ' tona menudo -se' encuentra con -lados curvos sobresalientes -es a veces
algo más fina. Esta forma está acompañada por otras del Chancay clásico-
que son:

l. Cuencos bajos, 'pequeños de base redonda circular, con lados curvos.


2. Cuencos poco profundos abiertos con base, qué a veces contiene mo·-
Uvas en relieve de cruces o puntos dentro del Círculo.
3. Fonna de "copa" Con pie de base.
4 . . Cántaros grandes y pequeños con abertura estrecha y boca acam-
panada.
S. Grandes cántaros de la misma forma con caras humanas formando-
el cuello.
6. Casi todas las variáciones que se puedan concebir del vaso y copa
de lados muy curvos.

Las asas de fajas y cuerdas están a la orden del día y las vasijas
están de.coro das en muchos casos: con adornos de formas animales aplica-
das,entreeIlos hay 'monos, ranas, pulpos, ratones, murciélagos y otros di--
ficHes de reconocer : El tipo en Caldera está divido ·en partes casi iguales
de negro sobre blanco y blanco enjalbegado. Algunos de los vasos enjal-
begados continy.an todavía con la tradición de cerámica estampada, siendo
los estampados en la forma de puntos en relieve que parecen "carne de
gallina". En la versión negro y blanco, el negro está aplicado a la capa: .
· INVESTIGACIONES DE .SUPERFICIE ... 55.

blanca exterior para formar los motivos que son extremo estilizados, y for-
males y aunque. no revelan gran arte,
son Sorprendentes. Hice. Una colección
de 37 . motivos de dibujos Chancay en . ~lanco y negro en Ancón y proba-
:blemente ni arañé ·sn la superficie. Todos .estaban en Caldera con muchos'
"tros' y tomaría mucho espacio describirlos. Esperan, a quien desee hacer
un inform·e especializado sobre los motivos de Chancay. Suficiente será
decir que incluyen líneas onduladas, círculos, tableros -de damas, y muchas
otras formas geométricas, y ~ pájaros y peces estilizados.

(1) Bib. N9 7, lámina 45, L, M, N.

m (e) OTROS ARTEFACTOS, TEJIDOS ETC.

Las figurillas humanas y fragmentos de las mis~as son muy comunes


,€',n el sitio "B". Són evidentes los ' t~p~s Medio II y Ultimo U ilustrados por
Strong (1). El período Ultimo II se- 'éaracteriza en el sitio por una pasta
grisácsa, como tiza, muy suave y por aplicaciones post~fuego de un fuerté
bermellón 'y de pintura blanda. Las figurillas del Medio II son de Una pasta
· ele un liger.o marrón rojizo ' muy similar a aquella . del tipo de oerámica
estampada de Teatino. .,
Los tejidos se . encuentraneri cierta profusión y abarcan des'd.e :telci:s
· sencillas hasta gasas, algodones con teñido negativo, tapicerías, . telas bor-
'Ciadas y pintadas yun trabajo plumario de cierto crédito. 'Estos tejidos
se parecen a aquellos de las tumbas de Ancón y Chancay, pero los usuales
,escudos y máscaras de 'e sos sitios no se encuentran. Tal vez hayan sido
removidos, aunque lo dudo en el caso dé los escudos, porque generalmente
no son apr-sciados por los "huaqueros"., Otros ' artefactos no ' se han encon-
,trado, con toda probabilidad han sido sacados o en el caso ' de' pequeños
objetos, tales como ruecas de hilar, pueden haber sido pisados por los hua-
queras enterrándolos así en la arena.
Las deformaciones craneanas notadas se conforman estrechamente
con la deformación disminuida de los últimos períodos tc,d como lo señala
Newman (2). Particularmente aparente es la escasez del tipo antero-pos-
terior y el más bien bajo porcentaje de deformación craneana occipital,
'media y ligera (3). El gran grado de diferencia eIltre los dos tipos apar~C?
tremendamente cuando un cráneo con deformación antera-posterior se colocer
'junto con una occipital del sitio "B". .' ,
. Los adobes observados son hechos en molde, en forma de ladrillo, y
s'e encontraron principalmente en las excavaciones hastá 'a quí descritas. Sin
embargo, en la cabeza de la quebrada, hay tres paredés sucesivas d~ tapia

(1) Bib . N9 7, Lám, 49, ' A-G.


(2) Bib, N 96, p , 10.
(3) Bib , 6, Lám. VI. .
56 REVISTA DEL MUSEO NACIONA.L.- TOMb 'XXi

'ñ).~siva :que ' ~orreridé "nórte a sur 'atrav&s' d:el michO deléi' quebráda. Estas:
fhqn sido II!-uy ', trahajados "por 'los húáqueros; 'y.' paiecen háber , tenido 7 me-
'tro,s . Los entierros ' continúan enfórmci dé nid~ ¡ contra cada :uila 'de :estas
parep..ss. Las páredes tienen ' aproximadarrienté75 •centímetros' 'de '!alto ' y ,casi
::ei=' misinó espesor . ,Su propósitci,osiéonstíhiían' parte ' deun:a: ' estructura.
:no lo "percibirilos. ' " '
0: ~ ;;- ~ [:. ., . .'

'III (d). ' SUMARIO

El sitio "B" es un cementerio da uso contínuo' a tr~vés de los períodos'


Medio II, Ultimo-l\y UJtimo II, Puede hgbe,r" com~nzqdo ex f¡~es d,e l ,Medio l.
pero no puede -li.·~c~rse· c~ndusi6n s'~bre é·st¿·. "Sin' 'embargo; existen grandeS'
,piezCls. ,d e trapsición que establecen el uso contínuo a través de los períodos;
~pombradOs ., El cemeht~riot~é -comenzCl4~ ' en er ni~el ' m6s ¡){ijQ ; de ' la que-
);rada ,y la ,~cupación '90ilt~Út1Ó, 'e~_ forma orcleúidq h~sta ,el .fin de lq: misrria~
'alcanzado,enel últimó perí049 ' Ghancay. , :,,:' .-, ': , '. '/ ' , ' " : " ,
1' " .La l!layorevide!1cia. , ~ncoritrad·á ;" apoyc( los ." conHn)los ' blan,co s,obre'
,rojo, ,é inc¡so, relieve y estampado, de los ' cuales 'el'. blanco: sObre rojo es el
'que más dura. Tengo tambien la ' impresión que aunque la cerámiCa es-
J ampadex ,y la epigonal existieron lado a lado, la estampa'd a ha tenido un
'comienzo a,nterior ' y he indica¿'o estos hallazgos , en la secuenc¡a cultural
.(ver lám,<, 2). Esto es .especia~mente cierto si uno considera' la Gerámica es-
.lampada como la hija directa y legítima de la cerámica inéisa y en relieve"
J an p.redominantes ,e n el sitio "A". '. ,' ,
'-- , ' Considero que ' los hallazgos ' ~n el sitio ,i B" no sonsorprendentésy
,que únicamente sirven, tal como lo he afirmado, para llenar ' los vacíos que
,E'xistenen .la investigación arqueológiéa de la costa centraL Si tienen q~e
haber cambios ' drásticos 'e~ nuestras ideas sobre secuencias culturales, in-
'fluencias extraña~ u ótros des~rrollo~ mayores en la pr~historia de la costa,
:Gel;l,tral, s·agwamenteque no provendrán del sitio "B'~ de Caldera .
. ...
' IV. COMPARACIONES ' Y CONCLUSIONES

,. Lo que Willey ha sugerido en sus especulaciones lógicas sobre Ancón


)Vledio 1 Inciso (1), se confirma para este tipo y se indica para el blanco'
sobre rojo en Caldera. La incidencia, variedac;l y asociaciones indican cier-
.t,a mente un -continuo, antes que un horizonte del estilo blanco sobre rojo en
este !3itio. Willey no es específicamente claro sobre ,los ,estilos blanco-sobre
rojo a que se refiere para este estilo de horizonte; es cherto que todos lbs
ejemplos mostrados en su lámina 3 están presentes en el sitio .. A" de Cal-
dera, en adición a otras variedades -en los dos sitios "A" Y "B". ,
No es el propósito del presente artículo discutir a WiUey; simplemente
quiero sugerir que, lo que él creyó ser el caso de Ancón Medio 1 puede
tenerse también para blanco sobre rojo . Otra explicación para la gran in-
,INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE", 57 '

'cidenda de los diversos períodos y mOtivos blcmco ' sobre rojo en Caldera:
:puede s'e r que 'el valle de HuailTa' y no el de 'Chancay sea donde primero
' se da este estilo en ,la 'costa : central. La prueba debe- esperar a otros estu-
,días ' en el valle: de Huaurc!. Sin embargo, me inclino ' hacia la idea que el.
'i9SnlO 'indígena , blanco ' sobre rojo del área de la costa ' central originado en
'el tiempo postulado .p or ' Willey; es' decir " contenipor-áneo a Salinar en el.
norte, y ha continuado por lo menos en algunas áreas de la costa' central
:heista e.1 periodo :Am:óil Ultimo 1 y " de Uhle y Str'ong ('ver la, tabla 1, fig. 3).
Parece ~ Ihuy' lógico que éste sea el caso ; No veo razón (hasta ahora}
poi qué.. los estilos blanco sobre rojo ' e inCiso no puedan bien en el caso
~del ' prim,ero ser, -y "en el ' delúltimo haber :·l1egado a ser las manifestaciones
éstílístlCdS ydetorcÍtivas y ' como tal haber continuado én un Cj¡Tado : ma-·
};or ' o 'menor ' a través y dtirante los períodos de gran influencia- extraña.
D¡¡>--todos modos, en Caldera: esto ,e s cierto tanto para el bla nco sobre,
~rblb tomÓ para ' el inciso . ' Es ' Ínteresante observar ' que particularmente "en
ei sitió "A" -en: los cohtehidos de tumbas expuestos por' los huaqueros, está
, síenipre."preserlté' 'la 'yuxtaposición de cerámica utilitaria incisa y en relíeve·
'c on vasij<fscereITIoIÚale's Tiahuanaco. La niisma situaCión en grado menor"
en las exCavaciones de las Necrópolis de Ancón conducen a la conclusión
'que estos .'e stilos continuaron coexistiendo eón otros por algún tiempo. " En
el ' sitio :-'-'B" pr,evalete ' la ', misma' situación con la ' adición de la asociacion
de cerámica estampada, o de la llamada Pativílca en asociación constante ,
coiÍ.kt ceránüca :cerenionial del período ' Medio JI y Ultimo l. Tiendo hacia
la teoría 'que d~ todos -modos una secuencia lógica en el valle de Huaura
para esl a cerámica utilitaria sería período Medio 1 inciso, reliev~, y estilo ,
Pativílca estampado. " '
En el estilo blanco sobre rojo, la asocidción con otros estilos persiste,
con la excepción del 'he~ho que la cérámica blanco-rojo no es utilitaria sino '
ceremonial. Se encuentra como tal ,en asociación con la' cerámica incisa, en
relieve y estampada arriba méncionada, a veces como la única cerámica:
ceremonial én la tumba. Esto tisnde a dar apoyo adicional a lo ya expues-
to, y á aquello de Kioeber citado ' porWilley (2) . Larca (3) hace grandes '
dIstinciones éntre Salihar Clásico, blanco sobre rojo y Tiahuanaco último
influencia blCmco sobre rojo d21 norte. Mi impresión es que estas mismas
distinciones podrían 'aplicarse al blanco 'sobre rojo en la costa central des-
pués de mayor estudio de esta manifestación estilística . Será necesario
entonces encontrar un : nombre diferente pilla él antiguo blanco sobr.e rojo
'en bien ' de la claridad, especialmente en las áreas de la costa central, tales'
COnl ' oel valle de' Huaura, donde el estilo es un continuo. Posib]smente los
términos "antiguo" y "último" en blanco sobre rojo serán suficientes, La
c:dición de un nombre de lugar sólo traería mayor confusión, particular-
mente porque también tenemos en el á rea una profusión de Inca·blanco
asociado sobre rojo, encontrada en el valle del Rímac a l esj) ~ de Lima y-
por Strong y Corb-etten Pachacamac (4).
59 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

El tiempo parece . haber venido aquí para . una apreciación .sobre -el
¡valor diqcrónico de las colecciones de superficie en ciertos tipos de los sitios
c1z, la . costa. Hay muchos comentarios ,e n la costa peruana donde una .apre-
.ciación rápida y cuidadosa del tiempo de ocupación, influencias extrañas,
su tipo, fuerza y duración; estilos locales y su derivación y un conocimiento
_general de los principales hechQs pertinentes pueden obtenerse mediante
este método.
Libremente admito que ciertas condiciones deben cumplirse, pero los
cementerios que las presentan no s.o n . difíciles de encontrar en la costa
centról. Notable entre .estas condiciones son la falta de i~terés turístico y
:gep"sral, excluyendo sitios tales como las Necrópolis de Ancón, Pachacamac
-y . ottos _sitios crp,zados por lacaiTetera~ un sitio con bastante nivel a fin
de evitar deslizamientos que p~opicien confusiones; y cierta cantidad de
actividad q,e huaqueros. Esta actividad debe estar limitada a primeros ca-
-teas, lo que es bastante . fácil .d~ discernir una . vez que . uno se familiariza:
:con el terreno. Cuando la actividad de los huaqueros ha sido mayor, se
incrementanotaplemente las dificultades para realizar el análisis de super-
,ficie por este método de Qbservación , y de colección de fragmentos en un
;sitio dado y tiende en forma definitiva a negarle su principal ventaja, . la
-yelocidad, sobre · el laborioso método del porcentaje, cuya importancia no-
puede s''3r minimizada cuando se trata con grandes áreas tales como- los
(valles de Huaura y Chancay.
Lo ::> sitios como las Necrópolis de Ancón y Pachacamac deben excluir-
Ee a Causa de los enterramientos superpuestos. Sin .e mbargo, aventuraría
la opinión que sitios así están en minoría. El promedio de los cementerios cos-
teños s·e encuentra en una llanura arenosa o en una quebrada con espacio
l:'uficiente para impedir la necesidad de superponer un entierro sobre otro.
Ciertamente es una suerte para el estado de nuestro conocimiento que estas.
.condiciones no existan invariablemente.
Sin embargo. dadas las condiciones arriba descritas que son bastante
.comunes a los· lados de las ár·eas irrigadas ' en la costa central, se puede
realizar un primer análisis rápido y cuidadoso. Cuando ?ólo hay un tiem-
po limitado para el trabajo de campo, como a menudo sucede entre nues-
iras grandes autoridades. se ,e spera que tal ahorro de tiempo sea útil.
En conclusión. tal como antes he afirmado, aunque este informe de-
Caldera no ofrece nuevas sorprendentes, tiende a confirmar los hallazgos
de otros más sabios que el mío, y a reforzar la impresión que la cost<l
central, particularmente antr·e' Lima y Supe. es una región bien integrada
y en forma alguna únicamente la región "de primitivos pueblos pescadores'"

(1) Bib . N 9 8. pp . 195.


(3) Larca. comunicación persona l. 1952.
( 2) Bib . N9 8. pp . 192.
( 4) Bib . N9 8. pp .58 Y siguientes ; figs. 10 Y 12.
INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE ... S9

como originalmente fuá considerada en los primeros días de la arqueología


peruana. ,En forma definitiva parece haber poseído' sus características pro·
'pias y aspectos culturales considerables.

v. TRABAJO ESTADISTICO

En la tabla II y III se ,encontrará un -breve trabaja estadístico del


material de Caldera. El total de fragmentos recOgidos fué ,de 226, pero 1B
,: , ne éstos no han sido incluídos en 'la tabulación ni -en las cifras de porcentaje
por diversas razones, estando entre ellas las siguientes: 1) "piezas de ca-
, mercio" aisladas, y 2) identificación incierta.
Las líneas divisorias entre los períodos, especialmente aquellas en·
tre el Medio 1 y II Y entre Medio II y Ultimo 1 son ' por necesidad un 'tanto
arbitrarias peró tenían que ir en algUna forma e hice lo mejor que pude.
La dificultad era que había abundancia de material de transición que tal
v,ez debió s'e r incluído en una "zona ambigua" entre los períodos, aunque
entonces las líneas divisorias de tales zonas tendrían también que haber
's ido arbitrarias. Por eso ' se decidió usar los cuatro principales períodos de
,Ancón para nuestro criterio.
La proporción de ,ejemplares examinados con aquellos recogidos y
, tabulados es más o menos de diez a uno y en diversas secciones del texto
me he referido, con propósitos descriptivos, al material en su totalidad.

TABLA III

PORCENTAJES DE CIFRAS POR SITIOS

Sitio "A" Sitio"B" %

Medio 1 Y II ... , .... . . . . 97,S 42,S


Medio I . . . . . . . . . . . . . . 67,9 5,5
Ultimo I y II .. . . .. .. .. .. 42,S 57,S
Ultimo II . . . . . . . . . . . . . . 0,0 37,8
Influencias ,extrañas .. .. .. .. 27,2 18,9
Medio 1 influencias extrañas .. 30,1 0,0
Medio II influencias extrañas 19,2 44,7 (epigonaD
Blanco sobre rojo .. .. .. .. .. 30,9 5,3 '
Incisa, relieve y estampada . . 33,3 16,5
REVISTA , DEL MUSEO l'V~,CION.f>.L;~1'QMO x;p¡:r

• _ ,o ,

INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE EN CALDERA, VALLE, n:e: 'HUAUM ,

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T,;, ¡, J.g'-:iI CAL;DERA


Ta.b\J1ci.·cló~ c:ie lose.5pecÍ"me ~.e.s p'or - s~ f¡ o
de ,aeverd.o c~m el ¡:>el'/odó y t ·ipo .

; Pen'odo Medjo 1 ' M,?dio .II Últil~o : ~ Ulti 111 0 [

; Estilo Diyerso$
~ Di\l'erso.s
A: Rojo'

BLlntO .}Jegr"~
~o
. Chancay
~
Medio 1 inciso 6 Epigol:l,91 S Rojo + 11egYO Negro ~bre blan~o , O
So b.e hlal'1Go O
Tia.bvanaco de la COg"ta 1~ Relieve 6 O
rÚ an<-o sobre r OJo O 81al1'0 el1J¿¡¡¡'e.~ado
~ihc; 'A''
Relieve 9,
T Estampado 1¡ Estampado l Blaneo e"nJéllbc~o
ROJO pvlimen tado - 6 (estamp~a"J [O
Blanca sobre rojo 1 Ne~ro + blanco
y Biallco S ob re roj o 18
Negro + blanco O
sobre I""OjO
~ Ut.,litano seTl,,¡1o I O Total 'del s,t;~ ir
"

Negro p" li1ne n tado 3 ",obre rojo

S U=9n SS .5" 111811 !l.!l, .$v 111 an 4 'Totol lI o 81


..
.....
Medio 1 111t1.90 O ~p;goh81
ROJo + Tlegro
II ..9obre bl8nep 10 Ne.g ro sobre blan~Q 118 '.
Tialw81'aco de la costa O }l.elleve 5 Blar\(,o sobre. tOJo 5 8Ja'Hc-o enpJ bt~l 9
E 1
Relieve S Esta1"l1 psdo <3 Es ta m. pa. elo
,- lt 8181'/(,0 el1Jalbe~Jo
( ulampado) '1
-B: S ROJO pulinwntado '3 Blah<_O sobre rOJO 9
SJtio Negro + blanc,o
BlanoQ sobre rojo ~ }/eg"o ... 61 a~có
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INVESTIGACIONES DE SUPERFICIE .. . 67

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ANTROPOLOGIA FI/.:CA


Crestas papilares y dactilogramas en una momla
de más de 2,400 años
IULlAN VILLAR PEREZ

Con el objeto de qua, los antropólogos no solo del Perú sino también
de países extranjeros conozcan un modesto trabajo realizado en el mes de
s'etiembre último por el autor y ,e l Oficial de Investigaciones don Manual P.
Lezama Ibañez, ambos del Departamento de Identificación Policial y Crimi-
nalística del Cuerpo de Investigación, Vigilancia e Identificación, se expone
dicho trabajo a la consideraéión de los críticos para que analizándolo tengan
a bien pronunciarse y emitir sus valiosas opiniones sobre el ~sunto.
Los conocimientos del autor en materia de antropología son escasos,
;'s ln embargo se av,entura a exponer en el presente trabajo lo que se ha
·constatado en los restos de la momia W' 352, despojada de sus vestiduras
y ofrendas el 11 de setiembre ,.del año en curso en el Mus,eo de Antropología
"de Pueblo Libre. Se ahondará naturalmente la exposición -en la ciencia
que se ha especializado, la Dactiloscopia, es decir: ",examinar las yemas de
los dedos de las manos con el obj-eto de constatar si existen todavía, a pesar
de los siglos transcurridos, crestas papilares o dactilogramas naturales".
Antes de narrar los pormenores del trabajo realizado, precisa expo-
ner algo que de he ser conocido por los lectores a fin de que mediante
ello se complete el conc.a pto sobre el particular.
El recordado arqueólogo y sabio peruano don Julio C. Tello en sus
estudios y sinnúmero da investigaciones· llevadas a cabo sobré los habitan..
tes que poblaron esta parte de América, logró encontrar una gran Necró-
polis en la que habían buen número de momias, en la Bahía de Paracas.
El doctor Tello pr-avias las gestiones correspondientes ante las res-
pectivas autoridades consiguió el año 1927 que las momias fueran traslada-
das al Museo de Arqueología Peruana, donde han permanecido hasta la
fundación del Museo de Antropología, donde se encuentran.
La apertura de los fardos que contienen las momias es autorizada por
el Ministerio de Educación, cada cierto tiempo, siendo también dicho Mi-
nisterio el que determina el Museo que debe conservar tales restos.
CRESTAS PAPILARES Y DACTILOGRAMAS ..• 69
,

El 11 de setiembre del año en curso, los diarios de la Capital pu-


blicaron invitaciones hechas por la Directora del Museo Nacional de Antro-
pología en el sentido de qus- el indicado día, a las 10 a.m. tendría lugar
la apertura del fardo No. 352 que contenía una momia, e invitaba a las auto-
ridades oficiales, diplomáticas, hombres de ciencia y versados en esta espe-
cialidad para prssenciar el desenvolvimiento da la referida momia.
El citado día 11. en presencia de altas autoridades del Ramo de Edu-
cación, de personajes del :q1Undo oficial. diplomático y científico, así como
de numeroso público, -si sañor Director de Educación Artística y Extensión
Cultural doctor Pedro Benvenutto Murrieta que presidía el acto, la Directo-
ra del Museo doctora Rebeca Carrión Cachot, el Sub-Director del mismo, s-añor
Toribio M 3jía Xesspe y el antropólogo doctor Pedro Weiss, acompañados de
sus respectivos ayudantes, ante la espactación de la numerosa concurrencia
dieron principio a la desenvoltura de la momia. Desde el prirner instante
E-, notó que el trabajo se 'afectuaba con sumo cuidado tomando todas las
precauciones concernientes al caso con el objeto de conse.g uir sacar en bue-
nas condiciones las numerosas telas qua envolvían el cuerpo, igualmente los
adornos que con toda seguridad llevaba consigo. Es así que hasta :e l mo..
mento en - que se -dió por terminada la des snvoltura se logró extraer más
de cuarenta telas que envolvían el cuerpo de la momia, unas en buanas"
condiciones y otras en gran part·e: carbonizadas, existiendo la creencia, a
pssar del gran número de telas extraídas, de qüe aún habían más.
Conforme se realizaba el trabajo, las miradas de los concurrentes con-
vergían hacia ·sl tabladillo donde estaba la momia y con marcado interés
espectaban los movimientos de los qua efectuaban la labor de desenvolverla. '
Se observó que juntamente con las telas sacaron varias fajas u orlas te ji-
das, de lana, con hilos multicolores, representando aves, otros animales -y -
dihrentes decoraciones, que ta l vez p].leden ser de gran utilidad para re-
construir costumbres o ritos que permanecen ' aún en el misterio sobre aque--
Has personajes. A los turistas, que los habían ·e n buen número, llamó la
atE'nción los diversos dibujos y varios colores de las fajas que pareeían
haber sido teñidas recientemente, dedicándose a tomar fotografías de ellas.
Igualmente se extrajo una tembeta o naringuera de oro de a lta ley,
que adornaba el sitio donde debía estar e l lóbulo de la nariz, pues era una
plaqueta, espe,cie da disco perforado al centro en diámerto igual a l que se-
guramente tenía el lóbulo de la nariz de la momia, además horizontalmente
siguiendo la dirección de las comisuras salían por cada lado cuatro espigas_
del mismo matal, que daban la impresión de bigotes de felino.
Se estableció, así mismo, que la cabeza de la momia estaba envuelta
en una especie de cofia tejida con hilos de colores diversos y adornada con
plumas multicolores, terminando en la parte alta en una especie de pena- _
cho. No faltó alguien de los allí presentes que creyó ver, entre las plumas
encontradas, alguna del Coraquenque.·
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.- TOMO xxr

La espectativa y curiosidad por presenciar el final iba en aumento,


pues se esparaba el desenlace, es decir el descubrimiento completo de los
restos de la momia, pero cuando se traducía mayor interés en los concurren-
tes, la Directora anunció que se daba por terminada la desenvoltura, porque
lós r·zstos de la momia debícln ser trasladp:dos al Laboratorio del Museo para
el correspondiente análisis. ¡Adiós esperanzas! Mi propósito así como de!
Oficial de Investigacion'ss don ~anuel P. Lezama Ibañez, perito y especia"
lista en Dactiloscopia, r:espectivamente, que autorizados por el Director y
Sub-Director del Cuerpo de Invcstigación, Vigilancia e Identificación, señore;:;
Clodomiro Marín del Aguila y Augusto Rodríguez Martínez, habíamos acu-
di.do al Museo no solo con el objeto de pres'snciar la apertura, sino como
se ha dicho al principio, por algo más interesante: "examinar las yemas de
los dedos de las manos con el objeto da constatar si existía'n todavía, q
pesar de los siglos transcurridos, crestas papilares, o dactilogramas natura-
les", . vimos frustrados nuestros deseos. Fué un fracm;o momentáneo, pero no
perdimos las esperanzas; otro día seguramente coronaríamos nuestros an-
helos, nos revestimos de paciencia y fuimos tenaces hasta que conseguimos.
nuestro objeto ..
El día 17 de setiembre en compañía del Oficial de Investigaciones
Lezama Ibañez, interesado como yo en el asunto, nos constituímos en el
Mu;;so de Antropología. Expuesto a la Directora ,e l motivo que nos había
llevado, accediendo ella a nuestra petición, nos brindó' toda clase de facili.
dades; para el efecto ordenó al Sub-Director del Muse,o fuéramos atendidos.
Inmediatm::j:Cl1,te se nos hizo pasar al Laboratorio y el Sub-Director nos mos-
tró la cabeza y manos de la momia N9 352, siendo examinados con todo
interés y minuciosidad. El resultado del examen fué superior al que ' nos
habíamos imaginado, pues logramos obtener}o que deseábamos.
Aunque a nosotros no nos interesaba examinar la cabeza de la mo-
mia, pero dadas las particularidades saltante s que pNsentaba y que incitó
nuestra curiosidad, procedimos a tomar nota, estableciendo en esta impor-
tante parte del cuerpo, lo siguiente:
Cabeza de la momia NI? 352. - Sometida Ol examen s·a ' observó que
conservaba casi todo el cuero cabelludo; presenta signos de calvicie frontal
que s·e prolonga hasta el occipital. Conserva gran cantidad de cabello largo
en los parietales, siendo su color algo canoso. _
En la cara s.:~ estabieció que la cavidad <?rbitaria del ojo derecho
e'stá taponeada con algodón! pues exist,9 la fibra indicada. En cambio, lo:
del ojo izquierdo conserv<;! en el fondo restos de la membrana del globo
ocular ., La I!ariz está deformada, sobre todo ' la parte cartilmjinosa, qÚ9 pre-
sé'nta' una gran desviación hacia arriba y a ' la izquierda. El ' maxilar inÍ8-
iior, lad~ izquierdo; deJ.?luestra UIla fractura . que abarca casi todo' el hueso
partiendo dsl ángulo de la mándíbula hacia el mentón _ Fcd~an cooi ' todos
los dientes y muelas de este lado.
CRESTAS PAPILARES Y DACTILOGRAMAS . .. 71

Cabeza de la Momia No. 352 .

Prosiguiendo el examen en la parte que nos interesaba, o sea las .


manos, establecimos:
Mano derecha.-Crestas papilares y un dactilograma incompleto.-
En general la piel y músculos Bstán completamente disecados. Los d9dos
medi?, anular y auricular, aparte de que estaban unidos fuertemente unos
con otros por los músculos y tendonss disecos, estaba reforzada esta unión .
con una cUBrda delgada de algodón, s~tuación que impidió un examen
completo, pero se logró establecer algo. El auricular presentaba la epider-
mis de la tsrcera falange íntegra y disecada, pudiéndose ver ·quB las cr~stas
papilares en la parte visible de los s~stemas nuclear y marginal estaban
intactas, usí mismo se definió la categoríq: . del dactilograma, pues era un .
sinistrodelto, . siendo imposible determinar otros ' punto!'; característicos o im- '
portantes, tales como clase de núcleo y delta.
En los dedos medio y eUlUlar solo se pudo contar muy pocas crestas,
lasque 'por "la dirección que ' tenían, características.· del tipo . Sinistrodelto.
daban la idea d9 que también eran del mismo tipo del auricular, es decir:
I
F' REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI .

l· Auricular dere cho de .la momia .


I
E,inis·tl'odelto, llegando por consiguiente a la suposición de que la fundo:mentcü
y división correspondient·as al pulgar y los otros d·e dos, respectivamente.
eran: V 3 3 3 3.
Mar;.o izquierda: Un dactilograma.-Esta mano igual que la dere-

l
'.
cha, completamente disecada . Al examinarla se notó que el índice es-
taba incompleto, pues la faltaba desde la segunda falange, los otros dedos
estaban unidos a sus respectivas articulaciones, encontrándose también co-
mo los de la mano derecha as,sgurada su unión por una cuerda de la misma
fibra que la anterior, posiblemente para evitar que con el tiempo se des-
prendiera del metacarpo. Esta unión ti,sne mayor importancia en dicha
mano por ser pórtadora de un pequeño abanIco de totora y plumas de ave-s.
Igualment·e . se habían ~esprendido la ·epidermis y otros tejidos de las
yemas de los dedos con excepción de la del pulgar que se conservaba casi
íntegra. Este dedo y el índice con sus primeras falanges y por los costados
anterior y lataral externo, respectivamente, presionaban plumas de preciosos
colores y un abanico (vástago) en miniatura, confeccionado con totora y
que se supone tiene un significado ritual ornitológico.
La yema de lci segunda falange del pulgar que estaba adheridasim·
pleinente al resto de la mano, fué examinada cuidadosamente y con todo
interés, siendo óptimo el resultado obt,s nido, pues se est~bleció la existencia
de un ' dactilograma natural completo 'con sus sistemas: basilar, nuclear y
marginal. ' pues estaban nítidos y a simple vista se determinó el tipo al que
pertei'J..scÍa dicho dactilogramci:, era un peifectobidelto (presentaba dos del-
tas). -
CRESTAS PAPILARES Y DACTILOGRAMAS.... '13

Mano. izquierda .

Según el tipo establecido y siguiendo el ordan, por ser el pulgar, le


corresponde la 13tra V, indicando ésto que la subclasificac::ión es dicha le-
tra, induciendo esto con marcado fundamento a creer que la subdivisión en
esta mano es: 2 2 2 2, cuyo resultado y creencia hacen suponer y por las
reglas establscidas que la fórmula dactiloscópka de la momia Nq 352
haya sido:

V 3 3 33 V 2 22 2.
Da lo expuesto se desprende que dicha fórmula pertenece a las lla-
madas largas, por cuanto en los archivos, por la frecuencia con que S'8 pre-
senta da lugar a su aumento en forma sorprendente que obliga al operador
a simplificarla para hacerla manejable con facilidad.
Establecida la existencia del .dactilograma, se buscó 1a forma de apro-
vechar 10 mejor posible su impresión en papel, si era dable hacerlo, o tomar
directamente la re;:;pectiva fotografía. Lo primero fué imposible llevarlo a
~fecto, por cuanto la epidermis de dicho pulgar estaba completamente dise-
74 REVISTA DEL ' MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

Pulgar izquierdo .

ca, por lo que hubo nec3sidad de solicitar al Sub-Director del Museo, des-
prendiera el dedo de los pocos tendon-e s que lo unían a la mano, acto que
realizó sin :e l menor tropiezo . Lo segundo fué fácil hacerlo una vez des-
prendido el dedo, pero para el efecto y a fin de que se apreciara con mayor
nitidsz las crestas papilares, se aplicó una ligerísima capa de reactivo "Gí:is
Analítico" habiéndose logrado tal propósito con magníficos resultados, to-
mándose en seguida las fotografías necesarias, las ,que obtenidas en forma
perfecta, se procedió a realizar el trabajo técnico de Dactiloscopia.

Estudio del Dactil09rama Naturctl hallado '

_ Cqn:lO se ha . '~xpuesto, el dactilogramér ¿o~responde ' ql pulgar de la


mano' izquierda apreciándose con bastante nitidez; ex excepción de ,un pe-
q\lc,ñ6 sector del lado :dereclio, en la parte corr~spond¡;ente 'a l sistema nu~
éIe-,¿¡r, a poc:os~ilímetros "del delta derecho, que presenta ~olución de con·
tÍñuídad ci·ebido a desprendimiento ' de ' la epidermis, ' pero que casi en nada '
CRESTAS PAPILARES Y DACTILOGRAMAS . .. 75

ha influído para determinar con precisión el tipo, sub-tipo, clase de núcleo,


clase de deltas y ángulo cantro basilar, así como contar el número de crestas
cortadas por las deltocentrales izqui:srda y derecha, habiéndose establecido
que la primera corta treoe crestas papilares y la s·egunda siete más (7 +),
" siendo factible además seguir el recorrido de gran número de crestas ' pa-
pilares y determinar sus características' osténsi151es:
Del estudio en referencia S'e desprende el siguiente resultado de ca-
rácter técnico:
19-Reconocimiento del Tipo·.-Examinado el dactilograma y segúl1
el número de deltas, en el presente caso dos, se ha determinado por tal
motivo 29r de tipo Bidelto o Verticilo (V).
29-Reccnocimiento del Sub-Tipo.-Siguiendo el reconocido de la
limitante basilar y habi:sndo comprobado que se interna hacia el núcleo por
encima del delta dE',recho, se ha determinado que el dactilograma en re-
ferencia perteneos al grupo de los intradeltos (i).
39- Reconocimiento del Núcleo.- El núcleo se determina por la for-
ma de la figura que ostenta en el centro del sistema nuclear . En el pre-
SEnte caso se ha establecido que el núcleo es una pI'~silla saliente (P. s .)
49-Reconocimiento de los deltos.-El reconocimiento de los deltas
se efectúa examinando el punto en que se aproximan o confunden los sis-
temas papilares (nuclear, marginal y basilar\ y según la figura que forman
se determina el delta. En el caso expuesto, por ser Bidelto, se ha probado:
Que el delta izquierdo pertenece al género del hundido abierto total
(R. a. t.)
QU3 el delta derecho es un trípode corto superior (T. c. s.)
59- Reconocimiento del Angulo Centro Basilar.- El ángulo centro ba-
silar visne a ser el espacio comprendido entre la línea axial y la de Galton,
el espacio medido en grados da la clase de ángulo que tiene el dactilogra-
ma. En el caso estudiado, el ángulo en refer-sncia mide exactamente 88 9
De lo expuesto se saca como consecuencia la fórmula mono dactilar
siguiente:

V P.s. 13

88 9 B.a.t T.c.s.

Los dibujos papilares en los dedos que se mencionan y cuyo estudio


técnico se deja expussto están notablemente visibles, se ve que no hay
desgaste alguno de la epidermis, así como que no existen líneas blancas
ni que la senectud haya marcado sus huellas.
Como se ha comprobado los dactilogramas existsntes en las yemas
de los dedos auricular derecho y pulgar izquierdo de la momia N9 352, han
desafiado al tiempo y a los elementos destructores tal como la fauna cada-
vérica, lo que es un inobjetable triunfo para los métodos de embalsamamiento
RE~ISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

que practicaban en aquellos tiempos Jos pobladores de esta parte de Amé-


rica, habiéndose establecido qua fué superior a los que utilizaban los antiguos
.sgi.pcios en la momificación de sus muertos. También es un triunfo para la
Dactiloscopia, que en el presente caso, ha demostrado la perennidad de los
dacti"logramas con sus r'espectivas crestas papilares en miles de años. ..
¿El caso que S'3 expone será el único en que se ha establecido la
cons€'r vación de los dactilogramas en las manos de las momias? ¿Habrán
otros que superen esta primicia que se expone a la consideración de los
hombres de ciencia o '2specializados en la materia? Tal vez lo haya, pero
hasta el momento se duda que superen al que tengo el gusto de dar a la
publicidad.
Por otra parte ¿qué 'virtud o significado atribuían los antiguos al aba-
nico y pluma que pusieron en la mano izquierda de la momia N9 352? ¿Sólo
serían simples ofrendas funerarias? Es difícil contestar a, estas preguntas,
pero cabe la CT€·:;ncia de que tales objetos tienen algún significado mitológi-
co, porque hay que sacar consecuencias, de que como ofrendas funerarias
sonde' -€scaso -valor.
E'J. cuanto a los años calculados a las momias 'encontradas en la
Bahía de Paracas, se sabe que los arqueólogos en Estados Unidos d9 Norte
América habían establecido científicamente, según el carbón atómicoN9 14,
que tenían de 2,400 a 2,600.
Da las particularidades anotadas y 'sstudio técnico realizado se de-
duc€n las siguientes posibles consecuencias:
a) Que dicho personaje cuando se produjo su deceso tenía, más ()
menos, de 50 a 55 años de ·sdad;
b) Que puede haber sido un gran guerrero y que luchando sufrió fuer-
telhJolpes ' de 'maza u otras arrnasque 1-s· ocasionaron la pérdida del ojo de-
recho, ' desviación del lóbulo dé la nariz y fractura del maxilar inferior, lado
izquierdo.
e) Que los ciento cuatro presentes funerarios y calidad de ellos con-
firman la alta jerarquía del personaje en mención.
liNGUISTICA

Textos del Haq e- aru o Ka wki


J. M. B. FARFAN
Instituto de Estudios Etnológicos
Se:cóón Lingüística

O. Próloqo las que no ofrecen casi tal fenóme-


l. La Washwa y la Zorra no. Por consiguiente su fonemiza-
2. El Cóndor y el Zorro c'.ón o trascri.pción fonémica ha pre-
3. El Cuye y el Zorro sentado no pocas dificultades sobre
4. El Cóndor y el Zorro todo, si se toma en cu::nta, las varia-
5. El Cuye y la Vieja cione·s que sufre no sólo de un lugar
6. La Zorra y la Washwa a otro sino también de persona a
7. Autobiografía . persona. Cada informante es natu.-
ral y residente del lugar. Todos los
D.-Los siete textos siguientes son informantes saben leer.
parte de una colección más amplia Las vocales y muchas consonan-
que se ha reunido en varios viajes tes del haqe-aru tienen fonéticamen-
hechos al Distrito de Tupe, Provincia
de Yauyos, situado en el sud-oeste
del Departamento de Lima, en dife- (1) Este estudio. Se inició en relación con
nmtes oportunidades, de una a dos los estudios etnológicos de la Sierra Ceno
tral del Perú en 1945, bajo los auspicios
semanas, entre los años de 1945-
de la Viking Fund. lnc. de Nueva York.
1948 (1).
El kawkL o propiamente haqe-aru, (2 Se han ocupado sobre esta lengua Se.
(lengua del hombre, equivalente al bastián Barranca: Fragmento de una
qu::chua runa-simi), es comunm·e nte Gramática pam el Cauqui. "El Siglo".
conocido con el térmi.no cauqui. o Lima, Diciembre 19 de 1876. L . Villar,
D. G. Brinton, J. C . Tello, Villar Cór.
crcara (2). En nuestra colección he·
c1:>va y J. Jijón Caamaño se han refe·
mos r·acogido los dos únicos dialec- rido en sus trabajos siendo el último el
tos que quedan en Tupe yen Ca- que da mayor espacio (m "El Ecuador
chuy. lnterandino y Occidental antes de la
El haqe-aru es una lengua de es- Conqubla Castellana", Quito, 1943, T.
III. J. M. B. Farfán: Tupe. Revista del
tructura fonética que pres·enta más
Museo Nacional. Lima, T. XV. 1946.
racimos de sonidos que las lenguas Viaje a Tupe. Revista Cultura Perua·
andi.nas del aymara y el quechua D.a, Vol. X, N9 42: Lima, 1950.
78 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

te sus equivalentes castsllanos,ex- mipha nunkuna. (10) Ch'ipukunaqa


eepto en las vocales se usa la 'w y halishki nunkutha haptkitpatkya ish
la y por sus valores semivocales. makya watcb:w,9:qd ;'kat.kikY~~ ·S~l).
Eh las consonantes aparecen las o- Watchwaqa ish ch'ipkunaushqa
clusivas aspiradas ph, th, chh, sh, ñamki patchya warq'otha, ukatqha
kh, qh Y las glotizadas p', t', ch', k', ayurki anprapna nunknuriru. 12.
q ' . Se nota también el retroflejo sr Ukatha atuqo uktqkye, tashkushu
y glotizada t'r; así mismo la dental- nunkupha watchwatha, maki qay-
palatal glotizada· kh' : Abundan ~os , llapnukha, .(13) 'Thakna patchyeqll
racimos fonéticos: tch, tm, tchq, qaEayki sukha samap. Atuqo saki
tchs,' kqh, 'ldhw~ ktp', ktw, ktph, kptk, ch'pkuna qhatriptkye. (14) Aqphru
kpshq, .qth w; ll1<:tk,llt', lrsh,sh pt. st', purqhoshuqha atuqoqa may ampra-
smn; ékch, s"tr. skthw, rsk, wnm, wkt. pha ayurki yaknusptatkye ch'ipqay-
. nkph, nkw, nps, nshq, ych, yt'. Se J.Hphru. OS) Patchyeqa suqhorki an-
usa la laríngea h . 'La uvular atenua· prapha. "Q03 Jaqawki ch'ipkuna!"
da ' x se nota más intervocálicamen.. . saki atuqo .. (-l6) Nunkuna simipha
te. Las sonantes b, .d, ' g, aparecen ishi'ripanqa i1lki lJ.unkupha waptas-
por la influ:ncia del español . kata waruq'o. (17) Phiñayphiña atu-
qo. uktqkye · chakiri watchwa. (18)
1.1.-La Wa~hwq:y fa Zorra (Infor-
Ukatha chakuwi anthratkutkye, aki-
mrmte: VicenteCasa~ova, de Tupe).
wi . phiqotma. (19) Atuqo umqa-
(1) May atqowa puriwi may pampa-
akiwi phiqotma. (19) . Atuqo umqa·
ru uk.n. tinkusptawi anthrqtra ch'ip-
llawi umki qotratha sakushu, "\l\Tihí-
kuna walnaqarqaykata. (2). Atqo-
chkthwa" . . (20) Atuqo umki, umki,
qa sawi ~h'ipku_nxa: "Humkuna
umki urna. Ukatqa p'atrki phutrak
phoqryarqarintakye' nunkunru ' ir-
pha . .Ukmawa wikch'ishki aru ato
tanru?" (3). Ukatqa ch'ipkunaqa hE;ll-
qoqa.
rurqayawi nunkunru. Atqoqa katu-
. wiisht'ushu shimip nunkunqa (4). 1 .2.-Traducción IHeral .
Ukatqa mawqhe apshushu ch'ip- ' Una zorra llegó una pampa-h a-
lmnxa yamkiri qayllptakye (5). Tha- ci.a donde encontrárons3 mUChO[3
kinqa tinkuwi watchwaushqa. Atu- pája ro.s revoloteaban-que. (2) Zorra-
qo maqchiwi watchwatha yanishu pues dijo paJaro :;-a: " ¿Vosotros
illnupstaki nunkp sakushu. (6) "Hani llena r-si-podríais hacer costal-mi-
aphramatakye, akan.a utkye anthra- hacia traja-que?" . (3) En-seguida
tri qoskuna". (7) Atuqo ishkatkha- pájaros-pues entraron costal-su-ha-
nushptakye, aruwi thakitha amuru- da. Zorra-pues aga rrólos cerra n-
kitkye nunkun.n.a? Watchwaqa do boca-su costal-del . (4) Enton-
saki: (8) "Amurukiwa". Mayatskha ces fués·9 cargando pajaritos-a
asqptkye atuqo, "Amurukitkye nun- hambriento hijos-suya-para. (5) Ca-
kun.a?" W) Watchwa saki: "Amuru- ' mino-suyo encontróse washwa-con
kiwa". Ukatha atoq hayptipanqa zorra-pu 3 s pidió washwa-da ayuda
qaqyaana, watchwaqa ishi'arki shi- viera-para-que costal-suyo diciéndo·
1. Phoqyarqayrintakye . si podríais llenar.
TEXTOS DEL HAQE:ARUO KAW A y 79

le . . (6) "No de¡;;taPar~vas, . aquí hay sus hijos hambrientos . (3) En ESI r:0.-
bastante cosas". (7) Zorra-pues, no- mino se encon:t;ó éOll la wtxshwa. L:::.
agarre-para-que, llamó ' '. ~amino-deJ zorra le pidi6 'u'I} favor d= la wash-
' " cóm;-está costabmío?" Washwa- wCx para que . ie cuid~r'a su costal.
mies cont=sta: (8) "E~t6-bien". Otra- diciéndole: "No vas a~prirlo; aquí
~éz vuelve la zorra, ,; ¿ Cómo~está co~~ hay muchas cosas" .. (4):Lq zorra le
tal-mío?". (9) Washwa contesta: "E"; llamó ' (Qtr<;:r v~z) . dei cami"'no para
tá-bien". Cuando zorra- desaparece
que no manOSee (diclendo) cómo es-
'cerro-detrás, abre washwa-pues bo-"
taba su costal. (5) La washwa le con-
ca-suya costal"del. (10) Pajaritos-
pues . salen costalcdel volando no testa: "Está bien". Cuando la zorra
pu·sde washwa-puesagarrarlos. (11) desaparece detrás del csrro, la .·..,as·
Washwa-pues sin pájaros-pues reco- h.wa a.bre la bOCia . dalcastal. (Enton-
ge espino waruq'o-de', mete , mano-su- ,ces) los pajaritos salen. volando del
con -costal-hacia. (12) CuaD:do zorra- costal ,y la washwa. no puede aga-
pues regresa, .recibiendo costal-suyo rrarlos.. (6) La washwa recoge espi-
washwa~de vase hijos-su yo-donde . nos de waruq'o. en Jugar de los pá-
(13) Camino~en '6 ¡'pino-pues comien- jaros y los mete dsntro del costal .
z.a hincar espaJda. ,Zorra dice pája. Cuando . la zorra regresa, recibe su
ros ·arañarl=. (14) Cuev~ llega-cuan. costal de la washwa y se va donde
do ' z(Jrra-pues ' unq mano-su-de meh3 sus hijos .. (7) En el camino los espi-
dar-para paja'rltos-hijos-sus-para. (15) nos comien;mn .a hincarle la espal-
Espinos-pues meten manos-suyas . da. La zorra cree que son los paja-
"Qué bravos-están pájaros! "dice ritos que le arañan. Cuando llega
zorra. (16) Costal-del boca-suya abre- ·a su cusva, meta (en el costal) una
cuando ve costal-suyo lleno-estaba
de sus manos para. dar a sus hijos
"warua'o". (17) Cólera-mucha zorra
los pajaritos. (8) Los espinos entran
re:gres~ buscar-para washwa. (18)
a sus manos . La zorra dice: "Qué
Después buscó-le varias-veces,en·
bravos están los pajaritos". Cuando
contróle medio laguna. (19) Zurra
abre la boca del costal ve que es-
agua-comenzó ,beber laguna-de di-
taba lleno de (espi nos) de waruq'c.
ciendo, "Termino" . (20) Zorra bebe,
Colérica la zorra regr9sa e.n busca
bebe, bebe agua. En-esto revienta
de la washwa. (9) Dsspués de una
.sstómago-suyo. Así termina día zo-
larga búsqusda, le encontró en ma·
rra-pues.
di.o de una laguna . La zorra comen·
1 .3.- Traducción Libre. zó a beber el agua de la laguna di-
Una zorra llegó a una pampa don- ciendo: "Voy a terminarla" . La zo-
de se encontró con muchos pájaros rra bebe, bebe y bebe. Cuando be-
qu; revoloteaban. La zorra dijo a los bía revienta su estómago . Así la zo-
paJaros: "Vosotros podríais hacer rra termina sus días.
lla.nar mi costal que he traído". (2)
En seguida los pájaros entraron a l 2 . l.- El Cóndor y el Zorro.- (Infor-
costal. La zorra (entonces) los agarró mants: Vicente Casanova).
cerrando la boca del coslal. Luego . Mishuru a tuqo tinkuwi kuntriush-
se fué cargando los pajaritos pare: qa. Atqoqa munawi kuntriushqa qa·
80 . REVISTA DEL MUSEO NAcIONÁL.- TOMO XXI

chuirpha qanqshuyariwki p'aqella cóndor (para ver) cuál de éllos po·


aruma qasipsanna. (2) "Hak.kiriqo: dría permanecer encima de una ne-
ap's kama hiwatqa palski", kuntri sa· vada toda la noche. (2) El cóndor di-
wi. (3) Panpha wishk.ki qasipsaria. jo: "El que sobreviviera hasta el ¿,a
ru. Atqoqa ikichki at'urushu atch'~ siguiente lo comería al muerto". Los
ksan.na may uthrunsuñ.na. (4) Uka· dos subisron a la nevada de una
tha kuntriqa uksananqa kakapha ik- puna. El zorro se acuesta sobre el
tatushu kayupha aynoqki. (5) Amu- frío (hielo) escarbando un hoyito pe·
raruma atqoqa saki kuntirqa: "Kun- queño. (3) El 'cóndor S-9 pone más a-
tir cumpari, ¿atch'iktamki?" (6) Kun- rriba con sus alas abiertas sobre sus
tri.qa saki: "Ishawa .ach'ik kutuki". pi.es . A le media noche el zorro le
(7) May ratupqa ashqki kuntriqa atu- dice al cóndor: "Compadre Cóndor,
qa: "Cumpari atuqo, ¿atch'iktamki?" . ¿sientes frío?". (4) El cóndor le con·
(8) Atuqoqa mukchatkasa saki. Qan- testa: "(A mi) no me da frío" . (Des.
qshupanqa kuntriqa illki atuqa cho- pués de) un rato le pregunta el cón·
qtatatha hiwatha qasipsa.na. dor al zorro: "Compadre zorro,
¿sientes frío?". El zorro apenas le
2.2.-Traducción literal. contesta. Cuando amanBce el cón-
dor ve al zorro ·e stirado y muerto en-
Todo~día z~rro encontr6se cóndor- cima de la nieve.
con. Zorro-pues deseóle cóndOr-CO!l
S . l.-El Cuye y el Zorro.- (Infor·
cuál-de-éllos .amanecer-podría no·
mante: Vicente Casanova),
che-toda noche nevada-encima. (2)
Viviera· el- que día-siguiente-hasta Mishuruwa tinkuwi atuqo k'uiyt-
muriese-pues comería", cóndor dice. chiushqa may qaqna. Atqowa katu-
(3) Ambos suben nevada-puna-ha- wi k'uiytqa sámatha palnusptaki .
cía. Zorro-puesacuestase ·e scarban- k'uitchuxa' sawi atuxa. "Hani hayt·
do frío-sobN un chiquito-hoyo (4). chkutakye, pansa hira aqheru khu·
A.hí-de cóndor-pues más-arriba ala wankiwa, yan.n.a yaknushuntaki
abriendo pies-suyos pone. (5) Media- k'uiytchu antchaqaxa" . (2) Atqoqa
noche-a zorro-pues dice cóndor-a: ant;ushuwi. k'lüytchxa katutha irp·
"Cóndor compadre", ¿f~ío-estás-de? nushptaki qonchapnukha. Ukatxa
(6) Cóndor-pues contesta: "No-me k'uiytchuqa halruw). uthrunsaru ha-
frío da". (7) Un r.<;;to-pues pr.~gunta ypta:wi. Atqoqa haruqawi naray·
cóndor-pues zorro-a: "Compadre zo· kushu. K'uiytchu antchaya haypta.
rro, ¿frío-estás-de?" (8) Zorro-pues wi. (3) TJkatha ant'ushuwi atoq na·
despacio-nomá s contesta. Amanece- raykiriru, qaluña uksanatha qaqa.
cuando cóndor-pues ve a zorro-a es· tha. K'uiytchu arki atuxa sas hu qa-
tirado muerto nieve-encima. qawa halki. Saki atuxa katnushp·
takye qaqa. (4) Ukatha k'uiytchu
2. S.-Traducción Libre. mawi ayiri lluq'a, chaqlla katnush·
ptakye. Atqoqa katkushuwa haruy-
_ Un día un zorro y un cóndor ::'3 qawi qaqha, ukatha k'uiytchu maw·
~mcontraron .El zorro le desafió al qhe akiskamaya.
TEXTOS DEL HAQE-ARU O KAWAY·

l.-Algunos informantes no precisan po. (3) Luego el cuye, de encima de


ha laríngia de la -xa velar leve y. una peña, le soltó piedrecitas al zo-
de la -qa velar sorda. Si no hay rro que esperaba . . El cuye le grita
uniformidag. en esta trascripción es al zorro diciéndole que sostenga a
debido a esta causa. . la peña. (4) Mientras el cuye iba a
traer palos y madera para sostener.
3.2.-Traducción literal. - El zorro se qusdó · agarrando la pe-
ña y el cuye se va hasta hoy día.
Un-día encontráronse zorro cuye-
pues un cerro-en. Zorrocogióle cu- 4. l.-El Cóndor y el Zorro.- (Infor-
ye-puesespalda-de comerlo-para. mante: Ruperta Vilca de Casas, de
Cuye díjole zorro-al. "No mates-me, - Tupe).
ambos vamos juntos-cueva-hacia
allá-está, compañero-mío entregar- Kuntiriqa atqhosqawa mawata.
para cuye fuerte-más". (2) Zorro- -"Qachuirskasa amurkCUlÍl.awatna?
pues soltóle cuye-al agarrado (pri- Humakimna, nakyemna?" Sashum-
sionero) guiarle-para hermanos-su- na mawata may qaqsana wanwana
yos-donde -. Entonces cuye-pues en- hach'ik.kiri. (2) Uñsanaru wiskhusu-
tró hueco-hacia perdióse. ·Zorro-pues qa panpha, q'oqnuqowata: "Qatch-
quedóse esperándole . Cuye mucho- wirismna ach'ikptushtuni?"; sawim-
tiempo desapareció. (3) En-seguida na atqhoqa. Quntiriqa sawi: "Illta-
soltóle zorro que-esperaba, piedr-eci- nilli shumiyawashi armantha, han-
tas de-encima peña-de. Cuye llama wamata hamastaki chuchart'ata".
zorro-al diciéndole cerro-se cae. Di- (3) Atqhoqa, "Ishawnaqa hach'i ku-
-ce zorro-al agarrar-para peña. (4) tuki", sawimna, Kuntiriqa, "Hiwn-
Mientras-lanto cuye iría traer-a pa- - manqa paliskimawa". "Nikhaswa,
lito sostener-para. Zorro-pues quéda- paliskutaqa, sawimna atqhoqa . (4)
se agarrando peña-a, de-ahí cuye Sashumna ·khuna akna q'oqnoqor-
fuése hoy-hasta. qayawi . Atqhoqa - iclÍhuña aynqo-
shu; uriqna pasawi. Kún~iriqa kaka-
3.3.-'-Traducción libre . pha iktatushukayupsha ayllch'awi.
(5) Kuntiriqa askiwi: "Ach'iktamki?"
Un día se encontraron ·e n un ce- atuqa. Sapanqa "Alalankichu?" sa-
rro un zorro y un cuye. El zorro le wimna atqhoqa: "Humaqa, kuntiri,
ccgió al cuye por la espalda para qamshachawktasa?" "Qoñi, qoñi"
comerlo. El cuye le dijo al zorro: sawimna kuntirica. (6) Ukmacham -
"No me mates; vamos los dos jun- na ik.ruwira. Illtatshuqa askiwqhes-
. tos a la ·cueva para .e ntregarte mi kha atoq.qa sashumna: "Kuntiri,
compañero cuye más gordo". (2) El hunt'chawktaki?" "Qoñi. qoñi, Hu-
y
zorro ·le dejó al cuye se hizo guiar maqa?" sawimna. (7) Kuntiriqa "Ala-
donde ·sus hermanos. Entonces el lankichu?" sawimna atoq;qa. Ikru-
cuye entrando por el hueco se per- watarkha. Ukatqa kuntiriqa askiw-
dió .. El zorro quedó esperándole. El qhesqha atoq-qa; iskasa arskatakye
cuye desapareció por mucho tiem- atuqoqa. (8) Kuntiriqa sayptawata.
' &2 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-=-TOMO XXI

ill.illrawata: hiwaskata; "Ishakya- mismo". Diciendo terminó zorro-al


aka hiwatarqa? Ishaq naaqa mu- cóndor-pues. Antes asÍ-fué ,
nautkiakmaqa; munwatha. (9) Kik-
pha akhama tukuwi. Naq paliskthu- 4..3.-Traducción libr::l
..wa akiskhawa". Sashumna palrshu-
wata atoq.qa kuntiriqa. Hayasqa (Un día) un cóndor y un zorro fue-
ukmawatamna. ron (a desafiarse dici~ndo): "¿Cuál
de los dos es el más fuerte? ¿Se-
4.2.-Traducción literal. rás tú o yo?". Así se fueron 'enci-
ma de un cerro donde hacía mucho
Cóndor-pues zorro-con fué, "¿ Cuál- frío. (2) Los dos subieron encima y
ambos bien-hombre-más-es? ¿Tu-se- se s·entaron ; El zorro dijo: "¿Cuál
rás, yo-seré?". Así fuéronse una pe- de los dos senti.rá niás frío?" El
ña-encima bastante frío-hace. (2) En- cóndor le contesta: "Vamos a ver
cima-hacia subieron-después ambos (los resultados) mañana ' qué bonito
. sentáronse: "¿A-cuál-ambos frío-no!':- apa recerás; has de aparecer coniple-
hará?", dijo zorro-pues. Cóndor-pues tamente seco". (3) El zorro le dice :
dijo: "Vamos-a-ver bonito será ma- "A mi no me hace frío". El cóndor
: ñana; paracerás completamente se- (1.e responde): "Te he de comer cuan-
co". (3) Zorro-pues, "No yo frío hace- do ' mueras". El zorro le dice: "Está
me", dijo, El cóndor, "Mueres-cuan- bi.en; me comerás". (4) Al decir (así)
do éomeréte". "Bueno-puas. come- ::,e sentaron en cuclillas acá y acu-
rasme", dijo zorro-pues. (4) Diciendo llá: El zorro se puso pajita y se ten-
allá, acá sentárons·a-en-cuclillas. Zo- dió en el suelo. El cóndor extendió
rro-pues pajita puso; suelo-en pasó. sus alas para envolver sus pies . (5)
Cóndor-puas ala-suya extendió pies- Preguntó ·al cóndor al zorro: "¿Sien-
suyos envolvió. (5) Cóndor-pues pre- tes frío?" Cuando dijo al zorro
guntó: "¿Frío-hace-te?" zorro-pues. " ¿Hace frío?" (este a su vez le pre-
Dijo-cuando" ¿Frío-hace?" dijo zorro- gun tal: "¿Cómo estás tú, cóndor?" .
pues: "¿ Tú, · cóndor, cómo-estás?". El cóndor le contesta: "Caliente, ca-
"Caliente, caliente?" dijo cóndor· liente". (6) Así durmÍeron todavía.
pues. (6) Así-nomás durmió-todavía. Cuando ds spertó el cóndor le pre-
Despertó-cuandopregun tóle-otra -vez guntó: "Zorro, ¿estás calient·e ?" Le
zorro-pues diciendo: "Zorro, ¿calien- contesta: "Caliente, caliente . ¿Y tú
te-estás?" "Caliente, caliente. ¿Tú- cómo estás?" (7) El cóndor (otra vez)
pues?" dijo. (7) Cóndor-pues "Frío le pregunta al zorro: "¿Sientes frío?"
tienes?" díjole zorro-pues . Durmió.. Continuó durmiendo (el zorro). 'Des-
todavía. Después cóndor-pues pre- puésel cóndor volvió a preguntar
guntar-volvió zorro-pues; no-ya ha- al zorro; éste ya no le contestó. (8)
bló zorro-pues . (8) Cóndor-pues le- El cóndor se levantó y vió a su al-
vantós'e, vió:allá-acá: muerto-estaba. rededor que el zorro estaba muerto.
"¿No-este-todavía ha-muú to? No (Se pregunta el cóndor): "¿Estará
yo-pues quise así-pues quiso. (9) muerto? Yo ~o quise que así suca-
Mismo así sucedió. Yo como ahora:. da. (9) El mismo buscó· la ocasión.
TEXTOS DEL HAQE-ARU O KAWAY 83

Yo le comeré ahora mismo". Dicien. qa munktapsa?" "Hayrt'u munkta;


do ésto el cóndor 10 terminó de co- · ukshar hiwanqa". Sapanqa nigrak.
mer al zorro. Esto sucedió así anti· qa maliwata harpariri, violinarirL
guamente. Ukaariri mapanqa, k'uiytchuqa ma-
wqhata utist'urushu. (9) Ukatqa nigra
5 . 1 _-El Cuye y la Víeia.- CInfor- apkaqa puríwqhata ishamna utkata-
mante: Ruperta Vilca de Casas). kye k'uiytchuqa: mawqhatamna.
Ukatqa apsaqa tinku.uqhata: "Aki-
Akmawatawa hayasqa k'uiyt- shqa qamshachawktanasahumaush.
chu. May nigra apakna yapupna qa?". (lO) "Qowasa nllrtumata?
sandilla palirimna makna. May mi- Akanktwa!", sawi k'uiychuqa . Ap-
shuruaa k'uiytchuqa ·· palimawata qholluywata. ~ 'May paranxa 'a kap-
sandUla _ Nigrapkaqa may sawihaa- . ma utanru", sawata nigraqa. "Qa-
ma nurwata may bría saynqoyawa- shilli", sawata k'uiytchuqa. (11) A-
ta haqkama. (2) Ukatqa k'uiytchuqa khama haqsqa apanqashi. Chimptut-
naql'rar.iwata bria pik-t'rir.wata ka- milli", sawata k'uiytchuqa. Apkaqa
yupna. Ukatqa may enpama yak- hakatwata aptayiri; hakatchuqa ik-
wata; pikl'riwataski; maysknakl'ra- thapaywata k'uiytchuqa, hamastaki
wata; mayskha lapaswata _ Ukapsa ñinqshuywata. Ukmawa nurwatt;t
pikt'rawataskhawa. (3) Ukshacham- k'uiytchuqa hayasqa.
na k'uiytchuqa sawi: "Ant'ushutma!
Qowasanaushqa munkta? Akathishi 5.2.- Traducción literal.
ant'ishishkta hiwaykimawa". Saki-
panqa nigra apkaqa puruimna. "Hu- Así-fué antes cuye. Una negra
muwaqtaqa sandUlanqa palkiriqa_ vieja chacra-en sandilla comer iba.
(4) Akish.humaqa! Ukshachawa, Un todo-día el cuye-pues comer-fué
nawshqauktawa _ Kuskuswaqtaqa sandilla. Negra-vieja-pues un espan-
humaqa! Akshaqa akchat nariut- tajo hizo una brea parar-hizo gente-
ma", sapanqa k'uiytchuqa . "Hiw- hasta. (2) Después cuye-pues patea-
kin_nqa, illt'ismashinqa, yakyeyan.a do-había' brea pegado-había pie-en-
ashaqa", sawimna k'uiytchuqa . (5) su. Ahí una mano (puñ·ete) dió pegó.
Ukatqa n'igra apkaqa sawimna: "Qo- se-también; un-tropezón-dió; otro la-
wasa munktatarqa? Man.illi maya po-dió. Eso-también pegóse-también-
hunt'ruma ma.n.ampsa aylliptayin_ (3) Ahí-de cuye-pues dijo: "Suélte.
a", sawimna nigraqa. (6) "May illt'- me! ¿Qué-cosa-conmigo quieres?
ismashin, pall' ayasma, ukwa mun- Aquí-de suelto-me-si mátote". Cuan-
uktha naqa", sawimna k'uiytchuqa. do-decía negra vieja-pues llegó. "Tu-
. K'uiytchuqa, ukhamsapanqa, walilli fuiste-pues sandilla-mía comía-pues
hakyayt'amata, nigrapakqa. Maw- (4) i Ahora-tu! Ya-te-9ncontré con-
imna apkaqa . (7) May antch' aqtch' a migo - estás. ¡Bien-bien-fuiste-pues
phakna umayllawata k'uiytchu nu- tú-pues! Hoy-pues aquí espéra-
ch'ushunushptaki. Ukatqa ayllitha me", dijo-cuando cuye-pues: "Mue-
. umxa ichhusu uktwata k'uiytchuru_ ro-cuando conocidos-somos saber-
K¡uiytchuaa sawataskha: (8) "Hayr- yoy-a-hacer ·hoy-pues", dijo el cuy e-
..84 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

pues. (5) Despué:J negra vleJa-pue~ . tada a la brea (en la que) se pe-
dijo: . "¿ Qtié~cosa quieres-todavía? , qaron sus pies; Después le dió con
Irémeuna caÜsnte-agua ' voy-~iqtlie­ una mano un puñete; también S'8 le
ia hervir-hacer", dijo negra-pues. (6) pegó; le ha dado una patada, y otw
"Un conocido-mío, comer-dar, eso lapo. Estos también se le pegaron.
. .qui.siera yo", . dijo cuye-pues. Cuya- (3) Entonces el cuye le dijo: "¡Suél-
pues así-dijo-cuando, va-ya anda- tame! ¿Qué cosa quieres conmigo?
c:ocina negra-vieja-pues. Fuése 'viOl- Te mato si me fluelto de aquí".
jg:pues. (7) Una grandísima olla Cuando decía ésto llegó la vieja (y
o o

agua-hervir,hizo cuy,e pelar~para. DS) le di.jo): "¡Tú has sido'el que comía
ahí hervido agua llevando vino cu- mi sandilla! (4) Te encont!aste con·
o

y~-hacia. Cuye-pues dijo: (8) "¡.Bai- migo. ¡Qué bueno habías sido! Es·
o

lar qui.eres-todavía?". "Bailar quiero. pérame aquí ahora" .EI cuye dijo:
después morir-voy". Dijo-cuando ne- "Ya vso que vaya ser muerto hoy".
gra-pues fuése arpista-llamar, violi- (5) Luego la vieja negra le dijo:
o

nista-llamar. Eso-llamar fué-cuando "¿Qué cosa quieres aún? Voy pues


cuye-pues fués·e casa-abriendo. (9) a hacer hervi.r agua". (6) El cuye di-
.Después negra vi:ja-pues llegó no . jé·: "Quisiera que me dieras de co-
(dice) había cuye-pues: se-ha-ido mer algo que me gusta". Cuando
Después mañana-mañana encontró- dijo así el cuye, la vieja negra se
ee: "¿Hoy-pues cómo-estamos conti· fué a la cocina. Se fué la vieja . (7)
go". (10) "¿Qué-cosa harás-me? Ha hecho hervir agua en una olla
¡Aquí-estoy!" dijo cuye-pues. Car- muy grande para pelar el cuye.
o

gq¡~h.izo. ':Un batán carga casa-mia- Luego vino hacia el cuya trayendo
o

hacia",_ ?ijo negra-pues . . "Acepto" agua hervida. · Dijo al cuye: (8)


dijo cuye-pu·ss. (11) Así-estov-ya " ¿ Quieres bailar todavía? (El cu ye
qente~pues, cargaré. Levántame-a-
o o
conl::3ta): "Quiero bailar (primero),
espalda", dijo cuye-pues. Vieja pues después moriré". Cuando dijo esto
acercóse levantar-para; acercándo - (el cuye), la m'gra E,e fué a llamar
se aplastar-hizo cuye,pues, comple. al arpista. Mientras se fué a llamar,
tam3nte despachurró. A3Á hizo cuve- el cuye ~e escapó abriendo la casa.
pues antes. (9) Dícese que cuando regresó lo
vi.sja ya no había el CUy2: se había
l. "Sabía dar patada". ido. A. la mañana siguiente se en-
contraron. (La vieja le dijo): "¿ Có-
5 . 3.-Traducción libre. mo estás ahora?" . (10) El cuye le
contesta: "¿Qué me vas a hacer?
.Así sucedió antes acerca del cu- i Aquí me tienes!". La vieja le ha
ye. Este fué a comer sandillaa la hecho 'caJ;:gar un ' batán dicien'do:
chacra de ·una vieja negra. Un díd "Carga un batán a mi casa". El cu,
se fué a comer la sandilla. La vie- ye le dijo: "Acepto llevarlo. (1) Ya
ja negra hizo parar un espantajo de que me hallo entre- esta das'e del
o o

brea parecido a un hombre. (2) gente, · cargaré pues. - Ayúdame a


o

Cuando vino el cuye le dió una pa- cargar a la espalda". La vieja se


TEXTOS DEL HAQE-ARU O KA W A y 85

acercó para lsvantar (el batán); (lue- 6 . 2.~Trdducdónliteral:


go) le hizo aplastar completamente
daspachurrando al cuye _ Así le su- ' Antes la-zorra-washwa-coI1 así hi-
cedió antiguamente al 'c uye . zo. Lci-zorra todo pájaro reunió un
costal-para. (2) Después llenar-ha-
6. l.-La Zorra y la Washwa.-CInfor- querido buscar fué. (3) Washwa-co-
mante: Ruperta Vilca de Casas) . madre-suya llegó costal abrir-para_
Todos fueron ave-pues'_ (4) En-segui-
Hayasqa atqhoqa (l) watchwaus. da zorra-pues Usgó. "¿Quién-esto hí-
qhaqa akmamna nurwata. Atqhoqa zome (5) ¿Qué-cosa hijo~mÍo-pues co-
ukhapha ch'ipha shuntapwata may mer-hago?" dijo la zorra-pues _ (6)
cushtlaru. (2) Ukatqa phuqaymun- "Esto hÍzome washwa-comadre-mÍa.
wata chakriskha 2 mawkhata. (3) Wa. Donde-quiera encuentre hoy-pues.
chiw-cumarpqka purwata cushtal
v-ará. (7) Voy laguna ver-a". Así
phas_skatriri. Ukpha mawqhata ch'i-
diciendo fuése laguna-hcicia. '(8) Lle-
piqa. (4) Ukshara atqhoqa puriw-
gó-cuando washwa comadre~suya,
qhata. "Qachasakha. nuruutu (5)
ahí paradita-estaba. "¿Qué ciquÍ-has
Qowasashaqa qayllanqa palu.ik-
hecho-ms comadre?" díjole. "¿Qué-
ta?" r:awata atqhoqa. (6) "Akqha
cosa-nomás' comer-hago hijo mÍo-a?"
nuruutu vyachiwcumarinwa. Kawin
psa aq.thwa akisqa, sanpacha _ (7) (9) Llenar-haga confórme" _ . "¿ Qué
Chika qotrna illin.in.a"3. Ukham harasma, comadre?" dijo washwa-
sashumna mawi qotraru. (8) Purki- pues , (10) Después así diciendo vo-
panqa watchwa cumarpqa, ukamna ló laguna-me dio-hacia . Después vo-
q'oqkata_ "Qowá~ akshak nuru uta·, ló-cuando zorra-pues beber-comen-
' qa, cumari?" sawimna. "Qosicha- zó laguna. (11) Después llenóse zo-
sa palu.iktaqayllan.a? (9) Phuqae- rra barriga-suya agua-pues. (12) An-
qma kikcbapha". "Qowas irshut- tes-ds-que beber-comience ahí-de (la
mata, cumari?" sawimna watchwa- baniga) reventóse. (13) Así fué an.-
qa. ' (10) Ukshachamna ukham saa- tes washwa-pues zorra-con.
'shqa haaptawi qotrnuriru. Ukatqa
haptipcmqa atqhoqa umqallyawi qo- 6.3.-Traducción libre.
tra . (1) Ukshachamna phuqawi ata-
qna chimpru umaqa _ (12 MakirpsCl Antiguamente ha sui:::edidó a la
umwaqklpna ukshamna p'atriwi zorra y a la washwa de la siguien-
(13) Ukmawatawa hayasqa watch- te manera: la zorra reunió a los pá-
waqa atqhosqaqa_ jaros en un costal_ (2) Después de
llenarlo ha querido ir a buscar (al-
go más). (3) (AquÍ la zorra deja el
l. qa, es una incIÍtica equivalente costal con la washwa). Su comadre
a pues y a vecas es un sufijo wm:.hwa ha llegado a abrir el cos-
de acusativo, se traduce en ve- tal. Todas las aves se escaparon .
ces por un artículo d3termi- (4) En ssguida la ' zorra volvió. La
nado. zorra ha preguntado diciendo:-
2. Kha - volver_ 3. Ver al instante: "¿Quién ha hecho ésto? (5) ¿Qué
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

cosa voy a hacer com3r a mis ch'amkasa purqkahtha~ tatanqa ar-


hijos? (6) Esto ha hecho mi comadre kutna . (4) Ukatqa -maqkahtha waka·
waE.hwa-...Ahora verá cuando la e~· mu bihuelan ayshinna. Panyan.n.
cuentre. (7) Voy a verla a la lagu· ishqa_arumqa cantpaykantha sipas-
na". Diciendo así (la zorra) se fué kuna. Mampqa halskna qalaushqa;
a la laguna. (8) Cuando llegó su co- irshushu w6:iptaykushtna ' ukhasa.
madre estaba paradita allí. (La zo· Arapaskna, "Qowasakna hayrpayk-
rra) le dijo:- "¿Qué cosa me has he· ta" ¿Qachiukasa? (5) Qalanwa hay-
cho comadre? ¿Qué cosa voy a ha- chkima mayatskha hayrqthaqa".
cer comer a mis hijos?" (La wash· Ukatqa ukyaqha maqkahtha. Isha-
wa contesta:) (9) "i Hágalos llenar co- vid. cantkahtkye haqarunka castilla·
mo quiera! ¿Qué me has de hacer. nunwa.
comadre?" (10) Diciendo esto voló en '
medió de' la laguna. La zorra, al Sursalitu, sursalitu,
ver volar (la washwa). comenzó a be- Qu~ bonito cantas
ber la laguna .(11) La barriga de la Saltando y bl,'incando
zorra se llenó de agua; (12) Cuan- En el ahuasiru.
do tomaba más (agua) se le reven-
tó la barriga. (I3) Así ha sido an- Eses tus piquitos
tes el cuento entre la washwa y la Forman 'melodías,
zorra . . - Trinos tan preshusus
Para mi consuelo.
7. l.-Autobiografía.. - (Informante:
Pablo Payano, de Aysa). - 2.-Waka awtiri maqkahtha uruqa
qonchanshqa Nimuchu. Ukatqa
Naqa yuriutha bintinuybi agustna maqkahtha ch'iwriri ichshurF chi-
mil-nubishintus-dusi. ÍVIamanqa Go- wa ñihlloqsanatha. Ichkahtha utan-
genia Milgariiuwanwa; tatanqa ru uyunushuntaki; paxa, kimsa uyu-
Muysis Payanuwanwa. Suht watat- kahtha. Hakshuykahtha, alishkah-
qa iscuylaru mautha; Libro Primero tha pah solitha; yaqpha hiwkanwa.
irshinna halurutha. (2) Mashtrunqa (2) Ukatqa kukir.khawa iuntkahtha
yachiwutuwa; ish.yakn.n.qa castig- kimsa, pusha, pichqa, trunkha uyu-
kutunwa; chaqchaykutunwa umna, kahthwa iaulna nurinna shoqshutha.
~ocaxa pihchaykutna. Ukatqa ripa- Turcaspsa uyukathwa. Chinkinshqa
saykutna lecshun.n.a. Yak.kaht.twa maqkahtha naw.apiri; naqa wantq-
yach.katan.a ukhaphwa mashlrun- kahtha khulla. Maqkahtha imiri pa-
ruqa. Ukatqa haylltiri halshkahtha pha milakusan.a. (3) Aqch'shun.n.qa
yan.n.ishqa; hayllatkatanqa hay- tatanqa aguarrint umkn.a wakan.a
chisptkaqtha naqt'rna. (3) Ukatqa alshushu, yapkunan.a alshushu.
qonqruykutunwa mashtrunqa Exa. Ukatqa pax.wata, kims.watapqa us-
min purpanqa yakahtha amuru hal- , tatawi ach'ikshushu; kiwawi paxsim·
shkahtha. Ukatqa maqkahtha hay- nachawa. Haruqautha qayllasana-
lltiri qaqaikrana, wakankuna illki- cha. Ukatqa chinkinsqa casra.w iwa;
pakya. Ukatqa uhtqkahtha utamu qonchanpsa. (4) Haruyqautha uU-
TEXTOS DEL HAQE-ARU O KAWAY 87

ehanwa paxa-trunka. Arishptawathci. puriuqtna aphraphra;punchautna


may musushqa. Ukatqa halshuwi Comunidadxa. Cainiun puriwi; wish-
p~niehpha casrir, mawC;;ta -Cañitna. - khautna mautna Pak~ankama . -(12)
Puriwqhe casrushu naharu utanru, Haxnchautna. Ukna haruqautna.
haehkipakya, _"Phiñtakye; casrau- Qanqshuwi; curar mautna; arshiu-
thwa", sashu. (5) Paaninwa puriwi tha; nuraw partidxa; iglisiru mautna
pirdun mahehiri. Maw~ panpha, ut- casriri _ Apsapqa bilautna. _Padrino,
pru, wakehapha, wakehapha ikshu- madrina irpuushtu utpru páliÍi; 1Lm-
snu. Naqa mautha tU! aliri Ñawllnu- t'arqayautapna chamiskula. (13) U-
shutha. Upaqa ukankaatha; tinkin.n ~ katqa uhtauqtna akha; wishuuqtna.
qa arish qallyautha. (6) Ukatqa tardi- Mauqtna Tupi markha . Utpanqa
rmashqa lluqallpha uhtiwata upeha- qall. yauina dunashunxa. Wihchiwi.
eha; akuutu arishkin.a Ukatqa sawi: _ Uhtauqtna Aysha. Akampsa nurawi
"Qoskas _ nurkta panma? Amuru _ dunashunqa. Wihchiwi . (14) Naqo:
wahtawa; - akish tardi akyamkuta warmin.a illt'awtha makysr casar-
ukhap ha ikharpaykimawa. (7) Uh!- kinna. Pusaq watkaswa casadutha .
ma tardi utanru fami.1ia nshqa; uk- Awant qayllanqa yuriwi wallmichu-
hanwa yakyitna". Naqa sautha; "A- ña hiwata. Mamphwa halwata may
muruwa, uhtqthwa". Maqkthw? A- anchkatha _ Ukatha kayllaqa hiwa-
muruw a. Uhtauqtha tur ikshinna A wl. (5) Ukatqa may panishkhawa
yshkama. Ukatqa akimauqtha ka- wallmichsan.a. Mayaqa hiwtawa
kan.a "Akmawa pai::uutu. (8l Hrra yuri'Ni. Mamphwa waka, haychisp-
u tpru mahehiri ishakir.:ma hasani". tm:hu, qompthapwata ch'iwrkipna
Mauqthwa arumxa, na qonehansh- liche . Pawatawa waski wallmi -
qa, kakanshqa. Wishshuqtha mar-
kha. Ukatqa irpshuutha padrlmw_a
manushuntaki utpru. Ukatqa ukhan- 3.-Naqa nigushktha wak¿Il.n.wó ik.
'-va mautha; puriutha utpru. (9) HoL ktha alshiri Cañitna, akatha, mar-
Tuuwi padrinunqa sm'li: "Uhtautna katha (Tupí), Qollqathci shúnthapq-
humruwa wallmchima mahchiri cas- tha alshinushuntaki. Ukhap wakch-
ra:nushunta ki hiiadunshqa". "Askit- kunpE'ha alktha, chiwatupmina ik.
na wasma arishkimna". "Amuruwa, ktha alshiri Pakaranna, Cañitna. (2)
hum.ma uka amruuki'. "Mapha, qo- Alktha quisa kimsatrunkha, pushi-
sipsa pasipna ukna". (10) "Umt'ar- trunkha libra un sol _alshiri apktha
qayatna may chamiskula". Uksa ni- Ca:ñitna _ Uhtqtha mayatskha waka
a lriskha; wachkuna alishqtha Wat-
ra AIcaldiru a rhmantha. Mautna;
chuqna. Ukatqa maktha shallqa;
halruutna AIcaldiru . Nuria tna parti-
ukatqa alktha carnirxapaxa.trunkha,
da casamin.tha, firmau tn o . Ukatqa kimsa.trunkha ikshinna uhtqtha,
dusi halsnuutna, . untauqtna Aysha a kanw a a lishqtha.
pushsa . (11) Puriuqtna u tanru. Was-
. ptauqtna akatqa ak hura, mautna 7. 2.- Tra ducción iiterai .
panich;:;kaswa; mautna Vvatchyuq o:
Yo-pues nací 29 a g osto--c n 1912.
l . Sacar con las manos . Madre-mía -p ues Gogonia Melgarejo-
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

€ra; padre-mía-pues Moisés Payano- casa-mía-hacía criar-para; dos, tres.


.era. Seis años-de escuela-hacia fuí; criábame. Crecer-hada, vendía dos
Libro Púmero llevando entré . (2) stopor; algunos morían. (2) Después
. Maestro-mío-pues ·snseñóme; no-sa- paloma-toda juntaba tres, cuatro, cin-
bía-cuando castigábame; reqar-ha- co, diez criaba-yo jaula haciendo ca-
l".'Í ame agua-c;:uando, local-a barrer- rrizo-de. Torcaza-también criaba-yo.
hadame. Después repasar-hadame Hermana-mía-con íbame leña-car •
lE:cción-mía-a. Daba-yo sabía-que-a gar-para; yo-pues cargábame tronco~
todo-del maestro-mi-a. Después ju- Ibame sembrar papa colorada-todas.
gar-para salía compañero-mío; ju- (3) Grande-cuando-era, padre-mío-
gando - cuando _ pelear - comenzaba pues aguardiente tomaba vaca-mía
puntapié-con. (3) Despues arrodillar- v·e ndiendo, chacras-mías vendiendo.
ms-hacía maestro-míQ-pues. Examen Después dos-años, tres-años-a ·enfer-
llegaba-cuan do-daba bien salía. Des- móse resfriado; murió dos-semana.
pués íbame jugar-para cerros-por Quedéme niños-entre. Despuésher-
. vacas-mías .viendo. Después regresá- mana-mía casóse; hermano-mío-tam-
bame casa-mía-hacia noche-ya lIe. bién. (4) Q uedéme solo dos-diez.
gá:bame, padre-mía-pues hablába · C()nversar-había un mozo-con. Des-
me. (4) Después íbame vaquería- pués salió dos-nomás casar-había-
mía - hacia vihuela - mía llevando. ido Cañ·e te-sn. Regresó casándose
Dos - a.compañante - míos noche - de mi-hacia casa-mía-hacia, llorando,
c<;:mtábale muchachas. Madre-suyo: "Resentido-estás caséme", diciendo .
.1'saHa piedra-con; llevando correr-ha- (5) Ambos llegaron perdón pedir-pa-
cíimos todos-a. Hablaba, "Qué-aquí ra. Fuéronse ambos-ello casa-suya,
alegrar-a-quién" ¿Quién-está? (5) Pie- vacas-suyas, ovejas-suyas arreando.
o dra-con matote otra-vez cantas-si". Yo-pues fuí toro comprar-para Ñaul-
nushu-de. Ella-pues allí-,s staba; en-
Después vuelta-a íbame. No canta- contrándome conversar comencé .
IDee ha qciru-con castellano-en. (6) .Después tarde-en hermano-suyo
venido-había calladito; encontróme
Su~salitu, sursalitu, conversando. Después dijo: "Qué
q uí bonito cantas hacen ambos-vosotros? Buena eres;
Saltq:ndo y brincando esta tarde avisarme-tiene todo vó-
en el ahua siru. tata-o . . (7) Venga tarde casa-mÍa-ha-
cia familia-mía-con; todos sabre-
Esos tus piqtlitOS mos". Yo-pues. díje: "Bien-está, ven-
\ Forma n melodías, go" . Voy-me . Bien-está. Regreséme
Trines tan pl'eshusus toro arreando Aysa-hasta. Después
Para mi consuelo. aviséle tío-mío "Así pasóme . (8) Va-
mos casa-a pedir-para si-nos acep-
2 .- Vaca pas torear-para Íbame dÍa- ta" . Fuíme noche-con, yo, hermano-
de hermano-mío-con Nimuchu. Des- mío-con, tío-mía-con . Lleguéme pue-
_ pués . íbame ordeñCir~p Cira sacar-a blo-a. Después saqué padrino-mío-a
chibillo ñihlloq encima. Llevába-me acompañarme-para casa-suya. Des-
TEXTOS DEL HAQE-ARU O KAWAY 89

pué s todos fuimos; llegamos casa- reuno vender-para. Toda borrega-


suya-a _ (9) Entró padrino-mío-pues también compro, chivato-con llevo
dijo: "Venimos Us.-para hija-suya vender-pura Pacarán-en, Cañete·'3n.
pedir casarse-para ahijado-mía-con". (2) Compro queso tres-diez, cuatro-
"Preguntar-a vamos conversar-Csi te- diez libra un sol vender-para llevo
nía relaCiones)". "Bien-está, tú-v3a Cañete-en. Después voy-a puna; a...'1.i
eso bien-si-está" . "Váyase, no-vaya compro carnero dos-diez, tres-diez
pasar-algo ahí". (0) "Beberemos un trayendo regreso, aquí-vender-vuel-
chamiscol". Todos vamos Alcalde- vo.
para rilañana-en. Fuimos; entramos
Alc-::Ilde para. Hacer-mandamos par-
tida casamiento, firmamos . Después 7.3.-Trad.ucción libre .
doce salimos, regr·a samos Aysa cua-
tro. (1) Llegamos casa-mío-para . Nací el 29 de agosto de 1912. Mi
Volvimos-caminar aquí-de esta hora madre se llamaba Gogonia Melga-
(4 p _mJ fuímos anibos-n~más; fuí- reJo y mi padre Moisés Payano. Du-
monos -Catahuasi~a; llegamos ano- rante sefs años fuí ' a la escuela. En-
checer; llegamos Comunidad-a. Ca- tré a élla llevcindo un Libro Prim$-
mión llegó; subimos fuimos Pacarán- ro . (2) Mi ma'e stro me enseñó; me
hasta. (12) Bajamos. Ahí quedamos. castigaba si no apreridía; me hacía
Amaneció; cura-don de-fuimos; con- regar el local y lo barría. Después
versé; hizo partida; iglesia-a fuimos me hacíc¡ repasar mi lección. Dá·
a casar para . Día-sigui·a nte velámo- borne la lección el maestro de todo
nos. Padrino, madrina lleváronnos lo que enseñaba. Después salía a
casa-suya c6mer-para; bebimos ca- jugar con mis compañeros; al jugar
sa-suyo-en chamiscOil. (13) Después - comenzaba a dar puntapiés . (3) Por
regresamos acá - hacia; llegamos _ este motivo m~ hacía arrodillar mi
Fuímonos Tupe pueblo . Casa-suya masstro. Cuando llegaba miexu-
principiamos donación-en. Terminó. men, dándolo salía bien. Después
Regresamos Aysa. Acá-también hi- me iba o- jugar por los cerros vien-
cieron donación-para. Terminó. (14) do mis vacas . Luego cuando rE'!gre-
Yo-pues mujer-mía conocí antes ca· soba a mi casa, ya de noche, mi pa-
sarme . Ocho años-ya-·estoy casado- dre me conversaba. (4) Otra vez me
de. Primer hijo-mío nació mujercita iba a mi vaquería lievando mi, vi-
muerta . Madre"suya caído-habia un huela. Por la noche cantaba a las
(mdén-de _ Eso-de criatura:pues mu- muchachas con des acompañantes.
rió. (IS) Después otra dos-vez mujer· La madre de la muchacha salía con
citas. Una-pues muerta nació. Ma- piedra; nevando (piedra) n os hacía
. dre-suya vaca, pelear:comenzó, vo· correr a todos. Decía (la madre): "¿A
tó-sobre-élla ordeñaba-r.:ucmdo leche. quién alegran aquí? ¿Quiénes están
Dos-años anda mujercita. aquí? (5) Les mato con piedra si can-
3.-Yo pues negocio vaca-com- tan otra vez" . Después me iba a la
prando llevo vender-para Cañete-a. vuelta. No cantaba -en h a:qe-aru sin o
ilquí-de, pueblo-de (Tupe), Colca-de en cast311anc (di.ciendo):
90 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

. tus piquitos
'~:Esos su hermana): "¿Qué hacen .los dos
Dan melodías. (aquí)? ¡Qué buena eres! Esta tarde
Trinos tan preciosos . tienes que . avisarme todo o te voto".
Para mi consuelo". (7) (A mi me dijo:) "Venga a mi ca-
sa con su familia en la tarde". Yo le
dije: "Bien. ' voy . a venir" . Me fuí.
-2.-1ba a pastorear la vaca con mi Bien. Me regresé hasta Aysa arrean-
hermano Nimuchu. Luepo iba a oro. do mi toro : Lusgo le avisé a mi tío
deñar (la vaca) y a sacar (el paja. (diciendo): "Me ha sucedido así. (S?
rito) chivUlo de un árbol (llamado! Vamos a su casa a pedir (su mano)
ñihIloq. Llevaba (la avecilla) a mi si nos acepta". Nos fuimos de no-
casa :para . criarla; criaba dos. tres che con mi hermano y mi tío. Lle-
(de éllas). Cuando crecían las ven- gué (todavía) al pueblo. Saqué (tan::>-
día por dos soles; algunas se mo· bién) a mi padrino para que me a-
rían. (2) Daspués juntaba tres. cua· . compaña ' a la casa (de la mucha·
tro. cinco. diez palomas y las cria· cha). Luego fuimos todos. Llegamos
ba :: n una jaula hecha de carrizo . a su casa (de la muchacha) . (9) Al
Criaba también torcazas . Me iba entrar· mi padrino les dijo: -"Hemos
con mi hermana a cargar leña; yo venido a pedir (la mano de) su hija
cargab a el tronco. 1bq a sembrar pa- p ara que se case con mi ahijado".-
pas coloradas. (3) Cuando ya ere "Vamos a preguntar si ha conversa·
grande. mi padre comenzó a bebar do con él". (contestó).
aauardis nte vendiendo nuestras va· -"Está bien: vea eso si está
cas y chacras. Después de dos. tres bien". -"Que se vaye (averÍgüese);
años. se ·s nfermó con resfrío y mu- no vaya a pasar algo".
rió a las dos semanas . Nos queda. -"(lO) Beberemos un (poco) de
mos entre niños. Luego se casó mi chamiscol". (Una vez arreglado). en
hermana y mi hermano también. (4) la mañana todos vamos donde el Al·
Me quedé a los doce año;:; . :Mi her- calde. Fuimos; entramos ' donde el
mana) conversaba con un mozo. Alcalde . Mandamos hacer una par.
Después se habían ido s·:)lo'3 a Ca. tida da casamiento y la firmamos.
ñ's te para casarse . Al casarse re- Después de las doce nos salimos y
gresó llorando a nuestro. casr: dicien- regresamos a Aysa los cuatro. (1)
do: "Seguramente estarás le:oentido Llegamos a mi casa. Volvimos a ca-
por lo que me !-i,3 casado". (5) Los minar de aquí a estas horas (4 p.m.)
dos (casados) llegaron a pedir pero y nos fuimos los dos nomás; nos fui-
dón. Se fueron a sus casas los do." mos (con mi futura) a Catahuasi; lle-
arr·s ando sus vacas y sus ovejas . gamos al anochecer a la Comuni ,
Yo fuí (después. a Ñaulnushu a com- dad. Llegó el camión y subiendo fui-
prar un toro. Ella (una muchacha) es- mos a Pacarán. (12) Bajamos. Ahí
taba allí; alsncontrarme comencé a (en Pacarán) nos quedamos. Ama·
conversar. (6) En la tarde su herma·· neció; fuimos donde el cura; 18 con·
no había venido calladito. Nos en- versé; hizo la partida y (luego) a la
contró conversando. Luego dijo (a iglesia fuimos a casarnos. Al día si-
TEXTOS DEL HAQE·ARU O KAWAY 91

guiente nos velamos. Nuestros padri- una vaca comenzó a pelear y cayó
nos nos llevaron a comer a su ca- sobre élla. La mujercita andó a los
sa; allí tomamos chamiscol. (13) Des- dos años.
pues regresamos hacia acá (Aysa); 3.-Yo (hago) negocio compran-
llegamos. Nos fuimos al pueblo de do y llevando ganado vacuno pa-
Tupe. En su casa (de la esposa) co- ra vender en Cañete. Lo reuno de
menzamos (a reunir) la donación. aquí (Aysa), del pueblo (Tupe) y de
Terminó. Regresamos a Aysa. Acá . Colea para venderlo. También com-
también hicieron la donación. Tér- o pro borregos, chivatos para vender-
minó. (14) Antes de casarme cono- los en Pacarán y Cañete. (2) Com-
cí a mi mujer. Ya estoy casado pro quesos trsinta, cuarenta, a un
ocho años. Mi primera criatura na- sol la libra y para venderlos los lle-
ció una mujercita muerta . Su ma- vo a Cañete. Regreso otra vez a
dre había caído de un andén. POí comprar vaca; vuelvo a vender bo-
esa causa murió la criatura. (15) rregas en Catahuasi. Luego voy a
Después (naciBron) otra vez dos mu- la puna; de ahí comprando diez,
jercitas. Una nació muerta. (16) treinta carneros regreso tiayÉ>ndo-
. . Cuando mi mujer estaba ordeñando, los; vuelvo a vendsrlos.

(Continuará) .
Diccionario Kkechuwa Español
Apéndice Núm. 2 (~)

Jorge A. Lira
lnstituto de Estudios Etnológicos,
S3cción Linguística

ACHI, f. Tatarabuela.
ACHIP A, f. Enredadera de clima cálido, cuyo fruto en vaina úsdse cOmo
purgante.
AHY A y, v. n. Confiar, tener confianza .
.AKKLE, adj. Flaco.
AKUTAKUY, v. n. Abrigarse entre rebozos.
AKKOMAYU (Cap. de la Prov. de su nombre, Kkoskko), sus Ayllus: Akkos,
Kkórma, Llakktapánpa, Llánpa, Púyka, Wáskhar y Wáyki.
ALALALAY, v. n. Tiritar por mucho frío, estremecerse de puro frío.
ALALA Y, v. n. Aterir el frío. Mári. alalánchu? Imáynas kkharitári alalánman:
Oye, Mári, sientes el frío? Oh, al que es hombre cómo puede hacerle
frío?
ALLAUKA, m. Costado, lado de una persona o cosa.
ALLIY ACHEKKE, m. Médico, el que dá salud y cura los males.
AMAMARIA, (Neo), Doctrina, enseñanza sistemática de verdades .
ANKALLU, m. Corporal. lienzo o pañito precioso para sacrificios.
ANKARINA, m. Instrumento músico formado por peines.
ANTA, (Cap. de la Prov. de su nombre, Kkoskko), sus AYllUS: Chakakúrki,
Chákan, Hap'arkilla, Inkillpata. Iskucháka, Konpone, 'Kassakúnka. Kkon-
chakalla. Kkéwar, Márkhu, Mosso kkllákkta, Mant'okldla, Pakka, Okkoru-
ru, y Yunkáki .
ANTAWAYLILLAS (o Antawaylla Chica, Dist. de Kksspikanchis, Kkoskkol,
sus Ayllus: Inkakúna. Kañári, Kkerowássi, Kkoskkósa. Mánkko, Raya-
llákkta, Sállokk. Sekksinkálla, y Yawássi.
ANYAKKE, adj. y s. Corregidor, que amonesta corrigiendo.
AÑA YNIYOKK, adj. Gosozo, que se muestra. reverente y complacido.

(*) Véase Tomo XVI (1~47) de esta Revista.


DI~CIONARIO KKECHUWA ESPAÑOL 93

AÑUKASA, f. Aleación, liga usada en metalurgia.


APUCHI, m. Tatarabuelo.
ARPAKAy, v . a. Ofrecsr sacrificios a una divinidad.
ASSAP AKK, m. Rey, persona soberana de pueblos y gentes. V. Inka.
ASCHAMACHI, f. Basura, restos barridos, residuos para arrojar.
ASSILLA, f. Sávila, planta cactacea usada en medicina.
ASTUCHO o YASTUCHA, m . Bisabuelo.
ATIKIU, intej. Ah, miedo! Obs.. Usase · más por sarcasmo.
AUKKAKKE, adj . y s . Beligerante, persona que lucha o beligera contra
alguien.
}\. y A WIRI, m. Militar, soldado miliciano.

CH

CHAKKCHU, f. Fajina verde empleada como cama para techos.


CHANLALA, m. Esquilón.
CHANLALALAY, v .. n. Sonar de continuo una campanilla, esquila, etc.
CHANIN~Ay, v. n. ·Defeccionar de la equidad y justicia, trocarse -sn injusto.
CHAPAKKE, adj. y s . Apresador, persona que aprisiona, que toma preso.
CHAUCHILLU, adj. Precoz, que se anticipa. Chaullíllu wawácha: Oh niño
tan precoz.
CHA W A, m. Fruto que no negó a la maduración y se secó.
CHEKKNEKKE, adj. y s. Odiador, persona cuya aversión es sistemática.
CHILINCHA, f. Campanilla, sonaja de timbre agudo.
CHINL Onomatopeya que imita un sonido prolongado y agudo.
CHINCHERO (Dist. de la Prov. de Urupanpa, Kkóskko), sus Ayllus: Ayar-
máka, Kúper, Ch'ússu, Kkorikáncha o Sekkekáncha, Punkupánpa, Táu-
kka, Umaspánpa, y Yanakúna.
CHIUL intej. Onomatopéyica para indicar el silbido del viento.
CHUHCHASKKA, adj. Rajado sutilmente.
CHUN!, Onomatopeya para expresar que está sonando el oído.
CHUSNU, m. Tataranieto. V. Chupulu.
CHUTARPU, f. Una hierba estérilizante. Usase para evitar la . generación.
Sin. Sutárpu.

CH'

CH' AHLLIPU (!)


CH' ALU. adj. Entrsverado, mezcla diversa. Heterogéneo.
CH' APAKK, adj. Desabrido, de sabor soso.
CH'IPIRIKU, adj. Tacaño, . apretado.
CH'IWIRHA, f. Piel irritada, eritema.
CH'IWIRHAY, v. n. ya. Irritarse la piel. Producir eritema.
CH'OKKAKUY, v . n. Parearse para la procreación . Par. Chokkákuy.
94 REVISTA DEL -MUSEONACIONAL.-TOMO XXI

CH'UHCHU, adj. Enano. Sin. Tánka. Par .Chúhchu.


CH'ULLACHINAKUY, Sin. Huhchanákuy.
CH'ULLACHINAY, Sin. Huhchánay.
CH'UTKIKUY, Sin ; Ch't¡..,tíkuy y Ch'utíkuy.

H
HAKKEY, Sin. Sákkey.
HAKKOTAKUY, v. n. Disfrazarse, tomar apariencia aj-e na.
HANSAKKEY, v. n . Jadear, asesar . _V. Arkkhey.
HAR'KO, f. Impurezas y granzas en que está entremezclada la -mies.
HAR'KONNAY, v . a. Limpiar o separar lás impurezas y granzas de la mies.
HAWISK'U, Sin. Hunp'úskkoy y Uyku úyku.
HAYRI. f. Semana.
HE'KEKAKUY, Sin . He'képay.
HITIKAY, o. HITIY, v. a.Restituir, devolver 10 ajeno en. Dejar (?).
HUCHANNAKK, adj. Excento de culpa, inocente, sin pecado. - Inculpable.
HUCHANNAY, _v. n . . D~jar de . pecar, evitar la culpa. Mantenerse inocente.
HUHMANCHAY, v .. n. Tergiversar, modificar, variar. •
HULLCH'ANAY, v.a. Tupir, apretar un tejido, hacerlo más unido . .

ICHIKANO, m. Cierta clase de plátano enano.


ICHURI. m. Confesor, autoridad para oir confesiones privadas.
' IKHA, Sin. Kkámya.
ILILI. (?).
ILLACHIKUY, v. a. Encender luces por devoción.
ILLACHIY, v. a. Encender velas o luces.
IMIKU, adj. Repe, animal o ganado de raza pequeña.
INTINCHA, m. Jarro, vasija para beber líquidos.
ISPALAY, Sin. Sulpáy.
ITAWI. Sin . Phussúllu.
IUSSI. adj. Raquítico, débil, delgado y endeble en extremo.
IUSSIY, v. n. Consumir el raquitismo, adelgazarse y debilitarse, diezmarse.
IWAYLLU, m . Cierto amuleto de arcilla . Es más o menos lo que representa
el Enkkáycho.
I{

KALKA (o KKHALLKA, Cap . de la Prov. de su nombre, Kkoskko), sus AyIlus:


Akkcha, Arin, Kk.espiwáylla, Kkóskkokk, Kkórikáncha, Khállka, Lliphl-
lekk, Mítmakk, Panpallákkta Hánan y Urin, Rayanpáta, Sákkllokk, y
Sillakáncha.
KAMACHEKKE, adj. y s. Ordenador, que ordena algún mandato.
KAMANNAY, v. n. Dejar ser digno, perder la reputación, perder la dignidad.
DICCION ARIO KKECHU:W A ESPAÑOL 95

KAMA YOKKE, adj. y s. Maestro, muy entendido y principal. Magistrado,


autoridad.
KAT A WI, f. Resina, vegetal lechosa.
KAUCHONKKAY, v. a. Atosigar, -envenenar, dar tóxico.
KAUCHUY, v. n. Sufrir envenenamiento.
KAUPOKK, m. y f. Tejedor, tejedora, persona que teje.
KAUPONA, m . Material dispuesto para tejerse.
KAUPOY, v . a. Tejer, trabajar un tejido.
KAUSAYAY, v.n. Manifestar vida, dar indicios de -vivir todavía.
KAYKA y, (Dist. de Paukkartanpu, Kkoskko), sus Ayllus: Chakapánpa, Chino
chaywássi, Hánan Kaykay; Hátun Wát'a. K'íñir, K'issikánchá, "Korókk-
way, Kkeuña, Koyaráki, Ninamárka, Piskkowát'a, Pakkor, Patakáncha,
Pitukáncha, Uskkhakk, Urin Kaykay, Uray AyIlu, Wankaráni, Wakkay-
káncha, Willkapánpa, y WayIlapánpa.
KICHA y AY, V. n. Semiabrirse, estar casi abierta o rajada una cosa.
KIHANA (o KIKIHANA, Dist . de Kkespikanchis, Kkoskko), sus AyIlus: Akke-
páta, Chínpa Kihána, Ch'illuwáni, Hakkechúri, Kallakúnka, Kallatíyakk,
Kussipáta, Kkáyna, Kkólkka, Llánpa, Mokkoráysi, Panpakkólkka, Pata-
kko~kka, Páta Kkhéwar, Pánpa Kkhéwar, Sáchakk, Tintínku, T'íyu, Ussi,
Wakkaytáki, y Waraypáta.
KIRUYOKK, adj. Dsntado, que tiene diantes . Persona con dentadura.
KIW AS, m. Suegro de nuera. V . Kiwáchi.
KULLUNUWA y, m. Un árbol tropical.
KUNAKKE, V. Anyákke.
KUNKALI, Sin . K'akátu.
KUNKARAYAY, v, n. Presentar cinturaD cuello. Tener aspecto de cuello
o pescuazo.
KUNKA YAY, V. n. Alargarse como d cuello; formarse cuello o cintura en
alguna cosa . Tomar aspecto de cuello.
KUNKA YOKK, adj. Que tiene cuello. Que tiene cintura a manera de cuello.
KUSSIMANA, m. Regocijo cumplido, alegría perfecta, gozo Íntimo y cabal.
KUSSIMANAY, V. n. Llenarse de gozo, exaltar.
KUSSINNAY, V. n . Entristecer, perder ia alegría, decaer en tristeza.
KUTINACHIY, V . a. y n. Poner en armonía a los reñidos. Volver a unir
en amistad a quienes viven en desaveniencia. Amistar.
KUTINAKUY, V. n . Volver a sus relaciones los amantes, o los cónyuges
Teñidos. Reconciliarse los reñidos.

K'

K'ALLKICHAKUY, V. n. Encaramarse, prenderse y subir.


K' ALLPICHAy, V. a. Solar con tiestos. Llenar, o ensuciar con arcillas rotas.
K'ANCHAKKE, adj. y S. Dícese de los guías y maestros que ilustran e ilu-
minan.
96 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

K'ASSl}", adj. Flaco y rp.uy espigado, magro de carnes.


K'ILLICHAPATA, Una calle de Cusco.
K'ILLIMSAY Ay, v. n. Tomar aspecto, o consist'e ncia de carbón.
K'ILLlMSA YOKK, adj. Que contiene carbón. Sucio, o entremezclado con
residuos de' carbón.
K'IPHRAY, v. a : Cortar con las uñas hojas 0 ,. cogollos.
K'IRIPAYAY, v. a. Herir con malos tratos, maltratar a menudo.
K'IRIYOKK, adj. Llagado, con llaga, lesiones o heridas.
K'ITTU, f. Estrechura, espacio o intersticio cerrado. V. K'ítku.
K'IWIS, Sin. Wánk'uy.
K'UCHUCHASKKA, cidj. Sometido ex metro y medida. K'uchucháskka sími:
Poesía, v·erso o canción.
·K'UCHUSKA W A, m. Poliedro, sólido de inuchas caras: >, . •

K'UCHUY, adj. De forma geométrica, de ángulos regulares. K'úchuy rÚlni:


. Piedra qe lados regulare S.-
K!ULLPAY, V. K'úllpiy.
K'UMUSILLU, f.Fam. Ganzúa.

'K

'KALALAKUY, v. n. Desvestirs'e desvergonzadamente, descubrirse las carnes.


'KALALAY, v . . a. Desnudar y uescubrir las carnes sin pudor.
'KALAPAY, v. a. Fam. Quita" arrebatar hasta lo último. Despojar de todo.
'KAPAYKUY, v. n. Despedit, intenso perfume, oler bien y mucho.
'KAPHÑUY AY, v . n. Ponerse abollada una cosa, ir deformándose cón bollos.
'KATKKA o 'KASKKÁ (Dist. de Kkespikánchis. Kkoskko), sus Ayllus: Atapáta
Aussáray, Chichína, Ch'uchapáya, Kuyúni, K'áuri, K'ichinchíya, 'Kerúra.
'Katkkapánpa, Kkapána, Kkollána, Kkóllpa, Kkoñamuru, Kkhópi, Llách'i,
LIakkachíta, Panoakkócha, 'Pichíwa, Pumaórkko, Tarukáni, Wakapúnku,
W álkkhe, y Warawára.
'KECHERAYOKK, adj. Que padece cursos.
'KENSUNP AMANT A, adj. De soslayo, da reojo.
'KEPIRAKUY, v. n. Baiar, descargar algún lío que se lleva.
'KESTIY A y, ' Sin, 'Kentíyay. V. K'úytuy.
'KETENYAY, v. n. Corcobear, salir a corcobos.
'KEW AKU Y 'KEW A, ad,. Flaco, si~ fuerzas, inútil.
'KEWILLAÑA, Sin. 'Kéwiy 'kéwiy.
'KEWIY 'KEWIY, adj. Torcidísimo, muy retorcido o doblado.
'KOLLAY AY, v. n.· Degenerar una semilla, perder su calidad superior.
'KOLLA, f. Semilla degenerada . Par . Kkólla.
'I(OYTI, adj. Flacud,o, sucio y piojoso. Sin. Wékkte.
. DIcCIONARIO KKECHUWA .ESPAÑOL · 97

. KK

KKAMYA, m. Espacio o ámbito abierto en .t~erra para arrojar. las papes


al tiempo de cosechar . Sin . Ikha.
KKAMY j\CHAY, v. a. Practicar una cuenca o ámbito entre surco y surco para
juntar las papas que se cosecha.
KKANCHIPATA, Una calle de Cusca.
KKANPAKKCHAY, v. a. Adjudicar alguna cosa para . se~unda persona.
. KKAPARIYUKUY, v. n. L~nzar grito agudo, gritar intensa y desesperada-
mente.
KKARWA y ANCHI, m .. Cierto filtro amatorio para atraer mujeres.
KKATANA, m. Cobertor, cobija, lieh~o para cubrir, frazadas.
KKATEKKE, adj . Seguidor, que va tras de otro. Continuador. f. Continua-
ción.
KKATIUSICHIY, v. a. Hacer seguir, dejar o mandar ir en seguimiento.
KKATIUSIY, Sin. KkatÍysiy.
KKAUMEKK, adj. m. y f. Acechador, que está al acecho. Cateador.
KKAYLLACHIMUY, v. a. Traer por deJante, hacer venir delante de sí propio.
KKENKKE, Sin. Kkorikkénkke. ·
KKERKKENKKA, Sin. Alkkamári.
KKESPILLU, adj . Afortunado en aventuras, superador de- riesgos, triunfador
de azares.
KKESSACHAKKE, adj. y s. Injuriauor, injuriante, insultante, que injuria,
insulta.
KKONKKAYLI, adj. O lvidadizo, tras acordado, frágil de memoria.
KKONKKAKKE, adj. Olvida dar, persona que echa al olvido.
KKORI K' ANKA, m . A ve de hermoso plumaje de alas negras y todo el
CUErpO blanco. Es el Kkorikkénkke de los Inkas, con cuyas plumas se
€'!1galanaba el Inka, ave que se creía extinguida. Se 19 conoce con los
nombres de Kkori W állpa y Kkénkke.
KKOYA, (Djst. de Kálka o Kkállka, Kkoskko), sus Ayllus: Ayarkáncha, Km.
wáy, 'Kénkko, Makáy, Patapánpa, Páullu y Síwa.

KH

KHARI KHARL m. Fruto parecido a la írutilla, de sabor ácido, en racimos.


Es comestible.
KHULLINA, Sin. T'okkpína.
KHULLULLUNP A, adj . Múltiple, granado y menudo. Khullullún:9an v.rQway-
kúna: Mis hijos, muchísimos y pequeñitos todavía.
KHUNP A, adj. ' Descornado, mocho de cuernos.
XHUY AKKE, adj. y s. Compasivo, piadoso, que se mueve a te.rnura y piedad.
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

KKH

KKHALLUN, f. Espiga, barba de la mies . .


KKHATURAKK, com . Vendedor, vendedora, persona dedicada a expender.
KKHATURAY, v . a . Expender, vender artículos o mercancías al público.
KKHECHER, m. Un arbusto, variedad del Kíswar.
,KKHEPANPAY, Sin. Kutípay. '
KKHOLLAy, v. a . Cosechar frutos en lo verde para guisos.
KKHOLLAy KKHOLLAy, adj. Dícese al fruto sin madurar. todavía verdete.
Sin . Kkhollalláña.

LAMAY, (Dist. de la Prov. de Kálka o Khállka, Kkoskko); sus Ayllus:


Ch'únpi, Phókkes, SayIlapháya, Sap'ákkto, Sáywa, Wáma,Wárkhi,
y Wayllaphára.
LARPHI, (!) .
. LAU'KAPAKUY, V. n. Relamerse, pasarse la lengua por los labios, o por
los dedos.
LAU'KAPU, adj. Relamador, que acostumbra relamer.
:LA W ATA, m . Instrumento músico de caña, con orificios cuadrangulares.
LAy ASI, m. Consuegro. Consuegra.
1.lNKA, adj. ReHona y coqueta, coqueta 'afectada .
. LlNKA YKACHAy, v. n . Coquetear con afectación, mostrarse "ranidosa y
coqueta.
".LINTUY A y, v. n . Tomar consistencia, o:specto, o naturaleza de huevo.

. LL

LLAKKMA, f . Rasmillo, raedura o raspadura sobr·e la piel.


LLAKKMAKUY, v. n . Hasmillarse, rasparse la piel al golpearse contra a l-
guna cosa.
LLAKKMASKKA, adj . y p. pasivo . Que ha sufrido rasmillos o raspadurcís
de la piel.
LLAKKMAY, s. y v . a . Acto y efecto de rasmillar. Rasmillar, causar ras-
millos al rozar la piel.
LLASSA y LLASSAKK, Sin . Llassakklláña.
LLASSAY LLASSAY, Sin . Llassalláña.
LLIK'IY AY, v. n. Comenzar a rasgarse un tejido, abrirse en su línea.
LLUNK'A, f . Grosura qu,e trae el recién nacido sobre la piel.
LLUNT'IY, Sin. Llússiy.
LLUW A, f. Grasa, exceso de manteca que sobrenada en la viandas muy
reahogadas, en ' las carnes de animales degollados, etc.
- DICCIONARIO KKECHUWA ESPAÑOL 99

MACH'AY, f. Cueva, caverna ..


· MACHU, in. Fam. El cuco, ser ficticio repres2ntandoun viejo inmemorial
que se aparenta llamar para asustar a los niños.
MAKUNKU, Sin . Hamárk'ú.
MALLKAY, v. n. Murmurar, hablar murmuraciones.
JViALLKIYAY, v . n. Crecer una planta y vigorizarse, tomar corpulencia.
MALLUNWA, m . Un vegetal enredadera usado contra el reumatismo.
MAMAYAY, v. n. Tomar cuerpo una mujsr, entrar en plenitud.
MANAMA, adv. No pues, acaso pues.
MANANAYAY, v. n. Estar indeciso, inclinarse por la negativa.
· MANANEAY, V.Mananáyay.
MANANYAY, Sin. Mananéay.
· MANASKACHAy, v. n. Obrar fingiendo como si no fuera~ conducirse apa-
rentando no estar en tal cosa.
MANASKAy AY, v.. n. Aparentar indecisión, mostrarse como que no se está
obrando tal o cual cosa.
'MANCHAYMANA, adj. Temibl e, execrable~
MANCHA MANCHA, adv. Tímidamente, con miedo, con timidez, con mu-
cho recalo.
IViANCHANYACHIY, v. n. Volver tímida a una persona.
MANCHANYAY, v. n . 'Tener ánimo apocado y a;ustadizo. Mostrarse con
timidez. Obrar recelosamente.
MANCHA YKUCHIY, v. a. Infundir miedo o susto, asustar.
MARANKANI (Dist. de la Prov. d~ Kkanchis, Kkoskko), sus Ayllus: Ch'ékk-
tu.yokk, Chckkekkóta, Han'koókka, Kasusra, K'i3sÍni. K'uyu, Lurukáchi. Ma
muera, Okkhopánpa, Sílli, :::úyu, y Wisk' acháni.
MAHKANSA y A, Lugar de gran importancia para estudios antropológicos, por
el número de cráneos trepanados que posee, situado en la Provincia de
Grau, Apurímakk.
MARKASUNA,. Lugar de importancia arqueológica, por sus construcci.ones.
¡::ipulcros y dEmás restos que guarda . Está situado en 'el Ayllu Wáma,
(Lamay-Kálka) Cusco.
MARURl, Una calle de Cusco.
MATARA, Una calle de Cusco. Obs. No debe pronunciarse aguda 'estc~
palabra.
MATTJNAY, v. a. Aí!ojar cuerdas o sogas que están muy fUE~te!Il8nte
liadas.
MA T'IN A YA Y, v. n. Pugnar por apretarse y hacerse firme o dura una cosa.
MAT'JNCHA Y, v. a. Reafirmar, afirmar y remachar más ur:a cosa. Hacerla
Elás firme y dura.
-MAT'INYAY, v. n. Apretarse, v91verse firme y duro.
-MAULLI, Una variedad de maiz. Obs. Quiz6 el Kútisára.
REVISTA DEL MUSEO NACIONAr..- TOMOXXr

MEKKA, f . Vajilla.
MILLAYMANACHAY, v. a. Afear, transformar en abominable una cosa.
Pervertir. ,~: .

MILLAYMANACHIY, v. a. Echar a pérd'er, malograr, inutilizar. Adulterar


una cosa. Pervertir a una persona. . .~
MILLIK' A, Sin. Warácha. .. , ..
. -."", '.
~ ~

MINK'AKKE, adj. Sobornador contratado.


MUCH'AKKE adj. y s. Adorador, que adora con sumo honor.
MULLUMAKA, m. Abdomen (?).
MULLUMEKKA, V. Mullumáka.
otra.
MURK'I, f. Basura de maíz y de otros cereal-es.
MURK'IY, v. n. y a. Formarse basura po rel desmenusamiento de los ce-
reahs. Separar la basura de ciertos cereales.
MUNAKKE, adj. y s. Dícese de la persona que tiene amor entrañable por
otra.
MUT'UYSIY,v. d. Ayudar a despuntar, o a desmochar.
MUYOKKCHAY, v. a. Dar forma circular o esférica a una cosa.
MUYUNCHA Y, v. a. Adaptar un círculo o aro a una cosa.

:NA'KOKUY, Sin. Hauch'ákuy.


NA'KOY, Sin. Sáuch'ay .
. NANAKK, adj. Cuantioso, ingente, mucho en cantidad o en número.
:NANANAYAY, v. n. Amagar un dol0I, insinuarse un dolor molesto.
'.NANANY AY, v. n. Quitarse el dolor, ir menguando y pasar lentamente.
Comenzar a sosegarse de algún dolor.
NAPAYKUKKE, m. Y f. Interlocutor, -el que dirige la palabra o el saludo.
NIYOKK, Sufijo inseparable de posesivos terminados en consonante. V. Yokl(.
í'í
í'íAK'A Ñ'AK'AY, adv. Trabajosamente, con esfuerzo, difícilmente.
ÑA WIRI. adj. Coso de sólo ser vista y no tocada.
ÑUÑ'UCHEKKE, adj. y s. Dícese de la madr'e nutricia que alimenta con sus
pechos.
ÑUT'UPAYAY, v. a. Pulverizar más '{ más. Fig. Castigar a menudo.
O
ONKKONYAY, V. Onkkókkyay.
p
PA!, intj. ¡Qué!
PAKIS, f. Honda con flecaduras em las ramas para danzas femeninas. Sin.
Kantúnka.
DICCIONARIO KKECHUWA ESPAÑOL. lQL

PAKKOMA, f. Matrona, señora, mujer venerabilísima. .


PALLAY, sus variedades: Chíli 'kénkko; Cháka ch'úru; Ch' áska; ' Kúti kúti .
(espiras); 'Kénkko (sinuosidades); Kkáylla púytu; Loráypo (romboidal);
Ñawi (ojmos); Púytu (U?a aspa X); Phásmi púytu, Ráki ráki (palmas); Síllu;
Síni púytu (cruce de puytus); Súnpha (trenza); Thánkkey (rombos);Wáka
ñáwi. ' f;':

PANAPAS, adv. Aunque.


PANPAMARKA (Dist. Akkomáyu, Kkóskko), sus Ayllus: Chakamayu, Ch'osse-
kkani, Mossokkllákkta.
PAPA, sus variedades: Chikíña, Chína súli, ChuwawÍska, Chupíka imílla,
Chupíka yarama, chinamayu, Chiwíllu, Ch'uruski, Chúnkis, Chinawila,
Ch'ussellokkhay, Chikamu, Churístu, Ch'aska ñawi o Añas makítu; Alkka-
níku, Alkkarísku, AlaJaysu, Alkkáña; Apuruma; Her'káyllo; Inkálo, Issa- '
k6:ña, Inkíli wáyta; Kuntur wállk'u, Siwánku chókke, Paullu, Sa'kánpay
chókke, Willa mári, Parinkkóya, Thúyma, Pántiimílla, Phúyñu, Púka, páu-
llu, Lónpho kkárwa, Púka rískú, Yána rísku, Yána isakáña, Púka issakáña,
Utkúña, Kúcha, Púka alaláiso, 'Kolósti, Issakáña, Kkamaránchu, Púka cha-
rasani, Yúrakk t'ókklóliárkko chimáku, Pákkay imílla, Yána kullíwa,
Súyt'u túmu, VVin'kóyllu, Pichúylla, Sássu, Sillwínku, Takarpíllu, Ma- '
cháyllu, Sissiráni, Piñáwa imílla, Yúrakk súli, Púka súli, Súli, Púka t'aláku.
Múru t'okklóli Willkar, Sókko chacháka, Rumúchi; Rit'issísa, Pakkóña,
Runtusa, Saymálla, Utkukúri.
PARANEAy, Sin . Paranáyay.
PARANY AY, v. imp. Caer lluvia extemporánea, ' llover en sitio no lluvioso. '
PARIAKKONCHOY, m. Huracán, tempestad violenta da agua ' y ventarrón; '
PATACHAKK, m. Corregidor, juez o autoridad que morigera.
PATACHAY, s. y v. a. Juicio. Juzgamiento. Juzgar, corregir, o tomar cuento.
se:gún normas legales.
PATANYAY, v . n. Asirse a la orilla, apegarse al borde o límite.
PIE:HARIKUY, v. imp. Despejarse el cielo nublado.
PILILINKA, adj. Raquítico y desgarbado.
PIRIHWAY,' m. Arbusto tropical, cuyo fruto comestible s'e meja calaveritas. ,
POKKTO POKKTOY, adv. Por porciones considerables, a dos manos llenas.
PUKULLU, f. Tumba, sepulcro. Nicho mortuorio. V. Chúllpa.
PUMAPHAKKCHA, Una calle de Cusco.
PUNKIMUY, v. n. Hincharse gradualmente, inflarse y agrandarse poco
a pocO'.
PUNKINY A y, v. n . Venirse hinchadO', comenzar a dilatarse.
PUNKIRA y A y, v. n. Mantenarse hinchado, permanecer sin deshincharse.
PURIPA y A y, v. a. Hacerle visitas reiteradas a una persona, importunarle
con visitas al menudeo.
PURIUSIY, Sin . Piríysiy. '
PUSSANKKA, m. Vegetal trepador parásito con -púas s·amejando garras que
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL. -TOMO XXI :

le permite asirse da los arboles. Usase para filtros. Es de clima cálido.


PUTALLAKKHt: m. Pájaro canoro de plumaje amarillo en el cuerpo y en la
cabeza color azul.
P'
P'AKKLACHAPATA, Una calle de Cusco.
P'ENKKAYMANA, ad . vergonzoso, que causa vergüenza. Vituperable.
P'IKU, m. Los primeros tallos de las habas.
,P'ISSAKK (Dist. de Kálka, Kkóskko), sus Ayllus: Anphay, Chawaytíri, Hatun
" kúyu, Akkcha, Amáru, Kulispáta, Kúyu, Kkotapánpa, Kkamawára,
Másk'a, Pérkka, Okkorúru, y Sipaskáncha.
P'ITIH; Onomatopeya que indica angustia. Toma sentido con el verbo Níy.
P'ITIHYAY ' Y P'ITITITIY, v. n . Estar angustiado e inquieto, sufrir sobresalto,
tensr ansiedad.
P~ITI P'ITIY, Sin. P'itíhyay.
P'UTI, f. Petaca, baúl de cuero. Pipa, barril o anclote.
PH
PHAÑU, adj. ,Selecto, lo mejor de entre muchas cosas. Fino.
PHAKU PHAKU¡ '1, adv . Locamente, azoradamente, con atropello.
PHICHA, f. Gavilla, haz de mies segada que- se pone éntrecruzad~ ' en el
campo.
PHICHACHA Y, v. a. Formar gavillas haces o manojos de mies segada.
PHISKKAY, v. a. Jugar algún lance de azar, intervenir en juego aleatorio.
P,H0RKKOCHE, (?).
R
RAKANPHA, (?)
RAHTHA, Sin. Rátkha.
RAKI, ad. Adverso. Tiwi ráki: Infortunio. Akkoy ráki: Infelicidades mil.
RAS¡, Expre!:.ión onomatopéyica para indicar sobresalto e impresión de
ánimo. Es complementado por el verbo Níy.
RAUK'ANA, m. Almocafre, instrum6nto agrícola de mano para escarbar y
limpiar terrenos cultivados.
RIKUKKE, m. Tsstigo presencial, testigo ocular.
RIKUCHIKUY, f. Ofrenda o presente en especie con que se obsequia a la3
autoridades y también a personas representativas .
. RIKURICHIY, v ., a, Mostrar, 6nseñarle a una p3rsona alguna cosa. Dejarle
ver.
RIKUYMANA, adj. Admirable, digno de verse y' ponderar.
ver.
RIUSIY, Sin. Ríysiy.
RUNTUKKAN (Dist. de Akkomayu, Kkoskko), sus Ayllus: K'úñu, Kkhéwar, .
Páhri, Pírki, Parára, Sánk'a. y Yarkkhakúnka.
RUTUKKACHI, m. Corte corto del cabello, pelos, lana, etc.
DICCIONARIO KKECHUWA ESPAÑOL ' lO:l -

s y SCH

SAKI. f. Dote, arras que el varón dá a la mujer ·en matrimonio.


SAMAYSAPA, adj _ Jadeante, fatigado.
SANKARAKA (Dist. de Akkomáyu, Kkóskko), sus Ayllus: Akkochína o'
Akkopía, Ayallákkta, Cháway, Chinchikkéa, K'ullupáta, T'akktapánpa,
T'úmi. Wayracháki, y Yananpánpa:
SARASARA, f. Triquina, parásito enquistado en los músculos del cerdo y
de otrO:3 vertebrados. Triquinósis, enfermedad producida por la triquina.
SCHATAY, v _ a. Golpsar las aves con el pico para arrancar o destrozar.
SEKKP'UTA, m . Nudo corredizo hecho de cerdas largas para cazar pajaritos '
vivos.
SIKUWANI. (Cap. de su nombre, Kkánchis, Kkóskko), sus Ayllus: Akko ákko,
Añunmárka, Ansa, Chiwáku, Chúm.u , Churupánpa, Kapilláni, Kal1ánka,
Kuntursénkka, Kkenamári, Kkhankkáwa, Kkhéwar, Hatunphálla, Hér'ka,
Lári, Liwinkíya, Pataánsa, Pataphálla, Phálla, Patakkalasáya, Puchuri·
phálla, Pumanúta¡ Panpakkalasáya,Sunch'uchúmu, Phúyuphúyu, Súyu,
Tinkapánpa. Uskhupáta, y Witáka,
SINKHILLPAY, . v. a _Zanjar lat::ralmente un camellón para cosechar los '
frutos producidos bajo tierra,
SIPHLLAY, v. a _ Descortezar, arrancar verticalmente una corteza.
SONKKONAy , v _ a. Poner d-entro de una cosa otra. Guardar bajo varias
capas _'-V. Pachánay.
SONKKOÑA (S. Pedro y S. Pablo de, Dist. de Kkánchis, Kkóskko), sus Ay.
llus: K'uchúma, Kkéa, Kkóchakk, ~khéwar, Irupánpa, Pichúra, Rákkch'i,
Suruwáylla, y Warukkáni.
SIRPAKAY, v . a. Acercar, aproximar. V. Sispaykáchiy.
SIRPASAY, v. n . Traicionar, vender, obrar traidoramente, delatar.
SUCH'UY, v. n. Tullirse. , Par. Súchuy.
SUKAMA, m. Gusanillos de uso sexual ilícito.
SULPAYCHAKUY, v. a. Agradecer; mostrarse grato, decir palabras de re.
conocimiento.
SULPAYCHAy, v. a. Expresar gratitud, dar gracias.
SUÑAY, v. a. Designcr.r un 'a nimal o cosa para determinada persona.
Señalar.
SUT'UYA y, v. n. Formarse gotera, filtrarse el agua y gotear.
SUYANNAY, v. n. Desconfiar, vacilar n oesperar con confianza.

TAKARPILLU, L Clavija.
TAPUKKE, m . Interrogador, que interroga, qué~ pregunta. V. Tápukk.
TARPUNTAY,(!)
TIWIY, v _ a. Tostar someramente la quinua para pelarla en seco.
lÓ4 : REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO XXI

TUKUYCHA Y, v. a . Cumplir, llevar a . efecto . Darle el último toque a una


obra.
TURUCHAY, v.' a. Formar mazos de mi·ala;. ramas; etc, para cargar, Par.
T'urúchay.
TUTUKU, adj; Demente, tontiloco.

T'

T! AKKW A Y, v . n. Anegar, cubrir las aguas, inundarse.


T'ISTIY AY, v. n . Decrécer, empequeñecer.
TURTI, adj . . Travieso y rebuscador.
T'UHTIYKACHA y, v . n. Travesear y buscar desordanando cosas.

TH

THANINNAY, v. n. Entrar nuevamente en acción, reavivarse.


THANTAKU, -adj. Astroso, de ropa muy raida y vieja.
THAPHTIY, v. a. Sacudir, sacar el polvo. Sin. Scháphchiy.
THEOSNINNAY, (Neo.) v. n . Perder la fé, apostatar de Dios.
THISMIY, v. a. y n. Deshilachar y rasgar. Deshacerse una tela. de muy
usada. .
THOKKO, L Espata cilíndrica y mullida de la enea.
THULLAN. m. Int.e stíno grueso y colon de las cobayas . V ; W árk' ano
THUMANA, m. Fruto color morado comestible, de hojas menudas.

UKHUNKKATI. (Dist. de Kkespikánchis, Kkóskko), . sus AyIlus: Antayáhhe, ·


Hulikúnka, Kkólkka, Kkarawáyru, OIlapánpa,. y Yanáma.
ULLPU, m " Cierta clase de helecho comestibie, cuyos ·cogollos hervidos se
guisa con sal, manteca, especias, papas, ,etc.
URISERA, f. Bamas de chamizo que se amarra al arado para abrir un ancho
'espacio :e n la tierra labrantía donde se deja la semilla.
URKUS (u ORKKOS, Cap. de Kkespikanchis, Kkóskko), sus AyIlus: Chupan-
wáru, Kkamára, Kkháta, Kkamára, Llokkéta, Machákka, Mullipánpct, Mu-
ñapáta, Ninapánpa, PaIlpakálta, PanpachúlIa, Púka Púka, Parókkcm,
Sállakk. Umútu, y Wankkára.
UYAREKKE, adj. y s . Dícese a quien e~cucha u oy·a a otra persona.
UYA YCHA y, v . a. Manifestar, publicar.
UYSA, f. Oveja, m. Carnero. Obs. Como podría suponerse, esta voz no es
un neoIogi~mo :
UYWIY, v. n. Pelechar, echar o botarel pelo a los animales, y a las aves
sus plumas. ' - . .


DrCCIONARIOKKECHUWA ESPAÑOL lOS

w
W AHPIRIY, v. a . Aprovisionar, avituallar pata un viaje.
WAHWAÑA, f. Ramera, mujer pública.
WAK'UY, v. a. Apretar las reatas a las acémilas para: reasegurar la carga.
WAKKANKI, m . Un filtro amatorio.
WAKKALLPACHI, m. Filtro para hacer llorar de amor a los amantes.
W AKKY ACHI, m . Encanto, persona o cosa encantada.
W ALKKANCHA, m. Collar ensartado de comestibles y objetos con que cuel-
gan a los visitantes asistentes a una fiesta momentos antes de despe~
dirlos.
IN ALKKANCHAY, v. a . Colgarle al visitante un collar con comestibles y
objetos.
W ALLAKIT A, m. Cierto vegetal para sahumar a los que desean tener más
WALLPACHI, m . . Jovencito al cuidado de avas en la míta o semana de ,
s'srvicio.
W ALLPI, W ALLPIKI, (!!)
WAMANIA, V. Wamansónkko.
WAMANSONKKO, m. Estómago.
W AÑA'KERA, (!)
WAÑUCHEKKE, adj. y s. Asesino, homicida, que mata o victima.
WAR'KO (!)
WARPUY, (!)
WATAY KAMAYOKK, m. Carcelsro . Director o Jefe de pnslOnes.
WAT'EKKAKKE, adj. Tentador, que tienta e incita al mal.
W ATKHIY, v. n. Dar traspiés.
WAUSSANAKUY, v. n . Cometer pecado sodomítico.
W A W ANI, adj. Persona af2 cta a criar niños . Dícese de quien está encari-
ñada y adicta por los pequeñuelos.
WAYCHANKKA, Sin. Wachánkka.
WAYCHAU, m. Cierto pájaro.
V/AYTHU, m. Gusano que corroe el tallo de las papas y las diezma.
W AYSANPILLU, (!)
W A YTHUY, v. n. Diezmar las papas el gusano de este nombre.
WEKKOROTI, f. Capucha o cucurucho para cubrir la cabeza que forma parte
d21 hábito y de ropas talares. V . Chokkóro.
WEKKTE, adj . Niño flacuchento y desgalichado.
WIÑAYMANA, adj. Eterno.
WIÑAYMANAY, v . n. Fam . Eternizar, alargar mucho algo.
WIRKHI, f. Vaeía, jarro para líquidos.
WISSA, m. y f . Adivino; adivina.
WIST'UNYA Y, v. n. Renguear, andar con rengas o cojeando.
lQ6 : REVISTA DEL. MPSEO NACIONAL.-TOMO XXI '

YAKKHA YA~KHAN, adj . Atolondrado, precipitado y sin reflexión. Adv.


Con atolondramiento.
Y,ALLEKKE, adj. Aventajador.
YALLIRIY, v. a. Dajar.
YANAOKKA (Prov. de Kkóskko), sus AyIlus: Chihnáywa, ChuhchukáIla, Ha·
chasúri, Hali'kóyo, Halináka, Hanp'atúra, Hiláywa, K'áka, K'árka, K'as.
.káni, Kkecha kkécha, KkoIlíri, Llallapára, . y púkapuka.
y ASTUCHA, V. Astúcho.
YAURINKKAY, v .a. Pescar, hacer presa al p'3Z con el anzuelo.
YUPA YCHAKKE, adj. ys. Dícese a la persona que presta reverencia y honor.
YUY AKKE, adj. Dícese de qu~en tiene constante recuerdo o memorla de
una persona.
YUY ANNAY, v. n. Olvidar, borrar de la memoria. Olvídarse.
YUYAPASAY, v. n. ConsIdera•• meditar, hac~r ,ecuerdo. Estar pensando.
ETNOLOGIA

El Ciclo Vital en la Comunidad de Tupe (1)


Rosalía A valos de Matos

El Ciclo Vital

Al realizar una investigación etnológica en determinado grupo huma-


ne, el estudio del ciClo vital es particularmente interesante ya que en la
vida de cada individuo se reúnen los aspectos que integran la ' cultura de
un plÍeblo en forma orgánica y es necesario porque en el estudio de cada
aspecto de la cultura por s·eparado (religión, política, etc.) falta el lazo espiri-
tual unificador que anima la cultura y le da sentido. "Debemos comprender
al individuo viviendo ·en su cultura y a la cultura como vivida por indivi-
dues" dice Franz Boas prologando "El Hombre y la Cultura" de Ruth Bene-
.aict. Además, no todas las culturas se defín'e n por caracteres dominantes.
por eso cuanto más profundo sea nuestro conocimiento de' los impulsos que
actúan en la conducta del individuo, comprobaremos mejor las emociones e
ideales que dominan sus actitudes y comprenderemos así situaciones que
del::de nuestro propio punto de vista cultural pudieran parecer absurdas. Es
necesario el estudio del ciclo vital porqu3' la totalidad indivisa que es la
~rsona, es el mejor punto de partida para el conocimiento de una cultura.
El individuo es el portador de las instituciones y ·e l medio a través
del cual se perpetúan. Comprender las instituciones de una cultura extraña
c. la nuestra es complicado, porque tratamos de juzgarla ·en comparación
con las que nos son propias y así en las que son similares no encontramos
dificultades mayores, lo que sí sucederá en aquellas que son totalmente di-
fSIentes a las que nos son conocidas. Esto no es sino consecuencia de que
los proc~sos mentales del investigador están fuertemente influenciados por
su. propia cultura e individualidad. Es pl'eciso, pues, adoptar una actitud
hasta donde ssa posible impersonal, lo que según Kardiner puede conse-
guirse por el estudio del individuo, a través de las diferentes etapas de su
vida, vale decir mediante el estudio del cicló vital. Debe siempre conside-
rarse que· el individuo y su sociedad no son antagónicos, pues la sociedad

(1) Bajo los auspicios del Instituto de Etnología de la · Universidad Nacional Mayor de San
. Marcos.
108 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO xxr
le proporciona el material con que éste desarrolla su vida; además, en última'
instancia, toda sociedad está constituida por , individuos, que vienen q ~er_
la interrogante de la investigación etnológica.
Siguiendo paso a paso en determinado grupo humano, más o menos·
homogéneo -como el que nos ocupa- la conducta de sus individuos en
relación , con los demás y con el ambiente que los rodea, en todas las etapas
dEl su vida, indudablemente que nos capacitaremos para obtener un cono-
cimiento más acerta9.o de · es.; · cjrupo culturql.
Todas las modificaciones que se presentan en una cultura se aceptan
y pasan a formar parte dei espíritu de la misma o bien s,e' rechazan por la
c:ctitud de los miembros del grupo en referencia. Es, pues, necesario co··
Loce,r minuciosament.e las diversas manifestaciones que ocurren en las di.·
v'e rsas etapas que atraviesan los individuos de un grupo determinado para:
comprender las creencias, impulsos y ,actitudes que dan origen, cohe.·
sión y' perdurabilidad a sus instituciones. No debemos dejar de ten·er en
cU$:nt,a que· las últimas ' adquisiciones. de la ciencia antropológica conceden
gran importancia a los diferentes sucesos en la vida de cadó. individuo, muy
especielmenta aquellos concernientes a la primera. infancia, como determi·
nantes de la conducta posterior de, los que en conjunto contribuyen a dar
una fisonomía característica al grupo. Pero la vida del individuo dentro de
l:',U grupo no se da al azar; aun cuando el individuo s'e sienta dueño de gran

libertad, su destino está ya ,enmarcado por lo que los otros miembros de su


g~upo aceptan como posible, o sea que cada individuo es portador de un~
trq-dición, de una forma de vida, 'es decir, de una "herencia social", que lo
va condicionando lenta y paulatinamente a su propia cultura. Es por esto
que es posible . efectuar un estudio del ciclo vital en determinada agrupa-
ción .humana, porque descontando las variaciones personales, se encuentra
siempre un fondo básico de similitud en las creencias, actitudes y conducta
en general de sus individuos, que es mayor cuanto más homogéneo sea el
grupo ' dado y esta estructura básica se aprecia especialmente cuando s'e
hacen comparaciones con otros grupos.
Además, aun cuando el individuo no tiene · sentido sino enmarcado
dentro de determinada agrupación humana- el hombre es ser social por ex·
celencia- y de que existe la disyuntiva siempre presente sobre la supre·
madadal ' individuo 'o de la sociedad, que , no es aquÍ tema de discusión,
debe ten:;rse en mente qua el individuo es la materia prima de la sociedad y
que no podremos conocer a esta última si no tenemos en cuenta a sus in.
t6grantes; aunque' un determinado individuo rara v·ez es indispensable para
el funcionamiento y supervivencia de su sociedad es innegable que en .los .
individuos está la bas·e· de los fenómenos culturales; éste sería eL punto de
partida para el estudio del ciclo vital. Sin embargo, no se piense que este
estudio s'erÍa suficiente para explicar la cultura de determinada sociedad.
Ei:: nada más que un capítulo fundamental por las razones antedichas, pero
en modo alguno el conocimiento del ciclo vital que cumplen los individuos
: :EL CICLO VITAL EN LA CQMVNIDAD DE TUPE 108

da un grupo nos diría de toda la complejidad que es capaz de desarrollar


. ése mismo grupo.
Aunque la vida humana es un todo sin solución de continuidad, pode-
. :mos sin embargo distinguir con claridad ciertas etapas fundamentales a la~
,que se pasa a veces marcadamente y otras ·sn forma lenta e imperceptible;
~lOS en un momento dado el individuo encuentra que ha superado la etapa
anterior, que ha adquirido un nuevo status y que cumple una nueva fun-
ción, aunque la edad no sea · la única determinante para otorgar status y
función dentro de la sociedad. En todas las culturas la gestación, el na-
·c imiento de un nuevo ssr están sujetos a determinadas condiciones y aunque
los hechos biológicos son básicamente los mismos, los rodea todo un aparato
cultural; . según sean las orientaciones que allí normen, varían los tabús a
los que están sujetas las mujerss y, a veces, incluso los hombres, la conducta
que deben observar las mujeres grávidas, las restricciones alimenticias o
de trabajo, las personas que intervienen en el alumbramiento, las técnicas
de la crianza, destete, alimentación, atención que se dedica a los infantes,
incluso ia ropa que usan, la cuna en que s·e les coloca, -si hay alguna-;
todos son aspectos que interesan, al igual que la época en que la madre
{) persona encargada lleva consigo al pequeño en sus salidas, lo que estaría
~ondicionado por el régimen de vida que, dentro de su grupo, desarrollan
las mujeres. La etapa considerada como infancia, que se ,e xtendería hasta
10$ cinco años de edad, está llena de situaciones interesantes; es de gran
importancia, según las últimas tendsncias antropológicas que tratan de bus-
car en ellas las raíces fundamentales de toda la personalidad que desarro-
llan los individuos y que se 'cree determinan las caractsrlsticas generales de
sus respectivos gnlpos. Aunque esta tendencia está a punto de ser superada,
porque las ciencias antropológicas aún no han transpuesto su etapa juvenil
ce búsaueda de métodos y sistemas, es indudable que en esta etapa las
·vivencias que ·e xperimenta el infante dejan honda huella y naturalmente son
de valor para su desarrollo posterior. Y así conforme va avanz':mdo en
edad el individuo va ganando experiencias que como son similar·e!: a las de
sus contemporáneos marcan ·e tapas que pueden p.ercibirse clarame '1te y es,
a través de ellas, que hago el presente estudio.
El ciclo vital de la comunidad de Tupe lo pressnto en los siguientes
capítulos: Nacimiento, Infancia, Niñez, Juventud y Matrimonio, Edad Adulta,
Ancianidad, Enfermedad y Muerte.
En el primer capítulo que titulo Nacimiento, he considerado tambiéD.
lo relativo a la gestación, con toda la actitud de la futura madre y aun la
del padre. Los nueve meses que preceden al nacimiento no altera la vida
. de la futura madre que continúa su ritmo de trabajo; en un pueblo doncla
cada uno debe trabajar su propia tierra para poder subsistir, la vida sin
hijos es particularmente penosa, desde que ellos son normalmsnte los úni-
cos que dentro de -la unidad familiar pueden colaborar en las faenas dia..
:rias'; mas aún cuando son deseados no los ·ssp.eran con grandes preparati-
110 REVISTA DEL MUSEO NACIONAL.-TOMO :XXI

vos. Tod03los que son padres están capacitados, para atender a sus res-
p8clivas mujeres durante el alumbramiento. Pero cuando una mujer está
, j,nmovilizada ,sn los primeros días del nacimiento del hijo, ella, que es una
activa trabajadora, 93tá preocupada por su chacra o ganado que ql!." dqll
poco menos qUe abandonados durante su ausencia. En cuanto se siente con
' fu8rzas, inmediatamente reanuda su labor, llevando la cuna, con su hijo muy
'~nvuelto, al campo. De primer momento el parto trae así un transtomo en
la vida de trabajo que S'e prolonga por un mes.
La primera ceremonia en que se ve envuelto un infante es de carácter
religioso: rscibir agua de Socorro, un bautizo hecho por laicos en espera
d~ la llegada del cura.
En el capítulo df\ la Infancia se contempla: la crianza dGI bebé en
todos sus aspectos ¡.,n la que se obs'e rva no haber disciplina de parte de
1a madre, más bi·e r la criatura con su llanto determina la atención de esta
ú1.tima;en e~ta etapa recibe el bautismo, y a los tr'e s años los varoncitos
' pasan 'la ceremonia del "quitapelo", o sea el primer corte de cabello; esta
c"im:;moniá ,ss importante porque le deja un beneficio económico que será
' d0 utilidad en su edad escolar; el antiguo "rutuchicuy" q:ue supervive '10-
'davía en muchas comunidades peruanas tiene actualmente ,s n Tupe un ca-
' rác~2r eminenteilllen'le económico. Esta etapa que considero s ',,> extiende
hasta las cinco años está gravada por una fuert·e mortalidad infantil, esto
Ds'termina que la vida de los menores no se considere segura, de ahí la
colma con que los padres ven morir a sus msneres hijos. No obstante, ler
infancia es una edad generalmente feliz, desde que todavía los niños no
'asumen responsabilidades y los padres no tienen con ellos mayores ,sxi-
gencia3.
l En la Niñez, a la vez que se inician en el trabajo del pastoreo y d'3s,
pués " n el agrícola, se enfrentan con la etapa escolar; de aquí en adelante
habrá obligaciones para hombres y muj·e res, son ya miembros productivos
de la comuriida,d y estarán sujetos al trabajo en el curso de toda su vida.
E sta calidad de miembros activos en la economía del grupo interfsrirá en
sus' labores escolares, que se verán así frecuentemente interrumpidas.
La etapa de la adolescencia y juvsntud no es de conflicto ni conmo-
'c;,ón, porqu3' los jóvenes conocen de antemano el camino que 133 está tra-
zado, que para casi todos es el único y así no padscen la ansiedad ni la
angustia ,que es propia en grupos de cultura más elaborada, dond3 se pr's -
sentan varias posibilidades, entr'e las que se dsbe escoger . Ellos en su etapa
de formación no aprenden a esperar otro porvenir que aquel que en reali-
,dad los aguarda, y así cuando son miembros plenamente activos no sufren
conflicto alguno, porque no hay desllusión ni frustración y porque están ca-
, pacitados para cumplir con todas las obligacion,e s que su comunidad espera
de ellos.
, Las muchachas, debido a las tareas que deben desempeñar, tienen
'gran movilidad dentro de su área, así se explica que tempranamente ten-
- EL CICLO VITAL EN LA COMUNIDAD DE TUPE 11i

, .gan experiencias sexuales, aunque en modo alguno pueda hablar3e de gran


}:rcmiseuidad. Pero a la vez hay cierta tendencia a retardar el matrimonio,
tendencia a la que son estimuladas por sus padres, ante el temor de verse
privados de una valiosa colaboradora y de ver mermadas sus propiedades
por el reparto que deben hacer. Esto determina que en buen número de
:matrimonios la müjer 3ea varios años mayor que su cónyuge. Lo que sí
pu~de decirse es que la existencia del matrimonio de prueba es nula, exis-
'ten uniones rro sancionadas, pero no con el ,carácter de prueba. Con el
-establecimi,ento d:::l matrimonio civil, lentamente van perdiendo mayoría los ,
matrimonios religioses. Este cambio y la dificultad para conseguir el Gertifi-
-cado médico obligatorio han creado una situación de desconcierto y actual-
mente no hay verdaderamente normas fijas que se sigan para el estable-
,c imiento de una nueva pareja.
La residencia de los matrimonios es neo-local, la familíaes nuclear.
-se reconocen las dos ramas dé parentesco, la descendencia es patrilineal,
pero la mujer casada no lleva el apellido del marido, sino que conserva el
propio. Aunqus la autoridad que prevalece es la del hombre las mujeres
ti,enE.'n voz y voto en los asuntos familiares . En cuanto a la posesión de
bienes, las cabezas de ganado que cada- uno lleva al casarse se juntan
y forman una sola propiedad, no ocurre así con las tierras, 'e n las qu·e cada
-uno conserva su parte y así los hijos al heredar lo hacen de su padre y
·d::: su madre por separado.
La vida familiar dentro de la casa tiene muy poco significado, dado
que pasan todo el día en el campo, lejos del pueblo y así muchas veces
,ésta no es sino un albergue para dormir y un depósito de alimeDtos. Ha le
de.:dican ninguna atención, también porque la mujer debe dedicar su tiempo
a las labores agrícolas y ganaderas, que las comparte con el hombre has-
ta el punto de tener casi todo el trabajo a su cargo. La condici:Sn de la
-mujer en 3U vida adulta es de gran responsabilidad para la producción,
pero sus tar::as las desarrollan con amor, están profundamente ligadas a la
tierra; los hombres ' casi siempre en posesión de otras técnicas descargan
sobre dias casj, teda el trabajo agrícola y ganadero. Estas obligaciones Í2-
menjnas d2t::rminan que las mujeres casi no salgan de los límites de su
·quetrada y si da gran movilidad a los hombres que continuamente hacen
vj,ajes de negocios a la costa y regiones de la sierra, ésto y el mayor grado
de in.strucción que reciben contribuyen a darles un nivel de conocimiento,
mayor, por consiguiente tienen una manifiesta superioridad intelectual so-
bre las mujeres. Aun aEí e'llas imprimen un sello pe-rsonalít1imo a la
vi.da ds la comunidad, son las que conservan la tradición tanto en su in-
dumentaria como en la lengua y especialmente en los detalles de las di-
versas fiestas; en g::neral en todo tienen participación activa, tal vez por se:-
elementos productores de primera clase y porque a este respecto tien=n
:plena conciencia de su papel. La posición de la muj-er en la comunidad de
112 ' EEVISTA DEL" MUSEQ: N~CIONAL.-TOMO XXI

Tupe, a diferencia de lo obyervado , en otras .regiones del Perú, es prepon-


derante, su función marca el ritmo de vida en la comunidad.
La ancianidad sería J na etapa de privilegio únicamente en el c,a so
que lo fueran las pe:rsona~ mismas, q:ue su situación -e conómica fumc!
buena y tuvieran hijos cap aces d~a velar PO! ellas, de no serasf ea
una edad triste y desamparGtda. Se es verdaderamente anciano cuando ya
' no es posible trabajar, ,e sta !c ondición y no, un límite de edad detsrmina la
transición . No se considera ~a edad de la experiencia en el sentido d9 pedir
consejos a los ancianos parbI adoptar decisiones que afecten la vida da la
comunidad. !
En lo rslativo aenfJ rmedades el concepto dominante es que son
detsrminadas por el "frío", rbra vez por el "calor", no es tampoco frecuenta
que sean causadas por el "d:a ño" o brujería, que en general no alcanza gran
-s-xt8nsión . Entre los niños ~l Índice de mortalidad infantil es elevado, no
ocurre igual con los adultos l que desaparecen lentamente. Es característico
, la poca fe en los curanderos llocal.e s, que gozan así de muy escaso prestigio.
La musrte, etapa final, no despierta una preocupación profunda, hay
bcicia ella una actitud fatalisit a; se considera como normal en los niños muy
peqúeños y en los anciands, ' sisndo verdaderamente sentidas y recorda-
I
das la3 de aquellos que murisron en plena edad adulta, pues- implica la
pérdida de un miembro útil b su familia y comunidad , Las creencias católi-
cas de ultratumba son las .~xistentes, aunque estructurados según la men-
talidad sencilla de un pus'bl~ agricultor y la amenaza de un castigo eterno
no -e s causa de mayor zoz,~ bra . Las modalidades del velorio para niños
y adultos revelan la actitud ~acia ambas muertes. Si bi·e n en la primera la
,música y .el baile son para i::degrars.a porque "el niño voló al cielo", es no-
table también que aún cuarido los deudos de un adulto sientan verdadero
pE'lsar por su desaparición, ~n la reunión del velorio hay gran animación,
o sea qU9 la actitud de reb~ldÍa hacia la muerte no existe . El imprescin¿H-
ble "juego de los cinco" aca so sería la rememoración póstuma de los suce-
sos que constituyen el ciclo Ivital de todo tupino.
AsÍ, en la comunidad f e Tupe, ·sl individuo con el ritmo que desarrolla
en cada etapa de su vida y cuya transformación a través de las genera-
ciones ha sido hasta ahora rrl.uy lenta, da una fisonomía especial a su grupo,
I
'q ue exhibe -sn el área de lq provincia de Yauyos un matiz diferente y ca-
l'acterÍstico, que lo hace tan ptractivo para su estudio por los problemas que
presenta y sugiere. !
En los siguient·9s cap~tulos se pres,sntarán las diferentes etapas del
ciclo vital y a la v?z se tratfuá de encontrar la motivación de las actitudes
oencontradas en las relacion~s del individuo con su medio y con su grupo.
.EL CICLO VITAL EN LA COMUNIDAD DE TUPE 113

NACIMIENTO

El nacimiento de· un nmo en Tupe no es suceso que qancite la


atención especial de los familiares ni mucho menos de los vecinos . . La en--
trada · al mundo de un tupino es discreta, sin algazara, pero su presencia
no motiva desagrado. Los hijos son deseados y esperados en las familias.
que se constituyan, y por lo menos las mujeres que llevan una vida marital
ordenada no hacen nada por evitarlos. Posiblemente algunos hombres qUe
han visitado o trabajado ·Sn ciudades grandes conocen medidas anticoncep-
tivas, que las mui·eres ignoran pues raras veces vana vivir fuera del lugar.
Sin embargo, se dan casos de aborto, especialmente cuando ·se trata de una
muj·sr soltera, siendo éste Un hecho que se cuida celosamente y todas mis
interrogadas afirman no saber qué procedimiento se sigue para conseguir
el aborto, a pesar· de que los curanderos conocen varias· yerbas que lo lo-
gran . En general no s·s practica en gran .escala porque no son pocas 'las
mujeres con hijos "!machos". es decir de hombres con quienes no Hevan
una vida regular. Es grave insulto decir a una mujer " abortadora".
Cuando una mUjer se da cusnta que espera un hijo su vida diaria
de trabajo no la altera, continúa yendo a la chacra y realizando labor's s
penosas como "kushpar", que requiere estar varias horas inclinada deshier-
bando y aporcando la sement sra. que complementa cón la' larga caminata
de ida y vuelta. Si necesita leña es seguro que 'la cargará sobre la espalda
medj.ante una faja (wayunka) qu,e sujeta en la frsnte. No considera necesa-
rio acudir a una curiosa o aficionada - como se denomina a las parteras--
ni 'a n los primeros. ni en los últimos meses. En general no existen part·sras
en Tupe. Los datos estadísticos que conserva e l Regidor de la Municipalidad,
indican qU9 la mayor parte de las veces el alumbramiento 'no fué asistido
p or persona entendida. Pero con frecuencia sorprendente se realiza con
éxi.to, siendo raros los malos partos . La mujer más anciana del pueblo es
actualments la única partera conocida. impidiéndole · su edad . avanzada - tie-
ne más de ochenta años- ·las más de las veces acudir ·cuando es necesa-
ria. Y en casi todas las ocasíon-e s es el marido e l único que auxilia a la
mujer sn trance de dar a luz.
La dieta de una mujer grávida río difiere mayormente de la que ten-
dría en circunstancias normales, aunque algunas durante los primeros mes·9s
comen mazamorras especiales. evitan tomar agua fría y la cancha · ·es re-
chazada por muchas . Sufren de malestares durant.s los primeros meses, sus
"antojos", es decir el deseo intenso e inesperado de algún alimento, son por
pan; chapanas y frutas. traídas de· la costa : Si un "antojo" no · se satisface
debe probarse un poquito de sal para evitar desastres. En los meses finales
algunas 'e vitan las cargas pesadas. Son muy reacias a manifestar 10 re-
lativo a sus rslaciones maritales durante estos meses, algunas afirman que
!
:tIA I REVISTA DEL MUSEO NACIONAt.-TOMO XXI

quedan suprimidas. Durante lb gestación continúan usando el "marate" y


la fa ja, por lo que muchas vedes est-e estadó no se hace notorio durante los
primeros meses. I -
Es intsresante la actitud h,a cia el marido en este tiempo, sus amigos y
conocidos se burlan de él y ·kn las ocasiones que lo encuentran le dicen
"erke", éste es en realidad el ~érmino usado para los niños que s-e vuelven
fastidiosos cuando su madre -~ ~pera
, a otro, pero es general la costumbre de
mofam-e de quien vaa ser paqre. Algunos hombres dicen que en este ti'3m-
po se sienten enfermos, con el f uerpo molido y se curan con enemas de mano
zanilla u otra hierba, o bien qon algún purgante. Es tal vez una forma de
reconocimiento de la paternidad I
y posiblemente rezagos _
de cavada.
El período de gravidez lb cuentan las mujeres a partir del cese de lo
menstruación y con la ayuda f e los mes·es. No es así para llevar la cuenta
de los períodos mensuales e1 situación normal, en que se guían por las
fases de la luna según comprpbamos en numerosos casos. Y algunas pero
sonas reconocen por el aspedó de la piel y de los ojos éste estado, en el
primer o segundo mes, a vec4s . cuando la interesada todavía no lo ha ad·
vertido. ¡
Las preferencias en el i sexo de los hijos están repartidas, algunas
muj ~ res dicen preferir "hombreb,- tos" porque . son más "caballeros", o sea que
no tienen que trabajar tanto . !Pero una buena mayoría las prefiere "mujer-
citas", porque desde temparand edad s-e les puede encomendar diversas tareos
que alivien el trabajo de los xhayores.
Los mellizos aunqu~ nd fr·9cuent·ss son recibidos con gran regocijo.
Según datos del Registro civd (1899-1949) solo existen cinco casos de melli-
zos durante este período, siem~re del mismo sexo y sólo una par.eja de sexo
masculino . En estos casos de nacimiento, acostumbran los amigos llevar
regalos, algunos en dinero y ~tros en especies: papas, maÍz, ·etc . Si son mu-
jercitas significa que la cosech:a va a ser buena y si hombre citos que 'e l año
es propicio para los negocios. ! .
Como ya S9 ha dicho, le l aborto provocado no ·e s frecuente, sólo se
da e·n casos de mujeres' solt~ras que esperan hijo de un hombre casado.
Cada una pretende no estar eJ terada del procedimiento a seguir, y así todos
los informes obtenidos han si~o proporcionados por hombres, casi siempre
de los "aficionados" (curandJ ros) del pueblo . A veoes lo consiguen por
medios violentos: la mujer ec~ada en el suelo recibe el peso del cU:erpo de
un hombre, 'e l ma.vido generaltnente, que se deja caer de una pequeña ~l­
tura o sea que salta sobre ellg . Lo más usado son las infusiones de yerbas
vomitivas o purgantes; entre ellas ruda, que s,e machaca hasta obtener un
_ p~cillo de jugo y parece ser Imuyeficaz . También usan una variedad de
ortiga "chilentrarka", prepara<jl a en igual forma que la ruda . El "chacha-
warko" que crece en tiempo dé lluvias, se utiliza también ·e nla misma forma.
. 1 - -
Para qu~ estas infusiones de~ resultado deben tomarse dentro de los tres
primeros meses, dAspués ya n'o surten efecto.
I
REVISTA DEL MUSEO NACIONAL-
INDICE DEL TOMO XXI (1952)

Editorial: Págs.

El Museo Nacional. ' ...... .. ..... .. ... .. . ... ... .... .... '. 3

t
1

El Radiocarbono 14 y la Arqueología ék;)l p.erú y Chile .-Nota de Ri· .i


chard Schaedel... .. ... . ...... ...... . . .... ..... . .... . . 7
Fechas del Radiocarbono para Sud Amér'ica, por Junius Bird. .. ...... 8
Determinación de la edad de los materiales arqueológicos con la ayu..
da del Carbono Radioactivo, por Jo Nordmann... ...... ...... 35
Investigación de superficie en Caldera (Valle de Huaura), por Louis •
'~
M . Stumer... .. . . .. . ...'.. .. . . .. ...... ...... ...... . .. .. '. 37

Antropología Física:
\, Crestas papilares y dactilogramas en una momia de más de 2,400 años,
por Julián Villar Pérez . . . . .. ...... ...... . ..... . ..... . .... . 68

Lingüistica~

Textos del Haqe-aru o Kawki, por J.M .B. Farfán.. ... . ...... . . ... . 77
Diccionario Kkechuwa Español. Apéndice N9 2, por Jorgoe A. Lira . . . 92

Etnología:

El Ciclo Vital en la Comunidad de Tupe. por Rosalía A. de Matos. .. 107


Tupe: Estudios Etnológicos, por J.M. B. Farfán. .. . .. . ...... .. . ... 185
Lunahuaná: Una Comunidad Yunga en el Perú, por Alfonso Trujillo
Ferr'a ri ................. '. ...... ...... ...... .. .. .. ..... . 197
Notas Polémicas:

A propósito de un comentario, por J. B. LastroBs. . .. .. o . .... o o" o.. 207


Comentario sobre "A note on the archaeology of Southern Coastal
Ecuador", por G.H.S . Bushnell.. . ...... .. .. .. . . .... ...... 208
Notas Informativas:

Exposiciones, Nuevas salas de arte popular, Obs,squios, Adquisiciones . 210


El XXX Congreso de Americanistas realizado en Cambridge, por Jorge
C. Muelle ............. . .......... . ................... . 211
Inv,sstigaciones arqueológicas en 1952... ...... .. . ... ...... . .... . 214
Creación de la Dirección de Arqueología e Historia... .... . . . .... . 215
Las investigaciones etnológicas en el Perú (1951-52), por José Matos Mar 217
La "Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research". .. . .... . 221

Notes Bibliográficas:

Bibliographie des langues aymara et kichua, de Paul Rivet y Georges


de Crequi-Monfort . .. ...... ...... . . .... . . .... ...... .. . ... 222
The Indian Caste of Pero, 1795-1940 by George Kublsr (J.M.M.). ... . .. 223
Selected Papers of the XXIXth. International Congress of Americanists,
Edited by Sol Tax (J. M . M.). ... . .. ...... ...... ...... .. . ... 225
Cultural Stratigraphy in the Viro Valley Northern Pero, by W.D. Strong
and C. Evans (R . A. de M.).. ...... . . .... ...... ...... ...... 227
Radiocarbon Dating, Asembled by Frederick Johnson (R. A. de M.)... 227
The Viro Valley Sequence: A . critic.al ~,sview by LA. Bennyhoff (Ju-
lio Cotler)... . . .. . . ...... . . .. . . ...... . ... .. .. .. .. ..... . 229
The Aymara of Chucuito, Perú by Harry Tschopik, Jr. (R.A. de M.)... 230
Viru: Remnant of an Exalted People by Allan R. Holmbsrg. (R. A.
de M.) ... . . . . . ............... . . . ....... . . '. . . . . .. ... . .. 231
Archivos Venezolanos de Folklore, año I-N9 1, (Luis J. Basto Girón). . . 232
Revistas Europeas. -- "Archiv fur Volkerkunde" (Austria); "V-sroffentli-
chungen aus dem Museum fur Natur"; "Zeitschrift fuer Ethnolo-
gie"; "Sociologus" (Alemania) (P. P.) . .... . . ...... ... . .. ...... 235
Proyecto Virú: Relación d·? publicaciones aparecidas hasta la fecha,
(J.M.M.) . .. . . ...................................... '.. 238

Necrología:

Amelía Larguía de Crouzelles (P. P.) ..... 240


Publicaciones:

ReJación de precios de las editadas por el Museo Nacional de Historia. 241

, ----------~-----------------

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