Patologias en La Motivacion de Resoluciones Judiciales

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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO:

ARGUMENTACIÓN JURÍDICA Y DESTREZAS LEGALES

DOCENTE:
Jorge Luis Saldaña Diaz

CICLO: III

Integrantes del Grupo 5

Baca Chapilliquen, Lourdes de Fátima.


Balladares Pangalima, Silvana Estefani.
Fiestas Eche, Jenny Yesenia.
Mendives Cármenes, Cesar Rafael.
Rea Abad, Janina Aracely.
Tarma Izquierdo Carlos Bryan Axel.
Introducción

En el Perú, la motivación de las resoluciones judiciales se encuentra contemplada,


constitucionalmente, como un principio y derecho de la función jurisdiccional; y, a nivel de
nuestro ordenamiento procesal, como un deber de los jueces; y, elemento básico de las
sentencias. Estas dimensiones se explican, de un lado, porque la motivación de las resoluciones
judiciales constituye una respuesta a las razones relevantes que han esgrimido las partes en
defensa de su posición; y, del otro, porque la motivación es nada menos que la manifestación
concreta del ejercicio de la función jurisdiccional; y, por tanto, el principal elemento que la
legitima. Es frecuente, entonces, que no solo por su regulación, sino por su propia naturaleza, se
alegue la violación de este derecho como fundamento para el inicio de procesos constitucionales
y la interposición de medios.

Por supuesto, el ámbito del derecho a la motivación de las resoluciones no se reduce a los
procesos judiciales, sino que también es exigible en los arbitrajes, en los procedimientos
administrativos; e, incluso, en los procedimientos inter privatos. Esta situación de alguna
manera ha determinado que su vulneración también sea invocada como sustento de recursos de
anulación de laudos arbitrales, demandas contenciosas administrativas y demandas de amparo,
respectivamente.

Es por ello que la Sala Suprema agrega: el derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales, no obliga al juzgador a expresar las razones por las que eligió un tipo de
interpretación en relación a otras, o el por qué le asigna un sentido determinado a la norma que
aplica respecto a otros, como pretende el recurrente; basta que la decisión sea justificada
razonablemente, como ocurre en el caso de autos.
PATOLOGIAS EN LA MOTIVACION DE RESOLUCIONES JUDICIALES
- Doctrina, cuerpo normativo, jurisprudencia, (Analizar jurisprudencia, sentencias
de la corte suprema referentes a su tema)
Las Patologías

En el ámbito jurídico podríamos entender que las patologías son las enfermedades en las
instituciones jurídicas; en estricto, la mala aplicación, los defectos, los vicios en los
elementos de la prueba indiciaria (indicio, inferencia lógica y hecho inferido). Las
patologías de la prueba indiciaria son destructivas (generan nulidad y eso se debe evitar
en el “caso Odebrecht”) y el desarrollo de la jurisprudencia como fuente de Derecho: es
la arbitrariedad en su máxima expresión que solo puede terminar en una nulidad.

Patologías de la motivación en las sentencias La doctrina establece tres clases de


patologías de la motivación de las resoluciones judiciales:

a.- La falta estricta de motivación: Consiste por la ausencia de toda clase de


razonamiento;

b.- La motivación contradictoria: La cual se caracteriza por la factura entre la parte


considerativa y la parte resolutiva;

c.- La falta de motivación suficiente: Se refiere a la ausencia del mínimo de motivación


exigible para que la decisión esté motivada adecuadamente y que satisfaga el derecho de
las partes y de la sociedad de conocer las razones que apoyan la resolución
jurisdiccional.

La motivación

De acuerdo al Diccionario del Español Jurídico, motivación se considera como la


exposición de las razones o fundamentos en que se basa una decisión. La motivación es
una característica de las ciencias del espíritu, ya que el discurso no se dirige a la
verificación de los hechos o su demostración sino a la argumentación. Ahora bien, la
motivación de la sentencia, es la exigencia del derecho a la tutela judicial efectiva,
consistente en el deber del juzgador de aportar las razones que sirven de fundamento a
la decisión adoptada para la resolución de la controversia, constituyendo una garantía
frente a la arbitrariedad.

Para el autor Perelman, sostiene, que motivar hace referencia “a la indicación de los
móviles psicológicos de una decisión, y apuntaba, además, que, si las reflexiones
cartesianas se usaran como espejo para construir un esquema de la motivación judicial,
supondrían un paso injustificado de lo subjetivo.

Por su parte el investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Doctor


Juan Ángel Salinas dice que motivar es argumentar y un acto de inteligencia del juez
donde expresa los motivos y razones que justifican la fundamentación del acto en un
sentido.

Patologías del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales.


En este apartado se presentan las patologías que pueden afectar el derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales, las cuales, si no son subsanadas en el proceso,
pueden propiciar el control constitucional cuando sea solicitado por la parte afectada.

1. Falta de motivación.

La falta total de motivación como característica estructural del fallo.

1.1. El caso de las resoluciones inimpugnables.

No todas las resoluciones expedidas por el juez pueden ser impugnadas. Nuestro
ordenamiento procesal civil establece barreras de inimpugnabilidad a determinadas
resoluciones que deciden de manera definitiva un aspecto procedimental, evitando que
la discusión se extienda a aspectos de forma, generalmente no gravitantes para la
solución del conflicto, lo cual tiende a resguardar el derecho a un proceso sin dilaciones
indebidas. Pero, esta limitación no es automática; requiere de la fundamentación de lo
decidido, en caso contrario, ni la decisión será definitiva, ni podrá alegarse impedimento
legal alguno para apelarla.

Varias de las normas que establecen barreras de inimpugnabilidad exigen que las
resoluciones se encuentren motivadas. Sin embargo, muchas veces los jueces no las
motivan, pese a lo cual no conceden medio impugnatorio alguno contra ellas,
amparándose, paradójicamente en la misma norma que ellos han vulnerado.

El requisito para que una resolución sea inimpugnable es que esté motivada. No es
posible solapar la ausencia de motivación detrás de una norma que establece una barrera
de inimpugnabilidad. Esto se vincula con los fines de la motivación de dar a conocer a
las partes y a la comunidad en su conjunto las razones del fallo. En el presente caso no
para que estas lo impugnen y el superior controle la argumentación del inferior, sino
para exteriorizar las razones que impulsaron al juzgador a decidir en la forma que lo
hizo.

1.2. El caso de los autos con forma de decreto.

Un vicio que lamentablemente ya no es tan raro, consiste en que el juez resuelva


pedidos concretos de las partes, que no son de impulso procesal, bajo la forma de
decretos. No son extrañas las resoluciones que frente a tales pedidos resuelven en una
línea: “pídase en su oportunidad”, “pídase con mayor estudio de los autos”, etc. Estos
vicios se presentan respecto de aquellas resoluciones para las que nuestro ordenamiento
procesal no exige expresamente la expedición de un auto y que caen dentro de la
fórmula abierta “las demás decisiones que requieran motivación para su
pronunciamiento”.

Algunos jueces interpretan esta disposición como si les atribuyera cierta


discrecionalidad; de manera que si el acto procesal objeto de la resolución no está
contemplado dentro del catálogo de resoluciones para las que se requiere un auto; y, a
criterio del juez, su decisión no requiere de motivación, él expide una resolución bajo la
forma de un decreto. Para colmo, cuando la parte agraviada apela la resolución, el juez
declara improcedente el recurso, porque para cuestionar los decretos el medio
impugnatorio adecuado es la reposición.

2. Motivación defectuosa.
Como hemos visto, uno de los requisitos indispensables de toda sentencia es que la
misma cuente con una justificación fáctica y jurídica que la haga plausible. El deber
judicial de argumentar surge a partir de un problema con relevancia jurídica que
necesita ser resuelto. Es decir, entre el problema a resolver y la decisión está la
argumentación como forma de justificación de la decisión, y legitimación del ejercicio
del poder jurisdiccional.

2.1 Defectos entre el problema y la argumentación: Elusión de la cuestión.


La motivación supone, en principio, la comprensión del caso propuesto en los términos
en que ha sido expuesto por las partes. Cuando el caso no es comprendido por el juez y
él trastoca o soslaya el thema decidendum, se producen esta clase de defectos que –en
términos lógicos- dan lugar a la falacia de elusión de la cuestión44. La argumentación
incluso puede guardar coherencia con la decisión, pero no se pronuncia sobre la
cuestión controvertida, aunque lo haga sobre el petitorio demandado. Como destaca el
Tribunal Constitucional: “sin una exhaustiva comprensión de los hechos de un caso, es
improbable que cualquier motivación jurídica sea suficiente o satisfactoria como
respuesta al justiciable

2.2 Defectos en la argumentación: Contradicción de premisas.


Ocurren cuando la argumentación judicial contiene premisas contradictorias, las cuales,
por tanto, se excluyen mutuamente. Estamos frente a casos de vulneración al principio
lógico de no contradicción que impiden una inferencia válida, pues de lo contradictorio
es posible deducir lo que se quiera47. El Tribunal Constitucional identifica esta clase de
defectos bajo la categoría de “incoherencia narrativa

Son ejemplos de esta clase de defectos: la afirmación simultánea de un hecho como


existente y no existente; la afirmación de un hecho como probado y no probado; la
atribución de una consecuencia prevista en una norma jurídica respecto de la cual se
afirma, al mismo tiempo, que no resulta aplicable, etc.

2.3. Defectos entre la argumentación y el fallo: Conclusión imposible.


Se producen cuando la decisión no se sigue, infiere o deriva de las premisas o razones
que el juez esgrime como fundamentos de su decisión; de manera que el razonamiento
no presenta una deducción lógicamente válida49. La justificación interna implica
necesariamente la consistencia (ausencia de contradicción) entre la decisión final del
juez y sus premisas. Un razonamiento judicial inconsistente es sinónimo de arbitrario.
Nuestro Tribunal Constitucional sobre el particular señala: “La coherencia interna o
justificación lógico racional constituye un test mínimo en el control de la validez del
razonamiento de los jueces y está en directa relación con la debida motivación de las
resoluciones judiciales. Mediante el análisis de la justificación interna en el
razonamiento, el Juez Constitucional determina si el resultado del razonamiento
utilizado por el juez ordinario se desprende efectivamente de las propias premisas
establecidas en la resolución”

2.4 Defectos entre el problema y el fallo: Incongruencia.


Enfocado el problema no como un segmento de la sentencia, sino como una parte dentro
del proceso para llegar a delimitarlo, tenemos que el juez a ese efecto toma en cuenta las
posiciones de ambas partes, sin perder de vista las pretensiones demandadas. Cuando el
juez concede algo distinto a lo pedido (extra petita), se excede en lo pedido (ultra
petita), omite decidir sobre algo pedido (citra petita), o trae al proceso hechos no
alegados por las partes (incongruencia fáctica), puede afirmarse que no resolvió
adecuadamente el problema planteado y ha incurrido en defectos que afectan el
principio de congruencia de las resoluciones judiciales; manifestación procesal del
principio lógico de identidad

Motivación aparente.

La motivación de una sentencia es, por naturaleza, una actividad argumentativa y, como
tal, presupone un problema. Es el problema el que suscita la necesidad de argumentar;
dirigida -en el caso del juez- a justificar su decisión. La argumentación busca dar
respuesta a una determinada cuestión, de forma tal que siempre podemos preguntarnos:
¿a qué cuestión trata de contestar el argumento? Esto –como lo resalta ATIENZA56-
ocurre hasta en los supuestos más banales, como en el ejemplo escolar: “todos los
hombre son mortales; Sócrates es un hombre; por lo tanto, Sócrates es mortal”. “Lo que
da sentido a la concatenación de esos enunciados –nos dice el citado filósofo- es que
ofrecen una respuesta a la pregunta que alguien puede haberse formulado (no importa si
en serio o no) sobre si Sócrates es mortal”. En pocas palabras, la relación entre
argumentación y problema es de mutua implicación: sin problema no es necesario
argumentar; y, si argumentamos es para resolver un problema

Motivación insuficiente

La motivación suficiente implica aportar razones fácticas y jurídicas necesarias para


justificar apropiadamente la decisión. El juez incurre en una motivación insuficiente
cuando no justifica las premisas que no son aceptadas por las partes, por ejemplo,
cuando no explica el problema de interpretación, o cuando explícitamente no utiliza
razones que fundamenten sí y sólo sí su decisión, refutando o descartando cualquier otra
posición alternativa

Así, estamos frente a un caso de motivación insuficiente cuando de las pruebas en las
que el juez basa su conclusión sobre los hechos no solo puede inferirse aquélla, sino
también otras conclusiones. La sentencia expedida en un proceso de indemnización por
mala praxis médica, por ejemplo, no gozaría de suficiente motivación si el Juez declara
fundada la demanda, basándose en una pericia que no excluye otras causas de muerte, a
parte de la imputada al galeno. Según jurisprudencia nacional, tampoco estaría
suficientemente fundamentada una sentencia que relaciona hechos con medios
probatorios absolutamente impertinentes, inconducentes o inexistentes para acreditar las
afirmaciones de los justiciables Es importante destacar que la suficiencia de la
motivación, como concepto jurídico indeterminado, no debe ser apreciada
apriorísticamente o en abstracto, sino a la luz de las circunstancias concretas de cada
caso. Para este efecto, debe tenerse en cuenta que dicha suficiencia se mide por la
adquisición del conocimiento por las partes de la ratio decidendi del fallo. La
motivación suficiente no se identifica, por tanto, con una motivación exhaustiva que de
respuesta a todas las argumentaciones esgrimidas en el proceso, así sean impertinentes o
irrelevantes para la decisión tomada64- Tampoco excluye la posible economía de
razonamientos ni que éstos sean escuetos o sucintos65. Lo importante es que las razones
expuestas por el juez permitan conocer los criterios esenciales fundamentadotes de la
decisión; es decir, su ratio decidendi, a efectos de posibilitar la interposición de los
medios impugnatorios respectivos y el correspondiente control por parte de los órganos
judiciales superiores. La jurisprudencia constitucional peruana también comparte esta
posición

IV La motivación de las resoluciones judiciales y sus patologías en el caso concreto.

El caso jurídico implica la existencia de problemas prácticos; y, visto desde la


perspectiva del juez, no es sino la pregunta por el estatus normativo jurídico de una
cierta acción, actividad o estado de cosas dentro del ordenamiento jurídico. Por
supuesto, el ámbito del derecho a la motivación de las resoluciones no se reduce a los
procesos judiciales, sino que también es exigible en los arbitrajes, en los procedimientos
administrativos; e, incluso, en los procedimientos inter privatos. Esta situación de
alguna manera ha determinado que su vulneración también sea invocada como sustento
de recursos de anulación de laudos arbitrales, demandas contenciosas administrativas y
demandas de amparo, respectivamente.

En el Perú, la motivación de las resoluciones judiciales se encuentra contemplada,


constitucionalmente, como un principio y derecho de la función jurisdiccional ; y, a
nivel de nuestro ordenamiento procesal, como un deberde los jueces ; y, elemento
básico de las sentencias Estas dimensiones seexplican, de un lado, porque la motivación
de las resoluciones judicialesconstituye una respuesta a las razones relevantes que han
esgrimido laspartes en defensa de su posición; y, del otro, porque la motivación es
nadamenos que la manifestación concreta del ejercicio de la función jurisdiccional; y,
por tanto, el principal elemento que la legitima.Es frecuente, entonces, que no solo por
su regulación, sino por supropia naturaleza, se alegue la violación de este derecho como
fundamentopara el inicio de procesos constitucionales y la interposición de medios

Partiendo de que el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales es un derecho


importante para todas las personas, que no solo el Estado reconoce en nuestra
Constitución Política de 1993, sino también se regula en el artículo 8º inciso 1) de la
Convención Americana de Derechos Humanos, esencialmente un derecho primordial
para aquellos justiciables que vienen siguiendo un proceso en el Poder Judicial.

Constitución Política del Perú.

Artículo 139º.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:

5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto


los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los
fundamentos de hecho en que se sustenta.
Código Procesal Civil.
Artículo 50º Deberes.- Son deberes de los jueces en el proceso (…)
6. Fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad, respetando los
principios de jerarquía de las normas y el de congruencia.
Código Procesal Civil.
“Las resoluciones contienen (…):
3. La mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución con las
consideraciones, en orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que
sustentan la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas
aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado (…)"
Nuevo Código Procesal Penal.
“Artículo 394 Requisitos de la sentencia. - La sentencia contendrá (…)
3. La motivación clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dan por probadas o improbadas, y la valoración de la
prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento que la justifique (…)
El Derecho peruano es rotundo, y hasta reiterativo, a la hora de exigir la motivación de
las decisiones judiciales en todos los ámbitos, aunque, en la práctica, no sean demasiado
concretas las indicaciones acerca de los requisitos que ese deber de motivación entraña.
Sin pretensión de exhaustividad, estas son algunas de las principales disposiciones sobre
la motivación:
Artículo 2.24f de la Constitución: “Nadie puede ser detenido sino por mandamiento
escrito y motivado del Juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito”.
Artículo 139.5 de la Constitución: “Son principios y derechos de la función
jurisdiccional: La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las
instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley
aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan”.
Artículo VII del Código Procesal Constitucional: […]
“Cuando el Tribunal Constitucional resuelva apartándose del precedente, debe expresar
los fundamentos de hecho y de derecho que sustentan la sentencia y las razones por las
cuales se aparta del precedente”.
Artículo 17 del Código Procesal Constitucional: “La sentencia que resuelve los
procesos a que se refiere el presente título, deberá contener, según sea el caso: […]
4) La fundamentación que conduce a la decisión adoptada”.
Artículo 22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial: Carácter vinculante de la doctrina
jurisprudencial. “Las Salas Especializadas de la Corte Suprema de Justicia de la
República ordenan la publicación trimestral en el Diario Oficial "El Peruano" de las
Ejecutorias que fijan principios jurisprudenciales que han de ser de obligatorio
cumplimiento, en todas las instancias judiciales. Estos principios deben ser invocados
por los Magistrados de todas las instancias judiciales, cualquiera que sea su
especialidad, como precedente de obligatorio cumplimiento. En caso que por excepción
decidan apartarse de dicho criterio, están obligados a motivar adecuadamente su
resolución dejando constancia del precedente obligatorio que desestiman y de los
fundamentos que invocan. Los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la República
pueden excepcionalmente apartarse en sus resoluciones jurisdiccionales, de su propio
criterio jurisprudencial, motivando debidamente su resolución, lo que debe hacer
conocer mediante nuevas publicaciones, también en el Diario Oficial "El Peruano", en
cuyo caso debe hacer mención expresa del precedente que deja de ser obligatorio por el
nuevo y de los fundamentos que invocan”. Artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial: “Todas las resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas,
bajo responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan, pudiendo
éstos reproducirse en todo o en parte sólo en segunda instancia, al absolver el grado”.
Artículo 144 Ley Orgánica del Poder Judicial.- Discordia: “Si resulta discordia, se
publica y notifica el punto que la motiva, bajo sanción de nulidad”.
Artículo 50.6 del Código Procesal Civil: “Son deberes de los Jueces en el proceso:
6. Fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad, respetando los
principios de jerarquía de las normas y el de congruencia”.
Artículo 121 del Código Procesal Civil: […] “Mediante los autos el Juez resuelve la
admisibilidad o el rechazo de la demanda o de la reconvención, el saneamiento,
interrupción, conclusión y las formas de conclusión especial del proceso; el concesorio
o denegatorio de los medios impugnatorios, la admisión, improcedencia o modificación
de medidas cautelares y las demás decisiones que requieran motivación para su
pronunciamiento. Mediante la sentencia el Juez pone fin a la instancia o al proceso, en
definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y motivada sobre la cuestión
controvertida declarando el derecho de las partes, o excepcionalmente sobre la validez
de la relación procesal”.
Artículo 122.3 del Código Procesal Civil: “Las resoluciones contienen: La mención
sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución con las consideraciones, en
orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y
los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en cada punto,
según el mérito de lo actuado”.
Artículo 123º del Código Procesal Penal: “Resoluciones judiciales.-
1. Las Resoluciones judiciales, según su objeto son decretos, autos y sentencias. Salvo
los decretos, deben contener la exposición de los hechos debatidos, el análisis de la
prueba actuada, la determinación de la Ley aplicable y lo que se decide, de modo claro y
expreso”.
Artículo 394° del Código Procesal Penal: La sentencia contendrá: […]
3. La motivación clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias
que se dan por probadas o improbadas, y la valoración de la prueba que la sustenta, con
indicación del razonamiento que la justifique;
4. Los fundamentos de derecho, con precisión de las razones legales,
jurisprudenciales o doctrinales que sirvan para calificar jurídicamente los hechos
y sus circunstancias, y para fundar el fallo;”
Artículo 429º del Código Procesal Penal: Son causales para interponer recurso de
casación […]:
4. Si la sentencia o auto ha sido expedido con falta o manifiesta ilogicidad de la
motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor”.
Resumiendo esta amplia regulación, pueden extraerse las siguientes consecuencias del
deber peruano de motivación de las decisiones judiciales:
a) La motivación está compuesta por los fundamentos que sustentan la decisión, y debe
ser escrita, clara, lógica y completa.
b) Dentro de la motivación, los fundamentos de hecho deben incluir los análisis de la
prueba, los hechos probados o improbados, la valoración de la prueba, y el
razonamiento que la justifique.
c) Los fundamentos de Derecho deben mencionar la ley aplicable, y las razones legales,
jurisprudenciales y doctrinales para la calificación jurídica de los hechos y fundar el
fallo.
d) Por último, la modificación de un precedente requiere de una motivación reforzada,
ya que deberán expresarse los fundamentos de hecho y de Derecho del nuevo criterio,
así como las razones para abandonarlo.
Las pautas peruanas para la motivación de las decisiones judiciales, al igual que las de
la mayoría de los sistemas jurídicos, son muy poco precisas. Se establece el deber de
motivación, se ordena motivar “debidamente” o “adecuadamente” (como en el artículo
22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial), y como mucho se establece que debe ser
“clara, lógica y completa” (como en el artículo 394 del Código Procesal Penal), pero
poco más. Históricamente la obligación de motivar fue considerada exclusivamente
como un instrumento técnico-procesal (lo que suele denominarse como una “concepción
endoprocesal” de la motivación). Su función, en relación con las partes del proceso, se
ceñía a proporcionarles tanto los criterios aplicados en la decisión, su alcance y su
justicia, como facilitarles los eventuales recursos (control privatista).
Adicionalmente, esa función endoprocesal de la motivación facilita igualmente el
control de la decisión por parte de los tribunales revisores, tanto en apelación como en
casación (control burocrático). Cuando la exigencia de motivación adquiere rango de
principio constitucional se configura adicionalmente como una garantía político-
institucional (lo que suele denominarse como una “concepción extraprocesal” de la
motivación).
En qué consiste el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales.
El problema con el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales es que su
concepto aparece ampliamente indeterminado, siendo frecuente que la doctrina y la
jurisprudencia sostengan que la motivación consiste en la expresión de los “motivos”,
los “fundamentos” o las “razones de decidir”, con lo cual nos quedamos en el terreno
superfluo de la tautología. No faltan, por cierto, las definiciones que tratan a la
motivación como la expresión del “iter lógico” que ha llevado al juzgador del problema
a la decisión, insertando a la motivación dentro del contexto de descubrimiento y los
procesos psicológicos que ha seguido el juez para decidir. Esta posición,
lamentablemente, no acaba de desprenderse de la noción de la “íntima convicción” o del
consabido “criterio de conciencia”, y termina por distorsionar el contenido de este
derecho y, por tanto, lo que es objeto de control. La Teoría de la Argumentación
Jurídica ha superado toda esta indeterminación y confusión conceptual situando a la
motivación de las resoluciones judiciales dentro del contexto de justificación; y,
definiéndola en función de las categorías de la justificación interna y la justificación
externa de la decisión.

1.1. El contexto en el que se desarrolla la motivación de las resoluciones judiciales:


¿contexto de descubrimiento o contexto de justificación?7
Una concepción garantista del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales
exige distinguir entre el procedimiento mediante el cual se llega a la decisión (contexto
de descubrimiento) y la operación de justificarla; es decir, de apoyar las premisas de la
conclusión mediante razones que la hagan plausible (contexto de justificación). El
contexto de descubrimiento alude a una cadena causal anterior al efecto, consistente en
la decisión expresada en la sentencia; se refiere al proceso psicológico, al iter mental del
juez; y, responde a la pregunta: porqué se ha tomado la decisión. El contexto de
justificación, en cambio, no se refiere a las causas que han provocado la decisión, sino a
las razones jurídicas que la fundamentan; puede operar a posteriori sin pretender
expresar relaciones causales; y, responde a la pregunta: porqué se ha debido tomar la
decisión o porqué la decisión es correcta.
Para entender bien esta diferencia hay que distinguir adecuadamente entre explicar y
justificar una decisión; categorías que corren en paralelo al binomio contexto de
descubrimiento / contexto de justificación. Al respecto, anota ATIENZA: “Explicar una
decisión significa mostrar las causas, las razones, que permiten ver una decisión como
efecto de esas causas. Justificar una decisión, por el contrario, significa mostrar las
razones que permiten considerar la decisión como algo aceptable. En los dos casos se
trata de dar razones, pero la naturaleza de las mismas es bien distinta: por ejemplo, cabe
perfectamente que podamos explicar una decisión que, sin embargo, nos parece
injustificable; y los jueces –los jueces del Estado de Derecho- tienen, en general, la
obligación de justificar –pero no de explicar- sus decisiones. Motivar las sentencias,
significa, pues, justificarlas, y para lograrlo no cabe limitarse a mostrar cómo se ha
producido una decisión, es decir, no basta con indicar el proceso –psicológico,
sociológico, etc.- que lleva a la decisión, al producto.
La motivación de las resoluciones judiciales, pretende ofrecer una respuesta doctrinal a
la compleja cuestión de qué entendemos por motivación de las resoluciones judiciales
desde una perspectiva de análisis eminentemente procesa de fundamento a la decisión
adoptada para la resolución de la controversia, constituyendo una garantía frente a la
arbitrariedad. Para el autor Perelman, sostiene, que motivar hace referencia “a la
indicación de los móviles psicológicos de una decisión, y apuntaba, además, que si las
reflexiones cartesianas se usaran como espejo para construir un esquema de la
motivación judicial, supondrían un paso injustificado de lo subjetivo”

Calamandrei dice que es el instrumento jurídico enderezado para garantizar que el poder
actué racionalmente dentro de los límites de la motivación que es el signo más
importante y típico de la racionalización de la función judicial.

Por su parte el investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Doctor


Juan Ángel Salinas dice que motivar es argumentar y un acto de inteligencia del juez
donde expresa los motivos y razones que justifican la fundamentación del acto en un
sentido.

Por su parte Michele Taruffo menciona que argumentar es una especie de recuento
mental que ha conducido al juez a tomar cierta decisión, pero que realmente no resulta
afortunados, toda vez, que parece imposible que el Juez registre todo lo que pensó para
llegar a determinada decisión, sin contar, con que, lo realmente importante no es saber
cómo el juez llego a la decisión, si no saber cuáles fueron las razones que lo llevaron a
ella.

Además de lo anterior, ese tipo de motivación no permitiría un control real sobre el


fundamento de la decisión, pues tendrían importancia los pensamientos y emociones del
juzgador y no las razones que justifican la decisión, que en últimas es lo que importa, lo
que podría conducir a que se generen decisiones arbitrarias y violatorias de derechos
fundamentales, por estar estas basadas en móviles psicológicos que llevan al juez a
dicha decisión.

La investigadora Gascón Abellán divide en dos para identificar a la motivación, siendo


estos:

1.- Motivación-actividad: Es la actividad mental del juez al formular como verdadero


un enunciado sobre los hechos, es relativo sobre el contexto de descubrimiento.

2.- Motivación-documento: Es el conjunto de enunciados de la resolución judicial en


donde se plasman las razones que permiten aceptar otros enunciados como verdaderos.

2.2.1. Fundamento Constitucional de la motivación El fundamento constitucional


está establecido en el precepto 16, el cual dice: Artículo 16. Nadie puede ser molestado
en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.
El poder judicial federal sustenta claramente que los tribunales en sus funciones y en el
ejercicio de su independencia deben de motivar sus resoluciones en forma concreta,
abundantemente y simplificadamente la redacción de las sentencias, para que sean de
fácil lectura y comprensión para el ciudadano involucrado en el juicio, esto para cumplir
el principio constitucional de máxima transparencia, para el efecto de que se conozca
cómo resuelven y razonan los jueces Por otra parte los tribunales colegiados han
mencionado que en el recurso de apelación el tribunal de alzada que haya sustentado su
decisión haciendo suyos los argumentos de la sentencia de primer grado, debido a que
no encontró motivo para suplir la deficiencia de la queja, no lo autoriza a incumplir con
su deber de fundarla y motivarla, ya que es deber de las autoridades jurisdiccionales
salvaguardar los derechos humanos, desde la averiguación previa hasta la sentencia de
condena, así como realizar controles de convencionalidad, por lo tanto deben ejercer su
deber de completitud, plasmando en las sentencias todas sus consideraciones para
sustentar, si se respetaron o no los derechos humanos del procesado, lo que repercute en
el acatamiento de la obligación de cumplir con el derecho humano a la fundamentación
y motivación, al plasmar, las pruebas, su valoración, las consideraciones para
determinar que se acredita el delito y la responsabilidad penal del imputado , así como
que si en la sentencia se aplicó la ley correspondiente o si se hizo inexactamente; si se
violaron los principios reguladores de la valoración de la prueba; si se alteraron los
hechos; si se falló en contra de constancias, o no se fundó y motivó correctamente la
sentencia apelada. Por otra parte, es de mencionar en la fundamentación que se ha de
expresar con exactitud el acto de molestia y el precepto legal aplicable al caso concreto
y, por motivar, debe señalarse con precisión las circunstancias especiales, razones
particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para su emisión,
siendo necesario, que exista adecuación entre los motivos aducidos y las normas
aplicables, lo cual tiene como propósito, confirmar que al conocer el acto de molestia,
pueda ejercer una defensa adecuada. De lo anterior se desprende que dicha obligación
de motivación es una condición de validez para cualquier tipo de resolución; es decir,
autos, sentencia, laudo; en la inteligencia de que no se cumple el mandato constitucional
si solo se motivan los hechos y no el derecho.

Con la motivación y la de los hechos, es posible conocer las razones por las cuales se
llegó a una conclusión. Atienza sostiene que la motivación es la justificación,
exposición de las razones del órgano jurisdiccional que ha dado en mostrar en su
decisión que es correcta o aceptable.

2.2.2. La motivación judicial.

Son las argumentaciones y refutaciones jurídicas, con el cual e justifica la decisión


adoptada en una resolución jurisdiccional, sujeto a reglas lingüísticas, lógicas y
pragmáticas, La motivación judicial es el iter lógico por el cual el tribunal formula la
decisión judicial, es una mera descripción del proceso mental que lleva el juez a la toma
de su decisión. Taruffo sostiene que la motivación judicial implica justificar la
resolución haciendo explicitas las diferencias inferencias lógicas, es decir, el cuerpo
argumentativo, compuesto por un razonamiento.

2.2.3. Funciones endo-procesal y extra-procesal de la motivación El tratadista


Rodolfo Vigo, enumera una serie de funciones de la motivación denominándolas
“argumentación justificadora”, los cuales son:

I.- Función validante: Consiste en que la obligatoriedad de la norma depende de la


validez de la justificación;

II.- Función controladora: Siendo la sentencia una unidad, al juzgarla solo es dable
considerar las razones que la avalan;

III.- Función legitimadora: Las justificaciones de las resoluciones se legitiman con el


ejercicio del poder de los jueces mediante sus virtudes;
IV.- Función concretizadora: Consiste en que por medio de la argumentación
justificadora la obra racional se completa en la tarea individualizadora judicial;

V.- Función didáctica: Esta función intenta ser modelo de conducta y causa eficiente de
las reglas jurídicas por medio de su conocimiento y eficacia;

VI.- Función científica: Al describirse y construirse el derecho vigente es necesario


atender el discurso justificatorio judicial;

VII.- Función estabilizadora: Es por medio de construcciones discursivas para casos


futuros;

VIII.- Función pacificadora: Esta función se realiza enteramente por medio de la


persuasión y no por medio de la resignación del perjudicado de la resolución, y

IX.- Función moralizadora: Se supera el conflicto moral mediante acción


racionalizadora de la autoridad; La motivación como justificación judicial, comprende
una serie de funciones de doble dimensión endo-procesal y extra-procesal de la
motivación a).- La función endo-procesal: En esta función las partes en el proceso
conocen las razones en la cual una prueba se le concede determinado valor o en su caso
se le niega eficacia alguna, de acuerdo a un examen individualizado de las pruebas.

Tipos de motivación

Motivar una resolución es justificarla; es decir, cuando se aportan razones para


considerarla correcta y aceptable, por lo que en el ámbito de la teoría jurídica se ha
establecido una distinción sobre la estructura de la justificación de las sentencias, siendo
la diferencia entre justificación interna y externa. Una decisión esta internamente
justificada en el caso, cuando se desprende de sus premisas y esta externamente
justificada, cuando sus premisas son calificadas de buenas.

La motivación deber de ser de la siguiente manera y con los siguientes requisitos:

a.- La motivación debe de constar debidamente en la sentencia; es decir, debe de


apreciarse los argumentos de justificación en la propia resolución;

b.- La motivación debe de ser entendible, al momento de redactar la resolución la


autoridad jurisdiccional debe de exponer las ideas usando palabras adecuadas y con
lenguaje accesible a la población;
c.- La motivación debe de ser suficiente; es decir, al momento de exponer la sentencia
el juzgador debe de realizarlo y plantearlo en forma plena las razones de la misma;

d.- La motivación debe de ser debidamente justificada, en esta el juez al momento de


redactar la argumentación, debe de persuadir por medio de razones, y

e.- La motivación debe der ser congruente, significa que la motivación debe ser
coherente en sí misma, no debe ser contradictoria en sus proposiciones y no debe ser
contradictoria con sus puntos resolutivos.

2.2.5. Motivación completa y motivación suficiente De acuerdo Asís Roig se entiende


por motivación suficiente al conjunto de elementos presentes en la decisión judicial para
que sea válida y motivación completa es la corrección de esa decisión, para que sea
racionalmente correcta. La motivación plena obliga a la autoridad jurisdiccional a
adoptar una justificación pormenorizada en cada caso concreto4; esta justificación debe
comprender la totalidad y la integridad del objeto y además que todas las decisiones
deben tener reflejo en la motivación de la resolución.

La motivación suficiente es un mínimo de razonamiento para que la resolución cumpla


con la exigencia constitucional.

Los requisitos de una adecuada fundamentación, se cumplen cuando:

a). - Cuando se motiva de manera concreta y especifica el elemento constitutivo del


delito;

b). - Cuando se justifiquen los hechos principales y los secundarios;

y ). - Cuando el juez llega a razonar sobre el hecho principal. Ahora bien, para una
exhaustiva y completa motivación son necesarios tres aspectos a saber:.
Referencias

 CASTILLO ALVA, José Luis. El derecho de defensa y la motivación de las


decisiones judiciales. En: Ius doctrina y práctica, Nº 4, Lima, Grijley, 2007.
 ZAVALETA RODRÍGUEZ, Róger y otros. Razonamiento Judicial:
Introducción, Argumentación y Motivación de las Resoluciones Judiciales, Lima
y México D.F., ARA y Ubijus, 2da. Edic., 2006.
 AARNIO, Aulis, “La tesis de la única respuesta correcta y el principio
regulativo del razonamiento jurídico”, e Doxa, núm. 8, 1990, p. 27.
 ACCATINO SCAGKLIOTTI, Daniela, “La fundamentación de la declaración
de hechos probados en el nuevo proceso penal”, en Revista de Derecho, Vol.
XIX, núm. 2- 2006, p. 56.
 ALLISTE SANTOS,Tomas-Javier, La Motivación de las Resoluciones
judiciales, Editorial Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales S.A., Madrid,
2001, pp. 155-169.
 Salaverría, Juan, “El razonamiento en las resoluciones judiciales
Volumen 9 de Pensamiento Jurídico Contemporáneo”, num2017,p.171.

Las patologías de la prueba indiciaria son destructivas (generan nulidad y eso se debe
evitar por ejemplo en el “caso Odebrecht”) y el desarrollo de la jurisprudencia como
fuente de Derecho: Es la arbitrariedad en su máxima expresión que solo puede
terminar en una nulidad.
derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que los jueces, al resolver las
causas, expresen las razones o justificaciones objetivas que los llevan a tomar una determinada
decisión. Esas razones (...) deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y
aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el trámite del
proceso. Sin embargo, la tutela del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales no
debe ni puede servir de pretexto para someter a un nuevo examen las cuestiones de fondo ya
decididas por los jueces ordinarios.

El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del


justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones no se
encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos
objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se derivan del caso. Sin
embargo, no todo ni cualquier error en el que eventualmente incurra una resolución
judicial constituye automáticamente una violación del contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales.

El objeto de la motivación.
Está generalmente aceptado que en el proceso es importante distinguir
en todo momento entre los elementos de hecho y los de Derecho, ya que la
sentencia judicial debe pronunciarse en su motivación separadamente sobre
ambos para luego, en su parte dispositiva, ponerlos en conexión y dar al litigio
una solución ajustada a Derecho, es decir disponer para esos hechos la
consecuencia jurídica que una norma válida del sistema contempla para ellos.
Es también corriente afirmar que la sentencia posee esa estructura debido a
que debe reflejar en su motivación los elementos que intervienen en la decisión
judicial: un silogismo formado por una norma jurídica como premisa mayor (el
elemento jurídico de la decisión), un conjunto de hechos particulares como
premisa menor (el elemento fáctico de la decisión) y una conclusión que asigna
a estos hechos la consecuencia jurídica prevista por la norma. Sin embargo,
esta estructura de la sentencia y de la decisión judicial no puede aislarse de la
propia estructura de la norma jurídica. Ésta, aunque es considerada la premisa
jurídica del silogismo judicial, está compuesta, a su vez, de un supuesto de

EXP. N.º 0896-2009-PHC/TC


LIMA
A.B.T.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 24 días del mes de mayo de 2010, la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Landa Arroyo,
Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don César


Armando Daga Rodríguez, abogado del menor A.B.T., contra la sentencia
expedida por la Primera Sala Penal para Procesos con Reos Libres de la
Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 335, su fecha 10 de octubre de
2008, que declara infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES
Con fecha 31 de julio de 2008, el recurrente interpone demanda de
hábeas corpus a favor del menor A.B.T., en contra de los Vocales de la
Primera Sala de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima, doña Luz
María Capuñay Chávez, doña Carmen Julia Cabello Matamala y doña
Rosario Victoriana Donayre Mavila, con el objeto de que se deje sin
efecto la resolución de fecha 9 de mayo de 2008, recaída en el Expediente
414-2008, la cual se impide la salida del país al menor favorecido.

Sostiene sobre el particular que dentro del proceso sobre Régimen


de Visitas tramitado por ante el Segundo Juzgado de Familia de Lima
(Exp. 1098-2002), por Resolución N.º 24, del 27 de marzo de 2006, se
dispuso ordenar el impedimento de salida del menor antes señalado, lo que
motivó que su madre solicitara el levantamiento de la medida, lo que fue
concedido por Resolución N.º 33, del 24 de octubre de 2007, resolución
que al ser apelada, dio lugar a la resolución que se impugna en autos.
Asimismo, expone que la resolución impugnada en autos, no invoca
ninguna norma legal, lo que afecta la garantía relativa a la motivación de
las resoluciones judiciales contenida en el artículo 139º, inciso 5), de la
Constitución.

Admitida la demanda a trámite, se realizó la investigación sumaria


que ordena el Código Procesal Constitucional.

El Quincuagésimo Séptimo Juzgado Penal de Lima, el 29 de agosto


de 2008 declaró infundada la demanda, por considerar que no se había
afectado la garantía de la motivación de las resoluciones judiciales, toda
vez que el fundamento cuarto de la resolución impugnada contenía los
fundamentos de hecho y de derecho que explicaban la decisión tomada.

La recurrida confirmó la apelada, por considerar que lo que


pretendía la parte demandante era el reexamen de los fundamentos de la
decisión judicial.

FUNDAMENTOS

1. Mediante la demanda de autos se pretende que se declare la nulidad de


la resolución judicial emitida por las Vocales emplazadas, en el proceso
ordinario que fue de su conocimiento al tramitarse el Expediente N.º
414-2008, en el que ordenaron el impedimento de salida del menor
favorecido.

La demanda se sustenta en la afectación que dicha resolución ocasiona


en relación con el derecho a la libertad de tránsito del menor
favorecido, así como en la violación de la garantía constitucional
relativa a la motivación de las resoluciones judiciales, en los términos
del artículo 139º, inciso 5), de la Constitución.

La garantía del Debido Proceso y el proceso de Hábeas Corpus

2. Este Colegiado considera oportuno reiterar que cuando se denuncia en


un proceso de hábeas corpus la violación de la garantía constitucional
del debido proceso, primero debe realizarse un análisis formal de
procedencia antes de emitir un pronunciamiento de fondo. En ese
sentido, cabe recordar que el proceso de hábeas corpus no tiene por
objeto proteger en abstracto el derecho al debido proceso, sino que la
supuesta violación de este derecho tiene que producir efectos lesivos en
la libertad individual para que se pueda habilitar su procedencia. En
consecuencia, si se considera que se ha producido una violación al
debido proceso, la vía idónea para buscar su restitución y protección es
el proceso de amparo.

3. En el presente caso, la resolución impugnada efectivamente contiene


una orden o mandato de impedimento de salida del país, dirigida al
menor favorecido; en consecuencia, corresponde que el Tribunal
Constitucional se pronuncie sobre el particular. En ese sentido, la
imputación se sustenta en la falta de motivación de la resolución que
ordena el impedimento de salida, lo que agraviaría la garantía expuesta
en el inciso 5) del artículo 139º de la Constitución, la misma que será
materia de análisis a continuación.

La Motivación de las Resoluciones Judiciales

4. En cuanto a la exigencia de motivación de las resoluciones judiciales,


este Colegiado ha sostenido en reiterada jurisprudencia que “uno de los
contenidos esenciales del derecho al debido proceso es el derecho de
obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y
congruente con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes
en cualquier clase de procesos, lo que es acorde con el inciso 5 del
artículo 139 de la Constitución. La necesidad de que las resoluciones
judiciales sean motivadas es un principio que informa el ejercicio de la
función jurisdiccional y, al mismo tiempo, un derecho constitucional de
los justiciables. Mediante ella, por un lado, se garantiza que la
administración de justicia se lleve a cabo de conformidad con la
Constitución y las leyes (artículos 45° y 138.° de la Constitución) y, por
otro, que los justiciables puedan ejercer de manera efectiva su derecho
de defensa” (Exp. N.º 04729-2007-HC, fundamento 2) .

5. En ese sentido, la propia Constitución establece en la norma precitada


los requisitos que deben cumplir las resoluciones judiciales; esto es, que
la motivación debe constar por escrito y contener la mención expresa
tanto de la ley aplicable como de los fundamentos de hechos en que se
sustentan.

Al respecto, este Colegiado (STC 8125-2005-PHC/TC, FJ 11) ha


señalado que la “(…) exigencia de que las decisiones judiciales sean
motivadas en proporción a los términos del inciso 5) del artículo
139 de la Norma Fundamental garantiza que los jueces, cualquiera que
sea la instancia a la que pertenezcan, expresen la argumentación
jurídica que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el
ejercicio de la potestad de administrar justicia se haga con sujeción a la
ley; pero también con la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del
derecho de defensa de los justiciables (...)”.

6. Además, cabe señalar que en sentencia anterior, este Tribunal


Constitucional (Exp. N.º 1480-2006-AA/TC. FJ 2) ha tenido la
oportunidad de precisar que:

“[…] el derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que


los jueces, al resolver las causas, expresen las razones o justificaciones
objetivas que los llevan a tomar una determinada decisión. Esas razones
(...) deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y
aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados
en el trámite del proceso. Sin embargo, la tutela del derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales no debe ni puede servir de
pretexto para someter a un nuevo examen las cuestiones de fondo ya
decididas por los jueces ordinarios.

En tal sentido, (...) el análisis de si en una determinada resolución


judicial se ha violado o no el derecho a la debida motivación de las
resoluciones judiciales debe realizarse a partir de los propios
fundamentos expuestos en la resolución cuestionada, de modo que las
demás piezas procesales o medios probatorios del proceso en cuestión
sólo pueden ser evaluados para contrastar las razones expuestas, mas no
pueden ser objeto de una nueva evaluación o análisis. Esto, porque en
este tipo de procesos al juez constitucional no le incumbe el mérito de la
causa, sino el análisis externo de la resolución, a efectos de constatar si
ésta es el resultado de un juicio racional y objetivo donde el juez ha
puesto en evidencia su independencia e imparcialidad en la solución de
un determinado conflicto, sin caer ni en arbitrariedad en la
interpretación y aplicación del derecho, ni en subjetividades o
inconsistencias en la valoración de los hechos”.

7. El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una


garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que
las resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los
magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento
jurídico o los que se derivan del caso. Sin embargo, no todo ni cualquier
error en el que eventualmente incurra una resolución judicial constituye
automáticamente una violación del contenido constitucionalmente
protegido del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales.

Así, en el Exp. N.º 3943-2006-PA/TC y antes en el voto singular de los


magistrados Gonzales Ojeda y Alva Orlandini (Exp. N.º 1744-2005-
PA/TC), se ha precisado que el contenido constitucionalmente
garantizado de este derecho queda delimitado, entre otros, en los
siguientes supuestos:

a. Inexistencia de motivación o motivación aparente. Está fuera de


toda duda que se viola el derecho a una decisión debidamente
motivada cuando la motivación es inexistente o cuando la misma es
solo aparente, en el sentido de que no da cuenta de las razones
mínimas que sustentan la decisión o de que no responde a las
alegaciones de las partes del proceso, o porque solo intenta dar un
cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin ningún
sustento fáctico o jurídico.

b. Falta de motivación interna del razonamiento. La falta de


motivación interna del razonamiento [defectos internos de la
motivación] se presenta en una doble dimensión; por un lado,
cuando existe invalidez de una inferencia a partir de las premisas
que establece previamente el Juez en su decisión; y, por otro lado,
cuando existe incoherencia narrativa, que a la postre se presenta
como un discurso absolutamente confuso incapaz de transmitir, de
modo coherente, las razones en las que se apoya la decisión. Se trata,
en ambos casos, de identificar el ámbito constitucional de la debida
motivación mediante el control de los argumentos utilizados en la
decisión asumida por el Juez o Tribunal; sea desde la perspectiva de
su corrección lógica o desde su coherencia narrativa.

c. Deficiencias en la motivación externa; justificación de las


premisas. El control de la motivación también puede autorizar la
actuación del juez constitucional cuando las premisas de las que
parte el Juez no han sido confrontadas o analizadas respecto de su
validez fáctica o jurídica. Esto ocurre por lo general en los casos
difíciles, como los identifica Dworkin, es decir, en aquellos casos
donde suele presentarse problemas de pruebas o de interpretación de
disposiciones normativas. La motivación se presenta en este caso
como una garantía para validar las premisas de las que parte el Juez
o el Tribunal en sus decisiones. Si un Juez, al fundamentar su
decisión: 1) ha establecido la existencia de un daño; 2) luego, ha
llegado a la conclusión de que el daño ha sido causado por equis,
pero no ha dado razones sobre la vinculación del hecho con la
participación de equis en tal supuesto, entonces estaremos ante una
carencia de justificación de la premisa fáctica y, en consecuencia, la
aparente corrección formal del razonamiento y de la decisión podrá
ser enjuiciada por el juez [constitucional] por una deficiencia en la
justificación externa del razonamiento del juez.

Hay que precisar, en este punto y en línea de principio, que el hábeas


corpus no puede reemplazar la actuación del juez ordinario en la
valoración de los medios de prueba, actividad que le corresponde de
modo exclusivo a éste, sino de controlar el razonamiento o la
carencia de argumentos constitucionales; bien para respaldar el valor
probatorio que se le confiere a determinados hechos; bien tratándose
de problemas de interpretación, para respaldar las razones jurídicas
que sustentan determinada comprensión del derecho aplicable al
caso. Si el control de la motivación interna permite identificar la
falta de corrección lógica en la argumentación del juez, el control en
la justificación de las premisas posibilita identificar las razones que
sustentan las premisas en las que ha basado su argumento. El control
de la justificación externa del razonamiento resulta fundamental para
apreciar la justicia y razonabilidad de la decisión judicial en el
Estado democrático, porque obliga al juez a ser exhaustivo en
la fundamentación de su decisión y a no dejarse persuadir por la
simple lógica formal.

d. La motivación insuficiente. Se refiere, básicamente, al mínimo de


motivación exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho
indispensables para asumir que la decisión está debidamente
motivada. Si bien, como ha establecido este Tribunal en reiterada
jurisprudencia, no se trata de dar respuestas a cada una de las
pretensiones planteadas, la insuficiencia, vista aquí en términos
generales, sólo resultará relevante desde una perspectiva
constitucional si es que la ausencia de argumentos o la
“insuficiencia” de fundamentos resulta manifiesta a la luz de lo que
en sustancia se está decidiendo.

e. La motivación sustancialmente incongruente. El derecho a la debida


motivación de las resoluciones obliga a los órganos judiciales a
resolver las pretensiones de las partes de manera congruente con los
términos en que vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto,
desviaciones que supongan modificación o alteración del debate
procesal (incongruencia activa). Desde luego, no cualquier nivel en
que se produzca tal incumplimiento genera de inmediato la
posibilidad de su control. El incumplimiento total de dicha
obligación, es decir, el dejar incontestadas las pretensiones, o el
desviar la decisión del marco del debate judicial generando
indefensión, constituye vulneración del derecho a la tutela judicial y
también del derecho a la motivación de la sentencia (incongruencia
omisiva). Y es que, partiendo de una concepción democratizadora
del proceso como la que se expresa en nuestro texto fundamental
(artículo 139º, incisos 3 y 5), resulta un imperativo constitucional
que los justiciables obtengan de los órganos judiciales una respuesta
razonada, motivada y congruente de las pretensiones efectuadas;
pues precisamente el principio de congruencia procesal exige que el
juez, al momento de pronunciarse sobre una causa determinada, no
omita, altere o se exceda en las peticiones ante él formuladas.

f. Motivaciones cualificadas. Conforme lo ha destacado este Tribunal,


resulta indispensable una especial justificación para el caso de
decisiones de rechazo de la demanda, o cuando, como producto de la
decisión jurisdiccional, se afecta un derecho fundamental como el de
la libertad. En estos casos, la motivación de la sentencia opera como
un doble mandato, referido tanto al propio derecho a la justificación
de la decisión como también al derecho que está siendo objeto de
restricción por parte del Juez o Tribunal.

8. De la resolución impugnada que corre a fojas 27 de autos, se desprende


que cumple cuando menos con el requisito de la motivación escrita, así
como con expresar los fundamentos de hecho que la sustentan. El
cumplimiento del otro requisito, el referido a la mención de la norma
legal que la sustenta, requiere de un análisis más preciso, toda vez que
la norma citada en dicha resolución es el artículo 328º del Código
Procesal Civil, relativa a los efectos de la conciliación, similares a los
de una sentencia con calidad de cosa juzgada.

9. La cita de esta última norma se justifica en relación con la conciliación


celebrada entre los padres del menor, de donde deriva el régimen de
visitas acordado entre ellos y homologado judicialmente; empero la cita
de dicha norma es insuficiente para justificar el mandato de
impedimento de salida del menor, pues para ello es necesario que se
exprese de manera objetiva las razones o motivos mínimos que
supuestamente justifiquen la imposición de dicha medida.

10. En efecto, se advierte que la medida de impedimento de salida del país


ha sido expedida para garantizar el régimen de visitas del padre; sin
embargo, este Tribunal considera que la motivación referida a que “(…)
la matrícula del menor en un centro de estudios escolares no desvirtúa
el supuesto del peligro de traslado del menor a otro país (…)”, y que
“(...) la actora no acreditado (…) el domicilio donde actualmente
reside el menor”(fojas 286), no resulta suficiente para establecer la
imposición de dicha medida, pues tal como dijimos en líneas
anteriores, para ello se requiere que además se justifique en la
existencia de otros elementos o actos sustentados en medios de prueba
o indicios razonables, valorados y expuestos en la resolución, lo que no
ha ocurrido en el caso de autos. Por lo demás, tampoco se señala el
tiempo de duración de dicha medida, lo que hace que su término se
convierta en una medida intemporal, por lo que, a criterio de este
Tribunal, no se ha cumplido con la exigencia constitucional de la
debida motivación de las resoluciones judiciales, y, por lo tanto,
corresponde amparar la demanda de autos.

11. Este pronunciamiento, por cierto, no significa que el Tribunal


Constitucional esté levantando el impedimento de salida dispuesto, sino
únicamente que la resolución impugnada queda sin efecto y la
Sala emplazada debe emitir un nuevo pronunciamiento sobre el
particular, subsanando la omisión advertida, en los términos que
considere pertinentes, tomando en cuenta el contenido propio del
proceso judicial en trámite ante aquella u otras instancias.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que


le confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUETO

1. Declarar FUNDADA la demanda por violación de la garantía


constitucional consagrada en el artículo 139º, inciso 5, de la
Constitución, relativa a la motivación de las resoluciones judiciales.

2. En consecuencia, queda SIN EFECTO la resolución impugnada,


dictada por la Sala emplazada en el Expediente 414-2008, de fecha 9 de
mayo de 2008, relativa al mandato de impedimento de salida del país
del menor A.B.T.

3. Dispone que la Sala emplazada emita nuevo pronunciamiento


subsanando las omisiones advertidas en la presente sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS.

LANDA ARROYO
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA

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